Cisneros Fue El Gran Reformista de La Iglesia Española
Cisneros Fue El Gran Reformista de La Iglesia Española
Cisneros Fue El Gran Reformista de La Iglesia Española
HISTORIA DE HONDURAS
REFORMA CATOLICA DEL CARDENAL CISNEROS
ANGEL JOSE LAGOS CASTELLANOS 0801198816491
UNIVERSIDAD CATOLICA DE HONDURAS
TEGUCIGALPA MDC
2014
REFORMA CATOLICA DEL CARDENAL CISNEROS 2
Cisneros, arzobispo y reformador general (1495-1497)
La manera como se llevaba a cabo la reforma provoc malestar en todos. Muchos observantes y
conventuales estaban en desacuerdo con la unin forzada y huan de una provincia a otra o
vagaban fuera de la obediencia. Pero los monarcas estaban decididos a llegar hasta el final y no
dudaron en recurrir a los mtodos ms expeditivos. Puesto que los obispos encargados de visitar
y reformar a los religiosos les resultaban excesivamente lentos e imparciales, para su gusto, los
sustituyeron por otros ms interesados en el asunto, como Fr. Francisco Ximnez de Cisneros y el
dominico fray Diego de Deza. Impresionada por el carcter fuerte y autoritario de su confesor, la
reina Isabel no dud en conseguir para l la sede arzobispal de Toledo, vacante por fallecimiento
del cardenal Don Pedro de Mendoza. La bula del nombramiento, fechada el 20 de febrero de
1495, se llev en secreto, para evitar que l rehusara. Las intenciones de la operacin no tardaron
en manifestarse. El 5 de julio exhortaba el papa a Cisneros, por sendos breves, a la reforma del
clero y de las casas religiosas de su dicesis, en el caso de que sus superiores descuidaran esta
obligacin. El 29 de septiembre le haca extensiva dicha facultad a las dicesis sufragneas.
Tambin autoriz el pontfice al nuevo arzobispo para que dispusiera de un equipo de diez
religiosos escogidos libremente de cualquier provincia, cismontana o ultramontana, sin necesidad
del permiso previo de sus superiores. As poda contar con un selecto equipo colaborador para su
actividad reformista.
Las facultades de Cisneros se vieron enormemente ampliadas un ao ms tarde, el 21 de
mayo de 1496, al ser nombrado por Alejandro VI "Comisario general" para la visita de las casas
observantes de los reinos de Espaa, con todas las facultades propias de los vicarios generales de
la observancia. La excusa aducida por los reyes al solicitar tal privilegio eran las continuas
guerras entre Francia y Espaa, que dificultaban los desplazamientos del vicario general
ultramontano, sistemticamente francs, y la gran extensin territorial de los reinos espaoles. En
el fondo, se adivina el esfuerzo por crear una iglesia ms nacional y dependiente de la corona, y
por conseguir un peso mayor en los foros internacionales, en un momento en que hasta el papa
era espaol.
Esto ltimo, sin embargo, no facilitaba las cosas. Fray Bernardo Bol, enviado a Roma por
los reyes, se quejaba por aquellos das, amarga e irnicamente, del nulo inters que el papa Borja
prestaba a los asuntos de la reforma, "porque, quien vela de noche, necesario es que duerma de
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da" (carta del 15 de julio de 1496), y "a quien no le sobra tiempo de rezar ni de hoir missa, mal
le quedara para negociar" (4 de agosto). No obstante, en la Roma mundana del Renacimiento
todo era negociable y los ms recalcitrantes enemigos podan convertirse, de la noche a la
maana, en entraables amigos. Aquel mismo otoo, Alejandro VI tuvo que pedir a Espaa
ayuda contra Francia, que amenazaba a los territorios pontificios. El 21 de noviembre apelaba a
los buenos oficios de Cisneros ante los reyes y, el mes siguiente, contra el parecer del colegio
cardenalicio, el Papa conceda al rey don Fernando el ttulo de "Catlico", como contrapeso al
tradicional ttulo de "Cristiansimos" que ostentaban los reyes de Francia . En tal clima de
distensin, no es de extraar que, antes de que acabara el ao, el 26 de diciembre, mediante la
bula "Ut ea, el arzobispo de Toledo y el dominico Diego de Deza fuesen encargados
oficialmente de la reforma de sus respectivas rdenes en todas sus ramas. El breve "Aliis et
certis", del 27 de junio de 1497, les facilitaba la labor, autorizndoles para delegar en otros el
oficio de visitador y reformador.
Como era de esperar, la reforma en manos de Cisneros adquiri tonos an ms agresivos,
pues se pretenda reformar a todos los franciscanos, de cualquier rama, sin contar con sus
legtimos superiores como venan haciendo anteriormente los obispos de Coria, Catania y
Mesina.
Habiendo prcticamente desaparecido la provincia conventual de Castilla, la ofensiva
observante se intensific de manera preocupante en la de Aragn, donde los conventuales
conservaban buena parte de su prestigio e influencia y la observancia an tena poco arraigo. Por
eso los consejos ciudadanos no dudaron en ponerse a favor de los claustrales, sobre todo porque
algunos encargados de la reforma eran castellanos y, por ende, extranjeros. Es de destacar la
intervencin de los Consellers de Barcelona, que ya se manifestaron contrarios a la presencia de
reformadores en la ciudad, y volvieron a hacerlo de nuevo el 20 de mayo de 1497, enviando al
ministro general Francisco Sansone un alegato a favor de los frailes de San Francisco. Entre otras
cosas, le recomendaban no dejarse llevar por lo que dijesen otros acerca de ellos, y le rogaban
que "defendais a estos frailes a vos encomendados como pastor y padre" y que, "si debe hacerse
la reforma, ya que, mientras estemos en esta vida miserable, nadie est libre de pecado..., se haga
mediante vuestros inferiores y ordinarios a vos sujetos. La carta deba de responder, sin duda, a
una solicitud de los propios claustrales de Barcelona.
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Bibliografa
(s.f.).
. (s.f.). Recuperado el 8 de Marzo de 2014