A tu neno ahora le regala rosquillas la Virgen, y San Antón le está poniendo una
ropa toda de oro, y de plata, y de perlas, con unos fleques colorados...
Emilia Pardo Bazán
A la tarde volveré yo por aquí, si mi señora la Condesa me da permiso para ello, y haré que te traigan
ropa blanca, las cosas más urgentes que tengas que firmar, y cigarrillos de papel.
Pedro Antonio de Alarcón
Todo ese montón de jetones que hay ahí, el señor Tohá, el otro señor Almeyda, todos estos mugrientos que estaban echando a perder el país, debes pescarlos presos y el avión que tienes dispuesto tú, arriba, y sin ropa, con lo que tienen, pa’ fuera.
Pero de todos modos una hora después lanzaban a un coche descubierto sus flamantes personas, calzados de botas, poncho al hombro -y revólver 44 al cinto, desde luego-, repleta la
ropa de cigarrillos que deshacían torpemente entre los dientes- y dejando caer de cada bolsillo la punta de un pañuelo de color.
Horacio Quiroga
Supo al día siguiente al abrir por casualidad el ropero, lo que es ver de golpe la
ropa blanca de su mujer ya enterrada; y colgado, el vestido que ella no tuvo tiempo de estrenar.
Horacio Quiroga
Fuera de algún incidente con sus colegas labradores, que invadían su jurisdicción; del hastío de los días de lluvia, que lo relegaban en cuclillas frente a la pava, la tarea proseguía hasta el sábado de tarde. Lavaba entonces su
ropa y el domingo iba al almacén a proveerse.
Horacio Quiroga
Predican sabios vates vengadora pelea, y sin saber su mal, al verles fracasados les juzgan impotentes, les niegan toda idea: «Pueden, sin recoger suspiros mendigados, cual se encabrita el búfalo que aspira la tormenta, saborear ahora males eternizados.» «De incienso embriagaremos al Fuerte porque alienta en lucha con los fieros serafines del Mal; cada farsante de estos sin ropa roja intenta detenernos.» Y escupen su desprecio mortal al desnudo que implora, de inmensidad indigente.
Para ser realmente moderno no se debería tener alma. Para ser realmente griego no se debería tener ropa. El dandismo es la declaración de la absoluta modernidad en la Belleza.
El hielo interior irradiaba hacia afuera, y todos los poros convertidos en agujas de hielo erizadas, de lo que adquiría noción al mínimo roce con su
ropa.
Horacio Quiroga
Y la vieja, entre dos chupadas, declaró sentenciosamente: -El que con chiquillos se acuesta... Yo, ende viendo uno (que sea ajeno, que sea mi nieto), le levanto la
ropa y le pego un buen azote...
Emilia Pardo Bazán
-¡Si está medio muerto! De un puntapié le empujaron más adentro del hogar. La llama prendió en la
ropa y en el pelo canoso. No hizo un movimiento.
Emilia Pardo Bazán
Cuando me ponga bueno, en lugar de irme a mi casa, traeré aquí mi
ropa, mis armas y mis perros, y viviremos todos juntos hasta la consumación de los siglos...
Pedro Antonio de Alarcón