Imbriano, A. La Función Del Neologismo-Psicosis
Imbriano, A. La Función Del Neologismo-Psicosis
Imbriano, A. La Función Del Neologismo-Psicosis
INVESTIGACIN
COLABORADORES:
DR. NSTOR YELLATI
LIC. SILVIA NUEZ
2000-2001
INDICE
INFORMES DE GESTION
INTRODUCCIN
I.
ANTECEDENTES
II.
UN HALLAZGO
V.
INFORMACIN SOBRE EL PROYECTO
V.1. Identificacin del proyecto
V.2. Plan de investigacin
V.2.1. Fundamentos
V.2.2. Objetivos
V.2.3. Resultado esperado
V.3. Estado actual del conocimiento
V.4. Presentacin de la problemtica a investigar
V.5. Metodologa
V.6. Conexin del proyecto con otros grupos de investigacin
V.7. Detalle de etapas y actividades
V.8 Principales antecedentes de investigacin de la directora
CAPITULO I
EL NEOLOGISMO
El neologismo desde la lingstica
El neologismo desde la psiquiatra discursiva
El neologismo desde la psiquiatra y la psicopatologia
El neologismo desde la perspectiva de S. Freud y J. Lacan
El neologismo desde la perspectiva de la escuela inglesa de psicoanlisis
El neologismos desde la perspectiva de la escuela francesa de psicoanlisis
CAPITULO II
RELEVAMIENTO DE INFORMACION EN LAS AREAS DE
PSICOPATOLOGIA Y EL PSICOANALISIS
Alucinacin y delirio en la esquizofrenia. Referencias psicopatolgicas. Anlisis
y elavoracin
Alucinacin y delirio en la esquizofrenia. Referencias psicoanalitcas en la teora
de S. Freud. Anlisis y elaboracin
Alucinacin y delirio en la esquizofrenia. Referencias psicoanalticas en la teora
de J. Lacan. Anlisis y elaboracin
Alucinacin y delirio en la esquizofrenia. Referencias psicoanalticas en autores
postlacanianos. Analisis y elaboracin.
El objeto de la psicosis
LA
CAPITULO III
SOBRE EL TRABAJO CON LA POBLACIN TESTIGO
I. A MODO DE EPGRAFE
II. SOBRE EL TRABAJO CON LA POBLACIN TESTIGO
III. SOBRE EL NEOLOGISMO
CONCLUSIONES
Las palabras en lugar de las cosas
El. Neologismo: acondicionamiento de la posicin esquizofrnica
Neologismo: morfologa de los constituyentes
Conclusin
BIBLIOGRAFIA GENERAL
INFORMES DE GESTIN
ETAPA 1
EL NEOLOGISMO
Durante los tres primeros meses del curso del desarrollo de esta Investigacin se han desarrollado las
siguientes actividades que a continuacin especificamos:
Reuniones semanales del Equipo de Investigacin. Las mismas se organizan con el propsito de :
1.
2.
3.
4.
5.
Intercambiar diferencias respecto de las diversas disciplinas desde donde se ha abordado el objeto de
estudio
Bsqueda intensiva de Referencias Bibliogrficas, abordando el objeto de estudio desde las
siguientes disciplinas:
EN LAS AREAS DE
PSICOPATOLOGIA Y PSICOANALISIS
Hemos dado cumplimiento al plan de tareas de la Etapa 2 realizando segn lo expresado en el proyecto
las siguientes actividades:
1.
2.
3.
Entrevistas con referentes calificados: Jean-Claude Maleval, Francoise Sauvagnat, Roland Broca,
Jean Guir.
4.
5.
II.
III.
IV.
V.
El equipo de investigacin est dirigido por la Dra. Amelia Hayde Imbriano, participando como
colaboradores la Lic. Silvia Nuez, y el Dr. Nstor Yellati, conjuntamente con un grupo de auxiliares de
investigacin: Dra. Cristina Liendo Lugilde, Lic. Gustavo Gonzlez, Lic. Ana Gandini, Lic. Carlos Da
Costa Oliveira, Lic. Carlos Fuentes, Lic. Adriana Mariam, Srta. Viviana Vives, Srta. Dolores Lans,
Srta. Marina Rodriguez, Srta. Valeria Schwalb y Prof. Ana Julio Nuez Vexina (traductora de ingls).
Durante la segunda etapa del curso del desarrollo es esta investigacin, se han llevado a cabo las
siguientes actividades que a continuacin especificamos:
I.- Reuniones semanales del Equipo de Investigacin. Las mismas se organizan con el propsito de:
1. - Revisar el material obtenido
2. - Debatir el estado de avance de la investigacin
3. - Supervisar las conclusiones a las que se han arribado
4. - Proponer nuevas bsquedas bibliogrficas
5. - Intercambiar diferencias respecto de las diversas disciplinas desde donde se ha abordado el objeto de
estudio
II.- Bsqueda intensiva de referencias bibliogrficas, abordando el objeto de estudios desde la
psicopatologa general y especial, la psiquiatra clnica general y especial, y, el psicoanlisis,
principalmente desde las teoras de S. Freud, J. Lacan y autores post-lacanianos.
III.- Compartir el material hallado y debatirlo en equipo.
Hemos dado cumplimiento al plan de tareas de la Etapa 2 realizando segn lo expresado en el proyecto
las siguientes actividades:
Bsqueda bibliogrfica en medios acadmicos: banco bibliogrfico de instituciones nacionales e
internacionales, correspondientes a las distintas corrientes en psicopatologa y psicoanlisis.
Contactos con instituciones especializadas: comisiones de investigacin del Hospital Borda, Prmontr,
Centre Jacques Lacan, Univ. Rennes II.
Entrevistas con referentes calificados: Jean-Claude Maleval, Francoise Sauvagnat, Roland Broca, Jean
Guir, Jean-Michel Vappereau.
Conformacin de una base de datos.
Ordenamiento y elaboracin de la informacin obtenida.
Anlisis del material clnico segn poblacin testigo.
