Mitos Leyendas
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mamos a los animales existentes para convocarles que vamos a tumbar este rbol
inmenso llamado Lupuna. Entonces todos
los animales existentes sobre la tierra comenzaron a picar, morder y raspar el rbol.
Toda una multitud de animales que ya exis-
Desde entonces las mujeres fueron poseedoras del gran Yurupari. Ellas lo tocaban cuando iban al bao en las maanas;
al orse de lejos se deca que era Yurupari
que estaba vivo. Y era oficio de las mujeres
traer pepas del monte para los hombres
que hacan los oficios domsticos.
Con el correr de los aos se aburrieron por
ser ellos los llamados hacer los quehace-
res del hogar. Adems Yurupari era hombre y las mujeres decan no estar con l.
Una sola reunin fue suficiente para que
los hombres acordaran nicamente el ir a
la maana siguiente a donde las mujeres
acostumbradas al bao en el ro, para quitarles el Yurupari.
Todos ellos armados con adavi (bejuco rodeado de fibra que venia a constituir un
verdadero azote, y palabra guaran), fueron hasta el lugar en donde se encontraban las mujeres bandose, y azotndolas
con los adavi, las obligaron a entregar el
yurupari a poder de los hombres.
Realizada la hazaa, se encaminaron al lugar donde se haba quemado Yurupari y
encontraron con gran sorpresa de todos,
una mata de yuca brava, y miraron y era
man (guarani) o maniba (portugus) que
es el palo de la yuca. L o arrancaron y vieron que era raz de yuca e hicieron chicha
como la que hacia Yurupari cuando viva;
y probaron la chicha y les supo perfectamente bien. Descubrieron pues, que era
preparada con caldo de man, llamado
manicuera, exactamente como la preparaba el mismo Yurupari en vida. Esta manicuera era la misma sangre de Yurupari, es
decir que la chicha es sangre de Yurupari
poste se convirti en yuca al ser quemado
por Tupana.
En esta reunin los hombres determinaron:
1) Prohibido a las mujeres conocer y volver
a ver a Yurupari, porque al verlo, al instante
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El Guango y La barbacoa
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Las lavanderas le dicen el monstruo, enamorado, perseguidor de muchachas, msico, hipnotizador, embaucador y feroz.
Cuentan y no acaban las hazaas ms
irreales y fabulosas.
Sobre su aspecto fsico, varan las opiniones segn el lugar donde habita. Y los
habitantes de la regin del sur del Magdalena, comprendida entre los ros Pat y Saldaa, con quebradas, moyas y lagunas de
Natagaima, Prado y Coyaima, se presenta
tomando la forma una indomable fiera
negra, de ojos centelleantes, traicionero y
receloso.
Siempre que lo vean, su fantasmal aparicin era indicio de males mayores como
inundaciones, terremotos, pestes, etc. Posea un palacio subterrneo, tapizado todo
de oro, donde acumulaba muchas piedras
preciosas y abundantes tesoros; haca las
veces de centinela, por eso no quedaba
tiempo para enamorar.
En la regin central del Magdalena, desde
Hilarco, en Purificacin, hasta Guataquicito en Coello, los episodios eran diferentes.
All se les presentaba como un hombre
gigantesco, de ojos vivaces tendiendo a
rojizos, boca grande, de donde asomaban
unos dientes de oro desiguales; cabellera
abundante de color candela y barba larga
del mismo color. Con las muchachas era
enamoradizo, juguetn, bastante sociable,
muy obsequioso y serenatero.
Persegua mucho a las lavanderas de aquellos puertos, como en la Jabonera, la Rumbosa, el Cachimbo, Etc. A la manera de un
hombre rico, con muchos anillos, que al
enamorarse de la muchacha ms linda de
la ribera, la llevaba a la cueva subterrnea
donde tena otras mujeres con quienes
jugaba y sacaba a la playa en noches de
luna. Muchos pescadores aseguran que
oan sus risotadas y griteras.
