Seminario de Psicoanálisis de Niños 1 (Françoise Dolto)
Seminario de Psicoanálisis de Niños 1 (Françoise Dolto)
Seminario de Psicoanálisis de Niños 1 (Françoise Dolto)
psieoanlisis
de nios
1
fran~oise
dolto
edicilm realizada
con la colaboracin
de louis caldagues
~
~
tNDICE
PREFAClO
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4. Las diferentes castraciones u: La no castracin umbilical y las fobias - La castracin oral - La castracin anal
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(5]
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16. Identificacin de los nmos con animales - Los mecanismos de las fobias - La importancia del rostro
para el desarrollo psquico - "Me duele mi padre"
- Los pequeos autistas nunca se enferman
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11. La incubadora, un autismo experimental - Qu quiere de l esa mujer portadora de muerte?, se dice el
beb - En directo a travs de France-Inter: la curacin de nios autistas - La huella del cordn urobilical en la palma de la mano - El corazn, primer
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significante ritmado
12. La sociedad imaginaria de los autistas - Un ejemplo
de compulsin descifrada - El acecho de las sensaciones viscerales
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13. El disfrute sexual durante todo el da no es el principio del placer - El deseo nos agota, pero nos recuperamos gracias a las pulsiones de muerte - El seudomasoquismo femenino - Los enfurruamientos El recin nacido en situacin de incesto Iibidinal - El
insomnio o la lucha entre el narcisismo primario y
las pulsiones de muerte
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I~ .
PREFACIO
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te, para los psicoterapeutas presentes cuyo problema es a veces el mismo, descubrir que otro analista, ante su angustia, no
llega a un enfoque que le permita encontrar la actitud interior
y la palabra justas. En efecto, con frecuencia comprobamos
que el terapeuta, metido hasta el cuello en su caso, no se da
cuenta de que est paralizado por ciertos problemas del nio
que interfieren con un episodio de su propio pasado, todava
sin esclarecer. Es hablado, posedo por el sufrimiento de su
pequeo paciente, paciente que Fran~ise Dolto, fuera del campo de transferencia y de contratransferencia particular de este
tratamiento, puede devolver a su historia a travs del psicoterapeuta a quien al mismo tiempo devuelve a la suya.
Las respuestas de Fran~oise Dolto son instantneas, imprimiendo en su sensibilidad todos los elementos que le parecen
retorcidos en la narracin del caso. La lectura de esos dilogos
permite por lo tanto asistir en vivo al surgimiento, a veces brutal, de una verdad simple a propsito de un caso con frecuencia presentado de manera compleja y llena de lagunas.
En efecto, Fran~oise Dolto posee el arte y la sabidura de
formular las preguntas adecuadas: las que provocan la afluencia de datos nuevos que hacen aparecer situaciones ocultas, o
revelan la importancia de ciertos personajes considerados hasta
entonces secundarios y sin embargo esenciales en la vida del
nio. Como por ejemplo un padre, un abuelo, una abuela o
un hermano en el que nunca se haba pensado.
El que Fran~ise Dolto se pueda anticipar en la lgica de
los casos con tanta velocidad y pertinencia se debe a su considerable experiencia con miles de nios. Durante cuarenta aos,
en el hospital Trousseau, ha recibido todas las semanas, entre
las nueve y las catorce horas, de diez a doce nios. Si pensamos que en promedio ha trabajado treinta y ocho semanas al
ao, vemos la poblacin que esto representa.
De ah proviene lo que constituye su doble originalidad. Por
una parte, para ella la clnica no es un saber conceptual, sino,
ante todo, los nombres, los rostros y los cuerpos de los que
sufren y que ella cura. Para Fran~oise Dolto el conocimiento
es sobre todo experimentado y est ligado siempre .a lo concreto.
Por la otra, ha dejado que los mismos interesados la ense10
moralizante cuando estima, por ejemplo, que la posicin erecta es especfica del desarrollo del ser humano entre los diez
y los catorce meses? Pero la metfora de la verticalidad es,
sin embargo, justamente la tica humana del dominio de s
mismo en el espacio!
Franc;oise Dolto se dedica, a lo largo de su seminario, a corregir todo lo que pueda trabar, parasitar o desviar el "yendodeviniendo" del nio hacia su estado adulto. Con lpices, plastilina y palabras, trabaja como si ningn caso fuera irreparable, ninguna situacin irrecuperable. De ah esa ligera euforia
del lector, por oposicin al pesado agobio que lo invade ante
algunas obras de psicoanlisis. Tambin para el lector, los
lmites de lo recuperable y de lo incomprensible parece que
retroceden. Pero no se piense que se trata de ortopedia y de
readaptacin. La expresin justa de lo reprimido, tal como reaparece en la relacin teraputica, engendra efectos ordenadores en
la historia del nio, y libera su libido de la repeticin que
entorpeca su libertad.
Lo que me fue ms til, cuando comenc a seguir este seminario y a ver a Franc;oise Dolto trabajando, fue orla recordar sin cansarse a los terapeutas, que en psicoanlisis no existe ninguna criptografa de interpretacin a priori y que es necesario aprender los elementos del "lxico bsico" de cada nio.
Qu significan para el nio las palabras que utiliza? Los nios
toman palabras del vocabulario adulto, pero las cargan de un
sentido directamente ligado a su experiencia, que les es completamente personal y constituye un cdigo a veces impenetrable. El analista debe, ante todo, descifrar palabra por palabra lo que el nio dice, haciendo que lo represente, por medio
de dibujos o de mode!ado, por ejemplo, hacindole asociar a
las palabras su representacin. As, en el caso del nio que
repite a su psicoterapeuta: "Mis padres son malos",2 Franc;oise
Dolto responde: "Pregunte a ese nio lo que es malo para l.
Dgale: Qu quiere decir malo para ti? Y, sobre todo, hgale que
represente lo que significa esa palabra, pidindole: Dibjame
un malo." Qu dibujar? Un pjaro? Una boca? Un garabato? Al principio, no sabemos nada. A partir de lo que l
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p. 21.
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Tanto con los nios como con sus padres, Fran<;oise Dolto
insiste en la idea del trabajo en psicoanlisis. Hacer un anli. sis no tiene nada de misterioso, de inaccesible ni de vergonzoso.
Simplemente es hacer un trabajo especfico sobre los problemas
de la propia historia. Es un acto responsable que requiere valor moral -contrariamente a la idea que se hace mucha gente
de que es un recurso pasivo y complaciente, reservado a los
que se rascan la barriga, que carecen de voluntad o incluso
que tienen tiempo y dinero que perder.
Al contrario de lo que con frecuencia he comprobado en otras
partes, el eje de la actitud de Fran<;oise Dolto es el de jams
dejar que se olvide el sufrimiento del nio. Para ella, su trabajo consiste ante todo en encontrar lo ms rpidamente posible los medios y las palabras que lo alivien y lo devuelvan a la
dinmica de su desarrollo.
Este talento para anticipar al ser humano en su devenir, desde su nacimiento, le ha permitido una avanzada terica sin
precedente, en continuidad directa con Freud. Sin duda la suya
es hoy en da una de las ms importantes del psicoanlisis en
Francia, puesto que concierne a los orgenes de lo que constituye nuestro psiquismo. Aquellos que todava lo duden vern
cmo se les despierta el ms vivo apetito de investigacin despus de haber ledo el desciframiento magistral que hace Fran<;oise Dolto de las compulsiones, hasta entonces incomprensibles, de Grard, un nio autista.1>
A diferencia de muchos psicoanalistas, algunos de los cuales le reprochan el ser una "abuela simplificadora", o hasta
una "curandera de nios", Fran<;oise Dolto siempre ha tenido
el deseo de comunicar lo que sabe en un lenguaje cotidiano.
Para los que piensan que basta con aplicar ciertas recetas
de sentido comn para "hacerle a la Dolto", la lectura de este
seminario demuestra que su enseanza, lejos de ser una simple
habilidad, es una verdadera formacin terica y prctica cuya
eficacia ha sido comprobada hasta entre el gran pblico. Qu
analista ha sabido sacar del autismo, o de cualquier otra patologa muy grave, a muchos nios de corta edad gracias a una
serie de programas de radio? e
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LOUIS CALDAGUEs
AL AIN, UN N IO
LOS BEBS
PARTICIPANTE: Qu significa que una madre se niegue a revelar a su hijo algo de su origen?
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dicen delante del nio, sino solamente cuando l no est. Entonces, estamos atrapados.
F.o.: Atrapados! En absoluto. . . si usted les dice a esos padres~ "No se puede hacer una psicoterapia con su hijo mientras
ustedes no comprendan que l debe saber la verdad el da en
que se plantee la pregunta." Por otra parte, es raro que los
padres no lleguen a admitirlo. Por el contrario, si entramos en
su juego y nos casamos con sus fantasas culpables y desnarcisizantes, no somos ya analistas. Y aceptar no decir esa verdad al
nio, significa que tambin nosotros pensamos que sera mala
para l, por lo tanto que tampoco nosotros podemos aceptarla.
Tener tal actitud vendra a proyectar que una parte de lo
que constituye ese ser en su verdad es una verdadera bomba
de tiempo. Ahora bien, para el analista, cualquier prueba es
un trampoln, cualquier castracin es estructurante.
F.o.: Antes que nada, l tena que llegar a d ecirle: "Mis padres son malos." Antes de volver a espetarle algo. Yo le hubiera dicho inmediatamente: "Dibuja a tus padres malos y a
tu padre de nacimiento! Es malo vivir? Y si no es ma!o vivir,
p uesto que ellos te dieron la vida, no son malos." Es absolutamente necesario que represente por medio de dibujos lo que
para l significa "malo". Con frecuencia, malo; es un perro
que representa, por ejemplo, a una madre que devora a su
hijo a besos y lo muerde por largo tiempo. Slo l puede decirle lo que es.
En todo caso, este nio es la representacin de su padre y
de su madre de nacimiento. Es la representacin de un vivir
todava ms autntico que el de nios que para sobrevivir tienen necesidad de tener a sus verdaderos padres. Esto prueba
que recibi una vitalidad tal, que fue capaz de continuar viviendo sin sus padres, mientras que muchos nios mueren de
abandono.
P.: Me dej atrapar dicindome que quiz haba algo malo
en sus padres, pero no saba muy bien cmo decrselo.
F.o.: Por otra cosa que la palabra, que puede ser el dibujo, el
modelado, la msica.
Tuve en terapia a un nio incapaz de dibujar y de hablar.
En ese momento yo tena un piano, y le dije: "Podras expresarte con msica?" sabiendo que tocaba un poco en su casa.
Tanto su padre como su madre hadan msica, pero l se negaba a aprender por no obedecer a sus padres. En realidad, era
mucho ms msico que ellos. Y bien, hizo su anlisis tocando
en el piano todas las imgenes que le pasaban por la cabeza.
Una que otra vez, yo le deca lo que senta. Entonces, inmediatamente agregaba: "S, eso es", cuando era verdad para l;
cuando no, segua tocando imperturbable y yo le deca: "Ves,
no entend, pero entonces, qu expresaba tu imagen?" Y al
mismo tiempo q ue tocaba, deca: "Amarillo - rojo - cuadrado - puntiagudo." Era totalmente abstracto. Un nio muy
inteligente pero pervertido en todos los niveles.
H ay otros medios de expresin humana aparte de la palabra.
Sta ha sido mancillada con frecuencia por tantas falsedades,
que los nios no la pueden emplear para decir lo verdadero,
puesto que, para ellos, implica mentira.
Un nio expresa por medio de gestos, posturas, di bu jos, modelado o msica la imagen interior de su fantasa. Todo ser
humano simboliza por medio de fantasas auditivas, gustativas,
olfativas, tctiles y visuales. Pero puede expresarlos de otro
modo que por la palabra. Por otra parte, es lo que hacen los
bebs.
En el caso del que usted hablaba, habra que haberse preg"ntado: "Qu fantasa se oculta tras el calificativo malo?"
Nuestro trabajo psicoanaltico consiste siempre en hacer que el
sujeto se exprese de otra manera. Creo que algunos nios, cuya lengua materna ha sido siempre portadora de engaifas, de
falsedades, no pueden seguir utilizndola sin encontrarse atrapados, mediante ese lenguaje, en las proyecciones hechas sobre
ellos.
"Malo" es quiz lo que ese nio ha odo siempre que dicen
de l.
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primario?
hecho de que trabaja basndose en la representacin, en dibujos, de lo que atraviesa al nio. Actualmente, tengo la sensacin de que cuando le pido un dibujo a un nio, lo hace para
complacerme, o para que lo deje en paz. Comparte usted esta
sensacin ?
F.o.: Pero por qu le pide especficamente un dibujo? No hay
ninguna razn para ello. El nio que est con usted, hace lo
que tiene que hacer.
P.: No obstante, se le dice al nio: "Haz un dibujo, es la
hacer al respecto!
F.o.: Qu hacer al respecto, no quiere decir n ada. Lo que
importa es que sienta en usted lo que produce el comportamiento del nio y le diga: "Yo siento esto as, pero no s si
es lo que t quieres decirme. Qu crees t?"
P.: Todo el tiempo se habla de la formulacin de la interpretacin, pero encuentro que en la psicoterapia de nios hay
todo un conjunto de elementos informales difciles de reducir
a una interpretacin: la plastilina, los lpices entre los dedos,
ponerse en el suelo en cuatro patas, voltear la basura, jugar
con la lmpara de la mesilla, salir, entrar. . . Cmo se siente usted en esos casos para dar una interpretacin?
F.o.: Bueno, primero, no s si lo interpretara en ese momenF.o.: Bueno, en ese sentido, todo puede ser un sistema defen-
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F.o.: De qu habla usted en este momento? Bueno ... Al principio de un tratamiento, lo importante consiste en definir por
qu est usted listo para escuchar al nio que est ah y decirle a su madre: "Si esto no le interesa a su hijo, ser usted
la que vendr a hablar por l." Luego, observe cuidadosamente
al nio. Si, por ejemplo, se precipita en el cuarto y vuelca
algo, traduce un desorden interior de expresin. No es nada,
en realidad, volcar un contenido. Y bien, eso es lo que usted
va a traducirle. Su trabajo consiste en poner en palabras lo
que l hace: "Te obligan a venir, vuelcas un contenido, es el
cesto que contiene cosas, las cosas estn en el suelo ... " Asocie
libremente con el nio y cuando haga algo que le haga pensar, dgale: "Por lo que acabas de hacer, pienso que tratas de
comunicarme algo. . . T eres el que sabes lo que me quieres
decir .. . Yo veo lo que haces y s que es para decirme algo."
P.: Con nios muy perturbados, las sesiones realmente son cada
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mi dibujo", e hizo exactamente el mismo. Entonces me plante la pregunta. En principio qu hay que hacer?
F.o.: No s en lo ms mnimo. Depende de cada nio. No sa-
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= carnicero; boucher
(v)
=
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social que se
padres. Claro
propios, pero
padres.
terapeutas de nios?
F.o.: Nuestro papel consiste en justificar el deseo que se ex-
P.: Por eso es que usted dice que se debe empezar por apren
der nuestro oficio con adultos y no con nios! Desgraciadamente, por lo general es a la inversa.
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LOS HIJOS ADOPTIVOS HACEN TODO POR PAREEL NIO, TERAPEUTA FAMI-
inconsciente del psicoanalista del nio los padres se encontraran como si fueran gemelos de su hijo, lo que sera muy malo.
Si esos padres tienen por su parte necesidad de tratamiento,
quiere decir que al traer a ese hijo al mundo lo perturbaron
completamente al transferirle su propia vivencia arcaica. Es
una relacin de transferencia en lugar de una relacin autntica. En ese caso, como los padres de la realidad desempean
una relacin de objeto falseado por la repeticin de su pasado
en el hijo, es necesario que el psicoanalista los escuche en
inters del nio para saber a qu proyecciones debe enfrentarse el chico, de manera regular, en su educacin.
Pero el psicoanalista jams debe ocuparse de la educacin
de hoy. Tiene que dedicarse siempre a las pulsiones del pasado,
a las imgenes del cuerpo de antao. El terapeuta est ah
solamente para ayudar a la transferencia del pasado y para
"catartizar" la represin actual.
Por supuesto, se trata d e hacer revivir lo reprimido en el
paciente, eventualmente de "catartizarlo" y permitir as que se
ponga .en palabras la agresividad que no se puede sublimar, lo
que quita la inhibicin de las dems pulsione.s en lo que ~ie
nen de sublimable, fuera del marco del tratamiento, en la vida
real.
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debe a sus padres, a causa de nuestro amor infantil de dependencia que no llegamos a superar.
La ayuda a los padres ancianos, cuando la vejez los hace
incapaces de bastarse a sf mismos, es tambin en el corazn de
cada uno una respuesta a la ayuda que ellos nos dieron en
el transcurso de nuestra infancia. Tambin ah se trata de
ver que con mucha frecuencia confundimos eso con el amor
de dependencia, tan cercano al odio, cuando este amor nos ha
obstruido el acceso a nuestra identidad.
