No envidiar a los ricos, ni despreciar a los pobres; consolar y favorecer a los infelices. Vivir con sobriedad, y prepararse para ver sin inquietud acercarse la muerte como el principio de la inmortalidad y el término de las calamidades humanas.
¿En dónde nos engañamos? Único era nuestro lenguaje cuando vinimos de Lugar de la Abundancia; única nuestra manera de sostener, nuestra manera de vivir.
Mi mayor gusto hubiera sido casarlo, a ver si el matrimonio lo amansaba y domesticaba y yo le debía, lateralmente, más dilatadas esperanzas de sucesión para mi título de Marqués: pero ni Jorge puede enamorarse, ni lo confesaría aunque se enamorara, ni ninguna mujer podría
vivir con semejante erizo.
Pedro Antonio de Alarcón
Lo que he querido advertir a usted lealmente, es que yo haría muy desgraciada a esa hermosa joven, modelo de virtudes, si llegase a casarme con ella; que yo no he nacido para amar ni para que me amen, ni para
vivir acompañado, ni para tener hijos, ni para nada que sea dulce, tierno y afectuoso...
Pedro Antonio de Alarcón
-repuso la huérfana con pesadumbre-. Ello es que dejaré de
vivir a costa de su bolsillo de usted; o de la caridad de su señor primo.
Pedro Antonio de Alarcón
La hija de un hombre de bien que se apellidaba Barbastro y de una mujer de bien que se apellidaba Carrillo, no puede
vivir a expensas de cualquiera...
Pedro Antonio de Alarcón
Éstos hombres que pasan toda la vida juntos, no sabrían decir qué es lo que quieren el uno del otro, porque si encuentran tanta dulzura en vivir así no parece que los placeres de los sentidos sean causa de ello.
¡Lo que aquí pasa, hablando mal y pronto, es que no puedo casarme con usted, ni
vivir de otro modo en su compañía, ni abandonarla a su triste suerte...
Pedro Antonio de Alarcón
A causa del mal que veían en el que se enorgullecía y que él quería hacer a la faz de los Espíritus del Cielo, aquellos engendrados dijeron: “No está bien que pase eso; ese hombre no debe vivir aquí, en la superficie de la Tierra.
Como la necesidad sea tan gran maestra, viéndome con tanta, siempre, noche y día, estaba pensando la manera que ternía en sustentar el vivir; y pienso, para hallar estos negros remedios, que me era luz la hambre, pues dicen que el ingenio con ella se avisa y al contrario con la hartura, y así era por cierto en mí.
ligereza? Recíbelo así; a título de castigo. Ten paciencia. A serenarse, y a
vivir mejor desde ahora. ¿Eh? Aunque vuelva... ese, tu amigo de antes..., como si no existiera.
Emilia Pardo Bazán
Pero aun así y todo, repito que es imposible
vivir a su lado, según lo demuestra el hecho elocuentísimo de que, hallándonos él soltero y yo viudo, y careciendo el uno y el otro de más parientes, arrimos o presuntos eventuales herederos, no habite en mi demasiado anchurosa casa, como habitaría el muy necio si lo desease; pues yo, por naturaleza y educación, soy muy sufrido, tolerante y complaciente con las personas que respetan mis gustos, hábitos, ideas, horas, sitios y aficiones.
Pedro Antonio de Alarcón