Ex Oriente Lux

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EX ORIENTE LUX, EX OCCIDENTE DUX: GRIEGOS, CARTAGINESES Y ROMANOS EN CONTACTO Y CONFLICTO

SVEN-TAGE TEODORSSON Universidad de Gotemburgo

Ex oriente lux! Se dice que con esta exclamacin saludaban los romanos al sol cuando se elevaba sobre las montaas samnitas. La expresin se ha hecho una frase clebre universal, usada a lo mejor por casualidad en sentido original, pero casi siempre simblicamente para sugerir que nuestra cultura occidental proviene en el fondo de Oriente. No obstante, sucede a menudo que decimos esta frase negligentemente sin querer armar que sea as en realidad. Durante el eurocentrismo chovinista del siglo XIX se form la opinin de que los griegos antiguos desarrollaron su extraordinaria cultura por s mismos casi independientemente de otras naciones y culturas. Esa idea era consecuencia de la extrema idealizacin de los griegos en la poca del romanticismo. Es paradjico, pero esta apreciacin va en contra de la comprensin de los mismos griegos y de la documentacin en la literatura griega antigua. Ellos tenan conciencia de que la fuerte inuencia de las culturas ms antiguas de Oriente haba transmitido impulsos decisivos para su propio desarrollo. Resulta curioso que la falsa concepcin fue aceptada por el mundo acadmico y que pudo subsistir hasta muy avanzado el siglo pasado. Sin embargo, aquella situacin s ha cambiado totalmente en las ltimas dcadas. Los griegos antiguos tenan razn. Su desarrollo cultural no habra sido posible sin los contactos frecuentes con las naciones de Oriente an ms precoces. En realidad, esto no es en ningn modo asombroso. No fue un caso fortuito que entre las muchas tribus indoeuropeas que se desperdigaron por los cuatro puntos cardinales en torno al 2000 a.C. los griegos llegaron al ms alto nivel de cultura. Entraron con el tiempo en contacto con naciones de Oriente, mientras por ejemplo los germanos, que migraron hasta Ultima Thule, encontraron slo a lapones y eras: malos inspiradores de cultura! En las ltimas dcadas hemos conseguido un conocimiento nuevo y diversicado sobre las frecuentes conexiones entre el mundo del Egeo y Oriente Medio. La cultura minoica de Creta fue inuida por las naciones de Oriente y del Sur, y los griegos micnicos entraron pronto en contacto con ellas y adems con los hititas y las naciones del Oriente. En los poemas de Homero tenemos evidencia de contactos intensos. Los griegos de Micenas conocan ya en parte la literatura pica y mitolgica del Oriente. Una multitud de rasgos orientales se encuentran en la pica homrica y hesidica.
KOINS LGOS. Homenaje al profesor Jos Garca Lpez E. Caldern, A. Morales, M. Valverde (eds.), Murcia, 2006, pp. 999-1006

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Dado que la tradicin oral de esta poesa procede de la poca micnica, aquellos rasgos demuestran la inuencia temprana1. Los descubrimientos arqueolgicos completan la demostracin2. Fue gracias a la inuencia de Oriente por lo que el nivel general de la cultura de los griegos se elev tan rpidamente durante la segunda mitad del segundo milenio a.C. Se dejaron impresionar en prcticamente todos los campos: arquitectura, arte, religin, escritura. La