Viene la otra pobre casada o doncella a descubrir más de lo que fuera menester su natural inclinación de ser puta, tiene celo de ello el galán y causa cuidado al marido y por dar a entender que conocen la fragilidad y imperfección del sujeto, dicen: "de res que se mea el rabo, no hay que fiar".
Al instante, aunque el cuerpo del pañero colgaba totalmente flojo e inanimado, su brazo se levantó y su mano empezó a agitarse alegremente como el rabo de un perro que ve a su amo.
Me alejé, y en un gabinete contiguo, donde no había nadie, me puse a admirar unos cuadros de ninfas y sátiros, en paisajes frescos y densos, a lo Rubens. Con el
rabo del ojo observaba a Sabino.
Emilia Pardo Bazán
De esta vez, o se marcha del pueblo, o la cencerrada termina en quemarle la casa y sacarle arrastrando para matarle de una paliza tremenda. ¡Estas cosas no se toleran dos veces! Y don Fortunato sonríe, mascando con los dientes postizos el
rabo de un puro.
Emilia Pardo Bazán
Un peón había tenido tiempo de asestarle un machetazo en la oreja, y el animal, al trote, el hocico en tierra y el
rabo entre las patas delanteras, había cruzado por nuestro camino, mordiendo a un potrillo y a un chancho que halló en el trayecto.
Horacio Quiroga
Si vieras, si escucharas esta alboroto: hay hombres vestidos de locura, con cacerolas viejas, tambores de sartenes, cencerros y cornetas; el hálito canalla de las mujeres ebrias; el diablo, con diez latas prendidas en el rabo, anda por esas calles inventando piruetas, y por esta balumba en que da brincos la gran ciudad histérica, mi soledad y tu recuerdo, madre, marchan como dos penas.
Su mirada descendió al chiquero. Pascual devoraba algo en medio del lodo. Aún quedaban las piernas y el rabo del perro. -¡No! -gritó Enrique tapándose los ojos-.
-repúsole la Picarona; y, encogiéndose desdeñosamente de hombros después, continuó-: Pero por mí, que colee jasta que se le caiga el rabo.
Allí, el cachorro vio de pronto a Míster Jones sentado sobre un tronco, que lo miraba fijamente. Old se puso en pie meneando el rabo.
de sus composiciones, no serían desdeñadas por el inmortal vale de la sátira contra el matrimonio. Réstanos aún, como se dice, el rabo por desollar.
Los perros comprendieron que esta vez todo concluía, porque su patrón continuaba caminando a igual paso como un autómata, sin darse cuenta de nada. El otro llegaba ya. Los perros hundieron el rabo y corrieron de costado, aullando. Pasó un segundo, y el encuentro se produjo.
Con más facilidad topé por qué se decía al lindo ojo del culo "manojo de llaves": por lo redondo del cabo y muchas molduras que hacen aquel mismo repulgo, y viene bien con los que llaman cofre al culo, que es darle cerradura.; y en los animales vemos que la Naturaleza les cubre el culo con la cola o rabo, para que como parte más necesaria y secreta, estuviera acompañado tapado y abrigado, y con mosqueador para de verano, y en las aves lo mismo.