En suma, siempre la trampa de lo pregenital que se vuelve a
encontrar en lo posgenital, quiero decir, la vejez.
ltimo problema que merece sealarse: puede suceder tambin en el transcurso de un tratamiento que un nio les diga:
"T sers mi mam." En ese caso, respndale rotundamente:
"Tu mam de cundo?" En realidad, puede transferir la
mam de cuando tena dos o tres aos, y no la mam de hoy,
puesto que todos los das ha hecho morir a su madre, para
resucitarla a la maana siguiente, tal como a s mismo, por
otra parte. La mam del pasado est muerta. Puede pues transferirla a otro. Pero la de hoy est viva, es pues con eUa con
.
\
quien hay que mane1arse.
P.: Vuelvo a las desventajas a las que usted hada alusin
pia madre, le entrega a su hijo aun a sabiendas de que tambin lo har sufrir?
F.o.: De hecho, no es tan claro as, sino que uno siente lstima
por ella. Los hijos son los psicoterapeutas de sus padres: para
que nos. permita vivir dmosle una cantimplora para la sed!
Entonces se le deja al primero. Est tan celosa de que su hija
tenga un beb ...
Cuntas madres menopusicas son unas arpas con su hija
embarazada! Entonces la joven madre se hace el siguiente razonamiento: mi madre me va a servir de nodriza gratuita y adems va a ocuparse del nio que la va a calmar, y mientras yo
puedo estar tranquila con mi marido.
No se puede decir que sea malo. Si se pone en palabras, se
puede arreglar. El nio saca provecho todos los das de tener
esa abuela, slo que su relacin es ertica. Es hetero u homosexual, segn se trate de una nia confiada a . su abuela o a
su abuelo. En este ltimo caso, es una relacin incendiaria,
ertica, y por eso es malo para la criatura.
En el caso de Sofa, la abuela no es tan loca, sino que ha
vivido algo ertico con Sofa, y creo que toca a la joven pareja reflexionar acerca de la situacin y hablar a. su hija. Y
hablar con usted tambin, naturalmente. Usted podra decir
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castracin entre las necesidades -los medicamentos corresponden a una necesidad veterinaria- y los deseos.
Esta mujer comprendi que el problema era dar a un ser
humano la responsabilidad de su cuerpo; tena la tcnica de
alguien que conoce los problemas y los medicamentos. Se guarda de hacer psicoterapias en el sentido clsico, y sin embargo
su manera de actuar, que permite al nio estar al pendiente
de s mismo y de sus angustias, es otra forma de terapia.
La impotencia de muchos mdicos ante casos que no son
orgnicos, con frecuencia se traduce de manera sorprendente.
Por ejemplo, pienso en muchos nios autistas, atiborrados por
su mdico de medicamentos ell\brutecedores, aunque sus exmenes no haban revelado nada orgnico.
He comprobado lo mismo con nios que no son sordos pero
que los mdicos los tratan como tales porque se niegan a or.
A partir del momento en que se establece una verdadera comunicacin con un terapeuta, esos nios se arrancan los aparatos.
P.: Podra darnos algunos consejos relativos a la especificidad
de nuestro trabajo de psicoanalistas en una institucin?
titucin. Constantemente se debe recordar que su trabajo consiste en hacer que el sujeto llegue a s mismo y ayudarlo a encontrarse en sus contradicciones. A partir de lo cual podr
fabricarse una unidad interior que le permita hablar en su nombre, dondequiera que se encuentre, aunque sea de una manera que no les guste, por ejemplo, a los que lo rodean.
Con mucha frecuencia, el que se enve a un nio a un
CMPP 8 porque su manera de comportarse molesta en las instituciones o a su familia, no significa que sea un ser en desorden.
Ms que nada tiene necesidad de apoyo para aprender a no
experimentar las proyecciones de los dems y a construirse a
s mismo -enraizado en la escena primaria de su concepcin,
protegiendo su narcisismo primario amenazado de disociacin
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si cede ante las rdenes de los que le piden que acte como
un ttere.
Esas rdenes estn empaadas por valores afectivos de los
que debemos ayudar a liberarse al nio. De hecho, no hay
otros valores ms que los de la vida. Y puesto que ese nio
e ncontr la suficiente fuerza para vivir hasta que usted lo
encontrara, no hay razn para que no contine con su apoyo.
LAS DIFERENTES CASTRACIONES 1: UNA CASTRACIN QUE ES UNA FRUSTRACIN N O ES YA SIMBOL CENA -
(SESIN NT EGRA)
P.: A menudo dice usted que el tratamiento psicoanaltico consiste en aportar las diferentes castraciones: orales, anales y genitales. Qu entiende usted exactamente por "aportar las castraciones"?
F.o.: La castracin, ya sea que concierna a las pulsiones orales,
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la castracin edpica?
F.o.: Cuando est orgulloso de sus genitales y conoce su sensibilidad. Cuando reconoce el valor de la genitalidad de sus
dos padres -por lo tanto de cada uno de los dos sexos- y el
valor del acercamiento ntimo de su padre y de su madre, que
es procreador.
En cambio, si una nia le dice por ejemplo: "Es repugnante
el pajarito de los nios", es seal de que todava no est lista
para recibir la castracin edpica.
P.: S, pero qu entiende usted exactamente por castracin
simblica?
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F.o.: Utilizo esta expresin en su acepcin de castracin simboligena, es decir en el sentido de una privacin de la satisfaccin de las pulsiones en el plano en el que emergen, a saber, en
un circuito corto en relacin con el objeto al que se orientan,
para ser recobradas en un circuito largo, en relacin con un
objeto de transicin, y luego con objetos sucesivos que, por
transferencias recprocas en cadena, se conectan al primer objeto.
Para que una castracin pueda ser simbolgena, es necesario que intervenga en un momento en que las pulsiones, pongamos orales, han encontrado por derecho su satisfaccin en
el cuerpo del nio.
Si ese placer necesario al narcisismo fundamental no ha tenido lugar primeramente, entonces una castracin se convierte
en una frustracin y no es ya simbolfgena.
Pienso pues que se pueden decir as las cosas: es necesario
~nte todo que el nio haya experimentado el placer de la satisfaccin de la pulsin, de la manera como la busc al principio, pero que al mismo tiempo el objeto parcial oral -seno,
al imento, heces, pip, etc.-, al procurarle la satisfaccin en su
cuerpo, est asociado a una relacin con un objeto total -la
persona que se ocupa de l- que l ama y que, por su parte,
admita el placer que obtiene de su pulsin satisfecha.
A partir del momento en que esa persona adquiere para
un nio por lo menos tanta importancia como la satisfaccin
de su pulsin, puede ayudarlo a alcanzar un nivel superior de
comunicacin, al superar la satisfaccin en bruto de la pulsin.
Para esto, se necesita que exista una situacin triangular
- la madre, el padre, el nio, o la madre, la abuela, el nio, o
la madre, otra persona, el nio, etc.-, es decir que no sea
para agradar a la madre que el nio se frustre, si no nos encontramos en una situacin perversa.
En efecto, el nio desea identificarse con la persona que
ama. A sta no slo le satisface la manera en que el nio se
sacia, quiere iniciarlo en la manera en que ella satisface las
mismas pulsiones.
En el caso de las pulsiones orales, por ejemplo, ensendolo a satisfacerlas al hablar. Es, en realidad, un placer de boca,
de hablar, de cantar, de arrullar.
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49
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= ficelle;
hijo-ella
= fils51
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5S
gato y chiot
perrito de caza no destetado; cagar en francs se dice
chier. Proponemos perrato, condensacin posible de perrito y gato. [r.]
54.
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..
a caer en esa imagen arcaica de la bola, chuparse el pulgar
y llorar, es decir regresar a los ojos baados por el lquido
amnitico. Ha podido dejarse ir en una regresin muy lejana,
momentneamente, despus de haber recibido, en el transcurso
de esta sesin, las iniciaciones sucesivas para la castracin.
Su sesin march bien, puesto que Katia quera regresar
quince das despus.
Haba ya un enorme progreso en relacin con la primera
sesin, en la que pareca incapaz de relacionarse, lanzando al
azar palabras que no tenan nada que ver con lo que yo le
deca.
F.o.: Ante todo es la ilustracin de que, cuando un nio desea un objeto parcial, es siempre identificndose con alguien.
Muchos psicoterapeutas lo olvidan. Cuando un nio recoge
flores, siempre lo hace p ara alguien. Cuando un nio habla, lo
hace dirigindose a alguien -seguramente no para hablar soloy no necesariamente a la persona presente.
Todos los gestos, actos o palabras de los nios se hacen o
se dicen en funcin de una relacin imaginaria con alguien.
Por ejemplo, cuando un nio le dice: "Quiero eso", respndale: "Para qu?" l : "Lo quiero." Usted: "Para ser como
quin? Para hacer como quin ?" Y ya ah, l se lo dir.
El nio hace o dice algo siempre con objeto de identificarse
con alguien que representa una imagen progresiva para l o
valorizada por otro.
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LA CASTRACIN ORAL -
UMBILICAL
LA CASTRACIN ANAL
[57J
est entonces simbolizada por una relacin de dos, de los cuales uno, la madre, est completa, y el otro, el beb, necesita
un objeto parcial.
Pero este objeto no es ya umbilical, es la sublimacin de la
relacin umbilical que es la relacin con el alimento lquido
que pasa por la boca en lugar de pasar por el ombligo.
Hay transposicin: el alimento llega por la boca, el ombligo
est castrado, pero est transpuesto en pulsiones vitales que son
satisfechas por la boca. En cuanto a las pulsiones de expulsin
vital excremenciales, prolongan la expulsin in utero de la
orina.
Hay, por ejemplo, nios retrasados que hacen caca en su
baera. En ese caso es absolutamente necesario hablarles de
esa manera de hacer en la madre, que es incestuosa en las intenciones, y castrarla diciendo: "Cuando estabas en el vientre
de mam, no hacas caca, no comas, solamente bebas y orinabas. Qu es eso de hacer caca en la baera? Es que quieres matar a mam? Es que te quieres matar? Es que quieres
morirte?"
Un da, un nio me dijo "s". Entonces le respond: "Se permite morir, pero no haciendo caca en el agua. Y vamos a hablar
de morir." Inmediatamente se puso a hacer un dibujo todo
negro.
En efecto, es una pulsin casi autodestructiva el hacer caca
en la baera, ya que eso jams ha existido. En presencia de
una situacin que haya existido, se puede permitir una satisfaccin arcaica. Pero no en el caso de una situacin que nunca
ha existido, ya que para el nio esto significara que autorizamos una desviacin y una autodestruccin imaginaria.
Es por eso que mucha gente me reprocha que sea moral
con los nios. En efecto, lo soy, pues la moral del desarrollo
del cuerpo es indispensable, si no, el nio jams alcanzara la
sublimacin de las pulsiones castradas al identificarse con el
adulto que contina satisfaciendo esas mismas pulsiones, pero
de otro modo.
Por ejemplo, veamos cmo sucede una castracin oral lograda. Comienza por la leche. El nio, al llegar al mundo, la
hace subir a los senos de su madre. Es pues a la vez un objeto
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ritmos fisiolgicos se vuelve contingente solo. Todos los mamferos lo son. Entonces, no serlo es un ser humano, es un lenguaje ... por descifrar.
Otra idea que se presta a malas interpretaciones: el cuerpo
no tiene que producir algo -caca o pip por ejemplo- para
halagar a la madre. Esto es una deformacin de las peticiones
del adulto. Y no obstante ha recorrido los libros de psicoanlisis: "Es el primer regalo, hay que valorarlo, bravo, est bien,
qu linda tu caca, etc." Toda suerte de comedias que dislocan
al nio, sabiendo l muy bien que su caca ni es linda ni fea;
es, eso es todo.
En cambio, s que los nios diarricos son depresivos porque
sus excrementos ni tienen una forma bonita, pero son tambin depresivos por la inquietud de su madre ante su diarrea.
Tener diarrea es estar aturdido y estancado. Pero eso es otra
cosa.
Dicho de otra manera, la caca no es ni bella ni fea. Hacerla es seal de que uno anda bien, es todo. En cambio, en
psicoterapia, la caca puede tener una utilizacin interesante.
Por ejemplo, cuando el nio hace un modelado a propsito del
cual le dice que ha querido hacer tal o cual cosa y que usted
no la ve en absoluto, le puede decir: "No la veo. Pero lo que
s veo es que eso parece caca." Los nios quedan absolutamente encantados. Y usted contina: "De quin ser? Quin habr hecho esta caca? Pap? El vecino?" Finalmente se llega
a reconocer una caca de perro, una boiga de vaca, una cagada
de mosca. Es fantstico, porque las pulsiones anales terminan
por sublimarse en el lenguaje y en la observacin.
Eso es sublimar las pulsiones anales. Hay que comenzar por
interesarse en ello, porque es necesario primero experimentar
placer, pero en palabras, por lo que ya es otra cosa, y luego
reconocer que esa necesidad es la de todos los seres vivientes
de carne y hueso.
En cuanto a los humanos qu hacen de sus pulsiones anales?
Desplazan ese inters manipulador y expulsivo a la modificacin de una forma con la sorpresa de descubrirse creadores, por
las formas que producen. Y se trata de alguien, en la identificacin de otro. Esto es castrar las pulsiones anales. Pero en
absoluto impedir que los nios hagan pip o caca cuando tie62
c~e.rpo.
A partir de ah, puede hacerse la simbolizacin, a condmn de que el adulto no se interese en el objeto parcialcaca como tal, y no pregunte sin parar: "Cmo has hecho
caca?" Usted sabe bien que hay familias obsesivas en las que
el padre pregunta a cada uno en el desayuno: "Cmo hiciste?"
Esto es algo que data, dira yo, del siglo xvi, en la poca del
clera. Se comprende que se hiciera entonces para descubrir
el me~or sign~ de la enfermedad. Pero hoy en da, es pura
neuro~1s obsesiva, y en nios criados en familias as, con frecuencia es muy difcil darse cuenta de esa anomala de comportamiento familiar.
Es tambin el caso de los nios que han tenido madres devoradoras. Dar su caca a su mam -a su mam devoradora de
caca- . ha sido de tal manera gratificante para el nio que,
por e1emplo se levanta en mitad de las comidas para hacer
caca. Se es el sntoma de la bacinica bajo la silla del nio en
la mesa. T ambin ah se trata de una confusin de las sublimaciones orales y anales. Recuerdo a un pequeo esquizofrnico cuya madre quera que fuera limpio, pero sin que tuviera
fro e~ ~l trasero sobre su bacinica de metal. As que pona
la bacm1ca a calentar en un rincn del horno, entre las cacerolas. Cuando se pona la mesa, el nio iba a buscar su
bacin~ca, la pona debajo de su silla, empezaba a comer, luego
se bajaba .la. b_acinica; volva a comer, volva a bajar, y as.
Desde el prmc1p10, babia en ese nio confusin entre el receptculo del objeto de comer, cacerola, y el de defecar, bacinica.
La castracin oral desemboca en lo simblico de la mmica.
De la castracin del nio deriva el tab del canibalismo. Este
lt"Jo1o es remplazado por la comunicacin oral y la palabra.
Mientras que la castracin anal es, a fin de cuentas, la castracin de la deformacin de las formas y del ataque al cuerpo
de los dems. Lo prohibido de la agresin al cuerpo de los
dems, y por lo tanto del homicidio, deriva de la sublimacin
de . las pulsiones an~les. Al principio, es un desplazamiento a
objetos de deformacin, de corte, de agresin. Esto gira alrededor de las pulsiones anales castradas de la satisfaccin con el
objeto y relacionadas con representaciones, pero jams con el
cuerpo de un animal vivo ni de alguien, que uno formara a
su manera, que uno deformara o mutilara.
[65]
64
DIDIER NO
tivas frente a la sociedad de los adultos. Seguramente est dotado auditivamente. Pero se habrn burlado de l ensendole el lenguaje.
.
Debe haber detrs de todo, el nacimiento de un hermaruto.
y la madre, en lugar de dirigirse al nio como al mayor que
era, se habr puesto a hablarle como al beb, con esos estpidos"a-a-a".
P.: De momento, veo sobre todo a la madre, en su presencia.
F.o.: Pero por qu habla con su madre?
P.: De todas maneras, Didier no quiere hablar.
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blara muy bien. En la escuela, hablaba perfectamente, mientras que en la casa continuaba utilizando sola~.ente su lenguaje. Por qu habra cambiado? Porque eso diverta mucho
a sus hermanos y adems as obtena todo lo que quera. Es
histrico, es todo lo que se quiera, lo hace para interesar a la
gente, y por eso hay que respetarlo. Porque hay c~a.li~ades pe~
sonales singulares que hay que educar: una sensi~ihdad .auditiva y una adaptabilidad a la afectividad del ~ed~o ambien~e.
Interlocutor reconocido como divertido pero sin importancia,
actuaba conforme a eso ante su entorno familiar.
Tuve noticias de ese nio mucho despus. Los padres estaban tranquilos sabiendo que por lo menos en la escuela hablaba, y a la vez divertidos yperplejos ante su jerigonza ~n. la casa.
Termin despus de una clase "verde", donde la vida, como
en la casa se desarrollaba en comunidad.
