miércoles, 9 de abril de 2025

AFIRMAR NUESTRA CONDICIÓN DE ELEGIDOS

"Cuando echo una mirada, tanto a mi interior como a mi alrededor, me siento abrumado por oscuras voces que me dicen: «No eres nada especial; eres una persona más entre millones; tu vida no es más que una boca más que alimentar; tus necesidades, un problema más que resolver». Estas voces son cada vez más poderosas, especialmente en un tiempo histórico de tantas relaciones rotas. 

Muchos niños no se sienten bienvenidos al mundo. Bajo sus sonrisas nerviosas, se esconde a menudo la pregunta: «¿Soy querido realmente?» Algunos jóvenes han oído a sus madres decirles: «No te esperaba, pero cuando comprobé mi embarazo, decidí tenerte... Fuiste una especie de accidente». Tales palabras y actitudes no contribuyen en absoluto a que la persona se sienta elegida. Nuestro mundo está lleno de personas que se preguntan si no habría sido mejor para ellos no haber nacido. Cuando no nos sentimos amados por los que nos han dado la vida, a menudo sufrimos a lo largo de toda ella alguna forma de auto-menosprecio, que nos puede llevar fácilmente a la depresión y hasta al suicidio. 

A pesar de esta realidad penosísima, y contando con ella, tenemos que atrevernos a afirmar la verdad de que somos los elegidos de Dios, incluso aunque el mundo no nos haya escogido. Mientras permitamos a nuestros padres, hermanos, maestros, amigos y personas que nos quieren, decidir si hemos sido elegidos o no, estamos atrapados en las redes de un mundo que nos sofoca, que nos acepta o rechaza de acuerdo con sus criterios de efectividad y poder. 

A menudo, esta afirmación representa una ardua tarea, un trabajo que dura toda la vida. Porque el mundo persiste en sus esfuerzos de empujarnos hacia las tinieblas de la duda, del auto menosprecio, o del autorrechazo, y a la depresión. Y eso porque somos personas inseguras, miedosas, que nos infravaloramos, y que, en consecuencia, podemos ser manipulados por los poderes que nos rodean. 

La gran batalla espiritual empieza —y nunca termina—, por afirmar nuestra condición de elegidos. Mucho antes de que ningún ser humano nos oyera llorar o reír, fuimos oídos por nuestro Dios, que es todo oídos para nosotros. Mucho antes de que ninguna persona nos hablara en este mundo, se dirigió a nosotros la voz del amor eterno. 

Nuestra condición de seres valiosísimos, únicos en nuestra individualidad, no se nos ha dado por aquéllos a los que hemos encontrado en el reloj del tiempo —el de nuestra breve existencia cronológica—, sino por el Uno que nos ha elegido con su amor eterno, un amor que existió desde toda la eternidad y durará para siempre".

Henri Nouwen
Tú eres mi amado

miércoles, 18 de diciembre de 2024

ELEGIR LA ALEGRÍA ES ELEGIR LA VIDA

 


"¿Cómo elijo la vida? Un aspecto de elegir la vida es optar por la alegría. La alegría es vivificante, pero la tristeza trae muerte. Un corazón triste es un corazón en el que algo se muere. Un corazón contento es un corazón en el que nace algo nuevo".

Henri Nouwen

¡ALÉGRATE!

 "Creo que la alegría es mucho más que un estado de ánimo. El estado de ánimo nos invade. No escogemos nuestro estado de ánimo. A veces nos encontramos con el ánimo alegre o deprimido sin saber de dónde viene. La vida espiritual está más allá de los estados de ánimo. Es una vida en la que optamos por la alegría y no nos permitimos ser víctimas de sentimientos pasajeros de felicidad o depresión".

Henri Nouwen

martes, 26 de noviembre de 2024

RECUERDA ESTO SIEMPRE

 


"Cuando creo que mi vida es preciosa y repleta de significado a los ojos de Dios, algo verdaderamente nuevo, algo más allá de mis propias expectativas, comienza a suceder en mí"

Henri Nouwen

ADVIENTO: EL SILENCIO Y LA PALABRA ESTÁN UNIDOS


"Para conocernos de verdad a nosotros mismos y aceptar plenamente nuestro propio y único camino tenemos que ser conocidos y aceptados por los demás tal como somos. No podemos llevar una vida espiritual en secreto. No podemos hallar nuestra verdadera libertad en soledad. El silencio que no va acompañado de la palabra es tan peligroso como la soledad sin comunidad. Ambos están unidos".

Henri Nouwen

viernes, 17 de mayo de 2024

VEN, ESPÍRITU SANTO

"Cuando hablamos del Espíritu Santo, estamos hablando del aliento de Dios que respira en nosotros. La Palabra griega que significa "espíritu" es pneuma y quiere decir aliento. Rara vez tenemos conciencia de nuestra respiración. Es tan esencial para la vida que sólo pensamos en ella cuando no funciona como debiera. El Espíritu de Dios es como nuestro aliento, es más íntimo en nosotros de lo que somos nosotros para nosotros mismos. Podemos no tener conciencia de ello, pero sin él no podemos vivir una "vida espiritual". Es el Espíritu de Dios quien reza en nosotros, el que nos ofrece los dones del amor, el perdón, la amabilidad, la bondad, la serenidad, la paz y el gozo, Es el Espíritu quien nos da la vida que la muerte no puede destruir. Digamos siempre en nuestras oraciones: "Ven, Espíritu Santo, ven".

Henri Nouwen

martes, 13 de febrero de 2024

ALABAR A DIOS EN MEDIO DE LOS PROBLEMAS

 

"Tras una estancia de siete meses en un templo trapense, Henri Nouwen pensaba que había podido solucionar algunos de sus problemas personales. Pero poco después de su regreso, y ya en su profesión, pasó por una serie de experiencias que lo decepcionaron y lo humillaron bastante. Y entonces se dio cuenta de lo que le había pasado. "No se construyen conventos para solucionar problemas, sino para alabar a Dios en medio de los problemas". 

Muchos creen que rezando y meditando podrán resolver sus problemas, podrán superar su depresión, podrán corregir su sensibilidad, llenar su vacío interior. Pero con frecuencia la oración no les sirve. Rezan y rezan, pero están cada vez más insatisfechos... Detrás se esconde la idea utópica de que podrán resolver todos sus problemas de una buena vez, de que en algún momento habrán dejado atrás para siempre todas las crisis. 

 Alabar a Dios en medio de los problemas reinterpreta la situación. No pido que la situación cambie ni que se solucione el problema, sino que alabo a Dios en medio de los problemas. Esto relativiza  los problemas y ya significa un cambio en la situación. He tomado distancia de ellos, no me dominan mis dificultades, no tengo que pensar en ellas todo el tiempo, puedo quitar mi atención de mi y mirar a Dios, a quien alabo por sus "justos caminos".

 Ya no corro detrás de la solución utópica de resolver mis problemas. En la alabanza no resuelvo el problema, pero me desprendo de él".

Anselm Grün