Como el nuevo virrey había subs- tituido el tratamiento de muy nobles señores que hasta entonces se daba á los cabildantes, con el de nobles señores dijo riéndose don Martín, en pleno Cabildo de Potosí:— Ya le enseñaremos á tener crianza á ese virrey de mojiganga, que viene asaz des- comedido en el escribir.— El vejete, que había sido siempre revoltoso, creía conservar aún los bríos de su mocedad y vol- ver á armar la gorda.
Aquel barbero fingido (que por lo bien que me está fingido le juzgo ya) muerte de mi fama ha sido: diome vida, comedido, en la caída cruel del coche, si es cierto que él de aquel trance me libró porque desmayada yo mal pude advertir en él.
Acontecíale en semejantes ocasiones apedrear hasta á su mismo hijo, y su muger no pudiendo sufrir este humor atrabiliario, tuvo que separarse de él. En lo demás era humano y comedido, como puede serlo un soldado de su clase.
No había duda, decía, de que ese día él no iba a comer, y se iba a enfermar más, y que era cosa de enojarse ver a semejante comedido meterse en lo que no sabía hacer.
Y que muestran sandías y viandas con exageraciones pictóricas; exánimes gallinas, y conejos en quienes no hizo sangre lo
comedido de los perdigones.
Ramón López Velarde
Dio el comando del tercer pelotón a su asistente "Venceslao", zorro de campamento, guasquero, "zafao" y
comedido, un indio capaz de prender charamuscas en los relámpagos.
Yamandú Rodríguez
Avanza un tape bajito y ventrudo que luce una frente tan ancha como un meñique y unas cejas tan anchas como la frente. —Queda usted nombrado mi asistente —le dice. —Lo necesito muy
comedido. ¡No lo olvide!
Yamandú Rodríguez
Ancho, amarillento, feo, arrolla de barranca a barranca, y todo atareado, una enorme masa de agua turbia, que no sabe a donde llevar, porque él mismo no va a ninguna parte; y la tendrá, después de haberla sacado, de puro comedido, de algún cañadón, que derramar en algún otro, hasta que un hombre enérgico le diga: «¡No, ché, esto, al mar!» y le abra camino.
De entonces acá se ha hecho el mundo más comedido, más sensible a esas sátiras; y, como consecuencia, la sal se ha hecho más floja.
-Bien poca debía de ser -dijo Leonisa-, pues no pasaba de cuatrocientos escudos; más liberal es Ricardo, y más valiente y
comedido; Dios perdone a quien fue causa de su muerte, que fui yo, que yo soy la sin ventura que él lloró por muerta; y sabe Dios si holgara de que él fuera vivo para pagarle con el sentimiento, que viera que tenía de su desgracia el que él mostró de la mía.
Miguel de Cervantes Saavedra
Iba a Roma con un tío mío, el cual murió en el camino, en el corazón de Francia; vime solo; determiné volverme a mi tierra; robáronme los lacayos o compañeros de Roque Guinarde, en Cataluña, porque él estaba ausente; que, a estar allí, no consintiera que se me hiciera agravio, porque es muy cortés y
comedido, y además limosnero; hame tomado a estas santas puertas la noche, que por tales las juzgo, y busco mi remedio.
Miguel de Cervantes
!Cuántas alabanzas no se atraerá, por ello en mi opinión y en la de los sabios, el hijo de Filocleón, tan discreto y cariñoso con su padre! Jamás he visto un joven tan comedido, de tan amables costumbres.