escritura minoica provino probablemente de Oriente, y los micnicos la adoptaron en seguida. Entonces de golpe el desastre afect a la civilizacin micnica. Todo el mundo del Egeo cay bajo el crepsculo de los siglos obscuros. Las convulsiones polticas, las largas migraciones, y el aislamiento rebajaron mucho el nivel cultural de los griegos. La escritura micnica se perdi junto con los palacios, y los contactos con Oriente disminuyeron mucho o cesaron casi totalmente. Con todo, sabemos ahora que la interrupcin de las relaciones fue slo de corta duracin. Ya a principios del primer milenio los griegos llegaron de nuevo a las costas occidentales de Oriente. Pero eran los fenicios los que dominaban la navegacin en el Mediterrneo en aquella poca, a saber, desde alrededor de 1100 hasta nes del siglo IX a.C. Es cosa sabida que navegaron por todos los sitios de ese mar y fundaron poblados muy numerosos desde Chipre, donde establecieron, entre otras ciudades, Citin e Idalin, hasta la pennsula ibrica, donde Cdiz, Mlaga, Elche y muchas otras localidades son establecimientos fenicios tempranos. Igualmente colonizaron Cerdea, Crcega y Sicilia. La ltima fundacin fenicia fue Cartago en la costa africana, lo que sucedi el ao 814, un acontecimiento de grandsimas consecuencias. Durante el perodo de expansin los fenicios tuvieron el monopolio del comercio y la colonizacin en el Mediterrneo occidental, mientras los griegos dirigan sus viajes hacia Oriente, cosa que estimul el proceso de civilizacin en el mundo egeo, como hemos dicho. Signic un redescubrimiento que despert de nuevo las reminiscencias y
1 Unos estudios precursores sobre este tema fueron presentados por H. Wirth, Homer und Babylon, Freiburg, 1921; L.A. Stella, Il poema di Ulisse, Firenze, 1927; E. Dornseiff, Hesiods Werke und Tage und das Alte Morgenland, Philologus 89, 1934, pp. 397-415. Vase tambin C.M. Bowra, Heroic Poetry, London, 1952; F. Dirlmeier, Homerisches Epos und Orient, RhM 98, 1955, pp. 1837; T.B.L. Webster, Homer and Eastern poetry, Minos 4, 1956, pp. 104-116; id. From Mycenae to Homer, London, 1958, pp. 64-90; A. Heubeck, Die homerische Frage, Darmstadt, 1974, pp. 167-170; G. Gresseth, The Gilgamesh Epic and Homer, CJ 70, 1975, pp.1-8; W. Burkert, The Orientalizing Revolution, Cambridge Mass. - London, 1992, pp. 88-120; G. Strasburger, Die Fahrt des Odysseus zu den Toten, A&A 44, 1998, pp. 1-29; M.L. West, The East Face of Helicon, Oxford, 1997, pp. 276-437; W. Burkert, Babylon, Memphis, Persepolis. Eastern Contexts of Greek Culture, Cambridge, Mass. - London, 2004, pp. 21-48. 2 Vase F.H. Stubbings, Mycenaean Pottery in the Levant, Cambridge, 1959; E. Vermeule & V. Karagheorghis, Mycenaean Pictorial Vase painting, Cambridge, Mass. - London, 1982; H.W. Catling, Cypriote Bronze Work in the Mycenaean World, Oxford, 1964, esp. p. 38; H.W. Catling, Cyprus in the Late Bronze Age, en Cambridge Ancient History, 3rd ed., Vol. II 2, 1975, pp. 188-216, esp. 199-201; P. strm, Comments on the corpus of Mycenaean pottery in Cyprus, en V. Karagheorghis (ed.), The Mycenaeans in the Eastern Mediterranean. Acts of the International Symposium, Nicosia, 1972, Nicosia, 1973, pp.122-127; J.-C. Poursat, Les ivoires mycniens, Athnes, 1977.

