Marc Richir - El Sentido de La Fenomenología
Marc Richir - El Sentido de La Fenomenología
Marc Richir - El Sentido de La Fenomenología
e-ISSN: 1885-1088
EL SENTIDO DE LA FENOMENOLOGA*
Marc Richir
Universit Libre de Bruxelles / FNRS, Blgica
france.grenier-richir@wanadoo.fr
Abstract: The present paper takes as its starting point the commentary of a text included in
Paragraph 5 of the General Appendix to the
Logical
Investigations
(Logische
Untersuchungen). Hinging on that text we bring
the husserlian concept of phenomenon (never
really grasped in all its depth by Heidegger) to
the fore, and some apories regarding eidetic
variation are posed as they are to be found in
Erfahrung und Urteil, as well as others pertaining to the problem of inner perception which, in
non-standard phenomenology, as it results
from such apories, is to be construed as a contact of the self with itself, already implied in the
idea of Nachschwimmen which the referred
appendix by Husserl puts forward.
We then turn our attention to a preview of what we take to be (according to a
proposal by J.T. Desanti) non standard phenomenology, thereby sketching some of its
fundamental concepts and the way in which
they are intertwined and interspersed with the
spirit (but not with the words per se) of Husserls phenomenology, the former being but a
modulation of genealogical phenomenology,
that is, a version which takes the structure of
the correlation ego-cogito-cogitatum or, for that
matter, that of noesis-hyl-nema to rely on
deeper structures (not of an eidetic nature, but
rather on schematic ones).
We are then dealing, basically, with the realm
of affectiveness (neither intentional nor taken
as self-affection), a domain which corresponds
to the non-figurative (nor figurable) dimension
of
experience,
dimension
whose
phenomenalization opens up what we call hyperbolic phenomenological epoje, in which
phantasia, affectivity and schematism play a
fundamental role
Keywords: Phenomenon, Vorbild, Nachbild,
interfacticity, schematism, self-contact, nothing
but phenomenon, affectivity, phantasia, hyperbolic epoch, architectonical reduction.
* NdT: Marc Richir, Le sens de la phenomenologie, en Carlo Ierna / Hanne Jacobs / Filip Mattens
(eds.), Philosophy, Phenomenology, Sciences. Essays in Commemoration of Edmund Husserl, Dordrecht,
Springer, 2010, Serie Phaenomenologica, Vol. 200, XIII.
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1.
1. EL FENMENO DE LA FENOMENOLOGA Y SUS DIFICULTADES EN HUSSERL
Entre los innmeros textos donde Husserl hace balance de la fenomenologa, existe uno, especialmente significativo, y que tomaremos como punto de
arranque: se trata de un texto impreso en caracteres pequeos e insertado en
el 5 del Apndice general a las Investigaciones lgicas, publicado despus de
la sexta tomaremos la versin de la segunda edicin, de 1920 El texto es importante por cuanto queda claramente establecida la distincin entre, de un
lado la aparicin (Erscheinung) y lo apareciente (Erscheinende) y, de otro, el
fenmeno (Phnomen).
Empieza Husserl explicando que el concepto originario de aparicin (pensando, sin duda, en el phainomenon) es el relativo a la aparicin del apareciente o del apareciente bajo el modo, posible, de lo intuitivo (Anschaulich) como
tal. Prosigue, al punto, alegando que
si se tiene en cuenta el hecho de que vivencias de toda especie (entre las cuales tambin estn las vivencias de la intuicin externa cuyos objetos se denominan, a su vez,
apariciones externas) pueden volverse objeto de intuiciones reflexivas, internas, entonces todas las vivencias en la unidad de vivencia de un Yo [deben] denominarse
fenmenos: es entonces la fenomenologa aquella teora (Lehre) de las vivencias en
general, incluidos todos los datos atestables con evidencia en vivencias no slo reales
(reellen), sino tambin intencionales. La fenomenologa pura es entonces la teora
eidtica (Wesenslehre) de los fenmenos puros, fenmenos de la conciencia pura
de un Yo puro. Y esto conlleva la poch (fenomenolgica) de toda posicin cmplice
de la posicin del ser y de los entes del mundo, es decir, conlleva la reduccin fenomenolgica.1
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Edmund Husserl, Logische Untersuchungen, Halle, Max Niemeyer Verlag, 1920, pp. 235s.
