Guillermo J. Martínez (via gjmpesadillas)
Guillermo J. Martínez
Desaparecer…
“Y aunque solía esconder el rencor entre mis cobijas, aunque amanecía con los sentimientos nublados, hoy las nubes se van tras las colinas, me dejan en la intimidad a disfrutar de este día soleado. Pero al fin y al cabo, tantas promesas quedaron en los últimos besos que nos otorgamos, en próximas coincidencias quizá nos atrevamos a saborear nuevamente el pasado.”
— Guillermo J. Martínez
“Me pasa mucho mientras ando de vagabundo por calles que en la vida volveré a pisar, ya se de regreso o solo de ida, no hacen falta las miradas perdidas que se encuentran al toparse con la mía. Y solo ruego, que esos ojos inmensos, acompañados de unas cejas alucinantes, no sean desperdiciados en falsos desvelos, que me parto la madre en busca de tan admirable belleza, entiende señorita, tus pupilas ordenan el caos de cualquier cabeza.”
— Guillermo J. Martínez
¿Qué hiciste?
Pregúntame lo que quieras, pero pregúntame. Me llenas de dudas a lo gratis, y veo montones de signos de interrogación en tus ojos, porque preguntarme a simple manera qué fue lo que hice, de tu parte me resulta fácil. Tengo mil cuentos qué contarte, historias eróticas y algunas repugnantes, he llegado con la maleta llena de anécdotas, pero sin tu voz que las exija. He aprendido a temerle al olvido, a olvidar las noches eufóricas en Londres, a olvidar los fugaces amores, y cómo recordar todo eso, cuando en el momento se gozó en su total exceso. Temo a que cuando me preguntes, no defina lo versátil que ha sido últimamente mi vida, que incluso diría, envidiarías mis noches escritas, extasiadas y listas para apasionar al mundo. Atrévete y, no pienses dos veces. Escúpeme tu intriga directa a mis oídos, especifica tu pregunta, y qué si compartimos un rato sonrojados, habré acertado con exactitud en tus dudas. Hay que gozar los recuerdos sin limitarse a emprender nuevos, pero como siquiera a mí, me encanta cautivar instantes en mis propios souvenirs, podrías encontrar las tardes de Abril entre mis sonetos, en mis fotografías una vasta variedad de únicos momentos, pero insisto, al preguntarme sabrás tú de qué acusarme, pregunta y por favor júzgame, pregúntame lo que quieras, pero pregúntame. –Guillermo J. Martínez
“Le encuentro pasión a las azoteas, no importa dónde esté, veré la manera de acostarme en su punto más alto, y gozar de una vista que nadie más a presenciado. Suelo llenarme de éxtasis al pararme en el borde, e incluso si está lloviendo, saco un cigarrillo, y la verdad no me acostumbro a fumar, pero la adicción eufórica que siento al ver tanta belleza recargada en mis pupilas, trasciende a todo lo adictivo, por ejemplo tú.”
— Guillermo J. Martínez, Se trata ti
“No me di cuenta, pero tampoco se suponía que lo hiciera. ¿Conocen a ese tipo de chic@, que por más pendejadas que diga, altera perversamente la realidad en la que vivías? Esos gestos inesperados, que lo último de su botella de ron se lo eche a tu vaso, o que te ceda su asiento para comer más a gusto los tacos, esos no son los detalles que me alteraron. Lo que realmente altera, es la eficacia en la que se desliza su mirada, caminó sin saber, que mientras enfrente pasaba el tren, yo deseaba escapar en él junto a sus gestos, que no olvidaría al amanecer. Sus ojos perdidos, ni en las drogas o en las luces de la ciudad, sencillamente no estaban, ni presentes ni en otro lado, solo sabía, que su mirada perdida era lo más honesto que he conocido en la vida. Su voz era ronca, pero sus palabras agudas. No diría que hablamos, ni siquiera que mantuvimos una sofisticada conversación, solo se quedó veinte minutos, más unos tres para ir a orinar. Solo tuvimos una coincidencia. De esas que no pasan a menudo, de las cuales se pierde la existencia, y compartes la vista del inframundo a su lado, como si en ese instante de la eternidad, ambos fueran creadores de la realidad. Y eso para mí, fueron unos segundos en los que mi propia alma descubrí.”
— Guillermo J. Martínez