Conversaciones Con Eduardo Souto de Moura Xavier
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Conversaciones Con Eduardo Souto de Moura Xavier
Xavier Gell
Xavier Gell: En las distintas ocasiones en las que nos hemos visto, me has hablado
de que te encontrabas en un momento de transicin, de cambio de lenguaje, y de
que la elegancia es perjudicial. Quisiera que me explicaras el cmo y el porqu de
esta necesidad de cambio. Otro aspecto que creo que te interesa y del cual no te
gusta hacer muchos comentarios es el de la escritura, el arquitecto como escritor.
Seguro que recuerdas una frase de Mies van der Rohe en la que dijo: Como no
soy escritor, me cuesta escribir. En el mismo tiempo habra dibujado un proyecto.
Esta frase est relacionada con una peticin de Hans Ritcher, editor de la revista
G, le formul a Mies, considerado en aquellos momentos entre 1923 y 1926 el
colaborador principal de la revista. Por qu no te gusta exponer tus pensamientos,
tus ideas mediante la escritura?
Eduardo Souto: Inicio la respuesta con la cita de un poeta que dice: solo la palabra exacta es de utilidad pblica. Yo soy arquitecto y carezco de los instrumentos
necesarios para escribir con exactitud. Estoy de acuerdo con esta cita, as que un
texto escrito por m debera ser til. Por lo tanto, desde ese momento, me siento casi
inhibido porque s que el texto de esta conversacin no va a ser operativo. Pienso
que quien no sabe expresarse con rigor, es mejor que no pierda el tiempo.
En relacin al tema del cambio, en realidad no es cierto que est cambiando;
lo que yo siento es la necesidad de cambiar. Y por qu? Porque ya llevo ms de
veinte aos de carrera profesional. Soy arquitecto y compruebo no se trata de
una comprobacin intelectual, sino el resultado de una observacin diaria de ms
de veinte aos que los procesos de transformacin tanto externos (por ejemplo
el cambio de los materiales, el acercamiento a otras tcnicas y a otros temas constructivos) como internos no s si por el agotamiento por mi parte , podran estar
mutndose hacia un cierto academicismo peligroso.
Not que algunos de mis proyectos, debido al dominio del lenguaje, de los detalles
o de los trucos especficos, podan realizarse cada vez ms rpidamente, lo cual me
causaba admiracin. En un fin de semana casi poda llegar a disear una casa, y
este hecho me obsesionaba. Por suerte nunca llegu a este extremo, pero podra
haberme sucedido. Vi que las dificultades que yo quera realizar en el proyecto eran
cada vez mas irresolubles; por tanto, exista una inadecuacin entre aquello que
expresaba, que a m me gustaba en el papel, y la posibilidad de su ejecucin.
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gusto diseando muros de 200 metros a modo de lmina y colocando una hilera
de pilares o de columnas. Ese muro era el muro exterior que, al cruzarlo, se transformaba en el muro interior.
La arquitectura moderna basada en ese tipo de lenguaje no posee una gramtica
capaz de responder a todos los casos desde el punto de vista tcnico. Para conseguir
tal respuesta habra que cometer la monstruosidad de forzar las soluciones para
que exteriormente quedasen unidas a la atmsfera y a la pretendida elegancia.
Por lo tanto, esa solucin estaba en la lnea de lo que iba a hacer. No en el muro,
sino en la realizacin de un objeto contra natura en cuyo interior casi tena el anticuerpo, que era el contramuro y el pro. El muro es hermoso en su estabilidad o
en su precariedad. La construccin no puede ser precaria ni tener contratrminos.
Fue un conjunto de cosas que, en determinadas situaciones, me hizo sentir un
cierto desajuste entre una cultura interior y una realidad exterior; fueron datos
adquiridos que fui usando y que se fueron diluyendo, y que, en este momento,
no me siento dispuesto a utilizar porque los considero inadecuados. Estos muros
los haca por romanticismo o por un herosmo que ahora considero ridculo. Podramos llegar al contrasentido de que todo el contenido y todo el proyecto tico
y esttico del Movimiento Moderno estaba completamente agotado. El lenguaje
del Movimiento Moderno era usado como un estilo, como un clich, y entonces
su contradiccin mxima consista en que yo era un posmoderno haciendo arquitectura moderna.
X.G.: Tambin hemos hablado de algunos arquitectos que consideras optimistas,
como Rem Koolhaas, Jean Nouvel y Jacques Herzog. Supongo que la palabra
optimismo, aplicada a estos tres arquitectos, tiene una relacin directa con su
obra construida. Existe un punto de optimismo comn a los tres, o bien es una
interpretacin tuya, personal, que hay que valorar de manera individual en cada
uno de ellos?