Entre Guataquicito y Honda las versiones
son distintas: all era muy sociable. Se presentaba a veces como un hombre pequeo, musculoso, de ojos vivaces; entablaba
charla con los bogas, sala al mercado a hacer compras, sola parrandear con los mercaderes, pero luego desapareca sin dejar
huella. En noches de tempestad lo han visto pescando y riendo a carcajadas.
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s un ser gigantesco y de
apariencia,
terriblemente fea, sucia y desgreado que vive en
los montes, y parajes
recnditos y que le falta
una pierna de la rodilla
para abajo y l la ha reemplazado con un tarro de guadua, tarro
que a la vez le sirve de letrina y que cuando est lleno de inmundicias lo derrama
en algn sembrado y all nacen gusaneras
y plagas arruinando las cosechas y trayendo
desgracias consigo haciendo daos incontables. Su presencia por los campos es pestilente
y se considera como anuncio de calamidad,
muerte e inundaciones. Dependiendo de la regin aparece como deidad masculina o femenina. Sus gritos son macabros o sus carcajadas
histricas y psicticas que son escuchadas en
las profundidades de las minas y en las hondonadas de los riachuelos, sobre todo en las
noches lluviosas oscuras y tenebrosas. Su
presencia es anunciada con el aullido de
los perros, el movimiento de los rboles
huracanados y el rozar intenso de la hojarasca. El patetarro predice inundaciones,
crecidas de los ros, devastacin de las
cosechas y en general es un smbolo de
tragedias e infortunios.
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Coinciden
en afirmar
aquellos desafortunados que la han visto, en que es una
mujer corpulenta, elegante, vestida de hojas frescas y musgo verde, con un sombrero
cubierto de hojas y plumas verdes y que no
se deja ver el rostro porque el sombrero la
distorciona. Hay mucha gente que conoce
sus gritos o bramidos en noches oscuras y
de tempestad peligrosa. Vive en sitios enmaraados o en montes y bosques espesos, donde los arboles frondosos son sus
habitantes, alejada del ruido de la civilizacin y en los bosques clidos, con animales
dainos o fieras que hacen impenetrables
sus dominos.
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Fura y Tena creados por el dios, y padres de la humanidad. Are se detuvo a las orillas del sagrado ro Carare y de un puado de tierra form los dolos: Fura, mujer y Tena, hombre, que luego
arroj a la corriente, en donde, purificado por la espuma, tomaron aliento y vida; fueron los
primeros seres del linaje humano. Are les seal los lmites de sus dominios, los secretos de la
agricultura, la alfarera y estrategias militares, y tambin les dio normas de salud y de vida, y
les inculc la libertad sin limite alguno.
Zarbi, hombre de ojos azules y barba rubia, apareci por el occidente, en busca de una flor
privilegiada y milagrosa, cuyo perfume aliviaba todos los dolores y sus esencias curaban todas las enfermedades; recorra las montaas, cruzaba los ros, trepaba los rboles y esperaba
la aurora en los ms altos picachos, para escrutar en vano por todas partes la planta que ostentaba tan codiciada flor. Despus de vagar muchos das, convencido de la inutilidad de su
empeo, acudi a Fura en la esperanza de obtener su apoyo para descubrir la flor. Fura, bella
y seductora, lo acompa a la montaa. Pronto el sentimiento de Fura se transformo en amor y en infidelidad.
Informado Tena, el esposo burlado, se suicid
y junto con Fura se convirtieron en dos peascos, separados por el ro Zarbi o minero. Las lgrimas de Fura, la esposa
infiel, se transformaron en esmeraldas, que se esconden en las montaas, y en hermosas mariposas.
Itoco, el hijo de Fura y Tena, tambin se convirti en un peasco
esmeraldifero, el ms rico de todos. El Cerro Mayor (Fura) mide
625 metros sobre el ro, el Cerro
Menor (Tena) mide 380 metros
de abertura en lo alto y 30 en
lo bajo, por donde se precipita
el ro minero. A lo lejos dan la
extraa apariencia que los hace
notables.