El equipo de investigacin est dirigido por la Dra. Amelia Hayde Imbriano, participando como
colaboradores la Lic. Silvia Nuez, y el Dr. Nstor Yellati.
Durante la tercer etapa del curso del desarrollo es esta investigacin, se han llevado a cabo las siguientes
actividades que a continuacin especificamos:
I.- Reuniones semanales del Equipo de Investigacin. Las mismas se organizan con el propsito de:
1. - Revisar el material obtenido
2. - Debatir el estado de avance de la investigacin
3. - Supervisar las conclusiones a las que se han arribado
4. - Proponer nuevas bsquedas bibliogrficas
5. - Intercambiar diferencias respecto de las diversas disciplinas desde donde se ha abordado el objeto de
estudio
6.- Anlisis del material clnico, debate sobre el mismo.
7.- Supervisin del Material clnico con profesionales de mayor experiencia en el tema.
8.- Compartir el material hallado y debatirlo en equipo.
ETAPA 4. CONCLUSIONES
10
11
Etapa 1
Durante los tres primeros meses del curso de desarrollo de esta investigacin, a modo personal he
realizado las siguientes actividades:
Coordinacin del equipo de investigacin, a travs de reuniones semanales de estudio y debate de los
temas que se presentan en el informe de estado de avance.
Recopilacin de datos y primer anlisis, sobre la produccin clnica de la poblacin testigo.
Correlacin de ndices estadsticos.
Configuracin de un protocolo posible de anlisis de la composicin de neologismos.
Formalizacin de un caso clnico respecto a la produccin del neologismo.
Entrevistas con profesionales especializados en el tema:
Prof. Dr. Francois Sauvagnat (Maitresse de tessis de la Universit de Rennes. Francia): habiendo
supervisado la investigacin precedente y teniendo conocimiento del material clnico de la
poblacin testigo, el Prof. Sauvagnat propuso pautas para configurar un protocolo de
composicin de los neologismos correlacionando el neologismo utilizado, la alusin del mismo,
la alusin del significante rechazado, el contenido de las alucinaciones verbales (auditivas para
la clasificacin clsica), el punto de desencadenamiento, la produccin delirante y el modo en
que se utiliza el neologismo. En el informe de avance se presenta el resultado del trabajo con el
Prof. Sauvagnat.
Prof. Dr. Roland Broca (Directeur Centre Jacques Lacan, Directeur CHS Prmontr):
recomienda realizar un estudio muy detallado sobre las producciones clnicas de los pacientes,
recordando que en todo caso siempre la clnica es soberana. Para ello considera necesario tener
en cuenta lo particular de cada uno de los casos y la conformacin de estadsticas y cuadros
comparativos sobre el total de la poblacin testigo. Considera oportuno se revise la produccin
del GRAPP (Groupe Recherche analytique pour psychotiques).
Etapa 2
Durante este perodo a modo personal he realizado las siguientes actividades:
12
1.
2.
3.
4.
Prof. Dr. Roland Broca (Directeur Centre Jacques Lacan, Directeur CHS Prmontr): Recomienda el
estudio de la semiologa psicopatolgica.
Coordinacin de auxiliares de investigacin: Dra. Cristina Liendo Lugilde, Lic. Ana Gandini, Lic.
Carlos Da Costa y Lic. Adriana Mariam.
Etapa 3.
Durante este perodo a modo personal he realizado las siguientes actividades:
1.
2.
3.
Prof. Dr. Roland Broca (Directeur Centre Jacques Lacan, Directeur CHS Prmontr): Revisin del
material clnico, PRIP 11 a 15.
13
14
Etapa 2
En la segunda etapa de desarrollo de la investigacin, he realizado las siguientes actividades:
Reuniones semanales con el equipo de investigacin, conformado por la Dra. Amelia Imbriano y la
Lic. Silvia Nuez, y auxiliares, en las que se debatieron los temas que presentan en el informe de
estado de avance. En las mismas tambin se coordinaron tareas, y distribuyeron temas.
15
Examen de la misma, ordenamiento temtico, y sntesis de los textos con el fin de realizar el
relevamiento de datos correspondiente a la primera etapa de la investigacin.
Coordinacin con los dems miembros del equipo de investigacin del material obtenido con el fin
de darle la forma necesaria para la presentacin del primer informe.
Trabajo personal con auxiliares de investigacin: Viviana Vives y Dolores Lans.
Etapa 3
En la tercer etapa de desarrollo de la investigacin, he realizado las siguientes actividades:
Reuniones semanales con el equipo de investigacin, conformado por la Dra. Amelia Imbriano y la
Lic. Silvia Nuez, y auxiliares, en las que se debatieron los temas que presentan en el informe de
estado de avance. En las mismas tambin se coordinaron tareas, y distribuyeron temas.
Etapa 4
El informe final qued a cargo de la Dra. Amelia Imbriano.
16
Etapa 1
Detallo ,a continuacin, las actividades que he realizado personalmente durante los tres primeros meses
del curso de esta investigacin:
Reuniones semanales de estudio, coordinadas por la Dra. Amelia H. Imbriano, en las cuales se
debate acerca del estado de avance de este primer perodo de la investigacin.
Bsqueda de material bibliogrfico. A continuacin se detallan los lugares a los cuales me he
dirigido para la obtencin del material, desde las diversas disciplinas:
El neologismo desde la Lingstica
1.
2.
3.
4.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
1.
2.
3.
4.
17
Etapa 2
Detallo, a continuacin, las actividades que he realizado personalmente durante el curso de la segunda
etapa de esta investigacin:
Reuniones semanales de estudio, coordinadas por la Dra. Amelia H. Imbriano, en las cuales se debate
acerca del estado de avance de este primer perodo de la investigacin.
Etapa 3
Detallo, a continuacin, las actividades que he realizado personalmente durante el curso de la tercer etapa
de esta investigacin:
Reuniones semanales de estudio, coordinadas por la Dra. Amelia H. Imbriano, en las cuales se debate
acerca del estado de avance y su aplicacin a la clnica.
