Lección 6.edificándonos Unos A Otros.

Leccin 6.
EDIFICNDONOS UNOS A OTROS

Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, as como hacis.
1 Tes. 5:11
Introduccin.
La construccin ms famosa en el Antiguo Testamento es el Templo que fue levantado
en el reinado de Salomn. Para tal construccin fue necesario conseguir materiales de la
mejor calidad, la mejor madera, las mejores piedras labradas, el oro pursimo y el
bronce bruido.
Salomn realiz el proyecto en base al modelo del Tabernculo. El Templo sera la casa
de Dios y no haba que escatimar costos. Todo fue terminado en gran esplendor y gloria
y lo ms importante es que la presencia del Seor se manifest en tal lugar y pos en
ella como Su morada. En 1 Reyes 6, uno de los verbos que se repite muchas veces es:
edificar. El apstol Pablo escribiendo a los hermanos de la Iglesia de Tesalnica los
motiva a edificarse unos a otros. Y este consejo es tambin para nosotros.
I.- EL ENFOQUE CRISTIANO DE LA EDIFICACIN.
Edificar es, gramaticalmente, un verbo utilizado en forma regular en el Nuevo
Testamento, especialmente en las cartas paulinas. Se usa este verbo en forma literal y
tambin figurada (o simblica). En el griego, oikodomeo, es la palabra que se traduce
por edificar y est compuesta por dos trminos oikos que significa hogar y demos
que significa construir. Por lo tanto, la palabra construir una casa o un hogar. En el
sentido figurado edificar tiene que ver con el crecimiento espiritual de la iglesia en
relacin a la vida de los creyentes en Cristo. Pero, este crecimiento espiritual tiene una
base. En Mateo 7:24-27, el Seor Jess expone la parbola de los dos cimientos o la del
hombre prudente y el hombre insensato. La enseanza est centrada en la manera cmo
edifican los hombres sus vidas. Propiamente, hay dos clases de hombres en este sentido.
Aquellos que edifican slidamente sobre la roca y aquellos que construyen con
negligencia sobre la arena para mal de sus propias vidas. El hombre que ha echado los
cimientos de su casa sobre la roca en esta parbola figuradamente significa que est
construyendo sobre los principios eternos dados por Dios. Es el hombre que edifica
sobre la roca que es Cristo (y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque beban
de la roca espiritual que los segua, y la roca era Cristo. 1 Cor.10:4). Por el contrario el
hombre que edific sobre la arena es el hombre que sigui la corriente de este mundo,
que puso sus esperanzas de vida en lo que el mundo le poda ofrecer, que dej a Dios a
un lado y sigui bajo la gua de su propia prudencia humana. Al final, tal hombre se
encuentra en una enorme ruina, en la prdida total de su propia vida. Este es el enfoque
de la edificacin en el Nuevo Testamento: construir sobre el fundamento firme que es
Cristo. Esto tiene que ver con Sus enseanzas divina y con Su obra de salvacin a favor
de los hombres.
Edificar en Cristo quiere decir que el fundamento o cimientos de nuestra fe y en s de
todas nuestras aspiraciones es Cristo, l es lo mximo en la vida de todo cristiano. Sin
l la vida no significa nada. Todo es caos, todo est lleno de confusin, no hay
esperanza, ni un destino fijo en la eternidad. Cristo es la piedra escogida, angular y
preciosa de Dios para la construccin de un edificio vivo y eterno en donde cada
cristiano es como una piedra viva, 1 Ped. 2:4-5.
II.- LAS FORMAS DE EDIFICARNOS UNOS A OTROS.