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Una bella india de inmensurable y extraordinaria belleza, nacida al borde del lmite
que divide la tierra en dos partes iguales, se vio ascendida por unos hombres blancos que haban llegado
del imperio inca con la ambicin
de apoderarse de estos territorios.
Por ello la bella india parti rpido a avisarle a las otras tribus
que don Sebastin de Belalcazar estaba enviando unos hombres a imponer sus costumbres,
religin, idioma y a mezclar con
ellos su raza, por lo que era necesario combatirlos.
La india llego a los dominios de
la tribu de los Quimbaguas situada entre los cerros de La Teta
y la Chapa; el cacique era Quimbaguasi, quien se enamor de
la bella emisaria y no le permiti
seguir adelante para cumplir su
unificadora misin.
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La india catalina y Quimbaguasi se enamoraron y en una gran roca dejaron grabadas sus
promesas de amor para la constancia de los
siglos.
La lucha entre los conquistadores y la tribu
del cacique Quimbaguasi se dio, luego de
ello la india catalina sali en busca de sus
amado del cual encontr su cuerpo, lo alzo
entre sus brazos, lo colmo de besos y con el
subi a la cumbre del cerro y quien sin saberlo se encontraba en embarazo, decidi bajar
por el crter del volcn que todava humeaba
y se lanz al infernal crter que desde aquel
da tom el nombre de Catalina.
Se cuenta que muchos aos despus, algunos jvenes intrpidos por hacer aventuras
decidieron subir al cerro a buscar a la india
Catalina. Uno de ellos, un joven valiente se
ofreci voluntariamente para descender por
la abertura que tiene el cerro en busca de la
india. Con soga atada a la cintura sus compaeros lo comenzaron a bajar lentamente hasta cuando llego a un amplio saln cubierto
con lminas de oro y donde se encontr con
una mujer india que cocinaba jabn en dos
enormes pailas aprovechando el fuego de la
tierra.
El joven intercambio palabras con la india y
esta le cont la leyenda de su vida, sus amores con Quimbaguasi, el nacimiento de su
hijo, le comento que hacia algunas aparicio-
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Chaqun, la gran deidad de los muiscas velaba por los linderos de las
sementeras de los indgenas. Dice
Fray Pedro Simn que Chaqun
era el dios de los trminos y
los puestos que sealaban
cuando en algunas fiestas
ordenaba.
Corrian los ms valientes
indios la tierra, que para
esto se ponan; le dedicaban tambin los adornos
de la borrachera y fiestas,
con toda la plumera que
usaban en ellas y en las
guerras. El dios Chaqun
se haca presente en las
fiestas de nuestros antepasados muiscas, principalmente en aquellas en
que haba carreras. As
se expresa Fray Pedro
Simn sobre las carreras:
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on estos nombres se conoce en varias regiones del pas a Satans o a otros seres que personifican las oscuras
fuerzas del mal y a los que se
le atribuye la desgracia, el
horror y tragedia en esas
regiones.
Detalles y rumores
de adoraciones satnicas o
a presencias demoniacas de
historias y leyendas sobre el
Diablo, crean una serie de historias que siguen de generacin en
generacin como recuerdo que
en el paso por la humanidad el
hombre debe ser limpio de maldad y lleno de benevolencia.
Desde la ms tribal, y primitiva
concepcin demonaca, hasta la
elaborada teologa catlica, en todos
los pueblos, en todas las pocas, y en
todos los estratos socio cultural de la
humanidad, ha aparecido siempre el
miedo a unas fuerzas del mal, personalizadas e individualizadas en forma categrica.
