Barros Tratato Responsabilidad Extracontractual
Barros Tratato Responsabilidad Extracontractual
Barros Tratato Responsabilidad Extracontractual
ABREVIATURAS
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ABREVIATURAS
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ABREVIATURAS
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PRLOGO
I
En los orgenes de este libro se encuentra el estmulo que por aos he
recibido de mis alumnos de la Universidad de Chile. Su lucidez e inquietud intelectual me motiv para construir un curso bsico de responsabilidad civil, cuya base estaba dada por un anlisis de la jurisprudencia de
nuestros tribunales a la luz de la doctrina chilena y comparada.
El proyecto inicial de escribir un manual docente a partir de mis clases
devino en una obra de mayor entidad en razn de la necesidad, que pronto percib, de dar forma sistemtica a la abundante pero dispersa doctrina
cientfica y jurisprudencial desarrollada en Chile en los ltimos aos. La
investigacin se extendi a la doctrina comparada ms relevante, a los
orgenes de la disciplina en el derecho romano y a las fuentes medioevales
y modernas, en especial las que ms profundamente influyeron en Bello.
El enfoque ha estado tambin alimentado por la importante discusin acadmica, en el terreno fronterizo entre el derecho y las ciencias morales y
econmicas, acerca de los fundamentos filosficos y econmicos del derecho privado y, en particular, de la responsabilidad civil.
El horizonte hermenutico que asume esta obra tiene, entonces, cuatro
vertientes principales: la doctrina y jurisprudencia chilenas; la historia de las
instituciones civiles; el derecho comparado; y la reflexin aplicada acerca de
los fines y estructura bsica del derecho privado. Una opcin consciente de
este libro es evitar un enfoque de la responsabilidad civil que lleg a ser dominante hace algunas dcadas, y que an persiste en algunas culturas jurdicas,
de transformarlo paulatinamente en una forma de derecho social. A su vez,
he asumido que el sustento histrico y comparado, as como la reflexin prctica a partir de los fines de justicia y de prevencin, dan al derecho civil una
base de experiencia y de razn que califica su reconocimiento como ciencia.
II
Aprovechando la ventaja que otorga la tradicional apertura de la cultura
jurdica chilena desde Andrs Bello, el libro asume una posicin plural
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PRLOGO
PRLOGO
PRLOGO
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CAPTULO I
INTRODUCCIN A LA RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL
1. La responsabilidad extracontractual como relacin obligatoria. a) Desde un punto de vista lgico, la responsabilidad civil es un juicio normativo
que consiste en imputar a una persona una obligacin reparatoria en razn del
dao que ha causado a otra persona.1
b) A diferencia de lo que ocurre en el mbito penal e infraccional,
donde se contemplan ilcitos de mero peligro y se sancionan conductas
tentadas y frustradas, sin dao no hay responsabilidad civil. Por eso, el dao
es condicin esencial de la responsabilidad patrimonial.2
Pero el dao es tambin el objeto de la accin, porque la accin indemnizatoria persigue la reparacin en dinero de los perjuicios sufridos (infra
N 141). Las otras acciones, diferentes de la accin indemnizatoria, que se
conceden a la vctima, como la de restitucin en naturaleza al estado anterior al hecho del demandado, tambin estn dirigidas a remover o poner
trmino al dao (infra 57).
c) El principio que inspira el orden de la responsabilidad patrimonial
es alterum non laedere.3 Sin embargo, como ocurre con los otros componentes de la idea de justicia en el texto clsico de Ulpiano, el principio de que
no debemos daar al prjimo es excesivamente general para definir por s
solo las condiciones de la responsabilidad.
En nuestra vida de relacin estamos expuestos a incontables riesgos,
en cuya ocurrencia intervienen terceros: contraemos por contagio una en-
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4 En lo sucesivo, a menos que se exprese o que del contexto resulte que se hace referencia a otro cuerpo normativo, cada vez que en este texto se cite un artculo, debe entenderse que se hace referencia al Cdigo Civil chileno.
5 Destacando esa relacin obligatoria, se ha resuelto que la responsabilidad es un concepto jurdico que en su acepcin civil implica la obligacin en que se encuentra una persona de reparar y satisfacer el perjuicio o dao sufrido por otra (Corte de Concepcin,
10.8.2000, confirmado por la CS [cas. forma y fondo], 24.1.2002, GJ 259, 38); tambin se
ha fallado que la responsabilidad es la obligacin en que se coloca una persona en orden
a reparar adecuadamente todo dao o perjuicio causado (Corte de Santiago, 10.7.2002,
RDJ, t. XCIX, sec. 2, 83).
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2. Preguntas que plantea la responsabilidad por daos. a) Algunos ejemplos cotidianos pueden ayudar a descubrir los tipos de preguntas que plantea a abogados y jueces el juicio de responsabilidad civil:
1) Un avin se precipita a tierra a consecuencias de un desperfecto
tcnico, causando la muerte de su tripulacin y de sus pasajeros.
2) Un nio, que juega con una varilla metlica mientras camina sobre
un puente, muere electrocutado al alcanzar uno de los cables elctricos
que alimentan el ferrocarril.
3) Una caldera industrial colapsa y ocasiona la muerte al trabajador
que la manipulaba.
4) Una botella gaseosa estalla provocando la prdida de un ojo del
consumidor que se dispona a abrirla.
5) Un automvil atropella a un peatn que cruza la va a pesar de que
el semforo le indicaba detenerse.
6) Un hombre mayor sufre un colapso al presenciar un atropello mientras camina por la calle.
7) Un empresario pierde una importante oportunidad de negocios al
quedar atrapado durante dos horas en un taco resultante del accidente
causado por un tercero que conduca a exceso de velocidad.
8) Una anciana, a quien cuesta mucho conciliar el sueo, despierta
cada vez que en el departamento superior llega tarde un joven bullicioso.
Casos tan diferentes entre s plantean una pregunta comn: aceptado
que un tercero ha intervenido causalmente en la ocurrencia de un dao,
procede que la vctima sea indemnizada por ese tercero?
La respuesta a esta cuestin esencial est determinada por las condiciones que el derecho establece para que haya lugar a la responsabilidad
civil: basta que el tercero haya intervenido de cualquier modo en la ocurrencia del accidente, o es necesario, adems, que su conducta sea reprochable? Este primer orden de preguntas define los principales sistemas de
atribucin de responsabilidad: el de responsabilidad estricta u objetiva, que
(en su forma ms simple) slo exige una relacin causal para que surja la
obligacin indemnizatoria, con la consecuencia de que quien desempea
una actividad asume todos los riesgos de accidentes que se derivan de
realizarla; y el de responsabilidad por culpa, que exige, adems, que el
autor del dao haya actuado con negligencia o mala fe.
A su vez, la responsabilidad por culpa plantea la pregunta por los criterios para trazar la lnea divisoria entre la diligencia y la negligencia. En el
caso (2), fue negligente la compaa ferroviaria al no tender una red
protectora sobre los cables elctricos, a efectos de impedir un accidente
como el sufrido por el nio juguetn? O, al revs, resulta excesivo exigir
ese grado de prevencin, porque son los padres quienes deben evitar que
su hijo est en situacin de sufrir ese dao?
Cualquiera sea el sistema de responsabilidad, se ha visto que es necesario que la vctima haya sufrido un dao. Por cierto que los daos a que
estamos expuestos por la accin de terceros son de las ndoles ms diversas: desde las recprocas molestias de convivencia, en gran medida inevitables, como el caso 8), hasta la muerte del marido que mantiene a la familia,
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como puede ser el caso 3). Surgen entonces preguntas como las siguientes: qu daos se indemnizarn?; por qu conceptos tiene la cnyuge del
trabajador fallecido una pretensin indemnizatoria?; puede ser reparado
en dinero el sufrimiento de esa mujer o la prdida de calidad de vida
asociada a la prdida del ojo por quien abra la gaseosa?; y si as fuere,
cmo se avala la prdida de un ojo?
Tambin es comn a todos los sistemas de responsabilidad la pregunta
por la conexin que debe haber entre el hecho del tercero y el dao. La
doctrina ha llamado causalidad a este requisito de la responsabilidad, que
se traduce en la exigencia de que exista alguna relacin de razonable cercana entre ambos factores. As, por ejemplo, puede atribuirse el dao en
el caso 4) a la conducta del embotellador?; debe extenderse la responsabilidad hasta efectos dainos ms bien extraordinarios, como ocurre en el
caso 6)?; sobre quin recae el riesgo en el caso 1), si no se puede determinar la causa precisa del defecto tcnico que hizo colapsar al avin?
En los casos 1) y 4) existen contratos de transporte y compraventa,
respectivamente: estn obligadas las vctimas a fundar su accin en el
contrato o pueden escoger entre sta y la accin de responsabilidad extracontractual? Y en los casos 3) y 4): tiene influencia la condicin particular
de la vctima (trabajador y consumidor, respectivamente) a efectos de establecer la responsabilidad del causante del dao?
b) Las preguntas anteriores muestran cmo el derecho de la responsabilidad civil ha debido evolucionar hacia un complejo conjunto de principios y reglas, que a veces apuntan en direcciones diferentes. En
circunstancias que el Cdigo Civil slo plantea criterios muy generales de
responsabilidad, es inevitable que los aspectos ms precisos de este ordenamiento hayan sido desarrollados en gran medida por la doctrina y la
jurisprudencia.
3. Responsabilidad contractual y extracontractual. a) La distincin de Gayo
entre el contrato y el ilcito como fuentes de las obligaciones ha constituido por casi dos mil aos la gran divisin del derecho de obligaciones.6
Slo con el correr del tiempo la doctrina ha encontrado en el enriquecimiento sin causa, que tambin tiene origen romano, un tipo de obligaciones de generalidad comparable a esa gran divisin (infra N 4).7
Los efectos del contrato incluyen la accin para exigir su cumplimiento y la accin indemnizatoria que se sigue de su incumplimiento. En nuestro Cdigo Civil ambas materias estn tratadas bajo el epgrafe Del efecto
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Esa es la estructura del tratado sobre las obligaciones de Pothier 1761 (1 parte, Captulo II) y del Cdigo Civil francs (Ttulo III, Captulo III). La estructura ya se muestra
en la sistematizacin tarda del derecho romano (Inst. Just. 3.13 y siguientes); a pesar de
que la pandectstica alemana del siglo XIX, que dio forma al BGB, intent construir una
parte general del derecho de obligaciones, no pudo evitar que sus normas atiendan preferentemente a la relacin contractual.
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El tratamiento conjunto de la responsabilidad contractual y extracontractual se ha
generalizado en Francia luego del tratado de los hermanos Mazeaud (Mazeaud et al. 1963);
con una aproximacin semejante, Yzquierdo 1993 83. En nuestro sistema jurdico se acostumbra seguir el esquema de Pothier, que el Cdigo chileno toma del francs, donde bajo
el epgrafe De los efectos de las obligaciones se tratan esencialmente preguntas de responsabilidad contractual, dejando para la responsabilidad extracontractual el tratamiento
diferenciado de sus elementos particulares (con nfasis en las diferencias con la responsabilidad contractual).
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La distincin entre obligaciones principales y derivadas fue planteada por Pothier
1761 N 183; sobre su reconocimiento en la tradicin analtica inglesa, especialmente en
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Algunos cuasicontratos provenientes del derecho romano presentan alguna analoga contractual (la agencia de negocios con el mandato; la comunidad con la sociedad; el pago de lo no debido con el mutuo), pero no es el
caso de las obligaciones que nacen de la tutela, del legado modal y, muy
especialmente, de los diversos tipos de condictio, que anteceden al instituto
moderno del enriquecimiento sin causa.16 Con razn, en el derecho moderno
se evita usar la categora del cuasicontrato, pues no hay reglas comunes que se
apliquen a todos los supuestos que comprende de manera residual.17
b) La decadencia del cuasicontrato contrasta con el inters adquirido
por la institucin del enriquecimiento sin causa, que ha devenido en una fuente general de obligaciones restitutorias. A diferencia de la responsabilidad
patrimonial, que tiene por objeto esencial indemnizar los daos que se siguen de un ilcito civil, la accin de enriquecimiento sin causa se dirige a
obtener la restitucin de los beneficios que el deudor ha recibido sin derecho, como tpicamente ocurre en el pago de lo no debido (artculo 2300).
El enriquecimiento sin causa ha llegado a ser una fuente general del
derecho moderno de las obligaciones.18 Su lgica interna responde ntidamente a un fundamento de justicia correctiva, porque mediante una restitucin se corrige el injusto de que alguien haya obtenido sin justificacin
un beneficio a expensas del demandante.19 Desde el punto de vista de la
naturaleza de la accin, el enriquecimiento sin causa da lugar a una obligacin restitutoria, porque su objeto es recuperar aquello que el demandado
injustamente ha recibido.20
Kaser 1971 I 592 y II 421, Zimmermann 1990 838.
A ello se agrega que el cuasicontrato tampoco es comprensivo de todas las obligaciones que provienen de hechos lcitos y que se adquieren sin convencin. Descartadas las
hiptesis de responsabilidad estricta u objetiva, que son una forma de responsabilidad en
cuanto a sus efectos, no quedan comprendidas, por ejemplo, las obligaciones restitutorias
que siguen a la declaracin de nulidad y a la resolucin de un contrato, las obligaciones
propter rem del usufructuario, ni las dems que consideraba el derecho romano tardo (obligaciones de los guardadores y del legatario modal).
18 En verdad, en el derecho de obligaciones contemporneo se tiende a distinguir tres
fuentes principales (contrato, ilcito y enriquecimiento sin causa), a lo cual se agregan otras
obligaciones de fuentes diversas, incluidas las propiamente legales (Birks en Birks 1997 19).
El instituto del enriquecimiento sin causa aparece formulado con bastante generalidad ya
por Pomponio (Digesto 50.17.206), pero su establecimiento como criterio general de clasificacin de obligaciones parece provenir de Grocio (Zimmermann 1990 885).
19 Weinrib en Birks 1997 44.
20 El mbito de las obligaciones restitutorias es muy extenso en derecho civil. Adems
de las obligaciones que provienen del pago de lo no debido y de la hiptesis general de
enriquecimiento sin causa (condictio sine causa del derecho romano), surgen obligaciones
restitutorias de la nulidad (prestaciones mutuas), de la condicin resolutoria, de las recompensas en la sociedad conyugal, de la obligacin de compensar gananciales en el rgimen
de participacin y de los cuasicontratos de agencia oficiosa (artculo 2290) y de comunidad
(artculos 2307 y 2308). En el common law, el derecho de restitutions, entendido como el correctivo legal al enriquecimiento injusto, ocupa un lugar al lado de los contracts y torts en la
exposicin del derecho de obligaciones (Birks 1985 9).
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lidad). Sin embargo, el enfoque intenta conservar la dimensin del derecho civil, esto es, atiende a la relacin entre la vctima y el autor del dao.
As, se asume que el objeto esencial del derecho de la responsabilidad
patrimonial es corregir el dao que una parte injustamente provoca a la
otra.26 En el fondo, una confusin acrtica de las reas del derecho privado
y del derecho social arriesga conflictos de valoraciones innecesariamente
entrecruzadas, con el efecto de que se pierda el correcto discernimiento
de las diversas tareas que cumple cada ordenamiento y se debiliten las
funciones estructurales del derecho privado.27
Los regmenes de seguridad social y de seguros obligatorios cumplen
la finalidad pblica de proteger a las vctimas de accidentes. Los requisitos
de procedencia varan, segn se trate de un seguro de daos a terceros, de
un seguro de responsabilidad civil o de un seguro de daos propios. Los
principios normativos que operan en estos sistemas generales de proteccin frente a accidentes son los del contrato de seguro (de la manera
como lo defina la ley que lo hace obligatorio) o del derecho social. As,
aunque sus objetivos reparativos parcialmente coinciden, tienen fundamentos diferentes a los de la responsabilidad civil. Una de las tareas de la
doctrina jurdica es precisamente definir las lneas divisorias entre estos
ordenamientos, evitando que se confundan.
Dependiendo de la extensin que tengan los regmenes de seguridad
social y los seguros obligatorios para el ejercicio de ciertas actividades, el
sistema de responsabilidad civil puede tener un rol ms bien residual o
complementario, como ocurre en la prctica con la responsabilidad por
accidentes del trabajo (infra 51 c); o puede ser un mecanismo de atribucin de costos entre compaas de seguros. Aun as, es conveniente que
mantenga su especificidad como orden que atiende a la relacin de derecho privado entre el autor del dao y la vctima (infra N 859).
6. Responsabilidad por culpa. a) La responsabilidad por culpa o negligencia es el ms generalizado de los modelos de atribucin de responsabilidad. En el derecho chileno, como en todos los sistemas jurdicos modernos,
constituye el estatuto general y supletorio de responsabilidad, de modo que resulta aplicable a todos los casos que no estn regidos por una regla especial diversa.
A la responsabilidad por culpa o negligencia se refieren los artculos
2284, 2314 y 2329 del Cdigo Civil, y a ella estar dedicada la mayor parte
En general, la jurisprudencia parece compartir esta idea. As, se ha fallado que la
reparacin del dao es el principal efecto que nuestro legislador asigna a la responsabilidad delictual o cuasidelictual civil (Corte de Santiago, 10.7.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 83);
y que del conjunto de preceptos que rigen las indemnizaciones provenientes del dao, se
desprende que su procedencia, si bien lo presupone para quien lo experimente o sufre,
respecto de la obligacin de indemnizarlo para el que lo produce, cabe slo como consecuencia de un delito o cuasidelito (Corte de Santiago, 14.10.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2,
132); en igual sentido, Corte de Santiago, 31.12.2002, GJ 274, 212.
27 Bydlinski 2004 348.
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de este libro, atendido su carcter de estatuto general y supletorio. El anlisis de este modelo de atribucin de responsabilidad tambin permitir
comprender el rgimen de responsabilidad estricta u objetiva, que si bien
prescinde del requisito de la culpa, est sujeto a las dems reglas y requisitos del estatuto de responsabilidad por culpa.
b) Bajo un rgimen de responsabilidad por culpa, la atribucin de
responsabilidad se funda en que el dao ha sido causado por un hecho
negligente, esto es, realizado con infraccin a un deber de cuidado. En
este rgimen de responsabilidad, la culpa no slo sirve de fundamento,
sino tambin de lmite de la responsabilidad, porque la obligacin reparatoria slo nace a condicin de que se haya incurrido en infraccin a un
deber de cuidado.
As, la culpa o negligencia es antecedente de dos principios que definen negativa y positivamente el mbito de la responsabilidad civil: el primero expresa que a falta de una razn para atribuir responsabilidad, el
dao causado por un hecho cualquiera es soportado por quien lo padece
(casum sentit dominus); el segundo seala que la culpa es una razn suficiente para hacer responsable a quien ha intervenido causalmente con su
hecho en la produccin de un dao.
c) Los deberes de cuidado que definen la actuacin culpable pueden ser
establecidos por el legislador, mediante la dictacin de reglas de conducta
orientadas a evitar accidentes (como tpicamente ocurre en la Ley del trnsito); o bien, pueden ser el resultado de una regla no legislada, que debe
ser definida por los jueces, recurriendo a la costumbre o a criterios prudenciales de diligencia y de cuidado (infra 10 d 2 y 3).
Atendida la enorme plasticidad y variedad de la conducta humana, as
como la cantidad de riesgos que impone la vida en sociedad, la mayor
parte de los deberes de cuidado no pueden ser definidos con exhaustividad por la ley, quedando entregada su determinacin a los jueces. En la
materia existe una decisiva diferencia entre la responsabilidad civil y la
penal, donde el requisito de tipicidad excluye la posibilidad de que el
ilcito sea definido en alguna instancia judicial, sin la existencia de una ley
anterior que describa y sancione la conducta.
d) La responsabilidad por culpa supone una valoracin de la conducta
del demandado, porque la obligacin de reparar el dao causado slo
nace si aquel no ha observado un estndar de conducta debida. Esta exigencia suele llevar a error acerca de la naturaleza de la responsabilidad. Se
acostumbra decir que la responsabilidad por culpa es subjetiva, en oposicin a la responsabilidad estricta u objetiva. Lo cierto, sin embargo, es que
desde el derecho romano el juicio acerca de la culpa civil es objetivo, en el
sentido de que no atiende a las peculiares circunstancias personales del
autor del dao, sino a la conducta que de ste puede esperarse segn las
circunstancias en que se encontraba.
Por lo mismo, la calificacin de la conducta como negligente no constituye un juicio de reproche moral a la persona del demandado. La responsabilidad por culpa, como tambin la estricta, exige que el hecho sea
imputable subjetivamente como su hecho al demandado; por eso, es con28
28 Un caso excepcional de responsabilidad estricta establecida bajo un supuesto de aplicacin bastante general surgi de una interpretacin que la Corte de Casacin hizo del artculo 1384 del Cdigo francs, que establece una regla de responsabilidad por el hecho de
las cosas y personas que estn bajo el cuidado (garde) de un tercero, en cuya virtud se da
lugar a una responsabilidad de ese tipo cada vez que en el accidente intervenga causalmente una cosa detentada por ese tercero (Mazeaud/Chabas 1998 559). Es probable que esta
interpretacin de lege ferenda de esa norma haya determinado la enorme expansin, mayor
que en cualquier otro sistema jurdico, de la responsabilidad en el derecho francs.
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Infra 14.
Infra 17 y 18.
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se debe hacer en consideracin a exigencias de justicia, y la moral pragmtica, que atiende a los resultados de la accin para discernir lo que es ms
conveniente en el balance de costos y beneficios. Si se revisa la extensa
literatura contempornea acerca de los fines de la responsabilidad civil, se
comprueban ntidamente estas dos lneas de argumentacin.39
c) Aunque se adopte una perspectiva de derecho privado, que tiende a
concebirlo como un ordenamiento que posee una lgica interna, cuestin
bien explicada por la idea de justicia correctiva, es un error prctico y
conceptual asumir que el conjunto de fines y valores que orientan una
institucin compleja conforma necesariamente un sistema coherente y cerrado.40 Los fines y principios son directivas que permiten sopesar las diversas normas que pueden ser planteadas para resolver un conflicto y son
criterios para el desarrollo jurisprudencial del derecho que suelen operar
argumentativamente en diversas direcciones (como se muestra, por lo dems, en la naturaleza dialctica del proceso judicial).
El ordenamiento de la responsabilidad civil se sostiene en normas legales de gran generalidad (artculos 2284, 2314, 2320 y 2329), que dejan
entregado su desarrollo subsecuente a la jurisprudencia y a la doctrina. El
ordenamiento de la responsabilidad civil ha crecido en innumerables institutos ms concretos, que se muestran en una prctica judicial y dogmtica que ha devenido progresivamente en ms compleja (como se intenta
mostrar en este libro). Un supuesto de racionalidad exige que esa prctica
sea suficientemente autorreflexiva y abierta a los principios prcticos y valorativos que la orientan. Slo as puede aspirar a ser inteligible y mnimamente coherente, aun estando conscientes de que siempre se trata de un
estado de cosas provisorio y revisable.
d) En las secciones siguientes se intentar ordenar los fines de la responsabilidad civil a partir de dos ideas reguladoras. La primera persigue com39 La discusin se ha desarrollado preferentemente en el medio jurdico de habla inglesa, aunque tiene sus races en las doctrinas de Aristteles y de la escolstica sobre la justicia,
en el personalismo tico de Kant y en el empirismo pragmtico anglosajn (D. Hume, J. Bentham). En circunstancias que este no es un libro de filosofa del derecho, no pretendo aventurarme con originalidad en estos terrenos, de modo que me limito a hacer algunas referencias
bibliogrficas que me han resultado particularmente importantes. Entre ellas, me parecen relevantes en la afirmacin del derecho privado como un orden fundado en la idea de justicia
correctiva, Coleman 1992, Fletcher 1972, Gordley en Owen 1995 y Weinrib 1995; en el anlisis instrumental (econmico) de la responsabilidad, Holmes 1923, Calabresi 1970, Epstein 1999
(con la ventaja de ser un libro que desarrolla una exposicin completa sobre el derecho de
torts), Posner 1992 y Shavell 1987; las mejores exposiciones generales del derecho de la responsabilidad desde una perspectiva funcional me parecen Fleming 1985 y Ktz/Wagner 2006
(en este libro se sigue especialmente la edicin anterior, Ktz 1991); para un enfoque pluralista, que asume que el estatuto de la responsabilidad cumple diversos fines (aunque crticos
de algunas premisas ingenuas del enfoque econmico), Cane 1996, Honor en Owen 1995 y
Honor 1999. Vanse tambin las notas siguientes.
40 Un anlisis de los fines encontrados de la responsabilidad civil en Deutsch 2002 b;
en general, acerca de la pluralidad de principios en el derecho civil, Esser 1956 113, Auer
2005 10.
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prenderla como una prctica de adjudicacin de responsabilidad que resulta inteligible a la luz de la antigua categora aristotlica de la justicia correctiva, en tanto atiende a la relacin entre dos partes que son tenidas por
iguales, como es caracterstico del derecho privado. La segunda asume una
perspectiva instrumental y pragmtica, tpicamente de las polticas pblicas,
que entiende las reglas de responsabilidad civil como instrumentos de direccin de la conducta a efectos de obtener consecuencias deseables (en especial, la prevencin de los accidentes en un grado socialmente ptimo).
El camino ms tentador es asumir que ambas dimensiones son relevantes para la comprensin y desarrollo del derecho de la responsabilidad. Esa
actitud suele ser ingenua, porque se trata de una discusin filosfica que
durante siglos ha mostrado no tener puntos de compromiso.41 Y aun aceptando que los hubiese, es difcil discernir cules preguntas deben ser respondidas en atencin a un criterio de justicia y cules pragmticamente. La
experiencia muestra, sin embargo, que la radicalidad de la disputa filosfica
acerca de la naturaleza del deber de indemnizar no se transmite a la prctica jurdica. Pareciera que es preferible una actitud pragmtica en el sentido
ms general, porque si bien su estructura bsica puede ser comprendida a la
luz de la idea de justicia correctiva, en su desarrollo ms detallado en materias crticas (como son la determinacin del cuidado debido, de los daos
por los cuales se responde, de la cercana que debe haber entre el hecho
del demandado y dao), se aceptan con naturalidad argumentos que atienden a las consecuencias que supone adoptar una u otra decisin.
En definitiva, todo indica que la justicia correctiva establece una condicin
que debe satisfacer toda decisin en materia de responsabilidad; sin embargo, con
frecuencia decisiones alternativas son compatibles con criterios de justicia,
lo que justifica un anlisis pragmtico, que atiende a las consecuencias.42
Ejemplar en este sentido, la crtica deontolgica de Coleman 2003 a los supuestos
normativos del anlisis econmico de Kaplow/Shavell 2002.
42 En la prctica del derecho asumimos que siempre es posible efectuar un sopesamiento
de bienes y usualmente cometemos el error de pensar que ello no plantea problemas lgicos significativos. Las dificultades de una eleccin en que participan preferencias concurrentes de distintas personas fueron esencialmente mostradas en Arrow 1963; dificultades
anlogas pueden plantearse cuando se trata de conceptos valorativos concurrentes para comprender una institucin jurdica. Por eso, parece correcta la percepcin de Weinrib 1995
95, en orden a que la argumentacin debe adoptar una estructura unitaria, que l entiende que slo puede provenir de la idea de justicia correctiva. En conciencia de estas dificultades, en este libro se asume que el derecho de la responsabilidad patrimonial debe ser
coherente con postulados de justicia correctiva (porque, de lo contrario, abandona su pretensin justificatoria ms elemental), sin perjuicio de que preguntas abiertas (que suelen
ser muchas) requieran un anlisis consecuencialista (como ocurre, por ejemplo, con la determinacin en concreto de los deberes de cuidado). Sobre las dificultades de un pluralismo metdico en el derecho de la responsabilidad, incluyendo proposiciones para manejarlas,
Chapman en Postema 2001 280. El enfoque aqu adoptado, que no es infrecuente en el
derecho penal, supone que algunos principios operan como condiciones para atribuir responsabilidad (justicia correctiva) y otros como fines (disminuir las conductas indeseables);
un desarrollo lcido de esta idea en Honor en Owen 1995 90.
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43 Es el enfoque de Keating en Postema 2001 52, quien construye un modelo de atribucin de responsabilidad sobre la base de la persona razonable promedio, que a la manera de los participantes en el contrato relativo a las reglas constitucionales bsicas, toma
distancia respecto de sus propios intereses, a la manera de un observador externo capaz de
discernir el valor que tiene la seguridad en la definicin de las precauciones que aseguran
frente a riesgos y que permiten la colaboracin entre personas libres e iguales.
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perspectivas suelen aparecer en el anlisis de la responsabilidad patrimonial, presentan la dificultad de atender unilateralmente a la posicin de una
de las partes de la relacin obligatoria, de modo que no dan una razn
suficiente para que la vctima reciba compensacin de este demandado o, al
revs, para que el responsable deba indemnizar a esta vctima.
d) La idea aristotlica de la justicia correctiva ha sido redescubierta en
los ltimos aos como el ncleo central de una justificacin normativa y
de una adecuada comprensin del derecho de la responsabilidad patrimonial, precisamente porque atiende a la relacin entre el autor del dao y la
vctima. En verdad, la idea de justicia correctiva ha devenido en el contrapunto del anlisis econmico de la responsabilidad, que pareci transformarse en una doctrina por completo dominante, especialmente en el
derecho norteamericano, a partir de la dcada de 1970. Atendida la extensin y sutileza de la literatura relevante, parte esencial de esta seccin se
dedicar a mostrar los aportes y limitaciones de esa idea reguladora.
11. Decaimiento de la idea de justicia retributiva. a) El sentido ms arcaico
de justicia responde al sentimiento de retribucin. Las ms antiguas legislaciones conocidas no distinguen los efectos patrimoniales y propiamente
penales que se siguen de los ilcitos. Sin embargo, ya en los orgenes de la
responsabilidad civil se encuentra la idea de sustituir la retribucin penal
por una compensacin econmica (infra N 22 b). En ese preciso momento ya comienza el retroceso de la funcin puramente retributiva de la responsabilidad patrimonial.
b) Desde el punto de vista de la estructura de la responsabilidad, el
decaimiento de la funcin retributiva se muestra en la evolucin histrica
del ilcito civil bsico, como es la culpa o negligencia. Desde el derecho
romano, el concepto civil de culpa tiene una connotacin esencialmente
objetiva (supra N 6, infra N 42), de modo que las condiciones subjetivas
de la responsabilidad se reducen a las ms elementales de la capacidad
(que en algunos ordenamientos tambin est en retirada) y de la libertad
de la accin.44 En otras palabras, el derecho civil establece requisitos muy
bsicos para que el acto pueda ser atribuido subjetivamente al demandado; cumplidos esos requisitos elementales, el juicio de valor recae objetivamente en la conducta y no en la reprochabilidad moral del autor del dao.
Bajo tales condiciones, la atribucin de responsabilidad difcilmente puede ser entendida desde una perspectiva retributiva. En ello existe una diferencia de grado con el derecho penal, donde la culpabilidad es un juicio
que tiene un componente subjetivo (aunque haya generalizado acuerdo
en que la retribucin no es su finalidad).
c) Por otro lado, si la responsabilidad civil cumpliera una funcin retributiva, el monto de la indemnizacin de perjuicios dependera de la intensidad de la culpa del demandado. Por el contrario, en el derecho
moderno, en virtud del principio de reparacin integral del dao, la vcti44
Infra 7 y 8.
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ma debe quedar indemne de todo dao, con independencia de la gravedad del ilcito (infra Nos 163 y 200).
Sin embargo, la funcin punitiva suele reaparecer bajo nuevas formas
en el derecho civil. En algunos sistemas jurdicos se reconocen indemnizaciones punitivas, esto es, verdaderas penas civiles que soporta el responsable
cuando su conducta es particularmente impropia. Con todo, la finalidad
ms reconocida de la indemnizacin como pena civil es de prevencin
general y no retributiva, pues pretende desincentivar la comisin de ilcitos particularmente graves (infra N 198).
Asimismo, la prctica jurisprudencial chilena tiende a incorporar un elemento punitivo en la valoracin del dao no patrimonial: en circunstancias
que ste no tiene parmetros econmicos de determinacin, al momento
de apreciarlo los jueces suelen incorporar, explcita o implcitamente, consideraciones que no atienden a la intensidad del perjuicio, sino a la gravedad
del ilcito o a las capacidades econmicas del demandado (infra N 201).
12. Fines compensatorios de la responsabilidad patrimonial. a) A primera
vista, todo indica que la compensacin de las vctimas de los accidentes es
un fin primordial de la responsabilidad civil. En efecto, por lo general, el
juicio de responsabilidad civil tiene por objeto que se declare una indemnizacin, cuya medida es el dao sufrido.45
Con todo, aunque la pretensin del demandante sea obtener una compensacin, de ello no se sigue que el sistema en su conjunto deba ser
concebido a la luz de esa finalidad. La compensacin de la vctima slo
tiene lugar cuando se cumplen las condiciones de la responsabilidad. Porque del mismo modo como la finalidad preventiva del ordenamiento no
es evitar a cualquier costa que ocurran accidentes, tampoco la exigencia
de justicia es asegurar a las vctimas compensacin a todo evento, por el
solo hecho de haber tenido el demandado alguna participacin causal en
el resultado daoso. En verdad, el derecho de la responsabilidad civil se
refiere por igual a las condiciones para dar lugar a la responsabilidad,
como al fracaso de las pretensiones reparatorias.46
Esta explicacin es consistente con la prctica de la responsabilidad
civil en los ordenamientos contemporneos. Sin embargo, hay matices que
conviene aclarar, porque la idea de compensacin como fundamento de
la responsabilidad suele aparecer en dos extremos argumentativos, esto es,
tanto en una doctrina libertaria de la responsabilidad (que expresa un
individualismo radical) como en una doctrina que atribuye a la responsabilidad una funcin de socorro de la vctima (que conceptualmente la
acerca al seguro privado y a la seguridad social).
45 As, se ha fallado que nuestro derecho consagra el principio de la reparacin integral o completa del dao, aplicable en el mbito de la responsabilidad civil extracontractual (Corte de Santiago 1.9.2003, GJ 281, 104); y que la reparacin del dao es el principal
efecto que nuestro legislador asigna a la responsabilidad delictual o cuasidelictual (Corte
de Santiago, 10.7.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 83).
46 Ktz/Wagner 2006 25.
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riesgos que nos afectan (salud, empleo, propiedad), slo algunos pueden
ser calificados bajo reglas de responsabilidad (por expansivas que sean),
de modo que si se entiende que el fin es la proteccin frente al infortunio,
los caminos legales deberan ser mucho ms comprensivos que el estatuto
de responsabilidad.
En verdad, es muy discutible que la compensacin de la vctima sea tarea
per se de la responsabilidad civil. Cuando la sociedad desea proteger a ciertos
grupos vulnerables puede establecer regmenes de responsabilidad estricta,
pero tambin tiene el camino de los seguros obligatorios (como ocurre con los
accidentes del trabajo y los riesgos del trnsito) o de la seguridad social, que s
tienen por principal finalidad compensar los daos. Finalmente, si la vctima
es aversa al riesgo, siempre est abierto el camino del seguro contra daos
propios, que cubre los riesgos generales de la vida, cualquiera sea su fuente.
En definitiva, el argumento de la seguridad de la compensacin como criterio
de atribucin de una obligacin indemnizatoria, tiende a disolver la pregunta
por la responsabilidad del demandado respecto de la vctima (esto es, la relacin de derecho privado entre ambos) en una cuestin muy distinta, relativa a
los mecanismos institucionales para la proteccin frente a los riesgos generales de la existencia.51 El efecto es que el derecho civil se transforma en un
instrumento imperfecto del derecho social.
13. La justicia correctiva como fin de la responsabilidad patrimonial. a) El
concepto de justicia correctiva tiene sus orgenes en la tica Nicomaquea de
Aristteles.52 El texto es de gran simplicidad, aunque no por ello superficial, y revela una comprensin refinada de la relacin de derecho privado.
Aristteles define el lugar donde la pregunta por la justicia correctiva
resulta relevante: se plantea en los tratos mutuos, tanto voluntarios (contractuales) como involuntarios (extracontractuales). Lo caracterstico de
estas relaciones es la igualdad; es indiferente la riqueza y el mrito, pues el
derecho slo mira a la naturaleza del dao y a la injusticia cometida. Quien
comete un injusto se apropia de lo que no le pertenece; esta apropiacin
ocurre aunque no se haya hecho ms rico, porque ha actuado en atencin
al propio inters, sin considerar el ajeno. La justicia correctiva persigue
restablecer la igualdad que ha sido rota por el ilcito: en circunstancias
que la justicia correctiva asume que las partes de una relacin de derecho
privado son iguales, el papel del juez es llevar las cosas al punto medio, en
que no hay ganancia ni prdida injusta. En sede extracontractual, entonces, la accin tiene por objeto reparar el dao injustamente causado.
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b) El anlisis instrumental del derecho tiene una tradicin que se vincula a la filosofa utilitarista (especialmente a partir de Bentham); pero
atendido el desarrollo analtico que ha alcanzado la economa, hoy est
ampliamente dominado por el anlisis econmico del derecho, que postula
que el derecho privado debe ser considerado como una variable de la
funcin general de maximizacin de la riqueza, que, a su vez, resulta ser la
medida del bienestar social.
En un anlisis de este tipo, el concepto de riqueza que debe ser maximizado se extiende a todos los bienes patrimoniales y no patrimoniales, esto es,
tengan o no valor econmico. El instrumento para obtener este fin de
maximizacin es el conjunto de reglas coactivas que crean los incentivos
para que las personas, en la prosecucin coordinada de sus propios intereses provoquen efectos positivos para el bienestar general.61
c) El enfoque econmico del derecho tiene un aspecto positivo (terico o descriptivo) y uno normativo (que propone cmo debe ser el sistema
de responsabilidad civil).
La teora econmica pretende ser, ante todo, una disciplina positiva.62
Algunos de los ms significativos especialistas en la disciplina del anlisis
econmico del derecho sostienen que el derecho privado ha desarrollado
reglas eficientes, que se pueden explicar genealgicamente a la luz de la
racionalidad econmica. En el fondo, intentan explicar el desarrollo jurisprudencial del derecho (al menos en el common law) a la luz de la economa, bajo el supuesto explcito de que los jueces usaran intuitivamente
conceptos econmicos desde mucho antes de que se formulara una doctrina sistemtica en la materia.63 En este libro se mostrar que esta hiptesis parece correcta en algunos institutos claves de la responsabilidad civil
como antdoto contra la tradicin que hace inteligible el derecho privado a la luz de la doctrina no instrumental de la justicia correctiva, y, por otro, como una teora instrumental
pero vaca respecto del derecho, que deja espacio para el proyecto poltico del movimiento
de Law & Economics. Sobre esta sorpresiva (pero explicable) simbiosis entre el anlisis econmico del derecho y el positivismo jurdico de Kelsen, infra N 21.
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de reglas de funcionamiento de la actividad (como ocurre con la velocidad mxima de circulacin en calles y caminos o con las reglas sobre ruidos molestos). En el extremo, la prevencin especial se logra prohibiendo
el ejercicio de una cierta actividad; es lo que racionalmente debiera ocurrir, por ejemplo, respecto de actividades cuyos daos asociados exceden
en cualquier hiptesis los beneficios correlativos (como ocurre con el uso
de sustancias altamente txicas sustituibles por otras ms inocuas).
c) Desde un punto vista econmico, la responsabilidad civil es entendida como una tcnica de prevencin general, en la medida que sus reglas dan
seales de cuidado preventivo que constituyen un mercado autorregulado
de incentivos. Bajo el modelo de racionalidad econmica que maximiza su
utilidad, la responsabilidad civil establece costos asociados al desarrollo de
una actividad. En efecto, quien desarrolla una actividad generadora de
riesgos conoce las condiciones que determinan su deber de indemnizar a
las vctimas de los daos que provoque. De esta manera, se establece implcitamente un desincentivo al descuido (porque se debe asumir el costo
de los daos subsecuentes) y un incentivo a los gastos en prevencin.
De acuerdo con el supuesto de la racionalidad econmica, este incentivo a los gastos en prevencin tiene dos variables esenciales. Ante todo, es
proporcional al riesgo de pagar indemnizaciones a consecuencia del ejercicio de la respectiva actividad (que, a su vez, es funcin de la intensidad y
probabilidad de que ocurra el dao); por otro lado, depende de los costos
en que se debe incurrir para prevenir esos accidentes. Idealmente, el modelo ensea que el gasto en prevencin ser incrementado hasta el punto
en que el costo de una unidad marginal de cuidado iguale el ahorro marginal en indemnizaciones por accidentes (infra N 309, cuadro N 1).
Bajo estos supuestos, las reglas de responsabilidad civil actan como
directivas de prevencin general, pues estn dirigidas a todos los creadores de riesgo, estableciendo una regla de atribucin de costos de los accidentes asociados a sus actividades. El estatuto de responsabilidad civil no
da rdenes, como las regulaciones administrativas, sino que se limita a
establecer las reglas del juego, que sirven de trasfondo a las decisiones de
innumerables actores. A su vez, el ordenamiento civil acta como un mecanismo descentralizado de control, porque es la propia vctima quien debe
velar por su derecho a ser indemnizada.69 As, la tarea del Estado se limita
a establecer las reglas de responsabilidad y a proporcionar los medios procesales necesarios para hacerlas valer, crendose, de este modo, un rgimen descentralizado de incentivos que propende a un ptimo de bienestar.
d) El sistema de prevencin general est con frecuencia en interaccin
con las normas legales o administrativas de prevencin especial. En materia de medio ambiente, por ejemplo, la prevencin especial de accidentes
est a menudo asociada a la exigencia de que se elabore y apruebe un
estudio de impacto ambiental y a que se obtengan autorizaciones administrativas, que la ley establece como condicin previa para desarrollar ciertas
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actividades industriales riesgosas y, una vez que el proyecto est funcionando, quede sujeto a las regulaciones pertinentes. Si de la infraccin a estas
regulaciones se sigue dao, la responsabilidad civil acta como mecanismo de prevencin general al imponer un costo indemnizatorio o de restitucin del medio ambiente daado (infra 55).
19. La responsabilidad estricta y por negligencia desde una perspectiva
instrumental. Referencia. a) A pesar de que el enfoque normativo es comn a todas las corrientes del anlisis econmico del derecho, hay diferencias en la manera como es valorada la responsabilidad por negligencia.
Algunos estiman que es ms eficiente un sistema de responsabilidad
por culpa.70 Destacan que la negligencia supone la inobservancia del cuidado debido, esto es, aquel cuidado que podemos exigir de quien desarrolla una actividad; a su vez, ese debido cuidado no puede ser concebido
sino en funcin del nivel ptimo de prevencin. Por eso, una regla que
atribuye la responsabilidad por hechos culposos sera, por definicin, la
regla ms eficiente socialmente, porque la nocin de culpa reconduce al
nivel ptimo de cuidado. La culpa, bajo este enfoque, es la variable decisiva para definir precisamente el grado de prevencin socialmente deseable. De ello se sigue que la actuacin diligente, en observancia del
cuidado debido, cumplira por definicin con el nivel de prevencin que
conduce a un equilibrio ptimo entre el costo de evitar los accidentes
(medidas de prevencin o costos precautorios) y los riesgos que la actividad supone (costos del dao accidental provocados por la respectiva actividad).
Segn otra corriente, que parece dominante, las razones econmicas
hablan por el establecimiento de estatutos de responsabilidad estricta en
reas ms bien amplias de la actividad humana, porque radica la responsabilidad en quien est en mejores condiciones de evitar los daos.71
En definitiva, el problema prctico que subyace tras el anlisis econmico es que ms all de su significativo valor analtico para discernir las
reglas ptimas de conducta en funcin de su utilidad (eficiencia), rara vez
se sostiene en evidencia emprica. As, la discusin contina an en un
terreno ms bien especulativo tiempo despus de ser planteada vigorosamente en la dcada de 1960.
b) Como se ha adelantado, no es este el lugar para la exposicin de los
argumentos que se suelen dar en favor de la responsabilidad estricta, porque suponen un contrapunto entre sta y la responsabilidad por culpa.
Por eso, la discusin acerca de los mritos relativos de los regmenes de
responsabilidad ser postergada para el momento en que pueda ser desarrollada sobre una base ms informada (infra 36).
48
Sobre esta idea de maximizacin de la riqueza, Posner 1990, captulos 12 y 13; una
breve resea en Posner en Owen 1995 99; una resea de las dificultades que plantea el supuesto asumido por el enfoque econmico de que el bienestar es un bien analticamente
simple en Coleman 2003 20.
73 No es el lugar para discutir la crtica que la ciencia emprica del comportamiento
econmico formula al modelo de racionalidad del homo oeconomicus y de su importancia en
el derecho privado; al respecto, una referencia ms precisa en infra N 67.
74 El origen de esta doctrina se encuentra en la fructfera interaccin de economistas y
juristas (especialmente Ludwig von Mises y Franz Bhm) en la llamada escuela austriaca,
cuya ruta fue proseguida especialmente por Friedrich von Hayek y Ernst Mestmcker. Son
pensadores europeos que vivieron el desafo del totalitarismo y desconfan del Estado como
agente instrumental de direccin social. Rechazando el utilitarismo, que sirve de antecedente a la moderna economa de bienestar, estos autores invocan la tradicin de Adam Smith,
que enseaba derecho y economa, y cuyo mayor aporte ven precisamente en haber descubierto la interaccin entre la mano oculta del mercado y la muy visible mano ordenadora
del derecho (Mestmcker 1986 59).
75 Un apasionado desarrollo de estas ideas en Hayek 1973/79 I 1.
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cer lo que una persona debe hacer cuando su conducta puede daar a
otros. Son reglas de justicia que no necesariamente han sido formuladas,
pero que son discernibles en el contexto de una relacin interpersonal76 y
que permiten determinar los lmites de lo lcito y definir las consecuencias
que se siguen de su infraccin. En definitiva, un discernimiento de la lgica del desarrollo espontneo de la sociedad civil supone evitar un concepto puramente instrumental del derecho, y atender, por el contrario, a
criterios de justicia, entendidos como predicados de las acciones humanas
y no del orden social en su conjunto.77
b) La mejor manera de ilustrar la radical diferencia de enfoques entre
la doctrina instrumentalista sobre derecho y economa y la teora del derecho como estructura bsica de los rdenes espontneos se muestra en la
manera como Posner y Hayek, respectivamente, se enfrentan con la teora
del derecho de Kelsen.
Para Hayek, el positivismo jurdico es el camino a la perdicin de la
tradicin del derecho civil, porque lo transforma en un instrumento de
polticas pblicas impuestas por actos de decisin (taxis); se trata de un
concepto de derecho que inevitablemente afecta el funcionamiento fluido
del orden espontneo, porque lo interfiere mediante decisiones oportunistas. Las normas que resultan de estas intervenciones son adoptadas en
un marco de informacin necesariamente imperfecto, con el resultado de
que no se pueden prever sus efectos indeseables (externalidades negativas). Pero, ms all de esta cuestin epistemolgica (referida a los lmites
del conocimiento), el concepto instrumental de la norma jurdica subvierte el principio jurdico de la libertad, que tradicionalmente ha caracterizado al derecho privado y le permite desarrollar la funcin ordenadora, pero
no impositiva (nomos), a que se ha hecho referencia. 78
En contraste, Posner ha descubierto en Kelsen la teora del derecho
que mejor se aviene al radical instrumentalismo de la escuela de law and
economics.79 En la medida que el concepto positivista de derecho es libre de
todo contenido y carece de vinculacin con una idea de valor, deja abierto
el camino para una adjudicacin judicial pragmtica. De ese modo, se
abre espacio para una forma de pensar instrumentalista en el mbito judicial (que es la preocupacin prctica esencial de Posner). El complemenHayek 1973/79 II 33.
En uno de sus textos ms penetrantes, Hayek sostiene que el test propio del derecho (privado) es el de la injusticia, porque aunque carecemos de criterios positivos para valorar lo justo, s los tenemos para juzgar lo injusto. La idea de injusticia permite, en su
opinin, el desarrollo progresivo del derecho sobre la base de correcciones al derecho hasta ahora vigente, desarrollndose, de este modo, un cuerpo de reglas progresivamente ms
complejo, que est sujeto a un proceso continuo de revisin crtica. Hayek vincula esta idea
a la doctrina kantiana (donde se acepta el test de injusticia como complemento del principio formal del imperativo categrico) y al principo de falibilidad de K. Popper (Hayek
1973/79 II 42).
78 Hayek 1973/79 II 48.
79 Posner 1995 250.
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rente naturaleza.84 En verdad, la idea de justicia correctiva recorre el derecho de la responsabilidad civil, pero difcilmente puede explicar reglas de
responsabilidad cuyo fin sea el logro de ciertos bienes institucionales, como
ocurre con la libertad de expresin (infra N 373) u otras metas sociales,
como ocurre, por ejemplo, con las reglas legales y administrativas que persiguen la proteccin ambiental (infra N 578).
c. Fines distributivos de la responsabilidad patrimonial
21. Instrumentos distributivos del riesgo de dao. a) El concepto de justicia distributiva tiene su origen tambin en Aristteles, en uno de los pasajes ms oscuros de su tica a Nicmaco.85 Segn Aristteles, la justicia
distributiva se relaciona con la proporcin que existe entre el todo y cada
una de sus partes. Su perspectiva, por consiguiente, es ms general que la
justicia correctiva, pues mientras sta atiende a la relacin entre la vctima
y autor del dao, la justicia distributiva atiende a la desproporcin entre la
vctima afectada por el accidente y quienes estn en una situacin anloga
de riesgo y no soportan dao alguno. Esta diferente estructura muestra de
qu manera la justicia distributiva es esencialmente un problema de derecho pblico, cuya funcin es precisamente la relacin entre el todo (la
sociedad) y sus partes (las personas).86
A la luz de la justicia distributiva, la responsabilidad civil debe corregir
la aleatoriedad con que se distribuye la carga de ser vctima de un accidente, poniendo el acento en la forma ms equitativa de hacer dicha distribucin entre todos los candidatos a sufrir el dao. En tal sentido, esta especie
de justicia invoca la solidaridad para con las vctimas de accidentes, corrigiendo la suerte con que se distribuyen los daos. Su fundamento, por
consiguiente, es el mrito: bajo consideraciones de justicia distributiva se
atiende a la relacin de la vctima con un conjunto de personas que no
resultan afectadas por dao alguno, a pesar de tener el mismo mrito para
haber sufrido el accidente.
En consecuencia, desde la perspectiva de la justicia distributiva, se pretende evitar la desproporcin entre los costos asumidos por las vctimas de
accidentes (los intoxicados con un alimento defectuoso, por ejemplo) y el
conjunto inmensamente mayor de vctimas potenciales (que, comnmente, somos todos los dems).
84 Particularmente interesantes, y prometedoras de desarrollos posteriores, me parecen a este respecto las observaciones de Deakin en Birks 1997 294.
85 Aristteles tica Nicomaquea 5.3,1131 b.
86 El derecho pblico dispone de medios (subsidios, expropiaciones) para que las polticas distributivas o de inters general soporten los estndares constitucionales de la proporcionalidad y de la exigibilidad; aunque el derecho privado cumple una funcin
distributiva muy bsica sus instrumentos para la consecucin de intereses generales son limitados (Leuschner 2005 245).
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b) El rgimen de responsabilidad estricta puede cumplir instrumentalmente efectos distributivos. Aunque tambin concurren razones de justicia correctiva, tiene una funcin distributiva, por ejemplo, la responsabilidad
estricta establecida en la mayora de los ordenamientos (pero no en Chile) para los daos causados por productos defectuosos, en cuya virtud basta que el dao provenga de un vicio del producto, para que el fabricante
resulte responsable. El fabricante debe asumir el costo de los eventuales
accidentes que genere su actividad, y al traspasar ese costo al precio de los
productos, todos los consumidores (esto es, las potenciales vctimas) pagan por la cobertura del riesgo que amenaza a todos ellos por igual, pero
que se materializa aleatoriamente sobre unos pocos. Resulta evidente el
efecto distributivo de una regla de responsabilidad estricta (y, en un sentido ms dbil, de las presunciones de culpa).
c) La mayor dificultad con que tropieza la definicin de la responsabilidad civil a la luz de la justicia distributiva es que tiende a contradecir lo
que exige la justicia correctiva para la relacin entre el autor del dao y la
vctima. En efecto, a la luz de la justicia correctiva la pregunta es por qu
el demandado debe correr con costos que no le son atribuibles en su relacin con la vctima?.
En verdad, los modelos ms directamente dirigidos a la distribucin
del costo de ciertos riesgos, son el seguro social y el seguro privado obligatorio. stos conducen derechamente a la socializacin del riesgo, sea por va
pblica, como ocurre cada vez que las vctimas son indemnizadas por el
Estado con recursos recolectados por medio de impuestos, o por va privada, mediante el establecimiento de la obligacin de contratar un seguro
de daos a terceros para desarrollar determinada actividad, como es el
caso de la circulacin de automviles.
En el extremo, el sistema de seguros puede ser de tal modo comprensivo de los riesgos, que en la prctica llegue a excluir el sistema de responsabilidad civil. Es lo que ocurri en Nueva Zelanda, donde en 1975 se instaur
un sistema estatal de seguros para los accidentes de trnsito, que se hace
cargo de los daos con absoluta prescindencia de la idea de responsabilidad.87 Los inconvenientes de un sistema de esta naturaleza son los inherentes al alejamiento de los principios normativos del derecho privado
que caracterizan al estado de bienestar. Se debilita el sentido de que cada
cual debe prevenir los propios riesgos. Es la suave domesticacin paternalista que desplaza a la responsabilidad personal, a que se refieren algunos
antroplogos,88 cuyo efecto es la funcionalizacin del riesgo que aleja del
discernimiento de lo correcto y produce efectos preventivos adversos.89
87 Ktz 1991 71; para un anlisis crtico, desde el punto de vista de la prevencin ptima, del seguro de daos independiente de la culpa en el derecho neozelands, J. David
Cummins, Richard D. Phillips y Mary A. Weiss, The Incentive Effects of No-Fault Automobile Insurance, en Journal of Law and Economics 2001 427.
88 Gehlen 1973 76.
89 Honor en Owen 1995 93.
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clanes tribales, que es atemperada mediante un largo proceso de negociacin, con intervencin de autoridades mediadoras informales, que tambin culmina con una reparacin en cabezas de ganado.94
c) El principio retributivo es seguido por los primeros cdigos conocidos de la antigedad. El Cdigo de Hammurabi (siglo XVII a.C.) establece
ntidamente la ley del talin,95 sin perjuicio de contemplar tambin la compensacin en dinero por daos no personales.96 La Ley de las XII Tablas
(siglo V a.C.), primera formulacin escrita del derecho romano, tambin
estableca la ley del talin,97 pero dejaba abierta la puerta para que privadamente se pactara una compensacin.98
d) La evolucin del derecho romano de la responsabilidad civil muestra que sus orgenes punitivos siguieron marcndolo en pocas posteriores. Los romanos distinguieron delitos pblicos y privados. Los primeros
interesaban a la ciudad (sacrilegio, traicin) y eran castigados con sanciones propiamente penales. Los segundos estaban entregados a formas institucionalizadas, que tendan a transformar sus efectos corporales en
patrimoniales. Por eso, la obligacin en dinero que surga de los delitos
no era una reparacin, sino una multa penal. Ante todo, era frecuente
que los delitos tpicos (furtum, damnum iniuria datum) dieran lugar a penas
pecuniarias en beneficio de la vctima, que eran por el duplo o el cudruplo del dao efectivo.99 Por otro lado, la obligacin que surga del ilcito se
extingua por la muerte del causante del dao (la sancin penal era intransmisible); y no tena una funcin compensatoria, porque se permita,
en caso de concurrencia de responsables, la acumulacin de los crditos
en contra de cada uno de ellos.100
Esta naturaleza penal de la indemnizacin subsisti incluso hasta el
derecho romano tardo. Posteriormente, con la excepcin del derecho
francs, fue tomada por el derecho europeo de la alta edad media, porque
el juez estaba facultado para fijar la indemnizacin en relacin con la gravedad de la accin, con la consecuencia de que poda traducirse en una
ganancia patrimonial para la vctima.101
e) Slo con la configuracin del estado nacional comienza a consolidarse la separacin del derecho penal y el civil que conocemos en nuestra poca. La concentracin del poder pblico y la burocracia estatal hicieron posible
la persecucin pblica de los antiguos delitos privados; correlativamente, se
desarroll el concepto de la responsabilidad civil como una obligacin de
indemnizar los perjuicios efectivamente causados. Este concepto se generali-
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z en las doctrinas modernas del derecho natural y fue recogido por las
codificaciones.102 Con todo, la idea de pena civil sigue latente en el derecho
contemporneo, como se ver al tratar del dao (infra N 198).
23. Desde el casuismo hacia los principios generales. a) El derecho romano
de la responsabilidad civil introdujo la distincin entre los ilcitos dolosos y
los culposos, llegando a constituir la negligencia una categora autnoma
respecto de los ilcitos voluntarios.103 Sin embargo, la culpa estuvo siempre
asociada a tipos de ilcitos, que la doctrina fue distinguiendo, especialmente a
partir de las hiptesis bsicas de la lex Aquilia. Esta tipificacin estuvo acompaada del desarrollo de un concepto objetivo de culpa (infra N 42),104
pero la evolucin no llev en el derecho romano clsico a que se formulara
un principio abstracto de responsabilidad por negligencia.105
b) La evolucin hacia una frmula general de responsabilidad por negligencia estuvo marcada por la inclinacin del pensamiento moderno hacia la abstraccin y la generalidad. Este camino ya haba sido avanzado por
los juristas del derecho comn, que haban aplicado la lex Aquilia romana
a todas las hiptesis de daos a las cosas y la actio iniurarum a cualesquiera
daos corporales.106
El paso definitivo es dado por la escuela racionalista del derecho natural, que introduce a partir de Grocio una clusula general de responsabilidad por culpa.107 Sin embargo, la forma que adquirira la codificacin
francesa estuvo determinada principalmente por el espritu universal de
Pothier, que asume el esfuerzo de dar forma racional a la tradicin romana y a las antiguas costumbres de ancestros germnicos.108
dem 506.
Inst. Gayo 3.211.
104 En el derecho romano oriental, bajo influencia de la filosofa griega y de la tica cristiana, hubo un cierto renacimiento de la idea de reprochabilidad moral, no slo en el dolo,
sino tambin en la negligencia, y se introdujeron nuevas distinciones, cuyo efecto fue privar
de su dinamismo a los tipos abiertos descritos por los juristas clsicos (Kaser 1971 II 348).
105 En las compilaciones bizantinas se construy la figura genrica de las obligaciones
que nacen quasi ex delicto. Sin embargo, este concepto de cuasidelito se refiere a los tipos
de negligencia a que se ha hecho referencia y a determinadas figuras en que no puede hablarse propiamente de negligencia, pero que son tratadas como tal, como ocurre con la
responsabilidad por la cada de un objeto desde la parte superior de una edificio (Inst. Just.
4.5, en relacin con 3.13).
106 Coing 1985 I 506.
107 La sntesis del mtodo generalizador de la modernidad y de la tradicin medioeval tarda se expresa en la frmula de Grocio sobre las fuentes de las obligaciones: Hay tres razones
para que se nos deba algo: contrato, culpa y ley (). Nos referiremos ahora a las obligaciones
que el derecho natural hace nacer de los actos ilcitos. Ilicitud se denomina aqu culpa y consiste en un acto u omisin que infringe lo que los hombres deben hacer bajo toda circunstancia o
segn sus calidades especiales. De tal culpa nace en razn del derecho natural la obligatoriedad de reparar los daos provocados (Grocio Del Derecho de la Guerra y de la Paz 6.17).
108 Pothier 1761 N 116. Sobre las influencias romanas y germnicas en Pothier, Stein
1996 158.
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nes para que el sistema de responsabilidad civil observe los mismos principios del seguro y pase progresivamente a ser considerado como garanta
de la compensacin.
Esta ltima tendencia es resistida en este libro, porque provoca que la
responsabilidad civil se disuelva en los sistemas de seguro obligatorio y de
seguridad social, cualquiera sea su estructura. De la circunstancia que la
responsabilidad civil tenga un lugar secundario como instrumento de compensacin (por la generalizacin de los seguros obligatorios de daos y de
la seguridad social), no se sigue que su justificacin sea la misma del seguro. Mal que mal, el seguro es establecido precisamente porque la responsabilidad civil no puede actuar como garanta general de compensacin
de daos (supra N 5 y especialmente infra N 859).
b) Posicin estratgica de las partes en materia probatoria. Una segunda tendencia es interna al sistema de responsabilidad por culpa, en cuanto
atiende a la posicin estratgica de las partes en el juicio de responsabilidad. El requisito de la culpa y la causalidad imponen a la vctima el deber
de probar que el dao sufrido se debe al hecho culpable del demandado.
En casos tpicos, como los accidentes del trnsito, esta prueba es sencilla,
pues basta probar la infraccin a la regla del trnsito que ocasiona un
dao. En otras ocasiones, sin embargo, la prueba de la culpa o de la causalidad puede ser en extremo dificultosa para la vctima, atendida la situacin de desequilibrio estratgico en que se encuentra respecto del
demandado (que controla la informacin). Es el caso, por ejemplo, de los
productos defectuosos que causan un dao: el consumidor usualmente no
est en condiciones de probar la negligencia que provoc en concreto el
defecto, de modo que bajo el principio general sobre carga de la prueba,
lo ms probable es que quede en la indefensin.
El ms eficiente correctivo en estos casos son las presunciones de responsabilidad, que invierten la posicin estratgica que las partes tienen en el
juicio de responsabilidad. Las presunciones de responsabilidad por el hecho ajeno (de dependientes) y por el hecho propio (de quien genera un
dao en ejercicio de una actividad peligrosa, por ejemplo) se pueden justificar por razones de justicia, porque se hacen cargo de la posicin efectiva
de las partes para proveer de prueba, y de eficacia preventiva, porque impiden que crezca la cifra negra de accidentes culpables, pero que no generan costos indemnizatorios para quien negligentemente los provoca.114
c) Culpa annima o en la organizacin. Desde el derecho romano, el
concepto civil de culpa tiene un carcter objetivo, esto es, supone comparar la
conducta efectiva con un estndar general de conducta. Esta caracterstica
favorece la expansin de la responsabilidad, porque simplifica la prueba y
establece estndares generales y adaptables a las expectativas recprocas de
comportamiento. Aun as, suele ser muy difcil, especialmente en procesos
productivos complejos, identificar la accin culpable concreta que da lugar al accidente. En estos casos, la nica manera razonable de construir el
114
59
60
25. Principio de responsabilidad por el propio injusto como rgimen general y supletorio. a) El derecho de la responsabilidad civil debe resolver en
concreto el punto en que el ejercicio de la libertad de unos entra en colisin con los intereses de otros, en trminos que nace para stos el derecho
a ser reparados en los daos que han soportado. De acuerdo con el principio de que cada cual soporta sus daos, a menos que haya una razn para
atribuir a un tercero la obligacin de repararlos (casum sentit dominum), la
pregunta esencial que plantea la responsabilidad civil se refiere precisamente a las razones que justifican darla por establecida. En otras palabras,
slo habr responsabilidad en la medida que se cumplan los requisitos
que el propio derecho establece. Como ya ha sido discutido, esta es una
pregunta comn a todos los sistemas de responsabilidad civil, en la medida que no resulta imaginable un ordenamiento que imponga responsabilidad por todos y cada uno de los daos que nos ocasionamos recprocamente
con ocasin del trfico espontneo en que participamos.
b) La razn ms general para la atribucin de responsabilidad en nuestro sistema jurdico es que el dao se deba a la culpa o negligencia del demandado (o de una persona por quien ste responda). La idea de culpa
aparece en todas las normas que establecen el sistema general de responsabilidad en el derecho chileno (1437, 2284, 2314 y 2329). Este rgimen
de responsabilidad exige como condicin para que el dao sea atribuido a
un tercero que sea el resultado de una accin ejecutada con dolo o con la
mera infraccin a un deber de cuidado.115 De este modo, como se ha visto,
el principio de la responsabilidad por culpa cumple, a la vez, la funcin de
ser el fundamento y el lmite de la responsabilidad: por regla general, el
dolo y la negligencia dan lugar a responsabilidad civil y, en contraste, slo
se responde si se ha incurrido en dolo o negligencia.116
c) Atendida su generalidad, la responsabilidad por culpa o negligencia
es el rgimen comn y supletorio de responsabilidad en el derecho chileno, aplicable a todos aquellos casos que no estn regidos por una regla
especial diversa.
26. Elementos del juicio de responsabilidad por culpa o negligencia. a)
Los requisitos de la responsabilidad civil por culpa o negligencia pueden
ser ordenados en cuatro grupos: i) una accin libre de un sujeto capaz, ii)
realizada con dolo o negligencia, iii) que el demandante haya sufrido un
dao y iv) que entre la accin culpable y el dao exista una relacin causal
115 As, se ha fallado que no puede afirmarse que todo accidente que infiera daos
importe de suyo falta o culpa imputable a persona determinada, porque es menester, para
que exista un cuasidelito, que el perjuicio producido provenga de un hecho ilcito o bien
de la omisin de actos de cuidados o diligencia requeridos por la ley (CS, 21.9.1923, RDJ,
t. XXII, sec. 1, 481).
116 Larenz/Canaris 1994 352.
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suficiente para que ste pueda ser objetivamente atribuido al hecho culpable del demandado. La doctrina y la jurisprudencia nacionales comparten
esta enumeracin de requisitos.117
b) A pesar de que la culpa civil no implica un juicio subjetivo de reproche
al autor del dao, el derecho exige que la accin por la cual el sujeto responde
le sea atribuible como su accin libre. Este requisito elemental de atribucin
subjetiva se descompone en los requisitos de que el sujeto responsable sea capaz
y haya actuado de una manera que resulte imputable a su voluntad. Ambos
aspectos del requisito subjetivo de la accin sern analizados en el Captulo II.
c) La culpa articula el rgimen general de responsabilidad, porque establece el criterio para atribuir la obligacin reparatoria. La culpa civil
comprende genricamente las hiptesis de culpa intencional (dolo) y de
culpa no intencional (negligencia). En circunstancias que el requisito menos exigente es la negligencia, ste es tambin el umbral de la responsabilidad civil. La negligencia civil es esencialmente la falta del cuidado debido
de acuerdo con un estndar de comportamiento. La definicin de ese
estndar, as como las diversas hiptesis y problemas de aplicacin, sern
analizadas en el Captulo III.
d) El elemento ms genrico en la responsabilidad civil es el dao,
porque es comn a toda forma de responsabilidad civil, sea por culpa o
estricta. A diferencia de lo que ocurre en materia penal, no hay responsabilidad patrimonial si la vctima no ha sufrido dao alguno. Por eso, el
concepto de dao es determinante para definir la extensin material de la
responsabilidad civil. El dao como elemento de la responsabilidad civil
por culpa y estricta ser analizado en el Captulo IV.
e) La responsabilidad civil supone que el dao sufrido por el demandante sea objetivamente atribuible al hecho del demandado. Este requisito
se expresa en la idea de causalidad, pero comprende, en verdad, dos elementos diferentes: por un lado, el hecho del demandado debe ser condicin
necesaria de la ocurrencia del dao, pues a falta de esta conexin no es
posible atribucin alguna de responsabilidad; por otro lado, entre el hecho
del demandado y el dao debe existir una relacin de suficiente proximidad, que en nuestra tradicin civil se expresa en el requisito de que el dao
debe ser directo. Ambos aspectos de la atribucin objetiva del dao al hecho
del demandado sern tratados en el Captulo V, sobre causalidad.
117 As lo entiende la doctrina nacional (Alessandri 1943 123, Ducci 1936 19, O. Tapia
1941 130, Corral 2003 105); y tambin la jurisprudencia dominante; a modo de ejemplo, vanse
las siguientes sentencias: CS, 19.4.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 83, publicada tambin en F. del
M. 497, 452; Corte de Santiago, 6.12.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 2, 117; CS, 8.10.2001, GJ 256,
232, publicada tambin en F. del M. 503, 3385; CS, 4.9.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 186; CS,
13.11.2002, GJ 269, 39, publicada tambin en F. del M. 504, 3702; Corte de Santiago, 8.9.2004,
GJ 291, 238; y Corte de Copiap, 15.12.2004, rol N 543-2004. P. Rodrguez 1999 119 agrega
el requisito de antijuridicidad; que fue introducido por el BGB alemn y ha sido recogido
por la doctrina italiana y argentina; la funcionalidad de este requisito es discutida incluso en
los sistemas jurdicos donde forma parte de la regulacin legal (Ktz 1991 41), de modo que
no resulta necesario ni conveniente introducirlo en el anlisis del derecho chileno (infra N 51).
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CAPTULO II
HECHO IMPUTABLE
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7. CAPACIDAD
En su dimensin subjetiva, el hecho que da lugar a responsabilidad supone la libertad del sujeto para actuar. La conducta slo es voluntaria en la
medida en que pueda ser imputada a una persona como su accin u omisin libre. En otras palabras, la conducta debe ser atribuible al sujeto responsable como su hecho. El requisito de voluntariedad del hecho muestra
un sustrato retributivo de la responsabilidad civil (supra N 11): slo se responde por actos que puedan ser subjetivamente atribuidos al demandado.
b) La subjetividad de la accin rara vez forma parte explcita del juicio
de responsabilidad. En general, la atencin se centra exclusivamente en la
dimensin material del hecho, porque, por un lado, las reglas sobre capacidad delictual son amplias (infra 7), y, por otro, porque slo excepcionalmente puede ser excluida la responsabilidad en razn de que el acto
del demandado no es voluntario (infra 8).
29. Decaimiento de los elementos subjetivos de la responsabilidad. La
tendencia a la objetivacin de la culpa ha tenido como consecuencia
un debilitamiento o la franca retirada de los elementos subjetivos de la
responsabilidad. Ante todo, esta evolucin se muestra en que la culpa
es entendida objetivamente como ilcito civil (infra 10). En algunos
ordenamientos, como el francs, incluso se ha terminado por eliminar
la capacidad como requisito de responsabilidad (haciendo responsables a infantes y dementes), en una evolucin que ha sido entendida
como el triunfo definitivo de la apreciacin en abstracto de la responsabilidad.2
En la mayora de los sistemas de nuestra tradicin jurdica se han conservado, sin embargo, la capacidad y la voluntariedad del hecho como los
supuestos subjetivos mnimos de la imputabilidad civil, aunque la culpa,
con matices que varan de un sistema jurdico a otro, haya pasado a ser
generalmente concebida en trminos objetivos.3
7. CAPACIDAD
30. La capacidad como condicin de imputabilidad. a) La imputabilidad
subjetiva del hecho supone que el autor tenga algn grado mnimo de
aptitud de deliberacin para discernir lo que es correcto y lo que es riesgoso. Por eso, la capacidad constituye la ms bsica condicin subjetiva de
imputabilidad en la responsabilidad civil.
2 Chabas 2000 b N 9; en Francia la incapacidad por demencia dej de ser una excusa
aceptable en el juicio de responsabilidad luego de la reforma al Cdigo Civil introducida
por una ley de 1968 (artculo 489-2); una corriente jurisprudencial tendi a expandir la
idea de que la capacidad no era requisito de la responsabilidad; sin embargo, con posterioridad, el estado de infancia ha pasado a ser considerado al momento de apreciar la culpa
(Viney/Jourdain 1998 356).
3 Von Bar 1996 I 75.
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HECHO IMPUTABLE
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7. CAPACIDAD
7 As, Alessandri 1943 134; para Ducci 1936 51, el decreto de interdiccin tiene el valor de una prueba pericial; en contrario, P. Rodrguez 1999 189.
8 Deutsch/Ahrens 2002 70.
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HECHO IMPUTABLE
9 As, tempranamente se fall que hay responsabilidad del menor de doce aos que da
muerte a una persona utilizando un arma de fuego por no haber evitado la direccin del
arma cargada hacia el finado M. en el momento en que ste pasaba por su frente (Corte
de Santiago, 20.6.1861, G. de los T., 1861, N 1056, 666). En otro caso, se dijo que comete
cuasidelito () el menor de doce aos de edad que atropella con el auto que maneja, sin
tener la autorizacin competente ni la edad que requieren los reglamentos, a una persona,
causndole la muerte (Corte de Concepcin, 9.10.1939, G. de los T., 1939, 2 sem., N 161,
672). En el mismo sentido, Alessandri 1943 140, Ducci 1936 52.
10 El ejercicio por el juez civil de la facultad de efectuar un juicio de discernimiento es
casi desconocido en la prctica. En materia penal se trata de un sistema abandonado para
determinar la capacidad, por ser un mecanismo demasiado impreciso y de muy difcil determinacin, que otorga una facultad jurisdiccional excesivamente discrecional (Mensaje
del Presidente de la Repblica de 2.8.2002, boletn N 3.021-07); la deficiencia parece extensible al mbito civil.
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7. CAPACIDAD
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HECHO IMPUTABLE
Se ha fallado que si bien es efectivo que de conformidad al artculo 545 del Cdigo Civil las personas jurdicas son ficticias y pueden ser representadas judicial y extrajudicialmente, no es menos efectivo que de acuerdo al artculo 550 del mismo Cdigo las
referidas personas tienen voluntad, al igual que las naturales, con la sola diferencia de
que en aqullas la aptitud volitiva radica en sus rganos o reunin legal; por consiguiente, es perfectamente posible entender que puedan contraer, directamente, las obligaciones a que se refieren los artculos 1437 y 2284 del Cdigo Civil, entre las cuales interesa
destacar las que nacen del hecho ilcito, respecto del cual el artculo 2314 del cuerpo legal citado se limita a sealar cul es su consecuencia jurdica la obligacin de indemnizar sin distinguir clases de autores (CS, 16.11.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 192). En el
mismo sentido, se ha resuelto que las personas jurdicas o naturales se encuentran obligadas a indemnizar el dao o los perjuicios sufridos por otra a causa de hechos que son
de su responsabilidad (Corte de Valdivia, 15.5.2002, confirmada por la CS [cas. fondo],
4.9.2002 y 24.7.2003, GJ 277, 99).
13 Von Savigny 1840 II 60.
14 Sobre las doctrinas que explican la naturaleza de la persona jurdica, Lyon 2003 25.
15 Kleindeck 1997 172 y 479.
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La evolucin del derecho, especialmente en materias econmicas, ha extendido a las personas jurdicas diversas sanciones de analoga penal.16 El
efecto de esta responsabilidad infraccional es importante en materia civil,
porque si la persona jurdica es sancionada (por ejemplo, con multa), queda
configurada su culpa en materia civil, de modo anlogo a lo que ocurre
con las condenas penales (infra N 765).17
d) Las personas jurdicas, al igual que las personas naturales, responden civilmente por hechos que les son imputables personalmente; responden, adems, por el hecho ajeno, cometido por sus dependientes.
La responsabilidad por el hecho propio tiene por antecedente, ante todo,
el hecho de los rganos y representantes, cuya actuacin compromete
patrimonialmente en forma directa y personal a la persona jurdica (infra N 128). Pero tambin puede darse por constituido un hecho propio
de la persona jurdica en situaciones en que no se conoce concretamente la persona natural que ha actuado con culpa, pero el comportamiento
de la organizacin en su conjunto se muestra negligente. En organizaciones empresariales complejas esta culpa en la organizacin es una manera de hacer valer la responsabilidad en situaciones de incertidumbre
acerca del agente individual del dao, pero en las que existe certeza de
que ha habido una conducta negligente atribuible al conjunto de la organizacin (infra N 129).
Esta forma de responsabilidad por el hecho propio, que tiene por antecedente la culpa en la organizacin, hace a menudo innecesario recurrir
a la culpa de la persona jurdica por el hecho de sus dependientes, de
acuerdo con las reglas de los artculos 2320 y 2322. Sin embargo, cuando
el acto negligente ha sido cometido por un agente individualizado, el camino para construir la responsabilidad de aqulla ser precisamente el de
las presunciones de culpa establecidas por esas disposiciones (a menos
que, adems, se pueda imputar una culpa en la organizacin).
8. HECHO LIBRE DEL RESPONSABLE
35. Libertad en la accin. a) Para que el hecho daoso sea imputable a un
sujeto se requiere, adems de su capacidad, que su conducta sea voluntaria, esto es, que su accin u omisin le sea atribuible como un acto libre.
La accin (incluyndose en lo sucesivo la omisin en el concepto de ac-
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HECHO IMPUTABLE
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22 Este criterio proviene de Hobbes, para quien la libertad es la ausencia de impedimentos externos (Hobbes Leviatn 1.14); en un sentido ms estrecho, no es libre el acto que se
ejecuta en razn de una necesidad irresistible (Carbonnier 2000 405); para efectos del derecho civil parece preferible pensar que en tal caso la accin fue libre, pero justificada.
23 Sobre la culpabilidad penal como dficit de motivacin jurdica del sujeto competente para cumplir la norma, Jakobs 1991 598.
24 As, sin embargo, Carbonnier 2000 405.
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HECHO IMPUTABLE
causar dao a otro. Pero lo mismo vale para las formas ms mitigadas de
culpa intencional, que dan lugar al llamado dolo eventual, porque este ltimo supone conciencia y aceptacin de las consecuencias y el conocimiento
de la ilicitud de la accin (aunque no se tenga la intencin positiva de causar el dao). Por eso, en la culpa intencional o dolo, la voluntariedad de la
accin es inseparable del juicio relativo a la culpa (infra N 98).
Con todo, en la medida que el dolo civil es homologable a la culpa
grave, tambin en materia de responsabilidad extracontractual, existe siempre un desvo para evitar la caverna de la subjetividad del responsable:
basta mostrar que el hecho se realiz, objetivamente, con grave negligencia, con completa desconsideracin del inters de la vctima, para que el
resultado sea anlogo al dolo (infra N 99).
38. Privacin de la razn por actos imputables al autor del dao. La prdida de discernimiento debida a una accin originariamente atribuible al
autor no excluye la responsabilidad. Esa regla general puede ser construida a partir de lo preceptuado en el artculo 2318: El ebrio es responsable
del dao causado por su delito o cuasidelito.
La responsabilidad del ebrio o drogado, a pesar de la privacin de la
razn que se sigue eventualmente de su estado, se funda en que la ebriedad
le es imputable, porque proviene de un acto voluntario que puede ser calificado como un defecto en la conduccin de la vida (principio de la actio
libera in causa). Ello se muestra en que si se prueba que la ebriedad u otro
impedimento no son voluntarios, la privacin de discernimiento o voluntad
puede ser alegada como excepcin de inimputabilidad, porque la incapacidad no tiene su antecedente en un acto voluntario del demandado.25
25 Si el reo incurri en el hecho delictuoso de que se trata bajo el efecto del alcohol,
mezclado subrepticiamente por su co-reo con alcaloides y anfetaminas, debe concluirse que
particip en el robo privado parcialmente de razn por causas independientes de su voluntad (CS, 10.10.1985, RDJ, t. LXXXII, sec. 4, 239). Sobre la actio libera in causa en el derecho civil, Deutsch/Ahrens 2002 70; en contra, Alessandri 1943 137, Ducci 1936 63.
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CAPTULO III
CULPA
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6 Kaser 1971 I 503. Un pasaje de Gayo, recogido en Digesto 9.2.8.(1) es ilustrativo del
concepto objetivo de culpa en el derecho romano: cuando el mulero hubiese sido incapaz
de retener por impericia el mpetu de las mulas, si hubiesen atropellado un esclavo ajeno,
se dice comnmente que responde por culpa. Se dice tambin lo mismo si no hubiese podido retener el mpetu de las mulas por debilidad y no parece injusto que la debilidad se
compute a culpa desde el momento que nadie debe asumir un trabajo en el que sabe o
debe saber que su debilidad ha de ser peligrosa a otros. Se comprueba que en el modelo
clsico de la responsabilidad por culpa la capacidad y la libertad en la accin son finalmente los nicos requisitos subjetivos de la accin (supra 6; una reflexin crtica en Honor
1999 32).
7 Terry 1915 40.
8 Para los fundamentos inmediatos del concepto objetivo de culpa en nuestra tradicin jurdica, Pothier 1761 N 557. Prosser/Keeton et al. 1984 592 reconducen la objetividad de la culpa en el common law a decisiones del siglo XVII y, especficamente, a Weaver v.
Ward, 1616, Hob. 134, 80 Eng. Rep. 284; el concepto adquiri su forma ms precisa a principios del siglo XIX en Vaughan v. Menlove, 1837, 3 Bing. N. C. 467, 132 Eng. Rep. 490, donde se estim que no era excusa el error estpido incurrido por quien honestamente ejerci
su propio mal juicio.
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45. Culpa penal y culpa civil.22 a) Las dificultades para efectuar un juicio
individual de culpabilidad, que permita un reproche subjetivo del responsable, son tambin conocidas por el derecho penal. En esta disciplina, se ha
sostenido tradicionalmente que ese juicio de reproche supone que el imputado se haya podido comportar de otra manera, de modo que la aplicacin
de la pena slo est justificada en la medida que se le pueda efectuar un
juicio subjetivo de imputacin. Sin embargo, tambin en sede penal ocurre
que los jueces no pueden penetrar en el entramado ntimo de la motivacin. Por eso, se ha argumentado que por ms que el principio de culpabilidad sea sostenido como lmite de la atribucin de responsabilidad penal, no
puede llevar a una radical individuacin del juicio de reproche.23
b) Aun con estas dificultades, subsiste una diferencia esencial entre la
culpa como requisito de la responsabilidad civil y la penal. Mientras la
primera tiene por fin reparar un dao, la segunda supone que el infractor
de la norma sea condenado a sufrir un dao. Por eso, nada obsta para que
el derecho civil imponga responsabilidad aun con prescindencia de un
juicio de ilicitud de la conducta (responsabilidad estricta); por el contrario, en el derecho penal resulta inaceptable atribuir el perjuicio que supone la pena si el acto no es personalmente atribuible al imputado. Por eso,
mientras la culpabilidad penal cumple una funcin limitadora de la potestad punitiva del Estado, en materia civil la culpa es una condicin de responsabilidad que el derecho puede omitir, aunque responda, por lo general,
a exigencias de justicia correctiva.
c) Adems, la diferencia entre la culpa civil y la culpabilidad penal es
conceptual. La culpa civil se puede sustraer de las condiciones subjetivas
de la accin en razn de su objetivo reparatorio. Cualquiera sea la doctrina que se sostenga acerca de la funcin de la responsabilidad penal (como
cuestin de poltica criminal), sta supone la atribucin de una responsabilidad personal, que se expresa en un requisito de culpabilidad independiente del juicio objetivo de reproche de la conducta. Aun para los
penalistas ms escpticos respecto del alcance del requisito de culpabilidad, ste tiene una referencia personal: el autor acta culpablemente cuando ha incurrido en un injusto jurdico-penal, a pesar de que en la situacin
concreta (todava) podra satisfacer el efecto invocativo de la norma y posea una suficiente capacidad de autodeterminacin, de modo que un comportamiento conforme a la norma le era psicolgicamente accesible.24
En consecuencia, por mucho que la doctrina discuta la posibilidad
de efectuar un juicio individual de reproche, se conviene en que la sancin penal supone que otra conducta resultaba exigible respecto del imputado. Por eso, la culpabilidad penal es un requisito de responsabilidad
22 Sobre el concepto penal de culpabilidad se ha consultado Stratenwert 1976 162, Roxin
1994 700, Knsemller 2001 63, Jakobs 1991 566, Kaufmann 1976 passim, Cury 2005 385,
Bustos 1995 20 y 89, Etcheverry 1998 I 270, F. Muoz 1984 127.
23 Roxin 1994 707.
24 dem 1994 700.
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criminal que mira al responsable y excede el juicio de ilicitud de la conducta (del que dan cuenta los requisitos de tipicidad y antijuridicidad).
As tambin se explica que el error de prohibicin excluya la responsabilidad penal.25 Por el contrario, en el derecho civil no existe diferencia
entre decir que el responsable ha actuado con culpa o negligencia y
afirmar que su conducta es ilcita, porque para el derecho civil la imprudencia es impersonal.26
b. Lo abstracto y lo concreto del cuidado debido
46. Lo abstracto y lo concreto en la determinacin de la diligencia debida.
a) En su forma ms extrema, la objetividad del juicio de culpabilidad lleva
a prescindir de toda consideracin subjetiva. Es lo que ocurre en los sistemas jurdicos que no conocen el requisito de la capacidad (como es el
caso del common law respecto de los dementes), o que lo han eliminado
(como es el caso francs, con los nios y los dementes). Aunque nuestro
ordenamiento civil haya conservado los elementos subjetivos bsicos de la
capacidad y la libertad en la accin, la determinacin de la negligencia se
efecta sobre la base de un estndar de conducta objetivo, que excluye del
anlisis las circunstancias personales ms precisas del autor del dao (supra N 43). La consecuencia de esta consideracin objetiva de la culpa es
la abstraccin del estndar de cuidado.
b) Sin embargo, de ello no se sigue que el juicio acerca de la negligencia no atienda en concreto a las circunstancias externas de la accin. La
formulacin de la responsabilidad civil bajo una regla general de negligencia, as como la definicin de la culpa sobre la base de un estndar
objetivo y genrico de cuidado, tiene precisamente la ventaja de la adaptabilidad a las circunstancias del caso. Si se revisan las referencias a la culpa
en el ttulo del Digesto dedicado a la lex Aquilia, se comprueba histricamente la importancia de las circunstancias para dar por establecida la ilicitud de la conducta. Por lo mismo, es insuficiente para comprender la
jurisprudencia en materia de responsabilidad civil atender a los conceptos
generales con que los jueces justifican sus conclusiones; las sentencias que
se pronuncian sobre la diligencia adquieren sentido en el contexto de las
circunstancias de hecho del caso que se decide.27
A pesar de las dificultades que plantea el requisito de culpabilidad respecto de los delitos culposos, se puede afirmar que aun en este caso la responsabilidad penal no puede renunciar al aspecto subjetivo de la culpabilidad (Bustos 1995 20, 89). Un excelente anlisis de
las diferencias entre la culpa civil y la propia de delitos penales culposos en M. Tapia 2003 a.
26 Mazeaud et al. 1963 I N 642.
27 En la aplicacin del concepto civil de culpa se muestra con especial claridad que
nuestras instituciones judiciales estn diseadas para maximizar la posibilidad de que todo
elemento relevante del caso concreto delante del juez sea sujeto a un escrutinio lo ms cercano posible (Atria 2005 132).
25
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CULPA
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Captulo VIII.
Infra 67 b
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Infra 65 b.
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El tema de este prrafo ha tenido su principal desarrollo en el derecho francs en Dejean de la Batie 1965 passim. El anlisis en concreto de la culpa es un antiguo axioma en el
common law; y no lo es en razn de una tradicin jurdica diferente al derecho codificado, porque en uno y otro sistema la negligencia puede ser formulada en trminos igualmente generales. De ello es sintomtico lo que ocurre en Alemania, porque a pesar de tratarse de un sistema
estructurado en torno a conceptos abstractos, se acostumbra introducir en los comentarios una
larga lista alfabtica de situaciones de hecho en que la jurisprudencia ha diferenciado deberes
concretos de cuidado, referidos a las ms diversas situaciones, actividades y profesiones: residuos, arquitectos, mdicos, medicamentos, piscinas y playas, construcciones, alpinismo, actos
de funcionarios, demostraciones pblicas, ferrocarriles, patinaje en hielo, paracaidismo, aceras
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CULPA
47. Circunstancias personales tpicas del autor del dao. a) En todos los
sistemas jurdicos se plantea la pregunta por la relevancia de ciertas caractersticas personales tpicas, como la edad, las capacidades fsicas o el nivel
profesional del demandado. Las caractersticas especficas del sujeto no
son en principio relevantes: por el camino de definir los estndares de
cuidado sobre la base de caractersticas personales tpicas (esto es, compartidas por otros que se encuentran en la misma situacin), se arriesga
crear un estatuto de responsabilidad a la medida de cada cual.
La tipificacin judicial de deberes de cuidado atendiendo a caractersticas del agente tiende a subjetivar la responsabilidad por culpa. El estndar de la persona diligente pasa a descomponerse en el joven, el sordo o
el principiante diligente. Mientras ms especfica sea la referencia a calidades personales tpicas, ms se aleja la responsabilidad del estndar general
de debido cuidado. La consecuencia es que los tipos personales menos
calificados o rigurosos quedaran sujetos a estndares de conducta inferiores que los corrientes; y que los especialmente hbiles lo estaran a criterios ms exigentes. Desde este punto de vista, la culpa civil tendra una
dimensin objetiva, que se expresa en el estndar general de cuidado, y
otra individual, que atendera a las concretas posibilidades de accin del
demandado, como ocurre en el derecho penal.35
b) La pregunta crtica se refiere a quin debe correr con los riesgos de
las propias debilidades. El derecho civil establece reglas de justicia que se
basan en la igualdad y no en el mrito,36 con la consecuencia de que las
debilidades e ineptitudes deben ser soportadas, por lo general, por sus
portadores. As se explica que los ordenamientos civiles ms refinados tiendan a limitar severamente la subjetivacin subrepticia de la responsabilidad por la va de hacer relevantes caractersticas personales tpicas del
autor del dao.37 Por eso, la tendencia a la objetivacin de la culpa tiende
peatonales, estaciones de servicio, hoteles y restaurantes, inmuebles, derrames de agua, importadores, caza, espacios de recreacin, vehculos motorizados, hospitales, profesores, mquinas,
estanques de sustancias inflamables y corrosivas, correo, ciclistas, organizadores de viajes, expertos, ski, estadios e instalaciones deportivas, explosivos, calles, acueductos, locomocin colectiva,
medio ambiente (Palandt/Heinrichs 276 58); a ello se agregan los deberes que se derivan de
legislaciones especiales de contenido protector (como, por ejemplo, valores, sociedades annimas, biologa gentica, libre competencia, competencia desleal) y los ilcitos referidos a derechos de la personalidad. En una perspectiva comparada, Markesinis 1997 75.
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CULPA
sistemas jurdicos a excluir incluso la excusa de incapacidad, como en Francia43 y en el common law (supra N 29). Con mayor razn, no resultan aceptables excusas como la tensin psicolgica excesiva, la falta de educacin o
de experiencia o la torpeza o impericia del autor del dao.44 En estos
casos est implcita la culpa de haber asumido una actividad para la que se
carece de las destrezas o condiciones necesarias.45 La confianza y la seguridad en el trfico social, que justifican un concepto objetivo de negligencia, llevan a que consideraciones subjetivas de este tipo resulten irrelevantes.
El resultado inevitable es que en este respecto la responsabilidad por culpa termina acercndose a la responsabilidad estricta.46
c) Por el contrario suele ser relevante para fijar el nivel de cuidado que
el autor del dao acte como un experto. Esta condicin es especialmente
importante para determinar el nivel de cuidado debido en sede contractual, pero tambin puede serlo respecto de riesgos extracontractuales. Si
alguien desarrolla una actividad que plantea requerimientos profesionales
particularmente exigentes o un cierto conocimiento o experiencia prctica calificados, la confianza comprometida respecto de su conducta es correlativamente mayor.47 Es el caso de los auditores que informan al pblico
sobre los estados de situacin de una empresa o los abogados que dan una
opinin legal en una colocacin de acciones en el pblico; o de un gua
conocedor de la geografa en una excursin peligrosa. El estndar de cuidado es el exigible a quien emprende tareas delicadas y resulta ser comparativamente superior al aplicable respecto de quienes carecen de esas
calificaciones. El juego de la apreciacin de la culpa en abstracto (segn el
modelo del hombre razonable) y en concreto (segn las circunstancias
objetivas en que se acta) se muestra con nitidez en esos casos.48
48. La previsibilidad como requisito de la culpa. a) La previsibilidad es un
requisito de especial ubicuidad en la responsabilidad civil.49 En este prrafo se analizar la previsibilidad como elemento constitutivo de la culpa,
aunque luego reaparezca al calificar la causalidad (infra N 257).
43 Una precisa descripcin de la objetividad de la culpa en relacin con la capacidad
en el derecho francs, en H. Mazeaud 1930 14: no se compara entonces la conducta de
un demente a aqulla de un demente, la conducta de un infante a aqulla de un infante,
solucin que llevara a declararlos exentos de culpa y, por esto, irresponsables, sino a aqulla de un individuo sensato, y se decidir que cometieron una accin culpable si una persona sensata no habra actuado como ellos.
44 Ejemplos tomados de Palandt/Heinrichs 276 15; en el mismo sentido Viney/Jourdain 2001 358, Epstein 1999 111, Fleming 1985 24.
45 Medicus 2002 152.
46 Honor 1999 14.
47 En Chile, la jurisprudencia considera expresamente la condicin de especialista al
momento de realizar el juicio de culpabilidad, as, por ejemplo, CS, 30.9.1999, RDJ, t. XCVI,
sec. 4, 268; y Corte de Santiago, 17.4.2002, GJ 262, 81.
48 Viney/Jourdain 2001 359.
49 Jones 2002 37.
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b) El modelo del hombre prudente y diligente nos remite a una persona que delibera y acta razonablemente; y como lo imprevisible no puede
ser objeto de la deliberacin, no hay diligencia que pueda comprenderlo.
La previsibilidad, como condicin de la culpa, permite distinguir la
accin culpable del caso fortuito, es decir, del hecho cuyas consecuencias
daosas son imprevisibles y que es imposible de resistir (artculo 45); el
caso fortuito alude a las circunstancias que no pudieron ser objeto de deliberacin al momento de actuar y que, por lo tanto, no pueden atribuirse a
una falta en la diligencia exigida (infra N 270).
Nuestra jurisprudencia ha admitido que la previsibilidad es un requisito esencial de la negligencia. Ms an, alguna vez ha definido la culpa
como una posibilidad de prever lo que no se ha previsto.50 Tambin se
ha fallado que la culpa extracontractual consiste en no evitar aquello que
ha podido preverse y evitarse, incurrindose, por consiguiente, en una
negligencia, es decir, un no haber previsto las consecuencias daosas de la
propia conducta.51
Estas consideraciones de los fallos asumen, como se puede comprobar,
la posicin tpica de la persona diligente. La previsibilidad no hace referencia a un fenmeno psicolgico, sino a aquello que debi ser previsto,
atendidas las circunstancias. Como ocurre en general con los elementos
del juicio de negligencia, la previsibilidad se valora en abstracto, considerando el discernimiento de una persona diligente. As, se ha fallado que
no hay culpa cuando el hecho no pudo razonablemente ser previsto.52 En
igual sentido se ha declarado que cuando se acta con culpa el agente
infringe el deber exigible, menospreciando la atencin y cuidado que debe
en su obrar, a los bienes o intereses ajenos, pudiendo y debiendo prever el dao
que en ellos causara si ejecuta el acto voluntario.53
50 CS, 29.3.1962, RDJ, t. LIX, sec. 4, 21. Asimismo se ha entendido que el cuasidelito
se configura por la culpa con que actan los hombres en la ejecucin de sus actos; vale
decir por la falta de previsin de hechos o circunstancias que son previsibles a la generalidad de los hombres, Corte de Iquique, 21.10.1952, RDJ, t. L, sec. 4, 5.
51 CS, 23.1.1975, F. del M. 194, 292.
52 CS, 17.10.1972, RDJ, t. LXIX, sec. 4, 168.
53 Corte de Concepcin, 8.7.1974, RDJ, t. LXXI, sec. 4, 226. Para otros casos en que
se recurre a la previsibilidad para construir el juicio de culpabilidad, pueden consultarse,
entre otras, las siguientes sentencias: Corte de Concepcin, 4.11.1997, confirmada por la
CS [cas. fondo], 3.11.1998, F. del M. 481, 2600; CS, 2.7.1998, RDJ, t. XCV, sec 4, 95, tambin publicada en F. del M. 476, 1141; CS, 11.11.1998, F. del M. 480, 2356; Corte de Santiago, 10.11.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2, 78; Corte de Santiago, 17.7.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2,
48; Corte de Santiago, 7.12.1998, GJ 222, 196; CS, 12.4.1999, GJ 226, 131; CS, 30.9.1999,
RDJ, t. XCVI, sec. 4, 268; Corte de Copiap, 6.8.1999, GJ 234, 95; Corte de San Miguel,
19.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 66, tambin publicado en GJ 229, 153; CS, 13.11.2002, GJ
269, 39; Corte de Santiago, 17.4.2002, GJ 262, 81; Corte de Santiago, 2.7.2002, GJ 265, 85;
Corte de Santiago, 7.8.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 96; Corte de Iquique, 9.1.2002, confirmada por la CS [cas. fondo], 2.4.2003, GJ 274, 194; y Corte de Santiago, 31.12.2002, confirmada por la CS [cas. fondo], 30.4.2003, GJ 274, 212.
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error de conducta.59 Pero esa crtica resulta discutible si la culpa es entendida (e incluso moralmente justificada) a la luz de la justicia correctiva
(supra N 13) o como tcnica de prevencin general (supra N 16).60
En verdad, en el marco de una doctrina objetiva de la culpa corresponde analizar si una persona prudente y diligente estaba en situacin de
evitar el error de conducta ejerciendo el debido grado de diligencia y
disponiendo de la habilidad requerida en la actividad que realiza. Si la
respuesta es negativa, el error puede excusar el alejamiento circunstancial
del resultado que se esperaba. Mal que mal, los deberes que se asocian a la
idea de culpa no aseguran resultados, a diferencia de lo que ocurre en el
caso de la responsabilidad estricta.61
Con todo, resulta razonable que la jurisprudencia discrimine entre diversos tipos de casos. Hay situaciones en que es razonable entender los
deberes de cuidado a la manera de las obligaciones de seguridad de resultado,62 caso en el cual la excusa del mero error de conducta tender a ser
rechazada. A ese efecto suelen conducir las presunciones de culpa por el
hecho propio (infra 14), por el hecho ajeno (infra 17), la responsabilidad del empresario por daos sufridos por los trabajadores (infra 18), y
la de los profesionales proyectistas de una construccin segn la Ley de
urbanismo y construcciones (infra N 566). Por el contrario, tratndose de
deberes asimilables funcionalmente a las obligaciones contractuales de medios, como ocurre con los servicios profesionales que no dan lugar a obligaciones de resultado, la tendencia ser a aceptar la defensa del error
excusable (infra 50 a).63
R. Domnguez . 1989 N 30.
Posner en Owen 1995 160.
61 En Chile, la Corte Suprema ha resuelto que es inexcusable y constitutivo de culpa el
error de un banco que consigna un domicilio que no corresponde al fijado por el girador
de una cuenta corriente, a resultas de lo cual no es posible notificar el protesto de unos
cheques y se termina por causar dao a una persona, ya que los errores del banco la privaron de las acciones ejecutiva y criminal derivadas de los cheques, CS, 4.9.2002, RDJ, t. XCIX,
sec. 1, 186; en el mismo sentido, se ha estimado constitutivo de culpa la conducta del dependiente de una institucin bancaria que por error consigna el rol nico tributario de
una persona en protestos correspondientes a otra, incorporndose el nombre del primero
a la nmina de documentos protestados, la que posteriormente es enviada al Boletn de
Informaciones Comerciales de la Cmara de Comercio (CS, 24.3.2004, GJ 285, 138).
62 Viney/Jourdain 2001 476, Chabas 2000 b N 57.
63 El problema es especialmente delicado en casos de responsabilidad mdica. En Francia, la tendencia de la jurisprudencia fue a hacer responsable a los mdicos por sus errores
(Viney/Jourdain 1998 374). Una reciente jurisprudencia desplaz el llamado riesgo teraputico del mbito de la responsabilidad de los mdicos (cass., 1 sala, 8.11.2000, alejando en
sede civil el fantasma de la responsabilidad por hechos que pudieren ser tcnicamente calificables de fuerza mayor). A eso se agrega una ley de 2002, que atribuy al seguro social la
indemnizacin por accidentes mdicos que producen consecuencias graves para el paciente,
como muerte o incapacidad (M. Tapia 2003 b 26). En Alemania se fall que no era responsable el mdico que intervino el nervio facial con ocasin de una operacin del odo medio,
porque aun el mdico ms diestro no trabaja con la seguridad de una mquina y a pesar de
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cuidado no haya estado formulado por norma legal alguna. Sin embargo,
se ha dicho que la definicin presenta el defecto de suponer una regla
preexistente, en circunstancias que determinar la regla de conducta es
precisamente el objeto del juicio de responsabilidad. En efecto, salvo en
los casos en que el legislador ha definido positivamente los deberes de
cuidado, la regla que define el patrn de conducta que debi observarse
en el caso concreto es construida ex post por el juez, sobre la base del
estndar de la persona prudente y diligente.
Esta crtica es injusta si se atiende a la invocacin que la culpa hace de
reglas sociales espontneas. El deber del juez puede ser entendido como la
tarea de formular una regla de cuidado, que el demandando debi descubrir
como mxima de su accin. El derecho de la responsabilidad civil dista de
ser un ordenamiento sistemtico, pero tampoco es fruto de caprichos del
azar. La tarea del juez al formular el juicio de culpabilidad es normativa y no
discrecional, pues consiste en develar el contenido de una regla de derecho,
aunque no est positivada por la ley.68 En tal sentido, de acuerdo con una
lgica tpica del derecho privado, puede afirmarse que el juez no tiene la
tarea de imponer, sino de poner al descubierto el deber de cuidado.
b) En el derecho chileno, como en la generalidad de los sistemas jurdicos, al ser concebida como ilicitud de la conducta, la culpa civil no se
distingue de la antijuridicidad.69 En verdad, no hay razones prcticas ni sistemticas para distinguir en materia civil la culpa de la antijuridicidad, como
lo muestra la doctrina ms reflexiva de sistemas jurdicos donde el propio
Cdigo ha asumido que una y otra son requisitos diferentes de la responsabilidad. As, en el BGB se distinguen los requisitos de la culpa y de la
antijuridicidad de la accin. La antijuridicidad (Widerrechtlichkeit) se muestra en la lesin de un derecho subjetivo; la culpa (Fahrlssigkeit), en la
inobservancia del cuidado socialmente debido.70 Segn la doctrina alemana tradicional, bastaba la lesin de un derecho subjetivo para calificar de
antijurdica la accin (antijuridicidad calificada por el resultado). Sin embargo, esta doctrina es forzada y contraria a la intuicin jurdica, porque
no se puede decir que actan antijurdicamente el mdico que inflige una
herida al paciente, ni tampoco el comerciante que priva de parte de la
clientela a sus competidores.71 As se explica que se haya abandonado esa
Barros 1991 b 88.
As, por ejemplo, se ha fallado que la esencia de la culpabilidad reside precisamente en que el dao sea consecuencia de una conducta antijurdica, ilegal, Corte de Santiago, 14.10.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 132.
70 Tambin el Cdigo italiano tiene una norma que exige que el dao sea injusto para
que haya lugar a la responsabilidad, pero no establece, como el BGB, un listado de derechos cuya lesin da lugar a la accin reparatoria (Cd. ital., artculo 2043): una lcida exposicin comparada del requisito italiano del dao injusto en Visintini 1996 II 3.
71 El caso del competidor es til para reducir al absurdo esta doctrina en el derecho
chileno, pero, en estricto sentido, esa conducta no es antijurdica de conformidad al 823
del BGB, porque no afectara uno de los precisos derechos all referidos (lo cual tambin
explica la innecesaria complejidad que introduce la distincin entre culpa y antijuridicidad).
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actuar de acuerdo a criterios de prudencia, aunque la materia est regulada por la ley.90 As, por ejemplo, puede ocurrir que atendidas las circunstancias particulares que rodean la accin, conducir al mximo de velocidad
permitido sea imprudente, como cuando el vehculo se encuentra en condiciones deficientes o el camino est resbaladizo.91 Lo usual ser que el
legislador se limite a establecer ciertas reglas bsicas, llenando las lagunas
y precisando los deberes ms frecuentes e importantes, sin que con eso se
agote el mbito de los deberes de cuidado, en analoga a lo que ocurre
con los elementos de la naturaleza de los contratos.92
Excepcionalmente, un ordenamiento puede entenderse exhaustivo si
su fin es dar mayor seguridad jurdica a un rea de actividad, estableciendo una regulacin orgnica de las conductas debidas. En tal caso, no cabra establecer judicialmente deberes de cuidado adicionales a los
establecidos por el legislador. En especial, la regla legal podra ser interpretada como exhaustiva si los jueces carecen de instrumentos para construir una regla de conducta que pondere los conflictos de bienes o
principios. Es lo que ocurre con la interpretacin de las leyes que ponen
en ejecucin polticas pblicas, que requieren de una aplicacin ms bien
estricta.93 Con todo, la cuestin supone interpretar el estatuto legal en
En opinin de Alessandri 1943 180, el hecho de cumplir estrictamente con las disposiciones legales o reglamentarias, no exime de adoptar las dems medidas de prudencia
que las circunstancias requieran, y si el juez considera que stas habran sido tomadas por
un hombre prudente, podr declarar culpable a quien no las tom, aunque haya observado aqullas. En este caso, la culpa no consiste en haber violado la ley o los reglamentos,
sino en no haber observado la prudencia o atencin que las circunstancias imponan.
91 Se ha fallado, en el caso de un automvil que estaba en precarias condiciones, que la
simple observancia de las disposiciones reglamentarias del trnsito [conducir a una velocidad
no excesiva] puede servir, en general, para excusar la responsabilidad del conductor de un vehculo () siempre que los hechos se desarrollen en circunstancias normales y cuando se trate
de vehculos debidamente acondicionados para circular sin riesgos excepcionales, CS, 23.8.1951,
RDJ, t. XLVIII, sec. 4, 186. Vase tambin, Corte de Santiago, 25.5.1945, confirmada por la CS
[cas. fondo], 13.6.1946, RDJ, t. XLIII, sec. 1, 495; Corte de San Miguel, 19.7.1998, RDJ, t. XCVI,
sec. 2, 66, tambin publicada en GJ 229, 153. La Corte de Santiago, citando a Planiol y Ripert,
al referirse al deber de cuidado contenido en leyes o reglamentos ha sostenido que la observancia de ellos no dispensa tampoco del deber de conformarse a la obligacin general de previsin. El que se ha amoldado a los reglamentos tambin ser responsable si causa un perjuicio
que pudo y debi prever, Corte de Santiago, 17.4.2002, GJ 262, 81. Ocasionalmente algn fallo exagera, hasta el extremo de desnaturalizar la idea de responsabilidad por culpa, el principio de que la observancia de la ley no es garanta de diligencia; as ocurri en el caso de una
colisin de madrugada entre dos vehculos, que caus dao a terceros, donde se declar responsable a uno de los conductores, no obstante que guiaba el vehculo a una velocidad inferior
a la mxima reglamentaria, y que el otro vehculo no respet la seal de ceda el paso, pues es
posible prever un accidente del trnsito en un cruce de calles en horas de la madrugada, si no
se maneja con sumo cuidado, ya que es de ordinaria frecuencia que a esa hora no siempre se
observen las normas del trnsito, CS, 12.8.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 4, 120.
92 Epstein 1999 155.
93 Cane 1996 218.
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57. Valor de los usos normativos como criterios de diligencia. a) Si se concibe el derecho como una realidad social de carcter normativo, que excede
el mbito de la ley, naturalmente se tender a concebir los deberes de conducta como una expresin de usos normativos, de expectativas recprocas
que sealan lo que asumimos se puede exigir de los dems.99 A falta de una
norma legal que defina el ilcito, se podr decir que la culpa consiste en
infringir una regla establecida por la costumbre.100 El criterio emprico de
lo normal se puede justificar por razones de seguridad jurdica, que remiten a lo que segn la costumbre se puede esperar de los dems y, en consecuencia, cautelan que el derecho de la responsabilidad civil asegure la
proteccin de la confianza.101 Sin embargo, siempre permanece latente que
el juicio relativo a la culpa supone adoptar las perspectivas normativas de la
justicia (o de la eficiencia), en cuya virtud es necesario juzgar la razonabilidad de los usos normativos, antes de darlos por aceptados.
b) Cualquiera sea la doctrina jurdica que asuman los jueces, ocurre
que los usos normativos, especialmente en una sociedad tan diferenciada
como la actual, son en general imprecisos y difciles de probar. Por ello, lo
usual ser que el juez, a falta de reglas legales que definan el ilcito, se vea
obligado a construir prudencialmente el deber de cuidado. En esta tarea,
sin embargo, no se debiera olvidar que una funcin importante del derecho privado es dar forma al trfico espontneo al interior de la sociedad,
de modo que difcilmente se puede prescindir de aquello que con naturalidad esperamos de los dems como conducta debida.
3. Criterios de determinacin prudencial del deber de cuidado por el juez
58. Definicin judicial del estndar de la persona diligente. a) Por lo general, corresponde al juez la aplicacin en concreto del estndar de cuidado.
El derecho de la responsabilidad civil puede ser visto desde la perspectiva de las expectativas normativas que recprocamente tenemos respecto del comportamiento de los dems. En la medida que el concepto de culpa, ms all del mbito limitado de la culpa
infraccional, expresa lo que se puede exigir de una persona diligente, la regla de conducta
debida tiende naturalmente a expresar las expectativas reales que unos tenemos acerca del
comportamiento que deben observar los otros. El concepto de expectativas normativas respecto de la conducta ajena, caracterizadas porque son reafirmadas contrafcticamente, esto
es, aunque la conducta ajena efectiva contravenga lo que esperamos del tercero, es un aspecto esencial de la teora de N. Luhmann acerca del derecho como orden social (Luhmann 1972 43, Luhmann 1981 73). La idea de culpa remite a estas expectativas normativas
de comportamiento, que no se refieren a la manera cmo los dems se van a comportar,
sino a un acuerdo implcito acerca de cmo cada cual debe actuar en cada tipo de situaciones; sobre los aspectos lgicos de estas reglas espontneas, Wittgenstein Investigaciones filosficas, en especial 201 y 202; sobre este alcance en el derecho privado y constitucional, Barros
1984 80.
100 Carbonnier 2000 419.
101 Bydlinski 1996 198.
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El punto de vista de la gravedad del dao, como el de la probabilidad, fue frecuentemente aceptado respecto de accidentes ferroviarios
durante la primera mitad del siglo veinte. En ms de una ocasin, la
rigurosa aplicacin de las presunciones de culpabilidad en estos casos
llevaron a situar la responsabilidad por culpa en el lmite de la responsabilidad estricta. As, tratndose de la colisin de dos trenes, se dijo
que sta se produce generalmente por imprudencia o por negligencia
o descuido () salvo caso fortuito, cuya existencia no se ha alegado ni
probado.108
b) La peligrosidad que supone el desarrollo de algunas actividades ha
sido uno de los criterios determinantes para el establecimiento de estaturdico que protegen, Corte de Copiap, 28.6.2002, GJ 268, 133. Sobre otros casos de
determinacin de deberes de cuidado por aplicacin de este criterio, pueden consultarse las siguientes sentencias: CS, 25.7.1930, RDJ, t. XXVIII, sec. 1, 164; Corte de Talca, 25.9.1990, confirmada por la CS [queja] 9.5.1991, GJ 131, 78; y Corte de Santiago,
28.1.1993, GJ 151, 54. El criterio es especialmente utilizado para determinar el cumplimiento de la obligacin de seguridad del empleador en materia de accidentes del trabajo,
donde se ha fallado que el empleador es un deudor de seguridad a sus trabajadores.
La obligacin de otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus respectos, es una de
las manifestaciones concretas del deber general de proteccin del empleador; su cabal
cumplimiento es de una trascendencia superior a la de una simple obligacin de una
de las partes en un negocio jurdico, pues ella mira a la prevencin de los riesgos profesionales, lo que importa a sus trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto
para proteger la vida y salud de los trabajadores, como por razones ticas y sociales. CS,
27.5.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 3, 89, publicada tambin en F. del M. 486, 851. Para precedentes que insisten en el rigor exigible al empleador en el cumplimiento de esta obligacin de seguridad en razn de los bienes que busca cautelar (vida y salud), pueden
consultarse las siguientes sentencias: Corte de Santiago, 7.12.1998, GJ 222, 196; Corte
de Santiago, 30.12.1999, GJ 234, 203; CS, 8.8.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 3, 152, publicada tambin en GJ 242, 168 y F. del M. 501, 2427; Corte de Santiago, 17.1.2000, GJ 235,
199; Corte de San Miguel, 23.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 3, 103; Corte de Santiago,
2.7.2002, GJ 265, 85; Corte de Concepcin, 28.8.2002, GJ 266, 210; Corte de Antofagasta, 13.12.2002, GJ 270, 183; Corte de Santiago, 22.4.2003, GJ 274, 281; Corte de Santiago, 9.7.2002, GJ 275, 227; y Corte de Santiago, 29.8.2003, GJ 278, 282. Un anlisis de la
diligencia debida y los deberes de cuidado exigibles al empleador en infra Nos 505 y 506.
108 CS, 11.8.1932, RDJ, t. XXIX, sec. 1, 570. En un caso similar, la Corte de Santiago
seal: Que el hecho de que choquen dos trenes de la misma Empresa no slo manifiesta
que sus empleados no han cumplido sus obligaciones, sino tambin que no han usado de
la menor prudencia, pues, como lo dice el art. 186 del Reglamento General de 1884, nada
justifica el choque de dos trenes. La sentencia adems hace expresa referencia a la presuncin del artculo 2329 del Cdigo Civil para acreditar la culpa (Corte de Santiago,
12.10.1909, RDJ, t. IX, sec. 2, 25). Sobre la misma materia pueden consultarse adems las
siguientes sentencias: Corte de Santiago, 1.8.1923, confirmada por la CS [cas. fondo],
11.1.1924, RDJ, t. XXII, sec. 1, 912; y CS, 14.12.1923, RDJ, t. XXII, sec. 1, 785, que califica
el choque de trenes como inexcusable.
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tos de responsabilidad estricta (infra N 308 a).109 En el mbito de la responsabilidad por culpa hay tambin una relacin directa entre la severidad de las consecuencias previsibles de una accin y las precauciones que
debe adoptar quien la emprende. Por lo mismo, la gravedad del dao es
un indicio de culpabilidad, al extremo que en ciertos casos su magnitud
permite presumir que el hecho que lo causa es culpable, invirtiendo la
carga de la prueba en perjuicio del demandado (infra N 95).
60. Probabilidad del dao. a) La probabilidad de la ocurrencia y la intensidad del dao son los factores que determinan la magnitud del riesgo comprometido por una actividad. Es de toda evidencia prctica que a mayor
riesgo, mayor debi ser el cuidado aplicado a la accin.
La probabilidad es una variable acotada de la previsibilidad, pues mientras sta muestra un resultado como posible, aqulla mide el grado de esa
posibilidad. La probabilidad es una cuestin de hecho, que sirve de antecedente para un juicio normativo acerca de la diligencia debida.
b) La jurisprudencia utiliza implcita o explcitamente el criterio de la
magnitud del riesgo para definir los deberes de cuidado. As, antes que la
ley estableciera un rgimen de responsabilidad estricta en la materia, se
estim que haba culpa en la fumigacin area de un predio que ocasion
daos a un predio contiguo, en atencin a la probabilidad del dao, pues
aqulla se realiz en circunstancias meteorolgicas adversas (soplaba viento) y a muy poca distancia del otro predio, cuyas plantaciones en definitiva
resultaron daadas.110 Ms recientemente, se ha fallado que es negligente,
en razn de la probabilidad del accidente, la conducta de un empresario
que almacena materiales altamente combustibles en una fbrica rodeada
de casas, donde ya antes se haba producido un amago de incendio.111
En materia de accidentes de trnsito, se ha fallado que el legislador al establecer
la responsabilidad solidaria y objetiva en el artculo 174 de la ley N 18.290, ha tenido presente el disvalor que se genera cuando fallece un ciudadano o se ve afectado en su integridad corporal, en trminos que altera sustancialmente el desarrollo de la vida y en la mayora
de los casos le frustra sus principales proyectos, como consecuencia de una colisin o choque donde participa un vehculo motorizado. Por ello, la ley ha hecho responsable objetivamente a quien detente la titularidad del derecho de dominio del vehculo, Corte de
Antofagasta, 15.12.2001, GJ 273, 95.
110 CS, 27.11.1965, RDJ, t. LXII, sec. 1, 445. En un caso similar, se seal que hay culpa de parte de la empresa de fumigacin que aplica un producto altamente voltil en un
predio contiguo a otro en el que existe una via, con viento desfavorable, no pudiendo menos que prever que poda causar dao a este ltimo predio (Corte de Chilln, 5.10.1970,
RDJ, t. LXVII, sec. 2, 85).
111 Corte de Santiago, 17.7.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2, pg. 48. En otro caso, aplicando este
criterio a un accidente con consecuencias mortales, la Corte Suprema sostuvo que lo cierto es
que el accidente a que se refiere esta causa, as como sus lamentables consecuencias, fue el resultado de un conjunto de faltas del cuidado que poda exigirse a todos quienes, tanto separada
como conjuntamente, se encontraban implicados en una situacin generadora de riesgos considerables, cada uno de los cuales contaba con la posibilidad de haber intervenido para controlar
el peligro, evitando as el desgraciado desenlace. CS, 30.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 268.
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Aunque no se exprese, la probabilidad de que ocurra el accidente es decisiva en el juicio de negligencia en casos como los reseados.112
Como se ha expresado, el riesgo de una actividad puede definirse en
trminos estadsticos como funcin, por un lado, de la intensidad del dao
que amenaza ocasionar, y, por el otro, de la probabilidad de que ese dao
ocurra. As, una actividad ser riesgosa si el dao que amenaza provocar es
grave y la probabilidad de que se concrete es elevada. Por eso, lo usual es
que la probabilidad e intensidad del dao acten conjuntamente para determinar la culpa. As, una probabilidad menor, pero asociada a un dao
muy intenso, ser suficiente para imponer el deber de evitarlo; ello explica
que las actividades o productos catalogados como peligrosos estn sujetos,
en general, a reglas de cuidado ms estrictas que aquellas que previenen un
riesgo moderado. Lo mismo ocurrir cuando se trate de daos de menor
intensidad, pero con una muy alta probabilidad de ocurrencia.
En la jurisprudencia nacional es frecuente que la determinacin de
la culpa resulte del riesgo, aun cuando no se mencionen los factores de
intensidad y probabilidad del dao en forma expresa. La mayora se re-
112 Para casos en que la probabilidad del dao parece ser el criterio relevante en la
determinacin de los deberes de cuidado, pueden consultarse las siguientes sentencias: CS,
22.3.1902, G. de los T., 1902, 1er sem., N 258, 273; CS, 29.3.1901, G. de los T. 1901, 1er sem.,
N 263, 229; CS, 11.10.1902, G. de los T., 1902, 2 sem., N 259, 965; CS, 24.7.1905, RDJ,
t. III, sec. 1, 60, en la que se seala que hay negligencia de parte del ejecutante que consiente en el embargo despus de habrsele dado a conocer con insistencia la verdadera propiedad de las especies; un caso similar al anterior en sentencia de la Corte de La Serena,
21.10.1907, RDJ, t. VI, sec. 2, 3; Corte de Tacna, 4.9.1905, RDJ, t. IV, sec. 2, 8; Corte de
Valparaso, 29.9.1916, confirmada por la CS [cas. fondo], 1.8.1919, RDJ, t. XVII, sec. 1, 375;
CS, 13.1.1922, RDJ, t. XXI, sec. 1, 529, sealando que hay negligencia inexcusable e imprudencia temeraria en confiar el manejo de un carretn a un nio que por su edad no
puede dirigirlo con acierto; CS, 30.11.1923, RDJ, t. XXII, sec. 1, 681; CS, 20.10.1924, RDJ,
t. XXXII, sec. 1, 93; CS, 5.10.1929, RDJ, t. XXVII, sec. 1, 557; CS, 7.1.1931, RDJ, t. XXVIII,
sec. 1, 461; CS, 13.8.1931, RDJ, t. XXVIII, sec. 1, 747; Corte de Iquique, 16.11.1932, confirmada por la CS [cas. forma y fondo], 20.5.1933 y 1.6.1935, RDJ, t. XXXII, sec. 1, 382;
Corte de Santiago, 10.9.1940, confirmada por la CS [cas. fondo], 23.8.1941, RDJ, t. XXXIX,
sec. 1, 203; Corte de Santiago, 10.1.1953, RDJ, t. L, sec. 2, 11; CS, 8.8.1956, RDJ, t. LIII,
sec. 1, 217; Corte de Concepcin, 8.7.1974, RDJ, t. LXXI, sec. 4, 226; CS, 23.1.1975, F. del
M. 194, 292; CS, 12.8.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 4, 12, en un caso bien extremo de valoracin del riesgo; Corte de Concepcin, 7.11.1985, RDJ, t. LXXXII, sec. 4, 288, estimando
que acta culpablemente quien olvida cerrar una llave de paso luego de un corte de agua,
omisin que horas ms tarde al retornar el suministro, provoca una inundacin que causa
daos al piso inferior; Corte de Concepcin, 4.11.1997, confirmado por la CS [cas. fondo],
3.11.1998, F. del M. 481, 2600; CS, 2.7.1998, RDJ, t. XCV, sec. 4, 95, tambin publicado en
F. del M. 476, 1141; CS, 11.11.1998, F. del M. 480, 2356; Corte de Santiago, 10.11.1998, RDJ,
t. XCV, sec. 2, 78; Corte de Santiago, 7.12.1998, GJ 222, 196; CS, 28.1.1999, RDJ, t. XCVI,
sec. 4, 71; CS, 30.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 268; Corte de Santiago, 28.12.1999, GJ 234,
63; Corte de Santiago, 17.4.2002, GJ 262, 81; Corte de Copiap, 28.6.2002, GJ 268, 133; Corte
de Santiago, 2.7.2002, GJ 265, 85; Corte de Santiago, 9.7.2002, GJ 275, 227; CS, 13.11.2002,
GJ 269, 39; y Corte de Santiago, 22.4.2003, GJ 274, 281.
110
CULPA
fiere a accidentes debidos a intervencin de mquinas, trenes y automviles. 113 Pero tambin estos criterios resultan relevantes en materia de
responsabilidad profesional. As, en el caso de un anestesista que abandon a su paciente luego de suministrar la anestesia, ausentndose por
el tiempo suficiente para que ste sufriera un dao cerebral irreversible
a consecuencia de un paro cardaco, se dio por acreditado que el paro
cardaco era un riesgo tpico del perodo anestsico; ello fue suficiente
para estimar que un facultativo diligente debi permanecer junto a la
paciente hasta que la anestesia terminase de producir sus efectos, de
modo que al no hacerlo incurri en culpa que lo hizo responsable.114
c) La probabilidad del dao, as como el criterio conexo de la intensidad, son caractersticas comunes de los ejemplos de culpa presumida por
el hecho propio del artculo 2329 (infra N 94). Quienes disparan un arma
de fuego, remueven las losas que cubren una acequia o caera en una
113 Vanse, por ejemplo, Corte de Santiago, 23.10.1929, confirmada por la CS [cas. forma y fondo], 8.11.1930 y 14.7.1937, RDJ, t. XXXIV, sec. 1, 389; CS, 3.7.1930, RDJ, t. XXVIII,
sec. 1, 117; Corte de Santiago, 19.11.1934, RDJ, t. XXXII, sec. 2, 46, que seala que hay culpa en conducir un tranva a 40 km/hr si la lnea est hmeda y los frenos se encuentran en
mal estado; CS, 12.8.1953, RDJ, t. L, sec. 1, 288, que refiere que es culpable quien maneja
un vehculo en un pavimento humedecido, en forma de no poder detenerlo sino a condicin de lanzarse sobre la zona del camino destinada a los peatones, exponindose a atropellar a los transentes que caminan por ella; CS, 9.8.1944, RDJ, t. XLII, sec. 1, 244, que seala
que hay imprudencia temeraria de parte del conductor de un camin que, transitando a una
velocidad exagerada, pretende adelantar a otro vehculo que permanece detenido esperando pasajeros, en circunstancias que la proximidad de un tranva haca previsible el accidente
supuesto el ancho de los vehculos y el de la calzada; CS, 11.1.1960, RDJ, t. LVII, sec. 4, 7,
donde se resuelve que hay culpa del conductor de un vehculo que intenta adelantar al que
le precede en una curva, y que al chocarlo hace que ste pierda su direccin y se estrelle con
un muro, situacin que debi ser prevista al ejecutar la accin. Otros casos de accidentes de
trnsito en los que reciben aplicacin los criterios de probabilidad e intensidad del dao, pueden encontrarse en las siguientes sentencias: Corte de Santiago, 9.8.1960, RDJ, t. LVII, sec.
4, 229; Corte de Santiago, 3.6.1968, RDJ, t. LXVI, sec. 4, 21; Corte de Concepcin, 27.5.1969,
confirmada por la CS [queja], 4.9.1969, RDJ, t. LXVI, sec. 4, 203; 2 Juzg. Civ. de San Fernando, 2.11.1992, confirmado por la CS [queja], 9.6.1994, F. del M. 427, 344; CS, 22.4.1998,
F. del M. 473, 342; CS, 16.11.1998, F. del M. 480, 2334; CS, 12.4.1999, GJ 226, 131; Corte de
San Miguel, 19.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 66, tambin publicado en GJ 229, 153; Corte de
Copiap, 6.8.1999, confirmado por la CS [cas. forma y fondo], 22.12.1999, GJ 234, 95; CS,
14.10.1999, GJ 232, 118; Corte de Valdivia, 25.6.2001, confirmado por la CS [cas. fondo],
6.5.2002, GJ 263, 120; Corte de Santiago, 31.12.2002, confirmado por la CS [cas. fondo],
30.4.2003, GJ 274, 212; Corte de San Miguel, 18.6.2003, GJ 276, 176; y Corte de Santiago,
8.9.2004, GJ 291, 238. Un tpico caso de argumentacin implcita sobre la base del riesgo en
el caso de una seora que concurri a un supermercado y encontrndose en el estacionamiento subterrneo cay a un hoyo existente en el lugar, considerndose que haba culpa en
no mantener los espacios donde circula el pblico en buenas condiciones con el fin de evitar accidentes como el sufrido por la actora, Corte de Concepcin, 17.10.2001, rol N 1.6412001, confirmado por la CS [cas. fondo], 24.12.201, rol N 4.491-2001; para un caso anlogo,
Corte de Santiago, 4.5.2005, GJ 299, 184.
114 Corte Suprema, 4.10.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4, 206.
111
115 Para los antecedentes legales de la presuncin de culpa por el hecho propio establecida en el artculo 2329, infra N 91.
116 Fleming 1992 115.
117 Para los deberes de informacin en el mbito profesional, infra N 466; un anlisis
de la responsabilidad por infraccin a deberes positivos de informacin en infra 66 f; para
la responsabilidad por informacin falsa o errnea, infra 66 g.
112
CULPA
El objeto de la valoracin est constituido, por una parte, por los intereses jurdicos que se ven afectados por la accin que causa el dao, y por
la otra, por el valor moral o la utilidad que tiene esa actividad generadora
de riesgo.118 En el extremo, resulta justificado establecer respecto de riesgos
creados por actividades intiles un estatuto de responsabilidad estricta, como
el que establece el Cdigo Civil respecto de los animales fieros que no reportan utilidad para la guarda o servicio de un predio (artculo 2327).
b) Si la actividad es particularmente valiosa, una persona razonable,
prudente o diligente estar dispuesta a asumir riesgos proporcionalmente mayores. Es lo que ocurre con el ejercicio de la libertad de informacin, que atendida su funcin constitutiva para la cautela de otras
libertades tiende a ser especialmente protegido en la tradicin del constitucionalismo democrtico.119 De este modo, la proteccin civil de la
118 Restatement/Torts II 291, Wright en Owen 1995 264. Una aplicacin implcita de
esta idea puede verse en el criterio para juzgar abusivo el ejercicio de una potestad jurdica. As, en el caso de una persona procesada por estafa y luego absuelta de dicho cargo,
que demand la responsabilidad civil de los querellantes, los que finalmente fueron absueltos, se fall que fuera de los casos en que el ejercicio de la accin penal pblica impone
responsabilidad civil, y que se encuentran expresamente mencionados en la ley, los tribunales, atendido el inters pblico vinculado a la persecucin y castigo de los delitos, y la
gravedad de las causales que, segn el Cdigo de Procedimiento Penal, acarrean responsabilidad por el ejercicio abusivo del derecho de entablar la accin penal pblica, deben aplicar
un criterio particularmente estricto al estudiar y ponderar las actuaciones procesales en que
se hace consistir el cuasidelito civil a que pudiera dar origen el ejercicio [de la accin] que
confiere el artculo 15 del mencionado Cdigo, CS, 6.9.1952, RDJ, t. XLIX, sec. 1, 305.
De forma similar, procediendo de modo especialmente exigente, se ha aplicado este criterio para juzgar la imprudencia de los jueces en el ejercicio de la potestad jurisdiccional en
los casos de responsabilidad del Estado por error judicial, segn se pude constatar, entre
otros, en los siguientes fallos: CS, 6.10.1998, RDJ, t. XCV, sec. 4, 203; CS, 28.8.1998, F. del
M. 477, 1504; CS, 15.12.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 5, 193, tambin publicado en GJ 234,119;
CS, 26.1.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 56; CS, 11.5.1999, GJ 227, 134; CS, 15.12.1999, GJ 234,
123; CS, 5.6.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 4, 134, tambin publicado en GJ 240, 164; CS, 9.8.2000,
GJ 242, 148; CS, 26.9.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 4, 265; CS, 25.4.2001, GJ 250, 164; CS,
23.9.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 172; CS, 6.6.2002, F. del M. 500, 1568; y CS, 14.8.2002,
F. del M. 501, 1969. Sobre la materia, infra N 363.
119 En distintas jurisdicciones se ha fallado que el valor constitutivo que tiene la libertad de expresin respecto de otras libertades pblicas exige que los medios de difusin slo
respondan por los daos que causan a la honra de las personas cuando se acta con completa desaprensin respecto de la verdad de lo informado (estndar de culpa grave). Estas
ideas fueron formuladas en el caso New York Times v. Sullivan, fallado en 1964 por la Corte
Suprema de Estados Unidos, que estableci una doctrina que ha sido relevante tambin en
otras jurisdicciones. El peridico The New York Times inform errneamente que un jefe de
polica de Alabama haba participado en la brutal represin de una manifestacin en favor
de los derechos de las minoras. Los tribunales estatales de Alabama dieron lugar a una
accin de perjuicios en contra de la empresa periodstica. La Corte Suprema federal declar inconstitucional las normas del derecho comn que sancionaban civilmente la difamacin, porque establecan una carga excesiva sobre la libertad de expresin, fijando el umbral
113
honra y de la privacidad tiene su lmite en el valor que el ordenamiento otorga a la informacin, lo que plantea delicadas preguntas acerca
del error en la informacin y respecto de los lmites de la privacidad y
la honra.120
Algo semejante ocurre con los daos producidos en el ejercicio de
las libertades, conexas entre s, de contratar, emprender y competir: es
de la naturaleza de la autonoma privada y de los mercados competitivos
que cada cual pueda legtimamente perseguir su propio inters, de modo
que el lmite a partir del cual se responde por daos ocasionados en el
ejercicio de esa libertad est dado por la omisin de deberes positivos de
informacin121 y por la mala fe en el otorgamiento de informacin falsa
o errnea,122 y no por consideraciones de mera diligencia. As ocurre,
por ejemplo, en materia de libre competencia, donde resulta civilmente
lcito adquirir participaciones significativas de mercado, pero no lo es
abusar de la posicin dominante (infra 67 a); o en materia de competencia desleal, donde es admisible mostrar las ventajas relativas del propio producto o servicio, pero da lugar a responsabilidad hacerlo sobre la
base de informacin falsa o inductiva a error (infra 67 b); o en el mercado de valores, donde cada cual puede utilizar en su beneficio la informacin relativa a una empresa cuyas acciones u obligaciones se comercian
en el pblico, pero no puede aprovecharse de informacin privilegiada
de culpa grave al que se ha hecho referencia (New York Times v. Sullivan, 376 US 254). En
Alemania se ha fallado por el Tribunal Constitucional que el derecho a la honra tiene preferencia en caso de informaciones conocidamente falsas o que carecen de todo sustento
razonable; en caso contrario, habiendo inters pblico, la libertad de informacin hace excusable el error (Palandt/Heinrichs 823 189 A). En todo caso se reconoce que el fin de
la informacin es decisivo para efectos del sopesamiento de bienes que exige el juicio de
responsabilidad (Ktz 1991 224, con referencias a jurisprudencia constitucional y civil). Una
orientacin anloga parece haber tomado la Cmara de los Lores britnica, tradicionalmente
proclive a proteger comparativamente el honor, luego de que en 1998 se incorporara al
derecho interno la Convencin Europea de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales (Jones 2002 546). En otros trminos, el valor de la libertad de informar es de tal modo
significativo en un Estado constitucional, que su ejercicio en materias de inters pblico
slo impone responsabilidad en casos de negligencia inexcusable. La libertad de expresin
se sostiene en una valoracin de la importancia de la palabra en una sociedad que pretende hacer valer otras libertades, de modo que aun considerando los riesgos que ella envuelve, una expresin slo genera responsabilidad civil bajo condiciones especialmente rigurosas.
En Chile, los precedentes en la materia son ms bien en sede de recursos de proteccin,
donde se ha tendido a valorar la amenaza a la honra por encima de la libertad de expresin (infra N 373). Sin embargo, a un rgimen de libertades pblicas pertenece naturalmente que debe haber un razonable equilibrio entre ambos derechos, en trminos que no
restrinjan severamente el derecho a estar informado sobre asuntos de inters general.
120
121
122
Infra 44 y 45.
Infra 66 f.
Infra 66 g.
114
CULPA
que ha sido obtenida en ejercicio de una funcin fiduciaria, como director o abogado de la sociedad, por ejemplo (infra 66 h). En estos casos
la responsabilidad civil se entrecruza con las valoraciones bsicas del sistema jurdico en su conjunto, de modo que usualmente se exige algo
ms que la mera negligencia para que haya lugar a la responsabilidad
(infra N 100).
Ms all de estas situaciones caracterizadas por un conflicto de bienes
jurdicos en juego, el valor de la accin emprendida es un elemento relevante para determinar la diligencia en toda rea de actividad. Ello se muestra en ejemplos cotidianos de asuncin social de riesgos. As, el derecho
no tolerara la circulacin de vehculos motorizados si los accidentes estadsticamente inevitables no tuvieran como contrapartida un aumento generalizado del bienestar (e, incluso, no se pudieran evitar muchas otras
desgracias por su intermedio).123
c) Tambin influye en la valoracin de la accin emprendida si los
beneficiarios de la actividad son slo quienes la practican, como ocurre
con la caza deportiva y con otras aficiones riesgosas respecto de terceros, o
si, por el contrario, ella favorece en proporciones significativamente equivalentes, tanto a las vctimas como a los autores del dao. Por cierto que el
grado de cuidado debe ser mayor en el caso de actividades que no generan ventajas sociales recprocas, porque ellas suponen una especie de apropiacin unilateral de los beneficios que de ellas se siguen.124
d) Por ltimo, a la inversa de lo que ocurre con las actividades que slo
producen beneficio a quien las desarrolla, este criterio permite tambin justificar un menor grado de cuidado cuando el demandado produce el dao
con ocasin de una accin gratuita, actuando como el buen samaritano. En
el derecho anglosajn estos casos son genricamente denominados rescate.
Lo cierto es que en estas situaciones hay cercanas analogas con el grado de
cuidado exigido en sede contractual cuando slo resulta beneficiado el acreedor (artculo 1547). As, el mdico que interviene espontneamente en ayuda de la vctima de un accidente de trnsito en plena va pblica, el vecino
que causa daos evitables a la propiedad ajena con ocasin de un incendio,
quien se lanza al agua para auxiliar a alguien que se ahoga, sern juzgados
con un rigor atenuado si su propsito se frustra por su error de conducta
(que, de lo contrario, sera calificado de culpable), precisamente en atencin al valor intrnseco de su accin.125 En principio, el mismo criterio debiera ser aplicado en materia de transporte benvolo.126
123
En este sentido, se ha sostenido que la conduccin de cualquier vehculo motorizado crea un riesgo, el cual, sin embargo, el ordenamiento jurdico permite, en atencin al
los beneficios sociales que implica el empleo de esos medios de transporte, CS, 12.11.2003,
GJ 281, 155, tambin publicada en F. del M. 516, 3253.
124
As, el influyente argumento de Fletcher 1972 537.
125
Fleming 1985 53. En Chile, en un caso en que un trabajador falleci al efectuar
una accin de rescate, la Corte de Concepcin, al evaluar la culpa o imprudencia del trabajador, que era la vctima, sostuvo (siguiendo a Alessandri 1943 622) que aun aceptando la
115
127 Hace un siglo, la fuerza pblica que custodiaba un puerto arroj al mar cajones de
cerveza de propiedad de un particular para impedir que cayeran en poder de unos huelguistas; la Corte de Santiago seal que el deber de la autoridad de mantener ante todo el
orden pblico, no la faculta para adoptar el primer medio que se le presente, ni la exime
de la obligacin de recurrir entre varios, a los que menos daos ocasionen al derecho de
los particulares, Corte de Santiago, 11.1.1908, RDJ, t. V, sec. 2, 55. Si bien la sentencia
citada no razona explcitamente sobre la base del costo de evitar el dao, subyace a ella
una lgica econmica similar a la que inspira el criterio anotado. Puede citarse adems el
caso de un protesto de cheque practicado con evidente descuido, ocasionando perjuicios al titular de la cuenta, quien la haba cerrado voluntariamente para ausentarse del pas, dando
aviso a la institucin sobre el extravo de su ltimo talonario de cheques; durante su ausencia, uno de los cheques extraviados fue presentado a cobro y posteriormente protestado
invocndose la causal de giro contra cuenta cerrada; en circunstancias que el cuentacorrentista se vio expuesto a un proceso criminal iniciado en su contra, demand a la institucin
bancaria, la que fue condenada; al discurrir sobre la culpa, la Corte Suprema hizo especial
nfasis en la circunstancia de que la firma puesta en el cheque apareca ostensiblemente
diversa a la autntica y visiblemente disconforme, dando a entender as que para evitar
el dao se requera la adopcin de elementales medidas de resguardo y que, en consecuen-
116
CULPA
Por ms que se tengan reservas respecto del anlisis puramente econmico de la culpa (infra N 67), el costo de eliminar o disminuir el riesgo
de accidentes es relevante a la luz del estndar de la persona diligente y
razonable. Por cierto que los accidentes del trnsito se podran disminuir
sustancialmente si se eliminaran los cruces de calles al mismo nivel, si todas las carreteras tuvieran doble pista, si las curvas pronunciadas se evitaran con tneles y as sucesivamente. Y tambin pueden eliminarse muchos
daos personales si todos los automviles estuviesen provistos de airbag y
de frenos con dispositivo ABS. En uno y otro caso, sin embargo, exigir esas
precauciones resulta generalmente exorbitante. Su costo dificultara que
se completara la red de carreteras e impedira a muchas personas acceder
al automvil. Mal puede estimarse entonces negligente la conducta de los
concesionarios viales o de los fabricantes de automviles que omiten esos
resguardos.
Lo mismo vale para otros resguardos que no son valorizables directamente en dinero, pero que tienen un costo de oportunidad implcito. Es
lo que ocurre con la velocidad que se tiene por prudente. Si se decide
elevar de 50 km/hr a 60 km/hr la velocidad permitida en zonas urbanas
y si en ciertas carreteras se autoriza conducir a 120 km/hr en vez de los
100 km/hr tradicionales, se est asumiendo por la autoridad un mayor
riesgo, sobre la base de consideraciones de ese tipo, porque resulta evidente que si el propsito fuese eliminar o disminuir drsticamente los
riesgos no se habran aumentado las velocidades toleradas, a pesar de los
adelantos tecnolgicos de los vehculos motorizados y de la mejor condicin de las carreteras. Sin embargo, se ha valorado como superior el
beneficio que trae la posibilidad de desplazarse a mayor velocidad que el
aumento marginal de accidentes que esa nueva regla puede provocar. El
tiempo tiene valor y es un costo implcito de una regla ms restrictiva
(aun sin considerar otros costos sociales, como consumo de combustibles, congestin y contaminacin).
Consideraciones de este tipo son tambin determinantes cuando el juez
debe fijar el nivel de cuidado debido, porque, en definitiva, la persona
diligente y razonable acta atendiendo a los hechos relevantes, de modo
que la negligencia se expresa en la presentacin de una dificultad, que
puede subsanarse por un hombre prudente.128 La consideracin de los
cia, la institucin librada actu culpablemente al omitir cuidados que no suponan costos
exorbitantes (CS, 20.10.1954, RDJ, t. LI, sec. 1, 509). En el mismo sentido, razonando implcitamente en torno al limitado esfuerzo de evitar el dao, se ha estimado culpable la conducta de la entidad bancaria que omite comprobar la exactitud del domicilio que da el
cuentacorrentista al abrir la cuenta corriente, producto de lo cual no es posible la notificacin de los protestos de los cheques y se produce la prdida de las acciones para obtener su cobro, CS, 4.9.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 186; y CS, 26.1.2004, GJ 283, 121.
128
117
costos reitera el principio prctico de que no todo riesgo debe ser prevenido, sino slo aquel que ordena la prudencia.
63. Tipo de relacin entre el autor del dao y la vctima. Hay ciertos casos
en que el tipo de relacin entre el autor del dao y la vctima contribuye a
determinar la intensidad de los deberes de cuidado. Aunque la relacin
personal entre el acreedor y el deudor es caracterstica de las obligaciones
contractuales, tambin en materia extracontractual muchos deberes de cuidado nacen o son modificados en razn de la naturaleza de la relacin del
autor del dao con la vctima.
Ya se ha mencionado el rescate como un caso tpico en que la posicin
relativa de la vctima frente al autor del dao contribuye a disminuir el
cuidado exigible. A la inversa, ocurrir que una cierta relacin previa, como
la negociacin de un contrato, puede imponer deberes de lealtad recprocos, aunque por definicin las partes de una negociacin no tengan obligacin de llegar a un acuerdo129 (infra 66 c). Las mismas relaciones de
confianza y lealtad, incluso respecto de terceros desconocidos, son determinantes de la mayora de los deberes de cuidado que impone la Ley de
valores, respecto del pblico que invierte en valores de oferta pblica (infra N 816) y la Ley de sociedades annimas, en proteccin de los accionistas respecto de actos ilcitos de directores y gerentes (supra 56 d).
En el derecho chileno (como en la mayora de los sistemas jurdicos
romano-germnicos, incluido el francs) no es necesario que exista un
deber de cuidado especfico respecto de la vctima para que haya lugar a
la responsabilidad.130 Con todo, para quien administra una piscina pblica, un andarivel en la nieve o un parque de diversiones, no slo surgen
deberes contractuales, sino tambin deberes generales de cuidado relati-
130
118
CULPA
119
estndar exige que nadie haga soportar a los dems riesgos que superen lo
que exigen las circunstancias. Por eso, la construccin de los deberes de
cuidado especficos tiene ms de prudencial que de exacto, pues importa
ponderar los bienes e intereses jurdicos en conflicto en el contexto de la
accin. En consecuencia, criterios generales para apreciar la diligencia debida, como los desarrollados en este captulo, slo son puntos de vista,
cuyo mrito es que por lo general resultan relevantes para efectuar en
concreto esa determinacin prudencial.
e. Anlisis econmico de la culpa
66. La conducta socialmente ptima como criterio de diligencia. a) El anlisis econmico de la responsabilidad por culpa busca establecer los criterios socialmente ptimos de prevencin de accidentes, para lo cual no
resulta racional un nivel excesivo de cuidado. Este nivel excesivo estara
dado por costos de prevencin que exceden los daos que se evitan. Vinculando el criterio del costo de prevencin con la magnitud del riesgo, el
juez norteamericano Learned Hand elabor en 1947 una frmula aritmtica para determinar la culpa, segn la cual una persona acta en forma
negligente si el costo de evitar un accidente es menor que el dao susceptible de ser producido por la actividad de que se trata multiplicado por la
probabilidad de que ocurra.133
En el fondo, esta frmula define la culpa como un umbral de eficiencia determinado por la comparacin del costo de prevencin con el costo
del dao accidental. A su vez, como se ha visto, el costo del dao accidental es funcin del riesgo, medido sobre la base de la intensidad del dao
previsible (supra N 59) y la probabilidad de que ste ocurra (supra N 60).
As, si con cada unidad adicional de gasto en prevencin se ahorran costos
del dao accidental superiores a esa unidad, es exigible que se incurra en
ese costo. Habr, sin embargo, un punto en que la unidad marginal de
gasto preventivo tendr por efecto una disminucin de los daos inferior
a ese gasto. En este umbral la inversin en prevencin deja de ser eficiente
y no resulta exigible respecto de quien desarrolla la actividad. La tabla
siguiente resulta ilustrativa de lo expresado:134
133 La frmula proviene del caso United States v. Carroll Towing Co., 159 F.2d 169 (2d
Cir. 1947), y aparece citada en Posner 1992 156. La expresin simblica de la frmula es
que hay negligencia cuando p x i > c (donde p es la probabilidad que ocurra el accidente; i
la intensidad del dao que el accidente supone y c el costo de prevencin).
134 Modelo explicativo tomado de Ktz 1991 47.
120
CULPA
Costo
prevencin
Costo
accidentes
Costo
Social total
60
60
30
35
10
20
30
15
17
32
20
15
35
121
N 16). En la perspectiva de la justicia correctiva, concebir la responsabilidad como una tcnica social significa desatender que el ncleo estructural del derecho de la responsabilidad civil est representado por el juicio
caso a caso en que la vctima especfica persigue reparacin de ciertos
perjuicios de parte de aquel que ella estima responsable.137
Por lo mismo, no parece justo un discernimiento de la diligencia debida que iguale aritmticamente los costos de prevencin a los costos que la
actividad irroga a las vctimas de los accidentes, en particular en situaciones en que no existe reciprocidad en los riesgos (supra N 16). La frmula
del juez Hand, desde esta perspectiva, es radicalmente unilateral, porque
supone que quien realiza la actividad tiene el derecho a comparar el valor
que atribuye a su accin con el riesgo que provoca slo en razn de los
costos de precaucin, de modo que ignora (como es usual en el anlisis
econmico de la responsabilidad) la relacin de bilateralidad entre el autor del dao y la vctima.138 En otras palabras, la frmula fracasa porque es
injusta, al no hacerse cargo de la asimetra de riesgos y beneficios entre el
autor del dao y la vctima. A ello se suma la dificultad de comparar costos
propiamente econmicos con valores no patrimoniales, como la vida, la
privacidad o la libertad.139
En verdad, desde el punto de vista de la justicia correctiva, puede argumentarse que la existencia de un riesgo anormalmente elevado es razn
suficiente para estimar negligente la conducta, cualesquiera sean los costos para reducir el riesgo, lo que explica que las actividades en extremo
riesgosas estn sujetas a regmenes de responsabilidad estricta o a presunciones de culpa muy difciles de contrarrestar.140
b) Finalmente, el anlisis econmico parece especialmente pertinente en actividades donde predomina el clculo racional (como, por
ejemplo, en la responsabilidad en el mbito de los negocios), pero difcilmente da cuenta de la realidad prctica all donde las decisiones son
instantneas o simplemente impulsivas.141 En verdad, uno de los ms
interesantes desarrollos crticos del anlisis econmico del derecho tradicional consiste en un cuestionamiento del modelo abstracto del sujeto racional que persigue maximizar su propio bienestar.142 A diferencia
del homo oeconomicus, la persona de carne y hueso suele actuar sobre la
base de informacin que ha sido recogida con algunos sesgos: tendemos a dar relevancia a datos que son coincidentes con nuestros intereses y principios (lo que produce una especie de disonancia cognitiva);
138
122
CULPA
144
123
124
CULPA
148
125
paciente mientras est haciendo efecto la anestesia, por el tiempo necesario para que sufra un dao cerebral irreversible a consecuencia de un
paro cardaco;152 el encargado de la vigilancia que permite que extraos
muevan dos carros de ferrocarril ocasionando un accidente.153 En todos
estos casos existe un defecto de la accin y, por lo tanto, no hay delito o
cuasidelito de omisin sino de accin. Tanto la negligencia (entendida en
sentido estricto como omisin en la accin), como la impericia y la imprudencia (esto es, los defectos positivos de la accin emprendida), son meras
formas de manifestacin de una falta del debido cuidado en la accin.
c. Omisin propiamente tal
70. Fuentes de los deberes positivos de actuar. a) Existe omisin propiamente tal cuando frente a un riesgo autnomo, independiente de la conducta del agente, ste no acta para evitar el dao o para disminuir sus
efectos, pudiendo hacerlo. Como se ha visto, la persona meramente prudente y diligente no tiene el deber genrico de actuar para evitar daos a
terceros. Mientras el cuidado en la accin es siempre exigible, el deber positivo de actuar requiere de una regla que as lo exija. El derecho civil no
establece un deber general de actuar en beneficio de los dems. En consecuencia, la omisin acarrea responsabilidad civil slo excepcionalmente en
aquellos casos en que existe una razn especial que obliga a actuar.
b) Pueden discernirse tres fuentes de responsabilidad por omisiones.
En primer lugar, la omisin dolosa, que si bien pertenece a la culpa intencional, ser referida brevemente en este captulo (infra N 71). Enseguida,
la ley suele imponer deberes positivos de conducta, de modo que tambin
existe una culpa infraccional por omisin (infra N 72). Finalmente, a falta
de ley, se discute bajo qu circunstancias excepcionales el juez debe construir un deber de cuidado, en atencin a la particular relacin que existe
entre la vctima y quien debi actuar en prevencin del dao y permaneci inactivo (infra N 73).
152 CS, 4.10.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4, 2006. En el mismo mbito, se ha fallado que una
clnica acta culpablemente si causa daos por no realizar actividades o gestiones que le obligan a una mantencin continua y peridica del equipo utilizado en la operacin de la vctima,
Corte de Iquique, 9.1.2002, confirmada por la CS [cas. fondo], 2.4.2003, GJ 274, 194.
153 Corte de Santiago, 12.1.1988, RDJ, t. LXXXV, sec. 2, 1. Entre los innumerables casos de culpa por omisin en la accin pueden verse las siguientes sentencias: CS, G. de los
T., 1901, 1er sem., N 263, 229; CS, 8.8.1906, RDJ, t. III, sec. 1, 402; CS, 22.7.1913, RDJ,
t. XII, sec. 1, 300; CS, 4.8.1933, RDJ, t. XXX, sec. 1, 524; CS, 29.9.1942, RDJ, t. XL, sec. 1,
212; Corte de Santiago, 10.1.1953, RDJ, t. L, sec. 2, 11; CS, 21.1.1988, t. LXXXV, sec. 4, 1;
Corte de Santiago, 28.1.1993, GJ 151, 54; Corte de Concepcin, 4.11.1997, confirmada por
la CS [cas. fondo], 3.11.1998, F. del M. 481, 2600; Corte de Santiago, 17.7.1998, RDJ, t. XCV,
sec. 2, 48; Corte de San Miguel, 19.7.1999, GJ 229, 153; Corte de Santiago, 28.12.1999, GJ
234, 63; Corte de Santiago, 2.7.2002, GJ 265, 85; Corte de Antofagasta, 13.12.2002, GJ 270,
183; y Corte de Santiago, 22.4.2003, GJ 274, 281.
126
CULPA
Como caso especial de deberes positivos de cuidado a favor de terceros, se analizarn, en una seccin especial, los principios que rigen los
deberes de informacin, que han adquirido particular importancia en el
trfico negocial contemporneo (infra 66 f).
71. Omisin dolosa. a) Ante todo, la abstencin genera responsabilidad cuando est fundada en la intencin positiva de daar, en virtud del principio de
que es un ilcito per se querer y producir el mal ajeno (infra N 98).154
Formulado con esta generalidad, la regla no genera controversia alguna. Los casos en que se logre probar que una omisin slo tuvo por finalidad causar dao a otro corresponden, en verdad, a la forma ms general e
indiscutida de abuso de derecho (infra N 446).155
b) Lo decisivo, sin embargo, es que en materia de abstencin el dolo slo
da lugar a responsabilidad bajo la forma del dolo directo, que corresponde a
la estricta definicin del artculo 44, esto es, cuando a la omisin subyace la
intencin positiva de causar un dao injusto a otro. En efecto, el principio de
que no existe un deber general de conducta positiva en favor de terceros
conduce a que la sola representacin de un mal para el tercero (bajo la forma
de dolo eventual o de culpa grave) no puede dar lugar a responsabilidad por
este concepto. De hecho, si se aceptara el principio inverso, la caridad y, en
general, toda conducta motivada por la compasin podra transformarse en
un deber jurdico. Por eso, la relevancia de la culpa intencional en materia de
abstenciones es excepcional y slo se refiere a situaciones ms bien patolgicas, en que quien se niega a actuar carece de inters legtimo y la accin no le
supone carga alguna, de modo que resulta claro que su inactividad slo tiene
por fundamento la intencin de causar dao al tercero.
72. Culpa infraccional por omisin. a) Atendidas las reservas del derecho
civil para admitir ilcitos por omisin, corresponde especialmente al legislador definir los deberes positivos de cuidado. Del mismo modo como
ocurre cuando el dao es producido por una accin, la infraccin a un
deber legal de actuar es suficiente para dar por acreditada la culpa (supra
N 53). En otras palabras, hay culpa infraccional por el solo hecho de no
haberse ejecutado un acto ordenado por la ley.156
b) A diferencia de lo que ocurre en otros ordenamientos, donde no
existe deber de actuar como buen samaritano, ni siquiera en situaciones
extremas,157 el derecho chileno establece ciertos deberes positivos de auxiEn opinin de Carbonnier 2000 404, este es el nico caso en que la omisin pura y
simple acarrea indubitadamente responsabilidad.
155 En el derecho francs se suele remitir al caso de una pareja juda divorciada, donde el marido se resista, sin inters personal alguno, en entregar la carta de repudiacin,
que permitira a la mujer contraer nuevo matrimonio (cass. civ. 2e, 1972, citado por Viney/
Jourdain 1998 336; Carbonnier 2000 417).
156 Alessandri 1943 201.
157 Es el caso del common law, aunque con algunas calificaciones (Jones 2002 50, Epstein 1999 287).
154
127
lio. Dos situaciones de abandono y necesidad dan lugar a deberes de actuacin en favor de un tercero, cuya infraccin es tipificada como falta por el
Cdigo Penal: el que encuentra perdido o abandonado a un nio menor de
siete aos tiene el deber de entregarlo a su familia, recogerlo o ponerlo en
lugar seguro, dando aviso a la autoridad en estos ltimos casos (artculo 494
N 13); y el que encuentra en despoblado a una persona herida, maltratada
o en peligro de perecer debe socorrerla y auxiliarla cuando pueda hacerlo
sin detrimento propio (artculo 494 N 14). Esas normas imponen un deber
de socorro en ciertas situaciones de extrema necesidad de la vctima, y en
circunstancias, adems, que quien est en posicin de auxiliar no asume con
ello riesgo o costo significativo alguno.158 Queda pendiente la pregunta, que
se analizar en el prrafo siguiente, respecto de si estos ilcitos penales pueden ser extendidos por analoga, en sede de responsabilidad civil, a otras
situaciones que respondan al mismo principio.
c) Ms all de estas situaciones extremas de vulnerabilidad de la vctima, la legislacin establece deberes positivos de conducta con fines protectores de terceros, en materias tan diversas como las urbansticas,
ambientales, de salubridad pblica y de informacin en los mercados. En
cada caso, la omisin da lugar a una culpa infraccional que puede generar
responsabilidad por los daos causados por la omisin segn las reglas
generales antes analizadas (supra N 53).159
d) De particular inters en el derecho contemporneo son los deberes de
informacin que la ley ha establecido para prevenir daos derivados de injustificadas asimetras entre las partes que negocian un contrato. La omisin
de la informacin puede dar lugar a obligaciones indemnizatorias derivadas
de la culpa in contrahendo. En circunstancias que se trata de daos que no
emanan del incumplimiento de un contrato, sino que se producen en la
fase previa de negociacin o de celebracin, estn sujetos a las reglas de la
responsabilidad extracontractual; pero, por razones prcticas, su estudio en
detalle usualmente se realiza al tratar la formacin del contrato. Por tratarse, sin embargo, de una materia de creciente inters prctico, en que ha
habido una expansin de los deberes positivos de conducta, se har una
breve referencia al tratar de los ilcitos precontractuales en el captulo sobre
responsabilidad contractual y extracontractual (infra 66 f).
Es posible que el buen samaritano de los evangelios, de acuerdo con la segunda de
esas normas, hubiese cumplido un deber legal: era un despoblado, en circunstancias que
ya otras dos personas haban pasado por el lugar? (Lucas 10, 29-37).
159 Sobre la culpa por omisin infraccional en la accin puede consultarse una sentencia que considera que una sociedad annima incurre en culpa cuando no cumple los deberes que le impone la Ley de sociedades annimas y su reglamento, autorizando traspasos
de acciones, pero omitiendo verificar, examinar y comprobar los aspectos formales de los
mismos (Corte de Santiago, 14.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 58). Anlogamente, en el mbito bancario se conocen casos en que los bancos omiten cumplir con las reglas sobre comprobacin de domicilio e identidad al momento de abrir cuentas corrientes, lo que por
distintas vas termina por causar daos a terceros; sobre la materia, CS, 4.9.2002, RDJ,
t. XCIX, sec. 1, 186; Corte de Santiago, 1.9.2003, GJ 281, 104 CS, 26.1.2004, GJ 283, 121.
158
128
CULPA
73. Construccin judicial de la culpa por omisin: deber especial de proteccin respecto de la vctima. a) Aunque excepcional, la culpa por omisin del ilcito civil no est sujeta al principio penal de legalidad. Por
consiguiente, en principio, la responsabilidad por abstenciones puede ser
construida por el juez sobre la base del estndar general de la persona
prudente y diligente. El problema radica, sin embargo, en descubrir los
criterios de ilicitud, atendidas las limitaciones prcticas con que tropieza,
en general, construir una responsabilidad civil por omisiones.160
b) En atencin a que el derecho civil no est sujeto a las limitaciones de
tipicidad que son propias del delito penal, se podra construir un principio
general a partir de la norma penal que establece el deber de socorro respecto
de quien est en despoblado herido, maltratado o en peligro de perecer y que
puede ser auxiliado sin detrimento de quien lo hace. Una regla de este tipo
ha sido objeto de intensa discusin en el mbito del common law, que como se
ha visto, ha sido tradicionalmente reticente a establecer deberes positivos de
colaboracin. Para reconocer un deber de este tipo se ha argumentado precisamente a la luz de supuestos equivalentes a los del artculo 494 N 12 del
Cdigo Penal chileno: el mnimo requerimiento de solidaridad que debiere
exigir el derecho civil es reconocer un deber de socorrer a quien est en
riesgo de morir, en circunstancias que el auxilio no es carga para quien est
en situacin de prestarlo y no hay otras personas en condiciones de ofrecerlo
(duty of easy rescue).161 El derecho civil establecera de este modo una funcin
distributiva bsica, en el punto en que la moral se impone al derecho.162
A pesar de lo correcto que parece intuitivamente el principio que subyace
a una aplicacin extensiva de la regla del Cdigo Penal en materia civil, conviene tener presentes los argumentos planteados en contra de una regla de
160 En el derecho francs se suele decir que la culpa por omisin est esencialmente
sujeta a los mismos requerimientos que la culpa en la accin, invocando al efecto el modelo de la persona diligente (Viney/Jourdain 1998 338, Mazeaud/Chabas 1998 488). Se suele
citar una decisin de 1951 en que se declar ilcita la conducta de un historiador que rehusaba citar un nombre clebre, con fundamento en un deber de objetividad de la ciencia
(caso Branly, cass. civ., 1951, citado por Viney/Jourdain 1998 339); sin embargo, la decisin,
adems de extremadamente discutible en su propio mrito, no resulta compatible con la
libertad de expresin, de modo que no ha sido sostenida en casos posteriores (dem). A
juzgar por la jurisprudencia que se acostumbra citar, y ms all de casos aislados, los jueces
parecen ser ms reflexivos que la doctrina acerca de las dificultades de aceptar a la bandada deberes positivos de cuidado; as, por ejemplo, se ha fallado que no cabe hacer responsable por omisin al propietario que no esparce arena en la vereda colindante con su
inmueble, sobre cuya superficie congelada cay un peatn, a pesar de que un aviso municipal haca referencia a este deber, porque no era posible invocar norma legal o reglamentaria que lo estableciera (cass. civ., 2000, Mga Code 1383 22).
161 Una vigorosa argumentacin desde las perspectivas de la filosofa prctica y de la
moral utilitarista, en Weinrib 1980 con referencia a los argumentos de J. Bentham; una justificacin a la luz de la teora moral kantiana, en Wright en Owen 1995 271; vase tambin
Cane/Atiyah 1999 63. Crticos del establecimiento de una regla general de socorro, con
argumentos econmicos, Landes/Posner 143, Epstein 1999 287.
162 Coleman 1992 313.
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CULPA
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ilcitos.173 En estos casos, el lmite de licitud est dado por los deberes de
cuidado que rigen cada tipo de actividad. Por eso, slo la infraccin a esos
deberes, y no la lesin producida, ser indicativa del ilcito civil.174
80. Obediencia debida. a) Ms compleja es la justificacin de haber observado rdenes emanadas de autoridad competente (obediencia debida), porque estas no actan per se como eximentes de responsabilidad. Por regla general, la
circunstancia de actuar en cumplimiento de una orden de autoridad opera
como causal de justificacin, pero a condicin de que dicha orden no sea evidentemente contraria a derecho. En otros trminos, el lmite est dado por la
ilegalidad manifiesta de la orden.175 Quien acta en cumplimiento de una
orden que est dotada de apariencia de ilegalidad o cuyo contenido antijurdico no es discernible con toda evidencia por el subordinado, acta bajo una
apariencia de juridicidad. En estos casos, la obediencia a la orden puede ser
concebida como una presuncin de error inimputable.176
b) Particularmente delicada es la situacin de quien recibe una orden
manifiestamente ilegal, que, sin embargo, se ve en la necesidad de obedecer.
Si ha operado, atendidas las circunstancias, una fuerza irresistible, o se ha
puesto al subordinado en situacin de inexigibilidad,177 la accin no es imputable, porque no puede ser subjetivamente atribuida como un acto libre de
quien causa el dao.178 Descartada esa hiptesis de fuerza irresistible, todo
ciente para separar en dos conceptos el juzgamiento civil de la licitud de la conducta, que atiende
a todos los aspectos relevantes (incluido, como en el caso del mdico, que la conducta sea socialmente aceptada como legtima). Ello resulta necesario en el derecho penal en atencin a la
funcin limitada que tiene la culpa en la construccin jurdica del hecho ilcito (supra N 45).
174
En verdad, en estos ejemplos se muestra cmo en nuestra tradicin jurdica la antijuridicidad es inseparable de la ilicitud de la conducta: el ejercicio proporcionado de un
derecho forma parte de juicio de valor relativo a la conducta, que es constitutivo de la culpa civil (supra N 76).
175
As, Alessandri 1943 604: el funcionario pblico o municipal, y aun el simple particular, que ejecuta un acto en cumplimiento de rdenes emanadas de la autoridad administrativa o judicial, por ilegales que ellas sean, no responde del dao que as cause, a menos
que la ilegalidad o ilicitud del acto sea tal que un hombre prudente se habra abstenido de
ejecutarlo o que el dao provenga de la forma como se cumpli la orden, por ejemplo,
causndolo o agravndolo innecesariamente o con manifiesto descuido o negligencia.
176
Bustos 1989 224.
177
Cury 2005 460.
178
En materia penal es excusa aceptable que quien resulte responsable material del
delito cometido por funciones pblicas haya obrado por orden de sus superiores a quienes
debe obediencia disciplinaria (Cdigo Penal, artculo 159). La Corte Suprema, en fallo dividido, ha declarado que esa norma debe interpretarse de modo que excluya rdenes manifiestamente ilegales; el interesante voto de minora declara que debe aplicarse estrictamente la eximente, sin perjuicio de razonar que esa norma es injusta porque atenta contra
los deberes que su condicin impone a los funcionarios (CS, 29.3.2000, GJ 249, 113). En
circunstancias que el principio de legalidad no rige en materia civil del modo que en el
136
CULPA
parece indicar que quien ejecuta una accin ilegal que afecta severamente un
derecho ajeno no puede excusarse en razn de la obediencia, salvo que haya
agotado los medios que el derecho administrativo le concede.179 Hasta dnde
llega la fuerza irresistible es una cuestin de hecho que debe ser evaluada en
concreto.
81. Consentimiento de la vctima y aceptacin de riesgos. a) En materia de
responsabilidad civil extracontractual no existe, por lo general, una relacin previa entre la vctima y el autor del dao. El dao surge usualmente de
un encuentro espontneo y no convenido. Sin embargo, nada obsta a que puedan existir acuerdos previos entre el potencial autor del dao y la eventual
vctima, sea en la forma de autorizaciones unilaterales expresas o tcitas para
realizar un determinado acto, o de convenciones sobre responsabilidad
(infra 70), por medio de las cuales, por ejemplo, se acepta un cierto
riesgo, se modifican las condiciones de responsabilidad o se limitan los
daos indemnizables (volenti non fit iniuria).
b) Cuando la vctima potencial voluntariamente acepta el riesgo que supone la ejecucin de un acto de tercero que puede causarle dao, realiza
un acto de disposicin, que est sujeto a los lmites establecidos por las
reglas generales que rigen la validez de los actos jurdicos. As, el consentimiento no puede validar un acto ilegal o contrario a las buenas costumbres (artculo 1461). En consecuencia, la autorizacin no puede importar
condonacin de dolo futuro (artculo 1465);180 y no puede significar la
renuncia a derechos indisponibles (como la vida o la integridad fsica), en
virtud de lo dispuesto en el artculo 12 del Cdigo Civil.
Con todo, aun respecto de estos bienes indisponibles, es distinta la renuncia que la vctima pueda hacer a un derecho, de la aceptacin de un riesgo.
En principio, slo puede hablarse de un acto de disposicin en el caso de
renuncia, y en consecuencia, slo a sta se aplican los lmites ya sealados.
Puede afirmarse que si la probabilidad del dao hace que el riesgo devenga
en temerario, debiera entenderse que en verdad existe un acto de disposicin respecto de bienes o derechos irrenunciables. Aun as, todo parece
indicar que el principio de autonoma no obliga a la vctima al mismo nivel
de cuidado respecto de s misma que respecto de terceros. Por eso, con la
restriccin anotada, el acto debe entenderse autorizado, aun cuando se refiera a bienes indisponibles, si se trata de la simple aceptacin de un riesgo.
As ocurre, por ejemplo, con el piloto de pruebas y con quienes se someten
a experimentos con frmacos en desarrollo.
derecho penal, todo indica que la representacin y la negativa de cumplir, en su caso, es
un deber de conducta, salvo circunstancias extraordinarias o disposicin legal expresa.
179 El Cdigo de Justicia Militar dispone que queda exculpado el militar que cumple
una orden de servicio que supone un hecho punible si ha suspendido su ejecucin y ha
representado previamente al superior la ilegalidad (Cdigo de Justicia Militar, artculo 214).
180 En el mismo sentido Alessandri 1943 636, con referencia a la equivalencia de la culpa grave con el dolo.
137
138
CULPA
acta sin culpa quien ocasiona un dao para evitar otro mayor.184 El estado de
necesidad es una excusa que se basa en la desproporcin de los bienes comprometidos por la accin: la vctima soporta un dao que es substancialmente
menor al dao actual o inminente que el autor pretende evitar.185
Adems de la notoria desproporcin de los bienes y la actualidad o
inminencia del peligro, la doctrina agrega los requisitos de que el peligro
que se trata de evitar no tenga su origen en una accin culpable del que
alega la justificacin y que no hayan estado disponibles medios inocuos o
menos dainos para evitar el dao.186 En el primer caso, el dao es causalmente atribuible a la culpa; en el segundo, el estado de necesidad est
descartado en razn de que la desproporcin del medio empleado muestra que no haba propiamente una necesidad.
b) Conviene tener presente que el estado de necesidad puede justificar tanto una agresin que se hace a un bien ajeno (por ejemplo, cuando
se destruye una plantacin del vecino para combatir un incendio), como
un acto de defensa frente a un riesgo provocado por una cosa ajena (como
ocurre cuando se dispara a un perro que amenaza a un menor).187
c) Por ltimo, el estado de necesidad excluye la accin propiamente
indemnizatoria de la vctima por el dao ocasionado, pero no obsta al ejercicio de la accin restitutoria del dao producido para obtener un provecho
propio o ajeno, pues el derecho no puede amparar el enriquecimiento injusto de quien salva un bien propio con cargo al patrimonio de otro.188
83. Legtima defensa. La legtima defensa opera en el derecho civil de
modo anlogo que en el penal. As, acta en legtima defensa quien ocasiona un dao obrando en defensa de su persona o derechos, a condicin
de que: i) la agresin sea actual e ilegtima;189 ii) no haya mediado provoca184
139
cin suficiente por parte del agente;190 iii) la defensa sea necesaria y proporcionada al ataque;191 iv) se dirija contra el agresor; y v) el dao se haya
producido a consecuencia del acto de defensa.
Salvo el requisito de dao, que es propio de la responsabilidad civil, las
dems condiciones de la causal de justificacin son las que se reconocen
en el derecho penal (Cdigo Penal, artculo 10 N 4). Por consiguiente, lo
discurrido por la doctrina penal es tambin aplicable en materia civil. Sin
embargo, en la medida que el demandado oponga la legtima defensa
como causal eximente de responsabilidad penal, en el juicio en que se
investigue dicha responsabilidad, la absolucin no producir efectos de
cosa juzgada en materia civil, en virtud de lo dispuesto en el artculo 179
del Cdigo de Procedimiento Civil (infra N 766).
13. PRUEBA DE LA CULPA
84. Objeto de la prueba. En el proceso civil, la prueba de la culpa comprende dos objetos diferentes. Ante todo, el demandante debe probar el
hecho (accin u omisin) del demandado. Si este hecho es calificado como
ilcito por la ley, ello bastar para dar por establecida una culpa infraccional; en ese caso, slo surgirn nuevos problemas probatorios si se argumenta una justificacin o surgen preguntas respecto a la causalidad. Pero
si la ley no califica de ilcito el hecho, la prueba comprende, en segundo lugar,
todas las circunstancias que permitan al juez formular un juicio acerca de la
diligencia o negligencia del demandado. Con ese fin, es necesario que el
juez califique normativamente la conducta efectiva del demandado, para
lo cual sta es comparada con un estndar de comportamiento debido.
Esta calificacin plantea a menudo importantes cuestiones probatorias:
actu con negligencia el mdico que no aplic un cierto coagulante, que
podra haber salvado la vida del paciente?; o el fabricante que entrega al
mercado un producto farmacutico que produce un efecto colateral inesperado en cierto tipo especial de consumidores?; o el auditor que no atiende
a un antecedente no reflejado en la contabilidad y que le habra permitido
descubrir un fraude? Los casos ms difciles en el mbito de la responsabilidad civil plantean un amplio horizonte probatorio, que no slo comprende
el hecho que causa el dao, sino, muy especialmente, las circunstancias que
permiten aplicar en la prctica los criterios de diligencia (supra N 58).
lugar a un error sobre los presupuestos fcticos de la causal de justificacin, que puede excluir la ilicitud (Roxin 1994 826); esas hiptesis pueden ser consideradas sin ms como justificaciones en el derecho civil, sin perjuicio de las acciones restitutorias que proceden (de
modo anlogo a lo que ocurre con los efectos del estado de necesidad).
Como ocurre si se golpea fsicamente a quien fuma en un sector restringido de un
restaurante (Deutsch 2002 b 47).
191 Sobre ausencia de proporcionalidad entre el ataque y el medio empleado para defenderse, vase CS, 8.1.1979, F. del M. 244, 33 y CS, 4.4.2001, GJ 250, 151.
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Civil, artculos 355, 384, 398 y siguientes, 408, 425, 426 y siguientes y 429).
Dentro del marco de eficacia probatoria que la ley otorga a cada medio de
prueba, el juez tiene una facultad prudencial para sopesar la prueba rendida (Cdigo de Procedimiento Civil, artculo 428). En consecuencia, salvo que se incurra en el error jurdico de dar por acreditado un hecho por
un medio que la ley estima insuficiente, la valoracin de la prueba no es
objeto de control por medio del recurso de casacin.202
90. Naturaleza jurdica del juicio de culpabilidad. a) El juicio de culpabilidad se refiere a la conducta infractora de un deber de cuidado. A su vez,
la determinacin judicial del cuidado debido se apoya en circunstancias
de hecho, tales como el riesgo de la accin, el costo de evitar el accidente
o los estndares de debida prctica profesional admitidos como obligatorios. La prueba de estos hechos corresponde a la vctima, a menos que
resulte aplicable alguna presuncin de culpabilidad o una inversin subjetiva de la carga de proveer prueba (supra N 85).
b) Por el contrario, el juicio que se pronuncia acerca de si el demandado actu en infraccin a un deber de cuidado es eminentemente normativo, pues supone comparar su conducta efectiva con una regla de conducta,
que expresa el estndar que deba observar el autor del dao. Aun en
presencia de normas sociales espontneas que contribuyan a la determinacin del deber de cuidado, el juicio de culpabilidad exige del juez que
discrimine entre las meras prcticas y los usos propiamente normativos.
En definitiva, cada vez que el juez declara que ciertos hechos constituyen
negligencia o diligencia acta en aplicacin de uno de los conceptos normativos ms importantes de la ley civil, como es el de culpa (artculos 44,
1437, 2284, 2314 y 2329 del Cdigo Civil).
La calificacin del juicio de culpabilidad como una cuestin de derecho,
susceptible de control por la Corte Suprema, se justifica tambin desde el punto
de vista del desarrollo armnico del derecho de la responsabilidad civil. Atendida la generalidad del concepto legal de culpa y su referencia a un estndar
abstracto de conducta, el derecho comparado muestra que es una importante
tarea de la jurisprudencia superior definir progresivamente el contenido de los
deberes de cuidado en situaciones tpicas.
