Teología Del Ministerio Ordenado Completo
Teología Del Ministerio Ordenado Completo
Teología Del Ministerio Ordenado Completo
BIBLIOGRAFA
del
Seminarios.
Sobre este tema ver, J. DELORME, El ministerio y los ministerios segn el Nuevo
Testamento, cristiandad, Madrid 1975; A. LAMAIRE, Les ministres aux origenes de
lEglise, Ed. du Cerf, Paris 1971. Una importante sntesis sobre este tema se encuentra
en J. M. CASTILLO, Ministerios, en C. FLORISTN-J. J. TAMAYO, Conceptos fundamentales de
Pastoral, cristiandad, Madrid 1983, 628-647.
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carisma recibido del Espritu. Se les llama de diversos modos: vigilantesepscopos y servidores (Flp 1,1; He 20,28; 1 Tim 3,1-2); guas o
dirigentes (Heb 13,7.24); presidentes (1 Tim 3,4-5).
Estos ministerios de epscopos, presbteros y diconos, que el
Espritu suscita al frente de las comunidades, han sido instituidos por los
apstoles o sus delegados para garantizar el anuncio del Evangelio y la
edificacin de las comunidades.
Epscopos. Es un trmino griego que significa inspector, vigilante
y designa a los que dirigen, atienden y estn pendientes de la
comunidad cristiana. Se usa tres veces en singular: han sido puestos por
el Espritu Santo como vigilantes (epscopos), para pastorear a la grey de
Dios (He 20,28); les corresponde organizar y vigilar la comunidad
estableciendo presbteros en cada ciudad. Pablo pide a Tito instituir
presbteros que luego llama 'epscopos' (Tit 1,5). Por la grandeza y
delicadeza de su cargo debe reunir en su persona diversas cualidades,
pues es "administrador de Dios" (1 Tim 3,2); tiene que adherirse a la
Palabra y permanecer fiel a la sana doctrina o autntica enseanza (Tit
1,7). Pablo los menciona junto a los diconos (Flp 1,1), estn al frente de
la comunidad, que no son todava nuestros obispos actuales, sino los
presbteros y ancianos que dirigen y atienden la comunidad. Son
pastores del rebao y poseen el don del Espritu en virtud de la
imposicin de las manos (He 20,28; 1 Tim 4,14; 2 Tim 1,6). Hasta este
momento, la funcin de los epscopos no se diferenciaba en nada a la de
los presbteros. Pablo por ejemplo, le pide a Tito organizar la comunidad
estableciendo presbteros (Tit 1,5-9).
Presbteros. Significa anciano. Segn diversos pasajes del Nuevo
Testamento, son colaboradores de los Apstoles en la presidencia y
vigilancia de las comunidades, esa es su principal tarea; as en Jerusaln
forman un colegio presididos por el apstol Santiago y juntos toman
decisiones para la Iglesia (He 11,30; 12,17; 15,1-29; 16,4; 21,18).
Bernab y Pablo designan presbteros en las iglesias que van fundando
(He 14,23). Tito recibe de Pablo la encomienda de establecer en Creta
presbteros o epscopos al frente de las comunidades (Tit 1,5). El mismo
Pablo convoca a los presbteros de Efeso para despedirse y darles
recomendaciones (He 20,17). Tienen un ministerio especfico de
direccin y vigilancia y que han de apacentar la grey de Dios con
solicitud (1 Tim 5,17-22; 1 Pe 5,1-5). Estn al frente de las comunidades
como dirigentes (Heb 13,7.17.24), presidindolas y guindolas como
fieles pastores del rebao. Tienen tambin la misin de asistir a los
enfermos (Sant 5,14). Tambin se les menciona en 2 Jn 1,1 y 3 Jn 1,1.
Diconos. Trmino griego que significa servidor o ministro. El
libro de los Hechos de los Apstoles 6, 1-7, habla de la institucin de 7
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de animales) por los propios pecados y los del pueblo; por eso es
ineficaz. Slo Cristo es el verdadero Sumo y Eterno Sacerdote acreditado
ante Dios y misericordioso con todos por la ofrenda de su propia vida.
