Berenguela de Castilla

reina de Castilla (1217-1246) y reina consorte de León

Berenguela I de Castilla (Segovia, 1179 o 1180-Burgos,[2]​ 8 de noviembre de 1246), hija del rey Alfonso VIII y de su esposa la reina Leonor de Plantagenet, fue reina de Castilla[a]​ en 1217 y reina consorte de León entre 1197 y 1204 por su matrimonio con el rey Alfonso IX.

Berenguela I de Castilla
Reina de Castilla,
reina consorte de León

Miniatura medieval de Alfonso IX y Berenguela
Reinado
1217
Predecesor Enrique I
Sucesor Fernando III
Información personal
Nacimiento 1179 o 1180
Segovia[1]​ (Castilla)
Fallecimiento 8 de noviembre de 1246
Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas, Burgos (Castilla)
Sepultura Monasterio de las Huelgas de Burgos
Familia
Casa real Casa de Borgoña
Padre Alfonso VIII
Madre Leonor Plantagenet
Cónyuge Alfonso IX de León
Hijos Véase Matrimonio y descendencia
Castillo de Doña Berenguela en Bolaños de Calatrava, Ciudad Real.
Berenguela la Grande en una litografía del siglo XIX

Orígenes familiares

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Nacida en 1179[3][2][b]​ o en 1180,[4][2][c]​ en el Alcázar de Segovia, Berenguela era la hija primogénita del rey castellano Alfonso VIII y de su esposa, Leonor Plantagenet, bisnieta de otra Berenguela, la esposa de Alfonso VII de León. Por línea materna era nieta de Enrique II de Inglaterra y de otra importante mujer de la época, Leonor de Aquitania.

Política matrimonial

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Durante los primeros años de su vida, Berenguela fue la heredera nominal al trono castellano, pues los infantes nacidos posteriormente no habían sobrevivido; esto la convertía en un partido muy deseado en toda Europa.[6]

En 1187 se acordó el primer compromiso matrimonial de Berenguela con Conrado, duque de Rothenburg y quinto hijo del emperador Federico I Barbarroja.[7]​ Al año siguiente en Seligenstadt, se firmó el contrato matrimonial, incluyendo una dote de 42 000 maravedíes,[7]​ tras lo cual Conrado marchó a Castilla, donde se celebraron los esponsales en Carrión de los Condes, en junio de 1188.[8][9]​ El 29 de noviembre de 1189 nació el infante Fernando, hermano menor de Berenguela que al ser varón, fue designado nuevo heredero al trono en su perjuicio. El emperador Federico, viendo frustradas sus aspiraciones en Castilla, perdió todo interés en mantener el compromiso de su hijo y los esponsales fueron cancelados[9]​ a pesar de la dote de 42 000 áureos de la infanta. Conrado y Berenguela jamás volverían a verse. Seguramente influida por su abuela Leonor de Aquitania, a quien no interesaba tener un Hohenstaufen como vecino en sus dominios franceses, Berenguela solicitó al Papa la anulación del compromiso. Estos temores se demostrarían sin fundamento y la acción emprendida carente de objeto cuando en 1196 el duque fue asesinado.

En 1197 Berenguela se casó en Valladolid con Alfonso IX, rey de León y su pariente en tercer grado. De este matrimonio nacieron cinco hijos.[9]​ En 1204, el Papa Inocencio III anuló el matrimonio alegando el parentesco de los cónyuges,[10]​ a pesar de la dispensa concedida en su día por Celestino III. Al ser la segunda anulación para Alfonso, ambos esposos solicitaron vehementemente una nueva dispensa para permanecer juntos. Pero Inocencio III, uno de los pontífices más duros en cuestiones matrimoniales, se la denegó, aunque concedió que su descendencia fuese considerada como legítima. Disuelto el vínculo matrimonial, Berenguela regresó a Castilla al lado de sus padres,[9]​ donde compatibilizaría el cuidado de sus hijos con la regencia del reino y llegaría a ejercer de consejera durante el reinado de Fernando III.