Colaboracin con la Dra. Amelia Imbriano en la revisin del material clnico.
Etapa 4
El informe final qued a cargo de la Dra. Amelia Imbriano
18
INVESTIGACIN
COLABORADORES:
DR. NSTOR YELLATI
LIC. SILVIA NUEZ
2000-2001
19
INTRODUCCIN
I.- ANTECEDENTES
El ttulo del proyecto que nos ha convocado al trabajo en esta investigacin es
FUNCION DEL NEOLOGISMO EN LAS PSICOSIS ESQUIZOFRENICAS y su
Unidad Ejecutora es el Departamento de Psicoanlisis en el rea de la Maestra en
Psicoanlisis de Escuela de Graduados, habiendo sido aprobado en la convocatoria
ao 2000 del Programa de Becas de Investigacin de la Universidad Kennedy. Se
trata de la continuacin de un proyecto desarrollado en el mismo marco, razn por
la cual, realizamos un comentario de la investigacin anterior como antecedente
necesario.
En la primer investigacin desarrollada en el ao 1998-99 denominada El tratamiento
psicoanaltico de la psicosis. El clculo de la intervencin, en sus conclusiones (Tomo I,
captulo 6), se ha llegado de demostrar la hiptesis de la misma, lo cual ha permitido
concluir al respecto que el dispositivo analtico es efectivo en el tratamiento de las
psicosis esquizofrnicas desencadenadas. As tambin se ha logrado realizar un estudio
de las intervenciones lo cual permite realizar un clculo de las posibles intervenciones
estabilizantes y poder tener una orientacin ms precisa al respecto del lugar del analista
para la poblacin propuesta: psicosis esquizofrnicas, primer desencadenamiento, jvenes
y adultos jvenes, varones.
En sntesis, el grado de avance y los resultados ms significativos en la poblacin testigo
investigada fueron: En el clculo de la intervencin debe tenerse en cuenta que la psicosis
es producto de una intervencin imposible: la intervencin del Nombre-del-Padre y que
es a partir de esta consideracin que se debe sostener el tratamiento. Se ha demostrado la
posibilidad de las siguientes intervenciones: a. Presencia del analista; b. Intervencin del
silencio; c. Intervencin de la mirada; d. Intervencin de la voz; e. Funcin testigo; f.
Funcin destinatario; g. Funcin secretario; h. Funcin garante; i. Apuntalamiento del
lmite; j. Imaginarios de seguridad.
En el desarrollo se arriba en su punto final a una propuesta sobre la tica de la
intervencin y la posicin del analista.
La investigacin mencionada se realiz sobre una poblacin testigo de 50 pacientes
seleccionada de acuerdo a los criterios especificados en el Anexo 1. Se advertir que los
criterios semiolgicos para el diagnstico responden a la nosologa psiquitrica enunciada
en el DSM IV, CIE-10 y a la nosologa psicoanaltica. En ambos enfoques nosolgicos se
aprecian las alucinaciones auditivas o verbomotoras de Sglas, el delirio y las
alteraciones del lenguaje especialmente los neologismos- como indicadores
semiolgicos caractersticos de la esquizofrenia. Tambin en ambos enfoques se seala
en forma destacada el valor de la alucinacin auditiva compuesta por varias voces el
DSM IV y el CIE-10 destacan que la presencia de este indicador como nico puede
confirmar el diagnstico de esquizofrenia. Es por ello que hemos seleccionado una
poblacin testigo en donde en todos los casos se presentan estos indicadores: alucinacin
auditiva compuesta por varias voces, delirio, neologismos.
Para la presente investigacin hemos seleccionado 15 pacientes (30%) en los cuales el
neologismo aparece como construccin del paciente durante el tratamiento.
Por lo tanto la poblacin de la presente investigacin queda compuesta por los siguientes
casos seguidos en un transcurso de 16 semanas.
20
I. PACIENTES NO MEDICADOS
8 pacientes no medicados.
Quedan en archivos del GIVT los Tomos II y III que contienen los Protocolos de
Registro Integral del Paciente (PRIP) nmeros 1, 9, 10, 11, 12, 13, 14 y 15 identificados
por el neologismo construido por el paciente del siguiente modo:
PRIP 1: GUSTACRISTO
PRIP 9: ELMEOMESIAMEO
PRIP 10: LOBOCHON
PRIP 11: TARZANCHITO
PRIP 12: DIOSANOPARLAMENTO
PRIP 13: AZANOLA
PRIP 14: FLAYEO
PRIP 15: ETEPE O ETP
II. PACIENTES MEDICADOS
7 pacientes medicados bajo iguales cualidades y cantidades de drogas:
Halopidol 2,5 mg, Nozinan 1 mg y Akineton 1 mg. Dos veces por da, cada 12 horas.
En cada caso se ha dejado constancia de la variacin psicofarmacolgica, en ningn
caso se debi aumentar, y en todos los casos la medicacin fue suspendida luego de la
octava semana de tratamiento.
Quedan en archivos del GIVT los Tomos II y III que contienen los Protocolos de
Registro Integral del Paciente nmeros 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8 identificados por el
neologismo construido por el paciente del siguiente modo:
PRIP 2: AGUAMANTE
PRIP 3: BUSOMBRE O BUZOMBRE
PRIP 4: IPU
PRIP 5: MALLATO
PRIP 6: MILITRADO
PRIP 7: MEDICAL
PRIP 8: BOCADAPLATINA
La poblacin qued conformada por pacientes cuyo diagnstico de esquizofrenia fue
comprobado por la presencia total de los indicadores del DSM IV y la totalidad de los ndices del
diagnstico por estructuras segn criterios psicoanalticos seleccionados.
La totalidad de la poblacin seleccionada tiene el mismo cuadro de inicio; ESTADO
PSICOTICO AGUDO CON CRISIS ALUCINATORIA.
Los tratamientos se realizan a travs de entrevistas diarias de tiempo libre. Se especifica
en cada protocolo si se ha entrevistado al paciente una, dos o tres veces al da, horarios y
condiciones.
