Tesis sobre el proceso

Felipe Cuevas Mndez

La situacin poltica de Mxico cambi aceleradamente, montndose en una ola de transformaciones que no
hacen ms que comenzar. Un pueblo postrado, entregado a merced de los poderosos, sometido a la
descomposicin del capitalismo, subyugado por va de la violencia, doblegado por el peso implacable de las
relaciones econmicas; es lanzado a la lucha y su cohesin por las condiciones desesperantes, de donde
resurge con arrestos que hacen honor a sus gloriosas generaciones y dan sentido a su historia en el camino de
la libertad. Frente a las amenazas del sistema tiene por delante un largo proceso multidimensional del que ser
creador en la lucha. Sobre esto ponemos a consideracin los planteamientos siguientes.
1.- El crimen de Estado perpetrado contra los estudiantes de Ayotzinapa y todo el pueblo mexicano, cambi
definitivamente el contexto poltico del pas aglutinando el conjunto de sus problemas largamente acumulados
por el rgimen, haciendo que para el pueblo sea posible su comprensin y toma de conciencia generalizada.
Resurge la lucha campesina, Atenco se une con sus propias banderas, el EZLN alza su voz, la unidad estudiantil
se fortalece, el pueblo en general reclama justicia. A partir de este crimen con sus manejos subsecuentes todo
se torna ms claro, existen en Mxico relaciones de dominacin de las cuales el Estado, la burguesa y sus
partidos polticos son portadores. La atrocidad cometida por el narco-Estado lo asla de la colectividad
estremecida hacindolo repudiable por todas sus transgresiones y las calamidades que se viven. Es ya un
crimen de Estado continuado por cuanto su expediente se ampla desde el 26 de septiembre a la fecha, en el
entendido que este sigue en proceso, el poder poltico se afana en hacer todo lo que est a su alcance para
ocultar, enturbiar, criminalizar, reprimir y maniobrar a su favor sin resolver nada de la demanda popular.
2.- Aflora la crisis del Estado reforzando la catstrofe econmica y social del pas. Nadie ha daado al Estado y
la burguesa ms que ellos mismos con su actuacin, este reino del inters monoplico, tal organizacin
poltica general de la sociedad diseada para el control de las clases populares; se encuentra disminuido en sus
funciones de imponer el viejo orden. No permitamos minimizacin ni banalizacin de los hechos, el Estado
lleg a la crisis de su constitucin social por s mismo, las prerrogativas del poder sufren de agotamiento en sus
estructuras republicanas y mecanismos socio-polticos de existencia. Ya que fortalecieron la depredacin de
nuestra fuerza de trabajo dentro y fuera de las fronteras, realinearon la estructura econmica como apndice
en la internacionalizacin del capital, entregaron la soberana al imperialismo, desmantelaron los escenarios
pblicos imponiendo su privatizacin; sepultaron su anterior cohesin social estratificada por una plutocracia
monopolista descarada. En la crisis del Estado la elite burguesa y el imperialismo colocan al pas en un
escenario de indefensin frente al implacable designio capitalista, de disolucin de la identidad nacional, de
desvanecimiento de la justicia y las libertades polticas siempre escamoteadas, de suplantacin del laicismo por
la intromisin del oscurantismo en los asuntos pblicos, de desintegracin econmica, poltica, territorial y
organizativa de la vida social, y de arrebatar al pueblo su ser social para transfigurarlo a ente pasivo esclavizado
a la voluntad suprema del capital con su sed de posesin ilimitada al cual poco le importan sus orgenes
siempre que sirva con sus propsitos.
3.- Con este crimen de Estado comienza una crisis poltica en torno a las agresiones del rgimen, sus problemas
generales y de la oligarqua financiera para garantizar su hegemona frente a la inconformidad y movilizacin
popular. A pesar del deterioro de su sistema la clase dominante est segura de s misma, de que sus mviles y
acciones son lo nico justificable para que menge la crisis. Tratndose de un Estado autoritario
extremadamente rgido, que tras la fachada democrtica destapa su sistema de estatus y elites, todo su modo
de operar lo tiene asentado, dispuesto y decidido para impedir el ejercicio de los derechos histricos del
pueblo mexicano y sus luchas, no aceptan errores ni admiten otras salidas distintas a su institucionalidad. Mas
por instinto que por evaluacin o rectificacin de sus posiciones, el rgimen apuesta a la rutinaria solucin
represiva con los seuelos del Estado de derecho, el cauce institucional, la paz pblica y el bienestar de la