Regente de Castilla (periodo de 1214-1217)

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Al morir Alfonso VIII en 1214, debería haber heredado el trono el infante Fernando de Castilla, pero su inesperada muerte en 1211 de una enfermedad repentina, hizo recaer la corona en su hermano Enrique I que tenía solo diez años, lo que abrió un período de regencia, primero bajo su madre Leonor Plantagenet, de veinticuatro días de duración, hasta su muerte; y luego bajo su hermana Berenguela.[11]​ A raíz de los disturbios internos ocasionados por la nobleza, principalmente por la casa de Lara, Berenguela fue obligada a ceder la tutela del rey y la regencia del reino al conde Álvaro Núñez de Lara[12]​ para evitar conflictos civiles en el reino.

En febrero de 1216, se celebró en Valladolid una curia extraordinaria a la que asistieron magnates castellanos como Lope Díaz de Haro, Gonzalo Rodríguez Girón, Álvaro Díaz de Cameros, Alfonso Téllez de Meneses y otros, que acordaron, con el apoyo de Berenguela, hacer frente común ante Álvaro Núñez de Lara. A finales de mayo de este mismo año, la situación se tornó peligrosa en Castilla para Berenguela, que decidió refugiarse en el castillo de Autillo de Campos[13]​, cuyo tenente era el noble Gonzalo Rodríguez Girón –uno de los fieles a la regente– y enviar a su hijo Fernando, el futuro rey, a la corte de León, con su padre, Alfonso IX. El 15 de agosto de 1216 se reunieron todos los magnates del reino de Castilla para intentar un acuerdo que evitase la guerra civil, pero las desavenencias llevaron a los Girón, los Téllez de Meneses y los Haro a alejarse definitivamente de Núñez de Lara.

Reina de Castilla (año 1217)

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El 6 de junio de 1217 falleció Enrique I después de recibir una herida en la cabeza por una teja que se desprendió accidentalmente cuando se encontraba jugando con otros niños en el palacio del obispo de Palencia, quien en esas fechas era Tello Téllez de Meneses.[14]​ El conde Álvaro Núñez de Lara se llevó el cadáver del rey al castillo de Tariego para ocultar su muerte, aunque no pudo evitar que la noticia llegara a Berenguela.[15]​ La inesperada muerte de Enrique suponía que pasaba a ella el trono de Castilla por lo que el 2 de julio lo cedería a su hijo Fernando III en el que así venían a converger la legitimidad sucesoria de los reinos de Castilla por su madre y de León por su padre.[9][16]

Consejera real (periodo de años 1217-1246)

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Pese a que no quiso ser reina, Berenguela estuvo siempre al lado de su hijo, asesorándolo como consejera e interviniendo en la política de la corona de esta forma indirecta.

Destacó su mediación en 1218 cuando la intrigante familia nobiliaria de los Lara con el antiguo regente, Álvaro Núñez de Lara, a la cabeza conspiró para que el padre de Fernando III y rey de León, Alfonso IX, penetrara en Castilla para hacerse con el trono de su hijo. El fallecimiento del conde de Lara facilitó que la intervención de Berenguela, posibilitara que el 26 de agosto de 1218 padre e hijo firmaran el pacto de Toro que pondría fin a los enfrentamientos castellano-leoneses.[17]

Concertó el matrimonio de su hijo con la princesa Beatriz de Suabia, hija del duque Felipe de Suabia, y nieta de dos emperadores: Federico Barbarroja e Isaac II Ángelo. Este matrimonio con una familia tan importante elevaba la alcurnia de los reyes de Castilla y abría la puerta para que Fernando participase en los asuntos europeos de forma activa. El matrimonio se celebró el 30 de noviembre de 1219 en la catedral de Burgos.

En 1222, Berenguela intervino nuevamente a favor de Fernando III, al conseguir la firma del Convenio de Zafra que puso fin al enfrentamiento con los Lara al concertar el matrimonio de su hijo y hermano del rey el infante Alfonso con Mafalda González de Lara, hija y heredera del señor de Molina, Gonzalo Pérez Manrique.

En 1224 concertó el matrimonio de su hija la infanta Berenguela con Juan de Brienne[18]​ una maniobra con la que acercaba a Fernando III el trono leonés, ya que Juan de Brienne era el candidato de Alfonso IX para el matrimonio con una de sus hijas. Al adelantarse, Berenguela evitaba que ese eventual marido pudiera reclamar el trono leonés en perjuicio de Fernando.