Una vez por semana se realiza un examen semiolgico segn protocolo de Registro
Integral del Paciente y se consigna en el mismo.
Las historias clnicas han sido codificadas para resguardar la identidad de los pacientes.
21
ANEXO 1
PROTOCOLO DE REGISTRO INTEGRAL DEL PACIENTE
CODIFICACION: PRIP
Se han numerado del 1 al 15. Consta el nmero de historia clnica del hospital, el primer nombre
del paciente, la edad, la fecha de ingreso y de primer entrevista, y la evolucin semana por semana
durante las 16 semanas propuestas en la investigacin.
CONTENIDO
Protocolo semiolgico. Consta de los siguientes tems:
I.
Datos personales
II.
Antecedentes personales
III.
Registro completo de la primer entrevista libre
IV.
Historia clnica psiquitrica-protocolo de evaluacin semiolgica.
V.
Antecedentes y estado actual de salud fsica
VI.
Evaluacin segn criterios del DSM IV
VII.
Evaluacin segn ndices psicoanalticos
Protocolo clnico
VIII. Protocolo de registro de evaluacin semiolgica semanal. Consta en el Protocolo de
Registro integral del paciente para facilitar el cuadro evolutivo.
IX.
Protocolo de registro de los efectos de intervenciones.
22
23
Causa de la eximicin
24
Modalidad de ingreso
Urgencia
Judicial
Policial
Autointernacin
Familiar o persona que lo acompaa
Consideraciones:
Motivo de consulta o de internacin
Autoagresiones
Conflictos Familiares
Trastornos de adaptacin
Reagudizacin del cuadro
Heteroagresin o riesgo
Intoxicacin
Excitacin
Inhibicin
Depresin
Delirio
Otras consideraciones
25
Antecedentes familiares
Embarazo
Deseado
No deseado
Normal
Otras consideraciones
Parto
Eutcico
Distcico
Instrumental
A trmino
No a trmino
Lugar del parto
En el domicilio
En la institucin
Otras consideraciones
Lactancia
S
No
Duracin: __
Otras consideraciones
Denticin
Consideraciones
Deambulacin
Antes de los 12 meses
Entre los 12 y 18 meses
Despus de los 18 meses
Otras consideraciones
Locuela
Antes de los 12 meses
Entre los 12 y 18 meses
Despus de 18 meses
Otras consideraciones
Control de esfnteres
Antes de los 24 meses
Entre los 24 y los 30 meses
Despus de los 30 meses
Enuresis
Encopresis
Otras consideraciones
Ingesta alimenticia
26
Lquidos
Semislidos
Slidos
Rechazos
Vmitos
Otras consideraciones
Estudios
Analfabeto
Primario incompleto
Primario completo
Secundario incompleto
Secundario completo
Terciario incompleto
Terciario completo
Universitario incompleto
Universitario completo
Otros
Otras consideraciones
Ocupaciones y oficios
Actual: ___________ ______________________________________________
Anteriores :________ _______________________________________________
Enfermedades y tratamientos psiquitrico-psicolgicos
Actual: _ ____________________________________________________
Anteriores : ___________ _______________________________________
27
Enfermedades de la infancia
S
No
Cules : __________ ___________________________________________
Otras consideraciones
Antecedentes de traumatismo de crneo o enfermedades neurolgicas
S
No
Cules : ________ _______________________________________
Convulsiones :
Otras consideraciones
Antecedentes mrbido familiares
S
No
Cules : ________________________________________________
Otras consideraciones
28
ENTREVISTA DIRIGIDA
Objetivo: historia de la enfermedad actual
Inicio
Justificacin de la situacin
29
Constitucin fsica
Leptosmico
Pcnico
Atltico
Normolneo
Displsico
Atltico
Normolneo
Displsico
Aspecto
Angustiado
Tranquilo
Excitado
Deprimido
Indiferente
Ensimismado
Agresivo
Actitud
Activa de colaboracin
Activa de oposicin
Pasiva
Presentacin
Ordenado
Desordenado
Pulcro
Sucio
Consideraciones:
30
Alteraciones de la atencin
Aprosexia
Hipoprosexia
Estable
Inestable
Hiperposexia
Estable
Inestable
Paraprosexia
Atencin normal
Consideraciones:
31
Cuantitativas
Acelerada
Retardada
Abolida
Ritmo Normal
Cualitativas
Auditivas Voces
Visuales
Gustativas
Tctiles
Olfativas
Cenestsicas
Kinestsicas
Pseudoalucinaciones
Alucinaciones Intrapsquicas
Alucinosis
Alucinaciones verbomotoras
Alucinaciones hipnaggicas
Metamorfopsias
Dismegalopsias
Alt. de la sensopercepcin del dolor
Ilusiones visuales
Consideraciones:
Especificar si las voces son masculinas o femeninas o ambas; si es una sola voz o varias, si entiende lo
que dicen todas o cada una de ellas, si hay voces que no se entiende lo que dice, si hay murmullo, si hay
otros sonidos.
X
=
voces
mortificantes;
x
=
voces
no
mortificantes
32
Alteraciones de la ideacin
Cuantitativas
Retardada
Acelerada
Normal
Cualitativas
Idea delirante
Idea obsesiva
Idea fbica
Idea sobrevalorada
Idea fija
Consideraciones: Describir la alteracin cualitativa.
