Dificil es que los pueblos del Sur puedan uniformar sus costumbres y caracter con los del norte: el choque de las pasiones exaltadas serà el fomes dela discordia, y le seràn consiguientes movimientos intestinos, y luego una anarquia, que llorariamos sin perdon, por haber presentado la causa en vez de haber dictado el remedio.
La esclava debe morir. j Perdon, Toparca! — Sin ti, azucena del valle, ya para que anhelo la vida — Eres grande y generoso como tu padre Huaina Capac Vive, porque la patria reclama los esfuerzos de tu juventud.
El reo al verlos, exclamó misericordia, y estos señores intervinieron en nombre del sagrado de la Santa Iglesia, que amplió algo la caridad, así de los que para el pobre reo la pedían, como de los que concedieron el perdon, por lo cual quedó este dulce nombre a la puerta y al Señor, en cuyo nombre se pidió.
E CONVOCA A CABILDO ABIERTO, PARA QUE EL PUEBLO EN GENERAL CONOZCA DEL PERDON CONCEDIDO POR EL VIRREY A LOS SUBLEVADOS EN LA REVOLUCIÓN LLAMADA HOY DE LAS ALCABALAS .
Que sus altezas harán perdon general á todos los moros que se hubieren hallado en la prisión de Hamete Abí Alí, su vasallo, y asi á ellos como á los lugares de Cabtil, por los cristianos que han muerto ni por los deservicios que han hecho á sus altezas, no les será hecho mal ni daño, ni se les pedirá cosa de cuanto han tomado ni robado.
Vulgaridad insolente E impia ademas de necia, Pues quien á morir camina Por Dios que no representa; Que no hay en ello mas paso De sátira ó de comedia Que el perdon que él da á una turba Que está para él sorda y ciega.
Dulcísimo Jesus, que lleno de bondad no quereis la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, proporcionándole el remedio de su conversion en la penitencia y aborrecimiento de sus culpas, y dándole un vivo ejemplar en vuestro siervo San Vicente, que á pesar de su inocencia castigaba continuamente su cuerpo, y le reducia á servidumbre para que yo aprendiese á castigar el mio, que tantas veces ha pecado: concededme, Señor mio, fortaleza para satisfaceros con obras de penitencias las muchas ofensas que os tengo hechas, y asi justificado como el Publicano merezca vuestro perdon, vuestra gracia y vuestra gloria.
El 23 de Mayo de 1857 Dolores Veintimilla abando- naba la existencia, dirijiendo antes & la mujer que la habia llevado en su seno esta lac6nica despedida : «Perdon una y mil veces, adorada madre.
podemos ya esclamar todos, cuando tropecemos algun hueso de aquellos, :::Que en el idioma paterno :::Suelen acá por donaire :::Llamar madera del aire, :::O (hablando con perdon) cuerno gracias (segun el mismo autor) á nuestros filósofos que nos han hecho conocer que somos mucho menos que un cuerno» Alabado sea su nombre, y por siempre sea bendito el de quien así nos hace ver los desbarros de la filosofia.
Suele haber nobleza en la enemistad, y seria vergonzoso no tenerla con ciertas personas; pero el rencor lleva siempre consigo la bajeza: un alma poseída de noble orgullo, rehusa con franqueza el perdon, ó le concede generosamente.
Y cuando tanto brio despliegan en sus bárbaros agravios, ¿Qué dices tú, Dios mio? ¡Las últimas palabras de tus labios demandan el perdon para el impío!
Y sobre todo lo dicho avia sobrevenido viento norte, de suerte que mas estavamos cerca de la muerte que de la vida : plugo a nuestro señor que buscando los tizones del fuego que alli aviamos hecho, hallamos lumbre con que hizimos grandes fuegos : y ansi estuvimos pidiendo a nuestro señor misericordia y
perdon de nuestros peccados, derramando muchas lagrimas, aviendo cada uno lastima, no solo de si, mas de todos los otros que en el mismo estado vian.
Álvar Núñez Cabeza de Vaca