 
Sarcófago de doña Berenguela en el Monasterio de Las Huelgas (Burgos)

Pero quizás la intervención más decisiva de Berenguela se produjo en 1230 cuando supo que al fallecer, Alfonso IX había designado como herederas al trono de León a sus hijas Sancha y Dulce, frutos de su primer matrimonio con Teresa de Portugal, en detrimento de los derechos de Fernando III. Berenguela se reunió en Benavente con la madre de las infantas y consiguió la firma de la Concordia de Benavente, por la que renunciaban al trono a cambio de una sustanciosa cantidad de dinero y otras ventajas. De este modo, se unirían definitivamente los reinos de Castilla y de León en la persona de Fernando III el Santo, lo que supuso el surgimiento de la Corona de Castilla.

Tras la muerte de Beatriz de Suabia, aunque habían tenido suficiente descendencia, intervendrá en el segundo matrimonio de Fernando III, «con el fin de que la virtud del rey no se menoscabase con relaciones ilícitas». La elegida para la ocasión sería Juana de Danmartín, noble francesa candidata de su hermana Blanca de Castilla, tía del rey y reina de Francia por su matrimonio con Luis VIII.

Berenguela ejerció como una auténtica reina mientras su hijo Fernando se encontraba en el sur, en sus largas campañas de reconquista de Al-Ándalus. Gobernó Castilla y León con la habilidad que siempre la caracterizó, asegurándole el tener las espaldas bien cubiertas. Se entrevistó por última vez con su hijo en Pozuelo de don Gil, actual Ciudad Real, en 1245, tras lo cual volvió a Castilla donde falleció al año siguiente.

Se la retrata como a una mujer virtuosa por los cronistas de la época. Fue protectora de monasterios y supervisó personalmente las obras de las catedrales de Burgos y Toledo. Del mismo modo, también se preocupó de la literatura, encargando al cronista Lucas de Tuy una crónica sobre los reyes de Castilla y León, siendo asimismo mencionada en las obras de Rodrigo Jiménez de Rada.

Matrimonio y descendencia

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En 1197, Berenguela se casó en la ciudad de Valladolid con el rey de León Alfonso IX, pariente suyo en tercer grado. De este matrimonio nacieron cinco hijos:


Predecesor:
Enrique I
 
Reina de Castilla

1217
(6 de junio-1 de julio)
Sucesor:
Fernando III
Predecesor:
Teresa de Portugal
Reina consorte de León
1198-1204
Sucesor:
Beatriz de Suabia

Genealogía

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En las fuentes medievales

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La Historia de los hechos de España (1243), redactada por el arzobispo toledano Rodrigo Jiménez de Rada, muy próximo a la reina, elogia a esta constantemente hasta el punto de dar a entender que nada escapaba a su control e influencia.[20]

  1. La titulación completa era Regina Castelle et Toleti (Reina de Castilla y Toledo).
  2. El historiador Martínez Díez opina que probablemente pudo nacer en 1179 aunque la Crónica Latina da su fecha de nacimiento en 1180. Esto es debido a que su ama, llamada Estefanía, recibió en mayo de 1181 un heredamiento en recompensa y en esa época la lactancia se prolongaba hasta los dos años de edad.[2]
  3. Julio González afirma que nació en el año 1180 «sin duda alguna»[5]

Referencias

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  1. Cruz, 2006, p. 9.
  2. a b c d Martínez Díez, 2007, p. 46.
  3. Cruz, 2006, pp. 9 y 16.
  4. González González, 1960, pp. 196-200.
  5. González González, 1960, pp. 197.
  6. Shadis, 2010, p. 33.
  7. a b Shadis, 2010, pp. 55–56.
  8. Cruz, 2006, p. 32.
  9. a b c d e f g h i j Martínez Díez, 2007, p. 47.
  10. Sánchez de Mora, 2003, p. 232.
  11. Cruz, 2006, p. 112.
  12. Sánchez de Mora, 2003, p. 238.
  13. Sánchez de Mora, 2003, p. 265.
  14. Sánchez de Mora, 2003, pp. 266-267.
  15. Sánchez de Mora, 2003, p. 267.
  16. Sánchez de Mora, 2003, p. 269.
  17. Sánchez de Mora, 2003, p. 276.
  18. Cruz, 2006, pp. 183.
  19. a b c Cruz, 2006, p. 68.
  20. González Jiménez, 2006, p. 17.

Bibliografía utilizada

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Bibliografía adicional

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Enlaces externos

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