La doctrina nacional se manifiesta en forma unnime por estimar que la
calificacin de una conducta como culpable es una cuestin normativa, susceptible de ser revisada por la Corte Suprema mediante el recurso de casacin
en el fondo.203
202 La Corte Suprema ha resuelto sistemticamente que no es admisible el recurso de
casacin en el fondo si el recurrente intenta la modificacin de los hechos establecidos en
el fallo recurrido, toda vez que pretende la irresponsabilidad de su parte por la inexistencia de culpa atacando la valoracin de la prueba, modificacin que no puede prosperar
por esta va, CS, 6.9.1998, GJ 219, 168; vase tambin CS, 1.6.2000, GJ 240, 147.
203 Los jueces del fondo establecen soberanamente los hechos materiales de donde se
pretende derivar la responsabilidad delictual o cuasidelictual civil. La Corte Suprema no
podra alterarlos o modificarlos, a menos que se hubieran violado las leyes reguladoras de
145
204 As, se fall que la existencia o no de culpa o dolo en un acto determinado es materia que corresponde apreciar exclusivamente a los jueces de la instancia, salvo que ese
acto haya sido reputado culpable o doloso por la ley y ello porque siendo facultad del tribunal de casacin nicamente la de juzgar si la ley ha sido correctamente aplicada, est
imposibilitado para emitir juicio si no hay ley aplicable a la materia decidida por el tribunal
de alzada, CS, 13.6.1946, RDJ, t. XLIII, sec. 1, 495; vanse tambin, entre otras, CS,
21.4.1909, RDJ, t. VI, sec. 1, 393 y CS, 11.1.1960, RDJ, t. LVII, sec. 4, 7.
205 Segn Alessandri 1943 208, se habra mostrado un cambio jurisprudencial a partir de
1939, cuando el tribunal de casacin, calificando los hechos determinados por los jueces del
fondo, seal que si se atiende a que la cada del menor y el atropello que la sigui se debieron a la velocidad repentina impresa al tranva, es evidente que hubo culpa de parte del maquinista, porque el hecho de que se trata fue el resultado de un acto consciente y deliberado de su
parte cometido sin malicia o dolo; pero con manifiesto descuido o negligencia que acarrean
consigo la responsabilidad civil por el dao causado a la vctima, conforme lo disponen los
artculos 2314 y 2329 del Cdigo Civil (CS, 15.4.1939, RDJ, t. XXXVI, sec. 1, 544). Con todo,
puede encontrarse una sentencia de 1910 de la Corte Suprema, que ya se refiere a la culpa
como juicio normativo, sealando que estos hechos que da por establecidos esa sentencia constituyen jurdicamente el cuasidelito civil a que se refiere el art. 2284 del Cdigo Civil, por cuanto son actos ejecutados con culpa o mera negligencia que infieren dao a otro sin intencin de
causarlo; y de consiguiente, al declararse su existencia y las responsabilidades que origina ()
el fallo reclamado ha ajustado su decisin a lo dispuesto en dicho artculo y en los 2314, 2320 y
2339 del mismo Cdigo (CS, 28.7.1910, RDJ, t. VII, sec. 1, 454). Asumiendo que el juicio de
culpabilidad supone una cuestin de derecho, se ha fallado que la culpa, es una materia esencialmente de carcter jurdico, puesto que tiene un significado tcnico y preciso que le atribuye
la ley; de consiguiente, su apreciacin cae de lleno bajo el control de la Corte de Casacin
(CS, 7.4.1958, RDJ, t. LV, sec. 1, 35). No es fcil establecer una regla general respecto de la
actual posicin de la Corte Suprema, porque con frecuencia el pronunciamiento sobre la materia se produce al declararse la inadmisibilidad del recurso de casacin (en la medida que el
juicio de culpabilidad es tenido por una mera cuestin de hecho, el recurso de casacin en el
fondo puede ser declarado inadmisible en cuenta, segn lo dispuesto por el artculo 781 II del
Cdigo de Procedimiento Civil). Sin embargo, hay un significativo nmero de fallos en que se
entra a analizar la culpa como juicio normativo, siguiendo la tendencia de la doctrina y jurisprudencia comparadas; vanse, por ejemplo, CS, 2.7.1998, RDJ, t. XCV, sec. 4, 95; CS, 28.1.1999,
RDJ, t. XCVI, sec. 4, 71; CS, 30.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 268; CS, 26.1.2000, RDJ, t. XCVII,
sec. 1, 36. La tendencia a calificar como cuestin de derecho la falta de servicio de rganos
pblicos parece consolidada; vase, por ejemplo, CS, 23.1.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 13 y CS,
3.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 87. Sobre la naturaleza jurdica del juicio relativo al funcionamiento debido de los servicios pblicos, infra N 354.
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Una sntesis de esta seccin fue presentada como ponencia al Congreso Internacional en celebracin del Sesquicentenario del Cdigo Civil chileno, Santiago 2005.
207 Proyecto de 1853, artculo 2493, con referencia a las Siete Partidas 7.15.6 y siguientes.
208 As, se fall que el [artculo] 2329 en su inciso primero se limita, en verdad, a repetir en otra forma pero en trminos ms absolutos, la regla que se contiene en la primera
parte del artculo 2314 (CS, 3.8.1932, XXIX, sec. 1, 549). En el mismo sentido, CS,
24.7.1905, RDJ, t. III, sec. 1, 60.
209 Ducci 1936 134; ms adelante el autor expresa que la peligrosidad es un indicio de
culpabilidad (Ducci 1971 99).
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Esta interpretacin es la que mejor se aviene con el sentido del artculo 2329.212 Adems, resulta coherente con la evolucin del derecho comparado en esta materia.213
c) La jurisprudencia coincide en sealar que la regla del artculo 2329
I es general y que la enumeracin del segundo inciso no es exhaustiva.214
As, por ejemplo, ha considerado como reveladores de negligencia los derrumbes que durante la demolicin de un edificio causan daos a terceros,215 la muerte de un transente causada por una lnea elctrica extendida
en condiciones peligrosas,216 el accidente provocado por un pozo descubierto sin seales de prevencin217 y el volcamiento de un carro de ferrocarril por mal estado de la va frrea.218
93. Argumentos para sostener que el artculo 2329 establece una presuncin de culpa por el hecho propio. La tesis de que el artculo 2329 establece una presuncin de culpabilidad por el hecho propio se sostiene en
argumentos que son fuertes y consistentes entre s.
a) Desde un punto de vista exegtico, son ilustrativos de la intencin
del legislador: i) la ubicacin del artculo 2329, inmediatamente despus
de las normas que establecen presunciones de culpabilidad por el hecho
La doctrina chilena posterior a Alessandri 1943 disiente en la materia. Meza 1988
266 sostuvo que el artculo 2329 I contendra el principio general de la culpa probada, mientras que el inciso segundo sera una enumeracin de casos especficos en que regira una
presuncin de culpabilidad; nada parece justificar, sin embargo, que el inciso primero del
artculo 2329 sea ledo con independencia de los ejemplos del inciso segundo. En sentido
anlogo, P. Rodrguez 1999 211. Corral 2003 229, asume que la interpretacin del artculo
2329 como una presuncin envuelve una especie de tautologa, porque la presuncin operara cuando hay antecedentes para construir una presuncin judicial (infra N 97); por el
contrario, estima que la norma puede ser construida como una presuncin de causalidad
(infra N 272 e).
213 Zweigert/Ktz 1996 655, Rohe 2001 134, Fleming 1985 148, Restatement/Torts II
328 D.
214 As se ha fallado que este precepto no slo cabe aplicarlo a los tres casos que enumera,
pues stos estn sealados slo a va ejemplar y sin excluir otras situaciones, Corte de Concepcin, 25.1.2002, confirmada por la CS [cas. fondo], 7.5.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 5, 104.
215 CS, 13.1.1937, RDJ, t. XXXIV, sec. 1, 201.
216 CS, 14.6.1945, RDJ, t. XLIII, sec. 1, 26.
217 Corte de Valparaso, 3.12.1948, confirmada por la CS [cas. fondo], 4.8.1952, RDJ,
t. XLIX, sec. 1, 281.
218 Corte de Santiago, 17.6.1941, confirmada por la CS [cas. forma y fondo], 27.8.1942
y 3.12.1943, RDJ, t. XLI, sec. 1, 430. Asumindose esta interpretacin se ha fallado que el
citado artculo 2329 no se limita a dogmatizar acerca de la necesidad de los elementos subjetivos de malicia o negligencia para imponer responsabilidad, sino que se anticipa a dar
por establecida la concurrencia de los elementos necesarios para imponer dicha responsabilidad cada vez que una persona sufra un dao que constituya la razonable consecuencia
de haberse ejecutado un hecho o dejado de cumplir un deber y tal accin u omisin es
susceptible de perjudicar a terceros, Corte de Valparaso, 3.12.1948, confirmada por la CS
[cas. fondo], 4.8.1952, RDJ, t. XLIX, sec. 1, 281.
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ajeno (artculos 2320 y 2322) y por el hecho de las cosas (artculos 2323 a
2328), y ii) el enunciado inicial de la norma, que hace referencia a una
regla general que puede ser entendida como una regla de clausura del
sistema de presunciones que contempla el Cdigo Civil. Esta es, por lo
dems, la nica forma de dar sentido y utilidad a la disposicin, pues de lo
contrario habra que aceptar que se trata de una innecesaria repeticin de
la regla del artculo 2314.219
b) El texto avala esta interpretacin. La norma no se refiere a todo
dao que haya sido causado por malicia o negligencia, sino a todo dao
que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona. La forma
gramatical subjuntiva se refiere a una conducta cuya descripcin ya incluye en principio una valoracin de negligencia. Los ejemplos del artculo
2329 tambin contribuyen a esta interpretacin, pues se refieren a hechos
que por s solos son expresivos de culpa. As, en el caso del disparo imprudente de un arma de fuego, la circunstancia que permite inferir la culpabilidad es disparar un arma en una situacin de peligro; y en la remocin
de las losas de una acequia o caera en una calle o camino, sin que haya
evidencia de las precauciones necesarias, as como en el mal estado de
mantencin de un puente o acueducto que atraviesa un camino, son hechos que por su sola ocurrencia denotan prima facie negligencia.220
c) La interpretacin resulta coincidente tambin con la experiencia y
la razn. En principio, se atribuye responsabilidad a otro cuando la
experiencia indica que el dao provocado en tales circunstancias se debe
usualmente a culpa o dolo de quien lo causa. Es lo que en el derecho
anglosajn se conoce con la expresin latina res ipsa loquitur (dejad que
las cosas hablen por s mismas).221
d) La presuncin de culpa por el hecho propio se justifica por razones
de justicia y de economa procesal, pues resulta preferible asumir en prin-
219 Se ha fallado que tal disposicin [artculo 2329] no puede constituir una repeticin de la regla general contenida en el artculo 2314 del Cdigo Civil, tanto porque ello
supondra una redundancia poco frecuente en la obra del legislador civil, cuanto porque
la norma se encuentra precisamente inserta al final de las presunciones de responsabilidad
por el hecho ajeno y por el hecho de las cosas, lo que sugiere que ella ha querido instituir
la regla general en materia de presuncin de responsabilidad por el hecho propio (Corte
de Santiago, 7.9.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 2, 65).
220 As, se ha fallado que al utilizarse por el legislador la expresin subjuntiva pueda,
se est queriendo aludir, en general, a cualquier dao que sea posible, probable o racional
de imputar a malicia o negligencia () los ejemplos que contiene la misma disposicin,
todos los cuales se refieren a hechos que suponen la caracterstica antes anotada, en el sentido de que todos ellos alteran el comportamiento normal con el que se ha de proceder en
cada una de las circunstancias descritas en cada ejemplo (Corte de Santiago, 7.9.2000, RDJ,
t. XCVII, sec. 2, 65).
221 En el derecho ingls es lder el caso de un barril que cay desde la ventana superior de un comerciante de harina, aplastando a un transente: del hecho que ocurre un
accidente de ese tipo se sigue la culpa del empresario (Byrne v. Boadle, 1863, 2 H & C 722,
159 ER 299, citado por Epstein 1999 171).
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de responsabilidad por falta de servicio presumida de la Administracin Pblica (infra N 370). Siguiendo esta lnea se ha fallado que una quema autorizada puede presumirse culpable si el fuego se expande al predio vecino por
efecto del viento, en una zona donde es usual que ste se levante y atendido el
peligro que ello significaba para los predios forestales colindantes.225
96. Segunda hiptesis: control de las circunstancias y rol de la experiencia.
a) La regla de presuncin de culpa por el hecho propio tiene su antecedente ms general en una mxima fundada en la experiencia: el solo hecho del accidente puede ser indicio prima facie de la culpa de quien desarrolla
la actividad. La mxima latina res ipsa loquitur, dejad que las cosas hablen por
s mismas, que se emplea en el common law,226 es expresiva de la condicin de
aplicacin ms general de la presuncin: la experiencia ensea que en
ciertos casos el dao puede ser ms bien atribuido a negligencia que a un
hecho que escapa al cuidado del agente.227
b) Para que se aplique la presuncin bajo este concepto resulta necesario,
ante todo, que la cosa o la actividad hayan estado bajo el control del demandado,
pues no puede presumirse la culpa si el dao ocurre fuera de su mbito de
cuidado. De hecho, uno de los campos contemporneos de mayor importancia en la aplicacin de la presuncin son los daos resultantes de procesos
industriales o provocados por cosas sujetas al control del demandado (como
en el caso britnico del barril que cae de la ventana superior de un establecimiento de comercio o de un producto defectuoso que causa dao a un consumidor).228 En el caso de las empresas que comprenden diversas actividades,
aunque no se conozca individualmente a quien incurri en la culpa, puede
asumirse que el control se radica en la organizacin en su conjunto (como
puede ocurrir con la muerte producida en un hospital por la inoperancia de
un sistema de informacin clnica acerca del paciente).
La idea de control de la fuente de dao por parte del demandado
excluye, como es natural, que el dao pueda haberse debido a alguna
accin de la propia vctima. Por lo mismo, la presuncin no puede operar
si la vctima, de conformidad con los hechos de la causa, pudo razonablemente haber tenido un rol decisivo en el accidente.
Corte de Concepcin, 23.7.1993, referido por Baraona 2003 a 376.
Fleming 1985 148, Prosser/Keeton et al. 1984 242, Markesinis/Deakin et al. 2003 182.
227 En el derecho alemn se habla en estos casos de prueba por apariencia (Anscheinbeweis), y en el francs de culpa virtual (Deutsch/Ahrens 2002 238; Mazeuad/Chabas
1998 465, con referencia a los incumplimientos contractuales por obligaciones de medios
que hacen presumir la culpa; la regla es aplicable, por las mismas razones, a la responsabilidad extracontractual).
228 Son notorias las analogas con las condiciones para que opere la responsabilidad
estricta por el hecho de las cosas en el derecho francs, donde se exige que el responsable
tenga objetivamente el uso, la direccin y el control sobre la cosa que interviene en la produccin del dao: es necesario que el custodio tenga el poder de supervigilar y dominar
todos los elementos de la cosa (incluyendo, tal vez, sus secretos internos), porque slo as
est en condiciones de prevenir el dao (Carbonnier 2000 463).
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base de argumentos semejantes se puede dar por establecida la presuncin cuando est acreditado que el demandado (usualmente un profesional) ha incurrido en un error que sea por s mismo indicio prima facie de
negligencia (infra N 475), sin perjuicio de que puede probarse por el
demandado lo contrario.
d) Mirada desde la perspectiva de la vctima, la presuncin de culpabilidad por el hecho propio es un importante correctivo al sistema de responsabilidad por culpa. Sin embargo, su aplicacin indiscriminada puede
minar las bases del rgimen general de responsabilidad por culpa probada, por lo que resulta necesario que las condiciones de aplicacin y sus
efectos sean justificados con cuidado por la jurisprudencia.
97. Efectos de la presuncin. a) La presuncin construida a partir del
artculo 2329 presenta ciertas particularidades que usualmente han sido
desatendidas. Para analizarlas es conveniente revisar los elementos de la
doctrina jurdica sobre las presunciones.
Las presunciones consisten en inferencias de hechos que se pretenden
probar a partir de otros hechos conocidos. La diferencia esencial entre las
presunciones legales y las judiciales reside en la manera cmo se construye
esa inferencia. En las presunciones legales la inferencia est realizada por
la ley, que expresa la consecuencia probatoria que se sigue ipso iure del
antecedente de hecho que la propia ley describe. En las judiciales, por el
contrario, el juez debe construir un razonamiento basado en la experiencia y articulado lgicamente, que le permita establecer la relacin entre
dos hechos, uno conocido y otro que es inferido de aqul. Aunque, por lo
general, la construccin de las presunciones judiciales es calificada como
una cuestin de hecho, existen fallos que han establecido la doctrina, que
parece ser correcta, en el sentido de que el juez slo puede inferir hechos
de otros hechos a condicin de que muestre razonadamente que se cumplen los requisitos legales de gravedad (esto es, de proximidad a la certeza), precisin (esto es, de inequivocidad) y concordancia (esto es, de
coherencia) que la ley exige (Cdigo Civil, artculo 1717; Cdigo de Procedimiento Civil, artculo 426 II).233
rio que con dolo o culpa caus el dao respectivo. Para condenar civilmente al Hospital demandado no es necesario acreditar cul fue el especfico dependiente culpable del dao, pues
basta probar que alguien dentro de la organizacin hospitalaria incurri en culpa y que dicha negligencia fue la causa del dao (Corte de Concepcin, 10.8.2000, confirmada por la
CS [cas. forma y fondo], 24.1.2002, GJ 259, 38). Tras estos fallos tal vez se encuentre implcito
el concepto de dao desproporcionado que ha desarrollado la jurisprudencia espaola en
casos anlogos para inferir la culpa (Vicente en Reglero 2002 a 204).
233 Sobre el control judicial del razonamiento que lleva a la construccin de una presuncin judicial de culpa, CS, 26.10.1922, RDJ, t. XXI, sec. 1, 947. La omisin de una argumentacin razonada a partir de los hechos que permiten construir la presuncin puede
constituir un incumplimiento del artculo 170 N 4 del Cdigo de Procedimiento Civil, que,
a su vez, puede dar lugar a una casacin en la forma (artculo 768 N 5).
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perjuicio ajeno, con exclusin de otro inters. Ms generalmente, la intencin se reduce a aceptar el dao como una consecuencia colateral de la
accin. Pero tambin se extiende a la simple mala fe (que incluye la actuacin temeraria contraria a la decencia y las buenas costumbres) y al fraude
(esto es, al engao por accin u omisin, abusando de la autoridad o de la
experiencia o proporcionando a sabiendas informacin falsa).245
d) Atendida la extensin del dolo civil, gracias a que encuentra sus
lmites en la culpa grave, tiene una importancia ms bien secundaria el
anlisis del dolo eventual.246 El dolo eventual plantea diversas dificultades de
aplicacin en materia civil. Ante todo, porque la mera representacin y
aceptacin del dao no son constitutivos de culpa per se, sino slo en la
medida que se incurre en contravencin a un estndar de cuidado debido. La situacin ms tpica de dolo eventual en el derecho civil se produce
cuando puede asumirse que el autor del dao ha aceptado voluntariamente el dao, atendido lo probable y peligroso del resultado. Pero, en este
punto, el dolo de nuevo se encuentra con la culpa grave: es indiferente si
el autor del dao acept ese resultado altamente riesgoso (caso en el cual
habr culpa intencional) o si en grave desconsideracin del inters ajeno
simplemente lo ignor (como en el caso de la culpa grave).
La existencia de un continuo entre la intencin positiva de causar
dao a otro y la temeraria desconsideracin del inters ajeno se muestra
ejemplarmente cuando el autor del dao ha actuado bajo un error de
prohibicin: un error inexcusable acerca de un deber legal o de un derecho ajeno no excluye la responsabilidad, como tiende a ocurrir en el
derecho penal.247
245 Para un anlisis del concepto y extensin del fraude civil, especialmente desde el
punto de vista de los efectos de los actos fraudulentos, R. Domnguez . 1991.
246 La Corte Suprema ha sealado que existe dolo eventual cuando el sujeto se representa la posibilidad de un resultado, que no se propona causar; pero que, en definitiva, lo
acepta (lo ratifica) para el caso de que tal evento llegara a producirse (CS, 21.4.1960, RDJ,
t. LVII, sec. 4, 60). En el mismo sentido, se ha fallado que el hecho de disparar un arma
de alto poder ofensivo, de un calibre objetivamente destructivo, que se porta precisamente
para asegurar la accin de vigilancia de bienes familiares, en contra del cuerpo de una nueva
vctima pone de manifiesto que si bien no ha perseguido el resultado ilcito de su muerte,
se la ha podido representar como mera posibilidad y no obstante ello su voluntad se ha
movido precisamente a disparar y herir, asumiendo los resultados que de ello provengan.
En definitiva, la accin voluntaria ejecutada debe ser tenida como dolosa, bajo la forma doctrinaria de dolo eventual (CS, 3.6.2002, GJ 264, 114). En el derecho francs se ha desarrollado el concepto de culpa inexcusable para referirse a hiptesis de dolo eventual; la culpa
inexcusable ha sido entendida como una culpa de excepcional gravedad, que deriva de un
acto u omisin voluntaria, en conciencia del peligro que el autor deba tener, en ausencia
de toda justificacin y slo distinguible del dolo por la ausencia de intencin de producir
el dao. Se comprueba que esta definicin jurisprudencial dada en materia de accidentes
del trabajo (cass. civ., 15.7.1941), corresponde al dolo eventual, donde el resultado no es
querido pero s aceptado con descaro (Mazeaud/Chabas 1998 455 y 468).
247 Deutsch/Ahrens 2002 58.
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99. Culpa intencional y culpa grave. a) Se ha avanzado en el prrafo anterior en mostrar que en materia civil no es posible (ni necesario) establecer
una distincin analticamente precisa entre el dolo y la culpa grave. La
culpa grave consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia emplean en sus
negocios propios (artculo 44 II). Aunque la definicin tiene en vista la
relacin contractual, el principio que de ella se sigue tiene validez general.
Tambin se aplica en materia extracontractual la asimilacin que la
misma disposicin hace de la culpa grave al dolo.248 En materia civil, un
descuido de esta magnitud se asimila al dolo, es decir, la mala intencin y
la temeraria desconsideracin son tratadas del mismo modo. Como se ha
visto en el prrafo anterior, hay un punto donde la desconsideracin respecto de los dems se cruza e identifica con la intencin, lo que explica,
como se vio en el prrafo anterior, que Pothier la haya identificado con la
mala fe.
b) Aunque sus efectos sean los mismos, la culpa grave y el dolo plantean
algunas diferencias en relacin con la prueba. Mientras la culpa grave es esencialmente objetiva, pues resulta de la comparacin de la conducta real con el
estndar de una persona negligente, el dolo se caracteriza por la intencionalidad del autor. A efectos de dar por establecida la culpa grave, bastar acreditar la conducta efectiva y los hechos que muestran que se ha incurrido en esta
especie de negligencia, sin que sea necesario probar intencin alguna. El dolo,
por el contrario, se aprecia en concreto249 y exige que el juez infiera la intencin a partir de los hechos de la causa. Tambin desde este punto de vista la
identificacin de la culpa grave y el dolo resulta de importancia prctica en el
juicio de responsabilidad civil: la prueba objetiva de la culpa grave evita tener
que penetrar en la subjetividad del autor del dao.
Con la reserva anterior, y a diferencia de lo que ocurre en materia
contractual, no se plantean en sede extracontractual problemas respecto a
la carga de la prueba: tanto la culpa grave como el dolo deben ser probados por quien los alega.250
100. La intencin como elemento constitutivo de ilcitos en los negocios.
a) Una de las diferencias fundamentales entre la ilicitud civil y penal radica, como se ha visto, en el lugar que ocupan la culpa y el dolo: mientras en
el derecho penal slo excepcionalmente se responde por cuasidelitos (Cdigo Penal, Libro II, Ttulo X), la regla general en materia civil es que
resulta suficiente la culpa. La doctrina civil tiende a generalizar esta conclusin. Sin embargo, como es usual en materia de responsabilidad, esta
generalizacin es a veces incorrecta, porque hay grupos de casos en que
sin intencin o, al menos, sin conocimiento, real o presunto, de que se
est incurriendo en un ilcito, no puede haber responsabilidad.
Alessandri 1943 168.
dem.
250 Un equilibrado anlisis de las semejanzas y diferencias probatorias entre el dolo y
la culpa grave en materia contractual en Banfi 2004 211 y Abeliuk 1993 683.
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c) El derecho contemporneo ha establecido diversos ilcitos especficos que persiguen proteger la correccin y la decencia en las relaciones
competitivas sobre la base de hacer responsable a quien incurre intencionalmente en conductas que el derecho califica de antijurdicas. Es lo que
ocurre en materia de libre competencia con el abuso de posicin dominante (infra 67 a); en el mbito de la competencia comercial con las
hiptesis de competencia desleal (infra 67 b); en el mercado de valores,
con el fraude por abuso de informacin privilegiada (infra 66 h); en
materia de sociedades annimas, con las infracciones a los deberes de lealtad (infra 56 d); y en materia contractual, con la intervencin en contrato ajeno (infra 65 b).
El lmite pasa en estos casos por algn tipo de intencionalidad o de
incorreccin de los medios empleados, que se expresa al menos en el conocimiento de que se est actuando mediante engao o de otro modo
contrario a las buenas costumbres del trfico comercial. Lo peculiar de
estas situaciones radica en que la fuente de responsabilidad es la intencin, entendida a lo menos como dolo eventual, y no el mero descuido o
la simple aceptacin como posible del dao ajeno.
d) De lo anterior se sigue una importante consecuencia prctica en
cuanto a las acciones de que dispone la vctima de estos ilcitos. Ocurre
que es usual que los personalmente responsables son los administradores
de sociedades, que actan, sin embargo, en beneficio de personas relacionadas (vase, por ejemplo, Ley de sociedades annimas, artculos 44 I y 42
Nos 6 y 7). En estos casos, aunque la persona relacionada no haya participado del ilcito, habr en su contra accin restitutoria de los beneficios
obtenidos del dolo ajeno (infra N 718).
b. Diferencias entre los efectos de la culpa intencional y la mera negligencia
101. Personas que se aprovechan del ilcito ajeno. a) Quienes incurren en
dolo o culpa grave son personalmente responsables del ilcito y deben
reparar todos los perjuicios sufridos por la vctima. Pero el derecho privado
agrega una accin en el caso del dolo, cuyo fin preciso es la restitucin
por terceros de los beneficios que se siguen del ilcito intencional (artculos 1458 III y 2316 II). Desde luego que el dolo ajeno debe haber sido
causa del dao, porque de lo contrario tampoco tiene sustento la accin
restitutoria contra quien se ha beneficiado.256
En consecuencia, el actor debe probar en el juicio restitutorio contra el tercero tanto el beneficio que ha obtenido, como la causalidad
entre el ilcito y el provecho. Esta ltima es relevante en sus dos dimensiones: ante todo, como causalidad natural, esto es, que el beneficio
haya sido obtenido precisamente a causa del dolo; adems, el beneficio
256
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que pudo ser previsto a la poca del contrato, de modo que en este mbito se agotara su aplicacin.258
Esta interpretacin hace sentido, si se atiende a que el contrato tiene
por una funcin esencial que las partes se atribuyan recprocamente los
riesgos, de modo que el lmite natural de la responsabilidad por culpa est
dado por el dao que resulta previsible al momento de contratar.
Distinta es la situacin en materia extracontractual, donde no hay convencin previa, sino una actuacin del demandado que ha causado dao
al demandante, de modo que no est predefinido un mbito de riesgo
que tpicamente pertenece a la relacin entre las partes. De ah que se
estime, en general, que la previsibilidad de los perjuicios no es un lmite
aplicable en ese tipo de responsabilidad.
Sin embargo, tambin en el caso de la responsabilidad extracontractual surge la pregunta por los daos indemnizables. Asumido que la culpa
supone que el perjuicio inicial provocado por el hecho culpable del demandado debe ser previsible, porque de lo contrario el juicio de diligencia carece de sentido (supra N 48), queda pendiente la pregunta por los
lmites de la responsabilidad respecto de los daos subsecuentes, que se
siguen de ese dao inicial. Esta cuestin se relaciona con los lmites de los
daos indemnizables, de manera anloga a como se resuelve en materia
contractual el requisito de que los perjuicios sean previsibles.
La doctrina trata esta materia a propsito del requisito de causalidad.
Como se ver, en verdad se trata de descubrir cules daos subsecuentes,
que son causalmente derivados de un dao inicial, pueden ser imputados
objetivamente al hecho culpable del demandado. En el caso de un accidente de trnsito, por ejemplo, se trata de saber si quien lo provoc por su
negligencia puede ser hecho responsable del dao mayor provocado por
un error mdico ocurrido al tratar las heridas sufridas por la vctima.
Usando el lenguaje del Cdigo Civil, la pregunta deviene en buscar los
criterios que permiten distinguir el dao directo del indirecto. Entre los
conceptos utilizados para resolver esta cuestin reaparece la idea de previsibilidad. Sin embargo, la doctrina tiende a estar de acuerdo en que el
requisito de que los daos sean previsibles establece un lmite muy prximo a la responsabilidad, de modo que se prefiere el concepto de adecuaDucci 1936 174, Alessandri 1943 552; as tambin, CS, 14.4.1953, RDJ, t. L, sec. 4,
40. La misma doctrina ha sido sostenida por la jurisprudencia francesa, que tambin ha
reducido el efecto de la imprevisibilidad a la responsabilidad contractual (Viney 1995 304,
Viney/Jourdain 2001 579). En el derecho alemn, la imprevisibilidad no es relevante como
factor limitante de la responsabilidad por los efectos consecuenciales del hecho; sin embargo, slo se responde de los perjuicios que estn en una relacin de adecuacin con el hecho ilcito (y ese no suele ser el caso de los perjuicios imprevisibles). Tambin en el derecho
del common law la previsibilidad suele ser importante en sede de causalidad, al sealarse que
slo est en relacin de causa prxima con el hecho culpable el dao directo, entendiendo
por tal el perjuicio previsible (Jones 2002 267); en general, sobre la previsibilidad como
criterio de imputacin objetiva de los daos subsecuentes a la accin del demandado, infra
N 255; en relacin con el criterio de adecuacin, infra N 257.
258
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cin u otros que cumplan esa funcin limitante de una manera normativamente ms satisfactoria (infra 30, especialmente N 255).
c) En otras palabras, tanto en materia contractual como extracontractual el derecho debe poner un lmite a los daos derivados de los
cuales se responde; slo que en la primera, la idea de perjuicios previsibles resulta ajustada a la naturaleza de la relacin, mientras que en
sede de responsabilidad extracontractual otras doctrinas resultan ms
apropiadas.259
Por eso, aunque la norma del artculo 1558 I se aplica slo en materia
contractual, se puede sostener que es una caracterstica general de la responsabilidad por culpa que slo comprenda los perjuicios que pueden ser razonablemente imputados al hecho culpable, esto es, que pertenecen al
desencadenamiento natural de los acontecimientos a partir del hecho que
genera la responsabilidad (perjuicios a cuyo respecto el hecho ilcito est
en relacin de causa adecuada).260 En otras palabras, se puede asumir que
la responsabilidad por culpa slo puede ser atribuida respecto de aquellos
riesgos que guarden una relacin objetiva de proximidad con el ilcito del
demandado (idea que en materia contractual se expresa con el requisito
de que los perjuicios indemnizables slo son los que eran previsibles para
el deudor al momento de contratar).261
d) Las explicaciones anteriores permiten replantear la pregunta por
las diferencias entre la responsabilidad extracontractual por culpa y por
dolo. Por la referencia que la norma del artculo 1558 I hace a los perjuicios que pudieron preverse al momento de contratar, se puede asumir que
no resulta aplicable en materia de responsabilidad extracontractual. Sin
embargo, tambin en materia de responsabilidad extracontractual el dolo
resulta influyente al momento de determinar la extensin de los perjuicios
indemnizables, porque es un principio general del derecho privado que
quien acta maliciosamente tiende a hacerse responsable de todas las consecuencias de su conducta (infra N 261).
103. Importancia de la intencin en la valoracin del dao moral. En la
prctica jurisprudencial, la valoracin de la indemnizacin por dao moral suele depender del juicio de valor respecto de la conducta del deman-
259 Especficamente sobre las diferencias entre la responsabilidad contractual y la extracontractual en materia de previsibilidad de los daos indemnizables, vase tambin infra
N 785.
260 As se explica tambin que en derechos pertenecientes a distintas tradiciones, como
son el alemn y el common law, slo se responda de los llamados perjuicios puramente patrimoniales (esto es, de los perjuicios patrimoniales que no se derivan del dao a personas o
cosas) en razn de culpa intencional o de la utilizacin de medios contrarios a las buenas
costumbres. Es el caso de los atentados contra la competencia o la interferencia en contrato ajeno. Adems de estar comprometida la libertad de emprendimiento (supra N 100),
esos daos son de tal amplitud que resultan usualmente imprevisibles.
261 Perry en Owen 1995 321.
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263
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que resulte aplicable la presuncin general de culpa de los padres (artculo 2321).264
b) El rgimen de responsabilidad por culpa presumida del dependiente
presenta una diferencia sustancial con la responsabilidad contractual. En efecto, en materia contractual el deudor es responsable por el hecho del tercero
que participa en la ejecucin de la obligacin como si fuera un acto propio,
sin que le resulte admisible excusar su incumplimiento probando que personalmente actu con diligencia. Fundamento de esta responsabilidad estricta
son dos normas que se refieren a la obligacin de dar un cuerpo cierto, cuya
doctrina puede ser generalizada a todo tipo de obligaciones contractuales
(artculos 1590 I y 1679). Ocurre que al acreedor resulta usualmente indiferente cmo cumple el deudor la obligacin que emana del contrato, pero
una vez producido el incumplimiento, el deudor responde aunque ste se
deba a la negligencia de un dependiente o un contratista. En otras palabras,
la responsabilidad contractual se extiende indistintamente a los hechos del
propio deudor, los de sus dependientes y de sus subcontratistas (infra N 782).
c) Segn las reglas generales, la responsabilidad vicaria (esto es, la responsabilidad estricta por el hecho ajeno) es de derecho estricto; en consecuencia, slo resulta aplicable en virtud de un texto legal expreso. Por el
contrario, en el derecho comparado ella ha llegado a ser la regla general.265
Un ejemplo de responsabilidad vicaria en el derecho chileno se encuentra
en la norma del artculo 174 de la Ley del trnsito, en cuya virtud el propietario y tenedor del vehculo son solidariamente responsables por los daos y
perjuicios que se ocasionen por el tercero que lo conduce, salvo que acredite que el vehculo fue usado contra su voluntad (infra Nos 527 y 528).266
264 La Corte Suprema ha sostenido que el artculo 2320 del Cdigo Civil impone una responsabilidad directa y exclusiva a quien tiene a su cuidado o bajo su dependencia a una o ms
personas, hacindolo responsable civilmente frente a los terceros de los daos ocasionados por
aqullos, ello en razn de no haber empleado la debida diligencia, cuidado o autoridad, para
impedir el hecho presumiendo la culpa y hacindolo responsable del total de la indemnizacin
del dao causado (CS, 27.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 68, tambin publicada en GJ 226, 56).
265
As, en el derecho francs, a partir de 1991, los fallos de la Corte de Casacin han
reconocido una responsabilidad de pleno derecho por el hecho de personas que estn bajo
dependencia o cuidado de otra; tambin, se ha fallado que una asociacin de rugby es responsable por los daos causados por sus jugadores, sin que le sea admisible la excusa de diligencia (Carbonnier 2000 426). En el common law se acepta desde antiguo la doctrina del
respondeat superior, en cuya virtud el empleador es vicariamente responsable (esto es, bajo un
sistema de responsabilidad estricta) por los actos de sus dependientes (Fleming 1985 162, Abraham 2002 181); la responsabilidad por el hecho de nios u otras personas bajo el cuidado de
otra est sujeta a una regla de negligencia (Fleming 1985 46). En el derecho alemn se sigue
un rgimen de presunciones de culpabilidad, anlogo al de la ley chilena (BGB, 831 y 832).
266
Se ha fallado que la responsabilidad solidaria que asigna el artculo 174 inciso 2
de la ley 18.290 [Ley del trnsito] al propietario de un vehculo que ocasiona daos en una
colisin tiene carcter objetivo, ya que se aparta de los fundamentos de la teora de la responsabilidad civil contenida en los artculos 2314 y siguientes del Cdigo Civil, que exigen
concurrencia de dolo o culpa (). No es necesario acreditar culpabilidad personal del dueo
en relacin al dao provocado por el vehculo de su dominio (Corte de San Miguel,
19.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 66, tambin publicada en GJ 229, 153).
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d) La responsabilidad por el hecho ajeno, sea vicaria o por culpa presumida, es una importante garanta para las vctimas de accidentes, en
especial cuando existe asimetra de solvencia entre el autor directo del
dao y el tercero civilmente responsable (como suele ocurrir con el propietario del vehculo motorizado que responde por la culpa del conductor; o con la culpa presumida de los padres y empresarios por actos de sus
hijos y dependientes).
16. RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE INCAPACES
105. El deber de cuidado como fuente de responsabilidad. a) Segn el artculo 2319 I, no son capaces de delito o cuasidelito los menores de siete aos ni
los dementes; pero sern responsables de los daos causados por ellos las
personas a cuyo cargo estn, si pudiere imputrseles negligencia. Los incapaces no cometen acto ilcito cuando causan dao a un tercero, porque su conducta no puede ser objeto de un juicio de reproche, en atencin a que no
cumplen el requisito subjetivo de la responsabilidad (supra N 30).
Pero suele ocurrir que el incapaz que ha causado el dao se encuentre
bajo la guarda y cuidado de un tercero. En tal caso, este tercero puede ser
responsable por un hecho propio, como es haber faltado al cuidado debido, y su culpa debe ser acreditada de acuerdo con las reglas generales de
la responsabilidad por el hecho propio.267
b) Entre los incapaces y sus guardadores se distinguen relaciones de
cuidado personal y de administracin de bienes. Usualmente, ambas coinciden en una misma persona, pero pueden estar divididas.268 La responsabilidad civil recae en quien tenga el cuidado personal. Cualquiera sea el
ttulo por el cual una persona tiene al incapaz bajo su cuidado, responde
segn la regla del artculo 2319 del Cdigo Civil. Conviene insistir en que
la responsabilidad es personal y directa del que ejerce de manera impropia el cuidado, de modo que no existe propiamente responsabilidad por
el hecho ajeno segn la regla del artculo 2320.269 A contrario sensu, la regla
del artculo 2319 no se aplica a los menores entre los siete y diecisis aos
que hayan actuado con discernimiento, ni a los disipadores interdictos,
pues en ambos casos se trata de personas con capacidad delictual civil.
Alessandri 1943 143.
As, por ejemplo, tratndose de los menores que se encuentran bajo el cuidado del
padre o de la madre, se distingue entre la tuicin (artculos 222 y siguientes), que corresponde al cuidado personal, y la patria potestad (artculos 243 y siguientes), referida a la
administracin y goce de los bienes del hijo.
269 Tambin, se ha fallado que si el subordinado o dependiente es incapaz, las normas citadas [artculos 2320 y 2322 del Cdigo Civil] no tienen aplicacin y debe recurrirse
a una norma de carcter especial sobre la materia, contenida en el artculo 2319 del cdigo citado. La referida norma slo hace surgir responsabilidad de la persona civilmente responsable, en el evento que pueda imputrsele negligencia, esto es, a condicin que se pruebe
culpa de aqulla (CS, 28.1.1998, RDJ, t. XCV, sec. 1, 1).
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106. Hecho de menores. a) Son absolutamente incapaces de delito o cuasidelito los menores de siete aos y los menores de diecisis que hayan obrado sin discernimiento (artculo 2319). Ante la falta de responsabilidad civil
del menor slo puede resultar responsable quien lo tenga a su cuidado.
b) Desde el punto de vista del cuidado, no hay diferencias sustanciales
entre los hijos matrimoniales y los no matrimoniales, segn se sigue del
principio de que la ley considera iguales a todos los hijos (artculo 33).270
En la actualidad, el cuidado personal de la crianza y educacin de los hijos
toca de consuno a los padres, o al padre o madre sobreviviente (artculo
224 I). Si ambos padres ejercen el cuidado, la responsabilidad de ambos
debe ser tenida por solidaria (artculo 2317). El cuidado personal del hijo
no concebido ni nacido durante el matrimonio, reconocido por uno de
los padres, corresponde al padre o madre que lo hubiese reconocido, y si
ninguno lo ha reconocido, a un tutor o curador designado por el juez
(artculo 224 II).
Si los padres viven separados, en principio la ley asigna el cuidado personal de los hijos a la madre (artculo 225 I), lo cual no obsta a que, por
acuerdo solemne entre los padres, se convenga que el cuidado personal
corresponda al padre. Tambin corresponde al padre la tuicin si el juez
se la atribuye en consideracin al mejor inters del nio, segn la regla de
clausura del artculo 242 II.
Finalmente, para el caso de inhabilidad fsica o moral de ambos padres, el juez puede confiar el cuidado personal de los hijos a otra persona
competente, prefiriendo al efecto a los consanguneos ms prximos y, sobre
todo, a los ascendientes (artculo 226).
Por regla general, la responsabilidad por la educacin y comportamiento
del menor recae en quienes ejercen el cuidado personal. Si el cuidado
est a cargo de una institucin, esa regla se le aplicar a la persona jurdica. En esta situacin, por la conducta de los menores incapaces responden
quienes ejercen el cuidado.
c) Debe entenderse que la responsabilidad de quien tiene el menor a
su cuidado personal es sin perjuicio de la que corresponde a los padres,
270 Previo a la reforma de la ley N 19.585, para establecer a quin corresponda el cuidado personal del menor, era necesario distinguir entre las distintas categoras de hijos que contemplaba la legislacin. Respecto de los hijos legtimos, en principio el cuidado personal
corresponda al padre (antiguo artculo 219) y, en caso de divorcio o separacin de hecho,
segn dispona el artculo 223 y el derogado artculo 46 de la Ley de menores, dicho cuidado
tocaba a la madre, salvo cuando por su depravacin fuera de temer que el hijo se pervirtiera.
Tratndose de hijos naturales, la tuicin y cuidado personal corresponda al padre o madre
que lo hubiere reconocido voluntariamente; si el reconocimiento haba sido forzado, el cuidado personal del menor se rega por las reglas generales para los incapaces y, en consecuencia, estaba a cargo de un tutor o curador, as resultaba de las normas contenidas en el artculo
271 y en el artculo 277 II, todos ellos actualmente derogados. Finalmente, en cuanto a los
hijos simplemente ilegtimos, en atencin a que tcnicamente carecan de padre y madre, su
cuidado personal corresponda a un tutor, mientras fuera impber, y a un curador, hasta que
alcanzara la mayora de edad (antiguos artculos 341 y 342).
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hecho ajeno expresan criterios de responsabilidad suficientemente inequvocos. Se establece, como se ha visto, una presuncin general de responsabilidad por el hecho de quienes estn bajo el cuidado o dependencia de
otra persona (artculo 2320 I); se sealan algunos casos ejemplares de aplicacin de esa presuncin (artculos 2320 II, III y IV y 2322 I); y se expresa
la manera como quien se presume responsable puede liberarse de la responsabilidad (artculos 2320 V y 2322 II).
El artculo 2320 I establece una presuncin general de culpabilidad
por el hecho de las personas que se encuentran bajo el cuidado o dependencia de otra. La responsabilidad por el hecho ajeno es, a la vez, una
responsabilidad por el hecho propio (la negligencia en el cuidado) y una
especie de garanta por el hecho ilcito del menor o del dependiente, que
usualmente son insolventes.
b) El fundamento de la presuncin es la existencia de un vnculo de
autoridad o cuidado entre el guardin y el autor del dao. Ms all de los
casos especialmente referidos por la ley, se ha entendido que esta relacin
de autoridad o cuidado es una cuestin de hecho.279 Por ello puede ocurrir
que una relacin contractual que usualmente no constituye dependencia
(como un contrato de mandato, por ejemplo), d lugar a la responsabilidad
presumida del mandante si el mandatario acta siguiendo sus instrucciones
o de cualquier manera acta permanentemente bajo su dependencia. Por el
contrario, el subcontratista independiente, que acta sin estar sometido a
un rgimen de subordinacin, ni obedece instrucciones continuas, difcilmente podr ser considerado un dependiente (infra N 121). Por no existir
relacin de dependencia, tampoco el arrendador es responsable por los hechos de su arrendatario. A su vez, son imaginables situaciones en que existe
dependencia aunque no haya vnculo formal alguno (como sera el caso de
un aprendiz que realiza una prctica en una empresa).280
Los casos ms complejos se presentan cuando no existe una relacin
personal directa con quienes causan los daos, sino simplemente se puede
asumir que hay un deber de controlar la conducta ajena. Es lo que ocurre,
por ejemplo, con el propietario por los daos que sus visitantes pueden
causar a los vecinos; o con los desrdenes causados por partidarios de una
asociacin poltica o deportiva. La relacin difcilmente podr ser calificada de dependencia, pero s pueden existir deberes de cuidado, cuyo alcance debe ser establecido en el juicio de responsabilidad. En estos casos no
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aplica respecto de todos los hijos menores, inclusos aquellos que son capaces a efectos de la responsabilidad civil (supra N 108).
d) Los padres pueden excusarse del modo que genricamente se establece para la responsabilidad por el hecho ajeno: probando que con la
autoridad y el cuidado que su calidad de padres les confiere no han podido impedir el hecho (artculo 2320 V). La prueba de la diligencia es por
lo general infructuosa, porque en el hecho culpable se suele mostrar que
los padres no han ejercido el cuidado y la autoridad que podra haber
evitado el dao.284
En verdad, la suma de las presunciones de los artculos 2320 y 2321
explica la dificultad para encontrar fallos que admitan la excusa de diligencia de los padres.
111. Presuncin de culpa de los guardadores por el hecho de los pupilos
que viven bajo su dependencia y cuidado. La regla debe entenderse referida a la guarda que tiene por objeto el cuidado personal del pupilo, que
corresponde a los tutores y curadores generales (artculo 340). Se excluyen, en consecuencia, los guardadores limitados a la administracin de
bienes. La presuncin surge del deber legal de cuidado, y no slo de la
comn habitacin, por las razones expuestas a propsito de la responsabilidad de los padres (supra N 110).
112. Presuncin de culpa de los jefes de colegios y escuelas por el hecho
de los discpulos y de los artesanos por el hecho de los aprendices. a) Esta
regla se refiere a los jefes de colegios y escuelas y no a los profesores.
Cuando corresponda, sin embargo, stos pueden quedar sujetos a la presuncin general del inciso primero del artculo 2320.285
La presuncin est limitada al tiempo en que los alumnos estn bajo el
cuidado del colegio o escuela,286 pero se extiende a los daos producidos
284 En el derecho francs, en una evolucin que resulta caracterstica en ese ordenamiento, la jurisprudencia a partir del caso Bertrand (1997) slo acepta la excusa de fuerza
mayor o culpa de la vctima (Carbonnier 2000 431, Chabas 2000 b N 61). En el derecho
alemn, los jueces son ms bien estrictos con los padres, especialmente al no aceptar la excusa de que el menor actu en desobediencia de los padres; sin embargo, tienden a aceptar una cierta libertad en los criterios educativos, en especial respecto de menores que se
acercan a la mayora de edad (Medicus 2003 b 407, MnchKom/Mertens 832 20); en Espaa la jurisprudencia es tambin muy severa al momento de justificar la excusa, de modo
que prcticamente, la responsabilidad es objetiva (Lacruz et al. 1995 523).
285 Alessandri 1943 353.
286 Resolviendo un recurso de proteccin interpuesto en contra de los dueos y administradores de un colegio, por daos ocasionados por algunos alumnos en un jardn del
recurrente, se ha fallado que el artculo 2320 del Cdigo Civil que se invoca en el libelo,
relativo a la vinculatoriedad para los jefes de colegios respecto de los hechos de los discpulos, mientras estn bajo su cuidado () no resulta aplicable, toda vez que tal cuidado cesa
cuando el estudiante abandona el recinto escolar (CS, 25.11.1992, F. del M. 408, 814). Sobre daos corporales en ria de estudiantes, se ha resuelto que son de responsabilidad de
los padres y de los jefes del colegio (Corte de San Miguel, 14.4.2003, GJ 274, 140).
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rado es establecer crecientemente una responsabilidad exclusiva del tercero civilmente responsable, dificultando la accin de reembolso contra el
sujeto de cuidado o dependencia (infra N 125).
116. Descarga de la presuncin. a) La presuncin de culpabilidad por el
hecho ajeno es simplemente legal y, en consecuencia, puede ser desvirtuada mediante prueba en contrario. Con todo, la excusa del guardin se
encuentra definida en trminos restrictivos en el mismo artculo 2320 inciso final, al disponer que cesar la obligacin de esas personas si con la
autoridad y el cuidado que su respectiva calidad les confiere y prescribe,
no hubieren podido impedir el hecho.
b) La jurisprudencia nacional se ha mostrado particularmente exigente al juzgar la procedencia de esta excusa, interpretando la nocin de imposibilidad o impedimento en forma rigurosa. As, se ha entendido que
para desvirtuar la presuncin el tercero debe probar que aun actuando
con la diligencia debida le habra sido imposible impedir el hecho, lo que
en la prctica puede exigirle probar la intervencin de un caso fortuito o
fuerza mayor.300 As, tratndose de la presuncin de culpabilidad de los
padres y guardadores por el hecho de los menores que se encuentran bajo
su cuidado, se ha estimado que para desvirtuarla es necesario acreditar la
existencia de hechos que denoten un cuidado permanente de dichos menores, limitacin que en la prctica conduce a que la responsabilidad sea
inexcusable, pues el accidente se produce precisamente porque en el momento de su ejecucin los padres no ejercen vigilancia.301 Un criterio an300 Un ejemplo de argumentacin que conduce a ese resultado es el siguiente: si bien
puede darse por establecido, de un modo general () que la parte demandada tomaba algunas medidas de prudencia para evitar hechos daosos de su dependiente o del micro que
guiaba, en ningn caso se ha establecido que ellas fueran de tal naturaleza como para evitar
el hecho (CS, 14.11.1950, RDJ, t. XLVII, sec. 1, 482). Tempranamente tambin se fall que
la empresa demandada no ha justificado que el suceso se debiese a un caso fortuito ni de los
antecedentes que obran en autos puede deducirse la existencia de dicho caso fortuito y que
en consecuencia responde de los daos i perjuicios procedentes de los actos u omisiones
relativos al servicio causados por los administradores i dems empleados en la explotacin
(Corte de Santiago, 17.6.1901, G. de los T., 1901, 2 sem, N 2789, 925). En el derecho francs se ha pasado a aceptar slo la excusa de caso fortuito (Chabas 2000 b N 61).
301 En ese sentido se ha fallado que para aceptar la excusa contemplada en el inciso
final, en orden a que no obstante la autoridad y cuidado empleado, no pudo evitar el hecho, el demandado debi probar que se encontr en una verdadera y real imposibilidad
de impedir el dao, no bastando la sola prueba de que los hijos han recibido una buena
educacin (CS, 11.7.1978, F. del M. 236, 175); que el padre no queda relevado de responsabilidad por el hecho de probar que no autoriz a su hijo para conducir su automvil y
que tal acto se verific en su ausencia, si no acredita adems que siempre y en todo momento ha ejercido sobre el reo una vigilancia acuciosa y constante (Corte de Santiago,
25.3.1958, RDJ, t. LVI, sec. 4, 195); que el cuidado personal de la crianza y educacin del
hijo se manifiesta no slo cuando el padre se encuentra presente sino que tambin, y en
mayor medida, en su ausencia, pues deriva de esa obligacin que es anterior al hecho ilcito (Corte Presidente Aguirre Cerda, 2.12.1988, RDJ, t. LXXXV, sec. 4, 191).
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cometidos por quienes estn bajo el cuidado del empresario. Alguna jurisprudencia y doctrina entendieron que la norma del artculo 2322 I limitaba la responsabilidad del empresario al correcto ejercicio de las funciones,
porque slo entonces el dependiente estara genuinamente ejerciendo la
tarea encomendada,307 mientras el artculo 2320 IV se aplicara en general
a cualquier relacin de dependencia o cuidado. Las excusas estn asimismo formuladas de manera diferente: el artculo 2322 II exige probar que
los criados o sirvientes han ejercido sus funciones de un modo impropio
que los amos no tenan medio de prever o impedir, empleando el cuidado
ordinario, y la autoridad competente,308 mientras en el artculo 2320 V la
excusa se funda en la imposibilidad de evitar el resultado empleando el
cuidado y autoridad que su calidad confiere al empresario.
c) En el pasado se suscitaron discusiones acerca del alcance diferente
que tendran estas disposiciones,309 pero tanto conceptualmente, como en
la prctica, no hace mucho sentido escarbar en las diferencias semnticas
307
En verdad el ejercicio impropio de las funciones ha sido interpretado en dos sentidos opuestos: como limitacin a la responsabilidad del empresario y, en un sentido contrario,
como limitacin a la descarga de responsabilidad. En el primer sentido, se ha fallado que el
patrn no responde de todos los actos de su empleado por el solo hecho de serlo y es preciso
que se trate de un acto del servicio () porque slo entonces es patrn (Corte de Santiago,
8.1.1924, confirmada por la CS [cas. fondo], 9.9.1924, RDJ, t. XXIV, sec. 1, 670). A la inversa, por lo general se ha exigido, como condicin de exculpacin, que se acredite que el empleado ejerci sus funciones de un modo impropio (Corte de Santiago, 6.9.1929, confirmada
por la CS [cas. fondo], 13.10.1930, RDJ, t. XXVIII, sec. 1, 295 y Corte de Valparaso, 14.11.1927,
confirmada por la CS [cas. fondo], 7.1.1931, RDJ, t. XXVIII, sec. 1, 461). Finalmente, hay
fallos en que la conducta impropia del dependiente es precisamente invocada como antecedente de la culpa del empresario; as, CS, 1.6.1935, RDJ, t. XXXII, sec. 1, 382, donde se hace
responsable a una empresa salitrera por una tronadura efectuada de modo impropio por sus
obreros que causa la muerte de otros trabajadores.
308 No obstante la mayor precisin de la norma legal, la jurisprudencia ha sido particularmente exigente con esta excusa. As, en el caso de la tronadura efectuada por empleados de una empresa salitrera, sin ninguna precaucin y transgrediendo las normas de
seguridad establecidas por la propia empresa, a consecuencia de la cual result muerto un
habitante de un campamento cercano, se sostuvo que los patrones pudieron prever o impedir el dao causado por el modo impropio de efectuar sus obreros el trabajo a que se ha
hecho referencia, y no emplearon todo el cuidado y autoridad necesarios al efecto (CS,
1.6.1935, RDJ, t. XXXII, sec. 1, 382). Precisando el objeto de la prueba destinada a configurar esta excusa, se ha dicho que debe recaer en hechos que tengan relieve y fuerza para
convencer de que existi una real imposibilidad de prever o impedir la infraccin; la ley
habla de no tener medio de prever e impedir (CS, 13.9.1968, RDJ, t. LXV, sec. 4, 220);
vase tambin, Corte de Santiago, 29.3.1951, RDJ, t. XLVIII, sec. 4, 32.
309 As, Alessandri 1943 378 entiende que mientras ste [el artculo 2322] hace responsable al amo por la conducta de sus criados o sirvientes en el ejercicio de sus respectivas funciones, lo que excluye su responsabilidad en caso de abuso de las mismas o de delito
o cuasidelito cometido con ocasin de ellas, el art. 2320 hace responsable al patrn o empleador por todo hecho ejecutado mientras el subalterno o dependiente est a su cuidado,
aunque sea ajeno a las funciones que desempea o constituya un abuso de las mismas. En
este sentido se ha pronunciado la Corte de Santiago, al sealar que el amo es responsable
182
CULPA
entre ellas. Ambas disposiciones establecen una presuncin de culpabilidad por el hecho ajeno, para cuya procedencia exigen que el dao haya
sido producido en el marco de una relacin que permite inferir la responsabilidad del empresario (cuidado, dependencia, atribucin de funciones
a un empleado). Asimismo, ambas establecen requisitos fuertes para la
excusa de diligencia del empresario, en la medida que slo resulta admisible si le ha sido imposible evitar el dao ejerciendo el cuidado y autoridad
debidos. A lo largo del siglo pasado se comprueba que la jurisprudencia
no se ha hecho grandes problemas con el concurso de normas, entendiendo que la pretensin se puede fundar en una u otra o en ambas a la vez,
sin entrar en sutiles diferenciaciones semnticas entre ambos preceptos,
que, en verdad, son expresivos de un mismo principio.310
119. Evaluacin crtica del estatuto de responsabilidad por culpa presumida. a) La tendencia generalizada del derecho comparado es hacia la responsabilidad vicaria de los empresarios por el hecho de sus dependientes.311
Diversas razones, desde la perspectiva de la justicia y de la eficiencia, permiten justificar un estatuto de este tipo.
aun de aquellos actos ejecutados por el criado, sin embargo de no estar en el momento de
la ejecucin al alcance de su vista, pues en cierto modo el amo est en situacin de modelar la conducta de su criado y que, en cambio, el empresario es responsable slo de aquellos actos que ejecuta el dependiente mientras est a su cuidado vale decir en el ejercicio
de su empleo y siempre todava que haya estado en condiciones de impedirlo (Corte de
Santiago, 8.9.1953, RDJ, t. LI, sec. 4, 82).
310 Aplicando ambas reglas, Corte de Santiago, G. de los T., 1902, 1er sem., N 258, 275;
CS, 21.10.1911, RDJ, t. X, sec. 1, 47; CS, 14.7.1937, RDJ, t. XXXIV, sec. 1, 389; CS, 8.5.1945,
RDJ, t. XLIII, sec. 1, 10; CS, 7.11.1949, RDJ, t. XLVI, sec. 1, 842; Corte de Santiago,
22.7.1957, RDJ, t. LIV, sec. 2, 43; CS, 28.6.1966, RDJ, t. LXIII, sec. 1, 234; CS, 21.9.1966,
RDJ, t. LXIII, sec. 4, 251; CS, 8.5.1968, RDJ, t. LXV, sec. 4, 88; CS, 29.8.1974, RDJ, t. LXXI,
sec. 4, 261; Corte de Concepcin, 7.11.1985, RDJ, t. LXXXII, sec. 4, 288; Corte de Concepcin, 10.8.2000, confirmada por la CS [cas. forma y fondo], 24.1.2002, GJ 259, 38, y Corte
de Valdivia, 15.5.2002, confirmada por la CS [cas. fondo], 4.9.2002 y 24.7.2003, GJ 277, 99.
311 La responsabilidad estricta del empresario por hechos ilcitos de los dependientes
(responsabilidad vicaria) se ha extendido en los principales sistemas jurdicos, sea por disposicin legal, sea por desarrollos jurisprudenciales, con excepcin del derecho alemn,
donde sigue vigente una regla de culpa presumida, anloga a la de nuestro Cdigo Civil
(BGB, 831). En el common law la responsabilidad vicaria es el rgimen ordinario de responsabilidad por el hecho de los trabajadores (Fleming 1985 162, Abraham 2002 182). Un
anlisis comparado de los estatutos de responsabilidad vicaria en el common law y en el derecho francs e italiano y de responsabilidad por culpa presumida en el derecho alemn,
en Zweigert/Ktz 1996 639. El derecho espaol ha devenido en la prctica en una responsabilidad vicaria sobre la base de la frmula de estilo: cuando las garantas adoptadas ()
para prever y evitar los daos previsibles y evitables no han ofrecido resultado positivo, revela ello la insuficiencia de los mismos y que faltaba algo por prevenir (Lacruz et al. 1995
525, citando ejemplarmente una sentencia del Tribunal Supremo de 1986).
183
Ante todo, parece justo que quien goza de los beneficios de la actividad de sus dependientes asuma tambin los riesgos de errores o faltas en
el proceso de produccin o de prestacin del servicio. El dependiente
puede ser concebido por el derecho civil como un agente en la accin del
principal, de modo que todos los efectos de lo que haga se radican en este
ltimo. En otras palabras, desde el punto de vista de la justicia correctiva,
es el principal y no la vctima quien debe soportar los riesgos del comportamiento negligente del dependiente.
Desde la perspectiva de las expectativas de reparacin de la vctima del
dao injusto, la responsabilidad estricta del empresario es una garanta
que permite superar la insolvencia del dependiente, evitndose as que, en
la mayora de los casos, resulte terica la responsabilidad. La empresa acta de este modo como garante de los daos atribuibles a negligencia
incurrida en su mbito de actividad y riesgo.
Finalmente, en pocos casos se muestran con ms nitidez los argumentos
de eficacia preventiva para justificar un estatuto de responsabilidad estricta.
Es el empresario quien est en mejores condiciones para definir los niveles
ptimos de actividad y de cuidado en la seleccin y adiestramiento del personal, as como para definir los procedimientos y realizar las inversiones
racionalmente necesarias para prevenir los riesgos de negligencias al interior de su organizacin. Decisiones empresariales de este tipo son difcilmente mensurables bajo un estatuto de mera diligencia (sobre la justificacin
de un estatuto de responsabilidad vicaria, infra N 308 b).312
La responsabilidad vicaria es, en consecuencia, un complemento razonable al rgimen de responsabilidad por negligencia: si bien la responsabilidad
tiene por antecedente la culpa, se responde de los hechos de los dependientes como propios. En verdad, muchos de los argumentos que la justifican son
tambin aplicables al paso siguiente, cual es establecer mbitos de responsabilidad estricta para ciertos riesgos empresariales, como es usual con la responsabilidad por productos defectuosos en el derecho comparado (infra 53).
b) En el derecho nacional, la jurisprudencia ha seguido la tendencia
de interpretar extensivamente los criterios de procedencia de la presuncin y restrictivamente las reglas que regulan la excusa de diligencia (infra
Nos 120 a 124), lo que en la prctica ha situado al empresario en el lmite
de la responsabilidad vicaria por el hecho de sus dependientes, aunque
formalmente siga respondiendo bajo un estatuto de culpa presumida.
Por otra parte, conviene finalmente tener presente que la responsabilidad del empresario suele ser construida en la forma de una presuncin de
culpabilidad por el hecho propio, cada vez que la jurisprudencia, a veces
312 Un juicio crtico de la responsabilidad por culpa presumida en Zelaya 1993 113; una
crtica de su justificacin histrica en Zelaya 1998. Argumentos econmicos por una responsabilidad vicaria en Ktz 1991 114, Zweigert/Ktz 1996 632, Fleming 1985 162, Abraham 2002 182 y Cooter/Ulen 1997 427; con nfasis en la inexistencia de una relacin
necesaria entre responsabilidad civil y juicio personal de reproche, Honor 1999 126 y Honor en Owen 1995 85.
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profesionales independientes, que no reciben instrucciones del empresario que les hace el encargo.315
b) La pregunta por los lmites de la dependencia se presenta con particular intensidad cuando interviene en la produccin del dao un contratista, que asume un grado significativo de autonoma en la ejecucin de una
obra. El caso ms sencillo se presenta en el mbito domstico: cuando se
contrata a un prestador de servicios independiente, que trabaja para muchos clientes, no existe relacin de dependencia.316 As, si alguien contrata
a un electricista para que haga una reparacin en su departamento, no
puede darse por establecida una relacin de dependencia. Lo mismo vale,
en principio, para la responsabilidad del empresario: si subcontrata con
un tercero experto, la regla general es que entre el empresario que hace
el encargo y el que lo ejecuta no hay una relacin de dependencia, que
haga al primero presuntivamente responsable de los actos del segundo.317
Con todo, nada obsta para dar por establecida la responsabilidad por
el hecho ajeno si el subcontratista es un encargado que acta bajo las
rdenes e instrucciones, directas y permanentes, o, de algn modo anlogo, no es un sujeto autnomo, sino est inserto en la organizacin del
empresario principal.318 Es tambin lo que ocurre con el mandatario y con
Alessandri 1943 368.
Abraham 2002 182.
317 Se ha fallado que la presuncin de culpa no se aplica a los hechos de subcontratistas
que realizan una obra por precio alzado, pues stos actan con independencia respecto del
empresario (CS, 9.8.1954, RDJ, t. LI, sec. 4, 169); a estos efectos, todo indica que lo determinante no es la forma como se determina la remuneracin del contratista, sino su independencia funcional. Tambin se ha fallado que no hay responsabilidad de quien encarga la
construccin de un edificio a un constructor o contratista, por los daos que ocasiona el derrumbe de un muro, si dicho contratista ha tomado a su cargo las responsabilidades correspondientes, obligndose a asegurar a su personal y obreros (CS, 1.8.1932, RDJ, t. XXIX, sec. 1,
542); tampoco en este caso la razn parece ser la apropiada, porque la exclusin de responsabilidad del principal frente a terceros no tiene por antecedente el contrato, sino la autonoma con que acta el contratista.
318 Sobre las calificaciones para entender al subcontratista bajo el mbito de responsabilidad del principal, Zelaya 2002 105. As, en el caso de una persona que resbal en un supermercado debido a que un miembro de la empresa subcontratada para la ejecucin de la
limpieza omiti la colocacin de letreros u otras advertencias respecto de las labores de aseo
y en que se demand al supermercado, se resolvi que la naturaleza de la relacin contractual permita presumir la existencia de una subordinacin funcional de la contratista respecto de la demandada y concluir como lo hicieron los jueces del grado que ello necesariamente
implicaba una mayor presencia del empresario en las faenas de aseo realizadas por su cuenta.
Por consiguiente, el proceder descuidado del demandado, en cuanto a la obligacin de control y vigilancia conforma el requisito de la accin resarcitoria intentada, esto es, accin u
omisin culpable, pues es evidente que el contratista forma parte de la organizacin empresarial de la demandada y est funcionalmente subordinado a ella (CS, 6.11.2003, rol N 3.2582002); para estimar que se daba la relacin de dependencia, el fallo consider especialmente
la circunstancia de que la empresa se obligaba a aportar al contratista las mquinas, equipos,
herramientas, elementos y materiales para que ste cumpliera lo establecido en el contrato,
incluidos los letreros de advertencia de peligro al pblico.
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los profesionales: la apreciacin de la dependencia cabe hacerla en concreto y es una cuestin de hecho, de modo que puede darse por establecida aunque, por su naturaleza, el contrato d lugar a obligaciones que se
ejecutan con independencia de quien hace el encargo.319
Por lo dems, nada impide que el empresario pueda ser demandado
por su culpa personal por haber elegido un contratista independiente,
que no estaba a la altura de los riesgos que se le encargaba administrar;320
o si el accidente es atribuible a la negligencia personal del principal, aunque haya ocurrido con ocasin de una actividad desarrollada por el subcontratista.321 En estos casos, existe una culpa por el hecho propio que
est sujeta a las reglas probatorias generales.
122. Dao ocasionado en el mbito material de la dependencia o en ejercicio de las funciones. a) El segundo requisito para que opere la presuncin
consiste en que el hecho ilcito sea cometido mientras su autor se encuentra
bajo el cuidado, vigilancia o direccin del empresario (artculo 2320 IV y V)
o en ejercicio de las funciones que ste le haya encomendado (artculo 2322).
La jurisprudencia nacional ha entendido esta exigencia de conexin entre el hecho ilcito y la funcin en trminos amplios y ha estimado suficiente
que el hecho se cometa con ocasin del desempeo de esas funciones. As,
tempranamente, se fall que el empresario es responsable de los hurtos
efectuados por el dependiente a terceros visitantes del establecimiento, porque son hechos ocurridos con ocasin de la prestacin de su servicio.322 El
319
Desde el punto de vista econmico, es interesante tener presente que es indiferente
la organizacin de los negocios como una firma o sobre la base de un conjunto de contratos
con contratistas independientes (Klein/Coffee 2002 19). El derecho del trabajo ha asumido
esta indiferencia al establecer la responsabilidad subsidiaria del dueo de la obra o empresa
por las obligaciones laborales y previsionales de los subcontratistas (Cdigo del Trabajo, artculo 64). En materia civil es condicin de responsabilidad algn tipo de dependencia entre el
principal y el empresario subcontratado, a menos que se den excepcionalmente las condiciones para descorrer el velo de la separacin de personalidades jurdicas (infra N 134 c).
320
Ktz 1991 103.
321
As CS, 28.12.1998, rol N 2.077-1998, donde se estim que era responsable el dueo de la obra por el accidente sufrido por un trabajador del contratista atribuible a que
aqul no mantuvo cerrada una celda de alta tensin energizada (fallo citado por Zelaya 2005
121, sosteniendo en materia de responsabilidad por hecho de contratistas la misma doctrina que se ha planteado en este prrafo).
322
De este modo, se ha fallado que un empresario es civilmente responsable por el
robo de planchas de zinc de una casa vecina, cometido por obreros que trabajan bajo su
dependencia en la construccin de un edificio, y que tambin hay responsabilidad civil por
los hurtos que se cometen en contra de los visitantes de una fbrica por parte de los obreros de la misma (ambos casos referidos por Zelaya 1993); asimismo, se ha resuelto que el
empresario es responsable de los daos ocasionados por uno de sus dependientes que con
ocasin y en su lugar de trabajo agrede fsicamente a un cliente luego de una discusin
con violencia verbal (CS, 6.5.1998, F. del M. 474, 600); de manera ms general, se ha fallado que existe responsabilidad del empresario si el personal de la demandada que realiz
la conducta daosa, estaba bajo el cuidado o vigilancia de la empresa demandada, la cual
187
lmite negativo de la presuncin est dado por los daos ocasionados por el
dependiente mientras se dirige a su trabajo, o cuando realiza actividades
inconexas respecto de su relacin de trabajo o dependencia, de todos los
cuales no se presume culpa del empresario.323
Descartadas estas situaciones, en que no existe conexin funcional, sino
simplemente circunstancial, entre el ilcito realizado y la relacin de dependencia, queda abierto un amplio conjunto de preguntas relativas al
mbito de las funciones. En efecto, si no se le precisa, el concepto con
ocasin de las funciones puede conducir a resultados absurdos, porque
una cosa es desviarse de la funcin y otra distinta es que el dependiente
emprenda una accin por su cuenta, fuera del control posible y del encargo del empleador.324
b) La cuestin se ha presentado en todos los sistemas jurdicos. Un
buen punto de partida es asumir que al empresario slo se le presume la
culpabilidad en la medida que haya una relacin interna de sentido entre el
ilcito del dependiente y su actividad como empresario.325 La Corte de
Casacin francesa, corrigiendo una jurisprudencia muy extensiva de algunas de sus salas, declar que no existe esa mnima relacin causal enno prob en la instancia, que hubiera tomado las debidas precauciones para que no ocurriera el dao que se produjo (CS, 29.1.2002, F. del M. 498, 676); y que el empleador debe
responder de los hechos ejecutados por el dependiente dentro del marco de sus respectivas funciones, aunque el hecho del que se trata no se haya ejecutado a su vista, salvo que
acredite que estas funciones se han ejercido de un modo impropio que el empleador no
tena medio de impedir (Corte de Valdivia, 15.5.2002, confirmada por la CS [cas. fondo],
4.9.2002 y 24.7.2003, GJ 277, 99).
Corte de Santiago, 8.9.1953, RDJ, t. LI, sec. 4, 82. En el trayecto al trabajo el trabajador est sujeto al ordenamiento protector de accidentes del trabajo, porque realiza un
acto necesario para desempear sus funciones (infra N 498); por el contrario, los ilcitos
que cometa respecto de terceros en esas circunstancias carecen de relacin con el empresario, porque el trabajador est fuera de su mbito de autoridad y cuidado.
324 Es lo que ocurri en el derecho francs, antes de la jurisprudencia que se cita enseguida, donde se estim que era provocado con ocasin de sus funciones el dao corporal
que un dependiente, furtivamente escapado del trabajo, haba causado a un tabernero con
quien se enfrasc en una ria, con el argumento de que el vino estaba destinado a ser bebido en el lugar de trabajo! (cass. civ., 1974, citado por Chabas 2000 b N 65).
325 As, el Tribunal Supremo alemn (BGH 49, 19, 23, citado por Ktz 1991 103 y Deutsch/
Ahrens 2002 147). Un ilustrativo caso de aplicacin se refiere a la responsabilidad del conductor de un vehculo perteneciente a una firma, el cual se dirigi a un destino diferente
al prescrito, en compaa de una persona amiga; la corte estim que los daos sufridos por
un tercero, provocados por el choque producido en esas circunstancias, cumplan con la
condicin de una conexin interna de sentido con la tarea encomendada, a diferencia de
lo ocurrido con los daos personales sufridos por el acompaante (BGH, citado por Palandt/
Thomas 831 10). En un sentido anlogo debe entenderse la exigencia de una conexin o
relacin de causalidad entre la funcin y el ilcito, planteada por la jurisprudencia francesa
(cass., 1954, citado por Mazeaud/Chabas 1998 523).
323
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tre la dependencia y el ilcito, cuando ste es cometido por el dependiente sin autorizacin del empresario y con fines extraos a sus atribuciones, colocndose fuera de las funciones para las cuales haba sido
empleado.326
Se puede comprobar que criterios de este tipo no excluyen que la presuncin se aplique en casos de ejercicio anormal o impropio de la funcin, pero se exige que ese ejercicio incorrecto pertenezca al curso y al
mbito del trabajo que realiza el dependiente.327 De este modo, si el dependiente comete un hecho ilcito, incluso voluntario, en el tiempo, lugar
y circunstancias de su servicio, compromete con ello presuntivamente la
responsabilidad del empresario.328
123. Delito o cuasidelito civil del dependiente. a) El hecho del dependiente se juzga segn las reglas generales y, en consecuencia, la vctima deber
acreditar la existencia del hecho culpable, del dao y de la relacin causal.
Con todo, las exigencias probatorias tpicas de la responsabilidad
por culpa pueden enfrentar a la vctima a la difcil tarea de individualizar al dependiente que ocasion el dao. La dificultad puede plantearse incluso para el propio empresario, en el marco de sistemas productivos cada vez ms complejos. Por esta razn, la doctrina y la jurisprudencia han introducido los conceptos de culpa annima y de culpa
organizacional que permiten evadir la extrema dificultad que puede significar la identificacin del dependiente o del hecho preciso que ocasionaron el dao.
b) En virtud del concepto de culpa organizacional no es necesario determinar al agente concreto que motiv el accidente, y el juicio de valor
acerca de la conducta que supone la culpa se realiza respecto de la manera como ha funcionado la organizacin empresarial en su conjunto.
Sin embargo, las hiptesis de culpa organizacional son ms bien un medio argumental para dar por establecida la responsabilidad por el hecho
propio de la entidad empresarial, usualmente estructurada como persona jurdica. Por el contrario, la responsabilidad por el hecho ajeno supone la individualizacin del agente del dao, porque la culpa difusa u
organizacional expresa un defecto de conducta que es atribuido directamente al empresario.329
c) Distinta a la culpa organizacional, que pertenece al mbito del hecho
propio del empresario, es la culpa annima, caracterizada porque inequvocamente hubo un dependiente que incurri en negligencia, aunque al
demandante resulte imposible individualizarlo.330 En este caso, existe inequvocamente responsabilidad por el hecho ajeno y la jurisprudencia,
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341 La norma es esencialmente anloga al artculo 39 II del antiguo Cdigo de Procedimiento Penal.
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la materia expresa que la persona jurdica resulta obligada y es responsable por la actuacin de sus rganos, incluso con prescindencia de si stos
han actuado en el marco del objeto social o de sus atribuciones.348
Sin embargo, en organizaciones complejas, ese concepto puede resultar muy estrecho, limitando injustamente la responsabilidad por el hecho
propio del empresario organizado como sociedad o corporacin. Por eso,
la doctrina tiende a extender la nocin de rgano a todas aquellas personas dotadas permanente o determinadamente de poder de representacin,
es decir, facultadas para expresar la voluntad de la persona jurdica.349 No
es diferente el camino adoptado por la jurisprudencia chilena, aunque
rara vez el razonamiento se haga explcito.350 Lo determinante es un poder autnomo de decisin tal que comprometa a la persona jurdica. De
hecho se sigue que la pregunta no se agota en la organizacin tcnicojurdica de los poderes, sino se trata de una cuestin de hecho que debe
ser analizada en concreto.351
c) La responsabilidad de la persona jurdica por el hecho de sus rganos directivos y representantes tiene su fundamento formal en la identidad de voluntad que existe entre quienes ejercen funciones de direccin,
por un lado, y la entidad empresarial en que actan, por el otro. Desde un
punto de vista funcional, esta identificacin es especialmente importante
en los sistemas jurdicos que no reconocen responsabilidad vicaria por el
hecho de los dependientes: la responsabilidad por el hecho propio del
empresario es una manera de evitar las dificultades de la responsabilidad
por el hecho del dependiente; especialmente cuando la realizacin de la
actividad tiene cierta complejidad y resulta difcil determinar al responsa348 Un desarrollo de la idea de responsabilidad de la persona jurdica por la actuacin,
incluso ultra vires, de sus rganos en Lyon 2003 145, 159; la responsabilidad de la persona
jurdica por hechos ilcitos de quienes conforman sus rganos tiene aceptacin general en
el derecho comparado de origen romanista (Von Bar 1996 I 182, notas 1027 y siguientes).
349 Viney/Jourdain 1998 947, Von Bar 1996 I 184 con referencias a la aceptacin de
este concepto funcional de rgano a efectos de la responsabilidad extracontractual en el
derecho comparado.
350 En un fallo especialmente explcito en la materia se declar que entre los responsables civiles por delito o cuasidelito, se encuentran las personas jurdicas que mediante el
actuar de sus representantes pueden incurrir en hechos ilcitos que acarreen dao a otra
persona, y del que deben responder en forma indemnizatoria, como garantes de aquel comportamiento (CS, 29.8.1974, RDJ, t. LXXI, sec. 4, 261); igualmente explcito es un caso
en que se conden a una persona jurdica debido a que a travs de su gerente () y mandatario judicial () atribuy al actor hechos constitutivos de delito y emple en su contra
expresiones que atentan contra su honra (Corte de Talca, 18.4.2002, confirmado por la
CS [cas. fondo], 24.7.2003, GJ 277, 245); vanse tambin, CS, 29.8.1974, F. del M. 190, 181;
CS, 16.11.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 192; y CS, 21.8.2002, F. del M. 501, 1890.
351 Por eso, la jurisprudencia alemana ha entendido que es representante de la persona jurdica quien carece de poderes formales de representacin, pero que de acuerdo con
la regulacin y manejos internos de la operacin, desempea funciones esenciales de la persona jurdica que cumple con autonoma y propia responsabilidad (BGH, 49, 19, 21, citado por Ktz 1991 108).
195
ble (supra N 123 c). A esos efectos, sin embargo, usualmente es ms correcto construir la responsabilidad como una conducta negligente de la
organizacin en su conjunto, como se ver en el prrafo siguiente.
129. Culpa en la organizacin. a) Los rganos y representantes de la persona jurdica pueden causar dao a terceros por dos vas: mediante acuerdos o decisiones, como se ha visto en el prrafo precedente, o en razn de
la deficiente adopcin de medidas organizativas requeridas para evitar los
riesgos de accidentes. Las formas ms frecuentes que adopta la responsabilidad del empresario son precisamente de este segundo tipo. Desde un
punto de vista econmico la empresa es una firma (usualmente un establecimiento de comercio), que constituye una comunidad de esfuerzo conjunto ms que un concepto jerrquico.352 En tal sentido, aunque la falta de
cuidado no sea especficamente atribuible a personas determinadas, la negligencia se muestra, en un sentido ms amplio, en los procesos y en los
mecanismos de control al interior de la organizacin empresarial.353
b) La culpa en la organizacin supone que la conducta empresarial, valorada como un proceso, infringe inequvocamente un deber de cuidado,
aunque no sea posible determinar cul elemento concreto de ese proceso
fue determinante en la ocurrencia del dao (supra N 123 b). La culpa se
muestra en que la direccin de la empresa haya omitido establecer los
dispositivos organizacionales que la diligencia exige para evitar daos a
terceros.354
Por otro lado, referir la culpa al proceso o actividad empresarial tiene la
ventaja de valorar el conjunto de la actividad del empresario, a efectos de
comprobar si observa el estndar de debido cuidado. Por eso, la culpa organizacional, a diferencia de la derivada del hecho del dependiente, no requiere ser localizada en un agente especfico, sino directamente en la
funcin.355 La empresa, no slo para fines laborales, sino tambin de responsabilidad civil, es una organizacin de medios personales, materiales e
inmateriales (Cdigo del Trabajo, artculo 3 III), que exige de procedimientos idneos para evitar accidentes en el desarrollo de su actividad. Lo peculiar de la responsabilidad civil por culpa en la organizacin reside en la
condicin de que la conducta de la empresa debe haber infringido un deber de cuidado, establecido por la ley, los usos normativos o por el juez, en
consideracin de la conducta que se puede esperar de la organizacin empresarial, atendidas las circunstancias. En otras palabras, la culpa radica en
el incumplimiento de una expectativa de comportamiento, cual es, la conducta de la organizacin empresarial que la vctima tena derecho a esperar.356
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Para un caso en que una infeccin intrahospitalaria es atribuida a culpa en la organizacin, Corte de Concepcin, 10.8.2000, confirmada por la CS [cas. forma y fondo],
24.1.2002, GJ 259, 38; para un caso en que la muerte de un recin nacido que se asfixi en
su propio vmito es atribuida a la misma deficiencia, Corte de Santiago, 10.7.2002, RDJ,
t. XCIX, sec. 2, 83; de manera ms general, se ha resuelto que hay responsabilidad si la
demandada como institucin hospitalaria mostr pocos recursos humanos en calidad y cantidad para evitar el suceso que dio lugar a la formacin de este proceso (CS, 24.6.2004, GJ
288, 117). Para Espaa, Gmez en Reglero 2002 a 423. Sobre la responsabilidad mdica en
general, infra 50.
358 As se ha fallado que hay culpa por el hecho propio si una empresa mantiene imprudentemente material inflamable cerca del cierro con casas vecinas, sin incurrir en los
cuidados necesarios para evitar un incendio, a pesar de que se haba producido un amago
en das anteriores (Corte de Santiago, 17.7.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2, 48); tambin se ha
fallado que hay culpa en el hecho propio de una empresa constructora cuyos trabajos penetraron en la edificacin contigua (Corte de Santiago, 13.11.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2,
78); y en la responsabilidad de un hospital donde una paciente sufri graves quemaduras a
consecuencia del mal funcionamiento de un equipo de electrobistur utilizado en una operacin de amgdalas (Corte de Iquique, 9.1.2002, confirmada por la CS [cas. fondo] 2.4.2003,
GJ 274, 194).
359 As, sin embargo, Corte de Concepcin, 10.8.2000, GJ 259, 38.
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360 Sobre los riesgos de que la culpa en la organizacin sea impropiamente un medio para
transformar la responsabilidad civil en un brazo de la seguridad social, Bydlinski 2004 353.
361 En este prrafo slo se analizan las consecuencias que tiene para las personas naturales que actan como rganos o representantes, la responsabilidad civil en que puede incurrir la sociedad o corporacin respectiva. La responsabilidad de directores y gerentes de
sociedades es analizada en infra 56.
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en que actuaron ilcitamente respecto de terceros, pero en el mejor inters social (infra N 601 c).364
b) Desde el punto de vista de las relaciones internas de los directores y
gerentes con la sociedad rigen las reglas generales de la responsabilidad
de quienes tienen esas posiciones (infra 56). Los directivos responden de
los daos causados por su culpa o dolo, pero de ello no se sigue que cada
vez que la sociedad sea responsable frente a terceros, los directores y gerentes vean expuesta su responsabilidad personal.365
c. Responsabilidad en grupos de sociedades
132. Responsabilidad civil del controlador de una sociedad. En organizaciones empresariales complejas se plantea la pregunta por la responsabilidad extracontractual que puede surgir en razn de las relaciones de
propiedad y de poder de decisin que suelen existir entre sociedades. La
Ley de valores define el control como la suma de dos factores: ante todo,
la participacin en la propiedad, con poder de decisin en las juntas de
accionistas, y, adems, la aptitud para influir decisivamente en la administracin de la respectiva sociedad (artculo 97). Las definiciones legales son extremadamente reglamentarias, de modo que aqu slo sern
analizadas en la medida que sean relevantes en materia de responsabilidad civil. Para efectos prcticos, tambin en este caso, conviene distinguir entre las relaciones internas del controlador con la sociedad controlada y las relaciones externas de un grupo de empresas con terceros,
especialmente con acreedores.366
364 En el derecho alemn, por ejemplo, se acepta que si el tercero hace valer la responsabilidad del directivo y ste muestra que ha incurrido en el ilcito sin traicionar el inters de la empresa, el directivo tiene una accin restitutoria contra la sociedad que se funda
en las reglas del mandato (BGB, 257 y 670; sobre las acciones de reembolso y de restitucin de expensas, Thmmel 2003 159, 162). Esas normas son esencialmente semejantes al
artculo 2158 N 5, en el entendido que esa norma limita la restitucin de las prdidas sufridas por el mandatario cuando ha actuado con culpa en su relacin interna con el mandante y no en su actuacin para con terceros en inters del mandante.
365 Sobre el principio de intransmisibilidad de la responsabilidad de la sociedad a los
directores y gerentes, infra N 601.
366 Sobre el concepto de grupo de empresas y de controlador, Ley de valores, artculos
96 y siguientes. En este libro los conceptos son usados en el sentido atribuido por esas disposiciones. Conviene tener presente que la Ley de valores establece, esencialmente, deberes de informacin y otros especficos de proteccin de accionistas minoritarios, como la
obligacin de hacer una oferta preferente de compra de acciones (OPAS) en ciertos casos;
por el contrario, no establece propiamente deberes de conducta en materia de gobierno y
conflictos de inters. La Ley de sociedades annimas establece deberes para los directores
y gerentes (infra N 605); slo por extensin analgica estos deberes pueden entenderse
aplicados en materia de responsabilidad civil a los controladores finales, en virtud del principio de derecho privado de que los jueces pueden definir deberes de conducta que no
estn tipificados por la ley (supra N 58).
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informar esas relaciones,372 tienen por principal finalidad garantizar la publicidad de eventuales conflictos de inters y proveer a que el poder en las
sociedades annimas sea ejercido en inters de la propia sociedad.373
En circunstancias que es de la naturaleza de los actos potestativos que
no sea necesario justificarlos, la accin que pretende hacer valer la responsabilidad civil slo podr prosperar si se prueba que el conflicto de inters
ha sido resuelto de modo torcido. En consecuencia, el voto en junta de
accionistas es un derecho potestativo, cuyo ejercicio no est sometido a
control jurdico de mrito, a menos que se pruebe una actuacin contraria al inters social, en razn de un conflicto de intereses que el accionista
resuelva en perjuicio de la sociedad; no es el mrito de la decisin de voto
lo que puede dar lugar a responsabilidad, sino la actuacin de mala fe,
desviando maliciosamente a favor de intereses propios el poder de decisin que se tiene en el principal rgano poltico de la sociedad. En estas
circunstancias, el ejercicio del derecho potestativo podr ser tenido por
abusivo, segn las reglas generales (infra N 450).374
Esta responsabilidad del controlador con los accionistas es refleja de la
que soportan los directores de una sociedad annima que infrinjan la prohibicin de proponer modificaciones de estatutos, acordar emisiones de
valores mobiliarios, adoptar polticas o decisiones que no tengan por fin el
inters social, sino sus propios intereses o los de terceros relacionados (Ley
de sociedades annimas, artculo 42 N 1) y de la responsabilidad que tienen esos mismos directores si infringen la prohibicin de apropiarse de
oportunidades de negocios de la sociedad para s o para sus personas relacionadas (Ley de sociedades annimas, artculo 42 Nos 1 y 6).375
b) Limitaciones a la celebracin de contratos inequitativos en beneficio
propio o de sus personas relacionadas. El controlador tambin puede posponer el inters de la sociedad si ejerce influencia para que sta celebre
contratos que le resultan convenientes. Desde un punto de vista econmico,
el riesgo se presenta cada vez que el inters del controlador en la sociedad
Circular 1246/1995 de la Superintendencia de Valores y Seguros.
Es conveniente distinguir dos niveles de proteccin de los accionistas que se ven
afectados por una decisin de la mayora. Si sta acta abusivamente, en el sentido de adoptar decisiones que favorezcan su propio inters en perjuicio de la sociedad, habr lugar a
una pretensin indemnizatoria, segn las reglas generales de la responsabilidad civil; por
el contrario, hay decisiones polticas que son perfectamente lcitas, pero que alteran de tal
modo la naturaleza de la inversin, que la ley concede un derecho a retiro a los accionistas
disidentes (Ley de sociedades annimas, artculo 69). Fuera de estas hiptesis, se extiende
el amplio campo de discrecin de los accionistas mayoritarios para decidir las polticas de
la compaa, con los lmites que la ley impone en ciertas materias de qurum calificado
(artculo 67 II); es sintomtico, en este sentido, que se haya introducido una regla legal
que ordena hacer una oferta de adquisicin de acciones si el contralor sobrepasa el umbral
de dos tercios que le permite adoptar decisiones en junta de accionistas que modifican aspectos esenciales del pacto social (Ley de valores, artculo 199 I letra b).
374 Lyon 2002 76.
375 Infra N 628.
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dades peligrosas del giro en una sociedad que carece de la solvencia necesaria para hacer frente a la responsabilidad extracontractual resultante (caso
en que se puede constituir una forma de fraude a la ley que impone la
responsabilidad extracontractual); o cuando mediante repartos de capital
o de dividendos, o por contratos ruinosos para la deudora, pero beneficiosos para otras empresas del grupo de sociedades, se deja a aqulla en estado de insolvencia (que son casos tpicos de fraude a los acreedores).
Aunque no est previsto en el antiguo derecho civil, no hay razn que
impida radicar la responsabilidad en el centro de decisin empresarial,
segn las reglas generales de la responsabilidad por el hecho propio. La
sociedad matriz responde en estos casos por su ilcito personal en la direccin de hecho de la sociedad controlada, que, a su vez, ha provocado el
dao: la sociedad controlada acta como el medio abusivo utilizado por
los controladores para desarrollar actividades productivas riesgosas para
terceros (sin suficiente financiamiento, ni seguros adecuados al riesgo) o
en franco fraude de sus acreedores.
b) Mayores dificultades plantean los casos en que se alega simplemente que la direccin efectiva de los negocios (y, por tanto, la fuente de responsabilidad civil) permanece radicada en el controlador.392 La estructura de
gobierno y administracin de las sociedades annimas pone una distancia,
por lo general insuperable, para que las vctimas de un ilcito de la sociedad controlada puedan accionar directamente contra los controladores.
En general, ello slo es posible si la filial posee una administracin puramente nominal o si su administracin es ejercida de hecho por la organizacin empresarial de la matriz. La empresa controlada no tiene en esos
casos una autonoma real que justifique considerarla independientemente, en trminos que excluyan la responsabilidad extracontractual por el
hecho propio de la matriz. El caso ms extremo est dado por la filial que
carece de contabilidad independiente y de rganos de administracin que
funcionen efectivamente.
c) Pero tambin se ha estimado que el control puede ser antecedente
de responsabilidad extracontractual si la sociedad controlada es un mero
instrumento tcnico para los propsitos empresariales del controlador, en
cuyo caso la culpa extracontractual es en verdad atribuible a este ltimo.
La prueba tiene que residir en este caso en que la sociedad en que est
formalmente radicada la actividad que caus el dao es de hecho dependiente y sigue instrucciones de su matriz.393 Aunque esta situacin presenta cercana con la presuncin de culpa por el hecho del dependiente (supra
17) y con la responsabilidad por culpa en la organizacin (supra N 129),
superar el obstculo de la separacin de personalidades supone mostrar
que la filial carece de autonoma efectiva en las funciones que dieron lugar al dao. Los hechos relevantes pueden referirse a aspectos formales o
En la materia, an tienen vigencia los casos desarrollados por Vial 1985 4.4.
Sobre la doctrina de la agencia como fundamento de responsabilidad, que no requiere recurrir en este mbito a la doctrina del levantamiento del velo societario, Clark 1986 84.
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400 En contra, Alessandri 1943 442 y 447, quien estima que la responsabilidad es por
culpa presumida; en igual sentido, Corral 2003 249.
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CAPTULO IV
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2 Vicente en Reglero 2002 a 210; un buen indicio es que en el common law los daos son
esencialmente analizados a la luz de la reparacin (vase, por ejemplo, Fleming 1985 122).
3 En el captulo sobre las acciones que el derecho reconoce a la vctima se tratarn las
pretensiones restitutorias y de reparacin en naturaleza y cuestiones tcnicas referidas a la
pretensin indemnizatoria (Captulo XI).
4 Cane 1997 116.
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hiptesis de ese tipo, se dice que el otorgamiento de indemnizaciones punitivas cumplira una funcin estrictamente preventiva (distinta de la retributiva, que se referir enseguida), pues permite incorporar un elemento
suficientemente disuasivo para que el responsable emplee el nivel de cuidado debido, lo que no se lograra si la reparacin slo alcanzara los perjuicios efectivos (infra N 198).
c) Bajo diversas formas subsiste en el derecho civil, por lo general de
modo latente, una justificacin vindicativa, que atiende a la gravedad del
ilcito al momento de determinar la sancin. A ello se agregan los propsitos de prevencin general que se atribuyen a la responsabilidad civil (supra Nos 11 y 18).
En algunas jurisdicciones se reconocen expresamente las llamadas
indemnizaciones punitivas, caracterizadas porque exceden del perjuicio
efectivo sufrido por la vctima y que son percibidas por el demandante
a ttulo de pena privada (infra N 198). 7 En las jurisdicciones donde se
da lugar a indemnizaciones punitivas son determinantes para su otorgamiento en juicio, a la vez, la funcin vindicativa y la preventiva. En
Estados Unidos, por ejemplo, la doctrina da lugar a indemnizaciones
punitivas como sancin al demandado por su conducta vergonzosa,
pero, al mismo tiempo, para disuadirlo a l y a otro como l de tener
una conducta semejante en el futuro.8 De este modo, la suma de dinero que se reconoce al demandante excepcionalmente puede ser determinada no slo en funcin de los perjuicios sufridos, sino tambin en
correspondencia con la gravedad de la accin y con los fines preventivos atribuidos a la responsabilidad civil.9
d) Finalmente, el titular de un derecho puede ser reparado mediante
una accin puramente restitutoria, cuyo objeto es recuperar aquello de lo
cual ha sido privado, aunque no haya sufrido propiamente un dao. Es el
7 El concepto es una traduccin literal del trmino punitive damages del derecho anglosajn: en la tradicin del derecho civil se suele hablar de pena civil, pero en un sentido ms
amplio que el referido con la idea de daos punitivos. Estos ltimos se refieren precisamente al monto de la indemnizacin que excede el perjuicio real sufrido por la vctima.
8 Restatement/Torts II 908 (1). El segundo prrafo de la misma regla acenta el aspecto punitivo: Daos punitivos pueden ser reconocidos por la conducta vergonzosa del
demandado, porque ha actuado con mala intencin o con descarada indiferencia de los
derechos de los dems. Al valorar los daos punitivos el juzgador de los hechos puede considerar la naturaleza del acto del demandado; la naturaleza y extensin del dao causado o
que se ha intentado causar al demandante; y la fortuna del demandado, Restatement/Torts
II 908 (2).
9 Aunque ms adelante se volver sobre los daos punitivos, conviene adelantar que
en el derecho chileno no se reconoce a la indemnizacin una finalidad puramente disuasiva o vindicativa; incluso existen razones constitucionales para estimar que en nuestro ordenamiento la indemnizacin de perjuicios slo puede tener fines reparatorios o compensatorios, en los sentidos mostrados en este prrafo. Sin embargo, en la prctica jurisprudencial
y en la doctrina legal, algn sesgo punitivo suele aparecer cuando se trata de valorar el dao
moral (infra N 198).
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caso, por ejemplo, del uso ilcito que un tercero hace de la propiedad intelectual ajena.10 En este caso, la accin puede perseguir un fin restitutorio del
beneficio obtenido por el demandado en razn de su ilcito (infra 60).
e) En suma, aunque la responsabilidad civil tiene usualmente una funcin reparatoria del dao causado, ese fin no siempre puede obtenerse, o
el derecho se desva hacia otros fines. Tpicamente no puede obtenerse la
reparacin en el caso de los daos no patrimoniales, en cuyo caso la indemnizacin tiene ms bien una funcin compensatoria. En algunas jurisdicciones, y soterradamente en la prctica judicial nacional de avaluacin
del dao moral, se reconoce a la responsabilidad una funcin punitiva, sea
con fines disuasivos o retributivos (infra N 198 e). Finalmente, cuando el
ilcito no da lugar a un dao al demandante, sino a un beneficio ilegtimo
para el demandado, no hay en estricto sentido una accin indemnizatoria,
sino una puramente restitutoria .11
b. Concepto de dao en nuestra tradicin jurdica
143. Concepto jurdico de dao. a) En el derecho romano clsico no se
conoce un concepto general de dao (como tampoco de culpa), sino situaciones de hecho diferenciadas por la naturaleza concreta de los perjuicios.12 A su vez, la apreciacin del dao tena un carcter tpicamente
retributivo, porque, dependiendo de la culpa, el demandado podra ser
condenado a pagar el valor de mercado de la cosa o su duplo o cudruplo,
dependiendo de las circunstancias.13
El concepto general de dao recin aparece en el derecho justinianeo
y, especialmente, en el derecho romano comn del medioevo.14 En un
largo proceso, en cuyo desarrollo la prctica jurisprudencial parece haber
estado antes que la doctrina, la sancin penal se separ de la reparacin
indemnizatoria, de modo que las antiguas categoras romanas del duplo y
del cudruplo pasaron a ser contradictorias con los fines del ordenamiento civil.15 En la doctrina jurdica moderna, el concepto pasa a ser formula-
10
1885.
As, en CS, 15.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec.1, 158, publicada tambin en F. del M. 490,
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te, no es factor decisivo para acoger la accin, el de que no se haya justificado su calidad de heredera de la vctima.29
La exigencia de legitimidad es un criterio para definir los lmites de los
intereses cautelados. Por eso, la legitimidad no est primariamente dada
por criterios positivos: son legtimos todos los intereses que no son contrarios al derecho.30 En principio, todo perjuicio a un inters valioso para la
vctima es considerado dao reparable, si no resulta contrario a la ley o a
las buenas costumbres.31 En otras palabras, el mbito de proteccin no
est definido de manera positiva, sino negativamente: en principio, cualquier inters es objeto de cautela, a menos que resulte ilegtimo.
b) Histricamente la exigencia de que el inters sea legtimo fue introducida por la jurisprudencia francesa para excluir la indemnizacin
de los daos patrimoniales provocados por la muerte o incapacidad del
conviviente que sostena econmicamente al demandante.32 El requisito
de legitimidad del inters ha persistido, a pesar de que esa jurisprudencia concreta fue abandonada, reconocindose como legtima, bajo ciertas exigencias de seriedad, la pretensin del conviviente.33 El derecho
comparado no presenta lneas unvocas en la definicin del inters objeto de cautela en estos casos.34
29 CS, 9.9.1946, RDJ, t. XLIV, sec. 1, 131; tempranamente tambin se acogi la demanda
de un padre por los perjuicios que le irrog la muerte de un hijo ilegtimo (CS, 4.8.1933,
RDJ, t. XXX, sec. 1, 524); asimismo, se ha reconocido accin en el caso de muerte de una
mujer con quien el demandante se encontraba unido slo por matrimonio religioso, sin
que existiera entre ellos vnculo jurdico alguno (Corte de Santiago, 3.1.1945, G. de los T.,
1945, 1er sem., N 46, 232, citado por Diez 1997 52).
30 Zannoni 1987 10.
31 Carbonnier 2000 379, R. Domnguez . 1990 137.
32 Carbonnier 2000 379 y 389.
33 Viney/Jourdain 1998 61. Es interesante constatar cmo la jurisprudencia tiende a
seguir los cambios culturales al momento de concebir las buenas costumbres, como se muestra en que en Francia se haya reconocido legitimidad al inters del conviviente en 1970,
como consecuencia de importantes cambios en la percepcin pblica de las uniones de hecho. Con posterioridad a este cambio jurisprudencial se produjo un decaimiento del requisito de legitimidad del inters invocado por la vctima; sin embargo, la doctrina tiende a
revalorizarlo (referencias en Pradel 2004 133).
34 Aunque el common law tradicionalmente neg acciones por daos que se siguen de la
muerte de una persona, una ley especial inglesa sobre la materia (Fatal Accidents Act, 1976)
reconoce accin slo por daos patrimoniales al conviviente que mantena una vida comn
con el fallecido a la poca del accidente y durante los dos aos anteriores (Jones 2002 704).
En otros ordenamientos se ha mantenido limitada la extensin de la accin a quienes estaban en una relacin de derecho con la vctima fatal: en el derecho norteamericano la accin
reconocida por leyes estatales, tambin restringida a los daos patrimoniales, por lo general
slo beneficia al cnyuge y no al conviviente (Prosser/Keeton et al. 1984 907); en el derecho
alemn slo se reconoce accin a quienes tenan derecho legal de alimentos y por el monto
de estos ltimos (Ktz 1991 194); segn la reciente reforma al cdigo holands en materia
de obligaciones, la reparacin se extiende al dao patrimonial (pero no moral) sufrido por
el conviviente de la vctima, si tena con ella una relacin familiar de hecho, dependa total o
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El problema de los lmites de la responsabilidad en razn de la significancia del dao parece en particular agudo respecto de lo que genricamente se ha llamado en el derecho francs perjuicio de agrado (infra
N 206), que puede comprender desde las molestias de una mujer mundana que no puede usar escote durante algunos meses,48 hasta la incapacidad fsica total para realizar actividades que exijan algn despliegue fsico.
En este punto se plantean divergencias mayores entre los diversos sistemas
jurdicos. Por lo general, el derecho comparado no sigue al derecho francs en la expansin del perjuicio de agrado a molestias como las referidas,
ni a la indemnizacin del dao derivado del especial afecto que se tiene a
una cosa o una mascota (infra N 232).49 Por eso, conviene tener claro que
la determinacin del umbral a partir del cual se tiene un inters por significativo es una cuestin normativa, que en cada sistema jurdico es objeto
de precisin jurisprudencial. El derecho chileno ha seguido una orientacin ms bien moderada en la expansin de los intereses reparables.50
c) Las discusiones sobre el lmite de las molestias tolerables que son
una consecuencia de la vida en comn se plantean usualmente en conflictos de vecindad y, vinculadas a stos, respecto de las turbaciones al medio
ambiente.
Es precisamente en materia de dao ambiental donde el legislador ha
introducido en forma expresa el criterio de relevancia, al exigir como condicin de la reparabilidad que el dao sea significativo, atendiendo a su
magnitud y duracin51 (infra 55). Por eso, por ejemplo, quienes por aos
han disfrutado de la visita espontnea de cierto tipo de pjaros o de una
vista privilegiada, no sufren un dao ambiental relevante si por hechos del
hombre los pjaros dejan de llegar al jardn o si una urbanizacin autorizada les priva de la vista de la que antes disfrutaban.52
En materia de relaciones de vecindad, la calificacin de las molestias como
excesivas usualmente atiende a si los inconvenientes son anormales u ordinarios. Esta nocin de anormalidad ha sido empleada desde antiguo para
rechazar demandas de perjuicios por molestias consideradas admisibles,
Chabas 2000 b N 85.
Von Bar 1996 II 5, con referencias a los derechos alemn, ingls, austraco y escandinavo. Lo mismo puede decirse del derecho italiano, que restringe la reparacin del dao
moral a los casos previstos por la ley (Cd. ital., artculo 2059). En Espaa, la reparacin
del dao moral parece no estar sujeta a limitaciones conceptuales definidas (Pantalen en
Paz-Ares et al. 1991 1992; L. Dez-Picazo 1999 307, citando a Pantalen). Refirindose al
derecho francs, Chabas 2000 b N 89 ironiza sobre el dao moral por la muerte de un
animal, tratndolo como un dao por repercusin, en tanto el animal es asimilado a un
miembro de la familia.
50 As, por ejemplo, se ha fallado que no procede la indemnizacin de dao moral por
dao a las cosas (Corte de Concepcin, 3.4.2001, confirmada por la CS [cas. fondo],
27.3.2002, con referencia a que el dao moral es el pretium doloris que afecta a la integridad espiritual de la persona, GJ 261, 80).
51 Ley del medio ambiente, artculos 2 letra e y 11 letra e.
52 En la materia parece haber coincidencia en el derecho comparado (Von Bar 1996 II 5).
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De conformidad con este concepto genrico de dao moral, toda molestia debida a la conducta negligente de otra persona (o a su mera conducta, si se trata de responsabilidad estricta) puede dar lugar a responsabilidad, con la sola reserva de que la lesin sea relevante e ilegtima, esto es,
que el dao sea significativo o anormal y, a la vez, afecte un bien digno de
proteccin por el derecho.
En el fondo, la idea de un dao moral slo tiene suficiente generalidad si el concepto es definido por oposicin al de perjuicio econmico o
patrimonial. Por eso, la definicin ms precisa del dao moral parece ser
la negativa: se trata de bienes que tienen en comn el carecer de significacin patrimonial (dao extrapatrimonial o no patrimonial).61 Esta misma
generalidad del concepto de dao moral obliga a la jurisprudencia a precisar los lmites del perjuicio indemnizable. Esta tarea debe ser ntegramente abordada por la jurisprudencia, porque mal poda dar el Cdigo
Civil reglas que limiten y orienten en la valoracin de un dao que el
codificador no tena por indemnizable (infra N 193).
148. Diferencias esenciales entre el dao patrimonial y el moral. a) La clasificacin del dao en patrimonial y moral es relativamente reciente, porque
la codificacin civil atendi slo al primero. En verdad, la nica referencia
que el Cdigo Civil hace a los daos morales es para excluir su reparacin
(artculo 2331). En el ltimo siglo se generaliz la idea de que entre los
intereses relevantes estaban incluidos los no patrimoniales, hasta llegar al
estado actual en que su reconocimiento no es disputado (infra N 193).
b) La diferencia esencial entre ambos daos est dada por su relacin
con el dinero. En circunstancias que la indemnizacin se paga en dinero, la
cuestin resulta decisiva.
comercio (Corte de Valdivia, 30.3.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 105); al sufrimiento y angustia que produce el uso por terceros de una creacin intelectual (CS, 2.11.2000, RDJ,
t. XCVII, sec. 1, 212); al menoscabo en los atributos o facultades morales que producen
las pualadas propinadas a propsito de un robo con violencia (Corte de Valparaso,
15.5.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 9.10.2001, GJ 256, 144); y al sufrimiento o afeccin psicolgica que lesiona el espritu, al herir sentimientos de afecto y familia, que produce la muerte del cnyuge y padre (Corte de Antofagasta, 13.12.2002, GJ 270, 183). Entre
los numerosos fallos recientes pueden verse: Corte de Coyhaique, 9.5.1997, confirmada por
CS [cas. fondo], 28.5.1998, RDJ, t. XCV, sec. 1, 57; Corte de Concepcin, 13.7.1998, GJ
219, 168; Corte de Santiago, 28.10.1999, GJ 232, 195; Corte de Concepcin, 7.8.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 29.11.2000, GJ 245, 132, publicada tambin en F. del M. 504,
4202; Corte de Santiago, 5.10.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 2, 79; Corte de Concepcin, 3.4.2001,
GJ 261, 80; Corte de San Miguel, 23.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 3, 103; Corte de Santiago,
2.7.2002, GJ 265, 85; Corte de Santiago, 9.7.2002, GJ 275, 227; Corte de Concepcin,
28.8.2002, GJ 266, 210; Corte de Santiago, 31.12.2002, confirmado por la CS [cas. fondo],
30.4.2003, GJ 274, 212 (215); CS, 3.4.2003, F. del M. 509, 387; Corte de Santiago, 30.5.2003,
GJ 275, 97; y Corte de Concepcin, 19.8.2003, confirmada por la CS [cas. fondo], 24.12.2003,
GJ 282, 61.
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es la categora de perjuicios que genera los casos ms importantes de responsabilidad civil: ante todo, atendida la entidad de la vida y la integridad
corporal en el orden de los bienes jurdicos; adems, porque es precisamente en el mbito de los accidentes personales donde se han expandido
exponencialmente las fuentes de riesgos en la sociedad contempornea.
b) El dao corporal tiende a transformarse en una categora separada
de dao en el derecho moderno, atendidos los particulares efectos que
produce en el terreno patrimonial y extrapatrimonial.65
Del dao corporal se siguen consecuencias patrimoniales de dos tipos
diferentes. Ante todo, los gastos necesarios para el tratamiento mdico y el
cuidado de la vctima y las dems expensas que tpicamente constituyen
dao emergente. Adems, se siguen ciertos efectos, a menudo delicados
desde el punto de vista de su apreciacin, que se expresan en el lucro
cesante por las sumas que la vctima deja de ganar por la supresin o la
disminucin de su capacidad para generar ingresos.66
Los perjuicios no patrimoniales resultantes del dao corporal tambin
presentan peculiaridades. La vctima est expuesta, por un lado, a dolor
fsico y a aflicciones puramente mentales y, por otro, a la privacin de
agrados de la vida. La indemnizacin respecto del primer conjunto de
perjuicios compensa el dolor o afliccin (pretium doloris); en el segundo,
compensa las oportunidades de una buena vida (que genricamente pueden ser denominadas perjuicio de agrado).67
c) Por otra parte, aunque los efectos del dao corporal son ante todo
las lesiones o la muerte de la vctima directa, los perjuicios se pueden
extender de la vctima a terceros que sufren perjuicios materiales o morales a consecuencia de la muerte o incapacidad de aqulla; con ciertas restricciones, el derecho civil tambin reconoce una accin por dao a los
terceros que se ven patrimonial o moralmente afectados por las lesiones
sufridas por otra persona. El dao patrimonial y moral que sufren los terceros a consecuencia de la muerte o lesiones de otro es denominado por
la doctrina dao reflejo o por repercusin (infra 25).
150. Daos mediatos e inmediatos; daos directos e indirectos. a) El hecho del demandado da lugar a responsabilidad en la medida que cause un
dao (la privacidad vulnerada, la destruccin de una cosa que no le pertenece, una lesin corporal). De ese dao inmediato, sin embargo, usualmente se derivan otros daos mediatos (de la invasin a la privacidad se sigue la
lesin al pudor o la prdida de un secreto que tiene valor econmico; de
las lesiones corporales se siguen los costos mdicos y la prdida de ingresos durante la incapacidad para trabajar).
Por otra parte, esas consecuencias dainas pueden ser de naturaleza diferente al dao inicial. As, la lesin de un bien ideal, como la honra, suele traer
Justificando su autonoma como categora de dao, Vicente 1994 322.
Las preguntas especficas que plantean los efectos patrimoniales del dao corporal
sern especialmente tratadas infra 23 f.
67 Los efectos extrapatrimoniales del dao corporal sern analizados en infra 24 e.
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como consecuencia daos no patrimoniales (prdida de consideracin social) y patrimoniales (prdida de ingresos). En otras palabras, de la naturaleza
patrimonial o extrapatrimonial del dao inmediato no se sigue necesariamente que los perjuicios mediatos sean del mismo tipo: la lesin inmediata de un
bien puramente ideal, como la honra, puede tener consecuencias dainas
patrimoniales (en los ingresos futuros del difamado) y extrapatrimoniales (en
la apreciacin que los dems hacen de su vida de relacin).68
b) Es conveniente tener presente esta distincin entre daos inmediatos y mediatos a efectos de percibir la doble funcin del dao como fundamento y como objeto de la responsabilidad: el dao inicial es la condicin
del juicio de responsabilidad; ese mismo dao inicial, sumado a los daos
que de l se siguen, son los perjuicios indemnizables. Aunque nuestro sistema
jurdico no reconoce la distincin entre ambas caras del dao, es necesario atender a la diferente naturaleza de las preguntas para evitar las confusiones que luego se producen al momento de avaluarlo.
c) La diferencia entre el dao inmediato y el mediato tambin se relaciona con una de las cuestiones ms importantes del derecho de la responsabilidad civil, como es la distincin entre daos directos e indirectos. En
la medida que un dao es mediato, en su produccin intervienen usualmente otras causas, adems del hecho del demandado. Por lo general, la
circunstancia de que intervengan otras causas no impide atribuir responsabilidad a quien con su hecho negligente ha intervenido causalmente en
su generacin. Sin embargo, el derecho debe poner un lmite a los daos
mediatos por los cuales se responde, porque llega un momento en que
deja de ser razonable considerar que una remota consecuencia daina
puede ser imputada al hecho culpable inicial del demandado. Esta idea se
expresa en el requisito, tratado a propsito de la causalidad, de que el
dao sea directo en relacin con ese hecho (infra 30), porque, de acuerdo con la norma del artculo 1558, la responsabilidad alcanza slo a los
daos que se siguen directamente del hecho del demandado.
151. Daos previsibles e imprevisibles. a) La previsibilidad es un importante
criterio para limitar el alcance de los daos indemnizables: segn el artculo
1558, si no se puede imputar dolo al deudor, slo es responsable de los
perjuicios que se previeron o pudieron preverse al tiempo del contrato.
La doctrina ha sealado que la regla slo se aplica en sede contractual,
a diferencia de lo que ocurre con el dao directo (al que se hace referencia en la misma disposicin). Se entiende que cuando las partes celebran
un contrato, cada cual asume un mbito determinado de riesgo, que est
incluido en el valor recproco de las prestaciones; por eso, extender la
indemnizacin a los perjuicios imprevisibles resultara desproporcionado
con los beneficios que el deudor obtiene del contrato.69 Por el contrario,
Sobre la distincin entre la lesin y sus consecuencias dainas, Cadiet 1997 63.
Alessandri 1943 49; antecedentes doctrinarios de la regla en Pothier 1761 N 160;
en la tradicin del common law, el anlisis de Fuller/Perdue 1936 78.
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As, por ejemplo, Corte de Valparaso, 10.8.1998, F. del M. 478, 1795 y Corte de Antofagasta, 10.10.2002, GJ 268, 115. Particularmente expresiva de la tendencia jurisprudencial en materia de dao moral es la siguiente consideracin: es un hecho evidente, aceptado
por la doctrina y la jurisprudencia, que las lesiones fsicas y mentales de una persona producen un sufrimiento a ella misma y a los familiares ms prximos que no requiere demostracin (Corte de San Miguel, 8.8.1989, RDJ, t. LXXXVI, sec. 4, 73).
74 Alessandri 1943 214, Mazeaud/Chabas 1998 416, Viney/Jourdain 1998 68.
75 Esta es una antigua expresin, que contina vigente, de la jurisprudencia francesa
recogida en Alessandri 1943 214; vase tambin P. Rodrguez 1999 265.
76 Alessandri 1943 215, con referencias jurisprudenciales; sobre el lucro cesante como
expectativa de ganancia de conformidad con el curso normal de las cosas, R. Domnguez
. 1990 149, con referencia a Gatica 1959 107.
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mandar su reparacin. A diferencia de la responsabilidad penal, que concede accin pblica para la persecucin de ciertos delitos, aunque la vctima se abstenga de ejercer su propia accin; la responsabilidad civil slo
puede ser accionada por quien ha sufrido el dao, porque slo a l pertenece la pretensin. La reparacin civil no es una sancin que atienda a un
fin represivo o disuasivo, sino a reparar el dao sufrido por el demandante
(supra N 142).
b) No constituyen excepcin a esta regla la transmisibilidad de la pretensin a los herederos de la vctima, ni el dao reflejo o por repercusin.
Los herederos de la vctima actan como causahabientes de la vctima
fallecida, ejerciendo una accin de la que son sucesores. Se limitan a ejercer derechos patrimoniales transmisibles, que ya haban nacido en la vctima inmediata. Y como la representan en todos sus derechos y obligaciones
transmisibles (artculo 1097 I), no ejercen un derecho ajeno, sino uno que
les es propio en virtud de la transmisin hereditaria (infra N 224). Aunque en abstracto la transmisibilidad de la pretensin indemnizatoria se
extiende tanto al dao patrimonial como al moral, esta ltima plantea
serios problemas conceptuales y riesgos de doble indemnizacin, que sern tratados al analizar la titularidad de las acciones (infra N 743).
Pero tambin nace un derecho originario y personal en el llamado
dao reflejo o por repercusin. En este caso, el dao corporal o la muerte
sufridos por la vctima inmediata se expande hacia un tercero, quien, a su
vez, sufre un dao personal que tiene precisamente por antecedente ese
dao corporal o muerte de la vctima directa. Un antiguo axioma del derecho es que la muerte no es un dao para quien la sufre (infra N 742);86
86 Alessandri 1943 468; C. Domnguez 2000 735, con referencias al derecho francs y
espaol; un fallo arbitral de J. Achurra de 30.1.1998, confirmado por la Corte Suprema, se
ha pronunciado en ese mismo sentido (Achurra 2005 III 193); un anlisis razonado respecto de la intransmisibilidad del dao moral por muerte, en C. Pizarro en comentario a CS,
30.6.2004, rol N 1.814-2004, Rev. Fueyo 3, 2004, 161. En contra de esa idea, ms bien enfticamente, P. Rodrguez 1999 366; tambin Bidart 1985 92, Elorriaga 1999 397 y, con matices, Corral 2003 320. La jurisprudencia asume que el dao invocado es el reflejo,
personalmente sufrido por los actores; as, se ha fallado que la produccin del dao a una
persona puede producir perjuicio de afeccin a quienes, por sus relaciones con aqulla,
sufren de su prdida, de su dolor o de su estado(); se trata aqu de un dao directo y
personal (Corte de Concepcin, 19.8.2003, confirmada por la CS [cas. fondo], 24.12.2003,
GJ 282, 61). El derecho comparado sigue la doctrina de que el dao por la muerte es el
perjuicio personal de los que sobreviven: sobre la intransmisibilidad del dao por muerte
en el derecho francs, Viney/Jourdain 2001 324; sobre la intransmisibilidad iure hereditatis
de una indemnizacin por la muerte del causante en el derecho espaol, Pantalen 1991
639; en Alemania la muerte no se encuentra enumerada entre los daos morales reparables y la doctrina estima que se tratara de un dao sin sujeto, a diferencia del dao propio
de los sobrevivientes (Deutsch/Ahrens 2002 223, Medicus 2002 313, MnchKom/Mertens
823 53); el common law no reconoce reparacin por la muerte de una persona; en el derecho ingls slo recientemente leyes especiales han reconocido a quienes dependan del fallecido acciones a ttulo personal por el dao patrimonial (Burrows 1994 209, Fleming 1985
131); lo mismo vale para el derecho norteamericano (Abraham 2002 218).
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pero s puede serlo para personas que estaban ligadas patrimonial o afectivamente al difunto. Algo anlogo puede ocurrir en caso de graves lesiones
corporales de la vctima inmediata. En uno y otro caso, la accin de la
vctima del dao reflejo es personal. El verdadero problema que presenta
este tipo de dao es el de sus lmites: hasta dnde protege el derecho a
las vctimas de daos reflejos? Esta es esencialmente una pregunta normativa, relativa a la extensin con que son atribuidas al hecho del demandado las consecuencias del mismo (infra 25).
157. Intereses difusos y colectivos. a) La exigencia de que el dao sea
personal limita la indemnizacin de daos difusos, esto es, de perjuicios
que afectan indiferenciadamente a un nmero indeterminado de personas. Es tpicamente el caso de daos que afectan en pequeas porciones a
numerosas personas. Es usual en tales casos que cada porcin de dao no
d lugar por separado a un dao lo suficiente significativo, no cumplindose con la exigencia del dao reparable. Por otro lado, aunque los afectados estn determinados y cada cual haya sufrido un dao que pueda ser
tenido por significativo, usualmente no hay estmulos suficientes para hacerlos valer individualmente por separado, porque su baja intensidad no
justifica los costos personales y econmicos de emprender una accin. Es
el caso, por ejemplo, de los miembros de una profesin que enfrentan
una competencia desleal, de los vecinos que soportan un dao ambiental
o de los usuarios de un servicio sanitario deficiente.
b) Dos tipos de correctivos se han ideado en el derecho para obtener
reparacin, en naturaleza o indemnizatoria, por estos daos que se replican en un nmero ms o menos amplio de personas.
Un camino, que de preferencia se ha seguido en el derecho francs,
consiste en calificar el perjuicio como un dao colectivo, cuya defensa puede
ser asumida por personas jurdicas en representacin corporativa de un inters que comparten sus asociados (por ejemplo, un colegio profesional,
una asociacin de consumidores, un organismo pblico funcional o regionalmente descentralizado). En principio, el derecho civil no autoriza que
entes colectivos se subroguen en las acciones que pertenecen a sus titulares
individuales, a menos que haya autorizacin legal o un mandato de quienes
son personalmente titulares del derecho.87 Un camino alternativo a las acciones de entidades corporativas que representan ciertos intereses consiste
en facilitar los medios procesales para que muchas personas ejerzan en comn una accin que pertenece a todos, como es el caso de las acciones colecti-
87 As en el derecho alemn, Deutsch/Ahrens 2002 243; en el derecho francs, la defensa de intereses colectivos por personas jurdicas cuyo objeto social es protegerlos est reconocida por diferentes estatutos legales especiales, en materias de quiebras, copropiedad, sindicatos
profesionales, sociedades de derecho de autor (Viney/Jourdain 1998 104); sin embargo, por
lo general, para que una asociacin pueda actuar sin autorizacin legal, la doctrina exige que
lo haga por mandato y en representacin de intereses personales (dem 112). Una crtica a la
socializacin del dao y a que socializado se desencarna, en Cadiet 1997 42.
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92 En el caso de un juicio seguido contra una discoteca por el uso de fonogramas sin
pago de derechos, incluso se ha fallado que la cautela de la propiedad intelectual por la
Sociedad Chilena del Derecho de Autor est favorecida por una doble presuncin de titularidad de la accin: ante todo, porque lo ordinario es que las obras no pertenezcan al patrimonio cultural y, adems, porque es usual que estn incorporadas al conjunto de derechos
que representa esa entidad (CS, 15.1.2001, GJ 247, 41).
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daos reparables. Sin embargo, que el dao sea directo es una exigencia
que tpicamente pertenece a la relacin de causalidad (infra 30).93
El derecho exige que entre el hecho por el cual se responde y los daos
cuya reparacin se pretende exista una relacin causal en un doble sentido:
ante todo, el hecho del demandado debe ser causa necesaria, en su sentido
natural, del dao que se alega; pero, adems, entre el hecho y el dao debe
haber una relacin suficientemente cercana, como para que ste pueda ser
objetivamente imputado al hecho del demandado (infra N 242).
Como se ha anticipado al tratar de los daos mediatos, bajo el concepto de dao directo, que nuestro Cdigo Civil ha tomado del francs y ms
remotamente de Pothier, se hace referencia precisamente a la pregunta
acerca de cules consecuencias de un hecho que genera responsabilidad
deben ser incluidas en la reparacin. La materia ser tratada en detalle en
el captulo sobre la relacin de causalidad (infra 30).94
d. Principio relativo a las acciones que puede ejercer la vctima del dao: accin en
naturaleza y accin indemnizatoria
160. La vctima dispone de acciones en naturaleza e indemnizatoria. a) Desde
el punto de vista de las pretensiones que puede hacer valer el demandante, el concepto de dao presenta en el derecho civil dos caras diferentes.
Ante todo, el dao se expresa concretamente en la cosa deteriorada o
destruida o en el bien corporal o puramente moral que resulta afectado
por el hecho del tercero. Pero tambin atiende al efecto patrimonial del
hecho del demandado; o a la compensacin econmica equitativa, si se
trata de perjuicios no patrimoniales.
Ambas caras del dao dan lugar a acciones diferentes. Desde la perspectiva del bien lesionado, el objeto de la pretensin es que sea restituido
en naturaleza al estado anterior al hecho que genera la responsabilidad;
en la segunda dimensin, se pretende que se indemnice el efecto patrimonial o se compense el perjuicio moral que se sigue del dao producido.
b) La reparacin en naturaleza puede obtenerse en la forma de una prestacin directa del demandado, que tiene por objeto restituir a la vctima a la
situacin anterior al dao, o de una suma de dinero que permita al actor
incurrir en los gastos necesarios para efectuar por s mismo la restitucin.
En casos de daos a las cosas o de daos corporales, lo usual es que la
restitucin no resulte de una actividad restitutoria emprendida por el propio responsable, sino que asuma la forma de una indemnizacin en dineAsumiendo esta calificacin, CS, 14.4.1953, RDJ, t. L, sec. 4, 40.
En el derecho chileno no se discute la aplicacin en materia extracontractual del
requisito de que el dao sea directo (Alessandri 1943 232, Abeliuk 1993 208, Diez 1997 71,
P. Rodrguez 1999 269, Corral 2003 143). Como en la doctrina nacional, en el derecho francs se sigue haciendo referencia al requisito de que el dao sea directo al tratar el dao,
pero se acepta que la pregunta pertenece en verdad a la relacin de causalidad (Carbonnier 2000 379, Mazeaud/Chabas 1998 416, Flour/Aubert 2003 172).
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107 As, por ejemplo, si el derecho civil no reconoce accin contra un cierto tipo de
riesgo, el tribunal con jurisdiccin constitucional puede entender que esa proteccin mnima debe darse en la forma de un fondo social o de un seguro de daos. En mi opinin,
una jurisprudencia constitucional de este tipo, ms all de las dificultades que plantea cualquiera asignacin por los jueces de fondos pblicos, responde a una funcin normativa (distributiva) que es ajena el derecho privado (supra N 19; Barros 2001 9).
108 Medicus 1992 50.
109 Por cierto que ello no significa, como en su momento lo entendi la Corte Suprema norteamericana, que cualquiera limitacin a la libertad de contratacin (como ocurre
con las normas del derecho laboral) o a la propiedad (como es el caso de la legislacin
urbanstica) es candidata cierta a ser inconstitucional. El mbito jurdicamente posible de
regulacin econmica por la Administracin del Estado pertenece al derecho constitucional y no al derecho privado (que, dentro de los marcos de libertades que garantiza la Constitucin, tiene, en consecuencia, una dimensin relativa variable).
110 En Francia, el Consejo Constitucional declar en 1982 que si bien el legislador poda delimitar el mbito de lo lcito e ilcito, no poda sustraer de responsabilidad los daos
que se derivan del hecho culpable, a menos que se estableciera un fondo u otro rgimen alternativo para proteger a las vctimas (Cons. Const. 22.10.1982, Chabas 2000 b N 83, Viney/
Jourdain 2001 561). Una sentencia posterior estableci que la responsabilidad por culpa
derivaba del principio constitucional de la libertad para actuar sin causar dao a otro (Cons.
Const. 9.11.1999, Chabas 2000 b N 83, Viney/Jourdain 2001 566).
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tiene por efecto que la situacin patrimonial del demandante sea equivalente a la que tena antes de sufrir el dao.
b) En su expresin ms sencilla, el dao expresa la diferencia entre
dos estados de cosas: el que exista antes y despus del dao. Por sencillo
que parezca este postulado, su aplicacin prctica plantea diversas preguntas, que son objeto de este captulo.
165. Tipos legales de dao patrimonial: dao emergente y lucro cesante.
La ms generalizada clasificacin del dao patrimonial atiende a la forma
como el hecho del demandado afecta el patrimonio del actor, a cuyo efecto se distingue entre dao emergente y lucro cesante. El artculo 1556 introduce esta clasificacin fundamental del dao patrimonial; aunque referida a
los contratos, como ocurre, en general, con las normas del ttulo sobre los
efectos de las obligaciones, la doctrina est de acuerdo en que se aplica en
materia de daos extracontractuales127 y la jurisprudencia no discute que
dada la generalidad de los trminos en que est concebido el artculo
1556, puede regir no slo las obligaciones derivadas de los contratos, sino
tambin las que nacen de un delito o cuasidelito.128
La distincin entre dao emergente y lucro cesante proviene de una breve referencia en el Digesto, donde se entiende por dao lo que he perdido o
dejado de lucrar.129 Si ocurre una disminucin patrimonial (por prdida de
valor de los activos o aumentos de los gastos o pasivos), se dice que se ha
producido dao emergente. As, es dao emergente la destruccin de una cosa
por el hecho ajeno o si se debe incurrir en gastos de hospital para la curacin
de una herida sufrida en un accidente. Si el dao consiste en que se impidi
un efecto patrimonial favorable (porque no se produjo un ingreso o no se
disminuy un pasivo), el dao es calificado de lucro cesante. Hay lucro cesante,
en consecuencia, si una persona deja de percibir ingresos por el hecho de
estar inmovilizada a consecuencia de un accidente, o si el hecho culpable ha
impedido que la vctima se libere de una obligacin.130
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ria entre la competencia desleal y el ejercicio legtimo de la libertad de emprender y de competir (infra 67 b). Atendida esta particularidad, por lo
general en el derecho comparado el dao puramente patrimonial es objeto
de requisitos especiales para que resulte indemnizable.136 Aunque estas limitaciones no rigen en el derecho chileno (que sigue en esto el concepto genrico de dao del derecho espaol y del francs), en este libro se pondr especial
atencin a las peculiaridades de este dao patrimonial puro, tanto en este
captulo de dao (infra N 189), como al tratar en especial algunas hiptesis
de responsabilidad en el mbito de los negocios (infra 65, 66, 67).
e) El dao a la persona fsica, a las cosas y el puramente patrimonial
son suficientemente tpicos como para que sean objeto de un estudio por
separado. Por eso, luego de concluir en la seccin siguiente una revisin
general del dao patrimonial (seccin d), se analizarn el dao a las cosas
corporales (seccin e), el efecto patrimonial del dao corporal (seccin f) y
el dao puramente patrimonial (seccin g). Los daos patrimoniales reflejos, que se siguen de la muerte o lesiones a otra persona, sern analizados
en conjunto con los extrapatrimoniales en 25 b.
d. Determinacin y prueba del dao patrimonial
169. Determinacin y prueba del dao emergente. a) Conceptualmente, la
determinacin del dao emergente no presenta dificultades: se trata de
disminuciones patrimoniales por gastos o por el menor valor de cosas corporales o incorporales. La vctima sufre dao emergente en la medida que
es ms pobre en razn del hecho del demandado.137
b) Respecto del dao ya ocurrido, la valoracin puede efectuarse sobre
la base de los gastos efectivamente incurridos por el demandante para
eliminar el dao o de la estimacin prudencial de los costos o de las prdidas incurridas.138 En uno y otro caso, el valor tiene que resultar de hechos
probados y su avaluacin permite grados elevados de objetividad.
136 Von Bar 1996 II 30. Es especialmente el caso del common law (Burrows 1994 171,
Weir 2002 173, Epstein 1999 575) y del derecho alemn, donde los intereses puramente
patrimoniales, que no suponen lesin corporal de un derecho de la personalidad o de la
propiedad, slo son reparables si se ha actuado de una manera que contraviene las buenas
costumbres (BGB, 826 en relacin con 823; al respecto, Deutsch/Ahrens 2002 114).
137 Se ha fallado que el dao emergente es el empobrecimiento real y efectivo padecido por quien pide que se le indemnice (Corte de Santiago, 7.12.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4,
266). Por su parte, la Corte Suprema ha sealado que este tipo de dao consiste en un desmedro real y efectivo en su patrimonio (CS, 2.3.1977, F. del M. 220, 25).
138 Respecto de la diferencia entre gastos efectivos y costos estimados en el dao a las
cosas, infra N 176. En cuanto a la estimacin de prdidas por el menor valor de bienes
incorporales, CS, 2.12.1915 y 20.10.1919, RDJ, t. XVIII, sec. 1, 62, comentado en Gatica
1959 107; se trataba de una obligacin restitutoria de unas acciones que no fue efectuada
oportunamente por el banco encargado de hacerla, a cuya consecuencia el banco fue condenado a pagar la diferencia entre el valor burstil de las acciones al momento en que esa
restitucin debi ser efectuada y el de la restitucin efectiva.
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de ingeniera prximo a titularse (Corte de Concepcin, 27.5.1964, Rev. Concepcin 136, 1966,
85); la idea ha sido expresada en un fallo conceptualmente preciso, que alude a que el lucro
cesante exige que los ingresos o utilidades sean probables y no simplemente posibles (Corte de Concepcin, 28.8.2002, GJ 266, 210). Sobre la imposibilidad de probar la prdida de
ingresos de un estudiante de derecho accidentado, CS, 14.4.1999, F. del M. 485, 503.
151 Corte Presidente Aguirre Cerda, 14.3.1988, RDJ, t. LXXXV, sec. 4, 26; un fallo de
la Corte de Punta Arenas estima ese umbral en la base de clculo del subsidio de cesanta
(Corte de Punta Arenas, 7.4.1993, rol N 7.263, con comentario favorable R. Domnguez .
y R. Domnguez B., en Rev. Concepcin 192, 1992, 214). No se puede acusar a las cortes de
discrecionalidad, porque parecen haber optado por un baremo mnimo inobjetable.
152 Alessandri 1943 561.
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vctima el derecho a exigir la reparacin de la cosa especfica de su propiedad, esa pretensin puede ser abusiva, lo que ha llevado a que esta imposibilidad econmica sea en general reconocida en el derecho comparado.158
En general, existen dos criterios para apreciar si la reparacin ms
costosa que la reposicin es exigible al responsable. Ante todo, se suele
calificar el motivo de la pretensin del demandante, de modo que si existe
una justificacin razonable para exigir la reparacin, que descarte el mero
capricho o el abuso, se entiende que se ejerce un derecho legtimo;159 as,
se suele entender que el afecto por un animal puede ser una justificacin
especialmente fuerte para exigir un tratamiento veterinario que le salve la
vida, aunque exceda en mucho el precio de otro animal de la misma raza.160
El segundo criterio restrictivo, que parece ms general, es que no haya
una diferencia exorbitante entre el costo de reparacin y de reposicin: ante
un exceso sustancial, el inters por una genuina reparacin en naturaleza
(esto es, que la cosa sea reparada), cede frente al inters legtimo del
demandado de que la indemnizacin guarde alguna relacin objetiva de
valor con el dao.161
Finalmente puede ocurrir que la reparacin sea tcnica y econmicamente posible, pero que no resulte exigible a la vctima que se contente
con la cosa reparada, de modo que la indemnizacin deba comprender el
costo de reposicin (dao total impropio). Es el caso del auto recin salido
Un desarrollo de esta idea desde la perspectiva del abuso de derecho en infra N 447.
En la jurisprudencia francesa existen opiniones divergentes entre las diversas jurisdicciones acerca de si hay accin por el costo de reparacin de la cosa daada si este excede al valor de reposicin; igual divergencia existe en la doctrina, pero se ha delineado una
posicin en el sentido de que la decisin del demandante de exigir la reparacin slo debe
ser reconocida cuando est especialmente justificada (Viney/Jourdain 2001 187). En el derecho ingls se reconoce como legtimo el inters de reparar la cosa cuando es difcil encontrar un bien que lo reemplace; as, por ejemplo, en el caso de un barco que tena un
especial equipamiento, de modo que no era fcil hacerse de una embarcacin equivalente
(Burrows 1994 163).
160 En el derecho alemn existe una regla expresa en orden a que se puede reclamar
el costo de tratamiento veterinario de un animal, aunque sea sustancialmente superior al
precio de reposicin (BGB, 251 II). En el derecho ingls se dio lugar a la accin del propietario de un auto chocado para que se le indemnizara el costo de reparacin, a pesar de
que exceda en un 50% el valor de sustitucin, en atencin a que el demandante le haba
dedicado por largo tiempo un cuidado especial e incluso le tena un apodo (Burrows 1994
162). Aunque el dao moral por la muerte de animales no sea en general reconocido (infra N 232), el derecho se apiada (con el propietario) al momento en que se trata de salvarle la vida, aunque el costo del tratamiento exceda su costo de reposicin.
161 El BGB, 251 II, autoriza pasar por alto la reparacin en naturaleza cuando ella
slo se puede materializar a un costo desproporcionado; una regla semejante en el Cd.
ital., artculo 2058 II. La jurisprudencia alemana estima que resulta desproporcionada una
diferencia de ms del 30% entre el costo de reparacin de un vehculo motorizado y el costo de su sustitucin; tratndose de otras cosas, se atiende a la legitimidad del inters; los
tribunales espaoles han estimado que es excesiva una desproporcin parecida (Palandt/
Heinrichs 249 23, 251 3; Vicente en Reglero 2002 a 220).
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As la jurisprudencia francesa (Viney/Jourdain 2001 187). En el caso de los automviles la jurisprudencia alemana ha estimado que el valor est dado por un taller especializado en la marca (Palandt/Heinrichs 249 14); esa regla debe ser moderada tratndose
de automviles y de otras cosas antiguas, segn los usos pblicos y notorios, que muestran
que en tales casos las reparaciones son encargadas a talleres no especializados.
167 Palandt/Heinrichs 249 7.
168 Medicus 2002 293, Viney/Jourdain 2001 191.
169 Alessandri 1943 550; ejemplos jurisprudenciales del principio en Corte de Santiago, 12.8.1943, RDJ, t. XL, sec. 2, 33; Corte de Santiago, 27.5.1993, RDJ, t. XC, sec. 4, 106;
Corte Presidente Aguirre Cerda, 29.9.1995, RDJ, t. XCII, sec. 2, 125; Corte de Santiago,
7.9.1999, GJ 231, 135; CS, 2.5.2002 RDJ, t. XCIX, sec. 1, 67; en contra, puede verse Corte
de San Miguel, 19.7.1999, GJ 229, 153.
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174 Es el caso del derecho francs y alemn, donde se entiende que deben ser descontados los valores que el demandante se ahorra, como la depreciacin y los gastos de
mantencin (Viney/Jourdain 2001 197, Medicus 2002 294). En general, se tiene por razonable una deduccin por esos conceptos de aproximadamente un 30% del costo del
arrendamiento.
175 Las dudas se plantean especialmente en sistemas jurdicos donde est limitada la
reparacin del dao moral, de modo que es esencial caracterizar el dao como patrimonial a efectos de que resulte reparable; en general, se ha discutido que el mero uso personal tenga un carcter comerciable, que justifique la reparacin (Lange 1990 252, Burrows
1994 164).
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182 Larenz 1987 507. Esta es inequvocamente la posicin adoptada por la jurisprudencia chilena, como se muestra en los requerimientos de prueba de lucro cesante que se sigue de una incapacidad fsica (vase jurisprudencia referida en supra N 170).
183 Vicente 1994 114, con referencias comparadas.
184 Ktz 1991 192.
185 En el common law se acostumbra distinguir la prdida de ingresos anterior a la sentencia y los ingresos futuros, asumindose que los primeros suponen una mera determinacin contable de los ingresos que estaba percibiendo la vctima, y admitindose que la
determinacin adquiere mayor complejidad en el caso de los ingresos futuros (Burrows 1994
192 y 197, Markesinis/Deakin et al. 2003 804).
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prctica, a falta de prueba que permita inferir algo diferente, es considerar los ingresos en el horizonte temporal que a la vctima le faltaba para
llegar a una edad estndar de jubilacin, en el tipo de actividad que realizaba antes del accidente.
Gravedad de la incapacidad. La incapacidad puede ser parcial, de modo
que slo corresponda indemnizar la disminucin de ingresos esperados, o
total, en trminos que inhabilitan por completo a la vctima la percepcin
de ingresos.
En el fondo, la pregunta relevante se refiere a la proporcin de los ingresos esperados que previsiblemente la vctima dejar de percibir en razn
de sus lesiones. Las lesiones corporales que no afectan la capacidad intelectual pueden producir un efecto patrimonial insignificante en un empresario o en un profesional liberal y, por el contrario, acarrear una privacin
sustancial de la capacidad de trabajo en personas que desarrollan actividades fsicas.186 En otras palabras, la tasa de incapacidad que debe ser atribuida
a las mismas lesiones no necesariamente es igual en todos los casos.187
Por otro lado, cualquiera sea la situacin, la vctima soporta la carga de
disminuir en la medida de lo posible y de lo exigible el monto del dao. As,
si alguien que desarrollaba una cierta actividad no puede seguir desempendola despus del accidente, de ello no se sigue que con las capacidades
disponibles no deba procurar los ingresos que razonablemente puede percibir atendida su nueva condicin. Esta exigencia surge de la carga que el
artculo 2330 impone a la vctima antes, durante y despus del accidente
de no exponerse imprudentemente al mal causado (infra 34 a).
Base de clculo de los ingresos no percibidos. Resulta inobjetable tomar
como punto de partida para el clculo de los ingresos futuros la renta que
efectivamente obtena la vctima al momento del accidente.188 Sin embargo, este clculo esttico puede ignorar el desarrollo normal y ordinario de
la vida laboral de una persona, que, atendidas sus circunstancias, tiene
una razonable expectativa de progreso, al menos durante una parte del
perodo del tiempo que le falta para completarla.189
En el caso de quien no ha iniciado an su vida laboral, la estimacin
supone un factor adicional de incertidumbre, porque la determinacin de
sus ingresos futuros depende de los pasos que haya dado en su formacin
profesional y en las particulares destrezas que la vctima ya haya desarrollado; pero esa relativa indeterminacin no justifica que la prueba del lucro
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cesante se tenga por imposible, sino que obliga a buscar un cierto estndar, por conservador que l sea (supra Nos 154 y 170).
Relativa incertidumbre. Cualquiera sea el caso, la estimacin del futuro
contempla necesariamente un elemento de contingencia. Como expres
con realismo escptico un juez ingls, el conocimiento del futuro le est
negado a los hombres, de modo que buena parte de lo que se atribuya por
prdida de ingresos o por sufrimientos futuros en muchos casos la mayor
parte de la indemnizacin ser casi con seguridad equivocado, con la
consecuencia de que slo existe una certeza: el futuro probar que la
indemnizacin es demasiado elevada o demasiado baja.190 Por eso, la determinacin de los ingresos futuros supone asumir algn grado razonable
de incertidumbre.
Como se ha expresado al tratar la determinacin y prueba del lucro
cesante, la exigencia de una prueba concluyente de los ingresos futuros,
equivale a dejar esta clase de perjuicios sin la posibilidad de ser indemnizada (o bien, dejarla subsumida bajo la suma global que se reconoce sustitutivamente como dao moral). A falta de todo indicio que sirva de base
para la determinacin de los ingresos futuros, alguna jurisprudencia ha
optado, con la mayor sensatez, por establecer una especie de baremo mnimo que evita dejar a la vctima sin indemnizacin alguna (supra N 170).
Funcin reparatoria y no previsional. Finalmente conviene tener siempre
presente que la funcin del derecho de la responsabilidad civil es reparatoria (correctiva del dao efectivamente causado) y no distributiva. En consecuencia, la indemnizacin por lucro cesante no depende de las necesidades, sino de las efectivas expectativas de ingreso de la vctima.191 As, en
el clculo de la indemnizacin por prdida de ingresos debe tenerse en
consideracin que su fin no es previsional (para lo cual existen otros instrumentos), sino reparador de los daos consistentes en rentas del trabajo
que no podrn ser percibidas en razn del accidente.
184. Preguntas especiales que plantea la prdida de ingresos de quien desarrolla una actividad independiente. a) En principio, lo dicho respecto
del trabajador dependiente se aplica a quien ejerce una actividad lucrativa
independiente. En este caso se presentan, sin embargo, dos grupos especiales de preguntas, que se refieren a la mayor volatilidad de los ingresos
futuros y a cuestiones de causalidad.
b) Como se ha visto, la renta del empresario y del profesional es usualmente ms dependiente de su capacidad de discernir y decidir que de su
capacidad fsica. Pero, ms all de ello, tambin est sujeta a vicisitudes
diferentes que la del trabajador dependiente. Si ste pierde su trabajo, es
probable que pueda aspirar a otro semejante; por el contrario, la suerte
Lord Scarman, en Lim Poh Choo v. Camdem and Islington Area Health Authority (1980),
AC 174, 182, citado por Markesinis/Deakin et al. 2003 804. En un sentido anlogo Epstein
1999 443.
191 Cane 1997 109.
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del empresario depende de factores que no se pueden valorar con facilidad: puede proyectarse hacia el futuro lo que ha ganado con su actividad
en el pasado?; cunto del ingreso se debe en verdad al capital atribuido a
un negocio y no a la gestin personal del empresario? Por eso, los ingresos
que propiamente provienen de la gestin empresarial son con frecuencia
imprecisos y voltiles, con la consecuencia de que no es fcil construir
presunciones serias acerca de ganancias futuras que se pierden a consecuencia del accidente. Por otra parte, la indemnizacin no puede cubrir
las rentas esperadas que se sigan de ingresos de capital, porque el accidente no tiene influencia directa en su eventual disminucin (por cambios
que se requieran en la administracin de los negocios, por ejemplo).
Ms sencilla suele ser esta tarea tratndose de profesionales liberales,
donde la historia de los ingresos pasados es un buen indicio de lo que se
puede esperar en el futuro. En todo caso, la prueba de los ingresos pasados, que sirven de punto de partida para la estimacin de los ingresos
futuros, debe ser fehaciente, mediante constancias contables, declaraciones de impuesto a la renta y las dems evidencias probatorias que resulten
igualmente inequvocas.192
c) Los problemas de causalidad se refieren a la proximidad que debe
existir entre el hecho del demandado y el perjuicio para que ste sea calificable como dao directo (infra 30). En general, la prdida de oportunidades de negocios no puede ser tenida por dao directo, segn los criterios
ya desarrollados por Pothier.193
185. Trabajo no remunerado. La reparacin del lucro cesante plantea una
pregunta lmite en el caso del trabajo del hogar y del personal asistencial
no remunerado. Estos trabajos tienen valor econmico aunque no sean
compensados en dinero, porque evitan al patrimonio familiar o a la institucin benfica la contratacin de esas tareas con terceros.194 La contribucin asistencial que se hace al incapacitado o la que se realiza sin retribucin
directa en el hogar es parte de una comunidad de intereses y debe ser
valorada como perjuicio, en la medida que exija la contratacin de otras
personas para que sean realizadas las tareas que el incapacitado no puede
desempear o, incluso, si ellas son asumidas gratuitamente por personas
cercanas (segn el principio de que esta liberalidad no aprovecha al autor
del dao).195 En consecuencia, el dao se produce con indiferencia de
que efectivamente se haya contratado un tercero, aunque la valoracin de
la indemnizacin tenga que tomar ese costo como referencia.196
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N 686.
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que la indemnizacin no tiene una funcin previsional, sino reparatoria, el horizonte temporal de la indemnizacin no es, como se ha visto, la vida que tiene la vctima por delante, sino
los ingresos del trabajo que poda esperarse que recibiera a falta del dao sufrido).
Alessandri 1943 541 estima que corresponde al juez la decisin, sea cual fuere la opcin del demandante, sin que de ello se siga ultra petita. Esta posicin ha sido seguida por la
jurisprudencia chilena (CS, 19.6.1928, RDJ, t. XXVI, sec. 1, 234; CS, 2.11.1972, RDJ, t. LXIX,
sec. 4, 173). La opcin del demandante, bajo control judicial, parece ser dominante en pases de la tradicin del derecho civil; sin embargo, parece no ser frecuente que los sentenciadores asignen una renta en vez de un capital (Viney/Jourdain 2001 242, Ktz 1991 192).
203 As, CS, 8.11.1971, RDJ, t. LXVIII, sec. 4, 274.
204 Von Bar 1996 II 31, Markesinis/Deakin et al. 2003 112, Burrows 1994 171, Larenz
1987 479.
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un dao que no es susceptible de medicin en dinero, de modo que cualquiera figura para llegar a su determinacin no puede ser sino artificial.217
Ello explica que por largo tiempo, luego de la codificacin, prevaleci
la idea de que sera repugnante a la luz de la opinin comn dominante
colocar valores materiales en el mismo nivel que los intereses propietarios
y compensar en dinero lesiones a intereses extrapatrimoniales.218
c) Las dudas de los juristas del siglo XIX respecto de la determinacin
conceptual y prctica del instituto del dao moral se han visto confirmadas por la experiencia. En atencin a la amplitud y a la delimitacin puramente negativa del concepto, resulta explicable que se haya expandido
hacia innumerables intereses. A ello se agrega, en algunas jurisdicciones,
que la doctrina lo haya fragmentado en decenas de perjuicios especficos,
que no responden a una lgica unitaria.
Por razones de simplicidad en este libro el tratamiento del dao moral
se ordenar en dos categoras bsicas: el dolor fsico o psquico, que expresan los males que sufre la persona (infra N 205), y el perjuicio de agrado, que se muestra en la prdida de oportunidades de la vida, que incluye
perjuicios especficos consistentes en privaciones en mbitos de la vida
intelectual, sensitiva, sexual y familiar (infra N 206).
191. Inconmensurabilidad de los perjuicios morales y proporcionalidad de
su compensacin. a) Los daos morales son perjuicios inconmensurables
en dinero, porque no existe mercado para la vida, la salud o el honor. Sin
embargo, esta inconmensurabilidad no impide en el derecho moderno su
compensacin. Razones de justicia correctiva y de prevencin hacen preferible reconocer una indemnizacin basada prudencialmente en criterios imprecisos, a dejar daos relevantes sin indemnizacin alguna.
Desde el punto de vista de la justicia, se trata de bienes valiosos (a
menudo los ms valiosos en la escala de los bienes jurdicos), cuya lesin
justifica una compensacin; desde el punto vista preventivo, la indemnizacin del dao moral desincentiva su generacin, al establecer un precio
sombra a los actos negligentes que pueden provocarlos.219
b) Sin embargo, de la circunstancia de que no sea posible poner precio a estos bienes, no se sigue la imposibilidad de comparar sus intensidades relativas. As, por ejemplo, en la medida que los efectos de una invalidez
217 Burrows 1994 136, citando a Lord Diplock en Wright v. British Railways Board, 2 AC
773 (1983).
218 As, la sintomtica expresin de las actas de la comisin para la segunda lectura del
proyecto de BGB (citado en Markesinis 1997 64); sobre la resistencia de la doctrina alemana que inspir el BGB por un concepto de dao que en Francia habra sido introducido de
espaldas al Code Civil, Coing 1985 II 296.
219 Al definir el alcance de la indemnizacin del dao moral es conveniente tener presente el riesgo de expansin de la indemnizacin del dao moral, lo que en su momento
fue el argumento ms determinante para limitar su reparabilidad, atendido el riesgo de que
la responsabilidad se expandiera sin fronteras definibles y de que se produjera una comercializacin de daos insignificantes (Larenz 1987 477).
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innumerables matices e intensidades, que se muestran en un largo catlogo de desgracias que pueden afectar nuestro bienestar espiritual (el sentimiento de disvalor producido por una incapacidad fsica, el pudor afectado
por un atentado a la privacidad, el dolor afectivo por la prdida de un hijo
o del cnyuge).225 En todos estos casos, la reparacin del dao no patrimonial opera propiamente como pretium doloris: es una compensacin econmica por el sufrimiento efectivo que ha afectado al demandante.226
Pero el dao moral tambin presenta una cara que no es un sufrimiento que se traduzca en un mal positivo para la vctima, sino en una privacin de ciertas ventajas de la vida. Muy genricamente este tipo de dao
no patrimonial puede ser llamado perjuicio de agrado.227 El riesgo es la inabordable extensin del perjuicio de agrado, porque son innumerables y
dismiles las ventajas de la vida que una persona pueda disfrutar y las actividades que puede desarrollar en el mbito deportivo, artstico o en la vida
de relacin, incluyendo la vida sexual y familiar.228 Con todo, parece preferible hacer referencia a una categora genrica de perjuicio, que presenta
como caracterstica comn la prdida de ventajas de la vida, a introducir
infinitas distinciones que se superponen y que a menudo entremezclan las
categoras ms elementales del dao no patrimonial. La condicin de reparabilidad est dada por la certidumbre y gravedad suficiente del dao y
no por pertenecer a alguna subcategora especfica (supra Nos 145 y 152).
d) Aun as, la distincin entre el dolor y la prdida de ventajas de la
vida no es tan clara al momento de analizar los perjuicios en concreto. Eso
explica la prctica judicial de valoracin del dao moral en sumas globa-
225 Burrows 1994 231 se refiere, como ejemplos de afliccin mental (mental distress), al
malestar, la preocupacin, la ansiedad, el miedo, el trastorno espiritual, la pena y el enojo;
Cane/Atiyah 1999 136 agregan la incomodidad, la indignidad y la vergenza.
226 En el derecho comparado la reparacin de la afliccin mental est frecuentemente
limitada a la vctima directa del accidente; as en el common law (Cane/Atiyah 1999 135,
Epstein 1999 437 y 274); en el derecho alemn, donde resulta de la lesin corporal o a la
salud, referida como bienes que dan lugar a indemnizacin, segn la reforma del ao 2002
(BGB, 253 II); en el derecho italiano, donde el antecedente de la reparacin es el dao a
la salud, que constituye el injusto del dao como condicin de la reparacin, segn la tcnica empleada por los artculos 2043 y 2059 de ese Cdigo (Cian/Trabuchi 1992 artculo
2043 IX, Visintini 1996 246, de Giorgi 1992 830, Forchielli 1990 17); tambin en el nuevo
derecho de las obligaciones holands, el dao moral resulta indemnizable, en casos de negligencia, si el perjudicado ha sufrido una lesin corporal, se le ha daado en el honor o
buena reputacin o se ha afectado o ha sido atacado de otra manera en su persona (Cd.
hol., 6.106.1).
227 La denominacin se ha generalizado en el derecho francs como prjudice dagrment
(Mazeaud/Chabas 1998 425, Viney/Jourdain 2001 260) y en el common law, bajo la denominacin de loss of amenities (Burrows 1994 188, Cane/Atiyah 1999 135).
228 En este texto se emplea el concepto de agrado en el sentido ms general de carencia de ventajas de la vida; por eso, aqu carece de sentido, por ejemplo, la distincin que la
jurisprudencia francesa ha hecho del perjuicio sexual como una categora independiente
del perjuicio de agrado (Mga Code 1383 59).
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249 CS, 16.12.1922, RDJ, t. XXI, sec. 1, 1053, comentada en O. Tapia 1941 186 y Alessandri 1943 229.
250 Sobre esta interpretacin del artculo 2329, Alessandri 1943 226 y la jurisprudencia citada por Diez 1997 96. Lo cierto, sin embargo, es que esa regla se sita entre
las presunciones de culpa y de responsabilidad y su propsito no parece ser expandir
el dao reparable, sino aludir a situaciones en que la culpa y la causalidad pueden presumirse a partir de la evidencia circunstancial que rodea la ocurrencia del dao (supra
N 91, infra N 271).
251 A modo ilustrativo, y sin perjuicio de las sentencias que se analizan en los prrafos siguientes, pueden consultarse las siguientes decisiones: CS, 18.12.1926, RDJ, t. XXIV,
sec. 1, 567, sealando que los artculos 2314 y 2329 del Cdigo Civil se refieren a todo
dao; CS, 3.7.1930, RDJ, t. XXVIII, sec. 1, 117, que se pronuncia en el mismo sentido;
CS, 3.8.1932, RDJ, t. XXIX, sec. 1, 549, que adems hace referencia a los artculos 2317,
2329, 2284 y 44 del Cdigo Civil, 24 del Cdigo Penal, 30 del Cdigo de Procedimiento
Penal y 20 de la Constitucin Poltica; Corte de Santiago, 5.5.1933, confirmada por la CS
[cas. fondo], 14.9.1934, RDJ, t. XXXII, sec. 1, 10; CS, 16.12.1933, RDJ, t. XXXI, sec. 1,
144; CS, 24.9.1943, RDJ, t. XLI, sec. 1, 228; y Corte de Santiago, 26.5.1944, RDJ, t. XLI,
sec. 2, 41. Sin embargo, la tendencia no fue unnime; as, por ejemplo, Corte de Santiago, 10.9.1940, RDJ, t. XXXIX, sec. 1, 203, que aludi a la doctrina de la inconmensurabilidad; por algn tiempo subsistieron votos de minora basados en la tesis de la
inconmensurabilidad de los daos morales (vase voto en contra del ministro seor Agero
en Corte de Santiago, 8.6.1943, RDJ, t. XL, sec. 2, 50).
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reparacin cuando tienen una incidencia econmica: debe probarse que fue
afectado el crdito comercial o la confianza pblica en la empresa (traducible
en resultados del ejercicio), o que disminuyeron las contribuciones o donaciones que reciba la persona jurdica sin fines de lucro.255 Por el contrario, el
derecho francs acepta la indemnizacin de los daos morales de la persona
jurdica, aun sin prueba de consecuencias patrimoniales, apelando a algunas
nociones vinculadas a la proyeccin social del nombre: reputacin o crdito,
notoriedad, imagen de la marca o el secreto de sus negocios.256 Por su parte,
el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, utilizando una frmula de extremada vaguedad, ha sostenido que puede existir un dao moral reparable
para una sociedad comercial, en un caso de una empresa afectada en su reputacin por un proceso judicial excesivamente largo.257
Estas decisiones tienen a menudo un sesgo surrealista, porque tras el supuesto dao a la personalidad moral (en sentido estricto) de una sociedad
comercial evitan a menudo pronunciarse respecto de un evidente perjuicio
patrimonial (una disminucin imperceptible o impredecible de la cifra de
negocios), cuya prueba se evade invocando un dao moral; o bien el dao
moral a la empresa esconde las aflicciones sufridas por sus administradores o
dirigentes (la angustia del gerente de la sociedad sometida a un juicio largo e
injusto).258 As, estas acciones de reparacin del dao moral tienden a convertirse en un mecanismo para vulnerar reglas restrictivas de la legitimidad activa
para demandar la reparacin de perjuicios que afectan a sus miembros.259
En suma, todo indica que las personas jurdicas tienen acciones en
naturaleza para prevenir, hacer cesar y reparar el dao que se haga a su
255 Prosser/Keeton et al. 1984 779. En el derecho alemn, el problema del dao moral
a la persona jurdica no suele siquiera plantearse, pero hay un fallo del Tribunal Supremo
(BGH, 25.9.1980) que hace la distincin entre empresas comerciales, que slo pueden sufrir daos patrimoniales, y corporaciones sin fines de lucro, que eventualmente pueden sufrir un dao de equivalencia moral (Von Bar 1996 II 132).
256 Viney/Jourdain 1998 35, Mazeaud/Chabas 1998 708, Le Tourneau/Cadiet 2002/
03 N 387. La jurisprudencia francesa ha concedido reparacin, por ejemplo, por el dao
moral causado por la utilizacin masiva de la marca de una sociedad en la realizacin de
una pelcula pornogrfica (cass. com., 6.11.1979); por la lesin de la reputacin y el renombre de un establecimiento hospitalario causado por un comando antiaborto que impidi
algunas de esas intervenciones (cass. pen., 27.11.1996, Gaz. Pal. 1997, 1); o incluso por el
dao moral sufrido por un Parque Nacional en el que fueron liberados perros, atentando
contra los intereses que esa persona jurdica intentaba proteger (cass. pen., 7.4.1999, JCP
G 1999, IV, 2768). En todos estos casos, sin embargo, parece haber una extensin ms bien
irreflexiva del concepto de dao moral, porque se trata de daos patrimoniales, vinculados
especialmente a bienes de la personalidad (infra N 427).
257 Tribunal Europeo de Derechos Humanos, 6.4.2000 (35382/97); principio reafirmado
por las resoluciones 2.8.2001 (35972/97), 20.12.2001 (46380/99) y 16.4.2002 (37971/97).
258 Por ejemplo, la sentencia referida del Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
6.4.2000 (35382/97), que expresamente hace referencia a la angustia y a los desagrados
que debieron soportar los dirigentes de la sociedad procesada.
259 Una sntesis muy ilustrativa de lo absurdo e insensato de muchas de las acciones
por lesiones al honor de las personas jurdicas en Yzquierdo en Reglero 2002 a 1160.
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honra o privacidad, pero no pueden ser tenidas por titulares de un derecho a ser indemnizadas por el dao moral (a menos que esta indemnizacin pierda su pretensin reparatoria).260
c) En el derecho chileno, siguiendo la doctrina francesa que sostena
que la persona jurdica no tiene corazn, pero s posee honor y consideracin,261 Alessandri afirm que slo podan demandar la reparacin del
dao moral por atentados contra su nombre y reputacin.262 Esta posicin
ha sido generalmente seguida en las ltimas dcadas.263
Por su parte, la jurisprudencia tambin ha afirmado, por lo general,
que un dao moral entendido como el precio del dolor no puede tener
como sujeto pasivo a una persona jurdica.264 Una sentencia solitaria de la
Corte de Concepcin265 dio lugar a la indemnizacin del dao moral que
sufri una empresa comercial por el desprestigio que le provoc la publicacin en el Boletn Comercial del protesto de una letra de cambio oportunamente pagada.266 En todo caso, la misma Corte conociendo de un
recurso de proteccin, afirm despus que el crdito o prestigio de las
personas jurdicas no tiene la misma jerarqua que el honor u honra de las
personas naturales y que no queda protegido por la garanta constitucioIlustrativo en este sentido es el derecho norteamericano (Prosser/Keeton et al. 1984 779).
Mazeaud et al. 1963 I N 326.
262 Alessandri 1943 475.
263 Bidart 1985 168, Fueyo 1990 119 y 1991 368, Diez 1997 129, C. Domnguez 2000
719 y Corral 2003 153, quien concluye que la indemnizacin es procedente cada vez que se
lesionen intereses extrapatrimoniales de la persona jurdica; un intento de fundar la responsabilidad por dao moral a la persona jurdica en las categoras generales del derecho
de la personalidad en Heine 2002 passim.
264 CS, 2.4.1997, GJ 202, 97; Corte de Santiago, 9.6.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 46; y
Corte de Santiago, 16.6.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 47; y Corte de Santiago, 9.12.2003, RDJ,
t. C, sec. 2, 150, confirmada por CS [cas. forma], 14.3.2005, rol N 546-2004.
265 Corte de Concepcin, 2.11.1989, con com. de R. Domnguez . y R. Domnguez B.
en Rev. Concepcin 190, 1991, 148, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 7.5.1992, RDJ,
t. LXXXIX, sec. 1, 41; el fallo concedi una indemnizacin de $ 15 millones por concepto
de dao moral y de $ 10 millones por dao patrimonial (a consecuencia de un contrato
que debi resciliarse); los montos llevan a preguntarse si implcitamente la Corte quiso castigar una conducta en extremo torpe del banco o indemnizar un lucro cesante difuso, constituido por las prdidas por negocios futuros que no efectuara la sociedad; parece prematuro
inferir de ese fallo consecuencias ms generales (en ese sentido, sin embargo, C. Domnguez 2000 723 y Diez 1997 131). Otro fallo otorg indemnizacin por concepto de dao
moral a una sociedad que sufri la indebida paralizacin de sus obras por parte del municipio (CS, 21.6.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 163); vase tambin Corte de San Miguel,
14.6.2006, rol N 895-2002, con com. de C. Pizarro en Rev. Fueyo 6, 2006, 145.
266 En un caso anlogo, una sentencia de la Corte de Santiago ha precisado que el dao
moral de la persona jurdica debe traducirse en un menoscabo de su buena fama comercial, cuestin que no se produce si no se logra probar que el protesto haya sido publicado
en el Boletn de Informaciones de la Cmara de Comercio (Corte de Santiago, 16.6.1999,
RDJ, t. XCVI, sec. 2, 47); para un razonamiento similar, vase Corte de Santiago, 9.12.2003,
RDJ, t. C, sec. 2, 150, confirmada por CS [cas. forma], 14.3.2005, rol N 546-2004, con com.
de C. Pizarro en Rev. Fueyo 6, 2006, 145.
260
261
299
265, 33.
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301
ordinarias de la vida no son propiamente reparables, pues la indemnizacin no permite a la vctima volver al estado de cosas anterior al accidente.
Como se ha visto, este fue en su momento uno de los principales argumentos para rechazar su indemnizacin: cmo reparar en dinero un dao
irreversible?
b) Segn se ha analizado, consideraciones como las anteriores llevaron
por mucho tiempo a rechazar la responsabilidad civil por dao moral. Por
un lado, se argumentaba la perversidad de poner un valor en dinero a
bienes que eran naturalmente inconmensurables; por otro, se deca que,
por la misma razn, la reparacin careca de criterio de valoracin. Por
estas razones, importantes cdigos modernos establecieron que el dao
moral slo era indemnizable cuando la ley as lo ordenaba;272 y todava se
establecen severas limitaciones a los daos no patrimoniales que pueden
ser reparados.273
Actualmente est enraizada la idea de que todo tipo de dao llama a
su reparacin, de modo que una funcin esencial del derecho de la responsabilidad es restituir, dentro de lo razonable, el orden alterado por el
hecho negligente del demandado. Por eso, desde la perspectiva de la justicia no es aceptable que bienes, cualitativamente ms preciosos que los
patrimoniales, escapen a la proteccin de la responsabilidad civil, en perjuicio de las vctimas y en beneficio de los responsables.274
A su vez, desde un punto vista preventivo, las reglas de responsabilidad
no cumpliran sus fines disuasivos si el responsable no se hiciese cargo de
todos los efectos dainos de la negligencia, en la medida que habra incentivos imperfectos y el nivel de cuidado sera inferior al ptimo social.
Por lo dems, estos daos tienen un costo econmico de oportunidad,
porque las personas estaran dispuestas a pagar para no sufrirlos. En otras
palabras, por difcil que sea valorar el dao moral, es preferible ponerle
un precio que dejarlo de cargo de la vctima.
c) Aun as, la indemnizacin de daos no patrimoniales no puede tener carcter reparatorio. Su funcin es ms bien compensatoria: la vctima
recibe una indemnizacin que no pretende restablecer el estado de cosas
anterior al dao, sino cumplir la funcin ms modesta de permitirle ciertas ventajas, que satisfagan su pretensin legtima de justicia y la compensen por el mal recibido.275
El dinero, especialmente en los casos en que la reparacin en naturaleza no resulta posible, proporciona a la vctima la posibilidad de obtener
BGB, 253 (modificado en 2002, reconocindose una accin general, en materia
contractual y extracontractual, por el dao moral derivado de la lesin del cuerpo, de la
salud, de la libertad o de la autodeterminacin sexual); Cd. ital., artculo 2059 (que dio
lugar a la reparacin del dao moral en los casos que lo estableciera la ley).
273 As, hasta hoy en los derechos alemn, holands, escandinavos y en el common law
no se acepta la indemnizacin del dao reflejo puramente moral (vanse notas a infra
N 229).
274 Mazeaud/Chabas 1998 423, Posner 1992 189.
275 Larenz 1987 475.
272
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satisfacciones compensatorias: mejorar el ambiente en que vive, una habitacin ms cmoda, distracciones que le ayuden a soportar los efectos del
accidente.276 Este es propiamente el fin de justicia correctiva de la indemnizacin del dao moral. Por esto, su funcin es la compensacin de la vctima, quien recibe una suma de dinero que no sustituye el bien afectado
(como en la reparacin del dao patrimonial), pero que le permitir obtener otras ventajas de la vida.277 La vctima que recibe una indemnizacin
por concepto de dao moral puede libremente utilizarla para los fines
que estime convenientes.278 Como lo expresa Alessandri, las penas con pan
son menos;279 la indemnizacin del dao moral persigue hacer de nuevo la
vida ms liviana a quien ha soportado una carga fsica o espiritual atribuible al hecho culpable de un tercero.280
d) Aunque los fallos nacionales hablan con frecuencia de la reparacin del dao moral, con ello se alude a la funcin compensatoria de la
276 Sobre la funcin de compensacin de la indemnizacin del dao moral en el derecho comparado, Viney/Jourdain 2001 1, Ktz 1991 187; tambin las crticas de Esmein 1954
113. En el derecho alemn los tribunales reconocieron al dao moral una funcin adicional de satisfaccin respecto del ilcito del demandado; esta calificacin ha sido discutida por
la doctrina (Lange 1990 438) y deber ser probablemente revisada a consecuencia de la
reforma al BGB que entr en vigencia en 2002, que extendi, sin distinciones, la indemnizacin al dao moral derivado de la responsabilidad estricta (artculo 253 II).
277 Un anlisis de las dificultades para calificar como estrictamente reparatoria la indemnizacin en dinero del dao moral en Corte de Santiago, 30.5.2003, GJ 275, 97, y Corte de Santiago, 10.3.2000, GJ 237, 159. Al respecto, tambin se ha sostenido que la
indemnizacin no hace desaparecer el dao, ni tampoco lo compensa en trminos de poner a la vctima en una situacin equivalente a la que tena antes de producirse aquel (),
la indemnizacin por dao moral est dirigida a dar, a quien ha sufrido el dao, una satisfaccin de reemplazo (Corte de Santiago, 18.11.2002, GJ 269, 90); y que aunque la prdida sufrida por los padres de una nia de cuatro aos violada y asesinada es irreparable y
la vida que se quit no puede ser avaluada en dinero, debe fijarse, prudencialmente, una
suma por el rubro objeto de la demanda (Corte de Talca, 3.6.2000, confirmada por la CS
[cas. fondo], 19.12.2000 GJ 246, 122, publicada tambin en F. del M. 505, 4813).
278 As en el derecho francs (Viney/Jourdain 2001 107, Mazeaud/Chabas 1998 423). La
discusin se ha planteado, por ejemplo, cuando una vctima de un accidente corporal recibe
una indemnizacin con el propsito de que se someta a una intervencin quirrgica costosa.
La vctima puede decidir utilizar el dinero con otros fines y no someterse a la operacin, con
el argumento de que, en tales casos, no se le puede forzar a sufrir una intervencin que implica nuevos padecimientos y riesgos. En el derecho alemn, por el contrario, se considera
que la vctima slo tiene disposicin libre del monto indemnizatorio por el dao a las cosas,
porque la reparacin de gastos hospitalarios es una indemnizacin que slo se justifica en la
medida que se cumpla el fin al que est afecta (Palandt/Heinrichs 249 6).
279 Alessandri 1943 228. Sobre la funcin de la indemnizacin del dao moral en la
doctrina nacional, Diez 1997 247, quien habla de satisfaccin, y el extenso anlisis de C.
Domnguez 2000 86, que concluye que se trata de una compensacin satisfactoria. En contra, P. Rodrguez 1999 313, quien utilizando aparentemente el estricto concepto de compensacin del derecho de las obligaciones, seala que la indemnizacin del dao moral es
satisfactiva, mas nunca compensatoria.
280 Ktz 1991 187.
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b) En el derecho romano era usual que las indemnizaciones comprendieran una parte puramente compensatoria (expresada por el quod interest)
y una multa de beneficio privado (poena), que en verdad era una sancin
penal por el delito cometido.284 As tambin en el derecho germano medieval, la reparacin (Wergeld) era a la vez una pena y una compensacin,
pues una parte era entregada al tesoro real y la otra a la vctima (supra
Nos 22 y 193). Con el correr del tiempo, la reparacin civil y la sancin
penal adoptaron caminos diferentes y la tradicin del derecho civil las ha
sometido a diferentes condiciones de aplicacin.285
En la tradicin del derecho civil no se reconocen formalmente los daos punitivos, aunque en la prctica judicial la indemnizacin del dao
moral es frecuentemente asociada a un fin retributivo.286 Por el contrario,
el instituto de la indemnizacin punitiva ha subsistido en el derecho anglosajn (bajo la denominacin de punitive damages), aunque procede declararla slo en circunstancias excepcionales: en Estados Unidos se exige
que el demandado haya incurrido en una conducta ofensiva y repulsiva
(outrageous),287 la que usualmente debe ser ms reprochable que la culpa
grave;288 en Inglaterra, por su parte, se requiere que el demandado haya
actuado con cinismo oportunista, en conocimiento real o presunto de la
ilicitud, esto es, con dolo o con una desconsideracin temeraria de los
intereses del tercero.289
c) Se ha afirmado que, bajo ciertas circunstancias, el criterio estrictamente reparatorio o compensatorio de determinacin de los daos puede
no tener suficiente eficacia preventiva. En especial se ha argumentado que
284 Digesto 9.2.5.1: debemos entender aqu [en el caso de quien pudiendo prender a
quien lo ataca lo mata] la injusticia, no como cualquier clase de ofensa, () sino lo que
se hizo en desacuerdo con el derecho, esto es contra el derecho, es decir, si alguien hubiese matado con culpa y as concurren a veces ambas acciones: la de la ley Aquilia y la de
injurias, pero habr dos estimaciones, una la del dao, otra la de la ofensa. Sobre la distincin entre reparacin y pena, Kaser 1971 I 501; sobre los orgenes de la indemnizacin como
satisfaccin, supra N 193.
285 Sin embargo el derecho civil conserv algunas penas privadas como sancin del fraude o la ingratitud (vanse artculos 1231, 1428 y 1768).
286 En Alemania, el Tribunal Supremo ha reconocido una funcin de satisfaccin a la
indemnizacin del dao moral, que es criticada por la doctrina y, como se ha sealado, resulta ahora difcilmente compatible con la evolucin de la legislacin que ha extendido la
reparacin del dao moral a los casos de responsabilidad estricta (BGB, 253 II, introducido en la reforma al derecho de obligaciones de 2002). En Francia, la idea de pena privada
fue especialmente desarrollada por Ripert 1949 passim. Como ha ocurrido en el derecho
chileno, el aspecto punitivo de la indemnizacin resalta en el caso del dao moral (Flour/
Aubert 2003 133). Sin embargo, la jurisprudencia de la Corte de Casacin permanece, al
menos oficialmente, muy ajustada a la idea de reparacin (Viney/Jourdain 2001 8).
287 As en el Restatement/Torts II 908 (1).
288 Abraham 2002 222.
289 Burrows 1994 272, Fleming 1985 130; en el derecho ingls tambin se reconocen
como fundamento de daos punitivos el acto de autoridad que conscientemente lesiona
derechos fundamentales y el mandato legal expreso (dem).
