Manifiesto Cubista
Manifiesto Cubista
Manifiesto Cubista
CUBISTA
MANIFIESTO CUBISTA
Guillaume Apollinaire
Cuadernos
del Docente
MANIFIESTO
CUBISTA
(1913)
Guillaume Apollinaire
Los orgenes del movimiento cubista cabe situarlos en 1907, fecha en la que Picasso pint
su famoso cuadro Las seoritas de Avin, as como en la exposicin antolgica que se
celebr en Paris a honor de Paul Czanne, muerto un ao antes.
A Guillaume Apollinaire se le debe la primera clasificacin de los distintos tipos de Cubismo
tras la publicacin en 1913 de Mditations esthtiques. Les peintres cubistes.
La pintura cubista
I
Las virtudes plsticas: la pureza, la unidad y la verdad tienen bajo si a la naturaleza domada.
Intilmente se cubre el arco iris, las estaciones tiemblan, las muchedumbres corren hacia la
muerte, la ciencia deshace y recompone lo que existe, los mundos se alejan para siempre
de nuestra concepcin, nuestras fugaces imgenes se repiten o resucitan su inconsciencia
y los colores, los olores, los rumores que impresionan nuestros sentidos nos sorprenden,
para desaparecer despus en la naturaleza.
Este fenmeno de belleza no es eterno. Sabemos que nuestro espritu no tuvo principio y
que nunca cesara, pero, ante todo, nos formamos el concepto de la creacin y del fin del
mundo.
Sin embargo, demasiados artistas-pintores siguen adorando las plantas, las piedras, la ola o
los hombres.
Cuadernos del Docente Museo Vicente Huidobro
Nos acostumbramos pronto a la esclavitud del misterio, que termina por crear dulces
placeres.
Dejamos a los obreros gobernar el universo, y los jardineros tienen menos respecto por la
naturaleza que los artistas.
Ya es hora de ser sus amos.
La buena voluntad no garantiza en absoluto la victoria.
De este lado de la eternidad danzan las mortales formas del amor y el nombre de la
naturaleza resume su psima disciplina.
La llama es el smbolo de la pintura y las tres virtudes clsicas flamean radiantes.
La llama tiene esa unidad mgica por la cual, si se la divide, cada llamita es semejante a la
llama nica.
Finalmente, tiene la verdad sublime de la luz que nadie puede negra.
Los artistas-pintores virtuosos de esta poca occidental consideran su pureza en oposicin
a las fuerzas naturales.
Ella es el olvido despus del estudio. Y para que un artista puro muriera no deberan haber
existido todos los de los siglos pasados.
La pintura se purifica en occidente con aquella lgica ideal que los pintores antiguos
transmitieron a los nuevos como si les diesen la vida.
Y esto es todo.
El hombre vive en el placer, otro en el dolor, algunos malbaratan la herencia, otros se hacen
ricos, y otros, finalmente, no tienen ms que la vida.
Y esto es todo.
No se pueden llevar consigo a todas partes el cadver de nuestro propio padre.
Se le abandona en compaa de los muertos. Se le recuerda, se le llora, se habla de el con
admiracin.
Y, si nos toca llegar a ser padres, no debemos esperar que uno de nuestros hijos vaya a
desdoblarse por la vida de nuestro cadver.
Pero en vano nuestros pies se levantan del suelo que guarda los muertos.
Estimar la pureza es bautizar el instinto, humanizar el arte y divinizar la personalidad.
La raz, si el tallo, la flor de lis muestran la progresin de la pureza hasta su floracin
simblica.
Todos los cuerpos son iguales ante la luz y sus modificaciones surgen de este poder
luminoso que construye a su voluntad.
Nosotros no conocemos todos los colores y cada hombre los inventa nuevos.
Pero el pintor debe, ante todo, representarse su divinidad, y los cuadros que ofrece a la
admiracin de los hombres le concedern la gloria de ejercer momentneamente su propia
divinidad.
Para eso es necesario abarcar con una mirada el pasado, el presente y el futuro.
El lienzo debe presentar esta unidad esencial que por s sola provoca el xtasis.
Entonces nada fugitivo nos arrastrara al azar.
No volveremos atrs bruscamente.
Libres espectadores, no abandonaremos nuestra vida por nuestra curiosidad.
Los contrabandistas de las formas no defraudaran nuestras estatuas de sal ante la aduana
de la razn.
No vagaremos por el provenir desconocido, que, separado de la eternidad, no es ms que
una palabra destinada a tentar al hombre.