1.- Debemos edificar la vida de nuestro hermano por medio del amor de Cristo.
para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que,
arraigados y cimentados en amor Ef. 3:17. Nuestra mejor manera de edificar la
vida de nuestro hermano cristiano es cuando le amamos en el Seor. Y esto significa que
estaremos dispuestos a hacer lo posible para que su vida crezca en la fe hasta que llegue
a ser un cristiano maduro para ganar a otros y sea de ejemplo para todos los que le
rodean.
Amarle significa que le soportaremos en sus reacciones negativas, y que le ensearemos
las verdades de la Palabra de Dios para instruirlo, y oraremos juntos y desarrollaremos
un compaerismo espiritual que traiga fortalecimiento a su vida personal.
2.- Debemos de edificar la vida de nuestro hermano cuidando nuestra forma de
hablar.
Libra mi alma, oh Jehov, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta.
Sal. 120:2. Pocas cosas son tan perjudiciales como una palabra mal dicha. Una lengua
fuera de control puede destruir muchas vidas, y sobre todo, puede derribar la fe de un
hermano. El apstol Santiago dedica casi un captulo para mencionar el peligro de una
lengua como instrumento del infierno. Por el contrario el apstol Pablo nos insta a: Sea
vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepis cmo debis
responder a cada uno. Col. 4:6. En el Antiguo Testamento encontramos tristes ejemplos
de murmuracin en el pueblo de Israel que por esta causa sufrieron la justa disciplina
del Seor.
3.- Debemos de edificar la vida de nuestro hermano por medio de los dones
espirituales.
Y l mismo constituy a unos, apstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo Ef. 4:11-12. Los
dones espirituales fueron dados por el Seor para el bien espiritual de los dems y no
para provecho personal. Cada creyente tiene por lo menos un don para servir de
edificacin a la iglesia. Es necesario, por tanto, descubrir, desarrollar y hacer funcionar
el don espiritual para bien de los hermanos. Cada don es una facultad dada por el
Espritu Santo a fin de perfeccionar a los santos. Especialmente, aquellos dones
mencionados en el vrs. 11, conocidos como los dones de la palabra. El propsito
principal que tiene Dios al impartir sus dones es que todos lleguemos a la estatura del
varn perfecto que es cristo, vers. 13.
4.- Edificamos la vida de nuestro hermano cuando oramos con y por l. 1 Tes. 5:17;
Col. 4:2. Es tan gratificante orar unos por otros. Estar junto a un hermano en oracin
trae gozo, paz, armona y edificacin para todos. En medio de sus dificultades y de sus
persecuciones, los hermanos de la iglesia primitiva se reunan constantemente en el
Templo de Jerusaln o en las casas para orar unos por otros. De esta manera se sentan
fortalecidos y animados para proseguir en la fe. Cada creyente tiene que considerar el
valor de las reuniones de oracin. El compaerismo en la oracin hace que iglesia
crezca y obtenga respuestas favorables de Dios para los distintos ministerios y
necesidades a las que se enfrenta. Los creyentes que oran unos a otros se edifican y cada
da son mejores hijos de Dios.
III.- EL PROPSITO DE LA EDIFICACIN CRISTIANA.

Ya hemos estado mencionando indirectamente algunos de los propsitos en esta parte de
la vida cristiana, ahora, veamos cules son:
1.- Llegar a la estatura del varn perfecto, Ef. 4:13. A nadie le hubiera gustado
quedarse como nio en la vida. Sin embargo, en la vida cristiana muchos caminan como
nios. An son muy dependientes de otros cristianos y su comportamiento es muy
infantil. Desean toda la atencin de los dems y no desarrollan un carcter cristiano
adecuado y maduro, por el hecho de ser tan quisquillosos. Con facilidad van tropezando
de una iglesia a otra y siendo de estorbo para otros. Dios desea que crezcamos llegando
a tener el carcter de su Hijo. Esto ocurre cuando nos edificamos unos a otros. Que as
como a Moiss le resplandeca el rostro por haber pasado mucho tiempo con el Seor en
el monte Sina, (Ex. 34:35), nosotros reflejemos a Cristo.
2.- Participar en el servicio a la iglesia por medio de los dones dados. El segundo
objetivo es que seamos servidores de otros y una de las mejores maneras es poniendo a
trabajar los dones que el Espritu Santo ha otorgado por su gracia y soberana. As
vosotros; pues que anhelis dones espirituales, procurad abundar en ellos para
edificacin de la iglesia. 1 Cor. 14:12. El Seor Jesucristo vino al mundo para servir.
(Mateo 20:28). El pudo ocupar su lugar de honor entre los hombres, sin embargo, el
tom la toalla y el lebrillo para lavar los pies de sus discpulos. As, cada creyente debe
ser como su Seor siguiendo al pie de la letra su ejemplo.
3.- Dar fruto que glorifique al Seor, 1 Ped. 2:9. Por medio de su infinita
misericordia, Dios nos llam por medio de su Hijo, con el fin de dar fruto, y fruto que
permanezca. En el evangelio de Juan, captulo 15, el Seor toma el ejemplo de la vid
para compararse con ella. Nosotros somos los pmpanos, es decir, las ramas que llevan
el fruto. Este fruto debe traducirse en almas ganadas para la gloria de Dios. Todo
creyente debe convertirse en un ganador de almas. Debe llegar a ser el canal por donde
fluya la gracia a favor de los perdidos. Su crecimiento se har evidente por su amor a los
perdidos. Orando por ellos y testificndoles a fin de que ellos vengan al
arrepentimiento. Qu gran bendicin! Llegar a ser til al Seor llevando a otros a Sus
pies.
Conclusin.
Al edificarnos unos a otros crecemos en nuestras vidas espirituales, nos asemejamos
cada da al Seor Jess, quien es el varn perfecto y llegamos a ser tiles a la iglesia y al
mundo como instrumentos de Dios. As que, debemos hacernos la siguiente pregunta:
Estoy edificando la vida mis hermanos en la fe?

Lección 6.edificándonos Unos A Otros.

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

Lección 6.edificándonos Unos A Otros.

Cargado por

Información del documento

Título original

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Lección 6.edificándonos Unos A Otros.

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

Leccin 6.

EDIFICNDONOS UNOS A OTROS

II.- LAS FORMAS DE EDIFICARNOS UNOS A OTROS.

III.- EL PROPSITO DE LA EDIFICACIN CRISTIANA.

También podría gustarte