305
existen cifras negras en la responsabilidad por daos debidos a negligencia, porque la accin no siempre es hecha valer por las vctimas (por ejemplo, porque no saben a quin atribuir la causa del dao o porque para la
vctima la prueba suele ser muy difcil). Si ello es efectivo, habr incentivos
para que el agente acte con un nivel de diligencia inferior al ptimo, porque, en la prctica, no asume todos los costos de su negligencia; este efecto
disuasivo imperfecto puede ser corregido si las indemnizaciones que amenazan al autor del dao son superiores al dao efectivo. Este diagnstico es
especialmente apropiado cuando se trata de daos intencionales (cuando
se ha actuado con dolo directo o eventual), porque es de la naturaleza de
ese tipo de conducta algn grado de engao, que oculta la causa efectiva de
los daos, lo que aumenta las probabilidades de impunidad.
A partir de estos supuestos, se plantea la justificacin disuasiva de las
indemnizaciones punitivas. Los daos punitivos vendran a corregir esa
desviacin en la funcin preventiva de las reglas de responsabilidad al aumentar los costos del comportamiento oportunista.290
d) En contraste, las indemnizaciones punitivas generan diversas dificultades, que han sido objeto de amplia discusin doctrinaria y jurisprudencial.
Ante todo, plantean problemas de seguridad jurdica asociados a garantas
sustantivas y procesales: se trata de una sancin que tiene todas las caractersticas de una pena y que, sin embargo, no est sujeta a los rigores especiales que supone el establecimiento de la responsabilidad penal, ni a las
garantas del debido proceso penal. De hecho las mayores objeciones han
tenido este fundamento. En Estados Unidos, la Corte Suprema ha revisado
en numerosos casos la aplicacin de daos punitivos y, si bien no ha rechazado por principio esa antigua prctica, le ha establecido lmites progresivamente ms estrechos; en un fallo se ha llegado a sealar que atenta contra
el debido proceso la imposicin de una pena que exceda la suma que se
reconoce a ttulo de indemnizacin propiamente compensatoria.291 As se
explica que, en jurisdicciones cuya ley civil no conoce el instituto, los tribu290 Cooter/Ulen 1997 445. Si se acepta que la indemnizacin punitiva es otorgada como
un medio para hacer responsable al demandado de los daos que no fueron objeto de acciones judiciales, su justificacin puede ser tambin compensatoria en un sentido amplio, porque
su funcin sera que el demandado cubra los daos de todas las vctimas de su ilcito. Esta
lnea argumental ha llevado en algunos estados norteamericanos a que una parte de la indemnizacin punitiva pertenezca al demandante (como una especie de sancin premial) y el
resto sea asignado a fondos de inters general o que benefician a las vctimas que no han
demandado en el juicio; sobre el fundamento doctrinario de este concepto, Sharkey 2003 347.
291 State Farm Mutual Automobile Insurance Co. v. Campbell, 538 US 408, 2003, [01-1289]).
En el caso, el jurado haba aplicado daos punitivos que excedan en 145 veces la indemnizacin propiamente reparatoria; expresamente se seala que la ratio no es establecida como
regla obligatoria, pero se ha consolidado la prctica de ese tribunal de que los daos punitivos no deben exceder tres o cuatro veces el valor de los compensatorios (el caso que la
propia Corte Suprema considera lder en la materia es BMW v. Gore, 517 US 559, 1996). La
regla de State Farm es semejante al lmite que el artculo 1544 establece para que la clusula
penal sea enorme.
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nales han estimado que sentencias extranjeras que establecen indemnizaciones punitivas no pueden ser ejecutadas precisamente porque atentan contra
la reserva de orden pblico del derecho internacional privado, que limita la
aplicacin de derecho extranjero o la ejecucin de sentencias extranjeras
cuando con ello se atenta contra principios jurdicos fundamentales del pas
donde se debe aplicar.292 Puede asumirse que la pregunta se planteara con
anlogos fundamentos en el derecho chileno.293
A lo anterior se agregan problemas de justicia correctiva, porque, en el
margen, al demandante le son reparados daos que no ha sufrido, de
modo que se traducen en un beneficio injustificado en su relacin con el
demandado.294
Finalmente, el reconocimiento de sanciones civiles punitivas opera como
un incentivo a la litigacin especulativa, en razn de que los montos que se
pueden reconocer estn fuera de toda previsin (mucho ms all de las
incertidumbres propias de la valoracin del dao moral), lo que favorece
la expansin de las acciones (en especial sobre la base de la prctica de
pactos de quota litis de la vctima con sus abogados).295
e) Alguna doctrina afirma que la compensacin de la vctima exige introducir
factores de satisfaccin por el agravio que ha recibido.296 El dao estara agravado por la necesidad ntima de venganza. Sin embargo, ello es discutible por
diversas razones. En primer lugar, contraviene el antiguo concepto de Windscheid en orden a que la indemnizacin del dao moral permite que la
sensacin dolorosa sea compensada mediante una sensacin agradable,297
que no consiste en la aplicacin de un castigo al responsable (tarea que pertenece al derecho penal), sino en el reconocimiento de una compensacin
econmica que beneficia a la vctima. Adems, la funcin punitiva es incom292 Es el caso de Alemania (BGH, 118, 312, 1992, en JZ 1993, 261) y de Japn (H.P.
Manzel en JZ 1994, 618).
293 El principio de orden pblico internacional en el reconocimiento de sentencias extranjeras est recogido en el artculo 245 regla 1 del Cdigo de Procedimiento Civil.
294 Bydlinski 2004 395.
295 El tema fue planteado por la jueza OConnor de la Corte Suprema de Estados Unidos: Los daos punitivos son una poderosa arma, que impuesta sabia y contenidamente
tiene el potencial demandante para avanzar en el logro de intereses pblicos. Impuestos
indiscriminadamente, sin embargo, tienen un poder de dao devastador. Lamentablemente, los procedimientos del common law para su reconocimiento caen en esta ltima categora (opinin disidente en Pacific Mutual Life Insurance Co. v. Haslip, 499 US 1, 1991, citado
luego como doctrina del tribunal en el antes referido caso State Farm).
296 Ripert 1949 345, con un razonamiento que no ha sentado races en la jurisprudencia
francesa. En Alemania la jurisprudencia atribuy a la indemnizacin del dao moral fines de
compensacin y satisfaccin (BGH, 18, 149, 1955), pero la calificacin es muy discutida por
la doctrina y ha sido aplicada recelosamente por los tribunales (Lange 1990 435, con referencias jurisprudenciales); la reforma del derecho de obligaciones de 2002, que generaliz la reparacin del dao moral que se sigue de la lesin de ciertos bienes, debera llevar a
reconsiderar la calificacin, porque ha pasado a ser indemnizable el dao moral que se sigue
de accidentes sujetos a un rgimen de responsabilidad estricta (BGB, 253 II).
297 B. Windscheid Pandekten II 455 (citado por Lange 1990 435).
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En verdad, diversos factores analizados en prrafos anteriores contribuyen a este estado de cosas. El ms evidente es que el dao moral no sea
mensurable en dinero, porque afecta bienes que no tienen valor de cambio. Pero, ms all de esa limitacin estructural, faltan otros criterios objetivos para su determinacin, en la medida que no se ha consolidado una
prctica coherente de valoracin en torno a baremos aceptados. En definitiva, se entiende que la valoracin sera necesariamente subjetiva y que su
proporcionalidad estara sustrada al control jurdico, pues la facultad de
avaluar el dao pertenecera al denominado poder soberano de los jueces
de fondo (infra N 201).
g) Los problemas que plantean las indemnizaciones punitivas son relevantes con mayor intensidad en sede de dao moral, porque, a diferencia
de lo que ocurre con los daos patrimoniales, no pueden calcularse con
referencia a un monto objetivamente determinable, que exprese los perjuicios efectivamente sufridos. Por ello, resulta explicable la tensin que
muestra la jurisprudencia en la materia. Por lo mismo, a pesar de las justificadas reservas doctrinarias, no es fcil eliminar de la valoracin del dao
moral elementos retributivos.306
A falta de un ordenamiento legal que tipifique objetivamente los daos y los valore en cada caso (como ocurri en Espaa con el dao moral
que se sigue de ciertos daos corporales), parece preferible asumir que la
indemnizacin tiene una funcin implcita de satisfaccin, pero como un
complemento acotado de una base objetiva de valoracin. El mecanismo
ms eficaz, como se ha mostrado en otras jurisdicciones de nuestra tradicin jurdica y del common law, es asumir en la determinacin del dao
moral baremos indemnizatorios informales, basados en la prctica jurisprudencial vigente, pero que admitan cierta tolerancia para considerar las
circunstancias del caso. De ese modo, existira una referencia ms objetiva
y menos intuitiva para el establecimiento de las indemnizaciones, cuestin
que por lo dems resulta ser un imperativo de seguridad jurdica y de
justicia material (infra N 208).307
d. Determinacin y valoracin del dao moral
199. Exigencia de que el inters sea significativo. a) Se ha visto que la
definicin ms precisa del dao moral parece ser la negativa: se trata de
bienes que tienen en comn carecer de significacin patrimonial. En circunstancias que es lgicamente imposible delimitar un conjunto que es
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definido en trminos puramente negativos, el riesgo de la indeterminacin es la descontrolada expansin de los perjuicios indemnizables. Uno
tras otro, intereses de muy diversa naturaleza son candidatos a engrosar la
categora de daos reparables. En contraste con la justificada expansin
de la proteccin civil hacia los bienes de la personalidad, la cautela indemnizatoria de los intereses afectivos ms insignificantes puede producir una
inflacin de los daos indemnizables. La posibilidad de mantener bajo
control este riesgo depende fundamentalmente del umbral que la jurisprudencia fije para que el dao sea tenido por significativo (supra N 145).
b) La definicin del umbral de significancia es una cuestin de derecho que
corresponde ir precisando a la jurisprudencia. La experiencia comparada
muestra desarrollos desbordadamente expansivos308 y otros definitivamente ms moderados.309 En el derecho chileno los intereses morales reconocidos son generalmente significativos y son infrecuentes los fallos que
conceden indemnizacin por molestias o turbaciones carentes de significacin propiamente moral.310
200. La vctima de daos morales tiene derecho a una equitativa compensacin. a) Se ha insistido en que a diferencia de lo que ocurre respecto del
dao patrimonial, no es fcil discernir un criterio operativo de valoracin
del dao moral. Como se ha visto, el principio de la reparacin integral
del dao slo metafricamente puede ser extendido al mbito no patrimonial,311 porque simplemente se carece de un denominador comn para
medir el dao y la reparacin, que en el caso del dao patrimonial est
308 Como parecen ser los casos francs y espaol. En Francia se denuncia una disolucin de los caracteres del perjuicio reparable (Cadiet 1997 39) y, ante el descontrol que ha
adquirido el concepto de dao reparable, incluso se ha reclamado la intervencin del legislador (Pradel 2004 469). En el derecho espaol se ha dado lugar a indemnizacin en
casos en extremo discutibles como los enumerados por Pantalen en Paz-Ares et al. 1991
1992: el arrendatario que aparece como incumplidor; el escultor cuya obra es atribuida a
un tercero; la molestia de no poder vivir por algn tiempo en la propia casa. Sin embargo,
la ley ha establecido baremos respecto del dao moral que se sigue del dao corporal.
309 Es el caso del derecho alemn, donde la jurisprudencia desech desde temprano la
reparacin de los daos de bagatela, exigiendo una cierta entidad a las molestias o penas
para que sean objeto de reparacin; el legislador incluy ese lmite doctrinario en la reforma al BGB en materia de obligaciones ( 253 II); en el common law la reparacin del dao
moral slo procede por dao corporal y por afliccin emocional (Restatement/Torts II
905) y se extiende, en el derecho ingls, a la prdida de agrados (loss of amenities) de cierta relevancia (Burrows 1994 188).
310 Sin embargo, la indefinicin acerca de la relevancia del dao puede llevar a que se
otorgue indemnizacin por dao moral en favor del arrendatario cuyas instalaciones fueron desalojadas de hecho del pequeo local que arrendaba; la flexibilidad del concepto de
dao moral permite extremarlo, como en la referida situacin de actuacin abusiva de hecho (CS, 29.1.2002, F. del M. 498, 676).
311 As, C. Domnguez 2000 713; sobre la jurisprudencia francesa, Viney/Jourdain 2001
272. Vase, adems, la resolucin 75/7 del Consejo de Europa que deja en claro que los
efectos no patrimoniales del dao corporal no pueden ser efectivamente reparados.
311
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313
que sera por completo inevitable que los perjuicios no patrimoniales escapen a todo esfuerzo de estandarizacin (de modo que slo pueden ser
avaluados subjetivamente).320
b) De hecho, del anlisis de los fallos publicados se infieren criterios
muy dispares de apreciacin.321 Ante todo, como es natural desde el punto
de vista de la funcin compensatoria de la indemnizacin, resultan relevantes la intensidad de la afliccin sufrida por la vctima y el valor del bien
que ha sido afectado.322 La comparacin de las indemnizaciones muestra,
320 Corte de Valparaso, 10.8.1998, F. del M. 478, 1795, que expresa, adems, que el
dao moral no puede ni es necesario que se acredite; CS, 29.1.2002, GJ 259, 17, publicada
tambin en F. del M. 498, 660, que seala que el dao moral no tiene parmetros fijos
para su apreciacin; Corte de Antofagasta, 10.10.2002, GJ 268, 115, que expresa que el dao
moral no requiere ser probado; Corte de Santiago, 30.5.2003, GJ 275, 97, que manifiesta la
ausencia de criterios objetivos para avaluar el dao moral.
321 En esta seccin slo se hace referencia a casos de dao moral sufrido por la vctima
directa; los problemas de avaluacin del dao moral reflejo son analizados en infra 25 c.
322 Vanse, por ejemplo, CS, 11.11.1998, F. del M. 480, 2356 ($ 500 mil por lesiones menos graves de una mujer en accidente de trnsito); Corte de Valparaso, 15.5.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 9.10.2001, GJ 256, 144 ($ 500 mil por pualadas y robo con violencia);
Corte de Copiap, 21.3.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 12.11.2001, GJ 257, 121, publicada tambin en F. del M. 504, 4090 ($ 500 mil por lesiones causadas en accidente de trnsito); Corte de Antofagasta, 10.10.2002, GJ 268, 115 ($ 700 mil por tratos deshonrosos a
consumidora en una farmacia, a raz de una supuesta sustraccin de un artculo); CS, 12.8.2002,
F. del M. 501, 2006 ($ 800 mil por lesiones menos graves en accidente de trnsito); Corte de
Temuco, 10.8.2000, RDJ, t. XCVIII, sec. 4, 27, publicado tambin en GJ 249, 123 ($ 1 milln
por golpiza en la va pblica a un menor por parte de un adulto); CS, 6.6.2002, GJ 264, 166,
publicada tambin en F. del M. 500, 1555 ($ 1 milln por lesiones ocasionadas en un accidente automovilstico); Corte de Valdivia, 25.6.2001, GJ 263, 120 ($ 1.5 millones por lesiones
graves y de mediana gravedad a dos menores causadas en un atropello); CS, 4.9.2002, RDJ,
t. XCIX, sec. 1, 186 ($ 1.5 millones por prdida de acciones civiles y criminales por negligencia de un banco al consignar domicilio de un deudor); Corte de Concepcin, 15.9.1999, confirmada por la CS [cas. fondo], 10.8.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 132 ($ 2 millones por esguince
en un tobillo y contusin en un codo en razn de cada en una vereda sin mantencin); CS,
3.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 87 ($ 2 millones por anegamiento producido en una vivienda en razn de la defectuosa pavimentacin de la calle frente a la cual dicho inmueble se
encuentra); Corte de Santiago, 31.12.2002, GJ 274, 212 ($ 2 millones por lesiones graves a
raz de atropello por parte de bus de locomocin colectiva); CS, 24.7.2003, GJ 277, 245 ($ 2.5
millones por imputaciones falsas hechas por empleador para despedir a un trabajador); Corte de Concepcin, 16.10.1998, GJ 225, 98, publicada tambin en F. del M. 484, 150 ($ 3 millones por atropello); Corte de Valdivia, 30.3.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 105 ($ 3 millones por
detencin injustificada de la vctima por el personal de seguridad de un supermercado en
razn de una supuesta sustraccin de un artculo); Corte de San Miguel, 23.5.2001, RDJ,
t. XCVIII, sec. 3, 103 ($ 3 millones por prdida de movilidad y dolor crnico en mueca izquierda a raz de accidente laboral); Corte de Chilln, 12.11.2001, confirmada por CS [cas.
fondo], 24.12.2001, GJ 257, 126, publicado tambin en F. del M. 505, 4643 ($ 3 millones por
manoseos violentos y molestias sexuales en la va pblica a una mujer); CS, 3.6.2002, GJ 264,
114 ($ 3 millones por lesin en la espalda causada por un disparo con escopeta); CS, 10.3.2003,
F. del M. 508, 154 ($ 3 millones a mujer vctima de incesto por parte de su padre de cuya
314
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315
equivocado de sida o por la prdida de un pezn y otras heridas superficiales que se traducan en un perjuicio esttico.323
A veces, las diferencias parecen tener por antecedente los aspectos retributivos que subyacen a la prctica de apreciacin del dao moral. As se
explica que las indemnizaciones tiendan a ser mayores cuando el demandado es particularmente solvente y que sean sustancialmente inferiores en
el caso inverso;324 y que la gravedad del ilcito y de sus circunstancias tambin sea explcita o implcitamente relevante.325
adems falleci el padre de las vctimas; tambin se otorgaron indemnizaciones a la madre y
hermanas de las vctimas); CS, 16.4.1998, F. del M. 473, 301 (tres UF por el lapso de veinte
aos a menor vctima de apualamiento que adems presenci el homicidio de su madre);
Corte de Santiago, 30.9.2003, GJ 279, 270 (1.500 UF por prdida de visin en ojo derecho y
otras lesiones a ojo izquierdo).
323
Comprense, respectivamente, Corte de Santiago, 8.9.2003, GJ 279, 188 ($ 15 millones por inmovilidad de por vida de un joven), Corte de Santiago, 8.4.1999, RDJ, t. XCVI,
sec. 5, 94 ($ 15 millones por lesiones en el hombro a una mujer que se cay desde un tabln); Corte de Santiago, 2.10.2003, GJ 280, 138 (un total de $ 30 millones por diagnstico
errneo de sida por un laboratorio); Corte de Concepcin, 6.3.2002, confirmada por CS
[cas. fondo], 6.3.2002, GJ 274, 59 ($ 65 millones por prdida de un pezn y necrosis en el
tejido de una mama).
324 De la comparacin de los fallos se infiere que las condenas mayores tienen por obligado al Estado o a empresas y que, por el contrario, en casos de agresores de pocos recursos, la indemnizacin se tiende a fijar en el lmite de sus capacidades. En el primer grupo
de casos, Corte de Concepcin, 25.10.2005, rol N 737-2005, confirmada por la CS [cas. fondo], 5.6.2006, rol N 6118-2005, en una condena al Estado por una suma total exorbitante
de $ 240.000.000, por el mal estado de los cubrecantos que protegan la acera de un puente, que se levantaron a consecuencias de un choque en que el estado de la va no tuvo incidencia causal y que tuvo resultados fatales para el pasajero de uno de los vehculos; las
reparaciones totales por dao moral reflejo exceden los US$ 450.000; esta suma sera impensable para un accidente de ese tipo en pases muchas veces ms ricos (que usualmente
slo reconocen reparacin del dao patrimonial reflejo); as, en la tablas alemanas de dao
moral, la sentencia ms gravosa, en un conjunto de ms de 3.000 fallos, es por 500.000 a
favor de un paciente tetrapljico de por vida (Hacks/Ring/Bhm 2004 536); en el Reino
Unido, las tablas de dao moral del Judicial Studies Board establecen 205.000 como el parmetro ms alto, precisamente para un accidente que produzca tetraplejia perpetua en la
vctima (Guidelines for the Assessment of General Damages in Personal Injuries Cases, 1 a). Otros
ejemplos en que el bolsillo del demandado parece determinar el monto de la indemnizacin en Corte de Santiago, 1.9.2003, GJ 279, 115 ($ 50 millones a banco que permiti la
apertura de una cuenta corriente sin poder suficiente). Por el contrario, en CS, 19.5.1999,
F. del M. 486, 730, se estableci una indemnizacin de $ 500 mil por agresin con resultado de muerte, con expresa declaracin de que el monto se fija en atencin a los limitados
ingresos del responsable; en CS, 16.4.1998, F. del M. 473, 301 (pensin vitalicia de tres UF
en caso de homicidio de la madre y heridas a la demandante). Rubio 2005 N 67 muestra
que las condenas al Estado por dao moral que se sigue de la muerte son cinco veces mayores que las que afectan a personas naturales y casi tres veces mayores a las de empresas
privadas. La revisin de los antecedentes de los casos analizados tambin permite intuir que
316
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c) En definitiva, del anlisis de la jurisprudencia se sigue que la apreciacin del dao moral se efecta por los jueces en la forma de sumas
globales, incorporando en un conjunto diversos elementos que se aprecian subjetiva y aleatoriamente. La doctrina nacional reciente tiende a ser
crtica de esta prctica subjetiva de valoracin y ha instado a que al menos
se describan precisamente los daos que son indemnizados y se sealen
con precisin los factores que determinan la avaluacin.326
202. Conveniencia de racionalizar la avaluacin del dao moral. a) El postulado de la compensacin equitativa de los daos no patrimoniales impone dos exigencias difciles de cumplir, en atencin a la naturaleza de estos
daos. Ante todo, debe haber una cierta proporcionalidad entre el dao y la
indemnizacin, porque de la circunstancia de que los daos morales no
sean mensurables en dinero no se sigue la imposibilidad de comparar sus
diversas intensidades. Pero, adems, debe observarse el criterio bsico de
justicia formal, que se funde en el principio de igualdad,327 en cuya virtud a
iguales daos le sean atribuidas indemnizaciones semejantes, con independencia de la condicin de la vctima, porque no hay razn para que en
la valoracin del dao moral se atienda a su fortuna o posicin social.328
A las anteriores consideraciones de justicia se agregan requerimientos de utilidad y de seguridad jurdica, que aconsejan estandarizar las
indemnizaciones para transformar en razonablemente previsibles las consecuencias de los actos ilcitos. La indeterminacin de la reparacin de
los perjuicios morales dificulta la posibilidad de asegurarlos y crea incentivos imprecisos al cuidado que deben emplear los agentes de riesgo.
Finalmente, la objetivacin de la avaluacin produce el efecto de neutralizar la tendencia a mezclar consideraciones punitivas en la compensacin del dao moral (obligando, al menos, a que stas aparezcan como
las indemnizaciones son fijadas en niveles sustantivamente ms bajos cuando se trata de demandados en estado de pobreza. Sobre la influencia de la condicin de las partes en la valoracin del dao, vase tambin Lpez 1971 passim.
325
As se explica que se haya concedido reparacin por dao moral, adems del patrimonial, en el caso del comprador de un establecimiento de comercio que retir de manera abusiva e inconsulta las instalaciones del arrendatario de un local (CS, 29.1.2002, F. del
M. 498, 676).
326
Es la conclusin del estudio de C. Domnguez 2000 701; una ordenacin de los criterios que la jurisprudencia utiliza para justificar la valoracin del dao moral, en M. Letelier 1994 61; vase tambin Diez 1997 254 y Corral 2003 341.
327
En la literatura chilena, vanse C. Domnguez 2000 714, Corral 2003 168, Court
2004 90.
328
Burrows 1994 138; Busnelli 2000 190 seala las orientaciones del grupo europeo de
expertos en materia de resarcimiento del dao no patrimonial: ante todo, se plante el desafo de poner trmino a la anarqua en la avaluacin; enseguida, la necesidad de buscar
criterios de racionalizacin y de garanta de igualdad; especialmente se coincidi en que la
reparacin deba ser independiente de los ingresos de la vctima y que deba ser objeto de
evaluacin o, al menos, de constatacin mdica (dem 193).
317
318
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Guidelines for the Assessment of General Damages in Personal Injuries, captulos vii y ix.
Pantalen en Paz-Ares et al. 1991 1993; vase tambin infra N 704.
As, la jurisprudencia espaola (Yzquierdo en Reglero 2002 a 1153).
319
verdad, las potencialidades de la vida contempornea guardan una inevitable correlacin con un aumento exponencial de los riesgos cotidianos.335
Puede afirmarse que el desarrollo del derecho de la responsabilidad civil
en el ltimo siglo se explica principalmente en razn del aumento de los
daos corporales que se siguen de accidentes laborales, del consumo y de
la circulacin.
b) El dao corporal no es una categora diferente del dao moral y del
patrimonial (supra N 149). Lo peculiar del dao corporal radica en los
efectos especficos de naturaleza patrimonial y extrapatrimonial que se siguen de las lesiones: la invalidez, la prdida de conciencia, la disfuncin
de rganos vitales, la amputacin de extremidades, las cicatrices faciales y
los dems efectos daosos que se pueden seguir de un accidente que afecta la integridad fsica de la persona. Las consecuencias morales y patrimoniales de diversos tipos e intensidades que se derivan de esos daos deben
ser valoradas por separado. La nocin de dao corporal, que a veces es
asumida como una categora autnoma de dao,336 tiende a opacar la determinacin de los perjuicios, porque arriesga disolver en un conjunto
holstico daos de naturalezas tpicamente patrimonial y extrapatrimonial.
c) El esquema de anlisis ms simple para calificar los daos morales
derivados de un atentado a la integridad fsica distingue los males que el
accidente positivamente provoca en la vctima (sus sufrimientos y aflicciones) y las eventuales privaciones del goce de ciertos bienes (la disminucin
de las capacidades de disfrutar de una buena vida).337 En el primer grupo,
denominado usualmente pretium doloris, se incluyen los sufrimientos fsicos y
psquicos que se siguen de una lesin corporal. En el segundo, denominado
perjuicio de agrado, se incluyen las repercusiones extrapatrimoniales futuras
que limitan la capacidad de la vctima para disfrutar de las ventajas de la
vida (la dificultad para establecer una vida de relacin, para desarrollar actividades de esparcimiento y cualesquiera otras semejantes).338
La experiencia nos ensea que el dolor o afliccin es mensurable con
ms facilidad que la prdida de oportunidades de la vida, pues la indivi335 Un excepcional desarrollo de esta idea, que usualmente es objeto de anlisis muy
triviales, en Calabresi 1985 1.
336 Pradel 2004 336, llega a plantear un dao corporal puro que pudiere ser considerado
con independencia de sus efectos patrimoniales y extrapatrimoniales; otros autores subordinan estos efectos a la categora genrica e independiente de dao corporal (Vicente 1994
passim y 322, Elorriaga 1995 4).
337 Supra N 192.
338 Este esquema corresponde muy cercanamente a la distincin usual en el common law
entre pain and suffering y loss of amenities. Una proposicin similar, aunque contaminada por
las imbricaciones del derecho civil con el rgimen de asistencia social francs, en Viney/Jourdain 2001 267. En el derecho chileno se acostumbra incluir en el pretium doloris el dolor fsico
y el psicolgico; as, Alessandri 1943 224 y jurisprudencia constante, ejemplarmente, Corte
de Santiago, 16.12.2002, GJ 270, 96; Corral 2003 155 insina separarlos, pero para indemnizar el dolor fsico como dao corporal y el sufrimiento psquico como dao moral, en una
distincin que carece de sustento en las categoras de dao del derecho civil.
320
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321
341 En general, sin embargo, ello ocurre en el contexto apropiado de daos que consisten en sufrimiento o afliccin. En fallos recientes se ha asociado el dao moral al dolor
y agobio que produce la muerte del cnyuge e hijo (Corte de Concepcin, 23.8.1999, RDJ,
t. XCVI, sec. 4, 199); al dolor y afliccin que produjo la injusta detencin por supuesto
hurto en un establecimiento de comercio (Corte de Valdivia, 30.3.2000, RDJ, t. XCVII, sec.
5, 105); al sufrimiento y angustia que produce el uso por un tercero de una creacin intelectual (CS, 2.11.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 1, 212); al sufrimiento o afeccin psicolgica
que lesiona el espritu, al herir sentimientos de afecto y familia, que produce la muerte
del cnyuge y padre (Corte de Antofagasta, 13.12.2002, GJ 270, 183). Vanse adems Corte
de Coyhaique, 9.5.1997, confirmada por CS [cas. fondo], 28.5.1998, RDJ, t. XCV, sec. 1,
57; Corte de Concepcin, 13.7.1998, GJ 219, 168; Corte de Santiago, 28.10.1999, GJ 232,
195; Corte de Concepcin, 7.8.2000, confirmada por la CS [cas. fondo], 29.11.2000, GJ 245,
132, publicada tambin en F. del M. 504, 4202; Corte de Santiago, 5.10.2000, RDJ, t. XCVII,
sec. 2, 79; Corte de Concepcin, 3.4.2001, GJ 261, 80; Corte de San Miguel, 23.5.2001, RDJ,
t. XCVIII, sec. 3, 103; Corte de Santiago, 2.7.2002, GJ 265, 85; Corte de Santiago, 9.7.2002,
GJ 275, 227; Corte de Concepcin, 28.8.2002, GJ 266, 210; Corte de Santiago, 31.12.2002,
confirmado por la CS [cas. fondo], 30.4.2003, GJ 274, 212; CS, 3.4.2003, F. del M. 509, 387;
Corte de Santiago, 30.5.2003, GJ 275, 97; Corte de Concepcin, 19.8.2003, confirmada por
la CS [cas. fondo], 24.12.2003, GJ 282, 61. En la doctrina, Alessandri 1943 224 y O. Tapia
1941 176 asimilan el dao moral al pretium doloris; crticos de esta generalizacin C. Domnguez 2000 58 y Diez 1997 82.
342 En Inglaterra, por ejemplo, se suele distinguir a efectos de las cicatrices entre mujeres y varones y se hace expresa referencia a que la calificacin se efecta de conformidad con
la edad de la vctima (Guidelines for the Assessment of General Damages in Personal Injuries 7 B).
343 A este respecto pueden consultarse las siguientes sentencias: CS, 23.8.1951, RDJ,
t. XLVIII, sec. 4, 186; Corte de Santiago, 17.6.1960, RDJ, t. LVII, sec. 4, 144; Corte de Santiago, 9.8.1960, RDJ, t. LVII, sec. 4, 229; CS, 28.12.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 4, 235; Corte de Santiago, 21.3.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4, 35; CS, 3.12.1997, RDJ, t. XCIV, sec. 3,
198; Corte de Santiago, 24.5.1999, GJ 227, 138; CS, 30.1.2001, GJ 247, 150; Corte de Valparaso, 15.5.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 9.10.2001, GJ 256, 144; Corte de Santiago, 1.7.2003, GJ 277, 149; Corte de Santiago, 30.9.2003, GJ 279, 270; CS, 24.11.2003, GJ 281,
80; y CS, 27.11.2003, GJ 281, 64.
322
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323
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325
mo, son frecuentemente indemnizados los perjuicios estticos, en su componente de sufrimiento psquico,358 y cualquier deterioro del normal desarrollo de la vida familiar, afectiva o sexual.359
En definitiva, la distincin entre el dolor fsico y moral y el perjuicio
de agrado facilita el anlisis de la extensin del perjuicio no patrimonial,
pero no parece tener la precisin suficiente como para justificar una apreciacin por separado, sin que se incurra en el riesgo de una doble indemnizacin.
207. Situacin de la vctima inconsciente. En el derecho comparado se ha
discutido acerca de la procedencia de la compensacin del dao moral
por atentados a la integridad fsica cuando la vctima cae en un estado de
inconsciencia a consecuencia del accidente; en particular, cuando entra
en un coma profundo y prolongado (estado vegetativo) o en algn estado
de demencia.360 En el fondo, partiendo de la base de que la indemnizadel actor en cuanto a piloto de guerra afecta gravemente sus derechos como persona humana, ya que no podr realizarlos a causa del accidente, y esta modificacin a su realizacin personal y profesional es un aspecto de que debe considerarse en el dao moral;
vanse tambin Corte de San Miguel, 27.11.1996, RDJ, t. XCIII, sec. 4, 279; Corte de Valparaso, 24.8.1998, confirmada por la CS [cas. fondo], 11.11.1998, F. del M. 480, 2356;
Corte de Santiago, 8.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 5, 94; CS, 30.1.2001 GJ 247, 150; Corte de
Concepcin, 3.4.2001, GJ 261, 80; Corte de San Miguel, 23.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec.
3, 103; Corte de Concepcin, 25.1.2002, confirmada por CS [cas. fondo], 7.5.2002, RDJ,
t. XCIX, sec. 5, 104; Corte de Santiago, 17.4.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 31, publicada
tambin en GJ 262, 81; Corte de Santiago, 2.7.2002, GJ 265, 85; Corte de San Miguel,
23.8.2002, confirmada por CS [cas. fondo], 23.9.2003, GJ 279, 216; Corte de Concepcin,
28.8.2002, GJ 266, 210; Corte de Santiago, 31.12.2002, GJ 274, 212; CS, 7.1.2003, GJ 271,
96; Corte de Santiago, 30.5.2003, GJ 275, 97; Corte de San Miguel, 18.6.2003, GJ 276,176;
y Corte de Santiago, 30.9.2003, GJ 279, 270.
Corte de Temuco, 29.6.1972, RDJ, t. LXIX, sec. 4, 66, en que se indemniza el dao
moral ocasionado a la vctima por las quemaduras en el rostro que afectaron visiblemente su
esttica facial, deprimindola y acomplejndola moralmente; Corte de Santiago, 8.8.1983, RDJ,
t. LXXX, sec. 4, 90, en un caso de cicatrices en el rostro causadas por ataque con arma blanca; vanse tambin, CS, 14.4.1999, F. del M. 485, 503; CS, 27.5.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 3, 89,
publicado tambin en F. del M. 486, 851; Corte de Santiago, 10.10.2000, GJ 245, 169; CS,
16.10.2000, GJ 244, 61, publicada tambin en F. del M. 503, 3477; Corte de Santiago, 17.4.2002,
RDJ, t. XCIX, sec. 2, 31, publicada tambin en GJ 262, 81; y CS, 30.4.2002, GJ 274, 59.
359 Sobre dao moral consistente en el impedimento para desarrollar una vida sexual
durante un perodo ms o menos prolongado de tiempo a consecuencia de lesiones fsicas,
CS, 24.6.1980, RDJ, t. LXXVII, sec. 4, 95, tambin publicada en F. del M. 259, 168. Tambin pueden consultarse CS, 16.10.2000, GJ 244, 61, publicada tambin en F. del M. 503,
3477; Corte de Concepcin, 6.3.2002, GJ 274, 59; y Corte de Santiago, 10.7.2002, RDJ,
t. XCIX, sec. 2, 83.
360 Viney/Jourdain 1998 44 y Burrows 1994 189. Estos casos no comprenden la situacin de los daos producidos a nios de muy baja edad, en la medida que stos algn da
adquieran conciencia de sus efectos (Carbonnier 2000 384).
358
326
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361 Corral 2003 155, plantea que la indemnizacin del pretium doloris no procedera en
favor de vctimas que se encuentren en estado de coma; aunque despus agrega que s procedera si se lesionan derechos de la personalidad.
362 As se ha fallado en Inglaterra en West v. Shepard, 1964, AC 326, pero ese criterio ha
sido criticado por ajeno a la realidad subjetiva ms elemental del loss of amenity (Burrows
1994 189). En Francia, por el contrario, se ha entendido que el dao es objetivo y no depende de la representacin que de l se haga la vctima (Chabas 2000 b N 87).
363 Por eso, cuando la jurisprudencia habla de apreciacin subjetiva del dao moral, la
subjetividad debe entenderse referida al juzgador ms que a la particular sensibilidad de la
vctima del dao.
327
b) Sobre la base de generalizaciones legales o de informacin estadstica, la apreciacin de los dolores sufridos y los agrados impedidos a consecuencia de lesiones corporales puede ser estandarizada respecto de cada tipo
de lesiones corporales (prdida de un brazo, quebradura de una pierna,
cicatrices y as sucesivamente). Es usual que la amputacin de un dedo produzca menos dolor y suponga privaciones de agrados futuros menores que
el corte de la mano completa, y esta, a su vez, menores que la prdida de
ambas piernas. Por esto, en las ms diversas jurisdicciones de la tradicin
del derecho civil existe la tendencia a conformar escalas de intensidades
de estos daos corporales, sistematizando los sufrimientos y privaciones morales que provienen de los distintos tipos de dao corporal.364
De este modo, los jueces disponen de criterios bsicos que les permiten valorar el dao moral de origen corporal sobre la base de estndares conocidos. Si se asume que las lesiones producen dolores fsicos
comparables y sus efectos en la calidad de vida son relativamente tpicos, por qu no tratar igual a las vctimas frente a daos iguales como
pueden ser la prdida de una extremidad, una parlisis corporal o una
desfiguracin facial? Como se ha visto, las diferencias tpicas relevantes
entre las vctimas tambin pueden ser estandarizadas: el dao esttico
no es igual en una joven universitaria que en una abuela que ya ha
vivido gran parte de su vida. Por lo dems, como se ha referido, un
sistema de estndares es compatible con su adaptacin en concreto a
caractersticas de la vctima del dao moral, en la medida que se expresen las circunstancias del caso particular que justifican una indemnizacin superior o inferior. 365
364 Sobre los baremos informales en el derecho francs, ingls y alemn, vanse las notas en supra N 202 b. En Inglaterra, las Guidelines for the Assessment of General Damages in Personal Injuries clasifican los daos corporales en diez grupos (parlisis, dao cerebral, dao
psiquitrico, dao en los sentidos, daos a rganos internos, daos ortopdicos, daos faciales, cicatrices en otras partes del cuerpo, dao capilar y dermatitis); cada una de estos
tipos se descompone en daos ms especficos, atendiendo en algunos casos a la edad y
sexo de la vctima. La prctica mdica en Francia ha establecido una escala de 0 a 7 para
estos dolores: muy leve, leve, moderado, medio, bastante grave, grave, muy grave. Estas escalas de intensidades, susceptibles de aplicarse nicamente a los dolores fsicos, se fundan
en la observacin cientfica de la reaccin usual frente a las lesiones dependiendo de la
edad de la vctima y constituyen un elemento importantsimo para comparar los diferentes
daos morales y asignarles una compensacin mediante baremos. En Alemania la prctica
es en extremo emprica, pues se exige de los jueces una precisa descripcin de las lesiones
sufridas por la vctima, as como de los factores que en opinin del sentenciador son relevantes para aumentar o disminuir el estndar indemnizatorio; esos criterios son expuestos
sistemticamente en publicaciones prestigiadas, como las citadas en la nota antes referida,
y son tomadas como referencia por los tribunales de instancia. En Estados Unidos, la determinacin de los perjuicios es facultad de los jurados, pero los jueces pueden excepcionalmente corregir las decisiones notoriamente desproporcionadas, para lo cual resulta relevante
la informacin estadstica (Epstein 1999 441).
365 Cane/Atiyah 1999 140; supra N 198 g.
328
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c) La prctica nacional muestra la necesidad de estndares indemnizatorios. Como se discuti al tratar la avaluacin del dao moral (supra
N 201), la apreciacin subjetiva de los daos no asegura que las indemnizaciones sean consistentes con la intensidad de los daos. Ello es resultado, por un lado, de la ausencia de directivas, aunque sean oficiosas y
flexibles, como las que existen en otros sistemas jurdicos; y, por otro, de
que la apreciacin del dao no est sujeta a un control jurdico que uniforme al menos la forma como debe construirse la valoracin del dao
por los jueces de instancia (sobre la posibilidad de establecer un control
de la fundamentacin de la sentencia, supra N 203).
f. Dao moral por lesiones a derechos de la personalidad
209. Derechos de la personalidad y responsabilidad civil. Como se ha mostrado al tratar los intereses protegidos por la accin de responsabilidad
civil, los derechos de la personalidad son per se objeto de cautela en esta
sede (supra N 146).
Los derechos de la personalidad han tenido importancia en la expansin de los intereses morales cautelados, especialmente en los ordenamientos jurdicos donde la accin general de responsabilidad civil est limitada
a la lesin de un derecho subjetivo especfico.366 En el derecho chileno,
como en la generalidad de las democracias constitucionales, la Constitucin ha consagrado como garantas los intereses que condicionan o suponen el respeto de la dignidad de la persona. Si bien los intereses que
representan estas garantas son naturalmente objeto de proteccin por el
derecho civil (en la medida que la responsabilidad no exige la lesin de
un derecho), el constitucionalismo ha producido el efecto benfico de
enunciar y atribuir una especial jerarqua a los bienes vinculados a la personalidad moral.
210. Honra, honor y privacidad como intereses cautelados por la accin
de responsabilidad civil. Los derechos a la honra y al honor y a la privacidad plantean preguntas crticas en el derecho de la responsabilidad civil,
especialmente en razn del conflicto latente con las libertades de opinin
y de expresin.
Atendida la especificidad de los intereses que se derivan de estos derechos y las particularidades que plantea en su caso la construccin del ilcito civil (juicio de culpabilidad), el honor, la honra y la privacidad sern
objeto de un desarrollo detallado en el Captulo VIII.
366 Es el caso del derecho alemn, donde los derechos de la personalidad fueron incorporados en el conjunto de los otros derechos cuya lesin es condicin de responsabilidad segn el 823 del BGB; una descripcin histrica de este reconocimiento, que se inici
tempranamente en el siglo XX, pero cuya consolidacin se produjo por su reconocimiento
constitucional en Larenz/Canaris 1994 491.
329
368
330
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entorno donde ocurre (hay perturbaciones normales en un barrio industrial, olores habituales en zona rural, privaciones de sol frecuentes en zonas urbanas).369
b) En el derecho nacional, se ha afirmado la necesidad de reparar slo
las molestias de vecindad excesivas,370 sin consideracin, a ese respecto, de
la sensibilidad particular del demandante, ni de las ventajas de que gozaba
que no estaban amparadas en un derecho (como el vecino que soporta la
construccin de un edificio en el jardn colindante). En verdad la anormalidad es un criterio suficientemente ilustrativo y flexible para determinar
cundo se ha infringido un deber de cuidado (esto es, se ha incurrido en
culpa).
A falta de regla formal que defina los ilcitos, el deber de cuidado debe
ser definido por el juez de conformidad con los criterios generales para su
construccin (supra N 58). Alguna jurisprudencia ha invocado innecesariamente la doctrina del abuso de derecho para establecer los lmites entre el derecho propio a disfrutar de la propiedad y el ajeno a que no se
afecte su calidad de vida,371 pero los resultados son anlogos a los que se
siguen de la doctrina de las turbaciones anormales (infra N 447 c). As, se
ha rechazado un recurso de proteccin en razn de que las molestias obedecen a hechos que son consecuencias inherentes de la propiedad y de la
vecindad y que los copropietarios y comuneros generalmente deben soportar, siendo indispensable a su respecto una tolerancia recproca que
haga posible el desenvolvimiento racional de la vida y las actividades de
todos los interesados.372 Este mismo principio debe entenderse aplicable
a la accin de indemnizacin de perjuicios.373
c) Aunque las relaciones de vecindad presentan tpicos caracteres de
conflicto de intereses, ocasionalmente son calificadas desde la perspectiva
del abuso de derecho. En este libro se entiende que ello supone extremar
en exceso este instituto excepcional (infra Nos 444 y 447 c).
213. Daos por turbaciones al medio ambiente. Desde el punto de vista
civil, las turbaciones al medio ambiente presentan caracteres anlogos a
las turbaciones de vecindad. En la materia, el legislador ha introducido
369 Para apreciar la anormalidad no se toma en consideracin ni la sensibilidad particular de la vctima ni su eventual instalacin anterior en la propiedad. Sobre la responsabilidad por molestias de vecindad en el derecho francs actual, Viney/Jourdain 1998 1068.
370 R. Domnguez . 1990 128, Diez 1997 34.
371 Barros 1999 11.
372 CS, 4.5.1983, F. del M. 294, 162, que rechaza un recurso de proteccin porque las
molestias y temores que dicen experimentar los recurrentes, obedecen a hechos que son
consecuencia e inherentes de la propiedad y de la vecindad y que los copropietarios y los
comuneros generalmente deben soportar.
373 Una aplicacin implcita, tratndose de una accin de indemnizacin del dao moral proveniente de las molestias importantes y prolongadas que sufrieron propietarios por
la construccin de un edificio vecino cuyas obras invadieron su inmueble, en Corte de Santiago, 10.11.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2, 78, publicada tambin en F. del M. 492, 2480.
331
expresamente el criterio de relevancia, al exigir a efectos de la reparabilidad que el dao patrimonial y moral sea significativo, atendiendo a su
magnitud y duracin.374 As, quienes por aos han disfrutado de cierto
tipo de pjaros o de una vista privilegiada no sufren un dao ambiental
reparable si por cambios ambientales los pjaros dejan de llegar al jardn
o si por una urbanizacin autorizada se ven privados de la vista de que
antes disfrutaban.375 Las particularidades de las condiciones de la responsabilidad por daos al medio ambiente y de las acciones de restitucin
en naturaleza y de indemnizacin del dao ambiental sern analizadas
en infra 55.
h. Prueba del dao moral
214. Dificultades que plantea la prueba del dao moral. En principio, como
todo supuesto de hecho de la responsabilidad civil, el dao moral debe ser
probado por quien lo alega (supra N 152).376 Sin embargo, resulta obvio
que su naturaleza impone severas restricciones probatorias. Las limitaciones del lenguaje nos impiden transmitir nuestras sensaciones internas de
pena, de afliccin fsica o de frustracin.377 A lo ms accedemos a lo que
los otros sienten porque nosotros mismos nos hemos visto en situaciones
semejantes o porque hemos descubierto por la experiencia en qu circunstancias ellas suelen manifestarse en signos exteriores. Por eso, la prueba del dao moral efectivamente sufrido por la vctima tiene algo de la
pretensin de rasguar un vidrio. Con todo, esa dificultad no puede ser
tenida por impedimento de una prueba que permita inferirlo de los hechos de la causa.378
215. El dao moral se puede probar mediante presunciones. a) En circunstancias que el dao moral no puede ser objeto de una prueba directa,
Ley del medio ambiente, artculo 2 letra e y artculo 11 letra e; sobre el dao ambiental, infra 55 d 3.
375 En la materia parece haber coincidencia en el derecho comparado (Von Bar 1996
II 5).
376 Existe acuerdo en la doctrina chilena en esta materia, aunque no necesariamente
en la forma como enfrentar la prueba: Alessandri 1943 514 y 564, refirindose a la exigencia genrica de dao y a la proporcionalidad entre la extensin del dao y la indemnizacin; Fueyo 1990 107, exigiendo la prueba de los hechos materiales que lo acrediten;
C. Domnguez 2000 152, nota 133, aludiendo a una atenuacin de la carga probatoria en
aquellos casos en que el perjuicio es manifiesto y ostensible, pero recomendando particular prudencia para no llegar al extremo de establecer presunciones extremas; Diez 1997
142, con un excelente anlisis jurisprudencial y concluyendo que el dao moral debe probarse, especialmente por medio de informes psiquitricos (en el caso del dolor) o de presunciones; Corral 2003 163, expresando que el dao moral puede probarse por cualquier
medio, pero concluyendo que la prueba ser usualmente por medio de presunciones.
377 Wittgenstein Investigaciones filosficas 656 y 659.
378 Burrows 1994 36.
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332
DAO
como el patrimonial, sino slo puede ser inferido, el nico medio de prueba disponible son las presunciones judiciales. En definitiva, de la circunstancia de que la prueba directa no sea posible, no se sigue que la prueba en
lo absoluto no sea posible ni necesaria. Las presunciones tienen precisamente por antecedente ciertos hechos que permiten inferirlas.
Esta parece ser la situacin probatoria tpica del dao moral. Si alguien sufre la prdida de sus piernas o su honra es afectada por una difamacin, no le ser posible mostrar al tribunal la sensacin que ha
experimentado, pero el juez sabr que de esos hechos tpicamente se sigue dolor fsico o moral y que, en distintos grados, se puede ver afectada
la capacidad de la vctima para disfrutar la vida. La presuncin se basa en
la experiencia compartida acerca de las fuentes del dolor y la decepcin.
b) La cuestin se plantea en trminos anlogos respecto del dao reflejo, esto es, del dolor que se sufre por la muerte o las graves lesiones de un
padre o hijo o de aquel con quien se convive. Con todo, tambin aqu hay
una cuestin de grados. Los afectos no se pueden dar por presumidos con
la misma simplicidad en las lneas colaterales que respecto de los hijos y
de los padres (ya por determinacin biolgica, por ejemplo, el afecto por
los hijos resulta ser ms intenso que por los padres).
En consecuencia, asumir una presuncin general de dao por el solo
hecho del parentesco resulta en extremo discutible respecto de sobrinos,
primos e incluso de hermanos. En estos casos, la prueba tambin deber
necesariamente hacerse por medio de presunciones, cuya construccin requiere partir de evidencia acerca de la relacin afectiva real del demandante con la vctima. El requisito de prueba del lazo afectivo real resulta
ser aun ms estricto en el caso del dao reflejo que tiene por antecedente
las lesiones de una vctima directa que sobrevive (infra N 230).
c) Aunque sea normal que de la muerte del hijo o del padre se siga un
perjuicio afectivo para quien sufre la prdida, bien puede ocurrir que en
el pleito se allegue prueba que muestre, por ejemplo, que el padre fallecido viva en el abandono o la destitucin material o afectiva;379 o que se
pruebe que la persona cuya honra ha sido afectada ya tena su prestigio
severamente deteriorado. En otras palabras, aunque el dao moral se pueda inferir de los hechos ms directos de la causa, esa presuncin siempre
debe ser tenida por provisoria, como es tpico de las presunciones legales
y judiciales.380
216. Prueba pericial de la intensidad del dao. A pesar de que los daos no patrimoniales no pueden ser reparados en su valor en dinero, s
379 En un caso de este tipo, la Corte Suprema revoc en sede de recurso de queja un
fallo que no daba lugar a la accin (CS, 26.12.1983, RDJ, t. LXXX, sec. 1, 128); juicios crticos en Fueyo 1990 115, R. Domnguez . 1990 156, nota 131 y C. Domnguez 2000 153,
nota 133.
380 Diez 1997 149; sobre el carcter provisorio de esta presuncin, CS, 16.3.2000, RDJ,
t. XCVII, sec. 4, 64, publicada tambin en F. del M. 496, 284.
333
334
DAO
384 As, nada se puede objetar cuando se falla, en materia de dao reflejo, que probada
la muerte de esos hijos en las trgicas circunstancias conocidas y el grado de parentesco, queda probado el dao (CS, 28.6.1966, RDJ, t. LXIII, sec. 1, 234). Entre numerosos fallos ms
recientes que infieren directamente el dao moral pueden verse: Corte de Concepcin,
13.7.1998, GJ 219, 168; Corte de Valparaso, 10.8.1998, F. del M. 478, 1795; Corte de Concepcin, 16.10.1998, GJ 225, 98, publicada tambin en F. del M. 484, 150; Corte de Santiago,
28.10.1999, GJ 232, 195; Corte de Santiago, 17.1.2000, GJ 235, 199; Corte de Valdivia, 30.3.2000,
RDJ, t. XCVII, sec. 5, 105; Corte de Santiago, 10.3.2000, GJ 237, 159; CS, 16.3.2000, RDJ,
t. XCVII, sec. 4, 64, publicada tambin en F. del M. 496, 284; Corte de Valdivia, 30.3.2000,
RDJ, t. XCVII, sec. 5, 105; Corte de Concepcin, 7.8.2000, confirmada por CS [cas. fondo],
29.11.2000, GJ 245, 132, publicada tambin en F. del M. 504, 4202; Corte de Santiago, 14.8.2000,
GJ 242, 155; Corte de Santiago, 26.9.2000, GJ 243, 83; Corte de Santiago, 23.3.2001, RDJ,
t. XCVIII, sec. 2, 24; Corte de Valparaso, 15.5.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 9.10.2001,
GJ 256, 144; CS, 13.9.2001, GJ 255, 113, publicada tambin en F. del M. 502, 2752; Corte de
Santiago, 10.7.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 83; Corte de Antofagasta, 10.10.2002, GJ 268, 115;
Corte de Santiago, 31.12.2002, GJ 274, 212; CS, 10.3.2003, F. del M. 508, 154; y CS, 3.4.2003,
F. del M. 509, 387; CS, 27.11.2003, GJ 281, 64.
385 As se ha fallado desde antiguo que si bien es efectivo que la naturaleza del dao
moral ofrece dificultades para su apreciacin pecuniaria, los jueces estn facultados para
regularlo prudencialmente tomando en cuenta el modo como se produjo el delito o cuasidelito y todas aquellas circunstancias que influyen en la intensidad del dolor o sufrimiento
(Corte de Santiago, 26.5.1944, RDJ, t. XLI, sec. 2, 41). Por su parte, la Corte Suprema ha
sealado que su monto debe regularse atendiendo a la condicin y circunstancias personales de la ofendida, a las consecuencias del accidente de que fue vctima () a los prolongados sufrimientos que naturalmente han debido producirle tales circunstancias, y al
estado precario de salud en que deber vivir el resto de su existencia (CS, 23.8.1951, RDJ,
t. XLVIII, 4, 186). Vanse tambin Corte de Santiago, 9.3.1999, GJ 225, 175, y Corte de
Santiago, 16.12.2002, GJ 270, 96.
386 Una ordenada resea de la situacin jurisprudencial en materia de prueba del dao
moral de la vctima directa y por repercusin, en Diez 1997 142.
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de un modo suficientemente diferenciado, que atienda al tipo de obligaciones y riesgos que asumen las partes en cada tipo de contrato, en vez de
dar una respuesta puramente mecnica.
221. Reconocimiento del dao moral contractual en el derecho chileno.
a) La jurisprudencia chilena neg lugar a la reparacin del dao moral
emanado del incumplimiento contractual durante el primer siglo de vigencia del Cdigo Civil. Luego, comenz a reconocer acciones indemnizatorias,
con fuente jurisprudencial o legal, en casos de incumplimiento de obligaciones contractuales cuyo objeto fuera o comprendiera la seguridad corporal del acreedor. En una tercera etapa, se reconoci ms ampliamente la
reparacin del dao moral a condicin de que ste fuera previsible, en los
trminos del artculo 1558.393 Todo indica que la evolucin no est concluida, de modo que debe advertirse respecto del riesgo de que un conceptualismo metodolgico vaco lleve desde una situacin inicial, en que se rechaza
per se la reparacin del dao moral, a una situacin de signo inverso, que no
se haga cargo de la especialidad del riesgo contractual.394
b) En general, la jurisprudencia fue reacia tradicionalmente a reconocer una accin reparatoria por los daos morales que se siguen del incumplimiento de un contrato.395 En ello contaban con el soporte implcito de
la doctrina, que diferenciaba la responsabilidad contractual de la extracontractual precisamente en atencin a los perjuicios indemnizables.396
El argumento principal era estrictamente literal: mientras el Cdigo
Civil ordena en materia extracontractual la reparacin de todo dao (artculo
2329), en sede de incumplimiento de contratos slo se refiere al dao
emergente y al lucro cesante (artculo 1556), conceptos que poseen histricamente una clara connotacin patrimonial.397
La indemnizacin del dao moral en la responsabilidad contractual ha sido exhaustivamente estudiada por C. Domnguez 2000 167 (que le dedica una parte importante de
su obra sobre el dao moral); un lcido anlisis dogmtico en Rojas 2002 passim; un comprensivo comentario a CS, 5.11.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 234, tambin publicada en GJ
257, 39, en que se declar la responsabilidad civil de un laboratorio que inform erradamente un diagnstico de sida, en Jana/Tapia 2004.
394 Supra N 219; infra Nos 223 y 785.
395 C. Domnguez 2000 329; para una referencia a algunas tesis jurisprudenciales minoritarias, dem 334.
396 Jana/Tapia 2004 N 7 destacan que Alessandri 1943 49 se limitaba a sealar que en
materia contractual el dao moral no es indemnizable, a lo menos en el estado actual de
la jurisprudencia. En verdad, todo indica que Alessandri no toma una posicin dogmtica
en la materia, pero acepta que la extensin de la reparacin plantea una diferencia sustancial entre la responsabilidad contractual y la extracontractual; claramente en contra de la
reparacin del dao moral que se sigue del contrato, Gatica 1959 144 y Abeliuk 1993 35 y
732; un anlisis de la doctrina en Rojas 2002 112.
397 Corte de Santiago 13.8.1935, confirmada por la CS [cas. fondo], 8.6.1936, RDJ, t.
XXXIII, sec. 1, 331; y CS, 18.4.1950, RDJ, t. XLVII, sec. 1, 127; un anlisis de esta jurisprudencia en C. Domnguez 2000 330. Tardamente y asumiendo el mismo argumento, Corte
de Santiago, 26.10.2004, GJ 292, 17, y Corte de Santiago, 11.5.2006, GJ 311, 147.
393
339
c) Un cambio interpretativo se produjo cuando la jurisprudencia comenz a aceptar que en algunos contratos el deudor asume una obligacin
de seguridad respecto de la persona del acreedor.398 No es extrao, en consecuencia, que sean el contrato de transporte y el de trabajo los que lideraron la evolucin. Tmidamente, se acept que el dao moral producido
por un accidente ocurrido en un medio de transporte afectaba la psiquis
de la vctima, repercutiendo en su capacidad laboral y, por consiguiente,
en sus facultades econmicas.399 Pero luego se abandon este sesgo patrimonial en la calificacin del dao moral contractual y se acept que son
previsibles los daos sufridos por el pasajero, tanto los puramente morales
como los patrimoniales, porque por mucho que la reparacin en dinero
no pueda ser tenida por equivalente al dao sufrido por la vctima, ello no
es motivo para negar lugar a la indemnizacin.400
La ley de accidentes del trabajo de 1968401 tambin asumi que el empleador tena respecto del trabajador una obligacin de seguridad que da
lugar a la reparacin de daos patrimoniales y morales si se le puede imputar negligencia (infra 51 c).402 A su vez, la Ley de consumidores ha
extendido la proteccin al dao moral provocado por el incumplimiento
de disposiciones de ese ordenamiento (artculo 3 letra e); la regla tiene el
efecto principal de cautelar los deberes de seguridad de productos y servicios (Ttulo III prrafo 5).403
Sobre las obligaciones contractuales de seguridad que tienen por objeto prevenir
daos corporales, Carbonnier 2000 517; para el derecho chileno, Pizarro 2003 b 166.
399 Corte de Santiago, 3.7.1951, RDJ, t. XLVIII, sec. 1, 252.
400 CS, 14.4.1954, RDJ, t. LI, sec. 1, 74, donde se concluye que el problema de la procedencia de la indemnizacin del dao moral se concreta a saber si este es o no previsible
para las partes al momento de celebrarse el contrato, y que si se admite, como ocurre en
la especie, que el dao moral es indemnizable cuando proviene de un cuasidelito, es ilgico rechazarlo si se le funda en el contrato [de transporte]; un anlisis de esta evolucin
jurisprudencial en C. Domnguez 2000 335.
401 DO 23.1.1968.
402 Ley de accidentes del trabajo, artculo 69; a su vez el artculo 184 del Cdigo del
Trabajo establece expresamente una obligacin de seguridad para el empleador. Para fallos que declaran la indemnizacin del dao moral en sede contractual por incumplimiento del deber de seguridad del empleador: CS, 16.6.1997, RDJ, t. XCIV, sec. 3, 94; Corte de
Santiago, 7.12.1998, GJ 222, 196; Corte de Santiago, 28.10.1999, GJ 232, 195; Corte de Santiago, 10.3.2000, GJ 237, 159; Corte de Santiago, 2.7.2002, GJ 265, 85, que se funda en la
mencionada ley especial y concluye al mismo tiempo que el artculo 1556 no hace ninguna
distincin entre el dao moral y el dao patrimonial; Corte de Santiago, 9.7.2002, GJ 275,
227; Corte de Concepcin, 28.8.2002, GJ 266, 210, que tambin se funda en la ley especial
y concluye que el artculo 1556 no prohbe la compensacin del dao moral; y Corte de
Antofagasta, 13.12.2002, GJ 270, 183.
403 Interesante es un fallo del Juzgado de Polica Local de Providencia, 12.4.2000, referido en Jana/Tapia 2004 N 9, que sanciona por dao moral, de conformidad con la Ley de
consumidores, a una empresa de arriendo de automviles que cobr dos veces un servicio,
obligando al cliente a realizar gestiones y aclaraciones para evitar el dao a su prestigio.
398
340
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Finalmente, la jurisprudencia ha reconocido obligaciones de seguridad en los contratos de prestaciones mdicas, con la consecuencia de que
la responsabilidad de mdicos y hospitales tiene una extensin idntica si
se funda en el contrato o en el ilcito extracontractual (infra N 470).404
El reconocimiento de estas acciones evita la aberracin axiolgica
de que el tercero que no est ligado por contrato pueda demandar la
reparacin del dao moral que se sigue del dao corporal y, en cambio, est impedido de hacerlo quien tiene un derecho contractual a
exigir prestaciones de seguridad respecto de quien negligentemente lo
ha provocado.
d) Luego, el reconocimiento de indemnizacin por dao moral que se
sigue del incumplimiento de contrato se ha expandido ms all de los
contratos que imponen tpicamente obligaciones de seguridad (entendidas en sentido estricto, como cautelares de la vida y la integridad fsica).
Ello ha ocurrido especialmente en el caso de incumplimiento de obligaciones que producen efectos en la honra, como ocurre con el descrdito
que se sigue de protestos errneos405 o de un despido que injustificadamente invoca una causal infamante.406 Asimismo, se ha entendido que el
incumplimiento de una prestacin contractual puede dar lugar a responsabilidad si por su naturaleza puede producir un dao puramente moral a
la contraparte, como ocurre con un errado test de sida que por tres aos
mantiene en el error a la vctima.407
222. Fundamento jurdico de la reparacin del dao moral en sede contractual. a) Por mucho tiempo, la norma del artculo 1556 fue tenida por
una barrera insalvable para la reparacin del dao moral,408 porque slo
da lugar a la indemnizacin del dao emergente y del lucro cesante. Por
el contrario, una lectura literal del artculo 2329 permita inferir que en
sede extracontractual no rega esa limitacin.
Para evitar esta dificultad, la jurisprudencia ha seguido diversas estrategias. Ante todo, ha afirmado que la norma del artculo 1556 no debe
entenderse como excluyente del dao moral, porque no contendra una
enumeracin exhaustiva de los daos indemnizables, como se muestra
404 Vase Corte de Concepcin, 20.5.2002, confirmada por la CS [cas. forma],
29.10.2002, GJ 268, 93. Revelador de esta indiferencia entre la responsabilidad contractual
y extracontractual en materia mdica es Corte de Santiago, 2.10.2003, GJ 280, 138, donde
se reconoce dao moral reflejo al cnyuge de una mujer a quien errneamente se le diagnostic sida.
405 As, Corte de Santiago, 6.8.1996, RDJ, t. XCIII, sec. 2, 100 y reiterada jurisprudencia posterior.
406 Corte de Concepcin, 12.12.1997, rol N 698-1997, comentada en R. Domnguez .
1998. Una posicin contraria en CS, 12.7.2001, GJ 253, 169; sobre esta materia, Court 2002
y Gamonal 2000 passim.
407 CS, 5.11.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 234, tambin publicada en GJ 257, 39, comentada por R. Domnguez . en Rev. Concepcin 209, 2001, 233 y Jana/Tapia 2004.
408 Gatica 1959 144 y 149.
341
en diversas disposiciones legales que aceptan la reparacin del dao moral.409 Luego, se ha ido un paso ms all, y se ha sealado que el dao
moral es una forma de dao emergente.410 Finalmente se ha estimado
que no hay razn para excluir la indemnizacin, porque dentro de la
escala de bienes jurdicos protegidos, los bienes extrapatrimoniales tienen un rango superior a los patrimoniales.411 De este modo, la jurisprudencia superior se hace cargo de una generalizada posicin doctrinal
favorable a la indemnizacin del dao moral en sede contractual.412
El derecho privado es un sistema abierto, donde los conceptos son instrumentos para dar forma a las exigencias de justicia y eficiencia que plantea la vida de relacin. En ese marco, pareciera que el propsito subyacente
de la jurisprudencia es atender, a la vez, a la lgica del contrato (que establece un horizonte limitado a las consecuencias por las cuales el deudor puede
ser hecho responsable) y de justicia conmutativa o correctiva (que ordena
reparar los daos que surgen de un incumplimiento contractual).
b) La tendencia jurisprudencial al reconocimiento de que puede ser indemnizado el dao moral que se sigue del incumplimiento de un contrato
debe tenerse por asentada.413 Con todo, una vez que se acepta que el dao
409 En este sentido, Tomasello 1969 157 y Rojas 2002 143. Algunas sentencias han concluido tambin que el artculo 1556 no prohbe la compensacin del dao moral: CS,
20.10.1994, RDJ, t. XCI, sec. 1, 100; Corte de Santiago, 28.10.1999, GJ 232, 195; Corte de
Concepcin, 20.5.2002, GJ 268, 93; Corte de Santiago, 2.7.2002, GJ 265, 85; y Corte de Concepcin, 28.8.2002, GJ 266, 210.
410 CS, 5.11.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 234, tambin publicado en GJ 257, 39, agrega
como argumento que el concepto de dao emergente que emplea el artculo 1556 del Cdigo Civil comprende no slo el dao pecuniario, sino tambin el moral, tesis que slo puede entenderse como una interpretacin de lege ferenda de una norma que histricamente
tiene un sentido patrimonial inequvoco. En verdad estas sentencias tienen la virtud de desestimar uno de los principales argumentos para negar la reparacin de este dao en sede
contractual, esto es, el texto del artculo 1556 (vase comentario de R. Domnguez . y R.
Domnguez B. a CS, 20.10.1994, rol N 18.647, en Rev. Concepcin 196, 1994 155).
411 CS, 20.10.1994, RDJ, t. XCI, sec. 1, 100, comentado por R. Domnguez . y R. Domnguez B. en Rev. Concepcin 196, 1994, 155.
412 Fueyo 1991 375 y Ramos 2004 243, entre las obras generales; los exhaustivos estudios monogrficos de Tomasello 1969 y C. Domnguez 2000 (partes II y III); los artculos y
comentarios de sentencias de Illanes 1994, R. Domnguez . y R. Domnguez B. en Rev.
Concepcin 196, 1994 155, R. Domnguez . en Rev. Concepcin 209, 2001, 233 y Jana/
Tapia 2004 N 11 (que analizan profundamente los razonamientos del fallo referido); y las
memorias de N. Rodrguez, J. G. Palma y C. Aedo, referidas en Rojas 2002 129.
413 En especial luego del fallo antes referido, relativo a un errneo examen que daba
por establecido la tenencia del virus del sida (CS, 5.11.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 234 tambin publicado en GJ 257, 39, comentada por R. Domnguez . en Rev. Concepcin 209, 2001,
233, y Jana/Tapia 2004). En un sentido contrario, en el perodo inmediatamente anterior,
pueden citarse los siguientes fallos que rechazan la reparacin del dao moral en materia
contractual: Corte de Concepcin, 19.1.1990, confirmado por CS [cas. fondo], 27.8.1990, GJ
122, 31, fundado en el texto del artculo 1556 del Cdigo Civil; Corte de Santiago, 25.9.1996,
RDJ, t. XCIII, sec. 2, 115; Corte de Santiago, 8.12.1999, rol N 5303-1996; y CS, 3.1.2000, RDJ,
t. XCVII, sec. 1, 1. Tarda y aisladamente, Corte de Santiago, 26.10.2004, GJ 292, 17.
342
DAO
343
cios mdicos.417 En algunos contratos se tiende a reconocer una obligacin implcita de resultado, como puede ser llevar sano y salvo al pasajero
al destino, que el trabajador no sufra un accidente predecible, que el enfermo no adquiera una enfermedad intrahospitalaria. Pero tambin pueden surgir daos morales indemnizables en el marco de obligaciones de
medios, como es el caso tpico de los contratos de servicios mdicos.418
Por el contrario, los contratos netamente comerciales (o, ms precisamente,
de contenido puramente patrimonial) tienen por naturaleza una mera funcin de intercambio de bienes y servicios. Por eso, resulta ajeno a la naturaleza y a los riesgos tenidos en vista por las partes al tiempo de contratar,
que el incumplimiento tenga consecuencias extrapatrimoniales.
c) Estas consideraciones permiten explicar por qu algunos fallos nacionales recientes aceptan la indemnizacin del dao moral en materia
contractual y otros la rechazan categricamente.419 En definitiva, la pregunta pertinente no es si procede en trminos absolutos la indemnizacin
del dao moral por incumplimiento contractual, sino si la lesin de intereses extrapatrimoniales pertenece al tipo de riesgos que el deudor asumi expresamente o en razn de la naturaleza del contrato. Superar esa
barrera del dao previsible, que afectara severamente la institucin del
contrato, cuyo objeto es precisamente definir un mbito conocido de ries417 Sobre estas obligaciones de seguridad, accesorias al contrato de transporte, que dan
origen a la reparacin de daos morales en el derecho francs, Chabas 2000 b N 70, Viney/Jourdain 1998 398; en el derecho chileno, Pizarro 2003 b 166; en el derecho alemn
fueron concebidas como obligaciones complementarias, que podan dar lugar a incumplimiento contractual (positive Vertragsverletzungen), entre las cuales la jurisprudencia incluy
los deberes de proteccin o seguridad respecto de la contraparte (Palandt/Heinrichs 275
11); el desarrollo jurisprudencial se ha materializado en la reciente reforma al derecho de
obligaciones, que establece como categora central del derecho de contratos el concepto
de infraccion de un deber que nace de la relacin obligatoria (BGB, 280 I), con lo que
se alude a las obligaciones principales y complementarias y a las explcitas e implcitas.
418 Asumir que algunos contratos suponen naturalmente obligaciones de seguridad, que
se entienden incorporadas implcitamente (transporte, hotelera, cuidado de menores, por
ejemplo) no significa que el obligado adquiere con ello una obligacin de garanta respecto de la contraparte; las obligaciones de seguridad dan lugar a obligaciones de medio o
resultado, segn sea la naturaleza del deber que envuelven (Carbonnier 2000 521).
419 As, por ejemplo, al analizar un contrato de representacin para la venta de armas en
el extranjero en que se demand el dao moral proveniente del incumplimiento del pago de
comisiones del representante; la Corte Suprema concluy que el acreedor enfrentaba el simple resultado de una situacin de negocios, esencialmente incierta y eventual (CS, 3.1.2000,
RDJ, t. XCVII, sec. 1, 1, con comentario de R. Domnguez . en Rev. Concepcin 207, 2000,
173). En todo caso, aunque hubiese sido previsible un dao de esta naturaleza, es necesario
que el incumplimiento contractual haya originado un perjuicio de una cierta entidad para
dar lugar a la reparacin. Por ello, la decepcin de un comprador a quien no fue entregada
la cosa a tiempo no puede dar lugar a reparacin por ser un perjuicio moral exorbitante al
mbito de riesgos propio del contrato y que debe ser soportado por el acreedor, quien dispone de las acciones indemnizatorias por el dao patrimonial sufrido (sin perjuicio de las clusulas penales que vlidamente pueden pactarse por el retraso).
344
DAO
345
reserva, que invoca el sentido prudencial del juzgador, todo indica que
los perjuicios sufridos hasta la muerte de la vctima directa son un crdito que se adquiere por transmisin y los posteriores dan lugar propiamente a dao reflejo.422
b) El mayor problema jurdico que presenta el dao reflejo es el establecimiento de sus lmites: qu intereses de las vctimas mediatas son protegidos por el derecho?; quines son titulares de la accin?; cmo
concurren los daos reflejos con los sufridos por la vctima directa? stas
son esencialmente cuestiones normativas que plantean difciles preguntas
prcticas, lo que explica que no haya otra materia en el derecho de la
responsabilidad civil donde las respuestas del derecho comparado sean
ms dismiles.
b. Dao patrimonial reflejo
226. Dao patrimonial reflejo en caso de que la vctima directa sobreviva.
a) Si la vctima directa del dao corporal sobrevive al accidente, la reparacin de los daos patrimoniales (gastos mdicos, prdida de ingresos) debe
colocarla en condiciones de hacer frente a cualesquiera cargas y obligaciones, como si no hubiese ocurrido el dao corporal.423
En consecuencia, quienes reciban apoyo econmico de la vctima inmediata no disponen de accin para demandar la reparacin de perjuicios
patrimoniales por repercusin, porque ya ha sido indemnizada la vctima
directa.424 En consecuencia, ese dao debe ser tenido por personal de la
vctima directa y no por reflejo de quienes reciben sustento de aqulla.
b) Una situacin particular podra producirse cuando personas cercanas asumen la carga de cuidar gratuitamente a la vctima incapacitada; sin
embargo, todo indica que en este caso el perjuicio directo es sufrido por
la propia vctima, quien soporta el dao emergente equivalente a los costos de ese cuidado, y que debe ser valorado aunque sea gratuitamente
prestado por quienes le son ms cercanos (supra N 185).
Por otro lado, surge tambin la posibilidad de que personas prximas
a la vctima directa (cnyuge, hijos) sufran la prdida de la ayuda que esta
les prestaba en la realizacin de un trabajo o de una actividad profesional;425 sin embargo, tambin en este caso es necesario precisar si el reconocimiento a la vctima directa de una suma por concepto de lucro cesante
no compens suficientemente esa prdida, pues puede presumirse que
ese dinero ser utilizado por el crculo familiar.
c) Discutible, aunque por diferentes razones, es la situacin de los empleadores y socios que pierden un colaborador irremplazable y esencial o de
422
423
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426 Este es el camino adoptado desde antiguo por la jurisprudencia francesa, en un caso
relativo a las prdidas que provoc a un empresario lrico el accidente de un conocido tenor (cass. civ., 14.11.1958, Gaz. Pal. 1959 I, 31, referido en Ranieri 1999 199).
427 Viney/Jourdain 1998 135, a pesar de un antiguo precedente que dio lugar a la indemnizacin sufrida por un club de ftbol profesional por las prdidas sufridas a causa de
un accidente de trnsito sufrido por un valioso futbolista; para el derecho alemn, Palandt/
Heinrichs 249 109; en el common law no existe accin por muerte o lesiones a un tercero
segn un antiguo precedente en cuya virtud en un tribunal civil no se puede alegar como
dao la muerte de otra persona (Baker v. Bolton, 1 Camp. 493, 170 ER 1033, 1808), de modo
que las acciones son reconocidas por estatutos legales especiales referidos bsicamente a
personas que dependan familiarmente de la vctima directa (Epstein 1999 453, Jones 2002
704). Desde una perspectiva comparada, Von Bar 1996 II 195, Ranieri 1999 155.
428 En el derecho norteamericano una preocupacin importante es evitar que por
la va de dos acciones distintas se indemnice doblemente un mismo perjuicio (Epstein
1999 458).
429 Incluso en un derecho como el alemn, ms bien reacio a la concesin de acciones
a las vctimas por repercusin, la procedencia de la reparacin de este dao emergente a
los prximos de la vctima directa resulta indiscutible (Deutsch/Ahrens 2002 200).
347
ma directa con el tercero. Algunos sistemas jurdicos establecen como condicin para la reparacin del lucro cesante reflejo la existencia de una
obligacin legal alimentaria en favor de la vctima por repercusin, que estuviera vigente y exigible a la poca de la muerte, de modo que se ve interrumpida por el accidente.430 En otros sistemas jurdicos se ha extendido
esta reparacin a personas que carecan de un derecho legal alimentario,
pero que de hecho reciban peridicamente esas sumas de parte de la vctima directa. Bajo la condicin de que los hechos acrediten la razonable
expectativa de que esos terceros habran seguido recibiendo ese apoyo
econmico en el futuro, se entiende que la asistencia econmica regular
debe considerarse como una situacin jurdica digna de proteccin;431 de
este modo, quedan protegidos los intereses serios del conviviente y de parientes de hecho.432
c) En el derecho chileno, como se seal, algunas leyes sociales reconocen derechos al conviviente de la vctima. Tambin se ha llegado a reconocer como legtimo desde el punto de vista civil, al menos bajo circunstancias
ordinarias, el inters del conviviente a obtener reparacin (supra N 144).
A su vez, la jurisprudencia ha otorgado desde antiguo indemnizacin por
perjuicios reflejos sufridos por personas que carecan de un derecho legal
de alimentos, pero que tenan la seria expectativa de recibir apoyo econmico en el futuro (aunque ese fin se cumpla con frecuencia utilizando la
criticada tcnica de incorporar el dao patrimonial en una suma global
reconocida a ttulo de dao moral).433
228. Avaluacin del dao patrimonial reflejo. a) El dao emergente sufrido
por el tercero no plantea otras preguntas que las de causalidad (esto es,
referidas a si los gastos o prdidas pueden ser objetivamente atribuidos a
las lesiones o a la muerte de la vctima directa).434 Su avaluacin se rige, en
consecuencia, por las reglas generales de valoracin de ese tipo de dao.
As, por ejemplo en Alemania (BGB, 844 II; Deutsch/Ahrens 2002 200) y Estados
Unidos (Prosser/Keeton et al. 1984 907).
431 Carbonnier 2000 383, Viney/Jourdain 1998 132.
432 As en Inglaterra (Jones 2002 704) y en Espaa (Lacruz et al. 1995 483); segn el
reciente Cdigo holands de obligaciones, la reparacin se extiende al dao patrimonial
sufrido por el conviviente que viva con el demandante, que tena una relacin familiar
de hecho, dependa total o sustancialmente de lo que el fallecido provea, pudiendo esperarse que as tambin sucedera en el futuro, y que no pueda sustentarse razonablemente por s mismo (Cd. hol., 6.108. 1c). ste es tambin el caso del derecho francs
(Viney/Jourdain 1998 130). La resolucin 75/7 del Consejo de Europa adopta el mismo
criterio (artculo 15).
433 CS, 9.9.1946, RDJ, t. XLIV, sec. 1, 130, que concedi indemnizacin del dao material por la muerte de un hijo ilegtimo que proporcionaba ayuda pecuniaria al actor; y CS,
4.8.1933, RDJ, t. XXX, sec. 1, 524, en un caso semejante. Entre los fallos ms recientes puede verse Corte de Santiago, 30.12.1999, GJ 234, 203, que indemniza el lucro cesante sufrido
por una duea de casa sostenida por su marido, quien falleci en un accidente laboral.
434 Infra N 252.
430
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proceda su compensacin, los criterios que deben utilizarse para valorarlo, la manera de resolver la concurrencia de pretensiones indemnizatorias
de diversos actores, el grado de independencia de esta accin frente a las
acciones que puedan corresponder (o haber correspondido) a la vctima
directa. A su vez, estas cuestiones suelen plantearse de manera diferente
respecto del dao afectivo que se sigue de la muerte de la vctima directa
que respecto del que se sufre a consecuencia de sus graves lesiones.
b) Sin perjuicio de los argumentos generales para discutir la reparacin
de cualquier dao moral (supra N 191), en el caso del perjuicio afectivo ha
sido planteada la discutible moralidad de llevar a un valor econmico los
sentimientos hacia las personas ms prximas.437 Ello hace que la funcin
del juez al apreciarlo sea particularmente delicada: si concede una suma
elevada, arriesga que la censurada comercializacin devenga realidad; y si,
en cambio, concede una suma exigua, contradice los principios de proporcionalidad en la valoracin de los sentimientos humanos.438
Desde el punto de vista activo, podra decirse que estas acciones mantienen vivo el antiguo principio de que la reparacin pacifica a la familia
de la vctima, cumple la funcin ancestral de apaciguar las culpas y neutralizar el resentimiento y la venganza.439 Pero esta justificacin parece discutible si se atiende a la funcin compensatoria de la indemnizacin del
dao moral (supra N 197), a la objetivacin de la culpa, que cesa de ser
un reproche a la persona del responsable (supra N 43), y, particularmente, a las hiptesis de responsabilidad estricta, en que la culpa ha dejado de
ser siquiera condicin de la responsabilidad civil.
En verdad, la crtica actualmente ms pertinente a la asignacin de un
precio al duelo radica en los criterios de avaluacin del dao, ms que en
el hecho de que se conceda una compensacin. Pero, como ocurre con
todo dao moral, la dificultad de apreciarlo y de establecer sus lmites no
es razn para excluir a priori su compensacin; ms an si tambin hay
razones preventivas en ese sentido.440
c) Del dao moral reflejo propiamente tal, que consiste en el perjuicio
afectivo y en las cargas personales de cuidado que supone un accidente
sufrido por una persona prxima, debe ser distinguido el shock nervioso
que se sigue de un accidente. En verdad, este es un dao directo, pues se
traduce en una patologa psicolgica, mdicamente diagnosticable, a consecuencia del accidente.
Tambin en este caso se plantean problemas acerca de los lmites, porque alguna cercana debe haber entre la vctima del accidente y quien
sufre el shock para que este dao sea objetivamente atribuible al hecho
inicial del demandado. El tema pertenece tpicamente a la causalidad, por
lo que ser brevemente analizado en ese captulo (infra N 267).
437 En este sentido, Ripert 1948 1, Esmein 1954 113; en el derecho chileno, J.P. Vergara 2000 68.
438 Viney/Jourdain 1998 47.
439 Carbonnier 2000 385.
440 Posner 1992 191, Ktz 1991 194.
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d) Aceptado que no hay inconveniente legal ni de principio para indemnizar el perjuicio afectivo, surge la pregunta adicional por la intensidad que debe presentar para que sea indemnizable.
Algunos sistemas jurdicos restringen la indemnizacin a las patologas
de carcter clnico, que puedan ser calificadas como dao psiquitrico, al
que se ha hecho referencia en el subprrafo anterior, y no como dao
puramente emocional;441 de este modo, queda excluida la compensacin
del dao puramente afectivo y solo se indemniza el shock nervioso.442 Por
el contrario, esta limitacin suele no operar en los sistemas jurdicos donde el dao ha sido definido por la jurisprudencia a partir de una clusula
general, que se entiende comprensiva de cualquier tipo de perjuicio, como
es el caso del derecho chileno (artculos 2314 y 2329) y, en general, en los
pases romnicos (supra N 193).
El derecho comparado tiende al reconocimiento de la indemnizacin
del dao moral por la muerte de personas especialmente cercanas; la prueba del perjuicio afectivo suele ser mucho ms exigente en caso de meras
lesiones.443 Los criterios jurdicos de limitacin del dao indemnizable estn dados por los requisitos de significacin del dao (slo el perjuicio
afectivo significativo es indemnizable) y de causalidad (la relacin remota
de la vctima principal con la refleja hace que el dao sea indirecto). En
todo sistema jurdico es tarea de los tribunales ir paulatinamente definiendo los requisitos que en concreto deben darse para que el dao afectivo
pueda ser tenido, respectivamente, por relevante y por directo.
e) En el derecho chileno existe un amplio reconocimiento de la reparabilidad del perjuicio afectivo que se sigue de la muerte de una persona muy
cercana. El fallo que tradicionalmente ha sido tenido por lder en materia
de indemnizacin de dao moral se refiere precisamente al dolor causado
por la muerte de un hijo menor444 (supra N 194).
441 Von Bar 1996 II 79; expresamente asume este dao el nuevo Cdigo holands, que
no acepta la reparacin del dao moral reflejo (Cd. hol., 6.106 y 6.107).
442 Es el caso del derecho alemn, incluso despus de la reforma de 2002 (BGB, 253
II y 823); sobre la doctrina tradicional en la materia, Ktz 1991 22 y ms recientemente
Medicus 2002 310; lo mismo rige en los derechos escandinavos (Von Bar 1996 II 189) y en
el derecho ingls (Cane/Atiyah 1999 69) y derecho norteamericano, aunque leyes especiales tienden a reconocer dao moral por muerte (Prosser/Keeton et al. 1984 940, Abraham
2002 218, Epstein 1999 275 y 455). En Inglaterra, la Cmara de los Lores ha estimado que
la vctima secundaria debe cumplir dos condiciones para tener xito en su accin indemnizatoria: debe haber sufrido un dao psiquitrico que sea consecuencia de la muerte que ha
presenciado y debe tener un particular vnculo de amor o de afecto con la vctima (Jones
2002 167); la ley, sin embargo, reconoce a los parientes ms cercanos de la vctima de muerte
una suma de 10.000, por concepto de bereavement (Jones 2002 704). Una especial calificacin de la relacin que produce dao afectivo (lazos particulares de afecto con la vctima
al momento del deceso, adems de una relacin conyugal o en primer grado de consanguinidad) contiene la resolucin 75/7 del Consejo de Europa (artculo 19).
443 Von Bar 1996 II 76.
444 CS, 16.12.1922, RDJ, t. XXI, sec. 1, 1053.
351
Ms exigente ha sido tradicionalmente la reparacin del perjuicio afectivo que se sigue de lesiones corporales a la vctima directa. En estos casos, la
reparacin del dao moral que pretenden los terceros concurre con la accin personal de la vctima. As se explica la tendencia a exigir, en la prctica, requisitos adicionales respecto de la intensidad del dolor y de la carga
emocional, como en cuanto a la prueba de su efectiva materializacin.
230. Perjuicio de afeccin si la vctima directa sobrevive. a) El derecho
civil ha sido tradicionalmente reacio a conceder compensacin de los perjuicios afectivos si la vctima directa resulta lesionada, pero sobrevive al
accidente.445 Se trata, esencialmente, de los sufrimientos afectivos provenientes de la contemplacin de los padecimientos, del deterioro fsico y
de la dificultad para sobrellevar las discapacidades sufridas por una persona especialmente cercana.
b) Aunque en principio se acepte indemnizar el dao moral reflejo, hay
distintas rdenes de razones para esa reticencia en el caso del perjuicio afectivo que se sigue de lesiones ajenas. Ante todo, hay una diferencia cualitativa
entre estos sufrimientos psquicos y aquellos que pueden sentirse en caso de
muerte de la vctima directa. Enseguida, en este caso se produce una concurrencia de acciones de la vctima directa y de quienes alegan perjuicio afectivo, que, esencialmente, reparan el mismo dao (el sufrimiento propio de la
vctima y de su entorno familiar ms cercano). Adicionalmente, en estos
casos resulta difcil discriminar cules sufrimientos morales son significativos
a efectos de su indemnizacin: se trata de cualquier sufrimiento o de aquellos que se relacionan con la convivencia diaria con una persona incapacitada a consecuencia del accidente? Finalmente, el perjuicio afectivo es aun
ms difcil de medir que el dao moral directo, porque no existe respecto
de la vctima refleja el patrn de intensidad del dolor fsico y porque su
grado depende no slo de la mayor o menor empata, sino muy especialmente de la cercana cotidiana con la vctima directa.
Por eso, la concesin de una compensacin por estos daos reflejos
suele proceder nicamente cuando los sufrimientos morales de la vctima
por repercusin alcanzan una gravedad excepcional, que supere la simple pena de ver sufrir a un ser querido.446
445
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DAO
c) Superado el problema de su procedencia, los daos puramente afectivos plantean la cuestin de determinar los titulares de la accin: la lesin
corporal de una persona puede producir afliccin en un amplio espectro
de familiares y amigos. Aunque no existen reglas uniformes, la tendencia
comparada es ms bien a restringir el mbito de los titulares de esta accin al crculo ms cercano de la vctima, que sufren cotidianamente los
padecimientos del ser querido y que, a la vez, contribuyen a su superacin;
aunque es una cuestin de hecho que debe probarse, usualmente la accin queda limitada a los padres respecto del hijo y viceversa, y al cnyuge,
bajo el supuesto de que convivan y cuiden de la vctima directa.447
d) Aunque no se han desarrollado criterios jurisprudenciales explcitos, del anlisis de la jurisprudencia se infiere que en el derecho chileno las
indemnizaciones han sido reconocidas especialmente en dos grupos de
casos. Ante todo, cuando la vctima directa resulta gravemente lesionada
y existe razn para pensar que el sufrimiento ser soportado por el tercero con quien aqulla est ntimamente relacionada.448 Asimismo se han
reconocido indemnizaciones a los padres cuyos hijos han sido vctimas
de delitos sexuales (tanto en casos en que los padres han actuado invocando un inters propio en vez de actuar en representacin del menor,
como en casos en que demandan conjuntamente con el menor).449
de la vctima que, en razn de un atentado a la integridad fsica o mental de esta, padezcan
sufrimientos psquicos, no pueden obtener una reparacin de este perjuicio sino en presencia de sufrimientos de un carcter excepcional.
447 Como en otras materias, en este aspecto el derecho francs parece ser excepcionalmente laxo (Viney/Jourdain 1998 140).
448 Corte de Santiago, 25.5.1945, confirmada por la CS [cas. fondo], 13.6.1946, RDJ,
t. XLIII, sec. 1, 495, en que se concedi indemnizacin a los padres de una menor por
la amargura de verla invlida para toda la vida; Corte de San Miguel, 8.8.1989, RDJ, t.
LXXXVI, sec. 4, 73, que concede indemnizacin por el dao moral sufrido por el cnyuge de una vctima de un atropello que le produjo lesiones graves que necesitaron tratamiento y curaciones; CS, 16.11.1998, F. del M. 480, 2334, que otorg una indemnizacin
de $ 6 millones por heridas sufridas por el hijo menor de la demandante (no hay constancia de que haya demandado el hijo), aunque rechaza la indemnizacin del dao moral sufrido por la demandante por la muerte del padre natural de su hijo porque no
existe vnculo alguno entre ella y el occiso; Corte de Copiap, 6.8.1999, GJ 234, 95, publicada tambin en F. del M. 493, 2822, en un caso similar al anterior; Corte de Santiago, 17.4.2002, GJ 262, 81, que concedi una indemnizacin de $ 40 millones por los
sufrimientos de una mujer producidos por la contemplacin de las gravsimas lesiones
permanentes que sufri su cnyuge a causa del accidente de un helicptero; Corte de
Santiago, 1.7.2003, GJ 277, 149, que otorga $ 50 millones como suma global para la madre y el hijo que recibi un disparo en su pecho, resultando prcticamente invlido; Corte
de Santiago, 2.10.2003, GJ 280, 138, que indemniz el dao moral sufrido por el cnyuge de una mujer a quien errneamente se le diagnostic el virus del sida.
449 CS, 27.1.1998, GJ 211, 57, que otorga $ 12 millones como suma global al padre y a
un menor que fue vctima de una violacin sodomtica; CS, 2.12.1998, F. del M. 481, 2737,
que otorga $ 500 mil al padre de la vctima de abusos deshonestos; CS, 7.10.1999, F. del M.
491, 2332, en que se reconocen $ 4 millones en conjunto a la nia vctima de abusos des-
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Es tambin la conclusin de Rubio 2005 N 63. Pueden consultarse, entre las innumerables sentencias publicadas, las siguientes:
Por muerte del cnyuge: Corte de Santiago, 6.7.1925, confirmada por la CS [cas. fondo], 14.4.1928, RDJ, t. XXVI, sec. 1, 141; Corte de Valparaso, 10.8.1998, F. del M. 478,
1795; Corte de Valparaso, 22.5.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 25.9.2001, F. del M.
502, 2784; y CS, 29.1.2002, GJ 259, 17, publicada tambin en F. del M. 498, 660.
Por muerte del hijo: CS, 16.12.1922, RDJ, t. XXI, sec. 1, 1053, en el fallo que generalmente
es aceptado como el caso lder en materia de indemnizacin del dao moral; CS, 18.12.1926,
RDJ, t. XXIV, sec. 1, 567; CS, 3.7.1930, RDJ, t. XXVIII, sec. 1, 117; CS, 3.8.1932, RDJ, t. XXIX,
sec. 1, 549; Corte de Santiago, 13.4.1939, confirmada por la CS [cas. fondo], 3.8.1940, RDJ,
t. XXXVIII, sec. 1, 239; Corte de Santiago, 26.5.1944, RDJ, t., XLI, sec. 2, 41; Corte de Santiago, 9.1.1946, RDJ, t. XLIV, sec. 2, 4; Corte de Temuco, 25.6.1963, RDJ, t. LX, sec. 4, 290; CS,
28.6.1966, RDJ, t. LXIII, sec. 1, 234; CS, 22.4.1998, GJ 214, 115, publicado tambin en F. del M.
473, 342; Corte de Talca, 21.10.1998, confirmada por la CS [cas. fondo], 28.1.1999, RDJ, t. XCVI,
sec. 4, 71; Corte de Santiago, 9.6.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 46; Corte de Talca, 3.6.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 19.12.2000, GJ 246, 122, publicada tambin en F. del M. 505, 4813;
Corte de Concepcin, 3.4.2001, GJ 261, 80; CS, 13.9.2001, GJ 255, 113, publicada tambin en F.
del M. 502, 2752; Corte de Santiago, 14.1.2002, confirmada por la CS [cas. fondo], 7.1.2003, GJ
271, 96; Corte de Santiago, 23.9.2003, GJ 279, 121; y Corte de Concepcin, 25.10.2005, rol N 7372005, confirmada por CS [cas. fondo], 5.6.2006, rol N 6118-2005.
Por muerte del hijo y del cnyuge: Corte de Santiago, 16.9.1931, confirmada por la CS
[cas. forma y fondo] 14.3.1933 y 16.12.1933, RDJ, t. XXXI, sec. 1, 144; CS, 13.4.1999, F. del
M. 485, 302; y Corte de Concepcin, 23.8.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 199.
Por muerte del padre y cnyuge: CS, 24.10.1968, RDJ, t. LXV, sec. 4, 293; Corte de Valparaso, 27.4.1998, GJ 214, 93; Corte de Santiago, 26.9.2000, GJ 243, 83; Corte de Valparaso, 17.4.2002, GJ 265, 141; Corte de Copiap, 28.6.2002, GJ 268, 133; y Corte de Santiago,
30.5.2003, GJ 275, 97.
Por muerte de uno o ambos padres: CS, 28.12.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 4, 235; CS,
15.12.1983, RDJ, t. LXXX, sec. 1, 128; CS, 11.4.1995, F. del M. 437, 210, caso en que los
hijos de la vctima tienen tres y seis meses de edad, respectivamente; CS, 7.10.1999, F. del
M. 491, 2332; y CS, 21.8.2002, F. del M. 501, 2022.
Por muerte de un hermano o hermana: Corte de Santiago, 22.5.1991, GJ 131, 92; Corte
de Concepcin, 7.8.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 29.11.2000, GJ 245, 132, publi-
355
caso de muerte del ofendido y cuando ste no puede ejercer sus derechos;
a tal efecto concede accin: i) al cnyuge y a los hijos, ii) a los ascendientes, iii) al conviviente, iv) a los hermanos y v) al adoptante y al adoptado,
entendiendo que entre los diversos grupos existe un orden de prelacin,
de manera que las personas pertenecientes a una categora excluyen a las
de las categoras siguientes (artculo 59 II en relacin con artculo 108).
Despejada la pregunta acerca de la legitimidad del inters indemnizatorio del conviviente (supra N 144), tambin se reconoce accin a quienes no tienen relaciones fundadas en matrimonio o carecen de parentesco
legalmente establecido, si prueban una relacin de hecho de la que se
pueda inferir un perjuicio afectivo serio.455
b) Concurrencia de pretensiones indemnizatorias. El enfoque jurisprudencial en concreto para determinar quines pueden tener derecho a compensacin por el perjuicio afectivo es especialmente relevante al momento
de dirimir la concurrencia de pretensiones indemnizatorias de diversas personas, que tienen vnculos de distinta naturaleza con la vctima directa. En
verdad, la determinacin de quines tienen derecho a reclamar indemnizacin por la muerte de otra persona envuelve una opcin respecto de
quienes se posponen, como se ha visto en el subprrafo anterior.
La pregunta no puede ser contestada mecnicamente, sobre la base de
asumir que cada cual que sufre un perjuicio personal debe ser indemnizado, con las solas exigencias de que sea cierto y relevante.456 Lo cierto es
cada tambin en F. del M. 504, 4202; Corte de Iquique, 15.11.2000, confirmada por la CS
[cas. fondo], 4.4.2001, GJ 250, 151; y Corte de Concepcin, 25.10.2005, rol N 737-2005,
confirmada por CS [cas. fondo], 5.6.2006, rol N 6118-2005.
Por muerte de un nieto: CS, 19.10.1981, F. del M., 275, 480.
Por muerte de un hermano natural: Corte de Santiago, 26.12.1983, RDJ, t. LXXX,
sec. 4, 151.
Por ejemplo, CS, 15.12.1983, RDJ, t. LXXX, sec. 1, 128, donde se resuelve que el
dao moral causado por el sufrimiento de la vctima inmediata, puede ser demandado por
terceros aun cuando no sean sus herederos o parientes; Corte de Santiago, 26.6.1945, G. de
los T., 1945, 1er sem., N 45, 232, que resuelve la muerte de una mujer con quien el demandante se encontraba unido slo por matrimonio religioso; para el caso de la conviviente,
supra N 144; vase tambin CS, 16.4.1998, F. del M. 473, 301 y Corte de Concepcin,
19.8.2003, confirmada por la CS [cas. fondo], 24.12.2003, GJ 282, 61. Por el contrario, alguna jurisprudencia ha rechazado la indemnizacin demandada por la concubina a raz de
la muerte de su pareja sobre la base de la inexistencia de parentesco entre ambos (Corte
de Concepcin, 20.5.2002, GJ 270, 160).
456 Al respecto se podra argumentar, por ejemplo, que el artculo 2329 ordena indemnizar todo dao que haya sufrido cualquiera vctima, de modo que si stas son numerosas,
como puede ocurrir en el caso de una familia extensa, cada una tendra derecho a ttulo
personal a una indemnizacin total del perjuicio sufrido. Esa lnea de argumentacin es
contradictoria con la reticencia que el Cdigo Civil mostr respecto de la indemnizacin
del dao moral y extrapola una norma, que tiene por funcin establecer una presuncin
de responsabilidad, hacia una doctrina acerca de la extensin del dao.
455
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a menos que haya prueba en contrario.466 Todo indica que a medida que
el parentesco se distancia del primer grado, la prueba de la relacin afectiva y existencial del demandante con la vctima directa debe sostenerse en
hechos y no en presunciones que se siguen de la mera relacin de parentesco. En el caso de la relacin conyugal, resulta determinante para construir la presuncin que est acompaada de una convivencia efectiva. En
los dems casos, los problemas probatorios del dao afectivo son los que
han sido analizados en general respecto del dao moral (supra 24 d).
d) Avaluacin del perjuicio afectivo. En la avaluacin del dao afectivo
se plantean las dificultades generales de avaluacin del dao moral, que
han sido analizadas con detalle al tratar en general de los daos no patrimoniales (supra 24 d): la subjetividad de la avaluacin, el carcter punitivo de la indemnizacin (que se muestra en la consideracin de la fortuna
del obligado y de la gravedad de la culpa) y la ausencia de criterios formales o informales que permitan una comparacin objetiva de las sumas asignadas a ttulo de indemnizacin.467
A estas dificultades se agrega, en el caso del perjuicio que se sigue de la
muerte de una persona, que la indemnizacin del dao moral tambin suele
cumplir, en la prctica, una funcin compensatoria de los perjuicios patrimoniales de la vctima de repercusin, en la medida que su valoracin da amplia
libertad al juez, de conformidad con las prcticas vigentes, mientras la prueba
del lucro cesante es sometida a fuertes exigencias probatorias (supra N 170).
En consecuencia, no es fcil la comparacin mecnica de las indemnizaciones que la jurisprudencia reconoce por el perjuicio afectivo que se
sigue de la muerte de una persona. As y todo, resulta evidente que la
dispersin es comparable con la que se produce respecto del dao moral
por las lesiones corporales sufridas por la vctima directa (supra N 201).468
Para ejemplos en que el dao moral simplemente se asume del matrimonio o parentesco: CS, 14.4.1999, F. del M. 485, 503; CS, 16.3.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 4, 64, publicada tambin en F. del M. 496, 284; Corte de Concepcin, 7.8.2000, confirmada por la CS
[cas. fondo], 29.11.2000, GJ 245, 132, publicada tambin en F. del M. 504, 4202; Corte de
Santiago, 26.9.2000, GJ 243, 83; Corte de Iquique, 15.11.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 4.4.2001, GJ 250, 151; Corte de Santiago, 23.3.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 2, 24; CS,
13.9.2001, GJ 255, 113, publicada tambin en F. del M. 502, 2752; Corte de Santiago,
10.7.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 83; Corte de Santiago, 7.8.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 96;
Corte de Santiago, 1.12.2003, GJ 282, 222; y Corte de Concepcin, 19.8.2003, confirmada
por la CS [cas. fondo], 24.12.2003, GJ 282, 61. Incluso, se ha negado lugar a la demanda
precisamente porque no se acredit el parentesco que permitiera presumir el dao moral
(CS, 4.8.1998, RDJ, t. XCV, sec. 4, 120, publicado tambin en GJ 218, 96, y F. del M. 477,
1423; Corte de Concepcin, 20.5.2002, GJ 270, 160).
467 Una ordenacin de fallos en atencin a los criterios de valoracin del perjuicio afectivo en M. Letelier 1994 72.
468 As, la jurisprudencia publicada muestra, en un periodo de cinco aos (1998-2003), que
se han concedido indemnizaciones por el perjuicio de afeccin por las sumas que se indican:
Por muerte de hijo: CS, 13.9.2001, GJ 255, 113, publicada tambin en F. del M. 502, 2752,
$ 2 millones en homicidio en ria en zona rural; CS, 16.3.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 4, 64,
publicada tambin en F. del M. 496, 284, en una violacin y homicidio de un menor se con466
359
Cualesquiera sean las justificaciones concretas que en cada caso se sigan de los hechos de la causa (especialmente el bolsillo del demandado y
la gravedad de los hechos),469 las diferencias abismales entre las indemnizaciones concedidas en relaciones de parentesco semejantes son difcildena a tres de los cuatro demandados a pagar cada uno a ambos padres $ 2 millones y al
cuarto $ 3 millones; Corte de Concepcin, 3.4.2001, GJ 261, 80, $ 5 millones en accidente del
trnsito; Corte de Santiago, 11.11.1997, confirmada por CS [cas. fondo], 16.4.1998, F. del M.
473, 324, $ 5 millones para cada uno de los padres de una mujer fallecida en un accidente
del trnsito y $ 15 millones para su cnyuge y sus dos hijos, individualmente; Corte de Concepcin, 3.4.2001, confirmada por la CS [cas. fondo], 27.3.2002, GJ 261, 80, $ 5 millones para
los padres de un joven muerto en un accidente y la misma suma para la madre de otra vctima; Corte de Concepcin, 19.8.2003, confirmada por la CS [cas. fondo], 24.12.2003, GJ 282,
61, $ 5 millones para cada uno de los padres de un joven muerto por el disparo de un carabinero en una aglomeracin pblica, tambin se otorgaron $ 7 millones a su conviviente, $ 13
millones a su hija y $ 1 milln a cada uno de sus cinco hermanos; CS, 22.4.1998, GJ 214, 115,
publicado tambin en F. del M. 473, 342, $ 7 millones por muerte en un accidente del trnsito; Corte de Chilln, 10.8.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 24.10.2000, GJ 244, 98, publicada tambin en F. del M. 503, 3498, $ 10 millones por accidente del trabajo, otorgados a
todo el grupo familiar; CS, 6.6.2002, GJ 264, 166, publicada tambin en F. del M. 500, 1555,
$ 10 millones en accidente de trnsito, tambin se otorgaron $ 2 millones a cada uno de los
dos hermanos, adems se otorg $ 1 milln a la vctima de lesiones; Corte de Santiago,
10.7.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 83, $ 10 millones a ambos padres en un caso de muerte de
un recin nacido; Corte de Talca, 21.10.1998, confirmada por la CS [cas. fondo], 28.1.1999,
RDJ, t. XCVI, sec. 4, 71, $ 20 millones en un caso de negligencia mdica; CS, 23.12.2002,
F. del M. 505, 4452, $ 25 millones por la muerte de un hijo en un accidente de trnsito causado por exceso de velocidad; Corte de Santiago, 6.5.2002, GJ 263, 194, $ 26 millones para el
padre de un joven fallecido en un accidente del trabajo; Corte de Antofagasta, 15.12.2001, GJ
273, 95, $ 30 millones en un accidente del trnsito, otorgados a ambos padres como suma
global; Corte de Santiago, 14.1.2002, confirmada por la CS [cas. fondo], 7.1.2003, GJ 271, 96,
$ 30 millones en muerte por inmersin en piscina municipal, otorgados al padre demandante; Corte de Santiago, 1.12.2003, GJ 282, 222, $ 30 millones otorgados a ambos padres de un
joven asesinado; CS, 15.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 95, publicada tambin en F. del M. 485,
449, $ 40 millones otorgados a la madre de una mujer embarazada vctima de un homicidio;
Corte de Santiago, 23.9.2003, GJ 279, 121, $ 50 millones en un caso donde un carabinero
dispar en el crneo a un detenido que se encontraba esposado e inmovilizado; Corte de Talca, 3.6.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 19.12.2000, GJ 246, 122, publicada tambin en
F. del M. 505, 4813, $ 100 millones en violacin y homicidio de hija de cuatro aos de edad,
otorgados a ambos padres como suma global; y Corte de Concepcin, 25.10.2005, rol N 7372005, confirmada por CS [cas. fondo], 5.6.2006, rol N 6118-2005, $ 100 millones a cada uno
de los padres en accidente de trnsito ocurrido por el mal estado de un puente.
469 Especialmente relevante parece ser el primer criterio, como se muestra en que la
menor suma concedida ($ 500 mil por la muerte del padre) tiene por antecedente un homicidio cometido por un trabajador manual de ingresos limitados, como expresa la propia
sentencia (CS, 19.5.1999, F. del M. 486, 730); mientras que el mayor ($ 80 millones a la
cnyuge y $ 50 millones para cada una de las dos hijas) se origin en un accidente del trabajo del que se tuvo por culpable a la empresa demandada, a pesar de la expresa declaracin de culpa concurrente de la vctima (Corte de Valparaso, 27.4.1998, GJ 214, 93).
360
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mente compatibles con la idea de justicia correctiva, que atiende objetivamente a la gravedad del dao, y de justicia en sentido formal, que exige
que casos anlogos sean fallados de manera semejante. Lo dicho acerca de
la necesidad de compatibilizar una cierta objetivacin del parmetro de
Por muerte de cnyuge: CS, 13.4.1999, F. del M. 485, 302, $ 3 millones para la cnyuge y
$ 1 milln para cada uno de los tres hijos de vctima de accidente del trnsito; CS, 3.6.2002,
GJ 264, 114, $ 5 millones en homicidio, tambin se otorgaron $ 3 millones a vctima de lesiones del mismo hecho; Corte de Valparaso, 10.8.1998, F. del M. 478, 1795, $ 8 millones
para el cnyuge demandante en un caso de accidente del trnsito; Corte de Valparaso,
22.5.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 25.9.2001, F. del M. 502, 2784, $ 10 millones
para el cnyuge demandante en un caso de homicidio; CS, 29.1.2002, GJ 259, 17, publicada tambin en F. del M. 498, 660, $ 10 millones para cnyuge de vctima de una accidente;
Corte de Chilln, 10.8.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 24.10.2000, GJ 244, 98, publicada tambin en F. del M. 503, 3498, $ 10 millones como suma global para la cnyuge e
hijos de vctima de accidente del trabajo; Corte de Santiago, 11.11.1997, confirmada por
CS [cas. fondo], 16.4.1998, F. del M. 473, 324, $ 15 millones para su cnyuge y cada uno de
sus dos hijos y $ 5 millones para cada uno de los padres de una mujer fallecida en accidente del trnsito; Corte de Santiago, 30.12.1999, GJ 234, 203, $ 10 millones para la cnyuge e
hijo de una vctima de accidente del trabajo; Corte de Santiago, 26.9.2000, GJ 243, 83, $ 15
millones para hijos y cnyuge de mujer fallecida por negligencia de hospital, otorgados como
suma global; Corte de Santiago, 30.5.2003, GJ 275, 97, $ 20 millones para la cnyuge y $ 10
millones para cada uno de los tres hijos de una vctima de falta de servicio municipal; CS,
6.1.2002, GJ 271, 186, $ 30 millones en accidente del trabajo otorgados a la cnyuge e hijos; Corte de Copiap, 28.6.2002, GJ 268, 133, $ 30 millones en infeccin intrahospitalaria,
otorgados a cnyuge e hijos como suma global; CS, 14.4.1999, F. del M. 485, 503, $ 50 millones a cnyuge en accidente de trnsito, tambin se otorgaron $ 20 millones a cada uno
de los tres hijos y $ 70 millones a otro hijo que sufri lesiones en el accidente; Corte de San
Miguel, 3.4.2000, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 24.1.2001, GJ 247, 134, $ 30 millones para el cnyuge de la vctima de un accidente del trnsito causado por exceso de
velocidad e influencia alcohlica, y $ 30 millones para los hermanos de otra vctima, como
suma global para ambos; Corte de Antofagasta, 13.12.2002, GJ 270, 183, $ 50 millones para
la cnyuge y los dos hijos de un trabajador muerto en un accidente; Corte de Valparaso,
17.4.2002, GJ 265, 141, $ 80 millones como suma global para la cnyuge y los tres hijos de
una vctima de un accidente del trnsito causado por un conductor ebrio; Corte de Concepcin, 10.8.2000, confirmada por la CS [cas. forma y fondo], 24.1.2002, GJ 259, 38, $ 70
millones para el cnyuge y $ 40 millones para cada uno de los hijos, en un caso de responsabilidad de un hospital pblico; Corte de Valparaso, 27.4.1998, GJ 214, 93, $ 80 millones
para la cnyuge y $ 50 millones para cada una de las hijas de una vctima de un accidente;
Corte de Santiago, 7.8.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 96, 1.500 UF para cnyuge e hijos en
accidente laboral.
Por muerte de padre: CS, 19.5.1999, F. del M. 486, 730, $ 500 mil para el hijo de una vctima de homicidio; CS, 13.4.1999, F. del M. 485, 302, $ 1 milln para cada uno de los tres hijos
y $ 3 millones para la cnyuge de la vctima de un accidente del trnsito; Corte de Santiago,
11.11.1997, confirmada por CS [cas. fondo], 16.4.1998, F. del M. 473, 324, $ 15 millones para
cada uno de los dos hijos y el cnyuge, y $ 5 millones para cada uno de los padres de una
mujer fallecida en un accidente del trnsito; Corte de Santiago, 30.12.1999, GJ 234, 203, $ 10
millones para el hijo y la cnyuge de una vctima de un accidente del trabajo; Corte de Concepcin, 19.8.2003, confirmada por la CS [cas. fondo], 24.12.2003, GJ 282, 61, $ 13 millones
para la hija por disparo de un carabinero en aglomeracin pblica, tambin se otorgaron $ 7
361
362
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dolor que se siente por la muerte de animales queridos470 o los sufrimientos por la prdida de algunos bienes patrimoniales apreciados. Esta
tendencia, con todo, es muy minoritaria en el derecho comparado (con
mayor razn que respecto del dao reflejo propiamente tal). En el derecho chileno existen casos jurisprudenciales aislados en el mismo sentido.471 Esta expansin del perjuicio afectivo contradice el antiguo principio
Por muerte de conviviente: Corte de Concepcin, 19.8.2003, confirmada por la CS [cas.
fondo], 24.12.2003, GJ 282, 61, $ 7 millones por el disparo de un carabinero en una aglomeracin pblica, tambin se otorgaron $ 5 millones para cada uno de sus padres, $ 13 millones a su hija y $ 1 milln a cada uno de sus cinco hermanos; Corte de Santiago, 28.10.1999,
GJ 232, 195, $ 15 millones como suma nica para conviviente de vctima de un accidente
del trabajo y al hijo de ambos.
El estudio estadstico de P. Rubio 2005 respecto a las sentencias civiles condenatorias
ejecutoriadas por dao derivado de muerte entre 1986 y 2004 muestra una mediana estadstica de $ 6,26 millones (354,7 UF), pero con diferencias de 4 veces entre el percentil 25 y el 75
(3,34 millones y 13,6 millones, respectivamente); asimismo, muestra que las indemnizaciones
estn muy determinadas por el grado de cercana con la vctima, establecindose, por lo general, los valores ms altos en favor de los padres por la muerte de un hijo; en los percentiles
25 y 75 de la muestra, el padre recibe 300,5 UF y 1.336 UF, respectivamente; la madre, 302,3
UF y 1.231,7 UF; el cnyuge, 153,7 UF y 580,2 UF; y el hermano 59,1 UF y 335,9 UF.
470 Como ha ocurrido en el derecho francs, donde el animal es asimilado a un miembro de la familia! (Chabas 2000 b N 89), y se concede reparacin por la muerte de un
perro querido o incluso por el espectculo de presenciar una pelea con otro perro que termina por dejarlo tuerto; tambin Viney/Jourdain 1998 51.
471 En pocos casos se muestra con mayor nitidez la expansin descontrolada del concepto de dao moral que en las indemnizaciones reconocidas por daos a cosas corporales. As,
se ha resuelto el caso de una persona que sufri la destruccin de un vehculo que haba comprado con el fruto de toda una vida de trabajo; la sentencia orden indemnizarlo por la depresin, dolor y sufrimiento en que lo sumi dicha prdida (CS, 10.6.1969, RDJ, t. LXVI, sec.
1, 85). Tambin se ha concedido indemnizacin por el quiebre emocional causado a la vctima, no slo por las lesiones que sufri a raz de un accidente, sino por las prdidas materiales ocasionadas al vehculo que explotaba como medio de transporte de pasajeros, y que
constitua su fuente de trabajo (Corte de Santiago, 23.8.1990, GJ, 122, 68); ms justificadamente en razn del dolo que caracterizaba el hecho, se concedi indemnizacin por el dao
moral ocasionado por el embargo y posterior remate de ciertos bienes del demandante, en
un proceso iniciado en su contra con un ttulo falsificado (Corte de San Miguel, 13.6.1991,
RDJ, t. LXXXVIII, sec. 4, 72); y a los dueos de un predio que sufrieron una privacin parcial de su uso y goce a consecuencia de construcciones ejecutadas indebidamente por una
empresa constructora en el predio vecino, en la medida que el acto ilcito ha debido producir un sufrimiento de carcter sicolgico a los demandantes, que sabiendo que se estaba invadiendo su propiedad y reclamando siempre de ese acto, han pasado aos soportando este
detrimento en el uso y goce de su propiedad, hecho externo que necesariamente ha afectado la integridad fsica y moral de aquellos, donde pareciera que la indemnizacin tuvo por
objeto reparar las molestias sufridas personalmente por las vctimas, ms que la mera consternacin producida por la lesin del derecho de propiedad (Corte de Santiago, 10.11.1998,
RDJ, t. XCV, sec. 2, 78). En definitiva, los casos en que se han reconocido efectivamente daos morales por daos a las cosas son excepcionales.
363
de los juristas ms reflexivos, en orden a que el problema de la responsabilidad est en definir sus lmites.472
233. Independencia de la accin de la vctima por repercusin. a) Como
se ha expuesto, la accin que se concede a las vctimas por repercusin es
conceptualmente diversa de aquella que pueden ejercer estos terceros como
herederos de la vctima fallecida por el hecho del demandado.
Sin embargo, se presentan problemas de concurrencia de acciones que,
atendida la naturaleza compensatoria (y no estrictamente reparatoria) del
dao moral, pueden conducir a que un mismo dao sea indemnizado ms
de una vez. La independencia del perjuicio afectivo se muestra en que la
accin de las vctimas por repercusin no necesita fundarse en la calidad
de heredero;473 y que la responsabilidad ser de carcter extracontractual,
aunque la relacin entre el agente del dao y la vctima inmediata sea
contractual.474
b) Por otra parte, pueden surgir problemas de concurrencia de acciones iure hereditatis y iure propio, si se reconoce la transmisibilidad de las
acciones que podran haber correspondido a la vctima inmediata y a las
vctimas por repercusin. Hay muchas razones para mirar con cautela la
transmisibilidad de las acciones indemnizatorias de dao moral, si se reconoce, como en el derecho chileno, una accin de dao moral reflejo,
que incluye razonablemente en la indemnizacin reconocida a las personas ms cercanas, el dolor que pueda haber sufrido la vctima que fallece
(infra N 743).
c) Una cuestin particularmente delicada se plantea a propsito de si
la culpa de la vctima directa puede ser oponible a las vctimas por repercusin.
Como se mostrar en el captulo de causalidad, la pregunta tiende a resolverse en un sentido afirmativo, esto es, que el demandado puede oponer a
la vctima de dao reflejo la culpa de la vctima directa (infra N 291).475
En definitiva, la idea de que el dao afectivo sea personal no permite
inferir dcilmente, mediante simples ejercicios deductivos, que las condiciones de la responsabilidad son por completo independientes de las aplicables a la vctima directa. Aqu se muestra lo particularmente ingenuo
364
DAO
En verdad, en pocos mbitos del derecho contemporneo de la responsabilidad civil se generan preguntas ms en el lmite que las referidas a
nacimientos no deseados. Desde un punto de vista jurdico, la pregunta se
refiere a la legitimidad del inters invocado por los actores. Estos temas plantean inevitablemente otras cuestiones acerca de los lmites del derecho
privado con la moral. Aunque es ingenuo (e ideolgico) intentar que casos de este tipo queden inmunizados del discernimiento moral, aqu se
evitar en lo posible adoptar un enfoque filosfico. El propsito de este
apartado es ordenar las preguntas que surgen en las hiptesis referidas y
analizar las soluciones y argumentos que se suelen manejar en el derecho
comparado. El anlisis se referir asimismo a las conclusiones que se pueden obtener en el derecho chileno.
b. Planteamiento: hechos alegados como fuente de responsabilidad
235. Lesiones causadas durante el embarazo o el parto. Ante todo, el nio
puede nacer minusvlido porque durante su perodo de gestacin o con
ocasin del parto ha sido objeto de un tratamiento equivocado o de una
manipulacin que le ha causado lesiones. La situacin es anloga respecto
de drogas administradas a la madre durante el embarazo. Estos casos no
presentan calificaciones especiales y pueden ser subsumidos bajo las reglas
generales de la responsabilidad mdica: se trata de lesiones corporales que
son atribuibles causalmente al defecto negligente en el diagnstico o en el
tratamiento (infra 50).
236. Nacimiento no deseado a consecuencia de una esterilizacin frustrada o de una prevencin errada. La esterilizacin y la contraconcepcin
son medios para evitar la concepcin, sea con fines de prevencin de deficiencias congnitas o simplemente de planificacin familiar. En uno y otro
caso el derecho acepta, con exigencias variables, el acto voluntario de prevenir embarazos. En consecuencia, son lcitos los contratos de prestacin
de servicios que tienen por objeto esas finalidades.476
Practicada la ciruga de esterilizacin o aplicado otro mtodo de prevencin, puede ocurrir que fracasen y que la mujer quede embarazada.
La frustracin del propsito preventivo puede deberse a error quirrgico o a la ineficacia de los instrumentos preventivos recetados. En uno y
Usualmente la esterilizacin ser aceptada bajo indicacin mdica. En el derecho
chileno, ser necesario, adems del consentimiento libre e informado del paciente, la consejera del profesional de la salud y una declaracin formal de voluntad, la que siempre
podr ser dejada sin efecto antes de la intervencin por la simple declaracin del paciente
(Resolucin Exenta N 2.326 del Ministerio de Salud, que fija directrices para los servicios
de salud sobre esterilizacin femenina y masculina); al respecto, G. Figueroa 2001 180. Tambin en el derecho comparado se suele exigir justificacin especial; en Alemania, por ejemplo, se exige que la esterilizacin sea recomendada por razones mdicas, genticas o de
condicin econmico-social (Lange 1990 328).
476
366
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Roe v. Wade, 410 US 113, 153 (1973), confirmada con calificacin en fallos posteriores.
As, en el derecho francs (Viney/Jourdain 1998 16).
479 El Cdigo Penal alemn sanciona el aborto ( 218), pero no est sujeto a pena si es
emprendido por un mdico, previo consejo recibido por la interesada y dentro de las primeras doce semanas de embarazo ( 218 a I). De ello no se sigue, sin embargo, que el aborto
practicado bajo esas condiciones de inimputabilidad penal sea civilmente lcito; slo lo es
si, adems, es objeto de indicacin mdica otorgada bajo consideracin de las circunstancias de vida presentes y futuras de la embarazada, con el fin de evitar un peligro a la vida o
de una grave lesin del estado de salud corporal o espiritual, y ese peligro no puede ser
evitado de otra manera ( 218 a II).
480 Cdigo Penal chileno, artculos 342 y siguientes; el Cdigo Sanitario contiene una
norma an ms general, que dispone: No podr ejecutarse ninguna accin cuyo fin sea
provocar una aborto. No se ha resuelto en sede constitucional si la norma que dispone
que la ley protege la vida del que est por nacer (artculo 19 N 1 II) establece una limitacin a la legislacin penal a efectos de despenalizar ciertas formas de aborto, pero la doctrina mayoritariamente parece inclinarse en este sentido (entre los textos de derecho
constitucional pueden verse Evans 1999 113, Verdugo/Pfeffer/Nogueira 1994 193; una opinin contraria en Bascun 2001 passim).
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reparacin que obtengan sus padres.490 Pero, aun dejando en suspenso preguntas acerca de la naturaleza del dao y de la legitimidad del aborto en
estos casos, subsiste el problema jurdico consistente, por un lado, en saber
si es correcto atribuir ese costo a un mdico que err un diagnstico, pero
no actu causalmente en provocar la discapacidad;491 y, por otro, si el argumento de la compasin no introduce una justificacin que no es propia de
la responsabilidad civil, sino de la seguridad social.492
En definitiva, bajo presin de una opinin pblica adversa y del aumento de precio que los fallos impusieron a los seguros mdicos, el legislador francs determin que nadie se podr prevaler de un perjuicio del
solo hecho del nacimiento, poniendo trmino a la breve jurisprudencia
iniciada por el fallo Perruche.493 As termin el breve perodo del camino
especial francs en la materia.494
b) En verdad, la tendencia generalizada del derecho comparado es a
no reconocer accin indemnizatoria por el hecho de haber llegado a tener vida (wrongful life).495 Aunque la indemnizacin tenga por funcin prctica compensar el costo de sobrellevar la propia incapacidad, en el trasfondo
permanece el fantasma de que ese dao es consecuencia de asumir otro
dao ms inmediato, del cual aquel se deriva, como es que el descuido del
demandado haya provocado que el demandante llegara a vivir. Al derecho
civil no le corresponde dirimir disputas acerca del sentido de la vida y de
la muerte, sino atribuir los costos de una negligencia, dicen algunos; al
tomar esa distancia, uno se puede preguntar si as no terminan hacindose radicalmente difusas para el derecho las antiguas fronteras valricas
entre el significado de la vida y la muerte.496
490 Un desarrollo de esta tesis, sostenida por ese jurista desde hace varias dcadas, en
Deutsch 2000 2361; una idea semejante en Viney/Jourdain 1998 17; una crtica vehemente
a la ley que dej sin efecto la jurisprudencia Perruche en P. Jourdain Loi anti-Perruche: une
loi dmagogique en Recueil Le Mga Code 11, 2002, 891.
491 F. Chabas, en Droit et patrimoine, febrero 2001, 107, citado por M. Tapia 2003.
492 Vicente en Reglero 2002 a 254.
493
Ley N 2002-303 (M. Tapia en anotaciones a Chabas 2000 b N 88).
494 As fue denominada por Winter 2002 330, desde una perspectiva comparada, la jurisprudencia de la Corte de Casacin francesa en el caso Perruche.
495 As en el derecho espaol (Vicente en Reglero 2002 a 253), ingls (Jones 2002 65),
alemn (Palandt/Heinrichs 249) y norteamericano (Epstein 1999 283, con referencia Gleitman v. Cosgrove, 227 A.2d 689, NJ 1967).
496 Es significativo el encuentro de opiniones que ha existido en la materia en Alemania entre una sala del Tribunal Constitucional que ha declarado que la vida jams puede
ser tenida por dao (NJW 98, 317) y el Tribunal Supremo que ha dado lugar a la indemnizacin a los padres por el nacimiento de un hijo discapacitado con el argumento de que
no se repara la vida, sino el costo de mantenerla (BGH 124, 136). En el caso lder norteamericano sobre wrongful life, el jurado se vio enfrentado con la pregunta de calcular los
daos sobre la base de la diferencia entre la ventaja de estar muerto y la desventaja de estar
vivo (Gleitman v. Cosgrove, 227 A.2d 689, NJ 1967); la jurisprudencia ha seguido el camino
de un discreto rechazo de tales acciones, asumiendo, en opinin de Epstein 1999 283, el
criterio escptico del juez Weintraub de que el hombre, que nada conoce sobre la vida o
la nada, no est en situacin de ponerle precio a la no vida.
371
CAPTULO V
CAUSALIDAD1
373
As, en materia de imputacin objetiva de los daos consecuenciales, vase infra 30.
Larenz 1987 432, Pantalen 1990 56, Cane/Atiyah 1999 99; la denominacin imputacin objetiva es usada por la doctrina para distinguirla de la imputacin subjetiva que
supone el juicio de culpabilidad: la culpa supone que el acto sea subjetivamente atribuible
como acto libre del responsable (supra N 36); la imputacin objetiva atiende al dao resultante y se exige que entre el hecho del demandado y el dao por el cual se le pretende
hacer responsable exista suficiente cercana (esto es, en el lenguaje del Cdigo Civil, que el
dao sea directo).
5 Alessandri 1943 241.
3
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28. ELEMENTO NATURAL: EL HECHO DEL DEMANDADO COMO CONDICIN NECESARIA DEL DAO
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CAUSALIDAD
11 Aplicando esta doctrina, se ha fallado que si los daos se han podido producir aun
en ausencia del delito o cuasidelito civil, ste no ha sido el origen de aqullos y, por el contrario, () existe relacin de causalidad si los perjuicios requieren como antecedente necesario el hecho culpable cometido (CS, 16.10.1954, RDJ, t. LI, sec. 1, 488); la
jurisprudencia es unnime en este sentido.
12 Respecto de la relacin causal entre el hecho negligente o culpable y los daos producidos debe dejarse dicho que corresponde evaluarlos en forma independiente de acuerdo a los diferentes partcipes, con el objeto de precisar la causa determinante o la que sin
su concurrencia no se hubiera producido el hecho que origin el dao. Sin embargo, quien
sufri el dao puede dirigir su pretensin contra uno o todos los posibles responsables
(Corte de Santiago, 17.4.2002, GJ 262, 81, tambin publicado en RDJ, t. XCIX, sec. 2, 31).
13 El dao moral es de naturaleza anloga al dao psiquitrico (shock nervioso). Las
sutilezas del derecho hacen que la diferencia entre ambos sea decisiva en algunos sistemas
jurdicos, que otorgan accin amplia por el dao a la salud y una mucho ms restringida
para el mero sentimiento de dolor, pena o sufrimiento espiritual (como ocurre en Alemania, Italia, Inglaterra y Estados Unidos). En Chile, como en general en los pases romnicos, se reconoce una accin general por dao moral (supra N 192). En consecuencia, la
pregunta por el lmite de la responsabilidad se plantea al tratar la extensin de los daos
consecuentes que debe indemnizar el autor del dao inicial (dao directo). El dao psiquitrico y el dao moral que se siguen de modo reflejo para personas diferentes a la vctima inmediata son tratados al analizar este tipo de dao moral (supra 25 b).
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28. ELEMENTO NATURAL: EL HECHO DEL DEMANDADO COMO CONDICIN NECESARIA DEL DAO
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CAUSALIDAD
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Precisamente en un caso de responsabilidad mdica, el tribunal discurre sobre la
base de un concepto de causalidad potencial (Corte de Copiap, 25.3.2002, confirmada
por la CS [cas. fondo], 8.7.2002, GJ 265, 127).
19 En el derecho francs se ha desarrollado una abundante doctrina y jurisprudencia
respecto de la prdida de una oportunidad, pero no respecto de la creacin positiva de un
riesgo (Viney/Jourdain 1998 197). Distinto es el caso en el derecho anglosajn, donde ambos grupos de casos son tratados en conjunto (Cane/Atiyah 1999 93, Epstein 1999 251). La
diferencia radica, probablemente, en una equivocada calificacin que la jurisprudencia francesa hace de la prdida de una oportunidad, evitando tratarla como un tpico problema de
causalidad incierta (Viney/Jourdain 1998 197, Carbonnier 2000 378).
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28. ELEMENTO NATURAL: EL HECHO DEL DEMANDADO COMO CONDICIN NECESARIA DEL DAO
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ducido a la velocidad permitida, el dao no resulta objetivamente imputable a la culpa del demandado.34
b) La exigencia de una conexin de ilicitud se justifica por razones de
justicia y de eficacia preventiva. Desde el punto de vista de la justicia correctiva, la responsabilidad por culpa se justifica precisamente porque el
dao es atribuible a la negligencia del demandado. A la inversa, precisamente porque ste infringi un deber de cuidado, es justo que el causante
del dao sea hecho responsable.35 Por otro lado, si se adopta una perspectiva instrumental, las reglas pueden cumplir su funcin preventiva slo
dentro de un orden de fines y medios, porque la responsabilidad por negligencia no tiene por objeto atribuir los daos que de igual modo se
habran producido si la accin hubiese sido lcita, sino slo aquellos que
son resultado de no haber empleado el demandado el cuidado que deba
aplicar.36 En otras palabras, si la decisin imprudente acerca del riesgo
asumido no fue determinante en el dao resultante, no hay razn para
atribuir responsabilidad.37
c) La idea de fin de la norma atiende a la relevancia del ilcito en el dao
producido. De conformidad con la idea de causa necesaria, no es posible
distinguir entre la negligencia que ha sido sustancialmente determinante
en la produccin del accidente y la que, en verdad, slo es circunstancial.
Por el contrario, el criterio del fin de la norma evita que sean imputados a
34 En este sentido, la Corte Suprema, en un accidente producido por la infraccin reglamentaria tanto del autor como de la vctima, ha sostenido que la norma que prohbe
circular a una velocidad excesiva, no tiene por objeto evitar que el conductor se encuentre
en el lugar del accidente cuando ste sucede, sino impedir otras consecuencias, como la
prdida de control de su vehculo, o la imposibilidad de detenerse frente a obstculos previsibles o, en su caso, de evitarlos o de efectuar maniobras necesarias para la seguridad de
la marcha, etc. () A la inversa, la norma que prohbe irrespetar el derecho preferente de
circulacin de otro vehculo, obstruyndole inesperadamente el paso, s tiene por objeto
evitar que el autor se encuentre donde no deba encontrarse cuando se produce la colisin, ya que lo que tal prohibicin pretende es precisamente que quienes circulan por la
va con paso preferente la encuentren despejada de obstculos de esta clase (CS, 22.4.1998,
F. del M. 473, 342, publicada tambin en GJ 214, 115); el fallo aludi al fundamento legal
del artculo 171 de la Ley del trnsito.
35 Weinrib 1995 158.
36 Calabresi 1975 85.
37 Un anlisis dogmtico penetrante en Hart/Honor 1985 476. La doctrina del fin de
la norma como lmite a la imputacin del dao al hecho culpable parece haberse generalizado en el derecho comparado: para Espaa, Pantalen 1990 1580; para Francia, Viney/
Jourdain 1998 175; para Alemania, Larenz 1987 443; en el common law se acostumbra tratar
la materia desde el punto de vista de la previsibilidad, pero tambin se hace referencia a
los intereses particulares y a los riesgos que cautela la norma (Cane/Atiyah 1999 104, Fleming 1985 101, para el Reino Unido; Prosser/Keeton et al. 1984 289, Epstein 1999 153, para
los Estados Unidos). En Chile, Corral 2003 194 argumenta que el principio neminem laedere
consagrara un mbito global de proteccin; al mismo tiempo, sin embargo, estima que tratndose de ilcitos tpicos la finalidad de la norma podra incidir en el juicio de responsabilidad, lo que conduce necesariamente a limitar el mbito de proteccin.
385
Ktz 1991 60 (con referencia a una sentencia del Tribunal Supremo alemn).
Prosser/Keeton et al. 1984 286.
386
CAUSALIDAD
en su intento de subir al vagn en marcha; a consecuencia de la accin, cae al andn un paquete que el pasajero llevaba bajo el brazo,
activndose unos fuegos artificiales, con el infortunio de que uno de
ellos alcanz e hiri a la demandante, una seora que se encontraba
en otro lugar de la estacin; la Corte declar que no haba lugar a la
responsabilidad, porque el fin de la norma que impeda a los funcionarios de ferrocarriles permitir el acceso a un tren en marcha no era
proteger a terceros que estuviesen en el andn (el funcionario no tena un deber de cuidado respecto de la vctima).40 La doctrina estima
que estos accidentes afectan a vctimas impredecibles, a cuyo respecto
no se puede tomar resguardo alguno, de modo que extender la responsabilidad en su proteccin es tanto como imponer responsabilidad sin culpa.41
c) La responsabilidad tambin puede limitarse en razn de que la norma cautela intereses distintos a los invocados por el demandante. En un caso
espaol se plante la responsabilidad de un empresario por la explosin
de un polvorn, a cuya consecuencia haba muerto una persona. Entre
otras circunstancias, se aleg que el accidente haba ocurrido en da domingo, cuando reglamentariamente la operacin deba estar suspendida.
El tribunal rechaz este concepto de la defensa en razn de que la norma
no tena por fin proteger la seguridad, sino cautelar el descanso dominical.42 De igual modo debe entenderse que no existe relacin entre el ilcito y el dao cuando, sin que intervenga negligencia en la conducta,
participa en un accidente un empresario que ha omitido obtener ciertos
permisos administrativos para desarrollar su actividad, o cuando un conductor experimentado, sin incurrir en otro ilcito, maneja con su autorizacin vencida o con un permiso que no es suficiente para manejar vehculos
como el que participa en el accidente.
d) Tampoco habr responsabilidad si el riesgo que persigue prevenir la
norma es diferente al materializado en el accidente. Un antiguo caso del common law resulta ilustrativo a este respecto: un barco, infringiendo la
reglamentacin vigente, transportaba ganado en la superficie de la cubierta; durante el trayecto el barco enfrent una tempestad, a cuyas
resultas el ganado se perdi en el mar; en el juicio se prob que la
regla infringida fue establecida con el fin de evitar la difusin de plagas contagiosas; el tribunal eximi de responsabilidad al capitn, por-
Argumento del clebre juez B. Cardozo en Palsgraf v. Long Island Railroad Co., 1928,
248 NY 339, 162 NE 99, citado por Prosser/Keeton et al. 1984 284.
41 Abraham 2002 128.
42 Tribunal Supremo espaol (1946), citado por Pantalen 1990 1581. Por lo mismo,
la infraccin a la regla que prohbe estacionarse frente a un grifo de agua no puede ser
invocada en el juicio que tiene por antecedente el accidente provocado por un tercer conductor que maneja con negligencia y en el cual el auto estacionado desempea un rol
puramente pasivo; la infraccin no aumenta el riesgo, en la medida que si no hubiese
habido grifo el accidente de igual modo se habra producido (Abraham 2002 120).
40
387
que ese preciso riesgo no estaba cubierto por la norma que estableca
el deber de conducta.43
250. Fines difusos o mltiples de la norma. Por otro lado, es frecuente
que las normas legales persigan fines que resultan abiertos al momento de
interpretar la norma.44 Un caso norteamericano interesante se refiere al
incumplimiento por una empresa ferroviaria del deber de separar con rejas la lnea frrea; en el juicio de responsabilidad por el atropello de un
nio, la empresa mostr que el objetivo de la norma haba sido impedir
que el ganado atravesara la va; el tribunal estim, sin embargo, que deba
entenderse implcito el propsito de impedir riesgos a las personas que no
estaban en situacin de evaluar el peligro.45 El caso es ilustrativo del sentido restringido que tiene el instituto del fin de la norma como lmite de la
responsabilidad. Todo indica que la limitacin de la responsabilidad atendiendo al fin de la norma slo procede cuando el fin sea claramente discernible, esto es, cuando de la interpretacin se siga que el sentido de la
regla no puede extenderse a riesgos como el que se ha materializado.46
251. El fin de la norma en la legislacin chilena. Relacin con la culpa
infraccional. El criterio de la conexin de ilicitud entre el hecho y el dao
est recogido en nuestra Ley del trnsito, que dispone que el mero hecho
43 Gorris v. Scott (1874), LR 9 Ex. 125, citado por Fleming 1985 101. En la jurisprudencia nacional se ha resuelto un caso de un tren que, transitando de noche sin llevar encendida la luz delantera de la locomotora y sin dar pitazo para anunciar su paso, ambas
circunstancias exigidas por el reglamento, embisti a un vehculo que pasaba por un cruce.
En relacin con la falta de luz, la sentencia seal que la exigencia reglamentaria tena la
finalidad de advertir al maquinista de los obstculos en la va, y no prevenir a los automovilistas sobre el paso del tren. Por esta razn, se estim que el accidente no poda imputarse
a esta infraccin, no obstante lo cual, se tuvo por responsable al maquinista por la segunda
infraccin (Corte de Talca, 17.9.1952, RDJ, t. XLIX, sec. 4, 247).
44 En el caso del permiso para manejar, por ejemplo, puede asumirse que el objetivo
de la norma es evitar que manejen menores o personas con antecedentes conductuales que
hacen presumir su peligrosidad, con prescindencia del comportamiento efectivo que observen, pero, aun as, no hay razn de principio para excluir la posibilidad de que se pruebe diligencia (en la medida que la culpa infraccional sea construida como una presuncin
de culpabilidad). En Estados Unidos la tendencia es a calificar la conducta de acuerdo con
la diligencia empleada, cualquiera sea la regulacin administrativa sobre permisos para conducir (Epstein 1999 153).
45 Di Caprio v. New York Central Railroad, 1921, 231 NY 94, 131 NE 746, citado por Abraham 2002 121; el caso muestra que la limitacin de la responsabilidad atendiendo al fin de
la norma debe restringirse a casos en que este ltimo es inequvoco.
46 Con razn es criticable una sentencia del Tribunal Supremo espaol que no dio lugar a la responsabilidad del conductor de una camioneta que llevaba antirreglamentariamente pasajeros en la parte trasera de la cabina y que sufri un accidente por rotura de
frenos, porque el caso fortuito acreditado (rotura de frenos) no se extiende a daos que se
derivan de la infraccin de otra regla de cuidado cuyo fin es precisamente proteger del dao
materializado (llevar pasajeros al descubierto) (Pantalen 1990 1583).
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a causa de un clavo
la herradura se perdi,
a causa de la herradura
el caballo se perdi,
a causa del caballo
el jinete se perdi,
a causa del jinete
el mensaje se perdi,
a causa del mensaje
la batalla se perdi,
a causa de la batalla
la guerra se perdi,
a causa de la guerra
el reino se perdi,
slo por un clavo,
es todo esto lo que pas
MOTHER GOOSE
254. Limitacin de la responsabilidad a los daos directos. a) La pregunta
por la imputacin objetiva de los daos se refiere esencialmente a los lmites
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68 Epstein 1999 258, con referencia a The Elements of the Common Laws of England, vol. I
(1630): en el derecho no se reconoce la causa remota, sino la prxima.
69 En una influyente obra sobre responsabilidad civil en el derecho norteamericano se
sostiene que el concepto de causa prxima ms bien ha oscurecido el tema de la causalidad,
en especial cuando intervienen causas concurrentes (Prosser/Keeton et al. 1984 263, en especial 279). Sobre el simplismo de la idea de proximidad, Carbonnier 2000 395.
70 En el common law el concepto de dao directo se asocia a una doctrina expansiva de
la causa prxima, que hace responsable al autor del hecho por todas las consecuencias que
se siguen en secuencia ininterrumpida, en oposicin a la concepcin ms limitativa de la
causa prxima, que restringe la responsabilidad slo a las consecuencias previsibles (Fleming 1985 115, Corral 2004 149).
71 Jones 2002 267.
72 Su formulacin original pertenece al fisilogo Von Kries, quien la desarroll teniendo en vista los tipos penales calificados por el resultado. En el derecho civil fue incorporada a comienzos del siglo XX, bajo la influencia de Rmelin y Trger, pero su formulacin
ms influyente se debe a la obra de juventud de Larenz (Hegels Zurechnungslehre und der Begriff der objektiven Zurechnung, 1927). La doctrina ha ejercido influencia conceptual en Espaa (Reglero en Reglero 2002 a 294), en Italia (Trabucchi 1993 188) y, menos reconocidamente, en Francia (Carbonnier 2000 396, Viney/Jourdain 1998 173).
395
Con el correr del tiempo, la doctrina ha sido objeto de numerosas formulaciones, tanto en el mbito del derecho penal como del derecho civil.
Segn la formulacin ms tradicional de la doctrina de la causa adecuada, la imputacin de daos consecuentes slo se justifica si desde la perspectiva de un observador experimentado, que mira retrospectivamente la cadena
causal, tales daos no resultan inverosmiles.73 La adecuacin se muestra en
que el hecho culpable es apropiado, bajo un curso ordinario y no extravagante de los acontecimientos, para producir las consecuencias daosas. Por
eso, la causa adecuada no es un criterio que defina positivamente cules
consecuencias deben ser consideradas como daos atribuibles al hecho culpable, sino que establece las condiciones negativas para excluir la responsabilidad cuando los acontecimientos se desencadenan en un curso causal
anormal o extraordinario, ajeno al impuesto por el hecho negligente.
La exigencia de una causa adecuada establece requisitos fuertes para
que sea limitada la responsabilidad por daos consecuentes. Por eso, en
las jurisdicciones en que es adoptada, su aceptacin como excusa del demandado es excepcional.74
b) Desde el punto de vista de la justicia, lo determinante es la aptitud
potencial que tiene el hecho culpable para producir dao; esas potencias
se pueden materializar en riesgos que al menos idealmente pueden ser
dominados por el sujeto responsable.75 Desde un punto de vista preventivo, si se estima que una conducta debe ser desincentivada, es conveniente
que el autor del dao corra con los riesgos provocados por su accin,
aunque le resulten imprevisibles, en lugar de limitar la responsabilidad en
trminos que pueda hacer un clculo preciso acerca de los daos consecuentes que puede verse obligado a indemnizar.
c) Conforme a estas ideas, la adecuacin puede darse por establecida
cuando el dao consecuente se desarrolla en la misma direccin que el dao
inicial.76 As, si una persona sufre un accidente que la lleva a la clnica,
donde contrae una infeccin que le provoca la muerte, este ltimo dao
puede ser objetivamente imputado al accidente, porque ha ocurrido en
una cadena causal que no es inverosmil ni extraordinaria respecto del
curso causal que el hecho inicial ha puesto en movimiento.77 Lo mismo
ocurre cuando el herido en un accidente es transportado a la clnica en
una ambulancia y sufre un segundo accidente en el camino;78 o cuando el
Larenz 1987 436.
Medicus 2002 276.
75 Weinrib 1995 166, Lange 1990 87.
76 Deutsch/Ahrens 2002 27.
77 As, ya el Tribunal Imperial alemn, citado por Larenz 1987 437; en sentido anlogo
la Corte de Casacin francesa (1993), en el caso de una vctima que contrae una enfermedad con posterioridad a una transfusin (Chabas 2000 b N 80).
78 Corte de Casacin francesa (1983), citado por Chabas 2000 b N 80, quien, sin embargo, al igual que en el caso anterior, asume indiferenciadamente las preguntas por la causa
necesaria y el criterio de limitacin de la responsabilidad, estimando que resulta suficiente
el criterio de la equivalencia de las condiciones.
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demandado choca a otro vehculo y un camin que viene detrs se detiene bruscamente a consecuencia del accidente, provocando que un tercer
conductor se incruste en este ltimo provocando su muerte.
Incluso puede aceptarse que la causa es adecuada cuando transcurre
un perodo de tiempo entre el primer y el segundo accidente, como ocurre cuando alguien ha perdido una pierna a consecuencia de un choque y
tiempo despus muere a consecuencia de su incapacidad para huir oportunamente de un incendio, porque segn la experiencia general tiene
que contarse con la posibilidad, si bien no cercana, de que el demandante
sufra nuevos accidentes a consecuencia de la capacidad disminuida a que
lo ha llevado tener una pierna artificial.79 Asimismo, la adecuacin debe
tenerse por acreditada cuando el demandado conoca las circunstancias,
por extraordinarias que fueran, que desencadenaron el efecto daoso.80
d) Se comprueba que los criterios de adecuacin son amplios en la
jurisprudencia comparada. Los principales casos en que se estima que el
dao no puede ser objetivamente imputado al hecho suponen una valoracin judicial, ms que la aplicacin de principios estadsticos de probabilidad. Esta valoracin permite desestimar ciertos daos consecuentes, cuando
resulten extraordinarios o anormales en la perspectiva de la cadena causal
proyectada por el dao inicial.81
As, en el caso inicial del mdico que aplica una inyeccin contra el
ttano, que no tena relacin alguna con el tipo de heridas que el transente haba sufrido en razn del accidente, se estim por el Tribunal
Supremo alemn que no haba una relacin de adecuacin, porque si bien
usualmente se responde por los daos sufridos con ocasin del tratamiento mdico posterior al accidente, lo contrario vale si el mdico aprovecha
la oportunidad para realizar una operacin u otra intervencin inconexa
con el accidente inicial, de lo que deriva el dao consecuente.82 Lo mismo
ocurre cuando a consecuencia de la congestin vehicular en la carretera,
provocada por culpa de un conductor, el tercero pierde una oportunidad
de negocios (en lo que influye, adems, la mayor reticencia a considerar el
dao consecuente que es puramente patrimonial; supra 23 g); o si la
Deutsch/Ahrens 2002 27, con jurisprudencia.
As, se ha fallado que es responsable de cuasidelito de homicidio de una persona que
se encuentra en avanzado y manifiesto estado de ebriedad, quien le propina un pequeo golpe sobre la ceja que, debido a dicho estado, se traduce en una contusin enceflica microscpica de fatales consecuencias (Corte de Santiago, 28.7.1964, RDJ, t. LXI, sec. 4, 244).
81 En el derecho chileno, la causa adecuada aparece como una forma de imputacin
judicialmente valorada en CS, 28.6.2000, GJ 240, 112, publicado tambin en F. del M. 499,
1358, donde se usa este criterio para excluir la relacin causal en un caso de negligencia
mdica.
82 Tribunal Supremo alemn (1963), citado por Buchner/Roth 1984 13. Por el contrario, cuando la inyeccin ha sido aplicada a consecuencia de la herida, el autor del primer
dao responde de los daos consecuentes, aunque la probabilidad de que stos se produzcan sea inferior al uno por mil, en la medida que no se producen en una secuencia extraordinaria respecto del dao inicial (Palandt/Heinrichs 249 60).
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pio no hay razn para limitar su responsabilidad a las consecuencias previsibles. Por eso, el test de previsibilidad para establecer el lmite de la responsabilidad extracontractual es demasiado vago y restrictivo.85 El camino ms
hipcrita para resolver el zapato chino de la previsibilidad del dao sera
extender ficticiamente el mbito de lo previsible, en trminos que el concepto terminara desfigurndose.86 Estas dificultades han llevado a que el
derecho privado contemporneo converja en prescindir de la previsibilidad
a efectos de imputacin objetiva de las consecuencias daosas.87
c) Gran parte de los problemas surgen cuando se confunden las preguntas relativas a la culpa con las que se refieren a la imputacin objetiva
de las consecuencias mediatas del hecho culpable. La culpa supone la previsibilidad del primer dao; pero ese requisito, como se ha visto, no tiene
por qu extenderse a las siguientes consecuencias de la accin culpable
(supra N 48).88 La idea de imputacin objetiva de acuerdo con el criterio
de adecuacin no hace referencia a la previsibilidad concreta de los efectos de la accin, como la culpa, sino a las consecuencias que se pueden
tener por normales de la accin culpable.89
De acuerdo con el criterio de la causa adecuada, consecuencias que
eran psicolgicamente imprevisibles en la posicin de quien incurri en la
negligencia pueden ser atribuidas al hecho del demandado, porque ocurren en el curso normal de los acontecimientos. Quien maneja a exceso
de velocidad no est en condiciones de prever que con posterioridad al
accidente un tercero ir a socorrer a la vctima y que, en ese intento, ser
atropellado por otro vehculo; sin embargo, en general se reconoce que
hay una relacin de causalidad adecuada, porque lo ocurrido no responde
a un curso anormal o extraordinario de los acontecimientos.90 El trasfon85 Fleming 1985 119; a ello se agrega que si slo se responde de los daos previsibles,
se restringe injustamente el conjunto de daos indemnizables, porque se los reduce a aquellos que aparecen en el horizonte de clculo oportunista del agente, que toma su decisin
de incurrir en el ilcito sobre seguro (Bydlinski 1996 199).
86 Christie en Owen 1995 116 y 129.
87 Von Bar 1996 II 160.
88 Ktz 1991 65.
89 Aceptando la idea de previsibilidad en la imputacin objetiva, pero sobre la base de
criterios diferentes de los relevantes en el juicio de culpabilidad, Visintini 1996 II 277; en
Italia, sin embargo, se sigue la tendencia del derecho europeo a que la previsibilidad no
sea requisito del dao indemnizable (Pinori 1994 241). La distincin entre previsibilidad
del dao inicial, a efectos de la culpa, y previsibilidad de los daos consecuentes, a efectos
de causalidad, resulta indispensable en el common law, donde tradicionalmente se acepta
que la previsibilidad sea elemento del deber de cuidado y, luego, de la causa prxima (Abraham 2002 119).
90 En Chile, la jurisprudencia ha extendido ocasionalmente hasta el lmite la idea de
previsibilidad al tratar la relacin causal; en un accidente ocurrido de madrugada, una pequea raspadura provocada por el vehculo del demandado hizo que otro automvil, guiado a exceso de velocidad, bajo la influencia del alcohol y sin respetar una seal de ceda el
paso, perdiera su lnea de trayectoria y se estrellara contra un poste, expulsando a su conductor fuera del mismo, muriendo al golpearse contra la acera. Al establecer la responsabi-
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Puede entenderse que ese observador dispone de la informacin que tiene una persona informada (como propone Larenz 1987 436), pero tambin puede asumirse la perspectiva de un observador ptimo, como ha tendido a aceptar la jurisprudencia alemana, siguiendo
ms de cerca los orgenes probabilsticos de la doctrina.
95
Un ejemplo del derecho ingls permite ilustrar esta valoracin. La vctima de un accidente muere mientras es transportada al hospital a consecuencia de la cada de un rbol sobre
el vehculo que la transportaba (Hogan v. Bentinck Collieries, 1949). Podra decirse que el riesgo
no es en absoluto anormal, atendida la edad del rbol, la calidad del terreno, el viento imperante en la zona y la cada de otros rboles semejantes en circunstancias anlogas, de modo que
el observador externo podra estimar que el hecho inicial est en una relacin de causa adecuada con el dao consecuencial. Ello ignora, sin embargo, que una pregunta esencial al momento de determinar la imputacin del dao es el limitado conocimiento que tenemos acerca de
las secuencias causales (Hart/Honor 1985 165). La valoracin consiste en discriminar aquello
que puede ser tenido por ordinario y extraordinario, atendido ese supuesto.
96
Ktz/Wagner 2006 84.
97
En la jurisprudencia nacional se conoce un caso penal en que circunstancias aparentemente extraas a la accin fueron determinantes en la produccin del dao. Un sujeto, despus de haber hecho un disparo al aire con una pistola en el interior de un
restaurante, fue abrazado por uno de sus contertulios, cayendo ambos al suelo por habrseles enredado sus espuelas. En tales circunstancias, al primero se le escap un tiro que
hiri en la cabeza a quien con su abrazo haba ocasionado la cada. A pesar de que uno de
los considerandos del fallo seala que el hecho de haber disparado el arma y mantenerla
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con independencia de la negligencia incurrida por la empresa ferroviaria (aunque esa negligencia haya sido causa necesaria de que el dao
haya ocurrido).102
b) Por lo general, los criterios de la causa adecuada y del riesgo no
presentan diferencias prcticas de aplicacin. As, los casos precedentes
tambin pueden ser resueltos atendiendo a si existe una relacin secuencial ordinaria entre el dao inicial y los perjuicios consecuentes; y podra
considerarse que el asalto en el camino, a diferencia del accidente en el
hotel, pertenece a un curso de acontecimientos que corre en la direccin
de ese dao inicial.
La perspectiva del riesgo presenta usualmente la ventaja de discernir
de qu manera el dao inicial incrementa el peligro de otros daos o, por
el contrario, es simplemente atribuible a la suerte. Si el accidentado es
transportado en una ambulancia que corre a gran velocidad para llegar a
la clnica, sufriendo un segundo accidente, no hay duda de que ese riesgo
incremental es atribuible a la primera culpa; lo contrario ocurrir en el
caso del herido leve que es transportado sin urgencia alguna en un taxi a
hacerse una curacin. El incremento del peligro, que se muestra en el
caso de la ambulancia y no en el del taxi, es un criterio razonable para
atribuir responsabilidad, porque es justo que quien ha actuado con negligencia se haga cargo de los riesgos que son incrementados por su hecho;103 y es eficiente, desde un punto de vista preventivo, limitar la
responsabilidad precisamente a la esfera de riesgo incremental de la accin negligente.104
Con todo, por mucho que la idea de riesgo agrega un criterio valioso
de atribucin de responsabilidad, tampoco conviene generalizarla, porque,
a la inversa, tambin hay casos que slo se pueden resolver de la mano del
criterio de la causa adecuada. Por ejemplo, si un conductor adelanta a una
velocidad superior a la permitida a otro, quien, sorprendido, sufre una
sobreexcitacin nerviosa que le provoca un infarto mortal, se puede afirmar que la muerte responde a un riesgo que ha sido incrementado por el
conductor que conduca a 140 km/hora, en vez de los 120 km/hora autorizados en el lugar. Sin embargo, si se valora la situacin, puede resultar
excesivo atribuir al primer conductor esa consecuencia, que resulta exorbitante y anormal respecto de la culpa incurrida. Del mismo modo, resultan distintos el sobresalto emocional que sufre el padre que presencia el
atropello de su hijo y el sufrido por un extrao que observa el accidente
en televisin. Por eso, para definir qu riesgos son atribuibles a la negligencia inicial, la idea de causa adecuada suele resultar necesaria en casos
como los referidos.
Hines v. Garret, 108 SE 690 (Virginia, 1921) y Central of Georgia Railway v. Price, 32 SE
77 (Georgia, 1898), respectivamente, ambos citados por Epstein 1999 260.
103 Weinrib 1995 166.
104 Shavell 1980 113.
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pable por condicin necesaria (aunque sea una entre otras) para que haya
lugar a la responsabilidad (supra 28), salvo que no pueda ser normativamente imputado a este ltimo, sea porque no hay una conexin de ilicitud entre ese dao y el fin de la norma (supra 29), sea porque se trata de
un dao indirecto (supra 30).
Aqu son analizadas algunas cuestiones concretas relativas a la imputacin objetiva del dao al hecho del demandado en casos de concurrencia de
varias causas. No se analizan los casos de intervencin causal de varias culpas, que sern desarrollados por separado (infra 33 y 34).
264. Causa de reserva. a) Hay situaciones en que el dao, que causalmente ha sido provocado por el hecho culpable, de igual modo se habra producido si el hecho culpable no se hubiese realizado (causa de reserva): la
cosa destruida por negligencia del demandado tambin lo habra sido por
un incendio que se declar con posterioridad; el perro atropellado padeca de una enfermedad que obligaba a que fuera sacrificado.
En principio, la causa de reserva no excluye la imputacin del dao al
hecho culpable, de acuerdo con el principio de que la concurrencia de
causas no es una excusa aceptable. Es inequvoco que el hecho culpable
fue causa del dao y, por lo tanto, la cuestin relevante es si hay razones
para entender que, a pesar de ello, el dao no puede ser normativamente
atribuido al hecho del demandado.110 Los intentos doctrinarios por establecer un criterio general de atribucin en estos casos deben tenerse por
frustrados, porque las situaciones de hecho son tan diferentes que resulta
necesario resolverlas en su propio mrito.
b) Particularmente relevante es la causa de reserva en los casos en que la
causa alternativa del dao ya estaba operando cuando interviene el ilcito
del demandado. Sera injusto atribuir al autor del hecho negligente algo
ms que el incremento de dao sufrido por la vctima a consecuencia de su
conducta, de modo que la valoracin del dao se debiera hacer segn el
criterio de la diferencia, que supone comparar el estado de cosas luego del
accidente con el que habra existido si ste no hubiese ocurrido.111 As ocurre, por ejemplo, si la vctima de daos corporales padeca de una enfermedad sea que le causara despus de algn tiempo el mismo dao u otro
ms intenso; o del perro que deba morir por disposicin sanitaria; o del
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de la destruccin del cuerpo cierto que se debe por caso fortuito ocurrido
durante la mora del deudor, en cuyo caso el deudor no queda excusado
por la prdida de la cosa debida, a menos que demuestre que sta se
habra destruido tambin en poder del acreedor (artculo 1672 II). El principio que se puede inferir de esa norma es que si a la culpa se agrega otra
causa, sta resulta por lo general irrelevante a efectos de excluir la responsabilidad, a menos que esta segunda causa hubiera provocado el mismo
dao aunque el demandado no hubiese incurrido en la culpa.
266. Intensidad anormal del dao. Predisposiciones de la vctima. a) Puede ocurrir que el dao sea atribuible sin dificultad al hecho culpable, pero
que su intensidad sea anormal. As, por ejemplo, la vctima puede tener
particulares debilidades que aumentan el riesgo que se sigue del accidente: un golpe, que en una persona comn es un riesgo menor de traumatismo enceflico, puede provocar la muerte de quien tiene las paredes
craneanas particularmente frgiles. Asimismo puede ocurrir que otras causas extraordinarias, concurrentes con la negligencia, sean determinantes
de la intensidad del dao.
En general, se ha estimado que la intensidad del dao es un azar que
soporta el responsable. Ello se muestra en que no es igual el costo de
chocar el auto de un rico que el de un pobre. Es una consecuencia de que
la reparacin atiende objetivamente al dao sufrido y no es una retribucin de la culpa (supra N 142).
Esta aleatoriedad del dao resultante se muestra especialmente cuando la vctima tiene predisposiciones que la hacen vulnerable. Por cierto que la
vctima debe tomar las providencias necesarias para hacerse cargo de su
debilidad; sin embargo, tambin tiene derecho a una vida tan cercana a lo
normal como resulte razonable. El autor del dao toma a la vctima tal
cual es, con sus fortalezas y debilidades, segn un principio muy generalizado en el derecho civil.115
La regla puede provocar ciertas perplejidades, pero presenta analoga
con la objetividad con que es juzgada la negligencia del autor del dao,
cuyas particulares debilidades no resultan relevantes al establecer su conducta. El derecho no se hace cargo de muchas diferencias por razones de
eficiencia: no sera viable un sistema de responsabilidad que asumiera todas las peculiaridades del autor del dao y de la vctima. Si las predisposi-
Mazeaud/Chabas 1998 659, Reglero en Reglero 2002 a 303, Larenz 1987 437, Abraham 2002 129. Siguiendo la doctrina francesa ya establecida en la primera mitad del siglo
XX, en igual sentido Alessandri 1943 246. En materia de responsabilidad estricta se sigue
en el derecho norteamericano la regla inversa, de modo que, por ejemplo, si una empresa
elctrica est sujeta a responsabilidad estricta se entiende que no responde por los efectos
que la transmisin de electricidad produce en un sistema de comunicaciones, a menos que
haya actuado con negligencia (Restatement/Torts II 524 A, comentario a). La regla es semejante si se atiende al fin de la norma, porque la imputacin de los daos en ese tipo de
responsabilidad atiende al mbito preciso del riesgo que se pretende prevenir (supra N 249).
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121 Epstein 1999 276, Jones 2002 167. La Law Commission inglesa ha propuesto, sin embargo, ampliar la responsabilidad por daos psiquitricos sufridos por las vctimas secundarias de shocks nerviosos, sobre la base de una presuncin de dao respecto de personas cercanas
a las fallecidas o daadas, respondindose por el dao probado respecto de las dems (Law
Commission N 249, Liability for Psychiatric Illness, 1998, citado por Cane/Atiyah 1999 73).
122 Veloso 2004 260.
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134 Mazeaud/Chabas 1998 669. En Chile, en el caso de un transente que result muerto
luego de que fuera golpeado en la cabeza por un trozo de mampostera que se desprendi
y cay desde lo alto de un edificio, se sostuvo que tratndose de un pas como Chile, en
que son frecuentes los movimientos terrestres, no se puede decir que los temblores de mediana intensidad sean un imprevisto que no sea posible resistir y que constituya fuerza mayor o caso fortuito. En consecuencia, la construccin y el cuidado de los edificios debe llegar
hasta tomar todas las medidas que la prudencia aconseja para evitar daos a terceros con el
deterioro de ellos (Corte de Santiago, 10.9.1940, confirmada por la CS [cas. fondo],
26.8.1941, RDJ, t. XXXIX, sec. 1, 203).
135 Se ha fallado que el conductor no es responsable del accidente provocado por la
pinchadura de un neumtico, en la medida que no le resulta imputable (Corte de Concepcin, 4.9.1991, rol N 9.548-1991, referido por Baraona 2003 a 370).
136 Millet 2001 120.
137 Mazeaud/Chabas 1998 668.
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cunstancias fortuitas, de las cuales el derecho hace abstraccin para efectos de establecer la responsabilidad.138
c) De mayor relevancia es la pregunta referida a las coincidencias por
completo inusuales en la produccin de daos consecuentes. El ejemplo
antes citado de la infortunada vctima de un accidente, que luego muere a
consecuencia de la cada de un rbol mientras es transportada al hospital,139 muestra con claridad el alcance de la pregunta: habiendo concurrido ex post un evento fortuito (ajeno al demandado, imprevisible e
irresistible), cabe indagar todava si el segundo dao puede ser imputado
normativamente al hecho culpable inicial. Mientras en ese caso todo indica que la Corte inglesa fall irreprochablemente al estimar que no haba
lugar a la responsabilidad, distinto es el caso del viento fuerte que sorpresivamente se levanta y permite la expansin de un fuego provocado con
imprudencia.
d) Los criterios del fin de la norma, de la causa adecuada y del incremento del riesgo son suficientes para discriminar entre las situaciones en
que el dao es atribuible al hecho culpable y aquellas en que, por el contrario, esa atribucin no es razonable. En el primer caso, el dao no resulta imputable a la culpa, tanto porque la cada del rbol es un acontecimiento
anormal (de modo que la negligencia no es causa adecuada del dao),
como porque no se produjo dentro del riesgo creado por la negligencia (sino
que pertenece a un riesgo general de la vida que circunstancialmente se
materializ con ocasin del hecho culpable). Exactamente lo inverso podra decirse respecto del viento que incrementa el fuego, o del temblor
que materializa una amenaza de dao mayor que la producida por la negligencia inicial.140
En definitiva, los criterios de imputacin objetiva de daos consecuentes (fin de la norma, adecuacin de la causa, incremento del riesgo) tie138 Con todo, queda abierta la pregunta acerca de si la solucin debe ser de todo o nada,
esto es, si la intervencin de la causa extraa slo puede tener por efecto excluir la imputacin de responsabilidad, o bien resultar por completo irrelevante. No se suscitan problemas
respecto de los daos consecuentes, en cuyo caso los criterios de imputacin del dao (adecuacin y riesgo) parecen suficientes para discriminar los daos que son atribuibles a la culpa y cules no. Pero tambin puede ocurrir que la concurrencia de culpa y caso fortuito sean
determinantes en la produccin del primer dao, de modo que no parezca justo atribuir el
total de los daos al hecho culpable o al revs. La jurisprudencia francesa opt en un momento por seguir analgicamente el criterio de concurrencia de las culpas, atribuyendo una
parte de los daos a la culpa y otra al caso fortuito. Ms all de la primera intuicin, esa solucin debe mirarse con escepticismo, porque, como se ha visto, lo que importa en el juicio de
responsabilidad civil es si la negligencia fue significativamente determinante en el resultado,
sin consideracin de la intervencin de otras causas. Por eso, con razn, esa jurisprudencia
ha sido luego revisada (Carbonnier 2000 399, Mazeaud/Chabas 1998 669).
139 Supra nota a N 285 a.
140 La doctrina sostenida en este prrafo es similar a la que se sigue en el common law
con ayuda del criterio de causa subordinante, entendida sta como la que interrumpe normativamente la relacin entre la negligencia y sus consecuencias daosas (sobre este instituto, Corral 2003 156).
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146 Sobre el aumento de probabilidad como criterio prima facie de causalidad en el derecho norteamericano, Baraona 2004 215.
147 En un fallo muy iluminador acerca del alcance de la presuncin se ha expresado que la
norma del artculo 2329 se anticipa a dar por establecida la concurrencia de los elementos
necesarios para imponer [la] responsabilidad cada vez que una persona sufra un dao que constituya la razonable consecuencia de haberse ejecutado un hecho o dejado de cumplir un deber y tal
accin u omisin es susceptible de perjudicar a terceros (Corte de Valparaso, 3.12.1948, confirmada por la CS [cas. fondo], 4.8.1952, RDJ, t. XLIX, sec. 1, 281; destacado del autor).
148 Es la solucin del derecho francs (P. Jourdain, comentario a cass. 2001, RTDC 2001,
596).
149 As, por ejemplo, Corte de Talca, 21.10.1998, confirmado por la CS [cas. fondo],
28.1.1999, RDJ, t. XCVI, sec 4, 71; CS, 2.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 148, publicado tambin en F. del M. 490, 1867; Corte de Concepcin, 10.8.2000, confirmada por la CS [cas.
forma y fondo], 24.1.2002, GJ 259, 38, publicada tambin en F. del M. 497, 370; Corte de
Copiap, 6.8.1999, confirmado por la CS [cas. forma y fondo], 22.12.1999, GJ 234, 95, publicado tambin en F. del M. 493, 2822.
150 En este sentido, Corral 2003 206, quien incluso limita la presuncin a la causalidad, con exclusin de la culpa (al respecto, supra N 92).
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Alessandri 1943 248, Corral 2003 207; as parece entenderlo tambin CS, 29.12.1952,
RDJ, t. XLIX, sec. 4, 325; ms recientemente se ha fallado que la causalidad es una cuestin estrictamente de hecho en su primer aspecto el naturalstico, esto es, entendido como
condicin necesaria de responsabilidad; pero la atribucin normativa del dao al hecho
ilcito (dao directo) encierra elementos y aspectos de derecho y, como tal, susceptible de
ser revisado por la Corte Suprema mediante el presente recurso de casacin en el fondo
(CS, 26.1.2004, GJ 283, 121, tambin publicada en F. del M. 518, 3755); vase comentario a
este fallo de C. Pizarro en GJ 286, 25.
154 Esa es la posicin adoptada por la jurisprudencia espaola (Baraona 2003 a 355) y
la francesa (Viney/Jourdain 1998 167). En el derecho alemn las principales orientaciones
jurdicas en la materia han sido dadas por el Tribunal Supremo en sede de recurso de revisin (Larenz 1987 436).
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dos por el total de los daos, sin perjuicio de que el lmite del derecho del
demandante est dado por el monto de sus perjuicios.164
279. Contribucin a la deuda. Norma especial para la responsabilidad por el
hecho ajeno. a) El Cdigo Civil no contiene una norma general que regule las
relaciones internas entre los responsables del dao (contribucin a la deuda). En
efecto, de acuerdo con sus trminos no resulta aplicable en materia extracontractual la regla de contribucin a la deuda del artculo 1522, que slo establece un criterio de distribucin entre los deudores en atencin a su inters en la
operacin contractual que dio lugar a la obligacin solidaria.
b) La ley, en materia extracontractual, slo establece una norma especial
aplicable a la responsabilidad por el hecho ajeno (artculo 2325). Segn esta
regla, la contribucin total recae en el autor del dao, de modo que el tercero civilmente responsable tiene accin en su contra para obtener el reembolso de lo pagado. El reembolso total, con todo, procede a condicin de que no
haya existido culpa personal de ese tercero civilmente responsable. En verdad, la responsabilidad por el hecho ajeno, si bien est sustentada en una
presuncin, tiene por antecedente la culpa efectiva de quien ejerce cuidado
sobre el autor del dao, de modo que, en la prctica, el mbito efectivo de
aplicacin de la regla legal es muy restringido (supra Nos 115 y 125).
c) Para la generalidad de los casos en que rige la solidaridad o la obligacin compromete in solidum por el total a cada uno de los responsables,
es posible idear dos soluciones: se reparte la deuda entre los coautores por
partes iguales,165 o se distribuye entre stos en razn de la intensidad de
sus culpas y de su contribucin causal a la produccin del dao. Esta ltima solucin parece preferible desde el punto de vista de la justicia distributiva y, adems, resulta coherente con el principio de justa reparticin de
la contribucin al dao, que reconoce el artculo 2330 para el caso en que
haya intervenido culpa de la vctima;166 asimismo es la nica compatible
164 Vase CS, 3.4.2003, F. del M. 509, 387, que aunque hace aplicacin del artculo 2317
reconoce que se trata de dos hechos distintos, no simultneos, que originaron conjuntamente el dao. La Ley del trnsito establece expresamente la solidaridad en casos de concurrencias de culpabilidades del conductor y del funcionario que le otorg la licencia
(artculo 174 III), y del propietario o tenedor con el concesionario de un servicio de revisin tcnica que expide un certificado falso (artculo 174 IV).
165 Alessandri 1943 491; R. Domnguez . 2000 21 admiten que pueden haber interpretaciones diferentes, agregando, con razn, que si se funda la accin en la causalidad equivalente debiera hacerse la distribucin en cuotas viriles; agrega, sin embargo, que no hay
razn excluyente para que la jurisprudencia adopte esta posicin.
166 La solucin alternativa es que el demandado no tenga accin restitutoria en contra de
los obligados solidariamente o in solidum, bajo el supuesto de que las reglas de contribucin a la
deuda slo rigen en materia contractual segn el artculo 1522. Como se expresa en el texto,
esta solucin no resulta aceptable, porque producira un empobrecimiento injusto de quien
soporta la obligacin. Se ha argumentado en el sentido inverso por razones preventivas; desde
un punto de vista econmico, se argumenta que la regla de contribucin hace que los incentivos resulten inferiores al nivel ptimo de cuidado, porque cada cual debiera considerar en sus
costos el total del dao a efectos de definir el gasto en prevencin (Posner 1992 181); un interesante enfoque jurdico y econmico en la materia en Parisi/Frezza 1999 252.
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con una aplicacin analgica del artculo 1522. De acuerdo con este criterio, los responsables contribuyen a la indemnizacin en proporcin al grado o intensidad de su culpa y de la participacin causal en el dao
resultante.167 Incluso nada impide que alguno de los responsables deba
soportar el total de la reparacin, en especial cuando concurre causalmente en el dao la simple negligencia con un dolo subsiguiente.168 En casos
de coparticipacin culpable resultan aplicables los criterios referidos respecto a la accin del principal contra el tercero por cuyo acto responde
(infra N 289).
d) Desde un punto de vista tcnico existe una diferencia entre la solidaridad y la obligacin in solidum. En la primera, el responsable que paga
se subroga en la accin que tena la vctima, con deduccin de la parte que
deba soportar quien haya pagado. La segunda es una accin personal que
tiene su fundamento en el enriquecimiento sin causa de quienes son responsables y no han debido soportar la obligacin indemnizatoria. Las diferencias pueden ser significativas (en perjuicio de quien se subroga) en
materias de prescripcin y de renuncia por la vctima de la accin contra
alguno de los responsables.169 No es justo, sin embargo, que quien est
obligado solidariamente quede en una situacin ms desfavorable, y no
pueda ejercer su accin personal de reembolso.
Por eso, debe entenderse que quien paga la indemnizacin a la que
est solidariamente obligado tiene tanto la accin personal de reembolso
(que surge de haber pagado una obligacin que segn la ley tambin pertenece a otro), como la accin subrogatoria (que es propia de la solidaridad). Por el contrario, cuando hay varios responsables por un mismo dao,
pero cuya responsabilidad deriva de hechos diferentes (como en la responsabilidad por el hecho ajeno y en los casos en que el dao se produce
a consecuencia de negligencias sucesivas), quien paga tiene una accin
personal de reembolso basada en el principio del enriquecimiento sin causa
(de quienes siendo en alguna proporcin responsables no soportaron la
carga de indemnizar).
e) Un caso particular de concurrencia de diversos hechos ilcitos que
actan como causas del dao ocurre cuando un tercero interviene ilcitamente en un contrato ajeno (infra 65 b). Tanto dicho tercero como el
deudor que no cumple su obligacin contractual cometen ilcitos, extracontractual y contractual, respectivamente; y ambos hechos generarn para
sus autores responsabilidad por el total del dao experimentado por la
167 As en la jurisprudencia francesa (Viney/Jourdain 1998 282) y en la alemana (Larenz 1987 643).
168 As, por ejemplo, la jurisprudencia del Tribunal Supremo alemn (Deutsch/Ahrens
2002 80).
169 Sin gozar, en contraste, con las ventajas de las preferencias y garantas que puede
tener el deudor contractual que se subroga en los derechos de su acreedor (artculos 1522
y 1612), en atencin a que el crdito indemnizatorio es valista y, por su fuente, est desprovisto de garantas convencionales.
425
otra parte del contrato. Con todo, las indemnizaciones no pueden ser acumuladas, porque de ello se seguira un enriquecimiento injusto para la
vctima. La contribucin a la obligacin indemnizatoria debiera regirse
por los mismos principios desarrollados o referidos en este prrafo.
280. Causalidad difusa: hecho cometido por sujeto indeterminado de conjunto determinado. a) Severas dificultades conlleva la causalidad difusa, que
se presenta cuando el dao se debi al hecho culpable de uno o ms entre
varios candidatos a responsables, sin que resulte posible determinar cul
concretamente lo desencaden. En otras legislaciones la ley ha previsto la
responsabilidad de cada uno de tales candidatos.170 En Chile slo se conocen las normas sobre responsabilidad difusa por ruina de edificios y cada
de objetos, que establecen una regla de distribucin proporcional de la
responsabilidad, que constituye una excepcin al principio de solidaridad
del artculo 2317 (artculos 2323 II y 2328 I).