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Es este el sentido prosigue Husserl en el que cabe hablar de fenomenologa pura. No se trata de hechos y leyes psicolgicas sino de posibilidades
puras y necesidades relativas a alguna forma de cogito puro, a saber segn
sus contenidos reales (reellen) e intencionales o segn sus conexiones a priori
posibles con otras formas de este tipo dentro de una conexin de conciencia
posible idealiter en general.
Este texto, tan denso, presenta la ventaja de tocar, como de pasada, los
caracteres y las dificultades de la fenomenologa tal como la concibe Husserl:
en primer lugar, qu ocurre con los datos de la intuicin (notemos que Husserl utiliza Intuition y no Anschanung) interna, que tambin denomina, en
otros pasajes, percepcin interna, y qu ocurre, sobre todo, con esta ltima,
en qu sentido es adecuada? Y, para seguir, qu significa investigacin (o
anlisis) eidtico, en qu es, y en un mismo movimiento, descriptiva y apririca, refirindose a la par tanto a la vivencia como a la ideacin (denominada
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esencia que se ha de decantar por anlisis est ya en funcin o fungiendo (fungierend), as sea operando (leistend) desde su potencialidad. Ello entraa una
circularidad irreductible lo cual ya de por s constituye una dificultad que
Husserl disimula aqu (como suele) distinguiendo el a priori descriptivo que
asegura la necesaria referencia a tal o cual ejemplo efectivamente invocado en
la percepcin o en la imaginacin, de la ideacin, la Wesensschau que es, en
stas, suerte de intuicin de la esencia como ncleo de congruencia de todos
los ejemplos posibles de la variacin, y ello a pesar de que, al fin y al cabo, dicho ncleo ya siempre estuvo en obra desde el comienzo, aunque fuera de modo implcito.
La segunda dificultad reside en el hecho de que, en principio, toda variacin, si pretende ser de veras eidtica, ha de ser infinita, de suerte que el Yo
que, para operar la variacin, imagina, est, a su vez, gespalten, dividido entre
un Yo imaginario que se imagina dentro de tal o cual situacin imaginaria y el
Yo real confrontado hic et nunc con tal o cual ejemplo concreto, como si pudiese el propio Yo suspenderse a s mismo al infinito, colocarse en poch en
infinidad de variantes y as reducir la facticidad de su cogito, sum, englobando
as cualquier otro Yo posible e imaginable. Repararemos en que ser precisamente a raz de ello por lo que Husserl hablar de Yo puro, o incluso, en Meditaciones cartesianas, de un eidos ego. Ahora bien, acaso puedo llegar a imaginarme a m mismo de nio o beb, o como un marciano en el aqu y el ahora
del ejercicio de la variacin? Sabemos que Husserl pens haber resuelto esta
dificultad identificando subjetividad transcendental con intersubjetividad transcendental. Sin embargo, en la medida en que ello coincide, una vez ms de
modo circular, con la presuposicin de la unidad y de la universalidad racional
de la eidtica, y en la medida en que consideramos que la facticidad del ego
ejecutivo en el ego cogito es en realidad irreductible, sostendremos, por nuestra parte, que el concepto husserliano de Yo puro transcendental es, de hecho,
un condensado simblico de la interfacticidad transcendental, es decir, del ideal
transcendental de la eidtica; ideal transcendental que no puede entenderse, a
menos de incurrir en ilusin transcendental, como implicando su absoluta existencia. Existencia desbordada, por lo dems, y de modo infinito, por la interfacticidad transcendental, por cuanto sta es co-existencia transcendental de facti-
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cidades
ante
todo
transposibles
las
unas
respecto
de
las
otras
transposibles, es decir, precisamente ms all de toda eidtica. Efectivamente, lo que los seres humanos se dicen, no por estar ms all de lo que
puede recoger una esencia intencional, resulta, ipso facto, insignificante. Sin
embargo, si bien la eidtica queda, de esta suerte, relativizada, situada en un
registro arquitectnico propio, no por ello se la suprime si reparamos en que la
infinidad de las variaciones son infinidades potenciales de egos fcticos al infinito, y dentro de la interfacticidad transcendental; y ello teniendo en cuenta la
plena actualidad del mundo y siendo el campo de la racionalidad operativa
ejemplo de invariante eidtico universal, limitado a toda conciencia intencional
lo cual no quiere decir que la propia Wesensschau en cuestin, suponiendo
que pudiera ser actualizada, sea ella misma intencional. Es ms bien, y para
todo ego fctico (finito), una idea regulativa que abre el horizonte de tal o cual
variacin y el de la variacin en general.