E.S.: Creo que hay una identidad comn a los tres, no en el lenguaje o en la manera
en que realizan su arquitectura desde un punto de vista plstico, sino en su modo
de abordar la realidad y la cultura contemporneas. Los tres, en conferencias a las
que he asistido o en textos suyos que he ledo se lamentan de la situacin actual.
Debido a la relacin que han mantenido con los maestros del Movimiento Moderno, los tres pretenden realizar una arquitectura ms monumental, inviable desde el
punto de vista econmico. Por ello, esta pretendida monumentalidad se convierte en
cscaras vacas. En el caso de Rafael Moneo, como gran arquitecto que es, tiene que
construir la cscara en ladrillo y despus recubrir su interior. Existe una cierta nostalgia de un pasado glorioso ms o menos prximo, o ms o menos sobrepasado.
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En el caso de Jean Nouvel y Jacques Herzog, se trata de usar o de vaciar su arquitectura desde un punto de vista figurativo. En el fondo los dos son arquitectos en
la lnea, creo yo, moderna; por tanto son llamados modernos. Ambos se refieren
a una situacin de lucidez cuando explican sus reglas de intervencin. Son tan
restrictivas que las variantes son muy difciles problemas de coste o de normativas
de seguridad. Nosotros no podemos hacer arquitectura que no cumpla la normativa. Ni ms pequea ni ms grande: ms pequea porque est prohibido y ms
grande porque es ms cara. Se trata de la lucidez de que la arquitectura es cada
vez menos un arte espacial y que el campo que le queda por recorrer al arquitecto
es casi pictrico. Este campo pictrico se basa en el trabajo desarrollado con los
materiales contemporneos. Sin ser difcil ni caro. Ah est. Con esta conviccin
ideolgica interior sobre la arquitectura y la realidad, y con esta disponibilidad de
usar el catlogo que uno tiene a mano sin ningn moralismo en relacin a los materiales, esta es la situacin que se vive en la cultura contempornea. Es la cultura
ms amoral; ellos casi parten de la tabla rasa. Hay una frase de Rem Koolhaas, por
ejemplo, en la que dice que hay que partir de la tabla rasa, de las superposiciones,
de las capas. No digo si me interesa, si me gusta aquel edificio ms o menos, ni si me
gusta ms este arquitecto que aquel. Es evidente que a ellos les gusta y a m tambin.
En la situacin actual entender eso es una cuestin de lucidez. Creo que para m
el lenguaje tiene que ver con la radiografa de uno mismo; este es el lenguaje que
yo les pido. El punto de partida me parece inteligente aunque no tenga nada en
comn con mi formacin.
X.G.: No tienen nada en comn con tu formacin, pero es una forma de introducir
una nueva filosofa, nuevos planteamientos en el discurso arquitectnico actual?
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E.S.: Puede ser. Desde un punto de vista cultural no tengo nada que ver con su
visin. Jacques Herzog es suizo, y un suizo es lo ms diferente que hay a un portugus. Me doy cuenta de que con su recuperacin de arquitecturas tradicionales de
madera o arquitecturas industriales quiere fabricar contrachapados. No me parece
correcto construir en madera en Portugal, pues no hay la menor tradicin de
construir en madera. Lo que existe en mi pas es una gran tradicin de construir
en piedra. Mi percepcin de la modernizacin las construcciones en piedra estn
siendo derruidas, las calles se estn pavimentando con piezas de hormign y hay
inmensos cementerios procedentes de casas derruidas repercute en mis ltimas
casas, ya que estn construidas con piedras antiguas procedentes de otras casas.
Mi vuelta a la arquitectura en piedra no parte de un punto de vista de revival. La
piedra es el material que tenemos a disposicin. Vivo en cementerios. Me estoy
acordando de la casa de Alcanena, que tiene un patio y un gran muro de ladrillo.
Este material proceda de la demolicin de una fbrica y solo se tuvo que pagar el
transporte. La actitud en el fondo es la misma, pero es evidente que solo cambian
los medios.