Hay razones para una u otra solucin: la atribucin de responsabilidades simplemente conjuntas a todos los candidatos tiene sustento en la aplicacin analgica de esas antiguas reglas, ideadas precisamente para
situaciones en que el autor est indeterminado; por contraste, la responsabilidad de cada candidato por el total opera como una fuerte garanta
respecto de la vctima, que resulta consistente con los criterios antes analizados sobre responsabilidad por negligencias mltiples. Atendido el conflicto de razones, es probable que las soluciones jurisprudenciales dependan
de la naturaleza de los casos que deban resolverse.
b) De particular importancia en el derecho comparado son los daos a
la salud causados por productos farmacuticos o de consumo, cuando no
es posible identificar precisamente al fabricante o cuando un dao ambiental es provocado por uno o ms agentes contaminadores que no pueden ser definidos.
En un conocido caso norteamericano,171 las demandantes eran mujeres cuyas madres haban tomado una droga durante el embarazo, sin que
se pudiera identificar en el juicio cul laboratorio haba sido en cada caso
el fabricante; la corte determin que las demandantes no deban probar
individualmente la causalidad, sino que la indemnizacin poda ser cobrada de cada demandado en proporcin a su participacin de mercado (market
share liability).
La decisin puede ser defendida desde un punto de vista preventivo y
de justicia correctiva. Desde esta ltima perspectiva, se asume con certeza
que el dao fue provocado por alguno de los demandados (si los demandantes son muchos, puede haber certeza estadstica de que todos ellos
efectivamente lo causaron). En otras palabras, la participacin de mercado como criterio de atribucin objetiva del dao a un demandado no
As, BGB, 830 I.
Sindell v. Abott Laboratories, 26 Cal. 3d. 558, 163 Cal. Rptr. 132, 607 P. 2d. 924 (1980),
citado por Abraham 2002 112.
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ridad. En verdad, la idea de una culpa de la vctima slo adquiere sentido en la relacin de la vctima con el tercero a quien ella pretende hacer
responsable. Por eso, ms que un deber, expresa una carga para quien est
expuesto a sufrir un dao. A diferencia del deber, la carga no impone a la
vctima una conducta, sino establece un requisito, relativo a su propia conducta, como condicin para que tenga derecho a ser indemnizada por
todos sus daos.181
Por eso, resulta discutible que la culpa de la vctima requiera del requisito
de capacidad, porque es distinta la atribucin de responsabilidad a un incapaz de la pretensin de ste de ser indemnizado; en la medida que la conducta del incapaz es objetivamente descuidada (como el nio que atraviesa
sorpresivamente una calle), no hay razn para no considerarla al momento
de medir la intervencin causal que ha tenido el ilcito del demandado, a
menos que el deber de cuidado del demandado est precisamente determinado por la probabilidad de que nios puedan exponerse a accidentes (como
ocurre con el signo que anuncia una escuela en la carretera, supra N 30).182
b) La justificacin del instituto de la culpa de la vctima debe encontrarse
en el principio de igualdad que rige las relaciones de derecho privado.183 No
es justo que el tercero est sometido a una regla de conducta ms estricta que
la mxima de cuidado adoptada por la propia vctima respecto de s misma.184
Por otro lado, desde el punto de vista de la eficacia preventiva, slo si se
181 Un anlisis dogmtico del punto en Deutsch/Ahrens 2002 81; en una perspectiva tico-jurdica, Simons en Owen 1995 476; un interesante desarrollo de esta idea a propsito de
la norma del artculo 669 II, en Atria 2004 24, comentado CS, 1.7.2003, rol N 4.487-2002.
182 En el derecho del common law, el estndar de cuidado atiende a lo que se puede
esperar de un nio, segn su edad; sin embargo, la tendencia es a que la culpa de la vctima incapaz sea considerada a efectos del juicio de contributory negligence (Prosser/Keeton et
al. 1984 181, Markesinis/Deakin et al. 2003 172 y 749); en el derecho francs, la minora de
edad es considerada al momento de fijar el estndar de cuidado, pero no puede ser usada
como excusa si el menor ha contribuido a su propio dao (Viney/Jourdain 1998 356).
183 El instituto de la culpa de la vctima se puede justificar sobre la base del principio
de igualdad (Esser/Schmidt 1977 220); asumiendo ese principio, la regla impide que el tercero subsidie a la vctima reparndole la totalidad del dao, que ella contribuy a crear
(Simons en Owen 1995 466). Por el contrario, Viney/Jourdain 1998 286 lo ven como un
mero resabio (arcaico) de justicia retributiva; me parece que esa calificacin es insensible a
la lgica del derecho privado, como no es inusual en esa gran obra. La cuestin, con todo,
es relevante en un rgimen de seguro obligatorio: en circunstancias que el seguro es un
sistema de distribucin de riesgos, resulta opinable que la negligencia leve de la vctima le
deba privar de una indemnizacin completa; as, se ha propuesto que en caso de seguro
slo quede comprendida la culpa grave como criterio de reduccin de la indemnizacin
(Deutsch/Ahrens 2002 85). En un sistema de seguros forzosos, en definitiva, el instituto de
la culpa de la vctima hace que los nicos que terminan soportando personalmente los riesgos sean las vctimas (Cane/Atiyah 1999 46). Con todo, estas reflexiones pertenecen al derecho de seguros y a las polticas pblicas que definen el alcance distributivo del seguro,
ms que a la lgica interna del derecho de la responsabilidad civil (infra 69).
184 Por lo mismo, no se puede pedir a la vctima ms de lo que resulta exigible; as, el
mdico que yerra en una operacin de esterilizacin no tiene derecho a esperar que la mujer
se practique un aborto (aunque ste fuese legalmente aceptable).
429
186
430
CAUSALIDAD
Alternativamente, y por lo general as ser, la determinacin de los deberes puede ser judicial, sobre la base del estndar de cuidado de la persona diligente y razonable y segn los criterios analizados al tratar la culpa
del demandado (supra N 58).188
285. Criterio objetivo de calificacin de la culpa de la vctima. a) La
culpa de la vctima tiene que medirse de acuerdo a parmetros objetivos,
anlogos a la regla de cuidado que debe observar el tercero. Esta simetra es una consecuencia razonable del principio de igualdad entre las
partes que rige las relaciones de derecho privado. Por consiguiente, el
mismo estndar de cuidado de la persona prudente y diligente, que permite calificar la conducta del tercero, resulta tambin aplicable a la vctima. La jurisprudencia, sin embargo, no siempre sigue este criterio y con
frecuencia no mide con la misma vara la culpa del tercero y el descuido
de la propia vctima,189 lo que es criticable atendido el inters legtimo
del tercero de no verse injustamente expuesto a indemnizar un dao
evitable. A la vctima no se le exige una especial colaboracin, sino la
que razonablemente se puede esperar de una persona prudentemente
preocupada de su propia seguridad.
As, por ejemplo, utilizando el criterio de la probabilidad del dao, se ha determinando que hay culpa de la vctima al hacer de noche su camino por una va en reparacin, no pudiendo serle desconocidos los peligros que ah existan para el trnsito pblico
(Corte de Valparaso, 20.4.1908, confirmada por la CS [cas. fondo], 21.4.1909, RDJ, t. VI,
sec. 1, 393). Aplicando los criterios de probabilidad e intensidad del dao, la Corte Suprema ha sealado que hay culpa de la vctima (un menor de edad) que conduce su bicicleta
en forma descuidada por una avenida de mucho trnsito y llevando a otro menor en la parte trasera (Corte de Santiago, 17.12.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 4, 267). Pueden verse adems Corte de Concepcin, 28.11.2001, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 4.4.2002,
RDJ, t. XCIX, sec. 5, 77, y CS, 8.5.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 80, aludiendo ambos a la
intensidad y probabilidad del dao (a la vida), para afirmar la culpa de la vctima; y CS,
3.6.2002, GJ 264, 114, donde se reduce prudencialmente la indemnizacin considerando
el hecho de que las vctimas penetraron en un recinto agrcola cercado, de noche y en solitario, a sustraer frutas. Por el contrario, en Corte de Santiago, 19.6.2003, GJ 276, 111, se
apela errneamente, en mi opinin, a la intensidad del dao (a la vida) para excluir la culpa de la vctima en una fuga provocada por ella, en circunstancias que nada permite suponer que no haya habido una exposicin imprudente al dao; en Corte de Santiago, 20.6.2000,
GJ 240, 178, se alude correctamente a que el dao debe ser previsible para la vctima para
que se le pueda atribuir imprudencia.
189 De la jurisprudencia parece inferirse un sesgo a favor de la vctima al momento de
juzgar su culpa y de comparar su responsabilidad en el dao con la del demandado. En un
caso bien extremo, de un peatn que atraviesa una avenida incurriendo en culpa infraccional, el fallo condenatorio del automovilista descarta la compensacin de culpas, aunque implcitamente parece haberlo hecho al fijar el dao moral (Corte de Santiago, 31.12.2002,
GJ 274, 212); tambin se ha negado valor a la excusa de falta de cuidado de la vctima en la
propagacin de los efectos adversos de un protesto injustificado (Corte de Santiago,
27.12.1996, GJ 198, 55). En otras jurisdicciones parece seguirse una tendencia semejante
(Cane/Atiyah 1999 46).
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431
b) Una pregunta crucial del derecho de la responsabilidad civil, especialmente en el caso de ilcitos econmicos, es hasta dnde puede llegar la
responsabilidad del tercero cuando existe la expectativa de que la propia vctima cautele sus intereses. Ello se muestra, por ejemplo, en materia de responsabilidad precontractual (ilcitos con ocasin de las negociaciones
contractuales). As, hay un punto imaginario de interseccin entre el cuidado que se puede esperar de quien hace una inversin y del que debe
aplicar la contraparte en la negociacin. Salvo que el demandado incurra
en dolo (por accin o reticencia), en negocios importantes, la vctima est
en situacin de conseguir apoyo de expertos que le evitaran incurrir en
error. Sin embargo, no se puede exigir del comprador de unas pocas acciones el mismo cuidado preventivo de quien est adquiriendo una participacin importante en una compaa (infra N 801).190 En otras palabras,
como en el caso de la culpa del demandado, la culpa de vctima supone
una valoracin normativa de las circunstancias de su propio hecho.
De especial inters resulta la culpa que puede atribuirse a un trabajador
respecto del accidente que sufre durante sus labores. En general, el trabajador est sujeto a una carga de cansancio, monotona, inadvertencia nacida de una continua experiencia del riesgo y, en general, debe entenderse,
al definir el estndar objetivo de cuidado, que cierta tolerancia resulta
necesaria con las debilidades de nuestra naturaleza.191 Por eso, no debe
extraar que en materia de accidentes del trabajo la jurisprudencia adopte una actitud exigente al calificar los hechos del trabajador que dan lugar
a la excepcin del artculo 2330 (infra N 500).192
c) La objetividad de la carga de cuidado que recae sobre la vctima se
muestra en casos lmites, en que ejercerlo repugna a su conciencia en
razn de creencias religiosas o filosficas.193 As, en jurisdicciones en que es
admitido el aborto, se ha fallado que es legtimo que una mujer, a quien
no le fue proporcionado el anticonceptivo prescrito, se resista en razn de
sus convicciones a poner trmino al embarazo.194 Por el contrario, se ha
fallado que una seguidora de la iglesia de la Ciencia Cristiana, que por sus
creencias se neg a hacerse una transfusin de sangre, no puede justificarse frente al autor del dao inicial por las exorbitantes consecuencias que
Cane 1996 459.
Jones 2002 627.
192 Ello se muestra tambin en situaciones que podran ser consideradas de exclusiva
responsabilidad de la vctima; as, por ejemplo, en el caso de un accidente provocado por
la cada de un ascensor en un pique minero, en circunstancias que la vctima orden hacer
una reparacin hechiza, sin esperar la llegada del personal especializado (Corte de Santiago, 31.1.2001, GJ 248, 211). Con todo, a diferencia de lo que ocurre respecto del seguro de
accidentes del trabajo, la excusa del trabajador debe ser justificada; as, exigiendo una conducta prudente del trabajador, CS, 29.1.2001, GJ 247, 199 (infra N 509).
193 Para esta materia, en uno de sus ms finos escritos, Calabresi 1985 45; tambin Simons en Owen 1995 483, con el argumento de que el tercero no tiene por qu subsidiar
las creencias de la vctima.
194 Sobre el hijo no deseado como dao, supra Nos 236 y 237.
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se siguieron de esa decisin. En otras palabras, en la medida que la razonabilidad es una materia objetiva, que no depende de las creencias que de
buena fe cada cual pueda tener, se tiende a desechar como excusa para no
ejercer el cuidado de s mismo las creencias que expresan una especial
idiosincrasia cultural.195 Los lmites con la libertad constitucional de creencias religiosas son sutiles: se puede estimar que acta a su propio riesgo (y
no del tercero) quien profesa un credo que le impide actuar de acuerdo
con las expectativas generales de comportamiento recproco.
286. Conexin de ilicitud entre la culpa de la vctima y el dao. En un
antiguo fallo se declar que haba culpa de la vctima del accidente en un
tranva si sta haba pretendido viajar sin pasaje.196 La decisin resulta discutible a la luz de la doctrina del fin de la norma: en la medida que la
obligacin de pagar el pasaje no es un deber que tenga por objeto evitar
un accidente, no puede estimarse que constituya una exposicin imprudente al dao en los trminos del artculo 2330. La jurisprudencia contempornea, especialmente en accidentes del trnsito, sigue este criterio y
no admite la excepcin de culpa de la vctima cuando, atendiendo al fin
de la norma que le impone la carga o el deber de conducta, la negligencia
no ha tenido influencia determinante en el acaecimiento del dao.197
Calabresi 1985 58.
Los hechos fueron los siguientes: a un menor que intentaba viajar en un tranva sin
pagar su pasaje se le conmina a descender del vehculo por la cobradora; uno de los pasajeros se ofrece a pagar su pasaje, por lo tanto, el menor intenta subir nuevamente al tranva
en movimiento, tropezndose y siendo atropellado por el acoplado; la Corte de Santiago
dijo que de parte de la vctima hubo imprudencia temeraria, pues pretendi ir en el carro
sin su pasaje (Corte de Santiago, 4.10.1912, confirmada por la CS [cas. forma], 22.7.1913,
RDJ, t. XII, sec. 1, 300).
197 As, se descartan faltas de la vctima que no tienen relacin causal con el dao,
sea por su naturaleza o por las circunstancias del accidente. Es el caso del conductor que
maneja con la licencia vencida (CS, 12.4.1978, F. del M. 233, 56); o que conduce a exceso
de velocidad, en circunstancias que de igual modo se habra producido un dao si hubiese conducido a la velocidad reglamentaria (CS, 16.10.1978, F. del M. 239, 307). Incluso
en caso de concurrir diversas infracciones, se ha dado por establecida la ausencia de relacin causal determinante entre esos ilcitos y el dao (Corte de Santiago, 4.9.1991, RDJ,
t. LXXXVIII, 138; CS, 22.4.1998, F. del M. 473, 342, publicado tambin en GJ 214, 115).
Vase, en el derecho comercial, el caso de un acreditivo bancario transcrito incompleto
que no fue tenido por causa de los perjuicios sufridos en una operacin de compra de
hierro (CS, 16.10.1954, RDJ, t. LI, sec. 1, 488). Pueden verse adems: Corte de Santiago,
20.6.2000, GJ 240, 178, donde la vctima choc a una motocicleta de Carabineros; CS,
10.1.2002, GJ 259, 114, en que un perito y un abogado llegan en helicptero a un predio
a realizar una gestin decretada judicialmente, durante la cual son agredidos por los propietarios; y Corte de Santiago, 17.4.2002, GJ 262, 81, publicada tambin en RDJ, t. XCIX,
sec. 2, 31, donde el piloto de un helicptero que se accidenta al despegar de un terrapln de aterrizaje no autorizado, que no tena sealizados los cables de alta tensin que
lo rodeaban, no resulta responsable ya que el dueo del terreno le haba indicado que
poda aterrizar en l y no le advirti del peligro, invitndole a usarlo.
195
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Sobre esta obligatoriedad, Alessandri 1943 573, R. Domnguez . 1966 43, Diez
1997 230.
202 As, por ejemplo, en el caso de una persona que cruz la lnea frrea de improviso,
cuando se acercaba el tranva (CS, 28.7.1910, RDJ, t. VII, sec. 1, 454); de la vctima de un
atropello que se encontraba bebida (CS, 15.10.1920, RDJ, t. XIX, sec. 1, 378); de la vctima que trat de atravesar las lneas del ferrocarril descuidadamente y con ligereza (CS,
3.8.1932, RDJ, t. XXIX, sec. 1, 549); de la vctima que intent subir a un tranva en movimiento (CS, 15.4.1939, RDJ, t. XXXVI, sec. 1, 544); de la vctima que viajaba en la pisadera
(Corte de Santiago, 26.5.1944, RDJ, t. XLI, sec. 2, 41; Corte de Iquique, 21.4.1952, RDJ,
t. L, sec. 4, 5; CS, 7.4.1958, RDJ, t. LV, sec. 1, 35); de la vctima que intent cruzar un camino pblico de noche y en estado de ebriedad (CS, 9.12.1964, RDJ, t. LXI, sec. 4, 498); y
del menor atropellado que conduca su bicicleta por una avenida de mucho trnsito (CS,
17.12.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 4, 267). Tambin pueden consultarse Corte de Santiago,
5.10.1999, GJ 232, 171; Corte de Santiago, 28.10.1999, GJ 232, 195, en que un obrero se
sube a un montacargas no destinado para el trabajo que se realiza; CS, 15.11.1999, F. del
M. 492, 2600, en que un menor ingresa a una pista de juegos de automviles pequeos antes de que stos se detengan por completo; Corte de Chilln, 4.1.2001, confirmada por CS
[cas. forma y fondo], 12.3.2001, GJ 249, 130, donde la vctima conduca su auto por un camino de tierra con curvas y a alta velocidad; Corte de Concepcin, 3.4.2001, GJ 261, 80, en
que la vctima conduca a exceso de velocidad y con la licencia vencida; Corte de Valdivia,
25.6.2001, confirmada por la CS [cas. fondo], 6.5.2002, GJ 263, 120, en que un ciclista ingres intempestivamente en la pista del conductor; y Corte de Santiago, 29.8.2003, GJ 278,
282, donde un operario no retir el aire de unas caeras en reparacin, que al llenarse de
agua estallaron. Aunque la mayora de los fallos se refieren a accidentes del trnsito, la culpa de la vctima puede presentarse respecto de todo tipo de ilcitos en que su conducta
imprudente tiene relevancia en la produccin del dao (como ocurre con el herido que
no requiere atencin y el comerciante que no cuida sus intereses de conformidad con las
mximas de diligencia de una persona prudente).
201
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CAUSALIDAD
CS, 16.10.1954, RDJ, t. LI, sec. 1, 488, donde una sociedad annima chilena exportadora de metales demand indemnizacin por perjuicios a un banco chileno a causa de
que ste le comunic de forma incompleta los trminos de un crdito abierto a su favor en
un banco en Argentina, para financiar un negocio con una metalrgica argentina, en circunstancias que los perjuicios se habran producido por un envo espontneo de la sociedad chilena a otra empresa argentina, produciendo un abarrotamiento del mercado y el
fracaso del negocio inicial; la formulacin del criterio de exclusin parece equvoca, porque bien puede ocurrir que el hecho de la vctima no sea causa principal y, sin embargo,
de acuerdo con el artculo 2330 deba disminuirse la indemnizacin en la proporcin que
corresponda. Ms inequvoco parece el caso de una vctima de atropello que atraviesa la
calzada en lugar no autorizado y en estado de intemperancia, estimndose en el fallo que
la mayor o menor velocidad con que el encausado puede haber conducido el vehculo en
la ocasin de autos no es un elemento de juicio que tenga relevancia en la especie (CS,
1.12.1997, rol N 2.642-1997, referido por Baraona 2003 a 371, con la anotacin, que comparto, de que no existe en este caso una relacin entre la infraccin a la regla legal y los
daos, segn el criterio del fin de la norma); ese es tambin el caso del ciclista que atraviesa sorpresivamente la calzada (Corte de Talca, 10.1.2001, confirmada por la CS [cas. fondo], 12.11.2001, GJ 260, 161). Un razonamiento acerca de la culpa concurrente y excluyente
de la vctima puede encontrarse en CS, 25.4.2000, GJ 238, 105. En el derecho ingls se ha
intentado fijar un umbral de relevancia: se estima por completo irrelevante una participacin estimada inferior al 10%. Adems, conviene ser cauteloso cuando la exencin de responsabilidad se produce por esta razn en sede penal, porque bien puede ocurrir que una
participacin sea considerada insuficiente a efectos de dar por establecida la responsabilidad penal y, sin embargo, haya suficiente probabilidad de una contribucin causal al resultado para dar lugar a parte proporcional de la indemnizacin civil.
209
En este sentido se han pronunciado, por ejemplo, CS, 27.8.1965, RDJ, t. LXII, sec.
4, 374, sealando adems que el demandado pudo evitar todo accidente y que su imprudencia fue el elemento determinante del hecho; y Corte de Concepcin, 7.11.1985, RDJ,
t. LXXXII, sec. 4, 288, citando doctrina extractada de CS, 20.8.1970, RDJ, t. LXX, sec. 4,
91. En general, el rechazo de la excepcin se produce si no hay relacin de causa a efecto
entre la culpa infraccional de la vctima y el dao (esto es, cuando est excluida la relacin
de ilicitud); vase una correcta argumentacin en este sentido en Corte de Concepcin,
3.4.2001, GJ 261, 80. Vase adems CS, 16.10.2000, GJ 244, 61, publicada tambin en F. del
437
M. 503, 3477, en que la vctima cruz la lnea frrea cuando el tren se acercaba a la estacin; Corte de Santiago, 7.9.2001, GJ 255, 229, donde un trabajador perdi el equilibrio
mientras limpiaba los vidrios de un edificio a una altura poco considerable; CS, 8.5.2002,
RDJ, t. XCIX, sec. 1, 80, en que un funcionario cambi un neumtico sin contar con las
herramientas precisas; CS, 5.8.2002, F. del M. 501, 1992, donde un conductor empuj su
vehculo para encender el motor hacia la carretera a pocos metros de un camin que se
aproximaba; Corte de San Miguel, 16.8.2002, GJ 266, 159, en que un ciclista conduca su
bicicleta contra el trnsito, llevndola de improviso frente a un automvil; Corte de San
Miguel, 18.6.2003, GJ 276, 176, donde un peatn cruza la calle con luz roja; CS, 21.8.2003,
GJ 278, 162, en que un peatn baj a la calle en forma sorpresiva y descuidada; y CS,
10.12.2003, GJ 282, 155, donde un peatn circulaba al lado de la autopista a oscuras y ebrio,
ingresando a la pista intempestivamente.
438
CAUSALIDAD
213 Alessandri 1943 576. Siguiendo esta opinin, se ha fallado que la indemnizacin
que racionalmente se determinar en lo resolutivo de este fallo no puede reducirse, como
lo pretende la defensa del imputado, por cuanto las personas en cuyo beneficio ha de determinarse no fueron las que se expusieron al dao que reclaman (Corte de Santiago,
4.9.1991, RDJ, t. LXXXVIII, sec. 4, 138).
214 Alessandri 1943 576. Aplicando este criterio, se ha fallado que la apreciacin del dao
experimentado por el padre como consecuencia de la muerte de su hijo debe sujetarse a reduccin si se ha establecido que no slo no le prohibi que circulara por las calles, sino
que adems le daba permiso sin problema alguno (CS, 13.11.1980, F. del M. 264, 377).
215 Mazeaud/Chabas 1998 684, R. Domnguez . 1966 50. La jurisprudencia nacional
tambin parece alineada en esta posicin: CS, 25.10.1979, F. del M. 251, 310; CS, 19.10.1981,
F. del M. 275, 480; CS, 8.4.1982, RDJ, t. LXXIX, sec. 4, 22; y CS, 3.6.2002, GJ 264, 114.
216 Una extensin injustificada de la culpa de la vctima se sigui, sin embargo, en el
caso de una vctima cuya indemnizacin fue reducida en consideracin a la culpa del conductor del vehculo donde viajaba, a pesar de que la vctima no tena relacin alguna con
ese conductor (CS, 24.6.1980, F. del M. 259, 168): lo correcto parece ser en estos casos reconocer la plena responsabilidad de ambos responsables, segn las reglas generales, sin perjuicio de la contribucin a la deuda que proporcionalmente les corresponda. Ms
problemtico sera el caso de la vctima que no tiene accin en contra del conductor, en
razn de una inmunidad pasiva, en cuyo caso habra accin por el total contra el tercero,
quien no pudiendo subrogarse en la accin contra el conductor (porque la vctima careca
de esa accin), slo dispondra de la accin personal de reembolso contra el otro responsable (supra N 278).
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292. Calificacin. La jurisprudencia tiende a considerar la culpa de la vctima como una cuestin de hecho, que no est sujeta a control de casacin.217
Esa calificacin es discutible y ha sido abandonada en gran medida en el
derecho comparado. En efecto, cuando se alega la coparticipacin culpable
del tercero y de la vctima, el juez debe comparar ambas participaciones en
la produccin del dao: en aplicacin del principio de igualdad, el autor
del dao y la vctima tienen que soportar los perjuicios en la extensin en
que hayan puesto las condiciones para que stos ocurrieran.218
Aunque la participacin relativa de la vctima y del tercero se exprese
en un porcentaje numrico, que expresa el resultado de un juicio prudencial, ello supone del juez una accin valorativa en lo que respecta a la
calificacin de los hechos como culpables, a la comparacin de las culpas
y a la determinacin de los daos que pueden ser normativamente imputados a las respectivas culpas. Mientras la determinacin de los hechos en
que se fundan estas apreciaciones corresponde privativamente a los jueces
del fondo, su calificacin y ponderacin es una cuestin de derecho que
requiere de la tarea orientadora del tribunal de casacin.219
b. Hecho de la vctima. Asuncin de riesgo
293. Consentimiento de la vctima. a) Por lo general, en materia de responsabilidad extracontractual la voluntad de la vctima es irrelevante. Sin
embargo, suele ser decisiva en diversos grupos de situaciones (una de las
cuales es analizada en esta seccin). En verdad, el problema del consentimiento de la vctima es de los ms difciles que enfrenta el derecho de la
responsabilidad civil,220 de modo que las respuestas deben ser suficientemente diferenciadas.
b) El consentimiento puede referirse materialmente al bien protegido
(como cuando se autoriza la divulgacin de un hecho protegido por la
privacidad) o a una conducta del demandado. En esta segunda forma,
usualmente no es un dao lo que se autoriza, sino que un tercero realice
una conducta que supone un riesgo (lo que resulta decisivo al juzgar el
alcance de la autorizacin y su licitud).
CS, 18.12.1926, RDJ, t. XXIV, sec. 1, 567; CS, 13.5.1971, RDJ, t. LXVIII, sec. 1, 128.
Esser/Schmidt 1977 II 220, citando una antigua jurisprudencia alemana; anlogo
parece ser el curso adoptado por la jurisprudencia francesa (Viney/Jourdain 1998 296).
219 Alessandri 1943 575 reduce la cuestin de derecho a la calificacin de la culpa; la
Corte de Casacin francesa se ha reservado la facultad de controlar la apreciacin (Viney/
Jourdain 1998 296); en el derecho alemn la jurisprudencia superior ha introducido progresivamente distinciones acerca de la manera como opera la culpa de la vctima en diferentes grupos de casos, como los negocios bancarios, la proteccin de datos, los errores en
la informacin, el trfico de vehculos y muchos otros (Palandt/Heinrichs 254 16); algo
anlogo se muestra inequvocamente en el derecho espaol a juzgar por la jurisprudencia
que el Tribunal Supremo ha desarrollado en la materia (Reglero en Reglero 2002 a 360).
220 Prosser/Keeton et al. 1984 112.
217
218
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CAUSALIDAD
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CAUSALIDAD
de asumir el riesgo puede ser por completo racional), la idea normativa que
subyace tras esa disposicin no es ajena a estos casos, porque, en definitiva,
el fin de esa norma es que el demandado no corra con (al menos todos) los
costos de decisiones de riesgo asumidas por el demandante.
e) Como se muestra en materia de riesgos mdicos, para que se entienda asumido un riesgo, la vctima debe estar informada. En la medida que
exista asimetra entre el conocimiento de quien realiza u ofrece la actividad riesgosa y de quien asume el riesgo de dao (supra N 81 d), pueden
surgir respecto de aqul deberes de informacin acerca de la entidad del
riesgo (probabilidad e intensidad del dao). No puede entenderse que
asume voluntariamente un riesgo quien no est en situacin de conocerlo
y de medirlo.225
f) En definitiva, la asuncin del riesgo no exime a los dems de sus deberes
de cuidado, pero desplaza el riesgo en casos de mero error de conducta y permite
definir en trminos menos exigentes los deberes de diligencia de los terceros;226 asimismo, hace inaplicables las presunciones de culpa que pudieren afectar al
tercero agente del dao.227 Por eso, la mejor manera de entender el instituto no es como una causal de justificacin, sino como un hecho voluntario
de la vctima de exponerse al peligro, que debe ser sopesado con la culpa
del demandado al momento de atribuir la responsabilidad.228 En el fondo,
la asuncin del riesgo es una variante de la hiptesis del artculo 2330, de la
que se diferencia porque es una imprudencia consciente.229
En pocos casos la justicia correctiva exige una atencin ms sutil a la
relacin entre el autor del dao y la vctima que cuando sta participa en
una actividad o autoriza una accin de tercero que resulta riesgosa por su
naturaleza. El derecho debe buscar el equilibrio entre el acto implcito o
explcito de disposicin de su seguridad que la vctima ha realizado y el
deber de cuidado que, an en tales circunstancias, pesa sobre quien haya
producido el dao.
295. Convenciones modificatorias de responsabilidad y asuncin de riesgo. Un significativo paso ms all de la asuncin del riesgo son las convenciones eximentes o modificatorias de responsabilidad, en cuya virtud se
conviene contractualmente en la aceptacin del dao (como ocurre con el
En un caso en que la parte demandada pretenda una rebaja de la indemnizacin
por asuncin del riesgo por la vctima, la Corte Suprema sostuvo que la exposicin de las
vctimas que autoriza la reduccin prudencial de la indemnizacin segn el artculo 2330
del Cdigo Civil, supone necesariamente que stas se hallen en situacin de determinar la
asuncin del propio riesgo, ya que asumir es atraer para s y slo puede responsabilizarse
de ello a quien se encuentra en la posibilidad de controlar y decidir por s mismo frente al
riesgo (CS, 18.1.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 4, 3).
226 Viney/Jourdain 1998 517.
227 Mazeaud/Chabas 1998 683.
228 Deutsch/Ahrens 2002 86.
229 Este es tambin el camino adoptado por la jurisprudencia francesa (Viney/Jourdain
1998 516).
225
443
vecino que acepta contractualmente los ruidos que se siguen de una cierta
actividad molesta), en un menor grado de diligencia (como ocurre con los
vecinos que recprocamente convienen en que slo respondern de incendios forestales atribuibles a su culpa grave), o en un nivel mayor de riesgo
(como ocurre con quien acepta los riesgos de defectos de un producto
farmacutico que est en etapa de desarrollo). A las convenciones sobre
responsabilidad es dedicado ms adelante un apartado especial (infra 70;
vase en particular N 871).
296. Hecho de la vctima posterior al accidente. El caso del suicidio. Se ha
visto que generalmente el mero hecho de la vctima no impide la atribucin
del dao al hecho culpable. La situacin es anloga a la intervencin de un
tercero (supra N 268). Por eso, como en el caso del tercero que interviene
en la materializacin de un dao posterior, el hecho de la vctima puede
alterar de tal modo el curso de los acontecimientos, que el dao consecuente resulte extraordinario o anormal mirado desde la perspectiva del hecho
negligente del tercero. La pregunta, por consiguiente, es si luego de la intervencin voluntaria de la vctima, el dao consecuente an puede ser normativamente imputado a la culpa inicial, segn las reglas generales.
Particularmente difciles son los casos de causalidad psicolgica, en especial si derivan en un suicidio de la vctima. Es el caso, por ejemplo, de
quien se quita la vida por la muerte del cnyuge o con posterioridad al
shock nervioso producido por la muerte en un accidente de su hijo. La
dificultad de la pregunta se muestra en la jurisprudencia comparada: atendidas las circunstancias, el suicidio es imputado al hecho culpable del tercero que desencaden los acontecimientos (si la impresin era tan fuerte
como para provocar una reaccin que no le puede ser psicolgica o normativamente atribuida), o es considerado un hecho voluntario de la vctima, que no puede ser imputado al hecho inicial, porque se entiende que
no hay una relacin de causa adecuada.230 Por lo general, esta parece ser
la solucin, porque el suicidio resulta ser el caso tpico de una consecuencia extraordinaria, que no est en una relacin de causa adecuada con el
hecho del demandado.
As, en la jurisprudencia francesa existen decisiones en uno y otro sentido, segn sea
la entidad de la impresin, la cercana de las fechas y otros factores que resulten determinantes para decidir si existe una relacin de adecuacin entre el hecho y el dao (Mga Code
1383 147). En Inglaterra se parte del supuesto de que el suicidio es un novus actus, que no
puede ser imputado al hecho ms remoto que lo provoca, a menos que se cumplan especiales circunstancias: as se ha estimado que se responde por el suicidio en que incurre el viudo
pocos das despus de la muerte de su cnyuge en un accidente; pero lo contrario se aplica,
como regla general, cuando el suicidio puede ser considerado un acto voluntario que no est
determinado por un desorden mental provocado por el accidente (Jones 2002 263).
230
444
CAPTULO VI
445
446
vez, en circunstancias que los estatutos que la establecen se refieren a riesgos especficos, no es admisible su aplicacin por analoga, de modo que
su establecimiento est sujeto al principio de enumeracin legal de las hiptesis de riesgo en que resulta aplicable.5
300. Responsabilidad estricta y presunciones de culpa. a) A falta de un
principio general que establezca una responsabilidad estricta por actividades que suponen un riesgo inusual, la tcnica de las presunciones de culpa ha llevado, en nuestro pas y en el derecho comparado, a un resultado
prctico que no difiere sustancialmente de la atribucin de responsabilidad estricta respecto de actividades excesivamente riesgosas o de la responsabilidad por el hecho de los dependientes. En el derecho chileno,
estas hiptesis dan lugar a presunciones de culpa por el hecho propio y
ajeno; una vez establecida la presuncin, la prueba de la diligencia suele
ser dificultosa para el demandado, de modo que la responsabilidad se acerca
en el resultado a la estricta calificada (infra N 302), aunque tenga por
fundamento el principio de responsabilidad por culpa.6
b) Sin embargo, la diferencia estructural subsiste. En un rgimen de
culpa presunta, si falta un indicio suficiente de la culpa del autor del dao,
no podr inferirse su responsabilidad y, aunque haya antecedentes para
dar por establecida esa presuncin, ante la prueba de que el accidente no
se debi a la culpa del demandado, es la vctima quien corre con el riesgo
del dao.7 En estas hiptesis reside la diferencia efectiva con un sistema de
responsabilidad estricta. Por eso, todo indica, por razones de justicia y
prevencin, que es preferible una regla general de responsabilidad estricta para actividades excesivamente peligrosas, especialmente cuando el riesgo
proviene de instalaciones industriales o del empleo de tecnologas de efectos impredecibles.8
447
448
culpa por el hecho propio). Por el contrario, les basta constatar, por ejemplo, que el automvil tena un defecto de fabricacin que provoc el accidente, o el alimento no estaba debidamente inmunizado. Acreditado el
defecto, es indiferente la manera cmo ste lleg a producirse, esto es, la
eventual negligencia en el proceso de fabricacin (infra N 556).
b) Ms difcil es la distincin entre la responsabilidad estricta calificada y la responsabilidad por culpa en el caso de la responsabilidad estatal y
municipal por falta de servicio (infra Nos 334 c y 349). Entretanto, conviene
adelantar que la falta de servicio alude a un defecto de funcionamiento
del municipio o del rgano de la Administracin del Estado, ms que a un
mero resultado. En consecuencia, a diferencia de lo que ocurre en el derecho comparado con la idea de productos defectuosos, en este caso no
existe diferencia entre la cosa (servicio) y el proceso (actividad del rgano
pblico al que el dao es atribuido). Lo relevante reside en que la idea de
falta de servicio no atiende a la accin incorrecta de un funcionario, sino
que considera objetivamente si se debi prestar un servicio de una calidad
tal que evitara el accidente. En verdad, se trata de una falta al deber de
cuidado que la ley establece para el servicio pblico, de modo que atiende
a la organizacin del mismo. Por eso, la idea de falta de servicio guarda
estrecha relacin con la culpa en la organizacin, que, en el derecho privado, es caracterstica de la responsabilidad del empresario (supra N 129).
c. La responsabilidad estricta en el sistema de responsabilidad civil
303. El lugar de la responsabilidad estricta en el actual derecho de la responsabilidad civil. a) En su formulacin ms arcaica, la responsabilidad
civil obedeci a una nocin cercana a la idea moderna de responsabilidad
estricta; sin embargo, ello se debi ms bien a que en una sociedad simple
los daos eran generalmente voluntarios (supra N 22).
Muchos factores influyeron en el largo desarrollo hacia un estatuto
general de responsabilidad por culpa, como el recogido en los artculos
1437, 2284, 2314 y 2329. La evolucin del derecho romano a partir de la
lex Aquilia, la influencia de la idea de justicia correctiva o conmutativa en
la escolstica, el trasfondo de responsabilidad personal en el derecho natural racionalista y el progresivo protagonismo de la idea de libertad, con
su efecto correlativo en la responsabilidad por desconsideracin del inters ajeno, contribuyeron al establecimiento de un principio general y abstracto de responsabilidad por culpa en la tradicin jurdica del derecho
civil, como se recoge universalmente en la codificacin (supra N 23).10
10 Bajo la accin por trespass el common law conoci desde el medioevo tipos de responsabilidad estricta para los injustos ms obvios y peligrosos, que se distinguan del case, donde el ilcito no era tan evidente. El vaco dejado por la multiplicidad de torts especficos fue
llenado en el siglo XIX con la introduccin de un ilcito general por negligencia, que luego
se transform en derecho comn y supletorio de responsabilidad (Zimmermann 1990 908).
449
b) Durante todo el siglo XX se formularon las ms diversas apreciaciones crticas acerca de la responsabilidad por culpa y se afirm su inminente decadencia. En el derecho francs se desarroll la llamada doctrina del
riesgo, que pretenda transformarse en doctrina comn de la responsabilidad civil. Aunque la responsabilidad estricta asumi un amplio campo de
aplicacin, gracias a una creacin jurisprudencial relativa al hecho de las
cosas (supra N 136 b), el rgimen general de responsabilidad aun hoy
sigue fundado en la negligencia.11 A su vez, en el derecho anglosajn se
desat a partir de los aos 60 del siglo XX una fuerte opinin doctrinaria
a favor de la responsabilidad estricta, con fundamento en argumentos econmicos y de justicia correctiva y distributiva;12 sin embargo, varias dcadas
despus de iniciada una revolucin que se tuvo por inevitable, la responsabilidad por negligencia sigue siendo la doctrina general de la responsabilidad en los ms diversos sistemas jurdicos.13
c) En definitiva, la responsabilidad por culpa es el rgimen general y supletorio de responsabilidad (supra N 39). Sin embargo, todos los sistemas jurdicos conocen mbitos de responsabilidad estricta que hacen excepcin al
principio casum sentit dominus. Estos estatutos de responsabilidad estricta
dejan sin aplicacin el rgimen supletorio en mbitos especficos de actividad o de riesgo.
d) En el apartado siguiente se intentar mostrar sintticamente los regmenes bsicos de responsabilidad a la luz de los fines de la responsabilidad civil; enseguida se volver sobre el rgimen general de responsabilidad.
36. LA RESPONSABILIDAD POR CULPA Y LA RESPONSABILIDAD ESTRICTA A LA LUZ
DE LOS FINES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
450
lisis econmico del derecho tienden a subsumir todas las preguntas del
derecho privado bajo un criterio de eficiencia (cul es la regla que produce el resultado social ms beneficioso?),14 una corriente contraria ha
procurado rescatar la tradicin que entiende el derecho civil como un
ordenamiento provisto de su propia lgica interna, cuyas instituciones no
pueden ser correctamente comprendidas como instrumentos tcnicos para
procurar fines pblicos, porque su fin se agota en definir en trminos
justos la relacin concreta entre las partes (cul es la regla que constituye
la solucin correcta del conflicto entre el autor del dao y la vctima a la
luz de los principios de justicia correctiva?).15
Una vez analizada la responsabilidad por culpa y reseadas las caractersticas bsicas de la responsabilidad estricta, en esta seccin sern analizados ambos estatutos de responsabilidad en la dimensin de esos fines de
justicia y de prevencin. Para ello se asume que el derecho civil es un
ordenamiento que debe dar soluciones justas para conflictos privados y
que, dentro del marco de posibilidades que abre ese principio de justicia,
debe procurar que las reglas cumplan una funcin que se acerque al ptimo de prevencin de los accidentes.
a. Los estatutos de responsabilidad a la luz de la justicia correctiva
305. La idea de justicia correctiva como criterio de responsabilidad. a) La
justicia correctiva atiende a la relacin entre el autor del dao y la vctima.
Su objeto es restablecer el orden alterado por el hecho que genera la
responsabilidad. Por eso, la ventaja del principio regulador de la justicia
correctiva radica en que adopta la dimensin de la relacin jurdica de
derecho privado.16 No se pregunta por fines que son ajenos a la particular
relacin entre las partes, como ocurre con las diversas versiones del enfoque utilitarista, incluida la perspectiva del anlisis econmico del derecho.
La pregunta no es por la regla social ms eficiente, sino por la regla que
establece la correcta ordenacin de los intereses de las partes.
Desde el derecho romano la justicia correctiva refleja la perspectiva
moral dominante en el modo de pensar del derecho privado. Expresa la
actitud que con naturalidad adopta el juez al momento de resolver un
conflicto, porque responde al razonamiento prctico por excelencia, como
Supra 3 b.
Supra 3 a.
16 La justicia correctiva es un concepto desarrollado por Aristteles al tratar de la justicia como virtud (Aristteles tica Nicomaquea 5.4.1131 b). El concepto es adoptado por Toms de Aquino, con expresa referencia a Aristteles, pero traducido como justicia conmutativa
(Suma de Teologa II-II a. 61 q. 1). En este libro se ha optado, en materia de responsabilidad
extracontractual, por la denominacin justicia correctiva (que se ha hecho comn en el
renacimiento contemporneo de la tradicin aristotlica), asumiendo que el trmino justicia conmutativa se adapta preferentemente a las relaciones contractuales.
14
15
451
es declarar si una persona es responsable frente a otra por los daos atribuibles a su hecho. Por eso, la perspectiva de la justicia correctiva ayuda a
comprender el derecho de la responsabilidad civil desde dentro, como un
orden que aspira a resolver conflictos entre personas que interactan en
sociedad. La justicia correctiva expresa la moral bsica del deber, que es
propia del derecho privado.17
b) Sin embargo, la comprensin de la responsabilidad civil a la luz de la
justicia correctiva tambin cumple funciones sociales importantes.18 Un derecho privado orientado a resolver conflictos entre partes, sobre la base de
considerar si es injusta la conducta del demandado, constituye la estructura
bsica que dinamiza un orden social espontneo, basado en las ideas regulativas de la libertad y de la responsabilidad personal (supra N 20).19
En este libro se asume que el derecho de la responsabilidad civil adopta, en la prctica, la perspectiva justificatoria de la justicia correctiva, porque sta responde a su naturaleza de derecho privado y, adems, porque su
funcin social de mantener un orden que garantice el bienestar es cumplida en la medida en que asuma ese principio normativo, que es diferente al
caracterstico de la tcnica social tpica de las regulaciones.20
c) Asumido que la justicia correctiva tiene un papel significativo en la
comprensin y desarrollo del derecho de la responsabilidad civil, an no
est dicho de qu manera los regmenes de responsabilidad por culpa y de
responsabilidad estricta responden a ese criterio normativo. En su forma
ms pura, la idea de justicia correctiva expresa la estructura del juicio de
responsabilidad, pero no proporciona criterios sustantivos para atribuirla
(supra N 14). En los prximos prrafos se har una breve referencia a la
discusin respecto a los fundamentos de cada tipo de responsabilidad.
306. La responsabilidad por culpa a la luz del principio de justicia correctiva. a) La persistencia de la responsabilidad por culpa como rgimen general y supletorio se explica por la sencillez de su justificacin.
La negligencia supone poner en riesgo a los dems ms all de lo que
resulta razonable, atendidas las circunstancias de la accin. Aunque no se
acte con intencin de daar, la culpa supone utilizar voluntariamente a
los dems como medios disponibles para los propios fines. As se explica
que la negligencia seguida de dao desencadene en los sistemas jurdicos
17 La idea de moral del deber, en oposicin a una moral de aspiracin, fue desarrollada en Fuller 1969 3; vase tambin Hayek 1973/79 II 33.
18 Para esta distincin entre lo que es una prctica normativa y aquello para lo cual es
funcional, Coleman 2001 14.
19 Hayek 1973/79 I 31.
20 Barros 2001 19. Como se muestra en ese texto, este postulado no pretende afirmar
que el derecho no puede ser instrumento de fines concurrentes con principios de justicia
correctiva (de justicia distributiva o de eficacia preventiva, por ejemplo); slo afirma que el
enfoque de la justicia correctiva subyace desde el derecho romano a la prctica del derecho
privado, entendido como orden de las relaciones entre personas (en el caso de la responsabilidad civil, entre el autor del dao y la vctima).
452
ms diversos el juicio de responsabilidad. Y aunque rijan en ciertos mbitos de actividad estatutos de responsabilidad estricta que se superponen al
de responsabilidad por culpa, ocurre que la culpa, a diferencia del mero
riesgo, es un criterio de responsabilidad que puede cubrir todos los mbitos de la accin humana.
En verdad, el desarrollo del derecho de la responsabilidad civil puede
ser entendido como una prctica que ha dado forma progresiva a postulados de justicia correctiva.21 Y en esa prctica judicial y argumental, que se
ha extendido por ms de dos milenios, la comisin de un acto injusto que
causa dao a otro ha sido siempre justificacin suficiente para imponer responsabilidad.22
La doctrina jurdica ha refinado las condiciones de aplicacin del principio, precisando los requisitos de la responsabilidad por negligencia (voluntariedad del hecho, culpa, dao y causalidad). Pero se ha conservado
la estructura bsica del sistema general y supletorio de responsabilidad,
que responde a ese criterio de justicia correctiva, donde el papel del juez
es restablecer la igualdad que ha sido rota por el hecho injusto que ha
provocado el dao.23
En suma, aunque la culpa no sea el nico criterio de atribucin de
responsabilidad, la circunstancia de que el dao pueda ser atribuido a la
infraccin de un deber de cuidado es razn suficiente para imponerla.24
b) Se ha mostrado, sin embargo, que existen lmites a la identidad del
juicio moral con el jurdico en materia de responsabilidad civil. Esa diferencia se muestra especialmente en que el derecho no considera la culpa
del mismo modo que la moral. Mientras el juicio moral de culpabilidad
admite la excusa referida a las particulares debilidades del autor del dao,
se ha visto que ella no es admisible, por lo general, en el juicio de responsabilidad civil. El derecho privado exige que se sacrifique lo individual a
efectos de que pueda existir un orden conocido que d forma a nuestras
expectativas (supra N 47). En cierto sentido, la responsabilidad por culpa
tambin es estricta, porque puede ser impuesta aunque el demandado no
haya estado en condiciones de actuar del modo exigido.25
Ese compromiso entre objetividad y reproche a la conducta puede explicarse como una concesin a la necesaria generalidad de las reglas que
ordenan la vida social. Por lo mismo, a diferencia de la moral, el juicio
jurdico de responsabilidad no constituye un reproche subjetivo a la persona, sino uno objetivo referido a su conducta.
La idea de la justicia correctiva como correlato a una prctica de resolucin de conflictos puede consultarse en Coleman 2001, especialmente 375.
22 Kaser 1971 I 504, Zimmermann 1990 1027.
23 Aristteles tica Nicomaquea 5.4.1132 a.
24 Von Jhering 1879 40, con la agudeza que lo caracterizaba, plante el lugar prevalente de la culpa como fundamento de la responsabilidad en la tradicin del derecho romano, afirmando que se es responsable en razn de haber actuado culpablemente y no del
dao.
25 Honor 1999 18.
21
453
454
las partes es objeto de reproche moral, por qu usar ese criterio moral
para atribuir responsabilidad?.29 Y, en tal caso, no es ms justo atribuir la
responsabilidad al autor del dao y no a la vctima?
El argumento es discutible desde diversas perspectivas.30 Lo ms decisivo es que una doctrina radical de responsabilidad estricta no se puede
sostener como una prctica generalizada: el derecho de la responsabilidad
civil necesariamente debe establecer criterios adicionales a la mera causalidad, porque no es imaginable una sociedad donde debamos responder de
todas las consecuencias dainas que se sigan de nuestras acciones y omisiones (supra N 7). Ese es el fundamento, incluso pragmtico, del principio de negligencia, que asume que los daos se radican donde caen, a
menos de haber alguna razn para atribuir responsabilidad a un tercero.31
d) El enfoque justificatorio ms generalizado de la responsabilidad estricta prescinde de todo juicio de valor acerca de la conducta del agente.
En tal sentido, supone agregar un grado adicional de objetividad en comparacin con la responsabilidad por culpa, porque la responsabilidad estricta es indiferente de todo juicio de valor acerca de la conducta del
demandado. Atendidas las circunstancias, el hecho puede ser tenido per se por
injusto, con prescindencia de si el demandado obr con culpa.32
La historia del pensamiento jurdico conoce innumerables argumentos de justicia para establecer estatutos de responsabilidad estricta. El ms
frecuente se refiere a la imposicin unilateral de riesgos: si alguien desarrolla una actividad en su solo provecho, del mismo modo como se aprovecha de sus ventajas, debe hacerse cargo de las consecuencias daosas
que de ella se siguen para terceros.33 El problema del argumento reside en
455
456
los dems, debe asumir los costos de los daos, aunque haya actuado con
diligencia. Esta idea se remonta a Luis de Molina, el gran civilista de la
escolstica espaola, quien sostena que uno debe ser responsable, con prescindencia de la culpa, si emprende una actividad tan peligrosa que slo
puede ejecutarse si se tiene la intencin de pagar los daos que de ella
resulten.39 En esencia, este argumento es reiterado hasta nuestros das desde
las ms diversas perspectivas,40 y sirve de fundamento para la introduccin
de leyes que establecen regmenes de responsabilidad estricta respecto de
actividades especficas; pero, en algunos sistemas jurdicos, tambin ha servido para establecer un principio de derecho comn, que establece responsabilidad estricta respecto de los daos provocados por actividades que suponen
un especial riesgo.41 El mismo argumento de la peligrosidad de la accin
tambin permite construir la ms indiscutible de las hiptesis de presuncin
de culpabilidad por el hecho propio en nuestro derecho (supra N 95).
b) Responsabilidad vicaria. La responsabilidad vicaria, esto es, la
responsabilidad estricta por las negligencias incurridas por los dependientes, tiende a ser una regla en el derecho contemporneo42 (supra
De Iustitia et Iure Tractatus (1614), citado por Gordley en Owen 1995 152.
Weinrib 1995 188 (en la dimensin de la justicia correctiva), Posner 1992 171 (desde la perspectiva de la eficiencia preventiva) y Larenz/Canaris 1994 605 (desde un punto
de vista jurdico dogmtico).
41 Von Bar 1996 I 372. As ocurre liberalmente en el derecho francs con el instituto de la
responsabilidad por el hecho de las cosas, que ha devenido en una responsabilidad estricta que
es independiente de su peligrosidad, como consecuencia de una interpretacin literal del artculo 1384 del Cdigo Civil francs (Flour/Aubert 2003 237). Ms precisamente, en el derecho norteamericano el riesgo excesivo da lugar a una regla general de responsabilidad estricta por
actividades anormalmente peligrosas; Restatement/Torts II 519, establece el siguiente principio:
(1) Quien lleva a cabo una actividad anormalmente peligrosa es responsable por los daos a la
persona, a los inmuebles y dems bienes de otro, y que resulten de esa actividad, aunque haya
ejercido el mayor cuidado en prevenir el dao; (2) Esta responsabilidad estricta est limitada al
tipo de dao cuya posibilidad hace que la actividad sea anormalmente peligrosa. Restatement/
Torts II 520 define las circunstancias que hacen una actividad excesivamente peligrosa: alto riesgo de causar algn dao en la persona, inmuebles o dems bienes de otro; probabilidad de que
el dao resultante sea significativo; imposibilidad de eliminar el riesgo con un razonable cuidado;
que la actividad no sea de ejercicio general; impropiedad del lugar donde la actividad es ejecutada; y extensin en que el bienestar de la comunidad es superado por los peligros de la actividad.
La peligrosidad anormal ha sido incorporada tambin como criterio general para dar lugar a una
responsabilidad estricta en los Principles of European Tort Law; se entiende que es anormal la peligrosidad si (a) crea un riesgo de dao previsible y significativo aunque se emplee todo el cuidado debido en su ejercicio y b) no es una actividad de uso comn (Principles/Torts, artculo 5.101).
El mejor desarrollo de la idea de riesgo excesivo como criterio general de responsabilidad estricta
me parece que se encuentra en el nuevo Cdigo holands (Cd. hol., 6.173 a 6.177).
42 Zweigert/Ktz 1996 639; y donde no lo es, como en el caso del derecho alemn, la
jurisprudencia ha encontrado caminos para que en la prctica lo sea, de manera anloga a
la responsabilidad vicaria (dem 633). Ese es tambin el caso de la responsabilidad de los
dependientes en el derecho chileno (supra N 119). Un completo desarrollo de la idea de
responsabilidad vicaria en Zelaya 1995 y en sus otros escritos sobre responsabilidad de empresarios (Zelaya 1993, 1997, 1998 y 2004).
39
40
457
N 104). Ya en el derecho romano, la responsabilidad por el hecho culpable de los dependientes era estricta.43 Por otro lado, la responsabilidad vicaria no es un caso puro de responsabilidad estricta, porque
presupone que el dependiente por cuyo acto se responde haya actuado
negligentemente. En materia de responsabilidad del Estado, la responsabilidad vicaria del mismo se extiende a situaciones en que un servicio
ha sido entregado en concesin a un tercero, en la medida que haya
envuelto un deber de servicio por parte de la Administracin Pblica
frente a la comunidad (infra N 368).
La responsabilidad vicaria asume que el hecho del dependiente es indisociable de la actividad que lleva a cabo el principal, porque la empresa
debe ser considerada como una unidad.44 En parte, este criterio explica
que en el derecho chileno la responsabilidad del empresario haya sido
progresivamente calificada por la jurisprudencia como una responsabilidad por el hecho propio, referida a la organizacin empresarial en su
conjunto, ms que como responsabilidad por el hecho del dependiente
(supra N 129).
Con todo, el argumento a favor del establecimiento de una responsabilidad vicaria parece ser ms complejo, pues sta inequvocamente
comprende aspectos correctivos y distributivos: por un lado, el control
de la actividad es ejercido por el principal, de modo que los actos de
los dependientes son en cierto sentido tambin los suyos; por el otro,
es el empresario quien gana provecho de esa actividad, por cuya cuenta
acta el dependiente, de modo que no parece equitativo que conserve
las utilidades y no se haga cargo de indemnizar a las vctimas de los
daos provocados por el desarrollo impropio de su actividad rentable.45
Finalmente, no es justo para con las vctimas que el dependiente, que
generalmente carece de medios, pueda resultar siendo el nico responsable de los daos (si el principal tiene xito en su excusa de diligencia), en circunstancias que es el empresario quien le ha delegado esas
tareas.46
c) Regmenes de proteccin de vctimas que se encuentran en una posicin estratgica de desventaja respecto del autor del dao. Al menos en
dos grandes grupos de casos la responsabilidad estricta persigue corregir
asimetras en la posicin de las partes, que dificultan juzgar sus posiciones
relativas a la luz de un principio formal de igualdad: los trabajadores en
relacin con sus empleadores y los consumidores en relacin con los productores. La asimetra no debe entenderse en trminos distributivos (el
43 Kaser 1971 I 161, con referencia a que esta responsabilidad noxal se remonta a la
solidaridad del clan en el derecho primitivo; tambin Zimmermann 1990 1118. En el derecho moderno se introdujo la idea de la responsabilidad por culpa presunta como una concesin al principio de culpabilidad y en razn de una equivocada lectura de las fuentes
romanas (Zweigert/Ktz 1996 633).
44 Weinrib 1995 186, Millet 2001 195.
45 Honor en Owen 1995 85.
46 Savatier 1951 356.
458
459
51 Shavell 1987 8, Epstein 1999 94, Abraham 2002 159. La demostracin inicial de la
indiferencia de las reglas de responsabilidad, a falta de costos de transaccin, en Coase 1960
passim.
460
CUADRO N 1
Utilidad
de la actividad
Gasto
de prevencin
Costo
accidentes 52
Utilidad
social neta
60
50
10
60
10
20
30
60
15
10
35
60
20
32
60
25
28
De este cuadro se sigue que el ptimo de gastos de cuidado es (aproximadamente) 15, porque si se invierte menos en precauciones preventivas
los costos de los accidentes sern de tal modo elevados, que el beneficio
neto ser inferior al ptimo; el mismo razonamiento se puede hacer en la
dimensin inversa: si se gasta demasiado en prevencin, los gastos de cuidado adicionales no son compensados por los menores costos de accidentes debidos a esas precauciones preventivas marginales.
c) Bajo un rgimen de responsabilidad por culpa se puede asumir que
el umbral de cuidado debido est definido por los costos de prevencin,
por un lado, y por las indemnizaciones que deben pagarse a las vctimas si
no se ha ejercido el debido cuidado, por el otro. Por consiguiente, de
acuerdo con este esquema explicativo, podra asumirse que quien desarrolla la actividad responder de los daos y perjuicios que de ella se siguen si
las prevenciones empleadas se encuentran en un nivel inferior a 15.
En consecuencia, desde un punto de vista terico, el sistema es autoadaptativo: la regla de negligencia establece el incentivo correcto para
emplear el nivel ptimo de cuidado, porque si se invierte menos en precauciones, los costos marginales en indemnizaciones sern superiores a
los ahorros en costos de prevencin; a la inversa, no hay incentivo para
invertir en exceso, porque ello no se ve compensado con una disminucin equivalente de los costos que quien desarrolla la actividad debe asumir por las indemnizaciones por los daos que se siguen de los accidentes.
d) Pero exactamente el mismo resultado se obtiene bajo un rgimen de responsabilidad estricta. Quien desarrolla la actividad va a tener que indemnizar a
todas las vctimas de accidentes, de modo que tendr incentivos para invertir en precauciones hasta el punto en que el gasto marginal en prevencin
deje de estar compensado por un ahorro en el pago de indemnizaciones.53
52 Siguiendo la frmula de L. Hand, se asume que el costo de los accidentes est dado
por la intensidad y por la probabilidad del dao (supra N 66). El cuadro asume un rendimiento decreciente de las medidas marginales de prevencin, lo que explica que el costo
de accidentes no evolucione en la misma proporcin que los gastos de prevencin.
53 Posner 1992 168; por otro lado, como lo ha mostrado Coase 1960 87, descontado el
costo de transaccin que supone llegar a acuerdo entre las vctimas y los autores de los daos, es indiferente cual sea la regla de responsabilidad a efectos de saber cunto est dis-
461
Nivel
de la actividad
Utilidad total
de la actividad
Costos
totales
Costos de
accidentes
Beneficio
social neto
1
2
3
4
5
40
60
70
73
75
10
15
23
35
50
10
15
23
35
50
20
30
24
3
-25
462
cuidado,56 es difcil determinar, respecto de una actividad que per se no presenta esa caracterstica, cundo es ejercida de un modo excesivo (es excesivo haber tomado el auto para ir a comprar un paquete de cigarrillos?). En
definitiva, la regla de negligencia no puede incorporar las variaciones que
tiene el factor de la utilidad.
Por el contrario, bajo un rgimen de responsabilidad estricta, a medida que baja la utilidad marginal, slo resultar conveniente desarrollar la
respectiva actividad hasta el punto en que esa utilidad pase a ser menor al
costo esperado de las indemnizaciones (en el cuadro N 2, ese punto es el
nivel de actividad 2). De este modo, habr una relacin ptima que incluye la variable adicional, esto es, que la utilidad que se sigue de aumentos
de actividad no es esttica, sino decreciente. Por el contrario, la responsabilidad por negligencia no puede capturar esta variable: el debido cuidado
es funcin de los costos de prevencin y del riesgo de accidentes y asume
que la utilidad de la actividad es constante, cualquiera sea el nivel de actividad. En consecuencia, el cuidado que excluye la responsabilidad es proporcional al nivel de actividad, cualquiera sea la utilidad que la unidad
marginal de actividad produce para quien la realiza.57
b) Costos administrativos. Para calcular la diligencia debida se consideran los costos de prevencin y los costos que acarrea el accidente. Sin
embargo, esos no son los nicos costos relevantes al momento de calcular
las ventajas de cada rgimen de responsabilidad. El sistema de responsabilidad estricta aumenta el nmero de casos en que se debe responder, pero
disminuyen significativamente los costos de llevar adelante un juicio de responsabilidad (costos administrativos).58
Los juicios, en casos de responsabilidad estricta, tienen un desenlace
conocido en cuanto a la condena (salvo los casos, ms bien inusuales, en
que se discuten cuestiones de causalidad), de modo que la nica pregunta
abierta es la referida al monto de los daos. En tales circunstancias, son
56 La utilidad de la actividad como criterio de determinacin del nivel de diligencia en
supra N 61. El ejemplo legal ms clsico es la regla que establece una responsabilidad estricta por la tenencia de animales fieros que no prestan utilidad para la guarda o servicio
de un predio (artculo 2327).
57 El nivel de actividad como criterio para valorar los regmenes de responsabilidad fue
introducido por Shavell 1980 1 (vase tambin Shavell 1987 21 y Shavell 2004 197); la idea
ha sido acogida por Posner, quien a pesar de sostener la ventaja econmica de un rgimen
de responsabilidad por culpa, acepta que el argumento habla a favor de la responsabilidad
estricta en casos en que la autorregulacin de los niveles de actividad de los potenciales
causantes de dao es la mejor forma de prevenir los accidentes (Posner 1992 170). Distinta, pero anloga al nivel de actividad, es la pregunta por el tipo de actividad que puede prevenir mejor los accidentes: la responsabilidad por negligencia considera cul es el cuidado
debido para transportar en camiones una carga peligrosa, pero usualmente no provee el
instrumento analtico que permita preguntarse si no era socialmente ms beneficioso que
el transporte se efectuara por ferrocarril (Epstein 1999 96, Abraham 2002 163).
58 La incorporacin de los costos terciarios o administrativos al anlisis econmico de
la responsabilidad civil es uno de los aportes fundamentales de G. Calabresi (su conclusin
en Calabresi 1970 288); un desarrollo analtico especialmente lcido en Shavell 1987 262.
463
464
La internalizacin de los costos de los accidentes asociados a una actividad tiene adems un efecto distributivo, porque evita que el dao caiga de
manera aleatoria en una vctima que slo estadsticamente es identificable. La responsabilidad estricta cumple, desde esta perspectiva, la funcin
de un seguro de accidentes, porque garantiza indemnizacin a toda vctima de accidentes, soportando el costo el conjunto de las vctimas potenciales, por medio de incrementos marginales en el precio (supra N 21).
c. Fronteras entre la responsabilidad por negligencia y la responsabilidad estricta
311. Aspectos que acercan la responsabilidad por negligencia a la responsabilidad estricta. a) La mayor dificultad de la responsabilidad por negligencia no es conceptual, sino estratgica. En principio, en el juicio de
responsabilidad extracontractual todo el riesgo pertenece al demandante.
Por lo mismo, a falta de evidencia acerca de la responsabilidad de un tercero, es la vctima quien soporta el costo del accidente. De este modo, en
principio, los riesgos judiciales tambin pertenecen a la vctima, porque es
ella quien soporta la carga argumental y probatoria.
La asimetra de riesgos entre las partes se muestra en los costos administrativos en que se debe incurrir para probar la culpa del demandado, segn la regla general de que la prueba de la culpa es condicin para hacer
valer la responsabilidad. En el anlisis econmico, estos costos administrativos son mirados desde la perspectiva de la prdida neta de recursos que
ello envuelve, sin atender a quien los soporta. Pero la situacin suele ser
ms grave si el problema se analiza pragmticamente en la dimensin de
la justicia correctiva: los gastos administrativos suelen ser mucho ms gravosos para la vctima que para el autor del dao (que maneja la informacin sobre sus propios hechos); el resultado suele ser que resulte ilusorio
o extremadamente arriesgado para la vctima hacer valer su derecho. Por
el contrario, el demandado tiene usualmente el control de toda la prueba
relevante (como ocurre con el defecto de fabricacin de un producto industrial, cuyo origen en concreto puede ser difcilmente detectable por la
vctima, an recurriendo al testimonio de expertos).
b) La responsabilidad por culpa conoce desde antiguo el correctivo
de las presunciones de culpabilidad del autor del dao, cuyo efecto es
invertir la posicin estratgica de las partes en beneficio de la vctima
(supra 14). En la medida que bajo presunciones de culpa o de causalidad es el autor del dao quien asume la carga y el riesgo probatorio,
el efecto suele no ser muy diferente al de la responsabilidad estricta.
En efecto, especialmente cuando se trata de procesos complejos (como
la fabricacin de un producto defectuoso), la excusa de diligencia suele ser tan difcil como la prueba de la negligencia, porque los tribunales usualmente exigen que se muestre con precisin cmo el accidente
lleg a ocurrir a pesar de haberse empleado el debido cuidado. En el
fondo, la carga de la prueba de la diligencia suele devenir en mostrar
que el dao se produjo a consecuencia de un hecho que no guarda
relacin alguna con el mbito de cuidado del presuntamente responsa465
466
467
tiene origen romano,67 el dao causado por una cosa que cae o se arroja
desde la parte superior de un edificio, es imputable a todas las personas
que habitan la misma parte del edificio, y la indemnizacin se dividir
entre todas ellas, a menos que se pruebe que el hecho se debe a la culpa o
mala intencin de alguna persona exclusivamente, en cuyo caso ser responsable slo ella (supra N 140 c).
Se advierte que en el primer caso se trata de una responsabilidad sin
culpa o estricta, que se distribuye entre todos quienes pudieron provocar el
dao. A falta de prueba de la culpa de alguien en particular, la responsabilidad tiene por nico requisito la relacin causal entre el riesgo de que alguna cosa caiga y el dao provocado. A la inversa, probado por cualquiera de
los propietarios (o por la vctima) que la cosa ha cado desde algn lugar
del edificio, todo indica que la responsabilidad del ocupante est dada por
una presuncin de culpa, esto es, por el juicio de reproche que se hace a
quien habita el lugar desde donde cay el objeto.68 En tal caso, se plantea la
pregunta por las excusas que sern admisibles a quien habita el lugar desde
donde cay o fue arrojada la cosa. Todo indica que slo podr invocar eficazmente como excusa el caso fortuito o fuerza mayor, de modo que por
mucho que la ley funde la responsabilidad en la culpa o intencin, en la
prctica, tambin en este caso, opera como estricta (supra N 140).69
b) La regla de distribucin de la indemnizacin entre todos los candidatos a autores del dao es una excepcin a la solidaridad establecida por
el artculo 2317; el mismo criterio es empleado por el artculo 2323 II para
los daos causados por la ruina de un edificio (pero en este caso rige
siempre el principio de responsabilidad por culpa). Se trata de casos de
causalidad difusa que justifican una regla de excepcin (supra N 280).
316. Daos ocasionados por el conductor de un vehculo motorizado. En el
derecho chileno la responsabilidad por accidentes provocados por vehculos motorizados est sujeta al estatuto general de responsabilidad por culpa
(Ley del trnsito, artculo 170).70 El sistema se asienta en un conjunto de
reglas establecidas por la propia Ley del trnsito, cuya infraccin da lugar a
presunciones de responsabilidad (artculo 172), que corresponden a hiptesis de culpa infraccional, que, en general, slo admiten como excusa la fuerza mayor (infra N 516). Lo anterior es sin perjuicio del cuidado exigido al
conductor en razn del deber general de diligencia (infra N 517).
Digesto 9.3.5.
Por esta razn resulta equvoca la excusa admisible a quien habita en la misma parte
del edificio en orden a que para liberarse se debe probar que el hecho se debe a culpa o
mala intencin de alguna persona exclusivamente; debe entenderse que la excusa se refiere a la causalidad ms que a la culpa o dolo de otro de los habitantes del edificio.
69 Para Alessandri 1943 442 el artculo 2328 no constituye excepcin a la responsabilidad por culpa; acepta, sin embargo, que existe una presuncin de negligencia (dem 447).
70 El derecho comparado conoce los ms diferentes sistemas en la materia; en general,
mientras en el derecho europeo se tiende al establecimiento de estatutos de responsabilidad estricta, en el norteamericano rige un rgimen de responsabilidad por negligencia (Shavell 1987 31, Von Bar 1996 I 367).
67
68
468
La ley contempla dos instrumentos adicionales para proteger a las vctimas de los accidentes. Ante todo, se establece un rgimen de responsabilidad estricta del propietario y del tenedor del vehculo por los daos ocasionados
por la negligencia del conductor (artculo 174). Esta regla contiene una
hiptesis de responsabilidad por el hecho ajeno, en cuya virtud el propietario y el tenedor del vehculo responden solidariamente con el conductor, y slo pueden eximirse probando que el vehculo fue usado contra su
voluntad. Tcnicamente se trata de una garanta legal por el accidente
provocado por un tercero (infra 52 c).
Adems, la ley establece un sistema de seguro obligatorio, anlogo al existente en materia de accidentes del trabajo, para accidentes personales causados por la circulacin de vehculos motorizados (ley N 18.490, sobre
seguro obligatorio de accidentes causados por la circulacin de vehculos
motorizados).
En atencin a la importancia prctica de esta legislacin, as como de la
aplicacin de las reglas generales de la responsabilidad a los accidentes del
trnsito, la materia ser objeto de un anlisis por separado en infra 52.
317. Responsabilidad del explotador de aeronaves por daos ocasionados
en caso de accidente areo. El Cdigo Aeronutico (ley N 18.916) establece dos mbitos de responsabilidad sin culpa respecto del explotador de
una aeronave,71 a cuyo efecto entiende por explotador a la persona que
utiliza la aeronave por su cuenta y est a cargo de su inspeccin tcnica.72
a) El primer mbito de responsabilidad es el contractual, que comprende los daos corporales de lesiones o muerte ocasionados a los pasajeros durante su permanencia a bordo de la nave o durante las operaciones
de embarque o desembarque (artculo 143), con un lmite de 4.000 unidades de fomento por muerte o lesin de cada pasajero.73 Se trata de una
obligacin de garanta, que opera por la sola presencia de dao.74
Las normas sobre accidentes areos tienen por antecedente el Tratado de Varsovia
de 1929 y el Protocolo de La Haya de 1955, que constituyen los acuerdos de derecho privado uniforme en la materia y que recogen el criterio del riesgo de la empresa para establecer un rgimen de responsabilidad estricta (Rinaldi 1989 399).
72 Se presume que las calidades de propietario y explotador coinciden en la misma persona (Cdigo Aeronutico, artculo 99). El propietario tiene responsabilidad solidaria por
el uso que un tercero haga de la aeronave, a menos que muestre que con la diligencia debida le fue imposible impedir su uso. El Cdigo establece que hay responsabilidad solidaria
entre el explotador y el propietario cuando son personas diferentes, a menos que ste haya
cedido la explotacin de la manera que establece la ley (artculo 100). Asimismo, hay responsabilidad solidaria entre el explotador y el transportador, si son personas diferentes (artculo 174 II).
73 Asimismo, se establecen lmites a la indemnizacin por el retardo en la ejecucin del
transporte, en cuyo caso rige una mera presuncin de culpa (artculo 147), por la destruccin, prdida, avera o retraso en la entrega de equipaje (artculo 148) o de mercaderas
transportadas como carga (artculo 149).
74 Sobre la responsabilidad contractual por transporte de mercaderas, Riesco 1999 953.
71
469
b) El segundo mbito pertenece propiamente a la responsabilidad extracontractual. Se refiere a los daos ocasionados a terceros en la superficie, a consecuencia de la accin de una aeronave en vuelo, o por aquello
que de ella caiga o se desprenda (artculo 155). Esta responsabilidad se
basa en la mera causalidad y slo admite como excusas los eventos de
fuerza mayor definidos en la misma ley.75 La responsabilidad alcanza solidariamente al usuario de la nave y a quien la explota, pero al explotador
le resulta admisible la excusa de diligencia (artculo 157).
El monto de las indemnizaciones est sujeto a un lmite determinado
segn el peso de la aeronave (artculo 158). La propia ley establece la
forma de distribuir la indemnizacin en caso que los daos efectivos excedan los lmites legales (artculos 159 y 160). Sin embargo, la ley autoriza
expresamente para demandar el total de los perjuicios si se probare que el
transportador o explotador, o sus dependientes,76 han actuado con dolo o
culpa (artculo 172). De este modo, la responsabilidad estricta es un estatuto mnimo de garanta, que est completado por el rgimen general de
responsabilidad por culpa, que cubre la totalidad de los daos sufridos en
razn del accidente.
c) Las acciones indemnizatorias que concede el Cdigo Aeronutico
prescriben en un ao (artculo 175). Debe entenderse que este plazo no
resulta aplicable si la accin tiene por fundamento las reglas generales de
la responsabilidad extracontractual.
318. Daos ocasionados por aplicacin de plaguicidas. a) La aplicacin de
plaguicidas est sujeta a responsabilidad estricta, segn dispone el artculo
36 de la Ley sobre proteccin agrcola.77 Esta norma dispone que si al
aplicar plaguicidas se causaren daos a terceros, ya sea en forma accidental o como consecuencia inevitable de la aplicacin, stos podrn demandar judicialmente la indemnizacin de perjuicios correspondiente dentro
del plazo de un ao contado desde que se detecten los daos. En todo
caso, no podrn ejercerse estas acciones una vez que hayan transcurrido
dos aos desde la aplicacin del plaguicida.
Quien utiliza un plaguicida est sujeto a responsabilidad por todos los
daos que se sigan de su aplicacin, aunque sean causados en forma accidental. Es un caso de responsabilidad estricta pura, que no tiene otro requisito que el dao se haya producido en el mbito de riesgo que la ley
atribuye a quien desarrolla la actividad.
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91 Es interesante la evolucin del derecho francs, donde en algn momento se estableci la desafortunada jurisprudencia de que el hecho de la vctima, aunque culpable,
no poda exonerar a quien estaba sujeto a responsabilidad estricta por el hecho de las cosas. Esa jurisprudencia ha sido desafiada por una modificacin legal en materia de accidentes de trnsito y hoy se acepta que el hecho de la vctima puede tener un efecto de
exoneracin parcial cuando es atribuible a su culpa (Chabas 2000 20 y 23).
92 Millet 2001 122. En verdad, su importancia ms precisa es como excusa de responsabilidad por incumplimiento en las obligaciones de resultado.
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478
En el derecho chileno no se reconoce el instituto de los daos punitivos (supra N 198), ni se reconoce a la indemnizacin del dao moral otra
funcin que la compensatoria. Por eso, en la materia tampoco se han planteado diferencias entre la responsabilidad por negligencia y la estricta,
como ha ocurrido en otros sistemas jurdicos.96 De ello se sigue que, en
principio, no debiera influir en la indemnizacin el grado de culpa, ni la
naturaleza de la responsabilidad.97
Lo cierto, sin embargo, es que los jueces suelen considerar de lege ferenda la gravedad de la culpa al determinar el monto de la indemnizacin
por concepto de dao moral (supra N 198), lo que debiera conducir, en
la prctica, a que no sea indiferente el tipo de responsabilidad al momento de valorar los perjuicios. Sin embargo, a falta de parmetros objetivos
en la medicin del dao moral (supra Nos 201 y 203), no es fcil comprobar empricamente si en esa avaluacin influye que la responsabilidad sea
estricta o por negligencia.
331. Establecimiento de lmites legales. En el derecho comparado, es muy
usual que los propios estatutos legales que dan lugar a un rgimen de
responsabilidad estricta establezcan lmites mximos al monto de la indemnizacin de los perjuicios.98 La prctica ha sido recogida en Chile,
especialmente en estatutos legales que tienen por antecedente convenciones internacionales99 o que han tomado como modelo la legislacin extranjera.100 La lgica del establecimiento de lmites es conciliar, por un
lado, el inters por promover que la actividad sujeta a un rgimen de
responsabilidad por riesgo sea efectivamente desarrollada (lo que se logra
con los lmites, que permiten asumir un riesgo determinado y, en consecuencia, asegurable) y, por otro, de proteger a eventuales vctimas de la
actividad peligrosa (lo que se logra con el estatuto de responsabilidad estricta). Depende de la interpretacin del respectivo estatuto si el lmite de
responsabilidad rige aun en el evento que se haya incurrido en culpa; en
principio, sin embargo, debe estimarse que la limitacin slo beneficia a
quienes son responsables por el mero riesgo y no por su negligencia.
96 Ese fue tradicionalmente el caso del derecho alemn, donde a la indemnizacin del
dao moral se le reconoci una funcin compensatoria y satisfactoria, lo que llevaba a excluirla en mbitos de responsabilidad estricta. La reforma al derecho de obligaciones, que
entr en vigencia el ao 2002, hace reparable el dao moral que se deriva de lesiones al
cuerpo, a la salud, a la libertad o a la autodeterminacin sexual, con independencia de si
la responsabilidad es estricta o por culpa, lo que tambin debiera llevar a una revisin de la
funcin y criterios de valoracin del dao moral (BGB, 253 II).
97 Podra asumirse como excepcin la regla del artculo 69 de la Ley sobre accidentes
del trabajo, que reconoce la indemnizacin del dao moral slo en el caso de culpa del
empleador; esa ley no establece, sin embargo, un rgimen de responsabilidad estricta sino
que un rgimen de seguro obligatorio.
98 Larenz/Canaris II 194 603, Von Bar 1996 II 367.
99 Como es el caso de la Ley de navegacin, sobre derrame de hidrocarburos en el mar
(artculo 145) y del Cdigo Aeronutico (artculos 144 y siguientes).
100 As ocurre en la Ley de seguridad nuclear (artculo 60).
479
CAPTULO VII
481
3
As, el Estado responde de acuerdo a categoras del derecho civil en Alemania (Deutsch/
Ahrens 2002 156, con referencia al 839 del BGB, en relacin con el artculo 34 de la Constitucin federal); en Inglaterra (Fleming 1985 66, con referencia a la British Crown Proceedings Act); en Estados Unidos (Prosser/Keeton et al. 1984 1034, con referencia a la Federal
Tort Claims Act de 1946, que termin con la inmunidad de jurisdiccin del antiguo common
law); en Italia (Cian/Trabuchi 1992 artculo 2043 XIX, en relacin con el artculo 28 de la
Constitucin italiana); informacin comparada adicional en Guichot 2001 126. En Francia,
tempranamente el Consejo de Estado estim que la responsabilidad de la Administracin
est sujeta a un estatuto de derecho pblico (arrt Blanco), pero la prctica ensea que las
categoras centrales del derecho civil (culpa, dao, causalidad) son utilizadas en el planteamiento del tema; en Francia hay doctrina relevante que habla de una responsabilidad civil del
Estado y califica la culpa como un requisito general de responsabilidad. Distinto es el caso
espaol, donde la ley especial ha desarrollado una doctrina de la responsabilidad de las
administraciones pblicas que se sustenta en la antijuridicidad del dao (Garca de Enterra/Fernndez 2002 II 378; ms distanciado Busto en Reglero 2002 a 1456; cidamente
crtico de este desarrollo, Pantalen en Pantalen 2001 182 y Pantalen 2000 79); la actitud crtica parece haberse generalizado en la doctrina administrativista (Mir 2002 30).
4
As se infiere de las reglas constitucionales sobre el Estado empresario. El artculo 19
N 21 de la Constitucin seala, en efecto, que las actividades empresariales que ejecuten
el Estado o sus organismos estarn sometidas a la legislacin comn aplicable a los particulares, sin perjuicio de las excepciones que por motivos justificados establezca la ley.
5
As, por ejemplo, CS, 15.5.2002, GJ 263, 29 y CS, 7.5.2003, F. del M. 510, 751. Sobre
la base de una errnea calificacin de la responsabilidad civil como un orden retributivo,
E. Soto Kloss ha procurado desde la dcada de 1970 sustraer la responsabilidad del Estado
de toda conexin con el derecho civil (vanse especialmente Soto 1977 y Soto 1983); por
determinante que haya resultado su contribucin doctrinaria en la consolidacin del principio de responsabilidad del Estado, estimo que esa equivocada percepcin de la actual doctrina de la responsabilidad civil, as como un injustificado celo autonomista en el desarrollo
de una responsabilidad del Estado, que pretende construirla solamente sobre la base de las
482
tantes como el dao, la causalidad, la titularidad de la accin y su extincin por la prescripcin.6 Por ello, una visin global de la responsabilidad
civil requiere un examen de las particularidades de la responsabilidad del
Estado, con acento tanto en las diferencias especficas, como en las analogas que presenta con el estatuto general de la responsabilidad civil.7
333. Desde la inmunidad del soberano hacia la responsabilidad patrimonial del Estado. a) La confluencia de tradiciones polticas y jurdicas que
se remontan al derecho pblico romano y que se consolidan con la doctrina de la soberana ilimitada del poder pblico (monrquico o democrtico), llev por siglos a la consagracin del principio de que el Estado no es
responsable de sus actos (the king can do no wrong). Por eso, no es extrao
que tampoco haya existido tradicionalmente una doctrina jurdica de la
responsabilidad del Estado.
La transicin hacia un rgimen de responsabilidad de la Administracin
del Estado es relativamente reciente. En algunos lugares es obra de los tribunales, en una sede jurisdiccional especializada (Francia); en otros, por
expansin de la responsabilidad civil del funcionario hacia la administracin concebida como persona jurdica (Alemania y en la temprana jurisprudencia chilena); en otros, leyes especiales declararon aplicable el estatuto
general de la responsabilidad civil, alterando la regla tradicional de que los
hechos de la autoridad pblica no daban lugar a responsabilidad (Inglaterra, Estados Unidos). En algunos sistemas jurdicos, finalmente, se ha creado un estatuto legal especial de responsabilidad de las administraciones
pblicas (Espaa). En cada caso, la manera como se produjo el paso desde
la inmunidad hacia la responsabilidad determin que esta fuera construida
como un ordenamiento independiente del derecho civil, aunque con diferentes grados de vinculacin (Francia, Espaa), o que fuera concebida como
una modalidad de la responsabilidad civil (Alemania, Italia, Pases Bajos,
ideas generales expresadas en la Constitucin, ha creado innecesarias confusiones en la formulacin en concreto de las numerosas preguntas que plantea la materia, las que recin
en el ltimo tiempo han comenzado a ser dilucidadas por la jurisprudencia superior que se
analiza en este captulo y por una nueva corriente doctrinaria. Sobre la dificultad de aplicar directamente la Constitucin a cuestiones de responsabilidad civil, supra 22; sobre la
dificultad de construir un ordenamiento de la responsabilidad del Estado sobre la base de
las normas de la Constitucin, infra N 337. Un anlisis publicista de la responsabilidad, que
permite conexiones con la tradicin del derecho civil, en Pierry 1995 a, Pierry 2000, R. Letelier 2002 y Ferrada en Marn 2004 a.
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484
485
el servicio efectivamente prestado con el que se debi ejecutar por el municipio u otro rgano de la Administracin del Estado. En consecuencia, la
responsabilidad por falta de servicio no es estricta u objetiva en un sentido
propio, porque no basta acreditar que el dao fue causado por la accin u
omisin del demandado (en este caso de la Administracin), sino supone
un juicio de valor acerca del nivel y calidad de servicio que era exigible del
municipio o del rgano de administracin. Una de las mayores fuentes de
confusin en el derecho chileno radica en no haber tenido presente la
distincin entre estos dos tipos de estatutos.15
Por otro lado, la responsabilidad por falta de servicio no es subjetiva, como
tampoco lo es el juicio civil de culpa o negligencia (supra N 334 b). Ante
todo, porque para acreditarla no es necesario que el juez formule un juicio
de reproche a la persona o al rgano de la Administracin que realiz la
accin u omisin, sino que le basta comparar el servicio que se debi prestar con el efectivamente ejecutado. En un segundo sentido, aun ms fuerte,
la falta de servicio tampoco es subjetiva, porque se muestra en los hechos
que condujeron al dao, y ni siquiera es necesario individualizar el agente
pblico preciso a quien resulta imputable el hecho. En otras palabras, en la
responsabilidad por falta de servicio es por completo indiferente saber quin
incurri en el hecho que da lugar a la responsabilidad; con mayor razn, es
tambin indiferente la justificacin que el agente de la Administracin pueda tener para su comportamiento objetivamente impropio.
Atendida esa calificacin, no existe una diferencia cualitativa entre la
falta de servicio y la manera en que se construye la culpa de cualquiera
empresa u organizacin.16 Por lo mismo, el concepto ms feliz parece ser
el que ha dado la jurisprudencia: la falta de servicio no es otra cosa que
una culpa en el servicio.17
As, por ejemplo, el fallo de casacin en el conocido caso Tirado con Municipalidad de La
Reina, donde se afirma, por un lado, que el municipio demandado incurri en una acreditada
falta de servicio al mantener un hoyo destapado donde podan caer los transentes y, por otro,
que la ley funda la responsabilidad por falta de servicio en la mera causalidad material (CS,
24.3.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 5, 35); ms consistente y previsor del desarrollo jurisprudencial posterior es el fallo de primera instancia de la jueza civil de Santiago M. Antonia Morales
(14.8.1979), luego confirmado, pero que en un considerando eliminado por la Corte de Santiago, expresaba que si bien la vctima slo deba acreditar que el perjuicio se debi a un servicio deficiente que la corporacin edilicia debi subsanar, el ilcito de la municipalidad tambin
poda ser construido a la luz de la presuncin por el hecho propio del artculo 2329 del Cdigo
Civil, en atencin a que el hoyo que provoc el accidente muestra negligencia en la ejecucin
de las funciones que son propias de las municipalidades (considerando 17).
16 En tal sentido, la falta de servicio presenta cercanas analogas con la culpa en la organizacin que se hace valer al empresario, que puede tener una fuente difusa o indeterminada y que se muestra en que la actuacin de la empresa no corresponde objetivamente
a los estndares de cuidado que en las circunstancias resultan exigibles (supra N 129). En
este sentido, Eisenmann 1949 751 y Chapus 1954.
17 CS, 15.9.2003, GJ 279, 79; es sintomtico que el concepto de falta de servicio provenga del derecho francs, donde falta y culpa se expresan con la misma palabra (faute);
vase infra N 349.
15
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487
Lo propio del soberano es imponerse a todos sin compensacin, segn la conocida expresin de Laferrire 1888 12 y 174.
19 CS, 11.1.1908, RDJ, t. V, sec. 1, 213; Corte de Santiago, 11.1.1908, RDJ, t. V, sec. 2,
55; CS, 22.10.1908, RDJ, t. VI, sec. 1, 61; CS, 22.7.1914, RDJ, t. XII, sec. 1, 313; y CS,
11.9.1920, RDJ, t. XIX, sec. 1, 292.
20 CS, 10.12.1889, G. de los T., 1889, 2 sem., N 5.185, 835; CS, 8.1.1930, RDJ, t. XXVII,
sec. 1, 744.
21 La distincin francesa entre actos de autoridad y de gestin slo tena sentido procesal,
en tanto criterio de distribucin de competencias entre los tribunales administrativos y ordinarios; pero al no haberse desarrollado un derecho administrativo autnomo en materia de responsabilidad civil, los actos de autoridad gozaban de facto de un estatuto de irresponsabilidad.
Sobre esta distincin, Bigot 2002 46; una resea de este desarrollo de la responsabilidad de la
Administracin en esa poca en Francia, en Laubadre/Venezia/Gaudemet 1992 834. En cualquier caso, ya el fallo Tomaso Grecco, Consejo de Estado, 10.2.1905 (Grands arrts administratifs
1999 81) implic el abandono definitivo de esa concepcin, al aceptar que los actos de autoridad son susceptibles de comprometer la responsabilidad del Estado (Moreau 1987 4).
22 Esta doctrina subsisti por un tiempo que coincide con el desarrollo del Estado administrador en el orden poltico chileno; entre los fallos que la acogieron pueden citarse Corte de
Santiago, 2.6.1937, confirmada por la CS [cas. fondo], 11.10.1938, RDJ, t. XXXVI, sec. 1, 277;
CS, 15.11.1941, RDJ, t. XXXIX, sec. 1, 343; Corte de Santiago, 8.6.1943, RDJ, t. XL, sec. 2, 50;
18
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c) En una tercera etapa de esta evolucin, se declara al Estado responsable, sin distinciones, por la actuacin de sus funcionarios, pero tambin
de sus rganos, a condicin de que stos hayan actuado en infraccin a un
deber general de cuidado (culpa civil) o, conforme a las reglas del derecho pblico, hayan incurrido en una falta de servicio. Se abandona as esa
concepcin fuerte de la soberana, juzgada contraria a la nocin del estado de derecho y a las normas constitucionales que han previsto la responsabilidad del Estado (artculos 6 III, 7 III, 19 N 7 letra i y 38). En Chile, la
adopcin del criterio especfico de la falta de servicio ha sido obra del legislador, que tom el concepto del derecho francs.23
336. Fundamentos normativos de la responsabilidad del Estado en el derecho chileno. En el ltimo cuarto de siglo ha llegado a ser banal la pregunta acerca de si el Estado es responsable por sus actos. Se trata de un cambio
jurdico importante, que ha sido impulsado por la doctrina administrativa,24 que se ha formalizado en la Constitucin y en la legislacin orgnica
constitucional, y que la jurisprudencia ha ido concretando paulatinamente. En este prrafo se har referencia a las principales normas constitucionales y legales pertinentes.
a) Constitucin Poltica. La Constitucin vigente introdujo expresamente reglas que se refieren a la responsabilidad civil del Estado. Ante todo, al
consagrar el principio de legalidad, que da forma a la idea de estado de
derecho, y que presenta los aspectos esenciales de la sujecin material de
los rganos del Estado a la Constitucin y las leyes (artculo 6 I), y su
sujecin formal a las competencias definidas por la ley (artculo 7 I). En
uno y otro caso, se expresa que la infraccin acarrear las responsabilidades que determine o prescriba la ley (artculos 6 III y 7 III).
Al establecer las bases esenciales de la Administracin Pblica, la Constitucin establece una regla especfica que alude a la responsabilidad patrimonial, al reconocer una accin a cualquier persona que sea lesionada en
y CS, 8.11.1944, RDJ, t. XLII, sec. 1, 392. Esta tendencia jurisprudencial comenz a revertirse a
partir de una sentencia de la Corte Suprema que estim que tratndose de actos de autoridad
o poder, slo el examen de cada caso en particular determinar si este acto produce o no responsabilidad para el Estado (CS, 13.1.1965, RDJ, t. LXII, sec. 1, 6). Sin embargo, aos despus algunas sentencias an la acogan (CS, 29.8.1974, RDJ, t. LXXI, sec. 4, 261, publicada
tambin en F. del M. 190, 181, y CS, 4.10.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4, 206).
23 Sobre el desarrollo jurisprudencial previo a los cambios legislativos, vase la nota anterior. Sin perjuicio de las normas constitucionales, la concrecin del principio de la responsabilidad del Estado tuvo lugar en la legislacin sobre municipalidades y sobre
Administracin del Estado (Ley de municipalidades, cuyo texto refundido, coordinado y
sistematizado fue fijado por el DFL 1-19.704/2001; Ley de bases, cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado fue fijado por el DFL 1-19.653/2001).
24 Vanse especialmente Pierry 1977/78, 1987, 1998 y 2000; Soto 1977, 1981 y 1996;
Hernndez 1978, Caldera 1982 y Fiamma 1989.
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prudencia superior haya tendido a expresar que a falta de normas especiales o generales sobre responsabilidad de las administraciones, debe entenderse que se aplica el estatuto de derecho comn.
c) Ms all de que la doctrina carece del fundamento normativo invocado, un rgimen de responsabilidad estricta, basado en la antijuridicidad del
dao, no puede ser generalizado sin incurrir en graves dificultades prcticas y
conceptuales.34 En un rgimen de ese tipo se asume que todo dao provocado
por la actuacin de rganos del Estado debe ser reparado, a menos que se
muestre que se trata de una carga que el ordenamiento hace soportar al
sujeto privado. En la medida que el concepto de dao es amplsimo, es
evidente que una regla de ese tipo altera el orden prctico ms razonable
para el peso argumentativo, porque es usual que los actos lcitos de la Administracin afecten intereses de los sujetos privados. El resultado es la inversin de la regla justificatoria, porque cada vez que un rgano afecta un
inters privado en el ejercicio lcito de sus competencias (como, por ejemplo, en razn de una regulacin urbanstica o ambiental), deber justificar
que se trata de un dao que el administrado debe soportar;35 y cada vez que
ocurre un accidente en que haya tenido alguna participacin causal un servicio pblico, queda comprometida la responsabilidad (como sera el caso,
por ejemplo, de un accidente circunstancial en una piscina pblica).36
d) La responsabilidad objetiva o estricta, propuesta como rgimen general en materia de responsabilidad del Estado, desplazara sobre la colectividad la generalidad de los perjuicios en que haya intervenido causalmente
algn rgano de la Administracin. Los efectos de esa regla son absurdos,
tanto desde la perspectiva de la justicia correctiva, como de la asignacin
racional de los recursos pblicos. As, por ejemplo, en el derecho espaol
el instituto ha conducido a que un hospital pblico gratuito responda en
trminos notablemente ms exigentes que una clnica privada, incluso en
casos en que todo indica que el riesgo pertenece naturalmente al enfermo, por tratarse de un riesgo general de la vida que no puede ser imputado a la administracin sanitaria.37 Por lo dems, no hay razn alguna de
Un excelente desarrollo de esta idea, en contraste con la doctrina desarrollada en el
derecho espaol en Mir 2002 passim (especialmente 196 a 251).
35 En el derecho espaol, que parece ser el nico ordenamiento que ha asumido el
criterio que aqu se analiza, la doctrina ha reemplazado el concepto de dao por el de lesin, entendiendo por tal precisamente la que no puede ser excusada sobre la base de una
causal de justificacin (Garca de Enterra/Fernndez 2002 II 379); incluso este autor, que
influy en el establecimiento de esa doctrina, reconoce que este sistema de responsabilidad debe ser reconsiderado (prlogo a Mir 2002 25).
36 En contraste, vase Corte de Santiago, 1.4.1999, GJ 226, 84, donde el criterio de la
falta de servicio se muestra determinante en la impecable argumentacin para negar lugar
a la responsabilidad por un accidente fortuito ocurrido en una piscina municipal.
37 Como ocurre con un paciente que llega a un hospital aquejado de una gravsima
enfermedad, que los mdicos optan por combatir con una intervencin riesgosa, pero tcnicamente correcta, que sin embargo no logra salvarle la vida, resultando la administracin
sanitaria obligada a pagar una indemnizacin por dao reflejo (Pantalen en Pantalen
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justicia correctiva que justifique aquella asimetra, que slo se explica por
la transformacin de la responsabilidad del Estado en una especie de sistema previsional caro y discriminatorio (porque favorece aleatoriamente a
las vctimas de accidentes en que haya tenido alguna intervencin un servicio pblico).
Por otra parte, desde el punto de vista del bienestar general, la definicin del tipo de responsabilidad, dentro del mbito de discrecin que
abre la Constitucin, es materia de polticas pblicas que no pueden ser
definidas por la doctrina jurdica a espaldas de las decisiones prudenciales
adoptadas por el legislador, sobre la base de una ponderacin de las potestades y de los deberes de cuidado que corresponden a la Administracin.
Y esa decisin legislativa ha sido adoptada en un sentido diverso a la
responsabilidad estricta u objetiva, al establecerse como condicin general de la responsabilidad que la Administracin haya incurrido en una
falta de servicio, segn disponen tanto la Ley de bases, como la Ley de
municipalidades.
e) La responsabilidad estricta u objetiva de la administracin slo procede
respecto de riesgos y daos especficos. Ante todo, ello ocurre respecto de
situaciones de riesgo definidas por el legislador, de modo anlogo a la
forma como opera la responsabilidad estricta en el derecho privado.38
Pero tambin respecto de decisiones pblicas lcitas que conduzcan a
resultados manifiestamente injustos, como ocurre con la imposicin de
cargas desproporcionadas sobre algunas personas en procura legtima
del bien general (infra N 356). En definitiva, de la circunstancia de
que haya situaciones en que la actuacin normal del Estado puede dar
lugar a obligaciones indemnizatorias, no se sigue la necesidad de asumir un estatuto de responsabilidad estricta como principio general de
responsabilidad de la Administracin.
f) La jurisprudencia nacional, siguiendo la teora que aqu se discute,
ha declarado en varias oportunidades que la responsabilidad del Estado
sera objetiva o estricta. Pero si se analizan en detalle esos fallos, se constata que salvo contadas excepciones en cada uno de esos casos se acredit suficientemente en el juicio la existencia de una falta de servicio,
caracterizada por un funcionamiento deficiente del servicio pblico (es
2001 184, Pantalen 2000 84). El resultado es que el rgimen es extraordinariamente caro
para los rganos pblicos que disponen de presupuestos limitados, distrayendo recursos escasos al pago de indemnizaciones por daos que razonablemente debieron ser soportados
por quienes sufren los daos (Busto en Reglero 2002 a 1458, Atiyah 1997 80). En sentido
contrario al aqu sostenido, la memoria de A. Vsquez 1999 passim.
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a. Naturaleza de la responsabilidad
338. La responsabilidad de la Administracin es directa y personal.
a) De las normas que establecen la responsabilidad por falta de servicio se sigue que la responsabilidad de la Administracin y de las municipalidades es directa y personal. Es la falta de servicio el hecho determinante de la responsabilidad y no necesariamente la conducta de algn
funcionario en particular. En consecuencia, aunque usualmente la responsabilidad tenga por antecedente hechos ilegales o contrarios a los
deberes de cuidado de sus rganos o de sus funcionarios, la responsabilidad del Estado recae directa y personalmente sobre el Fisco, la municipalidad o el otro rgano con personalidad jurdica propia a efectos
patrimoniales.
Por eso, aun en casos en que la responsabilidad tenga por antecedente
el inequvoco hecho ilcito de un funcionario (en oposicin a una abstracta falta de servicio), tcnicamente se trata de una responsabilidad vicaria
(supra N 104), que prescinde de todo juicio relativo a si el rgano de la
Administracin pudo evitar el dao provocado por el funcionario que tena bajo su autoridad.
De ello tambin se sigue que en el mbito de la responsabilidad de la
Administracin no es necesaria la distincin, formulada a propsito de las
personas jurdicas de derecho privado, entre la actuacin de los rganos (que
da origen a la responsabilidad personal y directa de la persona jurdica) y la
actuacin de los dependientes (que da lugar a la responsabilidad por el hecho
ajeno).41 Siguiendo una doctrina desarrollada en el derecho francs, la relacin del funcionario con la Administracin es funcional, de modo que no se
As, por ejemplo, CS, 30.4.2003, GJ 274, 59; CS, 29.9.2004, GJ 291, 80. Ciertas
sentencias de la Corte de Santiago continan razonando sobre la base de una responsabilidad objetiva, pero sin que los hechos muestren que se trate de una responsabilidad que tenga por fundamento la mera causalidad (Corte de Santiago, 21.3.2005, GJ
297, 77; Corte de Santiago, 21.4.2006, GJ 310, 82).
41 CS, 27.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 68. Es as como la jurisprudencia ha considerado que la obligacin del Fisco de indemnizar los daos no es solidaria, sino directa (Corte
de Antofagasta, 6.6.1998, GJ 216, 85; CS, 27.4.1999, GJ 226, 56, publicado tambin en F. del
M. 485, 276).
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orgenes, siempre se encontrar una conducta que debi ser otra. De hecho, la mejor manera de probar que ha habido falta de servicio es mostrando cmo se debi actuar por los funcionarios de la Administracin o
de la municipalidad en las precisas circunstancias.
Aunque la falta de servicio sea reconducible a la actuacin de personas
concretas, esto es, al acto individualizado de uno o ms funcionarios (un
disparo efectuado por un carabinero; una mala maniobra ejecutada por el
conductor de una ambulancia), cuando se reclama la responsabilidad del
Estado, la conducta del funcionario no se imputa a su persona, sino a la
funcin pblica que ejecuta. Lo anterior no impide que la responsabilidad
del funcionario pueda ser hecha valer por la vctima o la Administracin,
segn se ver (infra 42 a). Pero ese hecho puede dar lugar a una responsabilidad del Estado en la medida que el acto del funcionario sea objetivamente
atribuible a la funcin administrativa. La responsabilidad del Estado es una
especie de garante cuya obligacin indemnizatoria tiene por antecedente
un acto de agentes que lo compromete en el ejercicio de sus funciones
(Ley de bases, artculos 4 y 42); esto es, tiene que haber alguna relacin
significativa, que la ley no define, entre el hecho del funcionario y las
funciones que desempea. Por el contrario, el Estado no responde si el
funcionario ha actuado desligado de su funcin de servicio.47
En circunstancias que la ley no da criterios para determinar cundo
existe una relacin significativa entre el hecho del funcionario y la Admi-
47 CS, 27.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 68, imputa al Estado la responsabilidad segn el
criterio de estar el funcionario en servicio. As haba ya ocurrido en el conocido caso Becker
con Fisco (CS, 13.1.1965, RDJ, t. LXII, sec. 1, 6). En Corte de Santiago, 1.7.2003, GJ 277,
149, se estim que el Estado era responsable por los disparos que un cabo efectu sobre un
conscripto dentro de un recinto militar; en Corte de Concepcin, 19.8.2003, confirmada
por la CS [cas. fondo], 24.12.2003, GJ 282, 61, se fall que el Estado responde por la muerte de un individuo que recibe un disparo por parte de un polica que imprudentemente
saca su arma durante un alboroto pblico con ocasin de un espectculo artstico; y en Corte
de Santiago, 1.9.2003, GJ 279, 121, se resolvi que el Estado responde por la muerte de un
detenido a causa del disparo de un polica que lo interrogaba en una comisara. Por el contrario, en CS, 17.1.1985, RDJ, t. LXXXII, sec. 4, 11, se declar que si los hechos invocados
ninguna relacin tienen con los deberes y labores funcionarias pues no fueron cometidos
durante el servicio ni con ocasin de l () se trata de hechos jurdicos de carcter personal que se rigen enteramente, en lo que a la indemnizacin se refiere, por el derecho comn y no por el derecho pblico; en el caso no concurra ninguna relacin con el servicio,
pues los funcionarios de Carabineros que incurrieron en ilcitos no se hallaban al cuidado
del servicio, actuaron en horas en que estaban de franco, sin uso alguno de sus uniformes
ni de armas fiscales; en sentido anlogo, ms recientemente, CS, 15.4.1999, RDJ, t. XCVI,
sec. 4, 95; un paso ms all dio la Corte de Santiago al entender que la sola circunstancia
de portar un arma proporcionada por el Fisco no constituye una relacin suficiente para
comprometer la responsabilidad de este ltimo (Corte de Santiago, 13.1.1997, GJ 199, 87).
En otros ordenamientos se ha entendido que compromete la responsabilidad del Estado
que un polica o militar utilice armas de servicio (para Francia, nota siguiente; para Espaa, Busto en Reglero 2002 a 1453).
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343. Dao. El Estado responde de todo dao, segn las reglas generales
de la responsabilidad extracontractual, de modo que su responsabilidad
puede ser tenida por integral.53 En la materia no hay norma especial ni
razn jurdica alguna para establecer discriminacin entre la reparacin
civil y la administrativa.54 La jurisprudencia extiende indistintamente la
reparacin al dao patrimonial y al moral, en trminos tales que no existen diferencias respecto de los criterios de determinacin de los perjuicios
indemnizables, incluida la discutible tendencia a considerar la solvencia
del Fisco al fijar el monto de la indemnizacin (supra N 201). En circunstancias que en Chile existe unidad de jurisdiccin para la responsabilidad
del Estado y la responsabilidad civil propiamente tal, no es probable que
se desarrollen algunas sutiles diferencias que se conocen en otros ordenamientos (que en verdad tampoco alteran los aspectos esenciales de la definicin del dao).55 En consecuencia, corresponde en la materia hacer
referencia extensiva a lo expresado en el captulo sobre dao (Captulo IV).
344. Causalidad. Como en el caso del dao, las preguntas de causalidad y
de imputacin objetiva del dao a la falta de servicio o a la conducta ilegal
de la Administracin no presentan particularidades especiales respecto del
estatuto general de la responsabilidad extracontractual, de modo que cabe
hacer referencia extensiva a lo expresado en el captulo sobre causalidad
(Captulo V), a menos que la naturaleza del hecho determinante de la responsabilidad exija calificaciones especiales.56
Las preguntas ms importantes en la materia se refieren a la relacin
que debe haber entre la falta de servicio del rgano de la Administracin
y el dao sufrido por el demandante. Para construir la falta de servicio en
el caso concreto se requiere atender al fin regulador de la norma que
regula la actividad del rgano respectivo. Slo si el fin de la norma que
establece esas funciones y deberes (a menudo sin desagregarlos) tiene por
fin evitar el dao que la vctima ha sufrido, habr lugar a responsabilidad
(supra 29). De particular importancia en este anlisis es determinar si el
rgano de la Administracin del Estado o la municipalidad tenan un deber
Soto 1996 310, J. Martnez en Baraona 2003 b 169.
Chapus 1998 1137 seala que la responsabilidad del poder pblico es en s misma
una responsabilidad civil, en tanto es una especie de responsabilidad que se opone a las
responsabilidades penal y disciplinaria, lo que lo lleva a reiterar la exigencia de que el dao
sea cierto y a extender la responsabilidad a todo tipo de daos, incluidos los reflejos.
55 Ferrada en Marn 2004 a 125.
56 Chapus 1998 1145; para algunos casos de atribucin causal del dao derivado de actos ilegales de la Administracin municipal vase Baraona en Baraona 2003 b. Se ha fallado
que para que semejante especie de responsabilidad pueda ser reclamada deber existir y
acreditarse en juicio, cuando se exigiere por va jurisdiccional un vnculo de causalidad entre la falta de servicio producida por va de accin u omisin y el resultado nocivo, en trminos que aqulla sea determinante en la generacin del evento daoso (CS, 25.4.2006, rol
N 5.826-2005); para un caso en que se rechaza la accin deducida por estimarse que no se
encuentra establecida la relacin de causalidad entre la muerte de un detenido y una posible
falta de servicio de parte de funcionarios del Estado, vase CS, 18.5.2006, GJ 311, 61.
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servicio es acreditando que el rgano de la Administracin estatal o municipal actu en contravencin de una norma legal expresa.
b) Es interesante el camino seguido por la jurisprudencia francesa en
la materia, al dar lugar a una falta de servicio infraccional cuando se incurre en incumplimiento de deberes de servicio claramente establecidos por la ley. A
falta de texto explcito, como ocurre con frecuencia, la jurisprudencia se
esmera por otorgar un contenido a las obligaciones de servicio, atendiendo al objeto y los fines con que ellas han sido instituidas, con el fin de
precisar si se infringi algn deber.59
A la inversa, puede ocurrir que el ejercicio de la funcin pblica observe literalmente las facultades concedidas, pero se traduzca en una desviacin del fin para el cual fueron concedidas. En tal caso, la actuacin
del rgano adopta la forma de un abuso de derecho en el ejercicio de
tales facultades, que da lugar a responsabilidad de conformidad con las
reglas generales.60
c) De acuerdo con la exigencia general de que exista una conexin de
ilicitud entre la infraccin a la regla de conducta que da lugar a la responsabilidad y el dao (supra N 251), se debe matizar la relacin existente
entre ilegalidad y responsabilidad: si bien toda ilegalidad revela una culpa
infraccional, esto es, una falta de servicio en sentido amplio, ello no es
suficiente para dar lugar a la responsabilidad del Estado, pues es necesario
que el dao provocado sea atribuible precisamente a la infraccin legal
(supra N 252).
347. Responsabilidad por la revocacin o anulacin de un acto administrativo. a) Es objeto de discusin la potestad de invalidar mediante
decisin administrativa los actos ilegtimos de la Administracin: por
un lado, se ha sealado que esa facultad es una garanta de cabal observancia del orden jurdico, sin perjuicio de quedar sujetos los actos administrativos respectivos al control jurisdiccional ex post de acuerdo con
las reglas generales;61 por otro lado, se ha estimado que la facultad de
invalidacin es exclusivamente judicial.62 No corresponde pronunciarse
en este libro acerca del criterio que debe prevalecer. Pero, cualquiera
sea el camino, siempre se puede reclamar de la ilegalidad de un acto
administrativo, porque esa es la ms fuerte garanta de que la Administracin estar sujeta a derecho, segn est establecido por los artculos
6 y 7 de la Constitucin.
El acto ilegal debidamente invalidado puede haber producido perjuicio en los administrados y no hay discusin acerca de la procedencia de la
accin indemnizatoria, tanto en casos de decisiones de la Administracin
59 Paillet 2003 a y Paillet 2003 b; relacionando la falta de servicio con una obligacin
de la Administracin, Richer 1978 passim.
60 Sobre la desviacin de poder (dtournement de pouvoir), Chapus 1998 964.
61 U. Marn 2000 53; CS, 20.10.1999, Rev. Consejo 1, 2000, 151.
62 Soto 1988 166 y Soto 1996 210.
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explica que muchos sistemas jurdicos hayan podido construir una doctrina de la responsabilidad del Estado sobre la base del concepto civil de
culpa; y que la jurisprudencia chilena haya aceptado la invocacin por el
demandante de normas de derecho privado como fundamento de la accin indemnizatoria por actuaciones de las administraciones pblicas.70
En definitiva, la particularidad del concepto de falta de servicio es que
pone al juez en la necesidad de precisar la conducta que debe observar la
administracin a efectos de prevenir accidentes.71
b) La falta de servicio denota el incumplimiento de un deber de servicio.
Ese incumplimiento puede consistir en que no se preste un servicio que la
Administracin tena el deber de prestar, sea prestado tardamente o sea
prestado en una forma defectuosa de conformidad con el estndar de servicio que el pblico tiene derecho a esperar.72
350. Determinacin jurisprudencial de los deberes de servicio. El deber
de servicio resulta de la ley. Sin embargo, las leyes que establecen el estatu70 As, Corte de Santiago, 28.12.1999, GJ 234, 63, que concluy que un mismo hecho puede ser constitutivo de culpa civil y de falta de servicio. En opinin de esa Corte, el diagnstico
tardo de una enfermedad, la impericia en su tratamiento y otros errores de diagnstico atribuibles a negligencia del personal de un hospital pblico, hacen responsable a la demandada en los trminos tanto del artculo 2320 del Cdigo Civil, segn el cual, y en lo pertinente,
los empresarios responden del hecho de sus dependientes, cuanto del artculo 44 de la ley
N 18.575, segn el cual los rganos de la Administracin del Estado, como ocurre en la especie, sern responsables del dao que causan por falta de servicio. En otros casos se ha aceptado la invocacin exclusiva de normas de derecho privado, en el entendido que si se ha
acreditado la culpa civil, debe entenderse que el hecho tambin constituye una falta de servicio; en este sentido: CS, 27.4.1998, F. del M. 473, 244; CS, 27.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec.1, 68,
publicado tambin en GJ 226, 56, y F. del M. 485, 276; CS, 7.5.2001, RDJ, t. XCVIII, 88; CS,
24.1.2002, GJ 259, 38; Corte de Copiap, 28.6.2002, GJ 268, 133; y CS, 7.1.2003, GJ 271, 96.
71 En el derecho francs la homologacin de la falta de servicio a la culpa civil fue
formulada por Ch. Eisenmann 1949 751 y establecida por la influencia de Chapus 1954.
En la doctrina chilena, por esta analoga entre la culpa y la falta de servicio, Pierry 2000
19, Oelckers 1998 351, Ferrada en Marn 2004 a 114. En el sentido indicado en este prrafo, Corte de Santiago, 14.4.2005, GJ 298, 87.
72 Tal frmula es asumida usualmente por la jurisprudencia (as, por ejemplo, Corte de
Santiago, 13.9.1991, RDJ, t. XC, sec. 5, 226, publicada tambin en GJ 161, 21; Corte de Santiago, 30.10.1996, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 13; Corte de Concepcin, 31.3.1999, RDJ, t. XCVI,
sec. 5, 59; Corte de Santiago, 1.4.1999, GJ 226, 84, publicada tambin en F. del M. 489, 1610;
Corte de Concepcin, 10.8.2000, GJ 259, 38; CS, 8.5.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 80; CS,
30.4.2003, GJ 274, 59; CS, 15.9.2003, GJ 279, 79, publicada tambin en F. del M. 514, 2230;
CS, 25.4.2006, rol N 5.826-2005; y Corte de Santiago, 14.7.2006, GJ 313, 76). Esta tipificacin tripartita fue formulada originalmente por Duez 1927 15; Paillet 1980 308 la critica porque, a pesar de su elegancia, carece de estructura racional (el funcionamiento defectuoso es
una categora amplsima frente al funcionamiento tardo, que parece marginal; el funcionamiento tardo y la ausencia de funcionamiento podran fundirse en una sola categora, pues
ambas consisten en que el servicio no funcion como deba) y descuida otras distinciones
relevantes, en particular entre actividad jurdica y material. Un anlisis de la nocin de falta
de servicio a la luz de la jurisprudencia reciente en Valdivia 2005.
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73 Esta idea slo me ha resultado clara luego de revisar una centena de fallos sobre la
responsabilidad de rganos pblicos y de haber participado como abogado integrante en
acuerdos que me parecen discutibles precisamente por haber inferido directamente el deber de servicio de las funciones que la ley encomienda a los municipios (CS, 3.5.2001, RDJ,
t. XCVIII, sec. 5, 87). En el sentido que aqu se prefiere puede verse CS, 29.9.2004, GJ 291,
61, que afirma que no existe norma legal que fije plazo a los municipios para concretar
una expropiacin de un bien que, como consecuencias de la aprobacin del plan regulador comunal, ha sido declarado de utilidad pblica. La circunstancia de que no se concrete la expropiacin puede tener muy diversas causas, incluso, falta de recursos econmicos
por parte del municipio, o por la priorizacin de otra necesidad o aun, por determinarse
que ha de llevarse a cabo la expropiacin de otros bienes; () la Ley General de Urbanismo y Construcciones ha otorgado a los municipios la potestad jurdica para realizar la expropiacin de los terrenos declarados de utilidad pblica, pero () dicha potestad es
discrecional, de modo que no cabe la posibilidad legal, a los administrados, de exigir el
ejercicio de esa potestad en cualquier tiempo; vase tambin Corte de Rancagua, 13.1.2004,
GJ 294, 138. La doctrina es discutible si de su aplicacin se sigue una carga pblica desproporcionada para el propietario, si de ello se sigue que no puede gozar de su propiedad, ni
recibir la indemnizacin por expropiacin (infra N 358).
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79 Ese parece ser el caso, sin embargo, en CS, 13.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 236, donde
se dio lugar a la responsabilidad municipal por no tener un semforo de varios tiempos
que asegure el cruce a los peatones sin que nadie est autorizado para virar (aunque exista
una regla general que otorga preferencia a aqullos).
80 Como ocurri en el conocido caso Tirado con Municipalidad de La Reina (CS, 24.3.1981,
RDJ, t. LXXVIII, sec. 5, 35); vanse tambin CS, 7.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 88, y CS,
5.3.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 27, publicada tambin en F. del M. 496, 1.
81 As, sin embargo, CS, 28.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 5, 94; Corte de Concepcin,
15.9.1999, confirmada por la CS [cas. fondo], 10.8.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 132; Corte
de Concepcin, 25.1.2002, confirmada por CS [cas. fondo], 7.5.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 5,
104; y CS, 24.11.2003, GJ 281, 80.
511
353. La falta de servicio y la culpa como criterios de atribucin de responsabilidad. Descartada la distincin entre actos de gestin y de autoridad como
criterio limitante de la responsabilidad del Estado, subsiste una diferencia
entre el Estado regulador y el Estado servidor al momento de calificar el
cuidado debido. Se ha visto que el otorgamiento de una potestad a la autoridad pblica no supone necesariamente el deber jurdico de ejercerla. Y al
juzgar su ejercicio como conforme al derecho o como constitutivo de una
falta de servicio, se debe atender al ordenamiento de derecho pblico que
establece esas potestades y deberes. Especficamente en este punto reside
una diferencia esencial en la construccin del hecho que da lugar a la responsabilidad patrimonial privada y de la Administracin del Estado.
Sin embargo, esta distincin se debilita cuando la Administracin realiza actividades que resultan homologables a las de sujetos privados (la polica conduce vehculos en rondas rutinarias, los hospitales pblicos atienden
enfermos). Una de las preguntas crticas que debe responder una doctrina
jurdica sobre la responsabilidad de la Administracin se refiere a si hay
alguna razn que justifique que hechos anlogos sean calificados de manera diferente por la sola circunstancia de ser el demandado una persona
jurdica de derecho pblico.
As, por ejemplo, si un rgano del Estado mantiene un consultorio mdico, y all se incurre en un descuido profesional, no hay razn alguna para
someter esa responsabilidad a condiciones ms exigentes que las aplicables
a la responsabilidad de un consultorio privado que ofrece servicios en condiciones de recursos semejantes.82 En definitiva, es indiferente que sea un
consultorio pblico o privado el que incurra en la negligencia de tener en
el patio trasero una cmara de alcantarillado descubierta, donde se ahoga
un nio que escapa por algunos minutos al control de su madre.83 Buena
parte de los casos de responsabilidad de los rganos pblicos resueltos por
nuestra jurisprudencia pueden ser subsumidos bajo el concepto de culpa en
el servicio,84 que funcionalmente presenta los mismos caracteres de la culpa
82 Es en este grupo de casos donde se muestran con particular agudeza los efectos de
una doctrina de la responsabilidad del Estado construida sobre la idea de antijuridicidad del
dao. Una crtica a la legislacin, doctrina y jurisprudencia espaolas, que permiten discriminar a efectos de responsabilidad entre ambos tipos de situaciones, en Pantalen en Pantalen 2001 182, Pantalen 2000 84; entre los administrativistas espaoles, Parada 1999 677.
83 Corte de Puerto Montt, 24.3.1999, rol N 8.332 (citada y comentada por Baraona en
Baraona 2003 b 78).
84 Es el caso, por ejemplo, de la confusin de identidades entre dos personas (CS,
27.4.1998, F. del M. 473, 244); de la cada sobre un nio del mstil ubicado en un parque
municipal, porque le faltaba un perno de sujecin (Corte de Concepcin, 31.3.1999, RDJ,
t. XCVI, sec. 5, 59); del disparo accidental de un polica que alcanza a un transente (CS,
27.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 68); de la ciruga negligentemente ejecutada que debe ser
luego corregida varias veces (CS, 27.4.1999, GJ 226, 56, publicado tambin en F. del M. 485,
276); o del tabln que cubra sin sealizacin una acera en mal estado (CS, 28.7.1999, RDJ,
t. XCVI, sec. 5, 94); de la muerte de un menor a causa de la mantencin de una piscina
pblica con infraccin a los reglamentos sobre la materia (Corte de Santiago, 14.1.2002, GJ
512
La jurisprudencia vincula la responsabilidad con los deberes legales de la administracin, especialmente comunal, respecto de la conservacin de las vas pblicas y de una
adecuada sealizacin (CS, 7.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 88; CS, 29.1.2002, GJ 259, 17),
deberes previstos por el artculo 174 V de la Ley del trnsito, que se relacionan con el propsito de evitar lesiones o daos a los usuarios de los bienes nacionales o comunales (CS,
28.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 5, 94; CS, 10.8.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 132). En ocasiones, la jurisprudencia llega incluso a calificar la suficiencia o adecuacin de las medidas de
sealizacin adoptadas por el municipio, a fin de acreditar la falta de servicio o el incumplimiento a sus obligaciones; as, CS, 13.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 236, en que un semforo y la demarcacin de un paso peatonal son estimados insuficientes, tratndose de una
va ubicada en un sector donde hay diez colegios; y Corte de Santiago, 14.7.1994, GJ 169,
62, en que una sealizacin que anunciaba la existencia de un pavimento en mal estado
es juzgada inadecuada para dar cuenta de la rotura de dicho pavimento en una pista, originada en trabajos de reparacin, y que la haca intransitable. La calificacin del defecto envuelve un juicio de valor acerca del servicio que las personas tienen derecho a recibir en
razn de las funciones que la ley ha impuesto al rgano respectivo, segn las consideraciones hechas valer en esta seccin a propsito de la responsabilidad por falta de servicio.
85
513
de conceptos normativos (mal estado de los caminos; adecuada sealizacin), que suponen la determinacin de un estndar de calidad, aunque
existen buenas razones para presumir esa falta de servicio si el accidente
se ha debido al estado de los caminos o a la sealizacin (infra N 370).86
e. Responsabilidad estricta u objetiva por riesgo de la actividad
355. Responsabilidad por riesgo. En el derecho de la responsabilidad patrimonial la responsabilidad propiamente estricta u objetiva es excepcional. Su establecimiento por el legislador responde a ciertas razones tpicas
que han sido tratadas en el Captulo VI (actividades especialmente peligrosas, proteccin de vctimas que se encuentran en una posicin estratgica
disminuida para controlar el riesgo o hacerse cargo de los efectos dainos
del accidente). Cualesquiera sean las razones que justifican su introduccin, siempre se requiere de norma expresa.87
Los estatutos de responsabilidad estricta son establecidos en razn de
la materia, de modo que es indiferente que el demandado sea una persona jurdica o natural, pblica o privada. En consecuencia, las reglas sobre
responsabilidad por daos causados por vehculos motorizados, instalaciones nucleares, navegacin martima o area, o cualesquiera otros, se aplican al Estado, a menos que ste sea expresamente excluido.
Por otra parte, tambin pueden existir estatutos especiales de responsabilidad estricta que comprometen precisamente al Estado. Se trata de polticas legislativas que persiguen asegurar que la sociedad asuma ciertos riesgos.88
Como en el caso de la responsabilidad estricta de efectos generales, la asuncin por el Estado de ciertos riesgos especficos supone una especial decisin legislativa.
f. Responsabilidad por desigual atribucin de cargas pblicas
356. Planteamiento y fundamento constitucional. a) Existen hiptesis en
que el funcionamiento normal y regular del poder pblico puede dar lu86 Sobre la responsabilidad de las municipalidades y de la Administracin del Estado
por el mal estado de las vas y por falta de sealizacin, vase infra Nos 535 y siguiente.
87 As, para el derecho chileno, R. Letelier 2002. Las hiptesis de responsabilidad por
riesgo en el derecho administrativo francs, en cambio, tienen origen jurisprudencial. Aunque la doctrina se esfuerza por sistematizarlas en torno al riesgo creado por cosas, procedimientos o situaciones especialmente peligrosas (Chapus 1998 1228), esas categoras no
desempean el rol de condiciones de la responsabilidad. Tras las decisiones que han consagrado estos tipos de responsabilidad parece hallarse ms bien una poltica jurisprudencial
de equidad que busca ante todo corregir las limitaciones de un rgimen exclusivamente
basado en la falta de servicio (Amselek 1977 233 y 256).
88 As ocurre, por ejemplo, en el derecho francs con las vctimas del terrorismo, de
manifestaciones pblicas y de contaminacin con Sida a consecuencia de transfusiones de
sangre contaminada (Chapus 1998 831 y 1246, Carbonnier 2000 375).
514
515
de una carga que el sujeto privado no tiene que soportar patrimonialmente. En el rango intermedio estn las dems intervenciones lcitas que constituyen una carga que afecta el goce del derecho y la justa distribucin de
las cargas pblicas. En estos casos, el Estado debe indemnizar si el costo
privado asociado al logro del bienestar general ha excedido los lmites que
razonablemente debe tolerar el titular del derecho.92
c) Es caracterstico de esta obligacin reparatoria que tenga su origen en
un acto consciente y lcito del Estado, en cuya virtud se impone una carga pblica.
Por eso, resulta esencial determinar el objeto perseguido con la imposicin
de la carga (cuya naturaleza determina el derecho a reparacin).93 La lgica
econmica que existe tras estos casos es sencilla: para obtener un beneficio
mayor se requiere sacrificar un derecho de menor entidad, para lo cual el
derecho autoriza a la autoridad a actuar en procura del inters mayor, pero a
condicin de que repare el costo privado que irroga alcanzarlo.94 Desde el
punto de vista de la justicia distributiva y retributiva, se plantea la pregunta
decisiva acerca de los lmites entre los derechos subjetivos y el bien general; a
516
estos efectos, la cuestin radica en determinar el umbral que separa el sacrificio del derecho, que debe ser tolerado como contribucin a la vida en sociedad, y el sacrificio que la sociedad no puede imponer al titular, porque ello
significara la obtencin de ese bien general a costa de que algunos soporten
una carga extraordinaria.
357. Requisitos para que proceda la reparacin. En general, procede la
indemnizacin si la carga impuesta por la autoridad es excepcional y grave.
La excepcionalidad supone que el costo de la medida administrativa sea atribuido a un conjunto limitado de personas, sin que existan razones que
justifiquen que sean precisamente ellas quienes deben soportarla. De ah
que el fundamento de la accin se encuentre en la injusta distribucin de
cargas (y no en la circunstancia de que haya sido impuesta una carga dentro del mbito de atribuciones de que dispone la autoridad). El requisito
de gravedad, a su vez, supone que se afecte un derecho del demandante
ms all de los lmites de tolerancia que la sociedad nos exige en razn de
la mera convivencia en una sociedad organizada polticamente.
Un caso tpico, en el derecho chileno, de turbaciones que usualmente
se entiende que deben ser soportadas por quien las sufre han sido las
provocadas por trabajos en las calles, que obstaculizan por perodos de
tiempo limitados la actividad de negocios o el acceso a residencias. En
casos como stos, la definicin de los lmites entre los inconvenientes ordinarios que debemos soportar y las cargas graves que dan lugar a reparacin es una cuestin prudencial. All se muestra, en definitiva, el nivel de
proteccin que cada sistema jurdico otorga a los derechos de las personas
(en particular, a la propiedad) y, por el contrario, cunto se exige de sacrificio gratuito de lo propio con justificacin en el inters general.95
358. La obligacin de reparar cargas desiguales en el derecho chileno. En
pocas materias del derecho de la responsabilidad patrimonial el derecho
chileno tiene precedentes jurisprudenciales tan fuertes como en materia
de obligaciones reparatorias que tienen por antecedente la imposicin legtima de cargas pblicas desiguales.
La primera decisin importante parece ser balos con Fisco (1889). El
caso tuvo su origen en una decisin de la Intendencia de Aconcagua, que
95 Al respecto, un anlisis desde una teora poltica libertaria, en Epstein 1982. La distincin entre cargas que el propietario debe soportar en razn del inters general y las que
constituyen un gravamen que debe ser reparado, como si fuera expropiatorio, es una pregunta necesariamente abierta en todo sistema jurdico. As, a diferencia de lo fallado en los
casos que ms adelante se refieren, en que se da lugar a la reparacin por la imposicin de
cargas excesivas y desiguales, se ha estimado que la declaracin de una propiedad como
monumento nacional no da lugar a indemnizacin alguna, aunque de ello se siga que ella
pierda parte sustancial de su valor (CS, 22.12.1982, RDJ, t. LXXIX, sec. 5, 194). Por el contrario, se ha estimado que la obligacin de los propietarios colindantes con las playas de
otorgar gratuitamente vas de acceso a stas, constituye una limitacin al dominio que da
lugar a indemnizacin (Trib. Const., 2.12.1996, RDJ, t. XCIII, sec. 6, 138).
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Sin perjuicio de esas reglas especficas, la responsabilidad por resoluciones judiciales errneas y por actos legislativos tiene por fundamento
sustantivo las garantas constitucionales del artculo 19 de la Constitucin,
cuya funcin histrica y poltica fundamental es precisamente establecer
un lmite jurdico eficaz a la actuacin legtima del Estado.
a. Responsabilidad por actos legislativos
360. Responsabilidad por actos legislativos. a) Bajo el principio de la soberana poltica del legislador, resulta inimaginable la responsabilidad del
Estado por actos de legislacin. Sin embargo, ese principio est en colisin con el de la supremaca del derecho, caracterstico del constitucionalismo y del estado de derecho. La propia Constitucin se encarga de
establecer los procedimientos para velar por la supremaca de sus preceptos, por medio del control preventivo de carcter general, que se aplica
antes de la entrada en vigencia de la ley (artculo 93 N 3), y del control
correctivo de carcter particular, por medio del recurso de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad (artculo 93 N 6), ambos a cargo del Tribunal
Constitucional.
Los lmites que el derecho impone al legislador estn garantizados
por estos instrumentos procesales, cuya finalidad es impedir que entre
en vigencia o sea aplicada a un caso concreto una ley que vulnere derechos garantidos por la Constitucin. Fuera de este mbito de correctivos
para las leyes inconstitucionales, la cuestin de la responsabilidad del
Estado se presenta en extremo imprecisa. Muchas razones explican que
el derecho comparado se muestre muy tmido en reconocer responsabilidad por decisiones legislativas que no adolecen de inconstitucionalidad, pero la ms importante parece ser que los efectos de una ley
inconstitucional pueden ser enervados precisamente mediante las acciones que persiguen su ineficacia.103
b) En principio, nada obsta para que la obligacin reparatoria que pesa
sobre el Estado administrador por la imposicin de cargas graves y especiales (por lcitas que sean desde el punto de vista de la eficacia normativa de
La jurisprudencia francesa es sumamente restrictiva en materia de responsabilidad
por actos legislativos; son muy escasas las sentencias que han concedido una indemnizacin
a las vctimas del hecho de las leyes o de convenciones internacionales. Chapus 1998 1267
es expresivo al sealar que esta especie de responsabilidad es un producto de lujo: algo
que no se usa todos los das. Algo semejante ocurre en el derecho espaol, donde se exige
que la propia ley acuerde la indemnizacin, de modo que a falta de norma en ese sentido
slo proceden las acciones que se derivan de las normas constitucionales y legales sobre
expropiaciones (Garca de Enterra/Fernndez 2002 II 390). En el derecho alemn e italiano, la construccin de la responsabilidad del Estado a partir de las normas del derecho civil cierra el camino para una responsabilidad por actos del legislador (sin perjuicio de la
amplia facultad de impugnar su eficacia si contravienen derechos constitucionales). Una
resea comparada en Guichot 2001 133.
103
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104 En el derecho francs el caso ms representativo de la responsabilidad del legislador tiene su origen en una ley de 1934 que, para proteger la industria lechera, prohibi
todos los productos susceptibles de reemplazar la crema natural, que tuvo por efecto impedir el funcionamiento de una empresa que tena el giro que la ley haba limitado. El Consejo de Estado estim que ni la ley, ni los trabajos preparatorios, ni el conjunto de
circunstancias del asunto permiten pensar que el legislador ha pretendido hacer soportar
al interesado una carga que normalmente no le incumbe; esta carga, creada en inters general, debe ser soportada por la colectividad (caso La Fleurette, 14.1.1938, Grands arrts administratifs 1999 325). Sobre la base de esta jurisprudencia, se hace responsable al Estado,
adems, por los perjuicios provocados por la aplicacin de convenciones internacionales.
Respecto del derecho espaol, Garca de Enterra 1996 131.
105 As lo ha sealado la Corte Suprema, aunque slo circunstancialmente: desde ya
se puede adelantar tambin que existen numerosas disposiciones constitucionales que imponen la responsabilidad del Estado cuando se desconozcan por las autoridades o la administracin o incluso por el propio legislador las garantas constitucionales y los derechos
fundamentales que ella asegura, entre los que se encuentra el derecho de propiedad en
sus diversas especies (CS, 7.8.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 5, 181).
106 Distinto ha sido el caso del derecho comunitario europeo, en la medida que impone a los ordenamientos nacionales ciertos estndares mnimos, aunque no una homogenizacin (Guichot 2001 677). De especial importancia result el precedente establecido por
el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea, 19.11.1991, en el caso Francovich (Recueil
de la Jurisprudence de la Cour de Justice des Communauts Europennes 1991 I-5357), donde se
fall que las directivas comunitarias no eran directamente aplicables, sino que exigan su
transposicin al derecho nacional, pero que la omisin de un Estado miembro de efectuar
esa incorporacin daba lugar a responsabilidad patrimonial (Guichot 2001 458). En este
caso, la responsabilidad del Estado por omisiones legislativas proviene de un ordenamiento supranacional con jurisdiccin autnoma, pero sienta un precedente cuya aplicacin quedar confiada a los tribunales nacionales.
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cito, de que mantendr el orden legal vigente.107 Sin perjuicio de los instrumentos para comprometer contractualmente la responsabilidad del Estado por cambios legislativos (contratos leyes),108 la regla general es que el
Estado no responde por cambios legislativos, en la medida que acte dentro del marco de proteccin de los derechos patrimoniales del artculo 19
N 24 de la Constitucin.109
b. Responsabilidad por actuaciones judiciales
361. Responsabilidad por actuaciones materiales e ilcitos funcionarios.
a) La responsabilidad por actuaciones judiciales se puede plantear en diversas hiptesis. Se puede sufrir dao por actuaciones materiales realizadas con ocasin de un proceso o de una investigacin, por delitos
funcionarios y por error judicial.
b) La responsabilidad por actuaciones materiales de la polica, del ministerio pblico110 o de otros rganos que participan en la investigacin criminal o con competencias en materias de seguridad ciudadana se rige por
las reglas generales de la falta de servicio, con debida consideracin de los
usos y exigencias de cuidado que rigen las respectivas actividades (polica,
gendarmera, servicios de proteccin de menores y cualesquiera otros cuya
actividad se relacione con la jurisdiccional).
c) Si los jueces incurren en delitos funcionarios, son personalmente responsables de los daos que se provoquen a terceros. La responsabilidad es
por el hecho personal y se rige por las reglas generales. Sin perjuicio de
ello, habr accin contra el Estado en la medida que la actuacin ilcita se
realice en ejercicio de las funciones judiciales, en virtud del principio de
la responsabilidad directa y personal, analizado a propsito de la responsabilidad de la Administracin (supra N 338), y que debe entenderse expansivamente aplicable en este caso. Es lo que ocurrira, por ejemplo, si un
funcionario judicial se apropia de dineros consignados o si un juez incurre
en el delito de prevaricacin.111 El principio en juego es que aun el juez
corrupto acta en ejercicio de una funcin pblica, que compromete al
Estado en cuya agencia interviene.
107 Una reticencia anloga se encuentra en la jurisprudencia francesa, que antes de recurrir a la idea de una proteccin de la confianza prefiere los mecanismos tradicionales de
la responsabilidad del Estado; sobre la materia, Calmes 2001 615.
108 Sobre la intangibilidad del contrato ley por actos legislativos posteriores en la doctrina y jurisprudencia chilenas, Lpez 1998 208.
109 El instituto tiene su antecedente en la legislacin espaola (Busto en Reglero 2002
a 1503; crticos, creo que con razn, Garca de Enterra/Fernndez 2002 II 391).
110 El artculo 5 I de la ley N 19.640, orgnica constitucional del Ministerio Pblico,
dispone expresamente que el Estado ser responsable por las conductas injustificadamente errneas o arbitrarias del Ministerio Pblico.
111 Garca de Enterra/Fernndez 2002 II 394.
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363. Responsabilidad por error judicial en juicios criminales. a) La responsabilidad del Estado por error judicial en materia criminal tiene un reconocimiento expreso en el artculo 19 N 7 letra i de la Constitucin:114 Una vez
dictado sobreseimiento definitivo o sentencia absolutoria, el que hubiere sido
sometido a proceso o condenado en cualquier instancia por resolucin que la
Corte Suprema declare injustificadamente errnea o arbitraria, tendr derecho a ser indemnizado por el Estado de los perjuicios patrimoniales y morales
que haya sufrido. La indemnizacin ser determinada judicialmente en procedimiento breve y sumario y en l la prueba se apreciar en conciencia.115
b) La norma constitucional contiene dos requisitos sustantivos para la
procedencia de la accin: que se haya dictado sobreseimiento definitivo o
sentencia absolutoria en el proceso criminal y que el actor haya sido sometido a proceso o condenado errneamente.
El requisito de procedencia de que las resoluciones que provocaron el
dao invocado hayan sido injustificadamente errneas o arbitrarias debe
ser declarado en procedimiento previo por la Corte Suprema. La jurisprudencia ha sido extremadamente exigente para dar por establecidos los
supuestos de esta responsabilidad, requiriendo, en la prctica, que se haya
incurrido en culpa grave.116 En cierto modo, estas exigencias resultan ex-
114
Rige la materia, adems, un auto acordado de la Corte Suprema de 10.4.1996. La
norma constitucional vigente tiene su antecedente en el artculo 20 de la Constitucin de
1925, que dispona: Todo individuo en favor de quien se dictare sentencia absolutoria o se
sobreseyere definitivamente, tendr derecho a indemnizacin, en la forma que determine
la ley, por los perjuicios efectivos o meramente morales que hubiere sufrido injustamente.
Esa disposicin nunca recibi aplicacin, por no haberse dictado la ley que regulara las condiciones de ejercicio de la accin de responsabilidad.
115
Es discutible el destino que tendr esta regla a la luz del nuevo Cdigo Procesal
Penal, que reduce sustancialmente la procedencia de las medidas preventivas de privacin
de libertad. En todo caso, las condiciones de responsabilidad pueden extenderse como principio general del derecho procesal penal, como se sugiere en esta seccin.
116
Las expresiones que emplea la Corte Suprema para calificar una resolucin como injustificadamente errnea o arbitraria son bastante elocuentes: i) error inexplicable (CS,
10.1.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4, 11; CS, 11.8.1989, GJ 110, 54; CS, 29.1.1993, RDJ, t. XC,
sec. 5, 20; CS, 7.5.1993, RDJ, t. XC, sec. 5, 146; CS, 2.7.1993, GJ 157, 111; CS, 27.6.1996, GJ
192, 95); ii) resolucin desprovista de toda medida que la hiciera comprensible (CS, 20.6.1986, RDJ,
t. LXXXIII, sec. 5, 55); iii) resolucin falta de toda racionalidad (CS, 31.7.1984, RDJ, t. LXXXI,
sec. 4, 93; CS, 11.10.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4, 231; CS, 22.1.1988, RDJ, t. LXXXV, sec. 5,
9); iv) sin explicacin lgica (CS, 11.8.1989, GJ 110, 59); v) error grave, exento de justificacin
() sin fundamento racional, inexplicable (CS, 29.1.1993, RDJ, t. XC, sec. 5, 20; CS, 7.5.1993,
RDJ, t. XC, sec. 5, 146; CS, 17.11.1999, GJ 233, 77, publicada tambin en F. del M. 492, 2544);
vi) error craso y manifiesto, que no tenga justificacin desde un punto de vista intelectual en un motivo plausible (CS, 17.7.1996, RDJ, t. XCIII, sec. 5, 164; CS, 2.12.1996, RDJ, t. XCIII, sec. 5,
272, publicada tambin en GJ 198, 109; CS, 28.8.1998, F. del M. 477, 1504); vii) resolucin
adoptada insensatamente (CS, 17.11.1999, GJ 233, 77, publicada tambin en F. del M. 492,
2544; CS, 15.12.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 5, 193, publicada tambin en GJ 234, 119; CS,
15.12.1999, GJ 234, 123; CS, 5.6.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 4, 134, publicada tambin en GJ
240, 164; CS, 9.8.2000, GJ 242, 150; CS, 23.9.2000, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 172, publicada tam-
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Por otro lado, la norma no tiene una funcin represiva respecto del
juez, sino de justicia correctiva. En consecuencia, no es la conducta de los
jueces la materia que se juzga, sino si objetivamente ha habido un sometimiento a juicio o una condena objetivamente errnea o arbitraria. En tal
sentido, resulta de toda evidencia diferente la causa que fue sobreseda por
falta de pruebas suficientes, aunque haya habido indicios de culpabilidad,
de aquella en que se demostr que el procesado o condenado no tena
relacin alguna con los hechos, y que por un error demostrablemente injustificado sufri la persecucin criminal.119 En otras palabras, la calificacin de
la resolucin como injustificadamente errnea o arbitraria debe entenderse
compatible con un error judicial, que no slo puede deberse a negligencia
en el cumplimiento del deber, sino tambin a circunstancias del todo excusables desde el punto de vista subjetivo, atendidos los antecedentes disponibles y las circunstancias en que los jueces hubieron de adoptar las respectivas
decisiones.120 En el fondo, la responsabilidad por error en el procesamiento
o condena criminal errnea es la cara ms extrema de las cargas pblicas
desiguales, de modo que no parece apropiado resolver la materia teniendo
slo en cuenta si ha habido una grave negligencia judicial.121
42. LA ACCIN DE RESPONSABILIDAD
a. Acciones de repeticin y de responsabilidad contra el funcionario
364. Planteamiento. Se ha visto que la responsabilidad de la Administracin es personal y directa, bastando que se muestre que el servicio
no responde objetivamente al estndar debido, sin que sea necesario
identificar al funcionario que pueda haber incurrido en una culpa personal. Mayores dificultades se plantean si el funcionario no ha actuado
en el ejercicio de su funcin pblica, sino en alguna relacin ms remoPara esta distincin, Garca de Enterra/Fernndez 2002 II 394.
Esta idea ya aparece en la ley francesa de 1895, que otorga indemnizacin a los condenados cuyo fallo es objeto de revisin (Chapus 1998 1220). La jurisprudencia nacional,
por el contrario, parece reticente, atendida la interpretacin restrictiva del artculo 19 N 7
letra i de la Constitucin. As, por ejemplo, Corte de Santiago, 2.6.1983, RDJ, t. LXXX, sec.
5, 111; en sentido diverso, CS, 6.11.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 5, 326, que concede derecho a la reparacin de los perjuicios morales derivados, entre otros, de una larga prisin
que el demandante debi soportar, con fundamento en antecedentes infundados, habindose acreditado una campaa de desprestigio en su contra por agentes del gobierno; este
fallo no invoca, sin embargo, disposicin constitucional alguna.
121 Esta idea fue propuesta por Carlos Carmona en la disertacin de 2.7.1998, en el
marco del concurso para profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Chile;
vase tambin Carmona 2004. En el derecho internacional de los derechos de las personas
se constata una evolucin hacia un entendimiento del error judicial como una cuestin de
hecho, ante la evidente inocencia del imputado, cualquiera sea la causa por la que haya
llegado a ocurrir (C. Medina 2003 354).
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As tambin Viuela en Baraona 2003 b 135, quien estima que existe una responsabilidad directa y personal del Estado, invocando que las normas constitucionales y de la Ley
de bases se imponen al legislador comn.
131 CS, 19.7.1995, RDJ, t. XCII, sec. 1, 53, donde se da por acreditado el incumplimiento
de obligaciones y omisiones diversas en materia de permisos de construccin, inspeccin y
recepcin de obras.
132 Garca de Enterra/Fernndez 2002 II 400. En Chile se ha fallado que si las condiciones de funcionamiento en que se encuentra una piscina pblica se enmarcan en un estado de normalidad, no puede imputarse una falta de servicio a la municipalidad que la
administra (Corte de Santiago, 1.4.1999, GJ 226, 84). En el derecho espaol, sin embargo,
la legislacin (Ley de rgimen jurdico de las administraciones pblicas y del procedimiento administrativo comn, artculo 139) establece la responsabilidad tanto por el funcionamiento normal como por el anormal de los servicios. Sobre la analoga entre los conceptos
de falta de servicio y de funcionamiento anormal del servicio, F. Garrido 1991 2827; sin embargo, el concepto de anormalidad presenta la dificultad de que puede ser entendido como
una referencia al resultado daoso, que puede llevar por caminos diferentes que la calificacin de una falta en el servicio.
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ciales sobre prescripcin de las acciones patrimoniales en el derecho pblico chileno, corresponde aplicar las normas del derecho privado, a menos que la ley138 o la ndole de la materia determinen lo contrario, segn
el principio de aplicacin subsidiaria de las categoras normativas generales de la responsabilidad extracontractual que ha sido antes analizado. A
ello se agrega la norma expresa del Cdigo Civil, que dispone que las
reglas relativas a la prescripcin se aplican igualmente a favor y en contra
del Estado, de las municipalidades y de los establecimientos y corporaciones nacionales, entre otros (artculo 2497). En materia de prescripcin
corresponde aplicar, en consecuencia, la norma del artculo 2332, que establece una prescripcin de cuatro aos, contados desde la perpetracin
del hecho. Las calificaciones que plantea esta norma en sede civil (infra
59 b) se extienden a la responsabilidad patrimonial del Estado, en la
medida que por su naturaleza resulte procedente.
c) Los principios precedentes, que son de general reconocimiento en
el derecho comparado,139 han sido acogidos por una jurisprudencia que
ha devenido uniforme.140
138 Las reglas especiales existentes en la materia, sin embargo, reiteran la regla del Cdigo Civil, as, el artculo 5 II de la ley N 19.640, orgnica constitucional del Ministerio Pblico, y el artculo 40 de la Ley de garantas de salud.
139 En el derecho espaol, la ley sobre administraciones pblicas establece un plazo de
prescripcin de un ao desde que se haya producido el hecho o el acto que la motive o se
manifiesten sus consecuencias lesivas (artculo 142.5); en el derecho francs rige la prescripcin cuadrienal aplicable en general a las acciones en contra de la Administracin establecida por la ley de 31.12.1968, modificada por decreto de 11.2.1998 (Chapus 1998 439).
En los pases donde se aplican supletoriamente las normas de la responsabilidad civil, la
prescripcin est determinada por estas ltimas (derecho alemn y common law, entre otros).
140 CS, 7.11.2000, F. del M. 504, 4126; CS, 15.5.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 95, publicada tambin en GJ 263, 29, y F. del M. 499, 1146; Corte de Santiago, 30.8.2002, GJ 266, 92;
Corte de Santiago, 24.10.2002, GJ 268, 111; Corte de Santiago, 16.12.2002, GJ 270, 96; CS,
15.4.2003, GJ 274, 108, publicado tambin en F. del M. 509, 358; CS, 7.5.2003, RDJ, t. C,
sec. 1, 45, tambin publicada en F. del M. 510, 751; Corte de Santiago, 15.5.2003, GJ 275,
101; Corte de Valparaso, 11.6.2003, confirmada por CS [cas. fondo], 30.9.2003, GJ 279, 95;
CS, 21.1.2004, F. del M. 518, 3712; CS, 21.2.2004, GJ 284, 47; Corte de Santiago, 1.4.2004,
GJ 286, 72; CS, 15.4.2004, RDJ, t. C, sec. 5, 17, con comentario del profesor E. Soto; CS,
27.4.2004, F. del M. 521, 404; Corte de Santiago, 14.5.2004, GJ 287, 59; CS, 29.9.2004, GJ
291, 80; Corte de Santiago, 16.12.2004, GJ 294, 91; y Corte de Santiago, 21.7.2006, GJ 313,
72. En apoyo de esta tendencia jurisprudencial, R. Domnguez . 2004 b 373. Para la jurisprudencia anterior CS, 28.7.1987, F. del M. 344, 355 (caso Hexagn); algunos fallos anteriores al ao 2002 consideran que la accin de responsabilidad en contra del Fisco es
imprescriptible (CS, 27.5.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 139; CS, 12.8.1999, F. del M. 489, 1564).
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CAPTULO VIII
PRIVACIDAD Y HONRA
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influido la valoracin jurdica ms intensa de los aspectos morales de la personalidad, y el reconocimiento creciente de espacios de autonoma individual.
b) En trminos genricos, todas las garantas constitucionales pueden
ser entendidas como derechos de la personalidad y dan lugar a proteccin
civil (infra N 373). En una dimensin ms acotada, el derecho general de
la personalidad cautela frente a atentados ilcitos al buen nombre de las
personas (honra) y protege su inters por no ser embarazadas en las manifestaciones de su existencia ms inmediata (privacidad).3 Estos bienes pueden ser fundados sin mayor dificultad en la dignidad de la persona, porque
exigen respetar su pretensin de validacin social, as como en el derecho
a desarrollar libremente su personalidad, porque reconocen un espacio
privado de accin que slo al titular corresponde abrir hacia terceros.4
Atendida la generalidad de estos bienes jurdicos, su concrecin en institutos ms precisos exige una ardua tarea; especialmente si se atiende a que
la cautela de la honra y la privacidad exige tomar recprocamente en consideracin el derecho y principio de la libertad de expresin, que tiene un
efecto inverso a la privacidad y la honra, como se muestra en la ampliacin
de los mbitos de publicidad en las sociedades democrticas contemporneas. Por eso, la evolucin desde un derecho impreciso, basado en ideas
muy generales y que tropieza con conflictos de bienes insuficientemente
definidos, hacia un conjunto ms diferenciado de directivas, se ha producido, en todos los sistemas jurdicos, esencialmente por va jurisprudencial.
c) Los derechos a la honra y a la privacidad pueden ser descompuestos
en diversos intereses protegidos, cuyos contornos son precisados por la va de
definir progresivamente ilcitos civiles ms especficos. Sin embargo, la definicin de los ilcitos tiende a superar las consideraciones de pura justicia
correctiva, atendido su inevitable trasfondo constitucional, pues los intereses expresados en los derechos de la personalidad son colindantes y suelen
estar en conflicto con la libertad de expresin.5
tienen que basarse en los ilcitos tradicionales de libel, malicious falsehood, trespass to the person
y passing off. En el derecho norteamericano, el reconocimiento de la privacidad y la honra
como bienes protegidos por la responsabilidad civil se produjo por va jurisprudencial a
partir del commom law, que luego parece haber sido determinante en su incorporacin, tambin jurisprudencial, al derecho constitucional (Epstein 1999 491 y 519, Glendon 1999 59).
La materia tambin pertenece al mbito que es propio de la jurisdiccin internacional de
los derechos humanos; as, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha tenido una
orientacin proclive a la libertad de expresin, aunque ello signifique riesgos de error que
afecten bienes de la personalidad (vase jurisprudencia comentada en Eva 2005 149).
536
PRIVACIDAD Y HONRA
Ello hace que los derechos a la honra y a la privacidad estn permanentemente sujetos a las tensiones que derivan de la lgica normativa del
derecho privado y de los principios determinantes para el buen funcionamiento de la sociedad en su conjunto. El derecho privado atiende a consideraciones de justicia correctiva, que definen los deberes que tenemos para
con los dems a efectos de no causarles dao; el derecho constitucional
no slo define derechos de las personas, sino tambin atiende a las condiciones que sustentan un orden bsico de la sociedad. En ningn otro lugar se
encuentran con semejante agudeza estas dos orientaciones normativas.
373. Derechos de la personalidad y libertades de expresin y de informacin. a) Tras la honra y la privacidad subyacen dos intereses esenciales de
la personalidad moral. La honra se asocia a la opinin que los dems tienen sobre nosotros, de modo que es afectada por expresiones o hechos
que producen efectos adversos en nuestro prestigio y consideracin. A la
idea jurdica de privacidad se asocia el reconocimiento de un mbito de
exclusin, que expresa la cara ntima y autnoma de la persona.
Porque el honor y la privacidad excluyen de la indagacin y de la difusin ciertos hechos u opiniones, ocurre que los lmites de los derechos de
la personalidad y de la libertad de expresin son recprocamente definibles: la proteccin de la honra y la privacidad comienza donde la libertad
de expresin encuentra su lmite; y, recprocamente, una proteccin significativa de la libertad de expresin supone que el inters por el buen nombre y la privacidad est sujeto a calificaciones.
b) La delimitacin en abstracto de ambos grupos de bienes pertenece primeramente al derecho constitucional (Constitucin, artculo 19 Nos 12
y 4).6 En principio, la delimitacin puede seguir dos caminos. Ante todo,
puede resultar de la atribucin de un predominio general de un derecho sobre otro. Un camino alternativo asume que el conflicto de bienes
no se puede resolver sobre la base de una ordenacin lexicogrfica, sino
que exige un sopesamiento circunstanciado, que atienda a los diversos
tipos de situaciones de conflicto.
6 Asimismo, diversos tratados internacionales sobre derechos humanos, ratificados
por Chile y que se encuentran vigentes (Constitucin, artculo 5 II) han reconocido los
derechos a la libertad de expresin y a la honra e intimidad de las personas: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, 16.12.1966, DS 778, 30.11.1976, DO 29.4.1989
(artculos 17 sobre intimidad y honra y 19 sobre libertad de expresin); Convencin
Americana sobre Derechos Humanos, denominada Pacto de San Jos de Costa Rica,
22.11.1969, DS 873, 28.8.1990, DO 5.1.1991 (artculos 11 sobre intimidad y honra, 13
sobre libertad de expresin y 14 sobre derecho de rectificacin); Convencin sobre los
Derechos del Nio, 20.11.1989, DS 830, 14.8.1990, DO 27.9.1990 (artculos 13 sobre libertad de expresin, 16 sobre intimidad y honra y 17 sobre derecho a la informacin).
Asimismo, la Declaracin Universal de Derechos Humanos de 10.12.1948 (artculos 12
sobre intimidad y honra y 19 sobre libertad de expresin) y Declaracin Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre de 1948 (artculos IV sobre libertad de expresin y
V sobre intimidad y honra).
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PRIVACIDAD Y HONRA
Mientras la jurisprudencia constitucional ms reflexiva tiende a efectuar el sopesamiento de bienes jurdicos en abstracto, sobre la base del
valor relativo que stos poseen en el orden social bsico, la jurisprudencia
civil debe emprender un sopesamiento en concreto, que permita definir el lugar
relativo de las garantas en conflicto atendiendo a la intensidad de los
derechos de la personalidad y de la libertad de expresin en situaciones
tpicas.11 Con todo, tambin en esta determinacin es inevitable atender a
las valoraciones bsicas del ordenamiento constitucional, porque una casustica extrema hace desaparecer del horizonte interpretativo el aspecto
institucional que aqullas poseen.12 El principio de que la relacin de derecho privado est constituida exclusivamente por la relacin entre partes,
sin consideracin de otros bienes sociales ms abstractos, cede en este
caso frente a la consideracin de intereses generales.13
d) El concepto civil de negligencia es suficientemente verstil para asumir los conflictos de bienes que suele plantear la accin humana. El estndar de cuidado atiende a lo que se puede esperar de nosotros en los
distintos roles sociales que asumimos. Por eso, el modelo de la persona
diligente no es ciego al tipo de actividad realizada por el demandado, cuya
diligencia es juzgada, de modo que la relevancia social de la actividad del
demandado es naturalmente determinante para saber el cuidado que debi adoptar (supra N 61). Esto explica, por ejemplo, que el nombre y
privacidad de las personalidades pblicas, atendido el rol social de la libertad de informacin, estn usualmente cautelados por reglas de diligencia
menos estrictas que las aplicables a personas comunes (infra N 388).
En otras palabras, el sopesamiento de los bienes, que determina el cuidado debido en sede civil, est influido por el valor que ellos tienen en el
la asumida en la tradicin poltica del contractualismo, donde se eligen las reglas fundamentales que rigen la convivencia tras un velo de ignorancia acerca de la posicin que cada
cual tendr en la sociedad (persona comn, personalidad pblica, vctima de un delito, por
ejemplo) y considerando el recproco inters que todos comparten en que haya flujos de
informacin necesarios para mantener un orden democrtico de libertades (Epstein 1999
528 y 539).
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PRIVACIDAD Y HONRA
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44. PRIVACIDAD
En contraste con ese desarrollo de la privacidad como garanta de autodeterminacin en el terreno moral, que en Chile no ha sido objeto de
discusin jurdica, el derecho a la privacidad puede ser definido en un
sentido ms estricto, que resulta relevante en el derecho privado. En esta
dimensin, se asocia con la idea del control que tenemos sobre el acceso, difusin y uso de informacin acerca de nosotros mismos.16 Es en este segundo sentido que la privacidad adquiere relevancia en este captulo.
376. Manifestaciones de la privacidad en sentido estricto. a) Los intereses
comprendidos por la privacidad en sentido estricto estn cautelados en la
forma de derechos de exclusividad. La privacidad se expresa en el derecho
a definir por nosotros mismos quines tienen acceso por amistad, amor,
respeto o simplemente por inters, a un mbito sujeto a nuestro control
exclusivo. En este sentido, la exclusividad que caracteriza al mbito privado no supone que la persona se encierre en s misma como individuo,
sino que el acceso resulte de un acto de disposicin.17
En atencin a que la privacidad es un inters que se materializa mediante
la exclusin de los dems de ciertas esferas de nuestra vida, presenta, desde el
punto de vista tcnico, relaciones con la propiedad ms estrechas de lo que
intuitivamente podra asumirse. La propiedad es la facultad que autoriza excluir a los dems del goce legtimo de un bien. La privacidad propende a que
la autonoma personal se extienda ms all de nuestra relacin exclusiva con
las cosas, en tanto supone poder para sustraer de la esfera pblica un mbito de
vida, que no puede ser traspasado por los dems sin autorizacin del titular.
b) En circunstancias que, aun en su sentido estricto, la idea de privacidad es comprensiva de diversos intereses, cualquier definicin genrica tiende a ser elusiva.18 Por eso, para evitar imprecisiones o tautologas, conviene
separar las preguntas e intereses ms concretos que le son asociados:19
Ante todo, la privacidad expresa un mbito fsico de intangibilidad. Este
sentido de privacidad se asocia a la expectativa de estar en soledad o intimidad, sustrado a toda intromisin o comunicacin forzosa con el resto
de la gente. Para proteger este aspecto de la privacidad el derecho privado
pone lmites a los medios para recabar informacin sobre los dems.
En un segundo sentido, la privacidad expresa el deber de reserva que
tienen ciertas personas que conocen hechos ajenos en razn de su calidad
16 Fried 1968 482; la privacidad como control y exclusin, con referencias constitucionales comparadas, en F. Gonzlez en Wahl 2001 155.
17 Fried 1968 483.
18 Un ensayo de definicin en Corral 2000 a 347.
19 La clasificacin ms influyente de los intereses que cubre la privacidad en sentido estricto en Prosser/Keeton et al. 1984 851, que distinguen los ilcitos de apropiacin, de intrusin no
razonable, de difusin pblica de hechos privados y la exhibicin de hechos personales bajo
una falsa luz. El mayor problema que plantean algunas legislaciones especiales sobre privacidad
radica en la dificultad de separar los intereses en juego; es el caso, por ejemplo, de la ley espaola sobre honor, privacidad e imagen de 1982, que incluye bajo una misma regla (artculo 7)
situaciones que merecen ser tratadas diferenciadamente (Yzquierdo en Reglero 2002 a 1110).
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PRIVACIDAD Y HONRA
o profesin. La proteccin de la privacidad se produce en estos casos limitando la difusin de informacin privada obtenida con un fin definido,
que no comprende su difusin. El deber de reserva es instrumental respecto del siguiente sentido de la privacidad.
En tercer lugar, la privacidad protege el inters por mantener un mbito de secreto, esto es, la pretensin de excluir de la publicidad ciertos hechos
relativos a la vida ordinaria, las inclinaciones o debilidades fsicas o morales
de una persona, y, en general, los hechos personales que afectan el pudor.
En cuarto lugar, la privacidad expresa el derecho moral y patrimonial
que la persona tiene respecto de aspectos externos de su personalidad (imagen, voz, nombre). El derecho moral se expresa en la prohibicin de actuar sin autorizacin sobre esos bienes (prohibicin de fotografiar en
situaciones de privacidad, por ejemplo); en su aspecto patrimonial, el derecho impide la apropiacin por un tercero y se expresa en derechos de
propiedad, que garantizan la exclusividad en el goce econmico de los atributos de la personalidad (imagen, voz, nombre) e incluso, el secreto de aspectos de la vida privada (la historia de la propia vida privada).
Finalmente, en proteccin de la privacidad, la ley regula la incorporacin, utilizacin y difusin de informacin personal almacenada en bases
de datos (ley N 19.628, de proteccin de datos de carcter personal).
Cada una de estas materias ser referida brevemente en las siguientes
secciones de este apartado.
377. Criterios de la sensibilidad y cuidado ordinarios. a) La determinacin de las distintas esferas de privacidad supone, ante todo, recurrir a un
sentido o sensibilidad ordinaria acerca de lo que debe quedar excluido
del escrutinio, conocimiento y disposicin ajenos. Para ello resulta necesario atender a las expectativas normativas de privacidad.
Por eso, no es posible definir en abstracto los factores que determinan
cada una de las esferas de privacidad; es necesario atender, ante todo, a las
convenciones implcitas acerca de lo que se tiene por privado y cuya difusin es considerada significativamente objetable, atendidas las circunstancias, por una persona que no es excesivamente susceptible.20
b) De lo anterior se sigue la necesidad de que la irrupcin o la indiscrecin tengan suficiente gravedad, esto es, sean altamente ofensivas para
una persona razonable. En la materia parece adquirir mayor extensin
que lo usual el requisito general de que el dao sea serio como condicin
de su reparabilidad (supra N 145).21
Prosser/Keeton et al. 1984 857, Epstein 1999 528; en Chile, Pea 2004 97.
La jurisprudencia francesa exige que se trate de una intromisin intolerable en la
vida privada (Tallon 1996 N 103); el requisito de que el atentado sea altamente ofensivo
ha sido establecido por la jurisprudencia norteamericana (Epstein 1999 523); semejante es
el criterio de la jurisprudencia alemana (Palandt/Thomas 823 200). Las razones de esta
exigencia de intensidad parecen radicar en la necesidad de garantizar los flujos de informacin acerca de los dems que estn autorizados por los usos, como ocurre con la mayora de los chismes, y evitar la litigacin excesiva.
20
21
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44. PRIVACIDAD
c) Segn los principios generales de la responsabilidad por negligencia, hay entonces un ilcito civil si se afectan esos sentimientos, en circunstancias que no hay un bien mayor que lo justifique. A este respecto conviene
tener presente que en materia de privacidad, a diferencia de lo que ocurre con la honra, el ilcito puede estar dado por la sola afectacin del
inters protegido, sin que sea necesario entrar en otras consideraciones
relativas a las circunstancias que califican la razonabilidad de la accin. Es
el caso, a falta de una poderosa justificacin, de la intrusin en mbitos
fsicos de privacidad (infra 44 c), de la infraccin a deberes especiales de
reserva respecto de informacin relativa a terceros (infra 44 d), del desvelamiento de aspectos pertenecientes a la esfera ms ntima de la privacidad como secreto (infra N 387 b) y de la utilizacin comercial no autorizada
de aspectos de la personalidad ajena (infra N 394 c).
Ms all de esos ilcitos calificados por la mera accin intrusiva en el
derecho ajeno, en la mayora de los sistemas jurdicos la definicin del
ilcito tiende a restringirse donde hay inters del pblico, especialmente
en materia de privacidad como secreto (infra Nos 380 y 387).
378. Legislacin aplicable. a) La privacidad est reconocida como garanta
constitucional que cautela el respeto y proteccin a la vida privada de la
persona y de su familia (artculo 19 N 4).
b) En materia civil, la reparacin del dao moral se ha establecido
como prctica generalizada por lesin a derechos de la personalidad, a
pesar de la limitacin impuesta por el artculo 2331 (supra N 194, infra
N 405). En lo sucesivo se asume que no hay restricciones legales a la reparacin del dao moral por atentados a la privacidad, de modo que el anlisis se centra exclusivamente en las condiciones de la responsabilidad.
c) En materia penal, rigen los tipos introducidos al Cdigo Penal por la ley
N 19.423, que sanciona al que, en recintos particulares o lugares que no sean
de libre acceso al pblico, sin autorizacin del afectado y por cualquier medio, capte, intercepte, grabe o reproduzca conversaciones o comunicaciones
de carcter privado; sustraiga, fotografe, fotocopie o reproduzca documentos
o instrumentos de carcter privado; capte, grabe, filme o fotografe imgenes
o hechos de carcter privado que se produzcan, realicen, ocurran o existan
en recintos particulares o que no sean de libre acceso al pblico; y al que
difunda las comunicaciones, documentos, instrumentos, imgenes y hechos
referidos (Cdigo Penal, artculo 161 A I y II). Igualmente, se sanciona al que
pretenda obtener la entrega de dinero o bienes o la realizacin de cualquier
conducta que no sea jurdicamente obligatoria, mediante cualquiera de los
actos sealados (Cdigo Penal, artculo 161 B). Por otra parte, la Ley general
de telecomunicaciones (ley N 18.168) sanciona al que intercepte o capte maliciosamente o grabe sin la debida autorizacin cualquier tipo de seal que se
emita a travs de un servicio pblico de telecomunicaciones (artculo 36 B
letra c). Por ltimo, la ley N 19.223, que tipifica figuras penales relativas a la
informtica, sanciona al que con nimo de apoderarse, usar o conocer indebidamente la informacin contenida en un sistema de tratamiento de la misma,
lo intercepte, interfiera o acceda a l (artculo 2). Todas las hiptesis dan
lugar a supuestos de culpa infraccional en materia civil (supra 10).
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PRIVACIDAD Y HONRA
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44. PRIVACIDAD
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PRIVACIDAD Y HONRA
sus vicios ocultos y sobre la calidad del objeto vendido, de acuerdo con las
reglas sobre vicios redhibitorios y sobre buena fe contractual.
Nada de eso ocurre cuando nos vendemos a nosotros mismos. As,
mientras es ilcito efectuar publicidad engaosa acerca de un producto,
no parece haber lmites para que hagamos publicidad maliciosa acerca de
nosotros mismos. Algunos venden lo mejor de s para consolidarse en posiciones de poder o de notoriedad pblica. En contraste, solemos ocultar
lo que resulta inconveniente para obtener ventajas comerciales o afectivas,
o para ganarse la confianza ajena. La privacidad aparece como un manto
que cubre nuestro yo real y deja al descubierto el yo que queremos (o
creemos conveniente) que aparezca ante los dems. Desde esta perspectiva, la privacidad profundiza la asimetra de informacin entre nosotros y
los dems respecto de nosotros mismos.
La informacin que cuidamos como privativa de nuestro nombre, del
concepto que queremos divulgar sobre nosotros, puede ser de valor incalculable para los dems: para los ciudadanos que actan como electores,
para los alumnos, para los empleadores o los amigos con quienes nos relacionamos. Desde esta perspectiva, no somos dueos de nuestra reputacin, ni de los juicios que los dems tienen sobre nosotros, de la manera
que lo somos del dinero que tenemos en el bolsillo. La razn pragmtica
para preferir una regla que slo sancione los atentados groseros a la privacidad es que ella nos permite actuar con informacin ms completa en
nuestras decisiones como ciudadanos, trabajadores, empresarios o consumidores.
Esta versin ms escptica de la naturaleza humana evita transferir irreflexivamente conceptos morales al campo de las relaciones sociales gobernadas por el derecho. Aunque construir una propia imagen en los distintos
tipos de relaciones no sea algo perverso, como no lo es la publicidad que
resalta cualidades positivas de un producto, puede resultar un exceso en
muchas circunstancias decir que tenemos un derecho a que los dems nos
miren slo con los decorados que nos hemos construido.
b) A ello se agrega una caracterstica estructural de la sociedad contempornea. El fraccionamiento de las relaciones de vecindad y la funcionalidad de las relaciones interpersonales hacen que la informacin personal
respecto de quienes tratan con nosotros sea infinitamente inferior que en
pocas pasadas. El mundo de relaciones econmicas y de poder estaba en
gran medida radicado en la comunidad local. Lo que ocurra era conocido por transmisin oral. El desmontaje del control social en la ciudad
moderna hace que nos movamos en un mundo de desconocidos. As se
explica la demanda social por informacin, especialmente respecto de quienes estn en posicin de mostrar al pblico las calidades personales que
les resulten ventajosas en su vida de relacin. En definitiva, tanto el voto,
la sintona, como un ventajoso contrato pueden estar ms determinados
por lo que se calla que por lo que se muestra.
c) El inters por informacin, que desafa el inters por la privacidad,
no slo tiene por antecedente el deseo de ilustrarse acerca de los asuntos
pblicos, sino tambin la necesidad de entretencin en torno a las figuras
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44. PRIVACIDAD
de inters general. La evolucin se completa a consecuencia de una desinhibida evolucin de las costumbres, donde nada de lo humano resulta ajeno.
Se genera as una fuerza de expansin de lo pblico, que es coincidente con
el desarrollo de los mercados abiertos, la expansin de la democracia y de
las tcnicas de informacin y la irrupcin de mercados de informacin personal con fines de mera entretencin. De esa manera, se han modificado
tambin los usos acerca de lo que se tiene por privado y sobre lo que es de
legtimo inters general, y en consecuencia, tambin se va desplazando la
frontera de lo que es lcito informar acerca de los dems.30
c. La privacidad como mbito fsico de exclusin: ilicitud de los medios
381. Irrupcin fsica en mbito privado ajeno. a) El derecho civil protege la
intimidad del espacio fsico mediante las servidumbres de vista (artculo 874)
y, en cierto sentido, las de demarcacin y cerramiento (artculos 842 y 844).
Y el Cdigo Penal sanciona la violacin de domicilio (artculos 144 y 145).
En verdad, la forma ms evidente de invasin de la privacidad es la
intrusin fsica en espacios de los cuales podemos excluir a los dems. En
estos casos, el ilcito est constituido por el mero hecho de la intrusin,
con independencia de la publicidad que pueda ser dada al material ilcitamente obtenido (cuestin que pertenece a la privacidad como secreto).
La impropiedad del medio utilizado para obtener imgenes, sonido o simplemente informacin califica la conducta, con independencia del propsito
perseguido por el demandado.
b) Pertenecen al mbito fsico de privacidad ms indubitado los espacios de intimidad domstica en la propia casa, que se extiende a los espacios
interiores y otros espacios exteriores, como al jardn, que conscientemente
estn excluidos de la entrada y observacin de terceros.31 Esta regla de
exclusin completa rige asimismo respecto de otros lugares que participan
de ese carcter ntimo, como la oficina, una pieza de un hotel o un hospital, a condicin de que la irrupcin constituya un atentado serio a una
persona de sensibilidad ordinaria.32
J. J. Brunner, Desinhibicin, El Mercurio, Santiago de Chile, 10.10.2004; en el derecho comparado, con distintos nfasis, la libertad de expresin tiende a cubrir tanto el inters por informacin relevante para efectos de la formacin de una opinin ciudadana
informada como tambin el inters por la mera entretencin (Zweigert/Ktz 1996 693).
31 Von Gerlach 2004 625, con referencias jurisprudenciales comparadas; por el contrario, todo indica que son lcitas las fotografas tomadas desde espacios pblicos y sin recurso
a medios tcnicos (teleobjetivos) que supongan una intromisin abusiva que afecte expectativas razonables de privacidad (dem 626).
32 Tallon 1996 N 129, Von Gerlach 1998 747, Epstein 1999 524; en el derecho chileno
se ha fallado que una clnica no tiene derecho a filmar una operacin quirrgica sin autorizacin de la paciente, aunque sta aparezca cubierta con una sbana que impida ver su
rostro (Corte de Santiago, 17.11.1992, RDJ, t. LXXXIX, sec. 5, 345, con com. de E. Soto).
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toda comunicacin privada (Constitucin, artculo 19 N 5), adems del derecho general a la privacidad.
La pregunta por los lmites de estos derechos de privacidad frente a una
investigacin criminal o con ocasin de un proceso judicial es ms bien oscura
en nuestro derecho, aunque todo indica que la intromisin slo es posible
en la medida que exista una autorizacin judicial fundada en una norma
legal.39 La Constitucin autoriza al Ministerio Pblico para impartir rdenes
a las policas, con la reserva de que si ello supone privar, limitar o restringir
al imputado o a terceros del ejercicio de los derechos constitucionales, se
requiere autorizacin judicial previa (Constitucin, artculo 83 III), de modo
que el fiscal debe solicitarlo al juez de garanta (Cdigo Procesal Penal,
artculo 9). Este ordenamiento procesal establece reglas ms bien amplias
para la autorizacin de entrada y registro de lugares (artculos 205 y siguientes), incautacin de objetos, documentos y correspondencia, y obtencin de
copias de comunicaciones (artculos 215 y 217 y siguientes).40
e) En el otro extremo, slo excepcionalmente son reservados los registros pblicos, aunque contengan informacin acerca de cuestiones privadas.41 La diferenciacin entre documentacin privada y pblica puede
plantear dificultades, pues, en sus lmites, suele exigir un sopesamiento de
bienes. Con todo, las justificaciones para la intrusin deben ser muy poderosas; as, por ejemplo, la relacin laboral no justifica la intrusin del empleador en la correspondencia fsica o electrnica de sus trabajadores.42
f) El aspecto inverso de la privacidad de las comunicaciones est dado,
en algunos sistemas jurdicos, por la proteccin frente a comunicaciones
no deseadas, telefnicas o electrnicas (propaganda poltica telefnica, publicidad no autorizada por medio de e-mails). Se trata de una proteccin
frente a la invasin de la privacidad mediante comunicaciones de terceros.43
382. Irrupcin en mbitos privados mediante el emplazamiento o uso de
instrumentos para ver, filmar o escuchar actos privados. a) La irrupcin
ilcita puede no ser fsica, invadiendo corporalmente el espacio privado, sino
que puede producirse mediante la utilizacin subrepticia de medios tecnolgicos (fotografas de mbitos de intimidad obtenidas con teleobjetivos o me39 Un excelente anlisis de la proteccin de la privacidad en el proceso penal en Horvitz/Lpez 2004 95.