Comoquiera que sea, en lo que la aproxima al ideal transcendental, la eidtica sera un pura y simple trasunto de la clsica substruccin metafsica (luego
no fenomenolgica) de no estar fundada sobre la variacin, es decir, sobre
ejemplos. Aparte de la circularidad que entraa saber que un ejemplo es cualquiera, an persiste una dificultad correlativa: la de poder fijarlos, y fijarlos de
tal manera que abran a la variacin. Autntica dificultad puesto que se trata de
vivencias fenomenolgicamente reducidas, es decir, tomadas dentro de la unidad del flujo de la conciencia que es, en ltimo trmino, unidad del tiempo interno fenomenolgico como decurso [coulement] continuo del presente. Qu
nos garantiza que tal o cual vivencia (para Husserl: tal o cual fenmeno) est
adecuadamente percibida (intuida), que no se inmiscuya una parte de ilusin
en dicha percepcin? Y ello toda vez que siempre segn Husserl la vivencia
de tal percepcin es ella misma intencional, y comparte con ella la estructura
hyl-noesis-nema? Sabemos cul es la respuesta: esa percepcin es adecuada
(aunque irreductiblemente no saturada) en la medida en que su correlato intencional (su objeto) est realmente incluido (reell beschlossen)3 en el flujo
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Comprobamos que la percepcin interna, que debe procurarle a la fenomenologa husserliana su base, est ntimamente ligada a la temporalidad interna
(en presentes fluyentes 6 ) de las vivencias y comparte todas las aporas de
aqulla. Se entiende tambin por qu Husserl jams abandon el fondo de su
fenomenologa de la temporalidad, a saber, el de la continuidad, sin prdida ni
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NdT: Para esta distincin entre base y fundamento en Richir puede consultarse con provecho
el artculo de Ricardo Snchez Ortiz de Urbina: Introduccin a la estromatologa, Eikasa 40 (2011)
147-182.
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NdT: En realidad, me parece a m que la mejor traduccin al castellano de esta acepcin de rien
un rien que no es nant, que no es (la) Nada sera el trmino, a da de hoy cado en desuso, de
nonada: minucia que, con ser casi nada no es, sin embargo, pura nada sino, precisamente (no)nada.
En cualquier caso, e independientemente de hallazgos de traduccin ms o menos felices, lo importante
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espacio y de tiempo, y que, por otro lado, en y por desajuste, la intuicin que
all se insina (cuando se da) no comporta nada figurable, nada fijo o estable
por intuir. Lo figurable como objeto de intuicin (Anschauung) es slo, en
ciertos casos (como, por ejemplo, los de percepcin o imaginacin de un objeto) la parte visible del correlato noemtico. Ni siquiera la hyl es analizable
(por ejemplo como Empfindung, sensacin) si no es a sobrehaz del correlato
noemtico, por abstraccin respecto del todo hilemrfico intencional. Y sostener
que tanto la conciencia en general, as como la conciencia de s ms arcaica,
resultan infigurables, no equivale, claro est, a sostener que estn vacas. En el
fondo, por retomar los trminos de Husserl, la vivencia (o, segn l
recordmoslo de nuevo el fenmeno) no es adecuadamente aprehensible
(saisissable); no lo es, en todo caso, en su plena unidad, sino slo como
forma, en s misma puramente relativa y transitoria, de unidad temporal, limitada por la unidad de una nesis, de una mencin intencional [vise intentionnelle]. La particin [dcoupage] 9 de los fenmenos segn Husserl es, como
vemos, particin mediante actos intencionales que, segn l, son, vez a vez,
unidades temporales o, en cierto modo, series convergentes de tales unidades temporales (por ejemplo, en el caso de la percepcin de objetos externos a
la conciencia) ahora bien, jams, al menos que sepamos, logr Husserl obtener (genticamente) tal particin de manera realmente intrnseca. Para lograrlo, es preciso pasar, tal y como hemos tratado de mostrar en otros lugares, por
es hacerse cargo de que Richir establece una clara distincin entre Nant y rien. Por eso, he decidido, en ocasiones, reservando nada o la Nada para nant, usar, cuando no es muy pesado sintcticamente, nonada para rien. Nonada o (no)nada porque se trata de un rien que no es nada
aunque apenas sea, como tambin se dice, nada de nada, minucia como decamos ms arriba o,
como le gustaba decir a Ramn Gmez de la Serna (es una palabra que aparece en no pocas gregueras), ardite. La greguera apunta, de hecho, a un rien que phnomne (Cfr. Pablo Posada Varela
Introduccin a Variaciones II y a otros aspectos de la fenomenologa de Marc Richir.pdf , Eikasa 40
(2011) 357-442, sobre todo el apartado 3.1. titulado Excurso greguerstico sobre la morfologa de la
afeccin sublime: en eco a La acinesia y el corazn (marzo de 1935) de Ramn Gmez de la Serna
(pp. 404-412).
