Moscas Sobre El Mármol. Obra Completa PDF

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MOSCAS SOBRE EL MRMOL

(1961)
Para mi hermana
Personajes:
JULIN: 35 aos
ENRIQUE: 35 aos
AMALlA, madre de Julin: 55 aos
TERESA, e posa de Julin: 33 aos
SEGUNDO: hijo de uno de los inquilinos;
por ser muy dbil para trabajar en el campo
fue trado para que sirviera en las casas.
Dos PEONES
(La acci6n ocurre en un fundo, a 150 kil6metros de Santiago, afines del verano, en la poca
actual.)
PRIMER ACTO
(Hace algunos aos,'o algunas generaciones sta debe haber sido la capilla de la propiedad
que pertenece a lulin. Uno de sus antepasados la utiliz6 luego como caballeriza y, ms tarde,
el tiempo se ha encargado de transformarla en lo que ahora es: un edificio medio derruido,
lleno de luz incierta y de objetos heterogneos. Sin embargo todava se descubre la arquitectura
primitiva. El techo es alto, hay unas ventanitas que conservan sus vitrales y un nicho donde sin
duda hubo alguna imagen de santo. Ahora sirve de bodega. Es aqu donde se amontonan los
sillones desvencijados, las cortinas deshechas, las lmparas que ya no funcionan.
Hace tiempo que a esta caballeriza no entra un caballo o un ser humano. Las puertas estn
cerradas y se experimenta la sensaci6n de que el mismo aire ha circulado elJfre las cuatro
paredes, sin renovarse. Nadie podra vivir ah dentro.
Lejanas en un comienzo, y luego cada vez ms cerca, se escuchan voces. Alguien trata de abrir
una de las dos puertas. Forcejea durante unos installtes y por ltimo sta cede. La luz inunda de
pronto la sala. Las sombras corren a agazaparse en los rincones como fantasmas de caballos
asustados. O tal vez 110 sean sombras, sino todo lo que vivi6 ah antes, antes que la capilla fuese
transformada en caballeriza.
Entra lulin seguido por Enrique. Segundo, el mozo, permanece en la puerta tratando de sacar
la llave del candado.)
JULlN.- (Emrando.) La vida es una ocupacin tan aburrida, Enrique, que si no se adereza con
uno que otro toque, sera insoportable. Dame las llaves, Segundo.
SEGUNDO.- Altiro, patrn.
lULlN.- Segundo, llmame eor. Cundo aprenders que vivimo en una poca donde la pala-
bra patrn no tiene sentido? Hoy nadie manda a nadie.
SEGUNDO.- S, patrn.
luLlN.- (Haciendo un gesto de impotencia hacia Enrique.) Ya lo ves... Dame las llaves...
SEGUNDO.- No las puedo sacar del candado, patrn.
lULlN.- Entonces psamelas con candado y todo. No luches contra los detalles, Segundo. Guar-
da tus energas para las grandes batallas de la vida. Me comprendes?
SEGUNDO.- sr, patrn.
lULlN.- Y mientras tanto vive en el presente. Me comprendes?
SEGU 00.- S, patrn.
lULlN.- Muy bien. Dame las llaves. (Se las pasa.) Y ahora anda a decirle a la eora Amalia que
las caballerizas estn abiertas y a su dispo icin.
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MOSCAS SOBRE El MARMOL
SEO 00.- Bueno, patrn. (Inicia mutis.)
JULlN.- Segundo... (Segundo se da I'uelra y Julin le habla por lo bajo a Enrique.) Mira la cara
que pone... (A Segundo.) Y dile que el fantasma la e pera.
(Segundo mira en tomo), fLlego escapa. Julin re.)
E RIQUE.- Eres el mismo, Julin, no bas cambiado nada.
JULlN.- Lo dice en erio?
ENRJQUE.- Me parece verte quince o veinte aos atrs a u tando a Segundo.
JULl .- Ah. Y fsicamente? Me hallas cambiado fsicamente? Me halla ms viejo? Ms
arrugado? Lleno de canas, una ruina.
E RIQUE.- Bueno...
JULIN.- Dmelo sin miedo. Hoy amanec fuerte.
ENRIQUE.- (Riendo, molesto') Ests igual.
JULIN.- o, no, no, no me mientas. Estoy m viejo no es cierto? Mrame! T ere el nico
que puede dar una opinin incera, porque hace diez aos que no me vea.
ENRJQUE.- Tranquilzate, ests igual.
J L1N.- Ojal, porque odio la vejez. Es una cosa sbita y de piadada.
ENRlQ E.- Pero a no otro todava nos queda tiempo para empezar a preocupamos de la vejez.
JULlN.- Tiempo... , a lo mejor. Pero (Imita el acento alemn.) "es preferible poner el parche
antes que la herida" como deca Herr Lowenstein.
E RIQUE.- Herr Lowen tein! Te acuerdas? Qu fue de l?
JULlN.- Muri como haba vivido, haciendo clases.
EN'RIQ E.- Pobre viejo, tanto que lo hicimos rabiar...
JULlN.- (Interrumpiendo.) As e que no me halla m viejo. Qu bueno! Tendr que contrse-
lo a mamu hka.
ENRJQUE.- Cmo est tu mam?
JULI .- Luego la vers. Y si la hallas m vieja, no se lo digas. Pretende que ha descubierto un
ecreto y es luchar da a da con la vejez, palmo a palmo, como quien pelea con la flojera
de las empleada. unca la domina, pero tampoco e deja dominar. Y ah est el secreto:
en no cejar.
ENRlQUE.- Te podra contestar lo que le dijiste a Segundo. Guarda tus energa para las grandes
batallas de la vida.
JULlN.- Y cule son la grandes batallas de la vida? Por Dio, Enrique! Entonces me cres-
te... , tomaste en serio lo que le dije a Segundo? Son cosas que e le dicen a lo empleados
para levantarle el nimo; pero de ah a que uno las crea... Cules on las grandes batalla
de la vida? Los detalles, implemente los detalles. No porque sean m importante, sino
porque no hay nada ms... ada ms! Mira, la vida es un gran bluff. Tienes un par de
cuatro en tu mano y apuestas y apuestas como si contaras con una e calerilla real... Todo
est en la forma cmo apue tas, cmo juegas, cmo organizas, cmo planeas, todo est en
e os detalles. Y no hay ms.
ENRJQUE.- Habla demasiado, Julin, como siempre. Y te contradices todo el tiempo.
JULIN.- Claro que , para e o oy humano.
ENRIQ E.- Siempre has credo que e e era privilegio lUyo exclusivo.
J u.- o te pongas pe ado, Enrique. Acabas de llegar.
E RIQ E.- Perdname.
JULlN.- No tienes por qu odiarme.
ENRlQUE.- o te odio. Por qu dices eso?
JULlN.- No s. Cosas...
ENRJQUE.- Pero, Julin, no seas absurdo.
JULlN.- No, no, no, si lo comprendo todo. Un hombre que ha vivido diez aos en los desiertos
del orte tiene derecho a sus rarezas.
ENRlQUE.- Supongo que estars bromeando.
JULlN.- (Lo mira durante un brevsimo segundo y luego cambia el tono.) Claro que estoy
bromeando, viejito! Cualquiera dira que no me conoces.
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TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HEIREMANS
ENRIQUE.- (Riendo con cierto alivio.) Ah! En el fondo nunca s cundo es verdad y cundo es
mentira lo que ests diciendo.
JULlN.- Mira, te vaya confiar un secreto: casi todo el tiempo es mentira.
ENRJQuE.- Entonces lo que decas hace un rato respecto a la vida...
JuUN.- (Imerrumpiendo.) Lo que deca hace un rato... Mais, mon cher, como vaya acordarme de
lo que deca hace un rato. Y ahora basta de discusiones y dime qu te parece el escenario.
ENRJQUE.- Cul e cenario?
JULlN.- (Indicando las caballerizas.) Este...
ENRJQUE.- No veo ningn escenario.
JULlN.- (Explicndole como quien lo hace con un nitio.) Enrique, no es necesario que haya
candilejas y cortinas para que se hable de escenario. Todo es un escenario! Cada tabla que
cada uno de nosotros pisa es un escenario... Esto es un escenario!
ENRJQUE.- Las caballerizas?
JULIN.- S, las caballerizas.
ENRIQUE.- Entonces va a suceder algo aqu, porque en los escenarios suceden cosas.
JULIN.- Claro que s.
E RIQUE.- Y qu va a suceder?
JULIN.- Un crimen.
(Hay un instante breve de silencio.)
ENRJQUE - Qu crimen?
JULlN.- (Riendo llene.) No pongas esa cara! Si nadie te va a matar a ti.
ENRJQUE.- Te confieso, Julin, que me cuesta mucho seguir esta conversacin.
JULlN.- Y cmo antes me comprendas a las mil maravillas?
ENRJQUE.- Antes estaba acostumbrado. Acurdate que ahora he pasado diez aos en Cal ama y
que all no abundan los Julianes.
JULlN.- Los Julianes! Parece una raza de flores. iLos Julianes! Una mezcla entre tulipn y algo
ms. una especie de magnolia apcrifa. (Enrique re.) Vamos a tener que escribir un trata-
do sobre los Julianes. lnventaremo una nueva especie, las pecioladas titubeantes, y man-
daremos un artculo al Amigo del Campesino y otro a El Mercurio para que sea verdadera-
mente serio. Los Julianes, dos puntos, futuro de Chile. E o siempre interesa, porque ste es
un pas que pasa buscando su futuro. Y diremos que se plantan en las caballerizas abando-
nadas y que como todos deben tener en u fundo una caballeriza abandonada, ser una de
las cosechas ms populares para el prximo ao. Qu te parece, ah?
ENRIQUE.- (Sonriendo.) Me parece muy bien.
JULtN.- (Remedndolo.) iMuy bien! Es lo nico que se te ocurre? T que no has cambiado,
Enrique. Me ves aqu, como Dios, creando de la nada una raza de plantas. y habiendo tanto
adjetivo, tanto adverbio en la lengua castellana, lo nico que se te ocurre decir e muy
bien. Muy bien, que no significa nada.
ENRJQUE.- (Ya casi en/regado al juego.) Y qu quieres que diga?
JULlN.-IMaravilloso!, por ejemplo. Fascinante, sensacional. Todo lo que debieras haber excla-
mado cuando abrf la puerta de estas caballeriza.
ENRJQUE.- Pero si ya las conoca.
JULlN.- De veras. Hace diez aos, justo ante de que te fueras, en e a fiesta que organic.
ENRIQUE.- (Un poco turbado.) S... pero no pensaba en eso, sino que cuando chicos, cuando me
invitaste a veranear al fundo y en la noche venamo a cazar araas con antorchas te acuerda?
JULIN.- S, me acuerdo. (Cambia de tema.) No encuentras que es el sitio indicado para lo que
va a suceder?
ENRIQUE.- Pero, qu es lo que va a suceder?
JULlN.- No recibiste la invitacin?
ENRIQUE.- La tuya?
JULlN.- Cul no?
ENRJQUE.- S. la recib.
JULlN.- Y?
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MOSCAS SOBU U MARMOl
ENRIQUE.- y qu?
JULl '.- o la leste?
E R1QUE.- Claro que s, Julin, pero djate de crear u penso y explcame lo que va a suceder.
JULIN.- o se te ocurri preguntarte por qu te invitaba?
ENRIQ E.- Supongo que era poque tena ganas de verme.
JULlN.- De ver a mi amigo de pu de diez aos de ausencia (Esto lo ha dicho en un tono serio
pero melodramtico. Enrique no sabe si rer o /10.) Pero hay ms.
ENRIQuE.- Qu ms?
JULIN.- Recuerdas a qu te invit? A une partie de cha se, mon cher. Sabes lo que es eso?
E R1QUE.- Una cacera upongo.
JULIN.- (Remedndolo.) Una cacera... Qu fomedad! Despertarse con lo gallos, vestirse de
mala gana, tragar un de ayuno y helarse por los camino embarrados, para matar dos o tre
pajarito que despus ni iquiera se pueden comer. porque estn llenos de municiones. o,
Enrique cmo e te ocurre que te iba a invitar para e o? Este es otro tipo de caza. Una caza
que se va a llevar a cabo aqu adentro.
E RlQUE.- Aqu? Ah... Araas con antorchas!
JULIN.- o. Adivina!
ENRIQuE.- o s, Julin. Por qu no me lo explica?
JUU .- Bueno, e trata de lo siguiente...
(En ese installle se escucha alguien que llama desde el jardn: "Julill ... Julin... " Aparece
Amalia, la madre de Julin.)
AMALIA.- (Entrando.) Julin! Ah... Aqu estabas. Julin, sintate, tengo que hablarte seria-
mente.
JULI .- (Tratando de abrazarla.) Soy todo odos, eora.
AMALIA.- (Rechazndolo e ignorando a Enrique.) o, Julin, prtate bien. Vengo a hablarte
eriamente. Sintate y contstame. Qu es lo que le dijiste a Segundo?
JULlN.- (Como un nio que pretexta la ms completa ignorancia.) A Segundo?
AMALIA.- e fais pa le bi!te y cont tame. Qu e lo que le dijiste?
JULIN.- Por qu?
AMALIA.- Lleg corno un loco a la casa, como i hubiera visto un monstruo.
JULIN.- (Sealndolo.) Enrique tal vez.
AMALIA.- Quin? (Se da vuelta y ve a Enrique. Lo saluda y prosigue imperturbable.) Cmo le
va? (A Julin.) o, no creo que ese joven haya podido asustarlo tanto.
JULIN.- Yo lo le dije que fuera a bu carteo
AMALIA.- Cmo e lo dijiste?
JULIN.- Eh... dle a la seora que venga a la caballerizas.
AMALJA.- Y qu m ?
JULlA.- ada m .
AMALIA.- No me mienta, Julin.
JuuN.- Maman, mamie, mamushka, no se ponga tan seria.
AMALIA.- o, Julin. Cont tame primero.
JULIN.- Bueno, si quieres aber toda la verdad... le dije: Anda a avisarle a la seora que las
caballeriza estn abierta y que... que el fantasma la e pera.
