entena


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Sinónimos para entena

antena

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Ejemplos ?
Gonzalo Fernández le contestó: "Como sois corto de vista, no conoceis que es San Telmo", y es porque llaman los marineros la estrella de San Telmo aquella que se muestra encima de la entena después de una oscura y grande tormenta, prometiendo bonanza.
a vela latina es una vela de cuchillo, o triangular, diseñada para ir contra el viento. La vela latina se enverga en una percha que recibe el nombre de entena.
Esta entena puede estar formada por una, dos o tres piezas. La parte más gruesa y que queda abajo y a proa, recibe el nombre de car y la parte más delgada, que queda a popa y alta, recibe el nombre de pena.
Si la entena es de una embarcación grande o ya es un poco vieja, puede llevar una tercera pieza, para reforzarla, llamada quimelca.
Los tres lados de la vela latina reciben estos nombres: grátil o caída de proa, el lado donde va envergada la vela a la entena, pujamen o falda el lado que queda abajo, por así decirlo dentro de la barca, baluma o caída de popa, que es vertical y marca la altura de la vela.
En el grátil hay una hilera de ojos pequeños que sirven para envergar la vela en la entena con la ayuda de unos jefes cortos y delgados llamados botafions" o "matafiones".
La entena donde se enverga la vela puede ser de largo variable en función de las características de la embarcación. La entena va fijada al palo por dos bandas, por el "amante", que sirve para izarla y por un "estrobo", la moño, que sirve para fijarla al palo.
En el puesto de la entena se fijan dos jefes delante, que sirven para controlar la inclinación de la entena, y el "orsapop" u "orzapopa", que sirve para sacar el car de la entena hacia fuera o hacia popa de la barca, y a la misma vez consigue que el puño de pena se alce más.
Rizo en coa o en randa: modo adverbial que expresa el método de tomar rizos en los faluchos sin disminuir la longitud de la entena.
¡Sentenciado estoy a muerte! Yo me río; no me abandone la suerte, y al mismo que me condena, colgaré de alguna entena, quizá en su propio navío.
¿Y que Orion armado, tu enemigo, Vendrá á envestir contigo? Y estarás tú muy buena, Desclavado el timon, rota la entena. Si por dicha te atreves A tener confianza En el favor incierto de Neptuno, Porque viages breves Hiciste con bonanza, Y, aunque sin fruto, con honor alguno; Ya no es tiempo oportuno De en fiuzia de pasadas Venturas, emprender nuevas jornadas.
"Dicho esto, manda amainar velas y hacer fuerza de remos; y presentando oblicuamente la entena al viento, exclama: "Magnánimo Eneas, no, aun cuando me lo permitiera el supremo Júpiter, no esperaría arribar a Italia con este temporal.
No el brazo vengador que al torvo moro lanzó de Libia a la abrasada arena; ni al tremendo cañón de Navarino, la rota entena, el abrasado lino.
El tráfico de esclavos no estaba del todo exento de peligros; pues las marinas inglesa y holandesa, de vez en cuando apresaban naves españolas y portuguesas. Los tripulantes negreros eran tratados como piratas, colgados de una entena y arrojados al agua para alimento de tiburones.
Hicieron reseña por ver qué gente les faltaba; y, viendo que los muertos eran cuatro soldados de aquellos que ellos llaman leventes, y de los mejores y más estimados que traían, quisieron tomar en mí la venganza; y así, mandó el arráez de la capitana bajar la entena para ahorcarme." "Todo esto estaba mirando Leonisa, que ya había vuelto en sí; y, viéndose en poder de los cosarios, derramaba abundancia de hermosas lágrimas, y, torciendo sus manos delicadas, sin hablar palabra, estaba atenta a ver si entendía lo que los turcos decían.
El promontorio que Éolo sus rocas candados hizo de otras nuevas grutas para el Austro de alas nunca enjutas, para el Cierzo espirante por cien bocas, 450 doblaste alegre, y tu obstinada entena cabo lo hizo de Esperanza Buena.
Las velas, en efecto, recogidas, que fïó inadvertidas traidor al mar, al viento ventilante, --buscando, desatento, al mar fidelidad, constancia al viento--, mal le hizo de su grado en la mental orilla dar fondo, destrozado, al timón roto, a la quebrada entena...
Formando con sus olas montes y valles, el mar venció los muelles y entró en las calles; y el viento, como un niño que en la llanura sin esfuerzo quebranta la mies madura, no dejó mastelero, bauprés ni entena en el puerto seguro de Cartagena.