He releído las entradas que hice desde el 2006... han pasado 18 años y lamento haber dejado de escribir, para comparar la evolución.
He cambiado, pero mi esencia sigue siendo la misma. Me siento distinta, consciente de la edad que tengo, intento vivir un día a la vez, dando gracias por cada día, haciéndolo único y especial.
Intento repetir mantras que me mantienen enfocada:
¿Cómo haría esto si fuera la última vez?
Me doy permiso para hacer y sentir. Para aceptar que hay días que solo quieres llorar y está bien.
Brillo con luz propia y hago lo posible por iluminar el camino para otros.
Acepto a las personas como son, no hay ni buenos ni malos. Solo son distintos a mi, no genero expectativas con nadie. Esto me evita sufrimientos.
Todo lo que hago, lo hago porque quiero, no para generar deudas emocionales o chantajes hechos en nombre ¨del amor¨. No espero nada de nadie.
Me reto cada día a hacer cosas que me sacan de mi zona de confort y que me reten a aprender.
Mis días comienzan y terminan con un ¨gracias Dios, qué suerte tengo, qué afortunada me siento, qué bendecida soy¨
Soy una nostálgica, sentimental y de lágrimas de todo tipo.
La fórmula es tomar las cosas como son, no como nos gustaría que fueran. Cada uno elige el camino que quiere.
Me fío de mi intuición. Me amo y me acepto como soy.
Presumo de tener las mejores amistades porque están sin estar a mi lado. Doy mi amistad pero no me encompincho con ninguno.
Soy constante, consecuente y sé que todo lo que haga, tendrá un impacto. Enfocada en MI, entreno, medito, sintonizo con las personas e intento que si es la última vez que las voy a ver, al menos le quede un buen recuerdo.