No nos extenuaremos por aferrar el presente demasiado fugaz. Este no puede significar
para el artista ms que la mscara de la muerte: la moda.
El cuadro existir ineluctablemente.
La visin ser entera, completa y su infinito, en lugar de sealar una imperfeccin, solo har
remontarse la relacin de una nueva criatura con un nuevo creador, y nada ms.
Sin lo cual no habr unidad, y las relaciones entre los distintos puntos del lienzo con
diferentes temperamentos, con diferentes objetos, con diferentes luces, no mostraran ms
que una multiplicidad de desemejanzas sin armona.
Porque si puede haber un nmero infinito de criaturas que testimonia cada una por su
propio creador, sin que ninguna ocupe el espacio de las que coexisten, es imposible
concebirlas simultneamente y su muerte proviene de su superposicin, de su mezcolanza,
de su amor.
Cada divinidad crea su propia imagen: as tambin los pintores.
Solo los fotgrafos fabrican la reproduccin de la naturaleza.
La pureza y la unidad nada cuentan sin la verdad que no se puede comparar con la realidad,
ya que siempre es la misma, al margen de todas las fuerzas naturales que se esfuerzan por
mantenernos en el orden fatal en el que no somos ms que animales.
Ante todo, los artistas son hombres que quieren hacerse inhumanos.
Buscan penosamente las huellas de la inhumanidad, huellas que no se encuentran en
ningn lugar en la naturaleza.
Pero nunca se descubrir la realidad de una vez para siempre. La verdad ser siempre
nueva. Si no, no sera ms que un sistema ms msero que la naturaleza.
En este caso, la deplorable verdad, cada da ms lejana, menos clara, menos real, reducira
la pintura al estado de escritura plstica, destinada solamente a facilitar las relaciones entre
gentes de la misma raza.
Hoy encontraremos pronto la mquina para reproducir tales signos, sin significado.
II
Muchos pintores nuevos no pintan ms que cuadros en los que no hay un autntico tema.
Los ttulos que hay en los catlogos desempean la funcin de los nombres que designan a
los hombres sin caracterizarlos.
As como existen Legros que son delgadsimos, y Leblonds que son muy morenos, he visto
lienzos llamados Soledad llenos de figuras.
En estos casos an se admite, a veces, usar palabras vagamente significativas como
"Retrato" "Paisaje" "Naturaleza Muerta", pero muchos jvenes artistas-pintores no
emplean ms que el vocablo genrico de "Pintura".
Estos pintores, si observan la naturaleza, ya no la imitan y se dedican cuidadosamente a la
representacin de las escenas naturales observadas y reconstruidas mediante el estudio.
Los jvenes artistas-pintores de las escuelas de vanguardia tienen como objetivo secreto
hacer pintura pura.
Es un arte plstico completamente nuevo.
Apenas est en sus comienzos y todava no es tan abstracto como querra ser.
La mayor parte de los nuevos pintores hacen matemticas sin conocerlas, pero an no han
abandonado la naturaleza que interrogan pacientemente para que les ensee el camino de
la vida. Picasso estudia un objeto como un cirujano diseca un cadver.
Este arte puro, aun si logra liberarse completamente de la antigua pintura, no provocara
necesariamente su desaparicin, como el desarrollo de la msica no ha provocado la
desaparicin de los distintos gneros literarios; como la aspereza del tabaco no ha
sustituido el sabor de los alimentos.
III
A los nuevos artistas-pintores se les han reprochado vivamente sus preocupaciones
geomtricas.
Sin embargo, las figuras de la geometra son la base del dibujo. La geometra, ciencia que
tiene por objeto el espacio, su medida y sus relaciones, fue en todo tiempo la regla misma
de la pintura.
Hasta ahora las tres dimensiones euclidianas bastaban a las inquietudes que el sentimiento
de lo infinito despierto en el nimo de los grandes artistas.
Ciertamente, los nuevos pintores no se proponen, en mayor medida que los antiguos, ser
gemetras.
Pero se puede decir que la geometra es a las artes plsticas lo que la gramtica es al arte
del escritor.
Hoy los sabios ya no se atienen a las tres dimensiones de la geometra euclidiana. Los
pintores se han visto llevados naturalmente, y, por as decirlo, intuitivamente, a
preocuparse por nuevas medidas posibles del espacio que, en el lenguaje figurativo de los
modernos se indican todas juntas brevemente con el trmino de cuarta dimensin.
