Tenía puesto el tío Amaro todo su orgullo en las vacas: y si cuando enfermaba la tía Manuela, legítima esposa del tío Amaro, se tardaba en avisar al engañador y sacacuartos del médico, hasta que el mal decía a voces: «soy de muerte», apenas las «vaquiñas» descabezaban de mala gana la hierba, ya estaba avisado el veterinario, porque, ¡válganos San Antonio milagroso!, los animales no hablan, y sabe Dios si tienen en el cuerpo espetado el cuchillo mientras parecen buenos y sanos...
Iba muy derecho, preciándose de
espetado, escaso de ojos y avariento de miraduras, ahorrando cortesías con todos, sumida la cara en un cuello abierto hacia arriba que parecía vela en papel, y tan olvidado de sus conjunturas que no sabía por dónde volverse a hacer una cortesía ni levantar el brazo a quitarse el sombrero, el cual parecía miembro según estaba fijo y firme.
Francisco de Quevedo
"Manoilescu Trial", en Time, 21 de noviembre de 1927 Averescu declaró más tarde que Bratianu le había espetado: "Así que, después de haberte alzado al poder, ¿ahora quieres actuar por cuenta propia?" Averescu trató en varias ocasiones de forjar una alianza con los nacional-campesinos con el objetivo de librarse de la tutela de los liberales, sin lograrlo.
Se rumoreó que buscaba amedrentarlas exigiéndole dinero, y en una ocasión cuando menos, le habría espetado a una mujer conocida como “Annie la viuda” que iba a “despedazarla”, al tiempo que blandía un afilado cuchillo para reforzar sus amenazas.
No; él se siente «espetado» por la crítica que Vesper Lynd hace de su persona; «y aunque resultaría casi inconcebible el hecho de que tuviéramos a un personaje femenino en una película popular que se desnudara y fuera amenazado con la mutilación de sus genitales, eso es exactamente lo que le ocurre a Bond en el filme».