40 Corte de Santiago, 6.12.2004, rol N 7.001-2004, confirmada por la CS [apelacin],
13.1.2005, rol N 5.832-2004, declar que la incautacin de los archivos magnticos de
funcionarios del Ministerio de Obras Pblicas, decretada por la ministra visitadora encargada de una investigacin criminal, no afectaba las garantas constitucionales de los nmeros 5 y 4 del artculo 19 de la Constitucin, aunque hubiese en ellos registrada
informacin privada; el fallo de proteccin no invoca norma legal que lo autorice, pero
debe entenderse que el fundamento est dado por los artculos 176 y 177 del antiguo Cdigo de Procedimiento Penal.
41 Vase, sin embargo, infra Nos 390, 400 y 401.
42 Mga Code 7 24.
43 Palandt/Thomas 823 195 c.
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diante instrumentos ocultos de grabacin, por ejemplo).44 Lo caracterstico parece ser la superacin mediante tecnologas del mbito fsico de privacidad de una manera que ofende seriamente las expectativas de privacidad
del demandante.45
Por otra parte, el uso de instrumentos ocultos puede hacer ilcita una
conducta que de lo contrario no dara lugar a responsabilidad civil. As,
existe una expectativa social diferente respecto a la divulgacin de hechos
que resultan conocidos a un periodista que simula ser un cliente en una
visita a un profesional sobre quien recaen sospechas de deshonestidad (visita que puede dar lugar a una crnica crtica basada en recuerdos), que
respecto de la intrusin solapada de cmaras y micrfonos ocultos para
dejar constancia de la conducta del demandante en mbitos de privacidad.46 Tambin puede ocurrir que el uso de instrumentos tecnolgicos
haga ms evidente el ilcito, pues si bien escuchar una conversacin ajena
en un lugar pblico, dependiendo de las circunstancias, puede ser una intrusin ilcita, el acto es per se ilcito si subrepticiamente se recurre a instrumentos tecnolgicos.47
b) Diferente es el caso de las grabaciones de conversaciones privadas
en que ha participado el demandado: no se trata de una irrupcin en un
mbito privado ajeno, porque quien graba ha participado de la conversacin desde un lugar no cubierto por la privacidad; a ello se agrega que la
grabacin puede ser un medio de respaldo de operaciones contractuales o
de otros actos de efectos intersubjetivos, que se realizan telefnicamente.
Pero, en contraste, atendida la naturaleza de la comunicacin, la graba44 Lder en el derecho europeo parece ser el caso Soraya (1976), en que la antigua
mujer del monarca iran obtuvo de la justicia italiana que se declarara ilcita la fotografa, tomada con teleobjetivo, que la mostraba besndose con un amigo en un jardn privado; de igual manera se ha fallado en casos anlogos por la jurisprudencia francesa,
alemana e inglesa (Von Gerlach 1998 747 y 750). La legislacin chilena ha llegado a sancionar penalmente ambos tipos de intrusiones (fsica y tecnolgica): el artculo 144 del
Cdigo Penal establece el delito de intrusin en morada ajena; el artculo 161-A sanciona
al que en recintos particulares o en lugares que no sean de libre acceso al pblico, sin
autorizacin del afectado y por cualquier medio capte, intercepte, grabe o reproduzca
conversaciones o comunicaciones de carcter privado; sustraiga, fotografe, fotocopie o
reproduzca documentos o instrumentos de carcter privado; o capte, grabe, filme o fotografe imgenes o hechos de carcter privado; que se produzcan, realicen, ocurran o existan en recintos particulares o lugares que no sean de libre acceso al pblico. A su vez, el
artculo 36 B letra c de la Ley general de telecomunicaciones (ley N 18.168), dispone
que comete delito de accin pblica el que intercepte o capte maliciosamente o grabe
sin la debida autorizacin, cualquier tipo de seal que se emita a travs de un servicio
pblico de telecomunicaciones.
45 BGH, 9.12.2003 (JZ 2004, 622).
46 Es el criterio adoptado, con fundamento constitucional, por la jurisprudencia norteamericana, en Dietemann v. Time Inc., 449 F. 2d. 245 (9th Cir. 1971); igual solucin en la
jurisprudencia alemana, Palandt/Thomas 823 196 c. Una explicacin econmica de esa
expectativa social de no ser objeto de este tipo de investigaciones en Epstein 1999 526.
47 Epstein 1999 528.
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sino en razn de una funcin espiritual o del servicio profesional que impone un deber de secreto correlativo.61 El principio es tan antiguo que ya el
juramento de Hipcrates contiene una promesa de reserva.
Por la misma razn, quienes han recibido informacin bajo secreto
por su estado, profesin o funcin legal, no estn obligados a declarar en
juicio en el mbito cubierto por ese deber de reserva.62 El mismo derecho
es reconocido por la Ley de prensa a los directores, editores y periodistas
respecto de su fuente informativa, la que se extiende a los elementos que
obren en su poder y que permitan identificarla (artculo 7).
La cuestin se plantea de una manera sustancialmente diferente si la investigacin compulsiva de documentos o registros en poder de quienes estn
sujetos a deber de secreto se realiza en razn de una autorizacin otorgada
por la ley a los jueces, a la polica o a entidades fiscalizadoras; en tal caso, la
pregunta deviene en una materia constitucional, que slo puede resolverse de
conformidad con la tcnica del sopesamiento de los bienes en conflicto.63
d) En el otro extremo, tambin pueden ser tenidas por confidenciales
las revelaciones que un cnyuge hace a otro respecto de aspectos de su vida
privada, de modo que no puede divulgarlas, una vez rota la relacin, sin
incurrir en una traicin a la confianza depositada en la expectativa de que
la relacin sera duradera.64
e) Diversos ordenamientos legales especiales establecen deberes de secreto, que hacen ilcita per se la divulgacin de informacin. Es el caso del
secreto bancario,65 del establecido respecto de directores y gerentes de
sociedades annimas (infra N 633),66 de cualquiera persona que obtenga
informacin privilegiada respecto de algn emisor de valores de oferta
Yzquierdo en Reglero 2002 a 1113, con referencias bibliogrficas.
Cdigo Procesal Penal, artculo 303; Cdigo de Procedimiento Civil, artculo 360 N 1.
63 Vase, por ejemplo, la declaracin del Colegio de Abogados de Chile de octubre de 2004,
representando una autorizacin judicial para que fiscales investigaran documentos y registros
existentes en un estudio jurdico y que podan incriminar a clientes. Sopesando los bienes en
juego, se ha fallado que es ilcita la conducta de un rgano administrativo que solicita a un psiquiatra la exhibicin de las fichas clnicas de sus pacientes, con motivo de una fiscalizacin del
efectivo otorgamiento de prestaciones profesionales, por cuanto en ellas se contienen datos relevantes e ntimos de los pacientes (Corte de Valparaso, 8.11.2005, rol N 465-2005).
64 Markesinis/Deakin et al. 2003 705.
65 Ley de cuentas corrientes, artculo 1 II. Especialmente clarificadora del alcance del
secreto bancario es la Circular N 1.695 de 23.7.1980 de la Superintendencia de Bancos e
Instituciones Financieras, con referencia a que l no se extiende al inters del deudor por
mantener secretas sus obligaciones con los bancos; es interesante comprobar cmo el secreto cede, en el caso de las deudas, frente un inters prevaleciente por conocer el monto
total de las obligaciones que cada deudor tiene con el sistema financiero.
66 Ley de sociedades annimas, artculo 43; en el caso de las sociedades annimas abiertas
coincide el deber de reserva respecto de los negocios de la sociedad, mientras la informacin
no sea pblica, con el deber de divulgar la informacin esencial, en los trminos establecidos
por el artculo 10 de la Ley de valores; este ltimo ordenamiento sanciona civilmente con obligaciones restitutorias de beneficios y con indemnizacin de perjuicios la difusin o el uso de
cualquiera informacin calificada como privilegiada por el Ttulo XXI de la ley (artculo 172).
61
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44. PRIVACIDAD
pblica (Ley de valores, artculo 165 I) y de quienes trabajan en el procesamiento de datos personales (Ley de proteccin de datos, artculo 7).
Del mismo modo, y de manera ms general, es ilcita y se encuentra
sancionada penalmente la conducta de todos los que, ejerciendo alguna
de las profesiones que requieren de ttulo, revelen los secretos que por
razn de ello se les hubieren confiado (Cdigo Penal, artculo 247 II).
f) La misma regla de secreto debe entenderse aplicable a rganos pblicos que ejercen funciones de fiscalizacin, a menos que la informacin
sea relevante a efectos de ejercer acciones administrativas o judiciales.67
Por lo mismo, estn sujetos a un deber de secreto los funcionarios pblicos, bajo amenaza de sanciones penales (Cdigo Penal, artculo 247 I);68 el
principio del secreto se extiende a las actuaciones de investigacin en el
proceso penal (Cdigo Procesal Penal, artculo 182 I y VI).
e. La privacidad como secreto: control sobre la informacin acerca de la vida
ntima y privada
386. El secreto como bien jurdico. a) La privacidad como secreto es una
manifestacin en el terreno puramente cognitivo del derecho a estar solo
o en un mbito exclusivo de intimidad personal y familiar. El ilcito no
est dado por la intrusin fsica por medios impropios en un mbito de
privacidad, como ocurre con la irrupcin injustificada, ni se trata de infracciones de deberes de reserva. Lo determinante es la naturaleza de la
informacin: se trata de hechos que pretendemos mantener fuera del conocimiento pblico, porque afectan seriamente el pudor de cualquiera persona de sensibilidad ordinaria.
b) A diferencia de la difamacin (infra N 406), no es relevante que la
informacin difundida sea verdadera. Se trata de hechos relativos a nosotros
o a nuestro entorno familiar, a cuyo respecto tenemos derecho a decidir
cundo, cmo y en que extensin los comunicamos a los dems. La privacidad como secreto no es la mera ausencia de informacin acerca de nuestras
vidas, sino el control que tenemos sobre la informacin acerca de nosotros
mismos y de nuestro crculo de vida familiar.69 En el otro extremo, precisaSobre el tratamiento de datos personales por organismos pblicos, infra N 401.
Respecto del alcance del deber de secreto de los funcionarios, se ha fallado que no
incurre en este ilcito el alcalde que hace pblicas las licencias mdicas de los empleados municipales, con indicacin de la enfermedad que las motiva, porque en este caso se trata de
un pronunciamiento mdico que necesariamente es conocido por un nmero indeterminado de personas participantes en la tramitacin y recepcin del documento en que se inserta y
que, por su naturaleza y la utilizacin de que es objeto, precisamente se relativiza la privacidad intrnseca que eventualmente pudiera atribursele (CS, 29.5.2000, F. del M. 498, 924;
hay voto disidente del ministro Prez).
69 Fried 1968 482 (supra N 379 b); Markesinis/Deakin et al. 2003 697. Lo determinante de la privacidad como secreto son los hechos que la persona tiene bajo su exclusivo control; por lo mismo, por ejemplo, un cuadro psicolgico construido sobre la base de
antecedentes conocidos no constituye un atentado al secreto.
67
68
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mente porque no se tiene control sobre ella, no se puede invocar la privacidad como secreto cuando la informacin consta en registros pblicos.70
387. Factores objetivos que influyen en la delimitacin del mbito de
proteccin. a) Intuitivamente, parece sencillo definir el mbito de proteccin de la privacidad como secreto. Resulta en cierto sentido inevitable la tendencia a delimitar lo privado con recurso a la misma idea
de privacidad, porque la privacidad est esencialmente definida por los
usos normativos, esto es, por las expectativas recprocas acerca de qu
informacin sobre nosotros mismos tenemos derecho a excluir del conocimiento de los dems. El derecho agrega ciertos calificativos de gravedad y de razonabilidad para una persona de sensibilidad comn. Por
eso, pareciera pacfico estimar como ilcita la difusin de informacin
altamente ofensiva al pudor, que resulte objetable para una persona de
sensibilidad ordinaria.71
b) Para favorecer la delimitacin de mbitos de proteccin de la privacidad, la jurisprudencia ha distinguido en algunos ordenamientos una esfera privada y una esfera ntima. Esta ltima comprende sentimientos y
pensamientos (expresados en cartas, diarios de vida, fotografas personales u otros documentos anlogos), y hechos que por su naturaleza dan
lugar a una pretensin fuerte de secreto, como los detalles de la vida familiar, sexual y del estado de salud.72 En este mismo sentido debe entenderse
la norma de la Ley de prensa que considera hechos pertinentes a esta
70 Se ha fallado que no poda haber atentado ilegtimo contra la privacidad de una persona por figurar en el sitio web del Poder Judicial informacin acerca de las partes de un
juicio de reclamacin de paternidad, porque esa informacin puede ser obtenida por cualquier persona a travs de los libros de ingreso de causas a tribunales, que son pblicos (Corte
de Santiago, 1.6.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 121).
71 Restatement/Torts II 652 D, Prosser/Keeton et al. 1984 856, Markesinis/Deakin et
al. 2003 735.
72 As ocurre en el derecho alemn, donde la jurisprudencia ha distinguido mbitos
de intimidad y de mera privacidad, sujetos estos ltimos, a diferencia de los primeros, a un
sopesamiento de los intereses y bienes en juego (Palandt/Thomas 823 178); los caminos
jurisprudenciales son anlogos en el derecho francs, que ha estimado que la vida amorosa
y sentimental, as como la salud, pertenecen a una zona inconcusa de vida privada (Lpez
1982 68); un camino semejante tambin ha seguido el derecho italiano, que, luego de numerosas vacilaciones, dio por cumplido el requisito de antijuridicidad, que ese ordenamiento
exige como condicin de la responsabilidad civil, al reconocer un derecho general de la
personalidad, una de cuyas manifestaciones es la intimidad de la vida privada (Alpa 1997
7); en el derecho norteamericano, el mbito de intimidad es estrecho: se refiere a detalles
de la vida sexual, pero no a la inclinacin homosexual, por ejemplo (Epstein 1999 540). En
el derecho chileno se ha recogido la idea de un mbito de privacidad sujeto a una pretensin especialmente fuerte de secreto, al declarar que todos los ciudadanos tienen derecho
a que se les respete su vida privada, por lo que debe distinguirse entre la esfera ntima que
slo corresponde a cada persona en particular y que no est dispuesta a compartir con nadie, y la vida privada que s puede compartirse con determinadas personas (Corte de Puerto
Montt, 18.3.1997, confirmada por CS [apelacin], 16.7.1997, RDJ, t. XCIV, sec. 5, 193).
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44. PRIVACIDAD
esfera privada de las personas los relativos a su vida sexual, conyugal, familiar o domstica, salvo que fueren constitutivos de delito (artculo 30 III).73
La difusin de hechos relativos a esta esfera ntima constituye una infraccin per se al derecho a la privacidad como secreto, cualquiera sea el inters pblico comprometido.
Ms all de esos mbitos estrictos de intimidad, cuya delimitacin ms
concreta es tarea de la jurisprudencia, la informacin sobre hechos privados puede estar justificada, atendidas las circunstancias del caso y la proporcionalidad de los medios empleados por quien divulga el hecho
embarazoso.74 Determinante para establecer los lmites entre la privacidad
como secreto y la libertad de informacin es un sopesamiento en concreto
de los bienes e intereses en juego; en particular, del inters que el hecho
tiene para el pblico.75
c) El sopesamiento de bienes no slo es requerido cuando se disciernen los
lmites de la privacidad con la libertad de informacin, sino tambin en
otras situaciones en que existen intereses legtimos contradictorios (como,
por ejemplo, cuando una compaa de seguros mdicos pretende acceder a
la documentacin de salud de un paciente con el fin de investigar un fraude).76 A efectos de este sopesamiento, como en el caso de la libertad de
informacin, es necesario considerar la gravedad de la lesin a la privacidad
que se pretende justificar, la entidad del bien en conflicto y el lugar que la
persona a cuyo respecto se pretende informar tiene en la sociedad (infra
N 388). El caso ms claro en que la privacidad como secreto cede ante un
inters legtimo contrapuesto est dado por los hechos privados que son
constitutivos de delito (Ley de prensa, artculo 30 II).
73 La idea es recogida slo analgicamente por la definicin de datos sensibles dada por la
Ley de proteccin de datos: aquellos datos personales que se refieren a caractersticas fsicas o
morales de las personas o a hechos o circunstancias de su vida privada o intimidad, tales como
los hbitos personales, el origen racial, las ideologas y opiniones polticas, las creencias o convicciones religiosas, los estados de salud fsicos o psquicos y la vida sexual (artculo 2 letra g).
Esta definicin se refiere a informacin que no puede estar acumulada en bases de datos (artculo 9) y parece ser ms extensa que la intimidad relevante a efectos de la privacidad como secreto (que inequvocamente no cubre las creencias religiosas ni las afinidades polticas).
74 El caso ms generalizado de desproporcin en los medios se refiere a la identificacin de una persona que sufre un atentado sexual, porque la informacin puede darse sin
agregar a la vctima una nueva turbacin; en general sobre este punto, argumentando que
en el balance final de intereses debe tenerse por prevalente el de la vctima de un atentado
por que no se conozca su identidad, Epstein 1999 541; en igual sentido el Trib. Supr. espaol, 21.2.2000, ya que por muy cierta que sea la violacin, una cosa es informar del suceso
y otra facilitar la identificacin de la persona violada (Yzquierdo en Reglero 2002 a 1127).
Por el contrario, usualmente se estima que el suicidio no forma parte del mbito excluyente de privacidad (en Chile, vase la sentencia de proteccin de CS, 3.11.1998, GJ 221, 32).
75 Palandt/Thomas 823 185.
76 Un caso lder acerca de los lmites de la privacidad en el derecho alemn se refiere,
precisamente, a la investigacin que recaa sobre un mdico que presumiblemente otorgaba certificados falsos de salud, cuya accin basada en el derecho de privacidad fue rechazada (BGH, 24, 72, 2.4.1957, referido en Van Gerven 1998 173).
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PRIVACIDAD Y HONRA
d) La ley tiene frecuentemente que arbitrar entre la privacidad y el inters por fiscalizar y por investigar la comisin de delitos. Como ocurre con
otras garantas constitucionales, la privacidad como secreto puede ceder frente a intereses generales. La gravedad de este inters y la proporcionalidad
de la limitacin establecida por el legislador son los criterios determinantes
en el sopesamiento de bienes que exige la resolucin de ese conflicto. La
materia es de ndole constitucional, pues supone definir la lnea divisoria entre
las facultades de gobierno y polica que el legislador puede legtimamente
establecer, por un lado, y el derecho de privacidad, por el otro.
388. Hechos y personalidades de inters pblico. a) El inters pblico
tiende a ser una justificacin circular, porque en su forma ms cruda hara
imposible para los tribunales dibujar una lnea divisoria que permita superar los lmites impuestos por la apreciacin editorial, por un lado, y por la
demanda de los lectores, por el otro.77 En verdad, si el concepto de inters
pblico es asumido en trminos puramente descriptivos, sus fronteras son
amplsimas y difusas, porque, ms all del juicio de valor que ello merezca,
es una realidad el inters que despierta en mucha gente conocer detalles
de la vida de personajes de inters general.
En algunos sistemas jurdicos (especialmente en el norteamericano), el
inters pblico tiende a ser entendido precisamente como una cuestin de
hecho, con el efecto de que la privacidad como secreto pasa a estar sustancialmente limitada por la expectativa de un amplio pblico a ser informado sobre
hechos policiales o sobre aspectos privados de la vida de personajes famosos.78
Epstein 1999 540.
As, por ejemplo, en el derecho norteamericano se estima que el inters del pblico
prevalece sobre el de las vctimas de violacin a que su identidad permanezca silenciada;
que el pblico tiene derecho a saber acerca de la vida sentimental y sexual de celebridades
y sobre su estado de salud. En definitiva, en Estados Unidos el derecho a la privacidad no
tiene la misma jerarqua que la libertad de informacin (David Anderson, An American Perspective, en Markesinis/Deakin et al. 2003 736). Restatement/Torts II, sin embargo, adopta
una posicin ms diferenciada y claramente normativa al disponer que dar publicidad a
hechos concernientes a la vida privada genera responsabilidad si la materia publicada es
del tipo que a) sera altamente ofensiva para una persona razonable y b) no es de preocupacin legtima para el pblico ( 652 D); en un comentario a esa regla se aclara que sta
autoriza las publicaciones relativas a homicidios y otros crmenes, arrestos, pesquisas policiales, suicidios, matrimonios y divorcios, accidentes, incendios, catstrofes naturales, muerte
por uso de narcticos, enfermedades extraas, el nacimiento de un hijo de una nia de
doce aos, la reaparicin de quien se presuma muerto por muchos aos y muchas otras
materias de inters popular genuino, aunque ste sea ms o menos deplorable ( 652 D,
comentario g). De este modo, en el derecho norteamericano se ha limitado drsticamente
el ilcito de difusin de informacin privada sobre la base de ampliar la defensa de que la
informacin tena inters pblico (Epstein 1999 540). En el Reino Unido se ha confirmado recientemente que no se reconoce un derecho general a la privacidad que impida la
difusin de hechos de la vida privada de personas famosas, a propsito de un caso sobre
hechos referentes a la vida privada de un matrimonio entre un futbolista y una cantante
revelados por una niera (La Segunda, Santiago de Chile, 26.4.2005).
77
78
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44. PRIVACIDAD
79 Un claro predominio de la privacidad se ha consagrado por la jurisprudencia francesa con fundamento en el artculo 9, introducido en 1970 al Cdigo Civil francs; un ejemplo se encuentra en la ilicitud atribuida a la publicacin del mal estado de salud del
presidente Mitterand (Tallon 1996 N 82); el fallo fue declarado contrario a la Convencin
Europea de Derecho Humanos (nota siguiente); un anlisis comparado del derecho francs en Von Gerlach 1998 753. En Alemania, la jurisprudencia tiende a practicar un sopesamiento de bienes, con el lmite del ilcito per se en materias que afectan la esfera de intimidad,
y no de mera privacidad (supra N 387); el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos
consider que la jurisprudencia alemana, a la inversa de la francesa, haca concesiones excesivas al inters pblico en materia de privacidad (nota siguiente).
80 En el derecho alemn la jurisprudencia civil practica explcita y detalladamente un
sopesamiento de bienes, con el lmite del ilcito per se en materias que afectan la esfera de
intimidad (supra N 387); al respecto, Palandt/Thomas 823 185 y 189, Von Gerlach 1998
753. En el derecho italiano, la situacin es anloga a la alemana (Alpa 1997 24). El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, contrariando en ambos casos las jurisdicciones nacionales, ha estimado que no afecta a la privacidad la informacin mdica relativa al
presidente francs F. Mitterand, entre otras razones, en atencin al inters pblico de una
informacin relativa a quien haba gobernado el pas por dos perodos (Plon v. Francia,
18.5.2004, rol N 58.148/00); en cambio, declar que eran atentatorias a la privacidad de
Carolina de Mnaco fotografas que la mostraban en actividades cotidianas, considerando
que no eran informativamente significativas, como para que se infringieran las expectativas
de privacidad de la recurrente (Hannover v. Alemania, 24.6.2004, rol N 59.320/00). Este ltimo fallo ha sido criticado negativamente, porque deja poco espacio a la libertad de expresin (D. Grimm, Frankfurter Allgemeine Zeitung, 14.7.2004, 34), y positivamente como
correctivo para asegurar los valores bsicos de la cultura jurdica europea (P.J. Tettinger,
JZ 2004, 1146).
81 Von Gerlach 1998 743 y 749, con referencias comparadas; en Francia se ha fallado que la polmica y la confrontacin poltica no debe extenderse a atentados intolerables a la intimidad de la vida privada (TGI Paris, 17.6.1987, citado por Tallon 1996
N 63).
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El grupo ms extremo de casos est dado por los personajes que devienen de inters pblico sin intencin alguna, por ejemplo, en razn de un
acto heroico o de otra accin extraordinaria: desde el punto de vista subjetivo su privacidad debiera responder a las mismas reglas que las personas
corrientes, porque no hay un acto propio orientado a la publicidad; desde
el punto de vista del inters pblico, por el contrario, la fama supone
asumir tambin sus cargas.
389. Privacidad en procedimientos administrativos y judiciales. a) El principio normativo esencial que rige la actuacin de los rganos de la Administracin del Estado es la publicidad. Ella cautela los derechos de los
administrados, favorece el ejercicio de derechos de participacin y de control ciudadano, y cautela preventivamente actos de corrupcin. El principio est recogido por la Constitucin Poltica (artculo 8 II) y por la Ley
de bases (artculos 3 y 13), en virtud de las normas introducidas por la
Ley sobre probidad administrativa.
b) El principio de publicidad puede tener excepciones exigidas por el
debido cumplimiento de las funciones de los rganos de la Administracin del Estado, por los derechos de las personas, la seguridad de la nacin y el inters nacional. En estos casos, una ley de qurum calificado
puede establecer la reserva o secreto de los actos y resoluciones de los
rganos de la Administracin Pblica (Constitucin, artculo 8 II).86
c) En el mbito judicial, la ley protege la privacidad en diversos ordenamientos. Al regular los procedimientos relativos a disputas de familia y proteccin
de la infancia, se autoriza a los jueces para prohibir la difusin de datos o imgenes referidos al proceso o a las partes y para disponer, mediante resolucin
fundada, que todas o algunas de las actuaciones del procedimiento se realicen
en forma reservada (ley N 19.968, sobre tribunales de familia, artculo 15).
La ley procesal penal tambin otorga una competencia general al juez
de garanta para cautelar los derechos del imputado durante la investigacin (Cdigo Procesal Penal, artculos 9 y 10, en relacin con Constitucin, artculo 83 III); asimismo, se establece una prohibicin a la polica
de informar acerca de la identidad de detenidos, imputados, vctimas, testigos y de otras personas que se encontraren o pudieren resultar vinculadas a la investigacin de un hecho punible (artculo 92); y se faculta al
tribunal de juicio oral en lo penal para limitar la publicidad de la audiencia de juicio oral (Cdigo Procesal Penal, artculo 289).87
En la materia, existen ejemplos comparados que muestran la posibilidad y conveniencia de establecer normas legales en la materia (especialmente la Freedom of Information
Act de 2000 del Reino Unido y la Freedom of Information Act de los Estados Unidos de Norteamrica, modificada en 1996).
87 En uno de los primeros fallos en la materia, se ha entendido que la facultad del tribunal de juicio oral en lo penal para restringir la publicidad de la audiencia debe ser interpretada restrictivamente, resolvindose que en su virtud no puede prohibirse la difusin
pblica del nombre de los imputados, pero s la filmacin de sus rostros durante la audiencia (Corte de Coyhaique, 26.1.2004, rol N 42-2003).
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b) En materia de privacidad como secreto, la pregunta crtica se refiere a la frontera entre el uso legtimo por terceros de la imagen con fines
periodsticos o informativos y el mbito de la proteccin de la personalidad.
En este mbito, la frontera entre lo pblico y lo privado suele ser relativamente difusa. Sin embargo, parece haber acuerdo en que no estn restringidas por derechos de privacidad las fotografas y filmaciones que ilustran
aspectos de la historia de los tiempos, sin intencin de hacer referencia
especfica a determinada persona; es el caso, por ejemplo, de las imgenes
que aparecen en un reportaje acerca de un acontecimiento pblico o sobre algn tema de inters general; asimismo, de las que muestran personas como sujetos colaterales de un acontecimiento o de un paisaje, o como
participantes de un acto o hecho colectivo.97
Estos casos muestran que la fijacin del lmite requiere un sopesamiento prudencial, que atienda al dao y a la naturaleza informativa de la imagen. Y en esta tarea de demarcacin, como se ha visto (supra Nos 373, 387 y
388), los sistemas jurdicos difieren entre s, segn sea el peso relativo que
otorgan a la privacidad y al inters del pblico por obtener informacin.
En el caso del derecho francs, por ejemplo, la lnea est trazada ms bien
restrictivamente: slo se autoriza la publicacin de imgenes de personalidades de inters pblico, captadas sin su autorizacin, en la medida que
reflejen eventos de carcter pblico o de reportajes relativos a esa personalidad;98 asimismo, se otorga el derecho a oponerse a la difusin de una
imagen, a menos que medie autorizacin expresa.99 En la mayora de los
ordenamientos, por el contrario, el carcter pblico de la personalidad
extiende el mbito de la difusin lcita, con el lmite de que resulta ilcita
la intromisin en espacios fsicos privados o en mbitos materiales de privacidad (supra N 387).100
c) Distinto es el caso cuando la publicacin de la imagen tiene fines
comerciales o de publicidad, donde aparece como relevante el aspecto patrimonial del atributo de la personalidad. La exclusividad que se reconoce al
97 Enumeracin tomada de la ley alemana sobre derechos de autor de las artes plsticas y de la fotografa (KUG), artculo 23; aproximadamente en los mismos trminos, ley
espaola sobre honor, privacidad e imagen, artculo 8.2.
98 Mga Code 9 17 bis, Von Gerlach 1998 745.
99 Mga Code 9 15 seala como ejemplos de este derecho reconocidos por la jurisprudencia, la oposicin a la publicacin de fotografas de personalidades pblicas, como
un artista del espectculo y un monarca extranjero, en actividades cotidianas.
100 As, en el derecho alemn, las personas que pertenecen a la historia de los tiempos deben tolerar la publicacin de fotografas que no se refieren a su funcin pblica,
sino a su actividad privada en un sentido amplio, como puede ser una caminata, la visita
a una playa pblica o una cabalgata (BGH, 19.12.1995, con com. de H. Forkel en JZ 1997,
40; Palandt/Thomas 823 196 b). El lmite est dado por las fotografas tomadas contra
la voluntad de la persona de inters pblico en un ambiente privado (aunque sea en un
espacio pblico), sin que haya un inters informativo que lo justifique (Zweigert/Ktz
1996 694, con referencia a BGH, 24, 200). Vase doctrina y jurisprudencia comparada en
notas a N 384 a.
566
PRIVACIDAD Y HONRA
titular en este respecto es definitivamente ms extensa que cuando la imagen cumple funciones informativas o de ilustracin periodstica. Una imagen captada lcitamente y que no violenta la privacidad como secreto si es
publicada en un reportaje o en una crnica, puede ser utilizada ilegtimamente con fines comerciales. Las publicaciones no autorizadas de imgenes en un calendario o en un afiche de publicidad constituyen
apropiaciones indebidas del aspecto comercial del derecho de la personalidad.101 Incluso la evidente similitud de quien aparece en un aviso con
una persona conocida es suficiente para configurar la apropiacin abusiva
de la imagen.102 Por otro lado, aunque la proteccin tiene especial relevancia para personalidades pblicas que tienen inters en que su imagen
no sea utilizada por terceros con fines comerciales, la proteccin tambin
se extiende a las personas corrientes.103 Para stas, no slo es determinante
la utilizacin de la imagen positivamente asociada a un producto o a un
servicio, sino tambin su uso para mostrar publicitariamente imgenes asociadas a maltrato, drogadiccin o minusvala.104
As, la utilizacin para fines publicitarios de la imagen de un conocido tenista profesional, sin su consentimiento, constituye un acto de uso y aprovechamiento indebido, desde
que la imagen corporal es un atributo de la persona y, como tal compete a la persona el
uso de su reproduccin por cualquier medio con fines publicitarios o lucrativos (CS,
29.9.2003, rol N 3.479-2003); en el mismo sentido, en el caso de la utilizacin de la imagen de un conocido futbolista, Corte de Santiago, 8.5.2003, rol N 1.004-2003.
102 Epstein 1999 534, con referencia a casos en que se ha estimado que existe una apropiacin ilegtima de la imagen en la publicidad que muestra la imagen de un auto de carreras, cuyo conductor es conocido, aunque no sea identificable en la fotografa; y en la
utilizacin publicitaria de un robot o de una caricatura que presentan similitud evidente
con una personalidad de conocimiento pblico.
103 Corte de Valparaso, 27.3.1997, confirmada por CS [apelacin], 1.10.1997, RDJ,
t. XCIV, sec. 5, 245, donde se resuelve que atenta contra la privacidad la utilizacin para
fines publicitarios no convenidos de una fotografa captada con autorizacin del recurrente; y Corte de Santiago, 8.9.1997, confirmada por CS [apelacin], 17.11.1997, RDJ, t. XCIV,
sec. 5, 239, tambin publicada en GJ 209, 49, donde se resuelve que atenta contra la privacidad la sola publicacin de la fotografa de la recurrente en traje de bao, ya que el nombre y la imagen del individuo, como atributos de la personalidad, no han podido ser
utilizados como en este caso sin el consentimiento previo y expreso de su titular, ni tampoco en provecho y beneficio exclusivo de un tercero no facultado por la ley para ello. En
Alemania el BGH ha entendido que constituye una intromisin en la esfera privada la utilizacin para fines publicitarios de la imagen de personas captadas en la calle (Von Gerlach
1998 745). En la medida que esas fotografas habran sido lcitas en el marco de fines puramente informativos, queda en evidencia la diferencia entre la privacidad como secreto y
como derecho de significado patrimonial.
104 CS, 3.8.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 166, tambin publicada en GJ 242, 65, donde se
resuelve que atenta contra el derecho de privacidad de una nia usar su imagen en una
publicidad municipal contra el maltrato infantil; Corte de Santiago, 29.1.2003, GJ 271, 82,
donde se resuelve que la exhibicin de la imagen de una joven en la pgina web de un canal de televisin, captada sin su consentimiento y vinculada al consumo de droga, compromete el respeto y proteccin de su vida privada, reputacin y derecho a la propia imagen;
101
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44. PRIVACIDAD
106
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PRIVACIDAD Y HONRA
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44. PRIVACIDAD
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PRIVACIDAD Y HONRA
Este principio de que slo pueden ser objeto de tratamiento los datos
autorizados especialmente por la ley o por el titular tiene importantes excepciones. As, la proteccin general prevista por la norma antes referida no
cubre los datos que:
provengan de registros u otras fuentes de acceso pblico;115
posean carcter econmico, financiero, bancario o comercial;
las empresas e instituciones utilizan para el desarrollo de sus fines
(estadsticos, de facturacin o comunicacin con los clientes, por ejemplo) o de sus propios asociados o accionistas;
se contengan en listados de personas que indican aspectos formales y
pblicos de la personalidad, como la pertenencia a una profesin o actividad, sus ttulos educativos, direccin y fecha de nacimiento;
sean necesarios para comunicaciones comerciales de respuesta directa,
o comercializacin o venta directa de bienes o servicios (artculo 4 V y VI).
Este listado de excepciones constituye un amplio conjunto de autorizaciones para el tratamiento de datos personales. En circunstancias que algunos de
estos conceptos pueden ser equvocos, todo indica que en cada caso la autorizacin genrica debe ser interpretada a la luz de los fines que justifican la
exclusin y de los usos comerciales tolerados como legtimos. En algunos casos, la informacin est regulada por la propia ley (como ocurre con la informacin sobre obligaciones patrimoniales). Por otra parte, la utilizacin
autorizada de datos tiene precisamente por lmite los fines de la autorizacin,
salvo que se trate de datos que constan en registros pblicos (artculo 9).116
La generalidad de las excepciones al principio de ilicitud est neutralizada por una importante contraexcepcin: los datos sensibles slo pueden
ser objeto de tratamiento cuando la ley o el titular lo autorice o sean datos
necesarios para la determinacin u otorgamiento de beneficios de salud
que corresponden a sus titulares (artculo 10). La ley da una definicin de
datos sensibles: aquellos datos personales que se refieren a caractersticas
fsicas o morales de las personas o a hechos o circunstancias de su vida
privada o intimidad, tales como los hbitos personales, el origen racial, las
ideologas y opiniones polticas, las creencias o convicciones religiosas, los
estados de salud fsicos o psquicos y la vida sexual (artculo 2). As, la
sensibilidad de los datos est determinada por el concepto general de privacidad y se extiende a cuestiones que pueden ser fuentes de discriminaciones (raza, credo religioso, ideologa u orientacin sexual, por ejemplo).
b) Principio de titularidad exclusiva. La segunda directiva general que
rige el tratamiento de datos personales con fines generales puede ser for-
115 La ley reproduce en esta sede la idea de que, en principio, la informacin de libre
acceso pblico es incompatible con un mbito protegido de privacidad (supra Nos 381 e y
386 b).
116 La ley establece reglas para la transmisin de datos personales, a cuyo efecto dispone que el responsable del banco o registro de datos debe establecer un procedimiento que
resguarde los derechos de los titulares y los intereses legtimos con que ellos pueden ser
utilizados (artculo 5).
571
44. PRIVACIDAD
mulada como el principio de titularidad exclusiva de cada persona natural sobre la informacin a su respecto.117 Por eso, el titular del derecho puede:
oponerse a la utilizacin de datos personales con fines de publicidad,
investigacin de mercado o encuestas de opinin (artculo 3 II);
exigir informacin sobre los datos personales registrados y acerca de
su utilizacin (artculo 12 I);
exigir la modificacin de datos errneos, inexactos, equvocos o incompletos (artculo 12 II);
revocar en cualquier momento la autorizacin de registro que haya
otorgado (artculo 4 IV); y
exigir la eliminacin o bloqueo de datos que no son objeto de una autorizacin legal especfica, estuvieren caducos o sean utilizados en comunicaciones comerciales (artculo 12 III y IV).118
Aunque los derechos referidos no pueden ser renunciados o limitados
convencionalmente por el titular (artculo 13), tambin el principio de la
titularidad exclusiva est sujeto a lmites. As, los derechos de informacin,
modificacin, cancelacin o bloqueo de datos personales estn excluidos
si con ello: i) se impide o entorpece el debido cumplimiento de las funciones fiscalizadoras del organismo pblico requerido; ii) se afecta la reserva
o secreto establecidos en disposiciones legales o reglamentarias; o iii) se
afecta la seguridad o el inters nacionales (artculo 15). Debe entenderse,
desde luego, que estas excepciones rigen bajo el supuesto de que el rgano respectivo tenga autorizacin legal suficiente para procesar los datos
respectivos. La ley es equvoca al respecto, porque establece en una regla
especial que no procede el ejercicio de los derechos del titular si los datos
personales estuvieren almacenados por mandato legal (artculo 15 II). Por
cierto que en tal caso la persona privada est sujeta a un ordenamiento
que se le impone, pero tambin en las hiptesis referidas en el inciso primero debe entenderse que la recoleccin est al menos autorizada por una
norma legal.
El principio de la titularidad exclusiva sobre los datos personales est
cautelado por la ley. A tal efecto se establece un procedimiento ante el
propio responsable de la base de datos y se garantiza, en caso de que esta
reparacin en naturaleza no prospere voluntariamente, un amparo judicial especialmente regulado para hacer valer estos derechos (artculo 16).119
572
PRIVACIDAD Y HONRA
120 La ley define el dato caduco como el que ha perdido actualidad por disposicin de la
ley, por el cumplimiento de la condicin o la expiracin del plazo sealado para su vigencia
o, si no hubiese norma expresa, por el cambio de los hechos o circunstancias que consigna
(artculo 2 letra d); debe entenderse que esta ltima es la regla general o de clausura.
121 Un excelente anlisis acerca de la naturaleza jurdica y econmica de la informacin patrimonial en Jara en Wahl 2001 62.
573
44. PRIVACIDAD
En una norma que establece una discriminacin injustificada en perjuicio de empresas de servicios pblicos, estn expresamente excluidas de toda comunicacin las obligaciones contradas con empresas que prestan servicios de electricidad, agua, telfonos y
gas (artculo 17 in fine).
123 Crtico de las restricciones legales a la informacin comercial que tiene un carcter
supraindividual, Jara en Wahl 2001 70. Con todo, la modificacin al artculo 17 de la ley
introducida por la ley N 19.812 agreg al listado de informacin comercial que puede ser
comunicada, la referida a crditos otorgados por sociedades administradoras de crditos para
compras en casas comerciales, que, con razn, echaba de menos R. Jara en esa publicacin.
122
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PRIVACIDAD Y HONRA
575
45. HONRA
la ley (datos sobre obligaciones patrimoniales, por ejemplo). El juez deber tomar todas las medidas necesarias para hacer efectiva la proteccin de
los derechos del afectado (artculo 23).126
b) Tambin puede demandarse indemnizacin de perjuicios por el dao
patrimonial y moral que se siga del incumplimiento de algn deber de
cuidado en el tratamiento de datos. De conformidad con las reglas generales, todo indica que la reparacin indemnizatoria slo cubre el dao que
no ha podido ser reparado en naturaleza (infra N 413). En la apreciacin
del dao, el juez debe atender a las circunstancias del caso y gravedad de
los hechos, de modo que todo indica que la sancin tiene una funcin
reparatoria, dependiente de la gravedad del dao, y punitiva, dependiente
de la gravedad de la culpa y de las dems circunstancias del caso (artculo
23 III). La accin indemnizatoria puede ser interpuesta conjuntamente
con la de amparo o habeas data. En tal caso, se seguir el procedimiento
especial para la determinacin del ilcito, establecindose la naturaleza y
monto de los perjuicios en un juicio distinto o en el procedimiento de
ejecucin del fallo, segn dispone el artculo 173 del Cdigo de Procedimiento Civil; la accin se tramita conforme al procedimiento sumario, con
la sola excepcin de las materias referidas en los artculos 16 y 19, que
estn sujetas a un procedimiento especial (artculo 23 II).
45. HONRA
403. La honra como bien jurdico en el derecho privado. a) Mientras la
idea de honor se asocia a la consideracin moral que tenemos de nosotros
mismos, la honra se refiere al nombre y fama en nuestros mbitos relevantes de relacin. El honor difcilmente se ve afectado por la maledicencia
ajena, porque reside en la propia conciencia. Lo contrario vale para la
honra, que expresa un inters relacional,127 cuyo objeto es la estima y reputacin entre los propios.128 Desde el punto de vista del titular del derecho, la honra expresa una expectativa de validacin social. Desde un punto
de vista social, es el conjunto de apreciaciones que componen el capital
simblico de una persona. Por eso, los atentados contra la honra suponen
que alguien comunique a terceros informacin o un juicio de valor sobre
otra persona que la deprecie frente a los dems.129
126 La ley establece un procedimiento especial para hacer valer esta pretensin (artculos 16 y 19).
127 Prosser/Keeton et al. 1984 771.
128 Fleming 1985 196.
129 As, se ha fallado que en caso de no haber existido actos ante la opinin pblica que
hayan afectado el buen nombre, la fama o moralidad del afectado, y, adems, todo ha ocurrido
en el mbito privado, no resulta posible afirmar que se encuentra vulnerado el derecho a la
honra (Corte de Valparaso, 29.1.1992, confirmada por CS [apelacin], 6.4.1992, RDJ, t. LXXXIX,
sec. 5, 92, con com. de E. Soto). En el mismo sentido, destacando su inters relacional, se ha
resuelto que la honra ampara el buen nombre y la buena fama que permiten a la persona
merecer y recibir la consideracin de los dems (CS, 2.4.1992, RDJ, t. LXXXIX, sec. 5, 31).
576
PRIVACIDAD Y HONRA
b) La proteccin de la honra tiene una estructura diferente a la privacidad, pues no basta que una expresin afecte el nombre de otro para que
haya un indicio de ilicitud. El prestigio se alimenta de innumerables comunicaciones de signo positivo o negativo. El flujo de informacin acerca
de otros es esencial para los tratos econmicos y para el establecimiento
de relaciones personales. Una proteccin extensiva del buen nombre, bajo
una regla de responsabilidad estricta, hara imposible informar sobre los
eventos del da, porque ello influye de una u otra manera en el nombre
de quienes participan en ellos.130 Por eso, las expresiones que afectan el
nombre ajeno slo dan lugar a responsabilidad civil cuando son insultos
intolerables segn los usos (expresiones injuriosas), o cuando son hechos
falsos que afectan el nombre o reputacin ajenos, divulgados sin el cuidado que el sistema jurdico estima exigible (expresiones difamatorias).
c) Bajo influencia refleja del derecho constitucional, la proteccin civil
de la honra est marcada por la doctrina de que la libertad de informacin
es un bien institucional y no slo personal, condicin para la vigencia
efectiva de todas las dems libertades. El predominio constitucional atribuido a la libertad de expresin condujo en la jurisprudencia norteamericana a que la responsabilidad civil por informaciones errneas slo pueda
tener lugar cuando se ha actuado con dolo (malice) o con una grave desconsideracin a la verdad (reckless disregard) que afecta el nombre de terceros. 131 Aunque no todos los sistemas jurdicos de la tradicin del
constitucionalismo democrtico coincidan en establecer precisamente ese
estndar de conducta, la libertad de expresin obliga a plantearse la pregunta por los lmites de la responsabilidad por el mero error informativo,
particularmente si se considera que, en este caso, las acciones restitutorias
en naturaleza no tienen por supuesto la culpa (infra N 418).
404. Tipos de atentado contra la honra. La honra puede ser afectada mediante la injuria y la difamacin. Para que haya injuria no es necesaria la
falsedad del hecho que se le imputa al demandante, porque est definida
por el insulto voluntaria y precisamente dirigido a afectar la honra ajena;
Epstein 1999 532.
sa es la ampliamente difundida doctrina de la Corte Suprema norteamericana en
New York Times Co. v. Sullivan, 376 US 254 (1964), con referencia a la actuacin de autoridades pblicas, y en Gertz v. Robert Welch Inc., 418 US 323 (1974), con referencia a materias de
inters pblico. Los criterios son anlogos en la jurisprudencia espaola, donde el tribunal
constitucional estim contraria a la libertad de expresin la condena civil a un peridico
que inform errneamente acerca del comportamiento sexual de un profesor con una alumna discapacitada (Trib. Const. espaol, 14.9.1999, 154/1999), y en la alemana a partir del
caso Lth, en que se estim contrario a la Constitucin alemana que se sancione el boicot a
una pelcula en atencin a los antecedentes nazis del autor (BVerfG, 7, 198, 1958). El predominio tan fuerte de la libertad de expresin no ha sido tema pacfico (as, Pantalen en
Pantalen 2001 170, para el derecho espaol, con expresa referencia a que las acciones restitutorias deben ser tratadas de un modo diferente a las indemnizatorias; Kriele 1994 1897,
para el alemn; Abraham 2002 258, para el norteamericano).
130
131
577
45. HONRA
por el contrario, la difamacin no exige que el ofensor haya tenido la intencin de daar el nombre ajeno, sino que haya divulgado, sin haber incurrido en el cuidado debido, hechos falsos que producen ese efecto daoso.
405. Derecho chileno sobre proteccin penal y civil de la honra. a) La
Constitucin Poltica asegura a todas las personas el respeto a la honra de la
persona y de su familia (artculo 19 N 4).
b) El derecho penal sanciona los delitos de injuria y calumnia. Segn el Cdigo
Penal, es injuriosa la expresin proferida o la accin ejecutada en deshonra,
descrdito o menosprecio de otra persona (artculo 416) y es calumniosa la
imputacin de un delito determinado, pero falso, y que pueda ser perseguido
de oficio (artculo 412). A efectos de sancionar penalmente los ilcitos cometidos mediante medios de comunicacin social, la Ley de prensa hace referencia a los tipos del Cdigo Penal (artculos 29 y siguientes).
La difamacin, a menos que sea calumniosa, no est sancionada penalmente. Por eso, al referirse a las expresiones injuriosas, la Ley de prensa
seala, de un modo concordante con el tipo penal de la injuria (infra N 407),
que al inculpado de haberlas proferido no le es admitida la prueba de su
verdad (artculo 30 I). Sin embargo, la ley admite la defensa de verdad de
las afirmaciones si la imputacin se efectu con motivo de defender un
inters pblico real (artculo 30 I a) o si el afectado ejerciere funciones
pblicas y la imputacin se refiere a hechos propios de tal ejercicio (artculo
30 I b). De este modo, bajo circunstancias de inters general comprometido, la injuria admite excepciones que son tpicas de la difamacin (exceptio
veritatis).132 En definitiva, en los dos casos referidos, en que existe inters
pblico en razn de la materia o de las personas, el tipo penal de la Ley de
prensa es confuso, porque incorpora elementos del insulto injurioso (que es
independiente de la verdad) y de la difamacin (que precisamente tiene
por antecedente la expresin falsa). As, a pesar de que el ilcito es denominado injuria, se admite como excusa la verdad de lo expresado.
c) En materia de responsabilidad civil, contina formalmente vigente el
artculo 2331, en cuya virtud las imputaciones injuriosas contra el honor
o el crdito de una persona no dan derecho para demandar una indemnizacin pecuniaria, a menos de probarse dao emergente o lucro cesante,
que pueda apreciarse en dinero; pero ni aun entonces tendr lugar la
indemnizacin pecuniaria si se probare la verdad de la imputacin.
En contraste, sin embargo, la Ley de prensa establece que la comisin
de los delitos de injuria y calumnia a travs de medios de comunicacin da
derecho a indemnizacin por el dao emergente, el lucro cesante y el
dao moral (artculo 40 II).
Una interpretacin literal de estas normas lleva a concluir que el derecho chileno excluye la indemnizacin del dao moral causado por expreLas calificaciones introducidas por el artculo 30 de la Ley de prensa son consistentes con la norma del artculo 420 del Cdigo Penal, que declara inadmisible la prueba de
la verdad de las imputaciones injuriosas, a menos que se refieran a actuaciones de empleados pblicos en el ejercicio de sus funciones.
132
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PRIVACIDAD Y HONRA
siones injuriosas que afectan la honra de una persona, a menos que esas
expresiones sean calificables como delitos de injurias o calumnias de conformidad con el derecho penal y hayan sido difundidas por un medio de
comunicacin (esto es, la excepcin est dada por la regla del artculo 40
II de la Ley de prensa, antes referido).133
Si bien algunos fallos han seguido este ltimo criterio,134 hay razones para
asumir que el artculo 2331 ha sido tcita u orgnicamente derogado en razn
de cambios ms generales relativos a la reparacin del dao moral; particularmente, porque carece de soporte sistemtico en el ordenamiento civil contemporneo.135 Ante todo, el derecho civil chileno ha seguido un desarrollo
doctrinario y jurisprudencial contra legem, que ha terminado con el principio,
desarrollado sistemticamente por el Cdigo de 1855, de que slo son reparables los daos patrimoniales (supra N 194). En segundo lugar, numerosas y
sucesivas leyes especiales, y la propia Constitucin Poltica (artculo 19 N 7
letra i), hacen referencia explcita a la indemnizacin de daos morales por
hechos que afectan la honra ajena. Finalmente, la jurisprudencia asume sin
discusin que es susceptible de reparacin el dao moral causado por atentados a la honra, no slo bajo la Ley de prensa, sino tambin por otras acciones
susceptibles de afectarla, como ocurre con la informacin errnea acerca de
protestos bancarios u obligaciones comerciales vencidas (infra N 410).136
Esta conclusin es formalmente consistente tambin con la norma del artculo 39 I
de la Ley de prensa, en cuya virtud la responsabilidad penal y civil por los delitos y abusos
que se cometan en ejercicio de las libertades que consagra el inciso primero del numero
12 del artculo 19 de la Constitucin Poltica de la Repblica, se determinar por las normas de esta ley y las de los Cdigos respectivos.
134 Sobre la plena vigencia del artculo 2331 como regla excluyente de la indemnizacin del dao moral provocado por expresiones injuriosas proferidas en pblico, pero no
a travs de un medio de difusin, Corte de Concepcin, 26.8.1998, confirmada por CS [cas.
fondo], 3.11.1998, RDJ, t. XCV, sec. 4, 228. En el mismo sentido, interpretando literalmente el artculo 2331 y excluyendo la indemnizacin del dao moral en el caso de las imputaciones injuriosas contra el honor o crdito, Corte de Santiago, 26.4.1994, rol N 21.698-1993;
Corte de Rancagua 3.8.2000, rol N 182.809; y Corte de Valdivia, 2.10.2001, rol N 11.7732001, confirmada por la CS [cas. fondo], 30.1.2002, rol N 4.313-2001.
135 Parte de la jurisprudencia es reticente a asumir derechamente la interpretacin propuesta. As, se ha fallado que la accin de perjuicios que se sigue de una informacin errnea y, por tanto, no injuriosa de un peridico no estara cubierta por la limitacin del artculo
2331, que slo limitara la indemnizacin del dao moral resultante de expresiones injuriosas
(Corte de San Miguel, 2.6.2003, rol N 559-2000, confirmada sin analizar el fondo por CS [cas.
forma y fondo], 12.11.2003, rol N 2.935-2003); el fallo asume que el Cdigo Civil incurrira en
la incoherencia axiolgica de negar la reparacin del dao moral proveniente de injurias, aceptndola, sin embargo, en el caso de que el dao sea atribuible a simple negligencia.
136 Una argumentacin general para una interpretacin restrictiva del artculo 2331, por
ejemplo, en Corte de Santiago, 16.4.1991, RDJ, t. LXXXVIII, sec. 4, 29. Se ha fallado que el
artculo 2331 del Cdigo Civil se refiere a la indemnizacin pecuniaria por dao emergente
o lucro cesante, a la que hace alusin expresa, pero no a la indemnizacin del dao moral,
cuya fuente para impetrarla emana del artculo 2314 del Cdigo Civil que obliga al que ha
cometido un delito o cuasidelito a una indemnizacin, sin limitar los alcances de la misma
(CS, 2.4.1996, rol N 32.610-1995).
133
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45. HONRA
137 Zweigert/Ktz 1996 693; un caso ejemplar de desfiguracin del concepto penal de
dolo y del tipo penal de la injuria, a efectos de dar lugar a una accin civil dependiente, en
CS, 1.6.1993, RDJ, t. XC, sec. 4, 66, donde se dio lugar a la accin contra un peridico que
inform errneamente que una joven que habra tenido relaciones con diversas personas
en Villarrica era portadora de sida.
138 As, la citada sentencia de CS, 1.6.1993, RDJ, t. XC, sec. 4, 66, donde se imput a
una mujer que era portadora del virus del sida.
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b 380.
As, BGH, 139, 95 (NJW 1998, 3047); as tambin Fleming 1985 196, Medicus 2003
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satrica o a la caricatura, que cumplen precisamente esas funciones, debiendo asumirse que las exageraciones pertenecen al gnero.163
409. Personas y hechos de inters pblico. a) El sopesamiento de bienes
necesario para dar por establecido un ilcito civil por actos de expresin est
inevitablemente influido por el inters que la informacin tenga para el
pblico. La consideracin de intereses justificados de informacin hace que
los umbrales de cuidado tiendan a ser menos exigentes, porque es ms urgente la demanda de informacin, como ocurre si sta se refiere al desempeo de una funcin pblica o a la conducta (no cubierta por el derecho
de privacidad) de personalidades que suscitan el inters general.164
Por otro lado, las sociedades democrticas contemporneas tienden
crecientemente a valorar de manera neutral el inters en la informacin,
de modo que lo determinante pasa a ser crecientemente el inters del pblico en conocer de los hechos ms que el valor informativo, apreciado de
acuerdo a criterios normativos acerca de lo que merece ser considerado
como inters pblico. Sin embargo, en los casos lmites, la jurisprudencia
ms reflexiva tiende a apreciar el valor informativo de las imgenes que
plantean problemas de privacidad, o de una informacin errnea que afecta
la honra al momento de decidir si debe darse preferencia a los derechos
de la personalidad o si, por el contrario, debe asumirse por el afectado el
costo de la publicidad o el riesgo del error.165
b) La Ley de prensa, confundiendo los ilcitos de difamacin e injuria,
establece que al inculpado por injuria no le es admitida la prueba de la
Garanta de Talca, 14.3.2003, rit N 4.600-2002, ruc N 0210005360-0); en verdad, la conclusin parece ser la misma si en vez de atender al propsito de injuriar, se hubiese atendido al
significado de las expresiones, atendidos su contexto y circunstancias.
586
PRIVACIDAD Y HONRA
verdad de sus expresiones, sino cuando se cumplan dos requisitos copulativos: i) que se le hubiesen imputado hechos determinados y ii) que la
imputacin se produjere para proteger un inters pblico real, o bien afecte a quien desempea funciones pblicas y a cuyo ejercicio se refiera la
expresin (artculo 30 I).
A estos efectos se tienen por hechos de inters pblico aqullos:
referidos al desempeo de funciones pblicas;
realizados en el ejercicio de una profesin u oficio y cuyo conocimiento tenga inters pblico real;
que consistieren en actividades a las cuales haya tenido libre acceso
el pblico;
que con el consentimiento del interesado, hubieren sido captados
por un medio de comunicacin social;
acontecimientos o manifestaciones de los que el interesado haya dejado testimonio en registros o archivos pblicos; y
consistentes en la comisin de delitos o participacin en los mismos
(artculo 30 II).
Se puede comprobar que el mbito de aplicacin del inters pblico
es restringido en esta norma. Ello se explica porque el fin de la norma no
es definir los lmites de la excusa de error informativo (supra N 406), sino
establecer, respecto del delito de injuria, las condiciones de admisibilidad
de la exceptio veritatis (que, en verdad, es propia de los ilcitos de calumnia
y difamacin). Todo indica que por tratarse de una norma penal que hace
referencia a la injuria o calumnia, las excusas de inters pblico tienen
por objeto excluir el significado insultante que caracteriza a esos tipos
penales.166 En consecuencia, el efecto que tiene la norma con la finalidad
de construir la responsabilidad civil es limitado.
410. Errnea informacin comercial. a) La informacin sobre incumplimientos de obligaciones comerciales es especialmente relevante para la
fluidez del crdito. As se explica, por ejemplo, que el deber de reserva
que los bancos e instituciones financieras tienen respecto de los ahorros o
disponibilidades de dinero de sus clientes no se extienda a las obligaciones que esos mismos clientes tienen como deudores del sistema financiero
(supra N 385); ni tampoco cubra las deudas comerciales, segn prcticas
generalizadas consagradas por la ley (Ley de proteccin de datos, artculo
17). En contrapartida, para proteger a las personas de que la informacin
no sea utilizada ms all de los lmites de lo razonable, la Ley de proteccin de datos ha establecido un rgimen protector especial para el tratamiento de datos personales (supra 44 g).
166 La norma incurre tambin en el error tcnico de confundir excusas referidas a la privacidad (actividades de libre acceso pblico, hechos captados o difundidos con consentimiento
del interesado, actuaciones de que se haya dejado testimonio en registros pblicos), con otras
que propiamente se refieren a atentados a la honra (comisin de delitos, juicios referidos al
desempeo de funciones pblicas y de profesiones que suscitan inters general).
587
45. HONRA
588
PRIVACIDAD Y HONRA
c) La informacin comercial errnea suele producir efectos patrimoniales; sin embargo, usualmente se plantean a ese respecto problemas de prueba, y luego de causalidad (ms precisamente de imputacin objetiva del
dao consecuente, supra 30), porque todo indica que los daos patrimoniales derivados de un protesto mal informado suelen exceder el mbito
de riesgo atribuible a quien incurre en error al otorgar o publicar la informacin. Por eso, en la prctica, las personas naturales prefieren demandar
el dao moral que se sigue de la informacin errnea (que tambin debiera ser probado, al menos por medio de presunciones).171
En estos casos, al momento de valorar el dao moral, los tribunales
suelen ignorar que los protestos injustificados tienden a producir perjuicios acotados al tiempo en que el protesto ha permanecido sin aclarar;172
en verdad, en estos casos de error en la informacin comercial, la accin
indemnizatoria es secundaria y residual respecto de la restitutoria en naturaleza, cuyo objeto es la correccin de las bases de datos respectivas173 (supra N 402).
d) La jurisprudencia tiende a considerar que el error en la fuente de
informacin (el banco que realiza el protesto, por ejemplo) o en quien la
171 Vanse, por ejemplo, Corte de Santiago, 27.12.1996, GJ 198, 55, que reconoci indemnizacin de $ 5 millones por protesto injustificado; Corte de Valparaso, 10.9.2001, rol
N 788-1999, confirmada por la CS, 12.12.2001 [cas. fondo], rol N 4.224-2001, que reconoci $ 10 millones por protesto injustificado a estudiante de administracin bancaria; CS,
3.4.2003, F. del M. 509, 387; Corte de Santiago, 20.3.2003, confirmada por CS [cas. fondo],
20.8.2003, rol N 1.419-2003, que reconoci $ 15 millones por informacin errnea sobre
mora en obligacin financiera; y CS, 24.1.2002, rol N 4.316-2001, en que se entendi que
no puede dejarse para la ejecucin del fallo la determinacin de la naturaleza y monto de
los perjuicios que resultan de la responsabilidad extracontractual que nace de la publicacin errnea de un protesto (infra N 706).
172
Ejemplos de fallos en este sentido son Corte de Arica, 30.8.2000, rol N 7.124, confirmando sentencia del ministro en visita seor Vsquez, 30.5.2000, rol N 836-1997 ($ 5
millones por protesto injustificado, seguido de pronta reparacin del dao); 2 Juzg. Civ.
de Valparaso, 4.4.2001, rol N 1.186-1999, confirmada por Corte de Valparaso [apelacin],
1.8.2003, rol N 1.476-2001 ($ 1 milln por protesto injustificado de letra de cambio rectificado en treinta das). En contraste, se neg correctamente lugar a una proteccin entablada por una persona que apareca con una deuda inexistente en el sistema de
informacin de deudores financieros, porque de ello no se sigui agravio efectivo a la
recurrente (Corte de Punta Arenas, 21.7.2004, rol N 40-2004, SJ 211, 2004).
173
Para casos en que se persigue la correccin de datos equivocados mediante el ejercicio de la accin de proteccin, vanse, por ejemplo: Corte de Santiago, 21.10.1981, confirmada por CS [apelacin], 11.11.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 5, 296; Corte de Concepcin,
7.3.1988, confirmada por CS [apelacin], 22.3.1988, RDJ, t. LXXXV, sec. 5, 65; Corte de
Punta Arenas, 1.6.1988, RDJ, t. LXXXV, sec. 5, 217; CS, 19.4.1989, RDJ, t. LXXXVI, sec. 5,
15; CS, 13.12.1993, RDJ, t. XC, sec. 5, 235; CS, 3.12.1996, GJ 198, 52; CS, 31.12.1996, GJ
198, 48; Corte de Santiago, 8.5.1997, GJ 215, 62; Corte de Puerto Montt, 18.3.1997, confirmada por CS [apelacin], 16.7.1997, RDJ, t. XCIV, sec. 5, 193; Corte de Santiago, 20.5.1998,
GJ 215, 67; CS, 27.8.1998, RDJ, t. XCV, sec. 5, 190; CS, 1.10.1998, GJ 220, 55; CS, 12.1.2000,
GJ 235, 52; y CS, 11.7.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 116.
589
45. HONRA
difunde (la empresa conocida como Dicom, por lo general) es indicio suficiente de culpa, de modo que corresponde al demandado probar los fundamentos de una justificacin razonable.174
e) Adems del error en la fuente, puede haber un acto de autotutela
del tenedor de un ttulo de crdito o de una factura impaga, quien comunica a un proveedor de informacin comercial acerca de una morosidad,
sin que medie protesto formal; en este caso el ilcito puede ser incurrido
tanto por quien provee la informacin como por quien la divulga sin los
debidos resguardos de que la fuente de la informacin sea fidedigna (ttulo de crdito no protestado, por ejemplo).175
411. Infraccin a la presuncin de inocencia. Es un principio bsico del
derecho procesal penal que ninguna persona ser considerada culpable ni
tratada como tal en tanto no sea condenada por sentencia firme (Cdigo
Procesal Penal, artculo 4). Sin embargo, la informacin acerca de los
sospechosos o imputados en la comisin de hechos ilcitos no puede estar
sujeta a reserva hasta que se dicte sentencia de trmino, porque ello afectara la publicidad de los juicios y lesionara severamente los flujos de informacin. El equilibrio entre la presuncin de inocencia y la informacin
acerca de hechos delictivos no plantea una pregunta relativa a si esa informacin es lcita en absoluto, sino a los deberes de cuidado que se deben
emplear al informar. La informacin o juicio acerca de un hecho ilcito
debe asumir que el sospechoso o imputado no est condenado,176 y se
debe fundar en un mnimo de hechos provenientes de una fuente razonable y que no sean maliciosamente tergiversados.177
174 En este sentido, vase, por ejemplo, CS, 24.3.2004, GJ 285, 138, y CS, 10.11.2004,
GJ 293, 110.
175 En este sentido, por ejemplo, Corte de Puerto Montt, 18.3.1997, confirmada por
CS [apelacin], 16.7.1997, RDJ, t. XCIV, sec. 5, 193, con com. y resea jurisprudencial de
E. Soto; Corte de Valparaso, 5.6.2000, confirmada con declaracin por CS [apelacin],
11.7.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 116; y Corte de Concepcin, 31.8.2005, rol N 1.744-2005,
confirmada por CS [apelacin], 26.9.2005, rol N 4.676-2005.
176 Es interesante la jurisprudencia francesa desarrollada a partir del artculo 9-1 del Cdigo, que consagra la presuncin de inocencia: por un lado, se entendi violatoria del principio la atribucin sin calificaciones de un delito efectuada por el presidente de la Comisin
de Operaciones de Bolsa (cass. com., 1.12.1998, Mga Code 9-1 5); pero, en contraste, la
divulgacin del nombre de una persona mayor de edad inculpada o sometida a investigacin
no est prohibida, como tampoco informar acerca de asuntos judiciales, bajo la sola condicin de que la crnica sea suficientemente neutral y no prejuzgue sobre la culpabilidad (TGI
Paris, 7.7.1993, Mga Code 9-1 5). La jurisprudencia alemana tambin exige que se distinga
la sospecha fundada de la atribucin de responsabilidad (Palandt/Thomas 823 189 c).
177 Palandt/Thomas 823 189 c, con referencia a jurisprudencia alemana en ese sentido. En Chile se ha fallado que estando en pugna la libertad de informar con la presuncin
de inocencia no puede darse preferencia a sta para as fundar la prohibicin de difundir
la identidad de los imputados, y que, adems, la presuncin de inocencia dice relacin con
el trato que debe darse a los imputados en el transcurso del juicio, pero no con mantener
en secreto su identidad (Corte de Coyhaique, 26.1.2004, rol N 42-2003).
590
PRIVACIDAD Y HONRA
46. ACCIONES
a. Tipos de acciones
412. Formas de prevencin y reparacin del dao. a) En pocas materias
del derecho civil el sistema de acciones tiene la complejidad e interdependencia que presenta en materia de daos a los derechos de la personalidad. Se plantea, ante todo, la distincin entre las acciones preventivas e
interruptivas del dao eventual o que se est produciendo, y las correctivas
del dao ya producido. Por otro lado, la correccin puede adoptar la forma de acciones dirigidas a la restitucin en naturaleza del mal causado,
por un lado, y a la indemnizacin de perjuicios, por el otro (infra N 650).178
b) Conviene tener presente que la ecuacin de acciones de reparacin
en naturaleza e indemnizatorias no es irrelevante si se atiende al juego
recproco de los bienes de la personalidad y de la informacin. Las acciones de reparacin en naturaleza no requieren la imputacin de negligencia, porque no amenazan sustancialmente la libertad de expresin, en la
medida que suponen riesgos acotados para quien informa. Por el contrario, las acciones indemnizatorias slo proceden en la medida que la reparacin en naturaleza sea imposible o resulte insuficiente, y bajo la exigencia
de que se haya infringido el deber de cuidado que en cada caso corresponde, porque, como se ha visto (supra 45), la imposicin de una obligacin indemnizatoria por el mero error es contraria a la libertad de
expresin.179
413. Relevancia prctica de la distincin entre acciones reparadoras en
naturaleza e indemnizatorias en materia de honra y privacidad. a) En principio, las acciones dirigidas a impedir la produccin de un dao, o a hacer
cesar los efectos de una fuente de dao an activa, slo requieren que la
amenaza o perturbacin afecte un derecho indubitado de la vctima y que
no se trate de una carga que el actor deba tolerar.180
Por el contrario, no difieren entre s los requisitos de procedencia de
las acciones indemnizatorias y de las que persiguen reparar en naturaleza
daos ya producidos, pues ambas tienen por requisito comn la ilicitud de
la conducta del demandado (infra N 649).
178 Sintomtico de esta pluralidad de acciones es el artculo 9.2 de la ley espaola: La
tutela judicial comprende todas las medidas para poner fin a la intrusin ilegtima, restablecer al perjudicado en el pleno disfrute de sus derechos, as como para prevenir o impedir intromisiones ulteriores. Entre estas medidas podrn incluirse las cautelares encaminadas
al cese inmediato de la intromisin ilegtima, as como el reconocimiento del derecho a
replicar, la difusin de la sentencia y la condena a indemnizar los perjuicios causados.
179 Sobre la prevalencia de la reparacin en naturaleza (injuctive relief) en un anlisis
comparado de diversos sistemas jurdicos europeos, Van Gerven 1998 202.
180 Por lo dems, stos son los requisitos que la jurisprudencia ha ido estableciendo
como condiciones de procedencia de la accin de proteccin, que ha llegado a ser el camino ms eficaz para obtener la cautela urgente de un derecho (infra N 649).
591
46. ACCIONES
182
592
PRIVACIDAD Y HONRA
aquellos que el demandante tiene que soportar, como puede ser una
opinin desfavorable).185
d) Por otra parte, aunque en principio corresponde a la vctima elegir
entre la reparacin en naturaleza o por equivalencia (infra N 659), la reparacin en naturaleza de los derechos de la personalidad es prioritaria
respecto de la indemnizacin en dinero. En verdad, la proteccin judicial
de los derechos de la personalidad presenta ciertas analogas con las acciones restitutorias en el derecho de bienes (reivindicatoria, posesorias, precario), donde la indemnizacin en dinero tiene condiciones de procedencia
ms estrictas, porque su objeto es el dao remanente, que no pudo ser
reparado en naturaleza; as, slo cuando esa restauracin resulta insuficiente puede completarse con indemnizaciones.186
Esta analoga con las acciones propietarias y posesorias se extiende, como
se ha visto, a los requisitos que tienen las acciones de proteccin en naturaleza de los derechos de la personalidad. La accin para obtener una vindicacin del honor mediante una retractacin o la publicacin de una sentencia
por el ofensor es independiente de la culpa con que haya actuado;187 a diferencia de lo que ocurre con la accin indemnizatoria, basta la antijuridicidad del dao, esto es, que no se trate de una turbacin que el demandante
deba soportar, atendidas las circunstancias. Lo determinante, en consecuencia, para que surja el deber de restauracin por parte de quien caus el
dao no es la negligencia, como se ver en las secciones siguientes.
e) La distincin es tambin importante al momento de juzgar el ordenamiento protector de la privacidad y de la honra a la luz del derecho constitucional, pues las limitaciones que se establecen a la indemnizacin con
fundamentos constitucionales no rigen con la misma intensidad respecto de
las reparaciones en naturaleza (infra N 424).188 De hecho, el principal propsito de las limitaciones jurisprudenciales a la reparacin de daos morales provenientes de una difamacin inocente (carente de dolo) es
precisamente prevenir el riesgo de que la atribucin de indemnizaciones
elevadas pueda inhibir el flujo de informaciones y opiniones (supra N 403).189
185 La naturaleza de este deber jurdico, que es excepcional en el derecho civil, ha sido
objeto de largas discusiones por la doctrina jurdica (Larenz/Canaris 1994 672). La materia
presenta analogas con las acciones posesorias y con ciertos desarrollos jurisprudenciales de
la accin de proteccin entre particulares (que, a diferencia de la accin preventiva del artculo 2333, no exige imprudencia o negligencia). A diferencia de lo que ocurre con las acciones
para poner trmino a una conducta que est actualmente produciendo dao, todo indica que
no es posible establecer un principio general que dirima en abstracto la procedencia de un
deber de reparacin en naturaleza de un dao causado en el pasado (infra N 649).
186 Yzquierdo en Reglero 2002 a 1155.
187 Ktz 1991 229, Yzquierdo en Reglero 2002 a 1156.
188 Sobre las dificultades de la jurisdiccin constitucional para discernir la diferencia entre acciones indemnizatorias y reparadoras en naturaleza a efectos de definir cules sanciones civiles son compatibles con la libertad de expresin, Pantalen en Pantalen 2001 170.
189 Prosser/Keeton et al. 1984 843, comentando los fundamentos de Gertz v. Robert Welch Inc.,
418 US 323 (1974); en Alemania se ha fallado que el monto de la indemnizacin no puede significar una limitacin desproporcionada de la libertad de expresin (Palandt/Thomas 823 200).
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46. ACCIONES
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PRIVACIDAD Y HONRA
193 En el derecho francs se autoriza la medida preventiva en rfr en caso de una turbacin manifiestamente ilcita (Tallon 1996 Nos 16 y 99); para el derecho espaol, Yzquierdo en Reglero 2002 a 1149, con referencia a la crtica de F. Pantalen a las objeciones
doctrinarias a estas medidas, porque la cautela judicial preventiva del dao a bienes de la
personalidad no es censura previa ni exhumacin de cierto militar ferrolano de alta graduacin (Pantalen 1996 215); la proteccin preventiva de los derechos de la personalidad es admitida por el derecho alemn sobre la base de una expansin de la actio negatoria,
cuyos orgenes provienen del derecho romano, bajo el supuesto de una adecuada consideracin comparativa de los bienes en juego (Medicus 2003 b 386, 446); en Estados Unidos,
por el contrario, aunque tmidamente se ha planteado la aplicacin del procedimiento civil preventivo de las injunctions (Franklin/Rabin 2001 528), parece haber primado en definitiva el principio de que ese control preventivo es inadmisible, sin perjuicio de lo que luego
se resuelva en materia de responsabilidad.
194 Vase tambin la ley N 17.336, de propiedad intelectual, artculo 82, que establece
las medidas de proteccin del perjudicado con la apropiacin por terceros de obras protegidas por ese derecho (que incluyen la destruccin e incautacin del material ilcitamente
producido o comercializado).
195 En la jurisprudencia francesa, aun despus de entrada en vigencia la norma del
artculo 9 del Cdigo Civil francs (introducido en 1970), que autoriza al juez para decretar cualesquiera medidas preventivas (siguiendo un criterio jurisprudencial anterior),
se exige que haya una intromisin intolerable en la vida privada para que se adopten
las medidas preventivas o de cesacin del dao, con consideracin de su excepcionalidad y en atencin a la lesin irreversible que pueda sufrir la libertad de expresin (Tallon 1996 Nos 99 a 105).
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46. ACCIONES
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PRIVACIDAD Y HONRA
202 Entre los numerosos fallos concordantes pueden verse, por ejemplo: Corte de Concepcin, 7.3.1988, confirmada por CS [apelacin], 22.3.1988, RDJ, t. LXXXV, sec. 5, 65;
CS, 13.12.1993, RDJ, t. XC, sec. 5, 235; CS, 3.12.1996, GJ 198, 52; CS, 31.12.1996, GJ 198,
48; Corte de Puerto Montt, 18.3.1997, confirmada CS [apelacin], 16.7.1997, RDJ, t. XCIV,
sec. 5, 193, con com. de E. Soto, donde se orden en sede de proteccin la eliminacin
del registro de deudores morosos en razn de que el documento entregado a la empresa
procesadora de datos por el supuesto acreedor era una fotocopia de una letra de cambio;
Corte de Santiago, 20.5.1998, GJ 215, 67; CS, 27.8.1998, RDJ, t. XCV, sec. 5, 190; CS,
1.10.1998, GJ 229, 55; CS, 11.7.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 116; y Corte de Concepcin,
31.8.2005, rol N 1.744-2005, confirmada por CS [apelacin], 26.9.2005, rol N 4.676-2005.
203 Ktz 1991 230.
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46. ACCIONES
rectificacin han sido presentadas y las dems circunstancias del caso (infra Nos 419 y 429).
Por otro lado, aunque menos directa y eficaz, es ms generalizado que
a manera de restitucin en naturaleza se ordene la publicacin de la sentencia que declara injustas las expresiones (sea completa o de sus partes
esenciales). El efecto est especialmente establecido por la ley como sancin colateral a la condena penal por injurias o calumnias;212 sin necesidad
de texto expreso, resulta evidente su aplicacin como una forma de reparacin en naturaleza en el proceso civil.213
d. Acciones indemnizatorias
1. Criterios generales
419. Principios que rigen la avaluacin del dao a los derechos de la personalidad. a) La indemnizacin de perjuicios por daos a la personalidad
es determinada segn los criterios generales de apreciacin del dao. En
consecuencia, el dao patrimonial es indemnizado de acuerdo con el principio de reparacin integral (supra N 163) y el moral segn el de equitativa compensacin (supra N 200).
b) Cualquiera sea el tipo de dao, la indemnizacin debe ser neutralizada o disminuida en la proporcin en que haya operado una reparacin
en naturaleza, si sta fuere posible. En consecuencia, la indemnizacin
cubre el dao remanente, que no pudo ser restituido en naturaleza.214 Como se
ha visto, hay razones de derecho civil y constitucional para que la reparacin en naturaleza sea preferida a la indemnizatoria en la medida que sea
adecuada para eliminar o disminuir el mal efectivamente causado (supra
413 f, con anotaciones de derecho comparado). Precisamente en razn de
este principio reparatorio, la indemnizacin del dao moral suele asumir
en algunas jurisdicciones un carcter simblico, que tiene precisamente el
fin de completar la reparacin en naturaleza.
600
PRIVACIDAD Y HONRA
2. Daos patrimoniales
420. Dao emergente y lucro cesante como consecuencias de atentados
a los derechos de la personalidad. a) En su enorme aptitud de desdoblamiento, se ha visto que los bienes de la personalidad tienen una
cara estrictamente patrimonial y otra moral. El aspecto patrimonial suele
tener una cara diferente en el caso de los derechos de privacidad y a la
honra.
b) Los derechos de privacidad son objetos de una titularidad anloga a la
propiedad sobre cosas inmateriales. Se trata de derechos que garantizan la
exclusin de terceros, semejante a la especie de propiedad que el Cdigo
Civil reconoce respecto de las cosas incorporales (artculo 588). Los casos
de aplicacin de este principio de titularidad exclusiva y de comerciabilidad del bien son incontables: la historia de una vida puede ser objeto de
una biografa, a cuyo efecto el editor puede comprar al titular los derechos de publicacin; una personalidad de inters general puede ceder los
derechos de privacidad respecto de eventos sociales en que participa; se
puede obtener una contraprestacin por la autorizacin para introducirse
en espacios privados, como al interior de una casa, por ejemplo; la imagen
y la voz de personas famosas pueden ser el objeto de contratos con empresas de publicidad.
El dao patrimonial se puede apreciar en concreto, sobre la base de
ofertas que el titular tena para el uso comercial del bien respectivo, o en
abstracto, tomando en consideracin cul habra sido el precio del contrato de licencia.215 En consecuencia, la analoga es muy cercana con el estatuto protector de la propiedad sobre creaciones artsticas o industriales,
que estn protegidas por leyes especiales (leyes N 17.336, de propiedad
intelectual, y N 19.039, de propiedad industrial), porque la apropiacin
no autorizada de derechos de privacidad puede dar lugar a daos patrimoniales, especialmente por concepto de lucro cesante.
c) El derecho a la honra (y ms excepcionalmente el de privacidad)
puede dar lugar a prdidas econmicas asociadas a la prdida de prestigio y consideracin. Ms all del dao moral, las expresiones insultantes o difamatorias pueden traducirse en perjuicios patrimoniales
consecuentes. A diferencia de lo que ocurre con el dao moral, que
puede ser probado de conformidad con el alcance previsible que la
imputacin tenga para cualquiera persona que se encuentre en la condicin del demandado, el dao patrimonial debe ser acreditado en concreto, de acuerdo con las reglas generales (supra 23 d). El mayor
problema se plantea respecto de los daos subsecuentes, que se siguen
de la repeticin o divulgacin de la informacin falsa o los insultos, en
cuyo caso es necesario establecer si esas consecuencias pueden ser calificadas de dao directo; lo normal, sin embargo, es que esas conse-
215
601
46. ACCIONES
cuencias se encuentren en relacin de causa adecuada con la difamacin o insulto (supra 30 b). 216
421. Accin restitutoria de beneficios injustos. a) En el extremo, la apropiacin de derechos de la personalidad por un tercero puede dar lugar a
un enriquecimiento sin causa, como ocurre si se utiliza una fotografa para
fines publicitarios, en circunstancias que la agencia justificadamente crey
contar con las autorizaciones correspondientes.217 En otras palabras, la utilizacin inocente de bienes de la personalidad ajenos puede dar lugar a
acciones restitutorias del beneficio injusto.
b) Tambin puede ocurrir que cuando se ha actuado con dolo o negligencia la medida del dao patrimonial sufrido sea el beneficio injustamente obtenido por quien se apropi de un bien de la personalidad ajeno.
La utilizacin de un bien perteneciente al mbito de privacidad puede
llegar a ser un caso tpico en que la mejor manera de calcular la indemnizacin no sea el monto del dao (lucro cesante), sino los beneficios que
en concreto se han seguido para el demandado a consecuencia del ilcito
(infra 60 a).218
3. Dao moral
422. El dao moral por expresiones. a) En algunos ordenamientos existe un
cierto escepticismo respecto a la reparacin de los daos morales que se
siguen de atentados a derechos de la personalidad. Ante todo, por las razones constitucionales referidas en los prrafos precedentes, que obligan a
guardar un compromiso con la libertad de expresin. Enseguida, porque las
excusas de oportuna rectificacin y disculpas por el error involuntario suelen ser admitidas como excusas en el juicio de responsabilidad civil (infra
216 Prosser/Keeton et al. 1984 844, con referencia a la jurisprudencia norteamericana,
que tiende a dar lugar a la relacin causal en tales casos. Por otro lado, la informacin, una
vez divulgada, no es susceptible de apropiacin: una vez divulgado un hecho, nada impide
que sea repetido de buena fe por otro medio, con la sola limitacin, a menudo de carcter
puramente tico, de indicar la fuente (a menos que el acto de divulgacin sea per se ilcito,
como suele ocurrir con los atentados a la privacidad).
217 As, BGH, JZ 1993, 190.
218 La ley espaola sobre honor, privacidad e imagen de 1982 establece que la indemnizacin del dao moral que se sigue de un atentado a derechos de la privacidad puede
calcularse en atencin al beneficio obtenido por el autor del dao (artculo 9.3); en Chile,
la idea ha sido recogida en los proyectos de ley en discusin parlamentaria (Boletn N 2.37007). El beneficio obtenido por el autor del dao da lugar a acciones restitutorias, segn el
principio de enriquecimiento sin causa, o a acciones indemnizatorias, si el beneficio obtenido por el responsable es mayor que el dao (Yzquierdo en Reglero 2002 a 1151). La jurisprudencia alemana ha reconocido accin por una suma equivalente a la ganancia obtenida
por quien se apropia de un bien de la personalidad, pero sobre la base de una apreciacin
en concreto, en oposicin a una mera especulacin acerca del aumento no cuantificable
de la circulacin de un impreso (Palandt/Thomas 823 200).
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603
46. ACCIONES
valorar los daos. Sin embargo, en la prctica, en todos los sistemas jurdicos la gravedad de la culpa no slo juega un rol determinante, especialmente en atentados contra el honor, al momento de determinar el umbral
de descuido a partir del cual se responde, sino tambin al de la apreciacin del quantum indemnizatorio. 222 As, en la determinacin del monto
de la reparacin por dao moral, suele reaparecer como relevante el juicio de reproche subjetivo, que en el juicio de culpabilidad ha dejado de
ser un elemento definitorio de la responsabilidad civil, amenazando traspasar la frontera de la reparacin civil del dao y entrando en el peligroso
terreno fronterizo con el derecho penal (supra N 198).
b) Como ha sido discutido al comienzo de este pargrafo (supra
N 413 e), en materia de daos derivados de expresiones rige el principio de la ms completa reparacin en naturaleza que resulte posible, de modo
que la indemnizacin slo cubre el dao remanente luego de efectuados esos actos de restauracin. A esos efectos, el tribunal debe tomar
en consideracin lo apropiado de la rectificacin, la naturaleza de las
excusas y la manera en que fueron presentadas, porque el demandado
debe mostrar cmo ha disminuido el dao sufrido por el demandante
a consecuencia de la rectificacin o retractacin. Para ello, algunas jurisdicciones exigen una retractacin explcita por parte del medio que
realiz la publicacin difamatoria, no bastando una mera crnica explicativa que exponga los hechos verdaderos.223
c) En circunstancias que el dao debe ser valorado en concreto, es
necesario considerar todos los criterios que resulten determinantes en el
caso. Ante todo, son relevantes las circunstancias del demandante, incluida su conducta anterior, porque forma parte de la prueba que debe prestar este ltimo la intensidad del dao sufrido, que es dependiente del
prestigio de que objetivamente gozaba ex ante. Enseguida, son tambin
relevantes las circunstancias en que la ofensa fue proferida, porque la rplica a una agresin anterior, aunque desproporcionada, puede disminuir
el efecto ofensivo del hecho. Lo anterior es sin perjuicio de cualesquiera
otros antecedentes que permitan valorar la gravedad del dao efectivamente sufrido.224
e. Legitimidad activa
425. Reglas generales: titularidad y transmisibilidad. a) Las acciones de
responsabilidad por daos a los derechos de la personalidad pertenecen
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PRIVACIDAD Y HONRA
exclusivamente al titular, sin perjuicio de que pueda ser sucedido por causa de muerte en los derechos de reparacin que en vida le correspondan.
Si el ilcito ha afectado la privacidad de la vida familiar, debe entenderse
que la accin corresponde al cnyuge y a quienes tienen el cuidado de los
menores afectados, en representacin de estos ltimos.
b) A la transmisibilidad del derecho se le aplican las reglas generales,
atendiendo a si la pretensin indemnizatoria se refiere al dao moral o al
patrimonial (infra 61 b).
426. Titularidad por atentados a persona fallecida. a) En principio, los
atentados a la privacidad y a la honra de una persona ya fallecida presentan dos caras diferentes: ante todo, existe el inters de las personas
ms cercanas de resguardar su recuerdo y los bienes patrimoniales que
se asocian a su extinguida personalidad; por otro lado, podra argumentarse un dao moral reflejo, por la afliccin provocada por atentados al honor o privacidad de una persona que en vida tuvo un estrecha
relacin con el demandante (supra 25). Sin embargo, la honra y la
privacidad son derechos de tal modo personalsimos que debe tenerse
por inadmisible, o, en todo caso, por completamente excepcional la
pretensin indemnizatoria por dao reflejo. Por eso, usualmente la accin ser por los daos patrimoniales derivados del aprovechamiento
no autorizado del nombre, de la imagen o de otro bien de la personalidad (lo que siempre se traduce en daos a la sucesin testamentaria o
intestada) o en resguardo directo de la dignidad moral que tuvo en
vida el ofendido (lo que se traduce, principalmente, en acciones de
reparacin en naturaleza). 225
b) Aunque la muerte produce limitaciones en la proteccin de aspectos
morales de la personalidad, se reconocen acciones para hacer frente a turbaciones severas a la memoria y dignidad de la persona producidas con posterioridad a su fallecimiento.226 Los titulares de la accin no actan respecto de
estos derechos morales como herederos en el sentido del derecho patrimonial, sino como herederos morales, que actan en cautela de la memoria
de la honra del titular fallecido.227 A falta de norma expresa, puede entenderse que disponen de la accin las personas ms ntimamente relacionadas
En materia de propiedad intelectual (ley N 17.336, de propiedad intelectual), el
derecho moral de autor es transmisible por causa de muerte (artculo 15), del mismo modo
que los derechos patrimoniales (artculos 10 y 71).
226 Palandt/Thomas 823 180, Deutsch/Ahrens 2002 104; en contraste, es interesante
que el Restatement/Torts II norteamericano reduzca la proteccin despus de la muerte al
nombre y a la imagen (esto es, a los elementos de significado patrimonial de los derechos
de la personalidad). Se plantea la pregunta acerca de la subsistencia del derecho en el caso
de atentados a la personalidad producidos antes de la muerte del titular; pareciera que es
necesario interpretar la voluntad de este ltimo, porque su inactividad bien puede significar que no tuvo las turbaciones por ilcitas o simplemente que opt concientemente por
no ejercer acciones judiciales (Yzquierdo en Reglero 2002 a 1132).
227 Tallon 1996 N 164.
225
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46. ACCIONES
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PRIVACIDAD Y HONRA
tras los derechos de la personalidad y de propiedad intelectual, todo indica, sin embargo, que los plazos de proteccin establecidos por la ley
N 17.336 pueden ser tenidos analgicamente por razonables.
La proteccin de los bienes ms directamente homologables a la propiedad (como la imagen y el nombre) tiende a ser ms extensa que la referida a
los atributos propiamente morales de la honra y la privacidad. As, la privacidad,
entendida como memoria de una persona fallecida, debe ser objeto de un
sopesamiento con el inters histrico que ella despierta, de modo que puede
entenderse que se produce una depreciacin progresiva de su proteccin a
medida que el personaje deviene en uno histrico de inters general.233
427. Derechos de la personalidad de las personas jurdicas. El discernimiento
de consecuencias jurdicas a partir de categoras conceptuales abstractas muestra
sus debilidades con especial nitidez al momento de analizar los derechos de la
personalidad de las personas jurdicas. La pregunta, en consecuencia, no puede referirse genricamente a si las personas jurdicas son en absoluto titulares
de derechos al honor y a la privacidad, sino cules derechos les son atribuibles
de modo idntico o anlogo a las personas naturales.
En principio, los derechos de la personalidad tienen por objeto proteger bienes puramente morales de la persona humana, de modo que carece
de sentido extenderlos a las personas jurdicas.234 Sin embargo, hay algunos
derechos especficos que merecen ser protegidos tambin respecto de personas jurdicas: los de privacidad referidos a la imagen y al nombre, al secreto de los asuntos privados, a no ser objeto de intrusiones en mbitos fsicos.
A estos respectos no parece haber duda que la persona jurdica puede disponer de las acciones de prevencin o reparacin en naturaleza, en la medida que cumplan un efecto correctivo razonable.235 Ninguna duda cabe que
la persona jurdica dispone de acciones indemnizatorias por los daos patrimoniales conexos a la privacidad y a la honra. Ms discutible es la titularidad activa para ser indemnizada por dao moral; a este respecto deben
entenderse aplicables los principios generales, que apuntan a una actitud
escptica en el reconocimiento de esta accin (supra N 195).
f. Legitimidad pasiva
428. Inmunidades. a) La Constitucin Poltica establece una inmunidad
en favor de los diputados y senadores por las opiniones que manifiesten y
los votos que emitan en el desempeo de sus cargos, en sesiones de sala o
en comisin (artculo 58 I).236 Esta inmunidad de carcter constitucional
Tallon 1996 N 68.
dem 153.
235 Prosser/Keeton et al. 1984 779.
236 En otras jurisdicciones esta inmunidad es ms amplia; en Estados Unidos, se entiende
que todos los miembros del Congreso tienen una inmunidad absoluta para expresarse respecto de terceros en el ejercicio de sus funciones legislativas, sin que puedan ser acusados
de difamacin (Restatement/Torts II 590).
233
234
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239 Markesinis/Deakin et al. 2003 665 y 722, con referencias, respectivamente, a los derechos ingls y norteamericano.
240 La ley N 16.643. sobre abusos de publicidad (artculo 43) estableca un plazo de
prescripcin de tres meses para las acciones civiles y penales provenientes de delitos previstos por ese ordenamiento (CS, 30.7.2002, rol N 1.125-2001).
241 Auto Acordado de la Corte Suprema sobre tramitacin y fallo del recurso de proteccin de las garantas constitucionales, DO 27.6.1992, primera regla.
609
CAPTULO IX
ABUSO DE DERECHO1
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ABUSO DE DERECHO
atribucin al titular de un poder de actuacin cautelado por el ordenamiento jurdico. El derecho subjetivo comprende un poder hacer y un
poder excluir del goce de los bienes sobre los que recae.
No debe extraar que el concepto de derecho subjetivo se remonte a
la temprana modernidad, especialmente a la escolstica espaola del siglo
XVI, que lo defini precisamente como facultad o potestad que se reconoce por el derecho a su titular. El concepto fue desarrollado a propsito de
la propiedad y sirvi para expresar la libertad de que gozaba el propietario
para usar, gozar y disponer de la cosa, en oposicin a las vinculaciones
tpicas del ordenamiento medieval.10
Esta idea es reafirmada por los juristas de la escuela moderna del derecho natural y recibe su consagracin en el Cdigo Civil francs de 1804.11
A ello se agrega en el siglo XIX la influencia del individualismo tico de
Kant, quien haba definido el derecho como el conjunto de condiciones,
bajo las cuales el arbitrio de uno puede ser conjugado con el arbitrio del
otro bajo una ley general de libertad.12 En esta tradicin, el derecho privado aparece como forma externa de la libertad de cada persona; su papel
es reconocer un mbito de decisiones que quedan entregadas a su propia
voluntad. Por mucho que el derecho subjetivo slo aparezca en la relacin
jurdica, esto es, en la relacin entre personas, determinada por una regla
de derecho, el concepto es abstrado de esa relacin jurdica y deviene en
un poder que se reconoce al titular, sea que lo ejerza personalmente o por
medio de sus representantes legales.
Este poder se manifiesta en que se tiene una pretensin para cautelar
el derecho frente a los sujetos pasivos; en que el titular dispone de un
privilegio respecto de una o ms personas que carecen del derecho; y en
que quienes tienen un deber correlativo carecen de la potestad para modificar unilateralmente a su favor la situacin jurdica.13
b) El concepto de derecho subjetivo como poder que el derecho reconoce al titular es puramente formal. Por eso, el derecho subjetivo otorga
una prerrogativa que el titular ejerce a discrecin, lo que es decisivo al
momento de discernir sus lmites (como es el objeto de este captulo). As,
el propietario respecto de la cosa, toda persona respecto de su vida privada, el acreedor respecto de la prestacin del deudor, tienen derechos cuyo
ejercicio est entregado a su propio arbitrio. El titular del derecho no
tiene que justificar sus actos u omisiones en la medida que acte en el
marco de su derecho. As, el derecho subjetivo es entendido como una
Coing 1985 I 172, con referencia a Luis de Molina, De iustitia et iure opera omnia (1611),
tract. II, disp. I.
11 El Cdigo Civil francs define la propiedad como el derecho de gozar y disponer
de las cosas de la manera ms absoluta, siempre que no se haga de ellos un uso prohibido
por la ley o por los reglamentos (artculo 544).
12 Kant Metafsica de las Costumbres Ak. VI 230 (A 33); un magnfico desarrollo del concepto de derecho privado como forma de la libertad en Kant en Weinrib 1995 84.
13 Estas caractersticas provienen del magnfico anlisis lgico del concepto de derecho
subjetivo (right) de Hohfield 1919 65.
10
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ABUSO DE DERECHO
434. El derecho subjetivo como poder para la proteccin de intereses cautelados por el derecho. a) Una evaluacin de los enfoques referidos parece indicar que carece de sentido el intento de descubrir cul es la esencia
del instituto jurdico del derecho subjetivo, porque se trata de un concepto
tcnico del derecho, especialmente del derecho privado y constitucional. Con
todo, la nocin de derecho subjetivo no puede prescindir de la idea de
poder jurdico reconocido al titular. El derecho privado acta sobre la base
de entregar a cada cual el ejercicio y cautela del derecho. Por eso, a pesar
de las reservas que plantea la doctrina de la voluntad, no se ha debilitado
la concepcin de que los derechos suponen el reconocimiento de un poder para controlar el cumplimiento de un deber.17 Incluso las doctrinas
que niegan la existencia de una categora como la de derecho subjetivo,
finalmente deben recurrir a conceptos anlogos al momento de analizar
el sistema del derecho privado (como el de situacin jurdica subjetiva,
que usa parte de la doctrina italiana contempornea).18 En consecuencia,
por mucho que los intereses o bienes cautelados sean relevantes al momento de determinar su contenido y lmites, no afectan el carcter esencialmente atributivo de un poder hacer o poder impedir que caracteriza
a todo derecho subjetivo privado.
b) Con todo, la definicin de un concepto fundamental, como el de
derecho subjetivo, supone un discernimiento diferenciado de las funciones del derecho: cualquier libertad concebida como derecho subjetivo altera la distribucin de potestades, porque confirma o confiere poder a
algunas personas restringiendo el de otras. En definitiva, por mucho que
la libertad signifique autodeterminacin, tambin supone consecuencias
para los dems. As, no debe extraar que la doctrina jurdica tienda a
aceptar la unin de los contrarios, con la consecuencia de que el derecho
subjetivo sea concebido como un poder jurdico que el derecho reconoce a la
persona con el fin de que disfrute de un bien o satisfaga sus propios intereses.19
En este concepto mixto de derecho subjetivo, la incondicionalidad formal del poder tiene por lmite la idea de fin: el poder es reconocido a
condicin de que su ejercicio asuma tambin los intereses legtimos de
otras personas, porque en la medida que se expande el reconocimiento de
derechos subjetivos, las libertades correlativas deben ser conciliadas con
los intereses de los dems. En esta ecuacin no se puede ignorar, sin embien general; desde esta perspectiva instrumental, la utilidad general es la justificacin de extensos mbitos de autonoma privada; en consecuencia, no es el concepto moral de autonoma, sino el econmico de bienestar, lo que resulta determinante al momento de reconocer
amplias potestades a las personas. Vase Epstein 1997 y, especialmente, Epstein 1982; una justificacin libertaria radical desde una perspectiva no instrumental, en Nozick 1974 passim.
615
bargo, que la funcin del derecho subjetivo es asegurar esferas de libertad,20 esto es, de discrecin no sujeta a juicio de mrito alguno (infra 48).
435. Contenido del derecho subjetivo. a) De la explicacin precedente se
concluye que todo derecho subjetivo comprende un poder jurdico reconocido al titular para realizar intereses muy diversos. As, el derecho privado reconoce derechos subjetivos tan distintos como la propiedad sobre
cosas corporales, el derecho de autor, el crdito que emana de un contrato de prstamo de dinero, el que cautela la honra y la privacidad o el
derecho a la indemnizacin de perjuicios. En cada caso, el derecho subjetivo se expresa en la atribucin de facultades al sujeto titular. En la medida
que el contenido de esa atribucin puede ser en extremo diferente segn
el tipo de derecho subjetivo, los deberes correlativos que se generan son
tambin muy diversos: deber de mero respeto (como la propiedad o la
privacidad), de realizar una cierta conducta positiva en favor del titular
(como en la prestacin de servicios) y, en general, las ms diversas conductas orientadas a satisfacer el bien o inters protegido por el derecho.
b) El grado de determinacin del derecho subjetivo es una dimensin
variable. Los derechos constitucionales, por ejemplo, estn expresados en
el texto de la Constitucin de una manera muy general, de modo que su
alcance, lmites y forma como concurren recprocamente estn esencialmente entregados al desarrollo jurisprudencial y doctrinal. Por su analoga constitucional, lo mismo ocurre con el aspecto privado de los derechos
de la personalidad, cuyas fronteras son difusas, porque an no se establece
una doctrina comnmente aceptada respecto a su alcance y lmites (supra
43). Se trata de derechos que definen un mbito de proteccin, y cuya determinacin en concreto supone un sopesamiento de bienes e intereses.21
c) La tendencia de todo sistema de derecho es a definir con creciente
precisin las atribuciones que comprenden los derechos, lo que suele ocurrir por va legal o jurisprudencial. Lo caracterstico del derecho subjetivo
es la exclusividad reconocida al titular, lo que exige al menos un ncleo
relativamente inequvoco acerca del bien o inters cautelado. Pero si ese
ncleo es muy abstracto, no puede contener las condiciones especficas de
ejercicio del derecho. La mayor ventaja relativa del derecho privado, que
es asimismo condicin de su eficacia como ordenamiento jurdico bsico
de la actividad econmica y de las relaciones interpersonales, es la relativa
precisin del contenido atributivo de los derechos subjetivos que confiere:
los derechos del propietario, del acreedor, del heredero o del hijo estn
definidos con la suficiente precisin como para que exista certeza acerca
de su alcance y, por consiguiente, de su valor econmico.
436. Tipos de derechos subjetivos: derechos potestativos y derechos a la
conducta ajena. a) Atendida la generalidad del concepto de derecho sub20
21
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ABUSO DE DERECHO
da actuar discrecionalmente. El sentido final de la idea de derecho subjetivo radica en el otorgamiento de una potestad para que el titular pueda
legtimamente actuar segn su propio y exclusivo arbitrio. As, quien acta
fuera de esas potestades ya no puede invocar el derecho; pero quien acta
dentro de ellas, jams podr hacerlo abusivamente.
Esta doctrina asume los supuestos formalistas del concepto de derecho
subjetivo gestado en la modernidad (supra N 431). Por eso, entiende que el
reconocimiento del abuso de derecho, particularmente en el mbito patrimonial, debilita la autonoma privada, porque supone una erosin del principio de la discrecionalidad e inmunidad del ejercicio de los derechos
subjetivos, principio sobre el cual se ha construido el derecho privado.27
441. El abuso como ejercicio contrario a los fines del derecho subjetivo.
a) En contraste con la doctrina que niega la posibilidad de un abuso de
derecho, la ms extrema doctrina en el sentido inverso asume que los
derechos subjetivos son reconocidos por la ley para satisfacer intereses colectivos, de modo que su ejercicio concreto debe ser consistente con esos
fines. Desde esta perspectiva, el derecho subjetivo no debe ser concebido
como un poder de actuacin, que garantiza al titular un mbito de autonoma y discrecin para el desarrollo de su personalidad y de su actividad
econmica. A las personas se les reconocen derechos como un medio para
satisfacer la funcin social que corresponde al derecho objetivo. En consecuencia, su ejercicio debe responder a los intereses generales que el respectivo ordenamiento legal propende a satisfacer.
Desde esta perspectiva, el reconocimiento de derechos es un instrumento tcnico que la sociedad utiliza para cautelar el inters general. Estas ideas fueron formuladas a comienzos del siglo XX por Josserand: los
derechos, productos sociales, como el mismo derecho objetivo, derivan su
origen de la comunidad y de ella reciben su espritu y finalidad; cada uno
se encamina a un fin, del cual no puede el titular desviarlo; estn hechos
para la sociedad y no la sociedad para ellos; su finalidad est fuera y por
encima de ellos mismos; son, pues, no absolutos, sino relativos; deben ejercerse en el plano de la institucin, con arreglo a su espritu, o de lo contrario seguirn una direccin falsa, y el titular que de ellos haya no usado,
sino abusado, ver comprometida su responsabilidad para con la vctima
de esa desviacin culpada.28
En consecuencia, se incurrira en abuso del derecho subjetivo si los
motivos concretos del titular no estn conformes al fin o a la funcin que el derecho
Levi 1993 37.
Josserand 1939 4; vase tambin Josserand 1982 1. En Chile se ha propugnado una
relativizacin de los derechos subjetivos por P. Rodrguez; este autor, sin embargo, se ocupa ms bien de los lmites externos impuestos por el derecho social y apunta a que la relativizacin tiende a producirse por la va de crecientes regulaciones legales, que deben ser
interpretadas segn los altos intereses polticos, sociales y econmicos perseguidos por el
Estado al establecer los estatutos funcionales que rigen las diversas actividades (P. Rodrguez 1965 152 y 157).
27
28
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subjetivo posee segn el ordenamiento que lo establece. El abuso de derecho, segn esta doctrina, radicara en el ejercicio concreto de un derecho que
resulta extrao al fin socialmente valioso para el cual ha sido atribuido.
Mientras las normas que establecen el derecho fijan su lmite externo, la
institucin del abuso de derecho fija su lmite interno. As, el ejercicio que
respeta formalmente el contenido del derecho subjetivo puede resultar
ilcito, si no resulta conciliable en concreto con el fin o funcin social para
la cual fue establecido.
b) Algunos ejemplos pueden ilustrar acerca de las dificultades prcticas
de una teora extensa del abuso de derecho en el mbito del derecho privado.
El derecho a la vida privada otorga un mbito de proteccin de la intimidad que queda excluido de la intromisin y del conocimiento ajeno:
cules son los fines legtimos que justifican su invocacin frente a terceros?; cul es el criterio para discriminar en concreto entre aspectos de
la vida privada que merecen y no merecen cautela a la luz de la funcin
que ese derecho cumple para el bien general? En un mbito por completo diferente, el propietario, dentro de los lmites externos que establecen la ley y los derechos ajenos, tiene un poder sobre la cosa que se
manifiesta en la facultad para excluir de su goce a terceros: deben tener
los jueces la facultad de revisar en concreto la manera como el propietario ejerce el derecho, a efectos de juzgar si el uso y goce que hace de la
cosa resultan conforme a la funcin social de la institucin?; en contraste, no reside acaso la funcin social de la propiedad en esa delegacin
de amplias atribuciones, dentro del lmite externo que el derecho establece, para que el propietario decida discrecionalmente acerca del uso
ms valioso que pueda hacer de la cosa? El comprador tiene derecho a
exigir al vendedor el cumplimiento de la obligacin de dar la cosa: cules son los motivos que pueden hacer lcita o ilcita la pretensin de
exigir la entrega de la cosa?; podra el vendedor negarse a entregarla
argumentando que, a pesar de haberla vendido, necesita la cosa con ms
intensidad que el comprador?
Un control en concreto de las motivaciones de quien ejerce un derecho parece incompatible, en casos como los reseados, con el fin
ms general que cumple la institucin del derecho subjetivo. En verdad, la aceptacin de una doctrina del abuso de derecho tan extensa
como la formulada por Josserand, que supone controlar en concreto
cmo se concilian los motivos de la conducta del titular con las exigencias del bien comn, parece ms bien consistente, a la larga, con un
estado total de polica, que niega el libre desarrollo de la personalidad.29 En la prctica, la indagacin de los motivos del titular abre un
campo exorbitante de discrecionalidad judicial, que priva al derecho
subjetivo de su funcin de certeza. Ante todo, porque las normas de
derecho, especialmente las regulaciones administrativas que limitan externamente el contenido de los derechos, usualmente responden a fi29
624
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625
tar la eficacia del derecho.32 Por eso, por atrayente que pueda aparecer
bajo una mirada superficial la doctrina extrema del abuso de derecho,
surgida en el primer tercio del siglo XX, no ha logrado apoyo relevante
entre los juristas ni en la prctica jurisprudencial.
442. El abuso de derecho como correctivo del ejercicio excesivo o anormal del derecho. a) Por mucho que el ejercicio de un derecho se enmarque en los lmites externos que le fija la ley o el contrato, son imaginables
hiptesis en que el ejercicio concreto de ese derecho, atendidas las particulares circunstancias, resulta de tal modo contrario a exigencias mnimas de
sociabilidad y de buena fe en las relaciones recprocas, que debe ser limitado por el
derecho objetivo.33 Este es genricamente el fundamento ms aceptado para
la doctrina del abuso de derecho.
El derecho, en estas hiptesis, es ejercido dentro de los lmites que
seala el ordenamiento legal o contractual que lo establece; sin embargo,
ese ejercicio puede resultar excesivo o anormal; sea por la inequvoca intencin de daar que inspira al titular (abuso de derecho en sentido subjetivo), sea atendiendo a la valoracin de las circunstancias objetivas de
ese ejercicio, segn estndares mnimos de sociabilidad y de lealtad (abuso de derecho en sentido objetivo).
De lo expresado en los prrafos anteriores se sigue que la mayor dificultad de la doctrina del abuso de derecho reside en que cualquier limitacin al ejercicio del derecho subjetivo debe ser consistente con el
reconocimiento de un poder de discrecin en su ejercicio, que no puede
ser juzgado en su mrito, porque significara desnaturalizarlo como expresin de autonoma del titular. Ms bien se trata de juzgarlo en la ilegitimidad del inters que se pretende validar con fundamento en el derecho.34
Desde esta perspectiva, la doctrina del abuso de derecho expresa un lmite
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moral implcito al ejercicio de los derechos, que se muestra en una conducta del titular que violenta gravemente los estndares normativos mnimos del respeto a los dems, aunque la conducta corresponda formalmente
al mbito de discrecionalidad que el derecho confiere a su titular.35 El
abuso de derecho deviene en un correctivo extremo, donde la forma cede
ante las razones, aunque aquella sea tenida por valiosa.
b) Por otra parte, el grado de discrecionalidad de que est dotado el titular de un derecho depende esencialmente del contenido de cada derecho.
Una mayor discrecionalidad tiende a restringir proporcionalmente las hiptesis de abuso de derecho. Tradicionalmente se ha acostumbrado en el
derecho civil chileno enumerar algunos derechos cuyo ejercicio es per se
discrecional, de modo que jams daran lugar a abuso de derecho; se sealan, entre otros, el derecho a testar (artculo 999), el derecho del ascendiente para oponerse al matrimonio del hijo menor (artculo 105) y el
derecho a pedir la divisin de una comunidad (artculo 1317).36 Tratndose de derechos potestativos, que necesariamente se ejercen con efectos
respecto de terceros, no parece necesario excluir a priori la posibilidad de
que estos ltimos puedan ser ejercidos abusivamente (infra N 450). Por el
contrario, pareciera que el derecho a disponer libremente de los bienes
por testamento, dentro de los lmites impuestos por las asignaciones forzosas ordenadas por la ley, es un derecho discrecional que no puede resultar
abusivo respecto de nadie. Se trata de casos en que el derecho slo adquiere sentido si es entendido como un mbito de discrecin ilimitado.
c) Cualquiera sea el caso, la doctrina que concibe el abuso de un derecho como su ejercicio excesivo o anormal tiene una funcin correctiva excepcional, en atencin a los riesgos de un intervencionismo judicial que mine la
certeza del derecho que rige las relaciones privadas.37 Por eso, la doctrina
del abuso de derecho slo puede ser invocada cuando el comportamiento del
titular atenta contra estndares mnimos de conducta. En circunstancias que estos
estndares no pueden ser expresados en reglas que establezcan las condiciones precisas de su aplicacin, resulta inevitable una referencia a ideas normativas que la ley slo puede expresar en la forma de clusulas generales.38
d) En los lmites internos del derecho subjetivo privado se encuentra
una invocacin a la razn prctica compartida espontneamente por la
comunidad.39 As, el principio de la autonoma privada encuentra su lmi35 Por eso, se ha resuelto que la aplicacin de la teora del abuso de derecho se justifica en aras de lograr una moralizacin en las relaciones jurdicas (Corte de Santiago,
9.11.1992, GJ 149, 58).
36 Alessandri 1943 271, Alessandri/Somarriva/Vodanovic 1939 343.
37 Medicus 1997 59, Trabucchi 1993 47; as concluyen tambin Ghestin/Goubeaux 1983
659, a pesar de que la exposicin del tema parece cercana a Josserand.
38 Un anlisis de los conceptos jurdicos indeterminados, los conceptos normativos, las
clusulas generales y la libre apreciacin en Engisch 1967 137.
39 La nocin de lmite interno, por oposicin a externo, establecido formalmente
por la ley o el contrato, proviene de la doctrina alemana, que ha extendido el abuso de
derecho ms all de la hiptesis de ejercicio doloso, recogida en el BGB (infra N 446).
627
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51 Esa crtica podra efectuarse a una sentencia recada en una accin de proteccin, en
que el asunto fue resuelto con referencia al abuso de derecho, en circunstancias que pudo resolverse del mismo modo por la va de dirimir interpretativamente el concurso de derechos. En
esencia, se trataba de la concurrencia, por un lado, del derecho del Banco Central de Chile a
que los bancos que recibieron apoyo financiero de esa institucin con ocasin de la crisis financiera del ao 1983 destinaran parte de sus utilidades a pagar las obligaciones correlativas y, por
el otro, del derecho de los accionistas a capitalizar las utilidades y postergar, en consecuencia, el
pago de aquella obligacin. El fallo acept la demanda del Banco Central de Chile sobre la
base de que el banco demandado habra incurrido en abuso de derecho al capitalizar las utilidades del respectivo ejercicio, postergando de ese modo la deuda subordinada que el banco
recurrido mantena con el Banco Central de Chile (Corte de Santiago, 22.9.1995, confirmada
por la CS [apelacin], 22.4.1996, F. del M. 449, 523); el caso pudo ser resuelto del mismo modo
resolviendo el conflicto entre dos normas sobre la base de la primaca de la obligacin que el
banco recurrido tena con el Banco Central; en concreto, pareciera que la alegacin de abuso
de derecho parece estar determinada por los lmites de procedencia que impone el recurso de
proteccin, lo cual muestra la funcin procesal y no sustantiva que posee esa accin en el mbito de las relaciones privadas (Ortzar 2003 89).
52 Corte Presidente Aguirre Cerda, 23.1.1985, GJ 55, 73.
631
verdad, es preferible que los casos de vecindad sean resueltos como situaciones de conflicto de derechos, en que se sopesan en abstracto y en concreto los bienes e intereses cautelados por la propiedad de cada vecino,
atendiendo a la anormalidad o exceso en el ejercicio del derecho (infra
N 447 c).53 Por lo dems, entre los tpicos relevantes para determinar el
alcance recproco de los derechos en conflicto, figuran precisamente aquellas circunstancias que permiten inferir si es abusivo el ejercicio de alguno
de tales derechos (como ocurri en el caso del club de tiro).
b. Situaciones tpicas de ejercicio abusivo de un derecho
445. Planteamiento. Atendida la indeterminacin de las clusulas generales que le sirven de referencia legal y de los principios jurdicos en que se
apoya, la doctrina del abuso de derecho tiende a concretarse en algunos
grupos de casos tpicos.54 La tarea de concrecin se plantea anlogamente
en ordenamientos jurdicos donde hay una norma legal general sobre el
abuso de derecho en ordenamientos, como el chileno, en el cual no existe
esa regla; donde han sido introducidas las normas legales, se han limitado
a dar sustento positivo a un principio jurdico que ya haba sido desarrollado por la doctrina y la jurisprudencia. En la exposicin que sigue, referida
a los principales tipos de abuso de derecho, se intentar hacer referencia
de manera preferente a situaciones reguladas por la legislacin chilena,
que contribuyen a construir por analogia iuris, a la luz de un criterio ms
general, reglas en la materia.55 El abuso de derecho incurrido con ocasin
de la negociacin de un contrato es tratado en el captulo respectivo (infra
N 805).
446. El ejercicio de un derecho con el solo propsito de causar dao a
otra persona. a) Segn la hiptesis de abuso de derecho ms comnmente
aceptada, el ejercicio del derecho subjetivo es ilcito cuando el nico fin
que persigue el autor es causar dao a un tercero: en este supuesto, el
ejercicio del derecho no reporta al titular utilidad alguna, que no sea el
inters de daar a otro. Representa un caso extremo de un acto contrario
a las buenas costumbres, de modo que la legislacin comparada del ltimo siglo y la doctrina estn de acuerdo unnimemente acerca de su ilicitud. Se trata de una hiptesis extrasima en la prctica. As, por ejemplo,
aunque pueda no ser inusual que un propietario slo quiera molestar al
53 Una muy fina distincin entre el abuso de derecho y la atribucin de cargas excesivas, que atiende al sopesamiento de derechos de propiedad, en Carbonnier 1992 292 y 302.
54 En este captulo slo se pueden proponer situaciones de cierta generalidad; en el
derecho francs, por ejemplo, existe una tendencia hacia la tipificacin del abuso de derecho; una exposicin muy ilustrativa en Cadiet/Le Tourneau 2002, 3151.
55 Este proceso de desarrollo del derecho con recurso a la analoga, a los principios y a
las ideas normativas que espontneamente se muestran en las relaciones intersubjetivas, en
Kaufmann 1965; con especial nfasis en el derecho civil, Esser 1956.
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ABUSO DE DERECHO
vecino con quien est enemistado, la experiencia muestra que es en extremo difcil probar que su propsito exclusivo sea causar dao a otro.56 En
el fondo, porque el derecho difcilmente escudria las verdaderas intenciones, basta al propietario buscar una justificacin razonable a su conducta para que el resultado sea que el abuso no se tenga por acreditado.
b) Un antiguo caso holands muestra las limitaciones prcticas para
dar por acreditada esta forma de abuso de derecho.57 Jan cubri con un
gran lienzo la hermosa vista que desde su casa tena su vecino Piet. El juez
sancion a Jan por abuso de derecho, porque el lienzo no tena otro fin
que impedirle la vista al vecino. Entonces, Jan construy un molino que
impeda la vista. El juez ahora orden retirar el molino, porque ste no
estaba conectado a la fuente de agua, de modo que era por completo
intil para el propietario. Jan, sin embargo, conect el molino a la fuente
de agua. En las nuevas circunstancias, la accin de supresin del dao fue
rechazada: el uso del molino excluye la hiptesis de abuso de derecho,
aunque ste haya podido ser construido en otro lugar de la propiedad. El
caso muestra que la exigencia de que el nico propsito del ejercicio del
derecho sea daar a un tercero presenta usualmente problemas probatorios insuperables, y generalmente puede ser eludida mostrando que la accin persigue algn fin cualquiera que sea atribuible al provecho personal
del titular.
c) Desde un punto de vista estrictamente normativo, esta forma extrema de abuso de derecho es una concrecin de la exceptio doli generalis proveniente del derecho romano tardo,58 y parece constituir el punto de
encuentro ms elemental entre la moral y el derecho.
447. Extrema desproporcin entre el inters del titular y el efecto negativo
que produce en otra persona el ejercicio del derecho. a) Existen casos en
que el ejercicio de un derecho resulta contrario a la buena fe, porque
supone extremar una facultad conferida por una norma hasta el lmite de
la deslealtad. Un par de ejemplos legales pueden contribuir a aclarar esta
hiptesis. Aunque en la tradicin del derecho civil el vendedor no tenga
un deber general de informacin en favor del comprador, responde de los
vicios ocultos o redhibitorios que sean tales que por ellos la cosa vendida
no sirva para su uso natural, o slo sirva imperfectamente, de modo que
sea de presumir que conocindolos el comprador no la hubiera comprado
o la hubiera comprado a mucho menor precio (artculos 1857 y 1858
N 2). Para que el vicio sea redhibitorio se requiere, por consiguiente, que
su conocimiento por el comprador presumiblemente habra alterado su
decisin de comprar o su disposicin a pagar el precio convenido; si hay
56 As concluye B. Von Feldmann en su comentario a los casi cien aos de jurisprudencia del 226 del BGB, que consagra este tipo de abuso de derecho (MnchKom/Von Feldmann 226 1583).
57 Citado por Medicus 1992 56.
58 Kaser 1977 136 y 138.
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ABUSO DE DERECHO
acciones indemnizatorias (que se traducen econmicamente en un efecto anlogo a la rebaja del precio en el caso de los vicios redhibitorios), pero no
podr invocar derechos que resulten desproporcionados, y que ms bien expresan un pretexto para poner trmino a la relacin contractual.61
c) En materia de vecindad no es necesario recurrir, por lo general, al
instituto del abuso de derecho para definir los lmites de las facultades del
propietario; para ello suelen ser suficientes las regulaciones administrativas y municipales. A falta de estas reglas, se puede alegar que el vecino ha
actuado abusivamente si lo ha hecho con intencin de daar, como ocurre si eleva una construccin con el solo propsito de que su vecino pierda
la vista de que disfruta. En estos casos, la falta de un inters serio y legtimo es suficiente para dar por supuesta la mala fe del responsable.62
Ms all del abuso en sentido estricto, las facultades del dominio pueden estar limitadas aunque se tenga un inters serio y legtimo, si como
resultado de su ejercicio se provoca una turbacin que de acuerdo con los
usos debe ser tenida por anormal, esto es, de aquellas que los vecinos no
tienen la carga natural de soportar.63 El criterio para determinar este uso
anormal es el general de la buena fe, que expresa las expectativas normativas que se pueden tener respecto de los vecinos (esto es, lo que se tiene
derecho a esperar de ellos en razn de deberes no escritos de consideracin
del inters ajeno). Estos deberes se aprecian en concreto, atendiendo a la
calificacin urbanstica del lugar y a los dems factores relevantes. De especial importancia son las hiptesis de culpa infraccional (contenidas en
ordenanzas municipales o en la ley). Pero, como es general en el caso de
la culpa, la carga o sacrificio puede ser definido tambin con referencia a
las costumbres64 (supra N 57) o, simplemente, al principio general de diligencia que debe ser concretizado por el juez (supra N 58).65
d) Tambin puede haber situaciones de ejercicio desproporcionado de
un derecho en otros mbitos, distintos a la vecindad y las relaciones obligatorias, como lo ilustran ejemplos provenientes del derecho comparado.
Un interesante caso de abuso de derecho por desproporcin entre el derecho invocado y el dao producido a un tercero se present en Espaa a
consecuencia de una concesin que la autoridad otorg a una empresa
61 Un anlisis de la doctrina en materia de procedencia de la accin resolutoria frente
a un cumplimiento parcial o imperfecto en Elgueta 1981 passim, Lpez 1998 556, Ramos
2004 168, Lecaros 1991 179; un anlisis jurisprudencial por E. Alcalde en comentario a CS,
31.3.2003, en RChD 30, 2003, 387.
62 Carbonnier 1992 293.
63 Alessandri 1943 274.
64 Sobre el recurso a la costumbre como criterio limitante del uso normal, Carbonnier
1992 295.
65 Es interesante que en el common law la vecindad haya llegado a ser el modelo para
establecer por analoga un deber general de diligencia, entendida como el deber justo y
razonable de cuidado que unos nos debemos a los otros (Jones 2002 32). En el derecho
alemn, a partir de diversas cargas que el BGB impone al propietario ( 904, 906 II, 912
II, 917 II, 962), se ha inferido por la jurisprudencia un principio general que el vecino no
debe ser sometido a sacrificios excesivos (Palandt/Bassenge 903 11).
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si, por el contrario, es necesario sustituirla), para luego suspender la negociacin cuando se cumple el plazo que hace nacer la excepcin de prescripcin. El acto propio anterior hace abusivo el ejercicio del derecho
potestativo a interponer esa excepcin, porque resulta abusivo en atencin a la confianza generada por la propia conducta en la otra parte.70
e) El abuso de derecho por actos propios se extiende al ejercicio de la
accin (o excepcin) de nulidad por un vicio formal, por quien conoci en
su momento el vicio y exigi, antes de ejercer la accin de nulidad, el
cumplimiento de la obligacin que le reportaba el contrato (la situacin
es anloga, pero no idntica, a la que plantea el artculo 1683).71
f) Del mismo modo, quien por sus propios actos ha creado la apariencia de que cierta persona es su representante, con poderes suficientes para realizar ciertos contratos, no puede luego pretender que no le obliga un
contrato que le ha devenido desventajoso, con el argumento de que el
empleado que lo convino en su nombre careca de poder de representacin (artculo 2160 I). Si con anterioridad tal empleado haba celebrado
contratos semejantes, que fueron reconocidos como vlidos por el empresario, suele existir la apariencia de un poder suficiente, que ha sido creada
por un acto propio del empresario, de modo que resulta contrario a la
buena fe contradecir la confianza creada en la contraparte.72
g) El abuso de derecho por contradiccin con los actos propios presenta analogas, pero no debe ser confundido con el acto jurdico de renuncia tcita a un derecho. La ley infiere a veces de ciertos hechos un acto
de renuncia. Es el caso de la renuncia a la accin de nulidad relativa o
rescisin en virtud de la ratificacin tcita del acto (artculo 1696) y de la
renuncia a la excepcin de prescripcin extintiva (que tcnicamente recibe el nombre de interrupcin) que produce el reconocimiento expreso o
tcito de la obligacin (artculo 2518). En estos casos el acto del titular,
distinto de ejercer la accin o excepcin respectiva, tiene el sentido de un
acto jurdico de renuncia al derecho a hacerlo con posterioridad. Con
todo, slo excepcionalmente un acto que supone omitir el ejercicio de un
derecho subjetivo constituye un acto de renuncia de ese derecho. As, por
ejemplo, si el acreedor negocia con el deudor un cumplimiento por equivalencia de una obligacin, no por eso queda privado de ejercer luego la
accin de cumplimiento forzado. Atendido el efecto extremo que produce
71
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tal renuncia tcita, sta deber tener, por lo general, una fuente legal o
contractual y, a falta de norma expresa, el acto no puede tener otro sentido posible que el de renunciar al derecho.
Anloga a la renuncia tcita es la preclusin de un derecho. La preclusin es
una institucin de derecho estricto, esto es, requiere norma legal o disposicin contractual expresa que la contemple como efecto. Por eso, la preclusin no es de plano asimilable a la doctrina de los actos propios, entendida
como lmite al ejercicio de un derecho. Como la renuncia, la preclusin
supone la extincin del derecho. As ocurre, por ejemplo, en materia procesal si una de las partes omite plantear un incidente en la oportunidad que
tuvo conocimiento del hecho que lo motiva; si conocido el hecho, hace una
gestin posterior en el juicio, que no sea plantear el incidente (la nulidad
de una notificacin, por ejemplo), se extingue el derecho potestativo a hacerlo con posterioridad (Cdigo de Procedimiento Civil, artculo 85).
Tanto la preclusin como la renuncia se vinculan funcionalmente al principio de buena fe, pero operan de un modo ms drstico que el abuso de
derecho. Este ltimo se aplica respecto de derechos que estn vigentes y
cuyo ejercicio debe entenderse limitado por los actos anteriores del titular,
que han comprometido la confianza ajena en trminos que resulta desleal
actuar luego de una manera contradictoria; por el contrario, la renuncia y
la preclusin producen el efecto ms drstico de extinguir el derecho.
h) En suma, se puede comprobar que la doctrina de los actos propios
es un importante correctivo de justicia material al formalismo jurdico, que opera en diversos planos: como lmite al ejercicio de los derechos, en la doctrina del abuso de derecho; como antecedente de la extincin de un
derecho, en la renuncia tcita y en la preclusin; y, finalmente, como causal de justificacin, para excluir la responsabilidad civil extracontractual
(supra Nos 81 y 294).
Desde el punto de vista del abuso de derecho, es conveniente reiterar
que no toda contradiccin con el actuar previo resulta abusiva per se. El
titular de un derecho puede cambiar de opinin acerca de si lo ejercer o
no, o acerca de la forma de ejercerlo, de modo que nadie puede exigir de
otros que en el futuro se comporten del mismo modo en que lo hayan
hecho con anterioridad. A menos que con su conducta se haya creado la
legtima confianza de que en el futuro actuar de un cierto modo, en trminos que otra conducta resulte desleal y contraria a la buena fe. En consecuencia, el ilcito de actuacin contra actos propios supone que a la
expectativa creada en el otro por la propia conducta, se agregue que resulta incorrecto o contrario a la decencia, atendidas las circunstancias, defraudar la confianza creada.
449. Ejercicio de un derecho adquirido de mala fe. a) En este grupo de
casos tambin est comprometida la propia conducta de quien ejerce abusivamente el derecho. El acto propio consiste en un ilcito en que se incurre conscientemente al momento de adquirir el derecho.
En nuestro derecho civil existen algunas importantes aplicaciones de
este tipo de abuso de derecho. El artculo 1683, que regula la nulidad
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los intereses de los dems socios o con el fin de apropiarse de una ganancia de la sociedad (artculos 2110 y 2111). El mandatario, por su parte,
tambin puede renunciar al encargo, pero debe continuar ocupndose de
los asuntos encomendados por el mandante por un tiempo razonable para
que ste pueda proveer a los negocios encomendados (artculo 2167). En
el derecho del trabajo, un captulo importantsimo es precisamente la terminacin unilateral de la relacin laboral por desahucio del empleador
(Cdigo del Trabajo, artculos 155 y siguientes).
Ms all de las disposiciones legales especiales, rige el principio general de que no se puede abusar del derecho potestativo a poner trmino a una
relacin jurdica de larga duracin.78 El principio se aplica, por ejemplo, a la
relacin continua de suministro de un insumo esencial por un proveedor
a un empresario industrial. El derecho potestativo a poner trmino a una
relacin de larga duracin tiene por fin cautelar la libertad futura de las
partes (lo cual resulta congruente con la garanta constitucional de la libertad personal, al menos en casos extremos). Sin embargo, esa facultad
es desviada de su funcin si se la utiliza de manera desleal, con negligente
o dolosa desconsideracin de la confianza de la contraparte en una relacin contractual indefinida. En tales casos, el aviso razonablemente anticipado, como la ley exige en la sociedad o el mandato, resulta ser una
condicin necesaria que debe cumplir el acto potestativo de terminacin.
e) Finalmente, el abuso de un derecho potestativo puede estar dado
por el propsito de limitar la competencia comercial de un tercero. Los casos
ms tpicos son los de competencia desleal, en que un empresario registra
la marca de un competidor, sea con fines de apropiarse en el pas del
prestigio de que goza internacionalmente o de impedir que sea usada en
competencia con marcas propias. Las antiguas comisiones antimonopolios
desarrollaron una amplia jurisprudencia sobre la materia79 (sobre los ilcitos contra la libre competencia y la competencia desleal, infra 67).
451. Abuso de acciones judiciales. a) El ejercicio de la accin judicial es
un derecho potestativo que cautela los derechos subjetivos y asegura la
observancia del derecho. Por eso, el control de esa potestad por va de
abuso de derecho est sujeto a calificaciones especialmente rigurosas.80 En
consecuencia, la sola circunstancia de que la demanda haya sido interpuesta errneamente no supone responsabilidad sin otras calificaciones,
aunque haya causado dao al demandado, sin perjuicio de la facultad del
juez para condenar en costas (Cdigo de Procedimiento Civil, artculos
138 y siguientes).
Ghestin/Goubeaux 1983 648.
Vase, por ejemplo, Comisin Preventiva Central, 31.5.1996, dictamen N 974/319,
sobre registro de una marca internacional con fines abusivos.
80 Por eso, en el derecho francs, la Corte de Casacin ejerce un control de la justificacin de las decisiones que estiman abusivo el ejercicio de acciones judiciales, no bastando
frmulas estereotipadas como que la demanda carece de base objetiva, la accin es abusiva u otros semejantes (Cadiet/Le Tourneau 2002 23).
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b) Todo indica que la responsabilidad por acciones judiciales es correlativa a deberes de conducta que tiene un litigante de buena fe. La mala fe
se expresa no slo en la conducta maliciosa, sino tambin en la imprudencia temeraria en el ejercicio de la accin. El problema radica precisamente
en determinar cul negligencia es necesaria para que la actuacin judicial
sea tenida por abusiva.81 Todo indica que habiendo bienes institucionales
en juego (como son el derecho a la accin y el inters por la observancia
del derecho), el estndar de cuidado no puede ser excesivamente exigente. Por eso, el establecimiento de la responsabilidad exige una circunstanciada relacin del hecho daoso que muestre una actuacin calificable de
abusiva respecto de la contraparte.82 En otras palabras, no basta atribuir
negligencia para que haya lugar a la responsabilidad, sino debe mostrarse
por qu la imprudencia es tan grave que pueda ser tenida por abusiva.83
c) El abuso de actuaciones judiciales no slo puede producirse con ocasin de una demanda o de una ejecucin abusiva, sino tambin durante el
proceso. As, el Cdigo de Procedimiento Civil contiene una presuncin de
ejercicio abusivo del derecho al pedir medidas prejudiciales precautorias, si
concedidas por el tribunal no se ejerce una demanda dentro del plazo legal
(artculo 280 II). En igual sentido debe entenderse el planteamiento sucesivo de incidentes de mala fe (artculo 88 II), que da lugar a responsabilidad
civil, adems de las cargas que impone la ley procesal. Estos casos referidos
por la ley deben entenderse comprendidos en el ilcito civil ms general de
ejercicio abusivo de actuaciones judiciales; en l quedan comprendidas las
conductas abusivas en materia de recursos procesales, cuando manifiestamente slo tengan una finalidad dilatoria de la situacin de hecho favorable
a quien los interpone, y, en general, cualquiera actuacin atribuible a mala
fe o negligencia temeraria por parte de quien provoca el dao.84
En el derecho francs ha habido diferencias entre las distintas salas de la Corte de
Casacin respecto de la negligencia que es condicin de responsabilidad: mientras la primera sala civil tiende a seguir la regla general de mera negligencia, la segunda sala civil y la
penal exigen un error grosero (Mazeaud/Chabas 1998 480).
82 En un importante fallo se estim que era negligente la citacin de una persona para
preparar la va ejecutiva con el objeto de que reconociera una deuda por s y en representacin de una sociedad; aunque la citada neg las firmas, se sigui una ejecucin en su contra, provocndole daos hasta que el procedimiento fue invalidado; la corte estim abusiva
la conducta de la parte ejecutante porque resultaba evidente que la ejecutada no formaba
parte de la sociedad cuya representacin se le atribua y no era socia de ella (Corte de Coyhaique, 9.5.1997, confirmada por la CS [cas. fondo], 28.5.1998, RDJ, t. XCV, sec. 1, 57).
83 Para el ejercicio abusivo de acciones penales, Corte de Santiago, 21.11.1942, RDJ,
t. XLII, sec. 2, 29, y CS, 6.9.1952, RDJ, t. IL, sec. 1, 305; el Cdigo Penal sanciona los delitos de querella o denuncia calumniosa (artculo 211); las antiguas comisiones de la libre
competencia entendieron que una denuncia de hechos ilcitos poda tener por fin limitar
la competencia y estimaron abusiva esa actuacin (Comisin Preventiva Central, 7.10.1996,
dictamen N 986/526, confirmada por Comisin Resolutiva [reclamacin], 12.11.1996, resolucin N 473, RDJ, t. XCIII, sec. 6, 181).
84 Una resea de la responsabilidad por conducta abusiva con ocasin de actuaciones
judiciales en Diez 1997 43.
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accin pauliana (artculo 2468), que tiene por objeto hacer inoponibles al
acreedor los actos fraudulentos de disposicin efectuados por el deudor, es
un ejemplo legal de este aspecto privado del principio del fraude. Al mismo
principio responde la regla que protege a los terceros frente a separaciones
de bienes que efecten los cnyuges que estaban casados bajo sociedad conyugal (artculo 1723 II): la liquidacin de la sociedad no puede ser un instrumento para que los terceros vean afectadas las acciones personales que
tenan contra el marido.109 En general, puede inferirse un criterio de inoponibilidad respecto de actos que una persona realice con el efecto (querido o
aceptado) de sustraerse a la observancia de un deber (generalmente una
obligacin) que se tiene para con otra.110 El principio que subyace a estos
casos es el de buena fe, porque se trata de actos que resultan contradictorios
con los deberes de lealtad que se tienen respecto de determinadas personas,
especialmente de los acreedores (como lo muestra el hecho que da lugar a
la accin pauliana). La sancin especfica en estos casos es la inoponibilidad
del acto en fraude a la ley; si l ya ha producido efectos respecto de terceros,
que no pueden ser retrotrados, habr lugar a una accin de responsabilidad civil (usualmente contractual).
459. Fraude a la ley en sentido estricto. a) Entendido en sentido estricto,
el fraude a la ley sanciona el propsito de sustraerse a una prohibicin legal de
desarrollar una actividad o de una norma imperativa de orden pblico que prescribe una conducta.111 En este mbito, el inters general limita el ejercicio
de los derechos potestativos privados. Por mucho que las leyes se propongan definir con precisin situaciones de hecho que son objeto de prohibicin legal, la imaginacin forense y la flexibilidad de las formas jurdicas,
permitidas por el principio de autonoma privada, conducen a que se puedan descubrir resquicios para obtener por medios formalmente lcitos el
fin que la ley pretende evitar.
Como se ha sealado, la primera y ms difcil tarea del intrprete es
definir si la norma legal debe ser interpretada en sentido estricto (esto es,
aplicable slo a las situaciones de hecho expresamente previstas) o finalista. En este ltimo caso, corresponde aplicarla cualquiera sea la forma adoptada por el acto. Con todo, la distincin entre ambos tipos de reglas legales
dista de ser clara.112 Aunque existen mbitos en que las reglas son general-
109 Respecto de esta situacin y de otras de fraude a derechos de terceros, R. Domnguez . 1991 28.
110 dem.
111 Esta forma de abuso es calificada por el Cdigo italiano como una ilicitud de la causa: se reputa asimismo ilcita la causa si el contrato constituye un medio para eludir la aplicacin de una norma imperativa (Cd. ital., artculo 1344).
112 En verdad, la primera y ms importante pregunta que debe enfrentar la interpretacin de una norma se refiere a si sta debe ser aplicada estrictamente segn sus trminos
(esto es, haciendo prevalecer criterios estrictamente formales de interpretacin) o si debe
ser entendida como una directiva de sentido (Barros 1984 62).
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113 As, por ejemplo, el artculo 478 del Cdigo del Trabajo sanciona a quien utilice
cualquier subterfugio, ocultando, disfrazando o alterando su individualizacin o patrimonio, y que tenga como resultado eludir el cumplimiento de las obligaciones laborales y provisionales que establece la ley o la convencin; con nfasis en que se trata de un ilcito de
resultado, F. Tapia 2005 19, con referencias jurisprudenciales.
114 Ghestin/Goubeaux 1983 683.
654
CAPTULO X
b) El presente captulo trata en particular la responsabilidad por algunos ilcitos, que no han sido tratados en otros lugares de este libro. Es
importante aclarar que no est concebido como una parte especial del
derecho de la responsabilidad civil, sino como casos de aplicacin de la
doctrina jurdica general, que permiten dilucidar las preguntas relativas a
los requisitos de culpa (esto es, de deberes de cuidado), dao y causalidad
en materias especficas de particular importancia prctica o doctrinaria.
En otras partes de este libro se tratan algunos ilcitos especiales que tienen
marcada relacin con la formacin del contrato y con los efectos en obligaciones contractuales (infra 65 y 66), as como los sujetos a estatutos
legales de responsabilidad estricta (supra 37).
461. Plan de exposicin. En este captulo se analizan ciertos regmenes de
responsabilidad extracontractual que plantean cuestiones especialmente
delicadas en la definicin de los deberes de cuidado y, muy especialmente,
los que afectan a amplios grupos de personas. El orden de exposicin es el
siguiente: i) responsabilidad mdica ( 50); ii) responsabilidad por accidentes del trabajo ( 51); iii) responsabilidad por accidentes del trnsito
( 52); iv) responsabilidad por productos defectuosos ( 53); v) responsabilidad por defectos de construccin ( 54); vi) responsabilidad por dao
ambiental ( 55); y vii) responsabilidad de directores y gerentes de sociedades ( 56).
50. RESPONSABILIDAD MDICA
a. Introduccin: notas sobre la responsabilidad profesional en general
1. Calificacin y concurso de responsabilidades
462. Naturaleza contractual o extracontractual de la responsabilidad profesional. a) La responsabilidad profesional pertenece, por lo general, al mbito contractual, pues est antecedida de una convencin entre quien hace el
encargo y quien presta el servicio.1 Se trata tpicamente de contratos a los
que resultan aplicables las reglas del mandato (artculo 2118) y supletoriamente las del arrendamiento de servicios inmateriales (artculo 2012).2 Por
656
otra parte, en circunstancias que se trata de contratos consensuales, el consentimiento del mdico o de los dems profesionales puede ser generalmente inferido como una voluntad tcita que se muestra en los respectivos
actos de ejecucin (artculo 2124 II).
Las relaciones profesionales antecedidas de un acuerdo de voluntad,
aunque sea elemental, deben ser calificadas de contractuales. Sin embargo, a menos que las obligaciones de servicio contradas por el profesional
sean objeto de convenciones expresas, ellas quedan sujetas a los deberes
generales de cuidado de quienes actan en el mbito de intereses y de riesgos de terceros. En la prctica, esta es la regla general, porque no es usual
que las relaciones profesionales estn contractualmente precisadas. En consecuencia, la definicin del deber de cuidado se plantea usualmente en
trminos anlogos si la responsabilidad invocada es de naturaleza contractual o cuasidelictual: en ambos casos esos deberes son definidos por el
derecho y no por la convencin, y no hay razones de principio para que su
alcance sea diferente si alguien solicita voluntariamente un servicio mdico (responsabilidad contractual) o si llega inconsciente al hospital (responsabilidad extracontractual).3
b) Por lo mismo, no es extrao que la responsabilidad profesional, y
muy especialmente la del mdico, suela dar lugar en el derecho comparado a una situacin tpica de concurso de responsabilidades, que en cada sistema jurdico tiende a ser resuelta de conformidad con las reglas generales
sobre la materia.4 En la prctica, como se ver, la negligencia mdica ha
sido frecuentemente planteada en sede de responsabilidad civil extracontractual y no existen impedimentos lgicos ni normativos para que as ocurra (infra N 843). Para ello no existen grandes problemas prcticos, porque,
ms all de ciertos aspectos importantes, pero no estructurales (como ocurre en materia de prescripcin), no existen diferencias entre la responsabilidad contractual y la extracontractual del profesional en cuestiones
fundamentales, como son la naturaleza y prueba del deber de cuidado, el
estndar de cuidado debido y los deberes conexos de informacin. En los
prrafos siguientes estas materias son referidas en general; ms adelante se
las analiza en particular respecto de la responsabilidad mdica.
2. Naturaleza y prueba de la culpa
463. Obligaciones contractuales de medios y deberes generales de cuidado
profesional. a) Los profesionales pueden contraer obligaciones contractuales
657
de medios o de resultado, segn sean las expectativas que el derecho cautela a quienes hacen el encargo. Contraen una obligacin de medios cuando el deber profesional es aplicar conocimientos y capacidades en servicio
de la contraparte, pero no asumen el deber de proporcionar el beneficio
o resultado final perseguido por la contraparte. Son de resultado si el
profesional se obliga a proporcionar al cliente el beneficio preciso que
ste pretende obtener.
La regla general es que las obligaciones profesionales sean de medios, esto es, que
den lugar a deberes de prudencia y diligencia, pues lo que usualmente se
exige del experto es el empleo del cuidado debido para procurar el inters
que se persigue, pero de la circunstancia de no haberse obtenido ese beneficio no se infiere que haya incumplido su obligacin. En otras palabras, el fin
que pretende el acreedor de una obligacin de medios es contingente desde el punto de vista de la relacin obligatoria, de modo que su frustracin
no puede ser tenida por incumplimiento.5 Del profesional se espera que
adopte las medidas de seguridad que exige su actividad de acuerdo con los
criterios generales de la responsabilidad por culpa.6 Un tpico ejemplo es el
deber del abogado de representar al cliente en un juicio, que no se extiende a la obtencin de una sentencia favorable; y aunque un mdico pueda
contractualmente obligarse a curar un enfermo, lo usual es que no asegure
ni garantice ese resultado, de modo que el fracaso en la obtencin del beneficio perseguido no puede ser calificado por s solo de incumplimiento.7 De
lo anterior se siguen efectos probatorios significativos.
Por lo mismo, a falta de convenciones que precisen los deberes de
quien se obliga a prestar un servicio, el contenido de una obligacin contractual de medios es equivalente a los deberes de prudencia y diligencia que rigen en
sede extracontractual. En uno y otro caso, por lo general, estos deberes no
tienen por antecedente la convencin que los determina, sino las exigencias de cuidado impuestas por el derecho. Por cierto que las circunstancias
hacen variar la intensidad de estos deberes (supra N 46), pero el camino
intelectual para su determinacin judicial en concreto es el mismo en la
responsabilidad contractual que en la extracontractual.
b) Las obligaciones de medios plantean preguntas respecto al alcance de
las normas reguladoras de la prueba de los artculos 1698 y 1547, conforme a
Mazeaud/Chabas 1998 14; un interesante anlisis de la distincin entre obligaciones
de medio y resultado, con referencia al derecho chileno, en Pizarro 2003 b 126; una buena
sntesis en Jordano 1987 456.
6 Palandt/Thomas 823 58.
7 En relacin con la obligacin del abogado, se ha fallado que el mandato judicial no
es un mandato de garanta de resultados, implica slo una obligacin de hacer que debe
cumplirse conforme lo previenen los artculos 2131 y siguientes del Cdigo Civil en lo que
resulte aplicable. Dicha caracterstica reviste especial importancia si se tiene en consideracin el carcter esencialmente aleatorio de los juicios, circunstancia que es indispensable
tomar en consideracin al momento de analizar el cumplimiento del encargo por parte del
abogado mandatario (Corte de Valparaso, 1.4.2003, rol N 2.362-2000, confirmada por CS
[cas. fondo], 29.12.2003, rol N 1.900-2003).
5
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los cuales, cumplida la carga de probar la existencia de la obligacin contractual por el acreedor, el deudor debe probar su cumplimiento o el caso
fortuito; y, si no lo logra, el incumplimiento se presume culpable. Estas
normas operan sin dificultades respecto de las obligaciones de resultado,
pero plantean dificultades de aplicacin en el caso de las obligaciones de
medios, como tpicamente ocurre con las profesionales.
Supongamos un caso de responsabilidad mdica, donde la vctima argumenta que un diagnstico errneo, debido a una descuidada lectura de
los exmenes pertinentes, le impidi sanarse de una enfermedad que luego le ha provocado severos daos corporales. De acuerdo con la regla del
artculo 1698, corresponde al paciente probar los hechos constitutivos de
las obligaciones que nacen del contrato de prestacin de servicios. Esta
prueba de la obligacin contractual no provocar normalmente dificultades, porque, aun a falta de formalidades, el consentimiento puede ser acreditado a partir de los actos de ejecucin que expresan una voluntad tcita.
Una vez probada la obligacin, corresponde al mdico probar su extincin usualmente mediante el pago (esto es, su cumplimiento). A tal efecto,
el demandado probar como hechos extintivos de su obligacin profesional
las prestaciones mdicas efectivamente realizadas y argumentar que no se
le puede hacer responsable por el solo hecho de que la vctima no haya
sanado (porque la obligacin es de medios). A falta de otra prueba, proporcionada por el demandante, que permita inferir la negligencia del profesional, los actos de ejecucin debidamente probados por el profesional sern
prueba suficiente de que l cumpli su obligacin. Por eso, una vez probados los actos de ejecucin, la discusin relevante en un juicio de responsabilidad contractual por incumplimiento de una obligacin de medios recae
en si tales actos de ejecucin pueden ser tenidos por cumplimiento de lo
debido. Y esta cuestin inevitablemente exige preguntarse, ya al momento
de determinar si se incurri en incumplimiento, si el profesional hizo prestacin diligente o negligente de lo debido.8
8 Sobre las obligaciones de medios y de resultado en la doctrina francesa, Mazeaud/Chabas 1998 13, Viney/Jourdain 1998 440. No es este el lugar para desarrollar las condiciones
de la responsabilidad contractual en el derecho chileno, y la relevancia que a ese efecto
tiene la distincin entre obligaciones de medios y de resultado. El origen doctrinario de la
distincin en el derecho francs se remonta a Demogue 1923/31 V N 1237 y VI N 599, y
ha sido aceptada por la jurisprudencia (Carbonnier 2000 298). En referencia comparada
con el derecho chileno, conviene destacar que las normas del Cdigo francs sobre responsabilidad contractual tambin estn construidas teniendo en vista las obligaciones de resultado (Cd., fr., artculos 1147 y 1148). Tan ilustrativa como la distincin que atiende a la
naturaleza de la obligacin es la que atiende al grado de determinacin de la obligacin del
deudor contractual: las obligaciones de medios son indeterminadas, porque no comprenden una prestacin precisa, sino que exigen aplicar genricamente el cuidado debido, de
modo que para probarlas es necesario mostrar la diligencia exigible del deudor; por el contrario, las obligaciones determinadas son de resultado porque lo debido es por completo
inequvoco (Mazeaud/Chabas 1998 369).
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quienes actan en esa condicin.14 Por eso, aunque, por lo general, los
profesionales no garanticen el resultado deseado por el tercero, se entiende que tienen el deber de actuar de acuerdo con la lex artis de su
actividad, esto es, de conformidad con los estndares de buen ejercicio
profesional (supra Nos 56 y 57).
b) Siguiendo los criterios generales, en la determinacin del estndar
no resultan indiferentes las circunstancias en que el profesional acta, porque, en los extremos, no se puede esperar lo mismo del mdico especialista, que acta con el respaldo de un equipamiento de alta tecnologa, que
respecto del mdico generalista que debe atender una situacin de emergencia (supra N 46). Por eso, el estndar de cuidado se aprecia en concreto respecto de cada profesin y para las distintas circunstancias en que
ellas se ejercen.15
466. Deberes de informacin y consejo. Es tambin un aspecto comn a
los diversos tipos de responsabilidad profesional el rol activo que se exige
al especialista en orden a informar al lego acerca de aspectos esenciales
del riesgo a que ste queda sometido. En verdad, una de las caractersticas
ms acentuadas del derecho moderno de los contratos se refiere a los
deberes que tiene el especialista de informar al inexperto acerca de lo que
ste no est en condicin natural de conocer y que resulta determinante
para su consentimiento (infra N 815). El mismo criterio rige cuando la
actuacin del mdico o de otro profesional es juzgada a la luz de la responsabilidad extracontractual. El principio rector de los deberes de informacin y de consejo es que toda persona que se relaciona con un experto tiene
derecho a decidir informadamente acerca de los riesgos que asume, especialmente
cuando afectan bienes importantes, como ocurre en el caso de la responsabilidad mdica (infra N 483).
b. Notas generales sobre la responsabilidad mdica16
467. Tendencia expansiva de la responsabilidad mdica y procedimientos
de mediacin. a) La medicina es una de las actividades ms expuestas al
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vale para los afectados de modo reflejo por el dao sufrido por la vctima
directa.29
c) Definitivamente extracontractual es el estatuto aplicable a los servicios sociales de medicina preventiva o curativa. Usualmente el estatuto
aplicable es el de responsabilidad por falta de servicio (Ley de garantas
de salud, artculo 38 I). De especial inters a este respecto es la definicin
ex ante de las prestaciones de salud garantizadas de conformidad a esa ley y
que el Estado se obliga a satisfacer, y el establecimiento de un procedimiento obligatorio de mediacin a ese respecto (infra 50 g).
470. Relativa irrelevancia de la calificacin. La calificacin de la responsabilidad mdica como contractual o extracontractual ha sido una
de las cuestiones ms intensamente tratadas por la doctrina en la materia.30 Con todo, como se ha visto al comenzar este apartado, la calificacin es relativamente irrelevante desde el punto de vista de las condiciones de la responsabilidad, pues los deberes de cuidado y las reglas
probatorias son anlogos si la responsabilidad se plantea en sede contractual o extracontractual (supra 50 b).31 Por otra parte, incluso en
materia de solidaridad, la tendencia comparada ha sido entender que
los responsables, lo sean en virtud de un contrato o de un deber general de diligencia, hacen una contribucin indivisible a la realizacin
del dao dando lugar a una obligacin reparatoria in solidum.32 Adems, el orden pblico de proteccin de los consumidores de servicios
29 Sobre esta estipulacin en favor de otro, utilizada sobre todo para beneficiar a terceros de una obligacin de seguridad (que de acuerdo con la jurisprudencia francesa se entiende inserta en algunos contratos, como los de transporte y mdico), Chabas 2000 b N 70.
30 En el derecho chileno pueden consultarse Acosta 1990, Carreo s/f, Court 1998,
L. de la Maza 1988 y 1989, Paillas 1997, R. Palma 1939, M. Tapia 2003 c, Tomasello 1994,
R. Vsquez 1996, Vidal 2002 y Zelaya 1997.
31 Precisamente sobre la indiferencia de la calificacin a efectos de determinar los deberes de cuidado, Deutsch 2002 b 588; sobre la aproximacin de ambos estatutos en materia de
responsabilidad mdica, Viney 1995 445, Pizarro 2003 a 203; por lo mismo, carece de sentido
material la pregunta retrica de Malaurie/Ayns 1995 317, cul es la consciencia y la libertad del s doctor otorgado por un inexperto, un desposedo o un enfermo crnico?, porque, en definitiva, la calificacin es indiferente en la medida que usualmente los deberes del
mdico estn definidos por el derecho (y no por la convencin), sea que se d por establecida una relacin contractual o una extracontractual. En Chile se ha fallado que la negligencia mdica y hospitalaria con daos al paciente puede incluirse indistintamente en el supuesto
de hecho de la normativa contractual (arts. 1547 y siguientes del Cdigo Civil) y extracontractual (arts. 2314 y siguientes del mismo Cdigo) y que la lnea divisora entre los deberes
de cuidado emanados del contrato y aquellos que emanan del deber general de no causar
culpablemente daos a terceros, es muy borrosa en ciertos mbitos del quehacer humano, y,
sobre todo, en los servicios de atencin mdica empresarialmente organizada (Corte de Concepcin, 10.8.2000, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 24.1.2002, GJ 259, 38).
32 En el derecho francs tal conclusin parece asentada en la jurisprudencia desde la
dcada de 1950 (Viney 1997 309). Para el derecho chileno, Zelaya 1997 40. Sobre las obligaciones in solidum en casos de concurrencia de varias negligencias, supra N 278.
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La Ley de consumidores, aplicable a los contratos de prestacin de servicios, considera abusivas las clusulas contenidas en contratos de adhesin que establezcan limitaciones absolutas de responsabilidad del proveedor (artculo 16 letra e) y, en general,
las contrarias a la buena fe contractual, entendiendo por tales las que de acuerdo con
parmetros objetivos causen perjuicio al consumidor, en la forma de un desequilibrio
importante en los derechos y obligaciones derivados del contrato (artculo 16 letra g);
luego de la reforma introducida por la ley N 19.955 (DO 14.7.2004), la proteccin se
extiende a los actos celebrados o ejecutados con ocasin de los servicios de salud, sin
perjuicio de que las prestaciones y el estndar de calidad puedan ser regulados (de buena
fe) en las condiciones generales o segn dispongan las leyes especiales de servicios pblicos de salud (especialmente la Ley de garantas de salud). Sobre estas clusulas abusivas (antes de la reforma legal), Tapia/Valdivia 2002 101. Es ejemplar del cambio
ocurrido en la cultura jurdica contractual la eliminacin por el Hospital San Juan de
Dios de algunas disposiciones de un reglamento interno del ao 1990 que obligaba a
los pacientes, antes de la operacin, a firmar un documento (jurdicamente ineficaz,
por lo dems, de acuerdo con las reglas que protegen el consentimiento y la buena fe
contractual), en el que asuman la entera responsabilidad si la operacin no resultaba
exitosa (La Tercera, Santiago de Chile, 17.9.2003).
34 La jurisprudencia ha concedido indemnizacin por el dao moral que se sigue del
incumplimiento contractual en materia mdica: as, en un caso en que se efecto una transfusin de sangre incompatible (Corte de Santiago, 28.4.2000, GJ 238, 79); en un caso de
diagnstico errado de sida por un laboratorio (CS, 5.11.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 234,
tambin publicada en GJ 257, 39); y en otro en que fue amputada una pierna del paciente
producto de una infeccin contrada en el hospital (Corte de Concepcin, 20.5.2002, GJ 268,
93, confirmada por CS [cas. fondo], 12.6.2003, rol N 2.174-2002).
33
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Cdigo Procesal Penal, artculo 59 III; sobre estas restricciones, Horvitz/Lpez 2002/
04 II 610, de la Fuente 2002 111, Pfeffer 2001 495.
40 Aun en conciencia de que los deberes mdicos pueden asumir una dimensin contractual o extracontractual, se adopta en el anlisis predominantemente el lenguaje contractual, que es el ms usual en la terminologa comparada. Como se ha visto (supra 50
a), de ello no se siguen diferencias respecto de los deberes generales de cuidado que dan
lugar a responsabilidad extracontractual. Una revisin de la doctrina chilena en materia de
responsabilidad mdica en M. Tapia 2003 c 82.
41 Sobre estas discusiones, Mazeaud/Chabas 1998 484.
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mdica.52 La referencia a la lex artis resulta ser con frecuencia el nico camino eficaz para la prueba de la negligencia; especialmente si se toma en
consideracin las dificultades probatorias que suelen tener las vctimas, atendida la proteccin corporativa que dificulta obtener testimonios de otros
mdicos acerca de aspectos tcnicos ms sutiles de la negligencia incurrida.
Por otro lado, la lex artis puede ser probada con referencia a la literatura
mdica que puede ser tenida por estndar de desempeo profesional.53
Las prcticas que el mdico debe observar no slo se refieren a la calidad del diagnstico y a la destreza en la operacin o tratamiento, sino tambin a la oportunidad y a los deberes presenciales cuando se trata de riesgos
tpicos (que hacen exigible la disponibilidad del anestesista durante la operacin y hasta que el paciente recupere la conciencia, por ejemplo).54
b) Sin embargo, nada obsta a que los jueces puedan calificar como insuficientes las prcticas profesionales convencionales (supra N 57). Aunque
en la mayora de los casos la observancia de una prctica profesional establecida es prueba suficiente de la diligencia, si se demuestra que esa convencin no soporta un anlisis mnimo de razonabilidad, porque no constituye
un resguardo suficiente de los intereses de la vctima, el juez puede estimar
que la misma no puede ser tenida por estndar de conducta debida55 (supra
N 56). Sin embargo, por mucho que las prcticas aceptadas no cubran todos los casos de negligencia, ellas son determinantes para establecer un piso
normativo de base slida y son de extrema utilidad probatoria para poner al
descubierto la notoria incompetencia o descuido.56
Asimismo, el recurso a la lex artis supone excluir como estndar de
cuidado innovaciones recientes, an no asentadas como prcticas usuales,
porque los tribunales definitivamente no son el lugar para discutir acerca
de avances cientficos y de problemas conexos a la innovacin.57
As, se ha fallado que no es posible adjudicar responsabilidad mdica por la muerte
de una recin nacida si se ha dado por establecido que la aplicacin del frceps era la
maniobra adecuada para la extraccin de la nia del vientre materno, que sta fue efectuada en forma correcta y que el frceps fue debidamente aplicado (Corte de Santiago,
31.7.1991, RDJ, t. LXXXVIII, sec. 4, 90); en el mismo sentido, se excluy la responsabilidad de un grupo mdico que utiliz un instrumento elctrico en la cavidad abdominal para
sujetar el intestino mientras se completaba una ciruga vaginal, que se activ provocando
una peritonitis bacteriana que condujo a la muerte de la paciente, en atencin a que en la
poca en que ocurrieron los hechos esa maniobra quirrgica era aceptada y normalmente
usada en ese tipo de intervenciones (Corte de Copiap, 25.3.2002, GJ 265, 127).
53 Corte de Santiago, 10.7.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 83, en que se hace referencia a
guas mdicas y manuales de tratamiento para dar por acreditada la negligencia.
54 Palandt/Thomas 823 66 b.
55 En Inglaterra se tuvo por largo tiempo la prctica establecida como un criterio definitivo de diligencia; sin embargo, los jueces pueden revisar su razonabilidad a partir de
Bolitho v. City and Hackney Health Authority (1997), 4 All. ER 771 (Markesinis/Deakin et al.
2003 318 y Jones 2002 205, con la advertencia de que es raro que los jueces desatiendan
prcticas profesionales establecidas).
56 Epstein 1999 140.
57 dem 143.
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69 As, en un caso en que con ocasin de una operacin quirrgica se realiz por error
una transfusin de sangre incompatible, la que fue enviada por el banco de sangre y se entreg al anestesista que se encontraba en el pabelln, se fall que de los antecedentes reunidos en autos es posible concluir que el anestesista realiz su labor en buena forma y
que despus de haberse realizado una primera transfusin al ordenarse una segunda en
medio de la operacin, hubo de estar a la lgica de que la segunda remesa de sangre, que
vena a nombre de la paciente, deba corresponder a la adecuada. No es posible que en
medio de una intervencin quirrgica complicada en la que la labor del anestesista debe
estar dirigida no slo a suministrar la anestesia sino tambin a vigilar los ndices vitales del
paciente, su trabajo tambin deba ser de supervigilancia de cada uno de los actos de las
dems personas que intervengan en el proceso mdico que se lleva a cabo. En esta situacin concreta no ha podido ser previsible para el encausado que desde la unidad de sangre
del hospital se haya enviado bajo los rtulos de la paciente, sangre no compatible (CS,
19.1.2005, rol N 9-2003).
70 Es el caso de la pabellonera que con ocasin de una operacin quirrgica incurre
en un error en la identificacin de un frasco de sorbitol, vaciando en l una solucin diversa con la cual se irriga la vejiga del paciente, circunstancia que permite inferir responsabilidad de la clnica demandada, ya que la gravedad de los hechos ocurridos revelan de su
parte falta del debido control en el cumplimiento de los deberes de sus dependientes, especialmente en lo relativo a la perfecta identificacin y localizacin de todas las sustancias
o medicamentos que se deben usar en una intervencin quirrgica (Corte de Santiago,
28.1.1993, GJ 151, 54).
71 Prosser/Keeton et al. 1984 256; Palandt/Heinrichs 280 42, con referencia a que
no es frecuente la excusa exitosa de un error debidamente acreditado; en la prctica jurisprudencial inglesa la presuncin slo es asumida en casos obvios, como, por ejemplo, cuando
un frceps es dejado al interior del cuerpo, un cirujano corta el pie equivocado, o el paciente despierta durante una intervencin quirrgica habiendo recibido anestesia general;
pero en casos difciles, complejos y tcnicos resulta definitivamente menos efectiva para el
demandante (Markesinis/Deakin et al. 2003 315, con referencias jurisprudenciales).
676
2. Prueba de la culpa
476. Prueba de la culpa: deberes de colaboracin. a) Es una materia pacfica en la jurisprudencia que la infraccin a los deberes de diligencia debe
ser mostrada por el demandante, pues, de lo contrario, la conducta del
mdico no puede ser calificada de incumplimiento contractual (supra
N 463), ni se pueden dar por incumplidos los deberes extracontractuales
de cuidado.72 Esta regla probatoria define la posicin estratgica de las
partes en el juicio y plantea a la vctima la dificultad de que la prueba de la
negligencia usualmente se encuentra con una solidaridad corporativa subliminal, que intenta descubrir mbitos de libre apreciacin profesional.73
b) La posicin del mdico y del hospital es de evidente ventaja probatoria, porque controlan la informacin relevante respecto al estado inicial
del paciente, a los exmenes que le fueron realizados, al diagnstico que
llev a tomar decisiones pretendidamente negligentes, a los detalles del
tratamiento intentado o de la operacin practicada y, en definitiva, a las
causas precisas de la muerte o del dao corporal. Por eso, en resguardo
del principio de igualdad de los medios probatorios, se han desarrollado correctivos que asignan a los especialistas la carga de proporcionar la informacin que permita determinar su propia diligencia. No se trata de una
inversin de la carga de la prueba, sino de la imposicin de deberes de colaboracin, cuya inobservancia puede conducir a la construccin de una presuncin judicial de negligencia, o bien a que al mdico u hospital le sea
rechazada la prueba de los hechos extintivos invocados. Ese es el caso, por
ejemplo, si no existe una ficha mdica completa, si no estn disponibles
los exmenes que sirvieron de base al diagnstico y al tratamiento o si
existen inexactitudes o falsedades en la informacin proporcionada. En
otras palabras, el deber de informacin del mdico y del hospital se extiende a los antecedentes que estn bajo el control del demandado y que
resultan necesarios para luego valorar la conducta observada.74
72 As, por ejemplo, se asumi en sede extracontractual la existencia de una obligacin
de medios por culpa probada del mdico, al concluirse que no resulta establecida la negligencia si no se acredita que una agravacin del estado inicial del paciente se deba a la deficiente atencin mdica recibida (CS, 28.9.1998, RDJ, t. XCV, sec. 1, 157); o si no se prob
que la anestesia haya sido administrada en contravencin a la lex artis (CS, 2.7.1998, RDJ,
t. XCV, sec. 4, 95, publicada tambin en GJ 217, 113, y F. del M. 476, 1141).
73 As expresamente el tribunal supremo alemn, citado por Ktz 1991 38.
74 El criterio ha sido desarrollado explcitamente por la jurisprudencia alemana, que, en
general, estima suficiente que se proporcione la ficha mdica completa y el informe de la
operacin, si fuere el caso (Palandt/Thomas 823 169); puede consultarse tambin Cabanillas 1991 911. En el extremo, cuando las circunstancias as lo justifican, este deber de ilustracin puede derivar en que la incertidumbre acerca de la causa de la muerte sea un riesgo del
mdico o del establecimiento hospitalario (Visintini 1996 I 284). En Corte de Iquique, 9.1.2002,
GJ 274, 194, la culpa de la clnica demandada por el mal funcionamiento de un electrobistur utilizado en una operacin fue inferida del hecho de no haber enviado al tribunal los informes de mantencin y la fecha de adquisicin de la mquina, pese a que le fue solicitado.
677
477. Responsabilidades concurrentes y por el hecho ajeno. a) La responsabilidad mdica plantea delicados problemas de responsabilidades concurrentes, porque es usual que en la prestacin de servicios de salud intervengan
mdicos, auxiliares y clnicas y hospitales. Una de las razones que con mayor
intensidad justifica el cmulo de responsabilidades en materia mdica es
precisamente la ventaja de evitar que el estatuto legal aplicable a unos y
otros influya inequitativamente en la atribucin de responsabilidades, en la
medida que persisten las diferencias tcnicas (ms que sustantivas) entre la
responsabilidad mdica contractual y la extracontractual.
b) Como se podr comprender, es incontable el nmero de variables
que pueden tener influencia en la titularidad pasiva de la accin de responsabilidad: se puede tratar de responsabilidad contractual respecto de unos y
extracontractual respecto de otros; las relaciones contractuales del paciente
pueden ser con un mdico en particular, que gestiona los otros servicios
mdicos u hospitalarios, o con un hospital o clnica, o con un conjunto de
mdicos; las relaciones entre las personas que interactan pueden ser horizontales o de dependencia. Por eso, aqu slo se har referencia a las orientaciones ms generales, sin nimo alguno de exhaustividad.75
c) Es usual que el paciente contrate con un mdico, quien, a su vez,
encarga a otros especialistas exmenes o actuaciones mdicas especficas.
Esa responsabilidad contractual por el hecho ajeno es independiente de
toda culpa del mdico, quien est personalmente obligado con el paciente, en virtud del antiguo principio de que en sede contractual se responde
como propios por los hechos de los auxiliares en la ejecucin de la prestacin convenida:76 se trata de una responsabilidad estricta por la culpa ajena, que tiene su antecedente en la obligacin contractual.
En sede extracontractual, el mdico que dirige el tratamiento u operacin slo responde del hecho de quienes son sus dependientes, segn las
reglas sobre presunciones de culpa por el hecho ajeno (supra 17).77 Si no
es posible establecer esa dependencia, cada profesional del equipo mdico slo responde por el hecho propio, sin perjuicio de los deberes recprocos de coordinacin.78 La eventual concurrencia de responsabilidades
queda regida en esos casos por las reglas generales (supra N 277).
La cuestin se presenta de modo diferente si la relacin contractual o
el deber de cuidado son atribuibles a una clnica u hospital, en cuyo caso
75 Un anlisis de las diversas hiptesis de responsabilidad mdica y de clnicas u hospitales por el hecho de dos o ms personas en Pizarro 2003 a.
76 Aunque no existe en Chile una disposicin general que establezca la responsabilidad contractual por el hecho de auxiliares, ella est asentada en la tradicin comparada
del derecho civil y puede ser inferida de la norma del artculo 1679; otras normas de la
parte especial del derecho de contratos observan el mismo principio (artculos 1925, 1926,
1941, 2014 y 2015); en el mismo sentido, P. Rodrguez 1999 29.
77 As, el mdico tratante es tenido presuntamente por culpable de la negligencia incurrida por la partera que lo auxilia; de igual modo, responde de las torpezas incurridas por el
reemplazante que haya designado (Mga Code 1147, 229, Palandt/Thomas 823 70 a).
78 Palandt/Thomas 823 70.
678
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muestran prima facie que el dao puede ser atribuido a la negligencia mdica. Fuera de estas hiptesis, el derecho comparado es reticente a dar por
establecida una presuncin de culpa.
480. Obligaciones contractuales de resultado. Para que la relacin contractual del mdico u hospital con el paciente d lugar a una obligacin
de resultado, en cuya virtud el mdico o la clnica se obligan a proporcionar el beneficio perseguido por el paciente (y no slo a actuar indeterminadamente con diligencia y cuidado), se requiere un acuerdo
expreso (lo que es inusual) o una interpretacin de la voluntad comn
de las partes. La pregunta en este ltimo caso se refiere a los tipos de
situaciones en que puede asumirse que el acuerdo contractual no slo
tiene por objeto que el agente mdico realice diligentemente una gestin o prestacin profesional, sino que se obliga a que el paciente obtenga el beneficio perseguido.
En atencin a la excepcionalidad de esta convencin deben establecerse supuestos ms bien estrictos para que ella pueda ser inferida a
partir de una interpretacin del contrato. Para ello es necesario recurrir a las convenciones implcitas en el trfico profesional (artculo 1546). La
pregunta pertinente se refiere, entonces, a las situaciones en que el
paciente tiene derecho a esperar que la intervencin mdica no le acarree riesgos, de modo que el sentido de la convencin es que el mdico
u hospital se obligan derechamente a proveer el resultado perseguido.
As ocurre, por ejemplo, si una grave consecuencia vital se sigue de una
ciruga esttica menor o si el donante sufre una infeccin con ocasin
de una transfusin de sangre.81 En definitiva, de modo anlogo a lo
que en sede extracontractual ocurre con la presuncin de culpa, la
notoria desproporcin entre el riesgo asumido y el efecto que el paciente soporta es el antecedente ms claro para dar por establecida una
obligacin mdica de resultado.
Un efecto prctico de la obligacin de resultado es excluir la excusa
del error, lo que es coherente con las limitaciones a la excusa de diligencia, de modo que, por lo general, al mdico slo le queda abierto probar
un caso fortuito o fuerza mayor (infra N 781).
481. Productos o instrumental defectuosos. a) Los servicios mdicos suponen la utilizacin de medicamentos y otros productos de salud (por ejemplo,
prtesis). Su empleo adecuado forma parte del cumplimiento de la obligacin principal de medios del mdico,82 pero su naturaleza defectuosa da
tpicamente lugar a la aplicacin de las reglas generales sobre productos
defectuosos: del defecto se puede inferir la culpa de quien lo ha fabricado
Mga Code 1147 221, Penneau 1996 10, Asa en Reglero 2002 a 989; sobre la contaminacin de la sangre, infra N 481.
82 Palandt/Thomas 823 71, con indicacin de que el mdico debe comprobar el debido funcionamiento de instrumentos de importancia vital.
81
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o provedo (infra 53); y si la relacin es de carcter contractual, usualmente se trata de una obligacin de resultado.83
b) Como en cualesquiera otros productos defectuosos, a efectos de definir la responsabilidad del fabricante conviene distinguir, tambin en esta materia, entre distintos tipos de defectos. Los defectos de produccin, caracterizados
porque el producto no responde al diseo previsto, estn sujetos a presunciones de culpa muy fuertes (que en el derecho comparado dan lugar a una
responsabilidad estricta calificada por el solo hecho del defecto); los defectos
de diseo slo pueden darse por acreditados cuando los riesgos previsibles
de dao impuestos por el producto pudieron haberse evitado o reducido si
se hubiese adoptado un razonable diseo alternativo,84 de modo que ms
bien estn sujetos a las reglas generales de responsabilidad por culpa probada; y los defectos de informacin a los mdicos y dems proveedores de servicios de salud acerca de los riesgos del producto slo pueden dar lugar a
presunciones de culpa en la medida que la omisin de instrucciones claras
puede ser tenida prima facie por negligente (esto es, si de acuerdo con la
experiencia, una informacin correcta y completa habra podido evitar el
riesgo de dao). Por otra parte, si los materiales y productos se encuentran
en un estado de experimentacin, y el paciente conoce y acepta informadamente su utilizacin, el mdico slo ser obligado al deber general de prudencia y diligencia en su instalacin o administracin.
Las reglas sobre productos defectuosos pueden ser extendidas a las
transfusiones de sangre contaminada, bajo el supuesto de que se pruebe el
vicio que la afecta.85
c) La responsabilidad de los hospitales y clnicas por la mantencin del
instrumental, infraestructura (salas de operaciones) y material quirrgico
en condiciones de ser usado puede dar lugar a presunciones de culpa por
el hecho propio, porque se dan todos los requisitos para su aplicacin: se
trata de riesgos que estn bajo el control del establecimiento y, de acuerdo
con la experiencia, de su inadecuada condicin se puede inferir la negligencia (supra N 94).
d) En principio, la responsabilidad por productos defectuosos o por
material en mal estado no recae sobre el mdico, salvo que se le pueda
imputar personalmente negligencia, segn las reglas generales. La misma
regla es aplicable a hospitales y clnicas por los medicamentos e instrumentos proporcionados por proveedores y fabricantes correctamente seleccionados.86
Chabas 2000 b Nos 57 y 76. En un mbito cercano al mdico, luego de los contagios
por sangre contaminada con VIH, en Francia se hace responsable a los centros de transfusin sangunea de una obligacin de resultado en cuanto a la inocuidad de la sangre que
suministran; aunque las clnicas, imposibilitadas de controlar la calidad de la sangre que reciben de terceros proveedores, siguen sujetas a una obligacin de medios (cass. civ., 12.4.1995,
Droit et patrimoine, enero 1996, 96, con nota de F. Chabas, referido en Chabas 2000 77).
84 Restatement/Torts III 2 a).
85 Mga Code 1147 243.
86 Asa en Reglero 2002 a 983.
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681
CS, 5.11.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 234, tambin publicada en GJ 257, 39, comentada en Jana/Tapia 2004, donde se condena a un laboratorio mdico a indemnizar a un
cliente que contrat sus servicios para efectuarse un test de sida y a quien se inform errneamente que su sangre estaba contaminada con el VIH, en circunstancias que tres aos
ms tarde se comprob que nunca lo haba portado. La sentencia de instancia haba declarado que por tratarse del sida, el laboratorio debi extremar los cuidados en la identificacin de la muestra, exigiendo incluso gestiones que iban ms all de los deberes legales
vigentes a esa fecha, lo que es consistente con los criterios de determinacin del estndar
de cuidado cuando se trata de daos potencialmente graves (supra Nos 59 y 88). En igual
sentido, en sede extracontractual se ha resuelto que un errado diagnstico del sndrome
de inmunodeficiencia adquirida, sin haber agotado los procedimientos necesarios para rectificar tal diagnstico y que dio origen a los daos que sufri la actora, hacen tambin responsable a la demandada (Corte de Santiago, 28.12.1999, GJ 234, 63). En general, la
obligacin de tomar y etiquetar correctamente una muestra de sangre es tambin una obligacin de resultado; sobre la responsabilidad por exmenes, Penneau 1996 10.
