Haceme cargo de las heridas
y las que van a venir,
Dijiste que no creías en pacifistas
confío en que aun pienses así.
Prometo darte placer.
Quizás hasta sufrir.
Pero nada más.
Hasta el fin.
Una ambigüedad de vida y muerte
se trepa por mis dedos
me convierte mitad tiesa
mitad latiente.
Desvanezco en el incierto,
tengo que dejarme ir
donde vuela el viento norte
acariciarme las heridas,
embellecerme las torpezas
y aceptarme en mi esencia.
Un abrazo de mi hija
me vuelve mariposa,
me llena de colores,
y el amor me dice
que no hay precio
para un corazón
que no sabe de razones.
Vivo, respiro, camino
ya no seré sólo mi sombra.
Voy a destrozarte, por quererte mucho.
Voy a dejarte herido el cuerpo, el pecho y la fantasía.
Voy a ser lo que nunca podrás olvidar,
el dolor punzante del recuerdo en la garganta,
el error mas inevitable del cual pudiste escapar.
Voy a besarte el alma
y a devorarme todos los ingenuos espasmos de tus ojos.
Y después de haber ultrajado el poder de tu reinado,
de haberte destrozado en nombre de todos los hombres que me dejaron,
voy a ser quien diga adiós y lastime tu expectante idea del amor.
Entonces volveré a reírme de todo, a reír mejor.
Y podrás jurar que de todos los que quise,
siempre serás a quien amé más...
Si esa siempre fue mi recompensa por amar,
Deberías considerarte privilegiado.
resbalamos en el lecho
esclavos del mismo fuego,
tu sexo entre mis labios
copa de eros que se rebalsa
me confiere un poder divino
de tener dos almas, un cuerpo,
de ser diosa y esclava
juego con el sarcasmo
de poseerte y ser dominada,
en una zigzagueante marea
de bocas, manos y espasmos,
para comer de la carne,
para beber de tu agua
el elixir de tu alma
que temblorosa y tibia que se derrama
soy un volcán envuelto en su propia lava
Ahí casi en el punto final
hay copas, cielo e inmensidad.
Afuera la noche aulla su silencio,
adentro caigo en mis agujeros.
Un año más, un tiempo atrás
y cientos de espejos por quebrar.
Entonces la vuelta al secreto
y mil razones para bebernos el mar.
Comienzo.
En el punto inicial veo tu cuerpo,
entonces hay vuelo, mareo y eternidad.
(Amo-te)
Escribo.
No sé de pájaros,
tampoco sé que decir.
Escribo sobre ti.
corremos
vos te vas
yo me quedo
ya no importa
ya no hay tiempo
ya nunca seremos eternos
Y fui yo la que se dejó ir.
Fui la ola, la rompiente y el silencio de la espuma,
un espasmo de ilusiones olvidadas,
que se herrumbraron en la sal de viejas espinas.
Ahora soy una ave oscura que deambula
solitaria, negra y en penumbras.
El hueco más profundo de la pena,
donde el frío se cuela y hace ruido.
Debería haberte amado
más allá de la vida.
Pero ya es tarde, y estás inmóvil.
Como la roca mutilante y asesina,
con la que mi cuerpo se flagela,
dejando abiertas todas mis heridas.
No me importa morir por el maltrato,
será la gloria de mi dulce condena
porque tu dolor en mi vida fue poesía
porque mi amor es lo que nunca juré en vano.