Rien es acaso algo menos que un algo (sin por ello ser pura nada o confundirse con la Nada).
En cualquier caso, la tradicin de traduccin de Richir al castellano est an en ciernes y no hay y quiz
no deba haberlo nunca nada establecido. Rien aparece continuamente en el trmino tcnico richiriano
Rien que phnomne, que ha sido traducido, las ms veces, por nada sino fenmeno pero tambin
cabra considerar otras posibilidades como nada ms que fenmeno o incluso expresiones sintcticamente ms giles como nada de fenmeno como propone Dragana Jeleni o incluso nonada de
fenmeno. Acaso (un) rien despace et de temps s admita una traduccin ms clara por nonada de
espacio y de tiempo o (no)nada de espacio y de tiempo. En cualquier caso, el rien en juego en ambas expresiones rien despace et de temps y rien que phnomne mienta exactamente lo mismo.
Otro problema de traduccin lo plantea el trmino se rflechir, que en ocasiones traduzco por reflexionar, se refleja, o incluso reverbera.
9
NdT: Particin no es, por desgracia, todo lo exacta que debiera; pero parece poco adecuado, y
no slo por la triste tesitura poltico-econmica actual, elegir recorte para traducir dcoupage aunque
s se imponga y valga recortar para dcouper.
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NdT: Para vislumbrar la gnesis del concepto de esquematismo en Richir, ms all de la acepcin
kantiana (volvemos sobre ello en una NdT posterior): Cfr. Le rien enroul. Esquisse d'une pense de
la phnomnalisation.pdf, Textures 7-8 (1970) 3-24; Pour une cosmologie de l'hourloupe.pdf, Critique
298 (1972) 228-253. Sin olvidar Phnomnalisation, distorsion, logologie. Essai sur la dernire pense
de Merleau-Ponty.pdf, Textures 4-5 (1972) 63-114. Se pueden consultar tambin los trabajos siguientes: Sacha Carlson, L'essence du phnomne. La pense de Marc Richir face la tradition
phnomnologique.pdf (Mmoire de licence, U.C.L, 1997, publicada en la revista Eikasia (2010) y Robert
Alexander: La refondation richirienne de la phnomnologie.pdf (Thse de doctorat, presentada en noviembre de 2011 en la Universit de Toulouse).
11
NdT: Cfr. Marc Richir, Imaginacin y Phantasa en Husserl, Eikasa 40 (2011) 35-54.
12
NdT: Cfr. Marc Richir, Flou perceptif et flou eidtique.pdf, en Bertrand Roug (ed.), Vagues figures ou Les promesses du flou: actes du septime colloque du CICADA, Pau, Publications de l'Universit
de Pau, 1999.
13
NdT: Cfr. Marc Richir, Le tiers indiscret. Ebauche de phnomnologie gntique.pdf, Archivio di
Filosofia (2007) 169-173. Tambin se puede consultar el extraordinario artculo de Lus Antonio Umbelino: Sobre a Stimmung. Biranismo e Fenomenologia.pdf, Arbor, vol. CLXXXV, 736 (2009) 437-448.
14
NdT: Cfr. Marc Richir, Schwingung y fenomenalizacin. (Heidegger, Fink, Husserl, Patocka), Eikasa 40 (2011) 483-500 y Pablo Posada Varela, Fenmeno, concepto, concrecin: el quehacer fenomenolgico richiriano (A modo de introduccin a Schwingung y fenomenalizacin de Marc Richir), Eikasa
40 (2011) 449-482.