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las impresiones de la civilizacin oriental, las cuales ya se haban experimentado en la poca micnica y se haban conservado en ciertos rasgos de los poemas picos heroicos transmitidos por los a)oidoi/. Durante el siglo noveno la situacin poltica cambi en el Oriente. Los asirios se expandieron hacia Fenicia y ocuparon las ciudades comerciales en la costa. La prdida de la libertad de los fenicios caus una rpida mengua de su actividad de navegacin y de colonizacin. Esta situacin posibilit a los griegos empezar a dirigir sus viajes hacia Occidente. Precisamente en el curso del siglo noveno algunas ciudades jnicas haban logrado un nivel considerable de civilizacin y economa. Parece que Eubea era la regin ms prspera. Durante las ltimas dcadas los hallazgos arqueolgicos en la parte meridional de la isla (Lefkandi, Eretria) permiten hacernos una clara idea de cmo los jonios de Eubea encabezaron el desarrollo3. No obstante, la fuerte inuencia oriental elev rpidamente el nivel general de civilizacin en toda Grecia. El proceso culmin en el siglo octavo. Se le puede con toda razn denominar un renacimiento4 o, como se expresa Burkert, una revolucin orientalizante5. Durante el perodo de expansin fenicia los griegos aprovecharon los frecuentes contactos con ellos y otras naciones orientales aprendiendo de todo: arte, arquitectura6, religin, mitologa, astronoma, astrologa, matemticas, mtodos de comercio y economa, ordenacin urbana y, sobre todo, una nueva escritura alfabtica. Por lo tanto, los griegos estaban bien preparados para la misin cultural que llevar consigo la colonizacin en el Mediterrneo occidental. Los griegos deben de haber encontrado el alfabeto fenicio ya en el siglo dcimo y es fcil imaginarse que lo admiraran y quizs se lo envidiaran a los fenicios. Pero probablemente no fue antes del siglo noveno cuando se interesaron por este medio de comunicacin. La causa fue ciertamente el comercio creciente. Comprendieron que este tipo de escritura casi fontica sera muy ventajoso para escribir la lengua griega. Pero haba el problema de que el alfabeto fenicio no contena caracteres para las vocales. No obstante, los creadores del alfabeto griego se enteraron de que algunos caracteres que designaban consonantes fenicias no existentes en la lengua griega podan ser utilizados para las vocales. As lograron crear el primer alfabeto completo del mundo. Pudo ser en Eubea donde sucedi este acontecimiento histrico7.
Vase D. Ridgeway, The rst Western Greeks, Cambridge, 1992, pp. 11-30. Vase A.M. Snodgrass, The Dark Age of Greece, Edinburgh, 1971, pp. 416-436. 5 Vase W. Burkert (1992) [n. 1], esp. pp. 14-46, 53-87. 6 Se puede sealar aqu un solo ejemplo, entre numerosos otros, como ilustracin: la ms antigua existencia del tipo de templum in antis est demostrada en la ciudad de Chuera en Siria, vase A. Moortgat, Tell Chuera in Nordost-Syrien. Bericht ber die vierte Grabungskampagne 1963, Kln & Opladen, 1965, pp. 11-13; id. Tell Chuera in Nordost-Syrien. Vorluger Bericht ber die fnfte Grabungskampagne 1964, Wiesbaden, 1967, pp. 8-27 y, para la fecha en torno al 2500, pp. 44-45. La tradicin de este tipo de templo continu en Siria hasta el siglo dcimo y debe haber inspirado a los griegos para los primitivos templos arcaicos. 7 Esta es la opinin de B.B. Powell, Homer and the Origin of the Greek Alphabet, Cambridge, 1991, pp. 219-220, y C.J. Ruijgh, La date de la cration de lalphabet grec et celle de lpope homrique, Bibliotheca Orientalis, 54, 1997, pp. 535-536. R.D. Woodard, Greek Writing from Knossos to Homer, New York & Oxford, 1997, pp. 233-234, argumenta en favor de Chipre.
