El lexicógrafo Ramón Joaquín Domínguez, en su Diccionario Nacional o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española, de mediados del siglo XIX, define perogrullada, perogrullear y Perogrullo:: «Personaje o ente quimérico, extravagante, ridículo, que se supone haber existido y dejado una preciosa colección de sandeces, apotegmas, axiomas y verdades como estas: cuatro huevos son dos pares; la mano cerrada se puede llamar puño y aun de hecho se llama así; cuando no se tiene frío, es que se ha entrado en calor; al que le quitan la vida, de seguro le matan; el que gasta el último cuarto de su última peseta, regularmente se queda sin ella; casi se puede afirmar, sin temor de ser desmentido, que no ven objeto alguno los ciegos de nacimiento. Lindezas de este jaez...
Como filósofo ha publicado Una pequeña historia de la filosofía (Oniro, 2008) en clave satírica donde califica a Platón de gángster y delincuente, a Heidegger de enfermo mental, entre otras lindezas; por otro lado ensalza a las mujeres filósofas independientemente del valor de su obra, promoviendo una suerte de cuota de género que acompaña con curiosas teorías, como la que sostiene que quien no es feminista es un peligro público.
Tal vez esto os parezca sueño de un loco… de nadie mis chocheces en mal redundan: a él no le conocieron ni a mí tampoco: que nos identifiquen, que nos confundan: que me amen vuestros niños: y cuando lleguen a ser ya grandecitos, cuando pregunten su historia y de saberla derecho aleguen, que los datos y señas delos dos junten; que cuando de su abuelo sepan la historia con la mía la fundan en su memoria: que cuando de él lindezas y bien les digan, que con él me recuerden y me bendigan, y cuando por él recen al acostarse, que también por mí recen cuenta sin darse; mi poesía que aprendan cuando crezcan Pepe y María.
Bien fingida estaba la voz del cardenal della Gamba; cierta es su lascivia que mal se contiene en público, pero aun cuando estalle a solas con su barragana, no será como tú la imitaste, sino meliflua, comedida en la apariencia, y más parecida a la del gato que a la del caballo fogoso: tus groseros instintos de histrión no pueden comprender cómo es el vicio de un príncipe de la Iglesia; superior a tus fuerzas es el remedo que emprendiste, tu lenguaje inverosímil, y así, pronto empecé a dudar que fueras quien decías, y de duda en duda llegué a conocerte, porque al decir aquellas lindezas imitadas de mis comedias...
¿Los muertos, nuestros muertos, tan mortalmente muertos de muerte "natural", es decir, de sarampión, tosferina, dengue, cólera, tifoidea, mononucleosis, tétanos, pulmonía, paludismo y otras lindezas gastrointestinales y pulmonares?
Estuche... Codillo...» y otras lindezas por el estilo. Parecía mentira que hubiese en la casa personas que diesen tanta importancia al basto y aun a la espada, estando él tan malito, como sin duda se iba poniendo.
Peregrinaron por Trujillo y Cajamarca, y soñando con que todo el monte era orégano y demás
lindezas con que diz que sueñan los amantes, despertaron una mañana en la tres veces coronada ciudad de los reyes.
Ricardo Palma
Maolito es nuestro eterno convidado; Rosina le sienta junto a sí, y entre cucharada y cucharada le admira, le adora... y le palpa, untándole la cara de grasa y otras lindezas.
Éstas y otras
lindezas del virrey que, por mujeriego, tuvo tristísimo fin a inmediaciones de la que hoy es plaza de Bolívar y antes fue de la Inquisición, las encontrará el lector en las interesantes Relaciones de Indias de nuestro amigo don Marcos Jiménez de la Espada.
Ricardo Palma
Con pasquines más o menos parecidos a éste eran agasajados los principales realistas, y más que todos don Ramón Noriega, rico hacendado y hombre de influencia social y política, al que, entre otras
lindezas, le escribieron: «Antes de hacerte difunto, godo, regodo, archigodo, te haremos bailar por junto y atado codo con codo el punto y el contrapunto».
Ricardo Palma
Veinte monjas, acaudilladas por la misma del primer barullo, se negaron a entrar en la sala capitular y firmaron un recurso al obispo, protestando no proceder a la elección sin que antes su ilustrísima, como delegado de la silla apostólica, no las declarase sujetas a su jurisdicción y libres de la del provincial franciscano, contra cuya tiranía y abusos estamparon mil
lindezas.
Ricardo Palma
Un libro en folio mayor no bastaría para copiar todas las
lindezas que hay escritas en los muros y asientos del palacio de la Exposición.
Ricardo Palma
Echóse a los ojos el papel su majestad, y tuvo la satisfacción de ver en él que se le llamaba amolachifre, gabacho, intruso, inexperto, gandul y otras lindezas por el estilo; y a la institución que él representaba en su trono, guillotina de los pueblos y oprobio de la Humanidad.
Poco más o menos fue la escena de Augusto con mi hermana, porque aunque no sea legítima consecuencia, también concluía que los Padres no deben tiranizar a los hijos, que los hijos no deben obedecer a los padres: insistía en que era independiente; que en cuanto a haberle criado y educado, nada le debía, pues lo había hecho por una obligación imprescindible; y a lo del ser que le había dado, menos, pues no se lo había dado por él, sino por las razones que dice nuestro Cadalso, entre otras
lindezas sutilísimas de este jaez.
Mariano José de Larra
La limana musa doña María Manuela Carrillo y Sotomayor se dirige a la Muerte, y en un romance indigesto la dice, entre otras
lindezas: «¿Quién eres, luciente asombro, que con reflexivas teas, tantos respiras blasones como lágrimas destellas?
Ricardo Palma
Surge en el mundo, por ejemplo, el fenómeno socialista; surge el ímpetu sanguíneo, violento, auténtico, de las masas socialistas; en seguida, la escuela populista, rica en ficheros y en jóvenes cautos, llenos, sí, de prudencia y cortesía, pero que se parecen más que a nada a los formados en la más refinada escuela masónica, produce un sucedáneo del socialismo y organiza una cosa que se llama democracia cristiana: frente a las Casas del Pueblo, Casas del Pueblo; frente a los ficheros, ficheros; frente a las leyes sociales, leyes sociales. Se adiestra en escribir Memorias sobre la participación en los beneficios, sobre el retiro obrero otras mil lindezas.
Mas la vanidad le ha sorprendido por donde ha sorprendido casi siempre a toda o a la mayor parte de nuestra clase media, y a toda nuestra clase baja. Es tal su patriotismo, que dará todas las
lindezas del extranjero por un dedo de su país.
Mariano José de Larra