AMALIA.- (Lo mira durante algunos segundos. Pareciera que va a enojarse, pero luego no puede
retener la risa.) o... Le dijiste eso? Pero... pero qu nio tan malo. Mereces una palma-
da. (Se la da.) Malo, malo, mchant! Sabes que le tiene terror al fantasma y... Mereceras
que te pusiera interno en un colegio! (Los dos ren.) Mira... vas a prometerme algo.
JULIN.- Lo que quieras!
AMALJA.- No, esto es en erio, Julin. Vas a prometerme no molestar ms a Segundo. E el nico
empleado que realmente he logrado amansar y no pienso perderlo. As es que vas a prome-
terme...
JULIN.- Lo juro, mamu hka.
AMALJA.- Basta con que me lo prometas. sta no e poca de juramento. (Es s610 entonces
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TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HElRE.MANS
cuando se da cuenta de que Enrique todava est en la pieza. Le habla.) No le parece?
(Por lo bajo a JuLin.) Lo haba olvidado! Por Dios que somos mal educados! (A Enri-
que.) No le parece? No, no, no, Julin, deja que el joven conteste... Conver ar es compar-
tir y no acaparar. Qu opina usted, Eduardo?
JULIN.- Enrique, mam. No te acuerdas de l?
AMALIA.- (Sin acordarse.) Por upuesto. Enrique... Qu gusto de... (Y de pronto se acuerda.)
Enrique! El de lo pantalones de golf!
ENRIQUE.- {Riendo muy moles/o.) El mismo.
AMALIA.- Ese que apenas hablaba y que era tan educadita. Usted era el nico amigo de mi hijo
que me gustaba. Y qu se ha hecho todo e te tiempo?
ENRlQuE.- Bueno... he estado trabajando... he...
JULIN.- Ha estado diez aos en el Norte, en Calama no?
ENRIQuE.- S.
AMALIA.- Y para qu, Dios mio?
JULIN.- Enrique es un hombre trabajador.
AMALIA.- Djalo contestar a l, Julin.
ENRlQuE.- S, he estado trabajando. Trabajo en una Compaa, una Compaa minera, y me
mandaron al Norte.
AMALIA.- Pero si me parece estarlo viendo con sus pantalones de golf... Me acuerdo tan bien!
Me acuerdo que Julin le peg las papera, la alfombrilla, la peste cristal, y una vez que
usted le peg un resfro a Julin, su mam llam para disculparse. Me sent tan mal! Qu
es de su mam? Es un encanto no?
ENRlQuE.- Muri... muri hace algunos aos.
AMALIA.- Ay! Cada vez van quedando menos. Qu horrible es la muerte! Casi tan horrible
corno envejecer.
JULIN.- Lo dices por Enrique?
AMALJA.- Ne sois pas bete. Lo digo por mi. Me encuentras ms vieja?
ENRlQuE.- Bueno...
AMALIA.- Dgalo sin miedo.
JULIN.- (Viniendo en ayuda de Enrique.) No lo pongas en aprietos, mamushka. Enrique no sabe
hablar. Y t ests cada da ms joven!
AMALIA.- (Coque/a, a Enrique.) No le crea una sola palabra... De modo que ha estado diez aos
desterrado.
ENRIQUE.- No lo crea. Calama es muy agradable. Y la vida...
AMALIA.- (Interrumpiendo.) Debe hacer mucho calor, no? Nosotros con Julin no podemos
soportar el calor. De modo que diez aos... Pero entonces hace siglos que yo no lo vea!
JULIN.- Claro, t todava estabas en Pars cuando Enrique se fue.
ENRlQuE.- Usted estuvo mucho tiempo all no es cierto?
AMALIA.- Casi diez aos.
ENRlQUE.- (Haciendo un esfuerzo por enhebrar una conversacin.) Y le gust?
AMALIA.- Pars! Eso no e pregunta. Pars y yo amos viejos amigos. Estuve en el colegio all.
Mi pap, que era ateo y absolutamente sacn1ego... Fue l quien transform esta capilla en
caballeriza, porque esto era una capilla ante ... mi pap odiaba los colegios de monjas y
por eso me mand a estudiar all. Usted debiera haberse ido a Pars en vez de a... cmo se
llama?
JULIN.- En Pars no hay minera, mamushka. Y Enrique es un hombre trabajador, un hombre
que trabaja para un futuro mejor y...
AMALIA.- (In/errumpiendo.) Ay! No hables as, Julin. Pareces una propaganda de neumticos.
JULIN.- Es que Enrique siempre so con todo eso. No es cierto, Enrique? En el colegio,
mientras yo agonizaba con Verlaine y Rimbaud, l lea la vida de Henry Ford.
AMALIA.- No la he ledo.
JULIN.- Yo tampoco, pero debiramo haberlo hecho. Es esencial para sub istir en el siglo vein-
te. Todo debiramo tratar de ser como Mr. Ford.
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MOSCAS S08Rl EL MRMOL
AMALlA.- Pero que no fabric autos no ms?
JULlN.- osotros ni iquiera hemo fabricado eso.
AMALIA.- Pero hemos vivido, Julin. Qu opina usted, Enrique?
ENRlQuE.- o... no . seora.
AMALIA.- (Remedndolo.) No , seora. Me parece estarlo viendo! Con su pantalones de golf,
un mechn sobre la frente. diciendo: No s. seora... 11 e t charmant, Julien! Me encanta la
gente que cambia tan poco. E pero que lo pase muy bien aqu. Supongo que Julin le habr
explicado todo lo referente a la partie de cha se.
JULIN.- o he tenido tiempo. mam.
AMALJA.- Hay que hacerlo entonce . Hay que hacerlo cuanto ante. Una idea de genio! Eso no
e le puede negar a Julin... (Lo besa ligeramell/e en la mejilla.) Y parece que usted,
Enrique. fue la cau a de esa idea. Apenas Julin supo que usted haba llegado a Santiago,
dijo: Hay que invitar a Enrique al campo y darle una fiesta de bienvenida.
E R1QUE.- No saba que...
AMALlA.- S. s. es en honor suyo.
JuuN.- (Manifiestamente cambiando el tema.) Y qu te parece el lugar, mamie? i siquiera lo
ha mirado.
AMALtA.- Es verdad. Hablamo y hablamos... (Durallle algunos segundos recorre con la mirada
las caballerizas y luego mira a Julin.) Ma-ra-vi-llo- o.
JULIN.- Y qu m ?
AMALIA.- Fascinante, sensacional! (Los dos ren. Es una frase clave entre ellos.) o podas
haber e cogido algo ms a propsito No le parece. Enrique?
JULIN.- Pero i l...
AMALIA.- Cmt! Djalo contestar. Julin. (A Enrique.) Es talla costumbre que tenemo de dialo-
gar. porque Teresa apena habla, que a veces e no puede creer mal educados. Pero no lo
somo y...
JULlN.- (1llIerrumpiendo de pronto.) i iquiera me ha preguntado por mi mujer. Enrique.
ENRlQUE.- (Turbado.) S. ... te iba a preguntar. Cmo est?
AMALIA.- Ah! Usted la conoci?
JULIN.- Claro. cuando Enrique se fue ya estbamos casados haca tres o cuatro aos.
ENRlQuE.- S.
AMALIA.- Ah. bueno. enlonce no necesito decirle lo callada que es. No habla nunca y se lo pa a
muda en su rincn como i e tuviera o leniendo algo.
J L1N.- Maman!
AMALIA.- Es un encanto. pero es una verdadera caritide.
JULIN.- Cuando Enrique la conoci no era as no e cieno, Enrique?
AMALlA.- (A Enrique.) Y por qu se fue?
JULIN.- Maman, no seas indiscreta.
E R1QUE.- Me fui a trabajar. eora.
AMALlA.- Ah. no. no, no, e o no me lo cuente a mi. Cuando unjoven se va y e hunde en el salitre
es porque quiere. o ms bien, porque debe... Qu es lo que le pas. Enrique? Cuntemelo,
supongo que tendr confianza.
ENRIQ E.- No hay nada que contar. eora.
AMALIA.- Algo que olvidar entonce .
JULlN.- Mam!
AMALIA.- Cuando uno e va, iempre huye de algo. o le parece?
JULIA .- As es que cuando t te fuiste a Pars, lambin huas.
AMALtA.- Claro. de ti. De una cosa que se llamaba Julin que se pu o pantalones largos y le creci un
bigote. Una cosa que quera llegar a ser hombre y tena que hacerlo 010. Por eso me arranqu.
JULIN.- (A Enrique.) o la hallas extraordinaria?
AMALlA.- y ahora cunteme u ecreto. Enrique. Podr ser lo que Julin dice. pero a m esos ojos
no me engaan. Por muy hombre de negocios que sea, por mucho melal y mucha organiza-
cin que exista. hay aqu (indica sus ojos) un es no e de pena, de... mala uene... de
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TEATRO COMPUTO DE LUIS ALBERTO HEIREMANS
amor! (Re.) o, no me cuente nada. Vaya adivinar. S, s, vaya adivinar. Veamos... Hace
diez aos: u ted ni siquiera tena treinta, pero andaba cerca. La edad cuando el hombre
dice: Si no me caso ahora, no me caso nunca.
E RIQUE.- Yo no me cas.
AMALIA.- Lo felicito!
JULIN.- Mam sostiene que el matrimonio es la nica tragedia.
AMALlA.- No e cas y huy. Huy por amor. Huy para olvidar. Y lo olvid?
ENRIQuE.- Qu cosa?
AMALIA.- Lo que fue a olvidar.
(Aparece Segundo, que permanece en la puerta asustado de entrar.)
SEGUNDO.- Patrn... patrn...
JULIA .- Ah! Es nue tro amigo Segundo. Qu te pasa, hombre? Entra... entra...
SEGUNDO.- La eorita Teresa me dijo que le viniera a avisar...
JULIN.- Pero entra... (A Amalia.) Mira la cara que pone.
AMALIA.- Comme tu es betel (A Segundo.) No le hagas caso, Segundo. No tengas miedo. Entra...
(Segundo apenas entra.) Eso es... Otro poco... Entra y vas a ver que no hay ningn fanta ma.
SEGUNDO.- Ay! No lo diga, patrona.
AMALIA.- Qu?
SEGUNDO.- Eso que dijo.
AMALIA.- Por qu?
SEGUNDO.- Porque cuando uno los llama, aparecen.
AMALIA.- Bueno, no lo voy a decir ms. Pero entra, no tengas miedo, entra y convncete de que
no hay ningn "efe".
JULIN.- (A Enrique.) No la hallas extraordinaria?
AMALIA.- y ahora, qu es lo que venas a decirnos?
SEGUNDO.- Dice la seorita Teresa que estn llegando las visitas.
AMALIA.- iPor Dios! Y Teresa sola con ello, dile que ya voy. Segundo. (Mutis de Segundo.)
Bueno, los dejo (Inicia mutis.) Ay! Casi se me olvidaba. Julin. Vine por dos cosas. Una:
retarte. Eso ya lo hice. Y la otra... Qu sera la otra? Ah. s. Se me ha ocurrido algo
fascinante.
JULIN.- Qu?
AMALIA.- M ica.
JULIN.- Msica?
AMALIA.- M ica de fondo durame la partie de cha e. Cualquier germano pompo o al co-
mienzo y, si la partida se prolonga hasta el amanecer, Mozan. E la nica manera de
aportar la maana. Algo frgil para compensar la caras fiambre y los ve tidos arruga-
dos. Qu te parece?
JULIA .- Me parece...
AMALIA.- Mejor que te parezca bien. porque ya hice in talar los amplificadore .
JULIA .- Me parece maravillo o.
AMALIA.- Y qu ms?
JULI .- Fa cinante, en aciana!!
AMALIA.- (Muy comenta.) Chri! Ahora sr que los dejo. Cuntale a tu amigo todo y si se le
ocurre algo ms, cuntamelo a m. A mis ao hay que e tar incluida o muerta. Slo son
espectadores lo viejos. Bueno, a biemot. y prten e bien!
(Desde la puerta les lanza un beso y sale.)
JULIN.- No la hallas maravillosa?
ENRIQUE.- No han cambiado nada, ni t ni ella.
JULIAN.- No es cierto que est joven?
ENRIQuE.- Sr.
JULIN.- Y tiene el mismo enlU iasmo siempre. la misma vitalidad. Ya la viste cmo organizaba,
cmo planeaba...
ENRIQuE.- Pero qu es lo que estn planeando?
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MOSCAS S08RI. [L MARMOL
JULlN.- Ah... veo que por fin empieza a picane la curio idad.
E RlQUE.- Qu es lo que va a pa ar?
JULI .- Ya te lo dije: une partie de chas e.
ENRlQUE.- S, pero dnde? Y qu e lo que vamo a cazar?
JULtl .- Un fantasma.
E RlQ E.- Un fanta ma?
JULlN.- Claro, el que dicen que habita en estas caballerizas.
E RIQUE.- Pero entonce es cierto?
JULl .- Lo m que hay.
ENRIQUE.- Y t crees?
JUUN.- A pie juntillas. (Lo mira muy serio durallte algunos segundos y luego re.) Enrique! Tan
cndido como antes. Claro que no creo y nadie cree; pero no divertimos creyendo que creemos.
ENRJQUE.- adie cree?
JULlN.- Bueno. algunos s. Ya viste a Segundo temblando como una hoja y supongo que los
dems empleados creern, y lo peones. Dicen que en las noches de luna se escucha en esta
caballeriza una cancin melanclica. Dicen que es alguien que llora por un amor perdido y
la nica manera de hacerlo callar es encendindole una vela y rezando tre padrenue tros.
o otro en cambio lo haremos enmudecer para iempre. Lo mataremos.
ENRlQUE.- Pero cmo?
JULlN.- a e la fie ta, Enrique. Despus de la cena, les repaniremos a los invitados unos
riflecitos que compr mam y que di paran fulrninantes. Son inofensivos, preciosos y cos-
taron muy caro; pero todo vale la pena, con tal que la fiesta ea lucida. Entonces los invi-
tados aldrn al parque, perseguirn al fantasma, lo acorralaremos aqu en estas caballeri-
za , y le daremo muerte.
ENRJQUE.- Pero cul fanta ma?
JULIN.- No te a ustes: habr un fantasma. Si no, era una lata. Di frazaremos a Segundo con
una sbana y lo haremos correr enLre los rboles.
ENRIQUE.- Y t crees que querr?
JULlN.- Segundo siempre quiere lo que yo quiero.
