Falsa sonrisa en derredor vagaba de sus fruncidos labios al quitarse, y siniestra su faz amedrentaba, amarga su expresión de contemplarse: y con prudente voz llamando a Estrella y a sus palabras dando astuto giro, exhalando un suspiro, plática tal enderezó con ella.
Que era el mozo muy astuto, y era muy cándida ella, y era la monja muy bella, y el rondador muy audaz; las noches eran oscuras, las citas muchas y en calma, y el amor prende en el alma con la chispa más fugaz.
El astuto Iván había dejado a la vista lo suficiente para que la procaz princesa ansiara ver más, y mientras ella lo contemplaba con la respiración acelerada y las mejillas ardientes, él sintió que los encantos de tan selecto y delicioso bocado, inspeccionándolo con tal desfachatez, avivaban su apetito carnal hasta un punto casi irresistible.
Un hombre muy astuto, que después de quitarse la sotana para vestir de librea, condujo el coche de alquiler que transportó a la "feliz pareja" fuera de la ciudad.
Mas encontrando al alzarse la mirada abrasadora del mozo clavada en ella, levantóse presurosa. Don Juan, advirtiendo astuto que se iba y que estaba sola, asió la ocasión propicia, y a desvanecerse pronta: -¡Chíst!
Cierto es que el Corán prohíbe terminantemente la usura; pero esto es con los musulmanes, y el
astuto Hassan, en la isla de Java, ejercía la usura no con los musulmanes sino con los infieles, es decir, con los campesinos chinos y budistas.
Roberto Arlt
¡Jo! La lucha es la lucha...! Para tanto bruto, siempre hay un
astuto. Y para un buen lobo, siempre existe un bobo. XII Subsiste en el silencio.
Antonio Domínguez Hidalgo
Entonces don Juan, que nunca Su peligro desatiende Ni pierde el tino su ira, Con mano asaz diligente Cerró las puertas, y astuto Buscó balcón que cayese A otra calle, y por las rejas Descolgóse osadamente.
Entonces Iván se quitó de buena gana los restantes obstáculos que impedían que la princesa lo viera por completo, desnudando las partes secretas de su cuerpo y dando así testimonio instantáneo de su disposición y su vigor. El astuto mujik estaba erecto y sonreía con desfachatez.
Gracias a sus parientes AZTECAS pudo tener unos años de tranquilidad hasta el día en que le llegó la noticia deseada: El anciano TEZOZOMOC, el astuto y ambicioso señor de AZCAPUTZALCO, había muerto.
No tardó mucho en verlo. Y es que el astuto por ahí rondaba con el propósito de saber lo acontecido con su primo perro. Cuando el coyote lo vio, le dijo: -¿Qué tal te fue, buen primito?
Este animalejo es muy astuto y siempre que se ve irremediablemente perdido, finge estar muerto y cuando menos se lo espera uno, salta a toda velocidad y huye, o da unos mordiscos tan fuertes que quien se descuida puede perder hasta los dedos o un buen trozo de su carne.