Antes he hablado de mi adhesin e inters por la arquitectura y la cultura modernas, por el grupo especfico del neoplasticismo, y de que ello no se debi a una
preocupacin intelectual. Mi actitud era el resultado del inters por cosas primarias,
y proyectar edificios es algo primario. Esta estrategia de hacer el edificio dividido
me pareci adecuada para responder, no a una situacin global, sino unilateralmente a distintas situaciones. sta es hoy la condicin real de un edificio. Porque
los grandes gestos de disear una plaza neoclsica, un edificio aislado o un palacio,
en los que el edificio es autnomo y se superpone a la realidad y a la circunstancia,
prcticamente ya no existen.
La situacin es, para m, la siguiente: los proyectos se desarrollan a partir de una
complejidad de envolventes, de mbitos urbanos, o incluso cuando no son urbanos,
de envolventes preexistentes. Los programas son complejos, de una complejidad
enorme. Cuando el edificio est dotado de una forma unitaria se siente forzado,
porque es una cscara que est llevada al lmite, sufre; no fue construido para ese
lugar. Es como ponerse una gabardina un da de sol. Luego est esa estrategia de
que lo que aqu necesitamos es cerrar porque, si esta orientado al norte y hace fro,
hay que levantar un muro de piedra; o si, al contrario, necesitamos sol, se resuelve
con cristal; de si a esta parte lo que quiero es conceder una importancia menor
porque es una zona lateral de paso y quiero evidenciar una jerarqua en estos recorridos, entonces utilizo el ladrillo porque es un material menos noble. Eso me
permita poder aventurar, crear arquitecturas del neoplasticismo o arquitecturas de
las juntas, que no deja de ser un material. Es un conjunto de reglas muy operativo
para poder responder hoy a esa realidad. Por qu hablamos de tantos hechos
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E.S.: Me pareci por la cara que pona que Tvora no estaba de acuerdo con
mi intervencin. An as, esta cuestin del patrimonio arquitectnico debe ser
tratada de una manera y en unas condiciones diferentes de como ha sido tratada
hasta ahora. Por tanto haber podido intervenir en el Monasterio de Santa Mara
do Bouro ha sido una oportunidad para m.
En materia de restauracin monumental, ser inteligente consiste en convertir
los problemas complicados en sencillos. Por qu? Porque lo antiguo no es una
entidad abstracta. Lo antiguo es exactamente la sucesin de tiempos y espacios,
y como mi intervencin era una ms, no tena que enfrentarme al monumento.
Darme cuenta de eso me permiti ir suavizando la intervencin a lo largo del
tiempo y, cuando llegu al final, pens que me gustara or la opinin de Tvora.
Me dijo que le gustaba mucho el edificio, que era algo nuevo; creo que le gust mi
intervencin. La crtica lateral de Siza fue ms seca porque con l no haba tenido
la discusin metodolgica previa que haba tenido con Tvora. Slo me coment:
el arquitecto es bueno, el cliente es bueno y el albail es muy bueno.
A qu se debe esta convivencia? Creo que es la sucesin natural de tres generaciones
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que se fueron cruzando. Se dio la coincidencia de que Siza haba trabajado con Tvora, que haba sido alumno suyo y de que yo no fui alumno de Siza sino de Tvora,
y que trabaj con Siza. Por qu? Vamos a comenzar por el principio: Tvora es una
figura histrica que resuelve un impasse de la cultura arquitectnica portuguesa.
Nos guste o no la persona o la obra, se est en deuda con Tvora. Tvora sobrepasa
una cuestin que consiste en el desfase constante de toda la cultura arquitectnica
portuguesa con la realidad exterior. Es el primer arquitecto portugus contemporneo. El no conoci la cultura japonesa ni el TEAM X. Particip en el congreso del
CIAM escribiendo unas notas finales donde criticaba a Le Corbusier. Por tanto, en
ese momento empieza a desarrollar lo que luego pondr en prctica.
En cuanto a m, a partir del esfuerzo de desarrollo terico y prctico de la profesin,
que en general es bastante difcil y ms en estas circunstancias, siempre ha existido
un desfase entre la teora y la prctica. Puede ser realizado desde el punto de vista
de los proyectos y queda bien; despus es expresado y nunca es comprendido por
los dems. Pero Tvora hizo las dos cosas: escribi libros y, participando de aquel
Movimiento Moderno, ofreci un instrumento a los dems. Es evidente que apareci un alumno no especialmente bueno (los haba mejores) que era nada menos
que lvaro Siza. Pero Tvora intuy que Siza iba a ser un buen arquitecto y lo invit a trabajar en su despacho. Por ejemplo, el proyecto del restaurante de la Rua
Nova es del despacho de Tvora, no de Siza. Siza introdujo como colaborador una
carga tal que, naturalmente, Tvora que es un hombre inteligente la consider
excesiva para l. Tvora sigui un evolucin natural ligada a su obra.