ENRlQUE.- Y perseguiremo a ese pobre hombre.
JULIN.- Ah, no, Enrique, no te vas a poner entimenta!. Segundo va a estar fascinado de poder-
no ayudar.
(A lo lejos se escucha alguien que llama: "Julin... Julin... ".)
ENRlQUE.- Alguien llama...
JULlN.- Es Teresa.
ENRlQ E.- (Nervioso.) Vamos a enconLrarla.
JULL.- o, e pera. Quiero que vea el lugar del crimen... (Rre.) o tal vez el de la caza, porque
todava no abemo si habr vctima. (Vuelve a rerr.) Todo depende de la habilidad de
Segundo... Attend ! Abi viene... Je voi ma fiance a travers le fleurs es les feuilles ...
(Aparece Teresa. Al elllrar y ver a Enrique se detiene durante un pequesimo instante.)
TERESA.- Enrique... (Se domina.) Cmo est?
E RIQUE.- (Va hacia ella y le estrecha la mano.) Cmo ests, Teresa?
JULlN.- Es Enrique, Tere a. o te orprende ver al errnitao despus de tantos siglos?
TERESA.- La seora Amalia me dijo que e taba aqu.
JULlN.- Mam...
TERESA.- S.
ENRIQUE.- Y cmo e t ?
TERESA.- Muy bien, gracias. Me da gusto verte despus de tanto tiempo.
ENRlQUE.- Teresa...
TERESA.- (Interrumpiendo.) Julin, la seora Amalia me mand a decine que vayas a probar lo
amplificadores.
JULlN.- Los amplificadores... Ah, . Son para la msica. Va a haber msica de fondo, Teresa,
durante la panie. Qu te parece... ? No, no me digas que muy bien. Es lo que acaba de
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TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HEIREMANS
decinne Enrique. (Re. Pero algo le ha sucedido. La alegra es allOra un poco forzada.)
Voy a ver los amplificadores...
E RIQUE.- Te acompao.
JULlN.- No, qudate aqu con Teresa. Quiero que me digan si e oyen bien. Voy y vuelvo.
(Antes que hayan podido contestar, Julin ha salido. Permanecen los dos mudos, molestos, sin
saber qu decirse.)
E RIQUE.- Julin no ha cambiado.
TERESA.- No.
E RIQUE.- Y t?
TERESA.- Yo?
E RIQUE.- Has cambiado?
TERESA.- Estuviste mucho tiempo en el Norte no es cierto?
ENRIQUE.- Diez aos.
TERESA.- Diez aos.
ENRIQUE.- S.
TERESA.- (Tratando de ell/ablar una conversacin.) Dnde? En Antofagasta?
ENRIQUE.- Cal ama. Al interior de Antofagasta.
TERESA.- S, de vera, lo saba.
E RIQUE.- Cmo?
TERESA.- Alguien debe habrmelo dicho.
E RIQUE.- Y... y cmo has estado?
TERESA.- Ya lo ves, como siempre.
ENRIQUE.- Qu has hecho?
TERESA.- ada especial.
E RIQUE.- Ests contenta?
TERESA.- T sabe que ahora vivimos aqu en el campo, casi todo el ao.
E RIQUE.- Por qu?
TERESA.- Supongo que ser por la plata. Se nos ha ido acabando. (Sonre.) T conoce a Julin.
Ya no le queda sino e te fundo, la vida en Santiago es sumamente cara, y aqu todava
puede tener sus comodidades. Vivir como antes.
ENRIQUE.- Cmo?
TERESA.- Como antes.
(Hay UlI breve silencio.)
ENRIQUE.- Cuando llegu a Santiago e tuve con Rafael.
TERESA.- Rafael?
E RIQUE.- S, Rafa, tu primo... el que era amigo mo.
TERESA.- Ah! Rafito. Cmo est? Hace siglo que no lo veo.
E RIQUE.- Muy bien. Me cont que t le habas preguntado noticias mas.
TERESA.- Yo?
E RIQUE.- S.
TERESA.- o me acuerdo.
E RIQUE.- Me... dio mucho gu to.
TERESA.- Qu le pa ar a Julin? Tengo mucho que hacer en la casa.
E RIQUE.- Los invitado?
TERESA.- S.
ENRIQ E.- Son muchos?
TERESA.- A alojar, quince. Lo dems slo vendrn a comer.
ENRIQUE.- Ah.
TERESA.- Y... y siempre trabajas tanto?
E RIQUE.- S.
TERESA.- Has logrado lo que querras?
ENRIQUE.- No . Tengo la impre in de que estoy donde mismo, donde e taba ante de partir.
hace diez ao .
239
MOSCAS SOBRE EL MARMOL
TERESA.- Qu le pa ar a lulin? Te mo traron ya tu pieza?
E RJQUE.- o, Julin insisti para que viniera a ver las caballerizas antes que...
(En ese momelllO se escucha una meloda. Es una canci6n romntica que estaba de moda hace
diez mios. Ambos se inmovilizan. S miran y luego bajan la vista como si hubiesen sido heridos.)
E RJQUE.- Tere a... la m ica.
TERESA.- Se e cucha perfectamente. Volvamos a la ca a.
ENRIQUE.- (En el momento en que ella va a salir.) Teresa...
TERESA.- S?
ENRIQUE.- Te... te acuerda?
TERESA.- (Lo enfrellla.) De qu?
E RJQUE.- De... de nada.
Teln
SEGU DOACTO
(Ya la noche se insinLa en el parque y penetra en las caballerizas esfumando los contornos de
las murallas. Empieza a escucharse el ruido de los sapos, de los grillos y, de vez en cuando,
jirones distallles de la meloda como si alguien la recordara sin precisarla. lulin le est elllre-
gando a Segundo una pequea escopeta.)
lULIN.- Aqu e t. Sabes cmo cargarla? Y ta on la balas, no las vayas a confundir con las
otras.
SEGU 00.- o, patrn.
J uN.- Toma.
SEG NOO.- Bueno, patrn.
luuN.- Te acuerdas de todo lo que te dije?
SEG 00.- S, patrn.
lULl .- A ver, repite.
SEG 00.- Apena oigo lo primeros tiro ...
JuuAN.- No, no, no... Dnde tienes que estar?
SEGUNoo.- (Indicando un lugar en el campo.) All arriba, patrn.
lULI .- En el palomar, eso es. Y...
SEGUNOO.- Y cuando veo aparecer la cu tin blanca, disparo.
luuN.- Y disparas cuantas veces sea nece ario, hasta que la veas caer. Comprendi te, Se-
gundo?
SEGU 00.- S, patrn.
lULlN.- Y ni una palabra a nadie, porque si s que lo has contado, voy donde tu padre y le digo
lo del...
SEGU 00.- (Interrumpindolo.) Ay, no, patroncito, por favor. Descuide. No le vaya soplar pala-
bra a naiden.
luLlN.- ndate ahora y e conde eso.
(Segundo inicia el mutis, pero se detiene en la puerta.)
SEG 00.- Patrn...
JULl .- Qu hay?
SEGU 00.- Patroncito qu va a er la cu tin blanca sa?
luLl .- Algo, no necesita aberlo.
SEGU 00.- Pero e que, patrn...
JULI .- Qu?
SEGUNoo.- Yo no quisiera que fuera... que fuera ... bueno, e o que vive aqu adentro. E mala
uene di pararles.
240
TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HEIREMANS
JULlN.- El fantasma?
SEGUNDO.- (Mirando en tomo con terror.) Ay. no lo diga. patroncito! Por todos los santo y la
Virgen no lo diga!
JULlN.- o, no er el... Ser otra co a. Ser algo muerto. eso , algo muerto que hay que matar
de una vez por todas. Ser algo mo. O por lo meno algo que tiene algo mo. Segundo
sabes t lo que es la certidumbre?
SEGUNDO.- No, patrn.
JULlN.- La certidumbre e algo azul. S, e o e ,algo ab olutamente azul. claro y preciso, deter-
minado. Contra eso vas a disparar, Segundo, contra la certidumbre.
SEGUNDO.- Pero no me dijo que iba a ser blanco, patrn.
JULlN.- Cmo... ? Blanco? Por upuesto, hombre, blanco, blanco! Y ahora ndate.
(Pero en ese momento aparece Amalia Trae entre los brazos tilles blancos y grises.)
AMALlA.- iAh! Qu susto... ! Y qu estn haciendo aqu? (Rpidamente Julin le quita a Se-
gundo la escopeta y la esconde tras algunos objetos. Amalia sorprende el gesto, pero no
se da por aludida.) Y t tambin, Segundo! Te he andado bu cando por toda la casa para
que me ayudes.
JULlN.- Qu es eso que traes, mamushka?
AMALlA.- Un secret, chri. Aunque para ti no tengo secretos. Mira! (Extiende los tules.) Qu te
parecen?
JULlN.- Es tu vestido?
AMALlA.- Mi amor, yo me estren en ociedad hace exactamente cuarenta y tres aos y ya no
estoy para lule . No, no es mi vestido. Son telaraas.
JULl .- Telaraas?
AMALlA.- Claro, desde que vine esta tarde qued con el rintintn. Me deca: algo falta, no s qu,
pero algo falta. Y de repente, cuando tu amigo record a la hora del t ese juego que
jugbamos te acuerdas... ?
1uLl .- El de la araa y las mo ca ?
AMALlA.- i se! Me dije: lo que falta es telaraa. Mucha telaraa, kilmetros de telaraa. Y como
ya no haba tiempo de encargar araas que la tejieran. decid simplificar y traer telaraas ya
hecha : taso
1ULlN.- Pero qu vas a hacer con ella?
AMALIA.- Colgarlas de todos lo rincone, darle un poco de ambiente a e ta pieza. Mrala! E
verdad que e t sucia y encerrada y vieja, pero dnde est el misterio, Julien? Dnde?
1ULlN.- Y t va a crearlo?
AMALlA.- Claro! Si quieres cazar un fantasma (De pronto mira a Segundo y se corrige), i
quieres cazar un "efe", tiene que haber misterio alrededor... Por e o traje e tas telaraa. ver,
Segundo, busca algo en qu subirte y aydame a colgar e ta telaraas... (Al darse cuema que
Jutin la mira.) Qu te pasa, Julot? Por qu me miras a ?
JULlN.- Cmo?
AMALlA.- Como si nunca me hubieras visto ante.
JULlN.- Ideas!
AMALIA.- No, no, no, yo no me engao. E toy hecha un adefe io. no es cierto? Pero djame que
cuelgue e la telaraa y me voy a arreglar y ni iquiera vas a reconocer a mamu hka... Anda.
mi amor, anda a vestirte t que te demoras siglo (Se acerca. Quiere b r ~ r l o Pero l/lO
responde.) Qu te pasa? Ests triste? Alguien te ha hecho sufrir?
1ULlN.- No, nadie. (Sonrte.) nadie, mam.
AMALlA.- Te not muy deprimido durante el t.
1ULlN.- No me pa a nada. Voy a vestirme.
AMALlA.- Date un bao hirviendo. Y rbame esas sales importada. E tn en el tercer cajn de la
cmoda...
(Julin ha salido. Amalia permanece pensativa durante algunos segllndos y luego se da vllelta
hacia el mozo que ha encontrado IIna escalera.)
SEGUNDO.- Servir sta?
241
MOSCAS SOBIU U MARMOl
AMALIA.- S, bete. (Segundo obedece.) Toma! (Le lanza los tules.) Empie.la a colgar. (Pasan
alguno egundos.) Segundo, t crees que aqu hay un "efe"? No te asuste: dije "efe".
Cont tame. T lo cree?
SEGU 00.- Yo lo vi, eorita.
AMALIA.- Lo viste? Y cmo era?
SEGUNoo.- Bueno, fue el Joaqun el que lo vio, pero es lo mismo que i yo lo hubiera visto,
porque el Joaqun no miente.
AMALJA.- Y qu e lo que vio?
SEGUNoo.- E cuch un canto.
AMALJA.- Entonce no lo io. Corre esa telaraa un poco ms a la derecha... A la derecha, pues
nio! Y cmo era el canto?
SEG 00.- Muy tri te, dice l. Ay, seorita, aqu hay una de verdad. La dejo o la aco. Ay, mire,
hasta tiene una araita.
AMALIA.- Scala! o, djala... A ver, pon una obre la otra. S, eso es... S, en e a forma e t casi
perfecta. Y qu m te dijo Joaqun?
SEG 00.- De la cancin? Parece que el patrn a vece la canta.
AMALIA.- Don Julin?
SEG 00.- S.
AMALIA.- Deja sa a , que cuelgue... como si la araa se hubiera can ado de repente. Y qu
ms?
SEG 1'.'00.- El Joaqun me cont que una vez la seorita Tere a la estaba cantando en el conservato-
rio y el patrn fue a decirle algo, pero se qued callado y no le dijo nada.
AMALIA.-y ella qu hizo?
SEG 00.- ada tampoco, porque no lo vio.
AMALLA.- o lo vio?
SEG '00.- o, porque el patrn e escondi detr de una planta y dej que la seorita iguje-
ra cantando.
AMALLA.- o, e a ponla ms arriba... no, ms arriba y icuidado con caertel Eso es... Dime una
co a, Segundo, e e caballero que lleg e ta tarde t lo habas vi 10 antes, no es cierto?
SEG 00.- S, eorita.
AMALIA.- Cundo?
SEG 00.- Hace la puma de aos. Ante que usted volviera.
AMALIA.- Y ena a menudo?
SEG 00.- Qu?
AMALJA.- Si ena todo el empo.
SEGUNDO.- Al fundo vena a veces no ms. Pero a la ca a en Sanago que iba.
AMALLA.- Ahora bjate y corre la e calera. Iba cuando don Julin estaba en la ca a?
SEGU 00.- Cmo, eorita?
AMALIA.- Sbete de nuevo. Y toma, cuelga sta. Y la seora sala con l?
SEGUNDO.- Con don Enrique? No, no la vi nunca salir con l. Don Enrique vena a la ca a.
AMAL/A.- Segundo, voy a hacerte una pregunta y quiero que me digas la verdad (Segundo la mira
asustado desde lo alto de la escalera.) Qu te elijo Jun que hicieras con esa escopeta?
SEG 00.- Con cul escopeta, seorita?
AMALIA.- E a que e condi.
