Al respecto ha manifestado "en los cabarets aprendí a bailarlo, frecuenté las pensiones con sus estrafalarios habitantes, los piringundinos y los bares de camareras con "las figurantas del violín mentiroso", como las llamara Raúl González Tuñón"; en lo pictórico realizó una amplia interpretación de muchos de los poemas de Tuñón, Carriego y tantos otros poetas, dedicaron a lugares y personajes de Buenos Aires.