El espejo de Tezcatlipoca
Aug 24, 2020
3 minutos
Tezcatlipoca, el Señor de la Fatalidad y de la Noche, llevaba en su pecho un espejo humeante de obsidiana donde el ser humano debía escrutar su destino. En un espléndido reportaje para The New York Times, “La tierra en préstamo: una gramática de la violencia en México”, Juan Villoro tomó ese espejo, encerrado en libros y museos, y lo puso de nuevo ante nuestros ojos para preguntarnos si aún podíamos vernos reflejados en él.
La imagen es aterradora. En el fondo del espejo se delinea el rostro más brutal y: un altar en el que se colocaban, unidos con argamasa, los cráneos de los prisioneros de guerra sacrificados a Huitzilopochtli, el dios de la guerra.
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