EL MINISTERIO ORDENADO EN LA TRADICIN DE LA IGLESIA
Del ministerio
sucesin apostlica
apostlico
al
ministerio
ordenado.
La
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Inicio
del
proceso
de
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* An cuando haya recibido la imposicin de manos con todos los ritos litrgicos.
Cf. VOGEL, Cirylle. Laica communione contentus: Le retour du presbytre au rangs des
lacs. En: Revue des Sciences Religieuses. Strasbourg, France. No. 1 (Jan. 1973); p.56112). El autor en sus investigaciones histricas llega a la conclusin de que un ministro
dejaba de presidir la comunidad por cualquier motivo volva a ser laico en el sentido
pleno de la palabra
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Sobre el proceso de sacerdotalizacin, ver A. FAIVRE, Naissance dune hirarchie.
Premires tapes du cursus clrical, Paris 1977.
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* El titulus ecclesiae es sustituido por otro: sine certo titulo de quo necessaria
vitae percipiat, es decir, no puede ser ordenado alguien sin asegurar su subsistencia.
Extrao paso, de la instancia comunitaria se pasa a la econmica.
** Tenemos que ser justos con ambos concilios que buscaron dar respuestas a
circunstancias de la poca y no hacen tratados sistemticos sobre el ministerio
ordenado. La limitacin es construir una teologa del sacramento del orden sobre estas
bases solamente. De ah la crtica para la teologa dogmtica que ha construido su
reflexin en la sagrada potestad del orden, olvidando la perspectiva neotestamentaria
de servicio a la comunidad; se ha ido bastante lejos sobre algo tan fundamental y
decisivo para la vida de la Iglesia.
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AQUINO, Toms. Suma Teolgica III, q. 65, a. 3; q. 67, a. 2. Se observa como
construye su teologa del sacramento del orden al margen de una eclesiologa, ya que
despus del tratado sobre Jesucristo, sigue el de los sacramentos sin hablar antes
sobre la Iglesia.
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del carcter sacerdotal*, como don del Espritu, sello que se imprime
en el ordenado de forma indeleble (permanece para siempre), quedando
configurado ontolgicamente a Cristo sacerdote para actuar en su
misma persona, in persona Christi. Ciertamente, los escolsticos lo
entendieron como una capacitacin para cumplir una funcin eclesial 28.
Las causas que pueden aducirse sobre esta visin de la sacra
potestas son de carcter extrateolgico: el creciente poder hegemnico
y econmico de la Iglesia en el marco de una sociedad feudal que
acenta el poder, el honor y el dominio. Por otra parte, el renacimiento
del Derecho complic las cosas contribuyendo a la separacin entre
potestad de orden y potestad de jurisdiccin, pudiendo celebrarse la
Eucarista independientemente de la comunidad, pues el presbtero
tiene la sagrada potestad y puede usarla para propio beneficio, es decir,
sin la potestad de jurisdiccin. La edad media construy la teologa del
sacramento del orden centrada en la sagrada potestad y el carcter
sacerdotal, dejando en sombra la dimensin de servicio a la comunidad
eclesial; el presbtero empieza a llamarse con toda normalidad
sacerdote, el cual existe segregado de la comunidad y del mundo,
distinguido por encima de los fieles por su poder sacerdotal. No importa
que sea mal sacerdote, que predique o no, que sirva o no a la
comunidad o que la dae con su antitestimonio, que tenga fe o no, que
sea o no sacramento de Cristo, lo esencial es el poder sagrado que
posee; todo lo cual contradice los datos del Nuevo Testamento que
habla en trminos de servicio y no de poder (Mt 18,1-5; 20,25-27; Mc 10,
45; Jn 13,12-15; 1 Tes 2,8; Flp 1,8). La relacin no es ya la de la Iglesia
primitiva: comunidad-ministerio, sino sacerdote-laico.
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Cf. MARTINEZ, D. El sacerdote segn el Concilio de Trento. En: Christus. Mxico. No. 460 (marzo
1960); p. 34.