88 Cass. civ., 11.10.1988 (Mga Code 1147 2).
89 Epstein 1999 143.
87
682
En definitiva, los deberes de informacin estn orientados precisamente a satisfacer este principio de autodeterminacin del paciente o de su
familia, en su caso. Rigen por igual si la relacin del paciente con el
mdico se plantea en el terreno contractual, donde se trata de un deber
precontractual de informacin del experto con el lego (infra N 815), o
si la relacin no est regida por contrato, en cuyo caso se trata de un
deber general de cuidado con el paciente.90 Siguiendo una directiva general aplicable a las relaciones entre expertos y legos, los deberes de
informacin del mdico se justifican como el medio ms eficaz para compensar el desequilibrio entre el conocimiento del profesional y la ignorancia del inexperto.91
b) La informacin que el mdico debe entregar al paciente debe ser
comprensible y suficiente para que ste pueda adoptar una decisin razonada.92 La exigencia de que la informacin sea comprensible se deriva del
deber de lealtad impuesto por la buena fe. Por lo mismo, no es necesario
que sea por completo precisa desde el punto de vista tcnico; as, a la
inversa, una informacin tcnicamente completa y detallada podr resultar ininteligible y puede ser tenida como por inadecuada. La informacin
es suficiente cuando da cuenta de la condicin del paciente, de los riesgos
del tratamiento o intervencin y de los riesgos de un eventual mtodo
alternativo de tratamiento o de no emprender tratamiento alguno.93 En
definitiva, se trata de ilustrarle acerca de los riesgos graves que el paciente
asume y los males que se le pretende evitar.94 Adems, cuando se trate de
riesgos graves, la informacin deber ser entregada aunque no sea solicitada por el paciente o su familia.95
La obligacin de informar exige un juicio prudencial del mdico, que
debe ser valorado en concreto. Todo indica, por ejemplo, que un riesgo
de baja probabilidad y de moderada intensidad no tiene que ser informa-
683
96 La jurisprudencia francesa reconoci desde 1942 obligaciones mdicas de informacin, pero ms recientemente ha puesto lmites, tanto en materia de determinacin del deber, como de causalidad; en el primer sentido, se ha fallado que no hay infraccin al deber
de informacin si no se ha advertido al paciente acerca del riesgo muy extrao de que la
ablacin de un ndulo en la glndula tiroidea derivara en una lesin, por causa desconocida, de un nervio recurrente (cass. civ., 13.11.2002, con nota de P. Jourdain, RTDC, 2003,
98); sobre las preguntas de causalidad que envuelve la infraccin a deberes de informacin,
infra 50 g.
97 Palandt/Thomas 823 47 y 56.
98 Sobre los riesgos de exigir en exceso, F. Chabas, Lobligation mdicale dinformation en
danger, en JCP La Semaine juridique, G 2000, 212, citado por M. Tapia 2003 c 95; acerca del
riesgo de que el deber de informacin se transforme en un trmite formulario, Ktz 1991
38. En la medida que puedan ser entendidas como elemento de un contrato de adhesin,
a la informacin formularia se le aplican las reglas sobre condiciones generales de contratacin con consumidores (ley N 19.496, artculos 2 letra f y 16 y siguientes).
99 Medicus 2003 b 157, con expresa preferencia por una informacin verbal de la que
luego el mdico deje protocolo escrito.
100 Palandt/Thomas 823 47 y 56. En el derecho francs se habla de una obligacin
de medios agravada, en cuya virtud el obligado tiene la carga probatoria de haberla entregado (cass. civ., 25.2.1997, RTDC, 1997, 494, con nota P. Jourdain); la ley N 2002-303, sobre
los derechos de los enfermos y la calidad del sistema de salud, confirm esta regla, autorizando al mdico probar por cualesquiera medios el cumplimiento del deber (lo que tiene
por evidente objeto evitar que se transforme en un trmite burocrtico).
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685
demandado por haber efectuado negligentemente un diagnstico equivocado o por no haber aplicado el tratamiento adecuado, debe mostrarse
que el paciente no habra sufrido el dao si el mdico hubiese actuado
con diligencia;104 a la inversa, siempre le ser admisible al mdico la prueba de que el dao de igual modo se habra producido en la hiptesis de
haberse actuado de acuerdo con la lex artis105 (supra N 265).
b) De especial inters es la pregunta por la causalidad en el caso de
incumplimiento de deberes de informacin. La infraccin del deber de informacin da lugar a responsabilidad cuando de ella se sigue un perjuicio, de
modo que no hay responsabilidad cuando la omisin no es causalmente
determinante del dao. Acreditado que el mdico no dio la informacin
debida (sea por omisin o por falsedad), ste puede excusarse probando
la voluntad hipottica del paciente en el evento de haber sido informado,
atendiendo a las caractersticas generales de la enfermedad y a la situacin
en que se produjo la omisin.106 Este correctivo de causalidad es decisivo
para evitar que los deberes mdicos de informacin desplacen a los deberes propiamente de diligencia en el diagnstico y tratamiento, expandiendo artificiosamente la responsabilidad ms all de sus lmites naturales.107
En verdad, el ilcito del mdico que determina la responsabilidad mdica es no haber dado al paciente la oportunidad de rechazar el riesgo,108
lo que supone analizar si el dao podra haberse omitido siguiendo un
camino de accin alternativo.109 Si bien el derecho moderno no abre las
puertas al paternalismo de los profesionales respecto de sus clientes (especialmente en el caso de los mdicos), pueden haber justificaciones serias
para no entregar informacin, atendido el estado del paciente y los efectos que se pueden seguir para ste si fuese por completo ilustrado acerca
de su estado. Aun descartada una actitud simplemente paternalista, que
lleva a que no sea el paciente quien toma la decisin, subsiste la cuestin
fundamental de que el discernimiento prctico acerca de la extensin del
deber de informar (culpa) y acerca de los efectos que se siguen de su
omisin (causalidad) es necesariamente prudencial en muchos casos.
486. Incertidumbre acerca de la causalidad: prdida de oportunidades de
sanar. Con frecuencia la pregunta relevante en materia de causalidad no
104 Para fallos que se refieren a la relacin de causalidad entre la infraccin al deber de
cuidado del mdico y el dao: CS, 16.5.1985, F. del M. 318, 245; Corte de Santiago, 31.7.1991,
RDJ, t. LXXXVIII, sec. 4, 90; Corte de San Miguel, 15.4.1993, GJ 143, 75, tambin publicada
en RDJ, t. LXXXIX, sec. 2, 39; CS, 20.6.1996, F. del M. 451, 1228; CS, 2.7.1998, RDJ, t. XCV,
sec. 4, 95, publicada tambin en GJ 217, 113, y F. del M. 476, 1141; CS, 16.3.1998, GJ 213,
112; CS, 28.1.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 71; y Corte de Copiap, 25.3.2002, GJ 265, 127.
105 Ktz 1991 56, Markesinis/Deakin et al. 2003 319.
106
Asa en Reglero 2002 a 992, Palandt/Thomas 823 51, Bcker 2005 925 (con referencia a que el consentimiento hipottico excluye el nexo causal entre el defecto de informacin y el dao), Prosser/Keeton et al. 1984 191, Epstein 1999 145.
107 Sobre los riesgos de que la falta de informacin se transforme en el criterio principal de atribucin de responsabilidad, Markesinis/Deakin et al. 2003 324.
108
P. Jourdain, comentando jurisprudencia en RTDC, 2003, 98.
109 Epstein 1999 145.
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por los productos defectuosos; de los servicios mdicos que sean prestados
sin intermediacin del mdico tratante, de acuerdo con los principios de la
responsabilidad por el hecho ajeno, o bien de la responsabilidad del empresario o de los servicios pblicos, segn sea el caso.120
c) A lo anterior se agrega que la relacin con el paciente, en una o
varias de las funciones que asuma el hospital, puede tener naturaleza contractual o extracontractual, dependiendo de si se puede dar por establecida
una convencin (a la que le resultan aplicables los principios de buena fe
contractual y, especialmente, las reglas de la Ley de consumidores),121 o si la
recepcin del paciente se produce de acuerdo con las obligaciones generales de servicio pblico o de cualquier otro modo que excluya una convencin entre el establecimiento hospitalario y el paciente. As, por ejemplo,
ocurre con frecuencia que la relacin contractual slo puede ser construida
a partir de una estipulacin en favor del paciente que el mdico tratante
hace con el hospital o clnica donde efecta la operacin o tratamiento.122
d) De lo anterior se sigue la dificultad para subsumir la responsabilidad de hospitales y clnicas bajo un rgimen especial y unvoco de responsabilidad. En efecto, en esta materia convergen, como en pocas otras, los
ms diversos institutos generales de la responsabilidad civil; adems de las
reglas aplicables a la responsabilidad mdica, que resultan pertinentes en
razn de su objeto, son especialmente relevantes las reglas y principios
que rigen la responsabilidad del empresario y de los rganos de la Administracin del Estado (segn sea el caso, atendido el tipo de relacin del
paciente con el establecimiento).
120 Los hospitales responden extracontractualmente, bajo un rgimen de culpa presunta,
de los daos causados por la negligencia de los mdicos que son dependientes de la organizacin, pero la tendencia doctrinaria y jurisprudencial tiende a ser extensiva en el reconocimiento de esa dependencia, entendiendo que ella existe, por ejemplo, respecto de los
profesionales que trabajan a honorarios (Zelaya 1997 47); por el contrario, la responsabilidad contractual de esos establecimientos por el hecho de cualesquiera personas en quienes
deleguen la ejecucin de prestaciones es estricta o vicaria, bajo el supuesto, como es obvio,
de que el auxiliar haya incurrido en negligencia (supra N 477, infra N 782 b).
121 De acuerdo con el artculo 2 letra f de la Ley de consumidores, quedan sujetos a
ese ordenamiento protector los actos celebrados o ejecutados con ocasin de la contratacin de servicios de salud, con exclusin de las prestaciones de salud; de las materias relativas a la calidad de stas y su financiamiento a travs de fondos o seguros de salud; de la
acreditacin y certificacin de los prestadores, sean estos pblicos o privados, individuales
o institucionales y, en general, de cualquiera otra materia que se encuentre regulada en
leyes especiales. En particular resultan relevantes, al menos, los siguientes estatutos: DL 2763/
1979, que reorganiza el Ministerio de Salud y crea los Servicios de Salud, el Fondo Nacional de Salud, el Instituto de Salud Pblica de Chile y la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud; ley N 18.469, que regula el ejercicio del derecho
constitucional a la proteccin de la salud y crea un rgimen de prestaciones de salud; ley
N 18.933 que crea la Superintendencia de Instituciones de Salud Previsional, dicta normas
para el otorgamiento de prestaciones por Isapres; y ley N 19.966, que establece un rgimen de garantas en salud (Ley de garantas de salud).
122 Alessandri 1943 77, Zelaya 1997 20.
690
491. Riesgo teraputico y seguridad sanitaria. a) En la dimensin del derecho privado, el riesgo teraputico reside en el paciente, a menos que exista
una razn para atribuir responsabilidad al hospital o clnica tratante. Ello
plantea, por cierto, preguntas que no pertenecen propiamente al mbito
de la responsabilidad patrimonial, sino de la seguridad sanitaria y del sistema de seguros de salud.
b) La seguridad sanitaria es cautelada por diversos ordenamientos que
garantizan el acceso a prestaciones de salud. Pero, como lo expresa la ley
que establece un rgimen general de garantas en salud, el alcance preciso
de estas ltimas resulta de una decisin poltica, que, de acuerdo con la ley,
se materializa en un plan nacional de salud, que es definido de conformidad con los recursos de que disponga el pas (Ley de garantas de salud,
artculo 1).123 En definitiva, no corresponde a los jueces definir las funciones
que debe asumir el sistema pblico de salud, porque no es su tarea atribuir
porciones presupuestarias (supra N 35); lo anterior no obsta a que se d
por establecida la culpa infraccional o la responsabilidad por falta de servicio si se omite la prestacin o el financiamiento de las prestaciones garantizadas por la ley (Ley de garantas de salud, artculos 38 y 42).
Por otra parte, a menos que exista un estatuto especial de responsabilidad estricta, la responsabilidad civil slo es un correctivo respecto de las
conductas impropias que causan dao a los pacientes, pero no constituye
un sistema de seguridad social que permita proteger genricamente contra accidentes (supra N 5). La seguridad social y los seguros privados de
riesgo personal son los caminos para proteger a las vctimas de accidentes
teraputicos que no sean atribuibles a negligencia mdica u hospitalaria.124
492. Responsabilidad de la clnica u hospital por el hecho propio y por el
hecho ajeno. a) La responsabilidad de clnicas y hospitales por el hecho
propio tiene por antecedente tpico no haber dispuesto de los medios necesarios para prestar los servicios. Se trata de una culpa en la organizacin,
cuya fuente es no haberse observado los deberes de cuidado en la administracin de los equipos de trabajo, infraestructura e instalaciones. Metafricamente puede hablarse de una culpa difusa, porque la infraccin al
deber de cuidado no recae en persona identificable, sino que se muestra
123 Corresponde a la Superintendencia de Salud regular los procedimientos para reclamar la prestacin de los servicios garantizados (Ley de garantas de salud, artculo 29).
La naturaleza poltica de las decisiones presupuestarias vinculadas a la seguridad mdica y
social se muestra en el porcentaje que stas representan en el gasto de un pas; en Estados
Unidos se estima que en 2030 esos gastos representarn el 14% del producto geogrfico
bruto (D. Brooks, The New York Times, 19.3.2005).
124 Es interesante la evolucin del derecho francs, donde se ha reconocido que la responsabilidad civil no puede ser una forma de enfrentar la fatalidad mdica y se ha establecido un fondo pblico de garanta por accidentes, incluyendo las infecciones intrahospitalarias
(M. Tapia 2003 c 98, citando a F. Chabas, La rparation des consquences de lala thrapeutique, en
JPC, 2001, 2, 10493).
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126
692
b) Desde luego que si se prueba que la infeccin se debi a instrumental mdico que no estaba debidamente esterilizado, la responsabilidad recae en quien lo tenga bajo su cuidado. Si ha sido suministrado por el
mdico, puede ser hecho responsable de haber omitido las precauciones
que le imponen las buenas prcticas profesionales. Por el contrario, si lo
ha sido por la clnica u hospital, la accin slo puede prosperar en su
contra. Como se ha visto (supra N 481), en casos de instrumental contaminado o en malas condiciones de operacin, existen buenas razones para
dar por establecida una presuncin de culpa.
c) Algo semejante ocurre si el paciente adquiere un mal que no es atribuible a instrumento o medicamento alguno, sino a infecciones de fuente indeterminada, pero probadamente ajena a la dolencia o intervencin mdica
que el paciente haya soportado. En tales circunstancias, los jueces tienden a
dar por establecida una obligacin contractual de resultado porque no parece justo que una persona que se interna en un hospital para atenderse de una
determinada enfermedad fallezca a consecuencia de otra distinta contrada
en el mismo establecimiento;132 y si la responsabilidad es calificada de extracontractual, se da por establecida una presuncin de culpa por el hecho propio de la clnica u hospital o por falta de servicio, segn sea el caso, porque
una enfermedad contrada durante la permanencia en el establecimiento es
evidencia prima facie de la negligencia incurrida en los deberes preventivos
que recaen sobre la clnica u hospital o de la falta de servicio del hospital
pblico.133 En la jurisprudencia chilena, se ha dado esa calificacin, por ejemplo, a casos de una infeccin mortal contrada sin relacin causal alguna con
una operacin de la vescula;134 de una infeccin desligada de la intervencin
inicial, que llev a la amputacin de una pierna;135 de una necrosis del tejido
mamario y prdida de un pezn a consecuencia de una infeccin adquirida
en el perodo postoperatorio.136
132 Corte de Concepcin, 10.8.2000, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 24.1.2002,
GJ 259, 38, sin referencia a obligaciones de resultado, pero calificando de contractual la
responsabilidad; en igual sentido, haciendo aplicacin directa del artculo 1547, como es
tpico de las obligaciones de resultado, Corte de Concepcin, 20.5.2002, GJ 268, 93; la inmunizacin del establecimiento hospitalario fue calificada expresamente como obligacin
de resultado por la jurisprudencia francesa (Mga Code 1147, 241); la ley francesa ha recogido luego este principio al establecer que los establecimientos, servicios y organismos
son responsables de los daos resultantes de infecciones hospitalarias, salvo si ellos proporcionan la prueba de una causa inimputable (ley N 2002-303).
133 Deutsch 2002 b 592; es interesante que al menos en dos ocasiones la Corte Suprema haya confirmado fallos en que la Corte de Apelaciones respectiva haba calificado la
responsabilidad del hospital pblico como objetiva, con la reserva de que el tribunal no
comparta esa calificacin, la que, sin embargo, no haba influido en lo resolutivo de la sentencia recurrida; CS, 24.1.2002, GJ 259, 38, publicada tambin en F. del M. 497, 370, y CS,
30.4.2003, GJ 274, 59.
134 Corte de Concepcin, 10.8.2000, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 24.1.2002,
GJ 259, 38, bajo calificacin de la responsabilidad como contractual.
135 Corte de Concepcin, 20.5.2002, GJ 268, 93, tambin bajo una calificacin contractual.
136 CS, 30.4.2003, GJ 274, 59.
693
i. Procedimiento de mediacin
494. Mediacin en materia de responsabilidad mdica. a) La Ley de garantas
de salud ha establecido un procedimiento de mediacin en materia de responsabilidad mdica. La mediacin es definida como un procedimiento no
adversarial, cuyo objetivo es propender a una solucin extrajudicial de la controversia mediante la comunicacin directa entre las partes con intervencin
de un mediador (artculo 43 III). Las normas tienen por objeto facilitar a la
vctima la obtencin de una reparacin mediante un procedimiento expedito, donde los costos se mantengan bajo control; asimismo, debe servir para
neutralizar la explosin de los montos indemnizatorios que aleatoriamente
benefician a algunas vctimas, como ha ocurrido en otras jurisdicciones.
b) Las reglas son diferentes respecto de las prestaciones de salud pblica
y privada. Estn sujetas a un proceso de mediacin obligatorio las acciones
judiciales que tengan por antecedente prestaciones asistenciales otorgadas
por el sistema pblico de salud.137 Esta exigencia se extiende por igual si la
accin se dirige contra los prestadores institucionales o contra los funcionarios (mdicos, auxiliares o directivos). El reclamo debe ser sometido ante el
Consejo de Defensa del Estado; ste puede designar como mediador a uno
de sus funcionarios, un funcionario en comisin de servicios o un profesional inscrito en el registro de mediadores (artculo 43 I).138 La ley autoriza la
interposicin de acciones judiciales slo cuando haya fracasado ese procedimiento de mediacin, lo que se entiende ocurrido si no hay acuerdo dentro
del plazo de sesenta das contados a partir de la primera citacin al reclamado, o de la prrroga convenida, si este fuere el caso. Mientras dura la mediacin se entiende suspendida la prescripcin (artculo 45).
c) Las acciones contra clnicas y mdicos privados estn sujetas a una
mediacin que deviene facultativa, porque sta se entiende fracasada si falta
acuerdo entre las partes acerca de la persona del mediador. Con todo, debe
entenderse que las acciones judiciales slo pueden intentarse si se muestra
que ha fracasado esa gestin previa de designacin (artculo 43 II).
51. ACCIDENTES DEL TRABAJO
a. Introduccin
495. Evolucin del rgimen legal de los accidentes del trabajo. a) Bajo un
rgimen de responsabilidad por culpa probada el riesgo de accidentes del
137 Se entienden referidas las instituciones de salud indicadas en el artculo 16 bis del
DL 2763/1979, del Ministerio de Salud (Ley de garantas de salud, artculo 43 I).
138 El registro de mediadores est regulado por el Reglamento de mediacin por reclamos en contra de prestadores institucionales pblicos de salud o sus funcionarios y prestadores privados de salud, contenido en el DS 47/2005, del Ministerio de Salud (DO
23.6.2005). La ley establece los requisitos generales para la inscripcin (Ley de garantas de
salud, artculo 54). La Superintendencia de Salud lleva el registro.
694
trabajo corre por cuenta del trabajador, a menos que se acredite la negligencia del empleador. Atendida la relacin de dependencia entre las partes y el trasfondo social de un accidente del trabajo, no debe extraar que
el rgimen general de responsabilidad por culpa haya sido puesto a prueba en la fase de consolidacin de la revolucin industrial. Las principales
razones que justifican el establecimiento de seguros obligatorios o de estatutos de responsabilidad estricta se presentan con absoluta nitidez en el
caso de los accidentes del trabajo: se trata de peligros graves para las vctimas, que no pueden quedar sujetos a un infalible control preventivo y en
cuya materializacin se presenta una asimetra estratgica en la posicin
del empleador y de la vctima (supra N 308).
b) Los regmenes especiales de responsabilidad por accidentes del trabajo tuvieron generalmente por fuente la legislacin social que estableci
sistemas de seguro obligatorio o de responsabilidad estricta; donde ello no
ocurri oportunamente, la interpretacin del derecho vigente tendi a
expandir la responsabilidad por la va de acoger presunciones de culpa o
de establecer derechamente mbitos de responsabilidad estricta.139 Con el
correr del tiempo, se ha tendido a imponer un sistema de seguro obligatorio de accidentes del trabajo y de enfermedades profesionales, que resulta
preferible a un rgimen de responsabilidad estricta, porque no afecta la
relacin entre el trabajador y el empleador y evita los riesgos que acarrea
la insolvencia de este ltimo.140
496. Estatutos jurdicos aplicables a los accidentes del trabajo en el derecho chileno. El derecho chileno ha establecido desde antiguo un seguro
obligatorio, que asegura al trabajador y a su familia contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, reconociendo ciertas prestaciones que son determinadas por la propia ley (ley N 16.744, sobre
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales).141
Si el empleador o un tercero ha causado por su culpa el accidente, la
ley concede, adems, dos acciones de responsabilidad civil: ante todo, al
139 El caso ms clsico es la jurisprudencia francesa que a fines del siglo XIX descubri una responsabilidad estricta por el hecho de las cosas en la norma del artculo 1384
del Cdigo Civil francs, precisamente en caso de accidentes industriales. El contraste est
dado por alguna jurisprudencia norteamericana anterior a la Primera Guerra Mundial, que
declar inconstitucional la legislacin que estableci la responsabilidad estricta respecto de
los accidentes del trabajo, en atencin a que esa legislacin slo invierte las leyes de la
naturaleza, porque en cada cosa que caiga dentro de la esfera de la actividad humana, los
riesgos inherentes e inevitables deben recaer sobre quienes estn expuestos a ellos (Ives v.
South Buffalo Railway Co., 201 NY 271 (1911), citado por Zweigert/Ktz 1996 652).
140 La primera ley de seguro obligatorio por accidentes del trabajo fue establecida en
Alemania en 1884; luego de su exitosa experiencia el sistema de seguro obligatorio se expandi como prctica generalizada en las sociedades industrializadas (Ktz 1991 206).
141 En lo sucesivo, a menos que del contexto resulte que se hace referencia al Cdigo Civil
o a otra ley especial, cada vez que en este ttulo se mencione un artculo, la referencia se entender hecha a la ley N 16.744, sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
695
organismo asegurador que haya pagado las prestaciones legales, para recuperar los desembolsos realizados; adems, al trabajador y a las dems personas a quienes el accidente cause dao (vctimas de dao reflejo, supra
N 156), por los perjuicios que no quedan cubiertos por el seguro social,
como el dao moral, el dao a las cosas o los gastos extraordinarios de
cuidado (artculo 69).
En consecuencia, los efectos de un accidente del trabajo o enfermedad
profesional quedan regidos por un seguro que cubre en todo evento el
riesgo de accidente y, en caso que ste se deba a negligencia, por el estatuto comn y general de la responsabilidad civil.
b. Caractersticas generales del seguro de accidentes del trabajo
497. Naturaleza jurdica, administracin y financiamiento del seguro.
a) La ley se refiere a un seguro social de accidentes del trabajo. Esa denominacin se justifica, porque se trata de un seguro obligatorio, cuya administracin y prestaciones estn determinadas por el ordenamiento legal, que
resultan aplicables por el solo ministerio de la ley cumplidas las condiciones legales (artculo 4).
b) La administracin del sistema puede ser pblica o privada. Puede ser
asumida por las cajas de previsin (por las que el trabajador haya optado) o
por entidades sin fines de lucro (mutualidades de empleadores), que agrupan a empresarios interesados en administrar el seguro de accidentes a favor de sus respectivos trabajadores. Subsidiariamente, corresponde a los
organismos pblicos con funciones previsionales (artculos 8 y siguientes).
Cualquiera sea el rgano administrador, las prestaciones mnimas que
el seguro garantiza estn establecidas por la ley (infra N 499).
c) El seguro se financia esencialmente con cotizaciones empresariales,
que se calculan como un porcentaje de la renta imponible del trabajador;
esta cotizacin se compone de un porcentaje fijo, igual para todos los trabajadores, y uno variable, determinado en funcin de la actividad y riesgo
de la empresa o actividad empleadora. El rgimen incorpora un incentivo
a la prevencin, porque las empresas que invierten con ese fin pagan cotizaciones adicionales inferiores. Otros ingresos estn dados por las rentas
que producen los dineros depositados en el fondo, las multas que se aplican a las empresas que no cumplen sus deberes legales y los reembolsos
que se obtienen de los civilmente responsables de los accidentes (artculos
15 y siguientes).
El fondo formado por estos ingresos constituye un patrimonio de afectacin, gestionado por los respectivos administradores, y cuyo nico fin es
solventar las prestaciones que el sistema de seguro garantiza. El fondo distribuye en la forma de prestaciones los ingresos que recibe por mandato legal.
Para prevenir desvos de recursos, la ley regula los gastos de gestin en que
los rganos administradores pueden incurrir con cargo al fondo (artculo
14). En suma, se trata de un rgimen de contratos forzosos y dirigidos, que
deja, sin embargo, mbitos de libertad en su administracin.
696
697
independientes pueden incorporarse al sistema bajo condiciones que regulan estatutos especiales (artculo 2).145
El seguro garantiza pensiones a los trabajadores afectados por alguna incapacidad y pensiones de supervivencia a las personas dependientes del trabajador
fallecido. Los beneficios son otorgados a la cnyuge sobreviviente (y eventualmente al cnyuge invlido), a los hijos y a la madre de los hijos no
matrimoniales del trabajador fallecido. En cada caso la ley establece como
renta un porcentaje de la pensin que habra correspondido al trabajador,
si hubiese quedado invlido, en vez de fallecer (artculos 43 y siguientes).146 A falta de cnyuge sobreviviente y de hijos, son asignatarios de la
pensin los ascendientes y los nietos que causaban asignacin familiar a la
vctima del accidente; la norma tiene inters porque establece un orden
de prelacin en la asignacin de derechos patrimoniales que se siguen de
la muerte de la vctima directa, estableciendo un criterio que ha sido utilizado como argumento jurisprudencial para limitar el conjunto de titulares
de la accin de responsabilidad por dao moral reflejo (supra N 231).
499. Tipos de prestaciones y procedimiento de clculo. a) Las prestaciones
que el sistema garantiza estn determinadamente definidas por la ley. Se
reconocen a las vctimas prestaciones mdicas, por incapacidad temporal,
por invalidez y por supervivencia. A estas ltimas se ha hecho referencia
en el prrafo anterior.
Las prestaciones mdicas son comprensivas de la atencin mdica quirrgica y dental; de la hospitalizacin; de los medicamentos y productos farmacuticos; de prtesis y productos ortopdicos; de la rehabilitacin fsica
y reeducacin profesional; y de los gastos de traslado necesarios para realizar esas prestaciones (artculo 29).
Las prestaciones por incapacidad temporal se otorgan sobre la base de
un promedio de la renta imponible del trabajador (deducidos sus aportes
previsionales y los impuestos) y se devengan diariamente por un perodo
mximo de 52 semanas, a cuyo trmino la incapacidad es tenida por invalidez (artculos 30 y siguientes, en relacin con el artculo 21 I y II de la ley
N 18.469, que regula el ejercicio del derecho constitucional a la proteccin de la salud y crea un rgimen de prestaciones de salud, y con el
artculo 7 del DFL 44/1978, del Ministerio del Trabajo y Previsin Social,
que establece normas comunes para los subsidios por incapacidad laboral
de los trabajadores dependientes del sector privado).
Las prestaciones por invalidez atienden a coeficientes de incapacidad
laboral: entre un 15% y un 70%, la incapacidad es calificada de parcial;
145 Vase al respecto el DL 1.548/1976 que precis las facultades del Presidente de la
Repblica para regular el rgimen de incorporacin de trabajadores independientes y trabajadores familiares.
146 La cnyuge tiene derecho a percibir hasta un 50% de lo que habra recibido el trabajador en caso de invalidez total (lo que, a su vez, corresponde al 70% del sueldo base);
cada hijo menor de edad o estudiante menor de 24 aos tiene derecho a percibir un 20%
de la pensin bsica; la madre de los hijos no matrimoniales, un 30%.
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causas de responsabilidad contractual que tengan por antecedente accidentes del trabajo (Cdigo del Trabajo, artculo 420 letra f); y en los juicios respectivos se aplica el procedimiento concentrado de las causas
laborales (artculos 425 y siguientes). A su vez, atendida la naturaleza laboral del procedimiento aplicable, se entiende que la prueba es evaluada
segn las reglas de la sana crtica (artculo 456).155 A la inversa, con fundamento en el artculo 420 letra f, se ha estimado que los jueces del trabajo
son incompetentes para conocer de acciones de responsabilidad extracontractual, aunque los ilcitos alegados sean infracciones a deberes de seguridad impuestas por el Cdigo del Trabajo.156
c) Se han planteado dudas respecto de la calificacin de la responsabilidad cuando quien demanda no es el trabajador, sino los titulares de la
accin de responsabilidad por el dao reflejo. Alguna jurisprudencia estim que
la accin de los familiares del trabajador fallecido tambin tena por antecedente el dao que resulta de la infraccin de deberes contractuales del
empleador, de modo que, como en el caso de la accin del trabajador, la
responsabilidad poda ser tenida por contractual.157 Con todo, ms recientemente se ha fallado que esta responsabilidad es extracontractual, de modo
que la accin debe ser planteada ante la jurisdiccin civil ordinaria, con
los dems efectos que de ello se siguen (procedimiento de lato conocimiento, valoracin reglada de la prueba, jurisdiccin civil).158
155 La Corte Suprema ha fallado, respecto de la facultad de ponderacin de la prueba
de los jueces en los juicios del trabajo, especficamente por accidentes del trabajo, que en
tal actividad ejercida conforme a las reglas de la sana crtica, dichos jueces son soberanos,
CS, 6.1.2003, GJ 271, 186 (infra N 510).
156 CS, 2.10.2003, rol N 124-2003.
157 Corte de Santiago, 13.12.1999, GJ 234, 203; Corte de Santiago, 17.1.2000, GJ 235,
199; CS, 14.6.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 3, 91; CS, 11.7.2000, RDJ, t. XCVII, sec 3, 119, tambin publicada en GJ 241, 160; y Corte de Santiago, 6.5.2002, GJ 263, 194. En los accidentes con resultado fatal, cuando los actores eran sucesores del trabajador fallecido y actan
en calidad de herederos, se ha estimado que las reglas aplicables son igualmente las de la
responsabilidad contractual (CS, 25.3.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 3, 63; CS, 8.8.2000, RDJ,
t. XCVII, sec. 3, 152, tambin publicada en GJ 242, 168 y F. del M. 501, 2427; y Corte de
Antofagasta, 13.12.2002, GJ 270, 183).
158 CS, 19.8.2003, GJ 278, 252; CS, 26.8.2003, F. del M. 513, 2155; Corte de Santiago,
11.9.2003, Rev. Fueyo 1, 2004, 307; CS, 30.6.2004, Rev. Fueyo 3, 2004, las dos ltimas con comentario de C. Pizarro; CS, 2.10.2003, F. del M. 515, 2956; CS, 11.5.2004, GJ 287, 247; CS,
7.10.2004, GJ 292, 220; y CS, 24.8.2005, SJ 256, 7. En todos estos fallos se hace una referencia
explcita a que la responsabilidad es extracontractual si los demandantes actan a ttulo personal y no en calidad de sucesores del trabajador fallecido, de lo que se deduce que resultan aplicables las reglas de la responsabilidad contractual para el evento que los mismos demandantes
accionen en calidad de sucesores; el efecto prctico de esta doctrina es otorgar una opcin a la
vctima indirecta que tiene la calidad de sucesor del trabajador fallecido. La jurisprudencia que
afirma la naturaleza extracontractual de la responsabilidad por dao reflejo, en caso de muerte
del trabajador, se funda en que la extensin de la competencia de los tribunales laborales a
materias de responsabilidad derivada de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales,
dej excluida la responsabilidad extracontractual referida en el artculo 69 de la Ley de accidentes del trabajo (Cdigo del Trabajo, artculo 420 letra f); vase nota subsiguiente.
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eso, como se ha visto, en muchos ordenamientos jurdicos ese sistema protector excluye otras formas de reparacin (supra N 501). As se explica
que la responsabilidad civil, que puede tener lugar adems de ese estatuto
protector, se rija por principios de derecho privado, como expresamente
seala el artculo 69 de la Ley de accidentes del trabajo.
505. Culpa de la cual se responde. De acuerdo con las reglas generales del
derecho comn, el empleador responde de culpa leve (artculo 1547 del
Cdigo Civil). Ello no significa que deba emplearse en la seguridad de los
trabajadores el mismo nivel relativo de cuidado que el exigido para proteger, por ejemplo, la integridad de las cosas. De acuerdo con las reglas
generales, el nivel de cuidado exigible depende del valor de los bienes
jurdicos amenazados por la conducta del responsable. El estndar de diligencia del empresario prudente y diligente asume que ste adopta las prevenciones en consideracin de la entidad de los bienes comprometidos
(supra N 58).165
506. Determinacin de los deberes de cuidado del empleador. De acuerdo
con las reglas generales, el empleador est sujeto a deberes de cuidado
que provienen de tres fuentes (supra N 52). Ante todo, su conducta est
regida por las reglas que sealan la ley, las regulaciones administrativas, as
como tambin los reglamentos internos de seguridad laboral. La infraccin a estas reglas da lugar a culpa infraccional. Adems, est regida por los
usos normativos de prevencin de riesgo en la industria respectiva. Finalmente, el empleador est sujeto a los deberes generales de cuidado que
responden al estndar del empresario razonable y diligente. Como se ha visto,
en atencin a que se trata de reglas de orden pblico, a efectos de construir en concreto estos estndares, resulta indiferente que la responsabilidad sea calificada bajo un estatuto contractual o extracontractual.
a) Deberes de cuidado exigidos por los usos normativos de la actividad. Adems de las regulaciones legales y administrativas, la prevencin
de riesgos es una disciplina especial de la gestin empresarial. Los estndares informales o codificados privadamente son criterios especialmente
tiles para determinar los deberes de conducta, pues expresan la expeSe ha fallado que atendidos los valores comprometidos en el deber de seguridad,
que no son de carcter patrimonial, sino que importan la propia vida, la integridad fsica y
psquica y la salud del trabajador, el empleador debe aplicar sumo cuidado en proteger al
trabajador (CS, 27.5.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 3, 89, publicada tambin en F. del M. 486,
851; Corte de Santiago, 30.12.1999, GJ 234, 203; CS, 8.8.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 3, 152,
publicada tambin en GJ 242, 168, y F. del M. 501, 2427; Corte de Santiago, 29.8.2003, GJ
278, 282; Corte de Concepcin, 25.10.2003, rol N 1.730-2003, confirmada por CS [cas. forma] 28.1.2004, rol N 5.212-2003). Aunque a veces se hace alusin a que el empleador resulta responsable de la culpa levsima, en razn de los bienes comprometidos, no parece
necesario recurrir a esta alteracin de lege ferenda del grado de culpa del cual se responde,
sino que es preferible atender al cuidado que una persona juiciosa pone ordinariamente
ante riesgos de esa significacin (supra N 46).
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Organizacin industrial eficiente. La mayora de los casos de responsabilidad civil por accidentes laborales parece tener por antecedente un defecto de organizacin que el demandante atribuye al empleador. Este defecto
se refiere especialmente al establecimiento de un sistema de seguridad
proporcionado al riesgo, a instrucciones apropiadas y a un mecanismo de
supervisin para comprobar que el sistema y las instrucciones funcionan
apropiadamente.172 A pesar de su aparente simplicidad, en la prctica este
concepto adolece de imprecisin. As se explica que a menudo los fallos se
limiten a inferir la falta en la organizacin del mero hecho de que haya
ocurrido el accidente.173 Como se ver en el prximo prrafo, ello puede
ser inobjetable si existen antecedentes para construir una presuncin de
culpa. Sin embargo, esta forma de ver el asunto adolece del riesgo de que
una presuncin vagamente construida devenga de hecho en indestructible, con lo que la responsabilidad tiende a transformarse en un rgimen
de responsabilidad estricta, alterndose as el estatuto de responsabilidad
por culpa que la ley establece como complementario del seguro de accidentes y enfermedades laborales. Me parece que una opinin inglesa expresa un buen punto de equilibrio en la materia: Es deber del empleador
considerar la situacin, para disear un sistema de prevencin adecuado,
para instruir a su personal acerca de lo que deben hacer y suministrar los
elementos que pueden ser requeridos. Por cierto que l no puede estar
seguro de que el personal har lo debido cuando trabaja sin supervisin.
Pero si l hace lo que es razonable para asegurar que el sistema sea operado con seguridad, habr hecho lo que est obligado a hacer.174
En definitiva, la responsabilidad por culpa se sostiene en un juicio acerca
de lo que razonablemente se puede esperar de quien tiene un deber de
cuidado. En circunstancias que ninguna regulacin profesional o legal puede aspirar a la exhaustividad, el ms general de los criterios de determinacin de los deberes de cuidado es el estndar de la persona razonable. La
responsabilidad por culpa supone que el juez se ponga en la situacin de
un empresario prudente y diligente y compare, sobre la base de los hechos
de la causa, si el demandado observ ese estndar de conducta (supra
18). En otras palabras, el juicio de culpabilidad requiere comparar la
conducta efectiva con la que debi observarse en concreto.
c) Culpa infraccional. No es esta la sede para analizar los innumerables tipos de regulaciones de seguridad laboral (Cdigo del Trabajo; CMarkesinis/Deakin et al. 2003 569.
Vanse, por ejemplo, Corte de Concepcin, 13.7.1998, GJ 219, 168; Corte de Santiago, 7.12.1998, GJ 222, 196; Corte de Santiago, 28.10.1999, GJ 232, 195; CS, 11.7.2000, GJ
241, 160; CS, 24.10.2000, GJ 244, 98, publicado tambin en F. del M. 503, 3498; Corte de
San Miguel, 23.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 3, 103; CS, 8.8.2002, RDJ, t. XCVII, sec. 3, 152;
Corte de Concepcin, 28.8.2002, GJ 266, 210; CS, 9.1.2003, F. del M. 506, 5214; Corte de
Santiago, 9.7.2003, GJ 275, 227; Corte de Santiago, 29.8.2003, GJ 278, 282; y CS, 11.9.2003,
GJ 279, 230.
174 Lord Reid en General Cleaning Contractors Ltd. v. Christmas, AC 180, 194 (1953), citado por Markesinis/Deakin et al. 2003 569.
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estar abierta a aceptar la excusa de razonable diligencia.183 Por el contrario, si el accidente, aunque sea con ocasin del trabajo, escapa al mbito
de cuidado que naturalmente corresponde al empleador (como ocurri
en el caso del accidente del trnsito sufrido por el trabajador en cumplimiento de sus deberes), es sensato que la prueba de la negligencia corresponda al demandante.184
c) Lo expresado en el prrafo precedente resulta igualmente aplicable
si la responsabilidad que se hace valer tiene fundamento extracontractual
(supra N 502).
508. Responsabilidad por el hecho ajeno. a) El empleador puede verse
obligado a responder por el hecho ajeno en dos hiptesis principales: cuando el accidente es sufrido por un trabajador de un contratista o cuando es
provocado por alguna persona por cuyo hecho responde.
b) En el derecho del trabajo, el dueo de una obra, empresa o faena
es subsidiariamente responsable de las obligaciones laborales y previsionales que afecten a los contratistas en favor de los trabajadores de stos; la
responsabilidad puede extenderse de igual modo a los subcontratistas (Cdigo del Trabajo, artculo 64). La responsabilidad subsidiaria est limitada
al cumplimiento de las obligaciones que suponen prestaciones en dinero,
atendido el contexto en que se encuentra esa disposicin (Captulo VI,
Ttulo I, Libro I del Cdigo del Trabajo, titulado De la proteccin a las
remuneraciones).
En la medida que la responsabilidad del principal no tiene por antecedente la infraccin de las obligaciones remuneratorias y previsionales referidas en esa disposicin legal, la responsabilidad del empresario que encarga
la obra a un subcontratista slo puede basarse en su propia culpa.185 As se
ha fallado que esa responsabilidad debe estimarse extendida slo a aquellos casos en que el dueo de la obra, faena o empresa ha podido fiscalizar
el cumplimiento por el contratista o subcontratista de las obligaciones de
las que se pretende hacerlo responsable.186 Pero tambin existe jurisprudencia que entiende que la responsabilidad subsidiaria del principal se
183 En un caso referido a la accin de un trabajador que sufri la fractura del quinto
metatarso del pie derecho y otras lesiones a consecuencia de un accidente en el taller del
demandado, la Corte estim que el empleador haba cumplido los deberes de seguridad
en la medida que dispuso de todas las medidas necesarias para la prevencin de accidentes, implementando todos los mecanismos necesarios para desarrollar una faena de alto riesgo, con la mayor precisin y seguridad, a lo que se agregaba una correcta instruccin y
equipamiento del personal, de modo que el accidente era atribuible exclusivamente a la
conducta desaprensiva del trabajador (Corte de Concepcin, 27.9.2002, GJ 270, 146).
184 Como expresamente se exige en CS, 30.11.2000, GJ 245, 39, publicada tambin en
F. del M. 504, 4152.
185 En este sentido, con antecedentes histricos, textuales y sustantivos, Zelaya en Baraona/Zelaya 2005 114.
186 As, CS, 29.4.2004, rol N 2.297-2003; en distinto sentido, Corte de Santiago,
31.1.2001, GJ 248, 211.
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Se ha fallado que hay responsabilidad del empleador si uno de sus trabajadores sufre un accidente debido a la negligencia de una empresa externa, contratada para el montaje e instalacin de un neumtico que posteriormente explota (Corte de Antofagasta,
13.12.2002, GJ 270, 183); en sentido anlogo, Corte de Santiago, 31.1.2001, GJ 248, 211;
CS, 2.1.2004, rol N 676-2004; CS, 31.5.2004, rol N 756-2003 (citados estos ltimos por Zelaya en Baraona/Zelaya 2005 111).
188 Exigiendo algn grado de control del dueo de la obra o faena como condicin
para imponerle responsabilidad por accidentes del trabajo, CS, 8.5.2002, RDJ, t. XCIX,
sec. 3, 101; Zelaya en Baraona/Zelaya 2005 112 entiende que los fallos que dan lugar a la
responsabilidad del principal generalmente asumen que ste ha incurrido en negligencia.
189 Sobre la subsidiariedad de esta responsabilidad, se ha fallado que conforme a la
naturaleza misma de una obligacin subsidiaria, no procede demandar ni requerir de pago
al dueo de la obra, empresa o faena, sin haber requerido previamente al contratista o subcontratista, respectivamente, como tampoco demandar conjuntamente a ambos (Corte de
Santiago, 17.1.2000, GJ 235, 199); CS, 29.4.2004, rol N 2.297-2003, establece como criterio
de responsabilidad del principal precisamente que ste haya tenido la posibilidad de fiscalizar y controlar las medidas de seguridad del contratista.
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y el trabajador la regla de compensacin de culpas y de disminucin correlativa de la indemnizacin (artculo 2330 del Cdigo Civil). La relacin
civil entre el empleador y el trabajador asume que ambos son personas
que interactan sobre la base del respeto recproco y del debido cuidado
de s mismas, de modo que no es razonable imputar al empleador, en esta
sede, las negligencias del trabajador. Ello no impide que en la apreciacin
de la negligencia laboral sean consideradas las circunstancias concretas
del caso, en especial las consecuencias que puede tener la rutina en los
niveles de atencin que se pueden esperar del trabajador (supra N 285).190
A falta de esta justificacin, la culpa del trabajador debe entenderse determinante en la disminucin de la indemnizacin o en la exclusin de la
responsabilidad, segn las reglas generales (supra Nos 289 y 290).191
510. Valoracin de la prueba segn el criterio de la sana crtica. En la
medida que las causas de responsabilidad civil en que se invoca la responsabilidad contractual del empleador quedan sujetas a las reglas de
procedimiento que el Cdigo del Trabajo establece para la jurisdiccin
laboral, la prueba queda sometida a la valoracin de conformidad con
las reglas de la sana crtica (Cdigo del Trabajo, artculo 456). Esa norma dispone que el juez, al apreciar la prueba de esa manera, deber
expresar las razones jurdicas y las simplemente lgicas, cientficas, tcnicas o de experiencia en cuya virtud les designe valor o las desestime;
la disposicin luego agrega que en general, tomar en especial consideracin la multiplicidad, gravedad, precisin, concordancia y conexin
de las pruebas o antecedentes del proceso que utilice, de manera que
el examen conduzca lgicamente a la conclusin que convence al sentenciador.
En consecuencia, la apreciacin de conformidad con la sana crtica
exige del juez la explicacin de las circunstancias concretas que le permiten llegar al convencimiento en la determinacin de los hechos. Los jueces son soberanos en obtener sus conclusiones a menos que en la
190 La jurisprudencia, sin embargo, en materia de responsabilidad civil por accidentes
del trabajo, extiende a veces de modo exorbitante el criterio protector del derecho laboral,
como se muestra en situaciones que podran ser consideradas de exclusiva responsabilidad
de la vctima; as, por ejemplo, en el caso de un accidente provocado por la cada de un
ascensor en un pique minero, en circunstancias que la vctima orden una reparacin hechiza, sin esperar la llegada del personal especializado (CS, 30.9.2002, rol N 1.733-2001).
En contraste, se ha entendido que no hay lugar a responsabilidad civil respecto del trabajador que sufre un accidente por no emplear la ropa de proteccin provista y prescrita por la
empresa (Cerda 1999 26).
191 Vase, por ejemplo, Corte de Puerto Montt, 26.5.1999, rol N 7.721, confirmada por
CS [cas. fondo], 22.6.2002, rol N 2.439-99; Corte de Santiago, 28.10.1999, GJ 232, 195; CS,
29.1.2001, GJ 247, 199; Corte de Santiago, 7.8.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 96; Corte de Santiago, 27.9.2002, GJ 270, 146; CS, 15.10.2002, F. del M. 503, 3258; Corte de Concepcin,
26.8.2003, rol N 679-2003, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 2.12.2003, rol N 4.1422003; y Corte de Santiago, 29.8.2003, GJ 278, 282.
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tea un problema de imputacin objetiva del dao cuando intervienen varias causas (supra N 270).
En la medida que la infraccin de las reglas del trnsito admite las
excusas indicadas, el legislador seala que los ilcitos dan lugar a presunciones de responsabilidad (artculo 172). En verdad, se trata de hiptesis
de culpa infraccional, que permiten calificar la conducta como ilcita (culpable), a menos que opere una excusa del infractor.
c) En definitiva, la responsabilidad por accidentes del trnsito se funda
principalmente en un conjunto de reglas de conducta establecidas en la
propia Ley del trnsito. En la prctica, la jurisprudencia tiende a enumerar las infracciones legales incurridas, asumiendo que el solo hecho de la
infraccin permite calificar la conducta de culpable.201
517. Deberes generales de cuidado en la circulacin de vehculos. a) La
circunstancia de que el legislador haya definido mltiples deberes de cuidado que deben ser observados por quien conduce un vehculo motorizado no significa que el deber de diligencia se agote en el cumplimiento de
esas reglas, pues la regulacin no tiene pretensiones de exhaustividad y
autoriza la determinacin judicial de cuidados adicionales (supra N 25).
Las reglas generales de la responsabilidad civil suponen que el buen padre
o madre de familia no slo se gua por la letra de la ley, sino que tambin
acta de acuerdo a lo que la prudencia aconseja atendidas las particulares
circunstancias de la accin. Por eso, la norma inicial del ttulo sobre responsabilidad civil de la Ley del trnsito dispone que el ilcito de hacer
peligrar la seguridad de los dems no slo se produce por infraccin a las
reglas legales, sino tambin, en general, por la actuacin desconsiderada
con los derechos de los otros (artculo 170).
La determinacin adicional de deberes de cuidado resulta del reconocimiento de la imposibilidad del legislador de establecer un catlogo detallado de conductas que considere todas las hiptesis relevantes de cuidado
debido en el trfico de vehculos motorizados. De este modo, si bien el
cumplimiento de todas las reglas del trnsito es indicio de un comportamiento correcto, no es una garanta de irresponsabilidad. Las condiciones
externas de la accin pueden llevar a que el cumplimiento de las reglas
legales del trnsito resulte insuficiente y que los deberes de cuidado deban
ser extremados (supra N 55). As, todo indica que un conductor prudente
no imprime el mismo cuidado a su conducta cuando conduce por una
201 La Corte Suprema ha sentenciado que habr culpa por el solo hecho de que el
sujeto activo haya ejecutado el acto prohibido o no haya realizado el ordenado por la ley o
el reglamento, pues significa que omiti las medidas de prudencia necesarias para evitar
un dao (CS, 10.11.2005, GJ 305, 177; CS, 14.3.2006, rol N 3.132-2003); enumerando las
reglas legales y asumiendo que su infraccin supone culpa: Corte de Santiago, 24.5.1999,
GJ 227, 138; Corte de San Miguel, 19.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 66, tambin publicada
en GJ 229, 153; CS, 24.1.2001, GJ 247, 134; Corte de Valdivia, 25.6.2001, confirmada por CS
[cas. fondo], 6.5.2002, GJ 263, 120; y Corte de Antofagasta, 15.12.2001, GJ 273, 95.
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el hecho del demandado sea una condicin necesaria del dao y que las
consecuencias del hecho puedan serle normativamente imputadas. La circunstancia de que el hecho del demandado sea una condicin necesaria
del dao es constatada en los accidentes del trnsito segn el principio de
la equivalencia de condiciones (supra 28).204 A su vez, el requisito de que
el dao sea directo no plantea preguntas especiales en materia de accidentes del trnsito, de modo que la imputacin objetiva de las consecuencias
dainas mediatas se rige por los criterios generales (supra 30).
El requisito de que exista una conexin de sentido entre el ilcito y el
dao se encuentra expresamente sealado en la Ley del trnsito, que dispone que el mero hecho de la infraccin no determina necesariamente la
responsabilidad del infractor, si no existe una relacin de causa a efecto
entre la infraccin y el dao producido por el accidente (artculo 171).205
En definitiva, el dao debe haberse producido como una consecuencia de
la infraccin. De lo contrario no resulta posible atribuir responsabilidad en
razn del ilcito.206
b) En general, la relacin de causalidad no suele plantear problemas
conceptuales significativos y da lugar a complejidades slo en casos excepcionales. El problema que se plantea con ms frecuencia se refiere a la
concurrencia de infracciones de la vctima y del demandado, lo que deviene en una comparacin de la relevancia relativa de las conductas de las
partes en la produccin del accidente. En esas situaciones, la causalidad
suele tornarse en el elemento decisivo para atribuir responsabilidad (infra
Nos 524 y 525).
c) En los juicios de responsabilidad civil por accidentes del trnsito
suele plantear dificultades la prueba de la causalidad. Por lo mismo, es
CS, 29.12.1952, RDJ, t. XLIX, sec. 4, 325; CS, 11.1.1960, RDJ, t. LVII, sec. 4, 7; Corte
de Concepcin, 7.11.1985, RDJ, t. LXXXII, sec. 4, 288; CS, 11.11.1998, F. del M. 480, 2356;
CS, 25.4.2000, GJ 238, 105, tambin publicada en F. del M. 497, 527; y Corte de Concepcin, 3.4.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 27.3.2002, GJ 261, 80.
205 En consecuencia, si una persona infringe alguna disposicin y tal contravencin
no ha sido causa determinante de los daos producidos, no estar obligada a la indemnizacin (Corte de Santiago, 3.12.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 153).
206 En este sentido, se ha fallado que no procede acoger una accin de indemnizacin
de perjuicios fundada en que el demandado fue multado por conducir sin la licencia respectiva, si dicha infraccin est completamente desligada de la colisin (Corte de Concepcin, 5.8.1980, RDJ, t. LXXVII, sec. 2, 105); tambin se ha entendido que la circunstancia
de manejar una persona en estado de ebriedad y a exceso de velocidad resulta irrelevante
si el accidente se debe a que otro conductor pierde el control de su vehculo y traspasando
el eje central invade la pista de circulacin contraria, ya que dichas circunstancias no influyeron en el hecho en s, no tuvieron relacin de causa a efecto, pues como se ha demostrado, el accidente ocurri por haberse desplazado el conductor de la camioneta a la
pista contraria (CS, 17.11.1998, F. del M. 480, 2334); y que la circunstancia de haber conducido un camionero con una licencia inadecuada y a exceso de velocidad es irrelevante,
ya que de comportarse correctamente la colisin se habra producido de todas maneras
(Corte de Concepcin, 3.4.2001, confirmada por CS [cas. fondo], 27.3.2002, GJ 261, 80).
204
723
infringida es objetivamente atribuible a la negligencia del demandante (supra N 248). Si alguien conduce con el permiso vencido y participa en un
accidente sin que haya intervenido su negligencia, debe entenderse que la
infraccin no es causa del dao, porque puede asumirse que ese requisito
ha sido impuesto precisamente como una medida preventiva de la conduccin inepta.
La determinacin de cul es el fin protector de una regla del trnsito supone una interpretacin teleolgica de la norma, que exige discernir cules son sus fines relevantes (supra N 249). La precisin del
fin relevante puede resultar de particular inters cuando tanto el demandado como la vctima del accidente hayan infringido una regla del
trnsito, pero slo una de esas normas tena por objeto evitar el preciso
resultado daoso producido (como ocurre, en el extremo, si una de las
partes no obedeci una seal de detencin obligatoria y la otra conduce con licencia vencida).
b) En los accidentes del trnsito es frecuente que la jurisprudencia
recurra al fin de la norma para imputar un resultado a una determinada
infraccin. Este criterio es especialmente utilizado cuando se trata de discriminar entre diversas infracciones a la Ley del trnsito y determinar cul
de stas ha sido determinante en la produccin del accidente.207
523. Comportamiento lcito alternativo en accidentes del trnsito. La norma del artculo 171 de la Ley del trnsito debe ser entendida en trminos que la relacin causal se tenga por inexistente si el accidente se
hubiera producido aunque el conductor hubiese observado las reglas del
debido manejo. El ejercicio intelectual que corresponde realizar en tal
situacin es la reconstruccin hipottica de los acontecimientos bajo el
supuesto de que se hubiesen observado por el demandado las reglas per-
207 As, en un caso en que un motociclista que conduca a exceso de velocidad impact el costado de una camioneta que circulaba por la misma va y realiz un viraje prohibido
para ingresar a un servicentro, se fall, entendiendo correctamente el fin de la norma como
una cuestin de causalidad, que la norma que prohbe circular a una velocidad excesiva
no tiene por objeto evitar que el conductor se encuentre en el lugar del accidente cuando
ste sucede, sino impedir otras consecuencias, como la prdida de control de su vehculo,
o la imposibilidad de detenerse frente a obstculos previsibles o, en su caso, de evitarlos o
de efectuar maniobras necesarias para la seguridad de la marcha, etc. Por ello, en un caso
como el que nos ocupa, el riesgo creado por el occiso al imprimir una velocidad excesiva a
su vehculo no se realiza en el lamentable accidente que le cost la vida, pues ese resultado, tal como se presenta en el caso concreto, yace fuera del mbito de proteccin de la
norma que (l) ha vulnerado (). A la inversa, la norma que prohbe irrespetar el derecho preferente de circulacin de otro vehculo, obstruyndole inesperadamente el paso, s
tiene por objeto evitar que el autor se encuentre donde no deba encontrarse cuando se
produce la colisin, ya que lo que tal prohibicin pretende es, precisamente, que quienes
circulan por la va con paso preferente la encuentren despejada de obstculos de esa clase
(CS, 22.4.1998, GJ 214, 115, tambin publicada en F. del M. 473, 342); vase tambin CS,
25.4.2000, GJ 238, 105.
725
726
Se ha fallado que el concepto de causa basal quizs algo impreciso, pero que ha
adquirido carta de ciudadana en la jurisprudencia y parte de la doctrina nacionales esconde la idea de que, en casos como los de estos autos, en los que concurren a la produccin del resultado dos conductas equivalentemente causales y ambas creadoras de un riesgo
que supera al permitido (es decir, imprudentes), hay, sin embargo, a veces, slo una de ellas
que se realiza en tal resultado y determina por lo tanto que ste sea objetivamente imputable a su autor, al paso que la otra no (CS, 22.4.1998, GJ 214, 115, tambin publicada en F.
del M. 473, 342).
212
CS, 12.4.1999, GJ 226, 131; Corte de San Miguel 18.6.2003, GJ 276, 176.
213
En verdad, la pregunta relevante se refiere a si un cierto ilcito probado en el proceso puede ser tenido por determinante en la produccin del resultado. As, en el caso
de un conductor de microbs que circulaba a exceso de velocidad, pero que atraves con
luz verde un cruce, impactando a un peatn que en ese momento cruzaba la calle con
luz roja, se fall, recurriendo innecesariamente al concepto de causa basal: El mrito de
la prueba reunida () permite concluir inequvocamente que el peatn, enfrentando luz
roja de semforo, obstruy inesperadamente la va de circulacin del microbs, que ingresaba al cruce con luz verde favorable y era titular del derecho preferente de paso ().
En tal virtud, el accidente materia de autos no resulta razonablemente explicable si se
prescinde de la contravencin reglamentaria efectuada por la infortunada vctima y la imprudencia manifiesta en que incurri, ya que de haberse ella detenido en su camino, a la
espera de tener la autorizacin de la luz verde del semforo, puede concluirse () que
el accidente no habra ocurrido (). En cambio, no sucede igual cosa con la infraccin
reglamentaria e imprudencia atribuibles al conductor del bus, por conducir a sesenta kilmetros por hora, es decir, superando en diez () el lmite mximo permitido en sector urbano, como norma general, ya que los antecedentes probatorios disponibles y la
727
En segundo lugar, la idea de causa basal puede referirse a situaciones en que diversos ilcitos concurren a la causacin de un dao a una vctima inocente, en cuyo caso basta aplicar las reglas generales sobre
pluralidad de responsables, sin que sea necesario determinar a priori si
la culpa de una de ellas debe tenerse por ms importante que la de los
dems, esto es, por causa basal del accidente (supra 33, especialmente N 278).214
En tercer lugar, la comprobacin de la conducta lcita alternativa procede tambin al momento de analizar los efectos causales de la imprudencia de la vctima. En consecuencia, si la infraccin cometida por el
demandante de una regla de cuidado no es causalmente determinante en
correcta evaluacin de ellos no permiten concluir con el mismo grado de probabilidad
ya aludido, que el suceso no habra ocurrido de haber manejado dicho chofer su vehculo a cincuenta o menos kilmetros por hora (). En tales condiciones, no es posible aseverar que el luctuoso resultado se produjo por la conducta descuidada de carcter
secundario, no principal o primordial, en que incurri el sentenciado en relacin al resultado ilcito finalmente ocurrido (Corte de San Miguel, 18.6.2003, GJ 276, 176). En el
mismo sentido, en un caso en que un conductor al enfrentar un curva debi disminuir la
velocidad y luego detenerse ante el sorpresivo cruce de un peatn, producto de lo cual
fue colisionado por la parte posterior del mvil por otro vehculo, se fall que la imprudencia con infraccin de reglamentos atribuida al encartado explica el resultado alcanzado; toda vez que ste cre un riesgo superior al permitido, dadas las condiciones de trnsito
existentes, y cuya procedencia, de acatar lo que razonablemente le era exigible, habra
variado el curso de los acontecimientos, evitndose as el desenlace que se ha reprochado. Cuestin, por lo dems, que permite afirmar que aqul gener lo que se ha llamado
comn y tcnicamente la causa basal del accidente (CS, 11.11.1998, F. del M. 480, 2356).
En este segundo fallo se muestra que la idea de causa basal nada agrega al perfecto razonamiento con fundamento en el comportamiento lcito alternativo; vase tambin, CS,
17.11.1998, F. del M 480, 2334, y CS.12.1.1999, F. del M. 482, 120.
214 Se ha fallado que no es basal la infraccin del conductor que maneja a exceso de
velocidad y que a consecuencia de ser encandilado por otro vehculo impacta a un camin
que en ese momento se encuentra detenido, ocupando parte de la berma y de la calzada,
porque la finalidad de proteccin de la norma del artculo 154, inciso 1, de la ley N 18.290,
que la sentencia entiende infringida por el reo, no tiene por objeto impedir que otros vehculos que se desplacen a velocidad inmoderada, como es el caso, se estrellen contra aqul
estacionado antirreglamentariamente, de modo que el resultado producido no es imputable a la infraccin cometida por el procesado. Al ser una condicin del accidente, puede
ser estimada como una causal concurrente, pero no basal del mismo (CS, 25.4.2000, GJ
238, 105, tambin publicada en F. del M. 497, 527). La pregunta que subyace tras este anlisis es qu habra ocurrido si el conductor hubiese marchado a la velocidad mxima autorizada; si igualmente se hubiese producido el accidente, ste no puede ser atribuido a su
culpa, en razn de que aun en ese evento el dao se habra producido. Si, por el contrario,
el dao hubiese sido menor, no es una hiptesis que excluye la causalidad, sino de reduccin de la reparacin indemnizatoria. En el caso se muestra que la idea de causa basal contribuye a confundir ambas cuestiones.
728
el dao sufrido, tampoco podr ser considerada a efectos de la disminucin de la reparacin indemnizatoria; pero si ha tenido significacin, debe
ser considerada a efectos de la apreciacin del dao, sin que ello se vea
modificado por la circunstancia de que una culpa sea ms relevante que la
otra (infra N 525).
En cuarto lugar, la idea de causa basal puede servir para sopesar las
causas, atribuyendo a una de ellas un rol preponderante en el resultado,
excluyendo la otra, en cuyo caso tambin surge la seria duda de si por
medio de ese concepto no se elude el artculo 2330 (si el concepto de
causa basal sirve para desestimar la influencia causal de la culpa de la
vctima o, al revs, para excluir la responsabilidad, a pesar de que el demandado ha influido con su ilcito en el resultado daoso) o las reglas
generales sobre participacin de varios ilcitos en la produccin de un
dao (supra 33, especialmente N 278).215
Finalmente, el concepto de causa basal puede servir para indicar que
slo uno de los ilcitos fue determinante en el resultado daoso, en razn de los fines de las normas pertinentes; pero tambin en este caso
existe una doctrina establecida que no requiere de ese concepto multivalente para excluir la responsabilidad de quienes han infringido normas
cuyos fines no son prevenir el riesgo que se materializ en el accidente
(supra N 522).
d) La prueba de la incidencia causal relativa de los diversos ilcitos
puede realizarse por cualesquiera medios. El informe de peritos elaborado
por las unidades especializadas de la polica suele ser de extraordinaria
relevancia a la hora de fijar la infraccin que ha sido la precisa causa del
accidente.216 Pero ello no excluye otros medios de conviccin del juez,
incluyendo la prueba testimonial.
525. Efectos de la culpa de la vctima. De acuerdo con la regla general del
artculo 2330 del Cdigo Civil, plenamente aplicable a los accidentes del
trnsito, si la vctima ha contribuido con su imprudencia a la produccin
del dao, debe reducirse el monto de la indemnizacin (supra N 282). En
estos supuestos, el primer paso consiste en una comparacin entre el hecho
del demandado y el de la vctima, a efectos de determinar si procede un
efecto compensatorio entre el hecho culpable del demandado con el de la
vctima; luego ser necesario apreciar la contribucin relativa de uno y otra
a efectos de precisar la proporcin en que deben concurrir (supra N 289).
El requisito esencial para que opere esta atenuacin, es que la imprudencia
215 No cabe aqu pronunciarse sobre el concepto de causa basal en el derecho penal; slo
cabe anotar que ste es ms estricto en las condiciones de responsabilidad; sin embargo, existe
una cierta coincidencia en que los casos en que se hace referencia a una causa basal, que excluye de significancia jurdica a las dems causas del dao, hayan sido dictados en acciones civiles
ejercidas en sede penal; en este sentido, Corte de San Miguel, 16.8.2002, GJ 266, 159.
216 CS, 12.1.1999, GJ 223, 120, tambin publicada en F. del M. 482, 3041; Corte de San
Miguel, 18.6.2003, GJ 276, 176.
729
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220 Una completa resea comparada e histrica en Zelaya en Martinic 2004 373 (para
el derecho comparado) y 396 (para la evolucin del derecho chileno).
221 La ley N 20.068 (DO 10.12.2005) extendi la responsabilidad solidaria al mero tenedor del vehculo, corrigiendo la situacin legal anterior, que la exclua respecto de quien
gozaba efectivamente del vehculo y de quien lo reciba en uso de un tercero; sobre la antigua exclusin de responsabilidad del mero tenedor, CS, 13.4.1999, F. del M. 485, 302.
222 El texto actual de la norma, incorporado por la ley N 20.068 (DO 10.12.2005), admite la excusa de que el vehculo fue usado contra la voluntad del propietario o tenedor
que se pretende hacer responsable; en la versin inmediatamente anterior, incorporada por
la ley N 19.495 (DO 8.3.1997), se estableca la responsabilidad solidaria del propietario,
pero se admita la excusa de haber sido utilizado el vehculo sin su conocimiento o autorizacin expresa o tcita; la anterior Ley del trnsito (DO 7.2.1984) estableca que la responsabilidad del propietario quedaba excluida si ste probaba que el vehculo le ha sido tomado
sin su conocimiento o autorizacin expresa o tcita; estas excusas dieron lugar a una abundante jurisprudencia acerca del alcance de los trminos utlizado y tomado y respecto de
las circunstancias en que se poda dar por establecida una autorizacin (una exhaustiva
revisin jurisprudencial y doctrinaria en Zelaya en Martinic 2004 404).
223 Corte de Concepcin, 23.8.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 199.
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La regla plantea tres cuestiones interpretativas de importancia: la primera se refiere a la naturaleza de la responsabilidad del propietario y del
tenedor, en circunstancias que la ley seala que sern solidariamente responsables con el conductor; la segunda, a la extensin personal de la responsabilidad y, ms precisamente, a quines deben ser tenidos a este efecto
por tenedores; la tercera, al alcance de la excusa que le es admitida al
propietario y tenedor, esto es, a las circunstancias en que se entiende que
el vehculo ha sido usado contra su voluntad.
En los prrafos siguientes sern sucesivamente analizadas, en su estructura ms bsica, estas tres preguntas.
528. Naturaleza jurdica de la responsabilidad del propietario y tenedor.
a) En principio, la responsabilidad del propietario o tenedor puede ser
estructurada de tres maneras. Ante todo, de acuerdo con las reglas generales de la responsabilidad civil por el hecho ajeno, en cuyo caso se tratar
de una responsabilidad por culpa presumida, si el conductor es calificado
de dependiente, o por la culpa probada en la decisin de entregar el vehculo
a un tercero que no se encuentra en esa relacin de dependencia. Un
segundo camino consiste en establecer la responsabilidad vicaria del propietario y tenedor, en cuyo caso stos responden por los hechos culpables
del conductor, sin que sea necesario imputarles culpa alguna a ellos mismos; en consecuencia, la responsabilidad participa de los caracteres del
rgimen general, porque requiere de culpa del agente, pero agregando
un rgimen de garanta que soportan el propietario y el tenedor, cuya
responsabilidad es establecida con prescindencia de todo juicio personal
de culpa (probada o presumida). Finalmente, se puede establecer un rgimen de responsabilidad estricta en sentido propio, en cuya virtud el propietario o el tenedor son responsables, sin que medie juicio alguno acerca
de la culpa del conductor, ni de los civilmente responsables.224
b) Es inequvoco que la ley chilena sigue en la materia el segundo camino,
esto es, establece un rgimen especial de responsabilidad vicaria, que tiene por
fundamento, por un lado, la culpa del conductor y, por otro, el riesgo creado
por el propietario o tenedor. En consecuencia, la responsabilidad del propietario o tenedor es estricta en la medida que no requiere de juicio de culpabilidad
respecto a su propia conducta, ni le es admisible la excusa de la propia diligencia (como s ocurre bajo las reglas generales del Cdigo Civil);225 pero, al mismo
224 Un anlisis de los diferentes sistemas, con preferencia por un rgimen amplio de
responsabilidad estricta, en Zelaya en Martinic 2004 372.
225 Se ha fallado que la responsabilidad solidaria que asigna el artculo 174, inciso 2
de la ley 18.290 al propietario de un vehculo que ocasiona daos en una colisin tiene un
carcter objetivo, ya que se aparta de la teora de la responsabilidad civil contenida en los
artculos 2314 y siguientes del Cdigo Civil, que exige concurrencia de dolo o culpa (Corte de San Miguel, 19.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 66, tambin publicada en GJ 229, 153); y
que la ley hace responsable objetivamente a quien detenta la titularidad del derecho de
dominio de un vehculo, porque no puede permanecer ajeno a la responsabilidad de su
conductor (Corte de Antofagasta, 15.12.2001, GJ 273, 95); en el mismo sentido: Corte de
Santiago, 8.9.2003, GJ 279, 188, y Corte de Santiago, 22.4.2005, GJ 298, 298.
732
226 As, a propsito de la responsabilidad del propietario se ha resuelto que dicha responsabilidad legal objetiva supone, para poder ser establecida en sede jurisdiccional, la comprobacin de la responsabilidad personal del conductor del vehculo, cuando es un individuo
distinto del propietario, responsabilidad subjetiva referida a la infraccin de las normas que
regulan el trnsito pblico, supuesto que el hecho lesivo se haya producido en ese entorno (Corte de San Miguel, 19.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 2, 66, tambin publicada en GJ
229, 153). Revisadas decenas de sentencias publicadas sobre la responsabilidad del propietario entre los aos 1998 y 2005, el autor no ha advertido ninguna en que sta haya sido
establecida como una forma de responsabilidad estricta u objetiva en el sentido ms fuerte,
en orden a que no slo sera independiente de la culpa del propietario o tenedor, sino tambin de que el conductor haya cometido un ilcito.
227 Por lo mismo, se ha fallado que esta garanta legal no puede ser dejada sin efecto por
acuerdo entre el propietario y el usuario, para lo cual basta tener presente que el artculo
1545 del Cdigo Civil se refiere al valor que los contratos tienen para sus celebrantes, pero lo
convenido en ellos no afecta o compromete a terceros, adems, de que sus trminos, en este
caso, no pueden modificar, sustituir o eliminar lo que la ley dispone en materia de responsabilidad civil respecto del propietario de un vehculo, de ser responsable solidariamente con
el conductor de los daos causados a terceros (CS, 13.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec 1, 60).
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534. Responsabilidad del propietario por su propia culpa. La responsabilidad del propietario por el hecho ajeno, sea bajo el rgimen de responsabilidad vicaria del artculo 174 II de la Ley del trnsito o de la responsabilidad
por el hecho ajeno del Cdigo Civil, debe entenderse sin perjuicio de la
responsabilidad que al propietario puede corresponderle por su propia
culpa, como ocurre si infringe los deberes de cuidado referidos a la mantencin del vehculo (artculo 175). Esta responsabilidad por el hecho propio del propietario puede ser de inters para la vctima si el accidente
ocurri sin culpa del conductor.
d. Responsabilidad del Fisco y de las municipalidades por accidentes del trnsito
vehicular y de peatones
535. Norma especial de responsabilidad del Fisco y de las municipalidades. El Fisco y las municipalidades responden en el derecho chileno por
falta de servicio segn el estatuto general de responsabilidad que les resulta aplicable (supra 40). Las hiptesis de culpa infraccional de rganos de
la Administracin del Estado y de las municipalidades no son frecuentes.
Por lo general, la responsabilidad se construye sobre la base de una falta
de servicio que es determinada por el juez, que se ve en la necesidad de
establecer un lmite entre las potestades que poseen los rganos pblicos y
los deberes de servicio que se asocian a esos poderes jurdicos.
En materia de accidentes del trnsito y en vas pblicas en general, la
Ley del trnsito establece un tipo muy importante de ilcito infraccional,
atribuyendo responsabilidad civil al Fisco y a las municipalidades si un
accidente se ha debido al mal estado de las vas pblicas, o a su falta o inadecuada sealizacin (artculo 174 V). En este caso, el funcionamiento anormal del servicio se muestra en el mal estado de la va o en la falta de
sealizacin, que condicionan la materializacin del accidente.
La ley facilita el ejercicio de la accin indemnizatoria, otorgando expresamente competencia al juez civil que corresponda segn las reglas del
Cdigo Orgnico de Tribunales y estableciendo que el juicio se tramitar
de acuerdo a las reglas del juicio sumario (artculo 174 V in fine).
536. Naturaleza jurdica de la responsabilidad del Fisco y municipalidades.
a) La jurisprudencia ha entendido que la responsabilidad del Fisco y las
municipalidades, de conformidad con la Ley del trnsito, es por falta de
servicio, con la particularidad de que sta se infiere del mal estado de la
va o la inadecuada sealizacin (esto es, de la circunstancia que el accidente se deba a un defecto de la va o de sealizacin se presume un
incorrecto funcionamiento del servicio).234
234 CS, 28.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 5, 94; CS, 7.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 88; CS,
29.1.2002, GJ 259, 17; CS, 5.3.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 27, publicada tambin en F. del
M. 496, 1.
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La presuncin es anloga a la presuncin de culpa por el hecho propio prevista en el artculo 2329 del Cdigo Civil. La falta de servicio se
tendr por presunta en la medida que el mal estado de la va y la falta de
una adecuada sealizacin amenacen un dao intenso, que segn la experiencia en la generalidad de los casos se deber a un defecto del servicio
que no responde a las expectativas del pblico.235
b) Como es usual en este tipo de responsabilidad, es necesario un juicio de valor respecto del estado exigible de las vas y de su sealizacin.
Este juicio es normativo, en la medida que exige una valoracin de lo que
resulta exigible como estndar de servicio. Es la infraccin a ese estndar,
que define el nivel de servicio que se puede esperar de la Administracin,
lo que permite calificar, a efectos de responsabilidad patrimonial, la va en
mal estado o la sealizacin de inadecuada (supra Nos 348 b y 349).236
En otras palabras, que el pavimento sea irregular e incluso que haya
baches ms o menos profundos (especialmente en municipios pobres),
forma parte de las expectativas que puede hacerse un conductor diligente
acerca del servicio pblico; por el contrario, si existe un hoyo no sealizado en la acera, que permite la cada de los peatones,237 o si una zanja
profunda en la calzada no est sealizada,238 o una calle es diseada de
manera que el agua de las lluvias inunde una vivienda,239 debe inferirse
que existe una falta de servicio, que da lugar a la indemnizacin del dao
provocado.
Como es tpico en el caso de las presunciones de falta de servicio, de la
calificacin de un resultado como defectuoso (mal estado de la va o inadecuada sealizacin), se infiere una deficiencia en el servicio, con indiferencia del preciso lugar en que ella se produjo. En definitiva, el resultado
235 En este sentido, se ha fallado que establecido el deber del municipio de mantener
las aceras en estado de transitar por ellas o al menos sealizar debidamente los peligros, no
es necesaria prueba alguna de las razones que llevaron al municipio a incurrir en esa falta
de servicio, pues es caracterstico de este tipo de responsabilidad que baste que un accidente se haya producido a consecuencia de no haberse cumplido la funcin que la ley asigna
al rgano pblico respectivo, para que la responsabilidad quede configurada (CS, 7.5.2001,
RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 88).
236 Por eso, resulta excesivo el deber de cuidado establecido en CS, 13.9.1999, RDJ,
t. XCVI, sec. 4, 236, publicada tambin en F. del M. 490, 2041, en que se conden a la Municipalidad de Via del Mar en circunstancias que un automovilista vir sin respetar el derecho preferente de paso, atropellando a un menor y causndole la muerte, porque se estim
que la municipalidad era responsable de que faltase en ese lugar un semforo de cuatro
tiempos, que habra podido evitar el accidente; el equilibrio entre el nivel de seguridad posible y el alcanzable es usualmente una tarea poltica, que corresponde a los rganos pblicos que deben distribuir porciones presupuestarias, de modo que es en extremo delicada
la tarea judicial de definir el umbral jurdico en que la ausencia de un dispositivo o medida
de seguridad es fuente de responsabilidad por daos.
237 Corte de Concepcin, 15.9.1999, confirmada por CS [cas. fondo], 10.8.2000, RDJ,
t. XCVII, sec. 5, 132.
238 CS, 7.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 88.
239 CS, 3.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 87, y CS, 27.11.2003, GJ 281, 64.
740
240 Excepcionalmente, las empresas de ferrocarriles responden de los daos que se causen en accidentes ocurridos en cruces ferroviarios mal sealizados, segn dispone a contrario sensu el artculo 107 de la Ley del trnsito.
241 Se ha estimado que existe responsabilidad municipal por falta de sealizacin y mal
estado de las aceras no obstante el actuar imprudente de la vctima, supuesto en el cual no
procede eximir de responsabilidad al municipio, pero s reducir el monto de la indemnizacin en razn de lo dispuesto en el artculo 2330 del Cdigo Civil (CS, 29.1.2002, GJ 259,
17, publicada tambin en F. del M. 498, 660).
741
del riesgo que corren.242 Como en el caso de las vas del trnsito, la responsabilidad est sujeta a los criterios de exigibilidad del servicio, atendidas
las circunstancias (supra Nos 348 b y 349).
La jurisprudencia ha entendido a estos efectos que resulta aplicable la
regla del artculo 174 V de la Ley del trnsito a los accidentes de peatones
en las aceras mal conservadas, pues esa norma debe ser aplicada indistintamente al desplazamiento de vehculos y peatones por vas de uso pblico, segn resulta del uso general de las palabras, y, adems, de las
definiciones extensivas que el artculo 2 de la referida Ley del trnsito
hace de los vocablos trnsito y va.243
b) Si las obras son emprendidas por el Servicio de Vivienda y Urbanismo, por la Direccin de Vialidad u otro rgano de la Administracin del
Estado, la responsabilidad corresponde al Fisco, de conformidad con el
artculo 174 V de la Ley del trnsito y las reglas generales sobre responsabilidad patrimonial de las administraciones pblicas (supra 40).
e. Responsabilidad por licencias o certificaciones irregulares
539. Responsabilidad de funcionarios por entrega irregular de licencias de
conducir. a) La Ley del trnsito establece expresamente el ilcito de otorgamiento irregular de licencias para conducir. Al efecto dispone que los
funcionarios responsables de otorgar esas licencias, sean o no municipales, que infrinjan en el ejercicio de esa funcin las normas legales aplicables son solidariamente responsables de los daos y perjuicios causados
por la culpa del conductor (artculo 174 III). La ley establece una obligacin de garanta, que es indiferente de la influencia causal que haya tenido la irregularidad incurrida en la produccin del dao. Como en el caso
del propietario, la responsabilidad es estricta slo una vez que se ha esta-
En este sentido: CS, 28.7.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 5, 94, en que se declar la responsabilidad municipal por un accidente experimentado por una transente que sufri lesiones al pasar sobre un tabln de madera, colocado a raz del mal estado de la acera para
el paso peatonal, sin sealizacin, cayendo al suelo sobre su extremidad superior derecha;
CS, 5.3.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 27, publicada tambin en F. del M. 496, 1, en que se
declara la responsabilidad municipal por la cada mortal de dos seoras a un desage mal
sealizado; y CS, 24.11.2003, GJ 281, 80, publicada tambin en F. del M. 516, 3034, en que
se da por correctamente establecida la responsabilidad por la torcedura seria de un tobillo
sufrido por una transente a consecuencia del mal estado de la vereda, que no estaba sealizada; en el mismo sentido, Corte de Concepcin, 15.9.1999, confirmada por CS [cas. fondo], 10.8.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 132; CS, 7.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 88; y CS,
7.5.2002 RDJ, t. XCIX, sec. 5, 104.
243 En CS, 7.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 88, se sostuvo que el antiguo inciso final
(hoy quinto) del artculo 174 de la Ley del trnsito debe ser indistintamente aplicado al
desplazamiento de vehculos y peatones por vas de uso pblico, segn resulta del uso general de las palabras y, adems, de las definiciones extensivas que el artculo 2 de la Ley
del trnsito hace de los vocablos trnsito y va.
242
742
blecido la culpa del conductor (esto es, probada esta ltima, no se admite
la excusa de que la entrega irregular de la licencia no fue causalmente
determinante en el perjuicio sufrido por el demandante).
b) Adems del funcionario, puede resultar responsable la municipalidad que haya otorgado irregularmente la licencia. Pero en este caso no se
aplica la regla del artculo 174 III, sino las reglas generales de responsabilidad municipal por falta de servicio (supra 40).
540. Responsabilidad de los concesionarios de establecimientos de revisin tcnica. a) Mientras la responsabilidad por el otorgamiento irregular
de licencias de conducir es conexa a la culpa en la conduccin, los deberes de cuidado de los concesionarios de establecimientos de revisin tcnica se relacionan con el buen estado del vehculo. Por lo mismo, mientras
la responsabilidad en el primer caso es dependiente de que el accidente se
haya debido a la culpa del conductor, en el segundo est condicionada a
que el accidente se haya producido por desperfectos del vehculo respecto del cual se hubiese expedido un certificado falso, ya sea por no haberse
practicado realmente la revisin o por contener afirmaciones de hechos
contrarios a la verdad (artculo 174 IV).
b) Cabe la duda acerca del alcance de esta responsabilidad. Una hiptesis consiste en exigir una relacin de causalidad entre la negligencia del
concesionario del servicio de revisin tcnica que incurre en falsedad al
otorgar el certificado y los daos sufridos por el demandante; en tal caso,
la responsabilidad slo podra darse por establecida respecto de daos
que provengan de un accidente causado por un desperfecto no consignado en la revisin y que habra dado lugar a negar la autorizacin. Una
hiptesis alternativa es que determinado el ilcito de haberse entregado
un certificado falso, por no haberse efectuado la revisin o por contener
afirmaciones contrarias a la verdad, el concesionario se transforma ipso
iure en solidariamente responsable, con la sola condicin de que el accidente se haya debido a desperfectos del vehculo. En principio, pareciera
que esta segunda alternativa resulta ms correcta, porque es la que mejor
se aviene con la idea de responsabilidad solidaria, que es una garanta
legal que tiene por precisas condiciones el ilcito del establecimiento y
que un desperfecto del vehculo haya sido causa del accidente; por tratarse de una obligacin de garanta, no est determinada por el fin de la
norma protectora, como ocurrira de acuerdo con la primera hiptesis, de
modo que basta que se cumplan los requisitos formales para que resulte
aplicable la norma especial del artculo 174 IV.
c) Conviene tener presente que el otorgamiento de un certificado de
revisin tcnica sin haber realizado realmente la revisin o que contenga
afirmaciones relevantes de hechos contrarios a la verdad, es una conducta
constitutiva de delito (artculo 196 B letra g). El dolo requerido y el tipo
penal son similares a los delitos de falsificacin instrumental (Cdigo Penal, Ttulo IV, 4 y 5).
En el mbito civil la exigencia de una conducta dolosa o extremadamente descuidada est implcitamente contenida por la norma del artcu743
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unidades de fomento, en caso de incapacidad total; 90 unidades de fomento, en caso de incapacidad permanente parcial; y 90 unidades de fomento, por concepto de gastos de hospitalizacin o de atencin mdica,
quirrgica y farmacutica (artculo 25).249 El rgimen se extiende a los
daos personales sufridos a consecuencia de accidentes de la locomocin
colectiva y taxis colectivos; aunque el texto de la norma es oscuro, debe
entenderse que su sentido es que los montos referidos alcancen a cada
una de las vctimas de esos accidentes (artculo 25 III).250
Las indemnizaciones por muerte y por incapacidades permanentes no
son acumulables, de modo que si ha sido pagada una indemnizacin por
incapacidad o por gastos de hospitalizacin y tratamiento y el accidentado
fallece, los titulares del derecho slo reciben la cantidad remanente, esto
es, la que corresponde en razn de la muerte, menos lo ya percibido por
aquellos conceptos (artculo 26).251
La ley establece un orden de prelacin de los beneficiarios en caso de
muerte, donde los de grado superior excluyen a los de grado inferior: i) el
cnyuge sobreviviente; ii) los hijos menores de edad; iii) los hijos mayores
de edad; iv) los padres; v) la madre de los hijos no matrimoniales de la
vctima; y vi) quienes, a falta de los anteriores, acrediten la calidad de
herederos.
Slo quedan excluidos de la cobertura los accidentes ocurridos en carreras de automviles o en competencias; fuera del territorio nacional; a
consecuencia de guerras, sismos u otros casos fortuitos que sean por completo extraos a la circulacin del vehculo; y el suicidio o la comisin de
lesiones autoinferidas (artculo 34).
d) El seguro est establecido en beneficio de las vctimas de los accidentes.
De ello se siguen algunas importantes consecuencias que son tpicas de este
tipo de seguros. Ante todo, el seguro no se resuelve por el no pago de la
prima u otros incumplimientos del asegurado y slo por sentencia ejecutoriada puede ponrsele trmino antes de su fecha de vencimiento (artculo
5). En segundo lugar, como se ha sealado, se trata de un seguro de daos
a terceros, y no de responsabilidad civil, de modo que no es necesario acreditar
249 La ley establece, asimismo, lmites para los gastos diarios por concepto de hospitalizacin y remite a la pliza a efectos de los montos mximos de la indemnizacin por gastos
de atencin mdica y quirrgica (artculo 25 IV y V).
250 La ley N 16.426 (DO 4.2.1966) estableca un seguro obligatorio de accidentes de
locomocin colectiva y taxis colectivos. Su ltimo texto fue dado por el artculo 39 de la ley
N 18.490, pero luego la norma fue derogada por la ley N 18.679 (artculo 13 IV). Actualmente, el seguro obligatorio de buses y taxis de locomocin colectiva se rige por la ley
N 18.490, que establece un rgimen comn de seguro obligatorio por accidentes personales causados por circulacin de vehculos motorizados; la ley N 19.887 (DO 18.8.2003) introdujo importantes modificaciones en la materia, algunas precisamente orientadas a derogar
las normas especiales de cobertura en el caso de accidentes causados por buses de locomocin colectiva.
251 La ley establece conceptos de incapacidades y seala un procedimiento para su establecimiento (artculos 27 y siguientes).
747
culpa del conductor, bastando la sola demostracin del accidente y las consecuencias de muerte o lesiones que aqul haya causado (artculo 6). Finalmente, las vctimas y sus beneficiarios tienen una accin directa en contra del
asegurador, no resultndoles oponibles las excepciones que ste pueda alegar contra el tomador del seguro (infra N 867).
Si en un accidente participan dos o ms vehculos, cada asegurador es
responsable de las indemnizaciones a que tienen derecho las personas respectivamente transportadas en los vehculos asegurados (artculo 12).
e) El seguro obligatorio de accidentes de vehculos motorizados es compatible con la accin de responsabilidad civil extracontractual, de acuerdo
con las reglas generales analizadas en esta seccin (artculo 15). Atendidos
los montos reducidos de la cobertura obligatoria, no se plantea en el derecho chileno la pregunta de otros sistemas ms comprensivos, en orden a si
el seguro es acumulable a la indemnizacin de perjuicios de fundamento
extracontractual. Con todo, se establece que las sumas pagadas por el asegurador se imputan a los pagos que deban realizar el conductor o el propietario de conformidad con el rgimen general de responsabilidad
(artculo 15 III).
f) Siguiendo las reglas generales del seguro de responsabilidad civil
(infra N 868), el asegurador no tiene accin contra el asegurado, salvo
que haya actuado dolosamente, pero s la posee en contra de los dems
responsables del accidente (artculo 16). Aunque la ley dice que es una
accin para recuperar lo pagado, debe entenderse que se trata de una
subrogacin en las acciones que corresponden al asegurado (Cdigo de
Comercio, artculo 553 I).
53. RESPONSABILIDAD CIVIL POR PRODUCTOS DEFECTUOSOS252
a. La responsabilidad por productos defectuosos en el ordenamiento de la
responsabilidad civil
544. Planteamiento. a) La expresin del derecho de la responsabilidad
civil en una regla abstracta de responsabilidad por culpa (como la establecida por los artculos 1437, 2284, 2314 y 2329) tiene las ventajas y dificultades de una extrema generalizacin. As, parte esencial del derecho de
obligaciones, como es la responsabilidad por daos causados fuera del mbito contractual, queda expresada en textos que norman mbitos extensos
de la vida de relacin, pero que son indeterminados respecto de sus circunstancias concretas de aplicacin. La consecuencia inevitable es que la
construccin de reglas ms precisas queda entregada a la jurisprudencia y
a la doctrina, as como a los estatutos legales especiales.
Este apartado tiene por antecedente el comentario a un trabajo de Hernn Corral
sobre productos defectuosos preparado en el marco del Proyecto sobre Modificaciones al
Cdigo Civil y Cdigo de Comercio, patrocinado por diversas facultades de derecho chilenas y la Fundacin Fernando Fueyo Laneri (2003).
252
748
A lo anterior se agrega una amplia discusin, desde las fronteras externas del derecho, respecto de la racionalidad que subyace (o debiera subyacer) al ordenamiento de la responsabilidad civil. Tanto desde el punto de
vista de la justicia correctiva (supra 3 a) como de la eficacia preventiva
(supra 3 b), se ha gestado en las ltimas dcadas una amplia discusin
acerca del sistema de responsabilidad que debiera ser prevalente (supra
36). Aunque el anlisis no ha sido concluyente, ha contribuido a un
discernimiento ms refinado (y por lo mismo menos ideolgico) de los
elementos bsicos de la responsabilidad por culpa, a revisar de un modo
ms diferenciado las caractersticas y tipos de responsabilidad estricta, y a
avanzar, donde resulte necesario, en el establecimiento de regmenes especiales de responsabilidad que se hagan cargo, a la luz de las doctrinas
generales, de las particularidades de los tipos especficos de accidentes.
b) Todos estos aspectos confluyen de manera especialmente intensa en
la responsabilidad por daos provocados por productos de uso o consumo
masivo: se trata de un mbito especial de riesgo, que plantea preguntas
crticas al derecho comn de la responsabilidad extracontractual y que ha
sido objeto de un desarrollo doctrinario, jurisprudencial y legislativo muy
extenso en el derecho comparado. En una economa en que los intercambios han crecido exponencialmente en pocas dcadas, y en que el consumidor no tiene usualmente una proteccin contractual eficiente, atendido
lo extenso de la cadena de distribucin, la responsabilidad por productos
defectuosos que provocan dao a consumidores tiende a tener un lugar
importante en el mbito de la responsabilidad civil, tanto desde un punto
de vista dogmtico como prctico.
545. La responsabilidad por productos defectuosos en el sistema clsico
de responsabilidad civil. a) En ausencia de un estatuto especial de responsabilidad, los daos causados por productos defectuosos deben entenderse regidos, en principio, por el rgimen general y subsidiario de responsabilidad, construido sobre el supuesto de un dao atribuible a la culpa
probada de un tercero. Pero si se adopta rgidamente ese estatuto general,
se plantean de inmediato una serie de problemas conceptuales y probatorios gravsimos, porque los costos e incertidumbres que debe asumir la
vctima que pretende ser reparada son de tal entidad que la balanza resulta por completo inclinada en su perjuicio.
b) En primer lugar, resulta usualmente difcil mostrar en este tipo de
accidentes cul fue la accin u omisin concreta que tuvo como resultado
causal el dao sufrido. Si una botella estalla al intentar abrirla el consumidor, puede resultar imposible o en extremo costosa la prueba de que el
dao se debi a un cierto hecho del fabricante del envase, a una materia
prima defectuosa (viciosa, en la terminologa del Cdigo Civil) o a una
operacin indebida del embotellador. A ello se agregan, especialmente
respecto de productos de diseo o construccin complejos, las enormes
asimetras de informacin entre la empresa fabricante y el consumidor. En
definitiva, estas dificultades suelen imponer a la vctima la carga de una
verdadera probatio diabolica, que se traduce, de hecho, en que el fabricante
749
o proveedor resulte efectivamente responsable de accidentes que pudieron evitarse con mediana diligencia.
A lo anterior se agregan dificultades de calificacin de la conducta negligente, aun en los casos que se lograse demostrar la causa precisa del accidente. En efecto, el juicio de culpabilidad supone la comparacin de la
conducta real con aquella que el fabricante debi observar, de conformidad con un estndar general de debido cuidado (supra 10). La determinacin de ese estndar exige, en principio, conocer los usos tenidos por
obligatorios en la industria o actividad de que se trate o, en su defecto,
mostrar que el hecho preciso al que el accidente es causalmente atribuible
pudo ser evitado, si se hubiesen aplicado los cuidados que razonablemente exiga el riesgo provocado. As, superada la barrera de probar el hecho
preciso que gener el accidente, surge an la carga de mostrar por qu
ese hecho debe ser tenido por culpable (salvo los casos ms bien excepcionales de culpa infraccional, en que el ilcito est definido por la ley).
Por ltimo, la responsabilidad por daos provocados por productos
usualmente slo se puede hacer efectiva respecto del empresario, lo que
plantea el inconveniente adicional de que coinciden dos juicios de culpabilidad: uno regido por las reglas generales de la responsabilidad por el
hecho propio (el hecho del dependiente) y otro sujeto a una presuncin
de culpa (la negligencia del empresario). Mientras el primer hecho plantea todas las dificultades antes referidas, el segundo agrega una contingencia adicional, pues, en principio, el empresario puede descargarse de la
presuncin probando que el accidente es atribuible exclusivamente a la
culpa del dependiente, sin que le resulte atribuible negligencia alguna en
la direccin y gestin empresarial.
c) Si se asumen estos supuestos, es fcil plantear severas dudas respecto de la justicia y la fuerza preventiva de un ordenamiento de responsabilidad por productos. Desde el punto de vista de la justicia, un ordenamiento
de esa naturaleza coloca a la vctima en una posicin estratgica tan dbil,
que resulta ilusoria su pretensin de rectificar el injusto producido en su
perjuicio en casos donde los daos slo pudieron ser evitados por el productor. Desde el punto de vista preventivo, un ordenamiento como el descrito establece tales cargas al demandante en el juicio de responsabilidad
que el empresario no tendr los estmulos para alcanzar un adecuado nivel de cuidado, en razn de la baja probabilidad de ser condenado, aunque efectivamente incurra en negligencia.
d) Todo parece indicar, en consecuencia, que la responsabilidad por
productos debe seguir un rgimen diferente al referido. Un camino es
idear un estatuto legal especfico; otro, es dejar su desarrollo entregado a
la doctrina y jurisprudencia. En general, ambos caminos han sido igualmente explorados en el derecho comparado.
546. La responsabilidad por productos defectuosos a la luz de la evolucin
del derecho de la responsabilidad civil. a) En pocas reas del derecho civil
se ha producido un refinamiento ms importante, desde la poca de la
codificacin, que en materia de responsabilidad extracontractual. El pau750
751
254 Vanse, por ejemplo, las tempranas sentencias de la Corte Suprema sobre presuncin de culpa por el hecho propio: CS, 12.10.1909, RDJ, t. IX, sec. 2, 25; CS, 11.1.1924,
RDJ, t. XXII, sec. 1, 912; y CS, 10.4.1929, RDJ, t. XXVII, sec. 1, 240.
255 Sobre las condiciones de esta excusa, supra N 97 para la presuncin de culpa por
el hecho propio, y supra N 116 para la presuncin de culpa por el hecho ajeno.
256 Un anlisis comparado de la responsabilidad por productos puede consultarse en
Zweigert/Ktz 1996 676, Von Bar 1996 II 417; una breve resea comparada con referencias
al derecho chileno, incluida la Ley de consumidores, en Lpez 2002 149.
752
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e) El derecho norteamericano, luego de un siglo de evolucin y adaptacin, muestra que la tarea del derecho de la responsabilidad por productos defectuosos radica en la definicin jurisprudencial y doctrinaria de
las circunstancias precisas de aplicacin de los principios en juego. En un
momento pareci establecerse una revolucin que extremaba la responsabilidad hacia formas cada vez ms estrictas bajo la euforia del activismo
judicial de los sesenta.265 Sin embargo, el camino ha tenido menos rupturas de las que entonces podan esperarse, hasta la actual consolidacin en
una recopilacin doctrinal dedicada precisamente a productos defectuosos, que establece los principios moderados antes referidos. La misma recopilacin propone reglas ms precisas respecto de las operaciones
comerciales que dan lugar a responsabilidad, resolviendo cuestiones relativas a la definicin del producto, el alcance personal del estatuto de responsabilidad, los titulares de la accin, los daos cubiertos por la
responsabilidad y las causales de exoneracin que resultan admisibles para
el demandado. Estas materias sern tratadas en los prrafos siguientes.
En otras palabras, ms que una dramtica desviacin respecto del rgimen legal vigente en Chile, la experiencia norteamericana de un siglo
muestra que la responsabilidad por productos ms bien plantea preguntas
tpicas, que, en esencia, pueden ser entendidas a la luz del desarrollo de
nuestras instituciones jurdicas tradicionales.
548. Evolucin del derecho europeo sobre responsabilidad por productos
defectuosos. a) La mayora de los derechos nacionales europeos se han
adaptado internamente en materia de responsabilidad por productos, aun
antes de que en 1985 se dictara, precisamente a ese respecto, la primera
directiva comunitaria que recay sobre un tema de derecho civil.266
b) En el derecho francs se explor mejorar la posicin de la vctima,
ante todo, por la va de extender la responsabilidad por el hecho de las
cosas, que una antigua interpretacin del artculo 1384 del Cdigo Civil
francs haba transformado en estricta u objetiva respecto del tenedor (supra N 136 b). Se dijo que si bien el fabricante no era guardin de la
cosa, en el sentido tcnico que la jurisprudencia haba dado a este concepto legal (porque se haba desprendido de la tenencia material, pasando al
comerciante y luego al consumidor), s lo era de la estructura, porque slo
l poda controlar y neutralizar los riesgos conexos al uso o consumo del
producto.267 Pero tambin se intent expandir la responsabilidad contractual por vicios redhibitorios, estimndose que la vctima del producto defectuoso poda entablar una accin contra el fabricante con fundamento
en la compraventa inicial; a su vez, se asumi que los especialistas (como
Epstein 1999 382.
Directiva 85/374/CCE del Consejo de la Comunidad Econmica Europea, de 25
de julio de 1985, relativa a la aproximacin de las disposiciones legales, reglamentarias y
administrativas de los Estados Miembros en materia de responsabilidad por los daos causados por productos defectuosos.
267 Viney/Jourdain 1998 667.
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supuesto de que la responsabilidad no se puede apoyar en la mera causalidad. En este contexto, la nocin de defecto cumple dos funciones: ante
todo, como se ha visto, permite poner la atencin objetivamente en el producto; pero tambin agrega un calificativo, porque no basta que el producto
haya intervenido de cualquier forma en el accidente, sino que se requiere
que ste se deba precisamente a un defecto. Si el producto resulta ser defectuoso y de ello se sigue dao, se presume la culpa del fabricante. Lo determinante es que exista un juicio de disvalor respecto del producto, sea para
presumir la culpa, como en el derecho chileno (supra Nos 549 y 550), sea
para dar por establecida de plano la responsabilidad, como ocurre por lo
general en el derecho comparado (supra Nos 547 y 548).
Sin embargo, este anlisis slo ayuda a aclarar el planteamiento de la
pregunta. En efecto, las razones por las cuales un producto puede ser
calificado de defectuoso son de muy distinta naturaleza. Establecer distinciones resulta necesario por una razn prctica, porque la experiencia ensea que distintos tipos de defectos requieren ser concebidos de maneras
tambin diferentes. Siguiendo al derecho norteamericano, para fines prcticos se puede distinguir entre defectos de elaboracin, de diseo y de
informacin (supra N 547 d).
b) Los primeros casos que llevaron a plantearse la responsabilidad por
productos tienen ciertos caracteres comunes: un carruaje cuyo eje se quiebra, porque el madero es de mala constitucin; unas vacunas que durante
el proceso de fabricacin se han infestado con bacterias; la botella que
explota en la cara de quien pretende abrirla. Estas situaciones responden
a la idea de una anormalidad que hace que el producto sea en concreto
ms peligroso de lo que corresponde a su propia naturaleza. Son primeramente estos casos ms directos de defecto en la elaboracin los que ocuparon
la atencin de los juristas en las ms diversas jurisdicciones y llevaron a
desarrollar reglas, al interior del propio sistema clsico de responsabilidad, que mitigaran la indefensin de la vctima (como ha ocurrido en
nuestro ordenamiento jurdico).
Todo indica que los defectos de elaboracin, que se expresan en una
anormalidad respecto de productos del mismo tipo, presentan caractersticas diferentes a los defectos de diseo o desarrollo y a los defectos de informacin o advertencia. Esa diferencia justifica que slo sea indiscutible la
presuncin de culpa respecto del defecto que individualmente se aleja de su
modelo de fabricacin: si la botella estalla en manos del consumidor, o la
conserva tiene un agente infeccioso, o los frenos del automvil fallan sin
aviso (y sin que medie descuido del tenedor), puede presumirse la culpa sin
consideracin de las causas precisas que motivaron su produccin.
Distinto es el caso cuando el diseo no asume todos los posibles resguardos de seguridad: si los frenos del automvil hubiesen dispuesto del
dispositivo llamado ABS (o, ms extremo an, de una tecnologa tan refinada como la empleada en los aviones), el accidente no habra ocurrido;
si el modelo de fabricacin de la turbina industrial no consideraba precauciones para prevenir un incendio, bajo circunstancias previsibles, pero en
extremo improbables y costosas de evitar atendido el riesgo envuelto, que
759
760
d) Por ltimo, debieran estar sujetos a una regla de culpa probada los
accidentes debidos a errores u omisiones en instrucciones y advertencias. Como
lo ha entendido la jurisprudencia francesa, las obligaciones de informacin se asimilan a las obligaciones contractuales de medios (infra N 815).
El grado de informacin y la forma precisa de la advertencia estn sujetos
a una regla de razn, tpica de la negligencia, incluso en los sistemas jurdicos que han adoptado un rgimen de responsabilidad estricta calificada.
Debe entenderse que tambin quedan sujetos a las reglas anteriores
los productores y comercializadores de un producto que, en conocimiento
ex post de su peligrosidad, no informan a quienes los hayan adquirido con
anterioridad acerca de la forma de evitar el riesgo asociado u ordenan las
otras medidas preventivas que las circunstancias exijan.
553. Determinacin del defecto: a qu se atiende para dar por establecido un defecto? a) La determinacin del defecto de elaboracin puede
efectuarse desde dos perspectivas. Ante todo, se puede asumir la posicin
del consumidor, esto es, las expectativas legtimas de seguridad que tiene
un consumidor medio y razonable.274 Alternativamente, el defecto puede
ser valorado mediante una regla de razn construida para el caso, atendidos los estndares exigibles a la industria respectiva de acuerdo a las circunstancias.
b) La regla que atiende a las expectativas para definir lo que se habr
de tener por defecto suele ser muy vaga, especialmente tratndose de defectos de diseo, donde estn envueltas complejas cuestiones tcnicas y de
costos. El recurso a las expectativas del consumidor adolece de un problema que precisamente justifica un rgimen de presuncin de culpa (o de
responsabilidad estricta calificada, donde ha sido introducida), como es la
informacin asimtrica respecto de aqulla con la que cuenta el fabricante. As, puede ocurrir que un resguardo de seguridad que el consumidor
ni siquiera pueda sospechar, resulte, sin embargo, exigible para el especialista de acuerdo con una regla de razn.
Por eso, todo indica que las expectativas del consumidor, que tienen
un componente marcadamente sociolgico, deben ser confrontadas con
una regla de razonabilidad prctica (que se juzga desde la perspectiva del
fabricante) para que adquieran una forma normativa ms precisa, a efectos de tener al producto por defectuoso (y dar lugar, en consecuencia, a
una presuncin de culpa).
554. Concepto de productos. a) Si se asume que la responsabilidad por
productos defectuosos est sujeta a un rgimen general de culpa presunta,
conviene precisar el objeto sobre el cual recae. Aunque hay un ncleo
274 As, la regla del artculo 1386-4 del Cdigo Civil francs: Un producto es defectuoso () cuando no ofrezca la seguridad que legtimamente se puede esperar de l. En la
apreciacin de la seguridad que legtimamente se puede esperar de l, debern ser tenidas
en cuenta todas las circunstancias y especialmente la presentacin del producto, el uso que
pueda ser esperado razonablemente de l y el momento de su puesta en circulacin.
761
cierto en la definicin de producto a efectos de la responsabilidad, la cuestin permanece abierta en sus lmites.
La directiva europea se refiere a cualquier bien mueble, aun cuando
est incorporado a otro bien mueble o a un bien inmueble, incluyendo la
electricidad, pero excluyendo los productos agrcolas y de caza.275 Las legislaciones nacionales posteriores han extendido en algunos casos las cosas que pueden generar responsabilidad bajo el estatuto especial. En
Alemania, la ley de 1989 incluy los productos agrcolas slo en la medida
que hayan sido objeto de alguna transformacin; igual camino sigui la
legislacin espaola.276 Por el contrario, la ley francesa de 1998, que modific el Cdigo Civil, extendi el mbito material de validez a todo bien
mueble, incluso si estaba incorporado a un bien inmueble, comprendidos
los productos de la tierra, del ganado, de la caza y de la pesca.277
Un criterio aun ms extenso han seguido la jurisprudencia y la doctrina norteamericanas, al entender como producto un bien corporal distribuido comercialmente para su uso o consumo,278 de modo que lo
determinante es la comercializacin al pblico, con independencia de cualesquiera otras circunstancias. El derecho norteamericano incluso ha ido
un paso ms all en la definicin de producto al incluir la comercializacin de inmuebles, cuando se trata de empresas constructoras o de intermediacin que ofrecen las propiedades sobre una base de comercializacin
anloga a los productos de uso o consumo masivo.279
b) La lnea divisoria no discutida parece estar entre bienes corporales
y servicios. stos dan lugar, por lo general, a obligaciones contractuales de
medios (y no de resultado, como tpicamente ocurre con la compraventa)
y un estatuto anlogo de culpa probada se extiende a la sede extracontractual.280 La recopilacin doctrinaria norteamericana excluye explcitamente
los servicios281 y la directiva europea lo hace implcitamente.282
275 Directiva 85/374/CCE 2. Surge la pregunta de si existe alguna razn ms profunda que los orgenes de la responsabilidad por productos, que estuvo centrada en la industria, para excluir a los productos agrcolas y animales. Si una fruta ha sido tratada con un
insecticida daoso o un pollo alimentado con hormonas que producen efectos nocivos en
la salud humana, no parece haber razones para excluirlos de la regla de responsabilidad.
Por lo dems, de no existir legislacin especial y bajo el estatuto general de responsabilidad, es probable que los casos referidos a estos productos no seran distinguidos de los provocados por defectos de productos industriales.
276 Ley espaola sobre responsabilidad por productos defectuosos, artculo 2; ley alemana, artculo 2.
277 Cd. fr., artculo 1386-3.
278 Restatement/Torts III 1a a).
279 dem 19 comentario a).
280 Sobre la responsabilidad por servicios peligrosos en la Ley de consumidores, supra N 550.
281 Restatement/Torts III 19 b).
282 En este sentido, el Libro Verde sobre productos defectuosos 3.2, presentado por la
Comisin de las Comunidades Europeas el 28 de julio de 1999, al referirse a los productos
cubiertos por la directiva, expresa que estn excluidos los servicios defectuosos, para los
cuales a la fecha la Comisin tena prevista una iniciativa especial.
762
c) Por el contrario, existen divergencias fuertes en el derecho comparado en materia de productos del cuerpo humano (sangre, tejidos). En
Francia, la jurisprudencia ha establecido una responsabilidad estricta por
daos producidos por sangre contaminada por virus, que es soportada por
los centros de transfusin. La ley modificatoria del Cdigo francs se ha
hecho cargo de esta responsabilidad agravada por daos causados por elementos del cuerpo humano o por productos derivados, al no admitir a su
respecto la excusa general de que los conocimientos cientficos y tcnicos
en el momento en que se puso el producto en circulacin, no permitieron
descubrir la existencia del defecto;283 lo anterior con la reserva de que
esta responsabilidad no alcanza al proveedor original de sangre o de tejidos, en la medida que no cumple el requisito personal de ser un profesional encargado de la conservacin y suministro del rgano de que se trate.284
Por el contrario, en el derecho norteamericano se ha concluido que la
sangre humana y el tejido humano, aunque sean provistos comercialmente, no estn sujetos a las reglas de responsabilidad por productos defectuosos.285 Legislaciones estatales y la jurisprudencia han establecido una regla
de responsabilidad por negligencia tanto respecto del proveedor original
como de quien presta el servicio de transfusin o trasplante, con el argumento que razones de poltica pblica relativas a la disponibilidad, tanto
de sangre humana como de tejidos, son ms poderosas que los riesgos
vinculados a su provisin.286 En Chile la cuestin no ha sido an planteada ante los tribunales. En su momento, ser necesario juzgar los tipos de
situaciones en que pueda ser construida una presuncin de culpa por el
hecho propio, de conformidad con las reglas generales (supra 14 b).
555. Sujeto pasivo de la accin. a) En principio, la accin de responsabilidad por productos defectuosos se dirige contra quien haya puesto el producto en circulacin. En esencia, se trata del productor final, aunque en
la fabricacin hayan intervenido elementos fabricados por otras empresas,
como tpicamente ocurre con las botellas de gaseosas, con ciertas piezas
de los automviles y, en general, con cualquier producto que haya requerido la intervencin de proveedores. La accin contra el fabricante, entendido como quien pone inicialmente el producto en su estado final en el
comercio, tiene el carcter de una garanta implcita de calidad, que es
independiente de quien sea efectivamente el causante del accidente y de
si esa causa es imputable a negligencia de un proveedor intermedio. La
responsabilidad recae en anlogos trminos sobre el productor no fabricante, si se trata de bienes que no son objeto de transformacin industrial,
sino de procesamiento o envase (como podra ocurrir con la condicin
sanitaria de los productos agrcolas y de las carnes, porque no hay razn
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para no extender a stos el rgimen jurdico general aplicable a los productos defectuosos).
b) El derecho comparado ha ido ms all en la extensin del mbito
personal de la responsabilidad. Un extremo de la extensin ha sido responsabilizar en toda circunstancia al comerciante (proveedor profesional,
en el lenguaje del derecho francs), garantizndole, a su vez, el reembolso
por parte del productor.287 Esta accin resulta especialmente eficaz cuando el productor es indefinido o el bien proviene del extranjero. Por eso,
un camino intermedio es extender la responsabilidad al distribuidor slo
en estos casos.
La recopilacin doctrinaria norteamericana ha extendido la responsabilidad sin reservas al productor propiamente tal y a los vendedores y otros
distribuidores de los productos,288 aunque algunas legislaciones estatales la
han limitado a casos en que estaban en situacin de conocer el defecto
(esto es, la han fundado en la regla general de negligencia). El argumento
de los autores de la recopilacin es que la responsabilidad estricta por productos defectuosos no depende de la culpa.289 Con todo, es obvio que el
distribuidor o comerciante se encuentra en una situacin por completo diferente para administrar el riesgo, de modo que hay razones de justicia y
eficiencia para atribuirle slo responsabilidad por su propia negligencia. Desde luego que ello no impide que la poltica de ventas del comerciante o
distribuidor incluya una garanta contractual de calidad de los productos.
Un camino diferente asumi la directiva europea, que entiende por
productor al que fabrica el producto acabado, o produce o fabrica una
materia prima, o parte integrante de l, extendiendo el sujeto pasivo de la
accin ms all del productor slo en dos hiptesis: respecto de quien sin
ser productor asuma serlo, colocando su nombre, marca o cualquier otro
signo distintivo en el producto; y, adems, respecto del importador desde
fuera de la Comunidad Econmica Europea con vistas a su distribucin.
Finalmente, se establece una presuncin a favor del consumidor en orden
a que el comerciante es productor si ste no puede ser identificado, lo que
es razonable porque el consumidor no tiene forma de seguir, en tales circunstancias, la cadena que lo conduzca al productor efectivo.290
c) En el derecho chileno la pregunta se plantea de modo diferente:
respecto de quines existen razones para estimar aplicable la presuncin
de culpa por el hecho propio? De la aplicacin de los criterios generales
En Francia, la accin contra el proveedor tambin se rige por el estatuto de los productos defectuosos (Cd. fr., artculo 1386-7 II).
288 Restatement/Torts III 1.
289 dem 1 comentario e).
290 Directiva 85/374/CCE, artculo 3. En el mismo sentido, ley espaola, artculo 4
(2) y (3); ley alemana, artculo 4; y ley italiana, artculo 4. Por el contrario, el derecho
francs ha extendido la responsabilidad hasta el comerciante profesional (esto es, no ocasional), pero lo ha dotado de una accin contra el productor que se rige por los mismos
principios de responsabilidad estricta (Cd. fr., artculo 1386-7).
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que se infieren del artculo 2329, no hay duda que ello ocurre respecto
del fabricante o productor que puso el bien en el comercio. A ste corresponde probar que la culpa puede ser atribuida a un proveedor intermedio
o caso fortuito.
A falta de norma legal en contrario, distinto es el caso respecto del
importador, distribuidor o comerciante. A falta de texto legal que les atribuya una responsabilidad estricta, habr que buscar si hay razn suficiente
para estimar que han incurrido en culpa presunta de conformidad con el
artculo 2329. Lo anterior no obsta a que deba mostrar en el juicio de
responsabilidad que actu diligentemente en la seleccin del proveedor.
556. Aspectos probatorios: prueba del defecto y de la relacin causal.
a) En la medida que la existencia del defecto en el producto sea tenida por
condicin para que opere la presuncin de culpa, ella debe ser probada
por el demandante. El mismo principio rige en los ordenamientos que
han establecido un rgimen de responsabilidad estricta calificada por tal
defecto.291
b) En materia de causalidad se suelen producir tambin serios problemas probatorios. Atendido este conflicto, no es extrao que el Libro Verde sobre productos defectuosos haya planteado algunas posibles correcciones.292 En primer lugar, cuando las circunstancias del accidente llevan a
pensar que lo ms probable es que ste se haya debido a un defecto, nada
impide que se aplique en la materia la presuncin de un vnculo causal
entre el dao y un defecto del producto, mediante interpretacin de la
presuncin de responsabilidad por el hecho propio del artculo 2329 de
nuestro Cdigo Civil (supra N 272 e). En segundo lugar, se puede debilitar la intensidad de la prueba requerida, considerando suficiente una elevada probabilidad que el dao se haya producido a consecuencia del defecto. En tercer lugar, existe la posibilidad de que el productor sea obligado
a presentar toda la documentacin relevante, segn una regla usual en el
derecho comparado y que est reconocida por nuestro ordenamiento procesal (Cdigo de Procedimiento Civil, artculos 273 y 349). Por ltimo, en
291 Directiva 85/374/CCE, artculo 4; ley alemana sobre responsabilidad por productos defectuosos, artculo 1 (4); ley espaola, artculo 5; Cd. fr., artculo 1386-9. En el Libro Verde sobre productos defectuosos 3.2, que recoge casi quince aos de experiencia de
aplicacin de la directiva, se expresa la conveniencia de revisar las modalidades que podra
tener la carga de la prueba, que hasta ahora ha residido en la vctima. Aceptado que el solo
hecho del accidente no puede ser antecedente per se de la responsabilidad del productor
(en la medida que la mera participacin de un producto en un accidente no es siquiera
indicio de responsabilidad), se sigue que la prueba del defecto es crucial para que el demandante pueda tener xito en el juicio indemnizatorio. Pero esta prueba puede resultar
desproporcionadamente difcil y onerosa, atendidas las asimetras de informacin y de recursos del consumidor respecto del productor. Esta dificultad debe ser sopesada con el principio de que la responsabilidad tiene su justificacin en el defecto y no en el mero hecho
de la cosa, de modo que a falta de prueba acerca del vicio la accin no puede prosperar.
292 Libro Verde sobre productos defectuosos 3.2.
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sujeta a las reglas generales sobre clusulas modificatorias de la responsabilidad en el derecho de los contratos. Aunque la materia ha pasado a
pertenecer al derecho de la responsabilidad extracontractual, en principio
no est excluida la posibilidad de que el productor celebre una convencin con algn consumidor especfico; sin embargo, est fuera de lo posible, en razn de los costos de transaccin, que el fabricante o productor
pueda convenir un rgimen indemnizatorio con todas las vctimas potenciales de accidentes. Con esta reserva, que no es jurdica sino econmica,
en este prrafo sern expuestas las distintas formas en que el productor
puede intentar descargarse de responsabilidad: i) la descarga de responsabilidad en el envase o en formularios; ii) la limitacin mediante convenciones modificatorias de responsabilidad; y iii) la limitacin o exoneracin
de responsabilidad mediante condiciones generales de contratacin incorporadas en contratos de adhesin.
b) Una primera pregunta se refiere a la validez de las limitaciones de
responsabilidad que unilateralmente expone el productor en el envase o
en formularios escritos anexos al producto. En circunstancias que no hay
contrato con el productor y que la responsabilidad por defectos deriva de
la ley (como, en general, ocurre con la responsabilidad extracontractual),
no es difcil concluir que estas limitaciones unilaterales son ineficaces, simplemente por inoponibilidad al consumidor que no ha consentido en ellas.
Distinto, desde luego, es el efecto que tienen las indicaciones de uso y de
advertencia a efectos de cumplir con los deberes precontractuales de informacin del proveedor (supra Nos 550 b y 552 d).
c) El paso siguiente consiste en calificar de orden pblico el rgimen
legal de responsabilidad por productos defectuosos, dejando la materia
sustrada del mbito de licitud de las convenciones modificatorias de responsabilidad. En la adopcin de una regla de esta naturaleza concuerdan
la directiva europea298 y la recopilacin norteamericana.299 La privacin de
validez alcanza extensivamente a cualesquiera clusulas contractuales que
limiten la responsabilidad, sobre la base de consideraciones de orden pblico de proteccin.
En el derecho chileno, las convenciones sobre responsabilidad propiamente tales (por extraas que sean en la prctica) estn sujetas al rgimen
ordinario de validez de las convenciones modificatorias de responsabilidad, incluidos los resguardos ordinarios sobre proteccin del consentimiento y de proteccin de conductas abusivas. Es una cuestin de poltica
legislativa si esta opcin ms abierta a la libertad de contratacin es preferible a la ms paternalista, que atribuye un carcter de orden pblico ms
extenso al ordenamiento protector del consumidor. Una actitud ms reti298 Directiva 85/374/CCE, artculo 12. En el mismo sentido los derechos nacionales
europeos: ley espaola, artculo 14; Cd. fr., artculo 1386-15, que establece la reserva de
validez de las convenciones estipuladas entre profesionales y referidas a bienes cuyo uso principal por la vctima no sea el uso o consumo privado; ley alemana sobre responsabilidad
por productos defectuosos, artculo 14; ley britnica, artculo 7.
299 Restatement/Torts III 18.
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reglas de responsabilidad de la Ley de urbanismo y construcciones pueden ser interpretadas como normas de orden pblico de proteccin.
561. Ordenamientos legales aplicables a la responsabilidad contractual y
extracontractual. a) La responsabilidad por ruina, vicios y defectos de edificios y construcciones se encuentra esencialmente regulada en el Cdigo
Civil y en la Ley de urbanismo y construcciones. Los ordenamientos se
superponen. En general, se ha sostenido que para determinar sus respectivos mbitos de aplicacin debe atenderse a la magnitud de los efectos que
se siguen de los vicios de la construccin.304 De este modo, si los vicios
determinan la ruina o amenaza de ruina del edificio, resultaran aplicables
las reglas del Cdigo Civil; por el contrario, si se trata de un vicio o defecto distinto de la ruina, regiran las normas especiales de la legislacin sobre urbanismo y construcciones.305
En la medida que las normas del Cdigo Civil son de aplicacin ms
restringida que las de la Ley de urbanismo y construcciones, porque slo se
refieren a la ruina, debe entenderse que son especiales en la materia (porque el concepto de falla o defecto es comprensivo del dao ms extremo,
como es la ruina). De ello se sigue que si el fundamento de la accin es un
defecto de construccin que no sea ruinoso, slo resulta aplicable la Ley de
urbanismo y construcciones. Por el contrario, si se trata de una ruina, es
tarea del intrprete definir qu ordenamiento prevalece sobre el otro.
La Ley de urbanismo y construcciones parece dar lugar a una opcin
del estatuto aplicable, porque junto con establecer una regla de responsabilidad de los constructores, deja a salvo que ella rige sin perjuicio de lo
dispuesto en el N 3 del artculo 2003 del Cdigo Civil.306 El reconocimiento de una opcin es consistente con un sistema de responsabilidad
que pretende proteger a las vctimas de ruinas de edificios y de vicios o
defectos de construccin. En este contexto, la pregunta prctica esencial
se refiere a las situaciones en que para la vctima resulta ms favorable
recurrir al Cdigo Civil que a la Ley de urbanismo y construcciones.
b) Por aplicacin del derecho comn de la responsabilidad civil, la
responsabilidad extracontractual se dirige contra el responsable por dolo
o negligencia de la ruina o defecto de construccin del edificio que provoca el dao. Adems, la ley ha establecido un rgimen de responsabilidad
estricta calificada del constructor (seccin b), ha regulado la responsabilidad de los profesionales que intervienen en la construccin (seccin c) y ha
304 Urrejola 2004 50, Corral 1995 76 y Corral 1996 c 69, quien en un trabajo posterior
entiende que debe otorgarse una opcin a la vctima (Corral 1999 b 41).
305 La jurisprudencia ha recogido este criterio y resuelto que cuando no se est en presencia de la ruina de un edificio, sino de defectos de construccin que es el caso que nos ocupa, y que no alcanzan el calificativo de ruingeno, deben aplicarse de preferencia las normas
de la Ley General de Urbanismo y Construcciones (Corte de Santiago, 1.9.2004, GJ 291, 129).
306 Corral 1999 b 41; en el mismo sentido, manifestndose por otorgar una opcin a la
vctima, Wahl 2006 22, Figueroa/Figueroa 2006 244,
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c) El concepto de vicio empleado por el Cdigo Civil presenta tambin cercana con el de defecto empleado por el artculo 18 de la Ley de
urbanismo y construcciones. Como se ha visto a propsito de los productos defectuosos, se puede entender por defectuoso el bien que no responde a las expectativas legtimas de calidad y de seguridad que tiene
una persona razonable; o bien, aquel estado de una cosa que objetivamente no responde a los estndares vigentes de calidad en el arte u oficio respectivo (supra N 553).
En el caso de las construcciones, son vlidos ambos criterios: respecto
de aspectos estructurales, que no estn a la vista, es evidente que el defecto est dado por el estndar de calidad en la actividad constructiva; desde
el punto de vista del destino cotidiano del edificio, son determinantes las
expectativas razonables; de quien habita o utiliza lo construido de conformidad a su destino como habitacin, oficina, industria o los dems usos
habituales y conocidos por el constructor.
d) En definitiva, entonces, el punto de partida para determinar si hay
lugar a la responsabilidad del constructor consiste en una valoracin de
lo edificado como vicioso o defectuoso, lo cual lleva la atencin a la cosa
misma antes que a la conducta de quien hizo posible ese vicio o defecto.
Ello es coherente con la calificacin de la obligacin contractual del constructor como una obligacin de resultado y de su responsabilidad extracontractual como una responsabilidad estricta calificada que se funda en
una valoracin objetiva de la calidad de una cosa (supra N 302). Esa es
la lgica que subyace tras la definicin de las condiciones de la responsabilidad civil a partir de calidades de la cosa, en vez de atribuirla directamente a defectos de la conducta.307 En materia extracontractual esta
conclusin se asocia claramente a la idea de una responsabilidad estricta
calificada, en que la sola existencia de un defecto en el resultado de una
actividad permite dar por establecida la responsabilidad, con independencia del acto negligente concreto que lo produjo.
563. La ruina como dao atribuible al constructor. a) El Cdigo Civil asume una hiptesis muy fuerte de dao a efectos de regular la responsabilidad: que el edificio perezca o amenace ruina. Alessandri estimaba que hay
ruina cuando una cosa cae o se destruye, remitiendo a los conceptos reiterados en los artculos 934, 2003 regla 3, 2323 y 2324.308 En consecuencia,
la hiptesis de dao que da lugar a responsabilidad en el Cdigo Civil es
en extremo exigente. No basta que el edificio tenga un defecto funcional;
es necesario que se haya destruido (hacindolo parcial o completamente
inutilizable), se hayan desprendido de l elementos que causen dao, o
est en condicin tal que amenaza producir alguno de esos efectos. Ese es
307 Sobre la naturaleza de la obligacin contractual como una de resultado, Figueroa/
Figueroa 2006 255, Urrejola 2004 8; sin asumir la calificacin, en el mismo sentido, Alessandri 1943 436; a favor de calificar como objetiva la responsabilidad del constructor de
conformidad a la Ley de urbanismo y construcciones, Figueroa/Figueroa 2006 265.
308 Alessandri 1943 423.
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309 Sobre el concepto de ruina, el ilustrado estudio de Corral 1995 56; el autor, en oposicin a Alessandri 1943 423, hace referencia a lo que en el derecho comparado se ha llamado ruina funcional, para incluir en el concepto graves inadecuaciones de la obra al fin
para la que fue construida; cita en soporte de su tesis una sentencia que califica de ruina
los defectos de construccin que provocan filtraciones desde un edificio al colindante (Corte
de Valparaso, 25.6.1932, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 8.4.1933 y 11.5.1934, RDJ,
t. XXXI, sec. 1, 394); no se podra sino compartir la conveniencia de esta interpretacin
extensiva del concepto de ruina, si en el derecho vigente la Ley de urbanismo y construcciones no estableciera una regla de responsabilidad, que cubre las otras hiptesis de dao
provocado por los constructores, estableciendo condiciones de procedencia y de extincin
de la accin distintas a las del Cdigo Civil; por eso, resulta preferible delimitar, siguiendo
a la tradicin, el mbito de aplicacin material de las normas del Cdigo Civil y de la Ley
de urbanismo y construcciones, entendiendo el concepto de ruina en un sentido estricto.
Por otro lado, determinar el estatuto aplicable en funcin de la magnitud del vicio, haciendo aplicable las normas del Cdigo Civil a las hiptesis de ruina, y las de la ley especial a los
dems defectos, supondra incurrir en una inconsistencia axiolgica, porque los vicios ms
graves quedaran sometidos a un estatuto de responsabilidad menos exigente, como es el
del Cdigo Civil, mientras que los vicios menos severos quedaran sometidos a un estatuto
ms riguroso, como es la legislacin especial sobre urbanismo y construcciones. En un trabajo posterior, el mismo Corral entiende que la vctima puede optar por el estatuto que le
resulte ms favorable (Corral 1999 b 41); esta solucin es coherente, adems, con la remisin que el artculo 18 III de la Ley de urbanismo y construcciones hace a la norma del
artculo 2003 regla 3 del Cdigo Civil, con lo cual implcitamente acepta que la accin contra
el constructor por ruina del edificio se puede fundar en ambos ordenamientos.
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dad por todo riesgo, sino simplemente imponer responsabilidad por defectos que sean atribuibles a su propio hecho, de modo que la fuerza mayor debiera ser tenida por excusa suficiente (supra N 329).
c) El afectado tiene las acciones de reparacin en naturaleza e indemnizatorias, de acuerdo con las reglas generales (infra 57 y 59). Si se trata
de defectos de construccin, el afectado puede exigir que le sean reparados por el constructor o por un tercero a su costa, segn los principios
aplicables a las obligaciones de hacer (artculo 1553).
c. Responsabilidad de los profesionales de la construccin
565. Rgimen general de responsabilidad por culpa de quienes participan
en la construccin. La responsabilidad de quienes participan en la construccin plantea preguntas que pueden ser resueltas con las doctrinas generales de la responsabilidad por negligencia, incluyendo las presunciones
por el hecho ajeno y por el hecho propio. Por lo general, ambas son relevantes, porque las obras suponen la participacin de dependientes y porque la existencia de un vicio de construccin es generalmente un indicio
de que se ha actuado con negligencia, configurndose una presuncin de
responsabilidad por culpa. En definitiva, los profesionales de la construccin estn sujetos, en principio, a un rgimen de responsabilidad por culpa, donde la ruina o defectos de lo edificado es un indicio suficiente de
negligencia que permite configurar una presuncin de responsabilidad.
566. Reglas especiales para los profesionales de la construccin. a) De
conformidad con las normas del Cdigo Civil, a los arquitectos les son aplicables las reglas del Cdigo Civil referidas a la responsabilidad del empresario de la construccin por ruina de edificios por expresa referencia del
artculo 2004. La misma norma debe entenderse aplicable a las relaciones
contractuales de los dems profesionales de la construccin, que han asumido parte esencial de las funciones que tradicionalmente (desde el Cdigo
de Hamurabi) han sido asignadas a los constructores.310 En lo que no queda cubierto por la regla especial del artculo 2003, los profesionales quedan sometidos contractualmente a las reglas del mandato, en razn de la
regla del artculo 2118, con el efecto de que, por regla general, las dems
obligaciones son de medios, como es usual en la relacin entre mandante
y mandatario.
b) Sin embargo, tambin a este respecto la Ley de urbanismo y construcciones ha agravado la responsabilidad de los profesionales proyectistas
310 El Cdigo de Hamurabi estableca que si un albail ha edificado una casa para un
seor, pero no ha dado solidez a la obra y la casa que construy se ha desplomado y ha
causado la muerte del propietario de la casa, ese albail recibir la muerte ( 229); y si el
albail ha edificado una casa para un seor y no ha ejecutado las obras conforme a las normas y el muro se ha inclinado, el albail a sus propias expensas reforzar el muro ( 233).
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En este sentido, P. Rodrguez 1999 236 y C. Pizarro en com. a CS, 12.7.2004, rol N 4.4502003, Rev. Fueyo 3, 2004, 146, quien muestra la incoherencia de tratar el instituto entre las presunciones de culpa y de exigir la prueba de la falta de cuidado en Alessandri 1943 425.
316 CS, 1.8.1932, RDJ, t. XXIX, sec. 1, 542.
317 dem.
318 CS, 26.8.1941, RDJ, t. XXXIX, sec. 1, 203.
319 A veces, la interpretacin ha sido en extremo restrictiva, como cuando se fall que
la ruptura de un tabln en un estadio no da lugar a la aplicacin del artculo 2323 (CS,
18.8.1951, RDJ, t. XLVIII, sec. 1, 409).
320 CS, 12.7.2004, rol N 4.450-2003, con com. de C. Pizarro en Rev. Fueyo 3, 2004, 146.
321 La accin puede tener por objeto prevenir o poner trmino al dao actual; se ha
fallado que procede acoger la denuncia de obra ruinosa por el mal estado de la terraza de
un edificio de uso exclusivo del denunciado, que ha ocasionado perjuicios a los locales de
los pisos inferiores por escurrimiento de aguas lluvias, ordenndose la realizacin de obras
destinadas al aseo e impermeabilizacin dentro de un breve plazo (Corte de Santiago,
16.3.1998, GJ 213, 102); sobre el objeto y alcance general de las acciones preventivas e interruptivas de dao, infra 57 b y c.
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otro ttulo la propiedad; en el caso de la empresa constructora o profesional, deben entenderse comprendidos quienes eran sus representantes legales a la poca del contrato de construccin o de los servicios profesionales
en cuya virtud se particip en el proyecto inmobiliario.
Con el objeto de facilitar la ejecucin de esta garanta legal, la ley
exige que el propietario primer vendedor incluya en la escritura pblica
de venta una nmina de los proyectistas y constructores a quienes puede
asistir responsabilidad, y que cuando se trate de personas jurdicas deba
tambin individualizar a sus representantes legales (artculo 18 V).
b) Adicionalmente, en la medida en que es comn que los profesionales de la construccin se organicen como personas jurdicas, o presenten
sus servicios a una empresa que asume esta forma de organizacin, la ley
establece que las personas jurdicas resultan solidariamente responsables
de los daos con el profesional competente que acte por ellas como
proyectista o constructor (artculo 18 IV).
Estas garantas legales complementan un rgimen de responsabilidad
orientado a favorecer la seguridad y calidad de las construcciones; adems,
deben entenderse sin perjuicio de la responsabilidad que pueda surgir
por aplicacin de las reglas generales que gobiernan la responsabilidad en
grupos de sociedades (supra 13 c).
f. Responsabilidad de las municipalidades por defectos de construccin
573. Responsabilidad por falta de servicio. a) La legislacin vigente modific la antigua funcin de control material de los proyectos de arquitectura y de los clculos de los proyectos de construccin que perteneca a las
direcciones de obras municipales.323 De este modo, su funcin devino esencialmente en formal y se reduce actualmente, en materia de riesgos de
construcciones, a controlar que existan los documentos requeridos por la
ley y que estn suscritos por profesionales responsables, y verificar aspectos esenciales de lo construido.324
323
Una sntesis del alcance de la funcin que se entregaba a las direcciones de obras
municipales puede verse en CS, 19.7.1995, RDJ, t. XCII, sec. 1, 53, donde se razon que
las normas antes transcritas [de la ley entonces vigente] y las correspondientes a la Ordenanza General por cuyo cumplimiento la Direccin de Obras deba velar, establecen obligaciones de sta tales como el estudio de los antecedentes presentados para obtener el
Permiso de Obra Nueva, el inspeccionar su ejecucin en forma que concuerde con los planos, especificaciones y dems antecedentes aprobados, efectuar inspecciones dejando constancia de ellas en la Libreta de la Obra, como de las observaciones que le merezca su
ejecucin, comprobar las anotaciones de los conformes parciales que estampe el responsable de la obra y dejar constancia de la inspeccin final.
324
El artculo 24 letra a de la Ley de municipalidades dispone que a la unidad encargada
de obras municipales, a cargo de un director de obras municipales, corresponde velar por el
cumplimiento de la Ley de urbanismo y construcciones, el plan regulador comunal y las ordenanzas correspondientes, para cuyo efecto goza, entre otras, de la facultad de aprobar los pro-
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responsabilidad del constructor y comienza, desde entonces, a correr propiamente el plazo de prescripcin de la accin indemnizatoria que tiene
por antecedente ese hecho. Esta interpretacin tiene la ventaja de ser
coherente con la muy generalizada tendencia jurisprudencial a considerar
que los plazos de prescripcin comienzan a correr desde que acaece el
dao (infra N 711).
b) Por el contrario, son inequvocamente plazos de prescripcin extintiva
los establecidos para las hiptesis de responsabilidad de la Ley de urbanismo y
construcciones; el artculo 18 VII seala que los plazos son de prescripcin de
las acciones, indicando como fecha de inicio del cmputo la recepcin municipal de la obra o la inscripcin registral, segn sea el caso.
576. Plazos de prescripcin. El dao causado por la ruina, defecto o vicio
de construcciones de un edificio puede dar lugar a acciones de responsabilidad fundadas en el Cdigo Civil o en la Ley de urbanismo y construcciones. En uno y otro caso los plazos de prescripcin son diferentes.
a) Responsabilidad de acuerdo con el artculo 2003 del Cdigo Civil.
Una vez asumido que la norma del artculo 2003 regla 3 establece una
obligacin de garanta que se extiende por el trmino de cinco aos, surge la pregunta por el plazo de prescripcin de la accin de responsabilidad si ocurre la ruina dentro de ese plazo de garanta. En el mbito
contractual, a falta de una norma especial, la materia debe entenderse
regida por las reglas generales de prescripcin extintiva de los artculos
2514 y siguientes (esto es, cinco aos, contados desde que la obligacin se
hizo exigible). En el mbito extracontractual la conclusin es equivalente,
en razn de la remisin que hace el artculo 2324; en ausencia de una
norma especial en la materia, corresponde dar aplicacin a la regla general contenida en el artculo 2332, esto es, cuatro aos contados desde que
el dao se hizo manifiesto.
b) Responsabilidad fundada en las reglas del artculo 18 de la Ley de
urbanismo y construcciones. La ley establece plazos especiales de prescripcin variables, en funcin de la naturaleza del dao: i) en el caso de fallas
o defectos que afecten la estructura que soporta al inmueble, el plazo es
de diez aos; ii) si se trata de fallas o defectos de los elementos utilizados
en la construccin o de las instalaciones, el plazo es de cinco aos; iii) si
las fallas o defectos afectan a elementos de terminaciones o de acabado de
las obras, el plazo es de tres aos; y iv) si se trata de fallas o defectos
distintos y no asimilables a los referidos, las acciones prescriben en el plazo general de cinco aos.
Todos los plazos anteriores son de prescripcin de la accin y se cuentan desde la recepcin definitiva de la obra por parte de la Direccin de
Obras Municipales; excepcionalmente el plazo de prescripcin vinculado
a defectos que afecten a elementos de terminaciones o de acabado se cuenta
desde la fecha de inscripcin del inmueble a nombre del comprador en el
Conservador de Bienes Races respectivo. En consecuencia, el defecto o
falla debe ocurrir y la accin debe ser entablada dentro de los plazos referidos.
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que el derecho privado no sea el medio ms eficaz para definir los estndares ambientales; en verdad, no hay camino alternativo a la regulacin
por la autoridad.
Con una finalidad reguladora, la Administracin puede tambin utilizar instrumentos de mercado, incorporando los costos ambientales al precio de los servicios pblicos. As ocurra ya con los principales daos
ambientales tipificados por los romanos, que se evitaban con sistemas obligatorios de depuracin del agua y de tratamiento de aguas servidas, cuyo
costo recaa en los usuarios.331 Tambin un sistema de contratos puede
favorecer una ptima asignacin de los permisos de emanacin que la
autoridad ha estimado tolerables, hacia quienes pueden hacer un mejor
uso econmico de ellas.
c) Como ocurre con todos los bienes que se encuentran en situacin
de concurrencia recproca (la honra y privacidad respecto de la libertad
de expresin, por ejemplo), la proteccin del medio ambiente supone
una ponderacin relativa de los bienes afectados. La pretensin de una sociedad no es eliminar toda contaminacin ambiental, sino fijar un nivel aceptable que se acerque a un equilibrio razonable de los bienes en juego. El
mayor cambio que ha ocurrido en poco ms de una generacin ha sido
precisamente la irrupcin del bien del medio ambiente sustentable, sano y
amigable en el juego recproco de los bienes relevantes en las polticas
pblicas. La reduccin de la contaminacin supone costos sociales, en los
cuales slo se justifica incurrir en la medida que a ellos vayan asociados
mayores beneficios correlativos para la comunidad.
En general, las polticas pblicas en la materia asumen los costos sociales de eliminar el dao ambiental ms intenso (como el que afecta gravemente a la salud o sustentabilidad esencial del patrimonio natural). Por el
contrario, la reduccin de los niveles ms tenues de contaminacin suele
imponer costos sociales mayores, mientras que el beneficio ambiental correlativo tiende a ser decreciente.332 En estas circunstancias, en que el costo marginal de reducir la contaminacin tiende a ser creciente y su beneficio
marginal decreciente, en algn punto la reduccin deja de estar socialmente justificada. A partir de ese preciso umbral, continuar invirtiendo en
reducir la contaminacin deviene socialmente ineficiente.
Aunque matemticamente el punto de equilibrio se produce cuando
el costo marginal iguala al beneficio marginal de las medidas mitigadoras
de efectos ambientales negativos, la dificultad est en la ponderacin de
bienes que responden necesariamente a diferentes mecanismos de medi-
331 Kaser I 407 con referencia a que el propietario deba tolerar las inmisiones normales que provienen de los vecinos (olores, humo, agua), pero que gozaba de un interdicto utis
possidetis y de una actio negatoria si la molestia exceda ese umbral.
332 El concepto de costos no est aqu referido slo a los que se pueden expresar en
dinero, de acuerdo con un patrn de cambio validado por el mercado, sino que es comprensivo de cualesquiera costos que afectan a bienes que no pueden ser objetos de contratos (como suele ser la calidad del aire o la sustentabilidad ambiental de largo plazo).
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ciones administrativas.334 Ello es consecuencia de que el derecho del medio ambiente supone definiciones que no solamente son juzgadas en razn de criterios normativos, como es la tcnica preferente del razonamiento
judicial, sino particularmente en cuanto a sus efectos para el bienestar general de la comunidad.
El derecho ambiental ms exitoso es predominantemente desarrollado
como una rama especfica del derecho administrativo. Por eso, sus objetivos se logran fundamentalmente mediante regulaciones. La autoridad con
sustento tcnico y con legitimidad poltica debe analizar la informacin
disponible y emprender la tarea de definir los niveles de contaminacin
socialmente aceptables, fiscalizar su cumplimiento y determinar las consecuencias de su contravencin.
b) Asumido que el instrumento primordial del derecho ambiental es la
regulacin, surge la pregunta por la funcin de la responsabilidad civil en la
preservacin del medio ambiente. La respuesta est condicionada por la
forma en que se concibe al derecho de la responsabilidad civil y la funcin
que se atribuye a sus instituciones.
Como se ha visto, el derecho de la responsabilidad civil puede ser entendido desde los grandes paradigmas de la justicia correctiva, que lo entiende, limitadamente, como un ordenamiento cuyo fin se agota en definir
en trminos justos una relacin entre partes que son tenidas por iguales
(supra 3 a y 36 a); y de la prevencin, que lo entiende como un conjunto de incentivos (constituidos, por ejemplo, por el riesgo de tener que
indemnizar a las vctimas) que permiten orientar el comportamiento hacia fines socialmente deseables (supra 3 b y 36 b). Desde luego, hay
daos que unos producen a otros, y que son concebibles en una dimensin tpicamente de derecho privado, a la luz de criterios de justicia correctiva. Pero, en el contexto ms general del derecho del medio ambiente,
la pregunta ms relevante se refiere a cul es el exacto sentido y alcance
de la responsabilidad civil como instrumento de prevencin y restauracin
del dao ambiental.335
c) En materia de prevencin de daos al medio ambiente, el rol del
sistema de responsabilidad civil es ms bien focalizado. En esencia, su funcin se limita a la reparacin del dao privado injustamente sufrido a causa
de un accidente ambiental. En rigor, los daos privados derivados de accidentes ambientales no deben ser tratados de modo diferente a los restantes daos por la sola circunstancia de derivar de la contaminacin del
medio ambiente.336 Ninguna razn existe para hacer en la materia una
discriminacin.
Por cierto que el riesgo de ser civilmente responsable genera inevitablemente un incentivo para asumir el comportamiento ambientalmente
Sobre la lgica de las regulaciones en derecho, en contraste con el derecho privado, Barros 2001 9.
335 Sobre esta discusin Banfi 2001 21.
336 Cane 2000 829.
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341 De conformidad con los artculos 571 y siguiente del Cdigo de Procedimiento Civil, el interdicto permite que la mera inspeccin personal del tribunal, con la participacin
de un perito nombrado por el juez, resulte suficiente para que se dicte de inmediato sentencia en el asunto.
342 Delgado en Martinic/Tapia 2005 924, con fundamento en un excepcional estudio
histrico y dogmtico sobre la recepcin en el Cdigo chileno de la tradicin romana de
los interdictos populares. Una de las cuestiones ms debatidas en el derecho comparado se
refiere precisamente a las acciones para representar intereses difusos o colectivos (infra
N 735, con referencias a otras secciones de este libro).
343 dem 927.
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sin se debe asumir que la enumeracin de los bienes de uso pblico que
efecta el artculo 948 no es exhaustiva, de modo que pueda entenderse
comprensiva de recursos naturales y de todo tipo de espacios pblicos.344
Por mucho que la tesis se apoye en una esplndida fundamentacin
histrico-dogmtica de las acciones populares desde el punto de vista interno del Cdigo Civil, estimo que no se aviene sistemticamente con el ordenamiento vigente de acciones ambientales; particularmente por la manera
como interactan en la materia el derecho civil y el administrativo (supra
N 578). Como se ver, la Ley del medio ambiente ha sido muy cuidadosa al
definir la titularidad de las acciones de reparacin del dao ambiental, esto
es, del dao que no afecta intereses del actor;345 y, desde luego, ha rechazado la idea de una accin popular en la materia (infra N 595).
De ello se sigue que introducir una interpretacin extensiva de la norma
del artculo 948, que tradicionalmente ha sido entendida como un caso de
aplicacin de la denuncia de obra ruinosa,346 resulta contradictoria, en virtud del principio de especialidad, con el ordenamiento legal establecido
precisamente en materia ambiental. La misma idea subyace tras la norma
constitucional que limita la accin de proteccin por dao al medio ambiente a las conductas ilegales, de modo que no es suficiente cualquier dao
para que proceda la accin cautelar. Adems, debe entenderse que la norma del artculo 948 asume, como en el caso del artculo 937, que la antijuridicidad del dao es pblica y notoria, lo que es consistente con el
procedimiento extraordinariamente abreviado que la rige;347 sin embargo,
las cuestiones de hecho suelen no ser pacficas en materia ambiental. Finalmente, conviene tener presente que el reconocimiento de acciones populares es particularmente delicado en materias ambientales, en razn del cruce
de intereses y bienes en juego, de modo que su establecimiento debiera ser
objeto de una decisin poltica del legislador (infra N 596).348
dem 931.
Para la suspensin inmediata de las actividades de fuentes emisoras, la Ley del medio
ambiente otorga una accin a las municipalidades y a los dems rganos de la Administracin del Estado que resulten competentes si no se cumplen los planes de prevencin o descontaminacin, o las regulaciones especiales para situaciones de emergencia ambiental, o por
infracciones a los planes de manejo; alternativamente, se puede otorgar a los infractores un
plazo para que se ajusten a esas normas (artculo 56 II). Ms all del juicio de valor que pueda asumirse respecto del sistema de acciones, se comprueba que la legislacin especial ha optado en la materia por un predominio del derecho administrativo ambiental, que produce
efectos reflejos en acciones otorgadas a entes pblicos definidos por la propia ley.
346 As, Alessandri 1943 359.
347 De hecho, V. Delgado propone que a la materia resulten aplicables los artculos 571
y siguientes del Cdigo de Procedimiento Civil (Delgado en Martinic/Tapia 2005 927).
348 Bordal 2004 317 y 321, asume que tales acciones populares (quivis ex popolo) slo
proceden si el legislador expresamente las concede para materias especficas; asimismo, tiene
presente los riesgos que ellas envuelven, como son el ejercicio inescrupuloso en colusin
con el propio recurrido, o su empleo con fines de extorsin a fin de presionar a negociaciones con las empresas recurridas. A favor de una accin colectiva ms amplia, en analoga a las concedidas por la Ley de consumidores, Montenegro 2004 310.
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345
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Por eso, cualquiera accin de urgencia en la materia tiene como requisito de procedencia que los hechos no sean objeto de disputa, tanto en lo
referido a la antijuridicidad del dao, como a la ilicitud de la conducta del
recurrido. En circunstancias que la accin de proteccin en materia ambiental comprende ambos supuestos, parece ser un instrumento preventivo e interruptivo del dao suficientemente eficaz, que, a la vez, considera
resguardos prudenciales. A su vez, desde el punto de vista de la titularidad
activa, cualquiera del pueblo que vea amenazado o perturbado su derecho
puede entablarla, de modo que esa amplia legitimidad activa ha dado lugar a que la proteccin sea una verdadera accin popular en materia de
medio ambiente349 (infra N 582).
581. Acciones preventivas en materia de responsabilidad civil. a) En el
ttulo de los delitos y cuasidelitos civiles, el artculo 2333 reconoce como
regla general una accin popular en todos los casos de dao contingente
que por imprudencia o negligencia de alguien amenace a personas indeterminadas; pero si el dao amenazare solamente a personas determinadas, slo alguna de stas podr intentar la accin. A diferencia de las
acciones posesorias especiales, la regla carece de un procedimiento especial lo suficientemente eficaz, lo que le resta efectividad, salvo que se hiciera aplicacin de medidas de urgencia bajo la forma de las medidas
precautorias innominadas del artculo 298 del Cdigo de Procedimiento
Civil (infra Nos 651 y 653).
Esta accin civil, en razn de su limitado mbito de proteccin y debido a la ausencia de un procedimiento suficientemente expedito y aceptado por la prctica judicial, ha sido complementada, y desplazada en la
prctica, por la accin constitucional de proteccin, que ha venido a resolver las carencias de nuestra legislacin procesal civil en materias que requieren de un pronunciamiento urgente.
b) Esta situacin general se ve modificada en el derecho ambiental,
que adicionalmente contempla una accin especial para hacer cesar el
dao, prevista en el artculo 56 de la Ley del medio ambiente. Esta accin,
junto a la de proteccin, conforman las acciones ms eficaces para poner
fin al dao ambiental.
582. Accin de proteccin constitucional en materia ambiental. a) El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminacin (Constitucin,
artculo 19 N 8) se encuentra cautelado mediante la accin constitucional de proteccin, que a su respecto exige que el derecho sea afectado por
un acto u omisin ilegal imputable a una autoridad o persona determinada (Constitucin, artculo 20 II).350 As, existen innumerables casos que
Montenegro 2004 304.
La norma constitucional ha sido modificada en el sentido expresado por la reforma
introducida por la ley N 20.050, que elimin el requisito de procedencia que la conducta
fuera ilegal y, adems, arbitraria.
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da a dar solucin rpida a problemas ambientales. sta tiene por antecedente infracciones a planes de prevencin ambiental o de descontaminacin, a regulaciones especiales en situaciones de emergencia ambiental, o
a planes de manejo referidos por la ley. En tales situaciones, las municipalidades, en el marco del procedimiento orientado a la aplicacin de sanciones por dao ambiental, pueden solicitar y obtener del juez la suspensin
inmediata de las actividades dainas, o que se otorgue a los infractores un
plazo para adecuar su comportamiento a esas normas (Ley del medio ambiente, artculo 56 II).
Con todo, esta facultad est sujeta a requisitos de admisibilidad que
resultan ms precisos que los de la accin de proteccin, pues en este
caso no es necesario acreditar que se est produciendo dao ambiental
por actuaciones ilegales, sino que la empresa en cuestin no est cumpliendo con las regulaciones especficas que rigen su funcionamiento,
cuya infraccin da lugar a sanciones administrativas (Ley del medio ambiente, artculo 56 I).
Aunque la ley no lo expresa, nada obsta para que organizaciones
ciudadanas puedan efectuar presentaciones ante la respectiva municipalidad a efectos de que sta ejerza la accin infraccional. Sin embargo, estas organizaciones carecen de titularidad activa para ejercer la
accin judicial.359
d. Accin indemnizatoria
1. Principio
584. Principio de responsabilidad civil por negligencia en materia de daos al medio ambiente a) Las intervenciones en el medio ambiente pueden producir daos a la salud, la vida, la integridad corporal de una
persona; asimismo pueden daar las cosas ajenas, deteriorndolas o hacindolas perder su valor de uso. En tales casos, sustancias, ruidos, radiaciones, gases, vapores, altas temperaturas u otras alteraciones del medio
ambiente son causa de daos que en nada se diferencian de los provocados por otras acciones u omisiones ilcitas. Lo peculiar es que el dao se
produce a consecuencia de daos ambientales, esto es, a causa de prdidas,
disminuciones, detrimentos o menoscabos significativos al medio ambiente o a alguno de sus componentes.
En estos casos, la accin de responsabilidad no tiene por objeto la preservacin ambiental, como ocurre con la accin ambiental (infra 55 e),
359 Todo indica que progresivamente la cautela del medio ambiente mediante acciones
preventivas o interruptivas del dao debiera ser extendida a organizaciones ciudadanas o
al pblico en general, pero no sobre la base de la mera antijuridicidad del dao, sino de
descentralizar el control de observancia de las normas reglamentarias generales y especiales (RCA); interesantes reseas de experiencias norteamericanas en la materia en Percival
2004 399 y Hill/Targ 2004 429.
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tratarse el recurso de proteccin en materia ambiental, para cuya procedencia se requiere que el acto u omisin contaminante sea ilegal, a diferencia
de lo que ocurre con otras garantas, cuya proteccin procede, alternativamente, en casos de arbitrariedad o ilegalidad (Constitucin, artculo 20 II).
c) La Ley del medio ambiente no adopt finalmente este criterio, que
limitaba la culpa al mbito infraccional, y dej abierto el camino a la aplicacin judicial del estndar de diligencia, estableciendo una regla remanente
de responsabilidad civil, que se refiere a las disposiciones generales del Cdigo Civil en la materia (artculo 51 III). El legislador estim que la ley no
estaba en condiciones de prever todos los hechos constitutivos de culpa que
da lugar a responsabilidad. En consecuencia, la responsabilidad civil que se
sigue del dao ambiental se puede construir por dos conceptos diferentes:
en primer lugar, en razn de la infraccin de normas legales o reglamentarias, caso en el cual la culpa se presume, esto es, a la empresa que causa el
dao le incumbe probar que actu con diligencia (supra 10 d 1); en segundo lugar, aunque la empresa no haya infringido norma legal o reglamentaria alguna, responder si no ha empleado el debido cuidado, determinado
por los usos normativos (supra 10 d 2) y prudencialmente por los jueces
(supra 10 d 3). Sin embargo, la observancia de las regulaciones, atendida
la complejidad y tecnicidad de la materia, ser generalmente indicio de que
el demandado ha actuado de la manera debida.
De este modo, los patrones de comportamiento estn sujetos a una
doble fuente de definicin: ante todo, por las autoridades administrativas
al aprobar las normas a las que se refiere el artculo 52 de la Ley del medio
ambiente; y, adems, por los jueces, al definir el nivel de diligencia debido
en cada grupo de actividades.367 En los prrafos siguientes se har una
breve referencia a estos dos criterios.
586. Determinacin de los deberes de diligencia: observancia de las regulaciones y resoluciones administrativas. a) La definicin de la conducta
ambientalmente correcta es una tarea emprendida por va legislativa y administrativa mediante la regulacin. En esta definicin, las consideraciones que sigue el regulador son esencialmente preventivas, porque su fin es
la preservacin del medio ambiente.
b) En principio, la infraccin a una regulacin legal o administrativa, general o especial, que causa un dao indemnizable, es tenida por culpable y da
lugar a responsabilidad civil, de acuerdo con las reglas generales (supra N 53).
El criterio de la culpa infraccional est expresamente recogido por la Ley del
medio ambiente, en cuya virtud se presume la responsabilidad (esto es, la
culpa) del autor del dao ambiental, si existe infraccin a las normas de emisiones, a planes de prevencin o de descontaminacin, a regulaciones especiales para los casos de emergencia ambiental o a normas sobre proteccin,
preservacin o conservacin ambientales, establecidas en la propia ley o en
otras disposiciones legales o reglamentarias (artculo 52 I).
367 De esta forma, los jueces al adjudicar responsabilidad civil contribuyen a la determinacin de lo ambientalmente correcto; sobre esta idea, Banfi 2004.
801
y 29.
Hager 2002 904; Directiva 2004/35/CE, artculo 4.1. Sobre la concurrencia de culpa y fuerza mayor, supra N 270; sobre la excusa de fuerza mayor en casos de responsabilidad estricta, supra N 329.
370 As se expresa tambin en el Libro Verde sobre reparacin del dao ecolgico,
14.5.1993, presentado por la Comisin de las Comunidades Europeas al Consejo y Parlamento Europeos, y que es el primer documento preparatorio de la Directiva 2004/35/CE
( 2.1.5 II). El documento pone nfasis en el inters que puede presentar para las propias
empresas hacer pblicos todos los riesgos ambientales envueltos en un proyecto, si de esa
informacin puede derivarse una futura limitacin de responsabilidad.
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del derecho es dar forma y desarrollar en sus nuevas fronteras un viejo principio, carente de fundamento en un texto legal expreso, pero que, sin embargo, constituye una costumbre sabia autoproclamada: que nadie puede
causar a otro una turbacin anormal en sus relaciones de vecindad.376 La
determinacin de si un dao es significativo obliga a distinguir entre lo que
es una molestia que debe ser soportada como condicin general de la vida
en comn y lo que es propiamente un dao indemnizable.377
No en vano el derecho del medio ambiente tiene su origen histrico
precisamente en el mbito de la vecindad, como lo muestra el lugar sistemtico entre las acciones posesorias especiales de la norma sobre emanaciones del artculo 937 del Cdigo Civil.378 As, para resolver las preguntas
que plantea la responsabilidad por dao ambiental es necesario recurrir a
criterios de discriminacin entre turbaciones significativas y aquellas que
no lo son; esa tarea supone un sopesamiento de bienes a la luz de lo que
tenemos por exigible en nuestras relaciones de vecindad.
Con todo, subsiste una importante diferencia con el derecho de vecindad: en este mbito, la esencialidad del dao es condicin suficiente para
la accin, porque no se trata estrictamente de una accin de responsabilidad, sino de una accin propietaria, relacionada con los lmites internos al
ejercicio del dominio. En materia ambiental, por el contrario, la ley da
lugar a una accin de responsabilidad, de modo que siempre ser posible
alegar que el dao se produjo por una causa o por un acontecimiento que
no puede ser atribuido a negligencia del demandado.379
Carbonnier 1992 301; sobre los orgenes romanos de esta regla, supra N 577 b.
En Corte de Puerto Montt, 2.4.2004, rol N 11.652-2003, en un caso en que con motivo de la ejecucin de un proyecto empresarial se descubri y alter un sitio arqueolgico,
se fall que constitua un dao significativo la alteracin de elementos irreemplazables con
valor intrnseco para el estudio, anlisis y comprensin de los elementos socioculturales de
asentamientos humanos de carcter arcaico; tambin se ha considerado significativo el dao
consistente en la tala no autorizada de bosque nativo con infraccin al respectivo plan de
manejo (Corte de Temuco, 7.8.2003, rol N 1405-2000); y el emplazamiento de una antena
de telecomunicaciones cuyo estilo y envergadura nada tiene que ver con el entorno de una
zona histrica o tpica (CS, 30.12.2003, F. del M. 517, 3400).
378 Algo semejante ocurri en el common law, donde el derecho ambiental encuentra su
fuente privada en el ilcito de nuissance, que comprende diversos tipos de interferencias
con el uso y goce de la tierra y cuyo fundamento se encuentra en que la propiedad y la
posesin legal de la tierra necesariamente supone tanto el derecho a la indisputada propiedad en s misma como el derecho a un razonable agrado (confort) y utilidad en su ocupacin (Prosser/Keeton et al. 1984 619).
379 Sin embargo, de la circunstancia que un dao sea significativo puede inferirse la falta
de cuidado. As, en el caso de una accin por dao ambiental que tuvo por antecedente el despeje de una franja de terreno para construir un camino, causando daos a un rodal de robles,
se fall que la prdida de los rboles, en especial robles, ocasionada tanto con la construccin
del camino como por la acumulacin de desmonte en la quebrada, constituye una falta de diligencia y cuidado por parte del demandado, que lo obliga a reparar el medio ambiente daado (16 Juzg. Civ. de Santiago, 6.5.2002, rol N 65-1999); en la sentencia resulta evidente que
de la existencia de un dao ambiental significativo se infiri la culpa del demandado.
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carga probatoria, cuando existen indicios, aunque no pruebas concluyentes, acerca de la intervencin causal del demandado (supra N 272).382
Adems, se deben enfrentar las hiptesis en que se sabe que varios agentes de un conjunto determinado de candidatos han provocado el dao
ambiental (supra N 280).383
591. La relacin de causalidad en la Ley del medio ambiente. a) A pesar
que la norma del artculo 52 I de la Ley del medio ambiente parece indicar que la infraccin a normas legales o administrativas da lugar a una
presuncin general de responsabilidad, lo cierto es que esa disposicin
reitera los principios generales que rigen en materia de culpa infraccional
(supra N 586). La nica norma pertinente de la ley en materia de causalidad se limita a reiterar el principio general de responsabilidad civil, esto
es, que debe ser acreditada una relacin causal entre la infraccin y el
dao (Ley del medio ambiente, artculo 52 II, supra 29).
b) As, este tema crucial de la responsabilidad ambiental no est resuelto por la ley. El rgimen general de responsabilidad civil permite recurrir a la norma del artculo 2329, que establece una presuncin general de
responsabilidad por el hecho propio respecto de daos que, atendida su
naturaleza, pueden ser atribuidos en principio a un tercero. Esta inferencia
puede entenderse efectuada implcitamente por la norma del artculo 52 I
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modo la ley incorpora un criterio que la jurisprudencia ha aceptado al interpretar extensivamente el artculo 2332 (infra N 711): la accin no puede
extinguirse por prescripcin antes que se manifieste el dao, esto es, antes
que se configuren los requisitos sustantivos de la pretensin.386
e. Accin ambiental: reparacin en naturaleza
593. Accin ambiental y accin indemnizatoria. Producido el dao ambiental, la ley concede accin para obtener la reparacin del medio ambiente afectado (artculo 53). De acuerdo con la misma disposicin legal,
esta accin de reparacin en naturaleza no obsta al ejercicio de las acciones indemnizatorias por los dems efectos daosos que haya provocado
ese dao ambiental (supra 55 d). La accin ambiental y la indemnizatoria son compatibles en atencin a su diferente naturaleza y finalidad. El
lmite de esta concurrencia est dado, con todo, por la eventual superposicin de sus objetos: la reparacin en naturaleza suele constituir por s
misma un sustituto de la indemnizacin, porque su efecto es precisamente
neutralizar el dao.
594. La culpa o el dolo como requisitos de la accin ambiental. a) La
accin ambiental est regulada en el mismo ttulo que la accin indemnizatoria y se rige por idnticos principios normativos que esta ltima. En
esencia se trata de una pretensin de reparacin en naturaleza que est
sujeta a las condiciones generales de la responsabilidad civil (infra N 649).
La Ley del medio ambiente reitera estos principios. Ante todo, establece que, sin perjuicio de las sanciones administrativas, quien culposa o dolosamente cause un dao al medio ambiente estar obligado a repararlo
materialmente a su costo, si ello fuera posible, y a indemnizarlo en conformidad a la ley (artculo 3). Esta idea est reiterada al tratarse la responsabilidad por dao ambiental, donde se establece que en todo lo no previsto
por la propia Ley del medio ambiente o por leyes especiales, se aplicarn
las disposiciones del Ttulo XXXV del Libro IV del Cdigo Civil.387
386 Se ha sugerido, por razones de seguridad jurdica, la necesidad de contar con un
plazo que fije un lmite dentro del cual definitivamente se extinga la accin (Valenzuela
1998 71). En el derecho chileno, salvo una modificacin legal que establezca un trmino
especial, este plazo no podra ser sino el de prescripcin extraordinaria de diez aos. Con
todo, el largo espacio de tiempo que demora el dao ambiental en manifestarse y su gravedad llevan a pensar que se trata de una interpretacin demasiado favorable al contaminador (Valenzuela 1998 66).
387 La jurisprudencia es constante en exigir culpa o dolo en la accin de reparacin
ambiental; en general, se trata de supuestos de culpa infraccional; en este sentido, se ha
acogido la accin de reparacin ambiental por infraccin a la ley (CS, 30.12.2003, F. del M.
517, 3400); por exceder en terreno un plan de manejo forestal (Corte de Temuco, 7.8.2003,
rol N 1.405-2000); y, por actuar sin previa autorizacin del rgano administrativo competente (Corte de La Serena, 21.1.2003, rol N 26.922-2002).
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En consecuencia, lo expresado a propsito de los requisitos de la accin indemnizatoria (supra 55 d) resulta aplicable a la accin ambiental,
con las calificaciones que se sealan en los prrafos siguientes.
b) Aunque, en general, en el derecho comparado existe una tendencia hacia el establecimiento de responsabilidades estrictas u objetivas en materia
de reparacin del medio ambiente, se suelen establecer requisitos ms o
menos fuertes para hacerla efectiva. Incluso en sistemas jurdicos proclives a
establecer estatutos de responsabilidad estricta, la regla suele ser matizada.388
A su vez, esta tendencia se muestra en el derecho comparado ms reciente,
como es el caso de la directiva europea sobre responsabilidad ambiental,
que establece un rgimen de responsabilidad estricta para ciertas actividades peligrosas y uno de responsabilidad por negligencia o dolo respecto de
las dems;389 adems, permite a los Estados eximir de responsabilidad a los
operadores cuando acrediten que han actuado conforme a las autorizaciones y reglamentaciones nacionales (artculo 8 N 4 letra a).
Por su parte, tambin la doctrina tiende a ser ms diferenciada que
hace algunos aos, incluyndose proposiciones bien fundadas en orden a
tomar como base general el sistema de responsabilidad por negligencia,
sin perjuicio de ciertas hiptesis de responsabilidad estricta para el caso de
actividades especialmente peligrosas.390
595. Titularidad de la accin de dao ambiental. a) La titularidad de la
accin de dao ambiental tiene una naturaleza privada y pblica. En efecto, la accin pertenece, por igual, tanto a las personas naturales o jurdicas, pblicas o privadas que hayan sufrido el dao, como es tpico del
derecho privado, y a las municipalidades y al Estado, por intermedio del
Consejo de Defensa del Estado, en resguardo del bien general.
388 As ocurre tpicamente en el derecho francs, en razn del principio jurisprudencial de responsabilidad estricta por el hecho de las cosas (Viney/Jourdain 1998 608, Zweigert/Ktz 1996 665); sin embargo, los daos ambientales que afectan a personas
determinadas son tratados en el derecho francs como turbaciones de vecindad, que estn
tpicamente caracterizadas por el principio de que deben ser tolerados los problemas que
normalmente se siguen de la convivencia (supra N 447 c).
389 La Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo y del Consejo establece que la
presente Directiva tiene por objeto establecer un marco de responsabilidad medioambiental, basado en el principio de que quien contamina paga, para la preservacin y la reparacin de los daos medioambientales (artculo 1); sin embargo, el principio se materializa
en distintos estatutos de responsabilidad: la responsabilidad es estricta tratndose de actividades que se tienen por especialmente peligrosas, definidas en el anexo III (por ejemplo,
instalaciones que por su naturaleza estn sujetas a permiso de funcionamiento; actividades
de gestin de residuos; vertidos en aguas interiores superficiales o subterrneas; fabricacin,
tratamiento o almacenamiento de sustancias peligrosas); supletoriamente, en los casos que
no estn previstos en el referido anexo III, la responsabilidad depende de que se haya incurrido en culpa o dolo por el operador (artculo 3.1).
390 Una argumentacin muy fuerte en este sentido en Berkamp 2001 passim, especialmente 86.
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Esta aplicacin extensiva de los principios y normas que rigen la responsabilidad civil de los administradores de sociedades annimas excluye,
desde luego, las reglas administrativas que persiguen cautelar la fe pblica, la que, por lo general, no est comprometida en sociedades de personas, a menos que sean emisoras de ttulos de deuda de colocacin en el
pblico, de conformidad con las normas de la Ley de valores; tambin
excluye las materias que son objeto de convenciones entre los socios, que
en este tipo de sociedades disponen de un mbito de autonoma privada
del que carecen los accionistas de una sociedad annima (infra N 604).
598. Responsabilidad de la sociedad por el hecho de sus rganos y responsabilidad personal de los administradores. a) Segn un principio generalmente aceptado en el derecho civil, las sociedades responden de los actos
de sus rganos y representantes como hechos propios, tanto contractual como
extracontractualmente (supra Nos 34 y 128 b).
El directorio y los gerentes son rganos sociales, porque por su intermedio acta la sociedad en el desarrollo de su giro (Ley de sociedades
annimas, artculos 31 I y 40 I, respecto del directorio, y 49 y 50, respecto
de los gerentes). La persona jurdica resulta obligada y es responsable por
la actuacin de sus rganos, incluso con prescindencia de si stos han
actuado en el marco del objeto social o de sus atribuciones.402 En consecuencia, los ilcitos cometidos por los administradores de sociedades en el
ejercicio de su cargo dan lugar a responsabilidad personal de la persona
jurdica. De ello se sigue que en estos casos no es necesario construir la
responsabilidad bajo la presuncin de culpa por el hecho ajeno de los
artculos 2320 y 2322 del Cdigo Civil.
b) Sin perjuicio de la responsabilidad que corresponda a la sociedad,
tambin los administradores pueden ser personalmente responsables por
los ilcitos en que incurran en perjuicio directo de terceros. Atendida la
regla de responsabilidad personal de la sociedad por la actuacin de sus
directores y gerentes, en la prctica, la responsabilidad personal de estos
ltimos es especialmente relevante en casos de insolvencia de la sociedad
que resulte causalmente atribuible a la actuacin dolosa o negligente de
sus administradores (supra N 134). Adems, las leyes de sociedades annimas y de mercado de valores tambin establecen la responsabilidad personal de directores y gerentes de sociedades annimas en proteccin de los
accionistas e inversionistas, respectivamente (infra N 602).
599. Relaciones de poder entre los accionistas y los administradores. a) En
las sociedades annimas, la separacin entre la propiedad y la administracin es clara desde el punto de vista de la estructura de potestades: los
accionistas controlan la junta de accionistas que designa el directorio. Esta
estructura jurdica de potestades suele tomar un carcter diferente desde
402 Lyon 2003 145, 159; Von Bar 1996 I 182, con referencias a la generalizada aceptacin de este principio en el derecho comparado.
816
un punto de vista funcional. En un extremo, la propiedad est de tal manera difundida que ningn accionista en particular tiene influencia decisiva en la junta de accionistas; en el otro, la propiedad est de tal manera
concentrada que la sociedad es controlada por un accionista o por un
grupo empresarial.
En el primer caso, surgen riesgos de que los administradores confundan
sus propios intereses con los de la sociedad, entrando en colisin con el
mejor inters de los accionistas, quienes no estn en condiciones efectivas
de ejercer control mediante el voto en la junta de accionistas. En el segundo
caso, no existe el peligro de que los administradores acten a espaldas de
los accionistas, porque stos estn en posicin de ejercer un escrutinio efectivo de la gestin, de modo que los eventuales conflictos de inters se presentan al nivel de los controladores, en la medida que stos pueden usar su
poder para obtener beneficios injustificados en perjuicio de la sociedad.
Que la administracin intente bloquear la adquisicin de la compaa
por un tercero o que establezca para s remuneraciones excesivas, en perjuicio de los accionistas, son riesgos tpicos de la primera estructura de
propiedad y de control efectivo por la administracin;403 por el contrario,
la regulacin de la conducta de grupos de empresas que tienen intereses
entrecruzados es una necesidad particularmente intensa en el segundo
modelo de propiedad.
b) La estructura de propiedad de las compaas es muy distinta en las
diversas tradiciones empresariales. As, en Chile es claramente dominante
un modelo en que las sociedades tienen controladores definidos; ello presenta la ventaja que la administracin est sujeta a controles directos del
accionista que concentra la propiedad, pero envuelve el riesgo correlativo
del surgimiento de conflictos de inters en los negocios de la sociedad con
otras sociedades o empresas pertenecientes al controlador. Por el contrario,
en economas anglosajonas es usual la dispersin de la propiedad, de modo
que los riesgos ms bien radican en que la compaa sea manejada a espaldas de los accionistas, en beneficio de quienes se han hecho del poder de
administracin. La legislacin sobre sociedades annimas y sobre mercado
de valores asume ambas hiptesis de riesgo, como se ver en los prrafos
siguientes. Es conveniente tener en consideracin los riesgos que surgen de
los distintos tipos de organizacin empresarial, porque para determinar el
alcance de la responsabilidad civil, conviene tener claridad acerca de los
fines reguladores de las normas infringidas, a efectos de determinar si el
dao es de aquellos que ellas perseguan precaver (supra 29).
b. Responsabilidad externa e interna de los administradores
600. Planteamiento. Los administradores de sociedades pueden ser personalmente responsables ante terceros ajenos a la sociedad, en razn de los ilcitos
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que los directores o gerentes puedan hacer que la sociedad soporte las
consecuencias indemnizatorias de sus propios actos ilegales que han causado perjuicio a terceros, hay razones para afirmar que el administrador
puede pretender restitucin, argumentando haber actuado ilegalmente,
pero en el mejor inters de la sociedad (supra N 131). Con todo, pareciera que el seguro, ms que una accin restitutoria, es el mejor camino para
delimitar los riesgos de gestin.408
d) Hay al menos dos grupos de situaciones en que la responsabilidad
personal de directores y gerentes frente a terceros es inequvocamente
reconocida. Por una parte, si la accin persigue hacer valer su responsabilidad por infracciones a las leyes de sociedades annimas y de valores, que
otorgan indistintamente accin contra la sociedad y los administradores
por los perjuicios sufridos no slo por accionistas, sino tambin por cualquier otra persona, a consecuencia de los ilcitos infraccionales que les son
atribuibles (Ley de sociedades annimas, artculo 133 II; Ley de valores,
artculo 55 II); a pesar de las remisiones legales genricas, estos ilcitos
infraccionales deben ser juzgados en atencin al fin de la norma, segn lo
expresado precedentemente y de conformidad con los principios generales. Por otra parte, tambin son responsables los administradores que hayan incurrido en ilcitos que afecten los intereses de los acreedores en la
quiebra de la sociedad (Ley de quiebras, artculo 132; Ley de sociedades
annimas, artculos 45 N 3, 78, 79, 101 I, 102). Estas dos situaciones sern
analizadas en los prrafos siguientes.
602. Responsabilidad de directores y gerentes con terceros no accionistas
de conformidad con las leyes de sociedades annimas y de mercado de
valores. a) Los ordenamientos legales sobre sociedades annimas y mercado de valores son muy comprensivos en cuanto a la responsabilidad de
directores y de gerentes de sociedades. Resulta evidente que la finalidad
perseguida es incentivar el cumplimiento de sus respectivos deberes de
cuidado y procurar grados significativos de transparencia y lealtad en la
gestin de las compaas. La confianza es un bien muy preciado en los
mercados de capitales, de modo que el legislador ha optado por establecer responsabilidades civiles, administrativas e incluso penales a quienes la
afectan incumpliendo las normas que procuran asegurarla.409
408 El instrumento tcnico para evitar que los directores y gerentes soporten el riesgo
de actuaciones que causan dao a terceros es el seguro de responsabilidad civil; la Superintendencia tiene en su sitio web al menos cinco modelos de plizas registradas de responsabilidad civil de directores y gerentes (CAD 195031, POL 198013, POL 199008, POL 102021
y POL 105061).