Cuantitativos
Ritmo asociativo normal
Ritmo asociativo acelerado
Ritmo asociativo retardado
Cualitativos
Coherente
Incoherente
Insuficiente
Debilitado
Suspendido
Desviado
33
Incoherente
Delirante
Certeza delirante
Obsesivo
Fuga de ideas
Consideraciones. Describir
34
Alteraciones de la memoria
Cuantitativas
Hipermnesia
Hipomnesia
Amnesias parcial psicgena
Con relacin al tiempo:
Antergrada o de fijacin
Retrgada o de evocacin parcial
Retroantergrada mixta
En relacin con su extensin y contenido:
Masiva
Lacunar
Sistemtica
Cualitativa parcial
Electiva
Disociativa
En relacin con su evolucin
Reversible parcial
Irreversible o permanente parcial
Progresiva
Peridica
En relacin con su causalidad
Orgnica
Consecutiva a estados de excepcin
Psicgena
Consecutiva a intoxicaciones
Cualitativas
Alomnesia o ilusin del recuerdo
Alucinacin del recuerdo
Fenmenos de lo ya-visto
Fenmenos de lo nunca-visto
Ecmnesia
Paramnesia reduplicadora
Consideraciones
35
Estados de conciencia
Conciencia de situacin:
Conciencia de enfermedad:
Orientacin autopsquica:
Orientacin alopsquica:
En tiempo:
En espacio:
Alteraciones cualitativas
Estado vigil
Falta de Claridad de la conciencia
Conciencia de s mismo alterada
Conciencia de la experiencia alterada
Conciencia de la realidad alterada
Conciencia de la identidad del yo delirante
Consideraciones:
Comatoso
Confusional
Onrico
Crepuscular
Oniroide
Hipoblico
Normal
Hiperlcido
Hiperfrnico
36
los
Consideraciones:
Consideraciones:
Es importante constatar falta de referencia a la infancia, con falta de referencia a conflictivas
edpicas.
Consideraciones:
37
Dismorfopsia
Macropsias
Micropsias
Alteraciones de la conciencia de la estabilidad
espacial*
Alteraciones de la significacin afectiva del
espacio
Ver seudopercepciones vestibulares
Consideraciones:
38
Consideraciones:
Anosognosia:
1. Sndrome de Antn-Babinsky
2. Sndrome de Gerstmann(1)
3. Sndrome de Pick
Miembro fantasma
Asomatognosia parcial o total
Instrumentalizacin
Estereoagnosia
Signo del espejo
Eautometamorfopsia
Eautoscopa
Alucinaciones musculares de Cramer(2)
Seudopercepciones vestibulares (3)
Heutoscopia o imagen doble
(1) consignar acalculia, agnosia digital, agrafia o incapacidad para distinguir derecho/izquierdo
(2) consignar si se trata de pesadez o liviandad
(3) consignar cules (mareos, prdida de equilibrio o estabilidad, sensaciones de flotar o que el piso
se mueve)
Consideraciones:
Eautometamorfopsia: consignar si las partes del cuerpo se perciben marcadamente deformadas tanto
en lo que se refiere a tamao como a distancia.
.
39
40
Insomnios Primarios
Indicar si es peridico o crnico
Insomnio total
Insomnio inicial
Insomnio intermitente
Insomnio final o matutino
Despertar interno
Insomnios Secundarios
Insomnio reactivo
Insomnio por causas orgnicas
Duerme bien
Hipersomnias
Primarias
Secundarias
Peridicas
Sndromes de Klein-Levin
Prolongadas
Disomnias
Narcolepsia
Cataplexia
Alucinaciones hipnaggicas
Parlisis del sueo
Mioclonus nocturno
Sndrome de las piernas inquietas
Sueo no reparador
Sndrome del estado neutro
Parasomnias
Sonambulismo
Enuresis
Bruxismo
Sueos
Somniloquia
41
42
Alteraciones del instinto de conservacin de la vida
Tentativa de suicidio
Automutilacin
Trastornos alimenticios leves
Negativa a alimentarse
Bulimia
Anorexia
Dipsomana
Estereotipia alimentaria
Coprofagia
Malacia
Pico
Polidipsia
Alimentacin normal
Consideraciones:
43
Anafrodisia
Impotencia
Masturbacin
Eleccin de Celibato
Perversiones
(debe tomarse toda tendencia a buscar satisfaccin sexual fuera del acoplamiento con un sujeto
de la misma especie y del sexo opuesto, segn DSM IV)
Homosexualidad
Hermafroditismo
Sadismo
Masoquismo
Exhibicionismo
Voyeurismo
Triolismo
Pederasta
Trasvestismo
Transexualismo
Consideraciones
44
Cleptomana
Piromana
Dromomana
Impulsin homicida
Intento de suicidio
Violaciones
Conductas perversas
Alcoholismo
Autoagresiones
Heteroagresiones
Uso indebido de drogas
Robos menores
Necesidad de estar solo
Vagabundismo
Consideraciones:
45
Alteraciones de la imaginacin
Cuantitativas
Aumentada
Disminuida
Cualitativas
Fantasa
Mentira
Fabulacin
Consideraciones:
46
Alteraciones de la afectividad
Endgenas
Cuantitativas
Hipertimia displacentera
Hipotimia
Atimia
Cualitativas
Tristeza
Euforia
Angustia
Reactivas
Cuantitativas
Hiperemotividad
Hipoemotividad
Cualitativas
Irritabilidad
Indiferencia
Labilidad
Incontinencia
Ambivalencia
Perplejidad
Neotimias
Catatimias
Paratimia
Consideraciones:
47
48
Alteraciones de la inteligencia
Nivel intelectual
Superior
Medio
Limtrofe
Bajo
Deteriorado
Tipo de inteligencia
Terica
Abstracta
Prctica
Creativa
Social
Concreta
Rendimiento
Superior
Medio
Disminuido
Empobrecido
Potencial intelectual
Muy bueno
Bueno
Pobre
Consideraciones:
49
Alteraciones de la volicin
En perodo de elaboracin
Cuantitativas
Abulia
Hipobulia
Hiperbulia
Normal
Cualitativas
Actos impulsivos
Actos compulsivos
Actos obsesivos
En perodo ejecutivo
Apraxias
Ecopraxias
Acting
Tics
Temblores
Convulsiones
Espasmos
Amaneramiento
Estereotipia-extravagancia
Negativismo
Obediencia automtica
Flexibilidad crea
Cataplexia
Interceptacin cintica
Consideraciones:
50
51
52
2.
Fenmenos de cdigo
3.
Regresin topica-libidinal/ estallido del cuerpo despedazado/ instrumentalidad del propio cuerpo/
fragmentacin
4.
Imputacin al Otro
5.
7.