En esa familia, fue finalmente la madre la que hizo un .psicoanlisis. Los padres haban ido a verme par.a tener la dire~
cin de un ortofonista, enviados por su mdico que me estimaba. Es cierto que si esa familia hubiera sometido al nio a
una consulta mdico-pedaggica, hubiera sido bueno pa~a una
reeducacin ortofnica que hubiera durado meses. Mientras
que sin ir a la escuela, no hubiera estado ~otivado p~ra
corregir su lenguaje y, sin msica, no se hubiera rec?noc1do
en su tipo -de inteligencia auditiva- que tena necesidad de
ser tomado en consideracin.
En lo que concierne a Didier ha visto a su padre? Le
habla a su hijo?
P.: S.
quise ver al nio. Simplemente aconsej a su padres que le pusieran un profesor de msica y lo metieran a la escuela. Que
tuvieran la precaucin de explicar a la maestra que hablaba
muy bien, pero que adrede utilizaba un lenguaje propio para
que no le entendieran; que, por otra parte, un mdico lo haba
examinado y haba diagnosticado que el da que quisiera ha-
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mujeres. La madre, adems, no quera ms que hijas y la llegada de varones siempre ha sido una catstrofe.
F.o.: Lo que acaba de decir es fantstico! Ese nmo percibi
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TODO
lti
P.: Pienso ms precisamente en la experiencia de los psicticos que buscan siempre a ese doble de ellos mismos.
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problemtica del padre? La dificultad en un anlisis de psictico consiste en que llega un momento en que su paciente le
hace experimentar un nivel increble de soledad. A partir de
ah nos damos cuenta de que sin "padre" no podemos funcionar. Solamente si nos remitimos a eso -un psictico puede
restru cturarse con otro sistema- me parece. Pero es un momento extremadamente difcil de vivir para un terapeuta, en la
medida en que comprenda que, si no es psictico, es porque ha
elegido la ley del padre para escapar a esa soledad. Uno se libra
de ello por lo tanto a costa de su propia divisin como sujeto.
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tanto de otro!
P.: Eso es, y luego, en una segunda etapa, l se puso a molestar
a todo el mundo entrando a cada oficina hasta llegar a la ma.
Tuvo un largo perodo de oposicin en que vaciaba los armarios arrojando su contenido al suelo. Estaba cada vez ms irritada con Eric y acab por decirle: "Ya no te puedo soportar,
en lo sucesivo ser un seor el que te atender." Efectivamente,
un hombre tom el relevo de su terapia. Un tiempo despus,
Eric volvi a verme: todos sus sntomas haban cedido y comenzaba a desenvolverse considerablemente en la escuela.
F.o.: Es eso lo que usted llama apelar a la ley del padre?
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(otra persona): En efecto, u no se siente solo, en un momento dado, frente a alguien que no desea nada ni quiere salir
de su psicosis. Eso no es odio, es ms bien ofuscacin.
P.
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F.o.: S, seguramente.
P.: Pienso que esa decisin de decir algo se da siempre alrededor de una situacin que gira en redondo desde cierto tiempo atrs y durante la cual no hemos logrado establecer ese mnimo de comunicacin con el otro sin el que no hay proceso
analtico.
F.o.: Lo que hace la fuerza de una psicosis, es justamente que
el psictico me parece que es el punto de reunin de lo nodicho de varios "otros" de su familia comprende usted? No es
l quien habla. En el caso de Eric, por ejemplo, se trata de
un oponente caracterial, y no de un psictico. A partir del
momento en que ese nio dice realmente "yo", con lo que se
arriesga a ponerse a prueba, demuestra que no es psictico.
Pienso por ejemplo en lo que pas en un hospital para nios
hace unos das. En mitad de la noche, un pequeo de dieciocho meses que haba entrado esa misma tarde se puso a correr
por todas partes, a subirse a las camas de los dems mostrando
una gran inestabilidad. La enfermera, agotada, llama a la
vigilante, que a su vez llama a la joven interna de guardia y
le pide que le inyecte un calmante al pequeo.
En lugar de eso, la joven toma al niito en brazos y se pone
a hablarle: "Tal vez buscas por todas partes a tu pap y a tu
mam. Yo s que en este momento tu pap y tu mam duermen
en casa y piensan en ti. Mira, ahora todos duermen. Pero
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maana los paps y las mams van a venir a ver a sus nios."
El pequeo era todo odos. Luego lo llev a su cama donde
inmediatamente se tranquiliz, mientras la enfermera murmuraba: " Hubiera sido igual de rpido con una inyeccin." (Risas
entre la concurrencia.)
Ese nio, en un estado de tensin corporal que no poda
controlar, se haba convertido en unos minutos en un tragn
descerebrado. Necesitaba mamar palabras que hablaran de
mam, de pap, de maana y que le hicieran imaginar ':lue su
pap y su mam dorman y tambin pensaban en l. Ev1de?temente no era regandolo, ni siquiera arrullndolo y. hac1~n
dolo regresar con una persona desconocida, como la s1tuac1n
hubiera podido arreglarse.
~te un caso as, era fcil concluir que ese pequeo se opona sistemticamente poniendo a todo el mundo a prueba. ~ero,
en realidad eso no era as en absoluto. Pasaba la prueba mtolerable de 'no poder aceptar en su cuerpo las pulsiones .de
muerte que representa el sueo, si~ du~a porque pensab: que
dejndose ir a esa ausencia de vig1lanoa que es el sueno, su
madre y su padre no sabran ya en dnde esta~a, dado que
l mismo se senta perdido en un lugar desconocido.
Cit este ejemplo para demostrar que son las palabr~s las
que pueden ayudar al nio, mientras que con frecuenc.1a los
adultos creen que los nios los ponen a prueba para satisfacer
demandas que conciernen a la necesidad.
.
La verdadera relacin unificadora y que da segundad, es
la relacin de palabra, porque viene del ser que representa la
seguridad para el nio, o que ha?la, al pequeo, ~e ese ser
de seguridad-ah. Esta palabra es 1rremplazable y nmguna satisfaccin de objeto parcial o de zonas erge?eas la remplazar.
P.: Cuando un nio no habla, es a causa de la falta de pala-
~.
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UN BEB ES UN MODELO QUE EVITA LA SUPERACIN DEL MAYOR EL GEMELO ES UN REPRESENTANTE DE LA PLACENTA -
UNA P SICO-
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[83)
referencia al padre. Podemos decir, por ejemplo, a un nio operado. de fimosis: "Tu pap te crea demasiado pequeo para
f expltcarte que habas sido operado de la pielecita que cubre
tu glande para tener hermos~s erecciones cuando seas grande."
N_o ~ay que privarse de hacerle que haga una representacin
dibujada o modelada y precisar con l cmo est hecho ese rgano y lo que es la operacin de fimosis.
~ puede decir tambin: "Si alguien hubiera querido destruir tu pene, en lugar de volverlo ms hermoso, entonces tu
padre lo hubiera matado." Ah s, todos los varoncitos estn de
acuerdo, pues es justamente la amenaza de la castracin lo
que hace tan preciados sus rganos sexuales.
Alguien que haba vivido mucho tiempo en un pas africano me contaba que un adulto que no hablara a un pequeo
de su sexo hurgndole, dicindole que se lo iban a cortar no
se consideraba como un adulto que apreciara a los nios.'
Eso forma parte de la valorizacin del pene, esa fantasa del
"te lo corto de broma".
No es sorprendente, puesto que el nio, en razn de sus erecciones intermitentes, comprueba siempre que la ereccin vuelve a pesar de su disminucin de volumen, es decir a pesar de
ese episodio aparentemente castrante. Por lo tanto est de acuerdo en que se le hable de ese fenmeno de desaparicin, y luego
de regreso todava ms glorioso de la ereccin.
La operacin de fimosis, bien explicada, es pues una seal
de la imp~rtancia que une a un padre con el sexo de su hijo.
Es una sena! de humanizacin y de dignidad de la ereccin.
En ca~bio, ~~ madres que hablan a su hijo de su pip y
de su grifo, cosifican el sexo al utilizar palabras funcionales. El
sexo est vivo y expresa emociones, pulsiones en relacin con
el dese?. Un grifo no tiene deseo, es una cosa manipulada por
cualquiera. No es funcional ms que para que corra el agua,
por lo tanto para la orina. Pero despus de dos aos y medio
o tr~~ no se puede ya dejar pasar eso. Es el momento en que
el nmo no puede ya orinar en ereccin.
Son las palabras apropiadas las que dan un justo sentido
de su sexo a un nio.
P.: Actualmente veo a un nio de ocho aos, Jernimo, que
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tocar, de jugar y de ser diestro con su cuerpo son muy importantes para un nio que comienza su escolaridad. Por eso me
parece esencial desarrollar la msica, la danza y las .artes en
la escuela, ms que el saber mental.
Lo mismo, por ejemplo, que la habilidad de los jvenes
con los patines de ruedas me parece ms necesaria que la escolaridad en muchos nios: les impide convertirse nicamente
en cabezas sin cuerpo.
Felizmente, en la actualidad est de moda la ecologa que les
permite hacer paseos, interesarse en la naturaleza, en el cosmos,
en los vegetales, en los minerales, en los animales y sublimar
muchas de esas pulsiones, que no utilizan en absoluto en la
escuela. Esto no pertenece al saber, sino al vivir. Y, despus
de todo, el saber no es ms que una p,e quea parte de la vida.
La escuela no responde a la verdadera curiosidad de los nios. Afortunadamente, al ensearles a leer y a escribir se les
permite tener respuesta a su curiosidad fuera de la escuela;
con la condicin, por supuesto, de que los padres no sean demasiado obsesivos y dejen tiempo a los nifios en la jornada para
esto, as como durante los das de descanso.
Esta escolaridad se convierte hoy en da en una inquietud
obsesiva de los padres. Muchos no se interesan en absoluto en
las disciplinas abordadas por sus hijos, sino que simplemente
piden resultados. Los padres necesitan comer buenas calificaciones. Entonces, en la cabeza del nifio, se obtiene esta ecuacin: las buenas calificaciones hacen cagar monedas -y las
malas hacen cagar golpes!
Todo esto se desarrolla de un modo puramente digestivo,
que es dominante actualmente.
P. : Qu hacer con un nifio pequeo, completamente normal,
pero que comienza a tener regresin con el nacimiento de otro
hijo?
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dominar su agresividad. La lamenta, pues a pesar de todo quiere a su hermanita. Pero no puede amarla realmente, puesto
que para l amarla es identificarse con ella, es decir consigo
m ismo, cuando era beb y, adems, con un beb de otro sexo.
Esta nenita representa para l, de manera inslita, un modelo que le impide el desarrollo y le produce un efecto regresivo, contrariamente a todos los seres humanos tomados como
modelos hasta ahora. Cuando un nio ama a sus padres, ellos
son una imagen de l adulto, pero cuando ama a un pequeo,
l es una imagen de s anterior. Por lo tanto, en la lgica de
los nios, ese nio es peligroso, hay que defenderse de l agredindolo. Es necesario rechazarlo, no comrselo con los ojos ni
con los odos. Hay que cagarlo. Todo el trabajo del terapeuta
consiste en decirle que ese beb no es interesante. Que su padre, cuando era pequeo, no encontraba interesantes a los bebs
y que, ante todo, l es el grande.
Esta fase puede ser el origen de problemas graves si la
prueba no se supera porque su actitud permanece incomprendida por los padres. El nio se siente entonces censurado por
estar normalmente vivo.
As, Pau!, durante los tres das que siguieron al nacimiento
de su hermanita y no obstante que estaba todava en la clnica, perdi la movilidad de los brazos. Su padre tena que
darle de comer en la boca. Paul haba regresado a una imagen
del cuerpo anterior a la suya actual para poder integrar este
ser nuevo y poderlo amar.
Por otra parte, se es el mismo mecanismo que crea tantas
dificultades a las madres de psicticos cuando su hijo se cura.
P.: Se pueden tomar gemelos juntos, en anlisis, aunque tengan dificultades diferentes?
F.o.: El gemelo es un representante de la placenta. Los gemelos
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turbado en los meses siguientes. Y esto se comprueba igualmente en los falsos gemelos, es decir, los hijos que han sido criados
juntos y que tienen una diferencia de doce a ~uince meses.
El mayor apenas caminaba o estaba todava con bibern, cuando naci el hermanito o la hermanita.
Digamos, por ejemplo, que uno de los falsos gemelos no es
muy evolucionado: si se le toma en psicoterapia, el otro, que
hasta entonces se desarrollaba perfectamente, se descarrila. Afortunadamente, esto con frecuencia es momentneo. Cuando uno
de los dos se vuelve autnomo, gracias a la ayuda de una persona de fuera, esto desquicia completamente el equilibrio del
otro. Si es la misma persona la que los rene de nuevo, ella
les sirve de placenta. Comprende usted ahora por qu cada
uno debe ver a alguien separadamente, para l solo?
A propsito se ha preguntado usted por qu las ciQdades
y las naciones, en los mitos de los pueblos, son fundadas por
gemelos? En Africa, en Europa, en Asia, por todas partes. Todos somos gemelos al principio, gemelos de nuestra placenta.
Frecuentemente, en nuestra clnica nos encontramos en presencia de un gemelo activo y de un gemelo pasivo. Esto quiz
se explique por el hecho de que, en la economa de las pulsiones, uno de los dos expresa ms las pulsiones pasivas, y el otro
las pulsiones activas. Uno hace el papel de nia, el otro de
varn. Es una manera de tener un yo dicotomizado y, para
cada uno, singularizarse artificiahnente frente a su madre, viviendo de las pulsiones que no asume ms que por poder, gracias al otro.
Ha ledo usted ese estudio acerca de los q uintillizos gemelos y trillizos en Sudamrica? Su padre los separ desde el nacimiento, confiando cada uno a una enfermera diferente. Los
nios se encontraban solamente en vacaciones. Despus de algunos aos, todos eran distintos, intelectual y fsicamente.
La cuestin de los gemelos es pues ms que nada un asunto
de educacin y, por otra parte, es por ello que los falsos gemelos tienen problemas parecidos.
P.: Se pueden tomar en psicoterapia personas de edad avanzada?
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que la cura de una persona mayor produce efectos inesperados en sus relaciones. Tuve esta experiencia con una mujer
de setenta y nueve aos que pasaba su tiempo, desde haca diez
aos, contando a los miembros de su familia las historias de
unos a los otros y viceversa.
Esto provoca interminables estallidos entre las diferentes familias, los parientes polticos, etc. Esta mujer estaba verdaderamente torturada porque sus relaciones con sus hijos se haban vuelto imposibles, a tal punto que evitaban verla.
Vino pues a verme en tal estado de depresin que pensaba
que se iba a ver obligada a meterse a una casa de salud. En
realidad no tena nada, era simplemente la necesidad de hablar con, alguien. Inmediatamente empez con sueos de transferencia, muy vivos, en los que yo era una mam joven, y ella,
que. en realidad es una anciana casi impotente, era una nia
pequea. Soaba recuerdos de infancia y olores de hombres
y de mujeres. Principalmente que iba a recoger flores [guisantes de olor] - el olor de los pies!- y en ese significante, de
los pies, esta por supuesto espiar.
Analic este "espiar" con ella, explicndole que sus hijos,
que oan que sus hermanos les decan las pequeas cosas de
su vida que ella les haba repetido, se sentan espiados por ella.
Mientras que en realidad, llena de cuidado y amor por los
suyos, ella no encontraba qu otra cosa decir a sus hijos, sino
lo que le interesaba a ella misma, es decir ancdotas familiares de sus vidas.
Muy pronto volvi a ponerse a vivir, a disfrutar plenamente de la primavera y de sus hijos que volvieron a verla. Toda
la familia se mova alrededor de ella, cada quien recuper su
lugar en un orden familiar. Hace ya tres aos que esa mujer
sigue una psicoterapia conmigo, a razn de una sesin cada
quince das, sin llegar sin embargo a resolver la transferencia.
Me voy a ver obligada a seguir hasta su muerte. Trato de
espaciar las sesiones, pero cada vez que me telefonea, me dice:
"Pero usted no puede hacerme eso!" Entonces pienso que quiz fall al final de su tratamiento, pero que en lo que concierne
a las relaciones entre seoras ancianas funciona cmicamen-
te bien!
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EL LENGUAJE ES UN HIJO
LAS NIAS
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..y no se comprende bien esto ms que con nios plurilingues, que ponen en evidencia que la lengua hablada en la intimi?~d de los. d.os padres, es la lengua del Edipo. y que si
el nmo se socializa en otra lengua, que el padre no utiliza,
va a producirse una castracin total del nio con su padre.
En Francia, un nio se pone a escribir, a calcular; a contar
para "los seores que hablan francs", pero no cuenta para los
que hablan otra lengua.
En el caso de Isabelle, se necesitaba que el padre mostrara su
fuerza al contar y escribir en francs, para que ella tuviera
el derecho de hacer lo mismo.
Son episodios que pasan desapercibidos entre padres e hijos
franceses.
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con la realidad, sobre todo cuando se trata de historias sexuales. Es en los detalles al hablar donde ustedes pueden reconocer si es cierto o falso, y nunca de otra manera.