economa monopolista. La crisis poltica cierra las posibilidades de solucin en los mrgenes del Estado y sus
medios constitucionales previstos, vuelve ineficaz toda tentativa del rgimen por llevar su festn en paz.
4.- Los imperialistas y el gran capital establecidos en el pas intervienen virulentamente para apaciguar al
pueblo, no prometen nada a cambio salvo tibias propuestas de evaluacin sobre sus crmenes constantes. El
Departamento de Estado gringo insta a la calma con la que nos vienen despojando de la riqueza del pas, en
tanto el FMI apela al tema del crecimiento econmico de los ricos para que todo vuelva a su normalidad,
haciendo escuetos pronunciamientos de aclaracin de los hechos. Pero dada la desaceleracin econmica, el
descenso de los precios del petrleo y las prioridades financieras, tienen escaso valor los alientos de esas
fuentes. Los pronunciamientos del imperialismo nunca entran en la casualidad, responden a una lgica y
agenda estratgica en que adelantan el intervencionismo, dan su respaldo a la elite en el poder, rechazan el
desbordamiento popular, instruyen su lnea de accin, a la vez que replantean los cimientos de una nueva
supremaca sobre el pas en que se imponga una forma seudo estatal controlada firmemente desde sus
dependencias.
5.- Las contradicciones interburguesas y sus mecanismos de hacer riquezas extremas colapsan, los conflictos
de sus barras polticas se agudizan aunque dentro de diversas posturas oligrquicas neoliberales en crisis
(PRIAN) o socialdemcratas en bancarrota (PRD). En estas condiciones no es extrao que el gobierno mexicano
haya suspendido la contratacin para construir el tren Mxico-Quertaro sometindose a la presin de los
monopolios ligados al hegemn yanqui golpeando los intereses transnacionales de China en contubernio con
monopolios ligados a Pea Nieto, bajo el falso argumento de la transparencia que no aplicaron. El tema de la
licitacin en favor del consorcio integrado por Constructora y Edificadora GIA+A (ligada a Carlos Salinas De
Gortari), Promotora y Desarrolladora Mexicana, Constructora Teya (ligada a Pea Nieto y la casa blanca en Las
Lomas de Chapultepec, construida y vendida por la empresa Inmobiliaria del Centro, filial del Grupo Higa,
grupo del que tambin forma parte la Constructora Teya) , GHP lnfraestructura Mexicana, China Railway
Construction Corporation Limited, China Railway Construction Corporation (International) Limited; China
Railway Construction Mexico y CSR Corporation Limited; fue destapado por el PAN en disputa con Salinas de
Gortari y Pea Nieto que jugaron sucio a Bombardier, Siemens, Alstom, ICA y Grupo CARSO (encabezado por
Carlos Slim), celosos guardianes del imperialismo occidental. Aunque esta es una de tantas manifestaciones de
las contradicciones, Pea Nieto se meti en otro avispero de conflictos inter-burgueses, fue sometido por sus
amos para que controle sus apetitos bajo las alianzas autorizadas (pueden tolerar su corruptela, mas no el
doble juego) de no ser as, ellos mismos se encargaran de despedirlo, an as, dado que est sentado en un
polvorn que requiere de ciertos indicios de actividad econmica al alza, adelant proyectos de inversin
productiva con China nada gratos al imperialismo.
6.- Justo en este momento que se enred el tablero de la poltica burguesa, se prepara para ejercer acciones
represivas de oficio al mximo nivel, impacientndose segn ella por el desarrollo de los acontecimientos que
provoc. Pea Nieto insiste en cerrar con la fuerza lo que para sus huestes es slo un episodio ms en su
rgimen de ejecuciones y desapariciones, con la consumacin total del crimen mediante el uso ejemplar del
aparato represivo. Toda la mafia del poder poltico-econmico coincide en la mxima represin, solo difieren
sobre quin de entre ella debe pagar los costos polticos. La represin est en su momento de provocaciones y
agresiones, pero elabora un plan articulado que desbarate el movimiento popular, para el cual tendra que
poner en accin todos sus instrumentos. Tal toma de poltica inmediata por la burguesa el pueblo debe
prepararse y desmantelarla con premura paralizando sus aparatos represivos agitando ms sus banderas para
oponerles una fuerza superior a las capacidades represivas del Estado.
7.- Con todo, se inaugura un proceso de lucha poltica y democrtica de tendencias revolucionarias, con una
cita clave este 20 de noviembre para definir en los hechos el rumbo de la lucha de clases. Las metas consisten
en afirmar los sectores combativos al tiempo que se forja la alianza popular y el desarrollo de nuevos sectores
en movimiento, as tambin en la activacin del campesinado y sectores medios para que proclamen sus