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* Para Lutero todos somos sacerdotes sin diferencia esencial u ontolgica de un
sacerdocio ministerial.
Cf. DENZINGER-HNERMANN, Op. Cit., p.548 (cnones 1-8; no. 1771-1778).
** Eucarista y Reconciliacin son los ejes de Trento en torno al oficio sacerdotal.
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Hay que reconocer en el texto conciliar la presencia de dos eclesiologas, que si bien
no se oponen, aparecen colocadas de manera yuxtapuesta, sin inters alguno por
armonizarlas: la eclesiologa jurdico-institucional por una parte y, por otra, la
eclesiologa de comunin y de servicio al mundo (sobre estas dos eclesiologas ver, A.
ACERBI, Due ecclesilogie. Ecclesiologia giuridica e ecclesiologia di communione nella
Lumen gentium, Bologna 1975). Por este motivo algunos han llegado a afirmar que no
existe propiamente una teologa conciliar, sino diversas y en cierto modo
contradictorias (la afirmacin de G. Girardi, en C. FLORISTN-J. J. TAMAYO, El Vaticano II,
veinte aos despus, Madrid 1985, 431). Esta doble eclesiologa hace que, de acuerdo
al horizonte hermenutico en el que se ubique cada persona o grupo humano, se
enfatice una y otra tendencia, lo que favorece que todos citemos el Concilio para
apoyar posiciones, muchas veces, contrarias. Nos parece que es legtimo, como
principio interpretativo del Concilio, tratar de ser fiel, sobretodo, al espritu del mismo
en lnea de renovacin y adecuacin a los nuevos tiempos.
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A finales del siglo XIX y todo el siglo XX, pero sobretodo en los
aos inmediatamente precedentes al Concilio Vaticano II, la situacin
tiende a cambiar bajo la forma de numerosas corrientes de pensamiento
y de vida que han caracterizado nuestra poca. Un ejemplo claro de ello
son los movimientos que promueven volver a las fuentes tanto bblicas
como patrsticas. Podemos recordar tambin las nuevas tendencias
eclesiolgicas que retoman, en primer lugar, la realidad invisible o
misteriosa de la Iglesia con particular nfasis en la dimensin espiritual o
pneumatolgica, sacramental, comunitaria y escatolgica; el relieve que
se le da al laicado y la promocin en general de los movimientos
sociales de los laicos que conducen a la revalorizacin del sacerdocio
real y proftico de todos los fieles ; los estudios e investigaciones sobre
el episcopado que dan nuevas luces sobre la sacramentalidad y
colegialidad del episcopado as como sobre la fraternidad sacerdotal; los
movimiento bblicos y litrgicos que han descubierto en el Nuevo
Testamento y en la Tradicin litrgica una concepcin del sacerdocio y
del culto cristiano del todo original y diferente del de las otras religiones;
la renovacin de una espiritualidad especfica del clero que toma muy en
cuenta los ambientes y mbitos de trabajo en que se mueve el
presbtero; el movimiento ecumnico que permite una benfica smosis
de la teologa catlica, ortodoxa y protestante, y promueve, tambin
sobre el tema del ministerio, la superacin de las polmicas posiciones
pluriseculares. Hay, pues, grandes esfuerzos por la renovacin del clero,
tanto en el aspecto teolgico como en el espiritual y pastoral.
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Cf. LG 28.
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Cf. LG 21.
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Cf. LG 18.
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PO 2.
Cf. LG 28; JUAN PABLO II. Exhortacin Apostlica Pastores Dabo Vobis no. 12. Mxico:
Clavera, 1994. En adelante se citar con la sigla PDV (Pastores Dabo Vobis).
61
Cf. CENCINI et al, Op. cit., p.138-139.
62
Cf. PABLO VI, Constitucin apostlica Pontificalis Romani, junio de 1968.