Cuando el hecho ha sucedido realmente, el nio hace una
especie de descripcin realista en la que nadie hubiera pensa
do, en un estilo completamente original. Hay el caso de una es
cena de seduccin. Por ejemplo, "una escena de lo de verdad
de verdad" se descubrir por medio de pequeas observaciones
muy realistas que el nio repetir aunque no tenga nada que
ver con el erotismo de la situacin. Por ejemplo, la descripcin
de un suceso insignificante: "Mis calzones, eso le molestaba,
entonces l dijo: bueno, no importa, tus calzones se pueden
romper. Yo estaba muy molesta y por eso es que los escond
en el matorral, para que mam no los viera."
Para la nia, es una historia de "buscarse una reprimenda
' por unos calzones". Sin relacin directa con la escena de seduccin de la que, por otra p arte, no se dio realmente cuenta
de que haba sucedido.
Es por esos pequeos detalles como se puede saber si el
acontecimiento se desarroll en la realidad. Para el nio si hay
deseo, es real para l, mientras que no necesariamente lo es
para la persona de la que habla.
Es muy dificil establecer la diferencia entre un nio que ha
bla de fantasas mezclando con ello un poco de realidad y un
nio que habla de la realidad agregndole una pequea fantasa tpica.
P.: Podra usted desarrollar la equivalencia de la vagina y
la boca en la nia y sus diferentes implicaciones?
F.o.: De que para la mujer la vagina est asociada a la boca,
tenemos la prueba de las anorexias mentales, como en el siguien te caso, por ejemplo: una joven frgida, vagnica, de origen canadiense y casada con un francs al que adora, no puede
tener relaciones sexuales cuando sabe que est en perodo
frtil. Comienza un anlisis conmigo por esa razn. Fue criada
en una secta cristiana particularmente severa -los evangelistas,
creo- en medio de una mafia de mujeres, abuelas, tas abuelas, primas, etc. El padre con frecuencia estaba ausente por
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milgos frente a cualquier cosa que pueda p roporcionarles placer. Por otra parte pienso que el descubrimiento tuvo lugar en
su anlisis cuando se pregunt por primera vez en su vida si su
madre habra experimentado placer en sus relaciones sexuales.
Era h ija nica y h asta entonces pensaba con horror que su
madre haba tenido que hacer eso por deber y sumisin conyugal.
.
.
.
Este caso les muestra muy bien que esa v1venc1a salvaje del
sueo indicaba la identificacin de una vagina que no haba
entrado en absoluto en la civilizacin. Haba entrado en la
represin total y ante todo se necesitaba que pasara por ese
salvajismo _que pareca satisfacer una necesidad. Por eso es
que, en el sueo, tom como mediadora esa imagen de bestia
hambrienta de necesidades. Para poder aceptar luego la verdad: se trataba del deseo.
JO)
EL SUJETO ES RECEP
teme que su h ijo se vuelva esquizofrnico. Est sola e inmediatamente se pone a hablar de ella, de sus dificultades de pareja. No dice casi nada del h ijo. Esta joven ha sido enfermera y conoci al que iba a ser su marido al final de sus
estudios. El hombre siempre se neg a llamarla por su verdadero nombre, Simone, para llamarla Marie-Pierre. Tambin
la oblig a dejar su oficio y la hizo estudiar psicologa.
Despus que ella hizo su primer ao de estudios, se casaron
y tuvieron un hijo, Franc;ois, a propsito del cual me ha venido a consultar.
Ese da, Simone solamente me dijo que Franc;ois le planteaba mltiples problemas, que haba n acido con un dedo de ms
en una mano, una anomala de las articulaciones de la cadera,
como su padre y su abuelo materno, y que tena un lunar en
el cuero cabelludo.
Adems, su madre crea que Franc;ois era un poco dbil mental e incluso esquizofrnico.
Le pregunt qu le haca creer eso y slo me respondi que
no estaba bien, que era encefalpata y que no poda continuar
hablando. Se fue muy perturbada.
Franc;ois tena tres meses en ese momento.
Luego, ninguna noticia, hasta que, tres meses despus, me
telefonea llorando y en una angustia disparatada, para d ecirme que quiere verme sin excusa ni pretexto para hablarme de
Franc;ois.
Le digo que venga a verme con el nio. Llega cargando a
[102]
Des~es
de uno de ellos, un mdico le entrega un informe diagnosticando un retraso psicomotor. Me dice: "Ve usted, est
escrito en el papel."
Entonces me digo que es necesario empezar con Simone un
trabajo en el curso del cual ella pudiera intentar expresar delante de Fran~ois el sentimiento de rechazo que experimentaba
hacia l.
Tienen lugar algunas sesiones entre los tres. Ella me dice que
no haba amamantado a su hijo para complacer a su marido
que tema que se estropeara el pecho: "Le deba eso para agradecerle que hubiera asistido al parto." Pero Fran~ois ha tenido graves prob!emas para alimentarse con bibern.
En el curso de las sesiones, cuanto ms Simone llega a expresar su rechazo a Fran~ois delante de l, tanto ms me sorprendo yo al comprobar que el nio comienza a mirar con
inters primero a su madre y luego a m. Luego de cierto
tiempo, Fran~is empieza a comer mejor. Est mucho ms
presente.
Un da, Simone llega sin Fran~ois. Le pregunto por qu y
me responde: "Mi marido me dijo que su peso no estaba bien,
as que lo llev al hospital. En estos momentos le practican
exmenes de su sistema digestivo para saber por qu come
mal."
Un poco despus, en otra sesin, Simone me dice que no
ha podido ir a ver a Fran~ois al hospital durante tres das seguidos, porque ha tenido gripe. Me dice: "Encontr a Fran~ois completamente cambiado, ya no es el mismo nio, nos
remos mucho, juntos. Ve usted, es necesario que lo deje
tres das para poder aceptar verlo despus."
Al da siguiente, Simone me telefonea trastornada y me
cuenta que Fran~ois, de vuelta a la casa, fue presa de convulsiones la misma noche de nuestra sesin, y que, cuando
come, escupe todo ahogndose. "Es mi culpa, dice Simone,
estoy demasiado tensa, soy yo quien indujo esas convulsiones."
Al otro da, Fran~is est hospitalizado de nuevo, se le hace
un electroencefalograma que resulta perfectamente normal. Desde entonces, no comprendo nada del caso.
Expresa Simone a travs de la cabeza de su hijo la angus104
tia que existe en su vientre? Se trata de los efectos de la prohibicin del marido?
F.o.: Me parece que sta es una historia muy v1ep. La joven
patologa?
F.o.: De una vez por todas, no quiero or ms ese trmino de
en el sentido del deseo de la madre. El trabajo del psicoanalista no tiene que tomarlo en cuenta.
Por supuesto, habra que estudiar las races de la culpabilidad que, en Simone, le impiden ser ella misma. Simone no
tiene cabeza, y por lo mismo Fran~ois tampoco.
Veamos otra vez lo del pretendido aborto. Mucho ms importante que un aborto real, es un aborto de deseo. Ambos, el
padre y la madre, eran "abortados". No es "abortado" el hombre que, tomando una mujer q ue tiene un nombre, la obligue
a . renunciar a l para hacerla nacer con otro nombre que l
elige? Es un gallito que se apodera de una gallina y la vuelve
annima!
Esta historia, por otra parte, es ejemplar como sntoma de
anulacin de la genitud. Se experimenta la genitud haciendo
lo contrario, lo que es enteramente perverso. No hay pues nada
sorprendente en que Fran~is encarne la tica perversa de las
condiciones de su concepcin.
Lo que es patente, es que al da siguiente de haber tenido Simone una autntica relacin de intercambio con l, el famoso
da en que rieron juntos despus de los tres das de hospitalizacin en que ella no lo vio, Fran~ois tenga convulsiones.
Esto no me asombra. Las convulsiones vienen porque los n ios
no tienen ni una imagen de lo que experimentan, ni una imagen del cuerpo en relacin con lo que su esquema corporal puede asumir dado su desarrollo todava inacabado.
No tienen pues tampoco una ciberntica que les permita
dar salida a la energa libidinal, sentida en la comunicacin
psquica con el otro y tambin hacia las extremidades distales
que pueden servir para representar su estado emocional: gestos,
fonemas o representaciones llenas de imgenes.
La comunicacin interpsquica entre esos nios y sus interlocutores se bloquea y provoca un cortocircuito cerebral : no
estando representadas numerosas pulsiones, efectan un circuito lo ms corto posible, de ah las convulsiones.
As pues Simone jams ha llevado a su hijo, Fran~is, a una
comunicacin mediatizada puesto que no tiene sino sentimientos de rechazo y de angu stia frente a l. Nunca ha debido h ablar a su verdadera persona, sin duda habla solamente "de l",
como de una cosa.
106
Cada vez que ustedes entren en contacto con casos de convulsiones y que investiguen en q u circunstancias ha tenido lugar
la primera convulsin, comprueben que la madre no se ha dado
cuenta de haber provocado en su hijo una sobrexcitacin pulsional sin hablarle de lo que ella haya hecho. Esto sucede frecuentemente cuando la madre lava el trasero al nio. No es
consciente de que su hijo hace ya una fina distincin de las
variaciones de sensacin que l experimenta con su contacto,
y ella contina dando esos cuidados a su sexo como si se tratara de una cosa.
Ella estima que est al servicio de las necesidades de su
hijo, mientras que l siente una excitacin de su deseo que puede tomar por una demanda de ella: pero ella dnde? En su
cabeza? En su estmago? En su vida imaginaria?
Su excitacin, en efecto, est enteramente localizada en esa
regin genital. Como si fuera esa regin lo que estuviera en
comunicacin con ella y no el sujeto en su integridad, sujeto
simbolizado por la mirada y la palabra.
El nio vive entonces una inseguridad inslita al mismo
tiempo que una sensacin desconocida asociada a la que debera ser de seguridad.
Esta primera convulsin no tiene ninguna gravedad, si se
puede rpidamente llegar a encontrar cmo ha comenzado
todo, hab!ando con la madre delante del nio.
Tuve una vez un caso parecido, y vi con sorpresa al nio
en cuestin madurar de pronto a los dos aos, mirar a su
madre, luego a m, y finalmente sonrer. Acababa de comprender.
Era una niita a la que su madre haba excitado en blanco,
sin darse cuenta, limpindole la vulva con una energa intempestiva como si se tratara de una cosa. No se diriga a nadie
con las palabras adecuadas. Nosotros, los psicoanalistas, podemos emplearlas volviendo a representar el p sicodrama de lo
que pas.
Decir, por ejemplo: "Tu mam te limpi la vulva (o el
nombre que la madre le d a esa regin), estabas particularmente sucia porque acababas de hacer caca ese da, ella quera
limpiarte bien y entonces t creste que ella olvidaba que tenas una cabeza, y en ese momento ella crea que t no tenas
107
109
una relacin con su madre sin que ~lla est preparada para
ello. Y, en toda esta historia, ahora, uno se encuentra ante un
nio que ha encontrado el truco: cuando est en tensin de
pulsin ertica sobreactivada, tiene su crisis y todo va bien,
pero a costa de la ausencia de palabras, por lo tanto de sujeto.
P.: S, pero ahora no tendr ya convulsiones, est tomando
Gardenal.
F.o.: Pero por qu? Tendr menos o ninguna, pero el pro-
blema permanece.
P.: Pero es lo primero que se hace, dar Gardenal cuando un
psquica que existe entre nosotros. En su pasividad, l es extremadamente receptivo, aunque sea poco expresivo.
Un psicoanlisis no es para nada una reeducacin. En una
reeducacin no se puede hacer nada cuando el otro duerme.
En un anlisis, se trabaja igualmente bien.
El silencio es tan elocuente como las palabras, excepto si
nosotros no sabemos lo que pasa ms que a travs de lo que
descifremos en nosotros mismos. Si estamos realmente disponibles inconscientemente, pasan muchas cosas. No hay ms que
dejar ir nuestras propias asociaciones libres, en nosotros mismos, ponindolas al servicio del que est ah. Y es el anlisis
de lo que usted vive, de su relacin inconsciente, preconsciente y consciente con el nio la nica gua de la cura.
se es el trabajo analtico.
Un da u otro, la madre olvida el Gardenal y comprueba
que todo va bien. Por supuesto, el trabajo se hace con Gardenal. Por otra parte, es el mdico mismo el que, la mayor parte del tiempo, autoriza a los padres a trabajar las dosis. se no
es asunto nuestro. Menos gardenalizado, el paciente est un
poco ms despierto. Pero en muchos casos jams se hubiera po
dido hacer el trabajo analtico si el nio no hubiera estado con
Gardenal porque hubiera tenido crisis de sobretensin por un
s o un no. Vale ms que est con Gardenal, con tensiones
inconscientes que no abreaccione y que el trabajo pueda continuar en la transferencia.
N o es con el consciente con lo que trabajamos, es con el inconsciente, que est presente aun en el sueo profundo. Creo
que es una idea muy nueva para muchos de ustedes. Los estudios de psicologa no preparan para comprender <:sto, pero
trabajamos igualmente bien con alguien dormido o en estado
de inconsciencia, incluso en estado comatoso.
Con un ser en coma, la palabra pasa sin que sepamos cmo.
Los mdicos que lo reaniman y tratan de hablarle, lo c.1..mprueban y son los primeros sorprendidos.
Voy a contarles la historia de uno de mis antiguos pacientes.
Ese hombre lleg a verme de urgencia, una noche, completamente enloquecido y me explic lo que le estaba sucediendo.
Unos das antes, su mujer haba dado a luz en mitad de la no111
114
poco dispersos alrededor de ese cuerpo en el espacio. pero comprenden y oyen todo. Cuando por suerte uno de ellos se cura,
nos restituye las opiniones que lo han marcado y guarda en
la memoria todo lo que ha odo.
.
.
Entonces, volviendo a Fran($ois, hubiera estado bien decirle,
por ejemplo: "Cuando estabas en el vie-~tre de t~ ma~e, ella
oy decir que tenas una cabeza pe~uemta y se ..mq~iet6 mucho. y t, quiz te inquietaste tambin por ella. Asi es como
podemos hablar a un nio que ha sido un feto portador de
tanta angustia no dicha. Hablndole ~ es _como_ lo ayu~amos
a recuperar una comunicacin en la vida simbh_c.:1, pudiend?
desligar la relacin de cuerpo. Sin lo cual, un nmo est obligado a guardar lo no dicho en su cuerpo en tanto no sea
puesto en palabras.
Esto no quiere decir que funcione en todos los casos, pero
no habiendo otro mtodo, se es el que hay que empl~~
Si una madre ha tratado de abortar o de matar a su hiJ
hay que decrselo al nio. H ay que decrselo de tal manera que
Ja madre se sienta totalmente perdonada, puesto que l est
vivo, que super esa prueba, que era lo bastante fuerte como
para hacerlo.
b
Es pues a ese ser humano al que hablamos de esa pru~ ~
-dndole un valor de relacin positiva con su madre Y dmamica con su vida, por negada o trabada que sea como l la
sienta. Es su historia, le pertenece. No sabemos lo_. que eso
quiera decir; una madre que quiera abortar a _su hi]O puede
ser por narcisismo o por egosmo, pero tambin por amor.
Todo depende de la historia fetal de ella, o tal vez de la de
uno de sus padres.
Tenemos la tendencia a ver y juzgar todo segn nuest~a
propia moral. La tica inconsciente no es en absoluto la misma. Es una dinmica que puede ser una dinmica ~e amor,
que sin embargo revista el aspecto. de un comportamiento de
lenguaje de denegacin o de agresin.
En ese caso, el deseo es trasladado a un nivel de rechazo.
El rechazo es una manera de amar claro que sil
En el caso de Fran($0S, no es l, hijo, el directamente concernido. El problema es muy anteri?r,. conciern~ a .simone
su madre, a su narcisismo, a su renunciacin, a su relacin per115
j
verso-masoquista, a su nombre, a su oficio, por un hombre del
que es totalm_ente dependiente, como un feto de su placenta.
Es una mu3er que ha hecho una regresin fantstica. Por
qu un hombre se casa con una mujer con la condicin de
desempear el papel de una placenta encinta de un feto?
No lo s. Claro, imaginen ustedes el cuadro cuando van a
tener un beb: feto de un feto! Eso no es viable.
Pero, con pa!abra~, creo que todo eso se puede rehacer, puesto que Fran~o1s esta ah, y vive, y Simone ha logrado hablar
con una psicoanalista.
P.: Puede uno realmente hablar con pa1a bras, un lenguaje
elaborado, a un nio de seis meses?
F:o.: Seguramente. Utilice su lenguaje, el que emplea para decir _con la mayor verdad !o que usted siente.
S1 usted es china, hay que decirlo en chino. Hay que hablarle a l en la lengua de usted. Si usted es ajena a la lengua
francesa, hay que hablarle como usted pueda, pero hacer que
su madre o su padre repitan lo que usted dice, con la voz de
la lengua que ellos hablan entre s.
. Los ~dultos en anlisis suean en su lengua materna. El
~~consciente del nio se pone al acecho del inconsciente de la
persona que le h~bla, por lo tanto es necesario que sta hable
lo ms ce~ca posible de lo que siente o piensa, en su propia
lengua materna tambin.
Si .u.no no hablara, no seramos igualmente elocuentes, a
c~~dICin de pensar lo que nos dijeran? No s nada. Pero los
nmos son telpatas.