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a
leyenda
del Salto del
Te q u e n d a ma se origina cuando en
la antigedad
Chibchacum se
ofendi porque
su pueblo acept malos
consejos de Huitaca, porque el pueblo dejo de ofrendarle y se indign contra
los bacates, porque ya casi
todos murmuraban de l
y le ofendan siempre. Enfadado hasta el fin decidio
acumular muchas aguas y
trajo de otras partes los ros
Sop y Tibit, que creciendo rpidamente anegaron
la sabana hasta inundarla
totalmente. Las sementeras y labranzas se echaron
a perder; la gente, que por
entonces era numerosa, co-
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egn esta leyenda de la tradicin popular las describe como unas viejas horribles que visten trajes largos y destrozados; tienen ojos muy rojos, cabellos
desgreados, nariz prolongada y puntiaguda y caminan encorvadas, como
dobladas por el peso de los aos, acostumbran cambiar sus ojos por los de
un gato o por los de la lechuza con el fin de poder ver mejor; viajan de noche, principalmente los martes y los
viernes; nunca comen sal para poder
volar. Tambien son sealadas por sus
pactos y amistad con Satans y les place la hechicera, los filtros de amor y la magia negra; gustan
mucho de los hombres, son muy lujuriosas y malvadas; hacen sus reuniones cerca de los lagos o
en parajes solitarios, principalmente en aquellos
donde abundan los rboles cuyas ramas penden
gran cantidad de melenas; su principal congreso
lo realizan en la noche del 31 de octubre, vspera
del da de todos los santos, nunca se renen los
domingos porque es el da del Seor. Para hacer sus fechoras se convierten en aves nocturnas y pasan volando por los corredores
y techos de las casas, dando fuertes
aletazos, riendo estruendosamente
y lanzando gritos agudos a manera
de chillidos prolongados, y siempre
se anuncian con mucho ruido; gustan
de los nios recin nacidos y los roban para
dejarlos en los montes; borran las seales
de los caminos, envolatan a los viajeros
nocturnos, los pellizcan y cuando visitan
a su hombre, lo abrazan fuertemente, impiden su respiracin y le hacen toda clase
de maldades y travesuras.
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franciscana para ser admitido en la comunidad de los cartujos. El diablo, furioso y humillado, maldijo a gritos; luego orden a su ejrcito de diablos que abandonaran las piedras.
Dicen que los gritos y llantos del diablo eran tan fuertes, que
hasta hoy se escucha el eco en las noches de tormenta. Muchas personas piensan que las Piedras de Tunja se encuentran
en la ciudad de Tunja, pero no es as. Esas enormes piedras estn, desde hace miles de aos, en la poblacin de Facatativ,
a unos 40 kilmetros de Bogot. Conforman un hermoso
parque natural que es visitado por miles
de turistas.
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Fue guerrillero afamado en los aos 50, form parte de las conocidas guerrillas liberales
de los llanos. Form la revolucin de la mano
de Guadalupe Salcedo, perteneci al grupo
que operaba en las regiones de Arauca y Casanare.
Entrada la noche, fue asesinado, segn los testigos, por uno de los detectives de nombre Alberto Garca. Al da siguiente, despus de recibir todo el aguacero de la noche, que segn
las creencias le purific el alma, se hizo el levantamiento. Nadie reclam su cadver y fue
enterrado, sin urna, en el cementerio local.
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s uno de los espantos que hace apariciones en el llano, en las noches oscuras,
tenebrosas y sin luna. Dicen que es un hombre alto y que su cara no se le ve;
y que lleva en la cintura un machete inmenso. El cual se hizo extremadamente millonario haciendo un pacto con el diablo, comprometindose a entregar
su alma, la de su esposa y la de sus
hijos. Despus de que el diablo hizo rico a Juan Machete, con abundantes
ganaderas y haciendas comenz
a herrar sus ganados y bestias
marcndolas con una cruz y
una jota. Pero Juan Machete tena un corazn noble y
generoso, por lo que ayud
a los ms pobres que vivan
en su regin.