SEG 00.- Cul e copeta, eorita?
AMALIA.- (Yendo hncia el lugar donde Jun la escondi6 y descubrindola.) sta.
SEGU 00.- Cul e copeta, eorita?
AMALIA.- Baja, Segundo, baja... (El hombre est en lo alto de la escalera y la mira con mie-
do.) Baja te digo. Obedece. Baja y dime lo que te mand hacer. I Baja!
(El hombre comienza a descender lelllamente. La mujer lo espera abajo. Hay un gran silencio.
Cuando estn frente afrente, aparece Teresa. Ya viene vestida para la fiesta. Al verlos se detiene
sorprendida.)
TERESA.- Ah... u ted estaba aqu.
242
TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HEIREMANS
AMALJA.- y a quin esperabas encontrar?
TERESA.- A nadie.
AMALJA.- Qu venas a hacer entonces?
TERESA.- A ver i todo estaba listo.
AMALJA.- Qu?
TERESA.- Todo. (Selia/ando las te/aralias.) Qu es e o?
AMALJA.- Algo que estamo colgando con Segundo. Sbete, Segundo, y termina de prender sa.
(Segundo obedece.)
TERESA.- Mejor que yo termine de hacerlo. Ya van a llegar lo dem invitados y usted todava
no se ha vestido. Djeme a m.
AMALJA.- o. T no sabes.
TERESA.- Si me lo explica...
AMALJA.- Ya est casi terminado. M a la derecha. Segundo! Ah! Y t abes que me gu ta
vigilarlo todo personalmente.
TERESA.- S.
AMALJA.- A Julin le gusta que todo est perfecto.
TERESA.- S.
AMALJA.- Qu te pasa? Ests nerviosa?
TERESA.- o. Por qu?
AMALlA.- Por qu no te queda tranquila entonces? Por qu no te vuelve a la casa y ves cmo
andan las co a ?
TERESA.- Todo e t listo.
AMALJA.- O es que ests e perando a alguien?
TERESA.- A quin?
AMALlA.- Qu e yo! A Julin tal vez... (Re.) A vece a lo marido se le ocurren e a la locuras:
tratar de recapturar el pasado, volver al romantici mo de la primera cita en un lugar...
TERESA.- Seora Amalia, por favor. ..
AMALIA.- Perdname, no quera decir nada de agradable.
TERESA.- No e lo que dice, sino el tono...
AMALIA.- Cuidado con sa, Segundo! (A Teresa.) II est si betel (A Segundo.) Cuidado con a
que la va a romper... ada hay m frgil que una telaraa no te parece, Teresa? Ms
frgil y ms re istente a la vez... O quiz e pere a Enrique.
TERESA.- Por qu?
AMALJA.- A EnJique, mi hijita, al amigo de tu marido. o hay para qu asustarse.
TERESA.- No me asusto.
AMALJA.- Me pareci... Dnde est?
TERESA.- Quin?
AMALJA.- EnJique. (A Segundo.) Y ahora, bjate, Segundo. y deja la escalera donde estaba. (Se-
gundo obedece.)
TERESA.- En su pieza upongo.
AMALJA.- Supone?
TERESA.- S, e fue a cambiar hace un rato.
AMALJA.- Ah, porque estaban junto.
TERESA.- S, lo tres. con Julin, en la biblioteca. Julin le estaba mostrando u libros.
AMALJA.- Apostara que lo con grabados pornogrficos!
TERESA.- o s, no los mir, seora Amalia.
AMALJA.-Tambin te asusta la pornografa? Te aseguro que puede ser umamente anstica. Si
vieras lo que me co taron eso libros en Pars. Pero no te interesan no e cieno?
TERESA.- No mucho.
AMALIA.- Y e podra aber qu e lo que te intere a?
TERESA.- Mucha co as, eora Amalia.
AMALIA.- Qu? Los santos, lo ro ario, lo mi ale?
TERESA.- Por favor, seora Amalia...
243
MoSCAS SOBRE EL MRMOL
AMALlA.- Pero qu e lo que te intere a fuera de esa beatera?
TERESA.- (Tratando de ser hiriente.) Casi siempre lo que a usted no le interesa.
AMALlA.- (Rpidamente.) Therese, le domestique! (A Segundo.) Termina de una vez, Segundo, y
ndate... (Hay un installle de silencio mientras Segundo titubea.) Qu es lo que te pasa ahora?
SEGU 00.- (Mirando hacia e/lugar dOllde Julin escondi6 la escopeta.) Es que...
AMALIA.- Qu?
SEGUNOO.- Nada, seorita. (Hace mutis.)
AMALlA.- Ya sabes, Teresa, que no me gustan que se susciten discusiones delante de los empleados.
TERESA.- Yo no estaba di cutiendo, seora Amalia.
AMALlA.- Vas a pretender que yo tuve la culpa. Hay que tener m sentido del humor, queridal Si
me permito hacer un chi te a prop ito de tu religin no es motivo para que te encabrites.
TERESA.- o, no es motivo.
AMALIA.- Mi padre nos educ como librepensadores. Y as corno yo respeto tu fe y tus cosas, t
debes... Pero qu es lo que te pasa? He dicho algo que pudiera molestarte de verdad?
TERESA.- No, nada, seora Amalia.
AMALIA.- Entonces por qu siempre tengo la impresin de que me consideras una enemiga?
(Teresa /10 contesta.) Y por qu ests as? Por qu estn todos as hoy da? Es que va a
suceder algo que yo no s? Teresa, dmelo, qu es lo que pasa...
TERESA.- ada, seora Amalia.
AMALIA.- Estoy segura que pasa algo, algo grave que yo no s... Julin? Qu pasa con Julin?
Han peleado?
TERESA.- Bien sabe que no nos peleamos nunca.
AMALIA.- Dmelo, Teresa. Por Julin oy capaz de cualquier sacrificio.
TERESA.- S.
AMALJA.- Entonces se trata de Julin... Teresa! Qu es lo que est pasando?
TERESA.- (Retenindose.) ada, seora Amalia, nada.
AMAUA.- (Cambiando el tOllO.) Teresa, mi hijita, en el fondo yo soy la nica amiga que tienes, la
nica persona que te conoce y que conoce a Julin, la nica persona que te puede comprender.
Por qu no me cuentas lo que pasa? Por qu... por qu no somos verdaderamente amigas?
TERESA.- (Mirndola.) Amigas?
AMALIA.- S, las dos lo queremo no es cierto?
TERESA.- (Para s.) Las dos.
AMAuA.- y Julin necesita el cario de ambas. Julin necesita ms amor que los otros. Necesita
proteccin.
TERESA.- Contra qu, seora Amalia? Contra qu?
AMALIA.- Contra todo, contra el mundo, contra los otros, contra la vida.
TERESA.- Julin no necesita proteccin contra todo e o.
AMALIA.- Pero es un nio...
TERESA.- (Interrumpiendo.) No necesita proteccin, porque nunca se ha enfrentado con ello.
AMALlA.- Qu dices?
TERESA.- Nunca se ha enfrentado con lo que lo rodea.
AMALIA.- Cmo?
TERESA.- Usted no lo ha dejado!
AMALIA.- Qu... ? (Pausa.) Me reprochas que lo quiera... Que quiera a mi propio hijo... Ah, no,
es demasiado.
TERESA.- o dije eso.
AMALIA.- S, s, lo dijiste. Yo misma te lo escuch... (Hace un esfuerzo para retenerse.) Pero
para demostrarte hasta qu punto deseo ser tu amiga, te pido que me expliques por qu
dijiste eso. Por qu me reprochas que quiera a mi hijo.
TERESA.- Pero si yo...
AMALIA.- No, si no importa, mi hijita. Nada importa con tal de salvarlo a l. Yo s que t lo
quieres tanto como yo y que le desea todo el bien del mundo... como yo... Por eso, Teresa,
dime lo que ucede. Dmelo.
244
TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HEIREMANS
TERESA.- Nada, seora Amalia.
AMALIA.- Tere a, por favor, no me hables as, no con ese tono. no. No ves que trato de ayudarte?
Trato de ayudarlos... Por favor, Teresa, hblame. Cuntame. Por favor, Teresa, hablemo
de una vez por todas.
TERESA.- Hemos hablado tantas veces.
AMALlA.- Pero quizs ahora podamos comprendemos. Porque yo siempre te he escuchado.
Dime i no te he escuchado?
TERESA.- S, seora Amalia.
AMALlA.- y te he dado la razn cuando la tenas. Dime si no es cierto.
TERESA.- S, seora Amalia.
AMALlA.- y he eguido tus consejos.
TERESA.- S, seora Amalia.
AMALlA.- Entonces por qu no me dices lo que pasa. Qu es lo que pasa? Desde que a Julin se
le ocurri organizar esta fiesta, desde que supo que Enrique... Enrique. No ser l?
TEREsA.- Qu?
AMALIA.- Hijita. ustedes no se dan cuenta; pero algo va a pasar esta noche. Yo lo presiento, lo s,
lo veo. Algo va a pasar y t tienes que ayudarme a descubrirlo antes de que sea fatal.
TERESA.- Pero qu?
AMALIA.- No s yo. Pens que t... Yo los miro y me doy cuenta. Siento un peligro que los
amenaza. y no quisiera que Julin sufriera.
TERESA.- Qu peligro?
AMALlA.- Eso es lo que no s. Pero quizs i t me contaras lo que pasa o tal vez lo que pas...
S, eso es, lo que pas antes. Me comprendes? Si supiramos eso .
TERESA.- Seora Amalia, yo...
AMALlA.- S?
TERESA.- No, nada.
AMALlA.- (Acercndose a ella.) Cuntame, Teresa. E necesario desahogarse, confiarse a al-
guien... Llorar si es necesario. Porque t tienes ganas de llorar... S, mi amor, yo me doy
cuenta que t tienes ganas de llorar... Ba taria que te lo permitieras un segundo y... Teresa,
creme, yo soy tu amiga y quiero ayudarte. Teresa...
(Teresa con los ojos l/enos de lgrimas se da vuelta para cOlllestar, pero en ese momento irrum-
pe Enrique. Viene vestido de etiqueta.)
ENRlQuE.- (Avanza hacia Teresa.) Teresa! (Descubre a Amalia y su impulso se detiene.) Seora
Amalia...
AMALIA.- (Cuya actitud cambia de inmediato.) Enrique... ! Entonces usted era el que esperbamos.
ENRlQuE.- Cmo?
AMALlA.- Nada. de lubies, mon chef. No me haga caso. Y qu buen mozo viene! Adoro los
hombres de oscuro, son tanto ms peligroso. Djeme enderezarle la corbata (Va hacia
l.) Siempre he pen ado que es un pretexto e te de los hombre. Mire que no aberse
anudar la corbata! Un pretexto para tenerla a una cerca y... (Re.) Claro que yo ya no
corro peligro. Verdad, Enrique? Una vieja como yo no corre ningn peligro...
TERESA.- (Interrumpiendo.) Seora Amalia...
AMALlA.- No digas nada, Teresa. Ya lo comprendo todo y no es necesario que me digas nada. Me
vas a atrasar y parece que yo soy la nica que no se ha vestido... Mt: voy. me arranco, lo
dejo solos... S, s, sr. .. aunque dgame qu les parecen las telaraa. Esa fue idea rrua. No,
no conteste! Aqu viene Julin. Quiero ver la cara que pone.
JULI .- (Aparece. Tambin viste de etiqueta.) Cmo? Todos aqu? Por qu? Han decidido
no participar en la fiesta?
TEREsA.- Por qu?
JULIN.- Se han guarecido aqu. Los invitados e tn todo all...
AMALlA.- Julien!
JULlN.- S?
AMALlA.- No dices nada?
245
MOSCAS SOBRE El MARMOl
J LI .- De qu?
AMALIA.- Mira.
JULI .- (Viendo las telarO/las.) Telaraa
AMALIA.- (Muy comenta.) Hm.
JuuN.- Maravilloso! Une ide de gnie.
AMALlA.- 'e t ce pas, chri?
JULlN.- (Yendo a abrazarla.) Fa cinante, sensacional!
AMALIA.- No ea tonto. No exagere. Ne fais pas I'espagnol. Parecen una trampa no es cierto?
Una trampa tendida al fantasma.
JULIN.- Pero es que me encanta la forma cmo las colgaste.
AMALlA.- Segundo me ayud.
JULlN.- Fascinante.
AMALIA.- Te gu tan de verdad?
JULI .- ta debiera perderse un poco m , un poco ms arriba...
AMALIA.- T crees?
J ULIN.- Voy a arreglarla!
AMALIA.- (Miellfras Julin busca la escalera y se sube a ella.) Ten cuidado! o te vayas a caer.
(Miellfras Julin y Amalia, riendo)' ellfretenindose como ni/los, arreglan las lelara/las, Enri-
que se acerca a Teresa)
ENRIQUE.- Tere a...
TERESA.- Ahora no, Enrique.
ENRlQuE.- Tengo que hablarte.
TERESA.- Ahora no. Ahora no.
ENRlQUE.- A olas, por eso te ped que vinieras. Tengo que hablarte. Dime cundo. Dnde.
TERESA.- Aqu mi mo, de pu de comida, ante que empiece la cacera.
AMALlA.- (Apareciendo ellfre las lelaraas.) Qu e estn cuchicheando ah?
ENRlQUE.- Cuchicheando?
JULIN.- (Bajando la escalera.) Djalos mam. Deben tener mucho que decirse. Eran ntimos
amigo.
AMALIA.- Ah, s?
JULI .- Claro, cuando t e taba en Europa. Entonces e conocieron.
AMALIA.- Tengo que ir a cambiarme.
TERESA.- Yo la acompao.
AMALIA.- Qu ya terminaste de remover recuerdo? (Re.) A tout a I'heure, chri! Me encanta
que te hayan gustado mi telaraas.
(Amalia y Tere a salen. Enrique se apronla a seguirlas.)
JULIN.- Enrique. o te vayas. Justamente quiero pedirte un favor.
E R1QUE.- Qu?
Juu .- Pero s ms amable, Enrique. Dime: con el mayor gusto o... lo que se te ofrezca o qu s
yo; pero dime algo amable.
ENRlQUE.- Perdname.
