En sus últimos años se dedicó a la literatura y la historiografía; fue miembro de la Junta de Historia y Numismática y publicó las novelas Patri y Nupciales; el libro de cuentos La Zoncera y unos Comentarios sobre moral cívica y política.
¿Y qué pensará que hice? Pues oiga, oiga la
zoncera... La eché un beso con la mano, sin mover la cabeza, y exclamé: “¡Gracias!” Y ella disparó...
Emilia Pardo Bazán
Un estanciero les cerró el camino; el recaudador es avaluó la patente en el doble de la de su competidor; con o sin motivo, sus pedidos de guías siempre demoraban en las oficinas; no podían mandar a plaza un vagón de cueros, sin que se los revisaran uno por uno, buscándoles camorra por una oreja comida por los gatos o cualquier otro zoncera, pinchazos de alfiler que si no matan, exasperan.
De esa ingenuidad a la zoncera no había más que un paso, y el médico, en comienzo de flirt con Elena, cambió con madre e hija una sonrisa de festiva solidaridad sobre el sujeto.
—¿No… qué? Concluya. —¿Para qué? Es una
zoncera. —No importa; concluya. Ella se echó a reir: —¿Para qué? En fin…¿no supondrá que no era al parecer ?
Horacio Quiroga