P.-¿El protagonista de Vida de perros tiene algo en
particular contra las mujeres?
R.- No creo que tenga nada contra las
mujeres en general. Me imaginé al protagonista como un asesino sin empatía
alguna, sin escrúpulos ni remordimientos que para conseguir sus propósitos es
capaz de hacer lo que ningún ser humano se atrevería. Aunque es verdad que
muchas de sus víctimas son mujeres, lo cierto es que la mayoría de sus actos
son imitaciones de otros asesinos. La realidad es que, por desgracia, las
mujeres han sido y son el punto de mira de muchos criminales, pero no sólo de
asesinos en serie, lo vemos todos los días con la lacra de la violencia de
género. El que los lectores se den cuenta de que por el simple hecho de ser
mujer tienes más papeletas de ser víctima potencial de un delito violento puede
que despierte la conciencia de muchos con respecto a la seguridad personal y el
modo en el que la sociedad tiene interiorizada la victimización de la mujer.
Por eso me parecía buena idea el ver que Susana, uno de los personajes
femeninos de la trilogía, en esta nueva novela, Vida de perros, fuese tomando fuerza y consiguiese sacar
fuerzas de flaqueza cuando sus compañeros se quedan inmóviles y sin capacidad
de reacción. Me parecía un bonito tributo a todas las luchadoras que cada día
demuestran su valía: El Señor Lobo busca a mujeres para culminar su obra y una
mujer es la que está dándole caza.
P.- Tu
protagonista asesina a las prostitutas con las que acaba de tener relaciones
sexuales, mata niños, ni su pareja se salva de su maldad. ¿Tiene algo de real
el personaje?
R.- Es todo lo real que puede ser un personaje de ficción en
una novela que está basada en hechos reales. Me explico: El protagonista, de
ficción, es un ser despreciable que subyuga a su pareja y además imita a
asesinos y psicópatas que han existido en la realidad, pero no sólo eso, sino
que mientras comete sus crímenes es capaz de diluirse en la sociedad y pasar
desapercibido para el resto del mundo. Esa es la realizad de la mayoría de los
maltratadores, psicópatas y asesinos seriales en los que me he basado para
escribir las novelas. Creo que si se piensa en frio, el sólo hecho de ser consciente de que tu vecino
pueda ser el Sr. Lobo causa pavor.
P.-Esta novela tiene mucho
que ver con Oculto entre las sombras. ¿A qué se debe?
R.- Vida de perros
es la segunda parte de un ambicioso
proyecto con el que pretendo mostrar varias cosas a la vez. Por un lado
experimentar con la maldad en su estado puro: En Oculto entre las sombras metí en una coctelera a los asesinos
seriales más conocidos del planeta, a un individuo que supiera los métodos que
utiliza la policía en sus investigaciones y salió el Sr. Lobo. En Vida de perros tenía que descubrirle en
todo su esplendo, pero además exponer la realidad de las víctimas de violencia
de género, cómo se encuentran tan anuladas que incluso justifican a sus parejas
y sus acciones, tal vez al leer la novela alguno aprende a empatizar con las
victimas; pero también quería mostrar la
realizad de los muchos y muy buenos policías que combaten en su día a día
contra los criminales, desnudar sus pasiones, sus peleas, sus dudas, sus
preocupaciones y cómo su vocación, muchas de las veces, les obliga a sacrificar
muchas cosas queridas. Como entenderás, todo eso no cabe en una sola novela,
por eso comencé a escribir La Crisálida del hombre lobo, una trilogía de la que ya se puede disfrutar
de dos de sus partes: Oculto entre las sombras y Vida de perros.
P.- ¿Al ser una
trilogía se comparten personajes y un entorno físico? ¿En qué zonas se mueve
nuestro criminal?
