Estación Juárez
Por Teófilo Guerrero
()
Información de este libro electrónico
La unipersonalidad ofrece al actor una amplia libertad de interpretación, un espacio para que se involucre plenamente con su personaje, multiplicando así la diversidad de reacciones en el espectador-lector. El título alude a un sitio de Guadalajara, una ciudad que con sus peculiares referentes (su habla y sus costumbres), se desempeña como conectora de las tres piezas. Aun así, el carácter de cada obra es distinto y definido: por momentos se tiende hacia la reflexión, a la introspección (individual y social); pero también se busca reflejar lo hilarante de la condición frente al mundo, los sueños rotos en esa realidad que descalabra.
Lee más de Teófilo Guerrero
Dramatis sanguis Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Estación Juárez
Libros electrónicos relacionados
Poquita fe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa sirena y otros cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDorian Eternity Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Myrtia de Osuna: En el contexto de la Generación del 27 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas antípodas y el siglo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa vida rápida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones7 mejores cuentos de Efrén Rebolledo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa santa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl acompañante Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa respuesta esta en el viento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQuiero ser negra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás allá de lo real maravilloso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlfredo Joskowicz: Una vida para el cine Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMulieribus Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos maduros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBoca diminuta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDel shtétl a la ciudad de los palacios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCeremonia luctuosa en memoria de Octavio Paz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNoches tapatías: Historia de la vida cabaretera de Guadalajara, 1940-1987 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNiñering: Crónicas de una cuidadora explotada en Europa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras completas, IV: Simpatías y diferencias, Los dos caminos, Reloj de Sol, Páginas adicionales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRetrato de mi doble Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlguien aquí que tiembla. Celebración poética de mujeres: Año I del confinamiento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos trabajos y los días Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología: prosa, teatro, poesía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoemas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEntrevistas y Anécdotas de Diego Rivera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGusanos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDaguerrotipos: 30 años de encuentro con la cultura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMetal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Artes escénicas para usted
El cuerpo en la danza: Postura, movimiento y patología Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Biblioteca Studio Ghibli: El viaje de Chihiro Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Narrativa a tu alcance: los métodos más populares para crear historias inolvidables Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Quieres escribir un cuento? Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El training del actor Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Clásicos que debes leer antes de morir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas 50 leyes del poder en El Padrino Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Guía Práctica de Ejercicios de Técnica para Guitarra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Teoría de la Música: Niveles 1 - 3 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La liberación de la voz natural: El método Linklater Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un actor se prepara Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Puro teatro Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 100 clasicos de la moda: Una guia de articulos que toda mujer con estilo debe poseer Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Clásicos que Debes Leer Antes de Morir: Un viaje literario por los tesoros de la literatura universal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVestidas de azul: Análisis social y cinematográfico de la mujer transexual en los años de la Transición española Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Fausto Calificación: 5 de 5 estrellas5/550 Cuentos Navideños Clásicos Que Deberías Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Films de Terror: Los que no te puedes perder, los que cambiaron el género y los que harán historia. Calificación: 5 de 5 estrellas5/550 Clásicos que Debes Leer Antes de Morir: Tu Pasaporte a los Tesoros de la Literatura Universal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMelodías dispersas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Reina del grito: Un viaje por los miedos femeninos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El miedo escénico: Orígenes, causas y recursos para afrontarlo con éxito Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los elementos de la danza Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El guión y sus formatos: Una guía práctica Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ánimas de día claro y otras obras de teatro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para Estación Juárez
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Estación Juárez - Teófilo Guerrero
México
Sin pretextos
No tengo pretexto para no escribir; tengo que confesar que he sido afortunado en poder ser ubicuo casi desde siempre, tener una mirada migratoria que hoy puede estar en un espacio donde el lujo es la regla y capturar cada detalle, y mañana en un lugar marginal y dejarme invadir por las sensaciones y la indignación de ver tanta miseria en un país que puede darnos todo a todos, sin problema.
Cuando encuentro algo que me interesa me gusta adoptar la postura del gato: ver, rodear, medir, mirar, acercarme, oler, observar, y en silencio, subitamente, llevarme lo que se pueda. Durante algún tiempo traeré los estímulos visuales, auditivos, emocionales incluso, dando vueltas por todo el cuerpo; luego, mucho después, a veces hasta años, llegará la primera letra, seminal y poderosa. La escritura siempre llega al final. Remata, muestra, sirve de guía para ir por la experiencia llevada a la forma.