. ~uando los padres estn presentes -lo que es la mejor cond~c1n en las psicoterapias antes de los dos aos y medio aproximadamente Y a veces ms tarde- es indispensable que los
padres Y el nio oigan juntos lo que le decimos al nio.
tado por el nio, por ejemplo hay que decirle: "Lo que acabas
de hacer me hace pensar que queras decirme esto o aquello."
Y naturalmente, uno se puede equivocar. Y hay que reconocerlo. Lo que buscamos se sita muy cerca de lo que el nio
ha querido expresar, es el reclamo a la palabra de un beb. El
pequeo ser humano habla porque Ja madre apela a la palabra.
Pero si una madre no invita a su hijo a la palabra, l jams hablar correctamente, y tendr un retraso de palabra
porque sus fonemas no sern fonemas corrientes de la lengua:
habr conservado la posibilidad de emitir fonemas arcaicos en
la laringe y en el paladar.
Pero las palabras deben ser dichas dando a ese nio su estatuto de sujeto, es decir significndole que tiene deseos, emociones, opiniones que no siempre son las de su madre, ni las
nuestras.
Muchas madres lo hacen de por s, cuando dicen, por ejemplo: "Ah sf;-ya s que no te gusta esto! Pero tengo que hacerlo
de todas maneras." Las madres que hablan as a su hijo, sin
saberlo, le atribuyen opiniones diferentes y deseos contradictorios a los suyos.
Este derecho de tener opiniones diferentes en palabras no
impide que ellas hagan pasar a su hijo por lo que deseen y
juzguen adecuado para su educacin, pero el hecho de que le
otorguen en palabras ese derecho, le permite crearse su libertad de sujeto. As es como l se humaniza.
Por lo dems, sucede as en toda relacin humana, cualquiera que sean la edad y la aparente madurez del otro.
F.o.: Bueno, en fin con los nios hay que hablar! Justamente
117
10
CUANDO UN
NIO PIERDE A SU MADRE, PIERDE AL MISMO TIEMPO A SU PADRE UN NIO QUE SIN CESAR SE CAE PARA ATRS -
EN EL NIO, LA
Es cmica para los padres, porque elaboran una defensa consciente frente a su deseo de haber asistido al acoplamiento de
sus propios padres. Es un puente entre sus .propias fantasas infantiles y la realidad en la que estn obligados a mantenerse
como padres conscientes.
A veces este episodio no se vive en absoluto de manera
cmica por ninguna de las dos partes. Recuerdo una chiquilla
que sostena en pblico que haba asistido al matrimonio de
sus padres, quienes se sentan muy molestos delante de otros
adultos ya que stos podan creer que se haban casado tardamente, habiendo ya concebido a la criatura, lo que no era
el caso.
En esos momentos, la madre no cesaba de repetir: "Pero,
para qu quiere ella que demos esa impresin!" Se sobrentiende : para gente impropia, maleducada.
plo, desea tomar el lugar de su madre en las relaciones sexuales con su padre. Son esas relaciones sexuales fantaseadas lo que
uno llama generalmente, sin razn, la "escena primaria". Pero
Freud describi en realidad, bajo el nombre de "escenas primarias", dos situaciones diferentes. Una que est constituida
por las fantasas del nio sobre las relaciones sexuales de los
padres, y la otra que llama, por otra parte, "la escena principiadora", en el origen del nacimiento del nio, y que plantea
el problema de la no existencia previa a la existencia.
Ningn nio ha evolucionado en la vida sin preguntar en
un momento dado directa o indirectamente: "Pero en dnde
estaba yo antes de nacer?" Esta pregunta conduce a fantasas
en los anlisis de adultos, donde el sujeto se representa como
espermatozoide en las vas genitales de su padre, negndose por
ejemplo a penetrar en el vulo de su madre.
Con frecuencia los nios negocian esta angustia de la no
existencia antes de la concepcin fantaseando que han asistido
al matrimonio de sus padres. Cuando se es el caso, y cuando
un nio da su consentimiento al matrimonio de sus padres, es
imposible convencerlo de la imposibilidad cronolgica de tal
situacin. Los padres a menudo quieren encajarla en el tiempo,
de donde se desprende una situacin cmica para ellos, y desesperante para el nio.
[118)
119
121
122
historia como sta. (Dirigindose a la participante), ciertamente tiene usted razn, seora, es en el Edipo imposible de Georgette donde se arraiga toda esa historia y sin duda en el hecho
de haber puesto a todos sus hijos un nombre que comenzara
con la letra c. Pero quiere que aprovechemos para hablar del
asunto de los nombres y de los apellidos?
Se ha dado cuenta de que lo difcil de llevar un apellido
se debe a veces a una mala relacin con el padre?
P.: Es eso iguahnente vlido para las mujeres?
F.o.: Por supuesto, pero las mujeres ponen su energa psicolgica ms en la relacin que tienen con su padre que en su
apellido. Esto no impide que el apellido tenga gran importancia, puesto que al casarse les cambia, y el nuevo es el signo de
su renunciacin al padre. Las cosas se complican cuando las
mujeres se casan con un hombre que tiene un apellido m~~
parecido al de su padre. Esto puede engendrar la culpabilidad subyacente de haber hecho trampas con lo prohibido del
incesto y eludido la ley.
P.: Conozco a un nio cuya genealoga me cont la :nadre.
Llevaba el nombre de un hermano mayor muerto a la edad de
seis meses. Su madre jams quiso responder a sus preguntas
con respecto al hermano muerto. Su sntoma actual consiste en
caerse para atrs. Se instala en su silla y cae para atrs. En
la escue!a, esto evidentemente le crea algunos problemas.
F.o.: Tambin ah, pienso que son los efectos de lo no-dicho.
Su madre no ha podido hablarle de ese nio muerto, que lo
ha precedido. Caerse para atrs, es perder su tonicidad vertical
y regresar a la poca beb de su historia.
.
Para un nio, lo que se calla, es por pudor. Ahora bien,
el pudor es una manera de decir la relacin sexual. Si bien
123
P.
124
125
P.
P.
tiempo.
P. (hombre): Recuerdo un episodio de la primera sesin, a la
que asista el padre. Caroline lleg con una pistola que se coloc en el lugar del sexo. En un momento, la tendi a su
padre, luego la volvi a tomar inmediatamente. Y repiti su
juego por segunda vez.
real?
P.
pre representan una ventana de dos hojas. Una ventana cuyas hojas se abren hacia los lados. Aun cuando en su casa
haya ventanas de guillotina.
Otra P.: Los publicistas lo han comprendido bien. H ay una
publicidad en Creteil que pregona "las verdaderas ventanas
de un conjunto de edificios nuevos", y por supuesto son ventanas de dos hojas.
F.o.: Aun los nios africanos que viven en bohos o en chozas
de paja representan las casas como las nuestras, es decir rectngulos coronados con un tringulo.
(a)
128
-.. .
130
11
QU QUIERE DE
EN
'.
'
[131J
ms que agujeros para Sybille. Sabiendo que haba sido prematura, senta que algo haba sido cortado muy pronto en ella.
Por eso le d ije eso.
F.o.: Estuvo en incubadora?
132
Institutos md ico-pedaggicos.
133
un animal domstic0> o por un objeto, una coleccin de objetos parecidos. Cucharitas, por ejemplo. En este ltimo caso,
la prdida de una sola lo sume en un intenso pnico. E~te nio
sufre una regresin yr se aferra a una sola percepcin, asociada
a la vez, para l, al recuerdo de un placer parcial de su cuerpo y a algo que representa para l de manera fetichista, su
relacin con su madre.
Repite siempre un. mismo gesto, una compulsin, totalmente
desprovista de sentido aparente. Con mucha frecuencia se le
cree convertido en :retrasado mental e incluso sordo. No es
nada de eso. l se cierra, progresivamente y en apariencia, a
toda relacin humana a causa del insoportable sufrimiento de
no reconocerse frente a los dems, en la integridad de s mismo.
Algunos nios mantienen una bsqueda de contacto, pero
es, por ejemplo, apo;yando la espalda contra el cuerpo de una
persona, o estableciendo un contacto con el anverso de su
brazo, la palma de la mano o con una regin parcial del cuerpo, con la que de ordinario no se entra en c~ntacto.
Dan la impresin de ser completamente a1enos a nuestro
planeta. Hay un hecho muy espectacular: esos. nios nunca
se dejan morir de hambre, pero engullen cualquier cosa, como
si no tuvieran ninguna discriminacin gustativa. Nada parece
procurarles placer o disgusto. En cambio, tienen una destreza
extraordinaria en el espacio y jams tropiezan con obstculos,
aunque parezcan no haberlos visto.
Les voy a contar cmo, siguiendo mis consejos, algunas madres han podido sacar a su beb de ese tipo de autismo. Tuve
la prueba de ello cuando produje emisiones de radio para
France-Inter. Aunque precozmente advertidas, por su vigilancia, de la anomala del comportamiento de su hijo, las madres
raramente encuentran comprensin en los mdicos generales.
"Se ocupa usted demasiado de su hijo, eso se arregl~ solo",
les dicen. Y la zanja se ahonda. Aparece la angustia en el
nio, con los problemas del sueo que l trata de dominar
por la repeticin compulsiva de un gesto absurdo en el que
agota su energa.
Las fugas precoces son tambin un sntoma. Me refiero a
los nios de dieciocho meses a dos aos que huyen de su
casa tan pronto ven la puerta abierta. En realidad van en bus135
ca del ser que han perdido cuando tenan unos cuantos meses,
durante una separacin choque.
A la decena de madres de nios autistas que me escribielon
a France-Inter a ese respecto, les respond que buscaran en
sus recuerdos y en las fotos hasta qu edad ms o menos su
hijo se comunicaba con ellas, por Ja mirada, Ja sonrisa, el
llanto, mostrando segn los momentos su placer y su disgusto
de vivir.
Luego, cuando hubieran encontrado con precisin la po
ca en la que la comunicacin se haba roto, las incitaba a que
buscara~ lo que haba sucedido en ese momento. Siempre haba habido un acontecimiento: la muerte de alguien, una mudanza, la prdida durante varios das de la presencia de la
madre, un duelo para el padre o la madre, la partida no
anunciada de un animal domstico, la entrada de un hermano
o hermana a la escuela maternal, una modificacin brusca del
entorno, una estancia aunque fuera corta en el hospital sin
estar preparado para ello, o incluso una prueba afectiva difcil
para la madre.
Una vez identificado el acontecimiento, peda a la madre
que contara y explicara a su hijo, de preferencia en el momento
de dormirse, y sin acariciarlo fsicamente, lo que haba sucedido sin que ella se diera cuenta. La animaba a recordar la
ropa que tena su hijo en esa poca, la alimentacin que le
daba y las canciones de cuna d e aquel momento.
La incitaba a tratar de encontrar los medios para volver a
actualizar las percepciones parciales de la. poca en que el nio
haba perdido contacto con la realidad. Le deca que se excusa~a con l por no haber comprendido su sufrimiento y Je
explicara ~l suyo al mismo tiempo que la obligacin en Ja que
se haba visto de separarse de l, sin comprender que l tena
necesidad de explicaciones, puesto que ella no lo crea todava
capaz de comprender cosas tan difciles de decir.
Adverta a las madres que no se sorprendieran si en la primera tentativa del nio haca cara de no or nada, aunque seguramente escuchaba. Despus de dos o tres tentativas, todas
esas madres tuvieron la alegra de ver a su hijo mirarlas a
los ojos y sonrer de nuevo por primera vez desde hada meses.
En esas condiciones, el nio puede recuperar, con su madre
136
137
138
139
tanto fetal.
msica ritmada?
140
,,
dar sus sonoridades metlicas inslitas con las de las palabras de los adultos.
Este ambiente sonoro es completamente diferente de las
campanas de las iglesias de antao. El ding ding dong de Frere
] acques corresponda realmente a los nios de una poca que
iba hasta 1900. Hoy en da est totalmente superado.
Se sabe que los nios, ya sea que sus padres tengan o no
gracia natural, mueven rtmicamente las caderas desde que
oyen msica en la radio. De dnde viene esa intuicin de un
placer, visible en su rostro?
Nosotros lo sabemos bien, todo placer conocido nos refiere
a nuestras imgenes arcaicas.
143
12
UN EJEMPLO DE COM-
ticos y autistas?
F.o.: Son muy importantes, porque el lenguaje interior de esos
[144]
145
una voz que lee esas palabras, que las descifra. En la poesa,
se trata sobre: todo de msica de la voz. Creo que la poesa
posee intrnseicamente un significante de ms. Es, en efecto, la
voz humana C}Lue lo enuncia aun si la leemos muy bajo. El cuerpo est en jueego, y no solamente los ojos. Vi una pelcula radiogrfica de la garganta de alguien que lee solamente con los
ojos sin mover los labios. Y bien, la garganta presenta todas
las manifestac:iones de las palabras dichas.
Ms todavca, un otorrinolaringlogo estudi a los nativos de
la isla de Go:mera, en las Canarias, que silban para hablarse.
Es muy curioso porque, en un caf, se silban de una mesa a
otra en lugar de hablarse, y todo el mundo se entiende.
Ahora bien, ese otorrino hizo radiografas de la garganta
de los silbadores, y las imgenes muestran que, a pesar del
hecho de que silben, su garganta pronuncia las palabras que se
supone que dicen. A la vez existe el ritmo del silbido, que
es una seal de palabra, pero tambin las palabras que pronuncian con la garganta mientras silban. Esto nadie se lo
esperaba.
Estas palabras son traspuestas en forma de silbido audible,
pero son perfectamente pronunciadas, lo mismo que por un
lector que lee con los ojos. Finalmente son las palabras pronunciadas detrs de las escansiones de los silbidos las que escuchan los autctonos. No es pues un cdigo, sino una autntica lengua, en la que el cuerpo est bastante en juego.
En la lectura de la poesa, la laringe est en juego, es un
lugar de deseo de comunicacin interpsquica, contrariamente a la faringe, que colinda con ella. La faringe~s un lugar repetitivo de absorcin sustancial de objetos parciales para la necesidad o para el deseo, puesto que la madre con frecuencia
satisface necesidades para su propio deseo, creyendo q ue el nio
pide de comer, cuando lo que pide son palabras. Por otra parte,
es en Ja faringe donde se juntan un montn de cosas en los que
tienen d ificultades de palabra, puesto que es una encrucijada.
La absorcin de objetos en sentido centrpeto es un medio
147
ruidos de placer, y sobre todo oyen hablar a su madre. El chupn es como el cigarro para nosotros. No nos impide escuchar
ni hablar, si continuamos estando en una situacin de placer.
148
taba no es eso? En verdad, creo que usted estaba muy preocupad a por ese nio.
P.: Pero no, ya hablamos aqu de que nunca lo estuve.
F.o.: Precisamente, pienso que usted haba tomado esa actitud
150
151
n~nca la encontrar..Ella no est a su lado. Su cuerpo volumtrico, mamfero, resp1rante, moviente, est ah, pero DO ella, y
sobre todo no para l.
13
EL SEUDOMASOQUISMO FEMENI
EL RECIN NACIDO EN SITUA
LOS ENFURRUAMIENTOS -
155
157
s:
158
159
162
164
165
14
mente en la nma y
al lugar genital.
c1 n, es ecir
La enuresis gira siempre alrededor de la n
1 . .
de la sexuacin y atae al tipo de l1.b.d
o v.a onzac1n
, o una nia Es d .
i o, segn s1 el su t
es varon
1e o
ear, atane ya sea a un deseo centrfugo del var
.
e 1
1
n en su pene, y a un deseo centrpeto de Ja nia
n a vu va: el deseo de penetracin del pe
E .
d
~
. tipo e la libido, centrifugo o centrpeto esta' muy d1alectizado.
F.D.:
169
puesto que. ese nio no tiene imagen de su padre. Sin embargo, si llegamos a saber, por la mujer, cul ha sido la historia del padre, podemos entonces devolver al nio una imagen paterna sana, por medio de palabras. "Si tu padre no ha
sabido ser un pap, es porque l mismo, cuando era nio, no
tuvo un padre que se lo enseara." Lo importante es devolver
al nio un genitor ntegro, hijo l mismo de un genitor ntegro. Es decir una prosapia masculina marcada de poder fecundador sano, pero una prosapia que permaneci inexpresada hasta ahora, en la relacin tutelar de padre a hijo. "Si tu padre
estuviera aqu cmo te gustara que se portara contigo?" Eso
171
F.o.: E~ muy posi~l: que ese hombre le diga que una vez que
su mujer se convut1 en madre, la vida sexual dej de interesarle, lo que sucede con mucha frecuencia. Por un lado ese
hombre se sinti gratificado por tener un hijo, pero por el
otro, se convirti en un intruso intil y sin inters para su
espo~a..Es muy dif~il el prii:iier hijo de cada sexo para una
parep Joven. Por e1emplo, s1 hay tres hijos del mismo sexo
Y el cuarto es del. otro, los p roblemas pueden comenzar, pues
son los celos edp1cos los que se trasladan al primer hijo de
cada sexo. Generalmente sucede, pero existen las particulari~ades de la vida de cada quien. Por ejemplo, una madre obseSJOnada con su padre, lo pierde en el momento del nacimiento
de su ensimo hijo: ste va a ser completamente edpico para
ella, pues hasta al10ra e!Ja ignoraba que tena a todos sus hijos
para su padre. De repente, lo descubre, y ya no le interesa en abs~~uto ser ma~e, ahora que sabe que su padre ya no ver a esos
htJOs. Esos mos estn marcados con el sello particular del
Edipo de su madre o de su padre.