JULIN.- Aunque ya debiera estar acostumbrado a tu sequedad de estilo. Con Teresa son cortados
por la mi ma tijera. Pocas palabras, pocas frases, poca formalidad. Yo no s cmo viven!
ENRlQUE.- Cul es el favor, Julin? No me siento muy bien y qui iera ir a reposar un poco.
JULJM.- Mucho mejor va a reposar aqu, en estas caballerizas, en e te lugar que ya conoces. Te
acuerdas que hace diez ao ... mira, creo que fue justo antes que t me anunciaras que te
ibas, te acuerdas que ofrec aqu mismo una fiesta veneciana? Te acuerdas que llen la
laguna de gndolas y le puse a e ta caballeriza una fachada de palazzo? (Re.) Mi to Eduardo
dijo que pareca una Venecia para pobres... i Y tena toda la razn!
E RIQUE.- (Un poco exasperado.) Qu e lo que deseas, Julin?
JULIN.- Ah, , el favor. Pero qudate, intate y descan a. Te digo que es preferible que te quedes
ac, porque la ca a ya e t llena con los invitado. Llegaron todo los vecinos, los Scrates
Hinojosa, lo Seplveda Leyton y la nunca bien ponderadas Arizmendi, la creme de la regin,
246
TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HElREMANS
mon cher! Para soportarlos hay que esperar que e empapen un poco en alcohol. Y pen ar que
yo organizo todo esto para ellos... La caza de un fantasma a la luz de la luna. T cree que
entendern algo? Nada, Enrique, ni una slaba... Maana cuando les pregunten cmo estuvo la
fiesta, dirn: Al Julin se le ocunieron no s cuntas tonteras; pero haba bastante trago y del
bueno... Eso er todo. Perdonarn a Julin? S, porque haba trago. Pero lo perdonarn
realmente...? Le perdonarn el haberlos hecho agarrar una escopeta y salir a perseguir un
fantasma por el parque? No... no lo creo. Porque en este pas lo nico que no se perdona es ser
distinto a los dems. Pero no me e cucha , Enrique. Qu es lo que te pa a?
E R1QUE.- S, s, te escucho.
JULIN.- No, no me escuchas; pero no importa. Ya estoy acostumbrado. Cada da me escucha
menos gente. Creo que mi mam es la nica que me e cucha. Antes Teresa sola hacerlo,
pero ahora...
ENRlQuE.- Por qu dices eso?
JULIN.- Ah! A la voz de Teresa. despierta el viejo conde. (Re.) Siempre te ha gustado Teresa
verdad, Enrique? (Enrique lo mira.) o. no me lo digas! sos on los nico ecretos
que pueden permitirse entre dos amigo ... Porque entre nosotro no haba ecreto . Te
acuerdas? Ninguno. Ni en el colegio ni despus... Esa tarde que no abrimos la vena y
mezclamos las sangres juramos no tenerlos nunca. Te acuerdas de esa tarde? o apa-
reciste en el colegio y yo sufr ha ta la ltima campana. pensando que tal vez no te vera
nunca ms. Corr a tu casa y al verte ah. en tu cama. enfermo. enfermo, pero no muerto.
sent un inmenso alivio. Y fue entonces cuando te obligu a cortarte la mueca con la
misma hoja con la que habas estado sacndole punta a los lpices de colores y mira! Yo
todava conservo la cicatriz... Y t? (Le agarra la t1lL1I1eca. Enrique instintivamellte retira
su mano.) Deja. hombre, deja ver... ada. ni la ms mnima huella... (Mirando ambas
muecas.) La hi toria de nue tras vida . Enrique: en mi todo queda; en ti todo pasa.
E R1QUE.- (Retirando su mano.) Julin!
JULIN.- Te siente ofendido? Por qu? Hay algn secreto que has guardado para iempre ah
(COIl un golpe seco le lOca la freme) o ah? (Hace lo mismo a la alwra del cora;:n.)
Entonce quiere decir que no has cumplido tu juramento, Enrique. porque yo no lo s... a
menos que e trate de Tere a (Re.) Porque se es el nico secreto que puede tener. el
nico secreto del cual yo puedo estar excluido.
E R1QUE.- Por favor, Julin, no hallas absurda esta escena? Qu es lo que quieres decirme?
JUlLN.- Decirte?
ENRlQuE.- Si tienes algo que decirme, dilo.
JULIN.- o tengo nada que decirte. Tengo que pedirte un favor, lo cual es distinto.
ENRlQUE.- Por qu me miras as?
JULIN.- Cmo?
ENRlQuE.- Nunca me has mirado a .
JULIN.- (Se turba y baja su mirada. En voz casi inaudible.) De pronto... de pronto me pareci
ver en ti ...
E R1QUE.- Qu?
JULI .- Algo que a veces descubro en lo ojo de Tere a.
E R1QUE.- Qu?
JULIN.- o s. Una e pecie de erdad.
E R1QUE.- (Decidido a cOlljesQ/:) Es que la hay, Julin. Mira... quisiera decirte algo...
JULI .- (1lIterrumpiendo y volviendo a su tOllO habitual.) Qu la va a haber! o hay v ~ r d d
Enrique, sa es la nica verdad. ada hay entre lo hombres alvo lo que ello ffilsmos
fabrican. Mira este mundo. mira esta tierra, mira este planeta, mira esta co a toda hecha de
mrmol por quin abe quin... Sobre ella lo hombres no son m que mosca, es d e ~ i r
imperfecciones, algo que rompe la belleza de la piedra. Y esa moscas crean sus propIa
relacione. tejen su destino y tratan de ordenar la confusin. las mosca ola. Ennque.
solas. solas. Y no hay nada ms, nada sino una esfera de mrmol que pudo ser hermo a
plagada de moscas que la ensucian.
247
MOSCAS SOBRI: El MRMOL
ENRlQUE.- E o no e cierto.
JULI' .- S lo es!
ENRIQUE.- o, y t mismo lo sabes.
JULJN.- Por qu dices eso?
ENRlQUE.- Porque te conozco, Julin.
JULJN.- Y?
E RIQUE.- Y me doy cuenta cuando trata de convencerte t mismo de algo que no crees.
JULl .- (Ir6nico, superior.) Ah, s? Y de qu trato de convencerme ahora?
ENRlQ E.- De que estarna solos.
JuuN.- Lo estamos.
E RIQ E.- No. No e tamos olas. Hay algo entre nosotros.
JULI' .- Qu?
ENRlQUE.- Os, pero...
JULJN.- (Imerrumpiendo con violencia.) No hay nada. No hay nadie. Nadie sino nosotros mis-
mos, nada ms que lo que no otros hemos inventado.
ENRIQUE.- Hablas y habla . Hace literatura.
JULIN.- Pero i yo e toy hecho de literatura, de literatura sin mensaje, sin prop ita. De versos que
lo producen placer, de novelas bien escrita, de estilo y no de fondo. De arte por el arte!
ENRlQ E.- Y para qu?
JULlN.- Cmo que para qu?
ENRlQUE.- A dnde vas con todo eso? Qu buscas, Julin? Jugar al escondite con la vida?
JULlN.- (Remedndolo.) Jugar al escondite con la vida? Ah! Veo que te ests contagiando.
Jugar al e condite con la vida... Tendr que adoptar esa frase.
ENRIQUE.- Julin. escucha. Un da... mira, no s cmo decrtelo, pero llegar el momento en que
la vida te agarrar tan fuerte, que te arrepentirs...
JULJN.- (InTe"UmpieIUJo.) o me va a agarrar, Enrique, no me va a agarrar, porque la vida, mi
vida, la fabrico yo.
ENRlQ E.- o, Julin, no.
JULlN.-Yqusabe t?
ENRlQUE.- S... (Se da la vuelTa hacia l.) Escchame, Julin... te... te tengo mucho cario y...
JULlN.- i o digas eso!
ENRlQUE.- Pero si es cierto. Hace un rato recordabas cuando nos hicimos una herida en la mueca...
Bueno, yo en ese tiempo no comprendia muy bien toda esa ca as que e te ocunan. Pero te
segua, Julin, porque aba que eras mi amigo y porque... te tena... ami tad y...
JULIN.- E o fueron otro tiempo, Enrique. Eso ya pas, por lo menos para ti.
ENRIQUE.- E que ahora quiero... quiero decirte algo, Julin.
JULJN.- Guarda tus ecrelOS, Enrique, ya no hay tiempo.
ENRIQUE.- Julin, tengo que hablarte.
JULlN.- Los invitado deben estar impaciente y no lo puedo hacer esperar ms y todava no te
he pedido el favor...
ENRIQUE.- (Imerrumpiendo.) Julin, e cchame...
JULlN.- i i una palabra ms!
E RIQUE.- (ViolenTo.) Julin!
JULlN.- Se trata de lo siguiente. Y tienes que ayudarme porque i no no qu va a pa aro
(Tras el eSTallido. Enrique se resigna y escl/cha sin or.) En dos palabras: tal como t
deca, Segundo se niega a ponerse la sbana y a correr entre los rboles. Il ne veut pa
etre phant6me! Y no hemo quedado sin presa... Me comprendes? T ere el nico,
fuera de mamiushcka, que conoce el ecrelO. No me gustara mezclar ms personas en
este susto y por e o te quera pedir. .. Me escuchas, Enrique?
ENRIQUE.- Cmo?
JULlN.- Te pregunlO i me escuchas.
ENRIQUE.- S, s.
JULlN.- Pue bien, quiero que me ayudes y que t eas el... el fantasma esta noche.
248
TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HEIRE.MANS
ENRlQuE.- Julin no piensas que todo esto es un poco absurdo?
JULlN.- No. Por qu?
ENRIQUE.- Ya no tenemos edad para andar jugando a los fantasmas.
JULlN.- Deja de lado tu sentido del ridculo y aydame, Enrique. No puedes negarte. Piensa que
es mi fiesta la que peligra y mi fiesta es mi manera de crear mi vida. No puedes decirme
que no. Creo que es el nico favor que te he pedido y no puedes hacerme esto (Re.) No
puedes torcerme el destino, Enrique... (Se escuchan los primeros acordes de la Quinta
Sinfona de Beethoven,juertes, inesperados.) Escuchaste? El destino! (Casi en el mismo
instante, se abren las puertas que hasta entonces haban permanecido cerradas y entra
Amalia. Viste de morado.) Y he aqu el Destino!
AMALlA.- (Trae un inmenso candelabro que ilumina el recinto con luces cambiantes.) Ya s, ya
s, Julin... Vas a decirme que yo no tengo nada que ver con esa msica. Pero le viene al
morado no es cierto?
JULlN.- Estoy tratando de convencerlo, mamushka.
AMALlA.- A quin?
JULlN.- Al fantasma.
AMALIA.- (Riendo.) Ay, no lo nombres que podra aparecerse. (Yen otro tono.) Qu quieres decir?
JUUN.- Nada, nada. Cmo estn lo invitados?
AMALIA.- Todava no he ido a saludarlos. Pero desde mi pieza escuch la conversacin que cada
vez se pone ms floja. Ya no se oyen sino las risitas de la Marita Santibez. Pobre Mari-
tal Cada da se le pone ms vieja la risa. Ah! A propsito, Enrique, Teresa lo andaba
buscando.
E R1QUE.- A m?
AMALlA.- S. La encontr plida y muda en un corredor y me dijo: Ha visto a Enrique?
JULlN.- Plida?
AMALlA.- Y muda, lo cual no es extrao.
ENRlQUE.- Con permiso.
JULlN.- Adnde vas?
AMALIA.- A buscar a Teresa, Julin. Ne fais pas le sot! Y aprese, Enrique, no hay que hacer
esperar a las mujeres.
JULlN.- (En el momento en que Enrique sale.) Entonces aceptas, Enrique. Aceptas?
ENRlQUE.- Perdname... (Inicia mutis.)
JULlN.- Tienes que aceptar, Enrique. Escchame... (Pero Enrique ya ha salido. Julin se apron-
ta a seguirlo.)
AMALlA.- Chri, reste!
JULlN.- Pero, mam...
AMALIA.- Qudate, tengo que hablarte.
JULIN.- No podra ser ms tarde?
AMALIA.- No, qudate. No te intranquilices. Lo de Teresa no es cierto.
JULlN.- No lo buscaba?
AMAuA.-No, pero tena que alejarlo de algn modo. Tengo que hablarte, Julin, y muy en serio.
JULlN.- (Nuevamente serio.) Entonces Teresa no te mand a buscarlo?
AMAUA.- No, claro que no. Julin, sintate un instante, lo que tengo que preguntarte es muy
grave, mi amor. Sintate y escchame. (l obedece, pero piensa en otra cosa.) Julien, yo s
que algo sucede. Todava ms. s lo que sucede; pero tengo la impresin de que va a pasar
algo y... Julien qu tienes?
JULlN.- Nada, mam.
AMALiA.- No, no, no, yo te conozco. Algo te pasa. Yo s que algo pasa cuando te vienen esas olas
de tri steza.
JuuN.- No me pasa nada, mam.
AMALlA.- No me mientas, mi amor. Ya sabe que mamushka lo adivina todo. E por Teresa, no
es cierto? Y por Enrique? Qu fue lo que sucedi hace diez aos, Julin, cuando yo no
estaba aqu?
249
MOSCAS SOBRE El MARMOl
JUU' .- ada, mam.
AMALIA.- Julien... ! Cuntale a tu mamushka. Ella est aqu para ayudane. Mamushka te quiere,
Julin, quiere tu bien, quiere protegene, te quiere a ti ... Por qu no me lo cuentas?
JuuN.- (Rechazndola.) No me pa a nada, mam.
AMALtA.- (Acercndose a l.) No me gusta cuando te pones a .
JULlN.- Cmo?
AMALtA.- Cuando te vas lejos, cuando me deja ola y no me cuenta lo que pasa. (1lIstimivamellte
l hace UII gesto para levamarse.) o, no te vaya, Julien, por qu te arranca ahora? Ju-
lien... no ea porfiado... Eso e ... Y ahora cuntale a mamie lo que sucede. (L/lO contesta.)