En este volumen se incluyen tres partituras dramáticas unipersonales, es decir: pautas accionales y verbales para un solo actor, con la amplitud suficiente para que pueda erigirse como creador, como diseñador de su propio viaje por el texto en colaboración con el director de escena. Estos textos forman una trilogía acerca de mi ciudad, Guadalajara, tratando de verla más allá de los símbolos consabidos del mariachi y el tequila, una ciudad que me sugiere cariño y dolor, sueño y pesadilla, una ciudad que merece ser vista de otro modo, en este caso a través de la mirada de tres personajes que no pueden evitar el viaje por su experiencia.
En la dramaturgia sobran las recomendaciones y sugerencias, pero es justo señalar que los textos bien pueden dialogar entre ellos y hasta mezclarse. Creo que esto puede ser un ejercicio interesante en lo escénico; de hecho, provienen de una realidad confundida, mezclada, de alguna manera son simbiontes, pues el uno colaboró para que los otros surgieran.
No me quedará más que agradecer a mi padre por la ubicuidad, y a mi madre por la mirada. Ya es tiempo.
Viajemos.
Estación Juárez
Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus, singula dum capti circumvectamur amore.
VIRGILIO, GEÓRGICAS
Para Gonzalo, constructor de mundos posibles desde lo imposible. Para Ernesto, que sueña lo real como si fuera posible. Para ambos, por todas las razones existentes.
«Estación Juárez» se estrenó en la Casa Suspendida en mayo de 2011 bajo la dirección del autor y la actuación de Vera Wilson, con el apoyo del Programa de Estímulos a la Creación y el Desarrollo Artísticos de la SCJ.
ROSALBA FERNÁNDEZ
Que puede ser una presencia, un fantasma, un alma ciega, no sé si un personaje, eso le corresponderá a la actriz.
No necesariamente hay tiempo ni necesariamente espacio; hay un paso buscando un tacto, una mirada buscando un gesto, unos labios sin pelo, una pierna persiguiendo la mirada y una mano buscando una voz que aparece de la nada…
Uno
Siempre fui novia, amiga, compañera, amante, sobrina, hija, hermana, detalle, estudiante, espía, canalla, carne, entrepierna, Fernández, la chica, culito, sombra, la elegida, mujercita, tontita, vieja, la chava de los jeans rotos, piernas, esa, la legítima, aquella, Rosalba Fernández… pero casi nunca yo.
Ahora camino por Federalismo, un monstruo de avenida que aplastó sueños y propiedades. A los lados hay casas mutiladas, incompletas, intervenidas, violadas, ninguna está íntegra, su pasado es difuso, casi inexistente, saben lo que son, pero no lo que fueron. Hay un árbol que debió haber caído hace mucho tiempo, una cajetilla de Marlboro aplastada, un perro herido a la orilla de la banqueta que entiende al mundo porque está a punto de morir, una mujer vendiendo periódicos sin importarle si vende alguno, y enfrente, pasando la calle de López Cotilla, está la entrada de la estación Juárez del tren subterráneo.
Bajo por las escaleras, la mochila me pesa, pero menos que los ojos que me ven pasar sin darme mucha importancia, o regalándome un interés que no me gusta; no hay nada que pueda considerar para extrañarlo. Guadalajara tendrá muchas razones para extrañarse, pero ninguna me parece lo suficiente como para empezar a hacerlo. O no sé. Nunca lo supe.
Voy al torniquete, dejo caer la tarjeta sobre el tapetito electrónico, escáner, o como se llame. Me da acceso a las tripas del sistema, hay una parvada de gente que corre, tomo la tarjeta, la voy a guardar, pero la tiro en el primer bote de basura que me encuentro.
Bajo al andén, no miro hacia atrás, aun cuando algo pasó, y la curiosidad me jala del pelo. Pero sigo. Debo seguir. No me gusta la sal. No. No me gusta. La Biblia tampoco, pero hay que tomar las debidas precauciones por si es de observación obligatoria.
—¿Qué horas traes, m’ija?
La mujer es baja, morena, recuerdo levemente mi sutil racismo tapatío; sus ojos están muertos,