Yo trabaj con Siza durante y despus de la Revolucin. Cuando era estudiante,
tuve que hacer un trabajo en la Escuela con el programa de Nuno Portas para el
que necesite un arquitecto durante los periodos de investigacin y reflexin sobre
la ciudad, ya que lo prioritario en cualquier construccin es cumplir los plazos.
Llam a Siza, quien, como arquitecto, poda realizar el proyecto. Comenc a trabajar con l y de ah nacieron unos lazos de amistad que duraron diez aos; una
amistad nacida del trabajo que se prolong hasta que me despidi. No fui yo quin
se march. Un da me dijo: Usted ya no puede continuar ms aqu, tiene que
pensar en su vida profesional y no trabajar para otro arquitecto. Despus, a pesar
de haberme ido, segu teniendo obligaciones con Siza; era otro tipo de trabajos,
no para su despacho, sino para concursos. Por consiguiente, existe cierta identidad
arquitectnica o cultural. Tuvimos esa proximidad fsica, de relacin con el trabajo y, en estos casos, o tiene lugar un drama (que nunca se produjo), o se da esa
fusin de valores casi incomprensible, pero que a la vez debera darse en todos los
casos. El resultado de esta situacin desemboca en un legado entre generaciones,
que es algo espontneo, sin preparar, pero que sucede. Cuando me incluyen en
la Escuela de Oporto, no es por esta proximidad ni por esta relacin de amistad.
Una escuela tiene una preocupacin didctica. Debe expresar sus puntos de vista,
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Detalle del bloque de piedra que conforma la escalera, Monasterio de Santa Mara
do Bouro, Eduardo Souto de Moura, Braga,
1989-1997, fotografa de Xavier Gell.
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idea es la misma: intentar expresar la ligazn que lo une a los otros, establecer que
es posible hacer arquitectura con su biografa, con el diccionario visual y cultural
de cada uno: cmo ha sido adquirido y cmo puede ser reutilizado. Esa es la base
de la potica que l pretende fundar. Es evidente que se perciben los mecanismos.
Slo los arquitectos no muy inteligentes dejaron de percibirlos a los doce aos,
porque confundieron su propia biografa con la de Rossi. Ese fue el error.
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En cuanto a Venturi no es casualidad que sea quien gane el concurso para el puente
de la Academia de Venecia, en lugar de Rossi. No se puede menospreciar el valor
del proyecto de Venturi. En el fondo, por ms diferencias que existan, ambos tienen
una identidad en comn, a pesar de que uno proceda de la cultura europea y otro
de la americana. En temas como el anlisis de la historia, piensan igual. Venturi
lo explora con controles ms enfticos sobre las formas, es decir, sobre los mecanismos y no sobre los resultados de la historia. Mientras Rossi se interesa ms por
el monumento como silueta final, a Venturi le interesa su forma de construccin
y las vicisitudes que padeci durante la historia. l escribe el libro Complejidad y
contradiccin en la arquitectura donde creo que introduce un cierto aire fresco
en la rigurosidad y el academicismo hacia el que estaba derivando Rossi. Venturi
llega a decodificar la importancia que Rossi atribuye a la historia, en el sentido de
que no est tan sacralizada como Rossi trat de demostrar.
La historia es algo banal, tiene vacos en algunas partes, otras partes poseen cualidades y, por tanto, analizada as, es operativa para nuestros proyectos. Lo es de tal
modo que cuando Venturi elogia algunos periodos de la historia, sostiene que no
est interesado o que no est de acuerdo con continuar la arquitectura moderna
o el proyecto de la modernidad. Esto me parece notable. Es dursimo con Mies
van der Rohe, que era el ms radical. Pasaron los aos. En las pelculas biogrficas
sobre Mies se pone de manifiesto un conjunto de adhesiones a su persona. Venturi
afirm : de todas las frases o de todo aquello que hice en mi vida profesional, nada
me preocupa excepto la afirmacin que hice sobre Mies. Es un gran arquitecto,
tal vez el ms grande.
Por otro lado est Mies. Creo que existe una lectura de Mies distinta de la que
haba habido con anterioridad. Mies no era aquel seor inflexible de construcciones milimtricas. Para comprobar que no eran tan milimtricas, basta ver la
estereotoma del pabelln de Barcelona; parece que es cuadrado. De sus obras,
casi ninguna es cuadrada. Luego hay variantes, ms rigidez, y tambin sabemos
que algunas estructuras de Mies no funcionan, son falsas. Algunas superficies son
pura decoracin. Por tanto Venturi, al hablar del Movimiento Moderno, percibe
bien sus contradicciones anteriores aunque haya coincidencia de discursos.