Supongo que no querr hacerla ms desgraciada de lo que es. T abes que no ha sido muy
feliz tu mamushka. Que t eres lo nico que tiene, que t fuiste u nico refugio durante esos
aos terribles... (Trata de tomarle la mallO, pero l la retira.) Julin, por qu no me deja
que te tome la mano? Es que ya no me quieres? (Lo acaricia.) Mi nio malo... malo... Voy
a tener que en eane a quererme otra vez. Y sin embargo un da, hace tanto tiempo, me
prometi te que me quemas siempre... Te acuerdas? Fue ese da en que tu padre acababa de
abandonarme. T tenas trece aos y entraste en la pieza donde yo estaba llorando. Te acuer-
das, mi amor? Qu te pa a, mamusbka? me preguntaste. Y yo te cont lo desgraciada que
era... Y t... toda a me parece e tane viendo, me rodea te el cuello con tus bracitos y me
dijiste: o llores, mamusbka. Yo te querr iempre, siempre, iempre... Y de de entonces he
tenido tu amor, Julin, lo he entido mo.
JULlN.- (Recordando.) S. .. oy tuyo.
AMALIA.- i Pero no lo digas as! Como si yo te tuviera preso. Eres libre, mi amor, libre de hacer lo
que quieres. Dime si no eres libre?
JULlN.- S.
~ W J A Cuando not que estaba dema iado apegado a mi, pan a Europa. Dime i no es cieno?
Pas diez ao sin vene. Te das cuenta lo que eso ignifica para una madre? Pero no me
impon. Todo, todo lo que he hecho, lo he hecho por ti. Todo, hasta el m doloro o de los
sacrificio. Y volvera a bacerlo, Julin, volvera a sacrificarme. Me crees, no e cieno?
JULIN.- S.
AAALIA.- Y a veces me pregunto, s, a veces me pregunto si ese sacrificio no fue intil, si e os
diez ao no fueron contraproducentes. Tal vez si yo no hubiera panido, t no te habras
ca ado son Teresa...
JULIN.- Tal vez...
AMALIA.- Pero e o ucedi, mi amor. Qu sacamos con llorar por lo que ya ha pasado!
JULlN.- (Con la voz llella de llamo, con cierta violellcia.) ada, nada.
AMALtA.- Lo nico que podemos hacer e ayudarnos el uno al otro. Somo do seres muy desgra-
ciados, mi Julin, pero entre lo dos podemo serlo meno. Podemos refugiarnos el uno en
el otro, protegernos contra lo enemigo, levantar trincheras y darle la forma que nosotros
queramos a esta co a tremenda que es la vida... tal como lo hemos hecho ha ta ahora...
Porque t y yo debemos e Lar siempre juntos, Julin!
(Hay UII breve silencio.)
JULlAN.- (Con esfuerzo.) Hace diez aos... o ms, mucho ms, algo sucedi entre Teresa y Enrique.
AMALIA.- (Para s.) As e que era eso!
JuuN.- Entre ellos do ucedi algo... no , algo.
AMALIA.- Julin, mi amor, por qu no me lo dijiste ante?
JULlN.- Porque entonces t no estaba, porque e taba solo. Solo. Ah, fue tan horrible, porque yo
lo quera, mamushka, los quera dema iado: A Tere a ya... Enrique, como a nadie. Roga-
ba que no ucediera, esperaba...
AMALIA.- Mi nio...
JULlN.- Y no haba nadie a quien decrselo. Nadie! Estaba 010... (Ella lo abraza, lo rodea con
sus brazos, lo protege.) Tan 010...
AMAUA.- Pero cuando yo volv, Julin, por qu no hablaste entonces? Cmo has podido vivir
todos e LO aos sin contrmelo?
250
TEArRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HEIREMANS
JULlN.- Ya era demasiado tarde. Enrique haba partido y pens que con ello terminara todo.
Pero no, mamushka, no fue as. Ese algo qued y durante diez aos me ha perseguido
como un fantasma.
AMALIA.- Y an as no dijiste nada?
JULlN.- Pens que era preferible ignorarlo, tratar de formar la vida a mi antojo, como dices. Es
intil. Hay algo entre ellos, mam, algo indestructible, algo que yo nunca he tenido.
AMALlA.- No digas eso.
JULlN.- Me bast verlos juntos, aqu, esta tarde despus de diez aos, para darme cuenta
que ese algo existe todava. Porque yo fui quien lo hizo venir apenas supe que haba
llegado, yo quien lo invit, porque quera saber... Saber! Saber as de una vez por
todas.
AMALlA.- Saber qu. mi amor?
JULlN.- Qu e ese algo.
AMALlA.- Escchame, Julin...
JULlN.- (Como un nill0 porfiado.) No, yo tengo que descubrirlo. Tengo, porque a lo mejor
hemos estado equivocados desde un comienzo...
AMALlA.- Equivocados?
JULlN.- A lo mejor hay algo ms. En la vida me refiero... A lo mejor no se puede hacer lo que t
dices: moldearJa a nuestro gusto, a lo mejor hay ms, cosa que nosotros no hemos descu-
bierto, cosas que otros tienen...
AMALJA.- Qu?
JULlN.- No s... Pero hay algo en Teresa, en Enrique, algo que a veces he visto en los ojos de otras
personas, algo que ellos estn prontos a damos.
AMALJA.- Eso es el mal, Julin! Para nosotros, eso es el mal y nos destruye. Teresa, Enrique, tu
padre, todos, todos pertenecen a otra raza, a la de los enemigos, y cada vez que quieren
damos algo es para hacernos dao.
JULlN.- No s, no estoy seguro.
AMALlA.- Pero e as.
JULl .- Quizs Teresa haya tratado de darme algo...
AMALJA.- (Interrumpindolo.) A ti. no. A l, s. A l porque son iguales.
JULlN.- Pero yo tal vez...
AMALlA.- No te das cuenta lo que te ha hecho sufrir?
JULlN.- S.
AMALJA.- No te das cuenta que para ti ella y Enrique son el mal?
JULlN.- S.
AMALlA.- No te das cuenta que te engaaron?
JULlN.- S, s, s...
AMALlA.- Entonces? (Hay un silencio. Ella lo colltempla y, al verlo casi vencido, habla muy
lentamente.) No te das cuenta que estamo solos en este mundo? Solos, solos, solos, y
mientra antes lo comprendas, mejor.
JULlN.- (Con voz mucho ms dbil.) Y si estuviramos ciegos?
AMALlA.- Ciego?
JULlN.- S, porque queremos estarlo. Y bastar un solo gesto para arrancar la venda y... ver!
AMALlA.- (Volviendo a su tono habitual.) Mi amor! Qu complicado eres! Con razn el director
del colegio me llam el otro da para decirme que eras... Cmo fue lo que me dIJO... ? un
"toI1urado"...
JULlN.- El otro da...
AMALtA.- Bueno, hace un tiempo.
JULlN.- Hace ms de veinte aos, mam.
AMALlA.- Cmo pasa el tiempo! Pero t y yo omo lo mismos... (REe.) Un ciego? A.lo mejor,
mi amor. (Coqueteando mientras le baja los prpados con los dedos.) A lo mejor no so-
mo ms que eso: dos cieguecitos abrindose camino por el mundo.
JULlN.- Pero, mam...
251
MOSCAS SOBRE E.L MRMOL
AMALlA.- (Asindose a su tono jugllet6n.) Maana mi mo mandar a comprar dos ba tone blan-
cos y do perros policiales y aldremo a correr por el bosque con los ojo cerrados.
JULI' .- Mam...
AMALIA.- Ay! o te ponga serio, Julin. Cualquiera dira que te has vuelto ciego de verdad. A
ver eso ojo! (Le toma la cabeza entre SIlS manos'y mira sus ojos.) Ves cmo e te ponen
tri te y feos y viejo cuando empiezas a pensar? o hay que detener e a pen ar, mi amor,
porque entonces e a cosa mala que es la vida te agarra por lo talones. o hay que pensar
hay que imaginar! Y darle forma a lo imaginado... Ah! Ves cmo algo est sucediendo
en el fondo de eso ojos? Algo veo all adentro. muy, muy lejos... algo que vienc subiendo,
algo lumino o, algo que tena mi Julin de antes, mi nio, mi amor... Te apue to que es la
risa! Te apue to lo que quiera que te re ... Ya est! Ya lleg, ya inunda esas pupilas A
ver, una sonri a, Julien, JulO!, un petit ourire pour mamushka... Et puis un autre (l
termina por sonrer.) Y ahora... (Ambos sonren y ella lo abraza.) Levntate ahora ! Eso
es. Y cierra los ojos... Dime lo que ves.
JULlN.- ada.
AMALlA.- Entonces ya ere un ciego... Yo tambin voy a cerrar los ojos para que no e ts 010.
Somo dos ciego, Julien. Dame la mano y camina... (Empiezan a caminar como dos nios
qlle jllegan a los ciegos. Julin ha recobrado Sil allliglla euforia.) Cuidado... ! Dime ahora
lo que ves...
JULIN.- Un fanta ma.
AMAL1A.- Dnde?
JULlN.- No, no abras los ojos.
AMALIA.- Si no los abr, pero dime dnde est el fanta ma.
JULIN.- En toda parte, aqu, all... Lo ves?
AMALtA.- Todava no.
JuuN.- Llmalo entonces. Segundo dice que aparecen cuando se les llama.
AMALIA.- o s cmo e llama.
JULIN.- Llmalo como quieras. Enrique, por ejemplo!
AMALIA.- (Se desprende de la mano de Julin y corre por la pieza llamando siempre con los ojos
cerrados.) Enrique, Enrique, Enrique... (Julin la sigile y tambin llama. Ambos corren
por la pieza como dos nios.) Y cuando lo encontremos qu vamos a hacer con l?
JULlN.- Matarlo.
(Amalia se detiene. Abre los ojos y mira a Julin. l tambin ha abierto los S/<)'OS. Dllrante
algllnos segundos se inmovili;;an frente a frente. De pronto l empie;;a a rer y, a los pocos
segundos, ella lo sigue. Los dos ren hasta qlle la risa adqlliere caracteres de histeria.)
JULlN.- (Abrazndola.) Mamu hka, yo te querr siempre... iempre. Lo juro. Te querr siempre,
iempre, siempre...
Teln
TERCER ACTO
(Han pasado algunas horas. En el parque, el viento ha comenzado a soplar. Entra el/ las caba-
llerizas, agita las telaraas y llena la pieza de sombras cambiantes. Tambin se mezcla a los
jirones de nllsica que, de vez en cuando, llegan desde la casa: lafiesta contina.
Enrique se pasea nerviosamente. Despus de algul/os segul/dos, aparece Teresa. Se detiene.
Ambos se miran.)
ENRIQ E.- (Despus de Ul/ tiempo.) Tere a...
TERESA.- Cre que no bamo a terminar nunca de comer.
ENRIQ E.- S.
252
TEATRO COMPLETO DE LUIS ALBERTO HEIREMANS
TERESA.- Y despus tuve que quedarme con los invitados, mientras se serva el caf.
ENRlQUE.- Teresa...
TEREsA.- (Interrumpiendo.) No poda partir as. Habra sido raro.
ENRlQUE.- (Se acerca a ella.) Teresa...
TERESA.- (Alejndose.) Por favor, Enrique.
ENRlQUE.- Perdname.
TERESA.- No, perdname a m. Estoy tan nerviosa... (Hay U/lO larga pausa.) Me alegra que hayas
vuelto, Enrique.
ENRlQUE.- Teresa, esta tarde...
TERESA.- (Volviendo a interrumpir.) S, esta tarde cuando nos encontramos me di cuenta lo mu-
cho que te haba echado de menos.
ENRlQUE.- (Sbito, violento.) Teresa, no hables as. .. Por favor. No, no as. Perdname. (Pausa.)
Teresa por qu no contestaste las cartas?
TERESA.- Cules cartas?
ENRlQUE.- Las mias.
TERESA.- Porque... porque no, Enrique.
ENRlQUE.- Qu hici te con ellas?
TERESA.- Las romp.
ENRlQUE.- Sin siquiera leerlas?
TERESA.- S.
ENRlQUE.- Pero por qu? Por qu, Teresa?
TERESA.- Por favor, Enrique.
ENRlQUE.- Esta tarde, al volver a vemos, me di cuenta de tanta cosas.
TERESA.- Por favor...
ENRIQUE.- Han sido diez aos, Teresa. Diez aos.
TERESA.- S, lo s.
ENRlQUE.- Y sin embargo apenas te vi ...
TERESA.- Enrique, por ltima vez te lo pido...
ENRlQUE.- Pero por qu? Por qu, Teresa? Qu sacamos si todo e intil?
TERESA.- No. No es intil.
E R1QUE.- No te comprendo.
TERESA.- Ya te lo expliqu.
ENRIQUE.- Pero entretanto han pasado diez aos.
TERESA.- Lo hablamos tantas veces.
ENRlQUE.- Y nada, nada, nada ha cambiado.
TERESA.- Pero no puede ser, Enrique.
ENRlQUE.- No has querido verme durante estos diez aos? Estar conmigo? No has querido
saber de m?
TERESA.- No s si lo he querido o no. Pero no lo he hecho.
ENRlQUE.- Por qu?
TERESA.- Enrique...
ENRlQUE.- Por qu? (Hay una pausa.) Teresa, tengo que decirte algo. O ms bien tengo que pre-
guntarte algo. Por eso te ped que vinieras. Es... no s cmo decirlo...
TEREsA.- No trates de decir nada. No ves que todo es imposible.
ENRlQUE.- Por qu viniste entonces?
TERESA.- Porque t me lo pediste.
ENRlQUE.- S, pero por qu?
TERESA.- No s.
ENRlQUE.- Y por qu cuando estbamos en la biblioteca me miraste como antes?
TERESA.- Cmo?
ENRIQUE.- Como lo haca antes.
TERESA.- No s.
ENRlQUE.- Es porque me quieres todava. Dime que me quieres, dmelo, Teresa!
253
MOSCAS SOBRE II MARMOL
TERESA.- O , no , no . (Ella trata de irse, pero l la retiene tomndola por la mUfleca.)
ENRlQUE.- Por favor, no te vayas.
TERESA.- Tengo que irme.
ENRIQUE.- o!
TERESA.- Me ests haciendo dao.
E R1QUE.- Por lo que ms quieras, Teresa, vente conmigo.
TERESA.- Cmo?
ENRIQUE.- Vente conmigo, vmonos de aqu. Eso es lo que quera decine. Ya ves que no da
resultado. Diez aos hemos pasado tratando de olvidar y bast que nos viramos para
darnos cuenta que no es po ible. Vente conmigo, Teresa.