Con estos actos de benevolencia y penitencia a
Dios, rompi el pacto convenido con el diablo, y ste
enfurecido, se transform
en un toro negro corpulento y arisco. En un trabajo de
llano, el toro embisti a todos
los vaqueros, incluyendo al patrn Juan Facho, matndolos con
terribles cornadas y embestidas
furiosas. A partir de dicho suceso,
el diablo se configura en el espanto de
Juan Machete, para no permitir la posesin
de estas comarcas, o de quien quiera apoderarse
de terrenos que no sean por la va legal.
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a tribu de los Coreguajes habitaba las riveras del ro Cagun. Pero en esa
misma region habitaban otras tribus que tenian enemistad con los Coreguajes. El cacique Guaycab era muy celoso de que sus hermanos de sangre
se unieran con las otras tribus. Jurewati hija de Guaycab recoga man y frutos silvestres con otras amigas. Pero una tarde Jurewati y sus amigas recogan
frutos, pas un guerrero de otra tribu vecina el cual fij su mirada en la princesa Jurewati y la salud inclinando su cabeza y agachando la cerbatana, Jurewati contest con una sonrisa al saludo del aborigen vecino. A partir de ese
da, todos los das se vean en el mismo sitio, e intercambiaban saludo y sonrisa. Un da el
apuesto guerrero, decidi hablarle y decirle sus
sentimientos. Ella correspondi a su amor
y despus de varios das de encuentros
amorosos, el joven fue a pedir la mano de
la princesa. El cacique Guaycab a toda
respuesta se enfureci y mando a amarrar al joven en un hormiguero, en donde
muri de las picaduras de los insectoss.
La princesa muri de tristeza al lado
del cadver de su amado. Al recibir
la noticia, Guaycab se arrepinti e
hizo las paces con las tribus vecinas y enterraron los cuerpos de los
amados en un mismo sitio. Cuentan que Guaycab se sent al
lado de la tumba y llor tanto la
prdida de su hija que sus lgrimas formaron una laguna que
hoy en da lleva su mismo nombre. Dicen que en las noches de
luna llena, ven a Guaycab llorar
al lado de la laguna y para esa poca el nivel de las aguas aumentan y
saben a mar porque se pone salada
por sus lgrimas.
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l lugar que separa las cuencas de lo ros Afn y Caquet como a 12 horas de camino inhspito,
existe una cascada que vierte sus aguas a un
precipicio por todos desconocido. Se dice
que en la parte ms alta del caudal habit
una tribu de la familia de los ingas y dej
inscripciones en las rocas y vestigios de
su civilizacin. Se dice que existe un
tesoro que da vida a la leyenda del Churumbelo,
dicindose que en el fondo impenetrable, alguno
vio un mueco de oro macizo, del tamao de un
nio. Varias personas se han acercado en tiempos de verano al torrente y han visto en las concavidades de las rocas amarillear el oro, que
es imposible de recoger, porque all ocurren
fuertes y huracanadas tempestades. Adems,
quienes llegan hasta all hablan tambin del
Churumbelo que es el espritu, del rayo o
el del huracn, el dios de la montaa o un
uatt malvolo, que equivocan los pasos de
los aventureros, tuercen los caminos, y les
hacen crispar los nervios hasta caer desfallecidos. Hacia el sur del Churumbelo en
las mismas faldas donde cae el ro Afn,
est la famosa chorrera encantada, que
es un torrente que se precipita a un hoyo
profundo de la roca, la cual se divisa desde muy cerca de Mocoa, situndose en la
carretera Mocoa-Pitalito. Ponchayaco es el
nombre del ro que forma esta bella cascada y desde sus cabeceras, en donde hay
una mina de cristal de cuarzo.
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a Llorona es el alma en pena de una mujer despojada de sus hijos, por eso su llanto miserable y
desgarrador. Dicen algunos que es una mujer
desquiciada quien no aguant la miseria, acabando con ella y sus hijos.
Entonces el alma qued vagando por los pueblos,
preguntando por
sus hijos y lamentando su
tragedia.
La Llorona una leyenda
presente en muchas
regiones y personifica al espritu de una
madre en pena.