Desencadenamiento
6.
Neologismo
7.
Otras consideraciones
Certeza delirante.
Ausencia de neurosis infantil.
53
.Lacan. J. Ibid.
6.-Lacan, J. Ibid
7
54
Nos falta asimismo distinguir cmo y por qu el sueo hace aqu uso de los elementos
que sin duda son reprimidos, pero precisamente, all, a un nivel en el que no lo son; es
decir, donde lo recientemente vivido los puso en juego como tales, y donde, lejos de ser
reprimidos, el sueo los elide. Por qu? Para producir qu efecto? Dira que no es ms
que para producir una significacin, all no hay dudas, y veremos que la misma elisin
del mismo deseo puede tener, segn estructuras diferentes, efectos totalmente distintos.
Para simplemente despertar, estimular un poco vuestra curiosidad, quisiera hacerles
sealar que puede haber all una relacin entre la elisin y la clusula "segn su deseo" y
el hecho de que en otros contextos que no son el sueo, por ejemplo, la psicosis, esto
puede llegar al desconocimiento de la muerte. El "l no lo saba" o "l no quera saber
nada", se articula de otra manera con l estaba muerto", o aun en un contexto todava
diferente, pueden tener inters de ser distinguidos de entrada como la Verwerfung se
distingue de la Verneinung. Esto puede llevar a sentimientos de invasin o de irrupcin, o
a momentos fecundos de la psicosis donde el sujeto piensa que tiene frente a s
efectivamente algo mucho ms cerca que la imagen del sueo que nosotros no podemos
esperar ah, es decir, que tiene frente a s a alguien que est muerto, que l vive con un
muerto que, simplemente, no lo sabe que l esta muerto8.
Puesto que nos interesa el tema de la intervencin en la psicosis y puesto que seguimos a
Freud y a Lacan al respecto de que el punto de partida es orientarse en la estructura de
saber en juego, es que nos interesa tener presente, desde el inicio de nuestra
investigacin, que, la psicosis se trata de una intervencin imposible. Nos referimos a la
intervencin paterna.
La observacin del presidente Schreber muestra en forma amplificada cosas
microscpicas. Esto es justamente lo que nos ha permitido aclarar lo que Freud formul
de la manera ms clara a propsito de la psicosis, sin llegar hasta el final, porque en su
poca el problema no haba alcanzado el grado de agudeza, de urgencia, que tiene en la
nuestra en lo tocante a la prctica analtica. Dice, frase esencial que cite innumerables
veces: algo que fue rechazado del interior reaparece en el exterior. A ella volvemos,
proponindonos articular el problema en los siguientes trminos: Previa a toda
simbolizacin esta anterioridad es lgica no cronolgica hay una etapa, lo
demuestran las psicosis, donde puede suceder que parte de la simbolizacin no se lleve a
cabo. Esta etapa primera precede toda la dialctica neurtica, fundada en que la neurosis
es una palabra que se articula, en tanto lo reprimido y el retorno de lo reprimido son una
sola y nica cosa. Puede entonces suceder que algo primordial en lo tocante al ser del
sujeto no entre en la simbolizacin, y sea, no reprimido, sino rechazado9.
La Verwerfung no pertenece al mismo nivel que la Verneinung. Cuando, al comienzo de
la psicosis, lo no simbolizado reaparece en lo real, hay respuestas, del lado del
mecanismo de la Verneinung, pero son inadecuadas.
Que es el comienzo de una psicosis?
Acaso una psicosis tiene prehistoria, como una neurosis? Hay una psicosis infantil? No
diremos que responderemos esta pregunta, pero al menos la haremos.
Todo parece indicar que la psicosis no tiene prehistoria. Lo nico que se encuentra es que
cuando, en condiciones especiales que deben precisarse, algo aparece en el mundo
exterior que no fue primitivamente simbolizado, el sujeto se encuentra absolutamente
inerme, incapaz de hacer funcionar la Verneinung con respecto al acontecimiento. Se
produce entonces algo cuya caracterstica es estar absolutamente excluido del
compromiso simbolizante de la neurosis, y que se traduce en otro registro, por una
verdadera reaccin en cadena a nivel de lo imaginario, o sea en la contradiagonal del
esquema L10.
55
12
56
problemas, a saber los que se suscitan diciendo que, en las psicosis, el eso est
consciente. Cada vez mas prescindimos de esta referencia, de la que el propio Freud dijo
siempre que, literalmente, no se saba dnde ponerla. Desde el punto de vista econmico,
nada es ms dudoso que su incidencia: es algo totalmente contingente. Por tanto, de
verdad nos colocamos en la tradicin freudiana diciendo que, despus de todo, lo nico
que tenemos que pensar, es que eso habla.
Este fenmeno que para Freud es la seal de la entrada en la psicosis, puede cobrar para
nosotros, todo tipo de significaciones, pero slo puede ser colocado en el campo
imaginario. Se vincula con el cortocircuito en la relacin afectiva, que hace del otro un
ser de puro deseo, el cual slo puede ser, en consecuencia, en el registro del imaginario
humano, un ser de pura interdestruccin. Hay en esto una relacin puramente dual, que es
la fuente ms radical del registro mismo de la agresividad. A Freud, por cierto, no se le
escap, pero lo coment en el registro homosexual. Este texto nos proporciona mil
pruebas de lo que afirmamos, y esto es perfectamente coherente con nuestra definicin de
la fuente de la agresividad, y su surgimiento cuando se cortocircuita la relacin
triangular, edpica, cuando esta queda reducida a su simplificacin dual.
Observemos ese momento crucial con cuidado, y se podr distinguir este paso en toda
entrada en la psicosis: es el momento en que desde el otro como tal, desde el campo del
Otro, llega el llamado de un significante esencial que no puede ser aceptado.
