Concepto de Derecho Economico.
Concepto de Derecho Economico.
Concepto de Derecho Economico.
Jorge Witker V.
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“Introducción al derecho económico”. Harla. México. 1995.
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Aclarado lo anterior, volvemos a los modelos mixtos o de estado
social de derecho, podemos afirmar que el derecho económico es el derecho de
dirección, de mando que se adscribe en el ámbito del derecho público, sin
desconocer su incidencia normativa en áreas del derecho mercantil. Este carácter
de “derecho fronterizo”, ha llevado a algunos autores a sostener que en los
sistemas económicos mixtos, este derecho es el derecho de síntesis, que plasma
los intereses privados (en cuanto agentes que cumplen actividades económicas no
estrictamente individualistas) con los intereses públicos de dirección.
Sin embargo, para los autores italianos, más que de derecho
económico de dirección, habría que hablar de derecho de la economía.
Por ejemplo, para Giovanni Quadri, y en general para la doctrina
italiana, el derecho de la economía se ubica en el derecho público de la economía,
conceptualizado como una nueva disciplina que estudia y sistematiza las normas
jurídicas por las cuales el poder público actúa en la economía. Para otro autor, el
derecho de la economía es el derecho aplicable exclusivamente a la intervención
de las personas públicas en la economía (empresas públicas).
Empero, creemos que el derecho de la economía supone una noción
amplia que configura el universo normativo disciplinando la actividad económica
en general y admitiendo así, una distinción entre derecho privado de la economía
y el derecho público de la economía.
En efecto, el derecho privado de la economía registraría los
controles, licencias y técnicas de policía con que el Estado regula a las empresas
privadas, que si bien son reglamentadas por el derecho mercantil tradicional, es el
poder público el que las reglamenta y controla. Esta regulación ha dado lugar a
algunas legislaciones para hablar del derecho industrial o derecho corporativo.
En cambio, el derecho público de la economía está referido a
aquellas normas de derecho público que reglamentan la actuación de las personas
estatales en la actividad económica. Esta opción llevó a la doctrina española a
negar la autonomía del derecho económico para ubicar esta normatividad en el
derecho administrativo económico.
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pasadas y hoy debemos hablar más propiamente de un derecho privado de la
economía o de un derecho de la desregulación económica.
Un derecho de la desregulación económica, concepto un tanto
tautológico que supone que los agentes económicos están facultados para actuar
con la menor observación posible de requisitos en los mercados tantos nacionales
como internacionales.
En efecto, etimológicamente, regulación se define como el acto o
acción de regular u ordenar. Regular: conforme a reglas, poner en orden una cosa.
Regla: principio, base, canon, estatuto, ley, norma prescripción, mandato, etc.
De ello se desprende que regulación significa elaborar y aplicar una
regla o conjunto de éstas para que disciplinen la economía.
Por su parte, la economía es una ciencia social que describe y
estudia el principio de escasez (esto es, imitados recursos materiales e
inmateriales frente a ilimitadas necesidades de los individuos y países).
Con base en lo anterior, regulación económica implica someter a
normas a los agentes que actúan en la contradicción histórica perenne que opera
en el principio de escasez.
Ahora bien, jurídica e institucionalmente el principio de escasez se
materializa den tres premisas básicas: a. Qué producir. b. Cómo producir. c. Para
quién producir.
La regulación económica toma entonces cuerpo en las normas
jurídicas que limitan, estimulan, fomentan, inducen, imponen y sancionan,
conductas económicas específicas creadas para proteger determinados valores
colectivos, sociales, públicos o de interés general. Generalmente la regulación
económica –que emana de las constituciones políticas- está relacionada con una
especie de orden público económico diseñado y consentido por la mayoría de una
comunidad o país.
Ahora bien, desregulación supone el prefijo des (negación, oposición
o privación) una eliminación o reducción de la regulación. De ahí que un derecho
que desregula se antoja antitético, sin embargo, la idea que entraña la
desregulación en boga es diferente.
En efecto, si bien es cierto que en el modelo neoliberal vigente, el
mercado subordina al Estado, no es menos cierto que se asigna al poder público
una función reguladora mínima; y que se busca que el derecho sea el filtro fino
que no entrabe ni dificulte el libre accionar de los agentes productivos y
mercantiles.
Al respecto un estudio de NAFIN expresa con certeza lo que
afirmamos: “desregulación en el sentido de que su aplicación pretendería reducir o
eliminar reglas o reglamentos, cuando no se encuentran cumpliendo
adecuadamente su objetivo o cuando se manifiestan de forma excesiva para un
mismo asunto, lo que representa costos inadecuados para u trámite o acción
tutelada jurídicamente”.
Con dicho concepto de desregulación se busca expeditar la
actuación de los agentes económicos a los cuales se les libera de todo requisito
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innecesario o superfluo. Es decir, un mínimo de normas y un máximo de libertad
económica.