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Esta transformacin del alfabeto fenicio es un ejemplo muy ilustrativo de cmo todos los elementos de la civilizacin oriental fueron modicados, rehechos o cambiados por los griegos. Dieron a los elementos orientales un carcter helnico propio que los hizo ms perfectos y simplemente mejores8. Parece que los griegos empezaron su colonizacin en el Mediterrneo directamente cuando se enteraron de que la actividad de los fenicios estaba decreciendo. Sabemos que fueron los eubeos los que fundaron el primer asentamiento en el oeste, es decir en la isla de Pitecusa (Ischia)9. Llegaron all ya en torno al 800 a.C., y en aquel lugar se han hallado las ms antiguas inscripciones en la escritura alfabtica griega, datadas alrededor del 75010. Poco despus colonizadores de Calcis fundaron Cumas, la primera colonia en la tierra rme de Italia. La fundacin de Cartago fue la ltima obra fenicia de importancia. Pero result un verdadero golpe de fortuna. La ciudad creci rpidamente y extendi su poder en los territorios prximos hacia el norte y el oeste11. Sin embargo, los griegos lograron fundar un gran nmero de ciudades en el oeste antes de que los cartagineses pudieran establecer para s mismos una posicin fuerte. Durante el perodo 750-650 los griegos fundaron todas sus ms importantes colonias en Sicilia y la Italia del Sur. Los colonos de Cumas, a su vez, fundaron Npoles y Pozzuoli alrededor del 750, y los primeros establecimientos en Sicilia, Naxos y Siracusa, fueron fundados en el 735 y el 734 respectivamente. Los griegos, de igual modo que los fenicios, fundaron sus colonias en la costa o en pequeas islas muy cerca de ella, porque el comercio y la navegacin eran esenciales para su existencia. Los fenicios viajaron en busca de metales: cobre, estao y hierro, cosas que hallaron en Chipre, Etruria y Espaa. Los griegos queran sobre todo hierro, que compraban ms convenientemente a los etruscos. Por eso localizaron sus estaciones de comercio en primer lugar en las costas de Sicilia oriental y del sur y sudoeste de Italia. As, con el tiempo, por la masiva colonizacin, esta regin result una provincia griega casi completa, hecho de grandsima importancia para el futuro, como veremos12. Aunque inicialmente el comercio fue el fundamental sustento, los establecimientos se convirtieron pronto en colonias agrcolas. En la costa del sur de Sicilia una serie de colonias de este tipo fueron fundadas: Selinunte, Acragante, Gela, Acras, Camarina. Los cartagineses tambin avanzaban del mismo modo ocupando la mayor parte de Sicilia occidental y usando la estacin originaria de comercio fenicio, Motya, como punto de partida. Las ciudades griegas crecieron rpidamente gracias al suelo frtil que favoreca la agricultura, y adems se enriquecieron por el comercio con los vecinos cartagineses.

Vase B.H. Warmington, Carthage, London, 1960, p. 33; W. Burkert (2004) [n. 1], pp. 1-2,

11-15. Vase D. Ridgeway [n. 3], pp. 31-120. Vase D. Ridgeway [n. 3], pp. 55-57. 11 Vase W. Huss, Geschichte der Karthager, Mnchen, 1985, pp. 57-74. 12 Las consecuencias de la colonizacin alrededor de las costas del Mar Negro, la cual tuvo lugar algo despus, no son de ningn modo comparables.
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Selinunte, la ciudad ms occidental y limtrofe con el territorio cartagins, result la ms rica. As, como era de esperar, los habitantes se volvieron presuntuosos. Gastaron recursos enormes en construcciones embellecedoras de la ciudad, principalmente templos. Durante un solo siglo, el sexto, edicaron siete templos, casi todos de dimensiones extraordinarias. Eran los ms grandes del mundo griego. Una megalomana semejante apareci en otras ciudades, por ejemplo Acragante y Siracusa. Casi todas las ricas colonias del oeste resultaron ms ricas que las ciudades de origen en Grecia o Jonia. Sin embargo, la riqueza gener avidez de poder, cosa que muchas veces fue causa de guerra con las ciudades vecinas, o con los pueblos nativos. Tales conictos fueron tal vez devastadores, pero tambin provechosos, porque la actividad militar preservaba la capacidad de defensa, lo que se mostr til cuando la competencia entre griegos y catagineses condujo nalmente a la guerra. Ambas partes aspiraban a aumentar su poder y su territorio. Los cartagineses tenan la ambicin de conquistar toda Sicilia. Bajo esta amenaza las ciudades griegas lograron terminar sus conictos y unirse contra el enemigo. En el 485 el autcrata de Gela, Geln, conect su ciudad natal a Siracusa, se mud all y se hizo comandante en jefe de una coalicin de ciudades griegas. Cinco aos ms tarde, cuando los cartagineses emprendieron la ofensiva, el ejrcito griego bajo las rdenes de Geln los venci por completo en una gran batalla cerca de Hmera en la costa septentional. Retrocedieron hasta su territorio en la parte occidental de la isla. Adems los griegos les impusieron el pago de una gran indemnizacin de guerra. Desde entonces se resignaron por muchos