El Kybalion
El Kybalion
El Kybalion
Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está
pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par.
Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de
llenarlos con sabiduría.
4. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los
semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en
naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las
verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
5. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo
asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su
movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la
izquierda; el ritmo es la compensación.
6. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de
acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no
reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.
7. La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y
femenino; la generación se manifiesta en todos los planos.
La mente así como todos los metales y demás elementos, pueden ser
transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en
condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera
transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental.
Más allá del Kosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y
cambia, se encuentra la realidad Substancial, la Verdad Fundamental.
Todo es dual, todo tiene polos; todo su par de opuestos; los semejantes y
desemejantes son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza,
difiriendo sólo en grado; los extremos se tocan; todas las verdades, son
medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre de
acuerdo con la ley. Azar no es más que el nombre que se le da a la ley no
reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero ninguno escapa a la ley.
El sabio sirve en lo superior, pero rige en lo inferior. Obedece a las leyes que
están por encima de él, pero en su propio plano y en las que están por
debajo de él, rige y ordena. Sin embargo, al hacerlo, forma parte del
principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la Ley, y
comprendiendo sus movimientos, opera en ella en vez de ser su ciego
esclavo. Semejantemente al buen nadador, va de aquí para allá, según su
propia voluntad, en vez de dejarse arrastrar como el madero que flota en la
corriente. Sin embargo el nadador, el sabio y el ignorante, están todos
sujetos a la ley. Aquél que esto comprenda va en el buen camino que
conduce a la Maestría.