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En relacin a los otros libros, fue aos ms tarde cuando descubr el libro Architektur
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de Donald Judd. Hay algo importante en el hecho de Judd no sea arquitecto y hable
de arquitectura con un discurso tan transparente. Los arquitectos no hablan de
las cosas simples de la arquitectura. Judd, en cambio, habla ms como un hombre
culto de la calle. Este poda haber sido el discurso de los arquitectos, pero estaban
ms entretenidos en discursos epistemolgicos y semiolgicos, mucho ms abstractos. Judd era como alguien llegado de fuera; no haba pasado por las cuestiones
o los problemas y presento una especie de huevo de Coln. Me interes bastante
porque durante los aos setenta y ochenta haba mucha gente que abandonaba
la arquitectura por desencanto con la disciplina. De repente aparece una persona
con autodisciplina que se desencanta, y va y dice: yo quiero ser arquitecto. Me
gustara mucho saber qu es lo que este seor descubre cuando todo el mundo se
est lamentando y est desistiendo. Y es realmente ese descubrimiento casi desde
cero lo que me interesa, esa frescura que el encuentra gracias a una ignorancia
casi sabia.
Paralelamente, tambin me interesan otros libros que no son de arquitectura de
los cuales aquello que extraigo es quizs mucho ms importante que lo que dicen
muchos libros de arquitectura. Por ejemplo autores como el poeta portugus
Herberto Helder, que escribe casi explicando como escribe, lo que es escribir, sus
problemas con los poetas anteriores; lo que tom prestado de Mallarm , de Pessoa:
lo que viene ahora, lo que puede hacer. La descripcin tan ideolgica o dejo de
escribir, o es casi un suicidio tiene el mecanismo similar a un poeta. Con alguien
que escribe no sucede a menudo con los arquitectos hay casi como un flash de
ste es igual a aquel, esto es as, estoy viendo a tal o cual persona.
Me interesa, por ejemplo un texto de Borges donde explica cmo escribe. Se trata
de un proceso similar al empleado por algunos arquitectos o al que se podra emplear en la arquitectura. Cuenta cmo escribe tan espontneamente, cmo corrige
la espontaneidad, cmo al corregir la espontaneidad el texto queda forzado y es
artificial, cmo se pueden volver a introducir errores provocativos para que el
texto tenga sabor; critica al poeta italiano DAnnunzio por el exceso de escritura.
Nosotros conocemos la analoga con la arquitectura.
Me interesa tambin un escritor que descubr a travs de la arquitectura pero no
tiene nada que ver con ella: Thomas Bernhard. Le descubr en Salzburgo a donde
fui para presentar un proyecto. Coincidimos en las crticas que yo hice al encargo
del proyecto, al concurso. Un discurso algo rutilante. Me dijeron que all haba un
escritor y me ofrecieron un libro suyo. Hall ese paralelismo. Despus tambin supe
que ese escritor tena mucho que ver con Portugal. Pero tiene un libro fundamental, El nafrago, donde se narra la experiencia de un pianista, y aparece la manera
en la que Bernhard entiende la msica, as como la fusin de la genialidad, que
se explica muy bien como fusin entre el personaje y el instrumento. La persona,
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Est tambin el tema de los anlisis exhaustivos y cientficos de los proyectos hasta
llegar a la forma. La gente slo analiza aquello que busca para confirmar que la
decisin ya est tomada. Las personas slo leen. Cuando cojo ese libro y descubro
contradicciones y coincidencias, pienso que se trata de una fase de dos pensamientos en simetra. Nunca se me habra ocurrido pensar en simetra. Aqu por
ejemplo tengo una frase de Siza: el diseo es el deseo de la inteligencia; primero
el diseo y luego la inteligencia. Y luego esta otra de Joseph Beuys I like America
and America Likes Me. Es exactamente el recorrido en simetra. Escrib esta frase
hace cinco o diez aos; situarme en el momento que escribo la otra constituye la
apropiacin de esta relectura, el tipo de conocimientos que me pueden unir o
no a tener que decidir. Quiero decir que en arquitectura, como deca Tvora, lo
contrario tambin es verdad.
X.G.: Siza dijo que la arquitectura transforma la naturaleza. En relacin a tu
reciente viaje a Per, me hablaste de tus impresiones al visitar el Machu Pichu.
