El poema describe un sueño en el que el autor camina junto al Señor a orillas del mar y ve su vida representada en escenas celestiales. Al mirar atrás, observa que a veces solo hay un par de huellas en la arena en lugar de dos pares, especialmente en los momentos de tristeza y aflicción. Cuando pregunta al Señor sobre la ausencia de la segunda huella, este le responde que es porque en esos momentos de dolor él lo lleva en sus brazos y por eso no quedan huellas de sus pasos.
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El poema describe un sueño en el que el autor camina junto al Señor a orillas del mar y ve su vida representada en escenas celestiales. Al mirar atrás, observa que a veces solo hay un par de huellas en la arena en lugar de dos pares, especialmente en los momentos de tristeza y aflicción. Cuando pregunta al Señor sobre la ausencia de la segunda huella, este le responde que es porque en esos momentos de dolor él lo lleva en sus brazos y por eso no quedan huellas de sus pasos.
El poema describe un sueño en el que el autor camina junto al Señor a orillas del mar y ve su vida representada en escenas celestiales. Al mirar atrás, observa que a veces solo hay un par de huellas en la arena en lugar de dos pares, especialmente en los momentos de tristeza y aflicción. Cuando pregunta al Señor sobre la ausencia de la segunda huella, este le responde que es porque en esos momentos de dolor él lo lleva en sus brazos y por eso no quedan huellas de sus pasos.
El poema describe un sueño en el que el autor camina junto al Señor a orillas del mar y ve su vida representada en escenas celestiales. Al mirar atrás, observa que a veces solo hay un par de huellas en la arena en lugar de dos pares, especialmente en los momentos de tristeza y aflicción. Cuando pregunta al Señor sobre la ausencia de la segunda huella, este le responde que es porque en esos momentos de dolor él lo lleva en sus brazos y por eso no quedan huellas de sus pasos.
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Las Huellas
Una noche en sueos vi que con el Seor caminaba
junto a la orilla del mar bajo hermosa luna plateada. So que en los cielos vea toda mi vida representada en celestiales escenas que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando,
mientras con el Seor bamos cual amigos conversando. Mir atento hacia atrs esas huellas reflejadas en el suelo, pero algo extrao observ y me invadi gran desconsuelo.
Observ que algunas veces al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares vea solo un par de ellas. Observaba tambin yo que aquel solo par de huellas, se advertan mayormente en mis noches sin estrellas en los das de mi vida llenos de angustias y tristeza, cuando el alma necesita ms del consuelo y fortaleza.
- Pregunt triste al Seor:
Seor, tu no has prometido que en horas de afliccin
siempre a mi lado estaras dando muestras de tu amor? Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas, cuando ms aflige el dolor solo veo un par de huellas. Dnde estn las otras dos que indican tu compaa, cuando las tempestades sin piedad azotan la vida ma?
- Y el Seor me contest con ternura y compasin:
Escucha bien hijo mo, comprendo tu confusin,
Siempre te am y te amar y en tus horas de dolor siempre a tu lado permanezco para mostrarte mi amor. Mas si en ocasiones ves solo dos huellas al caminar y no puedes ver las otras dos que se deberan reflejar, es que en tu hora afligida cuando flaquean tus pasos, no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en mis brazos. (Annimo)