En este contexto se hace necesario precisar que el derecho
anglosajón resuelve esta problemática con la incorporación del concepto de
legislación mandatoria en contraposición a la legislación discrecional tan prolífera
en nuestro derecho económico y administrativo.
Una legislación mandatoria supone una premisa básica de seguridad
jurídica y de respeto a las garantías económicas individuales, e implica que los
agentes económicos deben observar determinados requisitos establecidos
claramente en las leyes y normas legales, cumplidos los cuales, su autorización es
automática e inmediata, sin necesidad de un acto declaratorio especial de la
autoridad o dependencia administrativa.
En cambio, la legislación discrecional, propia del paternalismo
jurídico estatal, deja en la incertidumbre al agente económico, pues a pesar de
cumplir con los requisitos su actuación se hace legal sólo a partir de actos
declarativos particulares de cada autoridad interviniente.
Afortunadamente, esta modalidad desreguladora comienza a abrirse
paso en nuestro derecho económico.
Como vemos, los modelos neoliberales en la economía impactan las
estructuras jurídicas pasando del derecho económico de perfil público y social a u
derecho privado de la economía en el que la autoregulación y descentralización de
los operadores económicos exige un mínimo de normas de regulación –derecho
de la competencia, normalización ecológica y de policía, controles de calidad y
protecciones a los consumidores-, un derecho verdadero de regulación, lejos de
burocratismos y discrecionalidades, fuentes de ineficiencias y corruptelas.
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Conjunto de principios jurídicos que informan las disposiciones,
generalmente de derecho público, que rigen la política económica estatal
orientada a promover de manera acelerada el desarrollo económico.
Daniel Moore Merino.
Arturo Yrarrázaval C.
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Revista del Abogado, Nº 15, abril de 1999.
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Daniel Moore daba en 1962 al concebir el Derecho Económico como “un conjunto
de principios jurídicos que informan, y de disposiciones, generalmente de derecho
público, que rigen la política económica estatal, orientada a promover un más
acelerado desarrollo económico”.
El concepto de Moore, que hoy parece criticable desde diversos
puntos de vista, reflejaba la confusión reinante en nuestro medio sobre el tema.
Algunos creían, en la línea de Moore y de Olguín en Chile y de Santo Briz en
España, que el derecho económico no era otra cosa que e derecho de la
intervención estatal en el ámbito económico. Así, en las Cuartas Jornadas de
Derecho Público de 1965 definían al derecho económico como “un conjunto de
principios, normas e instituciones mediante los cuales se realiza el desarrollo
planificado de la sociedad en su aspecto económico”. Existían otros, los menos,
que pensaban que el derecho económico era un ordenamiento destinado a
asegurar y aparar el desenvolvimiento de la actividad económica privada.
Enseguida, un tercer grupo, constataba una extensa legislación inorgánica,
contradictoria, dispersa y mutable, lo que no permitía hablar de un derecho
económico, sino en el mejor de los casos de legislación económica.
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1. El orden público es un concepto eminentemente variable en el
tiempo y en el espacio.
2. A la ley le corresponde determinar en el derecho privado cuáles
instituciones y conceptos son de orden público.
3. En cuanto al derecho público todas sus normas por definición son
de orden público.
4. El concepto de orden público no puede quedar indeterminado
legalmente pues constituiría un grave peligro para el Estado de
Derecho.
El orden público aparece definido por nuestras jurisprudencia en
1954 como “el conjunto de medidas y reglas legales que dirigen la economía,
organizando la producción y distribución de las riquezas en armonía con los
intereses de la sociedad. De esta noción has surgido el concepto de delito
económico que viene a ser, precisamente, todo hecho que importe una
transgresión a dicho orden económico”.
En la actualidad el concepto se ha decantado notablemente y así el
Diccionario de derecho Empresarial de Luis Ribó Durán y Joaquín Fernández de
1998 lo definen como “la síntesis de los muy diversos intereses que concurren en
el marco institucional de una economía de mercado. En este sentido y mediante la
protección de la propia competencia, se tutelan los intereses de los competidores
y de la propia economía nacional”. Los autores consideran que el concepto es de
naturaleza preconstitucional.
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Una técnica fundamental del Orden Público Económico es la de
reglamentación. Así en el caso chileno tenemos a las Superintendencias
económicas reglamentando, dentro del ámbito de la ley, la actividad de las
administradoras de fondos de pensiones, de los bancos e instituciones financieras,
de las sociedades anónimas abiertas, compañías de seguros y bolsas y de las
instituciones de salud previsional. Asimismo, el Banco Central de Chile, en virtud
de las facultades otorgadas a su Consejo por la Ley Orgánica Constitucional, está
permanentemente reglamentando en el ámbito monetario, crediticio y cambiario.