Recuer?o ~ u.n .~ombre que me deca: "Mi padre y yo vivimos en s 1?'1b1~s1~. Luego, su padre muri. Entonces, privado
del lazo s1mb1t1c que tena con l, este hombre lo traslad
a su hijo, el cual se descarril.
En e.fecto, el hijo sirve de fetiche a su padre, cuyo propio
padre Jams lo fue verdaderamente.
172
En tiempos de la vida del abuelo, el nmo tena una relacin triangular l-su padre-su madre. Ahora que su abuelo ha
muerto, tiene una relacin l-su padre-la muerte. La madre y
la muerte se confunden, pues el padre toma a su hijo como
objeto privilegiado y, al hacer esto, despoja a su mujer de esta
relacin. Remplaza su relacin con ella por la relacin que tena con su propio padre, en la situacin triangular del nio.
El padre se convierte en la representacin de la muerte que l
niega. Priva al hijo de su identidad. Ni el padre ni el hijo
pueden, por lo tanto, resignarse a la muerte del abuelo.
El padre, por otra parte, haba ocultado al hijo la muerte
del abuelo. He aqu un buen ejemplo de un nio que, sin
saberlo, toma tanto el lugar del padre como de la madre, de la
hermana, del hermano muerto. . . de uno de sus padres, permitiendo a sus padres experimentar en l sus celos y su dependencia ertica homosexual o heterosexual. Esto de manera
totalmente inconsciente. -.
Las "lesbianeras" de madre a hija son un ejemplo tpico de
eso. Estas complicidades mujeriles en las que el padre qued a
completamente desplazado son del orden de lo que la madre
haba vivido con su propia madre y que vive con su hija, desde que su madre desapareci. Esta mujer jams fue castrada
de una homosexualidad con su madre, quien a su vez no lo
haba sido de su propia madre.
P.: Deben los padres hacer que sus hijos formen parte de sus
experiencias?
173
cilita la tarea de sus hijos. Los padres, me parece, tienen miedo de descender de su pedestal. Temen que sus hijos comprendan, por ejemplo, que estn limitados financieramente.
Aunque los hijos lo saben de todas maneras. De este modo, el
hecho de no poder comprar un automvil de tal o cual marca
representa para algunos padres la obsesin de ser desvalorizados a los ojos de sus hijos. Cuando no hay nada de eso.
Bastarfa al padre explicar a su muchacho que lo que gana
al mes no es suficiente para esa compra, en lugar de decirle
que esos automviles son feos y que slo los imbciles compran semejantes cosas.
El hijo sabe muy bien que eso no es verdad, de ah una
d~.sestima recproca y una falta de yo ideal (el padre, para el
h1Jo), pues ese padre niega su importancia para realizar sus
deseos, en la realidad.
Si el padre dijera: "se es un auto formidable, me encantara
comprrmelo si tuviera dinero!" le hara un gran servicio a su
hijo. Un nio encuentra siempre que sus padres son gente formidable si asumen sus debilidades y sus carencias frente a su
deseo justificado aunque inaccesible.
(hombre): Me gustara hablarle del caso de un nio cuya
psicoterapia est atascada desde hace varias sesiones. Desde
la primera consulta del nio, la madre inici un psicoanlisis
por su lado. El padre, tambin presente, obviamente peda a
gritos un anlisis para sf, pero de ninguna manera quera reconocerlo. El nio, por su parte, deseaba realmente tener un
tratamiento para l. Desde entonces, he recibido al nio solo.
El padre ha vuelto un par de veces, por su propia iniciativa.
La ltima vez me explic que se pagaba un anlisis en beneficio de su hijo. Estaba contento, porque en la casa la palabra
comenzaba a circular entre ellos tres. Al da siguiente, exactamente, volv a ver al nio, quien me cuenta un sueo en el
que l es el analista de su familia. A partir de ese momento,
no. puede decirme ya prcticamente nada. Lo he visto dos o
tres veces ms, pero est totalmente bloqueado. Es muy difcil rectificar esa situacin en Ja que el n io es una especie de
apuesta perversa de parte del padre. Me parece que el problema est aqu: el padre me pide a m un anlisis, sin deP.
174
mosexual con usted. Pasa por las palabras que usted le dirige
y que le dan sin embargo un principio de castracin simbolizante, consecuentemente, al hacer un anlisis. Es un padre que
ciertamente ha carecido de un padre, y de un yo auxiliar, en
su juventud.
P. (hombre): Me dijo que haba perdido a su padre a los tres o
cuatro aos.
hijo a la consulta, ste se las arregla para meterlos al consultorio e. irse. Sabe muy bien que son sus padres, y no l, los que
necesitan hablar! El nio que necesita una terapia, se da cuenta, porque no puede asumir sus pulsiones y transformarlas en
comercio armonioso con los dems. Ese tipo de nio, con
frecuencia deja a sus padres que hablen durante varias sesiones, y cuando l siente la necesidad de hacerlo, simplemente
entra y les pide que se vayan.
Ese da, es la castracin para los .padres.
La ausencia de castracin, llegada del padre, actualmente
muy de moda a partir del doctor Spock i y otros, lleva a no
pocos nios al anlisis en el momento de .la crisis edpica. Si
usted ha podido apreciar que el nio ha hecho una buena
subl~maci?n, es decir que no tiene problemas de palabra, de
contmencia, en su primera socializacin, puede estar seguro de
que las dificultades del nio provienen de que sus padres evitan darle la castracin edpica. "No hay que traumatizarlos,
por supuesto, pobres pequeos ... " Ahora bien, se es un momento muy difcil para las familias, si el psicoanalista entra en
una terapia a largo plazo con el nio. Por el contrario, si lo
ve muy poco y restablece rpidamente una situacin triangular
normal al recibir a los padres y al ayudarles a asumir su vida
genital, el tratamiento ir muy rpido. Eventualmente hay que
alejar al nio d icindole por qu. Por ejemplo, si se trata de
un varn, el padre puede decirle: "He odo que molestas a tu
madre cuando estoy ausente. Debes saber que no dejar que
nadie moleste a mi mujer cuando yo no estoy. Y cuando estoy,
haces toda una comedia para irte a acostar o para sentarte a
comer. Estars ms tranquilo de interno. Ni t ni nosotros
nos moriremos por eso. Hars muchos amigos. Me molesta
hacerlo porque es muy caro, pero ya nos las arreglaremos, te
mandaremos pastelitos todas las semanas, te consolar, pero esto
tiene que terminar." Algunas veces basta con decirlo, y tres semanas despus todo ha vuelto a la normalidad.
Pero, a veces, no basta; porque la madre est indecisa. Soplonea para que su marido d palizas, pero al mismo tiempo,
1 El doctor Spock, mdico estadunidense y autor de un best-seller,
aparecido en Estados Unidos en los afios 1950, que ensalzaba los beneficios de una educacin totalmente permisiva.
176
est muy contenta por ser masoquizada por su hijo o hija cuando el marido no est. Hay que estudiar atentamente la situacin de dependencia que esta mujer puede repetir del tiempo
de su infancia. Por ejemplo, con sus hermanos pequeos.
Creo que los psicoterapeutas no estn lo bastante ecterados
de la crisis edpica como para apoyar suficientemente lo castrador y l~ identificacin de la nia con otras mujeres, y la del
nio con otros hombres.
En realidad es un perod9 en el que el nio piensa que debe
proporcionar supuestos placeres a sus padres, sin lo cual se
imagina que los hace sufrir. La educacin en nombre del proporcionar-placer al padre o a la madre es pervertidora, despus
de los cuatro aos cuando mucho. El padre y la madre, esto
debe quedar claro, esperan el placer de su unin, y no de sus
hijos.
.
Al elegirse yo auxiliares extrafamiliares, ya sea de parientes ms lejanos, ya de colaterales o de camaradas, los nios en
la edad del Edipo tratan de salirse del callejn sin salida
familiar.
Si no, contina el mismo disco y el nio se rezaga. En lugar de entrar en Ja fase de latencia, se arrastra en un Edipo
que, por suerte, con frecuencia se somati.za.. Una peq~e~a puede tener una crisis de apendicitis, por e1emplo. El crrupno le
va a retirar al pequeo beb mgico de sus pulsiones anales con
mam. O tambin un pequen puede usar lentes porque de
repente se vuelve miope: no quiere ver ms all de su~ narices,
porque ve demasiado las tetas de mam cuando lo deja entrar
en el cuarto de bao.
, O bien tics de los ojos para ver / no ver, ese modelo aborrecido, inimitable en sus relaciones con la madre, que es el
padre para l.
Es el problema funcional o la somatizacin frecuente lo que
acaba siempre por llegar en la fase de latencia, cuando no ha
sido dada la castracin. Pero esto es la crisis edpica en nios
que han superado bien lo oral y lo anal. Surge, por ejemplo,
cuando en el momento de la genitalidad del hijo, el padre tiene un perodo de servicio militar y el hijo regresa a la cama
de la madre. O bien, cuando el padre se va a hacer un viaje y
el nio se ha acoplado en pulsiones regresivas en lugar de acep
177
F.o: Un sueo as indica que ese nio se identifica con el analista. Ahora b~en, con q~ien se debe identificar, es con su padre, ~n el Edipo, es decir en la relacin de su padre con su
prop~o padre en el. Edipo. Pero como su padre perdi a su
propio padre muy ]Oven, Se identificada con un muerto. Por
eso es que se identifica con el analista, pero tambin con el
abuelo muerto que detiene la evolucin de sus pulsiones.
Ve . ~sted, el nio ed.pico debe identificarse con el padre.
Identificarse con el analista, es lateral, es seduccin homosexual.
Pien~o que un nio, ant~s del Edipo, tiene tantos sueos que le
conciernen, en sus pulsiones, como sueos que conciernen al
padre que no pudo tener su Edipo. Esos sueos pertenecen pues
a los padres.
Por .otra parte, con frecuencia los cuenta. Pero comprendamos bien: un nio se identifica con un adulto del mismo sexo
porque es el representante de su yo ideal, de su yo de nio
y:ndo-deviniendo adulto. No importa qu compaero masculmo de la madre sea ese yo ideal, y no importa qu adulto
pueda serlo puntualmente. Pero en el caso en que ese adulto
no sea el compaero genital de la madre, esa identificacin
no es totalmente edfpica. No corresponde ms que a uno de
los componentes del Edipo que satisface las pulsiones homosexuales, es decir las del nifio enamorado de s mismo en ese
adulto.
Esa identificacin es tanto narcfsica como homosexual.
_ Entonces,. su interpretacin de analista a propsito del sueno de ese nio podra consistir en significar al nio que no puede ser ese seor que ha trabajado para escuchar y comprender
a los dems y que no es ni su genitor, ni el compaero de su
madre. Sera para l alienarse en un papel e impedirle crecer
y convertirse en l mismo. Para llegar a esto, va a necesitar
178
renunciar a su modo de vida infantil para que le ocurran cambios duraderos de ciudadano de su edad, y para que se comporte en la casa como quisiera comportarse si su padre lo ayudara.
Lo que este ltimo no puede hacer, a causa de su propia
historia.
Este nio posee en s una imagen por desarrollar, sin imitar a nadie, que le conducir a descubrir el modo de comportamiento que le permita convertirse en adulto. Es decir no complacer a nadie, ni a su psicoanalista queriendo imitarlo, ni
a cualquier otra persona que puede no ser l.
Esto que digo no invalida el hecho de que la mutacin del
inconsciente del nio, apoyada por su transferencia hacia usted, va a permitir a su padre recomenzar en la vida corrigiendo
su homosexualidad herida, ante su propio padre ausente.
Percibimos tpicamente, ah, la dificultad particular del tra
tamiento psicoteraputico de los nios conducidos por sus padres, y que pagan por ello.
Creo que el pago simblico, exigido al nio, permite separar el deseo del padre a travs de su hijo, del del nio, por
s mismo. Permite analizar con el nio lo que le dije hace un
momento.
(hombre): Acaba usted de decir que un nio antes del Edipo tiene muchos sueos concernientes al padre que no pudo
hacer su Edipo. Y por otra parte, que se los cuenta. Pero en
el caso de este nio que suea que es el analista de su familia, es lo contrario, pues es su madre la que se pone a contarle
sus sueos.
P.
15
DIFI CULTADES ESPECFICAS DE. LAS TERAPIAS ANTES DEL EDIPO EL TRABAJO DE SUBLIMACIN DE LA CASTRACIN EDPI CA -
AHMED,
F.D.:
F.o.: Bueno, no me sorprendera que de aqu a d os o tres meses usted supiera que la madre est embarazada por segunda
vez. En este momento, es su hij a la que, en su Edipo, q uisiera
cargar en s un beb para que su madre se quedara en casa,
como cuando la cargaba a ella. Su hija vive su Edipo con el
deseo de un hijo. Eso significa el vientre grande. La historia
de la falta de pies me parece sobredeterminada. Esa nia juega a ser llevada, juega a la mujer con un gran vientre. Se
hace tomar en los brazos de mam, como por un amante.
De hecho, necesita que su madre le hable de sexualidad. Su
madre supuestamente est en vas de suprimir su genitalidad
porque se va a volver a poner a trabajar. H ace un bloqueo
anal. Creo que todo se arreglar si usted vuelve a ver a los
tres y hace que le digan cmo enfocan el futuro. Puede pre
guntarle al padre, por ejemplo: "Su hija d ice a veces si quiere
un hermanito o una hermanita? Si es as, no lo tenga por el!a,
porque esta es la edad en que los nios piden tener un hermanito o una hermanita."
En este momento, la madre tiene tanto miedo de ir a trabajar y teme tanto el cambio, que ello implica que secretamente desee estar encinta. Pero es 1a hija la que vive su deseo. La madre tiene miedo de los encuentros, de la vida genital que jams ha vivido. El caso gira alrededor de esto. T al
vez usted los vuelva a ver, pero, antes, la nia debe plantear
bien su Edipo. Es decir saber que no tendr un hijo ni de pap
ni de mam.
En lo que concierne a la suspensin del tratamiento, creo
que es peligroso detenerlo por la sola demanda de la nia, sin
hablar de! asunto con los padres. Muy bien, ella quiere parar,
pero que sea de acuerdo con el padre o la madre y que usted
sepa por qu. No olvide que la nia est bajo la tutela de sus
padres y tiene necesidad de entrar en el Edipo. Por Jo tanto
la nia tiene que saber que usted est de acuerdo en suspender, porque sus padres lo estn . Y que no se imagine que eso
es solamente porque ella ha impuesto su voluntad.
18?.
acuerdo.
padre mismo. Ella quiere identificarse con lo que se imagina que usted es. Viendo a su madre de tal manera cambiada,
ella cree que usted es su padre. Tambin se ha identificado con
usted para que le devuelva su lugar de hija de su padre y de
su madre. Es la clase de nia que podra tener un apendicitis por un Edipo no dicho. A partir de los cinco, los siete aos,
en una nia, la frustracin de no tener un beb en su vientre
se transforma en dolor en el vientre para probar que se tiene.
Es la peristalsis bloqueada de manera genital, la imagen del
cuerpo anal bloqueada de manera genital o uretral, de ah las
cistitis de las nias: "La prueba de que tengo sexo, es que
el pip me duele." Todo el mundo sabe que el pip, para los
nios, es el sexo.
La patologa psicolgica de la crisis edpica, es realmente
la neurosis infantil. La neurosis del adulto es finalmente ~na
patologa prolongada de la culpabilidad pubertaria, la angustia de la castracin resucitada del Edipo.
En un nio, en cambio, esto despierta vivencias arcaicas anales y uretr~les, que se sitan en la crisis edpica, y de . la cual
el padre y la madre no han decidido hablar al hijo. No han
expresado que eran ellos, los grandes, los que vivan una vida
genital y que su hijo la vivir ms tarde.
Todos los amigos, las amigas, estn permitidos en amor electivo, pero no las personas de la familia.
Con cunta frecuencia los hermanitos y las hermanitas, procreados supuestamente a peticin del hijo amado, sirven a ste
de sustituto imaginario de un hijo incestuoso! Igualmente, las
falsas autonomas. Cuando, por ejemplo, los padres obedecen
al deseo impuesto por su hijo, autorizndole todo lo que pide.
Tales comportamientos de los padres evitan que el hijo
asuma un deseo por negociar con el deseo de los adultos responsables.
Dejar escapar el trabajo de la sublimacin de la castracin
edpica es en lo que consiste hacerse cargo de s mismo, en
la ley de la sumisin de la tutela de los adultos encargados de
183
su educacin. La sublimacin es de orden cultural y no del orden del comportamiento, motor en sociedad.
. En_este mom~nto, vemos cada vez ms nios que, sin adquirU: nmgn medio de intercambio con la sociedad que les per
mita ms adelante ganarse la vida, viven desde los ocho o
nuev_e aos co?1o en un hotel con sus padres. Sin ninguna exi
genc1a a cambio en cuanto a su promocin social y cultural.