As, tal como se ofrece al espritu, desde el punto de vista plstico, la cuarta dimensin seria
generada por las tres dimensiones conocidas: ella representa la inmensidad del espacio
eternizndose en todas las dimensiones en un momento determinado.
V
Los grandes poetas y los grandes artistas tienen la misin social de renovar sin tregua las
apariencias que reviste la naturaleza a los ojos de los hombres.
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Sin los poetas y los artistas, los hombres se aburriran pronto de la monotona natural. La
idea sublime que tienen del universo se derrumbara con una rapidez vertiginosa.
El orden que aparece en la naturaleza, y que no es ms que efecto del arte, se desvanecera
rpidamente.
Todo se deshara en el caos.
Ya no habra ni estaciones, ni civilizacin, ni pensamiento, ni humanidad, ni siquiera vida, y
la imponente oscuridad reinara para siempre.
Los poetas y los artistas determinan, de comn acuerdo, el carcter de su poca, y el
provenir se conforma dcilmente a su idea.
La estructura general de una armona es semejante a las figuras trazadas por los artistas
egipcios y, sin embargo, estos eran muy distintos los unos de los otros. Pero se conformaron
al arte de su poca.
El carcter propio del arte, la nueva funcin social es crear esta ilusin: el tipo.
Solo Dios sabe cunto se han burlado de los cuadros de Manet y de Renoir! Pues bien,
basta echar un vistazo a las fotografas de la poca para darse cuenta de que personas y
cosas se conforman totalmente a las imgenes de estos pintores.
Esta ilusin me parece totalmente natural, ya que las obras de arte son lo ms rotundo que
produce una poca desde el punto de vista de la forma. Esta energa se impone a los
hombres y es para ellos la medida plstica de una poca.
As, los que se burlan de los nuevos pintores, se mofan de la propia figura, ya que la
humanidad del futuro se figurara la humanidad de hoy segn la representacin que los
artistas del arte ms vivo, es decir ms nuevo, hayan dejado de ella.
No me digis que hay hoy pintores en los que la humanidad puede reconocerse pintada a
su imagen.
Todas las obras de arte de una poca acaban por parecerse a las obras de arte ms
vigorosas, ms expresivas, ms tpicas.
Las muecas nacieron de un arte popular y siempre parecen inspirarse en las obras de un
gran parte de la misma poca.
Es una verdad fcil de comprobar.
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Y, sin embargo, quin se atrevera a decir que las muecas que se vendan en las tiendas
hacia el 1880 se fabricaron con un sentimiento anlogo al de Renoir cuando pintaba sus
retratos? Entonces nadie se daba cuenta de ello.
Sin embargo, esto significa que el arte de Renoir era lo bastante vigoroso, lo bastante vital
para imponerse a nuestros sentidos, mientras que al gran pblico de la poca en que el
comenzaba sus concepciones estas le parecan otros tantos absurdos y locuras.
VI
Se ha considerado a veces, y en particular a propsito de los artistas-pintores ms recientes,
la posibilidad de una mistificacin o de un error colectivo.
Ahora bien, no se conoce en toda la historia del arte una sola mistificacin y ni siquiera un
error artstico que se hayan generalizado.
Hay ejemplos aislados de mistificacin y de error, pero los elementos convencionales de
que se componen en gran parte las obras de arte nos garantizan que no pueden darse casos
colectivos.
Si la nueva escuela de pintura nos presentase uno, sera un acontecimiento tan
extraordinario que habra que considerarlo un milagro.
Concebir un caso de este tipo seria como pensar que en una nacin todos los nios nacieran,
de repente, sin cabeza, sin una pierna o sin un brazo, concepcin evidentemente absurda.
No hay errores ni mistificaciones colectivas en el arte; no hay ms que diversas pocas y
diversas escuelas artsticas.
Si el fin que cada una de ellas persigue no es igualmente elevado, igualmente puro, todas
son del mismo modo respetables, y, segn las ideas que nos hagamos de la belleza, toda
escuela de arte es sumamente admirada, despreciada y nuevamente admirada.
VII
La moderna escuela de pintura lleva el nombre de cubismo. Le fue dado despectivamente
en el otoo de 1908 por Henri Matisse, que acababa de ver un cuadro con casas, cuya
apariencia cbica le habra impresionado fuertemente.
Esta nueva esttica se fue elaborando primeramente en el espritu de Andre Derain, pero
las obras ms importantes y ms audaces que produjo fueron las de un gran artista al que
tambin hay que considerar como un fundador: Pablo Picasso.
