El espíritu de análisis, disecador, digámoslo así, y el espíritu filosófico francés hicieron sentir su influencia en nuestra regeneración literaria.
Mariano José de Larra
Yo había trabajado por detener la degradación de la naturaleza; la finalidad del infame disecador en vivo, al parodiar una obra de mi juventud, consistió en exagerar al extremo aquella odiosa, aquella infame degradación...» El manuscrito de Las 120 Jornadas de Sodoma fue descrito en 1877 por Pisanus Fraxi (Index librorum prohibitorum, Londres, 1877), pero no de visu, sino según una descripción que le habían transmitido.