-Pos por eso vengo yo a visitar a sus mercedes, poique mi Rosario no jace más que suspirar y mirar jacia estos olivares, y no está a gusto más que cuando anda el zángano alreor de la colmena, de la que apenitas se aparta, y cuasi toa la noche se las pasa cantándole su querer dende er fondo de la cañá u de en mitá de la era.
No anda sobre la tierra ni sobre las cabezas, que no presentan un punto de apoyo muy suave, pero sí camina y se reposa sobre las cosas más tiernas, porque es en los corazones y las almas de los dioses y de los hombres donde establece su morada.
¿Para qué sirve el mundo? No significa nada para mí.
Anda, sigue cultivando tus rosas; es para lo único que sirves. Deja que los castaños produzcan sus frutos, deja que las vacas y las ovejas den su leche; cada uno tiene su público, y yo también tengo el mío dentro de mí mismo.
Hans Christian Andersen
No tiene gallinas ni polluelos, sólo piensa en sí y cría herrumbre. El gallo del corral, ¡ése sí que es un gallo! Miradlo cuando
anda, ¡qué garbo! Escuchadlo cuando canta, ¡deliciosa música!
Hans Christian Andersen
Al concluir, quiero citar a uno de nuestros mejores poetas, Wally Mongale Serote, que ha escrito estas bellas palabras en su obra Ofay-Watcher Looks Back: "Quiero ver lo sucedido; Luego, Silencioso como las raíces al romper la tierra Miro lo sucedido Distingo si sobre las casas hay humo o polvo Quiero ver lo sucedido Luego, Silencioso como las plantas que muestran su verdor Quiero ver lo sucedido, Cuando las casas me hacen preguntar: ¿vive alguien aquí? Porque algo anda mal cuando pregunto: ¿está vivo ese hombre?
—No quiero salir... —¡Cómo de que no! Sí a mí ya me
anda por largarme de aquí... —Tú porque tienes algo para lo cual robar... ¿pero yo...?
Antonio Domínguez Hidalgo
Vete al plato y saca el vientre de penas. Pero ten cuidado de secarte los bigotes, no se te vaya a quedar nata pegada en ellos.
Anda, vete, yo vigilaré.
Hans Christian Andersen
—Murmuró entre dientes el barquero—. ¡No parece sino que esta noche
anda revuelta toda esa endiablada raza de judíos !... ¿Dónde diantres se tendrán dada cita con Satanás, que todos acuden a mi barca, teniendo tan cerca el puente?...
Gustavo Adolfo Bécquer
Cuando llegaba el sábado, sus compañeros de labores, más grandes en edad que él, treinta años, el que menos, armaban una escandalosa tremolina. Después de recibir el pago semanal lo invitaban. Se divertiría: —
Anda, güey, vente con nosotros. Ni pareces hombre...
Antonio Domínguez Hidalgo
(¡Ya verá el desgracido de Ramírez que siempre
anda presumiendo de ser el más inteligente y sabihondo de los que trabajamos aquí, quién soy yo!
Antonio Domínguez Hidalgo
-¡Orales pues! Ya me calentaste. Le entramos al palo, pero vamos pronto; ya me
anda... -¡Claro mi cielo! Acá a la vuelta está un hotelito.
Antonio Domínguez Hidalgo
Se lo dije. Cuando
anda tan ocupado no le hace caso ni a su madre. -como con finura sonríe la secretaria, mientras esboza su ironía.
Antonio Domínguez Hidalgo