Jacques Lacan, en una de sus presentaciones de enfermos mostr a un antillano, cuya
historia familiar evidenciaba la problemtica del ancestro original. Era el Francs que
haba ido a instalarse all, una especie de pionero, que haba tenido una vida
extraordinariamente heroica, con altibajos extraordinarios de fortuna, y que se haba
convertido en el ideal de toda la familia. Nuestro antillano, muy desarraigado en la
regin de Detroit donde llevaba una vida de artesano pudiente, se descubre un da en
posesin de una mujer que le anuncia que va a tener un hijo. No sabe si es suyo o no,
pero en todo caso, al cabo de pocos das se declaran sus primeras alucinaciones. Apenas
le han anunciado t vas a ser padre, aparece un personaje dicindole t eres Santo Toms.
Debe haber sido, creo, Santo Toms el dubitativo, y no Santo Toms de Aquino. Las
anunciaciones que siguen no dejan lugar a duda: provienen de Elizabeth, a quien se le
anunci ya tarde en su vida que iba a concebir un hijo.
En suma, el caso demuestra muy bien la conexin del registro de la paternidad con la
eclosin de revelaciones, de anunciaciones que se refieren a la generacin, a saber, a lo
que precisamente el sujeto, literalmente, no puede concebir, y no empleo esa palabra por
casualidad. La pregunta por la generacin, trmino de especulacin alqumica, est
siempre a punto de surgir como una respuesta de rodeo, un intento de reconstituir lo que
no es aceptable para el sujeto psictico, para el ego cuyo poder es invocado sin que l
pueda, hablando estrictamente, responder13
A cada instante, en los anlisis concretos de los psicticos, encontramos esas diabluras,
esas trompetillas del significante, donde se producen entrecruzamientos singulares de
homonimias extraas llegadas de todos los puntos del horizonte, y que parecen dar una
unidad, por lo dems a veces inasible, tanto al conjunto del destino como a los sntomas
del sujeto. Cuando se trata del momento de entrada en la psicosis es cuando, sin duda,
menos que nunca conviene retroceder ante esta investigacin.
Nuestra investigacin ha cumplido sus objetivos en tanto nos ha llevado a comprobar los
criterios psicoanalticos respecto de la psicosis y elucidar el modo de intervencin
conveniente para la estructura del caso. Pero iremos muy despacio en su demostracin,
pues la misma investigacin ha encontrado su inspiracin en los trabajos de Sigmud
Freud y Jacques Lacan, ambos de trabajo clnico y teorizaciones pausadas, reflexivas,
exquisitas en sus miramientos por los detalles semiolgicos que dan cuenta de la
estructura psictica, ambos iluminados por la prudencia. Tanto que, intentando cuestionar
sus detalladas observaciones respecto de la psicosis no nos ha quedado ms que pensar:
13
57
O bien estos pacientes nos lo han enviado ambos autores, o bien ellos han realizado un
estudio de la estructura psictica tan minucioso en sus elementos estructurales que no
podemos ms que corroborarlos.
Esto nos obliga volver a una encrucijada clsica que plantea el psicoanlisis freudiano
desde sus orgenes: la funcin del deseo. La relacin de deseo se concibe, en un primer
abordaje, como esencialmente imaginaria. En la psicosis, veremos que las cosas son un
poco diferentes. Seguramente aqu tambin la angustia no es otra cosa que el signo de la
prdida para l yo de toda referencia posible. Pero la fuente de donde nace la angustia es
aqu endgena: es el lugar de donde puede surgir el deseo del sujeto, es su deseo para el
psictico la fuente privilegiada de toda angustia14.
Pero detengmonos ms bien para preguntarnos si las leyes que hacen instintivamente
interesantes determinada cantidad de significaciones para los seres humanos son tan slo
leyes biolgicas. Cul es, en eso, la parte que le toca al significante?
Todo lo que circula en nuestra literatura, los principios fundamentales sobre lo que
estamos de acuerdo, lo implica: para que haya realidad, para que el acceso a la realidad
sea suficiente, para que el sentimiento de realidad sea un justo gua, para que la realidad
no sea lo que es en la psicosis, es necesario que el complejo de Edipo haya sido vivido.
Sin embargo solo podemos articular este complejo, su cristalizacin triangular, sus
diversas modalidades y consecuencias, su crisis terminal, llamada su declinar, sancionada
por la introduccin del sujeto en una nueva dimensin, en la medida en que el sujeto es a
la vez l mismo, y los otros dos participantes. El trmino de identificacin que se usa a
cada momento, no significa otra cosa. Hay all pues intersubjetividad y organizacin
dialctica. Esto es impensable, a menos que el campo que delimitamos con el nombre de
Edipo tenga una estructura simblica.
El da y la noche, el hombre y la mujer, la paz y la guerra; podra enumerar todava otras
oposiciones que no se desprenden del mundo real, pero le dan su armazn, sus ejes, su
estructura, lo organizan, hacen que, en efecto; haya para el hombre una realidad, y que no
se pierda en ella.
La nocin de realidad tal como la hacemos intervenir en el anlisis, supone esa trama,
esas nervaduras de significantes. Esta implcito continuamente en el discurso analtico,
mas nunca aislado en cuanto tal. Esto podra no tener inconvenientes, pero los tiene, por
ejemplo, en lo que se escribe sobre las psicosis.
Tratndose de la psicosis, se ponen en juego los mismos mecanismos de atraccin, de
repulsin, de conflicto que en el caso de las neurosis, cuando los resultados son
fenomenolgicos y psicopatolgicamente diferentes, por no decir opuestos. Uno se
contentara con los mismos efectos de significacin Este es el error, principalmente
tratndose de psicosis. Por eso es necesario detenerse en la existencia de la estructura del
significante en cuanto tal, tal como existe en la psicosis.
Retomo las cosas por el comienzo, y diciendo lo mnimo podemos expresar: ya que
distinguimos significante y significado, debemos admitir la posibilidad de que la psicosis
no atae tan solo a lo que se manifiesta en el mbito de las significaciones, de su
proliferacin, de su laberinto, donde el sujeto estarla perdido, incluso detenido en una
fijacin, sino que est vinculada esencialmente con algo que se sita en el mbito de las
relaciones del sujeto con el significante.