aos ante el podero de los griegos13. Siracusa result el estado ms poderoso del mundo griego occidental. En una gran batalla naval fuera de Cumas super tambin a los etruscos. Con eso haban vencido a los dos adversarios ms poderosos y amenazadores. No obstante, la seguridad no dur mucho tiempo. A mediados del siglo quinto los nativos sculos se organizaron bajo el mando de un comandante propio, Duquetio, y amenazaron la misma Siracusa, aunque no pudieron vencer. Pero en Campania la situacin fue diferente. Los samnitas conquistaron toda la provincia ocupando la ciudad etrusca de Capua (424) y la griega Cumas (430), y adems los lucanos ocuparon Posidonia (Paestum) alrededor del ao 400. As, el poder griego en Campania acab abruptamente. Durante la segunda mitad del siglo V el podero de Siracusa decreci, y por eso en el 408 los cartagineses reanudaron su proyecto de conquistar toda la isla. Atacaron a sus vecinos, los selinuntios, y destruyeron la ciudad totalmente. Intentaron tambin demoler los enormes templos. Los cartagineses continuaron la marcha de conquista, atacando y arrasando las ciudades griegas en la costa del Sur: Acragante, Gela y Camarina, y acabaron cercando Siracusa. La situacin era muy crtica. Los ciudadanos escogieron como comandante al joven Dionisio. Los siracusanos tuvieron suerte; un brote de peste estall en el campamento cartagins, de tal modo que hubieron de retirarse y hacer las paces en el 40514.

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Vase W. Huss [n. 11], pp. 93-99. Vase W. Huss [n. 11], pp. 107-123.

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La amenaza cartaginesa persisti, lo que utiliz Dionisio para consolidar su propio poder y reforzar la ciudad con enormes forticaciones15 y una armada fuertemente equipada. Unic las ciudades griegas y sculas de toda la parte este de la isla formando una alianza militar. La guerra dur cinco aos hasta que nalmente los griegos vencieron. Los cartagineses haban intentado tomar Siracusa, pero esto result imposible a causa de las extraordinarias forticaciones. Dionisio rein en su imperio despticamente hasta su muerte en el 367, un perodo sin amenaza cartaginesa. Pero, como sabemos, su hijo Dionisio II fue un soberano bastante incompetente. Cuando Din fue asesinado, sigui una situacin catica con tendencias anarquizantes. Naturalmente los cartagineses aprovecharon la oportunidad para avanzar y ocupar la mayor parte de Sicilia oriental. En esa situacin desesperada los siracusanos pidieron ayuda a su ciudad originaria, Corinto. Timolen, el comandante que enviaron, tuvo un xito asombroso. Consigui detener la dispersin entre las ciudades y unicarlas contra los cartagineses, a los cuales venci sobre todo en una batalla famosa junto al ro Crmiso. En ese combate una tormenta violenta estall detrs de los griegos y oblig a los cartagineses a retroceder hasta el ro16. No les qued otro remedio que rendirse y volver a la parte oeste de la isla. Despus, las ciudades griegas de Sicilia pudieron gozar de paz y, adems, de una forma de democracia limitada durante viente aos17. Timolen organiz la seguridad por medio de una confederacin (summaxi/a)18. La isla continu estando dividida en una parte occidental cartaginesa y otra oriental griega bajo la dominacin de Siracusa. Sin embargo, la historia se repiti una vez ms. Los cartagineses no daban por perdida su ilusin de dominar la isla en su totalidad. As, pues, sus ataques a los griegos provocaron la reaccin habitual: unicacin y rearme militar bajo un lder potente, el general autcrata Agatocles. Se hizo dictador de Siracusa, y en el 317 condujo el ejrcito griego en un contraataque masivo. El xito fue el usual: retirada cartaginesa y raticacin de la particin de la isla. La parte oriental permaneca bajo la dominacin de Siracusa. Durante el siglo IV Roma haba extendido su poder abarcando casi toda Italia, despus de haber vencido a etruscos, samnitas y otras naciones. No obstante, la ambicin de los romanos no tena lmites. Al principio del siglo III slo la Magna Graecia sigui siendo un obstculo para el objetivo de conquistar toda la pennsula. Pero, como Pirro
15 Vase la descripcin detallada por L. Karlsson, Fortication Towers and Masonry Techniques in the Hegemony of Syracuse, 405-211 B.C., Stockholm, 1992, pp. 21-38. 16 Este decurso de los acontecimientos es relatado vivazmente por Plu., Tim. 28; y vase K. Ziegler, RE XI 2, s.v. Krimisos. 17 Vase R.J.A. Talbert, Timoleon and the Revival of Greek Sicily 344-317 B.C.,Cambridge, 1974, pp. 146-160; L. Karlsson, Did the Romans allow the Sicilian Greeks to fortify their cities in the third C. B.C.?, en Aspects of Hellenism in Italy: towards a Cultural Unity? ed. by P. Guldager Bilde et. al. (Acta Hyperborea 5), Copenhagen, 1993, pp. 31-33. 18 Diod. Sic., 16.82.4; y vase L. Karlsson, The symbols of freedom and democracy in the bronze coinage of Timoleon, en Ancient Sicily ed. by T. Fischer-Hansen (Acta Hyperborea 6), Copenhagen, 1995, pp. 154-167.