Otra técnica empleada por el Orden Público Económico es el control a que se
someten las actividades económicas reguladas por ley en Chile. Los controles son
ejercidos por los órganos fiscalizadores en forma permanente. Son también
técnicas del Orden Público Económico las limitaciones ala libre contratación y
autonomía de la voluntad. Las leyes de la competencia han limitado la libre
contratación al sancionar cualquier práctica restrictiva contenida en dicha
contratación, ya sea con el término del contrato o su modificación.
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tomada por la municipalidad pudo ser atacada de discriminatoria bajo el recurso
de protección del artículo 19 Nº 22, pero desde el punto de vista de la libre
iniciativa en materia económica era plenamente legal.
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los Compendios de Normas Financieras y de Cambios Internacionales,
Exportaciones e Importaciones impresionan por lo profuso y cambiante. La Ley
General de Bancos y la de la Superintendencia de Bancos e Instituciones
Financieras, conjuntamente con la normativa proveniente de la Superintendencia,
constituye una amplia área de análisis económico. En materia de valores, la ley y
la Superintendencia de Valores y Seguros aportan otro tanto. En las relaciones
económicas internacionales hay que destacar la normativa sobre inversión
extranjera, fondos de inversión, antisubvenciones y dumping, acuerdos y tratados
de libre comercio y la normativa cambiaria existente en nuestro país desde 1932.
El actuar del Estado en su quehacer económico se analiza en la ley de
Administración Financiera del Estado, Ley de Presupuesto y legislación de
planificación. Por último nos encontramos con la legislación de incentivos ya sean
regionales o por actividad económica. No he incluido en este listado fundamental
la normativa económica en materia de seguridad social, salud, laboral y de
sociedad anónimas y bursátil. Asimismo, hoy en día nadie duda de la íntima
relación con el derecho financiero y tributario.
He querido demostrar a través de este somero listado que el derecho
económico tiene hoy en día un contenido propio que por lo profuso que es puede
ser analizado den grandes líneas en los estudios de derecho y que ya empieza a
profundizarse a través de programas de la empresa o de derecho y economía.
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económicos relativos al derecho empresarial. Dentro de esta concepción se deja el
“law and economics” para el estudio de las relaciones de la economía con el
derecho. Así, la gran mayoría de los textos de “law and economics” pretenden
estudiar las complejas relaciones entre ambas ciencias.
En nuestro país, en la Facultad de Derecho de la Universidad
Católica se ha eliminado en el nuevo currículo el ramo de Derecho Económico
siendo absorbido por un Derecho Comercial que se desarrolla en tres años.
Huelgan los comentarios al respecto.
Conclusiones.
Después de hacer estas consideraciones me permito concluir:
1. El Derecho Económico no es Derecho Administrativo ni Derecho
Comercial, es autónomo. La evolución que ha tenido el Derecho
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Económico especialmente en los últimos 25 años en Chile
permite diferenciarlo claramente.
2. El contenido del Derecho Económico ya está lo suficientemente
decantado. Corresponde ahora hacer ahora análisis jurídicos más
profundos basándose especialmente en nuestra evolución y en el
derecho comparado. Llamo la atención que, a pesar de reconocer
la trascendencia del derecho comparado, es a mi juicio
fundamental elegir bien el derecho y la legislación económica más
apropiada y adecuada a nuestra realidad chilena.
3. El Orden Público Económico es la base conceptual del Derecho
Económico. Por lo tanto, todos los análisis y estudios que se
hagan al respecto debieran ayudar en su clarificación.
4. Las técnicas del Orden Público Económico también deben seguir
elaborándose y perfeccionándose pues diferencian al Derecho
Económico. Asimismo, debe incorporarse cada vez más un
análisis crítico más fino de la legislación económica para los
efectos de su permanente mejoramiento.
5. Especial preocupación me generan las sanciones del Orden
Público Económico. Los delitos económicos, a mi juicio, han
mostrado ser cada vez menos apropiados para sancionar las
infracciones a la profusa legislación económica y menos todavía
las infracciones a las circulares y los acuerdos de los órganos
controladores.
6. La actividad reguladora del Estado, a través de la ley, se ha
hecho cada vez más extensiva y muchas veces confusa y
contradictoria. Los excesos en la actividad reguladora se han
notado en diversos países en los cuales se está en presencia del
proceso opuesto, el de desregulación. Estos procesos pendulares
deberían advertir de las deficiencias que al acercarnos al tercer
milenio encontramos en el Derecho Económico.
7. Cada vez se hace más necesaria la interacción entre abogados y
economistas. La pretensión de la escuela de pensamiento
denominada “law and economics” justamente persigue esto y lo
que se inició en los países anglosajones se ha extendido a la
Europa continental, pero desgraciadamente todavía no tiene
seguidores de relevancia en América Latina.
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