A los catorce o quince aos son unos perdidos, pequeos
perversos, que segn las ocasiones se convierten en parsitos
de una persona de su mismo sexo o del otro, por impotencia
social, o bien en delincuentes pasivos o activos, segn los encuentros, en pandillas de su edad.
P.: A qu le llama delincuentes pasivos?
en la que hay cuatro nias y tres varones. Su madre es conserje y no se ocup de l durante los primeros dos aos de su
vida. Lo dejaba solo en un cuarto, sin ocuparse de l, a lo largo de la jornada, excepto para las comidas, pues s~ las iba a
dar. Es muy inteligente pero no habla. No pronuncia ms que
las vocales pero se muestra muy atrado por la escritura, por
la magia de la escritura. Cuando uno escribe su nombre en su
di bu jo, lo despedaza y se lo mete en Ja boca, en la nariz y en
las orejas. Pasa muchsimo tiempo en los baos y se mete el
dedo en el ano. En la calle, cuando oye ruido, se tapa los
odos. Tiene dos casas: la familiar y la nutricia.
Es un nio al que le gusta que le nombren su cuerpo: la
nariz, la boca, los ojos, etc. Se siente muy atrado por los catlogos, como el de La Redoute, y recorta minuciosamente lo que
Je interesa. Es muy observador. Cmo abordar este caso?
un parsito, a practicar el robo domstico, a inmiscuirse en delitos, a vivir de cualquier cosa, fuera de la ley en una sociedad en la que uno no se ha integrado por impotencia real,
por falta de conocimiento de las tecnologas del trabajo.
Esos casos son cada vez ms frecuentes, pues nuestra sociedad no da a los nios de esa edad los medios para trabajar.
Antes, un nio en rebelin contra las reglas de vida fami
liar, poda realmente asumirse a condicin de trabajar con los
dems. ']"Jo esta_b~ fuera de la ley al trabajar, si lo deseaba.
Se ha)i modificado esas leyes que suscitaban la explotacin
perversa de los nios por los patrones y los adultos. Pero los
pa~es no han comprendido que algunos de sus hijos, aunque
vidos de. ~utonoma. estaban obligados a permanecer bajo su
responsab1hdad y deban entonces trabajar para promocionarse
de manera cu~tural, en medio de sus camaradas. Y no dejarse
mantener pasivamente por paps-mams cautivados, irresponsables e infantilizantes.
P. : Voy a hablarle del caso de Ahmed, un pequeo argelino
184
Pero uno engulle las palabras slo con escribirlas, uno engulle las palabras con las orejas, el comportamiento de lenguaje de la madre, con los ojos, su olor, mezclado al de los alimentos y al de los excrementos! Eso es de lo que hablo, son
las palabras que uno recibe, que le dan el vivir al mismo tiem185
F.o.: Claro, puesto que los olores de caca son el "hacer", gra-
186
cias al cual hace regresar a su mam y que le permite comprobar que es flico, es decir actuante. Mientras que. ~uando
est vaco, es solamente un agujero de hamb~e. El nmo que
tiene el estmago vaco est al acecho, ni siquiera puede hacer
nada. Entonces, el nico lenguaje del que ha dispuesto Ahmed,
es tal vez producir mal olor para lograr que su madre venga.
Supongamos que Ahmed tiene hambre y que su madre no
llega. Est en un estado de pulsiones pasivas, al ~cecho d~. su
llegada. Cmo manifestar entonces su hambre? S1 la mamfi~s
ta de manera activa, emisiva, es decir con gritos, su madre viene enojada. Si produce excremento y logra que venga, su deseo
por su madre la hace una mam-caca. Pero qu angustia estar
obligado a vaciarse para tener la felicidad de recuperar su objeto de deseo; de ah, creo yo, la obturacin de sus agujeros,
que traduce a la vez su hambre y su angustia por satisfacerla.
Adems, un nio se dice que su madre es muy aficionada a
cargar caca, pues l no puede comprender otra tica que ~o
sea la suya. Si mam viene a tomar lo que l hace por abaJO,
y se lo lleva, es que se lo come a escondidas. Una de las razones
por las que piensa que la madre se come sus excrementos, es
que no le muestra lo que hace con ellos. Si se lo mostrara, l
comprendera que est en el mismo terreno prohibido que ella;
pero como no lo hace, al verla manipular sus excrementos no
puede comprender que estp no es ni un placer ni una forma de
madre, sino de jugar con ellos y comerlos.
La madre impaciente que cambia al nio sin decirle nada,
no lo reconoce en su "hacer". Por el contrario, si le habla con
una voz modulada, el discurso puede continuar sobre la caca
o sobre otra cosa, aun cuando la caca ya no est ah. Todo lo
que se pone en lenguaje, a propsito de lo que hace el nio
muscularmente -y que no consiste solamente en expulsar del
interior hacia el exterior-, de lo que ve, de lo que piensa, de
lo que tira, jala, desgarra, y que modifica su entorno, etc., son
palabras que mejoran ese espacio que es el suyo. Su madre,
partcipe de lo que ha observado, debe darle las palabras que
hagan que l lo recuerde: esto se vuelve interesante puesto que
mam se interesa en ello.
De esta manera el nio asimila poco a poco elementos de
lenguaje motores, elementos de lenguaje vocales, elementos de
187
Para tener xito con la terapia de Ahmed, es imperativo devolverlo progresivamente al nivel de su nacimiento.
Si usted acta como educador, su actitud debe ser diferente.
Consistir en hacerlo que establezca una relacin con lo que
pueda, por los olores o por los decires. Al mismo tiempo, como
es inteligente, es necesario hablarle. Hay que hablarles a todos los nios psicticos como se le hablara a un nio dos
o tres aos mayor. Comente su comportamiento diciendo, por
ejemplo: "S muy bien que no quieres tener un comportamiento de grande porque tienes al pequeo que se ha quedado amarrado a ti, y ese pequeo impide que llegue el grande. Pero,
trata de llamarlo, como tus conpaeritos. Todos los nios que
estn aqu ms o menos han conservado al pequeo amarrado
a ellos ... "
De esta manera usted puede lograr que se estimulen unos
a otros. Es algo que no se aprovecha niucho en los lugares donde los nios estn juntos. En las escuelas de antes, con clases
nicas, era muy frecuente que un nio de un curso superior
ayudara a otro de uno inferior, lo que es una manera de
fijar ms su propio saber tratando de transmitirlo a un espritu ms joven.
Hoy en da, perjudica mucho que debido a la cantidad de nios se tengan clases de nivel homogneo.
Lo que hace la riqueza de una familia numerosa es justamente que hay nios con intereses completamente diversos, y
que los que no tienen intereses activos, por lo menos tienen
un inters pasivo. El estado de alerta de unos por otros es enorme, porque estn en diferentes niveles. Los mayores se dejan
ir para regresar e identificarse con los pequeos, y los pequeos se promocionan por identificacin con los grandes.
En lo que concierne a Ahmed, es importante que usted se
refiera mucho a su padre y tal vez que lo haga que recorte de
tarjetas postales figuras de hombres y mujeres que representen
a todas las personas de su familia, a las que har que les ponga nombres.
Por supuesto, hgalo que se site l tambin, para que
nunca olvide, en ese IMP, queforma parte de esa familia que lo
ha estructurado con las dificultades que le son propias.
Si Ahmed, en ese papel, quiere tachar a su padre, quiere
190
tachar aqu o all, si se quita a s mismo, al da siguiente recorte de nuevo una silueta para conservar siempre la silueta
de l en medio de su padre y de su madre de nacimiento, con
sus nombres y apellidos. Recorte personajes de La Redoute
-puesto que a l le gustan, como a todos los nios que han
tenido no pocas relaciones que los han d ej ado a oscuras- porque eso desfila a su alrededor.
Un da tal vez pondr una cacerola en lagar de su mam.
Por qu no?, puesto que Ahmed ha tenido una madre mucho ms cacerola que otra cosa. Muchos nios con frecuencia tienen madres cacerolas, porque imaginan cuando oyen
sonidos de cacerola que es su madre comedora de caca que se
est hartando. Tantos nios toman el bibern por caca!
En efecto, para ellos su madre se va despus que han vaciado
su bibern. Va a llenarlo de caca para agasajarse. . . As es
como un nio imagina el placer que su madre tiene cuando
ei;t contenta por haberlo envuelto en sus paales. Es decir
cuando ya termin con l y se va a hacer otra cosa. El beb
se imagina que es el centro de la vida de su madre porque
ella es el centro de su vida.
Entonces, insisto, para que usted se acostumbre a ese mecanismo de pensamiento que le permita comprender bien a un
nio ponindose en su lugar, es necesario pensar de manera
potica, sen tir, con ese imaginario, el modo de pensamiento
infantil. H aga el trabajo usted solo imaginndose muy pequeito en una cuna diciendo: "Mam, tengo hambre, comer!"
As comprobar que nios en una situacin diferente tienen
al principio una visin del mundo completamente distinta.
Como todos construimos nuestra visin del mundo de acuerdo
con lo pasado, vea lo que eso puede provocar en un nio que
no tiene ms que un agujero de ausencia -el hambre dolorosa
o la caca que le arranca la piel de las nalgas- en lugar de una
relacin con su madre.
Cuando el esquema corporal y el sistema nervioso de un .nio
se desarrollan, ste tiene necesidad de coger cosas. Coge lo
que est a su disposicin. Si no hay paales, hay excremento e
igualmente las partes de su cuerpo que puede alcanzar, es
decir sus pies, su sexo, sus orejas o sus cabellos. Pero los excrementos tienen algo muy particular, tienen un olor que hace
191
192
16
LOS MECANISMOS DE
N UNCA SE ENFERMAN
os. Un enclave completamente inconsciente permanece identificado con un animal y tal identificacin puede resurgir en
un estado de angustia. Proviene de la no aceptacin de su sexo,
por tica superyica, sobre todo en la poca anal o uretral. De
hecho, la manera de pensar del sujeto ha sido bloqueada por
una tica oral, anal o uretral, aun antes de la aparicin de
las pulsiones genitales. Una vez incitado el sujeto a vivir y
a intercambiar con los dems, por medio de pulsiones genitales, funciona de hecho con los medios de lenguaje de los perodos precedentes, y no puede por lo tanto vivir plenamente
su genitalidad. El todo de la libido no ha entrado en el Edipo
y por lo tanto no ha experimentado la castracin de la genitalidad, seguida de la represin humanizante de esas pulsiones.
Esta represin tiene un efecto de simbolizacin para el sujeto
castrado, con relacin al incesto y solamente al incesto. Esta
identificacin inconsciente con un animal domstico, cuando
es con dominan te afectivo, es la fuente de la presencia necesaria de un animal domstico cerca del sujeto, una presencia auxiliar para su narcisismo.
Cuando inconscientemente un sujeto se identifica con un animal salvaje, parece que esto p roviene de una poca anterior
a la edad uretro-vaginal. Es como si permanecieran todava, a
flor de piel, ciertas pulsiones de revuelta del sujeto dirigidas
[193]
contra la incomprensin de los adultos ante esas angustias infantiles de la edad oral.
En muchos anlisis, los pacientes tienen sueos en los que
son perseguidos por animales salvajes hostiles. Las asociaciones
hechas con estos sueos revelan en ellos esa especie de recuerdos interrelacionales con adultos cuyo comportamiento sigui
siendo incomprensible para ellos.
Se podra decir que en esos sueos se trata de pulsiones genitales hetero u homosexuales, pero no edfpicas, puesto que
son duales y no estn ligadas a una rivalidad triangular. Se
trata pues de la etapa anal uretro-vaginal. Igual que las fobias contra animales son identificaciones negadas con un animal.
El anlisis de tales fobias aporta siempre la prueba de que el
animal que la causa es, por una razn enclavada en la historia
del sujeto, el apoyo nardsico de una identificacin que hubiera
permitido al sujetb superar el Edipo en el que algo de su
libido se haba bloqueado.
Las fobias resultan siempre de experiencias que han roto la
relacin de continuidad del sujeto con su padre o su madre. El
objeto fbico .representa !o que deseara ser el sujeto en su
individuacin, para que su relacin de continuidad con el padre en cuestin no fuera interrumpida.
El objeto fbico es pues un representante del sujeto que
puede vivir gracias a esa estratagema, un deseo incestuoso
hetero u homosexual. Pero al forjarse esa identidad imaginaria,
es decir al identificarse con el objeto fbico, el sujeto escapa a
todo lo prohibido, y se convierte en un sujeto no humano
que tiene la necesidad ertica de un objeto ~o relevante del
deseo, es decir de la palabra.
Su deseo se cumple por lo tanto al aniquilar en s el sujeto
de !a palabra.
La fobia pone al sujeto en peligro, debido a los afectos pregenitales que siguen estando en actividad. Esos afectos estn,
en realidad, en relacin con una zon.a ergena de necesidad y
dividen el objeto del deseo. La madre, por ejemplo, fondo proveedor de necesidades, es el objeto parcial de su hijo canbal,
pero al mismo tiempo objeto de deseo del sujeto en la palabra.
En ese nivel es donde un nio fbico est totalmente blo194
195
padre. Todos esos vellos le intrigaban globalmente, pero rechazaba su inters porque nunca se le haba hablado de la dife-
rencia entre los vellos y los cabellos. A este nio le repugnaba
tocar la piel (de los abrigos, de los animales), pero les arrancaba
los cabellos a los otros nios.
Este comportamiento agresivo desapareci unos das despus
de que sus padres le explicaron esa diferencia y le dijeron que
l tambin sera despus, como su padre, velludo en las axilas
y en el sexo.
No habra que analizar las alergias como fenmenos fbicos,
como percepciones agradables o desagradables sin palabras dad as a tiempo, y que por lo tanto permanecen sin representacin y sin humanizacin?
Las pulsiones pticas, sin cruzarse con las palabras de un
tercero, pueden ser generadoras de fobias.
Un su jeto, en efecto, se atormenta si no dispone ms que de
la vista para aprehender algo. Privado de las dems sensaciones y de las palabras de un tercero al respecto, no puede entonces imagirfar ese algo sino de manera aterradora.
P.: Experimento siempre una desazn en mis curas d e psicticos. De qu viene eso?
197
ramos que nos alivie haciendo callar a ese loco cuerpo, mediante un pedacito de "ello", un medicamento.
Cuando se le dice a un enfermo que vaya a psicoterapia, se
provoca una terrible resistencia: "Pero, doctor, no estoy loco,
realmente estoy enfermo!"
"Yo" no est loco, pero "m" tiene un cdigo perturbado que
embrolla el acuerdo entre "yo" y "m". Es ah donde "ello",
el cuerpo, es ajeno a "m", al que "yo" quiere identificarse. En
efecto, el medicamento -es decir, me acuerdo-, un pedacito de
"ello", puede momentneamente calmar el hiato entre "ello"
que falta, y "m", reconciliando "m" y "yo" por medio de un
buen doctor, sustituto de pap y mam protectores.
Y he ah a "yo" que se pone a creer en el lenguaje de la
medicina,' y se somete cada vez ms al poder mdico al mismo
tiempo que se aparta de l, porque hay que salvar a "yo" de
la identificacin con "m-ello". Entonces es el momento en que
el doctor remite al paciente con el psicoanalista.
A propsito de la identificacin con animales, estaba pensando en un rasgo particular comn entre los nios autistas y
los animales mamferos. Cuando un animal se hiere un miembro
o una parte del cuerpo, nunca se la mira. Los autistas hacen
lo mismo, mientras que un ser humano normal observa la par
te herida de su cuerpo y pregunta con la mirada al rostro del
otro, si hay alguien cerca de l.
Pienso que es el lugar del rostro en nuestro cuerpo lo que nos
permite mirarnos. Para el nio, el rostro de sus padres que Jo
miran con amor, es el espejo de su cuerpo en orden. Dolerle el
rostro de sus padres puede implicar en un nio entrar en la
' esquizofrenia. El rostro de una madre depresiva es sin duda
el principal elemento -acompaado de inflexiones de voz violentas o quejumbrosas salidas de ese rostro- para la entrada
del nio en lo que se convertir en mutismo y ms tarde en
esquizofrenia, es decir una prdida de contacto y de intercambio con todos los humanos, incluyndose a sf mismo como
ser humano.
Recuerdo la primera sesin con un nio de doce aos, sin
escolaridad, sin problemas agresivos de carcter, que presentaba un aspecto extraviado y no miraba a nadie.
Le pregunt de qu padeca o dnde le dola. Como no res198
ponda, me puse a recorrer su cuerpo y sus rganos de la cabeza a los pies, preguntndole si le . dola. P~ro no contestaba
y-seguta-<:on el mismo aspecto. perdi~o, volviendo la cabeza a
derecha e izquierda, con los OJOS hacia el techo, los brazos separados del cuerpo, as como las piernas.. ,
. .:
Ante esa no respuesta, me aventur: "Qmza te du.ele alguie~?
Inmediatamente, el nio junt los brazos y las piernas, se '.nclin para mirarme a los ojos y m~ dijo ~?n tono de conviccin: "Oh! si, seora, me duele mi padre.