R.- El “malo” es un depredador que toma sus medidas para
pasar desapercibido, por eso viaja mucho y ataca en diferentes sitios. En Oculto en las Sombras se hablaba de
Barcelona, Irún, San Sebastyián, Salamanca o Madrid y alguno de sus barrios. En
Vida de perros, la historia se centra
en dar jaque mate al Sr. Lobo y por eso los escenarios tenían que centrarse
también en una zona mucho más reducida del territorio nacional. En esta parte
el entorno físico juega un papel importante, se concentra en diferentes barrios
y pueblos de Madrid, sobre todo de la zona sur porque hay una serie de factores
que, si yo fuera el Señor Lobo, me haría centrarme en esas zonas. Durante
muchos años me he criado en Vallecas, en el sur de la capital, y creo que esos
barrios son un ejemplo de todo lo bueno y malo que puedes encontrar en una gran
urbe con la salvedad de ser un espacio mucho más recogido. Aunque, por
desgracia, en polígono industrial de Marconi de Villaverde puedes tener un
fácil acceso a la prostitución o exista una enorme densidad de población como
en Carabanchel, también ya una multiculturalidad que hace el que esos barrios
estén más vivos que otras zonas de Madrid y un ejemplo es Vallecas y el Pozo del
Tío Raimundo, además existen infinidad de sitios característicos y
tremendamente bellos como el Cerro de los Ángeles en Getafe o el parque
forestal de Entrevías. Por eso la trama
debía de recoger, al menos, unas pinceladas de la realidad de esos barrios, que
son en los que he crecido.
P.-¿La policía trabaja
sobre más casos de psicópatas y criminales en serie de los que podemos
figurarnos?
R.- Sinceramente espero que no, pero soy consciente de que
muchos de los criminales que la policía detiene diariamente podrían tener
rasgos psicopáticos, pero creo que no hay ningún estudio fehaciente sobre los
detenidos e investigados por la policía.
Si a eso le sumamos la estimación que el Doctor en psicología Robert D.
Hare postulaba que aproximadamente entre el 1% y el 5% de la población mundial
padece psicopatía, la respuesta a la
pregunta de si hay más psicópatas de los que nos figuramos, da miedo.
P.- Tu
protagonista tiene una total falta de empatía, hará todo por cumplir sus
objetivos, para él la mentira es una simple herramienta. ¿Cómo descubrir a una
persona de este tipo en nuestro entorno?
R.- Tengo que decirte que no soy psicólogo, por eso puede que
mi respuesta no sea todo lo precisa que debiera, aun así, no estoy del todo
seguro de que se pudiera descubrir si un psicópata como el Sr. Lobo está en
nuestro entorno. La mentira es un forma de vida y todo gira en torno a ella,
piensa que una persona sin ningún tipo de empatía sería fácil identificarlo en
la sociedad, el mentir es su forma de pasar desapercibido, su particular forma
de subsistir en sociedad. Es más, es muy posible que varios de nosotros ha
tenido contacto con uno o más de estos psicópatas y no nos hemos dado cuenta de
nada. Cosa diferente es que la policía le detenga y, tras eso, te pongas a “atar
cabos” y llegues a la conclusión de que fulanito de tal era un psicópata.
P.-¿Eres consciente de
la dureza de tu novela, especialmente en las páginas finales? ¿Se podría decir
que empieza siendo una novela policíaca y acaba más cerca del true crime?
R.-Tenía que mostrar la maldad en su estado puro, por eso
tenía que ser una novela cruda, real y muy, muy dura. El lector no podía
esperar menos del Sr. Lobo. Catalogar Vida
de perros como true crimen es un
poco osado, pero es cierto que me baso es experiencias personales y, sobre
todo, en la realidad a la hora de plasmar cómo trabaja la policía. Muchos de
los lectores van a ver reflejada la realidad del trabajo de la policía, incluso
de los GEO en sus intervenciones. Creo que eso un punto fuerte de la novela, el
meterte en una investigación policial que mezcla la realidad con la ficción. Ahora bien, a modo de confesión tengo que
decirte que, sin ser así de atroz, sí que hubo una mujer metida en una jaula de
perros. Por suerte su pareja fue a prisión.