La llorona, que
busca el reposo
y aquietamiento del espritu
que
permita
disfrutar
de
un estado de
retribucin en
ultratumba.
Existen
varias
versiones acerca
de su desgracia, pues
algunos afirman que es
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l Tunjo es la representacin
simblica de una deidad de los
pijaos, est totalmente elaborada en oro; pero es poseedor
de una leyenda en la que se
dice que es un fantasma que
anda errante, que busca proteccin, alimento y cobijo por lo
cual premiaba a su protector con el fruto
de una gradual fortuna.
Esta criatura se presenta como un beb inofensivo, llorando, en algn camino, o en el
cruce de un bosque o de una quebrada, o
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El hombre tira la criatura y huye despavorido. Pero, en cambio, aquel que conoce ya el
truco y ha estado precisamente esperando
una oportunidad como aquella para enriquecerse, y que mucho la ha buscado en
los lugares solitarios en la noche y en noches de viernes Santo, procede inmediatamente a hacer lo siguiente:
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En el pueblo haba una capilla donde se celebraban las ceremonias ms. Un ao cualquiera lleg la celebracin de la Semana
Santa. Y en un viernes santo la capilla llena
de feligreses reinaba el silencio se encontraba el cazador, en actitud reverente, rezando sus plegarias ante el sacerdote, que
en elocucin persuasiva y laudatoria haca
inclinar las cabezas respetuosamente.
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instante el animal huy. Perro y amo siguieron las pistas, lo alcanzaron y, al dispararle de nuevo, se realizaba el mismo truco.
El cazador ansioso se adentraba ms y ms
sin medir tiempo, ni distancia. Segua... segua... cruzaba llanos, montaas, caadas,
colinas, despeaderos, riscos y sierras. Lleg por fin a la montaa cuando las tinieblas de la noche dominaban la tierra.
La montaa abri sus fauces horripilantes
y lo devor
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brazos muy largos, que al entrecruzarse y frotarse, producen un ruido raro, acompaado de
una luminosidad especial que asusta a los
hombres pero no a los nios.
Es muy popular, inclusive por los Departamentos de la Costa atlntica. En otras
poblaciones se afirma que se trata de
una anciana mujer, que fue condenada
a vagar por bosques tenebrosos, oscuras trochas y caminos.
Cuenta la leyenda que aparece cuando
el gallo no ha empezado a cantar, provista de una tea de madera encendida
echando chispa y produciendo un ruido infernal.
Pero coinciden los hombres que la han
visto en las trochas y caminos montaosos, que se les aparece, y sin mediar
palabra o pedir permiso se les sube a
la grupa para pellizcarlos y chuzar el
anca de la bestia con el fin que esta
corcovee y los tumbe al suelo.
Persigue borrachos irresponsables y
mal maridos, novios faltones y mentirosos. Padres que no llevan el mercado de la semana por gastar el dinero bebiendo, o apostando.
La candileja no admite que le disputen
sus terrenos nocturnos. Pero que para
ahuyentarla basta con insultarla dicindole: Vieja farulera, alcahueta, cmplice y
otras cosas afines.
Se le grita a todo pulmn, el demonio te ha
de tener en la profundidad de los infiernos.
Cuando la candileja escucha esto, sale despedida
echando chispas y dando alaridos quebrada abajo.
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con el suyo. Una vez amarrado el demonio, el padre le dijo que cuando amaneciera
l tena que hacer una cruz en la piedra, para poder soltarse. Entonces el padre sigui
su camino y como faltaba tan poco para
que saliera el sol, el diablo se mova para todos los lados para
poder soltarse. Finalmente, con sus garras, hizo la
cruz pero al revs y fue la
nica forma de soltarse.
Cuando el padre volvi a
pasar encontr al diablo
suelto y la cruz en la piedra. Desde entonces se dice
que aparece en ese lugar
durante las noches sin luna
y que asusta a sus victimas
buscando amarrar su alma
a dicha piedra, y que para
librarse de el se debe rezar
un rosario al pasar por ese
camino y diciendo salves o
plegarias al padre Tubor que
es al que el diablo le teme
en ese camino.