Si no recuerdo mal dijiste lo siguiente: la arquitectura parece naturaleza y la
naturaleza parece artificial. Por qu es tan reconfortante y necesario pasear por
las ruinas?
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E.S.: Es aquello que los barcos necesitan para poder navegar, lo que se llama tener
lastre; la actividad de usar piedras sueltas que no tienen valor por s mismas, pero
que juntas hacen que el barco pueda navegar y responder; encontrar el peso propio para realizar el empuje. Muchas veces un reflejo condicionado aparece como
coincidencia. Cuando tengo un problema concreto sobre un tema, esto me ayuda a
tomar una decisin. Supongamos que tengo que optar por una situacin ms clara
y evidentemente menos bonita; que desde hace una semana estoy pensando en
cmo voy a abrir una ventana, en su proporcin, o incluso si la voy a abrir; en si voy
a obligar al cliente, si l admira el no tener esa ventana a sabiendas de que el muro
quedara mejor. La abro, hago una excepcin, pues me va a quitar masa del resto
de la casa. Veo un libro donde aparece la siguiente frase: a mayor claridad, mayor
belleza. Y me pregunto: eso me puede ayudar?. No , es mucho ms importante
ser claro que abstracto, digamos bonito. Luego decido abrir la ventana.
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E.S.: Creo que las ruinas tienen ese escenario ideal de serenidad y la gente se
encuentra a gusto paseando entre ellas. Cuando estn rodeadas por un medio
hostil y violento, las propias ruinas se sienten mal o tienen miedo. Cuando estn
rodeadas por un paisaje sereno, se encuentran bien, transmiten una nocin de
calma y tranquilidad. Esa serenidad procede de la adecuacin del envolvente.
Como no se requiere ningn esfuerzo, la gente no aprehende el esfuerzo de las
energas que las envuelven; de lo contrario, estaran cansadas. Hay un texto de
Borges en el que habla de su forma de escribir y en el que dice que cuando se
escreibe no se debe corregir demasiado el texto porque si no queda forzado y el
lector percibe el esfuerzo que el escritor ha puesto para corregirlo. Es entonces
cuando el propio lector comienza a sentirse cansado e imagina al escritor de noche
corrigiendo, corrigiendo.
Por tanto, es esa ausencia de esfuerzo de lo que est a nuestro alrededor lo que
nos evoca la situacin de tranquilidad. Y por qu no hay esfuerzo? Porque la
arquitectura introdujo sabiamente sus propias reglas especficas a imitacin de la
naturaleza. Esta es la situacin clsica. Pienso en una frase de Vitruvio que es el
soporte de la arquitectura clsica: las artes deben imitar a la naturaleza. De ah
el gran xito de la arquitectura clsica a lo largo de la historia. Despus, qu es
el Movimiento Moderno? Es justo lo contrario. Ciertos manifiestos postulan que
debe ser la naturaleza la que imite al arte, como el gran texto de Delacroix.
Decir que la naturaleza es la arquitectura y la cultura es la naturaleza constituye el
estado mximo al que se puede llegar. Creo que la mayor aspiracin de un arquitecto es ser annimo; ser annimo no es ser falsamente modesto, sino conseguir
construir en un tiempo, un espacio que posea la sabidura acumulada durante
miles de aos; conseguir congregar con su inteligencia aquello que se hizo en
miles de aos. Cuando naturaleza y artefacto coexisten en perfecto equilibrio,
entonces se alcanza el estadio supremo del arte o el silencio de las cosas. La misma
palabra naturaleza puede tener otras connotaciones; sin embargo, es el silencio
de las formas perennes.
Cmo se consigue este anonimato? No tiene que ver con la imitacin, o sea, no
se parte de la actitud de querer crear de modo anlogo a la naturaleza. Hay unos
arquitectos, que no son los que ms me gustan me gusta mucho ms un Mies,
justo por esta razn, que un Fernando Prado Coelho, que saben, tras conseguir
percibir las energas internas, que estn imitando a la naturaleza. Y sta tiene que
percibir las energas internas que estn en el arte; por ello es vlido el discurso
de que para hacer arquitectura es necesario a menudo violar a la naturaleza; es la
propuesta perfecta. Este modo de proceder puede ser correcto; es la adecuacin
o inadecuacin en contraste con esa convergencia de dos energas diferentes, que
se pueden contraponer o no. Un arquitecto tiene que ser conciliatorio o no; la
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