Los Grandes Procesos de Cambio y Transformacion Social
Los Grandes Procesos de Cambio y Transformacion Social
Los Grandes Procesos de Cambio y Transformacion Social
Joan Subirats
Joan Subirats
Web:
www.academia.edu/joansubirats
http://igop.uab.es
1. Cambio de poca
Estado de Bienestar
El mercado y
el poder econmico subyacente se
han globalizado,
mientras las instituciones polticas,
y el poder que
de ellas emana,
siguen en buena
parte anclados al
territorio
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Cmo han ido afectando los elementos que han propiciado el cambio de
poca aludido a las polticas sociales? En las dos ltimas dcadas, hemos ido
asistiendo a la transicin de los tipos del modelo clsico de bienestar a nuevas
visiones de la poltica social. El ciclo de reestructuracin, desde 1985 y mucho
ms intensamente durante la dcada de 1990, se presenta como un proceso complejo y multidimensional. Los mltiples cambios estructurales, de fondo, sitan
a las polticas sociales en la necesidad de una redefinicin estratgica.
Coincidimos con muchos autores que caracterizan este ciclo de reestructuracin como una fase de cambio de paradigma social, de alcance similar al que
represent la transicin del Antiguo Rgimen a la sociedad industrial, o de sta
a la fase del Estado social-keynesiano, en un sistema de produccin que se ha
denominado fordista. Estaramos pues ante una tercera ruptura histrica contempornea de gran magnitud, a la que nosotros hemos aludido como cambio
de poca. Cmo afecta todo ello al papel de las polticas pblicas en general y
de las polticas sociales en particular, as como en su respectivo impacto en los
procesos de cambio y transformacin social?
Desde nuestro punto de vista, las dimensiones de cambio son varias. La
primera que queremos destacar es el paso de una sociedad de clases a una sociedad con multiplicidad de ejes de desigualdad, que puede dar niveles ms altos de riqueza para algunos, pero tambin nuevos espacios de exclusin social.
Todo ello ha ido obligando a reestructurar los regmenes de proteccin social,
con cambios en los sistemas pblicos de salud y de pensiones (con numerosas
propuestas de retrasar la edad de jubilacin); y ha obligado a buscar respuestas
nuevas contra el paro juvenil y el paro de larga duracin, creando tambin polticas de rentas mnimas y servicios sociales y polticas urbanas orientadas hacia la vivienda social y la regeneracin de barrios muy afectados y degradados.
Vemos tambin como se ha ido pasando de una economa industrial-fordista a
una economa cada vez ms terciarizada, con procesos de globalizacin galopantes y, de forma simultnea, revalorizadora del mbito local. Una economa
muy intensiva en capital y conocimiento, y mucho ms flexible en sus aspectos
productivos y laborales. Todo esto ha impactado en el mbito de las polticas
de empleo, causando procesos de precarizacin generalizada, y con constantes
cambios en las prestaciones por desempleo, por despido, o en los horarios y la
jornada de trabajo.
Por otro lado, otra dimensin de cambio muy importante se ha ubicado
en la esfera familiar y en las relaciones de gnero. El predominio de la familia
nuclear, con esquemas rgidos y estables de relacin entre los mbitos domstico y profesional, sobre la base de relaciones patriarcales de gnero, ha ido
dejando paso a una pluralidad de nuevas formas de convivencia, con altos
ndices de monoparentalidad, y a nuevas lgicas de relacin empleo-familia
a partir del cuestionamiento de los roles tradicionales por sexo. Todo ello ha
conllevado la aparicin de un espacio poltico de gnero. En l, se articulan
polticas con races en el modelo de doble salario, programas de igualdad en
el empleo y servicios a las familias (educacin infantil, residencias de ancianos, etc.).
Ciclo de reestructuracin
Estaramos
pues ante una
tercera ruptura
histrica contempornea de gran
magnitud
Cambio de poca
Desigualdad
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Familia y gnero
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Servicios sociales
Rentas mnimas
Polticas de empleo
Polticas de vivienda
En sociedades complejas
como la nuestra,
los resortes clave
de lucha contra
la exclusin deben ubicarse en
la esfera pblica [pero] deben
abandonar cualquier pretensin
monopolista
Pobreza
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social. Lo cual precisa armar un proceso colectivo que faculte el acceso a todo el
mundo a formar parte del tejido de actores sociales, y por tanto, no se trata slo
de un camino en solitario de cada uno hacia una hipottica inclusin. No se trata
slo de estar con los otros, se trata de estar entre los otros. Devolver a las personas el control de su propia vida significa devolverles sus responsabilidades, y ya
que entendemos las relaciones vitales como relaciones sociales, de cooperacin
y conflicto, esa nueva asuncin de responsabilidades no se plantea slo como
un sentirse responsable de uno mismo, sino como un sentirse responsable con
y entre los otros. Queremos plantear algunas formulaciones que, desde nuestro
punto de vista, pueden permitir avanzar, desde estas perspectivas, hacia nuevas
frmulas de lucha contra la exclusin.
Podramos afirmar que, si la exclusin tiene un carcter estructural, las acciones pblicas, desde lgicas polticas propias y explcitas, deben tender a ser
tambin estratgicas y orientadas a debilitar los factores que generan precariedad
y marginacin. Una de las formas habituales de encarar los fenmenos de exclusin es focalizar las posibles salidas en la bsqueda de empleo. La insercin a
travs del empleo se ha convertido en un elemento clave, y diramos que inevitable, en la lucha contra la exclusin. Pero, sin negar que se sea y seguir siendo
un factor muy importante en el camino para reconstruir un estatus de ciudadano
completo, hemos de recordar que si la exclusin tiene, como decamos, una dimensin multifactorial y multidimensional, las formas de insercin han de ser
plurales. Esto responde a que muchas veces se entiende a la insercin socioprofesional como la forma ms completa o definitiva de insercin, y se la compara con
formas sociales de insercin, que seran menos satisfactorias o ms propias de
aquellos con los que ya no se sabe qu hacer.
