Cuando piden limosna, más la
sacan con invenciones y chocarrerías que con devociones; y, a título que no hay quien se fíe dellas, no sirven y dan en ser holgazanas.
Miguel de Cervantes Saavedra
Esta piedra, no sólo atrae los anillos de hierro, sino que les comunica la virtud de producir el mismo efecto y de atraer otros anillos, de suerte que se ve algunas veces una larga cadena de trozos de hierro y de anillos suspendidos los unos de los otros, y todos estos anillos sacan su virtud de esta piedra.
Dejad, pues, de preguntarme cómo el sabio no recibe injuria si le hieren o le sacan los ojos; y que no recibe afrenta si le llevan por las plazas, oyendo oprobios de la gente soez; y si le mandan que en los convites reales coma debajo de la mesa con los esclavos de más bajos ministerios; y finalmente, si fuere forzado a sufrir cualquier otra ignominia de las que aun sólo pensadas son molestas a cualquier ingenua vergüenza.
Curiosamente, por ejemplo, hoy estaba charlando con gente de Aerolíneas Argentinas, el JP1, que no es la JP, el JP1 es el combustible, no es la JP2, el JP1 se llama al combustible de los aviones que sí se produce casi todo salvo una pequeñísima parte que importan, que creo que lo hacen para justificar que nos cobran precio internacional, y me estaba contando la gente de Aerolíneas que inclusive no los dejan cagar la totalidad en Aeroparque porque, bueno, tienen acuerdo una y otra empresa para poder hacerlo en otra y entonces sacan hasta el último peso que pueden.
Si tú pierdes tu dinero y pingüe herencia malgastas, de tu tío la heredastes, y de ti nadie la aguarda. Si abusas de los licores, y con lengua acalorada ruido y pendencias provocas, de ellas tus manos te sacan.
Al gobierno democrático, revolucionario, que respeta todos los derechos —y que los respeta no porque esté débil, sino por convicción—, ¡ah!, le sacan los ojos, ¡le sacan los ojos!
La Ley Agraria del Ejército Rebelde no es suficiente, porque si bien es verdad que ya garantiza la propiedad a más de 100 000 pequeños aparceros, arrendatarios y precaristas que tengan parcelas de menos de cinco caballerías de tierra, queda un problema muy importante: el problema de los que no tienen tierra; porque ya los que la tienen, bueno, pues reciben su propiedad, ¿y los que no la tienen? ¿De dónde la sacan?
Pues procedéis tan grosero, podrá con vos el acero lo que no la cortesía. (Sacan todos las espadas y riñen.) HERNANDO. ¡Pese a tal!
-Por mor de eso, y pa ayuda de males, nos pegaron aquella troncá esta mañana en el Cabildo... ¡Y pa eso le citan a uno y le sacan de casa!...
Sócrates: Yo no quiero que lo sea, si no lo es realmente; pero dime: ¿qué utilidad sacan los dioses de los presentes que les hacemos?
— No sabré decirte, palomita de ojos negros, lo que adi- vina ni lo que profesa la tal madama: pero tengo para mí, que ha de ser una de tantas embaucadoras que, á visla y pacien- cia de la autoridad, sacan el vientre de mal aflo, á expensas de la ignorancia y tonterías humanas.
Los teósofos juegan al gallo ciego y si abrazan el tronco de un árbol, dicen que es el talle de una joven, y si les
sacan el pañuelo de los ojos, dicen que la joven se convirtió en árbol y si les muestran la joven, dicen que es la reencarnación, y si la joven dice que no, dicen que es falta de fe.
Felisberto Hernández