409 Las sanciones administrativas que puede imponer la Superintendencia comprenden:
la censura; multas de hasta 15.000 unidades de fomento (que en caso de reincidencia pueden llegar hasta tres veces ese monto) o de hasta el 30% del valor de la operacin ilcita; y,
la revocacin de la autorizacin de existencia de la sociedad, cuando proceda, como es el
caso, por ejemplo, de las compaas de seguros (Ley SVS, artculos 27, 28 y 29).
820
b) La culpa incurrida por una sociedad en infraccin a la ley, al reglamento (DS 587/1982, del Ministerio de Hacienda), a las normas dictadas
por la Superintendencia o a los estatutos sociales da lugar a la responsabilidad de los administradores y representantes, a menos que stos prueben
que no tuvieron participacin en el ilcito o se opusieron a su realizacin
(artculo 133 II). La norma se refiere genricamente a los daos causados
a otro, de modo que debe entenderse que no slo se aplica respecto de
los accionistas de la sociedad, sino tambin de terceros que se vean afectados por la culpa infraccional de quienes ofician como sus rganos de gobierno y de gestin. A su vez, la responsabilidad de los administradores y
representantes es solidaria con la que recae sobre la sociedad.
c) Con mayor intensidad que la legislacin sobre sociedades annimas, la Ley de valores establece reglas igualmente estrictas en proteccin
de terceros (artculos 59 a 63). All se establecen ilcitos penales especiales, que sancionan diversos hechos susceptibles de causar dao a terceros, como, por ejemplo, proporcionar o certificar maliciosamente
antecedentes o hechos falsos a la Superintendencia, a las bolsas de valores o al pblico (artculo 59 letra a); realizar operaciones que tienen por
finalidad estabilizar, fijar o hacer variar artificialmente los precios de valores o realizar cotizaciones u operaciones ficticias (artculo 59 letra e);
efectuar declaraciones falsas con ocasin de la emisin de valores de
oferta pblica (artculo 59 letra f); valerse, usar o revelar informacin
privilegiada (artculo 60 letras e, g y h). Adems de estos tipos penales, la
Superintendencia puede aplicar sanciones administrativas, como en el
caso de las infracciones a la Ley de sociedades annimas (artculo 58).410
Si una persona jurdica, que no sea el emisor de valores, incurre en
infraccin de las normas legales o administrativas y de ello se sigue dao a
otro (por ejemplo, por uso de informacin privilegiada), se presume la
responsabilidad civil personal de los administradores y representantes legales, a menos que se pruebe su falta de participacin o su oposicin al
hecho (artculo 55 II). Si el infractor es la propia emisora de valores de
oferta pblica, sta responde personalmente, sin perjuicio de que la responsabilidad se extienda solidariamente a sus directores, liquidadores, administradores, gerentes y auditores, en la medida que el ilcito constituya
una infraccin a sus respectivos deberes de cuidado (artculo 55 III).
d) Para que de la infraccin de la norma legal o de una regulacin
administrativa se siga responsabilidad civil, es necesario que el dao sufrido por el demandante sea de aquellos que la regla incumplida pretenda
precaver (supra 29). As, no podr un tercero invocar en su favor la infraccin de una norma que tiene por fin inequvoco la proteccin de la
sociedad o de los accionistas.
603. Responsabilidad de los administradores respecto de acreedores por
insolvencia de la sociedad. a) La insolvencia de la sociedad es un fuerte
410
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incentivo para que terceros hagan valer una accin contra otros candidatos a ser responsables. Antes han sido sucintamente analizadas las restrictivas condiciones para accionar en contra de los controladores de la sociedad
insolvente, alegando la doctrina del levantamiento del velo societario (supra N 134). Pero tambin son candidatos a ser responsables los directores
y gerentes de la sociedad.
b) La insolvencia de la sociedad no es per se siquiera un indicio de la
comisin de ilcitos. Los acreedores contractuales tuvieron la posibilidad
de exigir garantas para evitar el riesgo de que sus crditos quedaran impagos. A su vez, aunque los acreedores por ilcitos civiles no estuvieron en
situacin de negociar garantas, carecen usualmente de accin contra los
administradores (supra N 601), a menos que la insolvencia sea atribuible
a ilcitos.
En consecuencia, los administradores de sociedades no son responsables de las obligaciones de la sociedad para con terceros (salvo el caso, hoy
excepcional, de la sociedad colectiva simple). Sin embargo, la insolvencia
puede ser consecuencia de actos u omisiones ilcitas de los administradores. En este caso, no es el mal juicio en los negocios lo que constituye la
ilicitud, sino la actuacin ilcita que daa el inters de los acreedores como
titulares del derecho de prenda general. Por eso, en la generalidad de los
sistemas jurdicos el derecho civil somete a los directores y gerentes a deberes de cuidado en proteccin de los acreedores.411
c) Determinar deberes de cuidado especficos en la materia, sobre la
base de la clusula general del artculo 2314 es una tarea en extremo delicada. Todo parece indicar que en ausencia de una infraccin a la legislacin sobre quiebras, el director no debiera verse afecto a responsabilidad
si ha actuado en la honesta creencia de que an hay luz al final del tnel.412 Pero tambin es posible asumir una regla ms estricta, que establezca la responsabilidad de los directores si, atendidas las circunstancias,
debieron concluir que no haba expectativas razonables de evitar la quiebra y no adoptaron las medidas que podran haber evitado un dao marginal a los acreedores.413 Sin embargo, una regla tan exigente e imprecisa
puede resultar excesiva: ante todo, porque los propios acreedores tienen
la posibilidad de incluir en sus contratos deberes precisos acerca de la
conducta de los administradores (como usualmente ocurre en contratos
de crdito); adems, porque los directores no suelen ser los mejores candidatos a soportar el riesgo de insolvencia; y finalmente porque, a falta de
ilcitos precisos, no resulta justo que quienes han actuado de buena fe
queden sujetos a una regla que deja entregada la responsabilidad a conje-
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f) Es importante tener presente la exigencia de una relacin de causalidad entre los ilcitos de los administradores y el dao, porque no es la insolvencia de la sociedad, sino su culpa o dolo, el antecedente de la responsabilidad.
Suele ocurrir que el estado de insolvencia se deba a malos negocios (a cuyo
respecto los administradores no responden) y que slo marginalmente sea
atribuible a esos ilcitos. En tales casos, la obligacin indemnizatoria slo cubre la prdida marginal sufrida por los acreedores precisamente a consecuencias de la conducta que da lugar a responsabilidad.
2. Responsabilidad interna
604. Naturaleza jurdica de la relacin de los administradores con la sociedad y los accionistas. a) En este libro se sostiene que tradicionalmente la
doctrina ha exagerado las diferencias entre la responsabilidad contractual
y la extracontractual (vanse especialmente infra 64 y supra 50 a). La
ms importante diferencia entre ambos estatutos de responsabilidad reside en la posibilidad de regular convencionalmente las relaciones contractuales, en ejercicio del principio de autonoma privada, a diferencia de la
responsabilidad extracontractual, que est impuesta por el derecho (a menos que intervengan convenciones modificatorias).
Conviene tener en cuenta esa diferencia al momento de juzgar la relevancia de la calificacin como contractual o extracontractual de la responsabilidad de directores y gerentes de sociedades annimas. En efecto,
cualquiera sea esa calificacin, los deberes de cuidado estn establecidos
por la ley (en el sentido amplio, inclusivo de normas administrativas) y
por un ordenamiento corporativo, como son los estatutos sociales. A ello
se agrega que la responsabilidad de quienes ejercen esas funciones es de
orden pblico, porque la ley se encarga de sealar que es nula toda estipulacin del estatuto social y todo acuerdo de la junta de accionistas que
tienda a liberar o limitar la responsabilidad legal de los directores y gerentes (artculos 41 II y 50). En consecuencia, en una materia crtica a efectos
de la distincin entre responsabilidad contractual y extracontractual, como
es la potestad de determinar el contenido de los deberes de conducta y el
alcance de la responsabilidad, la ley cierra todo espacio a la autonoma
privada en materia de estatutos, salvo en cuanto sea para hacer ms extensa la responsabilidad de los administradores.
b) La designacin del directorio y de los gerentes proviene de un acto
corporativo, de la junta de accionistas y del directorio, respectivamente. De
la circunstancia que la designacin deba ser aceptada no se sigue que haya
contrato entre la sociedad y quienes conforman sus rganos.416 Por otro
416 Una referencia doctrinaria en Lyon 2003 151; la materia es discutible, porque el
acuerdo de la junta de accionistas puede ser tenido por un acto que est condicionado a la
aceptacin (Carey 1992 100); parece primar, sin embargo, el acto corporativo de designacin, que no presenta la forma de una oferta contractual, a pesar de que la asuncin del
cargo suponga aceptacin; en igual sentido Vidal en Varas/Turner 2005 740).
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directorio, sino bajo la direccin de este rgano.423 En otras palabras, el directorio no tiene a su cargo la administracin corriente de los asuntos de
la compaa, sino la direccin superior. El directorio debe cuidar que la
sociedad tenga una alta administracin profesional y una estrategia de desarrollo de sus negocios; controlar la ejecucin de esta ltima por la administracin; cuidar que la sociedad tenga sistemas contables, de informacin,
de control y de auditora apropiados; proveer la existencia de un control
de los estndares legales y ticos en el funcionamiento de la compaa; y
aprobar las decisiones de negocios e inversin ms importantes, usualmente
a proposicin de la administracin.424 En otras palabras, el directorio es el
rgano poltico de la sociedad y su funcin es de direccin, observacin y
seguimiento de la marcha de la compaa, para cuyo efecto est dotado de
los amplios poderes de administracin antes referidos.
As se explica que los directores no tengan una dedicacin completa a la
sociedad. De hecho, buena parte de sus aportes proviene de su experiencia
externa en diversas actividades. La propia legislacin dispone que el directorio de las sociedades annimas abiertas se rena a lo menos una vez al mes
(Reglamento de sociedades annimas, artculo 38), y lo tpico es que efectivamente sesione con esa periodicidad. Por otro lado, su autoridad es slo colectiva (Ley de sociedades annimas, artculo 39 I), de modo que los directores
carecen personalmente de todo poder resolutivo en la marcha de la sociedad.
En definitiva, las restricciones de tiempo y de informacin (en comparacin
con los gerentes de dedicacin completa) y la forma corporativa de ejercicio
de su cargo conducen a que los directores tengan una funcin estratgica y
de supervisin, pero en ningn caso ejecutiva.425 Todo ello es determinante al
momento de definir sus deberes de cuidado a efectos de su responsabilidad.
609. Principio de la libre apreciacin de los negocios. a) El derecho opera
deficientemente como instrumento de control del buen gobierno y administracin de las sociedades annimas. Las decisiones de negocios supo423 Clark 1986 108, Klein/Coffee 2002 128, aludiendo a una tendencia legal dominante en Estados Unidos, recogida por la Model Business Corporation Act de 1984, 8.04 a.
424 Un anlisis de la funcin del directorio como rgano de direccin superior de la
compaa en Conger/Finegold/Lawler 1998 138; los principios de gobierno societario de
la OECD establecen anlogas tareas claves de gestin a los directorios (Principles of Corporate
Governance, OECD, 1999, V); el muy influyente Cadbury Report, encargado en 1992 por la
Bolsa de Valores de Londres y que luego dio lugar al ms importante intento corporativo
de autorregulacin del gobierno societario, recomienda que el directorio establezca un protocolo con las decisiones fundamentales que se reservar para s, como una manera de asegurar que la direccin de la compaa est firmemente en sus manos y de resguardarse de
que no ocurran hechos impropios o ilegales ( 4.23); entre estas materias, se recomienda
que el directorio concentre para s la decisin acerca de la disposicin y adquisicin de activos esenciales, as como las polticas de inversin, financiamiento (capital projects), definicin de los niveles de autoridad dentro de la compaa, contralora, administracin de riesgos
y cdigos internos de conducta ( 4.24 y 4.25).
425 Clark 1986 106.
830
426 Easterbrook/Fischel 1991 90 y 93, con insistencia en que los controles jurdicos son
de importancia marginal frente a los de mercado en el diligente gobierno y administracin
de las sociedades annimas abiertas; la situacin est ms cerca de las relaciones puramente contractuales en sociedades cerradas (dem 228). Klein/Coffee 2002 151 estiman que la
diligencia, cuidado y prudencia de los directores es un bien aspiracional que no se puede
lograr eficientemente por medio del derecho; ante todo, porque est en el inters de los
accionistas que los directores asuman ciertos riesgos, lo que sera desincentivado con reglas
estrictas de responsabilidad; en segundo lugar, porque los tribunales carecen de instrumentos
para juzgar la razonabilidad de los riesgos; y, finalmente, porque los administradores usualmente no estn en una posicin estratgica para compensar las prdidas de valor que acarrea una mala administracin, pues no pueden absorber con lo que ganan (por mucho que
parezca) los costos de indemnizar a quienes sufren prdidas; ello explicara tambin que
sea una prctica extendida que las propias compaas paguen las primas por seguros de
responsabilidad de los directores (dem 156).
427 Lyon 2003 154. En Estados Unidos, a diferencia del derecho chileno, es usual que
las leyes estatales, incluyendo Delaware, donde estn registradas buena parte de las compaas abiertas, autoricen que los estatutos excluyan la responsabilidad de los directores por
faltas de cuidado en su gestin y, de hecho, sa es una prctica muy generalizada (Hertig/
Kanda en Kraakman et al. 2004 89); el principio de que los directores slo responden por
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tas entre empresarios diligentes y prudentes. Esa determinacin exige recurrir, en particular, a los usos normativos, que remiten a la conducta que
un accionista conocedor de los negocios espera de los directores de una
compaa ( 10 d 2).432
b) Pero, adems, los directores tienen el deber de cumplir las normas legales, estatutarias y administrativas que se refieren a su gestin, de modo que
su infraccin da lugar a responsabilidad (artculo 133 II), de acuerdo con
las reglas generales sobre culpa infraccional, que da lugar a responsabilidad
bajo la condicin general de que el dao sufrido por la sociedad, por
accionistas o terceros sea atribuible precisamente a ese incumplimiento
(artculo 42 N 7 primera parte, supra 10 d 1).
Por difcil que sea traducirlo en responsabilidad jurdica, los deberes
ms esenciales del directorio y de los gerentes son precisamente los que se
refieren al cuidado y diligencia que deben aplicar a la gestin de la sociedad
(artculo 40). En general, su deber de cuidado es participar en el gobierno y
direccin superior de la sociedad mediante su participacin personal e indelegable en la actuacin en sala del directorio, sin someterse al arbitrio de
un tercero y en el solo inters de la sociedad (artculo 39 I y III).
En el cumplimiento del deber de cuidado, los directores estn sujetos
a las restricciones generales que les imponen los estatutos, particularmente en lo relativo al objeto social. En efecto, mientras frente a terceros la
actuacin del directorio se presume ejercida en el marco de sus atribuciones (artculo 40 I), en las relaciones internas con la sociedad los directores
son responsables de los perjuicios que se siguen para la sociedad en razn
de haber excedido materialmente el objeto.
c) Ms all del deber general de administracin de los artculos 39 y
41, el deber de cuidado ms concreto que la ley establece para los directores en el mbito de la administracin de los negocios es el de cuidar que
la sociedad lleve sus libros y registros (artculo 45 N 1, que establece una
presuncin de culpa si ello no ocurriere); esta norma reconduce a los
deberes de cuidado ms elementales que el Cdigo de Comercio establece
respecto de los comerciantes (artculos 25 y siguientes). El deber est establecido en proteccin de la sociedad y de sus accionistas, pero tambin de
terceros que contratan con la sociedad.
d) Los directores son tambin responsables de que el directorio cumpla
los acuerdos de la junta de accionistas, como rgano jerrquicamente superior. Slo estn excusados de hacerlo si la junta ha adoptado un acuerdo
contrario a la ley o a los estatutos.433 Y para dar una administracin eficaz,
432 Una tendencia generalizada en el derecho contemporneo ha sido a ordenar los
deberes de conducta en cdigos de autorregulacin de buenas prcticas de gobierno societario preparados por la propia sociedad y hechos pblicos (Report of the high level group of
company law experts on a modern regulatory framework for company law in Europe, Bruselas,
4.11.2004); por cierto que esas reglas resultan vinculantes luego para la sociedad, porque
comprometen la confianza del pblico y de los accionistas. Sobre la diferencia entre meras
prcticas y usos normativos en el derecho de responsabilidad de directores, Pardow 2006.
433 Lyon 2003 208.
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cin judicial de la sociedad (artculo 49 II) y el deber de llevar regularmente los libros y registros sociales (artculo 50), hace recaer en los gerentes,
adems de las responsabilidades propias de sus cargos o funciones, las contempladas respecto de los directores en los artculos 41, 42, 43, 44, 45 y 46
de la ley.441 Estas normas se refieren al deber de una diligente administracin (artculo 41) y, esencialmente, a los deberes de lealtad. En aplicacin
de esta norma, los gerentes estn esencialmente sujetos a los mismos deberes que los directores de la sociedad, con la reserva general de que la determinacin ms precisa exige hacerse cargo de las diferentes funciones que
corresponden al directorio y a quienes desempean tareas ejecutivas.
b) En consecuencia, el deber de cuidado en la administracin gerencial
est regido por el estndar general establecido por el artculo 41 respecto de
los directores (supra N 607). El alcance concreto de esos deberes de cuidado
depende de la distribucin de funciones que tengan los gerentes al interior
de la compaa. A los gerentes corresponde la gestin en concreto de los
negocios sociales, porque son los ejecutivos principales de la sociedad. En
consecuencia, su tarea es la administracin diligente de los asuntos que son
puestos bajo su esfera de control; por ejemplo, el gerente de finanzas debe
cuidar que la informacin entregada al directorio sea correcta; el de administracin, que se cumplan los protocolos de contralora; y as sucesivamente.
La aplicacin del estndar legal de cuidado supone recurrir a los criterios
de buenas prcticas de administracin. Pero, tambin en el caso de los gerentes, rige la reserva de que el control de la gestin es una materia esencialmente poltica, que en este caso est entregada al directorio, como se muestra en
su facultad de revocar en cualquier momento los nombramientos (artculo
49 I). Por otro lado, slo una vez que se ha definido el mbito de discrecin
en la apreciacin de las tareas y negocios tiene sentido plantearse la pregunta
por los deberes que supone una administracin diligente. En definitiva, con
diversa intensidad que respecto de los directores, en atencin a las diferentes
funciones, las preguntas que se plantean respecto de la responsabilidad de
ellos por defectos de gestin son anlogamente aplicables a los gerentes.
d. Deber de lealtad. Conflictos de inters
1. Planteamiento
613. Naturaleza fiduciaria del cargo de director. Conflictos de inters con la
sociedad y los accionistas. a) Los accionistas encomiendan al directorio la
gestin de los negocios sociales y la administracin del patrimonio de la
sociedad. Cualquiera sea la calificacin jurdica que se atribuya a las relaciones de los directores con la sociedad y con los accionistas, surgen para aqullos deberes fiduciarios o de lealtad, que tienen su fundamento en el acto de
confianza que envuelve ese encargo. De un modo anlogo a otras relaciones
441 La ley les hace tambin aplicables los artculos 35, 36, 37, que no son relevantes a
efectos de responsabilidad.
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Enseguida, se ha promovido la creacin de un comit de directores, integrado con directores independientes, encargado de revisar los informes
contables, las remuneraciones de ejecutivos superiores y las operaciones
en conflicto de inters, lo que agrega una instancia de control adicional
en las sociedades annimas abiertas (artculo 50 bis). En tercer lugar, los
procedimientos de aprobacin de las operaciones que pueden suscitar
conflictos de inters propenden a garantizar publicidad y una decisin
informada del directorio (artculo 44). Finalmente, la participacin de
las sociedades administradoras de fondos de pensiones y de los tenedores de valores convertibles en el extranjero tiende a representar intereses
independientes del controlador (Ley de valores, Ttulo XVI; Ley de fondos de pensiones, artculo 155).
Los mecanismos institucionales pueden operar por la va de cdigos
de buenas prcticas o de otras formas de autorregulacin (que agregan
valor de mercado a las compaas que se adhieren) o de regulaciones
administrativas o legales.446 Es una materia de polticas pblicas la opcin
por uno u otro camino; slo cabe sealar que las regulaciones de la autoridad presentan las ventajas de la rapidez, precisin y generalidad y las limitaciones que significan los costos de administracin y los riesgos de efectos
negativos indeseados que resultan de un exceso de regulacin;447 el segundo responde a las necesidades que plantea el propio mercado, pero suele
ser de ms lento y progresivo establecimiento.448
615. Principio de lealtad con la sociedad: contenido y alcance. a) El principio de lealtad con la sociedad surge de la naturaleza fiduciaria de la relacin que los directores tienen con ella y se traduce en la prohibicin de
usar su cargo para obtener beneficios para s o personas relacionadas en
perjuicio de la sociedad. El principio se expresa legalmente en la regla de
que los directores elegidos por un grupo de accionistas se deben a la sociedad y no a quienes los designaron (artculo 39 II) y en la prohibicin de
usar el cargo para la obtencin de ventajas indebidas para s o terceros en
perjuicio de la sociedad (artculo 42 Nos 6 y 7).449
b) Mientras los directores gozan de suaves criterios de responsabilidad
civil por la calidad de su gestin, la naturaleza fiduciaria de su relacin
con la sociedad y los accionistas ha provocado un refinamiento de la inUna resea comparada en Hannsmann/Kraakman 34 en Kraakman et al. 2004 34.
A veces se ignora un riesgo adicional de las regulaciones, como es que tienden a
sustituir a los principios de derecho privado, que son ms flexibles y adaptables a los ingenios de la mala fe. Por eso, conviene tener presente que las regulaciones generalmente no
agotan, desde el punto de vista civil, los deberes de lealtad (supra N 55).
448 Una discusin de los fundamentos econmicos de las regulaciones legales y administrativas en el derecho de sociedades en Cheffins 1997 3; con nfasis en la funcin de las
normas sancionatorias, incluso de naturaleza penal, Hefendehl 2006 120.
449 La Ley de fondos de pensiones contiene un ttulo especfico dedicado a los conflictos de inters que puede haber entre la administradora y el fondo (DL 3.500/1980, Ttulo
XIV).
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guardos procedimentales y de fondo. Sin embargo, algunos de los ms calificados candidatos a miembros del directorio estn vinculados a negocios conexos a la compaa; adems suele ocurrir que una sociedad, especialmente
en sus primeros tiempos, requiera de una estrecha relacin con sus accionistas.458 Por eso, la ley chilena, siguiendo una orientacin generalizada del derecho comparado,459 establece que los contratos en conflicto de inters son
vlidos, pero dan lugar a responsabilidad civil, adems de las sanciones administrativas y penales que procedan, si no se cumplen las condiciones de admisibilidad que la propia ley establece (artculos 44 XV y 133 II).
620. Nocin y alcance personal de los conflictos de inters. a) La ley define en trminos a la vez extensos y precisos el conflicto de inters. A diferencia de otras legislaciones, que se contentan con una declaracin ms
bien general al estimar que el conflicto puede estar determinado por un
inters directo o indirecto, la Ley de sociedades annimas opta por una
conceptualizacin genrica y por diversas presunciones de derecho relativas al inters del director en la contraparte de un negocio que realiza la
sociedad.
b) Ante todo, la ley establece la regla general de que las limitaciones
se aplican a los actos o contratos de una sociedad annima en que
algn director tenga inters por s o como representante de otra persona (artculo 44 I).460
Luego, se establece la presuncin de derecho de que existe ese inters de un
director en toda negociacin, acto, contrato u operacin que se celebre con
alguna de las siguientes personas: i) el mismo director; ii) su cnyuge o
parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad; iii) sociedades o empresas en que sea director; iv) sociedades o empresas en que sea
dueo directo o a travs de otras personas naturales o jurdicas de un 10% o
ms del capital; v) sociedades o empresas en que alguna de las personas
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461 Los nmeros 6 y 7 del artculo 42, que establecen dos situaciones muy importantes
de contratacin en conflicto de inters, se refieren genricamente al inters personal o de
personas relacionadas; en el lenguaje de la legislacin de sociedades annimas y de valores, que entraron simultneamente en vigencia, el concepto de personas relacionadas parece estar genricamente dado por la definicin del artculo 100 de la Ley de valores.
462 Este estndar es la regla general en el derecho norteamericano (Klein/Coffee 2002 166).
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para que resulten admisibles los autocontratos en conflicto de inters (ejemplarmente, Cdigo Civil, artculos 2144 y 2145). En materia de sociedades
annimas, ha regido desde antiguo en Chile la regla de que las operaciones en que tenga inters un director deben ser aprobadas por el directorio, sin la participacin del director implicado.463 La legislacin vigente ha
adoptado, en esencia, esa tradicin, al disponer que las operaciones en
que un director o gerente tenga inters deben ser conocidas y aprobadas
por el directorio antes de su celebracin y los acuerdos deben ser comunicados en la prxima junta de accionistas, por quien la presida, debiendo
hacerse mencin de esta materia en la citacin (artculo 44 I).464
Si la sociedad tiene constituido un comit de directores, la operacin
en conflicto de inters est sujeta a un rgimen de revisin preventiva: el
comit debe revisar los antecedentes y evacuar un informe a su respecto,
que ser entregado al directorio, por intermedio del presidente, quien
debe leerlo en la sesin citada para la aprobacin o rechazo de la operacin respectiva (artculo 50 bis III 3).465
Si se trata de operaciones correspondientes a la marcha ordinaria
de la sociedad (contratos de cuenta corriente o de prstamos bancarios, servicios profesionales ordinarios convenidos a tarifas estandarizadas), es aceptado en la prctica que la revisin y aprobacin slo se
refieran a las condiciones generales y al hecho de que peridicamente
ocurran.
La aprobacin no inmuniza la operacin contra la revisin judicial. En
consecuencia, aunque el contrato haya sido aprobado en la forma legal,
puede alegarse que no se han observado condiciones de equidad. La ley es
inequvoca en que esta exigencia material de justicia de la operacin es
copulativa a los requisitos de procedimiento, esto es, no es excusa per se
suficiente que el conflicto de inters haya sido declarado y la operacin
aprobada por el directorio. Sin embargo, es una tendencia del derecho
comparado que la aprobacin por los directores no afectados por el conflicto lleva a invertir el peso de la prueba, de modo que hace presumir la
463 Reglamento de sociedades annimas N 3.030 de 23.12.1920, artculo 3 N 2, que
exiga aprobacin por las tres cuartas partes de los directores en acuerdo adoptado sin presencia de los directores o gerentes implicados; DFL 251/1931, que estableci que la deliberacin sobre la operacin deba efectuarse con prescindencia del director implicado y que
el acuerdo aprobatorio deba comunicarse a la junta de accionistas.
464 En Oficio N 4.099/1990 la Superintendencia seal que la facultad que la norma
del artculo 44 confiere a una sociedad annima de celebrar actos y contratos en los que
uno o ms de sus directores tengan inters por s o como representantes de otra persona
puede ejercerse slo cuando las respectivas operaciones, adems de ajustarse a condiciones de equidad similares a las que habitualmente prevalecen en el mercado, sean conocidas y aprobadas por el directorio de la sociedad en forma previa a la celebracin de los
correspondientes actos y contratos.
465 La competencia del comit de directores se extiende a la supervisin de otro factor
de conflicto de intereses, como pueden llegar a serlo los sistemas de remuneraciones y planes de compensacin de gerentes y ejecutivos principales.
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En el acta de la sesin de directorio respectiva se debe dejar constancia de las deliberaciones del directorio para aprobar los trminos y condiciones de los respectivos contratos (artculo 44 XII).
Los actos o contratos por un monto relevante, as como la designacin de evaluadores independientes dan lugar a un hecho esencial de la
compaa (artculo 44 V, en relacin con Ley de valores, artculo 10 II).
En la citacin a la junta de accionistas en que se informe de la operacin debe indicarse nominativamente la manera como vot cada director
en el respectivo acuerdo.
c) La norma que se analiza presenta el contrasentido de que la operacin pueda ser aprobada por el directorio, aunque se trate de una operacin que carece de un valor de mercado de referencia, sobre la base de los
antecedentes que el directorio estime suficientes, sin recurrir a informes
de evaluadores independientes; por el contrario, si opta por designar evaluadores independientes, se desencadena un proceso de consulta y eventualmente de impugnacin de la operacin por los accionistas.
En definitiva, si el directorio opta por el camino de solicitar el informe
de expertos que valoren la operacin, las exigencias adicionales de publicidad e incluso de eventual convocatoria de la junta de accionistas resultan
desproporcionadas si se compara la situacin con el primer camino que
puede seguir el directorio. En circunstancias que la ley nada dice acerca de
los efectos que se siguen de que el directorio adopte uno u otro camino,
todo indica que la operacin visada por informes independientes y que ha
tenido las abundantes medidas de publicidad que la ley ordena en ese caso,
estn dotadas de una presuncin de equidad que es prcticamente inexpugnable, a menos que se pruebe fraude o culpa grave de los evaluadores.
623. Validez de los actos en conflicto de inters realizados sin cumplir con
los requisitos de admisibilidad. Los conflictos de inters en los acuerdos
de directorio de sociedades annimas plantearon inicialmente preguntas
relativas a la eficacia de los contratos respectivos.471 La ley ha resuelto expresamente la materia al disponer que la infraccin a las disposiciones del
artculo 44 no afectar la validez del acto (debe entenderse que tampoco
su oponibilidad), sin perjuicio de las sanciones penales y administrativas y
de la accin de responsabilidad civil que corresponda a la sociedad, a los
accionistas o a terceros interesados. La norma debe entenderse en el sentido preciso de su formulacin: la sola infraccin a los requisitos formales
de admisibilidad no es constitutiva de una causal de nulidad, pero nada
impide entablarla si se alega dolo o error, de conformidad con las reglas
generales del derecho de contratos.
471 Alessandri 1931 63 concluye que los contratos celebrados en conflicto de inters acordados sin la aprobacin del directorio son nulos relativamente, por faltar la formalidad habilitante de autorizacin del directorio. En el derecho norteamericano se les tuvo inicialmente
por nulos; con posterioridad se desarroll la doctrina de que eran vlidos, pero sujetos a requisitos procedimentales de aprobacin y sustantivos de equidad (Clark 1986 160).
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A ello se agrega que si se puede imputar mala fe o culpa grave a los administradores que han incurrido en el ilcito, la vctima puede interponer en
contra de los controladores beneficiados una accin de restitucin de los
beneficios que se siguen del ilcito ajeno (supra N 101), sin perjuicio de la
accin de responsabilidad que proceda contra los personalmente responsables de haber participado en el ilcito.
3. Actos en conflicto de inters prohibidos por la ley
626. Prohibicin general de obtener ventajas indebidas para s o personas
relacionadas en perjuicio de la sociedad. a) La ms general de las prohibiciones de actuar en conflicto de inters est establecida por el artculo 42 N 7 de
la ley, que declara ilcito practicar actos contrarios al inters social y usar el
cargo para obtener ventajas indebidas para s o para terceros relacionados, en
perjuicio del inters social. Salvo un acto irracional o de mera venganza, el
acto contrario al inters social causa perjuicio a la sociedad precisamente por
la subordinacin del inters de la sociedad al inters propio o de personas
relacionadas (entendidas en el sentido de la Ley de valores).
Esta regla est completada por la prohibicin que la ley impone a los
directores de proponer modificaciones de estatutos, acordar emisiones de
valores mobiliarios o adoptar polticas o decisiones que no tengan por fin
el inters social, sino sus propios intereses o los de terceros relacionados
(artculo 42 N 1). Desde el punto de vista de la responsabilidad civil, debe
entenderse que esta norma opera de modo reflejo respecto de los propios
accionistas controladores que actan en ejecucin de alguno de estos ilcitos en la junta de accionistas (supra N 133).
b) En el derecho comparado, especialmente norteamericano, las principales hiptesis de aplicacin de estas reglas se refieren a los actos defensivos de sus posiciones en la compaa de los directores y gerentes de una
sociedad, quienes la controlan de hecho en razn de la dispersin del
capital, frente a intentos de terceros de tomar el control de la compaa; a
la misma clase de ilcitos pertenecen los autocontratos exorbitantemente
ventajosos en perjuicio de la sociedad. En uno y otro caso, el ilcito est en
obtener un provecho personal a costa del inters de la sociedad; en atencin a que estos riesgos son menores en sociedades annimas de propiedad concentrada, como suele ser el caso en Chile (supra N 599), no se
har referencia ms detallada a estos ilcitos, ampliamente desarrollados
por el derecho norteamericano.473
c) En el derecho chileno se ha invocado el uso de la posicin en la
administracin para obtener ventajas personales de la venta de acciones,
as como en la obtencin de otros beneficios futuros por parte de directores y ejecutivos superiores que tambin eran accionistas de una sociedad
473 Klein/Coffee 2002 168, Clark 1986 143 y 571; para un abuso extremo en este sentido, el caso Mannesmann (supra nota a N 610).
849
474 Corte de Santiago, 8.7.2004, rol N 7.534-2002, considerando 34; CS, 7.5.2005, rol
N 4.261-2004, considerandos 232 y siguientes.
475 Easterbrook/Fischel 1991 140.
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Pero esa regla no rige con la misma intensidad respecto de los directores y gerentes (en especial estos ltimos, que tienen por clusula contractual explcita o implcita una dedicacin exclusiva con la sociedad). La
diferencia se justifica en razn de la particular relacin fiduciaria que los
administradores tienen con la sociedad, que intensifica sus deberes de lealtad para con ella.
Sobre la base de estas premisas, conviene analizar la importante norma
de la Ley de sociedades annimas que establece la prohibicin a los directores
de apropiarse para s o para terceros relacionados de oportunidades de negocios a las
que hayan accedido en razn de su cargo (artculo 42 N 6).
b) El ilcito del artculo 42 N 6 de la ley tiene dos partes: primero, el
director tiene que haber usado para s o en beneficio de personas relacionadas las oportunidades comerciales de las que haya tomado conocimiento en razn del cargo; segundo, de ello se debe seguir perjuicio para la
sociedad. Desde el punto de vista de la responsabilidad civil es particularmente relevante la definicin de la conducta ilcita, como acto de usurpacin de lo que naturalmente pertenece a la sociedad, porque la segunda
parte se limita a reiterar el principio general de que sin dao nada hay
que indemnizar (supra 20 a).
En consecuencia, la pregunta que plantea este ilcito se puede expresar as: cundo se apropia el director o gerente, a favor propio o de una
persona relacionada, de una oportunidad que ha conocido en razn de su
cargo? As formulada, la pregunta parece comprender varias cuestiones
diferentes: la primera se refiere a las circunstancias que muestran que el
director tuvo conocimiento de esa oportunidad en razn de su cargo (subprrafo c); la segunda, a lo que puede entenderse como una oportunidad que
perteneca a la sociedad para la sociedad (subprrafo d); la tercera, a las circunstancias que autorizan a los directores y gerentes para tomar para s y
sus personas relacionadas una oportunidad de negocios que, en principio,
pertenece a la sociedad (subprrafo e); la cuarta, a la exigencia de que la
apropiacin de la oportunidad haya causado perjuicio a la sociedad (subprrafo f); la quinta, finalmente, a quienes deben haberse aprovechado ilcitamente de la oportunidad de negocios para que haya lugar a la
responsabilidad (subprrafo g).476
851
c) Cundo la oportunidad de negocios es conocida en razn del cargo? El conocimiento de una oportunidad de negocios se produce en razn del cargo cuando
es adquirido en situaciones que pertenecen o tocan a sus funciones de director o gerente, esto es, cuando la informacin es adquirida en ejercicio o con
ocasin de sus tareas. El caso ms obvio consiste en informarse en ejercicio
directo del cargo, como tpicamente ocurre para un director en una sesin
de directorio. Pero tambin es adquirida en razn del cargo la informacin
sobre negocios transmitida en reuniones o conversaciones con ejecutivos de
la compaa; o las oportunidades de negocios que se reciben de terceros
precisamente en su calidad de director o ejecutivo de la sociedad, y que
estando dirigidas a la sociedad, el director usa para s mismo. Tambin es
obtenida con ocasin de sus funciones la informacin referida a negocios futuros de la sociedad, como ocurre si en conocimiento de los planes de inversin de la sociedad, el director adquiere terrenos que para sta tienen un
valor estratgico que an es desconocido por el pblico abusando de su
conocimiento de la curva de demanda de la compaa.477 En tal caso, el
director opera con una especie de informacin privilegiada para actuar en
un mercado diferente al de valores, pero apropindose de informacin que
slo puede usarse en beneficio de la compaa.478 El principio que cubre las
distintas hiptesis parece expresarse en una regla de causalidad: el director
tiene que haber conocido la oportunidad porque es director de la compaa
y no por una causa diferente. El caso que se sita ms all del lmite impuesto por el deber de lealtad est dado por el director que conoce privadamente una oportunidad de negocios, pero que sabe que pudiera resultarle de
inters a la compaa. En esta situacin no se cumple la condicin de que
haya tomado conocimiento en razn del cargo, de modo que no tiene deber respecto de la compaa.479
Clark 1986 226.
El ilcito civil est dado por haber usado informacin adquirida en razn del cargo,
aunque luego haya dejado las funciones; as, en un caso britnico se estim que era responsable el director ejecutivo de una sociedad que toma conocimiento de una oportunidad y, ocultndosela a la sociedad, la aprovecha luego de renunciar al cargo, con el
fundamento de que el demandado se embarc en una poltica y en un curso de accin
que puso su propio inters como parte contratante () en directo conflicto con sus [obligaciones] preexistentes y continuas como director ejecutivo de los demandantes (Industrial Development Consultants v. Cooley, 1972, 2 All ER 162, citado por McGrath 2003 133).
479 Sin embargo, en el derecho norteamericano ha habido intentos de extender el deber de cuidado a los casos en que la oportunidad de negocios es suficientemente cercana al
giro de negocios de la sociedad (Klein/Coffee 2002 167, con la observacin que la exigencia
de que el director subordine su inters o de sus empresas relacionadas a los de la sociedad es
ms amplia y exigente que la prohibicin de apropiarse de oportunidades de negocios de la
sociedad). Con todo, el ilcito est inequvocamente limitado a las oportunidades conocidas
en razn del cargo. Aun as, parece conveniente distinguir en la materia los distintos niveles
de vinculacin que pueden tener los administradores con la compaa: de un director se espera que pueda tener negocios independientes de la sociedad en la que sirve el cargo (en
algunos casos concurrentes o complementarios con los de sta); por eso, son ms extensos
en la materia los deberes de un gerente de dedicacin exclusiva a la sociedad.
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En suma, el deber general de rendicin de cuentas tiene ciertas peculiaridades formales en las sociedades annimas, atendida la naturaleza de
los destinatarios y el inters pblico que suele estar comprometido. Para
determinar la culpa de los directores y de los gerentes por las omisiones o
falsedades de estos informes es necesario volver hacia los deberes de diligencia y de lealtad que tienen los directores en consonancia con la naturaleza fiduciaria de sus cargos.489 Entre los deberes de diligencia esenciales est
cuidar que haya gerentes competentes, de quienes se pueda esperar una
informacin correcta y completa; y que existan procedimientos que permitan supervisar la observancia de esos deberes legales (supra Nos 607 y
608); naturalmente que estos deberes son ms concretos y extensos respecto de los gerentes que tienen la responsabilidad de manejar y preparar
la informacin que sirve de base a la rendicin de cuentas. Desde el
punto de vista de los deberes de lealtad, la ley sanciona a los directores que
presenten cuentas irregulares, informaciones falsas u oculten informacin (artculo 42 N 4) y, correlativamente, a quienes induzcan a los gerentes, ejecutivos, dependientes, inspectores de cuentas o auditores, a rendir
esas cuentas irregulares, a presentar informaciones falsas o a ocultar informacin (artculo 42 N 3).
632. Deberes legales de informacin. a) No existe otra rea del derecho
privado donde los deberes de informacin se hayan extendido con tal amplitud como en el derecho de las sociedades annimas y de mercado de
valores. En esta evolucin resulta determinante la concurrencia del inters
por neutralizar, al menos en parte, la asimetra de informacin de los accionistas que carecen de influencia en el manejo de los negocios,490 y del
inters pblico en el funcionamiento del mercado de valores (infra N 816).
En consideracin a estos dos grupos de intereses, coexisten deberes de
informacin que se orientan hacia el pblico en general y otros que se
plantean en las relaciones internas del directorio con la sociedad y los
accionistas.
En general, respecto de la responsabilidad de los auditores, infra N 824.
En verdad, la informacin accede al pblico en un proceso que comprende dos etapas: ante todo, se entrega de manera estandarizada por regulaciones administrativas (especialmente en la Norma General N 30 de la Superintendencia) y tiene un nivel tcnico que
no la hace plenamente accesible por un inversionista comn; de ello se sigue que los inversionistas acceden en verdad a esa informacin por medio de analistas o asesores de inversin
que operan en condiciones de mercado (esto es, en razn de contratos). De este modo, el
derecho contemporneo sobre sociedades annimas y mercado de valores encuentra una solucin de equilibrio para la antigua disputa terica acerca de si la informacin debiera ser un
bien privado, provedo sobre una base contractual por especialistas, o un bien pblico, que
se distribuye entre todos los interesados por igual: el suministro de informacin es considerado un bien pblico, pero su procesamiento es uno tpicamente privado (de modo que su anlisis es provedo sobre una base contractual). Un anlisis econmico de los requerimientos
legales de informacin en Easterbrook/Fischel 1991 286; sobre los aspectos puramente regulatorios y de mercado conexos a los deberes legales de informacin, Klein/Coffee 2002 205.
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En principio, la distincin es relevante a efectos de determinar el alcance de la responsabilidad de los administradores, porque slo la sociedad y los accionistas pueden hacer valer la responsabilidad civil que se
sigue del incumplimiento de los deberes de directores y gerentes en las
relaciones internas. En la prctica, sin embargo, la ley establece deberes
genricos de informacin no slo en beneficio de los accionistas, sino del
pblico en general (artculo 46); y la regla general de responsabilidad civil
por incumplimiento de deberes legales, administrativos o estatutarios establece la obligacin de reparar los perjuicios ocasionados a otro, sin restringir el conjunto de los titulares activos (artculo 133). Las limitaciones de la
titularidad activa slo pueden ser construidas, en consecuencia, atendiendo a los fines particulares que persiguen las normas: en la medida que la
norma legal infringida persiga proteger a los accionistas o a la sociedad,
no puede ser invocada en su favor por terceros (supra 29).
b) La ley dispone que el directorio debe proporcionar a los accionistas y
al pblico las informaciones suficientes, fidedignas y oportunas que la ley y
la Superintendencia determinen respecto de la situacin legal, econmica y
financiera de la sociedad (artculo 46 I).491 La norma es comprensiva de
todos los deberes de informacin que recaen sobre una sociedad annima,
que difieren segn sea abierta o cerrada. Si del incumplimiento de cualquiera de estos deberes se sigue perjuicio para los accionistas o para terceros, hay lugar a la responsabilidad civil de la sociedad, sin perjuicio de las
acciones civiles y administrativas que se pueden dirigir contra los directores
o gerentes (artculo 46 II). Se trata de un tpico deber de diligencia, cuyo
cumplimiento debe ser controlado por el directorio y ejecutado por los gerentes de acuerdo con sus respectivas funciones (supra Nos 607, 608 y 612).
633. Deberes de reserva y de divulgacin de la informacin relevante. a) A
las normas sobre informacin relevante se har referencia al tratar los ilcitos precontractuales, que amenazan la presuncin de justicia de que gozan los contratos libremente consentidos (infra 66 h). En ese contexto,
la prohibicin del uso y comunicacin de informacin privilegiada persigue el fin de justicia conmutativa de proteger a los accionistas que enajenan y a los inversionistas que adquieren valores sin manejar antecedentes
relevantes que son conocidos secretamente por la contraparte. Esas reglas
sobre informacin privilegiada han sido desarrolladas a propsito de los
emisores de valores de oferta pblica; entre ellos, muy especialmente, las
sociedades annimas abiertas (Ley de valores, Ttulo XXI).
En concordancia con esas normas, la Ley de sociedades annimas dispone que los directores, gerentes y ejecutivos principales estn sujetos a
491 Los deberes de informacin que recaen sobre los emisores de valores de oferta pblica, incluidas las acciones de sociedades annimas abiertas, estn reglamentados en la Norma General N 30 de la Superintendencia, que establece deberes generales de informacin
(seccin II) y deberes especiales para los emisores de acciones (seccin III 8, 9), de bonos
(seccin IV 4, 5) y de efectos de comercio (seccin V 4, 5).
858
o gerente ha obtenido de la apropiacin de una oportunidad de negocios), la ley dispone que a ella (y no a los accionistas) pertenece privativamente esta accin.
636. Normas de orden pblico. La responsabilidad de los directores y gerentes es de orden pblico de conformidad con la ley, que declara nula toda
estipulacin del estatuto social y todo acuerdo de la junta de accionistas que
persigue limitarla ex ante (artculo 41 II). La norma no hace distincin entre
sociedades abiertas y cerradas, de modo que resulta aplicable a unas y otras,
aunque todo indica que en estas ltimas debiera reconocerse una mayor
amplitud a la licitud de las convenciones sobre responsabilidad.
A lo anterior se agrega que la aprobacin ex post por la junta de accionistas de la memoria y balance de la sociedad tampoco exonera de responsabilidad a los directores y gerentes por los ilcitos incurridos en actos o
negocios determinados; ni la aprobacin especfica de un cierto acto los
exonera si ste ha sido realizado con culpa leve, grave o dolo (artculo 41
III). De este modo, se evita que los directores queden liberados de responsabilidad por ilcitos ya cometidos por el rgano poltico superior, donde
el conflicto de intereses puede producirse simplemente en un grado superior (entre los accionistas controladores y los minoritarios).
637. Deber de colaboracin en la investigacin. a) Aunque establecida negativamente en la forma de una prohibicin de obstruccin, la ley establece implcitamente un deber de colaboracin en la investigacin de hechos
que persigan establecer la responsabilidad de los directores, gerentes o
ejecutivos en la gestin de la empresa (artculo 42 N 2). Este deber se
extiende, desde luego, a la presentacin en juicio de los antecedentes que
estn en posesin de los demandados o de otros directores o gerentes y
que sean pertinentes en el juicio de responsabilidad civil.
b) A su vez, la Superintendencia tiene facultades para inspeccionar,
por medio de sus empleados o de auditores externos, a las personas o
entidades fiscalizadas; asimismo, puede citar a declarar a los representantes, administradores, asesores y dependientes de las entidades o personas
fiscalizadas y a cualquiera otra persona que hubiere celebrado con ellas
actos o convenciones de cualquiera naturaleza respecto de los hechos que
investigue (Ley SVS, artculo 4 letras f y h). Para asegurar la colaboracin
en estas actuaciones de fiscalizacin, la Superintendencia dispone de potestades para decretar apremios y sanciones (artculos 26 y 28).
2. Titularidad activa y pasiva de la accin
638. Planteamiento: titularidad activa de las acciones contra directores y
gerentes de sociedades. a) Es materia discutida por la doctrina la titularidad
activa de las acciones contra directores y gerentes de sociedades annimas.
La respuesta a esta pregunta depende, ante todo, de la calificacin jurdica
que se otorgue a la relacin de los administradores de una sociedad anni861
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642. Funcin de las regulaciones. a) Sin perjuicio del desarrollo que puedan tener en el futuro las acciones derivadas de responsabilidad civil, particularmente en casos de especial significacin econmica, el principal
instrumento de resguardo de los accionistas minoritarios frente a la administracin de las sociedades es la fiscalizacin administrativa de la Superintendencia. La naturaleza difusa o fraccionada de los intereses afectados
hace necesaria la existencia de rganos administrativos que cuiden el correcto funcionamiento del mercado de valores en proteccin de los inversionistas (y, de este modo, indirectamente de los accionistas de sociedades
annimas abiertas).501
b) El problema de toda regulacin radica en la dificultad para encontrar el punto de equilibrio entre los beneficios preventivos y de ordenacin de los mercados, por un lado, y, por otro, los costos que irroga desde
el punto de vista de los gastos impuestos a las compaas, as como de los
efectos colaterales indeseados que se suelen producir. Este juego de externalidades positivas y negativas pertenece tpicamente al anlisis econmico
de las regulaciones.
Desde el punto de vista civil, las regulaciones son particularmente relevantes, porque la infraccin a una norma legal o administrativa suele ser
esencial para dar por constituido el ilcito a efectos de la responsabilidad
(supra N 53); a ello se agrega que la sentencia condenatoria por ilcitos
infraccionales produce cosa juzgada a efectos de dar por establecido el
requisito de culpa en materia civil (infra 63 a). Si no se ha reclamado la
decisin administrativa sancionatoria, ella tcnicamente no produce efecto de cosa juzgada (que es privativo de resoluciones judiciales); pero en tal
caso, pocas dudas caben acerca de la facultad del juez para dar por acreditada una presuncin de culpa con fundamento en la resolucin sancionatoria no impugnada de la autoridad administrativa.
643. Accin individual de los accionistas. a) Desde un punto de vista tcnico, ninguna relacin tienen los accionistas con los directores y gerentes de
una sociedad annima, porque son terceros en la relacin que la sociedad
tiene con sus administradores (supra N 604).502 Sin embargo, la ley permanentemente hace alusin indiferenciada a la sociedad y a los accionistas
como titulares de la accin de responsabilidad civil (artculos 41 I, 46 II y
501 El rol crtico de los rganos reguladores y fiscalizadores ha sido desde largo tiempo
reconocido en el derecho norteamericano, donde la Securities and Exchange Commission ha
asumido funciones muy amplias de regulacin y fiscalizacin (Klein/Coffee 2002 204); algo
similar ha ocurrido en Europa y Japn (Hertig/Kanda en Kraakman et al. 2004 117).
502 Desde un punto de vista tcnico, el mayor problema que enfrenta la accin de responsabilidad de los accionistas reside en determinar si el dao sufrido es directo, esto es, objetivamente imputable al hecho ilcito de los directores o gerentes (Parra en Reglero 2002 a
1278); en mi opinin, se trata de dao directo, porque cualquiera sea el criterio para definirlo, est dentro de las consecuencias de la accin que deben ser soportadas por quien incurri en el ilcito (supra 30); la pregunta ms bien se plantea en el common law, donde la
responsabilidad supone que se tenga un deber de cuidado respecto de la vctima (supra N 63)
865
133 I). En consecuencia, es inequvoca la intencin del legislador de otorgar a los accionistas una accin directa de responsabilidad contra directores
y gerentes. En la medida que esa responsabilidad no tiene por fundamento
el contrato de sociedad, su naturaleza es extracontractual, por mucho que
sustantivamente, a efectos de la determinacin de los deberes de cuidado,
presente una estructura contractual, en atencin a los deberes fiduciarios que
los administradores tienen respecto de la sociedad y, por extensin, con los
accionistas (supra N 604). De hecho, la principal justificacin de las acciones de los accionistas contra los directores y gerentes de una sociedad es
abrir un camino viable para enfrentar a una administracin corrupta que
confunde los intereses propios con los de la compaa.503
b) Aceptado que los accionistas tienen una accin de responsabilidad
extracontractual en contra de los directores, cabe tener presente algunas
de las razones que han provocado en determinadas jurisdicciones una cierta
reticencia a reconocerla: eliminar la multiplicidad de juicios, prevenir una
doble indemnizacin (a la sociedad y a los accionistas), proteger los derechos de los acreedores de la sociedad insolvente.504
Los ms importantes reparos pueden ser neutralizados de acuerdo con
las reglas generales de la responsabilidad civil. Ante todo, la accin de
responsabilidad intentada por la sociedad debe tenerse por excluyente del
inters del accionista, porque si la sociedad recibe indemnizacin, el accionista obtiene su parte en el mayor valor que adquiere la compaa.505
Enseguida, por regla general, los intereses de los acreedores no debieran
verse afectados por una accin de los accionistas en contra de directores o
gerentes por su mala administracin, salvo en la situacin, muy excepcional, que la conducta de los directores haya atentado contra los deberes
fiduciarios respecto de la sociedad y de sus accionistas y, a la vez, haya
afectado ilcitamente los intereses de los acreedores; slo en tal caso los
accionistas y acreedores concurren en sus crditos indemnizatorios contra
los administradores de la sociedad insolvente.
644. Legitimidad pasiva de la accin. Solidaridad. a) La accin de responsabilidad civil se dirige contra quienes son personalmente responsables
del incumplimiento de sus deberes de cuidado, lealtad, informacin y rendicin de cuentas. As, aunque el directorio acta en sala, la accin de
responsabilidad se dirige personalmente contra los directores y gerentes
que pretendidamente son autores de los hechos culpables o dolosos que
han causado dao.506 Por lo mismo, si el hecho ilcito es un acto del direcClark 1986 96.
Cane 1996 202; McGrath 2003 135, con referencia a la jurisprudencia britnica e
irlandesa.
505 Es sintomtico a este respecto que la norma que regula la responsabilidad por infracciones al deber de lealtad de directores y accionistas, seale que pertenecen a la sociedad los beneficios obtenidos por aquellos en ejercicio de su cargo en conflicto de inters
con la sociedad (artculo 42 N 7, parte final).
506 Lyon 2003 153.
503
504
866
torio, la accin se podr dirigir individualmente contra todos los directores que hayan participado del acuerdo, pudiendo el director que quiere
salvar su responsabilidad hacer constar en el acta su oposicin, debiendo
informarse esta circunstancia a la prxima junta ordinaria de accionistas
(artculo 48 IV). De lo anterior no se sigue, sin embargo, que la oposicin
sea la nica excusa aceptable. De acuerdo con las reglas generales, la responsabilidad supone que se pueda atribuir culpa o dolo individualmente a
cada demandado, de modo que cada director puede excusarse por separado, aunque haya participado en el mismo acuerdo (por ejemplo, por haber recibido de buena fe informacin errnea o incompleta acerca de una
operacin en conflicto de inters).
b) De acuerdo con las reglas generales, la coparticipacin de varias
personas en la realizacin de uno o ms ilcitos que provocan dao da
lugar a responsabilidad solidaria (artculo 2317 y supra 33). Esta regla
est reiterada por las normas de los artculos 41 I y 133 III de la ley relativos a la responsabilidad de directores y gerentes.
867
CAPTULO XI
TTULO I
TIPOS DE ACCIONES
645. Acciones que nacen de un ilcito civil: reparacin en naturaleza, indemnizacin de perjuicios y enriquecimiento sin causa. a) El hecho del
demandado puede producir un dao que sea removible, de modo que el
demandante sea restituido en naturaleza a la situacin anterior al dao
(infra 57); asimismo, puede obtener una reparacin por equivalencia, en
la forma de una indemnizacin de perjuicios que corresponda a la disminucin patrimonial o compensatoria del dao patrimonial o moral sufrido
por la vctima (infra 58); finalmente, puede ocurrir que el hecho ilcito
no haya provocado dao alguno al demandante, pero haya producido un
beneficio para el demandado, en cuyo caso no se puede hablar propiamente de responsabilidad, sino de una forma de enriquecimiento injusto
que resulta del ilcito (infra 60).
Las situaciones anteriores pueden combinarse como resultados de un
mismo hecho. As, por ejemplo, en el caso de un dao corporal, los gastos
de recuperacin se asocian al inters de la vctima en ser fsicamente restituida (lo ms cercanamente posible) al estado anterior al accidente; adems, ha sufrido perjuicios de carcter estrictamente econmicos, como es
el caso del lucro cesante por el perodo en que se encontr imposibilitada
de trabajar. Algo semejante puede ocurrir con el ilcito que produce enriquecimiento a su autor: usar un bien ajeno puede ser calificado como un
dao consistente en lucro cesante para el propietario, en la medida que
deja de percibir la renta correspondiente; pero tambin puede reportar al
infractor un beneficio injustificado que exceda el monto de ese dao, en
cuyo caso resulta de inters saber si el propietario tiene una accin restitutoria de ese enriquecimiento injusto.
b) La ms caracterstica de las acciones civiles que nacen del ilcito es
la accin indemnizatoria. En el ejemplo del vehculo daado en un accidente, el dinero tiene la ventaja de hacer posible que la vctima reciba
una reparacin en naturaleza (como ocurre con la suma que le permite
reparar el automvil), compensar el uso perdido o el lucro cesante cau869
872
Distinto es el estatuto de la accin de reparacin por daos ya producidos, que debe cumplir con los requisitos generales de la responsabilidad
civil. La reparacin en naturaleza de los daos sufridos por la vctima es
una accin de responsabilidad y no de mera restitucin, de modo que slo
procede si esos daos se han producido a consecuencia de la culpa del
demandado. Si se aceptara una amplia accin restitutoria, independiente
de la culpa del demandado, en la prctica se estara transformando en
estricta una responsabilidad tpicamente regida por el estatuto general de
la responsabilidad por culpa, como ocurre con los costos de reparacin de
un automvil daado o de recuperacin de un accidentado.4 Por eso, los
requisitos de la responsabilidad son los mismos si lo demandado es un
dao puramente patrimonial o si la indemnizacin tiene por objeto cubrir
los costos de reparacin de una cosa daada (supra Nos 172 y 176).
650. Acciones de reparacin en naturaleza de carcter puramente restitutorio. a) Adems de las acciones de responsabilidad, el derecho civil reconoce acciones restitutorias en proteccin de ciertos derechos. El caso ms
tpico es el derecho de propiedad, que est cautelado por las acciones
posesorias (que protegen la apariencia de propiedad) y la reivindicatoria
(que cautela propiamente el derecho de propiedad). Adems de la propiedad, otros derechos son protegidos por acciones que tienen una finalidad puramente restitutoria, como ocurre especialmente en el caso de los
derechos de la personalidad.5 En estos casos, la proteccin del derecho
absoluto (tpicamente la propiedad) da lugar a una accin para ser restablecido en su goce.
b) De especial importancia es la concurrencia de acciones indemnizatorias y de reparacin en naturaleza en materia de libertad de expresin.
La indemnizacin de perjuicios por informacin errnea que afecta la
honra est sujeta a requisitos de culpabilidad comparativamente altos en
atencin a que esa responsabilidad puede significar en la prctica una
restriccin de la libertad de informacin. Distinta es la situacin con las
acciones dirigidas a lograr una rectificacin de una noticia errnea o corregir una informacin que traiciona la imagen que el demandante ha
formado frente a los dems. En efecto, de la circunstancia de que un medio de comunicacin no responda per se de la falsedad de una informacin
(en la medida que no ha actuado con la falta del cuidado debido), no se
sigue que no deba ser restituida la honra de la persona equivocadamente
atribuida mediante las rectificaciones o los otros medios del caso, como
puede ser la publicacin de la sentencia condenatoria (supra N 418).
c) Los conflictos de vecindad y las intromisiones en la propiedad ajena
dan lugar a acciones restitutorias (incluyendo la cesacin de las turbaciones y la remocin del dao causado), que en parte se pueden resolver con
las reglas del derecho de bienes (acciones posesorias y reinvindicatorias).
4
5
873
b. Acciones preventivas
651. Acciones civiles preventivas del dao. a) El derecho civil otorga desde
el derecho romano acciones para prevenir la produccin del dao. Es el
caso de las acciones que se dirigen a impedir el dao temido, esto es, el
dao an no causado, que tememos se va a producir.6 Las acciones posesorias de denuncia de obra nueva y de denuncia de obra ruinosa siguen
cumpliendo en el derecho moderno esta finalidad, en la medida que cautelan preventivamente el goce de un derecho real o el acaecimiento de un
dao a las personas o las cosas (artculos 930, 932, 937, 948). Sin embargo,
con el correr del tiempo, han surgido nuevos riesgos, de modo que su
mbito de proteccin es limitado.
b) En el ttulo XXXV del libro IV, de los delitos y cuasidelitos civiles, se
concede una accin popular en todos los casos de dao contingente que
por imprudencia o negligencia de alguien amenace a personas indeterminadas; pero si el dao amenazare solamente a personas determinadas, slo
alguna de stas podr intentar la accin (artculo 2333). A diferencia de las
acciones posesorias, la accin tiene por supuesto que el dao temido tenga
su fuente en la negligencia o imprudencia. En consecuencia, esta accin no
cubre las hiptesis en que el dao se debe a los riesgos que debemos tolerar
por el hecho de vivir en sociedad. En atencin al inters pblico comprometido, se compensa al denunciante el empobrecimiento que sufre en razn de la accin, sin perjuicio de las remuneraciones que otorguen leyes
especiales (artculo 2334). La seriedad del peligro es evaluada por el juez e
inequvocamente se trata de una cuestin de hecho.
Por cierto que si el dao se materializa antes de que el peligro sea
removido, habr lugar a la responsabilidad si al demandado se le puede
imputar negligencia. Con todo, si el dao se hubiera producido de igual
modo sin el defecto denunciado, no hay lugar a la responsabilidad, segn
las reglas generales.7
c) A diferencia de las acciones posesorias, la accin preventiva del
artculo 2333 no lleva aparejado un procedimiento especial por la ley procesal. Usualmente ser aplicable el procedimiento sumario en razn de la
regla general que lo establece respecto de las acciones que requieren de
tramitacin rpida para que sean eficaces (Cdigo de Procedimiento Civil,
artculo 680 I). Sin embargo, en atencin a que este procedimiento tampoco asegura la urgencia requerida, la prctica procesal tiende a recurrir
a la accin de proteccin o a las medidas cautelares anticipatorias, como
se ver sucintamente en los prrafos siguientes.
652. Accin constitucional de proteccin. a) La accin de proteccin tiene
por objeto obtener amparo judicial frente a actos u omisiones arbitrarias o
ilegales que provoquen la amenaza, perturbacin o privacin en el legtimo
ejercicio de ciertos derechos y garantas constitucionales (Constitucin Pol6
7
874
tica, artculo 20).8 Los derechos constitucionales son inequvocamente bienes protegidos por el derecho privado (supra N 146); sin embargo, su cautela ms eficaz est dada por la accin constitucional de proteccin, atendida
su tramitacin expedita; as tambin se explica que haya cumplido funciones prcticas importantes (aunque sistemticamente discutibles) como accin preventiva y suspensiva del dao entre personas privadas.
En especial, ha sido un instrumento eficaz para evitar el recurso de
vas de hecho, dejando en suspenso la alteracin del statu quo hasta que
haya un pronunciamiento judicial, en analoga con las acciones posesorias, y para lograr un pronunciamiento judicial sobre derechos que aparecen indubitados y que requieren de urgente reconocimiento, en analoga
con los alimentos provisorios del artculo 327. La importancia preventiva
de la accin de proteccin se muestra en el primer grupo de casos.
b) La accin de proteccin cumple las funciones de tutela preventiva y
curativa de un derecho que es objeto de amenaza o perturbacin por un
tercero. Para que prospere es necesario invocar una garanta constitucional enumerada en el artculo 20 de la Constitucin, lo que obliga frecuentemente a forzar el sentido de la pretensin para que resulte subsumible
bajo alguno de los derechos cautelados.9
Lo interesante de la proteccin es que no requiere la culpa del recurrido, sino que basta la amenaza o turbacin de un derecho constitucional
indubitado y que el dao no se trate de aquellos que la vctima debe soportar (como puede ser la opinin desfavorable que daa el nombre de
una personalidad pblica).
653. Medidas precautorias en juicio civil. El medio que abre el derecho procesal civil para obtener una medida preventiva frente a un dao de los referidos
en el artculo 2333 es que el juez decrete una medida precautoria, en la forma de una cautela anticipatoria del derecho pretendido.10 En circunstancias
8 Estn cauteladas las garantas del artculo 19 Nos 1 (vida, e integridad fsica y psquica), 2 y 3 (igualdad ante la ley y en la proteccin de los derechos), 4 (honra y privacidad), 5 (inviolabilidad del hogar y de la comunicacin), 6 (libertad de conciencia), 8
(medio ambiente libre de contaminacin), 9 inciso final (eleccin del sistema de salud),
11 (libertad de enseanza), 12 (libertad de opinin e informacin), 13 (libertad de reunin), 15 (libertad de asociacin), 16 (en lo referente a la libertad de trabajo), 19 (libertad de sindicalizacin), 21 (libertad de emprendimiento econmico), 22 (no
discriminacin arbitraria), 23 (libertad para adquirir el dominio), 24 (propiedad) y 25
(creacin y difusin artstica y propiedad intelectual e industrial).
9 Esa es la conclusin del esplndido trabajo de anlisis jurisprudencial de Jana/Marn
1996 passim y especialmente 134. Ilustrativo de la eficacia de la accin de proteccin para
la prevencin de daos, con fundamento en los derechos de propiedad y a la integridad
fsica, es un caso en que la construccin de determinadas obras amenazaba con causar perjuicios a vecinos y transentes (CS, 11.5.2006, GJ 311, 65).
10 Las medidas precautorias del juicio civil pueden ser tambin decretadas por los jueces de
polica local, lo que es de importancia prctica en las disputas de vecindad que stos conocen
cuando se han infringido ordenanzas u otras regulaciones municipales (ley N 18.287, que establece procedimiento ante los juzgados de polica local, artculo 30; en relacin con el artculo
13 letra b de la ley N 15.231, sobre organizacin y atribuciones de los juzgados de polica local).
875
que las referidas en el artculo 290 no coincidirn usualmente con el propsito perseguido por el actor, el camino es solicitar alguna de las medidas innominadas que autoriza el artculo 298, otorgando una caucin proporcionada
que es determinada por el juez. El juez tiene amplias facultades prudenciales
para valorar la urgencia y determinar la medida de prevencin adecuada. Si
el peligro de dao es grave y la prevencin es urgente, la medida precautoria
puede demandarse incluso en la forma de una medida prejudicial precautoria en los trminos referidos por el artculo 279 del mismo cdigo.11
654. Conveniencia de que exista un procedimiento general para el reconocimiento provisorio de un derecho. En materia de responsabilidad civil, contractual y extracontractual, la vctima de los daos requiere a menudo un
auxilio urgente. Se ha visto que la mayor ventaja de la accin de proteccin
es procesal y no sustantiva. Como se ha indicado en el prrafo precedente,
las medidas cautelares del Cdigo de Procedimiento Civil son suficientemente flexibles como para lograr una resolucin que impida la produccin
del dao. Sin embargo, como ocurre desde antiguo con el instituto de los
alimentos provisorios en el derecho civil, sera conveniente establecer un
procedimiento general de urgencia, siguiendo una tendencia generalizada
en el derecho comparado, que permita cautelar provisoriamente el inters
de la vctima, a condicin de que los antecedentes muestren que la pretensin tiene fundamento plausible y que de la demora se siga la posibilidad
cierta que su inters pueda verse seriamente amenazado.12
c. Acciones para poner trmino al dao actual
655. Acciones disponibles. Quien es vctima de un dao actual y continuado puede solicitar al juez que lo haga cesar del modo que resulte ms
eficaz. Tambin respecto de esta pretensin, el procedimiento aplicable
ser el sumario, porque siempre que se trate de poner trmino a una accin daosa, por su naturaleza requerir de tramitacin rpida para que
sea eficaz (Cdigo de Procedimiento Civil, artculo 680 I). Aun as, este
procedimiento sumario resultara en la prctica usualmente ineficaz en
atencin a la urgencia que requerir la pretensin del demandante. A ese
efecto quedan abiertos a la vctima los caminos de las medidas precautorias y la accin de proteccin en los mismos trminos que cuando se persiguen fines puramente preventivos (supra 57 b).13 La lgica que subyace
11
Sobre el desarrollo de diversos tipos de medidas provisorias en el derecho procesal
civil comparado y la posibilidad de extender la eficacia preventiva de las medidas cautelares innominadas del Cdigo de Procedimiento Civil, J. C. Marn 2004 463.
12
J. C. Marn 2004 b 95 y 264.
13 En el caso de una terraza que no estaba impermeabilizada y que causaba daos al propietario de un piso inferior, se fall que la denuncia de obra ruinosa del artculo 932 tambin
se puede extender a la reparacin de la causa del dao, establecindose un plazo al denunciado para realizar los actos necesarios para evitar la turbacin a la posesin ajena, bajo apercibimiento de que el denunciante los emprenda con cargo al denunciado (Corte de Santiago,
16.3.1998, GJ 213, 102).
876
tras estas acciones es restitutoria y no reparatoria, de modo que su procedencia no est sujeta al requisito de la negligencia.
656. Medidas que puede decretar el juez. Desde antiguo se ha aceptado
por la doctrina que el juez puede dar rdenes y decretar, por tanto, todas
las medidas que estime conducentes a hacer cesar el dao. Esta facultad
es una consecuencia natural del derecho que tiene la vctima a ser restituida en naturaleza a la condicin anterior a la que se encontraba antes del
acaecimiento del hecho ilcito del tercero. As, si un vecino est causando
ruidos molestos o malos olores que superan lo tolerable en relaciones de
vecindad, el juez puede ordenar que sean suspendidas las actividades que
los provocan; y si se est usando indebidamente una marca o una creacin
que es objeto de propiedad intelectual, se podr ordenar la suspensin de
esa actividad. En definitiva, la accin para poner trmino al dao actual es
la ms elemental de las acciones que persiguen la restitucin en naturaleza y el juez est autorizado para decretar la suspensin del hecho ilcito
que provoca la turbacin del derecho o inters perturbado.
d. Restitucin en naturaleza a la situacin anterior al dao
657. Formas en que se puede producir la restitucin. a) La restitucin en
naturaleza comprende un conjunto de pretensiones cuyo fin no es simplemente compensar econmicamente al deudor por el dao sufrido, sino
restituirlo a la condicin efectiva en que se encontraba antes del hecho
del demandado.14
El ms elemental requisito para que proceda la restitucin en naturaleza es que ella resulte posible. Si la vctima ha muerto o la cosa se ha destruido y no es posible su sustitucin, la reparacin en naturaleza est descartada
y slo procede la indemnizacin compensatoria.
b) Si la restitucin en naturaleza resulta posible, aunque sea slo de
manera incompleta (como suele ocurrir con las lesiones corporales), el
principio es que la vctima tiene derecho a exigir del responsable ser restituida de la forma ms cercana posible al estado anterior al provocado por
el ilcito del demandado, o que ste indemnice al demandante con la cantidad de dinero suficiente para que pueda hacerse cargo de la reparacin.
En otras palabras, la finalidad de la reparacin en naturaleza se puede
satisfacer por dos medios diferentes: por un lado, el responsable es condenado a efectuar la restitucin; por otro, el demandado tendr que indemnizar
el costo de restituir.
Incluso en los sistemas jurdicos donde la accin principal tiene por
objeto que el responsable se haga cargo de la reparacin en naturaleza, el
mtodo ms prctico de hacer valer la responsabilidad consiste en que el
14 Sobre la idea de restitucin como diferente de la mera reparacin en la tradicin jurdica del derecho civil, Roujou de Boube 1974 passim.
877
demandado indemnice el costo de reparacin de la cosa daada o la recuperacin clnica de la vctima accidentada, pues quien sufre el dao usualmente preferir tomar por s mismo esas decisiones, aunque ello ocurra a
costa del responsable.15
658. Objeto de la pretensin. a) La reparacin en naturaleza usualmente
tiene un objeto definido por el tipo de dao: si una cosa ha sido deteriorada, se le debe reparar; si ha sido destruida, debe ser reemplazada por otra
equivalente; si la vctima ha sufrido lesiones corporales, deben cubrirse los
costos mdicos y de hospitalizacin; si se ha deteriorado el medio ambiente, se le debe restituir.
b) Pero tambin puede obtenerse una reparacin en naturaleza por
medio de conductas que no estn dirigidas a restituir, sino que conducen
a un resultado equivalente; es el caso, por ejemplo, de la reparacin de
una difamacin mediante la carga de publicar la sentencia que declara
incorrecta una informacin que afecta el nombre ajeno, lo que opera como
una especie de restitucin moral del ofendido16 (supra N 418), o la reparacin de un atentado a la libre competencia mediante una resolucin
que ordena poner trmino a un cierto contrato que es calificado como
ilcito.17 En el extremo, especialmente cuando el dao moral puede ser
reparado mediante la publicidad del ilcito que lo ha provocado, la reparacin en naturaleza puede asumir la forma de una indemnizacin simblica (supra N 419 b).
659. Opcin de demandar la restitucin en naturaleza o una indemnizacin compensatoria. a) La reparacin en naturaleza es una opcin para
el demandante, pues el derecho chileno no establece un orden de precedencia de las acciones. La reparacin en naturaleza, sea que el demandado emprenda la restitucin por s mismo o la haga posible
mediante una indemnizacin suficiente para que la vctima pague los
costos de reparacin, es siempre una alternativa o un complemento a
la valoracin contable de la prdida patrimonial neta o del dao moral
sufrido. Ello se muestra, por ejemplo, en el caso de una cosa deteriorada: la accin en naturaleza tiene por objeto que el responsable la repare por s mismo o indemnice a la vctima con una suma equivalente al
costo de reparacin (en perfecta analoga con las obligaciones contractuales de hacer, segn el artculo 1553); la indemnizacin compensatoria del perjuicio patrimonial neto, por el contrario, tiene por objeto la
diferencia del valor de la cosa entre antes y despus de haber sido daada. Como se ha visto (supra N 173), uno y otro mtodo de clculo
de la indemnizacin pueden conducir a resultados diferentes, que se
explican por sus distintas finalidades.
15
16
17
878
b) La restitucin en naturaleza corrige totalmente el dao o lo disminuye, de modo que produce un efecto reflejo en la accin indemnizatoria:
en la medida que el dao disminuye, menor ser el monto de la indemnizacin.18 Incluso puede considerarse que constituye un ejercicio abusivo
de la accin indemnizatoria si ella es ejercida sin consideracin de que la
correccin en naturaleza pueda disminuir significativamente los perjuicios
(infra N 660). Por otra parte, especialmente en ilcitos de palabra, una
indemnizacin puramente simblica puede tener el efecto de una reparacin en naturaleza, en la medida que supone dar por pblicamente establecido lo injusto del dao provocado al demandante.19
Por lo mismo, al determinar la indemnizacin el juez debe valorar el
dao remanente si el demandado ha realizado actos de reparacin en naturaleza, o debe realizarlos en razn de lo dispuesto en la sentencia (como
ocurre con la eliminacin de una fuente de malos olores, con la correccin de una informacin falsa, con las disculpas en caso de un insulto o
con la publicacin de una sentencia que da por establecido el ilcito del
demandado).
c) Excepcionalmente, la accin en naturaleza est sujeta a exigencias
menos estrictas que la accin indemnizatoria, en la medida que esta ltima ponga en riesgo bienes jurdicos de valor igual o superior al dao
causado. As ocurre, por ejemplo, con el conflicto entre la libertad de
expresin y la honra. Si un medio de comunicacin da una noticia falsa
por un error que no da lugar a responsabilidad civil, de ello no se sigue per
se la responsabilidad; sin embargo, suele ser exigible la reparacin en naturaleza, que en nada amenaza la libertad de expresin y cautela el bien
de la honra (supra Nos 373 y 413).
660. Lmites a la opcin y acumulacin de restitucin y reparacin. a) La
restitucin en naturaleza puede constituir una carga excesiva para el demandado. As ocurre cuando su costo excede tan sustancialmente el de la
reparacin puramente patrimonial que en justicia no resulta exigible al
demandado que asuma el costo de la restitucin. Mientras algunos ordenamientos reconocen esta solucin en la ley,20 en otros tambin ha sido
reconocida jurisprudencialmente de lege ferenda.21
18
879
22 Un anlisis en extremo lcido de la idea de proporcionalidad en el derecho privado, con referencia a los lmites al ejercicio de la accin en naturaleza, en Medicus 1992 36.
880
23 Sin embargo, hay fallos que se inclinan por la fecha de comisin del hecho ilcito
como fecha de nacimiento de la obligacin indemnizatoria: CS, 6.1.1919, RDJ, t. XVI, sec.
1, 569; CS, 7.12.1966, RDJ, t. LXIII, sec. 4, 359; Corte de Santiago, 18.4.1980, RDJ,
t. LXXVII, sec. 2, 28; CS, 9.5.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4, 67; Corte de Valparaso,
10.8.1998, F. del M. 478, 1795; CS, 11.11.1998, F. del M. 480, 2347; CS, 13.5.1999, F. del
M. 486, 750; CS, 27.5.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 3, 89, publicado tambin en F. del M. 486,
851; y CS, 15.1.2001, GJ 247, 41; en general, en estos casos se trata de casos en que el
dao es contemporneo al ilcito.
882
883
884
Por eso, el juez debe tener la flexibilidad de criterio suficiente para determinar ese momento, bajo la sola exigencia que ste sea consistente con la poca que
se ha tenido en consideracin para la valoracin de los daos.29 El juez puede
llevar a valores monetarios reales al momento de la sentencia las estimaciones que tienen por antecedentes hechos anteriores al fallo (como ocurre con los gastos de hospital o con los gastos de reparacin de cosas
Presentacin o notificacin de la demanda: CS, 8.10.1974, F. del M. 192, 248; CS, 20.6.1975,
F. del M. 199, 72; CS, 13.1.1977, F. del M. 218, 363; CS, 28.12.1981 y 28.1.1982, F. del M.
277, 581; Corte de Santiago, 21.3.1984, RDJ, t. LXXXI, sec. 4, 35; Corte de Santiago,
10.11.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2, 78; Corte de Santiago, 10.11.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2, 78,
publicada tambin en F. del M. 492, 2480; Corte de Santiago, 8.4.1999, RDJ, t. XCVI, sec.
5, 94; Corte de Copiap, 6.8.1999, GJ 234, 95, publicada tambin en F. del M. 493, 2822,
que ordena pagar reajustes desde la fecha de notificacin de la demanda respecto del dao
material y desde la fecha de la sentencia respecto del dao moral; Corte de Santiago,
11.7.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 16.10.2000, GJ 244, 163, publicada tambin en
F. del M. 503, 3659; Corte de Concepcin, 3.4.2001, GJ 261, 80; Corte de Valparaso,
17.4.2002, GJ 265, 141; y Corte de Santiago, 2.10.2003, GJ 280, 138.
Dictacin de la sentencia: CS, 23.5.1977, F. del M. 222, 116; Corte de Santiago, 15.4.1981,
RDJ, t. LXXVIII, sec. 4, 33; Corte de Santiago, 26.5.1981, RDJ, t. LXXVIII, sec. 2, 67; Corte de Santiago, 23.5.1983, RDJ, t. LXXX, sec. 2, 11, que adems niega lugar al pago de
intereses; CS, 3.10.1985, RDJ, t. LXXXII, sec. 1, 80; Corte de Santiago, 30.12.1985, RDJ,
t. LXXXII, sec. 2, 129; y CS, 14.4.1999, F. del M. 485, 503.
Dictacin del fallo de la instancia: CS, 6.10.1976, F. del M. 215, 254.
Dictacin de la sentencia de primera instancia: Corte de Santiago, 10.11.1998, RDJ, t. XCV,
sec. 2, 78; CS, 30.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 268, publicada tambin en F. del M. 490,
2028; CS, 29.1.2002, F. del M. 498, 676; y Corte de Concepcin, 20.5.2002, GJ 270, 160.
Dictacin del fallo de alzada: Corte de Santiago, 3.6.1973, RDJ, t. LXX, sec. 4, 65; Corte
de Santiago, 4.9.1991, GJ 135, 103, publicada tambin en RDJ, t. LXXXVIII, sec. 4, 141; Corte de Copiap, 6.8.1999, GJ 234, 95, publicada tambin en F. del M. 493, 2822, que ordena
pagar reajustes desde la fecha de la sentencia respecto del dao moral y desde la fecha de
notificacin de la demanda respecto del dao material; Corte de Concepcin, 23.8.1999, RDJ,
t. XCVI, sec. 4, 199; Corte de Santiago, 5.10.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 2, 79; Corte de Santiago, 10.7.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 2, 83; y Corte de Santiago, 30.9.2003, GJ 279, 270.
Fecha en que la sentencia queda ejecutoriada: Corte Presidente Aguirre Cerda, 16.3.1981,
RDJ, t. LXXVIII, sec. 4, 50; Corte de Santiago, 22.8.1990, GJ 122, 72, caso en el que se
seala adems que no procede aplicar intereses por ser improcedentes tratndose del dao
moral; Corte de Santiago, 17.7.1998, RDJ, t. XCV, sec. 2, 48; Corte de Santiago, 25.9.1998,
RDJ, t. XCVI, sec. 4, 48; Corte de San Miguel, 19.7.1999, GJ 229, 153; Corte de Santiago,
5.10.1999, GJ 232, 171; Corte de Santiago, 10.3.2000, GJ 237, 159; Corte de Concepcin,
7.8.2000, confirmada por CS [cas. fondo], 29.11.2000, GJ 245, 132, publicada tambin en
F. del M. 504, 4202; Corte de Copiap, 21.3.2001, confirmada por CS [cas. fondo],
12.11.2001, GJ 257, 121, publicada tambin en F. del M. 504, 4090; Corte de Concepcin,
3.4.2001, GJ 261, 80; Corte de Valparaso, 15.5.2001, confirmada por CS [cas. fondo],
9.10.2001, GJ 256, 144; Corte de Santiago, 31.12.2002, GJ 274, 212; Corte de Santiago,
1.7.2003, GJ 277, 149; y CS, 27.11.2003, GJ 281, 64.
29 Por ejemplo, no hay razn para asumir que la reajustabilidad corre desde que la sentencia est ejecutoriada o desde la notificacin de la demanda (sin embargo, ver nota anterior).
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correcta percepcin del valor en dinero que est reconociendo como indemnizacin y puede recurrir a los criterios de valoracin que la prctica
jurisprudencial haya establecido.
c. Reajustabilidad de la obligacin indemnizatoria
668. Aceptacin generalizada del criterio valorativo para la determinacin
de las obligaciones. La historia econmica chilena, marcada por la inflacin
durante largos perodos de tiempo, muestra que la reajustabilidad de las
obligaciones indemnizatorias se convirti en un principio de extensa aplicacin. En sede contractual las partes pueden prevenir la inflacin estableciendo la obligacin de pagar en moneda del mismo valor. Esa posibilidad
est excluida en materia extracontractual, de modo que la reajustabilidad
debe inferirse de los principios aplicables. Aun despus de haberse terminado el ciclo inflacionario que dio lugar al cambio jurisprudencial, hoy se
acepta sin reservas que las obligaciones que surgen de la responsabilidad
civil deben pagarse con reajustes. Se entiende que es la nica manera de
cumplir con el principio de que la indemnizacin sea completa.33 Este desarrollo, que es muy particular del derecho chileno, fue el resultado de una
evolucin jurisprudencial que se consolid en la dcada de 1970.34
669. Criterio para determinar la fecha de inicio del reajuste. La poca
desde la cual debe otorgarse el reajuste comienza en el momento en que se
calcula la indemnizacin. El reajuste se justifica precisamente porque entre
la moneda que sirve de base al clculo de la indemnizacin y la moneda
del pago hay una diferencia de valor, de modo que la nica manera de
asegurar que la vctima reciba la indemnizacin completa es incorporando como reajuste esa diferencia de valor.
Debe haber coherencia entre el criterio temporal empleado para determinar la indemnizacin y la fecha desde la cual se otorga el reajuste. Por
sec. 3, 103; Corte de Valdivida, 25.6.2001, GJ 263, 120; Corte de Santiago, 14.1.2002, GJ
271, 96; Corte de Concepcin, 25.1.2002, confirmada por CS [cas. fondo], 7.5.2002, RDJ,
t. XCIX, sec. 5, 104; Corte de Concepcin, 6.3.2002, GJ 274, 59; Corte de Copiap, 28.6.2002,
GJ 268, 133; Corte de Santiago, 9.7.2002, GJ 275, 227; Corte de Santiago, 10.7.2002, RDJ,
t. XCIX, sec. 2, 83; Corte de Santiago, 18.11.2002, GJ 269, 90; Corte de Santiago, 16.12.2002,
GJ 270, 96; Corte de Santiago, 29.8.2003, GJ 278, 282; Corte de Santiago, 1.9.2003, GJ 279,
115; Corte de Santiago, 30.9.2003, GJ 279, 270; y CS, 9.10.2003, GJ 280, 147. Vase comentario de R. Domnguez . y R. Domnguez B. a CS, 29.10.1992, rol N 6.602, en Rev. Concepcin 191, 1992, 175; y otra jurisprudencia en Diez 1997 259.
En este aspecto pone nfasis la primera sentencia de la Corte Suprema que acogi la
doctrina de la reajustabilidad del dao patrimonial (CS, 16.10.1970, RDJ, t. LXVII, sec. 4, 424).
34 Un excelente resumen de la evolucin jurisprudencial, en Diez 1997 195, con referencias a los aportes doctrinarios de Gesche 1969 y Lpez 1980.
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La apreciacin no es resultado de una investigacin estadstica, sino que ha surgido
de la revisin de fallos dictados en la ltima dcada. En esta evolucin puede haber contribuido la tendencia abrumadoramente dominante a que el dao moral se valorice al momento del fallo. Antecedentes de fallos ms antiguos tienden a establecer criterios mucho
ms dispersos (R. Domnguez . y R. Domnguez B. en comentario a CS, 29.10.1992, rol
N 6.602, en Rev. Concepcin 191, 1992, 174).
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Corte de Coyhaique, 9.5.1997, confirmada por la CS [cas. fondo], 28.5.1998, RDJ,
t. XCV, sec. 1, 57; CS, 2.12.1998, F. del M. 481, 2737; Corte de Concepcin, 23.8.1999, RDJ,
t. XCVI, sec. 4, 199; Corte de Concepcin, 15.9.1999, confirmada por CS [cas. fondo],
10.8.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 5, 132; CS, 30.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 4, 268, publicada
tambin en F. del M. 490, 2028; Corte de Iquique, 15.11.2000, confirmada por CS [cas. fon-
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falla en ultra petita.51 Sin embargo, hay buenas razones para que en el
futuro se entienda lo contrario, porque el reajuste no es ms que la garanta del valor reconocido como indemnizacin en la sentencia y los intereses son frutos civiles que naturalmente acceden a la obligacin indemnizatoria. En consecuencia, cuando el demandante pide que se le indemnicen
los perjuicios sufridos en cierta suma, propuesta por l mismo o la que
determine el juez, puede entenderse que la pretensin incorpora tcitamente los reajustes e intereses sin necesidad de expresarlo.
e. Agravacin y disminucin del dao despus de la demanda
677. Nuevos daos ocurridos con posterioridad a la demanda. a) La demanda fija la competencia del tribunal, sin perjuicio de las adiciones que
autoriza la ley procesal antes de que sea contestada (Cdigo de Procedimiento Civil, artculos 254 N 4, 259 y 170 N 6). En consecuencia, el juez
debe pronunciarse precisamente respecto de las peticiones hechas valer
en la oportunidad procesal por el demandante, no resultndole admisible
extender su decisin ms all de ese marco de pretensiones.
De conformidad con este criterio, la sentencia no se puede pronunciar
respecto de daos que no hayan sido objeto de las peticiones de la demanda. En
consecuencia, cualesquiera daos que ocurran antes que se dicte sentencia y que no hayan sido invocados en la demanda quedan excluidos de la
relacin jurdica procesal. Este criterio formalmente estricto ha sido sostenido por la doctrina y, al menos en el estado actual del derecho procesal
civil, es el nico compatible con la garanta procesal del debido proceso.52
De ello se sigue que la vctima tendr que demandar en un nuevo juicio
esos daos, sin que pueda serle opuesta la excepcin de cosa juzgada,
precisamente porque la cosa pedida es diferente de la expresada en la
demanda (Cdigo de Procedimiento Civil, artculo 177 N 2).
b) Con mayor razn, lo anterior vale para los daos posteriores a la sentencia, en la medida que sean objetivamente imputables al hecho ilcito.
As ocurre, por ejemplo, en el caso de quien ha sufrido lesiones invalidantes, a cuya consecuencia se sigue un nuevo dao corporal, sin que intervenga descuido de su parte.53 La nueva demanda tiene por antecedente el
51 Vase CS, 3.5.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 5, 87; CS, 6.6.2002, GJ 264, 166, publicada
tambin en F. del M. 500, 1555; Corte de San Miguel, 14.4.2003, GJ 274, 140. As tambin
Alessandri 1943 558 y Corral 2003 343.
52 Alessandri 1943 567. Todo indica, sin embargo, que la ley procesal debiera incluir
correctivos posibles para evitar los costos de un nuevo juicio (por ejemplo, que tratndose
de hechos nuevos, que tienen la misma causa de pedir, se pudiera generar un incidente
probatorio en cualquier momento del juicio).
53 En el derecho francs y alemn se sigue precisamente esta doctrina: si el dao respectivo no ha podido ser incluido en la demanda original, nada obsta para que sea objeto
de una nueva demanda (Viney/Jourdain 2001 159, MnchKom/Grunsky 249 127); en la
doctrina chilena, en igual sentido, Diez 1997 190.
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mismo hecho ilcito, pero lo pedido es la indemnizacin de un dao diferente, de modo que tampoco en este caso se puede invocar cosa juzgada.
678. Aumento en el valor de los daos. a) Los daos pueden haber aumentado de valor en el tiempo intermedio entre la fecha de la demanda y
la fecha de la sentencia o con posterioridad a la sentencia. Conviene analizar por separado estas dos hiptesis.
b) Si los daos incluidos en la demanda aumentan de valor durante la
tramitacin del pleito, se puede entender que forman parte de la relacin
procesal y que el juez debe valorarlos segn la magnitud que adquieren al
momento de la sentencia definitiva, segn el principio que la indemnizacin debe ser completa.54 La regla subyacente expresa que para la valoracin resulta relevante toda evidencia que produzcan las partes para apreciar
los daos que el actor refiere en su demanda.55
c) Por el contrario, parece existir acuerdo en que si el cambio de valor
se produce con posterioridad a la sentencia definitiva de segunda instancia, el monto de la indemnizacin no puede ser revisado en virtud del
principio de cosa juzgada. Aunque resulte en cierto sentido caprichoso,
hay una diferencia entre el dao que se produce despus de la sentencia
(supra N 677) y el mero cambio de valor del dao sobre el cual ya hubo
pronunciamiento judicial: en el primer caso, se solicita una decisin sobre
una peticin que no ha sido resuelta con anterioridad (lo que es compatible con el principio de cosa juzgada); en el segundo, se pide al tribunal
que revise el valor de la indemnizacin reconocida por una sentencia que
ya se pronunci sobre ese dao (lo que no es aceptable de conformidad
con ese mismo principio).56
679. Disminucin del valor de los daos con posterioridad a la demanda.
a) El cambio de valor de los daos puede ocurrir porque no se producen
daos que se esperaba se produjeran (el discapacitado encuentra una oportunidad de trabajo ms rentable que la anterior) o porque son de menor
intensidad que la esperada (los daos corporales tienen una evolucin
ms favorable que lo previsto). A su vez, estos cambios se pueden producir
durante el juicio o con posterioridad a la sentencia definitiva.
b) En principio, todo cambio favorable a la vctima que ocurra durante
la tramitacin del juicio debe ser considerado en la sentencia. No existe diferencia, en este caso, entre la disminucin del valor del dao y la no realizacin del dao que era esperado al momento de plantearse la demanda
(segn el principio de que el juez no est del mismo modo determinado
por las excepciones y alegaciones del demandado que por las peticiones
Alessandri 1943 568 y supra 23 a.
En Inglaterra se ha aceptado que incluso puede ser relevante a este fin la evidencia
de hechos frescos hecha valer ante la Cmara de los Lores (Burrows 1994 106).
56 Es tambin la solucin adoptada por la jurisprudencia francesa (Viney/Jourdain 2001
159).
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nativa frente a la eventualidad de cambio de la situacin, que a menudo afecta a los daos futuros, es que el propio fallo asuma la incertidumbre y reconozca la indemnizacin condicionada a que lleguen efectivamente a ocurrir.59
f. Correctivos al monto de la indemnizacin
680. Principios relativos al monto de la indemnizacin. En el captulo sobre el dao se han mostrado los principios que rigen la determinacin del
quantum indemnizatorio. En esta seccin sern analizados ciertos correctivos a esos principios de la reparacin integral del dao patrimonial (supra
23 a) y a la reparacin equitativa del dao moral (supra 24 a). Los
correctivos han sido ordenados en tres grupos: lmites legales, correctivos
de proporcionalidad y baremos jurisprudenciales.
681. Lmites legales a la indemnizacin. a) El Cdigo Civil no establece reglas
especiales para la valoracin del dao. Slo contiene una referencia a los
tipos de dao patrimonial (dao emergente y lucro cesante) y seala que la
indemnizacin comprende a ambos por igual. De ese modo, la ley civil asume
que el dao patrimonial debe ser totalmente reparado, salvo que la indemnizacin quede expresamente limitada al dao emergente (artculo 1556 II).60
b) Ms all del Cdigo Civil, el principio de reparacin integral del
dao patrimonial suele estar limitado en ciertos estatutos legales especiales de responsabilidad, particularmente en regmenes de responsabilidad estricta. En la responsabilidad estricta, la reparacin integral es coherente
con el criterio de que quien realiza la actividad sujeta a ese rgimen de
responsabilidad asume la totalidad de los riesgos. En tal caso, la reparacin integral es el efecto natural de la atribucin de riesgos efectuada por
la ley. La circunstancia que la indemnizacin est a veces limitada por el
legislador, es parte del particular arreglo de consideraciones de justicia y
de otros fines pblicos que suele subyacer tras ese tipo de responsabilidad:
por un lado, se quiere prevenir accidentes, protegiendo a las vctimas del
peligro; pero tambin se desea que la respectiva actividad sea viable, para
lo cual se le fijan riesgos determinados, que son asegurables61 (supra N 331).
Especialmente para el caso de lesiones corporales, los jueces ingleses suelen reconocer indemnizacin slo en el evento que los daos esperados lleguen a ocurrir; ese puede
ser el caso, por ejemplo, de una invalidez total que se tiene por posible al momento de la
sentencia (Burrows 1994 101).
60 En materia contractual, el artculo 1933 I establece una limitacin al dao emergente sufrido por el arrendatario de una cosa que tiene un vicio que ha impedido su goce, a
condicin de que no haya habido dolo; la regla parece guardar relacin con el artculo 1558
que limita los perjuicios contractuales reparables a los previsibles, si el deudor slo ha incurrido en negligencia (para el arrendador el lucro cesante ser usualmente imprevisible).
61 A veces, el lmite slo se aplica a la responsabilidad estricta, de modo que si se prueba culpa se restablece el principio de reparacin integral del dao (as, la Ley de accidentes del trabajo, artculo 69).
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Ms difcil resulta la pregunta por la deduccin del mayor valor que tiene
la cosa nueva que reemplaza a la antigua. Por mucho que intuitivamente
se tienda a aceptar la deduccin de ese mayor valor, de modo que sea de
cargo de quien recibe la reparacin, en el derecho comparado la pregunta es contestada sobre la base de ciertas calificaciones especiales, o simplemente la deduccin no es aceptada (supra N 177).
690. Gastos que se evitan a consecuencia del accidente. En el clculo del
lucro cesante resulta evidente que los gastos que habran sido necesarios
para producir los ingresos esperados deben ser deducidos, a efectos de
calcular la ganancia neta esperada. Pero, ms all de esa consideracin
evidente, surge la pregunta por el efecto de los gastos en que la vctima
dej de incurrir a consecuencia del dao sufrido. Dos grupos de gastos
son especialmente relevantes: los gastos y los impuestos ahorrados.
Respecto de unos y otros, lo determinante es que el ahorro se produzca precisamente a consecuencia del dao. As, mientras la cosa deteriorada est en reparaciones, habr ahorros de mantencin, de seguros
e incluso de depreciacin. Todos ellos disminuyen el valor de los perjuicios, bajo la condicin de que sean significativos (en la medida que
puede entenderse que los beneficios estn sujetos a una regla de relevancia anloga al dao).85 Tambin puede ocurrir que la reparacin
est sujeta a reglas tributarias diferentes al lucro cesante, en la medida
que la misma suma no pague tributo si es a ttulo de indemnizacin y s
lo habra pagado si se hubiese recibido como renta de la actividad respectiva (infra N 702). Siguiendo un razonamiento estrictamente reparador del dao indemnizado, esta diferencia debiera ser deducible de
la indemnizacin, porque el beneficio tiene causa directa en el dao
que es objeto de reparacin. 86
3. Prestaciones de terceros por daos personales
691. Importancia prctica del cmulo de prestaciones. a) A medida que se
desarrolla el sistema de seguros pblicos y privados, voluntarios y forzosos, es
ms frecuente que la indemnizacin por daos (especialmente corporales)
concurra con otras prestaciones de terceros. Las razones por las cuales la vctima puede recibir pago de un tercero son muy diferentes. Por ejemplo, puede
haber seguido recibiendo sueldos en razn de derechos laborales convenidos
en el contrato de trabajo; puede ser beneficiario de prestaciones establecidas
por las leyes sociales; o puede haberse cumplido una condicin para que
nazca el derecho convenido en un seguro de renta vitalicia.
b) Segn estudios comparados, un porcentaje muy menor de los accidentes personales da lugar a una indemnizacin de perjuicios.87 En trmi85
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Supra N 145.
Palandt/Heinrichs 249 144.
En Inglaterra se calcula ese porcentaje en un 6% (Markesinis/Deakin et al. 2003 795).
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no estn comprendidos en la definicin de seguro del Cdigo de Comercio (artculo 512), que atiende precisamente a la finalidad indemnizatoria
de la pliza. Por lo dems, del texto de esa definicin se infiere que su
objeto es exclusivamente el seguro de cosas.
b) Atendidas las finalidades de los seguros de vida y accidentes, que
garantizan una renta o un capital sobre la base de aportes previos del
asegurado, existe acuerdo en el derecho chileno y comparado en que la
suma pagada por el asegurador no tiene la misma naturaleza que la indemnizacin de perjuicios, de modo que la vctima tiene derecho a percibir una y otra.89 En consecuencia, la compaa de seguros carece en este
caso del derecho que reconoce el Cdigo de Comercio al asegurador de
daos generales a subrogarse en los derechos y acciones del asegurado
(artculo 553); la aplicacin de esta norma debe entenderse restringida,
en razn de lo sealado, a los seguros que cumplen una finalidad propiamente indemnizatoria.
695. Seguros de enfermedades y daos corporales. a) En el seguro de
daos personales el asegurador no se obliga a pagar un capital o una renta
en el evento de ocurrir las condiciones previstas, sino a hacerse cargo de
los daos sufridos por el asegurado. Los principales seguros de daos personales cubren riesgos de daos corporales sufridos en accidentes y riesgos de enfermedad. Es el caso del seguro que cubre los gastos que se
siguen de un accidente y del seguro de salud contratado con alguna insti89 As O. Tapia 1941 171, Alessandri 1943 554, Elorriaga 1995 108 (extendiendo, sin
embargo, la solucin a cualesquiera seguros). Corral 2003 145 estima, por el contrario, que
la regla de subrogacin del artculo 553 del Cdigo de Comercio es de aplicacin general;
esa opinin no analiza, sin embargo, la funcin econmica de los seguros que aseguran un
capital o una renta y los asimila al seguro de daos. En Francia, los seguros de vida estn
comprendidos en la antigua regla general que los seguros de personas no dan lugar a disminucin de la indemnizacin y que el asegurado tiene derecho a recibir ambas (la indemnizacin y la renta o capital); esa regla ha sido con los aos objeto de numerosas excepciones,
que persiguen que el asegurador recupere lo pagado, precisamente si al seguro se le atribuye carcter indemnizatorio (Viney/Jourdain 1998 87, Viney/Jourdain 2001 300); en Alemania, existe acuerdo en que los seguros privados de vida, en cualesquiera de sus formas,
as como los seguros de accidentes pactados sobre la base de una suma global o de una
renta, son un beneficio previsional que se funda en el ahorro, de modo que no dan lugar a
disminucin de la indemnizacin, ni a accin de restitucin por parte del asegurado (Larenz 1987 532 y 534, Palandt/Heinrichs 249 133); en Espaa, se ha fallado del mismo
modo en una excelente sentencia del Trib. Supr. de 19.1.1967, comentada favorablemente
por Pantalen: si bien el contrato de seguro, en sus orgenes, concret su finalidad a remediar siniestros () posteriormente se fue ensanchando el concepto de riesgo, y separndose del dao, para admitirse tambin como objeto de seguro la simple amenaza de
que ocurra un hecho que provoque una necesidad pecuniaria, con la consecuencia de que
la prestacin del asegurador es independiente del dao sobrevenido () y realmente [el
asegurado] compra ese capital o esa pensin (Pantalen 1981 671); en el common law tampoco hay discusin de que los seguros contratados privadamente no son deducibles, de modo
que son acumulables a la indemnizacin (Burrows 1994 126, Abraham 2002 213).
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El rgimen general de prestaciones de salud es pblico, est a cargo del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y su ejecucin corresponde a los organismos que integran el Sistema Nacional de Servicios de Salud; sin embargo, su financiamiento es mixto, proviniendo
de las cotizaciones obligatorias de salud de los trabajadores y pensionados, de tarifas por
servicios y aportes estatales (ley N 18.469, en relacin con el DL 3.500/1980, artculo 84 II
y ley N 18.754). Alternativamente, se puede optar por un seguro de salud otorgado por
una Institucin de Salud Previsional (Isapre), que son compaas de seguros especializadas
y cuyos planes son financiados con cargo a las cotizaciones obligatorias de los trabajadores
y pensionados y por contribuciones adicionales de los asegurados (ley N 18.933). Adems
resultan relevantes el DL 2.763/1979, que reorganiza el Ministerio de Salud y crea los Servicios de Salud, el Fondo Nacional de Salud, el Instituto de Salud Pblica de Chile y la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud; la ley N 18.933 que crea
la Superintendencia de Instituciones de Salud Previsional, dicta normas para el otorgamiento
de prestaciones por Isapres; y la ley N 19.966, que establece un rgimen de garantas en
salud (Ley de garantas de salud).
94 Con la excepcin de los riesgos cubiertos por la Ley de accidentes del trabajo, las
prestaciones por incapacidad laboral estn sujetas a un rgimen comn de financiamiento
empresarial y administrado por organismos especializados (DFL 44/1978).
95 Para quienes hayan pagado los gastos funerarios, se reconoce una asignacin por
muerte (DFL 90/1979).
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tradoras de Fondos de Pensiones) y de seguro privado de salud (Instituciones de Salud Previsional), que disminuyen el mbito pblico de la previsin social y que en el caso de las Isapres permiten regular contractualmente
el cmulo de pretensiones; en segundo lugar, el seguro de accidentes de
vehculos motorizados, que en otros lugares es la fuente ms importante
de recursos indemnizatorios, tiene en Chile una cobertura muy bsica,
aunque la ley contiene reglas sobre concurso de pretensiones (supra N 543
e y f); finalmente, las prestaciones de los sistemas sociales de previsin
tambin son por lo general muy bsicas, de modo que tiene poco sentido
prctico que el organismo que las financia incurra en los costos administrativos de ejercer acciones en contra de quien sea civilmente responsable
del accidente.96 Esta parece ser la mejor explicacin para que las leyes que
conceden beneficios sociales no contengan normas expresas respecto de
la acumulacin de las prestaciones otorgadas por los respectivos sistemas
con las indemnizaciones provenientes de la responsabilidad civil.
c) A falta de norma legal especial, los eventuales conflictos de inters
entre las vctimas, los civilmente responsables y los organismos que pagan
subsidios debieran ser resueltos de acuerdo con los criterios enunciados.
Por regla general, el responsable civil no puede traspasar a la vctima, su
empleador o la comunidad (segn sea quien haya financiado el pago) el
costo de reparar el dao provocado, de modo que el beneficio otorgado
por el instituto de seguridad social no debe deducirse de la indemnizacin
devengada a ttulo de responsabilidad civil.97
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Lucro cesante: La reparacin del lucro cesante importa la incorporacin al patrimonio de una ganancia esperada, de modo que constituye un
hecho gravado con impuesto a la renta, segn las reglas generales (DL
824/1974, sobre impuesto a la renta, artculo 20 N 5).
Dao moral: La reparacin del dao moral no constituye renta, siempre
que haya sido establecida por sentencia ejecutoriada, sea de un tribunal ordinario o arbitral (DL 824/1974, sobre impuesto a la renta, artculo 17 N 1).
b) Atendido el principio de la reparacin integral del dao, el impuesto
al valor agregado (IVA) soportado a consecuencia de la adquisicin de un
nuevo bien que reemplaza al daado o por la reparacin de un bien daado, tiene el carcter de un dao patrimonial indemnizable, a condicin de
que se pruebe que ese impuesto no puede ser recuperado por la vctima
como crdito fiscal, esto es, cuando ese impuesto debe ser efectivamente
soportado por el contribuyente como un costo o un gasto.106 Esto ltimo
ocurre cuando quien soporta el impuesto no tiene la calidad de contribuyente de IVA o cuando no concurren los requisitos de fondo y forma para
hacer uso del crdito conforme a la legislacin tributaria (DL 825/1974,
sobre impuesto a las ventas y servicios, artculos 23 y 25).
Cuando el contribuyente haya acumulado remanentes de crdito fiscal
de ejercicios anteriores (DL 825/1974, sobre impuesto a las ventas y servicios, artculos 26, 27 y 27 bis), y del hecho del demandado se sigue que se
debe postergar su recuperacin, la indemnizacin debiera comprender el
costo financiero que significa el mayor plazo para poder recuperar el IVA
soportado por el contribuyente.
i. Calificacin de la resolucin que se pronuncia sobre el dao
703. Calificacin tradicional de las decisiones relativas al dao como cuestiones de hecho. La doctrina y jurisprudencia tradicionalmente han entendido que la existencia y valoracin de los perjuicios es una mera cuestin
de hecho cuyo establecimiento es facultad privativa de los jueces del fondo, de modo que escapa al control jurdico por medio del recurso de
casacin en el fondo.107 Durante un perodo, la Corte Suprema asumi
del contribuyente desde el momento en que se encuentre devengada; en correspondencia
con esa calificacin, el dao emergente, representado para estos efectos por el valor contable o libro del respectivo bien, constituye un gasto deducible de la renta lquida imponible.
106 La solucin es anloga en otros sistemas jurdicos (Deutsch/Ahrens 2002 205, Viney/Jourdian 2001 190).
107 Alessandri 1943 577. Tempranamente se fall que son los jueces de la causa los
que exclusivamente aprecian y regulan las indemnizaciones a que dan lugar los delitos y
cuasidelitos civiles conforme a las disposiciones del artculo 2314 del Cdigo Civil, sin que
las resoluciones que pronuncien sobre los indicados particulares en uso de las facultades
de que estn investidos privativamente, puedan ser sometidas a la crtica y rectificacin propia
del recurso de casacin en el fondo (CS, 11.1.1924, RDJ, t. XXII, sec. 1, 912). Ms recien-
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cado correctamente el principio de reparacin del dao. A su vez, el recurso de casacin en la forma puede ser un instrumento para controlar que las
sentencias cumplan ms rigurosamente las exigencias del artculo 170 N 4
del Cdigo de Procedimiento Civil. En efecto, la exposicin de las consideraciones de hecho y de derecho que sirven de fundamento a la sentencia exige, por un lado, que el fallo se haga cargo de las argumentaciones y
conclusiones de las partes en cuanto a la naturaleza y entidad del dao y,
por otro, que se sealen los hechos y criterios tenidos en cuenta en la
determinacin y valoracin de los distintos tipos de perjuicios.116
706. Reserva de la determinacin del monto de la obligacin para el momento de la ejecucin de la sentencia que declara el derecho a la indemnizacin. De acuerdo con una antigua doctrina procesal, la norma del artculo
173 II del Cdigo de Procedimiento Civil slo resultara aplicable en materia de responsabilidad contractual. Se justific tradicionalmente esta diferencia en la supuesta particularidad de la responsabilidad extracontractual,
que dara a los jueces facultades soberanas para apreciar la extensin del
dao y determinar el monto de la indemnizacin, aunque no se hayan
fijado las bases para esa determinacin.117 En definitiva, se asume que la
ley no ha establecido reglas que deben observarse por los jueces para determinar el monto de los perjuicios, lo que vale especialmente para la
determinacin del dao moral; de ello se sigue que carece de sentido
distinguir entre la procedencia de la reparacin indemnizatoria y la discusin posterior respecto de su naturaleza y monto.
En verdad, tambin en materia de responsabilidad extracontractual se
plantea la diferencia entre las condiciones generales de la responsabilidad
(hecho culpable que causa dao) y la determinacin en concreto del dao
indemnizable y su avaluacin, de modo que no hay razn de principio que
justifique un trato diferente. Por otro lado, la norma legal del artculo 173
II del Cdigo de Procedimiento Civil no distingue entre ambos tipos de
responsabilidad y su ratio juris es aplicable por igual a una y otra, porque
persigue evitar una prueba circunstanciada de los perjuicios, en circunstancias que an no se ha decidido si el demandado ser hecho responsable. La tendencia jurisprudencial parece indicar una progresiva aceptacin
de esta doctrina, que autoriza la postergacin de la determinacin de la
naturaleza y monto de los perjuicios extracontractuales para un juicio diferente o para un incidente de ejecucin del fallo.118
Viney/Jourdain 2001 137.
Alessandri 1943 49 y 578.
118 Vanse CS, 1.6.1998, F. del M. 475, 729; CS, 27.5.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 139;
CS, 15.9.1999, RDJ, t. XCVI, sec. 1, 158, Corte de Santiago, 2.7.2002, GJ 265, 85, con referencia a la posibilidad de postergar la avaluacin del dao reflejo. En un sentido contrario,
argumentando que los perjuicios extracontractuales, por su naturaleza, escapan a un avalo precisamente comprobado, por lo que su apreciacin debe quedar entregada al buen
criterio de los jueces del fondo, CS, 24.1.2002, RDJ, t. XCIX, sec. 1, 23, tambin publicada
en F. del M. 499, 1081.
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117
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123 Corte de Santiago, 18.4.1980, RDJ, t. LXVII, sec. 2, 29. En el mismo sentido: CS,
9.1.1922, RDJ, t. XXI, sec. 1, 501; CS, 23.9.1935, RDJ, t. XXXII, sec. 1, 538; CS, 25.5.1948,
RDJ, t. XLV, sec. 1, 581; Corte de Santiago, 1.7.1986, RDJ, t. LXXXIII, sec. 4, 157; y CS,
15.4.2003, GJ 274, 108.
124 R. Domnguez . 2004 b 375.
125 Citado por Planiol/Ripert 1926 N 650, en apoyo de la idea que el trmino dado
para la prescripcin debe ser un tiempo til para el ejercicio de la accin.
126 Por eso, con gran simplicidad, la primera sentencia de la Corte Suprema que hizo
suya esta interpretacin seal que cuando el artculo 2332 expresa que el plazo de prescripcin se cuenta desde la perpetracin del acto, ha aludido al acto daoso; en el mismo fallo
se completa la argumentacin expresndose que no se puede suponer una absurda inconsecuencia de la ley en orden a exigir, para el nacimiento de la obligacin de indemnizar, la
produccin de un dao, y, en cambio, prescindir de ese elemento fundamental para que empiece a correr el plazo especial de prescripcin, pues como bien se sostiene en el recurso
ello implicara que comenzara el trmino de la extincin de la obligacin antes de que ella
hubiere nacido (CS, 1.8.1967, RDJ, t. LXIV, sec. 1, 265). Ms recientemente, Corte de Santiago, 1.9.2004, GJ 291, 129, ha entendido que esta interpretacin evita el absurdo de que la
accin resulte prescrita antes de nacer, porque es requisito de la indemnizacin la existencia
del dao que puede manifestarse con posterioridad al acto culposo o doloso.
923
reticencia del acreedor en hacer valer sus derechos. Nada se puede reprochar a quien omite ejercer una accin que an no nace, como ocurre si el
plazo es contado desde el hecho que da lugar a la responsabilidad. La
jurisprudencia ha puesto tambin nfasis en el aspecto sancionador que
tiene el instituto de la prescripcin extintiva, porque de la inactividad del
acreedor se infiere el abandono o la satisfaccin de su derecho; esta asociacin basada en la experiencia no puede ser realizada tratndose de un
derecho que an no nace.127
En estas circunstancias, lo correcto es contar el plazo de prescripcin
desde que ocurra el dao, ya que desde ese instante surge el delito civil y el
derecho a la reparacin, como ha tendido a afirmar tambin la doctrina.128
d) Una aplicacin ms refinada del principio exige que el plazo de
prescripcin se cuente desde que el dao se manifiesta y pueda ser conocido por
el responsable, porque slo entonces la interpretacin es coherente con el
carcter sancionador que se atribuye a la prescripcin extintiva. Siguiendo
este razonamiento, que es consistente con la evolucin del derecho comparado,129 si la vctima, por circunstancias que no sean atribuibles a su
descuido, no ha estado en condiciones de conocer el dao o a su autor, y,
por consiguiente, no ha podido ejercer la accin, no hay razn para entender que el plazo de prescripcin haya comenzado a correr en su contra. Este sera el caso de quien ha sido vctima de un fraude, que se descubre
tiempo despus de acaecido el dao patrimonial efectivo.
e) A la interpretacin referida parece prudente agregar una limitacin
general dada por el plazo de prescripcin extraordinaria, que de acuerdo a una
tradicin ya asentada establece el plazo mximo dentro del cual todas las
relaciones jurdicas deben estabilizarse. Este plazo se contara, de conformidad con esta interpretacin, desde que haya cesado la intervencin causal. La limitacin referida tiene la virtud de cumplir con la funcin
estabilizadora y de certeza atribuida a la prescripcin.130
f) En sntesis, el plazo de prescripcin de la accin de responsabilidad
es de cuatro aos contados desde la manifestacin del dao; siguiendo
principios generales en materia de prescripcin, resulta razonable asumir
como lmite el plazo mximo de prescripcin extraordinaria, esto es, diez
aos contados desde la comisin del hecho.131
CS,1.8.1967, RDJ, t. LXIV, sec. 1, 265; CS, 19.7.1995, RDJ, t. XCII, sec. 1, 53.
En este sentido se pronuncian tambin Corral 2003 350, R. Domnguez . 2004 b
374, Abeliuk 1993 245, P. Rodrguez 1999 483.
129 Carbonnier 2000 623, Deutsch/Ahrens 2002 240; Reglero en Reglero 2002 a 533,
con referencias a las Siete Partidas y a la historia del derecho espaol en la materia.
130 Esta interpretacin sistemtica es coherente con la calificacin de la prescripcin
como una institucin de orden pblico cuyo fundamento se vincula con consideraciones
de utilidad y seguridad jurdica, entre ellas la certeza, consistencia y estabilidad de los derechos (CS, 26.4.2005, rol N 4.727-03).
131 Es el principio que se sigue en el derecho alemn (Deutsch/Ahrens 2002 240, con
referencia a BGB, 852).
127
128
924
712. Daos diferidos, daos futuros, dao continuado, agravacin del dao
y daos nuevos. a) Son daos diferidos aquellos que se manifiestan con
posterioridad a la comisin del hecho culpable o doloso.132 De acuerdo a
la interpretacin sostenida, el plazo de prescripcin se debe contar en este
tipo de casos desde que el dao se hace conocido o se manifiesta a la
vctima, con un lmite de diez aos desde que concluye la ejecucin del
hecho que lo genera.
b) La comisin de un hecho ilcito se puede prolongar indeterminadamente en el tiempo. En este caso el delito se renueva de manera permanente. La comisin de un delito que subsiste en el tiempo genera un dao
continuado. En este supuesto, en tanto subsiste la comisin del delito, l
se contina ejecutando. Slo una vez que el delito se haya dejado de renovar y sus efectos dainos se hayan consumado, es posible sostener que el
acto ya se ha perpetrado.133
En consecuencia, si la consumacin del hecho es coetnea a la produccin del dao, desde ese momento debe comenzar a computarse el plazo
de prescripcin. Si el hecho es instantneo, pero el dao continuado, la
prescripcin slo comienza a correr cuando cesa el dao (aunque pueda
ir extinguindose progresivamente la accin respecto de daos ocurridos
con ms de cuatro aos de anticipacin).
La misma regla resulta aplicable cuando se trata de un hecho ilcito
complejo, compuesto por un conjunto de actos autnomos, pero normativamente vinculados entre s y que causan dao. En este evento, el ltimo
de dichos actos es el que resulta relevante a efectos del cmputo de la
prescripcin. Con todo, esta hiptesis no se debe confundir con el dao
que por su naturaleza persiste de manera indefinida, como tpicamente
puede ocurrir con el dao moral o con el lucro cesante que se sigue del
dao corporal. En este caso, el momento determinante es cuando ocurre
el dao. As, se ha fallado que muy distinta a una secuencia de hechos
daosos es la secuela que se sigue del dao moral, susceptible de prolongarse tal vez, por toda la vida.134
c) La circunstancia de que un dao devenga en ms intenso o se agrave puede tener efectos en la responsabilidad (supra 58 g); pero en nada
925
926
138 Alessandri 1943 528, O. Tapia 1941 252, Abeliuk 1993 245, Rioseco 1996 77. P. Rodrguez 1999 485 estima que si bien la prescripcin de la accin de responsabilidad corre
contra toda clase de personas, se suspende entre cnyuges en razn de que la prescripcin se suspende siempre entre cnyuges (artculo 2509, inciso final).
139 CS, 7.11.2001, RDJ, t. XCVIII, sec. 1, 245. En el mismo sentido: CS, 25.5.1948, RDJ,
t. XLV, sec. 1, 581; CS, 10.10.1978, RDJ, t. LXXV, sec. 4, 583; Corte de Santiago, 7.7.1988,
RDJ, t. LXXXV, sec. 2, 63; y CS, 31.1.1989, F. del M. 362, 893.
140 R. Domnguez . 2004 b 369.
927
art. 2524 a ciertos actos o contratos no comprende a los delitos y cuasidelitos, pues para incluirlos debi hacerse en forma inequvoca. No habindose hecho as, no cabe considerar la prescripcin establecida en el
art. 2332 del Cdigo Civil entre las de corto tiempo a que se refiere aquel
artculo, sino reconocer que ella se rige por las reglas generales de la prescripcin ordinaria, sindole, en consecuencia, aplicable el art. 2509 de
dicho Cdigo.141
d) En verdad, la suspensin parece ser una institucin general de
proteccin, justificada en la incapacidad de ciertas personas, ms que un
favor excepcional conferido por la ley. As, los casos en que la prescripcin corre en contra de toda clase de personas constituyen ms bien las
excepciones. En la medida que las excepciones debieran ser interpretadas restrictivamente, resulta preferible la opinin que sostiene que la
accin de responsabilidad se suspende a favor de las personas enumeradas en los nmeros 1 y 2 del artculo 2509. Ms an, desde un punto
de vista teleolgico, si se considera que las razones para que rija la suspensin respecto de acciones ordinarias y ejecutivas son tambin pertinentes, al menos con el mismo peso, respecto de la accin de responsabilidad civil extracontractual.
715. Prescripcin de la accin subrogatoria y de reembolso. a) La accin
subrogatoria que puede pertenecer en razn de un ilcito civil (a favor del
asegurador o del corresponsable solidario, por ejemplo), es tcnicamente
una accin de responsabilidad y est sujeta a las mismas condiciones de
ejercicio que la accin perteneciente al titular activo principal. En consecuencia, si se dirige contra el responsable civil, la extincin se rige por las
mismas reglas aplicables a la accin de la vctima.
Slo plantea dudas la accin del responsable solidario que ha pagado
la obligacin indemnizatoria y desea accionar en contra de los dems responsables para que contribuyan al pago de la obligacin, como puede
ocurrir con el propietario o tenedor de un vehculo motorizado que ha
pagado los daos provocados por el conductor y ejerce accin en contra
de este ltimo. La accin subrogatoria que le concede el artculo 1522
nace al momento del pago de la deuda indemnizatoria o de haberla extinguido por alguno de los medios equivalentes al pago, de modo que resulta
inobjetable que slo entonces comience a correr a su respecto el plazo de
prescripcin.
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que la reparacin del dao, como es la restitucin del beneficio obtenido a consecuencia de la culpa o del dolo del demandado que ha obtenido el provecho.143
c) El inters del demandante de ejercer una accin restitutoria de las
ganancias obtenidas por el demandado puede justificarse porque la ganancia obtenida en razn del ilcito excede el monto del dao asumido
por el actor. Este sera el caso, por ejemplo, si el lucro cesante derivado
del uso por un tercero de la propiedad industrial del titular es inferior al
beneficio que el infractor ha obtenido por ese uso impropio. Es conveniente precisar que el lucro cesante no consiste en el beneficio genrico
que puede obtener un tercero a consecuencia del ejercicio de una actividad rentable, sino en el beneficio concreto de que es privado el demandante en razn del acto ilcito del demandado. En otras palabras, el lucro
cesante es un dao que se mide con independencia del beneficio que el
ilcito haya reportado al demandado.
d) La accin restitutoria tiene por objeto la restitucin de dos tipos de
beneficios: ante todo, el gasto que el demandado se ha ahorrado al usar
indebidamente bienes del actor; enseguida, la ganancia neta que se sigue
del uso. Conviene tener presente esta distincin, porque usualmente el primer concepto (el ahorro de gastos) es equivalente al dao por lucro cesante
que sufre el titular: en el mismo ejemplo de la propiedad intelectual, el
ahorro de gastos del demandado corresponde a la suma que se debera
haber pagado al demandante por el uso de los derechos (esto es, el lucro
cesante sufrido por ste). Por el contrario, la ganancia corresponde a lo que
el demandado ha obtenido por encima de ese costo en que debi incurrir
para hacerse legtimamente de lo ajeno. En esta diferencia reside precisamente el inters de entablar la accin restitutoria del enriquecimiento injusto, a pesar de estar tambin disponible la accin indemnizatoria. Ello tambin
ayuda a la calificacin de la accin: no se trata de una accin de responsabilidad (que siempre est orientada al dao), sino de restitucin de beneficios
injustos, que tiene por antecedente un ilcito civil.144
717. mbito prctico de aplicacin en razn de dificultades probatorias.
a) Algunas situaciones tpicas de enriquecimiento injusto a consecuencia
de un hecho culpable, donde el enriquecimiento puede resultar superior
al dao sufrido por el demandante, se presentan en el uso de la propiedad
143
En contra de aceptar una accin restitutoria que no encuadre en los requisitos generales del enriquecimiento sin causa, Diez 1997 170; en el mismo sentido, pero slo atendiendo a la imposibilidad de considerar los beneficios como objeto de indemnizacin (sin
pronunciarse sobre una accin restitutoria), Alessandri 1943 553. En verdad, la accin restitutoria que aqu se analiza tiene su fundamento en el ilcito civil y no en el mero hecho
del empobrecimiento que tiene por contrapartida un enriquecimiento. Una discusin de
que esta obligacin restitutoria de ganancias injustificadas tenga su fundamento en razones de justicia correctiva, en Gordley en Owen 1995 138; afirmando esa relacin, Weinrib
1980 47.
144
Birks 1985 9, Weinrib 1980 50.
930
ajena. Puede ser el caso en materia de propiedad sobre bienes inmateriales, como los que son objeto de propiedad intelectual (derechos de autor), propiedad industrial (patentes, marcas, modelos registrados), el
nombre o la imagen de otra persona.145 Pero tambin puede resultar del
uso del suelo o de dinero ajeno, como ocurre, por ejemplo, con el administrador de bienes ajenos que los destina a negocios propios, sin que de
ello se siga perjuicio para con quien el demandado tiene un deber de
confianza.
b) Naturalmente que la prueba del lucro indebido corresponde al
demandante. El medio de prueba sern usualmente las presunciones,
porque no es posible, por lo general, un clculo preciso del beneficio
injustamente obtenido: el propsito es lograr una equitativa atribucin, de modo que ninguna parte tenga lo que en justicia corresponde
a la otra; lo que se exige del proceso (inquiry), si eso es lo que se persigue, no ser una exactitud matemtica, sino una razonable aproximacin.146
En todo caso, se requiere que exista un beneficio patrimonial que inequvocamente se derive del ilcito del demandado, como se muestra en
un caso que resolvieron los tribunales chilenos. La Municipalidad de Via
del Mar autoriz a un tercero a publicar y distribuir gratuitamente una
gua turstica sin autorizacin de su autor; demandado el municipio, fue
condenado por los jueces de instancia a pagar $ 20 millones por concepto
de dao moral, entendiendo la Corte Suprema, al rechazar la casacin,
que el autor experiment un sufrimiento o angustia al ver que su trabajo
se desvalorizaba al ser distribuido sin su autorizacin.147 En el caso, atendido el uso gratuito de la propiedad intelectual, no poda alegarse enriquecimiento; sin embargo, todo indica que no slo estaba lesionado el derecho
moral de autor, sino tambin se produca un dao emergente en razn
del menor valor de la creacin intelectual a consecuencia de su publicacin, como seala el fallo.
c) La mayor dificultad para acreditar la pretensin restitutoria ser
usualmente acreditar la causalidad: el enriquecimiento debe surgir directamente del uso de la propiedad ajena. En general, los principios de atribucin objetiva del dao al hecho causal debieran ser suficientes para asegurar
que exista una relacin suficientemente directa entre el ilcito y el beneficio injusto (supra 30). Sin embargo, en este caso no basta que el acto de
apropiacin haya sido una de las causas del beneficio, sino que es necesario, adems, determinar la proporcin en que ella ha resultado determinante. Por eso, atendidas las serias dificultades de determinacin causal, en la
experiencia comparada se reduce el mbito de aplicacin de esta accin al
MnchKom/Grunsky 252 16, Viney/Jourdain 2001 181, Cane 1996 112.
As la opinin de Lord Slade en My Kinda Town Ltd v. Soll, FSR 159 (1982), citado
por Burrows 1994 304.
147 CS, 2.11.2000, RDJ, t. XCVII, sec. 1, 212. Puede verse tambin CS, 15.9.1999, RDJ,
t. XCVI, sec.1, 158, publicada tambin en F. del M. 490, 1885.
145
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puesta al vecino no tiene que ser soportada por ste. Una vez cesada la
situacin, quien ha actuado en estado de necesidad debe compensar al
afectado por el dao sufrido en su bien (supra N 82 c).
En el derecho de bienes se plantea con frecuencia el conflicto. Por lo
general, es resuelto en favor de la propiedad; ello vale especialmente en
el caso de las ms arcaicas formas de ocupacin (artculos 609 II, 610,
617 II y 620). En otros casos, sin embargo, el sopesamiento de bienes
lleva a que sea el propietario quien soporte la carga. As ocurre tpicamente con las servidumbres legales (artculo 847) y con ciertas formas
de accesin (artculos 668, I sobre edificacin en terreno propio con
materiales ajenos; 668 III, sobre plantacin de semillas o plantas ajenas;
658, sobre accesin por mezcla o especificacin).
b) Ms all de los casos regulados expresamente por la ley, puede asumirse un principio general del derecho que da lugar a obligaciones restitutorias en casos de imposicin privada de cargas excesivas pero lcitas.
Siguiendo el principio de que el dao debe ser significativo, el entorpecimiento debe exceder del lmite de las turbaciones que debemos soportar
en razn de la convivencia (supra N 145 y 24 g).
c) El principio encuentra aplicacin tambin en el mbito del derecho
pblico, pues puede ocurrir que la Administracin del Estado imponga cargas a ciertas personas, que resultan exorbitantes y desiguales, aunque el acto
administrativo sea legtimo, tanto desde el punto de vista de su legalidad
como de su finalidad. Ese puede ser el caso, por ejemplo, de las medidas
preventivas adoptadas a consecuencia de epidemias, y resoluciones de proteccin ambiental o patrimonial. La materia plantea importantes preguntas
relativas a la distribucin de cargas pblicas y a los lmites a la imposicin de
cargas privadas en beneficio pblico (supra N 334 e y 40 f).
720. Sacrificio de un bien propio. Tambin puede ocurrir que alguien se
exponga a un dao para beneficiar a un tercero expuesto a un mal mayor.149 El caso tpico es el del nio que cruza la calle, provocando un giro
del conductor que lo hace chocar contra un rbol; bajo el supuesto de que
(atendidas las circunstancias) no hay responsabilidad civil de los padres
del nio, el conductor sufre un dao que no es justo atribuirle. Es tambin la situacin del salvador que socorre a una persona que ha cado en
un cruce y que es lesionado a consecuencia de su acto; como en el caso
anterior, no hay accin bajo el estatuto general de la responsabilidad por
culpa, ni tampoco bajo un supuesto de responsabilidad estricta. Sin embargo, no slo hay un deber moral de gratitud, sino uno jurdico de restituir el sacrificio incurrido, al menos hasta el monto del dao evitado.
721. Efectos. No existiendo regla legal aplicable, la reparacin debe seguir
en estos casos un criterio de justicia correctiva, que resulte consistente por
analoga con las normas del derecho civil. Un buen punto de apoyo est
149
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150 Es interesante el contraste que la norma referida plantea con la del inciso siguiente, que se rige plenamente por las normas de la responsabilidad extracontractual, que obligan a reparar todo perjuicio.
934
724. Autor del dao. a) Con las solas excepciones que establece el artculo
2319, todas las personas son capaces de delito o cuasidelito civil (supra N 30),
de modo que la accin de responsabilidad se dirige, ante todo, contra quien
por su hecho negligente (en la responsabilidad por culpa) o por su posicin
generadora de un riesgo (en la responsabilidad estricta) ha causado el dao
que da lugar a la pretensin reparatoria (artculo 2316 I).
Se tiene por autor del dao a quien materialmente lo ha producido,
pero la responsabilidad tambin se extiende a quienes han actuado como
cmplices o encubridores del hecho, en la medida que su conducta ilcita resulta
determinante en la materializacin de los perjuicios.151 A estos efectos, las
reglas generales sobre causalidad son suficientes para determinar la extensin pasiva de la accin de responsabilidad; sta se dirige por igual contra
cualquiera persona cuya conducta ilcita haya sido condicin necesaria del
dao (supra Nos 244 y 278).
b) La autora plantea particulares preguntas en el caso de la responsabilidad de personas jurdicas y especialmente del empresario. Uno de los
aspectos evolutivos ms evidentes de la responsabilidad de la persona jurdica es la creciente aceptacin de la responsabilidad por el hecho propio,
sobre la base de la construccin de un ilcito organizacional, que se manifiesta en el incorrecto funcionamiento de la organizacin, y que no requiere la identificacin de las personas naturales a quienes resulte atribuible
en concreto la negligencia (supra Nos 34 y 129).
c) En los casos de responsabilidad estricta, el antecedente determinante de la responsabilidad es usualmente la calidad (por ejemplo, la de tenedor de la cosa riesgosa) o el desarrollo de la actividad. Corresponde a la
ley definir quin ser tenido en cada caso por responsable, en la medida
que no es la conducta, sino el riesgo el elemento que resulta determinante
(supra N 325).
725. Herederos del autor del dao. a) La accin tambin puede ser ejercida en contra de los herederos del autor del dao, en virtud del principio
de continuidad patrimonial activa y pasiva del causante en sus sucesores
universales (artculo 951 II). Por lo dems, la legitimidad pasiva de los
herederos est expresamente reconocida en el ttulo sobre delitos y cuasidelitos civiles (artculo 2316 I).
b) Si el causante ha fallecido en el accidente ocurrido por su culpa y
que ha provocado dao a terceros, debe entenderse que la sucesin asume igualmente la obligacin reparatoria, porque el ilcito fue cometido en
vida del causante; por eso, carece de relevancia el orden temporal en que
151 Alessandri 1943 490, Corral 2003 324; en la medida en que el derecho civil slo
atiende a la relacin causal entre el hecho ilcito y el dao, no discrimina, en general, los
tipos de circunstancias que dan lugar a esa participacin; todo indica, sin embargo, que las
definiciones de los artculos 14 y siguientes del Cdigo Penal son aplicables a los delitos
civiles, con la sola reserva de que la responsabilidad civil tiene por condicin que esa participacin sea causalmente determinante del dao sufrido por la vctima.
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chos que pudieren corresponder a este ltimo, respecto de otros responsables, segn las reglas generales (Cdigo de Comercio, artculo 553). En ese
caso, el inters de la subrogacin no puede ser recuperar suma alguna del
asegurado, porque la finalidad del seguro es precisamente cubrirlo de ese
riesgo (supra N 699); pero puede ocurrir que al asegurado pertenezcan acciones contra los dems responsables, por su eventual obligacin de contribuir al pago de la obligacin indemnizatoria (supra Nos 278 y 279). En este
caso, adquiere pleno sentido la subrogacin para el asegurador de uno de los
civilmente responsables del dao (supra N 728).
d) La finalidad de los seguros de daos a las cosas o de daos patrimoniales es inequvocamente indemnizatoria, de modo que es indubitado el efecto
subrogatorio que produce el pago efectuado por el asegurador (supra N 698).
734. Herederos y cesionarios de la vctima. En atencin a las numerosas
preguntas que plantea la transferencia y transmisin de las pretensiones
indemnizatorias por dao moral, la materia ser analizada por separado
(infra 61 b 3 y 4).
735. Acciones colectivas y daos difusos. a) La exigencia que el dao sea
personal plantea particulares dificultades en el caso de daos difusos o fraccionados, que se reparten entre muchos sujetos. El dao difuso presenta a menudo problemas respecto al umbral de relevancia que debe tener el perjuicio
para que haya lugar a una pretensin reparatoria, lo que puede excluir la
accin individual de cada uno de los mltiples sujetos afectados (supra
N 145). Aun bajo el supuesto de que los daos sean individualmente significativos, la dificultad prctica radica en los incentivos insuficientes para hacerlos valer separadamente por cada una de las personas afectadas, porque
su baja intensidad no justifica los costos personales y econmicos de emprender una accin. Es lo que ocurre, por ejemplo, a los miembros de una
profesin que enfrentan una competencia desleal, a los vecinos que soportan un dao ambiental, a los usuarios de un servicio sanitario deficiente, o a
los consumidores que se ven afectados por una propaganda engaosa.
b) Los correctivos que conocen el derecho chileno y el derecho comparado consisten en acciones por dao colectivo, que pueden ser interpuestas
por entidades corporativas que pretenden representar intereses difusos, y
en acciones colectivas, que son interpuestas conjuntamente en representacin de muchas personas. Estos instrumentos procesales para representar
intereses difusos o fraccionados han sido analizados crticamente al tratar
de la exigencia que el dao sea personal (supra Nos 157 y siguientes).157
157
La jurisprudencia francesa es reticente a reconocer acciones colectivas, a menos que
haya autorizacin legal; la ley procesal civil espaola reconoce ampliamente una accin corporativa a las asociaciones de consumidores y usuarios (artculo 11; al respecto, Reglero en
Reglero 2002 a 148); en el derecho ingls se conocieron desde el Medioevo acciones de grupos especficos, y leyes especiales han continuado con esta prctica, sin perjuicio de una accin general que es reconocida por la ley procesal; la ley holandesa autoriza las acciones de
grupos corporativos, salvo respecto de la accin indemnizatoria; stas son reconocidas den-
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Sobre esta particularidad del Cdigo chileno, Delgado en Martinic/Tapia 2005 912.
En este sentido, Montenegro 2004 304.
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citud.
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con la vctima directa, la indemnizacin que aqul reciba por el dao moral
que personalmente ha sufrido incluye de manera necesaria el pesar por el
sufrimiento de la vctima. As se explica que en el derecho comparado exista
la tendencia antes anotada a reconocer alternativamente un derecho iure hereditatis (si no se reconoce accin por dao reflejo) o una accin iure propio
por el dao reflejo, pero no ambos a la vez.
e) Resultando inconveniente la acumulacin, es preferible optar por la
indemnizacin del dao reflejo, negando lugar a la transmisin. La prueba del
dao reflejo atiende de mejor manera a los vnculos reales de afecto y
dependencia espiritual que existen entre los demandantes y la vctima fallecida. Asimismo, permite hacerse cargo razonablemente del dao moral
sufrido por la vctima inmediata, que repercute en quienes le eran ms
cercanos (pero evitndose la doble indemnizacin). Por otro lado, las reglas del derecho hereditario pueden excluir a quienes tenan un consorcio de vida que no est reconocido por el derecho sucesorio (el conviviente,
por ejemplo), y pueden favorecer a quienes carecen de esa relacin afectiva (parientes con los que el fallecido no tena trato alguno y, en el extremo, el Estado).177
f) Las razones para negar lugar a la transmisibilidad de las pretensiones indemnizatorias por el dao moral sufrido por la vctima fallecida no
se extienden a las acciones de reparacin en naturaleza. Todo indica que las
personas ms cercanas al menos no deben tener restricciones en su inters de interponerlas en proteccin de la memoria del fallecido. Este inters es especialmente intenso en la proteccin de la privacidad y la honra
de este ltimo (supra N 426).
62. EJERCICIO DE LA ACCIN CIVIL EN EL PROCESO PENAL178
a. Introduccin
744. Responsabilidad civil y responsabilidad penal. Aunque en pocas tempranas parecen no haber estado distantes, la responsabilidad civil y la res177 Una situacin especial se presenta si la vctima inmediata ya ha ejercido la accin
indemnizatoria al momento de fallecer. En tal caso, existe una razn especial para estimar que se sucede por los herederos en la relacin procesal ya constituida (Cdigo de
Procedimiento Civil, artculo 5); la doctrina francesa que es contraria a la transmisibilidad entiende que en este caso debe entenderse que el derecho adquiri un carcter patrimonial antes de la muerte de la vctima directa (Viney/Jourdain 2001 326). De aceptarse
la transmisibilidad en esta situacin, debiera entenderse que la prosecucin de la accin
iure hereditatis excluye o neutraliza los efectos de la accin iure propio, por las razones planteadas en esta seccin.
178 Este apartado toma como base una contribucin de J. C. Marn; el texto de esa contribucin ha sido publicado en J. C. Marn 2005; el autor ha completado su base de informacin con el desarrollo muy preciso de la materia en Horvitz/Lpez 2002/04 II 601; otras
fuentes son designadas en las notas respectivas.
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ponsabilidad penal han llegado a ser distintas entre entre s por sus fines y
por las condiciones de su imposicin.179
La tendencia a la separacin se ha acentuado en pocas recientes. Por
una parte, se ha llegado a construir una teora del delito extremadamente
refinada, que se ha caracterizado por la definicin rigurosa de los requisitos para hacer procedente la sancin penal, con el resultado de que la
doctrina del delito acta como un lmite a la imposicin de la pena, mientras que en la responsabilidad civil, por el contrario, la tendencia ha sido a
la expansin. Por otra parte, la predileccin a separar las esferas de lo
pblico y de lo privado y a relegar a esta ltima amplios mbitos de la
moral, la religin y las costumbres, ha hecho que conductas que antes
estaban sujetas a la regulacin estatal bajo sancin penal, hayan quedado
entregadas al juicio individual.180
745. Condiciones limitativas al ejercicio de la accin civil en el proceso
penal. a) Sin perjuicio de las diferencias entre ambos ordenamientos, una
misma conducta puede ser constitutiva, a la vez, de un delito o cuasidelito
civil y de uno penal; es el caso del delito penal que ocasiona un dao
indemnizable. En este supuesto, el derecho chileno, bajo la influencia del
derecho francs, ha admitido el ejercicio de la accin civil en el procedimiento penal, a pesar de que ste se dirija a la realizacin de la pretensin
punitiva del Estado.181 En esta hiptesis, por puras razones de economa
procesal, se justifica permitir el ejercicio de la accin civil al interior del
procedimiento penal, para que en un solo juicio se resuelva sobre la pretensin punitiva y la civil.182
179 Sobre los fines de la responsabilidad civil, supra 3; sobre los fines de la responsabilidad penal y ms precisamente, de la pena, Roxin 1994 39, Jakobs 1991 3, Bustos 1989
18, Cury 2005 64.
180 En general, las diferencias entre la responsabilidad civil y la penal se expresan en las
mayores exigencias que el derecho plantea para dar lugar a esta ltima. Para una enumeracin de las diferencias, Alessandri 1943 29, Horvitz/Lpez 2002/04 II 602, Corral 2003 461.
181 Horvitz/Lpez 2002/04 II 604. En esta prctica habra tenido especial incidencia el positivismo criminolgico que entenda que la reparacin del dao ocasionado
por el hecho punible formaba parte de la pena (dem). En este sentido, Rafael Fontecilla sostena que el Cdigo Penal cometa un grave error al entregar la accin de reparacin del dao al ofendido por el delito, desde que no se trataba de un cuestin de
derecho privado, sino de una de derecho pblico, razn por la cual la accin para la
indemnizacin del dao proveniente del delito deba ejercerse de oficio conjuntamente con la accin penal por el ministerio pblico (Fontecilla 1978 292). Esta concepcin
se encuentra hoy superada por la aceptacin de diferencias esenciales entre ambos estatutos de responsabilidad y, por cierto, no es esa la razn para autorizar el ejercicio de
la accin civil en el proceso penal.
182 As, la Corte Suprema ha entendido que la responsabilidad civil debe hacerse valer
en los tribunales con jurisdiccin en lo civil, pero se admite, por razones de economa procesal, que la accin respectiva se deduzca tambin ante quien conoce del delito o cuasidelito
penal que genera adicionalmente responsabilidad civil (CS, 27.4.2005, rol N 4.727-2003).
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co promueva la persecucin penal hasta su cierre (Cdigo Procesal Penal, artculo 189).186
b) La accin civil que tiene por nico objeto la restitucin de los objetos
recogidos o incautados, debe interponerse siempre durante la tramitacin
del procedimiento penal (Cdigo Procesal Penal, artculo 59 I, en relacin
con artculo 189).187 En virtud de esta ltima norma, las reclamaciones o
terceras que los intervinientes o terceros entablen durante la investigacin respecto de esos objetos se tramitarn ante el juez de garanta. A
efectos de esta pretensin restitutoria, la competencia del juez de garanta
se extiende a la accin ejercida por la vctima o por terceros, contra el
imputado u otra persona.
Si bien el artculo 189 habla simplemente de objetos recogidos o incautados, la referencia debe entenderse efectuada a los bienes mencionados
en los artculos 187 y 217 del Cdigo Procesal Penal: objetos, documentos
e instrumentos que parecen haber servido o haber sido destinados a la
comisin del hecho investigado; los que de l provinieren, o los que pudieren servir como medios de prueba; y los que se encontraren en el sitio
del suceso. Todos estos objetos deben ser inventariados y conservados por
el Ministerio Pblico, evitando que se alteren de cualquier forma (Cdigo
Procesal Penal, artculos 83 letra c, 187, 188 y 221).
c) La pretensin restitutoria es una cuestin accesoria al juicio que
exige pronunciamiento especial del tribunal y que, en consecuencia, se
tramita en la forma de un incidente.188 Interpuesta durante la etapa de
investigacin la reclamacin o tercera para obtener la entrega material de
los objetos que hubieren sido recogidos o incautados por el fiscal en la
investigacin del hecho punible, el juez de garanta se limitar a declarar
el derecho del interviniente o del tercero en dichos objetos, sin que ellos
les sean devueltos en razn de esa sola declaracin (Cdigo Procesal Penal, artculo 189 I).
d) La resolucin que declara el derecho sobre los objetos recogidos o
incautados tambin ordenar su devolucin slo si, en opinin del tribunal, no es necesaria su conservacin a efectos del proceso penal (Cdigo
Procesal Penal, artculo 189 I). En otras palabras, procede la restitucin si
los bienes recogidos o incautados no tienen incidencia relevante en la
investigacin criminal, no justificndose, en consecuencia, que se prive de
186 El artculo 470 del Cdigo Procesal Penal, por su parte, permite a los legtimos interesados reclamar las cosas corporales muebles retenidas y no decomisadas dentro de los seis meses siguientes contados desde la fecha de la resolucin que hubiere puesto trmino al juicio, o
dentro del ao desde que se hubiere decretado el sobreseimiento temporal o la suspensin condicional del procedimiento. En caso contrario, el tribunal proceder a la venta de estos bienes
en pblica subasta. El producto del remate, as como los dineros o valores retenidos y no decomisados, se destinarn a la Corporacin Administrativa del Poder Judicial.
187 Cdigo Procesal Penal, artculo 59 I; en igual sentido, Cdigo Orgnico de Tribunales, artculo 171 I.
188 Rojas/Contreras 2002 35.
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medios de prueba, as como a las hurtadas, robadas o estafadas, debe entenderse que se trata de disposiciones especiales. Cualesquiera otras acciones
restitutorias, especialmente las que tienen por objeto el valor en dinero de
una cosa, deben entenderse comprendidas en la accin civil reconocida por
el artculo 59 II del Cdigo Procesal Penal (infra N 752).
c. Accin de responsabilidad civil y otras acciones civiles no restitutorias
751. Condiciones generales para el ejercicio de la accin de responsabilidad
civil en el proceso penal. a) Durante la tramitacin del procedimiento penal
la vctima puede deducir respecto del imputado cualesquiera acciones que
tengan por objeto perseguir la responsabilidad civil derivada del hecho punible. En todo caso, la vctima tiene un derecho de opcin de ejercer esas acciones ante el tribunal civil correspondiente.190 Con todo, admitida a tramitacin
la demanda civil en el procedimiento penal, no se puede deducir nuevamente ante un tribunal civil (Cdigo Procesal Penal, artculo 59 II).191
Por el contrario, deben plantearse necesariamente ante un tribunal civil
las acciones de responsabilidad civil interpuestas por personas distintas a
la vctima, encaminadas a obtener la reparacin de los daos patrimoniales o morales causados por el hecho punible. Asimismo, slo es competente el juez civil para conocer de las acciones dirigidas contra personas
distintas al imputado (artculo 59 III, Cdigo Procesal Penal).
b) La regulacin de la accin de responsabilidad civil se funda, en
consecuencia, en criterios procesales bien unvocos. En primer lugar, se
limitan los titulares de la respectiva accin: slo la vctima puede actuar civilmente en el proceso penal, lo que excluye la accin de terceros que aleguen haber sufrido dao reflejo o por repercusin (salvo quienes son
comprendidos en el concepto de vctima en caso de muerte del ofendido,
segn dispone el artculo 108 del Cdigo Procesal Penal).
En segundo lugar, en el proceso penal la accin civil se dirige exclusivamente contra el imputado, lo que excluye la dirigida contra quienes, sin cometer delito penal, hayan intervenido en la produccin del dao y los
terceros civilmente responsables.
Finalmente, conviene advertir que las distinciones precedentes son adjetivas y no sustantivas. Las condiciones sustantivas de la responsabilidad
civil derivada del hecho punible son las mismas, cualquiera sea el tribunal
que conoce de las respectivas acciones. El propsito del legislador es simHorvitz/Lpez 2002/04 II 611.
Una razonable excepcin a esta regla se encuentra en el artculo 68 del Cdigo Procesal Penal, que permite deducir nuevamente la demanda ante el tribunal civil competente
en el plazo de sesenta das contados desde que se encuentre ejecutoriada la resolucin que
dispone la suspensin o terminacin del proceso penal. Una excepcin ms bien aparente se
refiere al demandante que no subsana oportunamente los defectos de forma de la demanda
dentro del plazo fijado por el juez, que no puede exceder de cinco das, en cuyo caso la demanda se tiene por no presentada; sobre esta segunda excepcin, vase nota en infra N 759.
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cancelacin de una inscripcin en un registro pblico obtenida por un ttulo falsificado o declarado nulo; o iv) la que persigue la restitucin del valor
de la cosa, que no es propiamente restitutoria en el sentido del artculo 59 I,
en relacin con el 189 del Cdigo Procesal Penal (supra N 750).
753. Competencia. a) Para el conocimiento de la accin civil deducida por
la vctima contra el imputado hay dos tribunales naturalmente competentes: el juez penal y el juez civil. Con todo, una vez ejercida la accin y
admitida a tramitacin en el respectivo proceso penal, precluye el derecho
opcional de acudir ante el tribunal civil y, por tanto, en caso de hacerlo, el
imputado puede oponer la correspondiente excepcin de litispendencia.195
b) Por el contrario, de la accin civil ejercida por sujetos distintos de la
vctima o en contra de un sujeto diverso del imputado slo puede conocer
el juez civil, de acuerdo con las reglas generales de la competencia. La
pretensin civil, en estos casos, se debe ejercer en su sede natural, como es
el proceso civil.
c) Las cuestiones de competencia analizadas en esta seccin no deben
ser confundidas con las relativas a los efectos sustantivos de cosa juzgada
que la sentencia penal puede producir en el proceso civil (infra 63).
754. Legitimacin activa. a) La vctima puede intervenir en el procedimiento penal y ejercer contra el imputado cualesquiera acciones tendientes a perseguir las responsabilidades civiles provenientes del hecho punible
(Cdigo Procesal Penal, artculos 59 II y 109 letra c).
La legitimacin activa para ejercer la accin de responsabilidad civil en
el proceso penal recae exclusivamente en la vctima penal, entendindose
por tal al ofendido (Cdigo Procesal Penal, artculo 108). A su vez, es
ofendido por el delito el titular de los bienes jurdicos directamente protegidos por la infraccin de las normas penales que dan lugar al proceso
criminal.196 As, puede perseguir la responsabilidad civil derivada de un
cuasidelito penal de lesiones quien las haya sufrido, aunque los perjuicios
195 Teniendo a la vista el antiguo Cdigo de Procedimiento Penal, se ha fallado que
procede acoger la excepcin de litispendencia opuesta en el juicio civil en que se persiguen las indemnizaciones provenientes de un delito, fundada en la existencia de un proceso criminal en cuya acusacin se ha pedido la indemnizacin de los daos y perjuicios
ocasionados por el mismo delito (Corte de Concepcin, 28.8.1914, G. de los T., 1914, 2
sem., N 394, 1107).
196 La definicin penal de vctima lleva a que muchas veces sta no coincida enteramente con el sujeto pasivo del delito. Es lo que sucede, por ejemplo, con el delito de hurto
en que el bien es sustrado a una persona distinta de su propietario, caso en el cual la condicin de vctima es detentada por el propietario y no por aquel a quien el bien le es sustrado. Existen tambin delitos pluriofensivos en que la conducta punible afecta distintos
bienes jurdicos cuyos titulares pueden ser personas tambin distintas. As por ejemplo, un
delito de robo con intimidacin en que el sujeto coaccionado difiere del propietario del
bien sustrado; en este caso ambos tendrn la condicin de vctima y podrn ejercer la accin civil en el proceso penal (Horvitz/Lpez 2002/04 II 614).
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cin de pruebas, el presidente otorgar la palabra al fiscal, al acusador particular y al defensor para que expongan sus conclusiones y, posteriormente,
se permitir al fiscal y al defensor replicar. A continuacin, se declarar
cerrado el debate.
Si una vez comenzado el juicio oral se dictare el sobreseimiento de la
causa, el tribunal debe continuar con el desarrollo del juicio para el solo
conocimiento y fallo de la cuestin civil (Cdigo Procesal Penal, artculo 68
inciso final). En esta situacin, la dependencia de la accin civil a la tramitacin del juicio penal cede en beneficio de la vctima; aunque el juicio penal
termine sin sentencia definitiva, contina hasta la dictacin de la sentencia
el juicio civil ya iniciado ante el juez penal. Por el contrario, si el juicio oral
an no hubiese comenzado, la suspensin o terminacin del juicio penal
obligan al actor civil a recurrir ante el juez de esa competencia; en tal caso,
la ley se limita a simplificar las notificaciones de la demanda y resolucin
que recae en ella (se efecta por cdula), y la tramitacin ante el juez civil
sigue las reglas de juicio sumario (artculo 68 II y III).
761. Sentencia civil en el juicio penal. Tanto en el caso de absolucin o
condena penal, el tribunal debe pronunciarse sobre la demanda civil vlidamente interpuesta. La sentencia definitiva deber pronunciarse sobre la
responsabilidad civil de cada uno de los acusados que hayan sido civilmente demandados, y fijar el monto de las indemnizaciones a que hubiere
lugar (Cdigo Procesal Penal, artculo 342 letra e). En consecuencia, no
puede dejarse, como ocurre en el proceso civil, la determinacin del monto de los daos y perjuicios para la fase de ejecucin de la sentencia.
762. Recursos contra la sentencia civil dictada en el juicio penal. En contra
de la sentencia definitiva que dicte el tribunal de juicio oral en lo penal no
procede recurso de apelacin (Cdigo Procesal Penal, artculo 364); de
acuerdo con las reglas generales del proceso penal, slo procede el recurso de nulidad fundado en las causales establecidas en los artculos 373 y
374 del Cdigo Procesal Penal.203 El establecimiento definitivo de los hechos que provee el juicio oral se extiende a la materia civil. En consecuencia, cada vez que la vctima demande al imputado en sede penal y al tercero
civilmente responsable en sede civil, la sentencia dictada en materia penal
quedar sujeta slo al recurso de nulidad y, en cambio, la que se dicte en
materia civil, a los recursos de apelacin y casacin (Cdigo de Procedimiento Civil, artculos 187 y 767). En definitiva, aunque los hechos sean
idnticos, el procedimiento ante el juez civil es de doble instancia y hay
mismos hechos pueden ser valorados de manera diversa por el juzgador penal y por el civil.
Atendida la relacin que existe en materia probatoria entre las normas sustantivas y procesales, todo indica que en materia civil debe procederse de conformidad con los estndares
probatorios que rigen en esa materia.
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Se ha fallado que con arreglo al artculo 150 del Cdigo de Procedimiento Civil, la
sentencia que acepta el desistimiento extingue las acciones a que l se refiere, con relacin a
las partes litigantes y a todas las personas a quienes habra afectado la sentencia del juicio a
que pone fin. De este modo, la resolucin firme que acoge el desistimiento semeja en sus
efectos a una sentencia de trmino denegatoria de la demanda, puesto que pone fin al juicio
de que se trata, extinguiendo las acciones como si hubieren sido rechazadas, de forma que si
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210 Se ha entendido que es perfectamente concebible y armnico que un mismo hecho pueda calificarse como no constitutivo de cuasidelito criminal y ser, sin embargo, constitutivo de cuasidelito civil (Corte de Chilln, 10.8.2000, confirmado por CS [cas. fondo],
24.10.2000, GJ 244, 98). En relacin con la extincin de la responsabilidad penal en virtud
de la amnista, se ha fallado desde antiguo que sta slo produce efectos en la esfera de tal
responsabilidad, sin que alcance a operar en el campo de la responsabilidad civil; la primera tiene su origen en el hecho punible, que la ley reprime en resguardo del inters de la
colectividad; la segunda nace como consecuencia de aquel hecho, desde que ocasiona al
ofendido un dao que le confiere el derecho de la reparacin. Por consiguiente, la obligacin que genera este derecho no se extingue por la amnista (Corte de Santiago, 14.1.1963,
RDJ, t. LX, sec. 4, 47); en igual sentido: CS, 30.3.1962, RDJ, t. LIX, sec. 4, 25; y CS, 1.9.1967,
RDJ, t. LXIV, sec. 4, 243.
211 La equiparacin en sus efectos del sobreseimiento definitivo a la sentencia absolutoria se encuentra en el artculo 251 del Cdigo Procesal Penal, segn el cual el sobreseimiento definitivo pone trmino al procedimiento y produce efecto de cosa juzgada.
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procede en aquellos casos expresamente sealados en la ley.212 Por la misma razn, esas normas deben ser interpretadas de manera restrictiva.213 En
consecuencia, para que una sentencia absolutoria produzca efecto de cosa
juzgada en materia civil, debe satisfacer precisamente alguna de las hiptesis contenidas en el artculo 179 del Cdigo de Procedimiento Civil.
767. Excepciones: circunstancias en que la sentencia penal absolutoria produce efectos en sede civil. Las sentencias que absuelvan de la acusacin o
que ordenen el sobreseimiento definitivo, slo producirn cosa juzgada
en materia civil cuando se funden en alguna de las circunstancias establecidas por el artculo 179 del Cdigo de Procedimiento Civil.
a) Primera regla: inexistencia del hecho. La no existencia del delito o cuasidelito que ha sido materia del proceso. No se entendern
comprendidos en este nmero los casos en que la absolucin o el sobreseimiento provengan de la existencia de circunstancias que eximan
de responsabilidad criminal (Cdigo de Procedimiento Civil, artculo
179 regla 1).
La inexistencia del delito puede deberse a una razn de ndole material (no se ha cometido el hecho) o a una razn jurdica (los hechos no
son constitutivos de delito desde el punto de vista penal). La jurisprudencia ha interpretado correctamente esta norma, sealando que slo se refiere a la inexistencia del hecho, precisamente en consideracin a que los
elementos del ilcito civil son menos estrictos que los del delito penal. La
no existencia del delito aludida por la norma slo se refiere a la declaracin positiva por los sentenciadores penales de que no existen los hechos
212 La jurisprudencia es constante en este sentido, as se ha fallado que las sentencias
absolutorias o que sobresean definitivamente en materia penal, slo producen cosa juzgada en materia civil en casos calificados y excepcionales (CS, 18.1.1989, rol N 18.313); que
la regla general es que las sentencias condenatorias dictadas en materia criminal producen cosa juzgada en lo civil; pero respecto de los fallos absolutorios dicha regla general es
que no producen cosa juzgada en materia civil, salvo las excepciones expresamente contempladas en la ley (CS, 8.7.1971, RDJ, t. LXVIII, sec. 1, 211); que la sentencia absolutoria en materia criminal no tiene los mismos efectos que la condenatoria, estando reservado
a esta ltima producir siempre los efectos de la cosa juzgada y a la primera producir tales
efectos nicamente en los casos expresamente sealados en el artculo 179 (202) del Cdigo de Procedimiento Civil (CS, 20.3.1952, RDJ, t. XLIX, sec. 1, 98); y que en los juicios
civiles pueden hacerse valer las sentencias dictadas en un proceso criminal siempre que condenen al reo, lo que es natural y obvio; pero cuando absuelven u ordenan el sobreseimiento definitivo se les concede la fuerza de la cosa juzgada por excepcin, en los casos
taxativamente enumerados en el artculo 202 [actual artculo 179] del Cdigo de Procedimiento Civil (CS, 8.1.1938, RDJ, t. XXXV, sec. 1, 343).
213 CS, 29.8.1917, RDJ, t. XV, sec. 1, 131. En este orden de ideas, se ha dicho que el
abandono de la accin constituye una razn de orden procesal, que si bien produce efectos similares al sobreseimiento definitivo, no puede significar un pronunciamiento de inexistencia del delito, por lo que no concurre en la especie la excepcin contemplada en el
artculo 179 N 1 del Cdigo de Procedimiento Civil. Por ello, no concurre en la especie la
cosa juzgada (CS, 11.5.1995, rol N 20.841).
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La sentencia debe declarar expresamente que no existe relacin alguna entre el hecho que presenta los caracteres de delito y el acusado, sin
que sea admisible volver a discutir esta precisa materia en un juicio civil
posterior. Por tanto, si el tribunal de juicio oral en lo penal declara que
ocurri el hecho tpico, pero que el acusado no tuvo participacin alguna
en su realizacin, esta declaracin tiene plena eficacia en el juicio de responsabilidad civil. Lo mismo vale si el juez de garanta decreta el sobreseimiento definitivo porque aparece claramente establecida la inocencia del
imputado (Cdigo Procesal Penal, artculo 250 letra b).
Desde luego, la excepcin slo opera en casos de responsabilidad por
culpa por el hecho propio, de modo que debe entenderse sin perjuicio de
los casos de responsabilidad por el hecho ajeno y de hiptesis de responsabilidad estricta, en que el factor de atribucin de responsabilidad no sea el
hecho del demandado sino simplemente el riesgo de la actividad sujeta a
ese estatuto especial.
c) Tercera regla: inexistencia de indicio alguno en contra del acusado.
No existir en autos indicio alguno contra el acusado, no pudiendo en tal
caso alegarse la cosa juzgada sino respecto de las personas que hayan intervenido en el proceso criminal como partes directas o coadyuvantes
(Cdigo de Procedimiento Civil, artculo 179 regla 3).
La regla se descompone en dos partes: por un lado, tiene el supuesto
de aplicacin de no existir en autos indicio alguno contra el acusado; y
por otro, su alcance est restringido slo respecto de las personas que
hayan intervenido en el proceso criminal. Se puede comprobar que la
primera parte est comprendida en la segunda excepcin, porque en ambos casos el acusado aparece desligado del hecho que se pesquisa.217 La
segunda parte no hace ms que volver al tradicional efecto relativo de las
sentencias, aunque limita de este modo el efecto expansivo de cosa juzgada que pueden tener las otras excepciones (infra N 769).
Con todo, conviene destacar que la regla debe ser entendida de acuerdo con su sentido, porque tambin en este caso el texto puede resultar
equvoco si se le interpreta literalmente. La norma exige algo ms que la
absolucin por falta de pruebas suficientes (o la existencia de una duda
razonable), pues el estndar requerido para la prueba penal es ms estricto que en materia civil. En efecto, en materia penal se exige para la condena una conviccin ms all de toda duda razonable (Cdigo Procesal Penal,
artculo 340 I),218 mientras que en materia civil la norma de clausura establece que ante pruebas contradictorias, el juez preferir la que le parezca
ms conforme a la verdad (Cdigo de Procedimiento Civil, artculo 428).
Por eso, para que opere la regla se exige que no exista indicio alguno de
participacin, cuestin que debe ser materia de declaracin expresa y circunstanciada en la sentencia.
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768. Contraexcepcin: obligaciones restitutorias. Las circunstancias del artculo 179 del Cdigo de Procedimiento Civil estn sujetas a una limitacin adicional, contenida en el inciso final, que seala: Las sentencias
absolutorias o de sobreseimiento en materia criminal relativas a los tutores, curadores, albaceas, sndicos, depositarios, tesoreros y dems personas
que hayan recibido valores u objetos muebles por un ttulo de que nazca
obligacin de devolverlos, no producirn en ningn caso cosa juzgada en
materia civil.
Esta norma restablece la regla general en materia de obligaciones restitutorias: las sentencias absolutorias y las que ordenan el sobreseimiento
definitivo no tienen eficacia en el juicio civil. Es decir, la absolucin en
materia penal no produce cosa juzgada para el acusado respecto de su
obligacin de restituir; la razn hay que encontrarla en que las obligaciones restitutorias pueden nacer sin que haya hecho alguno del demandado
(como ocurre en la hiptesis de posesin de buena fe de una cosa ajena
transferida por un usurpador).
769. Alcance de la cosa juzgada. a) Se ha fallado que la cosa juzgada de la
sentencia dictada en sede criminal produce efectos erga omnes, sin que se
requiera la concurrencia de la triple identidad a que se refiere el artculo
177 del Cdigo de Procedimiento Civil.219 En definitiva, se trata de un
219
En CS, 5.11.1970, RDJ, t. LXVII, sec. 1, 503, sentencia absolutoria por estimarse
que los hechos se debieron a un caso fortuito, se seal que por no mediar dolo o culpa
en el suceso que motiv el fallo absolutorio que se expidi en el proceso criminal referido,
forzoso es aceptar como conclusin que en tal evento no hubo hecho punible que originara obligaciones basadas en esa fuente de responsabilidad; que, asimismo, aquel fallo debe
producir efectos de cosa juzgada en materia civil, porque no es aceptable en este caso
una revisin de tal pronunciamiento; y que, por ltimo, esta consecuencia afecta no slo a
quienes fueron partes en la gestin criminal, sino que a toda clase de personas, porque sus
efectos son de proyeccin general; respecto al caso fortuito como eximente de responsabilidad civil, vase tambin nota siguiente; tambin se ha fallado que toda sentencia condenatoria en materia criminal produce cosa juzgada para el juicio civil en que se cobran
indemnizaciones por los perjuicios causados por el delito o cuasidelito que ha sido objeto
de ese fallo. Esa cosa juzgada es de aplicacin universal en cuanto obra respecto de todos y
no solamente de los que han litigado en lo penal, pues ella existe, no en virtud de la concurrencia de las tres identidades requeridas por el artculo 200 [actual artculo 177] del
Cdigo de Procedimiento Civil, que no seran posibles en estos casos, sino por mandato
expreso de las leyes que se inspiran en la necesidad superior de evitar que la decisin en lo
civil contradiga lo resuelto por la justicia criminal (CS, 8.1.1943, RDJ, t. XL, sec. 1, 394); y
que los artculos 201 y 202 [actuales artculos 178 y 179] del Cdigo de Procedimiento
Civil, que determinan la influencia de lo penal en lo civil, son reglas de excepcin a lo dispuesto en el artculo 200 [actual artculo 177] del mismo Cdigo, y por lo tanto, no puede
exigirse que entre el juicio criminal y el juicio civil posterior existan las tres identidades a
que se refiere el citado artculo 200, puesto que jams pueden existir entre uno y otro juicio, que tienen siempre distintos objetos y distintas causas legales, y exigirlas sera lo mismo
que negar la influencia de lo criminal en lo civil, influencia que expresamente reconocen
nuestras leyes (Corte de Santiago, 21.3.1923, confirmada por CS [cas. fondo], 12.9.1923,
968
RDJ, t. XXII, sec. 1, 432). En el mismo sentido, Corte de Santiago, 14.11.1922, confirmada
por CS [cas. fondo], 22.9.1923, RDJ, t. XXII, sec. 1, 494; CS, 23.11.1936, RDJ, t. XXXIV,
sec. 1, 62; CS, 13.1.1939, RDJ, t. XXXVI, sec. 1, 478; CS, 1.6.1956, RDJ, t. LIII, sec. 1, 89;
y Corte de Santiago, 8.8.1958, RDJ, t. XL, sec. 2, 84.
220 Se ha fallado que en el juicio civil no puede ponerse en duda la existencia del hecho que constituye el delito, ni sostenerse la inculpabilidad del condenado (CS, 7.5.1935,
RDJ, t. XXXII, sec. 1, 347); y que en el juicio civil es obligatorio respetar las conclusiones
establecidas en lo criminal y los hechos o antecedentes que han servido al juez para llegar
a esas conclusiones (CS, 8.1.1943, RDJ, t. XL, sec. 1, 394). As, si en sede penal se determina que un accidente se debi a caso fortuito, no puede el tribunal civil tomar en consideracin pruebas o alegaciones tendientes a establecer que el accidente no se produjo por
un acto imprevisible y que, por el contrario, fue la consecuencia directa de la imprudencia,
la negligencia o el simple descuido (Corte de Santiago, 8.8.1958, RDJ, t. XL, sec. 2, 84);
en el mismo sentido no puede reexaminarse la culpabilidad del infractor en el nuevo juicio, ni la existencia de la infraccin que motiv la sancin (Corte de Santiago, 6.7.2005,
GJ 301, 149).
221 Se ha fallado que precisamente la esencia de la cosa juzgada es impedir que se
produzca contradiccin entre dos fallos (Corte de Santiago, 17.7.1998, RDJ, t. XCV, sec.
2, 48).
969
970
Finalmente, cabe destacar que esta disposicin no recibi mayor atencin ni aplicacin mientras la accin civil poda ejercerse en el proceso
penal sin las restricciones que impone el Cdigo Procesal Penal vigente.
Bajo las actuales limitaciones, conducentes a que la tramitacin de la accin civil en el proceso penal sea ms bien excepcional (supra N 745 c),
debiera cobrar una importancia prctica de la que antes careca. Por lo
mismo, su aplicacin debe ser restrictiva, a efectos de evitar que cuestiones
penales que no son determinantes en el juicio civil sean invocadas con
fines dilatorios en este ltimo.
b. Efectos de las resoluciones civiles en materia penal
771. Regla general. En principio, la sentencia dictada en un juicio de responsabilidad civil no produce cosa juzgada en materia penal, sea absolutoria o condenatoria.225 La regla es consecuencia de las exigencias sustantivas
o probatorias mayores que impone la condena penal y de la circunstancia
de que puede haber lugar a responsabilidad penal aunque no haya dao
en el sentido exigido por la responsabilidad civil.
772. Cuestiones prejudiciales civiles. a) Durante el juicio penal puede suscitarse una cuestin de carcter civil, que sea uno de los elementos que la
ley penal considera para definir el delito que se persigue, para agravar o
disminuir la pena, o para establecer la responsabilidad penal del autor. Por
regla general, la cuestin civil es resuelta por el tribunal con competencia en lo
criminal (Cdigo Orgnico de Tribunales, artculo 173). Por excepcin, existen materias cuyo conocimiento est reservado exclusivamente a los jueces
civiles. Si se es el caso, el juez de garanta deber decretar el sobreseimiento temporal de la causa, suspendindose el procedimiento penal en
tanto la cuestin no sea resuelta (Cdigo Procesal Penal, artculo 252 letra
a). stas son las cuestiones prejudiciales civiles. Es el caso de una disputa
relativa a la propiedad de una especie en un juicio por hurto o sobre la
validez de un matrimonio en uno por bigamia. La sentencia civil produce,
en tal caso, efecto de cosa juzgada en materia criminal.
b) Siempre que para el juzgamiento criminal se requiera la resolucin
previa de una cuestin civil, que debe ser conocida por un tribunal que
ejerza jurisdiccin en lo civil, se suspender el procedimiento criminal
hasta que dicha cuestin sea resuelta por sentencia firme (Cdigo Procesal Penal, artculo 171 I).
225
Se ha fallado que segn las reglas generales la cosa juzgada en lo civil es relativa a
las partes y la penal es absoluta: de tal manera que fallada en un sentido una cuestin civil,
slo las partes favorecidas pueden aprovechar la cosa juzgada ya sea como accin o como
excepcin (Corte de Santiago, 21.3.1923, confirmada por CS [cas. fondo], 12.9.1923, RDJ,
t. XXII, sec. 1, 432).
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CAPTULO XII
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y
EXTRACONTRACTUAL
1 Inst. Gayo III 88; la distincin ya aparece en el desarrollo que Aristteles hace de la
justicia correctiva, que es referida a los tratos mutuos, tanto voluntarios como involuntarios (tica Nicomaquea V 4 1131b).
2 Kaser 1971 I 522.
3 dem 523.
4 As, en Digesto 44.7.1 se pasa a decir que las obligaciones nacen sea de un contrato,
sea de un maleficio, sea de cierto derecho por distintos tipos de causa. En las Instituciones
de Justiniano, a su vez, aparece claramente la divisin adoptada por la civilstica moderna
que distingue en cuatro especies, porque nacen de un contrato o de un cuasicontrato; o
de un delito o de un cuasidelito (Inst. Just. III 13.2).
975
775. Lugar central del contrato en el derecho moderno de las obligaciones. A pesar de la antigua genealoga de la gran divisin del derecho de obligaciones, ste ha sido desarrollado sistemticamente a partir del derecho de los contratos. En Pothier, la idea de obligacin es
expuesta a la luz de las obligaciones contractuales, para luego tratar en
una breve seccin, denominada de las otras causas de las obligaciones, las obligaciones cuasicontractuales, cuasidelictuales y legales. El
predominio del contrato es acentuado por la codificacin civil. El Cdigo chileno, luego de enumerar las fuentes de las obligaciones (artculo
1437), establece las reglas de formacin del contrato (artculos 1438 y
siguientes) y luego, bajo el epgrafe Del efecto de las obligaciones,
trata en verdad de los efectos de los contratos y, en especial, de la responsabilidad contractual (artculos 1545 y siguientes), limitando la responsabilidad por delitos y cuasidelitos a un breve ttulo hacia el final
del Libro IV. 5 No es extrao, entonces, que el derecho de la responsabilidad extracontractual contenga remisiones permanentes a normas
de responsabilidad contractual.
b. Enumeracin y anlisis crtico de las diferencias entre la responsabilidad
contractual y la extracontractual
776. Criterios e importancia prctica de la distincin. a) La doctrina civil
puso tradicionalmente un fuerte nfasis en las diferencias entre la responsabilidad contractual y la extracontractual:6
la responsabilidad contractual tiene por antecedente la convencin
voluntaria y la extracontractual el hecho ilcito, que no est antecedido de
una relacin jurdica obligatoria;
la capacidad contractual est sujeta a reglas ms estrictas que la extracontractual (artculos 1447 y 2319);
la culpa presenta diferencias sustantivas (porque slo admite gradacin en materia contractual) y probatorias (porque se presume que el incumplimiento es culpable en materia contractual, mientras que el
demandante debe probarla en sede extracontractual);
el deudor debe ser constituido en mora para que haya lugar a la
responsabilidad contractual (artculo 1557), mientras que en materia extracontractual basta el hecho que causa el dao;
5 En la materia el Cdigo chileno sigue de cerca al francs (artculos 1101 y siguientes), que se aleja de la ordenacin de Pothier, quien trat los efectos de las obligaciones
luego de desarrollar las fuentes. Una estructura semejante siguen el Cdigo espaol y el
alemn, el ms romanista de los Cdigos modernos. Esa estructura ha sido alterada en algunos de los principales Cdigos europeos del siglo XX; as, el Libro IV del Cdigo italiano
y el Libro VI del nuevo Cdigo holands, que desarrollan una parte general del derecho
de obligaciones de modo ms independiente del contrato.
6 Alessandri 1943 42 y 46.
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que esta regla no es consistente con la idea general de cuidado que nos
debemos en nuestras relaciones recprocas y es contradictoria con el estndar de cuidado que los mismos autores exigen como condicin de responsabilidad (supra N 44). Por otra parte, la gratuidad es tambin relevante
al momento de determinar nuestros deberes extracontractuales de cuidado. Por eso, si alguien disfruta unilateralmente de las ventajas de una accin riesgosa, se le puede exigir un cuidado mayor que si la actividad cede
en beneficio general; y si, por el contrario, se ha actuado en rescate de un
tercero y se le causa un dao en esa accin, el patrn normativo con que
debe ser juzgada la conducta es ms benigno (supra N 61).