TERESA.- o debiera haber vuelto.
E RIQUE.- Y qu sacamo con engaamo ?
TERESA.- o debiramo habemo visto.
ENRlQUE.- o debiramo , no debiramo ... Pero todo iba a suceder, tarde o temprano nos bamos
a encontrar. o es posible, Teresa. o te das cuenta de que es intil? Que no es posible?
TERESA.- E po ible, lo es. Lo ha ido durante diez aos. Tiene que eguir sindolo.
ENRlQUE.- E o diez ao ban ido una mentira. Qu acamo con probar una y mil veces si
iempre vamo a volver a e to! o ba ta querer algo, Teresa, hay que er capaz de hacerlo.
TERESA.- Yo soy capaz.
ENRIQUE.- o, no te engaes.
TERESA.- Tengo que erlo.
ENRlQUE.- Lo mismo dijimos antes y ya ve ...
TERESA.- Si no hubieras vuelto...
ENRIQUE.- Habra sido en diez ao ms.
TERESA.- o. S, s que no es as. S que un tiempo ms...
ENRlQUE.- Vente conmigo, Teresa. o iremos lejo , a otro pa ,adonde t quieras; pero vente conmi-
go. o podemo eguir viviendo esto... este infierno... Ya lo probamo y no dio resultado.
TERESA.- o podemos hacer nada.
ENRIQUE.- o es justo, no, no lo es.
TERESA.- o podemo hacer nada. (Con menos fuerza y al borde del llamo.) ada, nada, nada...
ENRlQUE.- Vmonos, Teresa. Ahora, ahora mi mo, esta misma noche.
TERESA.- o...
E RlQUE.- Yo s que t me quieres. Y yo... yo... no decnelo; pero he pen ado tanto en ti.
TERESA.- (Llorando.) Enrique...
ENRlQUE.- Y no por qu siento que si aceptas eso, si me dices que t tambin me quieres, todo
e va a arreglar. Dmelo, Teresa, dmelo T me quieres, no es cieno? Dmelo...
TERESA.- (Levanta su rostro hacia l.) Enrique ..
ENRIQUE.- Dmelo, mi amor.
(En el momemo en que ella va a responder, se escucha la misma meloda que los sorprendi al
final del Primer Acto. Ambos se inmovilizan. La msica logra romper algo que se haba creado
efllre ellos. Pasan algunos instames y luego efllra Segundo. Al verlos se detiene asustado.)
SEGUNoo.- Di clpeme, eorita. o saba que u ted e taba aqu.
TERESA.- Qu quiere?
SEG 00.- Vena a bu car... (Mira hacia el lugar donde ha quedado la escopeta.) E te... Nada,
seorita. (Inicia mutis.)
TERESA.- Segundo qu es lo que es esa msica?
SEGUNDO.- El Joaqun est probando las cuestiones sas.
TERESA.- Quin e lo mand?
SEGU 00.- El patrn.
TERESA.- Est bien. (Segundo sale.) Ser mejor que nosotros volvamo a la ca a.
ENRIUQE.- Pero, Tere a...
TERESA.- Por favor, Enrique. Estoy cansada y nervio a.
E RIQUE.- Entonce ...
254
TEATRO COMPUTO OE LUIS AL8ERTO HEIREMANS
TERESA.- Perdname. Es intil que sigamos hablando.
ENRIQuE.- Pero...
TERESA.- Es intil. Es... es como volver siempre a lo mismo. o puede ser, Enrique.
E RJQUE.- Y qu podra hacer para convencerte?
TERESA.- Nada.
E RJQUE.- Ni siquiera decirte que le quiero. Te quiero, Tere a.
TERESA.- Enrique...
E RJQUE.- Es la verdad.
TERESA.- (Sin mirarlo.) Perdname,
ENRJQ E.- Y t tambin me quieres, no es cierto?
TERESA.- Volvamos. O ms bien anda t y yo ir en un rato ms.
ENRJQUE.- Dime que me quieres, Teresa.
TERESA.- Es mejor que no nos vean volver juntos.
ENRJQuE.- Por favor, Teresa, djame quererte.
TERESA.- ndate. Enrique.
ENRJQUE.- Por favor, Teresa, djame quererte.
(Ella no comesta. Se mantiene inflexible. No lo mira. Enrique sale precipitadameme. Pasan
algunos minutos durante los cuales Tere a llora suavememe. Todava /legan rIImores de lafies-
ta y el viento que sopla en el parque. Vuelve a entrar Segundo.)
TERESA.- (De promo.) Quin... ? (Ve a Segundo.) Ah, eres t. Qu te pasa?
SEGUNDO.- Nada, seorita.
TERESA.- Qu es lo que quieres entonces?
SEGUNDO.- Es que... e me olvid una de las escopetas.
TERESA.- Dnde?
SEGUNDO.- Ah.
TERESA.- Qu ya va a empezar la cacera?
SEGUNDO.- Estar por empezar. digo yo, porque el Joaqun est listo para tocar esa cometa que le
mand tocar el patrn. (Saca la escopeta del escondite.) Se le ofrece algo ms, seorita.
TERESA.- o. nada.
(Sale Segundo. Pasan /l/lOS instames. El viento mueve las telarO/jas. Amalia irmmpe.)
AMALlA.- Ah! Aqu estabas... Te he andado bu cando como una loca por toda la ca a,
TERESA.- Por qu? Qu pasa?
AMALIA.- Enrique se va, Teresa.
TERESA.- Cmo?
AMALlA.- Se va, e vuelve a Santiago. Hace alguno minutos vino a decrmelo, me pidi que lo
despidiera de ti y de Julin... Ahora e t en su pieza. fue a buscar u maleta y... y no me
dices nada?
TERESA.- Qu quiere que diga?
AMALlA.- Basta de fingimiento, Tere a. Lo todo.
TERE A.- Qu?
AMALIA.- Lo tuyo con Enrique. Teresa, yo s que no te gusta que e metan en tu cosa: pero... pero
sta e tu nica oportunidad. ndate con l, Tere a, ndate antes que sea dema iado tarde.
TERESA.- Por favor, eora Amalia.
AMALIA.- Teresa, escchame, mi hijita, trata de comprender que lo deseo tu bien...
TERESA.- No quiero seguir hablando.
AMALlA.- No, no te vayas. Escchame! (La toma por las manos.) Vas a escucharme, tiene que
escucharme. Y por favor no te cierres a lo que vaya decirte...
TERESA.- (Desprendindose.) Seora Amalia...
AMALlA.- T lo quieres, Teresa. l te quiere. S. s, te quiere. Es como si lo tuviera escrito en la
cara. Ye e amor es lo nico que cuenta. Lo nico, Tere a, yen algunos minutos ms vas a
perderlo para siempre. ndate con l, Teresa, no lo pienses: ndate, ndate.
TERESA.- Pero por qu? Por qu de repente me dice que me vaya?
AMALlA.- Por tu bien.
255
MOSCAS S08Rr U MARMOl
TERESA.- y los dems?
AMALIA.- Quine ? Est t y l, naelie ms.
TERESA.- Y Julin?
AMALIA.- Yo me quedar con l.
(Hay ulla breve pausa. Tere a la mira a los ojos.)
TERESA.- Es por e o.
AMALlA.- Qu?
TERESA.- Quiere que la deje ola con l.
AMALlA.- Cmo?
TERESA.- Quiere que me aya para que la deje ola con l.
A\tAUA.- (Con fingida sorpresa.) Pero... pero... pero cmo e te ocurre. Te lo juro, Teresa: jam
pen en e o, jams. Me crees, no es cieno? (Ella 110 responde.) Pienso en ti, en tu felicidad,
en tu futuro. Porque tienes derecho a ser feliz, tienes derecho a exigirlo todava... No e cieno,
lI amor, no es cierto? Por qu le quedas callada? Dime algo, Tere a, por favor elime algo.
TERESA.- Ahora me doy cuenta de que e u ted la nica enemiga que he tenido.
AMALlA.- o me cree entonces?
TERESA.- o.
AMALlA.- Y pien a que he venido a hablarte slo para... ? Piensa que deseo arrebatarte a
Julin? Pien a e o?
TERESA.- S.
AMALlA.- o seas injusta!
TERESA.- y no le tengo miedo, eora Amalia.
AMALIA.- Miedo... Per qu dices? Miedo a m? No me crees entonces? ontstame, Teresa...
Cont tame! (Llenando el silell io que deja esa pregullta sin respuesta, se escucha el
motor de UII autom\'il que parte.) E cucha ... ? Es l. Tere a. Todava tiene tiempo. E l
que e va. Corre y dile que te lleve. o pierda e ta oportUnidad. o piense m . Corre y
ndate con l para iempre.
TERESA.- o, eora Amalia, no me aya ir.
AMALlA.- Por qu? Por qu?
TERESA.- Porque no.
AMALIA.- Muy bien entonces. o le vas. Te quedas. T lo qui iste, Teresa. Espero que no te arrepen-
tir ms tarde. Acurdate que yo quise que te fueras y t... (con furia) te empecinaste en
quedarte en seguir arrebatndome Jo que no te pertenece. Lo que e mo. Mol Julin e mo
lo er iempre. aunque tenga que luchar contra ti y contra todo hasta que me muera. Qu-
date! Haz lo que quieras. un a ers m de lo que eres ahora: una tntru a, una mujer con la
cual fU iquiera e acue la. una sombra, una e tatua, una... una cosa!
(Sale. Tere a no se mue\'e. Ha recibIdo todos los ills//lto de Amalia sill eSCllcharlos, el ardo
atento al ruido del all/om"il que se aleja y desaparece. Un gran "iell/o agita la telaraas y
//nos cortinajes que cubren la puerta por donde elltr Amalia ell el Se tmdo Acto. Tere a com-
prende que hay alguien ms en la pieza.)
TERESA.- (Sobresaltado.) Quin est ah? (Tras los cortinajes aparece Julin.)
Jt;u .- Yo, Tere a.
TERESA.- (Sin orpresa.) Julin...
1LLI.- o te extraa verme.
TERESA.- Tena el pre enumiento que andaba cerca.
1l:u .- (,Que me e nda?
TERESA.- condido o tnVI ible, no s... Por qu te escondas?
JULI .- Aguardaba.
TERESA.- Qu?
JLU .- La gran e ena, la de los ge to ublimes, la e cena de lo adio e como hace diez ao.
TERESA.- (, abas enton es?
JUAJ. La VI, Tere a, la VI esc nelido tra e a puena, durante la fiesta veneciana. Escuch todo
lo Juramento, la renuncIa 1 ne , fui testigo de ese... ( 011 imlla) ese dolor llamrnoslo?
256
TEATRO COMPLETO OE LUIS ALBERTO HElRI.MANS
TERESA.- Lo iento, Julin.
JULlN.- No crees que e un poco tarde?
TERESA.- o s qu m podra hacer.
JULI ada. Nada m . E o es lo horrible. porque todo est hecho ya. todo ha ucedido.
TERESA.- .
JULlN.- Enrique e fue
TERESA.- S. ..
JULl .- Y no volver ms.
TERE A.- No volver, no...
JULl .- e fue para iempre.
TERESA.- S.
JULlN.- o lo vers nunca.
TERESA.- Nunca.
J UN.- Y no te importa?
TERESA.- o . Julin. Estoy dema iado cansada para pensar en nada. Estoy... muerta. Por qu
no seguimos torturando i l ya parti?
J LI .- Tienes razn. El problema e t solucionado para ti, para l ... Pero y yo? Para m no han
ido diez ao. Tere a. han sido mucho ms. Yo lo supe lOdo de de el primer da o no fue
se acaso el primer da?
TERESA.- Por favor. Julin...
JuuN.- Te acuerdas? Fue esa noche que me Iba a Via. Comimo en casa lo tres junto. como
siempre. y despu part. .. Pero el auto tuvo una panne y hube de volver. Entr al aln yah
estaban ustedes. o poda verlo, porque el re paldo del illn era demasiado alto. Tampoco
lo e cuchaba y fue aqul silencio el que lo delat...
TERESA.- Julin...
JULl .- Ca i tan calladamente como haba entrado. volv a salir. Toqu el timbre te acuerda?
Pretext haber olvidado la llaves. (Violellto.) Fue esa noche no es cierto? Fue e a noche
cuando el amor se hizo dema iado grande y tuvieron que rendirse. i Dime si no fue as!
TERESA.- ( on dolor y cansancio.) .
J LI .- Porque antes ya exi ta. . mucho ante . A lo mejor naci cuando e conocieron. a lo
mejor empeza te a engaarme el mi mo da que nos casamo .
TERESA.- (Con cierta fuerza.) Nunca le enga.
JULI .- y cmo llama e o entonces?
TERESA.- unca te enga.
JULlN.- Cmo llamas esas mirada que orprenda entre ustedes? Cmo llamas la ri as que
e interrumpan cuando yo entraba en la pieza. la conversaciones que cambiaban de giro?
Porque yo tambin fui testigo de lOdo eso. Tere a. Segu pa o a pa o el crecimiento. lo vi
transf rmar e en algo tremendo e inatacable.
TERESA.- Y por qu no me habla le entonces?
JULlN.- (Con la lron(a del que est hendo.) Para darte con ejos?
TERESA.- (Viendo que es intil.) No.
JULlN.- Para qu entonces?
TERESA.- Para nada.
JULI . S, tiene razn. para nada. De qu hubiera servido? Hablar y hablar, de menuzar las
cosas. tomar determinaciones de dormilOrio para que a la maana siguiente corrieras a
refugiarte junto a Enrique. a contarle lo de graciada que era. y decidieran ser fuerte. er
heroico. er nobles y terminar. ree que no conozco las ita de esperadas de lo lti-
mo tiempo? Las vuelta en automvi 1, los cuarto de hora en la fuente de soda de la
calle Sazi... ? Otro por lo meno tienen la decencia de ir a esconder us amore en sitio
hermo o ustedes lo hacan en cualquier cuchitril... Pero mejor me callo. no digo m .
TERESA.- . Julin. es preferible.
JULI .- (Sin escucharla.) Me callo mi olcdad. mi abandono. mi propia mi eria... Lo dos eres
que m quera. lo nicos a quienes me haba entregado por completo... abe t acas lo
257
MOSCAS SOBRE E.l MARMOL
que e perder de golpe a tu mejor amigo y a la mujer que quieres? Sabe t lo que e entir e
solo durante aos? o tener a quin recurrir? Con quin hablar? A quin confiarse?
