Speak No Evil

Speak No Evil

Sali tan traumado de The Substance que ya casi se me olvidaba escribir una reseña de Speak No Evil — a pesar de que me gustó mucho también, pero pues las vi con apenas unas cuantas horas de separación que una empujó a la otra por completo fuera de mi cerebro. En fin.

Y debo hacer un prefacio: NUNCA vi la versión danesa pero conozco todo sobre su sombrío desenlace, además el drama con el director original, Christian Tafdrup, y su hate a la «americanización» soft y complaciente para las audiencias occidentales y pues, no tienes que predicarme a mi buddy, yo también vi el remake de Martyrs e Inside en su momento y comprendo el dolor.

Habiendo dicho TODO ESO, tengo que evaluar el remake tal como lo vi y los eventos que ocurren en él por si solos y la neta disfruté que no fuera una «película de terror» en su estructura tradicional, sino más bien una bomba de tiempo que acumula y acumula tensión, no necesariamente ante la duda —si hemos visto al menos diez películas similares en nuestra vida, sabemos que la bomba VA A estallar—, sino más bien te mantiene apretujando los dientes por descubrir cuando diablos.

Los dos Macs hacen un trabajo excepcional; McAvoy parece que está reviviendo un desquiciado encore de Split 2.0 y Mackenzie Davis... 😍... ¿Qué no puedo decir de Mackenzie Davis y sus penetrantes luceros glaciales? Desde The Turning, Floria Sigismondi nos advirtió que la tía poseía los ojos perfectos, casi de musa italiana, para protagonizar cualquier cinta de terror. Y repito: Más que una tarifa de espantos tradicional, Speak No Evil por gran parte de su duración parece un drama de cámara —la mayoría ocurre en una misma granja, con nunca más de cuatro o cinco personajes— y en su recta final se convierte en algo más parecido a las emociones de una película de acción... ¡y hasta capaz que una comedia de enredos!

Leyeron bien: En algún punto la película casi evoluciona a un slapstick que para muchos podrá parecer ridículo o cómico pero la verdad no me parece taaan fuera de tono con el resto de la trama —que además la comedia sirve para soltar tensión y aflojar los hombros. Todo el rato se nos trata de vender un drama de relación realista sobre los secretos y las acciones —y reacciones— de «una pareja normal» ante circunstancias «no tan normales», así que tiene sentido ultimadamente todos actúen con incompetencia o torpeza por que pues el Juan o la Juana Común no se despiertan un día y de la nada ya son Jason Statham o Gina Carano.

Shoutout final para Aisling Franciosi, que este año ya la vimos entregar otro performance deslumbrante en la indie sobre animación, Stopmotion, y pues aparte lo menciono cada que la veo: si el mundo fuera justo, su explosivo rol en The Nightingale merecía haberla puesto en el radar y el speed dial de todos los directores/productores de género del mundo entero.

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