Se consideró contrarrelojista aunque en buen estado de forma paso la alta montaña. En contraposición tuvo dificultad para realizar esfuerzos cortos e intensos, como esprínes o repechos de alto porcentaje.
Empieza el año ganando una etapa en la Vuelta al Algarve y otra en la Tirreno Adriático, en ambas carreras demuestra una estupenda visión de carrera y una increíble habilidad para subir repechos duros de no más de cuatro o cinco kilómetros.
El mes de marzo, lo empieza ganando, algo que va a ser habitual en Gilbert todo el año, se impone un la Montepaschi Eroica, una durísima clásica por la que los ciclistas tienen que recorrer antiguos caminos de tierra con repechos duros y prolongados, por delante de corredores como Damiano Cunego, Alessandro Ballan o Greg Van Avermaet.
En el pelotón, que en esa parte final pudo neutralizar a todos los fugados salvo al ganador Martin, Alejandro Valverde protagonizó en los sucesivos repechos dos arrancadas con las que no obstante no pudo descolgar al maillot amarillo Alberto Contador, y los ataques de Philippe Gilbert y otros en Zugarramurdi resultaron también infructuosos.
Las ruedas eran unas finas 175/80/16, estrechas y altas, que ayudaban de forma decisiva a la hora de afrontar los repechos más difíciles, sobre todo con nieve, barro o agua.
En este tramo se alternan pequeñas subidas con otros tramos más llanos. Tras cruzar varias pequeñas vaguadas y arroyuelos, el trazado de la senda se hace más abrupto y abundan los repechos.
El pobre jamelgo enganchado a la polvorienta diabla manotea con todos los músculos en desesperada tensión y el pescuezo estirado por dominar uno de los repechos, mientras que con el látigo en una mano y con la otra aferrada a uno de los rayos de las ruedas pugna el Bellotero por ayudar al pobre animal en su desesperado esfuerzo.
Más allá un potro bayo de musculosos pechos baja a brincos los quiebros de los bruscos repechos, mueve la cola, mueve las orejas nerviosas, salta, piafa, relincha; las patas temblorosas se levantan, se doblan.
a tigre de Bengala, Con su lustrosa piel manchada a trechos, Está alegre y gentil, está de gala. Salta de los
repechos De un ribazo, al tupido Carrizal de un bambú; luego, a la roca Que se yergue a la entrada de su gruta.
Rubén Darío
Rechinaban las bilortas del arao, y chasquía del tirón el clavijero, y las yuntas jacezaban ya cansinas, y süaban las peonás en los repechos y las piedras daban chispas tan siquiera s'arrimaban a la punta de los jierros.
«Una generación no pasará sin que vengan sobre vosotras, matronas de Sión, tan grandes desventuras, que seréis asombro de las gentes; ya, ya asoman por esos repechos las romanas legiones; ya cruzan por los aires, trayendo el rayo de Dios, las águilas capitolinas.
El coche avanzaba tan lentamente que a las diez de la mañana no había recorrido aún cuatro leguas. Se habían apeado varias veces los hombres para subir, haciendo ejercicio, algunos repechos.