Tales son de la suerte los azares: el que en fiestas y danzas y cantares pasó un tiempo su plácida existencia, hoy, presa del afán y los pesares, la arrastra, ya vecino a la indigencia.
En ella la “ch” revolotea en danzas y contradanzas de coliteraciones y aliteraciones que le dan aspecto de jitanjáforas, en la taxonomía de Alfonso Reyes, si se desconoce el significado de tales combinatorias nacidas de la energética lingüística liberada de la escuela, pero cuyo contenido manifiesta más que una jolgorosa confesión de pesados aires punk, una ingenua y hasta cándida alegría orgullosa de su socio-clase que le importa emes el grupo m y las engreídas discriminaciones que asustan a los ántropodefensores.
Los hombres se dedicaban a la agricultura y a la cacería y las mujeres a cuidar mejor lo obtenido por los hombres para que entre todos fueran el noble ejemplo de sus hijos. Y entonces nacieron los cantos y las danzas.
Dadivoso sería entonces y proporcionaría vestidos, joyas y atavíos a su pueblo y a los pueblos amigos, pero sobre todo, les regalaría la bella palabra florida: Poemas, Canciones y Danzas: IN XOCHITL IN CUICATL, la flor y el canto, el arte; eso sería lo que mas habría de obsequiar.
Así se podía llegar, sin necesidad de navegar, hasta el TEPEYACAC, en el norte, a ese cerro que guiaba, como la nariz va siempre al frente, a todos los habitantes de estas tierras para rendirle cantos y danzas de gratitud a nuestra madre-padre TONANTZIN-NONANTZIN COATLICUE CHIMALMA, la tierra que nos da alimento y protección.
Las niñas cantan, bailan, ríen, triscan; las madres se extasían con esos cantos, con esas danzas, esos juegos, esas risas, mientras que sentadas en cuarto alrededor de una mesa, se entregan a las variadas combinaciones del rocambor.
Una noche que mezclada a los grupos de campesinos, bailaba en un prado a la luz de la luna las danzas populares, en medio a una multitud de espectadores, Feliza encontró de repente, bajo el sombrero de un gaucho, la mirada tenaz de Enrique Ocampo.
Bracatán, los cañonazos, La gritería, el tropel, Música por todos lados, Banderas,
danzas, funciones, Los escuelistas cantando, Y después salió uno solo Que tendría doce años, Nos echó una relación...
Bartolomé Hidalgo
No era éste el primer pasquín subversivo que aparecía en Yauli; pues dos meses antes, con motivo de unas
danzas llamadas de los negritos y de una comparsa de pallas, la autoridad del pueblo había manifestado complacencia por las cabriolas de los primeros y desdén por el baile de los indios que, resentidos, pusieron este pasquín: «De tripas de negritos haremos cuerdas, para mandar chapetones a la...».
Ricardo Palma
Hubo toros, comilonas,
danzas y demás festejos de estilo; pero todo con un boato y esplendidez que dejó maravillados a los feligreses.
Ricardo Palma
En el deleitoso retiro pasaba las tardes y las noches, revistando a sus hermosas, presenciando sus
danzas y juegos, oyendo sus cánticos, preguntándoles por sus patrias lejanas y sintiendo un dolor recóndito cuando, al recuerdo, lágrimas involuntarias asomaban a los magníficos ojos de las concubinas.
Emilia Pardo Bazán
Ya se tornan guirnaldas animadas Las
danzas; ya las mueve ritmo ardiente Al que hacen coro en la vecina fuente Faunos lascivos y risueños driadas.
Justo Sierra Méndez