Sin saber lo que era un achaque habían pasado nuestros puebleros los peores momentos del invierno, y si las carnes ennegrecidas un poco por el viento de la Pampa, quedaban algo enjutas, los huesos estaban envueltos en músculos duros como acero, entre los cuales circulaba, bermeja, una sangre capaz de desafiar a cualquier microbio.
-Hay que soportar con valor las contrariedades, sin dejarnos asustar, hijo mío; hay que sostener el papel hasta el fin. Hay que desafiar a la desgracia hasta el fin, Trot.
Por un momento tuve la idea de reprocharle la energía desesperada con que perseguía el objeto que deseaba; por ejemplo, aquella manía de luchar con la mar bravía y de desafiar las tormentas; pero el primer asunto de nuestra conversación me volvió a la memoria, y le dije: -Veamos, Steerforth.
La frustración se expresa desde el intelectual al campesino, y la juventud busca tácticas de lucha que señalan su decisión de desafiar resueltamente el actual estado de cosas, aunque aquéllas no sean las más convenientes para el desarrollo orgánico del proceso revolucionario.
La mujer a quien la compasión por uno de estos desafortunados llevaría a desafiar la opinión de su generación--porque por otra parte ella es libre--hasta el punto de aceptarlo como marido, debe de ser valiente, con una maléfica clase de valor, también.
Dora le había ayudado a subirse al sofá, desde donde parecía desafiar a mi tía, con tal furia, que no quería estarse quieto y no dejaba de ladrar de medio lado.
Las doctrinas más disolventes flotaban en la atmósfera; los arrabales se presentaban a desafiar la fuerza pública en el corazón mismo de Santiago; partidas de bandoleros recorrían los campos; la policía estaba al acecho de incendiarios.
¿Trescientos o cuatrocientos mil? ¿Quién puede contarlos? ¿Quién puede desafiar la realidad con la propaganda? ¿Por qué están? Porque ustedes son la respuesta, son el mensaje, son el clamor de Chile.
A la mayoría de los adolescentes le gusta comprobar los límites de sus nuevas transformaciones; sienten la necesidad de poner a prueba su resistencia física, de llevar una idea hasta sus más peligrosas conclusiones, de desafiar convencionalismos, de realizar experiencias, de lucir su inteligencia.
El empresario necesita contar con el estímulo de que su obra de previsión, de esfuerzo constante, de valor para desafiar los riesgos, va a encontrar la garantía de las Instituciones.
Y entonces Eustaquio sintió por todo el brazo una especie de conmoción eléctrica que le asustó muchísimo; le pareció que su mano se entumecía, y sin embargo –cosa extraña–, se retorció y estiró varias veces haciendo crujir las articulaciones, como un animal que se despierta, luego no sintió nada más, la circulación pareció restablecerse, y maese Gonin dijo que todo había concluido, que ya podía desafiar a los espadachines más encopetados de la corte y del ejército y abrirles ojales para todos los inútiles botones con que la moda recargaba sus uniformes.
Se puso en camino, y los jóvenes la siguieron desde lejos. Pero el diablo al que ella había querido desafiar la violó, y al día siguiente fue encontrada en la actitud de la estatua.