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unidad y por Cristo en el Espritu, la conducen hasta el Padre Dios" 76. Por
su parte, la PDV seala magistralmente:
El sacerdote est llamado a revivir la autoridad y el servicio
de Jesucristo cabeza y pastor de la Iglesia, animando y guiando
la comunidad eclesial, o sea, reuniendo la familia de Dios como
una fraternidad animada en la unidad y, conducindola al Padre
por medio de Cristo en el Espritu Santo. Este munus regendi es
una misin muy delicada y compleja, que incluye adems de la
atencin a cada una de las personas y a las diversas vocaciones,
la capacidad de coordinar todos los dones y carismas que el
Espritu suscita en la comunidad, examinndolos y valorndolos
para la edificacin de la Iglesia, siempre en unin con los
obispos77.
Estos textos son claves en la comprensin del ministerio
presbiteral en su identidad ms profunda al participar de forma
especfica de la uncin y misin de Cristo cabeza y pastor, l acta en la
comunidad y al frente de ella como sacramento de Cristo que preside a
su pueblo; adems, estas dos categoras expresan las dimensiones
esenciales del ministerio ordenado: pneumatolgica, cristolgica y
eclesiolgica, como una identidad de relaciones fundamentales o
sacramentalidad relacional.
Y es que, existe una radical e ntima comunin entre Jesucristo, el
Espritu Santo, el ministerio ordenado y la comunidad eclesial, pues "Los
ministros -en la sucesin apostlica-, reciben de Cristo resucitado el
carisma del Espritu Santo mediante el sacramento del orden; reciben
as la autoridad y el poder sacro para servir a la Iglesia in persona
Christi capitis (personificando a Cristo cabeza), y para congregarla en el
Espritu Santo por medio del Evangelio y de los sacramentos"78.
De ah que el sentido ltimo que define la identidad presbiteral sea
esta relacin sacramental con Jesucristo enviado del Padre, con el
Espritu Santo y con la Iglesia, pues todo ministerio que suscita el
Espritu es en orden a la comunidad eclesial, para servir a su edificacin
como precisa la Pastores Dabo Vobis:
La identidad sacerdotal como toda identidad cristiana,
tiene su fuente en la Santsima Trinidad, que se revela y se
autocomunica a los hombres en Cristo, constituyendo en l y por
medio del Espritu la Iglesia como el germen y el principio de ese
Reino... El presbtero en virtud de la consagracin que recibe con
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LG 28.
PDV 26.
Ch L 22.
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caridad sincera y activa y a la libertad con que Cristo nos liber" 94. Ha
sido llamado a trabajar por la edificacin de una comunidad eclesial
cada da ms evanglica, no para ensombrecer o desplazar al sacerdocio
comn en su triple dimensin bautismal que debe ejercerse desde su
propia ndole, sino para presidirlo, coordinarlo, organizarlo y orientarlo
hacia su desarrollo eclesial pleno.
Sacramento de Cristo por el triple servicio de presidencia
de la evangelizacin, la celebracin litrgica y la caridad del
pueblo de Dios
Despus de haber permanecido por mucho tiempo la identidad del
presbtero reducida solamente a la dimensin sacerdotal (cltica
sacramental), con la renovacin del Vaticano II se ha recuperado
formidablemente la triple mnera en el ejercicio de su ministerio: "Los
presbteros por la ordenacin sagrada y por la uncin que reciben de los
obispos son promovidos para servir a Cristo maestro sacerdote y rey" 95.
Esta doctrina integradora del ministerio presbiteral la recoge la
Exhortacin Apostlica Pastores Dabo Vobis, que afirma que los
presbteros en la Iglesia "son una representacin sacramental de
Jesucristo cabeza y pastor, proclaman con autoridad su palabra,
renuevan sus gestos de perdn y de ofrecimiento de la salvacin,
principalmente con el bautismo, la penitencia y la Eucarista; ejercen
hasta el don total de s mismos, el cuidado amoroso del rebao, al que
congregan en la unidad y conducen al Padre por medio de Cristo y en el
Espritu"96.