Consult con l, cmo, por qu y desde cundo le dola su
padre. Le propuse/un pago simblico para cada una de las sesiones en el curso de la cual vendra a estudiar el problema
conmigo: "Oh! s, me gustara mucho'', me dijo. Lo que rubric su entrada a la psicoterapia.
P.: Cmo le vino esa idea?
F.o.: La apariencia de ese nio expres~ba cun desapacible-
mente estaba en el espacio, evitando mirar algo, sentarse, caminar y tocar algo. Pero adems, pareda e~tar mal dentro de
su cuerpo, no caber en su pellejo como dicen. De todas maneras, cuando un nio es conducido por un adu~to tut~lar
para hablar con esa persona extraa que es un psico~n~hsta,
se necesita que realmente sufra. Pero ~~ qu sufnmiento?
La dificultad estaba ah, puesto que ese mno estaba com~let~
mente impasible, casi mudo en familia y en las_ diferentes mstituciones en las que acababa de pasar cuatro anos.
Me lo enviaba 1a psicloga del lugar que lo haba recibido
regularmente en psicoterapia dos veces po: se~ana durante
tres aos, y con la que no se haba establecido mn~-~.m~ transferencia. Sin duda no haba comprendido que el mno iba ah
po{que ella lo quera as. Ms adelante, en el transcurso de una
sesin en la que le recordaba yo el tiempo pasado con esa
seora, me dijo: "No, yo nunca estuve en psicoterapia, sa era
una seora a la que le gustaba jugar con los nios, pero a m
no me gustaba."
.
Antes de su tratamiento, tampoco haba temdo nunca una
gripe ni ninguna enfermedad infantil, tal como sucede c~n
los nios autistas. Poco despus de su inicio en la psicoterapia,
199
contrajo una rinofaringitis, primer tributo pagado por la adaptacin a la sociedad de los humanos. Por otra parte, el padre,
a quien yo haba hablado de su hijo, no pudo decirme nada
ms que: "Es un marciano!"
En efecto, no se senta de nuestra especie. Es lo que nos
hace creer que esos seres no estn dentro del lenguaje. Lo
estn, pero al lenguaje que se les hab!a no corresponde a lo
que ellos tendran que decir. Lo que tendran que decir, lo
significan por su comportamiento y su habitus.
Los nios esquizofrnicos a los que se califica de marcianos,
no estn ni en nuestro tiempo ni en nuestro espacio. Son sujetos desarticulados de su "m", el que no est construido en
su relacin con los adultos. Son "yos", representados por un
"ello" corporal sin intercambios, que se defienden de los otros
humanos ignorndolos: Siempre hay sufrimiento, aunque a veces negado, tal vez porque el sufrimiento de los padres es tal
que el nio evita mirarse en sus rostros dolientes.
A los padres de los esquizofrnicos tambin les duele su hijo
y ese dolor lo dicen proyectando en l su incomprensin. Extraos al contacto de ese hijo, esos padres se sienten contagiados de extraeza y, a su vez, si se comunicaran con l, perderan
su frgil equilibrio. Frente a l, su maternidad es enfermedad
y su paternidad, dolor.
Lo que tambin es muy curioso es el sentido extremadamente desarrollado del espacio en los nios autistas, como en los
animales. Un nio autista no tropieza ms que muy raramente
con un obstculo -contrariamente a los nios de su edad- aunque parece que no ve nada a su alrededor.
P.: Atend a un nio salido del autismo que me explic que
ahora contraa todas las enfermedades porque antes su cuerpo
era de acero, y me mostr alambre de acero.
F.o.: Acero me hace pensar en la palabra "hacer", que mu-
chas madres utilizan cuando sus hijos estn enfermos. Sus hijos "tienen" ("hacen" en francs} amigdalitis: "Tiene [me ha
hecho] una gripe, tiene [me ha hecho] rubola", dicen. La utilizacin de la palabra "hacer" connota tambin la caca. Los
nios autistas estn en una situacin tal como su madre, que
200
justamente no le "hacen" nada. Y no tienen enfermedades. Cuando va no son autistas, tienen enfermedades, tal vez porque ya
no ~ienen cuerpo de acero. Quiz hay algo por comprender ah,
en esa alternativa, pero ya no s que ms decirles.
P.: Usted haba comenzado a desarrollar un da la significacin
simblica de las amgdalas.
F.o.: S, pero el hecho de tener amigdalitis repetidamente es
201
17
CMO SE CONSTITUYE EL DOBLE, ESE OTRO EN NOSOTROS MISMOS LA FORMACIN DE LOS DIFERENTES PRE-SUPERY -
LA FORMA
LA ENTRADA EN EL EDIPO -
FRA
El doble es ese otro en nosotros mismos que se nos parece como un hermano. Ese espejo de seguridad interior gracias
a_l cual tenemos la certeza de ser el mismo en el espacio y en el
t1em!' Cuando esa seguridad nos falla, estamos obligados a
~up~1~la en ese espejo convirtindonos en el objeto parcial de
md1v1duos reales. Es decir de dar a ciertas personas -amigos,
padres, etc.- el papel de espejo de nosotros mismos.
. Ese ~oble se construye desde la ms tierna infancia segn una
d1alct1ca del otro, en general la madre, en cuyos ojos el nio
se contempla como en conformidad con lo que ella espera de l.
En efecto, el ni'o comienza a desear viendo el rostro de su
madre. Para el nio, el doble es el "m-t".
El rostro de l es, ante todo, el rostro de ella.
El doble se c~nstruye gracias- a la situacin triangular que
generalmente existe entre la madre aparejada con el padre
y s~ hij~'. Tal situacin permite al beb pensarse, puesto que
al identificarse con su madre,1 puede referirse a otra persona.
Es todava mejor para l si su madre lo introduce en sus conversaciones con los que la rodean. La situacin triangular es
F.D;:
Las .mad~e~ que r~~n o aban donan a sus hijos son las que no
pueden 1dent1f1carse positivamente en sus relaciones con sus propios pa
~res cua?do . eran n ifias. Ocuparse d e un nifio supone, en efecto, una
mtroyeccin inconsciente de buenas relaciones tutelares.
1
[202)
203
204
2 y atrapado en el acto, niega sin mentir. "No (ui yo. -No, no fuiste
t, (ueron tus manos. -SI, porque 'yo' no querla." (No yo, sino ello
quera.)
205
Igual que el nio que sublima bien las pulsiones anales des~us del destete est en el placer del actuar utilitario y ldico:
tiene manos para hacer.
H abla con todo lo que Jo rodea y sostiene Ja vida imaginaria
en ausencia de un interJocultor, por su actuar en el espacio con
B En el lenguaje: bajar los ojos, enrojecer, ocultar
la boc~: tener vergenza de si, de lo que el deseo
contr~rio, cabeza alta, correr el riesgo de su deseo:
la mirada resuelta.
4
A partir del momento en que el nifio dice "yo"
hablar de prey.
206
el rostro u ocultar
hara decir. Por el
ser atrevido, tener
es cuando se puede
207
Le p arece entonces contradictorio imaginar el deseo de relaciones genitales en los lugares risibles o menospreciados: "Es
desagradable hacer eso ah! ", se dice.
Son la estima y el amor por los padres los que estn en juego en el conocimiento por el nio de su vida genital.
Por eso es que los p adres que recuerdan poco o n ada de su
propia repugnancia de nios imaginndose el coito, tratan de
retardar en sus hijos el descubr imiento de la genitalidad que no
sea funcional, con fines de procreacin: es decir su deseo y su
placer de hacer el amor.
En efecto, temen no ser ya respetados por sus hijos. Lo que
prueba que los padres se proyectan en su progenitura, la que
personifica una p ar te de su n arcisismo el cual tienen miedo de
perder.
P.: En la edad del valor de las formas cmo se maneja la
diferene:ia de los sexos, segn si se es varn o nia?
varn, en la edad de la que usted h abla, una forma visiblemente localizada en un lugar que cada quien siente como un
lugar de deseo y para el que el nio tiene un objeto p arcial -el
pene- que significa la presencia y la vitalidad de ese deseo.
Una nia no tiene nada que permita visualizar una forma
aparente en el lugar de su deseo. Ella se pregunta por q u el
nio posee un grifo-pip tan hermoso y ella no. Si el adulto no
responde a esas pregunias concernientes al rgano masculino
vislumbrado, o incluso a su reivindicacin del deseo de ser
varn, la nia se da una explicacin: o no lo ha merecido, o
es caca hablar de ello.
Por qu caca? Porque, durante la defecacin, el placer anal
sentido, placer flico transitorio, le ha dejado en la memoria la huella de haber sido p rolongado por una pequea cola
desaparecida demasiado rpidamente, y reproducir ese p lacer,
perpetuar esa sensacin se volvera prohibido. Por eso es que
el entendimiento de su sexuacin y de su integridad corporal total a imagen de todas las nias y de todas las mujeres
del mundo, debe entregrselo el adulto tutelar.
Es necesario que ella comprenda que no es un lugar de ex-
208
dicho?
F.o.: Cuando un nmo ha renunciado por el destete a la relacin de boca a seno con su madre, luego a que carguen su cuerpo y a la relacin de su cuerpo con las manos de su madre por
el caminar y la limpieza esfinteriana, en ese momento, l desea identificarse con el padre del mismo sexo y tener las satisfacciones erticas de la pareja paterna.
Ver y or lo que sucede en la recmara conyugal adquiere mucha importancia. Todos los sentidos del nio estn alertas para
aprehender la menor ocasin, muy satisfactoria para l, de
inmiscuirse en la vida de la pareja paterna. Este nerviosismo
debido a las pulsiones edpicas. traduce la exacerbacin de
pulsiones homosexuales rivales y heterosexuales amorosas.
Este conflicto de pulsiones es especficamente edfpico; es el
perodo de las pequeas frases, como las siguientes, tanto en los
nios como en las nias: "Detesto a pap, es demasiado amable. Quiero a mam ... " O incluso: "No importa lo que pase,
quiero ir a la crcel con ella, estoy dispuesto a hacer lo prohibido por ella." O las nias: "Un da mi pap me permitir
todo lo prohibido. Pero no podr esperar, es demasiado difcil."
Esas tensiones contradictorias de las pulsiones del nifio comprometido en el Edipo provocan siempre problemas funcionales o caracteriales.
La paz necesaria para un crecimiento sano, tanto mental
como psicosocial, necesita el renunciamiento a las pulsiones
genitales dirigidas hacia los cuerpos atractivos o repulsivos
de los padres o de los miembros de la fratra.
El supery genital es la integracin de lo prohibido del
incesto. El supery genital no es ya una zona ergena y se desprende del cuerpo del nio que se pone a considerar a los que
209
. El anuncio de un nio por venir parece vivirse como el anuncio de u~a enfermedad. Voy a darles un ejemplo concreto. En
la actualidad, cuando un nio se anuncia de una manera imp revista en una pareja de amantes, el hombre - ms frecuentemente que la mujer- reacciona a ese acontecimiento con una
angustia superyica anal que se traduce en el deseo de matar al feto como si ste desvalorizara sus coitos de amor con
esa mujer.
Esta reaccin es nueva y de acuerdo con la evolucin de
las mentalidades.
Por supuesto que, tal como antes, Ja futura llegada de un
212
213
anal, era como un pedo maloliente que la amenazaba. Los ngel~s. de la guarda son muy pedorros. Tambin pueden ser dehc1osamente perfumados. Son alientos dulces o apestosos, todo
depende de cmo se site nuestro sentimiento de culpabilidad
con re!acin a esas cuestiones de olores. En el folklore universal, los nge!es de la guarda son orejas a la escucha de Dios
y yo pienso que esto afecta al problema del doble. Siguiendo
la naturaleza del inicio de la relacin del nio con su madre,
el doble se elabora en un narcisismo basal tranquilizador o,
por el contrario, inquietante. Insisto en que ese doble inconsciente se constituye con relacin a un espejo de intenciones que
no es e! espejo de los comportamientos aparentes. En los indi
viduos en que es inquietante, hay bsqueda de ese otro -el
doble- obligatoriamente exterior. Es eso lo que hace tan frgiles a esos personajes.
en el otro gemelo?
mer hijo muere joven el que le sigue tendr como doble al espectro del primero?
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muerto se llamaba tambin Vincent. Todos los domingos llevaban al futuro pintor a la tumba de su hermano, donde
poda leer: "Aqu est enterrado Vincent Van Gogh."
o o
216
(b)
(e)
217
218
mente, si es un hombre. A falta de lo cual, esos seres permanecen ambiguos en su pertenencia a un sexo.
P.: Atiendo a una pequeita que no habla ms que en voz
Para ese nio, el uso de una mscara externa que supuestamente lo transformaba en otro, le permita hablar sin tartamudear, pero cuando volva a hablar en su nombre, ta.r tamudeaba de nuevo. Parece que no poda responder de s mismo en
su sexo al nivel de su falismo oral y que en ese nivel tena
necesidad de protegerse detrs de una falsa identidad para poder dominar la columna de aire de su expresin flica de varn.
P.: Lo que usted dice de la mscara me trae a la memoria lo
que Freud escribi en su artculo sobre "La inquietante extraeza", a propsito del regreso del doble nardsico mortfero.
resultado de una dialctica con ellos. Los nios que han tenido
padres muy agresivos y destructores dentro de ciertos lmites
son los que se han forjado la imagen ms slida.
Es muy sorprendente y difcil de comprender para nosotros,
pues, so pretexto de principios educativos de aquiescencia constante a lo que hace el nio, los hacemos enormemente frgiles.
Esto les impide estructurar un doble que cuente con su propia
estima, no importa lo que diga el vecino.
P.: Cmo se puede constituir una imagen slida si los padres
son agresivos?
tienen un deseo agresivo. De hecho, se necesitan imgenes ambivalentes, es decir que los padres sean agresivos pero amantes,
para que esto ms o menos d un hijo saludable.
P.: El doble inconsciente del que usted habla es interior. "La
inquietante extraeza" de Freud surge cuando ese doble se
percibe en el exterior. Freud pone este ejemplo: Ve a un hombre en un espejo y se dice: "Eh, .quin es ese viejo bonachn?"
De pronto se da cuenta de que es l. Encontr a su doble en
el exterior, en lugar de que sea dominado en el interior e instalado bien calientito.
220
P.
F.o.: ... solamente con el agua del estanque, sin otras personas
221
222
cordarse con los de la persona que se ocupa de l y a convertirse en un lenguaje codificado entre ellos dos. Esto es el pre
supery. Si la persona que cuida del nio, la madre en general,
lo desritma descomponiendo su reloj vegetativo de base, es
decir imponindole sus propios ritmos, el nio tendr entonces
problemas graves: insomnio, anorexia o psicosis.
En cambio, si los ritmos del nio son tolerados, al mismo
tiempo que tiene el sentimiento de ser reconocido como que
hace vivir a la persona que se ocupa de l, entonces puede
elaborarse algo que caracterice al otro que el nio va a interiorizar y que no ser superyico, sino yico.
Eso es, por ejemplo, el lambdacismo del beb que imita los
fonemas de la lengua materna, mientras que progresivamente
el pre-supery acta sobre los msculos fnicos para anular de
entre todos los fonemas pronunciables por la faringe los que
no tienen sentido para la madre.
El nio va a esforzarse por hacer presente la fonemtica de
la persona tutelar y acostumbrarse a sus frecuencias auditivas.
Este trabajo del nio le har poco a poco imposibles los acentos, los fonemas y las frecuencias de las otras lenguas.
El pre-supery desempea un papel muy importante al ser
un instrumento que fa~ilita el deseo del nio de convertirse en
el otro.
P.: Qu pas con el papel del objeto transicional en la elabo-
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que hace una tontera y repite mientras lo face: "No hay que
tocar, no, pcalo (pcaro)." Pero de todas nnaneras lo hace. El
pre-supery entra en juego. Est presente e!n las palabras del
nio, cuando ste habla utilizando las pala.1bras de su madre.
Pero con suficiente flexibilidad como para no impedir a este
nio que llegue al final de un acto de detseo completamente
promocionante: vaciar a su mam-armario dce todos los objetos,
para ser el nico amo de lo que contiene el vientre de su
madre, a saber: l mismo.
El deseo es ms fuerte que los decires que prohben, aunque
esos decires formen parte de Ja integracim de la palabra y
de la integracin social.
P.: Ha interiorizado ya un buen doble ese mio?
F.o.: Seguramente.
P. (hombre): Ser por esa razn que el dolble no vara ya segn las fluctuaciones de lo imaginario, despus?
F.o.: Pienso que la constitucin del doble est en relacin directa con la simbolizacin inconsciente de la placenta, esa
hermana o hermano gemelo, abandonada por cada uno al nacer.
Por otra parte, en un anlisis, cuando la fantasa de la .
escena primaria no ha sido revivida con ese estado depresivo
que se llama pasar por las pulsiones de mueirte, la cura no est
terminada. Cuando est revivida, se puede entonces decir que
el paciente ha ido hasta el extremo y que ha perdido su placenta, porque el doble se ha constituido al contacto de la transferencia, por la palabra.
En ciertas tribus africanas, el brujo toina la placenta de
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siglo
veintiuno
) ) ( ( ) editore s
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