demandas en conjuncin con el repudio al rgimen. El siguiente paso consistir en la afirmacin del trabajo de
reactivacin en el seno de la clase obrera, hoy por hoy la ms custodiada por la burguesa, para que pueda
cumplir su papel de paralizante del capitalismo e impulsar una nueva correlacin de fuerzas para la lucha. Con
esta unidad de clase que alumbre formas de organizacin popular, que concentre fuerzas en la forma de
asamblea popular; las perspectivas se ampliarn y las posibilidades de victorias se harn reales, el rgimen
tendr que responder por su crimen y por las consecuencias en que ha colocado al pas.
8.- La renuncia de Pea Nieto por responsable de las injusticias e ineptitud renombrada, debe establecerse
desde abajo, sin acuerdos de alcoba para casos extremos como vienen dibujndose entre la clase poltica, los
monopolios y el imperialismo en una transicin manejable hacia el mismo pantano de siempre. Este es slo un
personaje, pero su cada tendr un efecto acelerador de la lucha revolucionaria, no cambia el carcter del
Estado y la poltica general de los poderosos, no obstante abre una gran oportunidad de cambios democrticos
en el accionar de masas y el despertar a una vida poltica con ms derechos para combatir al capital. El Poder
maquina con su arsenal constitucionalista, aplanadoras electorales de sus partidos, y sus controles para
aplicarnos el esquema de las primaveras rabes en detrimento de las perspectivas revolucionarias, por ello no
habr tregua ni concesin a las manipulaciones, sino que una nueva forma de poder popular y proletario
deber jugar un rol importante en la conduccin de la situacin para establecer otros mecanismos
verdaderamente democrticos donde sea el pueblo, sus tiempos, sus procedimientos y sus intereses quienes
pesen por sobre todo.
9.- Se abre un proceso de lucha para forjar una transicin democrtica y revolucionaria en el pas. De este
proceso es de lo que debemos alcanzar una conciencia amplsima, mayoritaria, con sus debates y sus
diversidades, firme en el propsito de conquista, dialctica en el desarrollo de sus premisas democrticas y sus
nuevas relaciones sociales. Este proceso revolucionario se confronta al falso progreso capitalista cuya
alternativa es la entrega de nuestro pas, la disolucin del Estado-nacin y la pauperizacin generalizada. La
burguesa ha sembrado la confrontacin social, lo que rechaza es que se le responda y se quiera un mundo
mejor. Un poder popular se presenta como necesidad en la construccin del pas, apoyndose en un gobierno
obrero, campesino y popular, el tiempo que se tome este proceso depender del desarrollo de distintos
factores tales como el fortalecimiento poltico de las clases y sectores populares en la lucha, una serie de
pugnas en que se socave la hegemona burguesa e imperialista, el alcance de varios objetivos como la
presentacin con vida de los 43, la cada de Pea Nieto, la organizacin del soberano, y la asimilacin del papel
revolucionario que el pueblo cohesionado puede cumplir guiado por su fuerza proletaria.
10.- La unidad revolucionaria y su nueva organizacin son claves por las que ha de medirse la fuerza del
movimiento del pueblo, de sus clases y sectores protagonistas, de sus juventudes y clases trabajadoras, de sus
mujeres y magisterio, de sus indgenas y guerrilleros, de sus intelectuales y marginados. La unidad pone en el
centro los intereses sociales de todo el pueblo, no los de un sector en particular, la unidad estimula la
organizacin de base, la democracia directa y la perspectiva de cambio anticapitalista; no impone plataformas,
sino que las armoniza todas para con ellas hacer una ms poderosa. Esta unidad se hace eco de todas las voces
y todas las formas de lucha, de todos los sectores y todas sus nociones para combatir al rgimen, no
desestiman esfuerzos grandes o pequeos, no estipula puritanismos, cree en sus fuerzas y es en ellas que basa
su accin. Se enmarca en el carcter global, integrador de todas las resistencias y golpes contra el sistema
capitalista, es por as decir, la insercin de todas las formas de lucha, que las ir impulsando y desarrollando en
correspondencia con su crecimiento hacia el planteamiento proletario del poder popular.
11.- El desarrollo del movimiento es primordial en el adelanto de la conciencia, y viceversa, es un binomio
fundamental para forjar la lucha contra este sistema de dominacin, de explotacin y opresin. Habr de forjar
sus lneas de formacin en que se destapen las estrategias y acciones del rgimen, su condicin de clase
contraria a nuestros intereses. La conciencia social requiere forjar el trnsito a conciencia de clase, a
conciencia de horizonte propio, socialista y revolucionario para cumplir tantas tareas en el desmantelamiento

del Estado burgus. El movimiento acierta cuando rechaza la mediatizacin de la conciencia, cuando se sujeta a
los pequeos cambios concretos en la correlacin de fuerzas para recobrar impulso en la lucha revolucionaria y
democrtica por el cambio de rgimen, esto le dar conciencia de la emergencia en soluciones concretas al
desarrollo de sus fuerzas y las tcticas de construccin de su organizacin social. El movimiento ensea a las
revolucionarias y los revolucionarios a pensar objetivamente, a desechar las ilusiones dogmticas entregndose
al trabajo poltico real, de relaciones fraternas que dignifiquen la causa popular y amplen las dimensiones de
su tarea.