15
Fue as como, en una conversacin, caracterizaba J. T. Desanti, nuestra forma de hacer fenomenologa.
16
NdT: Este artculo de Marc Richir puede entenderse tambin como un ensayo de presentacin de
esta fenomenologa no estndar: La refundicin de la fenomenologa, Eikasa 40 (2011) 73-92).
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17
NdT: Cfr. Marc Richir "Aperception de l'individu et etre-au-monde".pdf, Kairos 2 (1991) 151-186.
NdT: Cfr. Marc Richir Sobre los fenmenos de lenguaje", Eikasa 34 (2010) 405-417; TempsEspace, Proto-temps:Proto-espace".pdf, Ousia (1992) 135-164; Discontinuits et ryhtmes des dures.
Abstraction et concrtion de la conscience du temps".pdf, Kime (1996) 93-110.,
19
NdT: Encontramos una exposicin de estos dos conceptos en los siguientes artculos de Marc Richir: Phnomnologie, mtaphysique et poitique.pdf, Etudes phnomnologiques 5-6 (1987) 75-109;
Passion du penser et pluralit phnomnologique des mondes.pdf, Epokh 2 (1991) 113-173; Sens et
histoire.pdf, Kairos 3 (1992) 121-151; y, por ltimo, Vie et mort et phnomnologie.pdf, Alter 2
(1994) 333-365.
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NdT: En punto a la arquitectnica del s mismo puede consultarse el siguiente texto: Marc Richir,
Analtica arquitectnica de la gnesis fenomenolgico-transcendental del s mismo (escorzo), Eikasa
34 (2010) 459-471; as como Pablo Posada Varela, Presentacin de la Analtica arquitectnica de la
gnesis fenomenolgico-transcendental del s mismo en el contexto de las Variaciones sobre el s mismo y lo sublime, Eikasa 40 (2011) 439-458).
21
NdT: La obra de Richir en la que se ofrece una interpretacin fenomenolgica ms detenida de la
doctrina fichteana del Anstoss es: Le rien et son apparence, Bruselas, Ousia, 1979.
22
NdT: Este movimiento desde la afectividad (proto-ontolgica) al esquematismo, mediado por los
horizontes (tanto esquemticos como afectivos proto-ontolgicos) de pasado y futuro transcendentales, as como la ntima relacin de todo ello con la Einfhlung en su sentido ms profundo lo traza el
texto de Richir: Sobre las dos versiones de la transcendencia absoluta, Eikasia 40 (2011) 607-610).
Encontramos un comentario a este texto en Pablo Posada Varela Introduccin a Variaciones II y a
otros aspectos de la fenomenologa de Marc Richir.pdf.
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ente o siquiera no ente, nada presenta la estabilidad de la ousa). Y sin embargo, no se trata, pura y simplemente, de nada (de la Nada pura y simple), sino
de algo, de una Sache que tiene su Sachlichkeit propia, una concretud del
todo infigurable. No otra es, sin lugar a dudas, la cosa misma, die Sache
selbst de la fenomenologa.
Es as, en cualquier caso, como puede entenderse la gnesis fenomenolgica intrnseca de la particin [dcoupage] de los fenmenos en vivencias. Comoquiera que toda vivencia es clsicamente portadora de intencionalidad y toda
intencionalidad mencin de una (o varias) significatividad(es), la particin de
las vivencias tiene lugar por obra de la tales significatividades, remitidas a significaciones (Bedeutungen) o conceptos de lengua, es decir a seres (Wesen)
de lengua23. Hay, en Husserl, circularidad entre lo ante-predicativo y lo predicativo. Sin embargo, no hay lengua sin lenguaje (en trminos clsicos: sin pensamiento) y ste, lejos de saltar de una significacin a otra encadenndolas en
una sucesin de presentes (intencionales), se temporaliza, a su vez, en presencia sin presente asignable (de distinto modo al observado por parada del movimiento de temporalizacin sobre tal o cual significacin dado que esta parada
tiene el efecto de hacerle perder al lenguaje un sentido, el suyo, que no es en s
mismo intencional segn su acepcin clsica, y en busca del cual parte el propio
movimiento del lenguaje). Se trata, aqu, de otro rgimen de temporalizacin y,
por tanto, de otro rgimen de vida de la conciencia, donde la vivencia recobra
de un modo distinto toda su fluidez y fugacidad. En el lugar de los Sinngebilde
fijados y sedimentados, recortados por lo que denominamos institucin simblica24 del lenguaje en lengua y, asimismo, en el lugar de un ego puro que, en la
ilusin de ser un solus ipse, supuestamente se hallase, a cada paso, frente a
algo as como la lengua, nos las habemos, por el contrario, con la Sinnbildung
en lenguaje, que se maneja mal que bien con los medios de la lengua, y que
pone irreductiblemente en juego la interfacticidad transcendental en el intercambio mvil y lbil de los jirones de sentido [lambeaux de sens] en el seno de
la bsqueda del sentido como bsqueda de la ipseidad del sentido. Ello entraa
23
NdT: Cfr. Marc Richir, Phnomnologie et institution symbolique.pdf, Grenoble, Jrme Millon,
1988.