P.-Hay momentos en que
Vida de perros es una novela negra procedimental. ¿Ayudará al lector a conocer
y comprender mejor el modo de trabajar de la policía?
R.- Eso espero, porque es una de mis intenciones a la hora de
lanzarme a escribir la trilogía La Crisálida
del hombre lobo, pero también creo que ayuda a que el lector se vea metido
en la tensión y estrés de la investigación. Vida
de perros es una novela en la que te falta el aire desde el minuto uno,
podría decirse que es una carrera a contra reloj en la que los tiempos están
marcados por la ley y el que, según vas pasando las hojas, te vayas dando
cuenta de que las cosas no son tan fáciles como uno pensaba, hace que
comprendas el trabajo de la policía pero sobre todo que te des cuenta de su
humanidad y empatices con ellos.
P.-Cuándo un
delincuente parece conocer especialmente bien el modo de trabajar de la
policía, ¿los policías deben cambiar su comportamiento para que no se les
adelanten?
R.- No es que deba cambiar, es que se hace de forma constante.
La policía es un reflejo de la sociedad y se ajusta a las necesidades reales de
cada momento y lugar, pero es una organización enorme con más de setenta mil
policías y, por eso, puede que la sociedad no vea esos cambios de una forma
contundente como si fuera una
actualización del móvil, creo que es más algo diluido en el día a día. Desde siempre he pensado que un policía debía
de reunir muchas cualidades, pero entre todas destacaría tres: Una vocación de
servicio excepcional y por encima de todo, un nivel de frustración muy bajo
porque muchas veces las cosas no terminan como nos gustaría y una flexibilidad
cognitiva que te permita explorar nuevas formas de investigación o de
intervención, siempre que se ajusten a la ley, claro. Creo que por eso he disfrutado
tanto de mi época como investigador, porque podía explorar nuevas formas para
identificar a los delincuentes y eso mismo es lo que he tratado de plasmar en Oculto entre las sombras y en Vida de perros, mi forma de vivir la
investigación.
P.-Ya sabemos que es
una trilogía. ¿Hacia dónde se supone que nos llevará un futuro tercer volumen?
R.- El proyecto de La
Crisálida del hombre lobo, como su nombre indica, es la transformación de
un individuo en el mayor depredador que ha existido jamás. Quiero plasmar sus
pensamientos, sus motivaciones y sobre todo el cómo y el porqué se ha deformado
tanto su yo como para convertirse en un animal sediento de sangre y, como
comprenderás, todo esto no cabe en una sola novela, por eso decidí centrarme en
un aspecto esencial con cada novela. Con Oculto
entre las sombras tenía que crear al mayor asesino de todos los tiempos
mientras mostraba a parte de los criminales y psicópatas más peligrosos del
mundo para que los lectores viesen que no estaba hablando de fantasías sino de
gente tan real como tú y como yo. Con Vida
de perros, como he dicho, he querido mostrar la maldad en estado puro, la
más peligrosa de las maldades a la que se podría enfrentar una persona, porque
esa maldad es real, mentirosa y tremendamente embaucadora. Por eso tenía que
mostrarla sin tapujos ni edulcorantes que hicieran más fácil de digerir, tanto
que la dureza de la novela, de la que me has preguntado anteriormente, te das
cuenta de que podría abrir la sección de sucesos de cualquier noticiario de
televisión.
Sobre la ultima parte, espero no desvelar demasiado, pero
quiero que sea el cierre del círculo, tengo pensado mostrar la maldad del Sr.
Lobo desde otro punto de vista, más interior y personal, pero no quiero
adelantarme porque aún queda mucho trabajo por delante. Ahora espero que los
lectores disfruten de Vida de perros tanto
o más que de la primera parte.
https://www.mareditor.com/narrativa/vida_de_perros.html