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Ansiedad Manes

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La ansiedad es amiga o enemiga, segn el

tamao de la dosis
Por Facundo Manes
Nos habr pasado escuchar que desde la calle comienza a sonar la alarma de
un auto. Nos asomamos y vemos que el auto fue violentado y la alarma logr el
efecto disuasivo deseado; o nos damos cuenta de que el auto est sin ningn
problema y que la alarma son por sonar. En este ltimo caso, quizs
tengamos la desgracia de que ese sonido aturdidor vuelva intermitentemente
frente a cada mnimo estmulo o que no pare hasta que su dueo la desactive.

Esta situacin cotidiana nos permite realizar una analoga con los sistemas de
"alarma" que tambin tenemos los seres animados. Como otros animales,
los humanos poseemos un sistema rpido y automtico de respuesta ante
el peligro: la reaccin de miedo. Cuando observamos en nuestro entorno un
estmulo amenazante, se activa en nuestro cerebro una central de
alarma: la amgdala. A partir de ella se dispara una respuesta que
compromete a nuestro organismo en su conjunto para la huida o la defensa.
Este mecanismo primario, pero til, gobierna muchas de nuestras reacciones
frente al peligro.

Sin embargo, los seres humanos disponemos de un equipo ms
sofisticado para defendernos: la ansiedad. El desarrollo del cerebro
humano, y en particular de sus reas prefrontales, expandi, entre otras, las
capacidades de nuestra especie para revisar el pasado y escrutar el futuro.
Nuestro cerebro puede imaginar escenarios posibles en el futuro. Puede
tambin imaginar cosas que podran haber sucedido en el pasado, aunque no
sucedieron. Puede simular mentalmente situaciones en detalle, sin necesidad
de llevarlas a cabo. Puede evaluar probabilidades y riesgos. En resumen,
puede crear realidades virtuales, con mayor facilidad que cualquier
computadora.

Esta capacidad ha brindado a los seres humanos un arma para su defensa:
anticipar y resolver antes de que ya sea tarde, prepararse antes de que el
peligro est presente. Esa es la misin de la ansiedad.

Para entender la ansiedad, podemos compararla con un radar, o sea, un dispositivo que rastrea
nuestro ambiente y nos avisa que una amenaza se aproxima. Con el tiempo suficiente, podemos
tomar nuestros recaudos para defendernos o escapar. Pero es mucho ms que un radar, es
tambin un diario de bitcora, donde registramos las experiencias peligrosas vividas, y un mapa
que nos gua, como un GPS hacia territorios seguros.

Pero qu puede pasar si este sistema funciona mal? Qu ocurrira si esta alarma empieza a detectar
peligros donde no los hay y evaluar los riesgos en exceso? Qu consecuencias tendra el tomar
recaudos por las dudas? Y anticipar todo lo que puede salir mal sin poder parar? Esto es lo que
ocurre en los trastornos de ansiedad, los desrdenes psicopatolgicos ms comunes en
nuestras sociedades.

Cuando experimentamos un ataque de pnico, nuestro radar nos indica que algo catastrfico est
ocurriendo y nuestro cerebro reacciona con vehemencia.

En la ansiedad generalizada, no podemos parar de imaginar cosas malas que pueden suceder y las
preocupaciones nos desbordan. En el trastorno obsesivocompulsivo, sentimos que un picaporte
puede albergar un virus mortal o que nuestros actos o pensamientos pueden tener consecuencias
terribles para los dems. En el estrs postraumtico los efectos de hechos traumticos vividos
irrumpen en nuestra mente una y otra vez y nos hacen sentir que pueden repetirse en cualquier
momento.

En las fobias, objetos u animales aparentemente inofensivos se vuelven intimidantes. En la fobia
social, los otros seres humanos se vuelven amenazantes.

El factor comn es la evaluacin exagerada y paralizante de los peligros del ambiente. Otro
rasgo comn de estos desrdenes es la adopcin de medidas de seguridad excesivas, como
evitar ciertos lugares o situaciones, o revisar y repetir muchas veces actos o pensamientos.

Lejos de lograr reducir la ansiedad, estos recaudos desmedidos aumentan la vulnerabilidad de la
persona, y nos trasforman en vctimas de nosotros mismos.

Como lo narr una y otra vez la popular historia de "Pedro y el lobo", que luego de tantas falsas
alarmas, cuando el peligro real arremete, ni los otros ni nosotros las creemos ciertas y ni siquiera nos
asomamos para ver qu pasa.

*Director del Instituto de Neurologa Cognitiva (INECO) y del Instituto de Neurociencias de
la Fundacin Favaloro. Presidente del Grupo de Investigacin en Neurologa Cognitiva de la
Federacin Mundial de Neurologa.

@ManesF

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