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guardaba las riquezas de su tribu, mientras tanto ira a preparar una correra por
los alrededores del sector. La hija del avaro
castellano estaba observando desde las
ventanas de sus habitaciones con ojos de
admiracin y amor contemplando a aquel
coloso, prototipo de una raza fuerte, valerosa y noble.
Tan pronto sali su padre, fue a rogar enternecida al verdugo para que cesara
el cruel tormento y lo pusieran en
libertad. Esa splica, que no era
una orden, no poda aceptarla el soldado porque conoca
perfectamente el carcter
enrgico, intransigente e
irascible de su superior,
ms sin embargo no pudo
negarse al ruego dulce y
lastimero de esa nia
encantadora.
La joven espaola
de unos quince
aos, de ojos
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azules, ostentaba una larga cabellera dorada, que ms pareca una capa de seda dorada. La bella dama miraba ansiosamente
al joven cacique, fascinada por su belleza
y robustez.
Cuando qued libre, ella se acerc. Con
dulzura de mujer enamorada lo atrajo y se
fue a acompaarlo por el sendero, internndose entre la espesura del bosque. El
aturdido indio no entenda aquel trato, al
verla tan cerca, l se miro en sus ojos, azules como el cielo que los cobijaba, tranquilos como el agua de sus posetas, puros
como la florecillas de su huerta.
Ya lejos de las miradas de su padre lo detuvo y all lo bes apasionadamente. Conmovida y animosa le manifest su afecto
dicindole: !Huyamos!, llvame contigo,
quiero ser tuya.
El lastimado mancebo atrado por la belleza angelical, rara entre su raza, accedi,
la alz intrpido, corri, cruzo el ro con su
amorosa carga y se refugi en el boho de
otro indio amigo suyo, quien la acogi fraternalmente, le suministro materiales para
la construccin de su choza y les proporcion alimentos. All vivieron felices y tranquilos. Pasaron los aosy tuvieron un hijo
que los llen de alegra.
Una india vecina, conocedora del secreto
de la joven pareja y sintindose desdeada por el indio, opt por vengarse: escap
a la fortaleza a informar al conquistador el
paradero de su hija. Excitado y violento el
capitn, corri al sitio indicado por la envidiosa mujer a desfogar su ira como veneno mortal. Orden a los soldados amarrarlos al tronco de un caracol de la orilla
del ro. Entretanto, el nio le era arrebatado brutalmente de los brazos de su tierna
madre.
El abuelo le deca al indefenso bebe: morirs indio inmundo, no quiero descendientes que manchen mi nobleza, tu no eres
de mi estirpe, furioso se lo entreg a un
soldado para que lo arrojase a la corriente,
ante las miradas desorbitadas de sus martirizados padres, quienes hacan esfuerzos
sobrehumanos de soltarse y lanzarse al
caudal inmenso a rescatar a su hijo, pero
todo fue intil.
Vino luego el martirio del conquistador
para atormentar a su hija, humillarla y
llevarla sumisa a la fortaleza. El indio fue
decapitado ante su joven consorte quien
gritaba lastimeramente. Por ltimo la dejaron libre a ella, pero, enloquecida y desesperada por la prdida de sus dos amores,
llamando a su hijo, se lanzo a la corriente
y se ahog.
La leyenda cuenta que en las noches tranquilas y estrelladas se oye una cancin de
cuna que surge de las aguas, es el llanto
de la bella extrangera que sigue buscando a su querido hijo por los siglos de los
siglos, es la MADRE DEL AGUA. La diosa o
divinidad de las aguas; o el alma atormentada de aquella madre que no ha logrado
encontrar el fruto de su amor.
Por eso, cuando la desesperacin llega
hasta el extremo, la iracunda diosa sube
hasta la fuente de su podero, hace temblar las montaas, se enlodan las corrientes creando asi avalancha y destruccin en
esas regiones.