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de Epiro no pudo impedir a los conquistadores que tomaran Tarento en el 272, incluida toda la regin griega de la Italia del Sur, haba llegado el momento de que Roma sucediera a Siracusa en el papel de antagonista de Cartago. En la confrontacin inicial, la primera guerra pnica, 264-241, los romanos echaron a los cartagineses de Sicilia denitivamente, despus de ms de siete siglos de presencia fenicia all. La isla fue dividida entre Roma y Siracusa, donde el rey Hiern II mantuvo buenas relaciones con los romanos. Pero en el 215, tres aos despus de que Anbal atacara Roma, muri. Entonces los siracusanos cambiaron de partido, una decisin insensata. En el 212 los romanos ocuparon Siracusa, lo que signic el punto nal del poder griego en Sicilia. Pienso que va siendo hora de hacer un anlisis y evaluacin de la larga serie de acontecimientos aqu narrados. Comencemos por el principio: Gracias a la intensa inuencia de las civilizaciones orientales sobre los griegos durante los siglos antes de la migracin, los colonos estaban bien preparados y eran muy capaces de desarrollar una nueva y propia civilizacin en las colonias del oeste. All, las condiciones materiales y econmicas eran mejores que en la madre patria. Tenan los resursos necesarios para edicar grandes ciudades y extender su poder por el territorio. En suma, el mundo griego del oeste fue directamente una sociedad de desarrollo rpido. Por eso llegaron a establecerse fuertemente en la Italia del Sur y en el este y el sur de Sicilia y adems en Campania, antes de que los cartagineses pudieran ocupar esos territorios. Fue la civilizacin helnica de esas regiones la que se propag entre los pueblos nativos, no la cartaginesa. Los etruscos fueron los primeros en adoptar la escritura, el arte, la arquitectura y la organizacin urbana griega. Y mediante su poder en Roma los etruscos transmitieron la nueva civilizacin a los romanos. Segn la tradicin, el quinto rey de Roma, Tarquinio Prisco, fue hijo de un aristcrata griego, Damarato. Tarquinio rein los aos 616-578. Se dice que l edic el Circo Mximo, la Cloaca Mxima y el Foro Romano, esto es, efectu la primera transformacin del pueblo en una ciudad. Antes de que Roma evolucionara a gran potencia, las colonias griegas estuvieron siempre expuestas al riesgo de ser atacadas y arrasadas por los cartagineses. En aquellos tiempos los etruscos tambin constituan una amenaza. En torno al 540 se aliaron con los cartagineses y vencieron a los griegos de Masalia y Focea en una batalla naval fuera de Alalia de Crcega. Adems, los samnitas y los lucanos tenan fuerza suciente para ocupar las ciudades griegas de Campania a nales del siglo V. En Sicilia la situacin se hizo precaria cuatro veces: en 480, 408, 345, y 317. Slo unos comandantes capaces e incluso la buena suerte salvaron a los griegos del desastre. Gracias a la libertad preservada la civilizacin griega occidental tuvo la oportunidad de desarrollarse. La mentalidad emprendedora y progresista de los griegos del oeste se reej tambin en sus logros culturales y cientcos. Es verdad que la actividad intelectual en las comunidades del oeste durante los siglos VI y V fue ms audaz e innovadora de lo que lo fue en Grecia o Jonia. Aunque los inicios del pensamiento losco tuvieron lugar en Jonia, no encontramos una continuacin all, pero s la encontramos en la Italia del Sur y en Sicilia. Pitgoras de Samos emigr alrededor del 530 a Crotn, donde fund su escuela de matemticas y losofa. En el mismo siglo se cre tambin una escuela de losofa en