TERESA.- S, lo . Hace diez ao que lo .
JULlN.- T... ? T no ha e tado sola, Tere a. Lo tenas a l.
TERESA.- Estaba leja .
JULlN.- Pero lo queras.
TERESA.- y t queras a tu madre. La tenas a ella. Siempre la tuviste.
JULIN.- Eso no e amor, Teresa. Es un refugio. No es el amor que yo quera, el que verdadera-
mente necesitaba. Mi madre vive en razn ma; pero no eso lo que yo bu ca, yo... yo te
quera a ti, te quera cerca, conmigo... Y t no ha ido ms que una sonmbula enamorada
de un fantasma.
TERESA.- Julin...
JULIN.- Ah! E muy fcil decir no hablemos ms, erguirse ah,junto al recuerdo, como un par
de e tatua de piedra que se sacrifican; pero nunca, nunca nunca! Se te ocurri pensar que
yo urna.
TERESA.- Te equivoca, Julin.
JULl .- Vas a pretender que lo pen aste?
TERESA.- S.
JULIN.- Fue tarde entonces.
TERESA.- Quiz . Pero hice lo po ible.
JULlN.- Qu?
TERESA.- Me separ de l.
JULIN.- Y?
TERESA.- Se fue.
JULlN.- Y?
TERESA.- Trat de olvidarlo.
JuuN.- Y.. ? (Teresa /10 contesta.) Era tarde, Tere a, tarde, tarde. Debiste preverlo, debiste
ordenar tu vida corno yo la he ordenado, debi te darle forma de de un comienzo, y as no
me habra hecho sufrir.
TERESA.- Y qu saba yo de todo eso, Julin?
JULI' .- Cmo?
TERESA.- S. Qu saba de la vida? De las cosa? De los otro ?
JULlN.- Tanto como yo.
TERESA.- Pero qu me haba sucedido ante de ca arme?
JULlN.- Lo mi 010 que a todas upongo.
TERESA.- S, lo que le sucede a toda las que son como yo. Es decir nada, Julin, nada... Y aun mi
matrimonio fue algo inexplicable, corno el de la mayora...
JULlN.- Qu quieres decir?
TERESA.- Sal de las monjas antes de haber terminado los estudios. No por qu, tal vez porque
no necesitaba saber nada ni ganarme la vida. Fui a bailes y conoc gente, t entre otros. Y
de pronto me vi casada, porque s, con un hombre que era muy distinto a m... Pero enton-
ces no me daba cuenta de eso o no me importaba... o preguntaba nada, no buscaba nada
tampoco... Era... exista. E taba con mi amigas, e taba en reuniones y fiestas, iba al cam-
po, volva a Santiago y sala, sala todo el tiempo... Hasta que un da... un da...
JULlN.- Conociste a Enrique.
TERESA.- No, lo conoca ya. T mi 010 me lo haba presentado cuando empezamos a alir junto
te acuerda ?
JUUN.- Entonces?
TERESA.- Un da conver con l, Julin. Ante lo saludaba, bromebamos; pero nunca haba
hablado con l. Creo que nunca haba hablado con nadie. o s lo que dijimos, no debe
haber ido muy importante; pero recuerdo que me ent muy bien, muy en confianza con
l... Y poco a poco me enamor... Por qu? No lo s. Tena veintid aos, haca tres que
e taba ca ada, y por primera vez en mi vida, me enamor. (Hay un breve silencio.) Pero
258
TEATRO COMrLETO OE LUIS ALBERTO HEIREMANS
supongo que hay un orden detrs de todo, porque ese mismo amor me trajo otra evidencia:
un da me di cuenta, as de golpe, que yo era tu mujer, que lo haba sido varios aos sin
comprender lo que significaba, que haba vivido en una especie de sueo. Fue entonces
cuando le ped a Enrique que se fuera.
JULlN.- Y l acept?
TERESA.- S.
JULlN.- Y desde entonces?
TERESA.- Desde entonces he tratado de darte lo que he podido, Julin.
JULlN.- Pero lo quieres a l. (Y repite con urgencia.) Por favor, Teresa, contstame. Lo quieres?
TERESA.- S.
JULlN.- Durante diez aos has tratado de vencer ese amor y no has podido.
TERE5A.- No, no he podido, Julin. Pero cada vez me siento ms fuerte.
JULlN.- Para qu?
TERE5A.- Para dar, para darte algo.
JULlN.- Y qu puede uno dar fuera del amor? Nada... nada. Y amor no puedes darme. Teresa.
TERESA.- Pero yo s que hay otras cosas que puedo...
JULlN.- No, Teresa, no.
TERE5A.- Pero no s cmo. Es tan difcil llegar ha ta ti. Sin embargo con el tiempo...
JULtN.- (Interrumpiendo, herido.) i Con el tiempo... ! Por qu no te fuiste con l? Por qu?
Mam tena razn... Debiste haber partido.
TERE5A.- No, Julin.
JULt .- Por qu no te fuiste con l?
TERESA.- Porque no.
JULlN.- Pero por qu? Por qu?
TERE5A.- Porque soy tu mujer.
JULlN.- (Despus de un silencio.) se es el secreto entonces! Te siente atada a m? Por qu?
Por quin?
TERESA.- Julin...
JULlN.- Contstame.
TERE5A.- No s, no s.
JUUN.- (Pensndolo recin.) Ser porque un cura traz una cruz sobre los dos? Nunca se me
haba ocurrido pensarlo... Pero claro! Eso tiene que ser: te sientes atada a m porque nos
pusieron un anillo en los dedos.
TERE5A.- Julin!
JULlN.- A lo mejor eso es lo que vive dentro de ti. lo que de cubro al mirarte. Esa verdad, ese...
algo no es m que la ombra de una cruz trazada en el aire. i Y yo que cre que era algo que
podas darme!
TERE5A.- Escchame...
JULlN.- Tu verdad no e ms que miedo. Miedo a algo uperior, a algo divino. No seas tonta,
Teresa! En e ta pieza estamos los dos solos, t Yyo, nadie ms, y todo lo que sucede e lo
que nosotros dos fabricamos.
TERE5A.- No s, Julin.
JULlN.- No hay nadie m . Si hubiera alguien enra acaso esta soledad?
TERESA.- Julin, a lo mejor te sientes solo, porque no has querido buscar.
JULlN.- He buscado. He esperado. He pedido.
TERESA.- A veces no es tan fcil.
JULlN.- sa es la contestacin de todos! Por qu? Es sordo aca o? Es ciego? Por qu
entonces no mira y ve lo de graciados que somo?
TERESA.- No s, Julin, no s.
JULtN.- Porque no hay nadie, Teresa. Nadie.
TERE5A.- Yo s que s.
JULlN.- No hay nadie! Tiene que creerlo!
TERE5A.- Clmate, Julin.
259
MOSCAS S08RE El MRMOL
JULJN.- Tengo que acarte de esta mentira en que ests viviendo, en que todos ustedes viven...
Dime que no crees. Teresa, dime que no puede creer.
TERESA.- Julin...
JULJN.- Dmelo!
TERESA.- Julin...
JULJN.- (Ahora habla sin detenerse y con allgustia.) Al fin s que no hay verdad. T eras la
nica que pareca guardar algo. Y durante ao trat de descubrirlo, de obtenerlo, de robr-
telo. Ah! T no abes lo que he ufrido por esa mirada, por ese si lencio, por todo eso que
crea que escondas... Y ahora me doy cuenta que no es nada. ada! Entonces no hay
verdad... Ah, qu tranquilidad... No hay verdad. Mam tena razn: estamos solos y m
all de no otros mismos no hay nada... Porque todo e o que t pareces guardar no es ms
que el reflejo de lo que te en earon. Verdade de catecismol Creencias de catecismo!
Ro arios y Padrenue tros y Avemaras... Padre Nuestro que ests en los cielos... (Re.) En
qu cielos. Teresa, cuando la Lierra es redonda y hecha de mrmol?
TERESA.- Julin, tranquilzate. E cchame...
JULJ .- (Interrumpiendo.) De mrmol blanco que pudo er hermoso, li o y re plandeciente si
no fuera por las mo ca . Por ti, por rr, por lo dem ... La mo cas lo ensucian todo! (En
ese instante se escucha el corno de ca:a. Dos notas puras y mantenidas.) El como! Eso es
lo nico limpio que ha sonado esta noche.
TERESA.- Julin, por favor, escchame.
JULJN.- (En voz baja y casi como una plegaria.) Que suene de nuevo! Que suene de nuevo!
TERESA.- Julin, si por un momento, aceptaras creer...
JULlN.- En quin? En ti?
TERESA.- o.
JULJN.- En quin entonces? Si no hay nadie m . Para m siempre fui te t, t y... y Enrique.
U tede recibieron mi verdadero amor, lo nico que he dado; pero me fallaron. IMe falla-
ron lo dos! ndate con l, Tere a, ndate. Corre por el camino y alcnzalo. Djame solo
una vez ms, djame solo como siempre... (Vuelve a escucharse el corno.) De nuevo!
Toca! Toca! A ver i logra limpiar el aire, a ver i logras matar unas cuantas moscas...
De nuevo! (Vuelve a escucharse el corno.) La partie de chasse! Va a comenzar... Hay
que ir a avisarle a lo dems! Que se pongan sus gorros de papel! Que agarren las escope-
tas! Que e lancen a la siga del fanta ma... ! (Se inmoviliza.) Y no hay fantasma... Se nos
fue, Teresa, se no fue... o vamo a tener pre a, no vamos a tener fantasma, e a co a ya
muena que hay que matar de una vez por todas... Y por qu no yo? Por qu no el propio
fanta ma?
(Desprende uno de los tules que cuelgan del techo. Se envuelve en l y corre hacia afuera.)
TERESA.- Julin! Adnde va ? (Julin no responde. Afuera se le ve correr entre los rboles que
ya empiezan a diseliarse en la semiclaridad del amanecer. De pronto se escucha una des-
carga de tiros. Vn silencio.) Julin... (Aparece Julin. A la altura del corazn, los tules
estn ensangrentados.) Julin qu ha pasado?
(Corre hacia l. Pero Julin se desploma. En ese momento entran dos peones y, segundos des-
pus, Amalia.)
AMALlA.- Qu pas? (Ve a Julin.) Julin! (Corre, se arrodilla a Sil lado.) Julin, mi nio, qu
te pas... ? (Ve la sangre.) Julin!
TERESA.- Apenas e cuch el como se precipit hacia afuera y...
AMALIA.- Cuidado, mi amor... Ne bouge pa ... Dio mol Fais anention, chri ... (A tillO de los
peones.) Anda a buscar el auto apratel (Al otro.) Y t, ponte all afuera, no dejes entrar
a nadie... A nadiel Me oyes? (Los dos obedecen.) Julien, contstame... dime algo, mi
amor... dime algo...
TERESA.- Sera preferible...
AMALJA.- iCllate! Est abriendo lo ojo ... Julien cmo te ientes? Qu te pasa, mi amor? Es
mamie, es tu mamu hka... Dime algo, Julin.
JULJ .- Teresa...
260
TEATRO COMPLETO OE LUIS ALBERTO HEIREMANS
AMALlA.- Qu pas, mi amor? Qu pas?
JULlN.- Dnde... est... Teresa?
TERESA.- Aqu, Julin.
JULlN.- Acrcate... Teresa... quera... decirte...
AMALlA.- No hables tanto, mi nio. No te canses. Ya mand buscar el auto y te llevaremos al
pueblo.
JULlN.- Teresa...
TERESA.- S, aqu estoy, Julin.
AMALlA.- (Imerrumpiendo.) Qu pasa con ese auto? Anda a ver, Teresa, anda a ver... (Teresa se
levanta y sale.)
JULlN.- Dnde est Teresa?
AMALlA.- Fue a ver si vena el auto, Julien. Pero yo estoy aqu. Qu es lo que quieres?
JULlN.- (Con angustia sbita.) Mam!
AMALlA.- S, mi amor?
JULlN.- A lo mejor hay...
AMALlA.- Qu, mi amor?
JUUN.- Algo... alguien... fuera de nosotros. Alguien que habramos podido...
AMALlA.- Qu dices, mi amor? No te canses.
JULlN.- Si verdaderamente hubiramos querido...
AMALlA.- No hables tanto...
JULlN.- Alcanzar. (Pausa.) Mam!
AMALlA.- S?
JULl .- A lo mejor. ..
AMALlA.- Chit, callado... (En ese instante se eSCllcha msica de Mozart lejana.) Escuchas? Es
Mozart, mi amor. Ya es la maana... Haba dicho que tocaran apenas amaneciera... Ya pa
la noche... y muy pronto te vas a sentir mejor.
JULlN.- ... E tbamos... equivocados... (Muere.)
AMALlA.- Mozart, mi amor, y est amaneciendo. Mira! Ya se divisan los rboles. Mira... (A
travs de las puertas abiertas, esfumados en neblina, se ven los rboles del parque.) Mira.
Julien... (Y se da cuenta de que ya no vive.) Julin... ! Julin. mi nio, contstame... Julin,
mi amor, dime algo... (Empieza a sollozOl: Se escucha el ruido de tIIl automvil que se
acerca.)
TERESA.- (Entrando.) Aqu est...
AMALlA.- (Gritando.) No! No te acerques. Es mo, mo. mo... No te acerque.
TERESA.- Qu e lo que pasa?
AMALlA.- No lo toques! T tienes la culpa de todo. De todo. (Entran los dos peones y levantan
el cue/po de Julin. Lo sacan. Amalia lo sigue y Teresa se apronta a hacerlo.) o, no
vengas Ahora es mo... Es mo mi nio, nada m que mo, nada ms que mo. nada ms
que mo .
(Y sale repitiendo la frase. Teresa permanece anonadada. El ruido de UII motor que parte y se
aleja. Segundo entra. Sostiene elltre su mallOS la escopeta. Permallece atrs, como preguntan-
do lo que ha sucedido. Teresa levallta la mirada hacia arriba. Tiene los ojos llenos de lgrimas.)
TEREsA.- Dios mo! Tanta incomprensin... tanta soledad...
TELN
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