24
NdT: Cfr. Marc Richir, Sobre el concepto de institucin simblica. (Liminar a La Experiencia del
pensar), Eikasia 40 (2011) 119-128. Tambin, a este respecto, Jolle Mesnil, Aspects de la
phnomnologie contemporaine. Vers une phnomnologie non symbolique.pdf, Lart du comprendre 3
(1995) 112-129.
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pero sera demasiado largo de mostrar aqu que la temporalizacin en presencia del sentido de lenguaje procede de esquematismos fenomenolgicos que
se caracterizan tanto por la reflexividad en movimiento del sentido como por la
falta de linearidad homognea de la fase de presencia a distinguir rigurosamente de la fase de presente husserliana dentro de la cual se hace un sentido
que, sin embargo, no se reparte, como por saltos sucesivos, entre significaciones25. Si a travs de ello damos de nuevo con el contacto de s consigo de la
conciencia de s ms arcaica, ello ocurre en la medida en que el sentido no
puede hacerse solo, y por cuanto, efectivamente, hace falta alguien que lo haga
o ms bien que ayude al parto de s mismo en que consiste ese hacer, luego
hace falta un s mismo cuya ipseidad, sin confundirse con la ipseidad del sentido, asista sin embargo (a)26 esta ltima. Por decirlo de otro modo, no es el s
mismo fautor del sentido quien se auto-explicita en el trance, sino antes bien el
ipse del sentido aquello que es llevado a vivirse desde s mismo en la interfacticidad transcendental a travs de tal o cual s mismo, extra-esquemtico y resultado de una condensacin afectiva, pero tambin s mismo irreductiblemente
sumido, desde siempre y por siempre, en la interfacticidad transcendental la
secesin de ambos s mismos conlleva la continua remanencia, en la temporalizacin en presencia del sentido, de lo sublime en funcin27 pues slo este
ltimo tiene por efecto la condensacin de la afectividad en torno a lo que Husserl llamaba un aqu absoluto. A este respecto, la paradoja de la interfacticidad
transcendental consiste, por lo dems, en la coexistencia originaria de una
pluralidad de absolutos como pluralidad de aques absolutos. Slo en ellos y a
su travs, bajo la forma de sedes [siges] de una chra que los mantiene
unidos, puede tener lugar la circulacin de los jirones de sentido.
El sentido como repitmoslo no intencional no es exclusivamente sentido
de s mismo, sino tambin de algo otro que s, y que es su referente. Si, por
lo dems, entendemos soslayar la especie fenomenolgicamente absurda de
25
NdT: La clara e ilustrativa exposicin de Lszl Tengelyi, La formation de sens comme
vnement.pdf, Eikasia 34 (2010) 149-172; La formacion de sentido como acontecimiento, Eikasia 34
(2010) 173-198.
26
NdT: Aqu juega Richir con los dos sentidos transitivo e intransitivo de asistir: asistir a como espectar, y asistir como prestar asistencia. Se puede consultar una explicitacin de este doble
sentido en el texto El estatuto fenomenolgico del fenomenlogo, Eikasia 40 (2011) 105-118. Para las
repercusiones de esta distincin (fundamentalmente por lo que hace a la articulacin entre lo afectivoproto-ontolgico y lo esquemtico), tambin puede consultarse el texto Sobre las dos versiones de la
transcendencia absoluta, Eikasia 40 (2011) 607-610.
27
Sera, aqu, demasiado largo de mostrar.