Ciertamente ambos, fieles y ministerio ordenado, se relacionan
con el triple oficio de Cristo profeta, sacerdote y rey por el bautismo,
estn ontolgicamente unidos a Jesucristo enviado del Padre en su ser y
misin. Sin embargo, el presbtero est como el que preside estas
funciones en la persona de Cristo cabeza y pastor, actualiza el ministerio
de Cristo cuando anuncia el Evangelio, cuando celebra la Eucarista y
perdona los pecados y siempre que preside la comunidad; es el hombre
de la Palabra y al mismo tiempo del culto, es el que tiene el cuidado
(cura) de apacentar el rebao con los mismos sentimientos de Cristo. Y
es que, el ministerio de direccin o presidencia mira al crecimiento y/o
edificacin del pueblo de Dios, al servicio de su unidad y comunin en la
lnea de la sucesin apostlica, de tal manera que este pueblo
sacerdotal, proftico y real, no se desarrollara en la historia si le faltase
la funcin ministerial del presbtero.
PO 6.
PO 1. Los nmeros 4-6 y 12 del mismo decreto conciliar, as como LG 28, son muy
puntuales al respecto, especificando la identidad del presbtero.
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PDV 15.
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Cf.
Cf.
Cf.
Cf.
Cf.
PO 4.
SD 7.
AA 24 y 25.
EN 68.
PO 13; PDV 26; 47.
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trata de reunir a los hijos de Dios dispersos (Jn 11,52), por eso ha de
animar y dirigir la dimensin misionera de la Iglesia, llevando a las
gentes a glorificar a Dios106. Esta tarea, si bien es responsabilidad de
todo cristiano, el presbtero ejerce este servicio como funcin
orientadora con vistas a la unidad de la Iglesia en la predicacin y en la
confesin de fe; as los fieles no sern arrastrados por cualquier viento
de doctrina107, de tal manera que la dimensin proftica bautismal del
pueblo de Dios no sea vea ahogada o desplazada sino promovida y
desarrollada.
El presbtero, presidente del servicio celebrativo de los
sacramentos. El concilio Vaticano II marc un hito decisivo en la
comprensin de la Iglesia como pueblo de Dios, elegido y constituido por
Jesucristo en reino de sacerdotes para Dios su Padre (Ap 1,6; 5,10; 20,6),
donde todos los bautizados redimidos por Cristo son linaje escogido,
sacerdocio real, nacin santa, pueblo adquirido para ofrecer sacrificios
espirituales y proclamar las maravillas de Dios con la ofrenda de sus
vidas (1 Pe 2,4-9; Rom 12,1)108.
Jesucristo ha hecho partcipes de su sacerdocio a todos los
bautizados en su nombre, constituyndolos en el pueblo de la Nueva
Alianza que camina hacia la plenitud escatolgica, como sacramento de
salvacin para todos los hombres. Por eso en las comunidades
neotestamentarias todos ejercan la triple funcin esencial de su
bautismo: proclaman la Palabra de Dios con libertad (He 4,31; 1 Cor
14,24; 1 Tes 4,9; 1 Jn 2,20); realizan el culto como tarea comunitaria,
ofrendando sus vidas a Dios (Rom 12,1; Heb 13,15), juntos celebran la
Fraccin del Pan (1 Cor 11,23-25; He 2,42); y es la comunidad quien
decide e imparte justicia entre los suyos (Mt 18, 15-17; 1 Cor 5,4).
En este pueblo proftico, sacerdotal y regio le compete al
presbtero ejercer su ministerio como servidor del sacerdocio comn de
los fieles, presidindolo, como sacramento que es de Cristo. Por eso el
presbtero tiene la funcin de presentar la ofrenda del pueblo santo a
Dios y ofrecerse l mismo como hostia viva unido a Jesucristo. Hay que
partir siempre de que Jess es el nico Sumo y eterno Sacerdote que ha
unido a su sacerdocio al pueblo redimido con su sangre y por eso
participa en la dimensin sacerdotal-cltica de ofrenda y alabanza a
Dios. En la presidencia del presbtero, Cristo ejerce su capitalidad de
Sumo y eterno Sacerdote.
El presbtero por tanto, ejerce la funcin de sacramento de Cristo
sacerdote**, es servidor del nico Mediador entre Dios y los hombres,
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LG 10.
