Un Grito Oscuro
Un Grito Oscuro
Un Grito Oscuro
Deca que nosotros eliminamos la torpeza en el arte de amar. Desde la noche oscura de los
tiempos estamos observando el comportamiento de tu raza y ahora, despus de haber sacado
inconfesables conclusiones, sabemos cmo proceder.
Podemos eludir hbilmente cualquier trampa, cualquier artificio: conocemos la forma de la
estaca.
Nos llaman seres de oscuridad. Somos, aunque cueste creerlo, seres de luz.
Ahora, entonces, ech tu cabeza hacia atrs. Eso. Apart el pelo de tu cuello. As. Oigo a tu
piel angustiada pidiendo el filo de este beso.
Alguna vez te besaron as?
Tu cuerpo se est sacudiendo. Es placer. No tiembles.
As.
Eso es.
Mis labios se posan sobre esta superficie muda.
Ahora veo con claridad lo que asoma en la superficie de tu cuello. La piel se abre ante mi
vista y quedo yo atrapado en ella. Tu perfume se desprende cuando hago as con esta mano.
Mi mano sobre tu piel. Mis labios sobre tu piel. Mi aliento espesndose en la herida que mi
beso crea en tu piel. As.
Relaj los brazos. A los costados del cuerpo.
Ahora puedo abrazarte. Puedo tomarte entre mis brazos. La cabeza ms atrs. Eso.
La sangre fluye por los dos tenues orificios abiertos en la tensa superficie de tu cuello. Bebo la
sangre. Me crucifico en tu lquido. Mana la sangre como man por el costado de Cristo. Mi
boca es el cliz que la recoge. No intentes escapar. El dolor va cediendo. Y tuyo es el orgasmo.
As.
Sobre mi cuerpo dej descansar el tuyo. Se te concede el deseo. El ltimo. Tu deseo. Mi grito
se ahoga en tu sangre. Bebo tu sangre. Oscura. Mi grito se oscurece. Soy ahora un grito
oscuro envuelto en tu sangre. El soldado que recibe la sangre de Cristo. El soldado que
atraves el costado del cuerpo. Soy, siempre soy, aquel soldado recibiendo en mi paladar
inundado de tinieblas la sangre de todos los hombres crucificados.
Hay que esperar. La sangre paralizar su camino dentro de tu cuerpo. El pulso se acelerar
hasta el silencio. La noche se har da y entonces todo habr concluido.
Repet: Ahora veo con claridad lo que asoma en la superficie de tu cuello. La piel se abre
ante mi vista y quedo yo atrapado en ella. Tu perfume se desprende cuando hago as con esta
mano.
Bien.
Ahora dirigirs tus pasos hacia aquel hombre, o hacia aquella mujer. Pasaron las ltimas noches
llamndonos.
S. Aquel.
O aquella.
Y ahora es tiempo. Te acercars y acariciando el cuello desgranars con violencia lo que oste.
Es tu hora. Adelante.
Que as sea.
ALEJANDRO TANTANIAN.
BUENOS AIRES,
FEBRERO DE 1998.
Un Grito Oscuro
Alejandro Tantanian / 2