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una suerte de creacin absoluta de sentido a partir de algo radicalmente amorfo, y si buscamos comprender de veras la naturaleza esquemtica del lenguaje, entonces se impone admitir que dicho referente es tambin, por su parte, de
naturaleza esquemtica, esto es, que el esquematismo de lenguaje se limita a
retomar el esquematismo fuera de lenguaje introduciendo en l reflexividad (y
no reflexin en sentido clsico) esquematismo que, para nosotros, lo es de
fenmenos-de-mundo fuera de lenguaje. Va de suyo que tanto los fenmenos
fuera de lenguaje como los fenmenos de lenguaje son infigurables, comportan
una parte irreductible e inubicable de indeterminacin y son, en ese sentido,
profundamente inestables, desde siempre y por siempre incoativos pero no por
ello dispersos en un caos puro y simple. As pues, constituyen la Sache selbst
de la fenomenologa, con la salvedad de el rgano de esta ltima no es ya ni
la intuicin interna, ni la intuicin eidtica, sino el contacto con la cosa los
fenmenos en y por desajuste como nonada28 de espacio y de tiempo29. Por
consiguiente, los fenmenos no pueden ya, por regla general, ser asimilados a
vivencias, por fenomenolgicamente reducidas que estn (excepto dentro del
registro arquitectnico restringido en que se mueven la mayora de los anlisis
intencionales de Husserl). As y todo, los fenmenos s son, en cierto modo,
accesibles a partir de las vivencias, pero slo a condicin de descender a sus
profundidades, hasta dar con aquello que, precisamente, no es vivenciado de
forma explcita y actual por una conciencia. Este descenso slo es fenomenolgicamente posible mediante la puesta en marcha de la epoj fenomenolgica hiperblica que, poniendo en suspenso las determinidades (dterminits)
resultantes de la institucin simblica, pone tambin en suspenso, de un mismo
movimiento, las determinidades propias de la intencionalidad, y de las significatividades en particular. De este modo, queda la lengua puesta entre parntesis
y la atencin bascula hacia las zonas de indeterminacin que juegan en el fondo
de las significaciones, luego hacia los sentidos de lenguaje y los esquematismos
donde tales sentidos doblemente articulados a la interfacticidad transcendental y al esquematismo fuera de lenguaje se temporalizan en presencia. De
28
NdT: Y en eco a una NdT anterior, como nonada de espacio y de tiempo / como (no)nada(s)
de espacio y de tiempo.
29
NdT: Para la cuestin del tacto interno (Maine de Biran) como rgano fenomenologizante
fundamental: Cfr. El estatuto fenomenolgico del fenomenlogo. As como: La refundicin de la fenomenologa, y para la recepcin (no henryana) de Maine de Biran por parte de Richir el certero artculo
de Lus Antonio Umbelino, op. cit.
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este modo, ocurre tambin que las vivencias intencionales como unidades temporales (fases de presente) se ven desindividuadas y los fenmenos se fenomenalizan, en su estructura, como relaciones mviles y fluyentes entre el s
mismo del fenomenlogo y la ipseidad de los sentidos hacindose30, y donde
ambas instancias pertenecen al mbito de lo infigurable as como la interfacticidad transcendental y el esquematismo fuera de lenguaje. As, nos las hemos
aqu con una relacin del todo distinta, la ms arcaica sin lugar a dudas, entre
cogito y cogitatum, y donde este ltimo no puede ser ya objeto (provisto de
significatividad) sino slo sentido virtualmente habitado por sentidos transposibles circulando, fuera de la conciencia, por la interfacticidad transcendental.