Cf. ChL 25 y 27.
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Cf. SC 7; 10.
Cf. PO 5.
Cf. PO 5.
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Cf. CA 22.
Cf. CA 31.
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PO 14.
Cf. PDV 22.
Cf. PDV 26.
Cf. PDV 74.
Cf. LG 28.
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PDV 74.
Cf. PDV 17, 28 y 74.
PDV 74.
Cf. LG 28 y 29; PO 2, 4, 5 y 6.
Cf. LG 28; PO 1 y 2.
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Cf. LG 28; PO 2.
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la colaboracin con los dems miembros de la Iglesia (cf. Folleto No. 14,
A la luz de Aparecida El Presbtero discpulo misionero de Jess Buen
Pastor CELAM 2008, de Mons. Guillermo Melguizo Yepes). Continua
exponiendo el nmero 193 de Aparecida: El sacerdote no puede caer en
la tentacin de considerarse solamente un mero delegado o slo un
representante de la comunidad (como si fuera un funcionario), sino un
don para ella por la uncin del Espritu y por su especial unin con Cristo
cabeza.
Como podemos intuir se plantea aqu una visin del presbtero
diferente de aquella pre-conciliar en donde el presbtero se concibe
como separado de la comunidad-Pueblo de Dios, y se enmarca en ese
contexto, ejerciendo un ministerio (carisma) de presidencia.
Desde esta concepcin, Aparecida nos ofrece, para la formacin de
los presbteros, algunos elementos-marco para la formacin inicial desde
el tiempo de la formacin en el Seminario (frutos de la OT y PDV):
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cuidarse los unos a los otros (DA 161). Podemos descubrir aqu una
invitacin para dimensionar o redimensionar si se quiere, la fraternidad
presbiteral.
Es de esta manera que la diversidad de carismas, ministerios y
servicios, abre el horizonte para el ejercicio cotidiano de la comunin, a
travs de la cual los dones del Espritu (dimensin Pneumatolgica)
son puestos a disposicin de los dems para que circule la caridad. Este
es el propsito del ministerio en medio de la comunidad, desde la accin
del Espritu, siendo los presbteros signo de ello, hacer que circule la
caridad.
De lo anterior, se desprende que cada bautizado (entre ellos, los
ministros ordenados) es portador de dones que debe desarrollar en
unidad y complementariedad con los otros (Dimensin Eclesiolgica),
a fin de fomentar el nico Cuerpo de Cristo, entregado para la vida del
mundo. Esto tiene un efecto: asegurar mayor vitalidad misionera y ser
signo e instrumento de reconciliacin y paz para nuestros pueblos (DA
162).
En el contexto latinoamericano hay una dimensin que no se
puede pasar por alto, y que es fundamental para que el ser presbtero
en Amrica Latina sea consecuente con la identidad-imagen que se debe
ofrecer como Alter Christus, y Aparecida lo seala: No podemos
olvidar que el obispo (y con l su presbiterio), es principio y constructor
de la unidad de su Iglesia particular y santificador de su pueblo, testigo
de esperanza y padre de los fieles, especialmente de los pobres, y
que su principal tarea es ser maestros de la fe, anunciador de la Palabra
de Dios y administrador de los sacramentos, como servidor de la grey
(DA 189).
Ciertamente, en su identidad y misin, el presbtero, a imagen del
Buen Pastor, est llamado a ser hombre de la misericordia y la
compasin, cercano a su pueblo y servidor de todos, particularmente
de los que sufren grandes necesidades. La caridad pastoral, fuente
de la espiritualidad sacerdotal, anima y unifica su vida y ministerio (DA
198). Es claro, entonces, que la caridad pastoral, que es el corazn
mismo de Jesucristo, es el motor que ha de accionar el ser y el ministerio
del presbtero.
El Documento de Aparecida tambin seala ciertos lugares para la
vivencia de la comunin eclesial, como lugares privilegiados para el
ejercicio eficaz y coherente del ministerio del presbtero en Amrica
Latina:
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