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Luego se escucharon algunos rugidos, y todos en el pueblo temblaron y se compadecan de esa pobre mujer, que haba emprendido un trabajo en vano, sin armas, y a un lugar en donde ningn hombre armado del pueblo se atreva a ir. Pero pronto los rugidos
cesaron, y Marta reapareci, portando una pequea cruz de madera en una mano, y en
la otra al monstruo, atado a una cinta que ella haba tomado de sus vestiduras. As avanz en medio de la ciudad, glorificando el nombre del Salvador y entregando al pueblo al
dragn, como si fuera un juguete y aun ensangrentado de su ultima victima.
La Tarasca, un animal representado de manera repulsiva, para recordar al dragn
de la antigedad, poda tener hasta
veinte pies de longitud, una enorme
cabeza redonda, una inmensa boca,
que se abre y cierra con un resorte,
unos ojos brillantes, un cuello que entra
y se alarga en el cuerpo gigantesco, que
est destinado a contener las personas que
lo hacen mover; y por ltimo una larga cola que
cuando se mueve provoca heridas a quienes se le
acercaban.
Hoy en da historiadores afirman que,
es probable que un cocodrilo venido de Egipto, trado por los
conquistadores como el que
se mat en el Rdano y cuya
piel se conserv hasta la Revolucin en el Hotel de Lyon, y hubiera
establecido su guarida en los alrededores de Tarascn, y que Marta, que haba aprendido cmo se atacaba a
estos animales con personas que
haban vivido a la orilla del Nilo,
lleg a vencer a este monstruo en la ciudad, donde su
recuerdo se guarda con tan
grande honor.
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s una criatura que se presenta como una mujer fea, que tiene un pie de molinillo (raz de un rbol) y el otro como el de un beb. Se lleva a los bebs sin
bautizar, a los nios desobedientes, a los maridos malos y a jvenes hombre
o mujeres, a los confines del monte para convertirlos en sus amantes.
La Tunda engaa a sus victimas tomando la apariencia de sus madres u otro ser querido para que la sigan al monte; ya en sus
dominios, los alimenta con camarones y cangrejos que cocina en su ano. Quien con sus malos olores adormece a sus victimas, les chupa el pene a los
hombres hasta sacarles sangre y se hace succionar la
vagina para aturdirlos.
Los entundados aprender a amar a dicha mujer y rechazan a los humanos. Para poder rescatarlos de la
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se internan en el monte tocando tambores, quemando plvora, disparando escopetas, rezando las oraciones y diciendo
groseras y maldiciendo para que
ella desaparezca.
Algunos dicen que la Tunda es
una mujer de raza negra y que
huele muy mal, se queja y odia,
a los nios. La Tunda tiene poderes sobrehumanos, pues es ella
quien produce la conjugacin de sol
y lluvia. Se dice que en una zona rural
del municipio de Buenaventura, existe la
Matunda, la mam de la Tunda.
Se dice que en las zonas rurales y a los
alrededores de Buenaventura, existe la
Matunda, la mam de la Tunda, y que
aparece en las fiestas y reuniones, pero
que si alguien la descubre al mirar la
pata de molinillo queda entundado y
que esta sale corriendo y gritando maldiciones a quien al descubre.
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Mitos
Leyendas
Son universales
Son regionales
Su base es la produccin de
fantasa, hechos de carcter
mgico o inslito por personas
del comn o llamadas de carne y
hueso
Son frecuentes las similitudes de
los hechos a pactos diablicos,
brujera o hechicera o
concesiones divinas como la
milagrera.
Su base es la produccin de la
fantasa, abecs potica en
seres imaginarios e
inverosmiles.
Interpreta un sueo o
pesadilla colectiva, de
misterios miedos o encantos
sobrenaturales
Sus protagonistas son
monstruos o seres fantsticos,
con poderes sobrenaturales,
ante los cuales el hombre es
impotente.
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