Interfacticidad transcendental que de igual manera permanece secretamente
habitada por los dems s mismos, y ello en virtud tanto de la pluralidad de
sentidos posibles pero implcitos en tal o cual sentido hacindose, como de la
pluralidad a priori indeterminada de sentidos transposibles y por entero virtuales que, de forma lateral, juegan fuera de presencia y desde los dems s mismos de la interfacticidad transcendental. As pues, la conciencia de s ms
arcaica es el contacto de s consigo, en y por desajuste como (no)nada de espacio y de tiempo, conciencia de ese s mismo que, sin que le haga falta reflexionar mediante tal o cual acto de reflexin, acompaa al sentido hacindose, lo asiste en su parto y asiste a l sin cesar, por ello, de mantener ese contacto (paradjico) con el sentido. La fenomenologa, descendida as a las profundidades, no es, al cabo, otra cosa que cualquier quehacer de sentido acompaando sentidos hacindose y donde el s mismo acompaante no es, repitmoslo, sino una suerte de condensado de afectividad que, en virtud de lo
sublime (al menos en funcin) ha quedado desajustado respecto de los desajustes propiamente esquemticos31. Por lo mismo, los fenmenos resultan definitivamente irreductibles a la subjetividad como estructura auto-reflexiva y
auto-afectiva homognea. Incluso son, en su gran mayora, inconscientes32;
buena parte de los esquematismos (en y fuera de lenguaje) y de las modulaciones afectivas que los habitan estn incansablemente en accin sin que la
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conciencia lo advierta y por ese flanco, un acceso fenomenolgico ms coherente a los varios casos de psicopatologas 33 se hace posible, arrastrando
consigo la necesidad de una refundicin completa de la antropologa fenomenolgica34. Huelga sealar que, por otro lado, el estatuto de la epistemologa
adquiere un nuevo sentido pues se tratar ahora del anlisis fenomenolgico de
tal o cual institucin simblica del saber, donde el acento se pondr no ya sobre
las determinidades conceptuales, sino antes bien sobre las indeterminidades
que las habitan y que hacen que el saber no sea pura y simple autoconstruccin, sino elaboracin simblica que toca con una Sache, su referente.
Tambin ah es la relacin a la Sache lo que est en cuestin.
Ciertamente, ni la evidencia de la intuicin interna (del cogitatum en la
cogitatio del cogito), ni la evidencia eidtica son ya aquello que sirve de fundamento a la fenomenologa como ciencia (Husserl), sino que es el tacto interior, el contacto en y por desajuste con la Sache lo que puede, si bien no garantizar o asegurar, acaso s guiar el sentido fenomenolgico en su ejercicio, sin
que pueda ya hablarse de ciencia, sino antes bien de una suerte particular de
arte donde el poder (Vermgen) central reside en la facultad de juzgar reflexionante en sentido kantiano35, es decir, en una suerte muy particular de
olfato inteligente situado entre los escollos de la construccin intelectual y de
la representacin imaginaria donde el contacto se pierde por cuanto ambas no
lo son ms que de s mismas y ponerlo de manifiesto es, asimismo, tarea de
la fenomenologa.
A tenor de todo esto se habr comprendido que, para nosotros, la fenomenologa ya no puede aspirar al papel de reina de las ciencias, sino ms bien al
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NdT: Cfr. Marc Richir: Phnomnologie et psychiatrie. D'une division interne la Stimmung.pdf, Etudes phnomnologiques 15 (1992) 87-117 -el Avant-propos de este nmero de la revista
tambin es de Richir. Cfr. Tambin la ltima parte del artculo La question du vcu en
phnomnologie.pdf. Ver tambin el artculo de Lus Antonio Umbelino, op. cit.
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NdT: Cfr. el importante artculo de Marc Richir: Mtaphysique et phnomnologie. Prolgomnes
pour une anthropologie phnomnologique.pdf, en E. Escoubas et B. Waldenfels (eds.), Phnomnologie franaise et phnomnologie allemande, Paris, L'Harmattan, 2000, pp. 103-128. Cabe tambin citar
este artculo en el registro auto-expositivo del artculo que nos ocupa, pues contiene una de las presentaciones ms acabadas de la reduccin arquitectnica (en clave de refundicin de la fenomenologa).
Puede tambin consultarse el trabajo de Jolle Mesnil: L'anthropologie phnomnologique de Marc Richir.pdf, Revue Internationale de psychopathologie 16 (1994) 643-664.
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NdT: Para una gnesis del concepto richiriano de esquematismo fenomenolgico en su relacin
con el esquematismo kantiano en su versin de reflexividad sin concepto (que es uno de los sentidos del
esquematismo en Richir), Cfr. Marc Richir, L'origine phnomnologique de la pense.pdf, La libert de
lesprit (1984). Desarrollos ms recientes de esa relacin los encontramos en Phnomnologie et
posie.pdf, Serta. Revista iberorromnica de poesa y pensamiento potico 4 (1999) 407-420. Por ltimo, la parte introductoria de la obra Phnomnes, temps et tres I. Ontologie et phnomnologie.pdf
(Grenoble, Jrme Millon, 1987).
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MARC RICHIR
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