Maquinalmente recogió las riendas y halagó el cuello de la jaca, mientras se mordía el labio inferior, como las personas que aguantan y reprimen algún dolor muy vivo.
Lo cual yo, con mala dicha procurando, un mi criado que tenía cuidado del caballo, como me vio, levantose con gran enojo y dijo: -¿Hasta cuándo hemos de sufrir esta jaca castrada?
El caballo y otro asno fueron comprados por unos mercaderes ricos; pero a mí solo, casi desechado, todos con fastidio me dejaban y pasaban; ya estaba yo muy enojado de los que allí estaban, que todos me palpaban las encías, queriendo saber y contar de mis dientes la edad que había; y con este asco, llegando a mí uno que le hedían las manos sobando muchas veces mi boca con sus dedos sucios, dile un bocado en la mano, que casi le corté los dedos; lo cual espantó tanto a los que allí estaban alrededor, que ninguno me quiso comprar, diciendo que era asno bravo y fiero; entonces el pregonero comenzó a dar grandes voces, que ya estaba ronco, diciendo muchas gracias y burlas contra mi desdicha y fortuna. -¿Hasta cuándo tardaremos en vender esta jaca o asno viejo?
ALBINO, Obispo de Tenerife; JUAN, Obispo de Jaca; JUAN, Obispo de Vich; NICANOR, Obispo de Tarazona, Administrador Apostólico de Tudela; JOSÉ, Obispo de Santander; FELICIANO, Obispo de Plasencia; ANTONIO, Obispo de Quersoneso de Creta, Administrador Apostólico de Ibiza; LUCIANO, Obispo de Segovia; MANUEL, Obispo de Zamora; MANUEL, Obispo de Curio, Administrador Apostólico de Ciudad Rodrigo; LINO, Obispo de Huesca; ANTONIO, Obispo de Tuy; JOSÉ MARIA, Obispo de Badajoz; JOSÉ, Obispo de Gerona; JUSTO, Obispo de Oviedo; FR.
Y mientras el padre Salvador se colaba cielo adentro sobre la grupa de la monja, San Pedro cerró la puerta por aquella noche, murmurando con admiración: -¡Rediós, y qué batalla están dando allá abajo! ¡Qué modo de pegar! A la pobre
jaca no le han dejado... ni el rabo.
Vicente Blasco Ibáñez
(Contestó el otro paisano), Ya soy
jaca vieja, hermano, Con las púas como anzuelo, Y a quien ya le niega el suelo Hasta el más remoto grano.
Estanislao del Campo
También se las manejaba Lolo haciendo alijos en las playas murcianas y andaluzas. No pocas veces pasó y repasó a todo galopar de su jaca El Campo y La Línea con fardos de tabaco y de seda.
Pero en el cuadrilátero del Pirineo al Ebro, y del Nervión al Cinca, pocas noticias nos quedan de ellos, y no muy seguras. Los llanos fueron ganados y saqueados por los moros, y lo mismo Zaragoza que Pamplona, Vitoria que Huesca y
Jaca.
Vicente de la Fuente
HOYA DE HUESCA: Aguas, Agüero, Albero Alto, Albero Bajo, Alcalá de Gurrea, Alcalá del Obispo, Alerre, Almudévar, Almuniente, Angües, Anies, Antillón, Apies, Arascues, Arbanies, Argavieso, Arguis, Ayerbe, Banaries, Banastas, Bandalies, Barbues, Barluenga, Bentue Rasal, Bespen, Biscarrues, Blecua y Torres, la Sotonera, Casbas de Huesca, Castilsabas, Coscullano, Cuarte, Chimillas, Ena, Esquedas, Fadanas, Grañen, Gurrea de Gállego, Huerto, Ibieca, Igries, Junzano, Labata, Lierta, Liesa, Loarre, Loporzano, Loscorrales, Lupiñen-Ortilla, Monflorite-Lascasas, Nocito, Novales, Nueno, Ortilla, Panzano, Pertusa, Piraces, Plasencia del Monte, Pueyo de Fananas, Quicena, Quinzano, Rasal, Riglos, Robres, Sabayes, Salillas, Salinas de Jaca...
Aquí teneis una buena jaca, idos en ella, y estad allí hasta que Dios disponga lo mejor: este partido era necesario tomar; Laura se ve precisada á consentir en él: Martorel la corta los cabellos, mata un pollo, y mancha con su sangre los vestidos de Laura, le pone uno de sus viejos trages, y procura disfrazarla.
Completaba el regalo rico albardón y bocado de plata; pero la Mayorazga, dejándose de chiquitas, encajó a su montura un galápago (pues de sillas inglesas no hay noticia en Bouzas), y sin necesidad de picador que la enseñase, ni de corneta que le sujetase el muslo, rigió su jaca con destreza y gallardía de centauresa fabulosa.
Manteníase firme, y cuando hallaba oportunidad de revolver la jaca y coger «el libre», lo hacía con rapidez de rayo, no sin girar antes el cuerpo sobre la enjaezada silla y disparar el tiro de fanfarria, último y arrogante saludo que dirigía a sus adversarios.