Entendemos que si la exclusin presenta una configuracin compleja, las
polticas que traten de darle respuesta deben tender a ser formuladas desde una
visin integral, y debe plantearse su puesta en prctica desde planteamientos
transversales, con formas de coordinacin flexible, y desde la mayor proximidad
territorial posible. La insercin social no puede ser entendida como el acceso
de personas o colectivos a una oferta preestablecida de prestaciones, empleos o
recursos. En la concepcin que defendemos, la inclusin se presenta como una
dinmica que se apoya en las competencias de las personas, y que se hace adems
en un contexto social y territorial determinado. La insercin se nutre de la activacin de relaciones sociales de los afectados y de su entorno, y tiene sentido si consigue no slo dar salidas individuales a ste o aqul, sino que sus objetivos son los
de mejorar el bienestar social de la colectividad en general. Las distintas polticas
presentes en el territorio (sanidad, educacin, desarrollo econmico, ayuda social, transporte, cultura, etc.) presentan una lgica de intervencin excesivamente
sectorizada, cuando son precisamente las interacciones entre esas polticas y sus
efectos las que construyen las dinmicas sociales y econmicas en cuyo seno se
dan los procesos de exclusin e insercin, afectando a personas y colectivos.
En este sentido, podramos decir que la llamada poltica social, a la que se
acostumbran a confiar las respuestas a la exclusin, tiene algo de ficcin terica,
ya que son el conjunto de los distintos aspectos vitales los que contribuyen o no
Insercin laboral
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Competencias de las
personas
Relaciones sociales
Las distintas
polticas presentes
en el territorio presentan una lgica
de intervencin
excesivamente
sectorizada
a crear y nutrir las relaciones sociales que estn en la base de las alternativas
de inclusin. Precisamente por todo ello, es difcil imaginar que se puedan dar
respuestas reales, y en la lnea que aqu defendemos, desde mbitos territoriales
muy amplios en los que se pierda el sentido de comunidad y de responsabilidad
colectiva. Si hablamos de flexibilidad, de integralidad, de implicacin colectiva,
de comunidad y de inteligencia emocional, deberemos acudir al mbito local mbito local
para encontrar el grado de proximidad necesario para que todo ello sea posible.
Y es precisamente en el mbito local en el que es ms posible introducir dinmicas de colaboracin pblico-sociedad civil, que permitan aprovechar los distintos recursos de unos y otros, y generar o potenciar los lazos comunitarios, el
llamado capital social, tan decisivo a la hora de asegurar dinmicas de inclusin Capital social
sostenibles en el tiempo y con garantas de generar autonoma y no dependencia,
aunque ello no tenga porque implicar la difuminacin de responsabilidades de
los poderes pblicos.
Sabemos tambin que la exclusin no es algo esttico y permanente. Por
tanto, si la exclusin conlleva un fuerte dinamismo, con entradas mltiples
y sbitas, las acciones de respuesta y las acciones pblicas deben tender hacia
procesos de prevencin, insercin y promocin, fortaleciendo y restableciendo
vnculos laborales, sociales, familiares y comunitarios. La lucha por la inclusin Inclusin
tiene mucho que ver con la creacin de lazos de relacin social. La labor de los
profesionales dedicados al tema, de los poderes pblicos y de las entidades o
asociaciones que trabajan en ella, ha de basarse en la puesta en contacto con
la persona o el colectivo; ayudar a que se reconozca; a que se reconcilie con su
imagen; a trabajar con las relaciones de la persona, partiendo de los mbitos ms
privados (nios, familias, etc.), hasta los espacios pblicos (vecindario, comunidad, barrio, ciudad) y las instituciones y entidades (escuelas, empresas, asociaciones, poderes pblicos, etc.). De esta manera, la inclusin implica reconstruir
su condicin de actor social.
Se habla de
Esto exige conocer los recursos del medio, para movilizarlos y aprovechar- coproduccin de
los. De esta manera, no slo se consigue que el proceso de inclusin sea un pro- los procesos de
ceso de reconstruccin de lazos y de relaciones, sino que sea tambin un proceso inclusin, en la
compartido, no estrictamente profesionalizado, y que adems permita que el en- que unos y otros
torno social, la comunidad, reconozca los problemas que generan exclusin, con- asumen el riesgo
virtiendo el problema de unos pocos en un debate pblico que concierna a todos. de recrear lazos,
Por ello, se habla de coproduccin de los procesos de inclusin, en la que unos de recuperar vny otros asumen el riesgo de recrear lazos, de recuperar vnculos. Todo ello sin culos.
que sea posible, en una dinmica como la que apuntamos, anticipar demasiado
los planes de accin y fijar resultados de antemano, ya que de la misma manera
que la exclusin ha sido fruto de una multiplicidad de hechos y de situaciones,
tambin la inclusin deber ser objeto de una bsqueda en la accin.
Finalmente, si la lucha contra la exclusin tiene que abordarse desde formas
de hacer que habiliten y capaciten a las personas, las polticas pblicas debern
orientarse a incorporar procesos e instrumentos de participacin, de activacin
de roles personales y comunitarios, y de fortalecimiento del capital humano y social. La inclusin no puede ser concebida como una aventura personal, en la que
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