780. Prueba de la culpa. a) En principio, la diferencia entre la responsabilidad contractual y la extracontractual se plantea con toda claridad en materia de prueba de la culpa. En materia contractual, corresponde al acreedor
la prueba de la existencia de la obligacin (artculo 1689), pero luego es
el deudor quien tiene que probar el cumplimiento, o bien excusarse de la
responsabilidad probando su diligencia o un caso fortuito (artculo 1547
III). Por el contrario, en la medida que la responsabilidad extracontractual no tiene por antecedente una obligacin preexistente, corresponde al
demandante probar cada uno de los supuestos de hecho que le dan lugar,
incluida la culpa, segn la regla general del artculo 1698. Esta diferencia,
que conceptualmente resulta ntida, merece importantes calificaciones en
un anlisis ms diferenciado.
b) Las reglas probatorias de la culpa contractual operan sin dificultad
respecto de obligaciones contractuales determinadas, en que el deudor se
obliga a proveer al acreedor un cierto resultado, como ocurre con las obligaciones del vendedor de entregar la cosa o del transportista de llevar
ntegra a destino la cosa encomendada, en cuyo caso del hecho del incumplimiento se infiere la responsabilidad, a menos que el deudor pruebe
que ello ocurri por caso fortuito o por una causa que no es atribuible a
su negligencia (artculo 1547 III).
Distinto suele ser el caso si el deudor se ha obligado indeterminadamente a efectuar una prestacin, de modo que su deber es disponer los
medios para que el acreedor obtenga un beneficio. En estos casos, como se
ha visto a propsito de los deberes profesionales de cuidado, de la sola
circunstancia de que no se obtenga el beneficio aspirado por el acreedor
no se sigue que haya incumplimiento. Ello plantea problemas probatorios
que desafan la regla del artculo 1547 III, pues la disputa acerca de la
diligencia no reside en estos casos en una excusa que justifica el incumplimiento, sino en la pregunta previa acerca de si la obligacin ha sido o no
cumplida (supra N 463).
c) A su vez, la regla general de que la culpa debe ser probada en materia extracontractual tambin tiene importantes excepciones que han sido
analizadas en este libro: las presunciones de culpa por el hecho propio del
artculo 2329 (supra 14), por el hecho ajeno de los artculos 2320 y 2322
(supra 17) y por el hecho de las cosas de los artculos 2323 a 2328 (supra
19). En circunstancias que estas presunciones han sido desarrolladas al
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c) La responsabilidad extracontractual no supone un vnculo de obligacin previo entre la vctima y el tercero civilmente responsable. Por eso,
el derecho civil exige como condicin de responsabilidad por el hecho
ajeno que quien materialmente causa el dao est en una relacin de
dependencia con el demandado (artculo 2320 I). Es en razn de este
vnculo de dependencia que el derecho presume la culpa del principal o,
como ocurre por lo general en el derecho comparado, lo hace vicariamente responsable del hecho ajeno (supra Nos 109 y 119). Por lo mismo, a
diferencia de lo que ocurre en materia contractual, la responsabilidad aquiliana por el hecho ajeno no alcanza al hecho de subcontratistas independientes, mandatarios y representantes legales.
783. Acciones que nacen del contrato y del hecho ilcito extracontractual.
a) En razn de la diferente estructura de la relacin contractual y de la
que nace del hecho ilcito, el sistema de acciones es diferente. En el caso
del contrato se dispone, ante todo, de la accin para obtener el cumplimiento en naturaleza de lo debido; alternativa o subsidiariamente, el acreedor dispone, adems, de la accin para solicitar la indemnizacin
compensatoria, segn sea la naturaleza de la obligacin. En el caso de la
responsabilidad extracontractual no existe una obligacin preexistente, de
modo que las acciones tienen por objeto directo la reparacin del dao.
b) En materia contractual, la ley reconoce al acreedor el derecho a
demandar lo que se le debe distinguiendo tres situaciones:
si la obligacin es de dar, la ejecucin recae sobre la especie o cuerpo cierto que est en poder del deudor, sobre el valor de esa especie o
cuerpo cierto si no est en poder del deudor, o sobre la cantidad lquida
de dinero o el valor del otro gnero determinado que se deba (Cdigo de
Procedimiento Civil, artculo 438);
si la obligacin es de hacer, el propio Cdigo Civil establece la opcin de que se apremie al deudor para su ejecucin, que se faculte al
acreedor para realizarla a costa del deudor, o se requiera directamente
indemnizacin de perjuicios (artculo 1553); y
si la obligacin es de no hacer, y ha sido contravenida, el acreedor
puede demandar que se deshaga lo hecho si ello es necesario para el fin
que se tuvo en mira (en cuyo caso deviene en obligacin de hacer), o que se
le indemnice si ello no es posible, con la reserva de que el deudor puede ser
odo si se allana a cumplir la obligacin por otros medios (artculo 1555).
Salvo el caso excepcional del artculo 1555, en que el acreedor se puede ver obligado a aceptar en pago algo diferente a lo debido, el acreedor
de una obligacin contractual siempre tiene la accin para obtener ejecutivamente el pago de lo que se le debe. En el caso de la obligacin de dar
slo puede reclamar la ejecucin forzada (adems de los perjuicios moratorios), a menos que demande la resolucin del contrato (artculo 1489).
En el caso de la obligacin de hacer (y, extensivamente, de la obligacin
de no hacer), el acreedor tiene la opcin de demandar directamente la
indemnizacin de perjuicios, pero tambin puede ejercer la accin ejecutiva dirigida al apremio o al embargo de los bienes necesarios para finan986
24 En esta materia existe una diferencia fundamental entre el derecho de la codificacin y el common law, donde, por regla general, no se reconocen al acreedor acciones de
ejecucin en naturaleza de las obligaciones contractuales (Zweigert/Ktz 1996 482). Las
reglas de Unidroit/Principios para contratos comerciales internacionales s la autorizan (artculo 7.2.2).
25 Es interesante constatar que slo la imposibilidad absoluta est admitida como excepcin en el juicio ejecutivo por obligaciones de hacer (Cdigo de Procedimiento Civil,
artculo 534); respecto de obligaciones de dar, se admite la excepcin de prdida de la
cosa que se debe, que es una forma de imposibilidad, remitiendo en cuanto a los efectos a
lo dispuesto en el Ttulo XIX, Libro IV del Cdigo Civil (artculo 464 N 15).
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que las reglas sobre constitucin en mora no resultan aplicables a la responsabilidad extracontractual; por el contrario, todo indica que la mora
es un instituto comn al derecho de obligaciones. En estas circunstancias,
puede asumirse que en sede extracontractual el deudor est en mora desde que ha sido judicialmente reconvenido, segn la regla del artculo 1551
N 3 (supra N 664), lo que indica que sea la fecha de la notificacin de la
demanda aquella desde la cual deban concederse intereses por el dao
patrimonial ocasionado (supra N 672 c).
785. Reparacin de daos imprevisibles. a) Se ha sealado tradicionalmente que existe una radical diferencia entre los regmenes de responsabilidad en cuanto al alcance de la reparacin, porque en materia contractual
slo se responde de los perjuicios previsibles, salvo que se pueda imputar
dolo o culpa grave al deudor (artculo 1558), mientras que en materia
extracontractual se respondera de todos los perjuicios, previsibles e imprevisibles.26 En verdad, la pregunta por la extensin de la reparacin se
plantea en trminos diferentes en ambos tipos de responsabilidad.
b) En materia contractual, la limitacin de la responsabilidad a los perjuicios previsibles est estrechamente relacionada con el mbito de riesgo que
define la convencin.27 Por un lado, los intercambios se dificultaran si el
deudor respondiera por daos que no poda razonablemente prever al
celebrar el contrato; por otro, el contrato supone una relacin acotada
entre las partes, de modo que todo riesgo que excede el mbito del acuerdo debe entenderse en principio excluido de la responsabilidad del deudor. En otras palabras, hay razones vinculadas a la eficacia del instituto del
contrato y a la naturaleza de la promesa contractual para limitar los perjuicios indemnizables a los daos y perjuicios que resultan para el acreedor
del incumplimiento de la obligacin, y en relacin con la cosa que es
objeto de la misma, y no aquellos que la inejecucin de la obligacin le ha
causado a otros bienes.28 Slo a modo de sancin del dolo la reparacin
se extiende a los perjuicios imprevisibles.29
c) La responsabilidad extracontractual no tiene un mbito de riesgo
predefinido, de modo que quien infringe un deber de cuidado asume ms
ampliamente los riesgos de su hecho. Por eso, el requisito de previsibilidad de los perjuicios no se presenta de la misma manera que en sede
contractual. Con todo, tambin en la responsabilidad aquiliana la previsibilidad es un elemento que condiciona la responsabilidad. Y, en verdad, se
trata de un elemento particularmente ubicuo, porque suele aparecer, bajo
formas diferentes, tanto al tratar de la culpa como de la causalidad.
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Como lo ha afirmado la jurisprudencia, la culpa supone que el demandado no haya efectuado la deliberacin prudencial que le resulta exigible,
de modo que slo se puede atribuir negligencia a quien estaba en la situacin o tena el deber de prever el efecto daoso de su accin. En otras
palabras, no puede haber negligencia en una conducta que previsiblemente
no amenaza riesgo alguno (supra N 48).
La pregunta por la previsibilidad vuelve a presentarse respecto de los
daos subsecuentes a un dao inicial (como ocurre con el atropellado por
un conductor imprudente, quien luego fallece porque contrae una infeccin en el hospital). El infractor de las reglas del trnsito poda prever el
atropello y ello forma parte del juicio que califica su conducta de negligente. La pregunta siguiente es si los perjuicios subsecuentes a ese dao inicial
tambin deben ser previsibles para que haya lugar a la responsabilidad. sta
es una pregunta que ha sido tratada tradicionalmente como una cuestin
de causalidad; en verdad, se refiere al lmite por sobre el cual las consecuencias daosas de un ilcito civil ya no pueden ser objetivamente atribuidas al
hecho inicial del demandado; porque por ms que un hecho culpable sea
condicin necesaria de otros daos, debe interrumpirse en algn punto la
secuencia de los daos mediatos por los cuales se responde.
En este libro se ha sostenido que sa es una pregunta referida a la
exigencia de que el dao sea directo, a cuyo respecto no es la previsibilidad el criterio relevante para atribuir responsabilidad por esos daos
subsecuentes; todo indica que en esta sede es preferible atender a las
consecuencias que objetivamente corresponden al curso ordinario de
los acontecimientos posteriores al dao inicial, segn el criterio de la
causa adecuada (supra Nos 256 y 257). Por eso, aunque subjetivamente
imprevisible, el conductor negligente que atropella a otro puede ser
hecho responsable de los daos subsecuentes que se siguen del accidente de la ambulancia que lo lleva de urgencia al hospital e incluso de
los derivados de un error mdico incurrido en el tratamiento (porque
stos no son anormales, atendido el curso causal iniciado por el demandado, y porque pertenecen al mbito de riesgo que ste cre con
su negligencia).
d) Sin embargo, no conviene extremar esta diferencia. En efecto, aunque en materia de responsabilidad extracontractual la previsibilidad no es
determinante al momento de establecer los perjuicios por los cuales se
responde en caso de haberse actuado con culpa o con dolo, porque no
resulta aplicable la norma que hace responsable al deudor doloso incluso
de los perjuicios imprevisibles (artculo 1558 I), tampoco en ese tipo de
responsabilidad es indiferente si el responsable ha actuado con dolo. Ocurre que es un principio jurdico ms general que quien acta con dolo
asume las consecuencias de su conducta de una manera ms extensa que
si ha obrado con mera negligencia, de modo que al momento de definir
los perjuicios objetivamente atribuibles al hecho del ofensor debe entenderse que el dolo hace que la responsabilidad se extienda incluso a los
perjuicios extraordinarios, que estn excluidos de la reparacin si el ilcito
es meramente culpable (supra N 261).
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dor, que deben entenderse protegidas respecto de su integridad de la misma manera que este ltimo.36 El fundamento de esta extensin del mbito
personal de proteccin puede encontrarse en el principio de buena fe contractual, pues pertenece a la naturaleza de los contratos de trabajo, transporte o mdicos que las obligaciones de seguridad son debidas en cautela
de la persona que es contraparte, pero no slo en su propio inters, sino
tambin en el de sus personas ms prximas.37
En circunstancias que la estipulacin por otro se perfecciona respecto
del beneficiario por el acto tcito o expreso de aceptacin (artculo 1449),
debe entenderse que el ejercicio de la accin de responsabilidad contractual supone esa aceptacin.38
b. Responsabilidad extracontractual por participar en el incumplimiento
contractual de otro
791. Principios jurdicos en juego: discusin acerca de la proteccin extracontractual de los crditos. a) La pregunta que se analiza en esta seccin
es si el incumplimiento de un contrato puede ser un dao atribuible a la responsabilidad extracontractual de un tercero, por haber realizado una accin que hace
imposible el cumplimiento por parte del deudor contractual.39 Usualmente, el hecho del demandado ser la celebracin de un contrato que tiene
por efecto necesario que la contraparte, a su vez, incumpla el contrato que
tena vigente con el demandante.40
36 Chabas 2000 b N 70, Mazeaud/Chabas 1998 394; Larenz 1987 225, con referencia a
la expansin en el derecho alemn de la figura del contrato con efecto protector en terceros al transporte, al arrendamiento, a los servicios mdicos; la reforma al derecho alemn
de obligaciones de 2002 asumi el desarrollo jurisprudencial al establecerse: i) La relacin
obligatoria puede, segn sea su contenido, obligar a cada parte a la consideracin de los
derechos, bienes jurdicos e intereses de la otra parte (BGB, 241 II); ii) Un contrato
con obligaciones de las referidas en el artculo 241 II tambin puede tener lugar respecto
de personas que por s mismas no sean tenidas por parte (BGB, 311 III 1).
37 En materia laboral, la jurisprudencia ha tendido a entender que la accin de las personas ms cercanas a la vctima no tiene fundamento en el contrato de trabajo, sino en las
reglas generales de la responsabilidad extracontractual (supra N 502); sobre la calificacin
de contractual del dao reflejo en materia de responsabilidad mdica, supra N 469.
38 En el derecho chileno es frecuente que la jurisprudencia construya la responsabilidad
mdica indirectamente bajo un estatuto contractual, asumiendo una estipulacin por otro; en
este sentido, Corte de San Miguel, 15.4.1992, GJ 143, 75, tambin publicada en RDJ, t. LXXXIX,
sec. 2, 39; Corte de Santiago, 28.4.2000, GJ 238, 79; y Corte de Concepcin, 20.5.2002, GJ 268,
93; en general, para la calificacin de la responsabilidad mdica, supra 50 c.
39 En el derecho chileno, un esquema analtico del ilcito en F. Gonzlez 1995 passim,
con referencias al derecho comparado, especialmente norteamericano.
40 En circunstancias que el dao usualmente se provoca mediante un contrato que impide a la contraparte del demandante cumplir una obligacin contractual vigente (como
ocurrira, por ejemplo, si una convencin vlida de no competencia es infringida mediante
un contrato que el obligado celebra con un tercero), para facilitar la exposicin, en el su-
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b) El ilcito de participacin en un incumplimiento contractual plantea cuestiones en extremo sutiles desde el punto de vista de la doctrina
jurdica de los derechos de crdito. Por definicin, ellos slo se pueden exigir
de ciertas personas que han adquirido las obligaciones correlativas (artculo 578). De lo anterior se sigue que los derechos de crdito son relativos,
de modo que no crean derechos a exigir determinada conducta de terceros ajenos al contrato. Por otro lado, a la luz de la doctrina ms especfica
de la relatividad del contrato, tambin cabe mirar con escepticismo que
terceros puedan tener deberes jurdicos de proteccin impuestos por el
derecho, respecto de posiciones contractuales ajenas.
Si bien el Cdigo Civil establece que respecto de las cosas incorporales
(esto es, derechos) hay una especie de propiedad, cabe siempre preguntarse
acerca del alcance efectivo que sta adquiere en distintas situaciones jurdicas.
Por cierto que hay materias en que la titularidad de un derecho de crdito se
asimila a la propiedad, como ocurre con su transferencia y cesibilidad; pero
hay otras en que cesa la analoga, como se muestra en la imposibilidad de
posesin de un crdito y de su adquisicin por prescripcin adquisitiva.
En las relaciones de las partes con terceros, el derecho reconoce la
oponibilidad a stos de ciertas acciones personales, a condicin de que se
cumplan los requisitos legales (como ocurre con la condicin resolutoria,
segn los artculos 1490 y 1491). Pero, por regla general, la relatividad de
la relacin jurdica crediticia impide que sta pueda generar deberes de
terceros respecto de las partes.41
c) Por eso, la relatividad de las relaciones obligatorias es un punto de partida
particularmente restrictivo para la definicin en concreto de los ilcitos de participacin en un incumplimiento contractual.42 De esta premisa se sigue que los derechos contractuales que una persona tiene respecto de otra no dan lugar per
se a deberes de cuidado para terceros ajenos a esa relacin contractual, al
menos de una manera que signifique reconocer posiciones jurdicas que
estn protegidas en trminos absolutos respecto de cualquier tercero.43
cinto desarrollo que sigue slo se har referencia a esa hiptesis ms usual. Sin embargo
conviene tener presente que tambin se puede interferir en un contrato ajeno mediante
otras acciones que impidan al obligado a cumplir su prestacin.
41 En la doctrina econmica del derecho existe una corriente que propugna tratar como
derechos de propiedad cualesquiera titularidades jurdicas que una persona pueda tener
reconocida por el derecho; sobre esta base, los actos que afectan esas titularidades son ilcitos comparables a los que se realizan respecto de personas y cosas; un muy lcido desarrollo de estas ideas en Epstein 1997 2114.
42 Medicus 1997 267.
43 As, el BGH en el caso lder de la jurisprudencia alemana (NJW 1981, 2184, referido
por Medicus 1997 267). En el caso, la empresa estatal de ferrocarriles haba intervenido en
la venta que un propietario de tierra agrcola haba celebrado con el operador de un aeropuerto, en cuya virtud ste adquira la propiedad necesaria para la operacin; la empresa
de ferrocarriles se hizo cargo de las indemnizaciones contractuales que el vendedor poda
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tal del ilcito es el conocimiento por parte del tercero del vnculo contractual que su contraparte contraviene al contratar. Por eso, la intervencin
en contrato ajeno supone mala fe por parte del demandado.49
794. Interferencia en contrato ajeno o induccin al incumplimiento contractual? a) Descartada la mera negligencia, entendida como omisin en
obtener informacin, como fundamento suficiente para dar lugar a la responsabilidad, se plantea la pregunta jurdica relativa al umbral que el derecho exige para atribuirla. El anlisis jurdico y econmico muestra que
el inters del demandante en que su contrato no sea interferido por un
tercero est en evidente colisin con la relatividad de la relacin obligatoria y con la estructura competitiva de los mercados, que supone, por definicin, un grado importante de desafiabilidad de las relaciones
contractuales (como se muestra en el cuidadoso desarrollo que ha tenido
el reconocimiento de validez de las clusulas de no competencia).
b) Por eso, una de las materias ms discutidas en el derecho contemporneo es la referida a las condiciones para dar por establecido el ilcito. En verdad, pueden idearse dos caminos que conducen a resultados
sustantivamente diferentes. Una primera opcin consiste en asumir que
el derecho a obtener la prestacin del deudor contractual est protegido
genricamente respecto de terceros, de modo que stos incurren en un
ilcito si contratan con el deudor con conocimiento de que de ello se seguir un incumplimiento de esa obligacin contractual. Pero el mero conocimiento puede ser tenido por un umbral demasiado elemental de
proteccin del crdito contractual frente a terceros extraos, de modo
que se entienda que no basta la actitud pasiva del demandado para que
haya lugar al ilcito civil, sino que ste haya inducido al deudor a contratar con conocimiento de que ello supona un incumplimiento del contrato.
La definicin ms amplia del ilcito (basada en el mero conocimiento,
como en la mala fe posesoria) lleva a que pueda ser responsable quien no
haya hecho acto positivo alguno para promover el incumplimiento de la
obligacin contractual; es lo que ocurre, por ejemplo, cuando un tercero
adquiere un inmueble con conocimiento de que le afectaba una prohibicin de enajenar.50 Por el contrario, el concepto ms estricto exige una ac49 Como marco de referencia es interesante tener en consideracin lo expuesto a propsito de las exigentes condiciones que el derecho privado tiende a establecer para la indemnizacin de los daos puramente econmicos (supra Nos 188 y 189).
50 En el derecho francs se exige mala fe, entendida como conocimiento efectivo del
contrato cuya violacin se provoca por el acto del tercero (Viney 1995 382); sin embargo,
la jurisprudencia parece ser ms diferenciada, atendiendo a los distintos tipos de relaciones afectadas; as, por ejemplo, se ha estimado que no es per se ilcito comercializar productos o servicios amparados por un contrato vlido de distribucin exclusiva (Viney 1995 378),
lo que muestra la necesidad de juzgar el ilcito de conformidad a los bienes en juego (en
contratos que limitan la competencia, por vlidos que sean entre las partes, slo dan lugar
a responsabilidad cuando los medios empleados por el tercero son ilcitos).
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d) Una actitud ms prudente lleva a limitar, en principio, la responsabilidad a los casos de induccin al incumplimiento contractual. Esta doctrina es la que mejor se aviene con la relatividad del contrato y de los
derechos de crdito y con la lgica econmica de la competencia. Con
todo, asumido el principio de que slo se responde por actuaciones de
mala fe en perjuicio de pretensiones contractuales ajenas, corresponde a
la jurisprudencia y a la doctrina ms especializada efectuar las distinciones
ms sutiles que permitan calificar la licitud de la actuacin del demandado.55 Estas distinciones resultan inevitables en una materia donde coactan principios jurdicos y econmicos muy dismiles. As, por ejemplo,
todo indica que los pactos lcitos que limitan la competencia estn sujetos
a responsabilidad contractual y slo muy excepcionalmente pueden ser
invocados para hacer valer la responsabilidad de quien simplemente los
interfiere contratando a sabiendas de su existencia; sin embargo, el caso
puede ser distinto si el pacto tiene por fundamento la enajenacin de
derechos de propiedad industrial y el propsito del competidor que lo
interfiere es precisamente aprovecharse de conocimientos por cuya exclusividad el demandante ha pagado una suma significativa de dinero.
795. El contrato cuyo cumplimiento se interfiere debe ser vinculante hacia el futuro. Para que haya intervencin ilcita en contrato ajeno es necesario que este ltimo sea efectivamente vinculante para las partes, de
modo que estn imposibilitadas de desahuciarlo o ponerle trmino unilateralmente. As, en la medida que el Cdigo del Trabajo establece un
breve plazo de 30 das para que el trabajador avise el trmino de la relacontrato no da lugar a responsabilidad (Larenz/Canaris 1994 452); del derecho ingls, tanto
respecto del ilcito de induccin al incumplimiento contractual como de otros ilcitos intencionales fronterizos, como la interferencia dolosa en el cumplimiento de una obligacin
contractual o la induccin al incumplimiento de obligaciones legales en perjuicio del tercero beneficiario (Markesinis/Deakin et al. 2003 510, 514); y, esencialmente, del derecho
norteamericano, donde la interferencia negligente no da lugar a responsabilidad, sino que
se exige que el demandado haya realizado actos inductivos al incumplimiento, aunque en
algunos casos se da lugar a la responsabilidad respecto de quien interfiere de mala fe el
contrato ajeno, aunque no haya certeza acerca de que fue l quien inici la negociacin
(Epstein 1999 586).
Es muy ilustrativo a este respecto el Restatement/Torts II, que contiene como norma de clausura del ttulo dedicado a la interferencia en contrato ajeno distintos factores
que el juez debe considerar para determinar si el demandado ha actuado de manera ilcita
(improper) al interferir en un contrato ajeno: a) la naturaleza de la conducta del demandado, b) los motivos del demandado, c) el inters del demandante que es afectado por la conducta del demandado, d) el inters perseguido por el demandado, e) el inters social en
proteger la libertad de accin del demandado y los intereses contractuales del demandante, f) la cercana o lejana de la conducta del demandado con la interferencia, g) las relaciones entre las partes ( 767, cuyos comentarios precisan el alcance de estos criterios).
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cin laboral (artculo 159 N 2), no son imaginables hiptesis de interferencia en derechos contractuales del empleador si un tercero negocia
con el trabajador la incorporacin a su empresa.
796. Efectos del ilcito en el contrato celebrado por el demandado. El ilcito
cometido en la celebracin del segundo contrato puede ser de gravedad
suficiente para dar lugar a una accin de nulidad absoluta, por resultar este
segundo contrato contrario a las buenas costumbres comerciales (artculos
1461 y 1467). En tal caso, la accin de nulidad tiene por objeto impedir que
el segundo contrato haga imposible el cumplimiento del primero, de modo
que su finalidad prctica es precisamente obtener una satisfaccin en naturaleza del inters del demandante. En casos de urgencia, el demandante
podr solicitar las medidas cautelares dirigidas a ese objetivo.56
797. Cmulo de acciones. Los ilcitos de interferencia en contrato ajeno
dan lugar a una concurrencia cumulativa de responsabilidades (infra
N 838), porque existe accin contra el contratante incumplidor, con fundamento en el derecho de contratos, y contra el tercero que ha intervenido ilcitamente en ese incumplimiento, con fundamento en la
responsabilidad extracontractual. Como es obvio, no se trata de obligaciones simplemente conjuntas, sino de acciones que tienen causas diferentes
(un incumplimiento contractual y un ilcito extracontractual), de modo
que se puede demandar el total al contratante incumplidor y al tercero
que intervino ilcitamente en la relacin contractual. En circunstancias,
sin embargo, que no se pueden acumular las pretensiones indemnizatorias que cubren el mismo dao, el pago efectuado por uno de los deudores extingue la obligacin. Es un caso tpico de obligaciones in solidum,
que presentan analogas con las solidarias (supra N 278 b). A su vez, el
dao reclamado es de carcter puramente patrimonial, porque no afecta
un bien corporal en particular, sino el inters patrimonial que representa
el contrato (supra 23 g).
66. RESPONSABILIDAD POR ILCITOS PRECONTRACTUALES
a. Introduccin
798. mbito de la responsabilidad precontractual: deberes de cuidado y
buena fe en la negociacin contractual. a) La doctrina tradicional del contrato pone atencin en el consentimiento, porque asume que las partes
son responsables de decisiones que adoptan dentro de su mbito de autonoma privada. Por eso, lo que ocurre en el perodo precontractual es
relevante principalmente desde la perspectiva de los vicios del consenti56 Sobre el efecto invalidante del segundo contrato de la induccin al incumplimiento
contractual, Medicus 1997 267, Viney 1995 384, Epstein 1999 582 y 589.
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de inseguridad jurdica que recae sobre los participantes, a quienes el derecho debe garantizarles la potestad de poner trmino a la negociacin
cuando y como deseen. Por eso, el punto de partida en materia de negociaciones preliminares es que pertenece a la naturaleza de la autonoma
privada que cada parte cautele sus propios intereses, de modo que la negociacin se tenga por esencialmente precaria mientras est inconclusa.
c) En definitiva, porque es necesario hacerse cargo del conflicto entre
libertad y confianza, la buena fe se limita a exigir el respeto ms elemental
de la contraparte. Aun en sistemas jurdicos que reconocen explcitamente deberes precontractuales, que protegen la confianza creada en la contraparte en la negociacin, se asume que ello no puede ser un camino
para que nazcan obligaciones sin consentimiento;62 ni tampoco para introducir riesgos imprevisibles por el hecho de iniciar negociaciones. Por eso,
muy especialmente en el mbito precontractual, el deber de cuidado se
expresa ms claramente en la forma negativa de la mala fe, que incluye tanto
el engao o induccin voluntaria a error de la contraparte, como la completa desconsideracin de la confianza creada.
799. Proteccin precontractual del pblico en general. a) Aunque tcnicamente no se trata de una responsabilidad precontractual en sentido estricto, pertenecen a un mbito anlogo los deberes de informacin al pblico que
tienen los proveedores de productos o servicios de oferta masiva a los consumidores y los emisores de valores de oferta pblica. La diferencia radica
en que el ilcito no es cometido necesariamente por quien participa en la
negociacin o en el contrato; se es tpicamente el caso de los deberes de
informacin de las sociedades emisoras de valores respecto de los terceros
adquirentes o enajenantes de esos valores (infra N 816).
Tras estos deberes legales de informacin subyace un principio de derecho privado, en cuya virtud el lego que negocia con un experto debe ser
igualado, al menos en lo esencial, en la informacin de que dispone el
especialista (infra N 815). A esa lgica normativa que subyace tras la negociacin contractual entre partes responden las regulaciones de informacin en mercados caracterizados por la oferta masiva a un nmero
indeterminado de contrapartes (consumidores). Es el trasfondo, por ejemplo, de la regla que ordena a toda sociedad emisora de valores de oferta
pblica informar al pblico de aquello que un hombre juicioso considera
esencial en sus decisiones de negocios (Ley de valores, artculo 9). No
debe extraar, entonces, que estos deberes tengan un claro fundamento
de derecho privado, aunque, atendida la naturaleza masiva e innominada
de los mercados, hayan pasado a ser objeto de regulaciones legales y administrativas.
b) Al mismo grupo de situaciones pertenece la responsabilidad de los
expertos que ofrecen informes sobre un negocio o sobre una empresa, los que han
sido preparados bajo una relacin contractual con una persona diferente
62
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Por cierto que estos deberes son tanto ms fuertes cuanto menos intensa sea la fase de negociacin del contrato. En contratos de larga discusin, cada parte puede cautelar su inters mediante acuerdos intermedios
(como, por ejemplo, acuerdos de negociacin exclusiva o de confidencialidad); o puede negociar clusulas precisas por las que la contraparte garantiza ciertos hechos que estn bajo su control (como ocurre con las
declaraciones que el vendedor de una empresa realiza acerca del estado
de los bienes que son objeto del contrato o de las contingencias laborales,
ambientales o de otras naturalezas). Distinto es el caso de los contratos
estandarizados o masificados, especialmente donde existen posiciones asimtricas de informacin, que no pueden ser razonablemente remontadas
por quien se encuentra en desventaja. Por eso, los deberes precontractuales no pueden ser definidos en abstracto. As, esos deberes tienden a ser
ms intensos respecto de quien adquiere una pequea participacin accionaria en comparacin con aquel que negocia la adquisicin del control
de una empresa importante y que est en mejor posicin para exigir informacin circunstanciada y garantas acerca de los aspectos ms diversos del
negocio.68
802. Perodo que comprende la responsabilidad precontractual. La responsabilidad precontractual puede tener por antecedente ilcitos cometidos durante la negociacin de un contrato, al momento de convenirlo o
con ocasin de la ruptura de negociaciones.
Los ilcitos cometidos durante la negociacin o al momento de contratar
pueden tener por efecto que se celebre un contrato que el demandante
no habra celebrado o habra convenido en trminos diferentes. A la inversa, si una parte negocia de mala fe con el propsito de impedir que la
otra celebre un contrato (por ejemplo, con un competidor), es responsable aunque ningn contrato se haya celebrado. Y si el vendedor engaa al
comprador para obtener su consentimiento, la responsabilidad derivada
del dolo es precontractual, porque no resulta del incumplimiento de un
contrato, sino de maniobras orientadas a obtener el consentimiento (sin
perjuicio de la accin rescisoria que pudiere proceder).
Los ilcitos cometidos luego de terminadas las negociaciones se relacionan
con los deberes de lealtad para con la parte que ha confiado errneamente en que el contrato se ha perfeccionado. A esta fase tambin pertenecen
los deberes de cuidado que impone el Cdigo de Comercio al oferente
que se retracta antes que la oferta sea aceptada (artculo 100) o luego de
una aceptacin extempornea (artculo 98 III).
803. Perjuicios indemnizables por ilcitos precontractuales. a) Una negociacin contractual frustrada puede lesionar diversos intereses de las partes. Ante todo, la negociacin supone costos, porque exige asignar horas de
trabajo del propio personal, contratar abogados, auditores y otros especia68
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listas, efectuar viajes y, en general, realizar las ms diversas acciones conducentes a tomar una decisin de negocios. Enseguida, puede ocurrir que
una de las partes, en la confianza de que la negociacin resultar exitosa,
adopte decisiones de inversin, deje un trabajo o deseche otras oportunidades de negocio. Finalmente, que el contrato no se llegue a celebrar
supone usualmente que alguna de las partes vea afectado su inters en el
negocio que se frustra.
En otras palabras, en una negociacin contractual estn comprometidos intereses que tienen distintos sustentos: los costos que naturalmente supone la negociacin, los gastos y dems perjuicios que se siguen
de haber confiado una parte en que el contrato en definitiva se perfeccionara y el inters econmico representado por el contrato que se
negocia.
b) Para discriminar los perjuicios indemnizables en razn de infracciones de deberes precontractuales es necesario atender al fin de las normas
de cuidado que el derecho impone a las partes de una negociacin (supra
29): el ilcito precontractual no consiste en haberse resistido a celebrar
el contrato, sino haber negociado de mala fe o con grave desaprensin
respecto de los intereses de la otra parte, sea con ocasin de la de la ruptura de negociaciones o de la celebracin del contrato (como ocurre en
caso de dolo por accin o reticencia). En consecuencia, el perjuicio est
dado por los efectos que se siguen de haber puesto la confianza en la
diligencia y buena fe de la contraparte, de modo que la pretensin indemnizatoria tiene por finalidad que el demandado ponga al actor en la situacin en que se encontrara si esos especficos ilcitos no se hubiesen
realizado.
Por eso, la regla general ser que el inters protegido no es el beneficio que el contrato habra reportado al demandante si hubiese llegado a
celebrarse o si hubiese sido vlido (esto es, la frustracin del propsito
contractual),69 sino los daos que se siguen del ilcito, como son los costos
de negociacin y los que se derivan de la confianza creada en la contraparte y contrariada de mala fe por el demandado. As, por ejemplo, si se ha
negociado de mala fe una asociacin, el demandado deber indemnizar
los gastos incurridos en la negociacin, la prdida de oportunidades ciertas de negocios y la diferencia de precio de adquisicin de un bien en
razn de haber confiado en la seriedad de la negociacin, pero no los
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cunstancia que el contrato slo se perfeccione una vez que el consentimiento est expresado con las formalidades que procedan, no se sigue, a
contrario sensu, que durante su negociacin no pueda incurrirse en ilcitos
que dan lugar a responsabilidad extracontractual.77
806. Negociacin fraudulenta. El caso ms extremo de ilicitud es la negociacin fraudulenta, que se lleva a cabo sin el propsito de celebrar contrato alguno. En este caso, la ruptura resulta ser el resultado de una
intencin de no contratar, que se mantiene oculta durante la negociacin.
El fin ms evidente es impedir que la contraparte aproveche la oportunidad de contratar con un tercero, obteniendo de ese modo una ventaja
competitiva, sea respecto del tercero o de la contraparte.
La mayor dificultad de este ilcito es de naturaleza probatoria. En un
conocido caso ingls, en que se demandaba que los gestores de un supuesto proyecto de inversin slo intentaban recaudar dinero para pagar antiguas deudas, el juez expres con escepticismo irnico que el estado de
nimo de un sujeto es algo as como el estado de su digestin.78 Usualmente, la nica manera de llegar a la intencin fraudulenta es por medio
de presunciones construidas a partir de evidencia circunstancial. Pero si se
logra probar de este modo (o por cualquier otro medio probatorio) que la
negociacin no era seria, sino que persegua un objetivo distinto al consentimiento, resulta inequvoco que se ha incurrido en un ilcito civil que
da lugar a responsabilidad.
807. Grave desconsideracin de la confianza creada en la celebracin del
contrato. a) Aunque se acepte el principio de que la potestad de las partes
de interrumpir las negociaciones no est sujeta a limitaciones, la mayora
de los sistemas jurdicos establecen algunas calificaciones que van ms all
de las hiptesis de conducta fraudulenta. En esencia, se trata de conductas
abusivas, que muestran una grave desconsideracin con los intereses de la
contraparte, aunque no exista una intencin aviesa.79
b) Para que pueda plantearse la responsabilidad se requiere, ante todo,
que la negociacin est en un estado de avance tal que exista acuerdo acerca
de los aspectos esenciales del contrato que se discute (artculo 1444). En circunstancias que el bien protegido es la confianza, el ilcito slo puede
producirse cuando la negociacin tiene un grado de madurez suficiente,
de modo que slo falte la formalizacin o la discusin de aspectos puramente instrumentales para que el contrato se perfeccione.
Sin embargo, el solo estado de avance de la negociacin no es suficiente para que surjan limitaciones a la potestad de terminar la negociacin.
Especialmente lcido en esta diferencia, Fried 1981 41.
Lord Bowen, en Edington v. Fitzmaurice, 29 Ch. D. 459, 483 (1885), citado por Epstein 1999 551. La idea ha sido recogida en el Restatement/Torts II 530 com. a), que pone
nfasis en la necesidad de que las declaraciones del demandado puedan ser razonablemente interpretadas como expresin de su intencin de contratar.
79 Ghestin 1993 296.
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Tambin se requiere que el demandado haya creado o alimentado en la contraparte la certeza de que la negociacin concluir en un contrato.80 Ello puede
ocurrir mediante una declaracin explcita en tal sentido, pero tambin
mediante la propuesta de realizar actos que suponen esa certeza, como
puede ser la invitacin a poner trmino a la actividad que el demandante
entonces realizaba, la peticin o autorizacin para efectuar arreglos en la
casa que se pretende arrendar u otras igualmente inequvocas.
Finalmente, aunque se haya creado esa confianza en la contraparte, puede ocurrir que quien interrumpe las negociaciones tenga una buena razn
para no cerrar el contrato: puede haber recibido una oferta ms conveniente de un tercero, un estudio ms detallado de los flujos del negocio puede
llevarlo a la conclusin de que el contrato no le es conveniente, una enfermedad puede alterar el inters, las condiciones del mercado pueden haber
cambiado entretanto. En tales circunstancias, la ruptura pertenece al curso
posible de una negociacin inconclusa; que sea admisible poner trmino a
las negociaciones en tales casos muestra con nitidez la distancia entre el
contrato ya convenido y el que an est en perodo de formacin.
Por eso, la creacin de confianza en la contraparte no es suficiente para
dar lugar a la responsabilidad, porque mientras el consentimiento no est
formado conforme a la ley, cada parte debe contar con la posibilidad de que
la otra tenga un motivo sobreviniente para desechar el contrato. De ah que
la responsabilidad requiere, adems de la confianza creada en que la negociacin ya muy avanzada terminar exitosamente, que la ruptura carezca de
todo fundamento plausible 81 o razn legtima, resultando brutal y unilateral.82 Exis80 En una importante sentencia de la Corte de Concepcin se estim que era desleal la
conducta de una empresa que pone trmino abruptamente a negociaciones de larga duracin
para la compra de predios forestales, luego de que se revisaron los ttulos y los terrenos, se prepararon e intercambiaron borradores de contratos de promesa y de mandato, se acordaron los
elementos esenciales del contrato e incluso se convino en una fecha para la suscripcin de una
promesa de compraventa, despus de todo lo cual, en el da fijado a ese efecto, el vendedor
comunic que haba aceptado la oferta de un tercero que ofreca una suma superior (Corte de
Concepcin, 5.6.1996, rol N 374-1993, con com. de R. Domnguez ., R. Domnguez B. y C.
Domnguez, en Rev. Concepcin 199, 1996, 179); en la sentencia se asume que lo abusivo de la
conducta del demandado radica en no haber informado de las tratativas simultneas y en haber creado la confianza de que se negociaba un contrato cierto, lo que justificaba los gastos
incurridos, que fueron los perjuicios que el demandado fue condenado a reparar. El caso plantea la duda de que el riesgo pudo evitarse mediante un acuerdo de negociacin exclusiva; aunque ninguna convencin exista en la materia, todo indica que los jueces del fondo, en una
sentencia bien fundada, estimaron que el avance y las dems circunstancias de la negociacin
daban lugar al deber de lealtad de informar de una negociacin paralela.
81 Medicus 2002 61, con referencia a la jurisprudencia alemana.
82 Cass. com, 20.3.1972, citado por Ktz/Flessner 1992 39; vase tambin cass. com,
22.4.1997, con comentario de R. Domnguez ., R. Domnguez B. y C. Domnguez, en Rev.
Concepcin 200, 1996, 192 (fallo tomado de RTDC 1997 651), en que se hace asimismo
referencia a la idea, insuficiente en mi entender, de que la ruptura brutal y unilateral, sin
ms requisitos, dara lugar a la reparacin de los daos provocados por la confianza de la
contraparte en la seriedad de la negociacin.
1011
tiendo alguna de esas razones justificatorias, slo persiste el deber de diligencia de informar a la contraparte de la ruptura, de modo de evitarle mayores costos.83
c) Requisitos tan fuertes tienen su explicacin en la excepcionalidad de la responsabilidad por ruptura de las negociaciones. Quien quiere asegurarse un contrato, y actuar confiado en que ste se celebrar,
puede convenir un contrato de promesa u otros contratos preliminares, en la medida que se logre acuerdo en los aspectos fundamentales;
por el contrario, si no hay acuerdo sobre aspectos que para la otra
parte son determinantes, la confianza en que la negociacin prosperar debe ser atribuida, en principio, a una equivocada percepcin de
quien incurre en gastos o realiza otros actos que suponen que el contrato se celebrar.84
Por eso, recapitulando, no basta la confianza, sino que se requieren
dos requisitos adicionales: ante todo, la confianza debe haber sido provocada o sustentada por la otra parte; y, adems, no basta la ruptura, sino
que sta debe carecer de todo fundamento razonable. Por eso, la responsabilidad por ruptura de las negociaciones puede ser entendida de mejor
manera a la luz del abuso de una potestad jurdica, que no exige intencin
de daar, pero s una grave desconsideracin del inters de la contraparte
que es incompatible con la buena fe (supra N 450).85 Y esa apreciacin
necesariamente debe hacerse atendiendo a la duracin y avance de la negociacin, a la experiencia de las partes en negociaciones y a las dems
circunstancias que permiten configurar en concreto ese supuesto de responsabilidad.
d. Responsabilidad a consecuencias de la nulidad del contrato
808. Naturaleza de la responsabilidad que se sigue de la nulidad de un
contrato. a) La nulidad de un contrato puede ser atribuible a un hecho
negligente o doloso de una de las partes: el error puede deberse a una
L. Dez-Picazo 1993 I 279.
Medicus 2002 61. Lo mismo vale si an no se otorgan las autorizaciones administrativas o de terceros para que el contrato se celebre; por eso resulta muy discutible que en
Corte de Concepcin 20.6.1999, rol N 1.530-1996, se entendiera que es una ruptura ilcita
de negociaciones el retiro motivado por el retraso en la modificacin de un plano regulador (que, en definitiva, fue luego aprobado), que era necesario para los fines de quien estaba interesado en un arriendo (comentario favorable, en atencin a que la sentencia da
lugar a responsabilidad por trmino abusivo de negociaciones, pero sin entrar en los fundamentos ms concretos, de R. Domnguez ., R. Domnguez B. y C. Domnguez, en Rev.
Concepcin 204, 1998, 187).
85 Estos criterios son compartidos por Unidroit/Principios, artculo 2.15, especialmente en comentario 3. Ghestin 1993 296 ve en esta diferencia con el dolo la peculiaridad de
este tipo de responsabilidad por ruptura de negociaciones; as tambin cass. civ. 16.10.1973
(citada por Viney 1995 359).
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inadvertencia culpable de quien lo sufre,86 como tambin a la falta de informacin acerca de la cosa que se adquiere; el dolo, por su parte, da
lugar a responsabilidad por perjuicios que se siguen, haya sido o no determinante en el consentimiento y, en consecuencia, conduzca o no a la nulidad del contrato (artculo 1458 II); tambin la omisin de una formalidad
o la informacin acerca de la imposibilidad de la prestacin puede ser
atribuible a la negligencia de una de las partes. En definitiva, de la declaracin de nulidad se pueden seguir perjuicios atribuibles a la culpa de una
de las partes con motivo de la negociacin o celebracin del contrato.87
b) La nulidad tiene por efecto privar de eficacia al contrato, extinguiendo las obligaciones que nacen para las partes. El contrato se reputa
no haber existido y los efectos de su anulacin operan retroactivamente,
de modo que ningn vnculo preexistente entre el autor del dao y el
demandante puede ser invocado como fundamento. En consecuencia, la
responsabilidad que se sigue de la declaracin de nulidad es extracontractual.88 Ms especficamente, es un caso de infraccin de deberes de cuidado precontractuales, durante la negociacin o con ocasin de la celebracin
del contrato.
809. Alcance de la indemnizacin. a) Como ocurre en general con la responsabilidad precontractual, los perjuicios indemnizables a la vctima del
dolo o de la negligencia son los sufridos en razn de la confianza en la
eficacia del contrato y no los que corresponden al inters contractual que
supona el contrato vlido.
En otras palabras, la vctima no puede demandar el lucro cesante que se
sigue del contrato nulo (porque no hay contrato que se pueda invocar como
fuente de la responsabilidad), sino slo el que resulte de no haber aprovechado una oportunidad cierta de negocios por haber confiado en la validez
del contrato que result ser nulo (supra N 803). Sin embargo, conviene
tener presente que existen casos de nulidad en que el perjuicio por lucro
cesante no puede ser otro que el beneficio contractual perdido. As ocurre,
por ejemplo, cuando un contrato de seguro es declarado nulo por reticencia dolosa de la compaa; en circunstancias que el fin del asegurado es
obtener cobertura del riesgo, carecer de ella por la negligencia o dolo de la
compaa es un perjuicio que se sigue del ilcito precontractual.89
86 Pertenece a la doctrina del contrato definir en qu casos la inexcusabilidad del error
priva a quien lo sufre de la accin rescisoria; todo indica, sin embargo, que la nulidad por
error en la formacin del consentimiento puede prosperar aunque haya habido alguna negligencia de quien lo sufre, en cuyo caso ste se expone a la accin reconvencional de responsabilidad.
87 Alessandri 1943 58, A. Alessandri B. 1949 1127.
88 O. Tapia 1941 410, Alessandri 1943 57, A. Alessandri B. 1949 1128, Corral 2003 44;
en el mismo sentido Corte de Santiago, 8.9.2000, GJ 243, 76.
89 Viney 365; para ello, sin embargo, no es necesario cambiar la calificacin de la responsabilidad a contractual, como se discute en el derecho francs, pues el dao (carecer
del beneficio perseguido) es directamente atribuible al ilcito precontractual.
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Un ejemplo clsico fue planteado por Cicern: si un hombre honrado hubiere transportado una gran cantidad de trigo de Alejandra a Rodas, durante la escasez y el hambre de los rodios y en una muy grande
caresta de vveres; si el mismo sabe que muchos comerciantes partieron
de Alejandra con sus naves y las hubiere visto en camino cargadas de trigo
dirigindose a Rodas, debiera decir esto a los rodios o, callndose, habr
de vender el suyo lo ms caro que pueda?.98 El propio Cicern discurre
en el dilogo sobre la base de argumentos de justicia y utilidad. La pregunta mantiene actualidad, pues se trata de distinguir la informacin que
la parte experta tiene derecho a utilizar en su favor y la que debe, por el
contrario, transmitir a su contraparte. La tendencia del derecho comparado es que una informacin estratgica, que tiene que ver con las condiciones del mercado y que no ha sido adquirida en ejercicio de una funcin o
cargo que le impida usarla para su propio beneficio, puede ser legtimamente aprovechada en su favor por el comerciante.99
b) En definitiva, la responsabilidad por omitir informacin acerca de
un hecho que es importante en la decisin de negocios de la contraparte
slo nace si el demandado tena un deber positivo de informacin, el cual
tendr que estar especialmente justificado, pues la negociacin contractual parte del supuesto de que cada parte cautela su propio inters. En
presencia de un deber legal o de buena fe de informar, la omisin de
entregar informacin por la parte que la conoca o deba conocerla puede
ser entendida como fraude. Por eso, la responsabilidad por dolo por reticencia siempre supone que se haya infringido una regla que obligue a
informar.100 Esta regla, como es usual en los deberes de cuidado, puede o
no haber sido establecida por la autoridad.
El criterio normativo ms empleado es la buena fe, en cuya virtud se
asume que la comunicacin es condicin esencial de cualquier emprendimiento cooperativo, como es el contrato. De ah que la buena fe, en este
contexto, aparece como el marco de expectativas normativas que las partes tienen recprocamente; esto es, de la informacin que cada parte debe
proporcionar a la otra, atendida su respectiva situacin, segn las buenas
prcticas contractuales.101 En la forma de un deber de informacin veraz,
Cicern De los deberes 3 XII.
Fleischer 2001 577.
100 Medicus 2002 63.
101 Es ilustrativo ver algunas directivas del derecho comparado en la materia. En Restatement/Tort II 551 se dispone: Quien participa en una operacin de negocios tiene el
deber de ejercer el razonable cuidado de informar a la otra antes de que el negocio est
concluido acerca de () e) hechos bsicos para la operacin, si sabe que la otra parte arriesga llevarlo a cabo en error respecto de esos hechos, y que sta, en atencin a la relacin
entre ambas partes, los usos del comercio u otras circunstancias objetivas esperara razonablemente una informacin acerca de tales hechos; en un comentario se aclara que son hechos bsicos aquellos referidos a la esencia de la operacin y se refieren a aspectos
importantes de la sustancia de lo que es negociado o tratado (comentario j). En el derecho
ingls, el concepto de contrato est constituido sobre la base del modelo de la discusin de
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y del deber que recae sobre quien recibe dinero en prstamo de informar
completa y verazmente acerca de su identidad, actividades o estados de
situacin o patrimonio (Ley general de bancos, artculo 160). En ambos
casos, el contratante debe informar a su contraparte acerca de hechos
esenciales relativos a cosas de su propiedad o a su patrimonio, y a cuyo
respecto tiene una ventaja de informacin que la otra parte slo podra
remontar con un esfuerzo que resulta inexigible desde el punto de vista
econmico y de la confianza que supone la negociacin.
c) El principio que se infiere de estas normas puede ser generalizado
por analoga: la parte que tiene un estrecho conocimiento de la cosa o
actividad objeto del contrato en razn de estar bajo su propia esfera de
control, est obligada a informar sobre hechos esenciales para la decisin
de la contraparte, a menos que a esta ltima le resulte exigible, por razones de equidad o de utilidad, que iguale por sus propios medios esta asimetra de informacin. Desde el punto de vista de la buena fe, la
contraparte tiene la expectativa normativa de que ser informada de aspectos esenciales de la cosa o del servicio que puede esperarse sean conocidos del vendedor o proveedor; desde un punto de vista econmico, el
deber de informacin se justifica porque quienes la poseen son las fuentes
menos costosas y a la mano para proveerla. Bajo estas circunstancias, la
omisin por quien conoca o deba conocer la informacin relevante constituye dolo por reticencia, que da lugar a la accin de responsabilidad por los
daos provocados.
Por el contrario, la parte que no tiene ese conocimiento inmediato de la
cosa puede aprovechar la informacin que ha obtenido y que es desconocida
del vendedor; as ocurre, por ejemplo, con quien ha investigado las propiedades agrcolas de un suelo hasta entonces mediocremente explotado y negocia
su compra guardando legtimamente silencio de esos estudios;108 en la medicontraparte que le impona el principio de buena fe que impera en la celebracin de los
negocios jurdicos, y que recoge el art. 557 del Cdigo de Comercio, aplicable en la especie, pues es indudable que la convencin que suscribieron las partes constituye un verdadero seguro de salud (Corte de Concepcin, 12.11.2001, rol N 798-2001, confirmada por
CS [apelacin], 13.2.2002, rol N 4.582-2001).
Un anlisis desde el punto de vista de la buena fe de la diferencia entre la informacin a cuyo respecto se tiene la expectativa de que sea compartida y la que se espera sea
aprovechada como propia en Fried 1981 116; las reglas sobre vicios redhibitorios pueden
ser entendidas como casos de aplicacin de estos criterios, porque se puede asumir que el
vendedor o proveedor tiene una informacin que proviene de su condicin de tenedor de
la cosa y no de un particular esfuerzo, de modo que debe compartirla con la contraparte.
Una explicacin econmica de los deberes de informacin del vendedor o proveedor de
servicios, en oposicin a los deberes del adquirente, es que este ltimo puede hacer un uso
econmico valioso de esa informacin sin que con ello se desaliente la inversin en informacin socialmente valiosa, mientras lo contrario vale para el comprador (Shavell 2004 333);
en el mismo sentido, Fabre-Magnan en Beatson/Friedmann 1995 113 y 119, con referencia
a la inconveniencia de expandir la rescisin por error debido a la ignorancia del vendedor
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blico.
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b) De especial importancia en el derecho contemporneo son los deberes de informacin que la ley establece en beneficio de consumidores y
de los inversionistas en mercados de valores; a ello se agregan los deberes
de publicidad y lealtad en materia de condiciones generales de contratacin.118 En razn de estos deberes legales, la informacin sobre los productos ofrecidos o sobre las empresas emisoras de valores deviene en un
bien pblico, caracterizado porque no puede ser objeto de apropiacin.
Quienes poseen esa informacin por tener vinculaciones de propiedad,
administracin o servicio con la sociedad emisora no pueden usarla en su
propio beneficio. Las normas persiguen que no haya rivalidad en el control de la informacin. Su efecto preventivo lo logran imponiendo graves
costos a la exclusin de terceros, en la forma de sanciones administrativas
y de responsabilidad civil.
El legislador asume que es socialmente ms eficiente que la informacin en mercados masivos sea provista en la forma de un bien pblico. De este modo, se establece un stock comn de informacin que
queda a disposicin de consumidores e inversionistas. Ello permite
tambin la intervencin de expertos o servicios pblicos que la procesan (especialmente si descifrar su sentido requiere de particulares habilidades) y prestan servicios pblicos y privados de ilustracin o
asesora.
Al argumento econmico, que atiende al ptimo de informacin que
debe estar universalmente disponible para el correcto funcionamiento
de los mercados, se agrega uno propiamente de derecho privado. As
como el vendedor est obligado a develar los vicios ocultos de la cosa,
quien pone en circulacin bienes o servicios tiene el deber de buena fe
de reducir las asimetras de informacin de consumidores e inversionistas. stos tienen al contratar una expectativa normativa, fundada en la
confianza, que el proveedor o emisor de valores proporcionar toda la
informacin esencial acerca de los bienes o servicios ofrecidos al pblico. En definitiva, por razones econmicas y de justicia conmutativa, es
caracterstico en estos casos que no se pueda atribuir a consumidores e
118 La Ley de consumidores contiene amplios deberes de informacin que se extienden a las condiciones generales de contratacin (como condicin de validez) y a los bienes o servicios ofrecidos (artculos 3 letra b, 20, 28, 28 A, 32, 33, 35, 37, 45 y 46). La Ley
de valores establece un deber general de informacin: La inscripcin en el Registro de
Valores obliga al emisor a divulgar en forma veraz, suficiente y oportuna toda informacin esencial respecto de s mismo, de los valores ofrecidos y de la oferta (artculo 9 I).
La disposicin es completada por otras normas que la precisan (artculo 10) y complementan (artculo 12) y extienden esos deberes a personas que estn en una posicin de
tener informacin respecto de la sociedad emisora de valores (vanse especialmente los
artculos 12, 54, 54 A y 203); tambin regulan deberes de informacin los artculos 43
letra b, 65, 101, 102, 104 A, 131, 164 y 165; asimismo, la ley establece expresamente la
responsabilidad civil por incumplimiento de las normas legales y administrativas, tanto
respecto de la sociedad emisora de valores como de las dems personas obligadas (artculo 55); al respecto, vase supra N 632.
1024
1025
incumplimiento de las declaraciones y garantas da lugar a responsabilidad contractual, en los trminos que se hayan convenido o, supletoriamente, segn el derecho comn.
b) En definitiva, los extremos de los contratos negociados por empresarios con asesora profesional y los contratos masivos muestran que los deberes de informacin, como, en general, los que derivan de la buena fe, son
tanto ms intensos cuanto menores son las posibilidades reales que tienen
las partes de cautelar sus propios intereses durante la negociacin (de modo
que mayor es la confianza que deben poner en la contraparte).121
818. Deberes de informacin al concluir la negociacin. El Cdigo de Comercio se anticip a su tiempo al establecer deberes precontractuales que
protegen a la parte que de buena fe cree que el contrato se ha celebrado, a
pesar de que la aceptacin de la oferta ocurri cuando sta ya haba caducado (artculo 98 III), o cuando el oferente se haba legtimamente retractado
(artculo 100). Esas normas establecen deberes de lealtad que surgen despus del trmino de la negociacin. As, si el destinatario ha realizado gastos
o sufrido otros daos directos a consecuencia de la confianza en que haba
un contrato eficaz, el oferente le debe indemnizar esos perjuicios. De conformidad con las reglas generales de la responsabilidad precontractual, no
est incluido en la reparacin el inters positivo que habra reportado el
contrato, pues slo un vnculo contractual perfeccionado le habra otorgado ese derecho. Las reglas referidas son casos de aplicacin de los deberes
de lealtad que rigen en el perodo precontractual, de modo que se extienden al deber de avisar la terminacin de las negociaciones, aunque no se
haya llegado a formular una oferta propiamente tal.
819. Sancin del deber precontractual de proveer informacin. a) La omisin de informacin durante la negociacin de un contrato puede ser tenida por una reticencia dolosa que da lugar a una accin rescisoria, en la
medida que el error que se sigue del dolo haya sido determinante en el
consentimiento (artculo 1458 I). Aunque la omisin sea tenida por meramente negligente, la accin rescisoria procede por error si puede ser calificada de sustancial de conformidad con el artculo 1454.
121 Por lo mismo, es difcil formular una doctrina demasiado general respecto de los
deberes de informacin que no atienda a la posicin relativa de las partes en el contrato y
a los deberes recprocos que de ello se siguen. La doctrina individualista del contrato, que
se expresa en la regla caveat emptor del common law, impone a cada parte el deber de cautelar sus intereses; pero en ese mismo ordenamiento el derecho tiende a ser ms diferenciado cuando se trate de contratos con consumidores e inversionistas. El problema, por
consiguiente, consiste, por un lado, en definir los lmites legtimos de una negociacin puramente estratgica (que, en esencia, estn dados por el fraude y la mala fe) y, por otro,
concebir de una manera diferente contratos que por su naturaleza exigen una mayor confianza recproca. El error de la doctrina que tiende a generalizar este ltimo concepto de
contrato, radica, en mi opinin, en que se nutre de ejemplos unilaterales, referidos precisamente a contratos asociativos o fiduciarios (sobre el punto, Schfer/Bankowski 2002).
1026
b) La omisin de deberes de informacin tambin da lugar a responsabilidad civil. La reparacin alcanza a los daos que se siguen causalmente
de la falta de informacin (supra N 803); en consecuencia, en caso de
rescisin del contrato, no queda comprendido en la indemnizacin el inters positivo que la parte afectada puede haber tenido en el contrato que
esperaba celebrar.
Para que la responsabilidad recaiga sobre la parte que incurri en la
omisin, se requiere, de acuerdo con las reglas generales, que sta haya
tenido el deber de informar por exigencia de la ley o de la buena fe, que
la informacin le haya sido conocida y que la omisin en darla a conocer
haya sido determinante en la mala decisin de negocios del demandante.
g. Responsabilidad por informacin falsa o errnea 122
820. Hiptesis de informacin falsa. Una parte puede revelar informacin
durante la negociacin, sea a peticin de la contraparte, sea cumpliendo
un deber de informacin, o, finalmente, como una mera estrategia de
negocios. Cualquiera sea la razn por la cual la informacin es proporcionada, si ella es falsa, pueden seguirse perjuicios para la contraparte en las
negociaciones. La falsedad puede deberse a malicia de la parte que proporciona la informacin o a un error, que, a su vez, puede o no ser atribuible a su negligencia. En los prrafos siguientes son analizadas por separado
las hiptesis de falsedad de la informacin por malicia y por negligencia.
821. Informacin maliciosamente falsa. a) La doctrina est de acuerdo en
que si la informacin proporcionada por una parte con ocasin de la negociacin de un contrato es maliciosamente falsa e induce a engao a la
otra parte, hay lugar a responsabilidad; por extensin, rige esa regla si el
error en la informacin es atribuible a culpa grave. En consecuencia, es
indiferente si el demandado dio la informacin falsa a propsito o con
completa desaprensin respecto de la verdad (como ocurre si informa sobre hechos que desconoce); lo mismo vale si inform errneamente sobre
hechos que debi conocer en razn de su profesin u oficio (artculo
1861). La duda se plantea, entonces, respecto de la falsedad atribuible a
negligencia (infra N 823).123
122
En esta seccin slo se analizan los ilcitos de falsedad que dan lugar a responsabilidad por haber influido en decisiones de negocio de la vctima; en consecuencia, no se analizan cuestiones de causalidad (al respecto, Nez 2006 Captulo I 3 D); de especial inters
resultan en la materia los aspectos relativos al fin de la norma que establece el deber de
informar verazmente (supra 29); sobre el dao provocado por informaciones falsas (Nez
2006 Captulo I 3 E).
123
Prosser/Keeton et al. 1984 728, Abraham 2002 265, Epstein 1999 546. La entrega
de informacin maliciosamente falsa da lugar a los delitos penales tipificados por el artculo 59 de la Ley de valores.
1027
1028
(supra N 248), de modo que los perjuicios indemnizables son los causados por la confianza que la contraparte puso en la declaracin o en el
hecho del demandado, bajo el supuesto de que el curso conductual del
demandante haya estado determinado por ese engao.127
822. Maniobras fraudulentas y reticencia dolosa. a) Las maquinaciones
dolosas para engaar a la contraparte son ilcitas per se. Ms difcil de construir es el dolo por reticencia, caracterizado porque una de las partes omite informacin que habra resultado decisiva para la decisin de negocios
de la otra parte. Se trata de una extensin a los deberes de informacin de
la clsica distincin entre la responsabilidad por acciones y omisiones: en
la medida que se tiene un deber de comunicar informacin a la otra parte, y se omite hacerlo, a pesar de que es conocida (o debe ser conocida)
por quien tiene el deber de proporcionarla, la omisin da lugar a una
reticencia dolosa, que participa de los efectos del dolo, tanto a efectos de
la accin rescisoria como de la indemnizatoria (supra N 819).
b) Las reglas sobre reticencia dolosa se aplican especialmente respecto de
consumidores e inversionistas en valores de oferta pblica, de acuerdo con los
principios de publicidad que inspiran esos ordenamientos (supra N 816).
823. Deber de informar y deber de veracidad en la relacin entre las partes de una negociacin. a) En los prrafos anteriores han sido analizadas
diversas situaciones en que se exige informar a la contraparte o al mercado en general (supra Nos 811 y siguientes). Asumido que la informacin
fraudulentamente falsa da inequvocamente lugar a responsabilidad, sea
por daos causados a la contraparte en la negociacin o a terceros que
confan en ella, cabe revisar en este prrafo las hiptesis ms difciles, en
que la informacin resulta falsa por la mera negligencia del demandado.
b) Si con anterioridad a la celebracin de un contrato, una parte entrega informacin a la otra por deber o simplemente para inducirlo a
contratar, debe entenderse implcitamente comprendido un deber de cuidado respecto de la verdad de lo expresado. Sin embargo, de acuerdo con
las reglas generales de la responsabilidad por culpa, el error slo da lugar
a responsabilidad cuando pudo ser evitado empleando el debido cuidado;
lo contrario significara atribuir responsabilidad civil estricta por una declaracin inocentemente errnea (esto es, entregada con justa causa de
error).128 En consecuencia, la responsabilidad entre las partes de un contrato por informacin errnea se rige por los principios de la negligencia
(salvo que expresa o contextualmente una parte haya dado a la otra una
garanta de veracidad de lo que ha declarado).
Anlogamente a lo que ocurre con la responsabilidad por expresiones,
quienes deben entregar informacin en la etapa precontractual tienen un deber de
Restatement/Torts II 548 A.
Por completo distinta es la situacin en el plano de los vicios del consentimiento,
porque el error no requiere de un juicio de reproche sobre la conducta de la contraparte.
127
128
1029
veracidad y no de verdad; pero el alcance del deber de cuidado est determinado por la posicin de quien yerra y de las circunstancias del error,
segn las reglas generales de la responsabilidad por negligencia (supra
10 b y N 406).
c) Hay buenas razones para asumir que el deber de cuidar la veracidad
de lo que una parte expresa a la otra en el mbito de los negocios se
plantea de manera diferente en contratos de libre discusin que en contratos masivos. Como se ha visto, durante una larga negociacin contractual, especialmente si han participado expertos, es siempre posible que
cada parte exija a la otra una garanta de verdad de las declaraciones que
formula, de modo que la responsabilidad slo tiene lugar si se ha incurrido en omisin o falsedad atribuible a dolo o negligencia (supra Nos 815 y
817).129 Por el contrario, en contratos masivos, la verdad de lo declarado
por el oferente no puede ser objeto de indagacin por la contraparte, ni
hay oportunidad de negociar una garanta convencional, de modo que la
responsabilidad por la veracidad tender a acercarse a una garanta de
verdad; en consecuencia, la informacin falsa dar lugar a una presuncin
de responsabilidad, a menos que el proveedor pruebe que el error se debi a circunstancias ajenas a su control razonable (supra N 96).
824. Responsabilidad frente a terceros por informacin negligentemente
falsa. a) No slo pueden resultar falsas las declaraciones que una parte hace
a la otra durante la negociacin de un contrato. La falsedad tambin puede
provenir de terceros, distintos de quien ha participado directamente en la
negociacin. Los casos ms tpicos son el error negligente en las declaraciones que hacen los auditores externos de una compaa, que provocan una
mala decisin de negocios en terceros que confan en ellas; o el incurrido
por un abogado al informar a su cliente los ttulos de una propiedad, y en
cuyo informe confa un tercero adquirente para tomar su decisin de compra. No se trata en estos casos de responsabilidad precontractual en sentido
estricto, porque la informacin errnea no proviene de la contraparte, con
la cual se tiene un vnculo especial en razn de las tratativas, sino de un
tercero ajeno a la negociacin, pero que ha preparado un informe que es
determinante en la decisin de negocios de una de las partes.
b) La pregunta por la regla correcta de responsabilidad frente a terceros por expresiones de buena fe, pero falsas por negligencia, es fronteriza,
porque plantea serios problemas respecto de quienes deben entenderse
protegidos por el deber de cuidado. Si el universo de los legitimados activos es muy amplio, pueden verse afectados los flujos de informacin; si es
muy estrecho, se pueden lesionar intereses legtimos de quienes podan
esperar que la informacin era verdadera y que haba sido entregada pre-
129 Abraham 2002 271; en el derecho ingls se entiende que si una persona hace una
declaracin falsa resulta responsable, a menos que pruebe que tom el cuidado razonable
para evitar el error (Markesinis/Deakin et al. 2003 117, con referencia al caso lder Hedley
Byrne & Co. Ltd. v. Heller & Partners Ltd., 1964, AC 465).
1030
cisamente para que les sirviera de antecedente para contratar. Para determinar el alcance de la responsabilidad parece necesario atender a si la
informacin se ha emitido en cumplimiento de un deber de informar establecido a favor de terceros o si ha sido proporcionada para que terceros
adopten una decisin ilustrada de contratar (supra 29).
c) Si el error se comete en informes u opiniones dirigidos al pblico en
general, se puede asumir que el estndar de veracidad debe ser la culpa
grave, que rige en general en materia de expresiones. Ello debido a que la
informacin carece de un destinatario determinado y, adems, porque imponer una responsabilidad por error supone atribuir riesgos inconmensurables a quien emite los informes u opiniones, pudindose afectar
negativamente el flujo de informacin acerca de negocios (supra Nos 189 b
y 406 d).
Distinto es el caso de informes que se han preparado por encargo de
una persona determinada y que son entregados a terceros, quienes toman
decisiones de negocios confiando en su correccin (como puede ser un
informe privado de auditora o un informe jurdico acerca de los ttulos
de propiedad o acerca de la correcta constitucin de una sociedad). Por
lo general, el deber de cuidado sujeto a culpa leve se agota en estos casos
en la esfera contractual del encargo, a menos que haya sido preparado
con el fin preciso de ser entregado a terceros determinados. En este ltimo caso, el informe ha sido elaborado inequvocamente por cuenta e inters del mandante, pero con el fin de influir en la decisin de esos terceros.
Por el contrario, si el informe ejerce influencia en decisiones de terceros
indeterminados, todo indica que la responsabilidad est sujeta a la condicin de que se haya actuado con dolo o culpa grave, porque de lo contrario la responsabilidad excedera los lmites previsibles, atendido el origen
contractual del encargo (artculo 1558 I).
d) El derecho comparado dista de ser uniforme en la materia. Al respecto, conviene tener especialmente presentes las lneas de desarrollo en
el common law, por su particular sensibilidad al derecho de los negocios.
En el derecho ingls se ha entendido que los auditores slo son responsables frente a personas determinadas, en cuyo favor el informe ha sido evacuado, pero en ningn caso respecto de un amplio nmero de receptores,
de los cuales slo uno o algunos realizan efectivamente operaciones confiando en que no contiene errores.130 En el derecho norteamericano la res130
En Caparo Industries Plc v. Dickman (1990) 2 AC 605, se estim que un informe de auditora errneo, que llev a un accionista a hacer una oferta de compra de acciones de una
sociedad cuyo valor efectivo era nulo, no daba lugar a responsabilidad en la medida que no
se poda hacer distincin alguna entre un accionista y un tercero interesado en adquirir acciones o bonos emitidos por una sociedad, porque el fin de la norma no es proteger a accionistas individuales en sus decisiones de inversin, sino resguardar el inters colectivo de que
la compaa sea debidamente administrada, con la consecuencia de que la accin pertenecera slo a la sociedad; por el contrario, en Candler v. Crane Christmas & Co. (1951) 2 KB 164,
se haba estimado que si el informe de auditora fue preparado teniendo en vista un negocio
en particular, los auditores pueden resultar responsables frente a una clase definida de inte-
1031
Restatement/Torts II 552 establece la responsabilidad de quienes a ttulo oneroso y en el ejercicio de su negocio, profesin o empleo proporcionan informacin falsa para
la gua de otros en sus decisiones de negocios; la responsabilidad alcanza el dao patrimonial que se sigue de la confianza justificada en la informacin y tiene lugar a condicin de
que no se haya ejercido el cuidado o competencia en la obtencin o comunicacin de la
informacin; la responsabilidad se establece a favor del limitado grupo de personas en cuyo
beneficio y para cuya orientacin el informe ha sido preparado. La regla ha sido entendida
por la jurisprudencia en el sentido de que la relacin contractual de los auditores con la
compaa slo se extiende en proteccin de un limitado nmero de personas que previsiblemente actuarn confiando en el informe (Abraham 2002 272); as, se ha fallado que un
informe de auditora preparado para la memoria anual de una compaa no tiene por finalidad asistir a los accionistas en una operacin en particular, de modo que no puede generar responsabilidad por ese concepto (Nycal Corporation v. KPMG Peat Marwick LLP, 426
Mass. 491, 1998, 688 NE 2d. 1368, citado por Franklin/Rabin 2001 302). A favor de un mbito ms extenso de responsabilidad, se ha pronunciado la Corte francesa; as cass. com.,
17.10.1984 (JCP 1985 II 20458, citado por Van Gerven 1998 287), que cas una sentencia
que exima de responsabilidad frente al suscriptor de un aumento de capital a los auditores que haban incurrido en impropiedades al verificar el estado de ejecucin de ciertas
operaciones de la empresa auditada; bajo ese precedente, en la ley francesa basta probar
dao, culpa y causa; con todo la obligacin de los auditores en ese ordenamiento es tpicamente de medios, de modo que del solo hecho del error no se infiere incumplimiento contractual, ni ilcito extracontractual (Van Gerven 1998 288 y supra N 463.).
131
1032
menos que el informe est naturalmente dirigido a personas indeterminadas, como ocurre con ocasin de la colocacin de valores en el pblico.
Atendidos sus fines regulatorios generales, es razonable que se asuma una
regla ms amplia de responsabilidad de conformidad con la Ley de valores; este ordenamiento establece una responsabilidad solidaria de los auditores con los administradores de sociedades emisoras de valores de oferta
pblica que infrinjan disposiciones legales o reglamentarias, de modo que
los deberes de cuidado correlativos se entienden establecidos en favor de
cualquier inversionista (artculo 55 III).
e) Tambin puede asumir responsabilidad quien da informacin o consejo a alguien que tiene la intencin de contratar con un tercero, de quien
se solicitan referencias personales o comerciales. Es el caso de la recomendacin acerca de la honorabilidad comercial de un cliente que un banco
entrega a un tercero interesado en celebrar una operacin que envuelve
un saldo de precio; o del informe de auditora que es preparado por encargo de una de las partes de una negociacin para ser presentado a la
otra. No se trata, en estos casos, de una opinin o informacin divulgada a
un conjunto indeterminado de interesados, sino a terceros determinados
con quienes pretende contratar quien pide la opinin.
En estos casos la responsabilidad puede ser construida contractualmente
como una especie de contrato en favor de tercero; pero ello usualmente
significara extender la figura del artculo 1449 bajo una ficcin de que
existe un contrato entre quien provee la opinin o informacin errneamente falsa y el tercero que confa en ella. Por eso, todo indica que la
responsabilidad debe ser calificada de extracontractual: el auditor que con
negligencia informa erradamente el inventario del mandante que negocia
la venta de una compaa es responsable extracontractualmente frente al
tercero, porque convino en proporcionar una opinin o informacin precisamente para que el tercero actuara en la confianza de que el informe
era correcto. En consecuencia, no se excede el mbito de riesgo creado
por el contrato celebrado con quien hizo el encargo, si es demandado de
indemnizar los perjuicios causados a ese tercero.132 La responsabilidad puede estar sujeta a limitaciones, en la medida que el dao, adems de la
negligencia del profesional, es objetivamente atribuible a quien lo sufre,
por no haber tomado las precauciones que le resultan personalmente exigibles, segn las reglas generales (supra 34).
f) A pesar de que en la tradicin del derecho civil, a diferencia del
common law, por lo general, no se exige que los deberes de cuidado tengan
un beneficiario definido, las preguntas acerca de los lmites personales de
la responsabilidad por informaciones falsas se presentan con similares contornos. Ante todo, la obligacin contractual de los auditores y profesionales es de medios, de modo que del mero error no se infiere directamente
la culpa o al menos se admite la excusa de diligencia profesional (supra
132 Jones 2002 114, 141, con referencia a la exigencia de que el demandado sepa que
un tercero confiar en el informe.
1033
N 463);133 de ello se sigue que si se hace valer la responsabilidad extracontractual, ella no puede ser ms estricta que la nacida del contrato
que el experto tena con quien le hizo el encargo (supra N 463).
En seguida, al analizar la relacin causal, todo indica que se debe considerar en cada caso el fin de la norma o del contrato en que se conviene en
la preparacin del informe, a efectos de establecer quines estn protegidos por el deber de correcta informacin y tienen el derecho a demandar
indemnizacin de los perjuicios que les acarrea confiar en esos informes
que resultan ser falsos por negligencia del demandado (supra N 248).
825. Dificultad de establecer una regla general de responsabilidad por expresiones meramente negligentes. Fuera de los casos revisados en los prrafos precedentes, de informaciones provistas durante o con ocasin de
la negociacin de un contrato, debe entenderse que las expresiones falsas
en razn de mera negligencia no dan lugar a responsabilidad civil.134 Esta
conclusin se basa en que los ilcitos de expresin deben ser mirados con
particular cuidado, a menos que envuelvan dolo o culpa grave. Las opiniones y expresiones tienden a diseminarse sin control, de modo que el simple hecho de que el demandante haya actuado confiando en una
informacin o en opiniones de un tercero, con el que no tena una relacin especial de ninguna naturaleza, no es suficiente para establecer un
deber de cuidado a su respecto.135 As, por lo general, no se entiende en la
prctica de las relaciones sociales y de negocios que alguien pueda ser
hecho responsable por el solo hecho de dar a otro un consejo basado en
hechos falsos, que tena negligentemente por verdaderos; las expectativas
en tal caso coinciden con el inters por facilitar la comunicacin, aun a
costa de ciertos errores, lo que exige sustraerla de riesgos excesivos.136 Dis133
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que no se encuentra en esa condicin la propia sociedad, que en conocimiento de ciertas oportunidades de negocios las aprovecha para s.
e) La regla de la legislacin sobre mercado de valores tiene su origen
en las regulaciones norteamericanas que persiguen fortalecer la confianza
de los inversionistas.147 Pero, en esencia, responden a principios de lealtad
y neutralizacin de conflictos de inters que tambin ha desarrollado desde antiguo el derecho privado respecto de las sociedades y del mandato
(por ejemplo, en los artculos 2091, 2092, 2144, 2145, 2156).
Por eso, las reglas sobre informacin privilegiada pueden ser generalizadas a todas las situaciones en que una persona obtiene informacin en
una relacin de confianza o de servicio que le impide su apropiacin en
perjuicio de aquellos a cuyo respecto tiene deberes fiduciarios (como ocurre en la relacin del abogado con su cliente). Las restricciones tambin
valen para las oportunidades de negocios que directores, ejecutivos o controladores de las sociedades conozcan en razn de su cargo (Ley de sociedades annimas, artculo 42 N 6 y supra N 628).
A lo anterior se agrega, en el caso del mercado de valores, el fin general de proteger la fe pblica y los intereses de los inversionistas, velando
por un mercado equitativo, competitivo, ordenado y transparente, con adecuadas condiciones de equilibrio en la disponibilidad de la informacin.148
Concurren, de este modo, fines de orden pblico y propiamente de derecho privado, que conviene tener presentes al calificar en concreto la ilicitud. Por eso, la prohibicin tambin se extiende a terceros, que no estn
ligados por una relacin fiduciaria con la sociedad, pero que, sin embargo, en razn de negocios, de su profesin o de contratos estn en situacin de obtener informacin relevante a la que el pblico aun no accede.
f) La accin indemnizatoria tiene por antecedente la culpa infraccional
que supone contravenir las disposiciones del Ttulo XXI de la Ley de valores, que norman la informacin privilegiada (artculo 172 I). En principio,
la responsabilidad civil slo se extiende a los ilcitos definidos por la ley,
porque atendidos los fines regulatorios de esa legislacin especial, deben
tenerse por exhaustivas esas normas de proteccin de terceros, con quienes no se tienen relaciones fiduciarias (supra N 55). Distinto es el caso de
los deberes fiduciarios que se pueden tener respecto de clientes, socios, mandantes o personas jurdicas, que se rigen supletoriamente por los deberes
de lealtad que imponen las relaciones contractuales o los cargos en sociedades, que dan lugar a responsabilidad, adems, segn principios de derecho privado.
147 El origen de las regulaciones sobre informacin privilegiada parece encontrarse en
la conocida regla 10b-5 dictada urgentemente en 1942 por la Securities and Exchange Commission norteamericana luego de que el presidente de una compaa recorriera a los principales accionistas para ofrecerles la compra de sus acciones despus de tomar conocimiento
de que la empresa haba recibido un importante contrato de suministro militar (Klein/Coffee 2002 157).
148 Informe Interno Fiscala de Valores, 14-10, 1997, en Dictmenes Mercado de Valores 19811999, Santiago de Chile, 2001, 560.
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1040
en indemnizatoria si a este tercero se le puede atribuir algn tipo de participacin en la materializacin del ilcito (infra N 724).
La ley agrega una accin restitutoria en caso de que no hubiere perjudicados individuales por el acto abusivo. La pretensin restitutoria tiene por
objeto, en este caso, las sumas equivalentes al provecho que ha trado al
infractor la operacin ilcita, que deben ser entregadas a beneficio fiscal
(artculo 172 III); esta accin pertenece al Fisco como beneficiario legal
de la restitucin (aunque bien podra pertenecer a la sociedad, como ocurre en el derecho norteamericano).
i) La Ley de sociedades annimas tambin establece responsabilidades
por el aprovechamiento en beneficio propio o de personas relacionadas y
en perjuicio de la compaa de informacin de negocios que los administradores hayan conocido en razn de su cargo (supra Nos 626 y 628). Los
principios all establecidos son extensibles a cualesquiera relaciones fiduciarias, porque emanan de deberes de lealtad que se tienen respecto de
quienes desempean cargos de confianza.
i. Responsabilidad por infringir un deber jurdico de contratar
828. Contrato forzoso. En general, el derecho establece la contratacin forzosa en mercados donde la libertad contractual no garantiza resultados justos ni
eficientes, sea porque se trata de monopolios naturales, esto es, donde las
economas de escala del negocio determinan una tendencia a que haya un
solo oferente;152 en estos casos la ley suele establecer una obligacin de servicio pblico, en condiciones de precio y calidad fijados por la autoridad (servicio elctrico domiciliario, agua potable, servicios sanitarios). La obligacin de
contratar en condiciones no discriminatorias tambin se extiende a mercados
que an no son suficientemente competitivos, donde un oferente posee una
posicin dominante.153 La Ley de consumidores y la jurisprudencia sobre libre
competencia tambin han reconocido una especie de contrato forzoso al prohibir una negativa injustificada de venta, que afecta a quien ofrece al pblico
productos o servicios.154 En estas situaciones, existe un deber positivo de con152
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1042
las regulaciones sobre libre competencia se justifican cuando en el mercado respectivo existe una posicin de poder que no puede ser razonablemente desafiada por otros participantes. En la medida que ello supone
prever el futuro, y la competencia se funda en la imprevisible creatividad
humana, las regulaciones suelen tambin tener efectos indeseados, de modo
que su establecimiento exige un prudente anlisis prospectivo del mercado relevante respectivo.
Por eso, la legislacin sobre libre competencia delega en un tribunal
especial, de composicin mixta, la facultad de establecer reglas que favorezcan precisamente el despliegue de fuerzas competitivas en los diversos
mercados (DL 211/1973, artculo 18 Nos 2 y 3). Ello explica, asimismo,
que parte importante de la tarea del Tribunal de defensa de la libre competencia radica en analizar la estructura de los mercados y descubrir preventivamente las reglas que hacen posible neutralizar posiciones de poder
de mercado que resultan no desafiables: esta funcin preventiva y correctiva, pero no sancionadora, se muestra en las amplias facultades reguladoras
que la ley entrega al tribunal (DL/1973 211, artculo 18 Nos 2 y 3). Desde
luego que en estas materias el ordenamiento legal de la libre competencia
no da lugar a acciones de responsabilidad civil.
831. Ilcitos contra la libre competencia. a) En materia de competencia se
muestra con claridad que no todo dao provocado intencionalmente tiene que ser indemnizado (supra N 100): la competencia daa al competidor, pero aumenta la eficiencia econmica y permite que los consumidores
accedan a los mejores precios, de modo que est justificada por razones de
bienestar general (supra N 189). Por otra parte, la presuncin de justicia
de los contratos libremente convenidos tiene por supuesto que stos son
convenidos en mercados abiertos, donde las respectivas posiciones competitivas puedan ser legtimamente desafiadas por otros competidores.
De lo anterior se siguen dos conclusiones bsicas, que se sitan en las
fronteras del derecho de contratos y de la responsabilidad civil. Ante todo,
los daos que los competidores se provocan recprocamente, aunque respondan a estrategias competitivas conscientemente agresivas, no constituyen ilcitos que den lugar a responsabilidad (con el lmite de la competencia
desleal). En contraste, sin embargo, hay ciertos principios y reglas bsicas
que deben observar los competidores a efectos de que el mercado permanezca competitivo o desafiable. Estos principios son el trasfondo econmico estructural de la doctrina del contrato como ejercicio de la autonoma
privada, de modo que expresan las relaciones ms profundas entre el orden jurdico de derecho privado y el orden espontneo del mercado.156
b) De lo expuesto se sigue que no deben ser confundidos los dos planos del derecho de la libre competencia: el del control preventivo y mera156
Una resea sistemtica de estas ideas en Barros 2001 17; sobre sus orgenes en la tradicin econmica, desde A. Smith, Mestmcker 1986 59; un anlisis de los ilcitos contra la
libre competencia y de los daos resarcibles en De la Vega 2001 181 y 279, respectivamente.
1044
mente correctivo de posiciones de dominio de mercado y la potestad sancionadora que tiene por antecedente la comisin de ilcitos contra el orden de la competencia.
La responsabilidad civil en materia de libre competencia tiene su antecedente en la comisin de ilcitos competitivos. Por eso, su origen no se
encuentra en situaciones naturales, debidas a la estructura o a la evolucin de un mercado, que son corregidas por el Tribunal de defensa de la
libre competencia mediante resoluciones que fijan las condiciones para el
desarrollo de una actividad (DL 211/1973, artculo 18 Nos 2 y 3). De ello
se sigue que la responsabilidad no deriva de la sola circunstancia de adquirirse una posicin de dominio de mercado, sino de una conducta torcida
dirigida a producir ese efecto monoplico o del abuso de una posicin de
dominio de mercado ya existente.
En consecuencia, el antecedente de la responsabilidad civil est dado
por la calificacin jurdica de la conducta como ilcita por el Tribunal de
defensa de la libre competencia, esto es, en la culpa civil infraccional (supra 10 d 1 y DL 211/1973 y N 832). Por el contrario, no hay lugar a
responsabilidad civil si el Tribunal de la libre competencia se limita a dar
directivas, a efectos de facilitar la competencia (como usualmente ocurre
al autorizar fusiones o al pronunciarse sobre la estructura de ciertos mercados), sin dar por constatado ningn ilcito que merezca alguna de las
sanciones referidas en el artculo 26 del DL 211/1973.157
c) Los ilcitos contrarios a la libre competencia estn construidos en la
forma de una clusula general, que prohbe ejecutar o celebrar cualquier
acto, hecho o convencin que impida, restrinja o entorpezca la libre competencia o tienda a producir esos efectos (DL 211/1973, artculo 3 I).
Por va ejemplar, la ley entiende que son ilcitos los acuerdos de precios,
de produccin, de asignacin de zonas o cuotas de mercado (artculo 3 II
letra a); el abuso de posicin dominante, que se expresa en fijacin de precios, imposicin de la venta de otro producto (ventas atadas), el acuerdo o
imposicin de zonas o cuotas de mercado, as como cualesquiera otros actos
abusivos (artculo 3 II letra b); asimismo, se establecen como ilcitas las prcticas predatorias, consistentes en vender bajo los costos con la finalidad de
expulsar a un competidor y adquirir luego control del mercado, as como las
de competencia desleal que persigan igual finalidad (artculo 3 II letra c).158
Como es usual, es difcilmente determinable en concreto la precisa intencin monoplica, de modo que el tribunal, para dar por establecido el ilcito, slo puede inferir ese propsito de la conducta que tiene por efecto construir limitaciones a la competencia; en todo
caso, por tratarse de sanciones punitivas o infraccionales, la responsabilidad no puede ser estricta, porque ello contravendra principios asentados en el derecho penal e infraccional; lo
mismo vale en materia civil, porque la competencia inevitablemente afecta intereses de los
competidores, por lo que no es posible inferir la responsabilidad de la mera produccin de
un dao (prdida de clientela o de participacin de mercado, por ejemplo).
158 Las prcticas de competencia desleal son ilcitas con prescindencia de su eventual
finalidad monoplica, aunque tambin puedan tenerla; como se muestra en 67 b, la competencia desleal no atiende, por lo general, a la estructura competitiva del mercado, sino a
157
1045
Se comprueba que la determinacin de los ilcitos contra la libre competencia tiene por antecedente una referencia legal genrica en la norma
del artculo 3 I, sin perjuicio de establecer ilcitos intencionales ms precisos a ttulo ejemplar en las reglas siguientes. En verdad, la tarea de definir en concreto si ha existido una conducta contraria al orden del mercado
requiere de un anlisis jurdico y econmico especializado, que atienda
dinmicamente a la estructura y funcionamiento del mercado relevante
(esto es, considerando sus capacidades de autoadaptacin), lo que explica
que el Tribunal de defensa de la libre competencia tenga una conformacin mixta, de abogados y economistas.
A su vez, la intencionalidad de la conducta es parte esencial del ilcito, porque ste est caracterizado por la orientacin final del acto a producir un
efecto, querido o aceptado, que resulta contrario a la libre competencia
(hecho, acto o convencin que impida, restrinja o entorpezca la libre
competencia, segn la clusula general del artculo 3 I).159 As se explica
tambin que la ley establezca como criterios de determinacin de las multas el beneficio econmico obtenido, la gravedad de la conducta y la calidad reincidente del infractor, esto es, factores que atienden a la intensidad
del juicio de ilicitud (artculo 26 III).
En este aspecto significativo difieren las resoluciones sancionadoras del
Tribunal de defensa de la libre competencia (funcin sancionadora punitiva o infraccional), de las orientadas al propsito de garantizar la competencia en un cierto mercado, sin dar por establecido ilcito competitivo
alguno (funcin preventiva o correctiva de situaciones contrarias a la libre
competencia que no dan lugar a ilcito penal o infraccional). La responsabilidad civil no puede tener lugar en el mbito de la competencia leal a
menos que la conducta sea ilcita de acuerdo con las normas de la libre
competencia, de modo que tiene por supuesto privativamente el primer
grupo de hiptesis.
d) De especial importancia prctica son los acuerdos contractuales de no
competencia, que, por ejemplo, suelen seguir a enajenaciones de acciones o
hiptesis de abuso de un competidor respecto de otro, aunque de ello no se siga poder de
dominio de mercado.
159 E. Vergara 2006 64 muestra que la jurisprudencia chilena sobre ilcitos competitivos usualmente se refiere a los aspectos objetivos del tipo legal general, en la medida que
los fallos aluden a los efectos anticompetitivos de la conducta para dar por constituido el
ilcito contra la libre competencia; sin embargo, debe entenderse plenamente extensible a
los ilcitos infraccionales del DL 211/1973 el principio asentado por la doctrina penal que
ordena huir de la suposicin de que la realizacin de un tipo objetivo sea ya una parte del
injusto porque si al tipo objetivo le falta el correlato subjetivo, no es cualitativamente injusto (Jakobs 1991 224); en consecuencia, el dolo, aunque sea eventual, es condicin para
dar por establecido el ilcito. Distinto, como se ha visto, es el problema probatorio general
del derecho de que el juzgador slo puede acceder a las intenciones por va de inferencias;
con nfasis en la aplicacin de principios del derecho punitivo en materia de sanciones por
atentados a la libre competencia, Valds 2006 47, con referencias jurisprudenciales.
1046
160 Epstein 1999 576; lo que se tiene por contrario a las buenas costumbres puede ser
objetivamente considerado, esto es, sin referencia a la intencin efectiva del demandado
(Emerich 2004 84).
161 A modo de ejemplo, la ley alemana sobre competencia desleal estableca un ilcito
general, en cuya virtud poda ser condenado a indemnizar y a omitir una conducta quien,
en el desarrollo de una actividad y con fines competitivos, realiza acciones que son contrarias a las buenas costumbres (Gesetz gegen unlautere Wettbewerb, artculo 1 de la ley de 1906);
una jurisprudencia diferenciada fue precisando el alcance de la clusula general, hacindola
comprensiva del engao, la mentira a las autoridades (incluidos los tribunales), la fuerza, la
infraccin de deberes de lealtad con los socios, el abuso de poder de hecho o de derecho, la
infraccin de deberes fiduciarios, la induccin a incumplimiento de contrato, el soborno de
empleados y la infraccin de los deberes del mandato en perjuicio de un competidor (Weir
1997 48). La ley introducida en 2004, que es resultado de un siglo de evolucin legislativa y
jurisprudencial, establece como clusula general la prohibicin de actos de competencia desleal que son apropiados para afectar de una manera significativa la competencia en perjuicio
de los competidores (artculo 3). A falta de tipos ms precisos, internalizados por una prctica jurisprudencial, la idea matriz de la competencia desleal se expresa en la actuacin de mala
fe y abusiva (contraria a las buenas costumbres del comercio). En el derecho chileno, a la
fecha de publicacin de este libro, debera encontrarse ya aprobada una ley sobre la materia que recoge gran parte de las ideas aqu expuestas (Proyecto de ley para regular la com-
1048
ta inevitable atender (crticamente) a las percepciones de los participantes, esto es, de competidores y consumidores.162
Recogiendo una larga experiencia jurisprudencial, un importante especialista concluye que el concepto normativo indeterminado de buenas
costumbres supone el peligro de que la jurisprudencia exprese el puro
sentido subjetivo de lo correcto que tengan los jueces superiores, quienes
suelen definir intuitivamente (esto es, sin base emprica) el contenido del
estndar, con el riesgo de que a menudo conductas competitivas duras
pero lcitas, que ceden en beneficio de los consumidores, sean declaradas
contrarias a las prcticas competitivas aceptadas.163
Sin embargo, es inevitable que las legislaciones sobre competencia desleal incorporen una regla de generalidad equivalente al artculo 2314. La
especificidad radica en que, atendidos los bienes en juego, se requiere que
la conducta sea especialmente reprobable para que haya lugar a responsabilidad. El sentido de exigir un atentado a las buenas costumbres (u otro
concepto normativo equivalente) como requisito general de la competencia desleal es mostrar que no basta la falta de diligencia o la mera desconsideracin del competidor para constituir el ilcito. 164 Los ilcitos de
competencia desleal tienen en comn el inters de cautelar que la competencia no est falseada, ni dificultada por la fuerza o por maquinaciones de competidores. Concebida de esta manera, la regla no puede ser usada para interferir
con la competencia, sino debe ser entendida a la luz de las condiciones de
operacin de un sistema fluido de competencia.
834. Principales ilcitos especiales de competencia desleal. a) Si bien los
ilcitos de competencia desleal son proporcionales a los arbitrios de la mala
fe, por lo que se resisten a ser tipificados exhaustivamente (lo que justifica
que en las ms diversas legislaciones se establezca alguna clusula general), la doctrina los ha ordenado en tres grupos principales: i) el entorpecimiento malicioso o por la fuerza de la actividad del competidor; ii) el
engao al pblico o a persona determinada; y iii) la apropiacin de sus
atributos comerciales (nombre, identidad, productos, marcas).
b) La forma ms elemental de competencia desleal consiste en impedir
ilcitamente que terceros contraten con el demandante.165 Los medios ilcitos para
petencia desleal, Boletn N 3.356-03); desarrollando a partir de una clusula general una
serie de ilcitos especficos que precisan el sentido y alcance de la conducta competitivamente desleal.
Medicus 1997 257.
Emmerich 2004 68.
164 En verdad puede afirmarse que el comerciante prudente y diligente asume determinadamente el desafo de competir, de modo que el ilcito comienza en el abuso y no en
la desconsideracin.
165 As, tempranamente se fall en el common law que haba accin contra quien mediante golpes u otras perturbaciones impidiera el acceso al mercado del demandante (Restatement/Torts II 766, com. b).
162
163
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1050
169 La Ley de consumidores establece el ilcito de producir confusin en los consumidores respecto de la identidad de empresas, actividades, productos, nombres, marcas u otros
signos distintivos de los consumidores (artculo 28 A); la Ley de propiedad industrial sanciona a quienes usen maliciosamente una marca igual o semejante a otra ya inscrita en la
misma clase, a quienes usaren una marca ajena y a los que por cualquier medio de publicidad usaren o imitaren una marca ajena (artculo 28 letra a hasta letra c).
170 Epstein 1999 600, Weir 2002 178.
1051
de defensa de la libre competencia, las antiguas Comisiones Antimonopolio asumieron una amplia jurisdiccin en materias de competencia desleal, con independencia de si las conductas tenan un efecto reflejo en la
estructura competitiva del respectivo mercado. As, se controlaban y sancionaban conductas desleales como las siguientes:
Actos de confusin tendientes a embrollar al consumidor, generalmente usando marcas o modelos similares a los lderes del mercado.171
Actos de denigracin destinados a perjudicar la imagen de los competidores.172
Actos de imitacin de nombres, modelos o diseos. 173
Apropiacin de la reputacin ajena, mediante utilizacin de nombres o
modelos similares a los lderes del mercado.174
Publicidad comparativa engaosa tendiente a resaltar un producto o
perjudicar a la competencia, sin ser veraz, objetiva y demostrable a los
consumidores.175
Estas conductas aparecen comnmente vinculadas a conflictos de propiedad marcaria. As, por ejemplo, las comisiones resolvieron reiteradamente
que la inscripcin de una marca que tena por objeto nicamente impedir
el ingreso de un competidor con su denominacin conocida en el extranjero, y que no era utilizada en Chile, es contraria a la libre competencia,
aun cuando la inscripcin de propiedad fuera totalmente vlida de conformidad con la ley sobre propiedad industrial.176
b) Sin embargo, de conformidad con el texto actual del DL 211/1973,
el nuevo Tribunal de defensa de la libre competencia tiene el control sobre las prcticas predatorias, o de competencia desleal, realizadas con el
objeto de alcanzar, mantener o incrementar una posicin dominante (artculo 3, letra c). Con apoyo en esta norma, el tribunal ha limitado su
competencia a los casos en que el supuesto acto de competencia desleal
resulta idneo para alcanzar, mantener o incrementar una posicin dominante en el mercado relevante. En circunstancias que los actos de competencia desleal exceden en mucho las situaciones de dominio (estructural)
de un mercado, la competencia del Tribunal de defensa de la libre competencia ha quedado sustancialmente reducida en la materia. As, se ha decretado en materias de publicidad comparativa;177 publicidad engaosa;178
Por ejemplo, Comisin Preventiva Central, 8.10.2001, dictamen N 1.176.
Por ejemplo, Comisin Preventiva Central 17.1.2003, dictamen N 1.236, y Comisin Preventiva Central 30.1.2003, dictamen N 1.284.
173 Por ejemplo, Comisin Preventiva Central, 8.8.2003, dictamen N 1.266 (que rechaza la denuncia, pero describe las condiciones de este atentado especfico a la competencia leal).
174 Por ejemplo, Comisin Preventiva Central, 12.4.2001, dictamen N 1.153.
175 Por ejemplo, Comisin Resolutiva 6.10.1992, resolucin N 381.
176 As se sostiene, por ejemplo, en Comisin Preventiva Central, 12.4.2001, dictamen
N 1.153.
177 Tribunal de defensa de la libre competencia, 20.5.2005, sentencia N 17/2005.
178 Tribunal de defensa de la libre competencia, 20.12.2004, sentencia N 12/2004.
171
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1052
y denigracin comercial.179 En otro caso fue acogida la denuncia, precisamente porque las conductas de denigracin comercial, en opinin del
tribunal, eran relevantes a efectos de la libre competencia, porque eran
un instrumento para consolidar una posicin dominante en el mercado.180
La posicin del Tribunal de defensa de la libre competencia resulta
coherente con la historia fidedigna de la ley N 19.911, que reform el DL
211/1973; durante su discusin se plante incluir ampliamente los actos
de competencia desleal entre las conductas contrarias a la libre competencia, lo que fue descartado por la Comisin Mixta que estableci la norma
actualmente en vigor.
c) Atendidos los cambios legislativos referidos, debe entenderse que la
atribucin para conocer de actos de competencia desleal corresponde a
los tribunales ordinarios en lo civil, a menos que tambin importen un
atentado contra la libre competencia.
836. Cmulo de ilcitos. a) Los ilcitos de competencia desleal pueden
coincidir con los establecidos por el derecho de proteccin de los consumidores, con los provenientes de las leyes sobre propiedad industrial e
intelectual, con el ordenamiento de la libre competencia y con la proteccin del nombre y de los dems derechos de la personalidad (supra N 835).
As, por ejemplo, el engao acerca de los atributos o proveniencia de un
producto, adems de constituir un caso tpico de competencia desleal, puede tener efectos en la estructura competitiva de un mercado, en la medida
que su efecto sea construir una posicin de dominio de mercado (DL
211/1973, artculo 3 letra c); constituye un atentado contra los derechos
de los consumidores, porque su efecto es impedirles tomar decisiones libres e informadas (Ley de consumidores, artculos 28 y 28 A);181 puede
constituir un atentado contra el derecho de propiedad industrial del titular (Ley de propiedad industrial, artculo 28); finalmente, puede constituir un ilcito contra el derecho al nombre, como parte de los derechos
generales de la personalidad (supra 44 f).
El control civil de las buenas prcticas competitivas est entregado primeramente a los propios competidores, que tienen una accin de responsabilidad contra quien les haya causado perjuicios mediante actos de
competencia desleal.182 La accin de competencia desleal ejercida por el
competidor produce un efecto reflejo en beneficio de los consumidores
179
1053
que eran perjudicados por el engao (sin perjuicio de las acciones que
concede a estos la Ley de consumidores).
b) El concurso de normas puede ser propio, en la medida que de la
infraccin surjan para la vctima acciones de la misma naturaleza (como
ocurre con la accin indemnizatoria que se puede entablar con fundamento en actos de competencia desleal y por infraccin a normas sobre
propiedad industrial), o puede ser impropio, si las acciones contienen pretensiones diversas (como ocurre con el ilcito de competencia desleal en
que concurren perjuicios indemnizables al competidor afectado y a los
consumidores engaados).
Como se ver enseguida (infra N 838), el concurso propio de acciones
debiera ser resuelto a favor de la opcin, especialmente si se atiende a que en
este caso no existe una concurrencia de distintos ordenamientos de responsabilidad (contractual y extracontractual), sino de normas legales concurrentes que dan lugar a una accin de responsabilidad extracontractual.
En el caso de un concurso impropio, nada debiera obstar a que las acciones se acumulen, de modo que puedan ser ejercidas simultneamente o
ante los tribunales que respectivamente resulten competentes, porque si
bien los ilcitos en que se fundan son diferentes, todas las pretensiones
tienen por antecedente el mismo hecho (Cdigo de Procedimiento Civil,
artculo 18). Si los hechos dan lugar a diferentes ilcitos penales o infraccionales, se aplican las reglas y principios sobre concurso ideal de delitos
del derecho penal.183
c) Adems de sostenerse en la ratio iuris, las soluciones anteriores
tienen el efecto prctico de evitar que los juicios deriven inevitablemente en conflictos de competencia, en la medida que los diversos ordenamientos establecen procedimientos y jurisdicciones diferentes. En efecto,
en el caso del concurso propio, el actor puede elegir el ordenamiento
ms conveniente para hacer valer su pretensin indemnizatoria, o plantearla con fundamento subsidiario en uno u otro ilcito, si son conocidas
por el mismo tribunal y de acuerdo con el mismo procedimiento, segn
las reglas generales.
837. Instrumentos de proteccin de los intereses de competidores y consumidores. a) El inters ms inmediato que suele tener el afectado por
competencia desleal es la reparacin en naturaleza del dao que se le est
causando (supra 57). Para ese efecto, la accin ms pertinente es la de
cesacin del ilcito que causa el dao (supra 57 c). Son tambin medidas
que persiguen la reparacin en naturaleza aquellas que tienen por objeto la remocin del dao (supra 57 d). El camino de lograrlo es usualmente el conocimiento por parte de proveedores o clientes del acto de
competencia desleal, a cuyo efecto puede resultar de inters, por ejemplo, la publicacin de la sentencia condenatoria o una excusa pblica
del agente de dao.
183
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185
1056
839. Posibilidad de que concurran supuestos de responsabilidad contractual y extracontractual. Son numerosas las hiptesis en que un mismo hecho puede ser calificado como incumplimiento contractual y como ilcito
extracontractual. Para que exista concurso basta que un hecho que pueda
ser calificado de incumplimiento de un contrato, tambin sea un ilcito
extracontractual, en tanto el hecho dara igualmente lugar a responsabilidad aunque no hubiese contrato.
Si un mdico incurre en negligencia en la atencin de un paciente,
habr en su contra una accin de responsabilidad civil extracontractual; si
est vinculado por un contrato, como es la regla general, la misma negligencia da lugar a una accin de responsabilidad contractual; lo mismo puede
ocurrir con el transporte de personas, con los accidentes ocurridos en un
establecimiento hotelero o deportivo, con las relaciones de vecindad y en
muchos otros tipos de relaciones. Hay un concurso de responsabilidades
precisamente cuando un hecho constitutivo de un incumplimiento de contrato, tambin es un ilcito extracontractual, porque, prescindiendo del contrato, el hecho constituye una infraccin a los deberes generales de cuidado.
En tales casos, la pretensin indemnizatoria tiene por fundamento dos conjuntos de normas diferentes, de modo que, tcnicamente, se trata de un
concurso de normas que son fundamento de la responsabilidad.188
840. Inters de la opcin. La doble calificacin del ilcito lleva a preguntarse
si la vctima del dao debe seguir el camino del contrato, por el cual est
ligada, o si puede elegir la accin de responsabilidad extracontractual, si
ste le resulta ser el rgimen indemnizatorio ms conveniente. Como se ha
mostrado (supra 64), existen notables acercamientos entre la responsabilidad contractual y la extracontractual, en la medida que algunas antiguas
diferencias se han ido moderando (plazos de prescripcin, reparacin del
dao moral, rgimen probatorio). Sin embargo, an restan peculiaridades
que pueden justificar la preferencia del actor por hacer valer su pretensin
con fundamento extracontractual. As, la reparacin de daos morales suele
ser ms amplia en materia extracontractual, porque no est sujeta, en la
misma forma que en sede contractual, al requisito de previsibilidad; y, en
general, el requisito de previsibilidad opera de modo ms estricto en materia contractual. Por el contrario, para terceros que son vctimas del dao,
puede ser de inters que se extienda en su favor el manto del contrato,
especialmente en la forma de una estipulacin por otro, en atencin a las ventajas en materias probatorias, de responsabilidad por el hecho de auxiliares
e incluso por razones de procedimiento y jurisdiccin (como ocurre en materia de responsabilidad por accidentes del trabajo).
841. Principio de primaca del contrato. a) La primaca del contrato sobre
la responsabilidad extracontractual se muestra con toda evidencia si se
considera que contractualmente se pueden regular conductas que de lo contrario
188
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1059
Siguiendo esa lnea de pensamiento, la doctrina dominante en el derecho comparado seala que no hay razn lgica para excluir la aplicacin
del estatuto de responsabilidad extracontractual.192 El argumento determinante radica en que los deberes generales de cuidado que se tienen respecto de la persona y la propiedad de los dems pueden ser definidos por
el contrato (y, en tal sentido, el contrato predomina); por el contrario, a
falta de esa determinacin convencional, no se puede entender que haya
intencin implcita de excluir la aplicacin de norma alguna del derecho
comn. Por eso, a falta de regla contractual que excluya la aplicacin de
algn ordenamiento, debe entenderse que el actor puede optar por el estatuto
legal que le resulte ms conveniente, a menos que haya alguna razn especfica para
que prevalezca el estatuto contractual (como ocurre, por ejemplo, con el predominio de la regla del artculo 1547, sobre el cuidado que debe aplicar el
deudor en contratos gratuitos). sta es esencialmente la doctrina asumida
en los derechos espaol, alemn e italiano, que, por regla general y con
reservas como las anotadas, reconocen al actor el derecho a optar por el
fundamento jurdico que resulte ms conveniente a su pretensin.193
843. Discusin de la procedencia de la opcin: criterio abstracto o ratio
iuris? a) En pocas reas del derecho de obligaciones se muestra con ms
nitidez que en la opcin de acciones, la tendencia a razonar de una manera puramente mecnica y conceptual, que desatiende la finalidad de los
institutos en juego.194 Desde un punto de vista estrictamente conceptual es
sencillo concluir que no procede la opcin, porque en casos de conflicto
de normas debe prevalecer el contrato en virtud del principio de especialidad; pero esa conclusin no es irrefutable, ni siquiera de acuerdo con sus
propios supuestos. En efecto, una argumentacin lgico-formal puede tambin llegar a la conclusin inversa, porque cuando una situacin de hecho
es calificable bajo distintos conjuntos de normas, puede entenderse que
no existe un conflicto de normas que se excluyen recprocamente, sino una
concurrencia alternativa (supra N 838), de modo que al actor corresponde
optar por la accin que le resulta ms favorable.195 En consecuencia, los
esfuerzos por resolver el problema desde un punto de vista puramente
lgico no conducen a un resultado concluyente.196
192
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1061
acreedor contractual, a falta de convencin en contrario, no pueda pretender, invocando las normas de la responsabilidad extracontractual, la
indemnizacin de daos imprevisibles, que escapan al mbito de riesgo
del contrato (artculo 1558); ni tampoco podr invocar culpa leve, con
fundamento en la responsabilidad extracontractual, si de acuerdo con el
contrato el deudor responde de culpa grave (artculo 1547).199
d) En otros ordenamientos jurdicos, donde existe una diferencia sustancial en los plazos de prescripcin de la accin emanada del incumplimiento contractual y de la proveniente del ilcito extracontractual, tiene
gran importancia prctica la opcin, porque es usual que el plazo para
interponer la accin con este ltimo fundamento sea mayor que en materia contractual. Aun as, tambin en el derecho chileno existen diferencias
que pueden justificar el inters del demandante por ejercer la accin de
responsabilidad extracontractual. En particular, la opcin es relevante si el
dao se manifiesta cuando la accin contractual est prescrita (supra
N 710). Todo indica que la diferencia de estatutos de prescripcin, que se
explica por razones ms bien histricas que sistemticas, no constituye una
diferencia que excluya la opcin en atencin a la ratio legis de la norma del
artculo 2515 I. Por eso, si se opta por interponer la accin de responsabilidad extracontractual, debiera entenderse que la prescripcin se cuenta
de conformidad con el artculo 2332, del modo como ha sido interpretado
por la jurisprudencia (supra N 711); en tal caso, como es obvio, la materia
de la litis slo podr ser la reparacin indemnizatoria, y no las pretensiones que tengan por antecedente el contrato.
844. Jurisprudencia chilena en materia de opcin. Cada vez que la jurisprudencia chilena ha definido en abstracto el concurso de acciones, ha tendido
a formular una regla general que excluye la opcin de responsabilidades y
se inclina por la preeminencia de la responsabilidad contractual.200 En la
prctica, sin embargo, se han seguido lneas divergentes. Especialmente en
casos de responsabilidad mdica, se ha aplicado el estatuto de responsabilidad extracontractual, a pesar de que la responsabilidad poda ser calificada
de contractual; en algunos casos se ha sealado expresamente que una relacin contractual entre la clnica y el actor no obsta que se apliquen las
normas de los artculos 2314 y siguientes; o simplemente se han aplicado
estas normas a pesar de que los hechos mostraban la existencia de un conel estatuto extracontractual en un caso como el referido (BGH, 16.9.1987, citado por Cabanillas/Tapia 1993 72).
200
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trato (supra 50 c).201 La misma actitud tom tempranamente la jurisprudencia respecto del contrato de transporte.202 Por el contrario, en materia
de responsabilidad civil por accidentes del trabajo se ha estimado exclusivamente aplicable el estatuto contractual para la relacin entre el empleador y
el trabajador y el extracontractual para la accin de quienes alegan haber
sufrido dao reflejo o por rebote; pero ello no en razn de un rechazo de la
opcin, sino porque se ha negado la calificacin contractual a la accin de
las vctimas de dao reflejo (supra N 502).
Estas indefiniciones son explicables de acuerdo con lo sealado en esta
seccin: la adopcin de una regla estricta que rechace o acepte la opcin
tiene la ventaja de la simplicidad, pero no necesariamente da cuenta de
los institutos en juego. Por eso, resulta preferible una regla que acepte, en
principio, la opcin de la vctima de entablar la accin de responsabilidad
extracontractual, con la reserva de que esa opcin encuentra su lmite en
las reglas contractuales que perderan sentido si se aceptaren sin reservas
los requisitos y efectos de la responsabilidad extracontractual. Con esta
reserva, como se ha visto en esta seccin, la doctrina comparada tiende a
estimar aceptable la opcin.
b. Aspectos procesales de la concurrencia de responsabilidades
845. Planteamiento. La calificacin de los hechos bajo un estatuto de responsabilidad contractual o extracontractual es una cuestin sustantiva, que
debe ser resuelta de acuerdo con el derecho civil. Tambin es una cuestin civil si el actor puede optar entre una u otra accin o si, por el contrario, los daos slo pueden dar lugar, excluyente y alternativamente, a una
accin de responsabilidad contractual o extracontractual. Asumida en la
seccin anterior una posicin a ese respecto, cabe ahora plantearse algunas preguntas procesales conexas, que se refieren a la concurrencia de
acciones y pretensiones con fundamento contractual y extracontractual.
Atendido el objeto de este libro, se evitar entrar en la discusin an abierta
que se suscita en el mbito del derecho procesal.203
846. Ejercicio conjunto de las acciones de responsabilidad contractual y
extracontractual. La primera cuestin se refiere al ejercicio conjunto de
201
De este modo, se ha fallado que en circunstancias que la negligencia mdica y hospitalaria puede incluirse indistintamente en el supuesto de hecho de la normativa contractual y
extracontractual es preferible otorgar a la vctima la opcin de elegir la va extracontractual,
aunque el demandado pruebe que exista un vnculo contractual previo al dao (Corte de
Concepcin, 10.8.2000, confirmada por CS [cas. forma y fondo], 24.1.2002, GJ 259, 38); en
el mismo sentido, Corte de Santiago, 28.1.1993, GJ 151, 54, y 17 Juzg. Civ. de Santiago,
5.1.2005, rol N 174-2003, con com. de C. Pizarro en Rev. Fueyo 6, 2006, 149.
202
As, CS, 13.12.1920, G. de los T., 1920, 2 sem., N 67, 357; CS, 21.9.1923, RDJ, t. XXII,
sec. 1, 481.
203
Al respecto, como en todas las materias tratadas en esta seccin, vase el excelente
estudio de I. Tapia en Cabanillas/Tapia 1993 170.
1063
acciones por ambos tipos de responsabilidad en un mismo juicio. En circunstancias que las pretensiones indemnizatorias o de reparacin en naturaleza sean idnticas y tengan por fundamento el mismo dao (en un caso
de responsabilidad mdica, por ejemplo), es inequvoco que ambas pretensiones no pueden acumularse, porque ello dara lugar a un enriquecimiento
sin causa. Sin embargo, nada impide que se demande la responsabilidad
por incumplimiento contractual y subsidiariamente por ilcitos extracontractuales, o viceversa, segn la regla del artculo 17 II del Cdigo de Procedimiento Civil. A falta de texto expreso, podran presentarse preguntas
respecto de la interposicin alternativa de ambas acciones; sin embargo, es
difcil encontrar una razn para impedir al actor demandar la indemnizacin, o incluso la reparacin en naturaleza, con fundamento contractual o
extracontractual, segn estime procedente el tribunal.
847. La confusin de regmenes de responsabilidad es inadmisible. a) Bajo
la hiptesis de que se acepte la opcin entre acciones de fundamento contractual y extracontractual, cabe preguntarse si debe exigirse la integridad
de la accin entablada, esto es, si resulta aceptable que la accin se funde
parcialmente en uno y otro estatuto de responsabilidad. se sera el caso si
el demandante, por un lado, invoca el contrato como antecedente de la
responsabilidad por el hecho de terceros (que lo favorece, porque en materia contractual el demandado responde de los hechos de los agentes como
si fueran propios), y, por otro, alega el ilcito extracontractual a efectos de la
determinacin de los perjuicios reparables (que tambin le favorece porque
esa responsabilidad no est limitada por la previsibilidad del dao). La respuesta es inequvoca en el sentido de que el derecho es indivisible, con la
consecuencia de que el rgimen aplicable es la responsabilidad contractual
o extracontractual, pero no una mezcla de ambas,204 pues de lo contrario
elementos de la responsabilidad que estn interconectados orgnicamente
entre s podran ser aleatoriamente utilizados fuera de su contexto normativo.205 En consecuencia, el actor podr optar entre ambos estatutos (o pedir
que el demandado sea condenado de acuerdo con un estatuto y en subsidio
por el otro), pero no puede pedir que la responsabilidad por el hecho ajeno se rija por el derecho de contratos (que le favorece) y la accin se dirija
solidariamente contra los varios obligados de acuerdo con las reglas de la
responsabilidad extracontractual (que tambin le favorece). Lo mismo vale
en materia probatoria, de prescripcin, de previsibilidad del dao indemnizable y en las dems materias en que un rgimen de responsabilidad puede
resultar puntualmente ms ventajoso.
b) A la inversa, s puede ocurrir, en razn de la ratio legis del ordenamiento contractual preterido, que la opcin del actor por la responsabilidad extracontractual deba ceder en algn punto crucial.206 As, si el acreedor de un
204
1064
contrato de prestaciones mdicas opta por la accin de responsabilidad extracontractual, la indemnizacin no se puede extender a los perjuicios imprevisibles, ni el demandado puede verse sujeto a un grado de diligencia superior a
la que corresponda al tipo de contrato celebrado. sta es una consecuencia
de la regla hermenutica fundamental, en cuya virtud debe entenderse aplicable la norma dispositiva o de orden pblico del derecho de contratos, que
perdera sentido si a su respecto fuese aceptada la opcin (supra N 843 b).
En estos casos, no existe confusin de regmenes aplicables; simplemente se
trata de los lmites a que est sujeta la pretensin indemnizatoria del demandante, si opta por el estatuto de responsabilidad extracontractual.
848. Efectos de la errnea calificacin jurdica del fundamento de la pretensin indemnizatoria. a) Mayor dificultad plantea la pregunta acerca de la
errnea calificacin jurdica que el actor pueda haber hecho de su accin
en la demanda, como ocurrira si se ha demandado responsabilidad extracontractual y, sobre la base de los hechos probados en la causa, el tribunal
estima que la responsabilidad es contractual. En ese caso entran en juego
dos criterios normativos que apuntan en direcciones diferentes: por un lado,
el principio de que una vez establecidos los hechos el juez es soberano para
determinar el derecho aplicable (que se expresa en el aforismo iura novit
curia); por otro, el principio de congruencia entre lo pedido y lo fallado, en
cuya virtud el juzgador debe pronunciarse sobre la accin entablada, lo que
limita su facultad para decidir ms all de lo que ha sido objeto de la litis.207
b) Desde un punto de vista civil, la pretensin es el fin concreto que el
demandante persigue obtener del demandado por medio de la accin judicial (por ejemplo, restitucin de una cosa, indemnizacin de perjuicios,
reparacin en naturaleza de un dao, entrega de lo debido). La pretensin es el puente entre el derecho sustantivo y el procesal, porque tiene su
fundamento en la norma de derecho privado y se materializa mediante los
instrumentos jurisdiccionales.208 Las acciones de responsabilidad contractual y extracontractual suelen contener la misma pretensin: que se indemnice al demandante los perjuicios sufridos.
Sin embargo, porque son diferentes las normas que se invocan como
justificatorias de la accin, pueden ser tambin diferentes las condiciones
de admisibilidad de una y otra pretensin. En el caso de un accidente pro207 Cabanillas/Tapia 1993 205; en el derecho chileno se ha fallado que resuelve una accin distinta de la planteada y se extiende a un punto no sometido a su decisin, el tribunal
que razona acerca de la responsabilidad en que incurre quien se retracta de celebrar un contrato solemne, asumiendo los sentenciadores que la pretensin de resarcimiento del actor corresponde a una accin para hacer efectiva la responsabilidad precontractual del demandado,
en circunstancia que del libelo se desprende que se ha ejercido una accin fundada en un
supuesto incumplimiento contractual (CS, 22.11.2001, GJ 257, 56); asimismo, se ha fallado
que incurre en el vicio formal de ultra petita la sentencia que establece el carcter contractual
de la relacin entre actor y demandado, en circunstancias que aqul accion para obtener la
declaracin de responsabilidad extracontractual (CS, 31.7.2006, rol N 2.983-2004).
208 Larenz/Canaris 1994 597.
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852. Daos por incumplimiento de obligaciones legales. a) Las obligaciones legales presentan una doble estructura, que es tpica de las obligaciones contractuales, porque la responsabilidad tiene por antecedente el
incumplimiento de una obligacin preexistente. Por eso, la obligacin legal
puede ser hecha valer en naturaleza mediante la ejecucin forzada, de conformidad con el juicio ejecutivo que corresponda; se entiende que esta pretensin es sin perjuicio de la indemnizatoria que corresponda por el retardo.
As ocurre tpicamente con la obligacin de pagar alimentos o con la obligacin tributaria. En consecuencia, desde el punto de vista de las acciones
de que dispone el titular del derecho, la analoga estructural ms fuerte es
con las obligaciones contractuales.
Por lo mismo, puede estimarse que en materia de constitucin en mora
y de prescripcin domina la circunstancia de que la responsabilidad tiene
por antecedente una obligacin preexistente, de modo que resultan aplicables las reglas generales de la prescripcin extintiva. Ello es consecuencia de la analoga estructural con la obligacin contractual, lo que lleva a
que la obligacin legal slo se tenga por incumplida si el deudor est
constituido en mora y a que la obligacin (de primer grado) se extinga en
el plazo general de cinco aos de prescripcin extintiva de las obligaciones contractuales (artculos 2514 y 2515).
b) Con todo, la obligacin legal no tiene su fuente en la convencin, ni su contenido puede estar determinado por las partes, de modo
que no le resultan aplicables las reglas de los contratos, que tienen por
preciso supuesto que la obligacin emana de un acuerdo voluntario.
se es particularmente el caso respecto de la limitacin de la responsabilidad a los perjuicios previsibles. Eso lleva a suponer que las condiciones y efectos de la responsabilidad son las de la responsabilidad
extracontractual.
De eso tambin se sigue que la responsabilidad por incumplimiento de
obligaciones legales debe ser construida con criterios tpicos de la responsabilidad extracontractual. La analoga con el contrato se agota en la fase
de la obligacin principal de primer grado (a diferencia del mbito extracontractual, en que estamos sujetos a deberes generales de conducta que
carecen de naturaleza obligatoria); por el contrario, en materias propiamente de responsabilidad por daos que se siguen del incumplimiento de
la obligacin, son ms fuertes las analogas con la responsabilidad impuesta por el derecho y no por el contrato.
853. Cuasicontratos y situaciones de analoga contractual. Las relaciones
obligatorias calificadas de cuasicontractuales suelen presentar analogas
con algunos tipos contractuales: la comunidad con la sociedad; la agencia oficiosa con el mandato; la restitucin de lo no debido con las obligaciones contractuales restitutorias. Algo semejante ocurre entre las hiptesis
de representacin legal y voluntaria respecto del mandato. Desde un punto de vista histrico, esta analoga result determinante en el derecho
romano para que estas obligaciones fueran llamadas cuasicontractuales
(supra N 4).
1070
Por eso, desde el punto de vista interno, estas relaciones dan lugar a
deberes de cuidado que se entrecruzan con las figuras contractuales afines.
Para definir, por ejemplo, el cuidado del representante legal o del agente
oficioso es necesario mirar hacia las obligaciones fiduciarias del mandatario,
que han sido objeto de un desarrollo jurdico ms refinado; y as sucesivamente. El mismo criterio resultar aplicable en materia de constitucin en
mora y de prescripcin, precisamente porque los deberes de cuidado son
homologables, en el sentido indicado, a una relacin contractual.215
La pregunta ms relevante se plantea respecto de los dems aspectos
de la responsabilidad civil, una vez que se da por acreditada la infraccin a
un deber de cuidado. Pareciera que la mejor solucin en estos casos es
extender la analoga contractual, precisamente porque sta resulta determinante al momento de dar por establecido el ilcito.216
854. Carcter general y supletorio del estatuto de responsabilidad extracontractual. La responsabilidad extracontractual es el estatuto general y supletorio precisamente porque comprende todas las hiptesis en que no hay
vnculo obligatorio previo y en que el encuentro entre las partes es espontneo y no se encuentra predeterminado. La obligacin contractual y la responsabilidad correlativa son excepcionales. Sin embargo, como se ha visto
en los prrafos precedentes, en el caso de las obligaciones legales y de las
que derivan de relaciones de semejanza contractual, es necesario atender a
las caractersticas particulares de unas y de otras para definir el alcance de la
responsabilidad, segn sean las analogas que resulten ms relevantes a efectos de resolver las diversas preguntas que plantea el juicio jurdico de responsabilidad. Lo cierto es que la subsuncin en abstracto de estos estatutos
especiales de responsabilidad bajo el ordenamiento contractual o extracontractual es un esfuerzo sistemtico que puede tenerse por frustrado.
215 Es en este sentido, de modo especialmente claro, que el artculo 2287 establece que
las obligaciones del agente oficioso o gerente son las mismas que las del mandatario.
216 En el mismo sentido, tentativamente como aqu, Corral 2003 41.
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CAPTULO XIII
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El seguro de daos tiene por objeto cubrir los daos sufridos por el
beneficiario, que puede ser el contratante o un tercero; en consecuencia,
la obligacin del asegurador depende simplemente de que se materialice
el riesgo de dao a la persona o las cosas. Por el contrario, que el dao
acaezca en un cierto mbito de actividad es slo uno de los requisitos de la
cobertura del seguro de responsabilidad civil, porque se requiere, adems,
que ste provenga de un hecho del asegurado o de un tercero que d
lugar a responsabilidad, segn sea el estatuto aplicable (de responsabilidad estricta o por negligencia). De ah que el seguro de responsabilidad
civil sea necesariamente residual, porque slo una proporcin menor de
los daos que estamos expuestos a sufrir provienen de un hecho ilcito o
de eventos que generan la responsabilidad civil de terceros.3
b) El seguro de daos puede asumir dos formas, segn quien sea el
beneficiario. La primera consiste en el seguro que cubre los daos del propio asegurado suscriptor de la pliza o de terceros individualizados (eventualmente de su ncleo familiar), en cuyo caso, el mero hecho del dao
da lugar a la obligacin del asegurador (first party insurance). Una segunda
variante est constituida por el seguro de daos en favor de terceros, que agrega como requisito de cobertura que el dao sea la consecuencia de un
hecho de quien contrata la pliza, o que el accidente se produzca dentro
del mbito de una relacin de quien contrata el seguro con la vctima del
accidente. Tpicos del seguro del primer tipo son los seguros mdicos o de
vida, as como los seguros de incendio o dao a bienes propios; al segundo tipo pertenecen algunos seguros obligatorios, que la ley establece en
proteccin de ciertas vctimas, con independencia de que se haya incurrido en negligencia, como ocurre con el seguro obligatorio por daos corporales causados por vehculos motorizados (ley N 18.490, artculo 6)4 y
con el seguro por accidentes del trabajo (ley N 16.744, artculo 5);5 el
seguro de daos tambin puede proteger bienes de terceros, como ocurre
tpicamente con el seguro contratado por el transportista para cubrir los
riesgos de las cosas transportadas, cualquiera sea la causa del accidente.6
El segundo grupo de seguros de daos, que cubre daos sufridos en la
persona o bienes de un tercero, presenta cierta analoga con el seguro de
responsabilidad civil. La semejanza radica en que ambos tienen por objeto
indemnizar a terceros, distintos de quien lo contrata. La diferencia est
3 Esta circunstancia, de que el seguro de responsabilidad civil slo cubra un conjunto
limitado de riesgos, es precisamente la razn para no confundirlo con los sistemas de seguridad social, cuya funcin es simplemente asegurar frente a riesgos de la vida, con independencia de su fuente (infra N 848).
4 Supra 52 g.
5 Supra 51 b.
6 A veces se ignora que el seguro de daos a terceros, que es por completo independiente del juicio de responsabilidad civil, puede ser un sustituto funcional a las interferencias conceptuales que tanto perturban en el seguro obligatorio de responsabilidad civil; en
este sentido, con nfasis precisamente en los seguros ms generales, como son los de accidentes del trnsito y del trabajo, Chabas 1993 87.
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13 Una resea sociolgica de la influencia del seguro en la responsabilidad civil, especialmente en el derecho francs, en M. Tapia 2006 20.
14 La objetivacin de la culpa tiene por s misma un efecto que neutraliza la idea de
responsabilidad personal, como han mostrado los crticos al concepto objetivo de culpa;
vase, sin embargo, supra N 43.
15 La constatacin de que la responsabilidad civil ha tenido un progresivo desarrollo
hacia su propia expansin, debe ser mirada con la reserva que plantea Chabas 1993 84, en
orden a que tambin desde dentro est amenazada por una especie de desmesura que la
desva de sus fines esencialmente correctivos y preventivos (supra 3).
16 Prosser/Keeton et al. 1984 589; particularmente intensa ha sido esa influencia en el
derecho francs, donde sin embargo han aparecido, especialmente en los ltimos aos, significativas voces de alerta (sobre la evolucin jurisprudencial, legal y doctrinaria en el derecho francs, M. Tapia 2006 18).
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19 En el derecho ingls se ha desarrollado la prctica de impedir que los jurados conozcan si el demandado est asegurado o de instruirlos en orden a que esa circunstancia es
irrelevante; y cuando la culpa y el dao son fijados por los jueces, las Cortes revocan los
fallos si toman en consideracin que el riesgo est asegurado (Atiyah/Cane 2002 205).
20 Se han tomado como referencias generales para el contrato de seguro en el derecho chileno Varela 1959, Baeza 1992, Sandoval 2001 187, Contreras 2002 y Achurra 2005 I;
en general sobre el seguro de responsabilidad civil es muy didctico y comprensivo Corral
2003 365; pueden tambin consultarse los ensayos de Achurra 2005 II; sobre las relaciones
entre el seguro y la responsabilidad civil, R. Domnguez . 2001 y M. Tapia 2006. Entre las
obras generales comparadas, el enfoque ms comprensivo de las relaciones entre la responsabilidad civil y otros instrumentos jurdicos y polticos de compensacin daos, incluido el
seguro de responsabilidad, me parece Atiyah/Cane 2002 passim, en especial 182; las dems
referencias comparadas utilizadas en esta seccin estn tomadas esencialmente de Reglero
en Reglero 2002 a 603, para el derecho espaol, con anlisis de las directivas europeas sobre seguros obligatorios; Viney/Jourdain 2001 639, para el derecho francs; Fleming 1992
395 para el common law de influencia inglesa; Prosser/Keeton et al. 1985 584, para el derecho norteamericano.
21 Prosser/Keeton et al. 1985 585.
1079
gurado o del hecho ajeno que afecte la responsabilidad civil de aqul (Cdigo de Comercio, artculo 552).
Lo cierto es que no hay evidencia de que la generalizacin del seguro de
responsabilidad civil haya producido los efectos adversos que justifican esas
limitaciones.22 A ello se agrega que la responsabilidad civil no puede ser
concebida como un juicio subjetivo de reproche (supra 10 a), de modo
que el trasfondo moral de esa doctrina ha tendido a diluirse.23 Por lo dems,
la informacin acerca del comportamiento de los asegurados a lo largo del
tiempo permite crear incentivos de mercado al correcto comportamiento,
en la medida que las propias compaas aseguradoras pueden graduar sus
primas en atencin al riesgo especfico que plantea cada asegurado.
b) Hoy no existen en el derecho comparado disputas acerca de la licitud
del seguro de responsabilidad civil estricta o por negligencia. A pesar de las
normas referidas, el derecho chileno ha entendido de lege ferenda que el seguro de responsabilidad civil es vlido; ello ha sido confirmado por las normas
legales que lo imponen como requisito para desarrollar ciertas actividades
(infra N 869) y por las numerosas plizas registradas en la Superintendencia
de Valores y Seguros para garantizar diversos mbitos de responsabilidad.
862. Elementos del seguro de responsabilidad civil. Proteccin del asegurado y deberes de lealtad. a) El seguro de responsabilidad civil garantiza al
asegurado las prdidas que puede sufrir a consecuencia del ejercicio en su
contra de acciones de responsabilidad civil.24 Por consiguiente, el riesgo
cubierto es la prdida patrimonial que el asegurado puede sufrir como
resultado de una accin indemnizatoria iniciada por un tercero, que tenga por fundamento el rgimen general de responsabilidad por negligencia o un estatuto de responsabilidad estricta.25 La diferencia especfica con
el seguro de daos en beneficio de terceros reside precisamente en este
supuesto de la cobertura (supra N 856). El inters del asegurado, en consecuencia, es evitar mediante el pago de una prima las prdidas patrimoniales que supone la atribucin de responsabilidad civil.
En consecuencia, los elementos bsicos del seguro de responsabilidad son
el riesgo especfico de responsabilidad, que es objeto de cobertura, y la prima
dem 586.
En contraste, la doctrina estima con razn que no pueden ser objeto de seguro las
multas establecidas en sede judicial o administrativa (Reglero en Reglero 2002 a 638).
24 Varela 1959 112.
25 El seguro es definido por la ley como un contrato bilateral, condicional y aleatorio
por el cual una persona natural o jurdica toma sobre s por un tiempo determinado todos
o algunos de los riesgos de prdida o deterioro que corren ciertos objetos pertenecientes a
otra persona, obligndose, mediante una retribucin convenida, a indemnizarle la prdida
o cualquier otro dao estimable que sufran los objetos asegurados (Cdigo de Comercio,
artculo 512). Este concepto legal no comprende el seguro de responsabilidad civil, porque
slo hace referencia a la cobertura de dao a las cosas corporales; sin embargo, el riesgo
asegurable ha sido ampliado por la Ley de seguros, que seala que las compaas de seguros generales pueden garantizar las prdidas a las cosas o al patrimonio, como tpicamente
ocurre con el seguro de responsabilidad civil (artculo 8).
22
23
1080
que se paga para que la compaa aseguradora asuma la obligacin reparatoria. Su elemento esencial distintivo es el riesgo cubierto por el contrato.
b) El contrato de seguro est esencialmente regido por el principio de
autonoma privada. Sin embargo, las plizas, que definen el riesgo asegurado y las dems condiciones del contrato deben estar incorporadas a un
registro especial que lleva la Superintendencia de Valores y Seguros (Ley
de seguros, artculo 3 e I). En consecuencia, el seguro se celebra bajo
condiciones generales de contratacin contenidas en las plizas que hayan sido
objeto de ese depsito.
Al deber de registro la ley agrega mecanismos protectores de los asegurados, que no suponen un control preventivo del contenido de las plizas,
como ocurra bajo el ordenamiento anterior. Ante todo, la Superintendencia de Valores y Seguros ha establecido, en la forma de una norma general, las condiciones mnimas que deben contener las plizas (artculo 3 e
IV). Esta regulacin administrativa establece requisitos generales que deben cumplir los modelos de contratos que ellas acreditan (Norma General
N 214/2001 sec. III); asimismo, se impone el deber de acompaar al depsito del modelo un informe tcnico que seale el sentido y alcance de la
pliza y las semejanzas y diferencias con otras registradas (sec. IV 2.1) y un
informe en derecho que acredite la validez y observancia de las normas de
proteccin establecidas por la ley (sec. IV 2.2). Atendida la finalidad protectora que tienen esos informes, debe entenderse que la regla administrativa los exige en inters del asegurado, de modo que comprometen la
responsabilidad de quien los emite (supra N 824).
La Superintendencia de Valores y Seguros conserva la facultad de prohibir la utilizacin de un modelo o clusula cuando, a su juicio, contravenga los
requisitos de legalidad y claridad en su redaccin o las condiciones mnimas
que la propia ley establece (Ley de seguros, artculo 3 e V). En circunstancias
que la Superintendencia tiene la facultad, pero no el deber, de formular esta
prohibicin, no puede entenderse que su silencio signifique una autorizacin, como ocurra bajo el antiguo rgimen de control preventivo.
c) De un modo consistente con la norma de interpretacin de los contratos del artculo 1566 II del Cdigo Civil y con el artculo 16 de la Ley de
consumidores, la Ley de seguros establece que es responsabilidad de las
compaas de seguros que las plizas estn redactadas en forma clara y
entendible, no induzcan a error y no contengan clusulas contrarias a la ley;
en caso de duda acerca de una disposicin, prevalece la interpretacin
ms favorable al asegurado o beneficiario del seguro. As, por ejemplo,
puede entenderse que son ineficaces las clusulas que excluyen la indemnizacin si el asegurado incurre en hechos o negligencias definidos de
manera vaga o indeterminada.26
La jurisprudencia francesa, sobre la base de una norma anloga al artculo 3 e III de
la Ley de seguros, ha entendido que son vagas las exclusiones que hacen referencia a conceptos normativos, como el de culpa inexcusable o las reglas del arte en la respectiva
actividad (Viney/Jourdain 2001 664).
26
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Las reglas especiales de la Ley de seguros deben entenderse sin perjuicio de la aplicacin de las normas sobre condiciones generales de contratacin de la Ley de consumidores, en la medida que el asegurado pueda
ser calificado como consumidor de conformidad con ese ordenamiento
(Ley de consumidores, artculo 1 N 1).27 De este modo, salvo en lo regulado por el estatuto legal especial, resultan aplicables las normas que cautelan la publicidad y buena fe de las disposiciones contractuales propuestas
por las partes, limitando la vigencia de clusulas abusivas (Ley de consumidores, artculo 16).
De este modo, el asegurado queda protegido por reglas que exigen la
publicidad de las plizas, autorizan el control administrativo de su contenido y favorecen el consentimiento informado del asegurado y, supletoriamente, por las normas sobre proteccin de los consumidores.
d) A su vez, el asegurado est obligado, de conformidad con las reglas
generales del contrato de seguro, a declarar sinceramente todas las circunstancias necesarias para apreciar la extensin de los riesgos. En la materia, el dolo por falsedad o por reticencia est expresamente sancionado
con la nulidad relativa de la pliza (Cdigo de Comercio, artculos 556
N 1 y 557 N 1).
863. Riesgo asegurado: determinacin y lmites. a) El seguro de responsabilidad civil tiene por objeto cubrir al asegurado el riesgo constituido por
la amenaza de dao a su patrimonio, en el evento incierto de que deba
responder patrimonialmente frente a un tercero por los daos causados
por l mismo o las personas por quienes responde.28 A diferencia de la
obligacin indemnizatoria proveniente de la responsabilidad civil, que, salvo
las excepciones legales, no est sujeta a lmites, la cobertura del seguro de
responsabilidad slo alcanza los riesgos definidos en la pliza y suele tener
topes mximos de cobertura o deducibles que debe soportar el asegurado.
En consecuencia, el contrato debe definir los hechos generadores de
responsabilidad cubiertos por la pliza (accidentes vehiculares, accidentes
del trabajo o responsabilidad profesional, por ejemplo); los tipos de conductas del asegurado que son objeto de la cobertura (como el mero hecho
del asegurado que ha intervenido causalmente en la produccin del dao
A los contratos de seguro de responsabilidad civil son aplicables las normas de la
Ley de consumidores. En efecto, esta ley seala como su mbito general de aplicacin los
actos jurdicos que, de conformidad con el Cdigo de Comercio u otras disposiciones legales, tengan el carcter de mercantiles para el proveedor y civiles para el consumidor (artculo 2 letra a); a su vez, aunque por su naturaleza el contrato de seguro es civil, de la
circunstancia que slo pueda ser celebrado por compaas de seguro constituidas en Chile,
se sigue que respecto del asegurador se trata de actos de comercio, segn dispone el artculo 3 N 9 del Cdigo de Comercio (Varela 1959 9). En consecuencia, si la contraparte puede ser calificada de consumidor de conformidad con la Ley de consumidores, deben
entenderse aplicables a los contratos de seguros con consumidores las normas del artculo
16, que seala las clusulas de contratos de adhesin que no producen efecto alguno.
28 Corral 2003 376.
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del asegurador. Esas exclusiones son vlidas a condicin de que sean expresas y precisas, salvo en el caso de los seguros obligatorios, que slo admiten
las limitaciones autorizadas por los estatutos legales respectivos.
b) Una de las cuestiones de ms ardua discusin en materia de seguro
de responsabilidad civil se refiere a las conductas que no pueden ser aseguradas. No hay duda que el mero hecho del asegurado, as como su culpa leve
o levsima pueden ser objeto de cobertura. Por el contrario, se entiende
que el dolo no puede ser asegurado, porque ello atentara contra las buenas costumbres, dando lugar a un objeto ilcito (artculos 1461 y 1467). De
ello surgen dos cuestiones: la primera se refiere a si la asimilacin del dolo
y la culpa grave en materia de responsabilidad se extiende al seguro de
responsabilidad, con la consecuencia de que la culpa grave no podra ser
asegurada; la segunda, a la extensin que debe darse a la culpa intencional o dolo a efectos de excluir la posibilidad de asegurarla.
c) Tradicionalmente se ha sostenido en Chile que no puede ser objeto
de seguro de responsabilidad la obligacin indemnizatoria que tiene por
antecedente el dolo o la culpa grave.32 Sin embargo, en ambos respectos el
derecho comparado tiende a ser muy restrictivo al analizar las exclusiones
de cobertura y muy amplio al establecer los hechos que pueden ser asegurados. As, en el derecho norteamericano slo se excluye de la posibilidad de
cobertura el dao producido intencionalmente y, excepcionalmente, cuando se ha incurrido en una conducta tan flagrante y extrema que sera contrario al orden pblico dar lugar a la indemnizacin.33 De igual modo, en el
derecho francs se acepta la eficacia del seguro si el asegurado ha actuado
con grave negligencia e incluso intencionalmente, a menos que la intencin
recaiga precisamente en producir el dao que es objeto de la cobertura.34
Hay buenas razones para apoyar estos desarrollos jurisprudenciales comparados. No se debe confundir el contrato de seguro con las convenciones
sobre responsabilidad (infra N 876), porque mientras stas alteran la posicin jurdica de la vctima, el seguro persigue asegurar el riesgo patrimonial asociado a una obligacin indemnizatoria; y la garanta tiende
progresivamente a jugar en el doble sentido de favorecer al asegurado y a
la vctima del accidente (infra N 867). Por otro lado, el contrato de seguro persigue cubrir al asegurado un riesgo de dao que debe ser indemnizado a un tercero, de modo que las excusas del asegurador deben estar
limitadas para que el contrato pueda razonablemente cumplir su funcin,
evitndose as que cada denuncia de un siniestro termine en una larga
disputa acerca de la calificacin de la culpa. Tampoco, desde un punto de
vista preventivo, parece haber objeciones a que la culpa grave sea objeto
de seguro; en complejas situaciones de hecho, en que pudiere calificarse
de culpa grave la conducta del asegurado en relacin con la vctima, puede no haber razn alguna para excluir la cobertura del seguro, porque se
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de quienes sufren los daos. Por el contrario, la accin directa tiende a ser
resistida por los aseguradores, para quienes resulta incluso inconveniente
que la vctima conozca la existencia del seguro, porque ello puede aumentar sus expectativas de obtener una completa reparacin, elevando de paso
el umbral en que se est dispuesto a aceptar una transaccin.40
b) En principio, podra asumirse que el seguro de responsabilidad civil
incluye una estipulacin en favor de otro, en cuya virtud la vctima tendra
accin contractual directa en contra del asegurador. Sin embargo, el inters que persigue el asegurado al contratar el seguro es proteger su propio
patrimonio y no cautelar a un tercero, de modo que la construccin de
una relacin personal fundada en el artculo 1449 en contratos voluntarios de seguro resulta por completo artificiosa.41
Por otra parte, ocurre frecuentemente que el asegurador no tiene inters en que el tercero siquiera tome conocimiento de la existencia del seguro, a cuyo efecto el instrumento ms efectivo es incluir en las plizas
clusulas de decaimiento si el asegurado informa de la existencia del seguro. Estas clusulas son coherentes con el principio tradicional de que el
contrato de seguro cede en exclusivo beneficio del asegurado, quien obtiene mejores condiciones en la prima, porque la ignorancia de la vctima
acerca del seguro permite a la compaa negociar desde la sombra, sin
que el demandante tenga conocimiento del patrimonio finalmente afectado por la responsabilidad.42
c) Sin embargo, existe una evolucin jurisprudencial y legal en el derecho comparado que favorece que el contrato de seguro sea entendido
como generador de relaciones directas entre la vctima del accidente y el
asegurador de quien resulta responsable.
Un primer correctivo es la facultad o el deber que la ley o la jurisprudencia han establecido de informar a la vctima de la existencia del seguro, de
modo de favorecer la negociacin directa entre esta ltima y la compaa
aseguradora.43 Pero el paso ms esencial en la direccin anotada es el reReglero en Reglero 2002 b 196.
Reglero en Reglero 2002 a 607, agregando que no existira aceptacin del tercero,
ni estara la voluntad dirigida al inters de un tercero determinado, como es el espritu de
la estipulacin por otro.
42 Un argumento a favor de la privacidad en estos casos est dado por el valor que el
asegurador atribuye a la clusula de privacidad, que impide precisamente que la negociacin de la indemnizacin se realice teniendo en vista el contrato de seguro; esto se refleja
en el valor de la prima, lo cual no es insignificante en los seguros voluntarios. Desde luego
que la privacidad del seguro supone que est convenido en inters exclusivo del responsable y que tiene por objeto neutralizar los riesgos de pagar indemnizaciones (Cane 1996 414);
sobre la antigua prctica contractual de incluir en las plizas una disposicin que obliga al
asegurado a mantener reserva del seguro ante la vctima, Reglero en Reglero 2002 b 196.
43 En el derecho comparado se tiende a limitar el efecto de las clusulas que restringen
el derecho del asegurado a informar a la vctima de la existencia del seguro; as, la legislacin
espaola ha introducido una regla que obliga al asegurador a informar de la existencia del
seguro, con el efecto de que ningn ilcito puede cometer el asegurado que lo hace, incluso
en contra de una disposicin de la pliza (Ley espaola sobre seguros, artculo 76 in fine).
40
41
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1089
48 En el derecho chileno, Alessandri 1943 596 y Corral 2003 388, este ltimo siguiendo
a Achurra 2005 II 124, estiman que la relatividad del contrato de seguro impone una severa limitacin al reconocimiento de una accin directa.
49 La jurisprudencia francesa ha entendido que no pueden ser opuestas a la vctima
las causales de decaimiento del seguro que tienen por antecedente omisiones o acciones
prohibidas del asegurado con posterioridad al siniestro, como pueden ser omitir el aviso
del siniestro, el falseamiento de los daos o la intervencin en el juicio de responsabilidad
de una manera contraria a lo convenido en la pliza (Viney/Jourdain 2001 684); las reglas
legales espaolas son anlogas a las desarrolladas por la jurisprudencia francesa (Reglero
en Reglero 2002 a 671).
1090
para las vctimas, que se alejan de la relacin contractual entre el asegurador y el asegurado de responsabilidad.
e) A diferencia de lo que ocurre con los seguros voluntarios, la accin
directa de la vctima es la regla general en los seguros obligatorios, que
estn establecidos precisamente a su favor.50 En tales casos, el seguro se
preocupa poco de la suerte del responsable deudor, culpable o no; pero,
por el contrario, garantiza de esta forma a la vctima, que encuentra un
responsable solvente gracias al seguro suscrito.51 En verdad, el seguro obligatorio es el resultado de una poltica pblica, que tiene por finalidad
obtener grados ptimos de seguridad y de dispersin del costo de los accidentes, cuyo instrumento tcnico es el seguro privado. Precisamente esta
diferencia especfica del seguro obligatorio debe llevar, en mi opinin, a
mirar con cautela el reconocimiento indiscriminado de acciones directas
de la vctima en el caso de seguros voluntarios (en que, por ejemplo, el
propio asegurado puede tener inters en que esa accin directa quede
excluida, porque ello le significa que la prima sea menor).
868. Acciones del asegurador en contra de terceros. A diferencia del seguro de daos, son menos frecuentes las hiptesis en que el asegurador que
paga la deuda indemnizatoria del asegurado de responsabilidad civil tenga
acciones que pertenecan al asegurado en contra de terceros. Esta accin
puede ser de inters si el asegurado es responsable por el hecho ajeno o
ha coparticipado con otras personas en la provocacin del dao, en cuyo
caso se plantean cuestiones de contribucin a la deuda (supra Nos 115,
125, 279). En estas situaciones se aplica la norma del artculo 553 I del
Cdigo de Comercio, que da derecho al asegurador que se ha hecho cargo del siniestro para subrogarse al asegurado en los derechos y acciones que
a ste correspondan en contra de terceros (supra N 733).
Asimismo, el asegurador puede obtener del asegurado que le ceda las
acciones que tena contra los personalmente responsables. Si no ha habido solidaridad entre el asegurado y los dems responsables (como ocurre en caso de responsabilidad por el hecho ajeno), resulta indiferente
la cesin o la subrogacin; pero si ha habido solidaridad (como ocurre
cuando el asegurado ha participado en conjunto con otros en el accidente), entonces es generalmente preferible la subrogacin, porque permite al asegurador prevalerse de las presunciones de culpa por el hecho
50 Diversos ordenamientos legales que establecen la obligacin de asegurar la responsabilidad otorgan una accin directa a la vctima del accidente: ley N 18.490, que establece
seguro obligatorio de accidentes personales causados por vehculos motorizados, artculo
10; DL 2.222/1978, ley de navegacin, artculo 146 III; ley N 16.744, sobre accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales, que da lugar a pretensiones directas contra la entidad aseguradora, sin perjuicio de que se apliquen las reglas generales respecto de la responsabilidad civil no cubierta por el seguro (artculo 69).
51 I. Lambert-Faivre, Le sinistre dans lassurance de responsabilit et la garantie de
lindemnisation des victimes, en Revue gnrale des assurances terrestres, 1987, 205, citado por M.
Tapia 2003 6.
1091
1092
cas de este tipo de seguros. Ante todo, el seguro rige ipso iure y no se resuelve
por el no pago de la prima u otros incumplimientos del asegurado (como es
el caso de la Ley de accidentes del trabajo, artculo 4; y de la ley N 18.490,
artculo 5). En segundo lugar, si se trata de un seguro de daos a terceros, y
no de responsabilidad civil, no es necesario acreditar culpa del asegurado,
como ocurre en esos mismos ordenamientos, de modo que basta la sola demostracin del accidente y de las consecuencias daosas que ste haya causado. Finalmente, las vctimas y sus beneficiarios tienen una accin directa en
contra del asegurador, no resultndoles usualmente oponibles las excepciones que ste pueda alegar contra el tomador del seguro (supra N 867).
d) Por regla general, los seguros obligatorios son compatibles con la
accin de responsabilidad civil extracontractual de acuerdo con las reglas
generales. Con todo, las sumas pagadas por el asegurador se imputan a los
pagos que deba realizar el asegurado de conformidad con este sistema de
responsabilidad (supra N 696).
e) Siguiendo las reglas generales del seguro de responsabilidad civil, el
asegurador no tiene accin contra el asegurado, salvo que haya actuado
dolosamente, pero s la posee en contra de los dems responsables del
accidente, en razn del derecho de subrogacin que le confiere el artculo
553 I del Cdigo de Comercio (supra N 868).
70. CONVENCIONES SOBRE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
870. Funcin de las convenciones modificatorias de responsabilidad. En el
mbito de la responsabilidad civil extracontractual, por lo general no existe una relacin previa entre la vctima y el autor del dao, porque ella
surge usualmente de un encuentro espontneo y no convenido. Sin embargo, nada obsta a que por acuerdos previos entre el potencial autor del
dao y la vctima eventual sea convenido el rgimen de responsabilidad
aplicable. En verdad, si no fueran tan elevados los costos de transaccin,
unos negociaramos con otros todos los posibles daos que recprocamente nos podemos provocar. En este supuesto, el contrato podra ser un instrumento ptimo para ordenar nuestras relaciones de riesgo.53
53 En teora, a falta de costos de transaccin (esto es, de todos los costos en que las
partes deben incurrir para convenir un contrato), las reglas sobre responsabilidad civil se
limitan a asignar los derechos iniciales a partir de los cuales opera un sistema de contratos,
en que las partes negocian un correcto equilibrio de valor entre el dao o el riesgo que se
est dispuesto a soportar y lo que el agente est dispuesto a pagar por ese dao o riesgo;
para ello, basta que el derecho reconozca derechos de propiedad o titularidades iniciales (esto es, derechos a ser indemnizados o a daar bajo ciertas circunstancias), sea en la
forma de una responsabilidad por culpa, responsabilidad estricta o de una total ausencia
de responsabilidad, sobre cuya base se realizaran las negociaciones. En este escenario, la
forma en que se asigna la titularidad inicial es completamente irrelevante, ya que si los costos de transaccin efectivamente son nulos, la asignacin ptima desde la perspectiva del
bienestar social proviene de la asignacin contractual de las partes. sa parece ser la esencia del llamado teorema de Coase (vase Coase 1960 91).
1093
el acuerdo contractual sustituye la indemnizacin de fuente legal (la vctima renuncia a la accin indemnizatoria que le correspondera de conformidad con las reglas de la responsabilidad civil extracontractual, usualmente
a cambio de una contraprestacin). En la autorizacin de un mayor riesgo
se convienen condiciones de responsabilidad atenuadas (esto es, se acuerda que la parte generadora del riesgo estar sujeta a un estndar de cuidado inferior al que establece el derecho comn de la responsabilidad civil o
se limita el monto de la obligacin indemnizatoria).
Conviene distinguir con precisin entre la aceptacin de un riesgo y
de un dao. A diferencia de lo que ocurre con la aceptacin de un dao,
bajo una simple aceptacin de riesgo el acto puede entenderse vlido aun
cuando se refiera a bienes indisponibles. Por eso, mientras resulta contraria a derecho la convencin que autoriza al mdico a practicar eutanasia,
por afectar bienes indisponibles, no hay ilicitud alguna en el contrato en
cuya virtud el piloto de pruebas o quienes se someten a experimentos con
frmacos eximen de responsabilidad por defectos de diseo, aun cuando
puedan tener consecuencias fatales.
b) Desde el punto de vista del objeto, conviene tener presente que
cuando la convencin se refiere a la aceptacin de un dao, ella envuelve una renuncia a la obligacin indemnizatoria, y no una simple
modificacin de las condiciones de la responsabilidad, como ocurre
con la aceptacin convencional de mayores riesgos. Por eso, la aceptacin del dao tiene tpicamente la forma de una convencin exoneratoria
de responsabilidad. Por el contrario, la aceptacin convencional de riesgos supone alterar las condiciones bajo las cuales el agente de dao va
a ser tenido por responsable (especialmente en cuanto al grado de culpa), de modo que asume la forma de una convencin limitativa de la
responsabilidad.
c) Al grupo de las convenciones modificatorias de responsabilidad tambin pertenecen las que tienen por objeto valorar ex ante los perjuicios, en
cuyo caso el sentido de la convencin es fijar el quantum de la obligacin
indemnizatoria (infra, N 877).
873. Principio: las convenciones sobre responsabilidad extracontractual son
vlidas. De lo expresado en los prrafos precedentes se muestra que quien
realiza una actividad susceptible de comprometer su responsabilidad puede estar legtimamente interesado en celebrar contratos con las eventuales
vctimas, que sustituyan los efectos naturales de la responsabilidad extracontractual.
La discusin genrica acerca de la validez de las convenciones sobre
responsabilidad tiene su origen en una antigua doctrina establecida por la
Corte de Casacin francesa,54 que ha entendido que las normas legales
sobre delitos y cuasidelitos civiles son de orden pblico, de modo que no
pueden ser modificadas por las partes, ni su aplicacin puede ser excluida
54
1095
por convencin, cualesquiera sean los bienes sobre los cuales recaen y el
tipo de diligencia al cual se refieran.55
En el derecho comparado, la jurisprudencia francesa parece estar justificadamente aislada en esta materia. En los ms diversos sistemas jurdicos
la pregunta no es si son vlidas estas convenciones, sino cules son los
lmites de esa validez.56 No hay razn para pensar que un principio distinto debe regir en el derecho chileno.57
874. Problemas de validez que plantean las convenciones sobre responsabilidad. a) Aceptado el principio de que las convenciones sobre responsabilidad civil son vlidas, cabe preguntarse por los problemas de licitud que
pueden presentar en concreto. En general, se suele partir de distinciones
analticas entre las clusulas exoneratorias de responsabilidad y las que establecen limitaciones y, en uno y otro caso, se distinguen las clusulas que
tienen por objeto la exoneracin de responsabilidad por dolo y las que limitan la culpa de la cual se responde.58 En esta seccin se prefiere atender a
los grupos sustantivos de problemas de validez que se pueden presentar
respecto de estas convenciones. Las preguntas esenciales parecen ser:
cules son los lmites de licitud de la aceptacin convencional de
un dao y, en general, de las convenciones que exoneran de toda responsabilidad al agente de ese dao?;
en qu circunstancias es lcita una convencin que limita la responsabilidad, en circunstancias que sera nula la exoneracin?; y
de qu manera influye en la validez de las convenciones la circunstancia que consten en condiciones generales de contratacin o provengan
de relaciones entre especialistas y quienes no lo son?
b) En definitiva, existen dos grupos de razones para poner en duda la
validez de las convenciones sobre responsabilidad. Ante todo, en la dimensin del objeto de la convencin, la cuestin se refiere a los lmites de la autonoma privada, que en esta materia se presenta de manera anloga a cualquier
contrato; la pregunta tpica en este sentido es de qu manera influye en la
validez de las convenciones que las clusulas exoneratorias o limitativas de
responsabilidad comprometan bienes tan esenciales como la vida, la integri55 Carbonnier 2000 504, Mazeaud/Chabas 1998 769, con una crtica a ese criterio jurisprudencial que sustrae la materia de los lmites razonables de autonoma privada que rigen en materia contractual.
56 Reglero en Reglero 2002 a 107, Palandt/Heinrichs 276 35, Markesinis/Deakin et
al. 2003 753, Prosser/Keeton et al. 1984 112.
57 Alessandri 1943 635, a pesar de reconocer la autoridad de los juristas franceses que
propiciaban la nulidad de las convenciones sobre responsabilidad, se inclina por su validez,
incluidas las exoneratorias de responsabilidad, sin perjuicio de las limitaciones de orden
pblico que reconoce, de conformidad con las reglas generales del derecho de los contratos; as tambin O. Tapia 1941 461 y P. Rodrguez 1999 467.
58 Un buen esquema de anlisis desde esta perspectiva, que resulta especialmente frtil respecto de las convenciones sobre responsabilidad contractual, en De Verda 2005 passim; con especial nfasis en la asimilacin de la culpa grave al dolo, Banfi 2003 passim.
1096
dad fsica o la salud? Enseguida, entra en juego el orden protector de los consumidores, tanto en materia de condiciones generales de contratacin propuestas por el proveedor de bienes o servicios (como tpicamente ocurre con las
clusulas que establecen descargos o lmites a su responsabilidad) como, en
general, respecto del orden pblico de proteccin que rige las relaciones
entre profesionales o expertos y quienes no lo son.
875. Aceptacin convencional de un dao: convenciones que exoneran de
responsabilidad. a) Es posible que los contratos hagan la diferencia entre
una conducta ilcita y la que no lo es. As, por ejemplo, divulgar informacin confidencial obtenida en razn de un cargo o funcin es generalmente ilcito, pero el auditor puede estar obligado, en virtud de un contrato
con el emisor de valores, a difundir hechos relevantes en la marcha de la
compaa y antecedentes que se muestran en los libros de la compaa; y
usar una fotografa ajena con fines de publicidad es ilcito, a menos que
intervenga una autorizacin del titular del derecho. En estos casos se muestra que lo que resulta ilcito, y da lugar a dao indemnizable de conformidad con las reglas generales de la responsabilidad, deja de serlo en virtud
de una autorizacin. En innumerables casos, que afectan bienes de las
naturalezas ms diversas (incluyendo bienes de la personalidad), la distancia entre el dao indemnizable y el efecto previsto de una conducta lcita
est dada precisamente por el contrato (como se muestra en los ejemplos
de la divulgacin de informacin por los auditores y del uso publicitario
de la fotografa).59
b) Las diferencias de los ilcitos extracontractuales con los que provienen del incumplimiento de un contrato resultan evidentes a propsito de
estas convenciones que autorizan el dao. En verdad, no puede hablarse seriamente de un contrato si el deudor est autorizado para su incumplimiento
(en el fondo, el contrato estara entregado a la mera voluntad del deudor,
a la manera de la condicin meramente potestativa del deudor, referida
en el artculo 1478 I). Por el contrario, no hay inconveniente para excusar
mediante contrato un hecho que de acuerdo con las reglas generales dara lugar a responsabilidad extracontractual.60
En su sentido ms genrico, entonces, estas convenciones que suponen la aceptacin contractual de un dao tienen por objeto hacer lcita
entre las partes la intromisin en un bien, que, en su defecto, sera ilcita.
En un sentido ms restringido, las convenciones exoneratorias no se refieren al resultado daoso, sino a la conducta susceptible de provocarlo, porque tienen por objeto eximir de deberes de cuidado. La diferencia entre
ambos tipos de clusulas no es trivial, porque en el primer caso se consiente
59 Sobre los actos naturalmente ilcitos a los que el contrato transforma en lcitos, O.
Tapia 1941 456.
60 Sobre la unidad de sentido que tienen las normas acerca de la condonacin del dolo
futuro y de la culpa grave con la ineficacia del contrato contrado bajo una condicin meramente potestativa del deudor, Mazeaud/Chabas 1998 765.
1097
1098
de disposicin del bien, porque el efecto perseguido es que el agente acte sin responsabilidad por los efectos daosos. En consecuencia, lo expresado respecto de la aceptacin del dao tambin rige en materia de
convenciones exoneratorias de responsabilidad en sentido estricto (esto
es, de aquellas que tienen por objeto excluir la responsabilidad por incumplimiento de deberes de cuidado).
Existe, sin embargo, una sutil diferencia entre la aceptacin del dao y
la convencin que exonera de responsabilidad por el cuidado debido. En
este ltimo caso, la vctima no acepta directamente el dao, sino slo un
riesgo mayor. As se explica que sea un antiguo criterio distintivo en materia
de convenciones exoneratorias de responsabilidad que sean vlidas si tienen
por objeto excusar la mera culpa, pero nulas si su objeto es condonar el dolo
futuro o la culpa grave (artculos 1465, 1547 IV y 44 II). Aunque las disposiciones legales que sirven de fundamento a esta limitacin se refieren a los
incumplimientos contractuales, se puede tener por un principio general de
derecho que la condonacin del dolo futuro es inexcusable.63
f) En consecuencia, en sta materia es crucial que la convencin exoneratoria de los deberes de cuidado debe ser distinguida de la aceptacin convencional
del dao. Este ltimo sera el caso, por ejemplo, de la autorizacin que un
vecino otorga para producir ruidos molestos (bajo el supuesto de que no
hay impedimento regulatorio de orden pblico). La aceptacin vlida del
dao supone autorizar que ste ocurra, sin que sea necesario juzgar la
conducta del agente. Y, como se ha visto, no hay razn para negar validez
a esa convencin (a menos que tenga por objeto un bien disponible). Por
el contrario, si un vecino exonera de responsabilidad a otro por los incendios que puedan tener su origen en su propio predio, no se trata de la
aceptacin de un dao (no se le da permiso para quemar), sino slo se le
libera del cuidado ordinario (en cuyo caso la exoneracin de la responsabilidad no alcanza al dolo y, por extensin, a la culpa grave).
La interpretacin de la convencin resulta entonces determinante para
saber si el propsito de las partes ha sido exonerar del dao o simplemente liberar del cuidado debido. En este ltimo caso, la liberacin de responsabilidad no alcanza a los daos cometidos por dolo o culpa grave, de
conformidad con las reglas aplicables en materia de contratos, porque el
fin perseguido es simplemente exonerar del cuidado ordinario, pero no
de la mala fe o extrema negligencia.
876. Convenciones que atenan el cuidado debido. a) A diferencia de las
convenciones exoneratorias de responsabilidad y de las que suponen la aceptacin voluntaria del dao por quien habra tenido accin indemnizatoria
contra quien lo provoca, las convenciones limitativas de responsabilidad tieAlessandri 1943 636, quien con buenas razones asume que la limitacin no se extiende a la responsabilidad por el hecho ajeno. El principio es de valor universal en el derecho privado (De Verda 2005 36, con referencia a Cd. esp. 1102, Larenz 1987 279, con
referencia a BGB, 276 II).
63
1099
nen por objeto modificar las condiciones de la responsabilidad. En la prctica, las ms importantes son las convenciones que atenan el cuidado que
debe emplear quien desarrolla una actividad generadora de riesgo.
b) Las convenciones limitativas de la responsabilidad son esencialmente vlidas, con el lmite sealado de no resultar aceptable la condonacin del
dolo y la culpa grave (supra N 875). Es interesante atender a que es en
este tipo de convenciones donde tiene mayor importancia esta restriccin.
Tratndose de clusulas exoneratorias, la pregunta pertinente es si resulta
admisible la renuncia o disposicin del derecho comprometido, porque
funcionalmente se trata de autorizaciones para producir dao; en este caso,
por el contrario, la pregunta se refiere a los cuidados y resguardos que
debe observar el agente para evitar el dao. Y, en este plano, el dolo y la
culpa grave resultan ser el lmite inferior al cuidado exigible.
c) Mientras en las relaciones puramente patrimoniales no hay razn
para dudar de la validez de estas convenciones, surgen preguntas respecto
a si es posible restringir la diligencia exigible del agente en casos de riesgo
de bienes irrenunciables, como son la vida, la integridad corporal y la salud.
La pregunta se plantea especialmente respecto de mdicos y clnicas, pero
tambin de transportistas o administradores de hoteles, lugares de esparcimiento o espacios accesibles al pblico.
Incluso en ordenamientos que tradicionalmente son liberales en la aceptacin del consentimiento como excusa, se establecen serias reservas respecto de la limitacin de responsabilidad que afecta a estos bienes. As, en
el caso ms influyente en el moderno derecho norteamericano, se estim
que la restriccin de responsabilidad de una clnica era abusiva, porque la
parte que solicita la limitacin posee un poder de negociacin superior a
la persona del pblico que persigue obtener los servicios.64 Como se puede comprobar, este argumento no se relaciona con la licitud per se de convenciones relativas a la vida, integridad o salud, sino que atiende al tipo de
relacin que existe entre la partes al momento de contratar (infra N 878).
Confundir las preguntas de la ilicitud per se con las referentes a las
condiciones bajo las cuales se convino en las limitaciones puede llevar a
resultados inconvenientes para los propios sujetos de riesgo. Existen situaciones en que son estos ltimos los interesados en asumir el riesgo, porque mayores son los peligros que correran en caso contrario. As, un
enfermo terminal estar dispuesto a ser sometido a una muy riesgosa operacin, aunque el mdico, para su seguridad, slo est dispuesto a realizarla si es eximido de una culpa que no sea grave. Algo semejante ocurre con
los productos medicinales en desarrollo. En definitiva, las cargas de responsabilidad impuestas sobre mdicos y clnicas en favor de los pacientes
pueden producir el efecto adverso de limitar los servicios disponibles o de
elevar su precio a niveles inabordables para personas comunes. Todo indica que en estos casos debe aceptarse que la limitacin de responsabilidad,
64 Tunkl v. Regents of the University of California, 383 P.2d 441, 445-446 (Cal. 1963), citado por Epstein 1999 202.
1100
aunque recaiga en bienes indisponibles, puede ser lcita si tiene fundamento razonable, a condicin, al menos, de que sea objeto de un acuerdo discutido entre las partes y no de meras condiciones generales de contratacin.
877. Convenciones relativas al monto de la indemnizacin. Las convenciones que establecen ex ante un monto indemnizatorio suelen satisfacer el
inters de quien desarrolla una actividad en conocer la magnitud del riesgo (para lo cual conviene contractualmente en pagar una especie de prima a la eventual vctima). En este caso, la responsabilidad se rige por las
reglas generales, slo que si llega a materializarse el dao atribuible a la
culpa del agente, queda excluida la avaluacin judicial de los perjuicios y
se debe la suma convenida.65 En verdad, estas convenciones pueden tener
por efecto prctico ampliar o restringir la responsabilidad, en la medida
que la indemnizacin convenida resulte mayor o menor que los perjuicios
efectivamente sufridos.
En circunstancias que se trata de una convencin que acota los riesgos
del responsable, tiene un carcter naturalmente aleatorio, porque fija el
monto de la indemnizacin por un dao an no producido, de modo que
no resultan aplicables por analoga las reglas sobre la clusula penal enorme
(artculo 1544 I, que hace referencia a prestaciones que se tienen por equivalentes). Por el contrario, si la indemnizacin pactada es insignificante y el
bien comprometido no es renunciable (como ocurre con la vida, la integridad fsica o la salud), todo indica, en aplicacin del principio de que el
contrato debe ser interpretado de buena fe, que el fin no ha sido negociar
convencionalmente un riesgo, sino simplemente exonerar de responsabilidad, lo que no es lcito respecto de tales bienes (supra N 875).
878. Condiciones generales de contratacin y contratos de legos con expertos. a) Las convenciones sobre responsabilidad estn sujetas a particulares requisitos en las relaciones entre proveedores y consumidores y, en general,
entre expertos y legos (supra Nos 815 y 816). Las limitaciones a la validez no
provienen en estos casos de la ilicitud del negocio jurdico en razn de su
objeto (como ocurre con la renuncia de bienes que no pueden ser objeto
de disposicin), sino de los resguardos que el derecho toma en la proteccin del consentimiento, sea porque se ha contratado bajo condiciones
generales de contratacin o en razn de la posicin relativa de informacin y conocimiento de las partes, como ocurre con los contratos de proveedores profesionales de bienes y servicios con legos.
b) En materia de condiciones generales de contratacin existe ya una larga
historia doctrinaria, jurisprudencial y legal. En trminos generales, los res65 El objeto de la convencin puede ser tambin el establecimiento de una especie de
clusula penal extracontractual, que consiste en una avaluacin anticipada de los perjuicios, establecida en beneficio del actor; no se ve, sin embargo, el inters que podra tener
para el eventual responsable convenir una clusula penal de esta naturaleza, salvo que la
realizacin de la actividad requiera del consentimiento de quien asume el riesgo de dao.
1101
guardos han atendido a aspectos fundamentales del contrato: a la proteccin del consentimiento, a la ilicitud del abuso contrario a las buenas costumbres comerciales y al predominio correlativo de la buena fe. La
proteccin del consentimiento exige que el destinatario haya tenido la
oportunidad cierta de conocer y aprobar las condiciones generales, lo que
impone las condiciones de eficacia de que sean claras y pblicas. La exigencia de licitud protege al consumidor que se topa sorpresivamente con
clusulas abusivas, que alteran en aspectos sustantivos la economa natural
del contrato: La buena fe, finalmente, atiende a aquellos aspectos del negocio en que el consumidor tiene la expectativa de tener proteccin del
derecho, sin necesidad de pacto alguno.66
Aunque nadie pone en duda la extrema utilidad de los contratos ofrecidos bajo condiciones generales de contratacin (especialmente porque
bajan los costos de comercializacin),67 su rgimen jurdico fue objeto de
discusin por largo tiempo. Se argumentaba que los mercados slo deben
ser regulados si alguno de los participantes tiene una posicin dominante;
de ello se seguira que en mercados competitivos no hay razn para limitar la oferta a precios ms bajos, aunque sea bajo condiciones de seguridad inferiores a los estndares, porque ello fortalece la competencia y
beneficia a los consumidores. Sin embargo, la psicologa del comportamiento ha puesto nfasis creciente en que las relaciones contractuales masivas estn basadas predominantemente en la confianza ms que en el
anlisis racional y comparativo de todos los elementos relevantes en la
decisin de compra.68 De ah que el derecho relativo a las condiciones
generales de contratacin persiga un punto de equilibrio entre la confianza y la libertad en la configuracin del contrato.
La materia es especialmente importante tratndose de contratos basados en contactos sociales tpicos, en que no ha habido una negociacin
entre las partes y cuyas condiciones generales de contratacin tienen por
objeto excluir o limitar la responsabilidad contractual y, en lo que en este
libro resulta pertinente, la responsabilidad extracontractual del oferente,
en los casos en que sea aceptable la opcin de responsabilidades (supra
N 843); asimismo es importante a efectos de hacer valer la responsabilidad del productor del bien o servicio comercializado por un tercero, cuya
naturaleza es extracontractual (supra N 555).
c) En el derecho chileno, existen reglas particularmente exigentes en
materia de condiciones generales de contratacin (Ley de consumidores).
En lo que interesa a este anlisis cabe destacar especialmente las siguientes:
no produce efecto la clusula que contenga limitaciones absolutas
frente al consumidor, que puedan privar a ste de su derecho de resarci66 Sobre las condiciones generales de contratacin en general, Tapia/Valdivia 2002
passim y Pizarro 1999 passim; un anlisis justificatorio de las regulaciones en I. de la Maza
2003 119.
67 I. de la Maza 2003 113, con referencias bibliogrficas.
68 Una excepcional sntesis del estado de cosas en materia de modelos de comportamiento en el derecho de los contratos contemporneo en Eidenmller 2005 a 218.
1102
1103
validez usualmente es pasada por el filtro de la razonabilidad, lo que supone excluir el abuso (supra N 876).72
e) La responsabilidad de fabricantes que no comercializan directamente
sus bienes o servicios es exclusivamente extracontractual (supra Nos 547 b y
555). En consecuencia, no puede ser limitada por declaraciones que aparezcan en los envases o afiches, a cuyo respecto no puede darse por establecido
consentimiento alguno. A falta de ley que establezca responsabilidad estricta
calificada por el defecto, como ocurre por lo general en el derecho comparado, en nuestro derecho rigen en la materia las reglas de culpa presunta
(supra N 549). El camino para establecer limitaciones de responsabilidad
eficaces sera que fueran convenidas por el comercializador, pero en este
caso rigen las reservas expresadas en los prrafos precedentes.
879. Efectos de la declaracin de nulidad de una convencin. Siguiendo
los principios de conservacin del acto jurdico, si una convencin sobre
responsabilidad resulta ineficaz, sea por falta de consentimiento o por ilicitud, el efecto es que la relacin se rige por el derecho comn. Esta solucin, que resulta aplicable al derecho de contratos, es por completo lgica
en el caso de la responsabilidad extracontractual. En consecuencia, el efecto
es la nulidad parcial. As, por ejemplo, una convencin exoneratoria de
responsabilidad que comprenda daos corporales y patrimoniales, sera
nula respecto de los primeros y vlida respecto de los segundos. La nulidad en tales casos es solamente parcial, porque no hay razn para entender que el consentimiento slo tiene sentido si se comprenden ambas
exenciones, de modo que debe tenerse por vlida la convencin en lo que
no resulte ilcita.73
72 Mazeaud/Chabas 1998 767, con referencia a materia contractual; Epstein 1999 203,
Markesinis/Deakin et al. 2003 761; y Jones 2002 599, con referencia a la exigente Unfair
Contracts Terms de 1977.
73 En esencia, estas mismas soluciones en Alessandri 1943 642; es tambin el principio
incorporado por la Ley de consumidores (artculo 16 A).
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