Una simpatía irresistible me había ligado a ellos, en esos segundos, en que, olvidados de mi presencia, los examinaba con mi curiosidad insaciable.
No sé que lentitud era esa prisa escondida en la pátina del cuerpo donde un llanto reprimía las sábanas que tapaban nuestro aliento de insaciable esfuerzo.
¿Pues, qué¿ ¿Un vientre tan insaciable nos dio la naturaleza, habiéndonos dado cuerpos tan pequeños, que llegásemos a vencer en tripones a los animales más grandes y más voraces?
Bajo nuestro insaciable galope, la tierra desaparecía gris y rayada, y las negras siluetas de los árboles huían como un ejército derrotado.
Y mientras miserable- mente se están los otros abrasando en sed
insaciable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando.
Fray Luis de León
Mas este ni ve más que un desengaño, ni oye más que una solemne voz del cielo, o ya es un tronco que ni ve, ni oye, ni siente. Un su gentilhombre llega, notando que allí la muerte está bebiendo
insaciable, y le tira de la veste.
Ángel de Saavedra
Una sociedad en que la violencia está incorporada a las instituciones mismas, y que condena a los hombres a la codicia insaciable, a las más inhumanas formas de crueldad e independencia frente al sufrimiento ajeno.
Y al mezclarse entre lo común, sin miedo a la cotidianidad, su vaguedad
insaciable los enredaba en viciosos círculos, en triángulos escatológicos, en cuadrángulos petrificantes; como vagabundos hospedados en cualquier sitio, sin importarles nada, despojados de raíces, sin cavar cimientos; desprendidos infructos de generaciones sin más entusiasmo que un narcótico suicidio.
Antonio Domínguez Hidalgo
Nunca sentiré el correr de tus manos por mi anhelante carne. No podrá ser lo que pienso: unión de sexos y de espíritu, calma a esta excitación
insaciable ¡Oh...
Antonio Domínguez Hidalgo
LOS FILOTEVÉSOFOS La insaciable demagogia discursiva de la modernidad y sus utopías repitió hasta el desfunde que “los pueblos tienen los gobiernos que merecen”, pero jamás se dio cuenta, como la posmodernidad intenta hacerlo hoy, que al pueblo, convertido en público, por obra y gracia del espíritu consumista, también se le da la televisión que su alienación pide.
Ansioso de distinguirse En su servicio, y mostrarse Agradecido y celoso Por los intereses reales, Atropelló sin escrúpulo Cuanto encontró por delante, Sin que justicia ó nobleza Fuesen valla á sus desmanes. Que en él fué delirio al cabo Lo que al principio coraje, Y la sed de su venganza Degeneró en insaciable.
Ahora la situación es muy diferente: con la subyugación de los sudetinos, de los checos, de los eslovacos, de los húngaros y de los ucranianos, que fácilmente serán dominados por el Führer, Alemania habrá aumentado su población hasta cerca de 100 millones de hombres; no tiene ya frente qué defender en Checoeslovaquia, ni en Austria, ni en Hungría; tiene a su disposición flamantes elementos de guerra que han venido a aumentar su ya formidable ejército, y está en condiciones de amagar y quizá de someter a su insaciable despotismo a Rumania, a cuyas puertas se encuentra ya prácticamente, para abastecerse, por las buenas o las malas, del elemento primordial para la guerra, el petróleo, que sólo Rumania pudiera darle en caso de bloqueo.