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Sus invenciones, apoyadas por el buen sentido de Georges Braque, que expuso en 1908, un
cuadro cubista en el Saln de los Independientes, se hallaron formuladas en los estudios de
Jean Metzinger, que expuso el primer retrato cubista (el mo) en el Saln de los
Independientes de 1910, y que, adems hizo admitir ese mismo ao obras cubistas por el
Jurado del Saln de Otoo.
Tambin en 1910, aparecieron en los Independientes cuadros de Robert Delaunay, de Marie
Laurencin y de Le Fauconnier, que correspondan a la misma escuela.
La primera exposicin colectiva del cubismo, cuyos seguidores eran cada vez ms
numerosos, tuvo lugar en 1911, en los Independientes, donde la Sala 41, reservada a los
cubistas provoco una profunda impresin.
All se podan ver obras sabias y sugestivas de Jean Metzinger, paisajes, el hombre desnudo
y la mujer de los flocs, de Albert Gleizes; el Retrato de Madame Fernande X y las Muchachas,
de Marie Laurencin; La torre, de Robert Delaunay, La abundancia, de Le Fauconnier, y los
Desnudos en un paisaje, de Fernand Lger.
La primera manifestacin de los cubistas en el extranjero tuvo lugar en Bruselas ese mismo
ao; en el prlogo al catlogo de aquella exposicin yo acepte, en nombre de los
expositores, los trminos cubismo y cubista.
A finales de 1911, la Exposicin de los cubistas en el Saln de Otoo tuvo una gran
repercusin; no se escatimaron las burlas ni a Gleizes (La caza, Retrato de Jacque Nayral),
ni a Metzinger (La mujer de la cuchara), ni a Fernand Lger. A estos artistas se haba unido
otro pintor, Marcel Duchamp y un escultor-arquitecto, Duchampo-Villon.
Se celebraron otras exposiciones colectivas en noviembre de 1911 en la Galera de Arte
Contemporneo, rue Tronchet de Paris; en 1912, en el Saln de los Independientes, a la que
se sum Juan Gris; en mayo, en Espaa, donde Barcelona acoge con entusiasmo a los
jvenes franceses; finalmente, en junio, en Ruan, una exposicin organizada por la Sociedad
de Artistas Normandos, y que hay que recordar por la adhesin de Francis Picabia a la nueva
escuela.
El cubismo se diferencia de la antigua pintura porque no es arte de imitacin, sino de
pensamiento que tiende a elevarse hasta la creacin. Al representar la realidad -concebida
o la realidad-creada, el pintor puede dar la apariencia de las tres dimensiones, puede, en
cierto modo, cubicar.
No podra hacerlo si ofreciera simplemente la realidad-vista, a menos de simularla en
escorzo o en perspectiva, lo que deformara la cualidad de la forma concebida o creada.
Cuatro tendencias se han manifestado actualmente en el cubismo tal como yo lo he
analizado. Dos de ellas son paralelas y puras.
Cuadernos del Docente Museo Vicente Huidobro
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Nacido del impresionismo francs, este movimiento se difunde actualmente por toda
Europa.
Los ltimos cuadros de Cezanne y sus acuarelas se relacionan con el cubismo, pero Courbet
es el padre de los nuevos pintores y Andre Derain, del cual volver a hablar un da, fue el
mayor de sus hijos predilectos, ya que lo encontramos en el origen del movimiento de los
fauves, que fue una especie de preludio del cubismo, y tambin en el origen de este gran
movimiento subjetivo; pero sera demasiado difcil escribir bien ahora de un hombre que,
voluntariamente, se mantiene al margen de todo y de todos.
Creo que la moderna escuela de pintura es la ms audaz que nunca haya existido. He
planteado el problema de la belleza en s. Quiere imaginarse lo bello liberado del placer que
el hombre procura al hombre, y desde el comienzo de los tiempos histricos ningn artista
europeo se haba atrevido a ello.
Los nuevos artistas quieren una belleza ideal que ya no sea solo expresin orgullosa de la
especie, sino expresin del universo, en la medida en que este se ha humanizado en la luz.
El arte contemporneo reviste sus creaciones de una apariencia grandiosa, monumental,
que supera en este sentido a todo lo que haba sido concebido por los artistas de nuestro
tiempo.
Ardiente en la bsqueda de la belleza es noble y enrgico, y la realidad que nos descubre es
maravillosamente clara.
Amo el arte contemporneo porque amo, sobre todo, la luz; todos los hombres la aman por
encima de todas las cosas: por ello inventaron el fuego.
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