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Elea en Campania, donde vivieron Parmnides y su discpulo Zenn, y algo ms tarde en Acragante Empdocles present su doctrina de los cuatro elementos y la teora primitiva de la evolucin biolgica. Las teoras de estos tres cientcos fueron fundamentales para Platn y Aristteles. Adems, vivi en Siracusa el genio de las matemticas, geometra y tcnica, Arqumedes, a quien mataron los romanos durante la conquista de la ciudad en 212. La retrica tambin fue desarrollada en Sicilia, a saber, por Gorgias de Leontinos, durante el siglo quinto. Igualmente en la literatura, sobre todo en la poesa, destacaron los griegos de la Magna Grecia y Sicilia. Uno se puede preguntar por qu durante el perodo preclsico el desarrollo cultural e intelectual en esta regin fue superior al de otras regiones griegas: las colonias de la Galia meridional, las de la regin del Mar Negro y, sobre todo, las de la madre patria y Jonia. No tengo ninguna explicacin plausible para este fenmeno. No obstante, podemos armar, en conclusin, que la presencia de los griegos en el Mar Mediterrneo occidental fue de suma importancia para el futuro19. Naturalmente no ser posible determinar la precisa envergadura histrica del hecho de que los griegos lograran repetidamente detener y hacer retroceder a los cartagineses. Pero es posible imaginarse cmo habran sido las cosas, si no hubiesen logrado superarlos todas las veces hasta que los romanos se hicieron cargo de la guerra contra ellos. Si hubiesen vencido a los griegos, habran podido ocupar toda Sicilia y la Italia del Sur. Su imperio habra sido mucho ms poderoso y, en vista de que los romanos lograron vencer a Anbal slo a duras penas, no es de ningn modo seguro que hubiesen ganado en una confrontacin con un poder tal. Adems, si los griegos hubieran sido vencidos mucho tiempo antes de que Roma se hubiese convertido en una gran potencia, el triunfo de los cartagineses sobre los romanos habra sido an ms fcil. As pues, supongamos que de veras hubieran sido vencidos, en ese caso toda Italia habra resultado parte del imperio catagins, y ellos habran podido expandir su poder tambin a la Galia y a Hispania, donde ya tenan colonias desde haca muchos siglos, y nalmente dominar toda la regin del Mediterrneo occidental. Tales especulaciones contrafcticas se consideran por lo general indebidas, pero pienso que pueden ser un mtodo de alumbrar el desarrollo histrico muy efectivamente y demostrar los momentos paradjicos que deciden el curso de los acontecimientos a lo largo de los siglos. Por lo tanto creo que debemos reexionar sobre el escenario de cmo nuestra cultura europea grecorromana, -la cual pudo originarse y desarrollarse gracias a la presencia constante y larga de los griegos en el Mediterrneo occidental y gracias a sus afortunadas victorias sobre sus competidores,- cmo esta cultura grecorromana, si estas condiciones no hubiesen existido, habra sido cartaginesa. La lengua del mundo occidental, y con ello nuestra misma identidad, no habran sido latinas sino pnicas!
D. Ridgeway [n. 3], p. XVII se expresa con nfasis y con palabras acertadas: By any standards, the forging of contacts with the West by eighth-century Greeks from Euboea was a remarkable feat. The resulting large-scale transmission of technology and culture from the Aegean to the Central Mediterranean was of greater lasting signicance for Western Civilization than almost any other single advance achieved in antiquity.
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