Antes de hacer el diagnstico de psicosis debemos exigir la presencia de estos
trastornos15.
Encarnemos, aunque ms no sea un poco, esta presencia del significante en lo real. La
aparicin de un significante nuevo, con todas las resonancias que supone hasta en lo ms
14
15
58
16
17
59
18
19
60
20
21
61
22
23
62
presencia es una tarea difcil con la que el analista deber saber maniobrar para sostener
la transferencia del sujeto psictico.
El analista ofrece su presencia para que el sujeto no se precipite en el desposeimiento de
la relacin con el Otro. El analista, entonces, servir de relevo al Otro, en tanto que sepa
orientarse por su falta en ser, es decir, no ocupar la plaza del Otro de todas-las-respuestas.
En la maniobra de la transferencia el analista deber intentar sostener la operatividad de
la cura abstenindose de dar respuesta cuando en la relacin dual se lo llama a suplir, por
medio de su decir, el vaco de la forclusin y a llenar este vaco con sus imperativos. Slo
a este precio se evita la erotomana de transferencia. Es lo que Colette Soler ha
denominado la vacilacin de la implicacin forzosa del analista que se juega en la
alternativa de una presencia de silencioso testigo y un apuntalamiento del lmite.
Implicacin forzosa - si no quiere ser el otro perseguidor- entre la posicin de testigo
que oye y no puede ms y el significante ideal que viene a suplir lo que Lacan escribe
como Po (P sub-cero) en su esquema I24
Esta presencia debe estar articulada al lugar que el discurso analtico le asigna, la de ser
de semblante, que en el caso de la psicosis funcionar como condensador de goce
produciendo su acotamiento.
La presencia del analista estar enmarcada por el objetivo del cual se trata, o sea, la
estabilizacin de una psicosis bajo transferencia. Ser cuestin de tener presenta la
estructura y los componentes de esta estabilizacin y discernir lo que la condiciones en la
accin analtica.
El paciente se dirige a un analista ms all del cual est, para l, el nombre del analista
con A mayscula. La demanda de un psictico, cuando se establece, est connotada por
la nota delirante y por una relacin con respecto a ese Otro nico que permanecer largo
tiempo en el horizonte del anlisis. Pero se desprende poco a poco otra demanda que, por
su parte es un pedido de socorro, pattico25
En los pacientes de nuestra poblacin testigo puede observarse que en la mayora de
ellos, una vez instaurada la transferencia, hubo la intencin de una demanda
incondicional de la presencia del analista, solicitndolo a toda hora, irrumpiendo en
cualquier momento con su pedido de presencia. Ha sido un trabajo tico muy fuerte y de
desafo para el analista, maniobrar en el sentido de confirmar su presencia pero no
prestndose a la demanda incondicional. Para ello se realizaron maniobras distintas que
han ido desde fijar dos o tres horarios por da para las sesiones e indicarle que si necesita
en otro momento de la presencia del analista debe esperar en la puerta del consultorio
hasta que se encuentre desocupado, golpear la puerta antes de entrar y esperar, cumplir
con los horarios fijados, conceder solamente cinco minutos por fuera de los horarios
fijados, hasta decir ahora no puedo, luego lo veo a tal hora espreme en el consultorio,
etc. Todas maniobras limitativas, sobre las cuales haremos referencia ms adelante.
En los mencionados pacientes de nuestra poblacin testigo se puede observar que en
tanto el analista ha sostenido su presencia sin ocupar ni un lugar dual especular, ni el de
un Ideal, ni el de un Otro absoluto, se produjo un viraje en la relacin transferencial: el
sujeto psictico no insisti en solicitar al analista como Otro y comenz a construir su
delirio, lo cual implic el trabajo propio de la psicosis. Se puede observar en los
protocolos clnicos que a partir de la semana 4 no hay episodios de excitacin
psicomotriz (producidos por el vaco significante y el goce aniquilador del Otro), a partir
de la semana 7 (en algunos casos antes) el tratamiento ha podido ser sostenido con una
sesin diaria de lunes a sbado y a partir de la semana 10 una sesin diaria de lunes a
viernes, pudiendo el paciente tolerar la espera del analista y la ausencia del analista.
24
Soler, Colette. Estudios sobre las psicosis. Pg 11. Ttulo original Quelle place pour
l'analyste? Actes de lEcole de la Cause Freudienne nmero XIII. 1989. Traduccin de Irene
Agoff. Edicin en castellano de Editorial Manantial. Buenos Aires. 1989.
25
Soler, Colette. Estudios sobre las psicosis pg 7-8.
63
Solo hubo slo 2 pacientes para los cuales la presencia del analista
no fue significativa durante las dos primeras semanas.
64
silencio, otros que han solicitado al analista que permanezca en silencio. La mayora de
las veces el analista ha maniobrado entre sostener su posicin desde un silencio testigo
hasta el apuntalamiento del lmite, lo cual no ha sido fcil de sostener pues la operatoria
se desarrolla entre acoger al psictico en su sufrimiento y producir un corte a la
infinitizacin del goce. Es por ello que, en la mayora de los pacientes en donde el
silencio ha ocupado un lugar importante, la tctica se ha sostenido con sesiones cortas y
frecuentes. El sentido es negativizar el exceso de goce, pues al fin y al cabo el silencio no
es otro cosa ms que la exaltacin de la eyeccin del objeto voz, producida por la
forclusin.
Otras veces es necesario que el analista decida sostener una presencia en silencio cada
vez que es invocado como saber en lo real. Este silencio, esta negativa a predicar sobre su
ser, deja espacio a la palabra del psictico y tiene la ventaja de dejar el campo a la
construccin del delirio. El analista no hace otra cosa que apuntalar la posicin del propio
sujeto que no tiene ms solucin que tomar l mismo a su cargo la regulacin del goce.
En nuestra investigacin, el estudio cuantitativo-cualitativo de las variables de la
intervencin del silencio, verifica que esta intervencin est en funcin:
26
Lacan, Jacques. Libro 1. Seminario Los escritos tcnicos de Freud. Traduccin de Rithee
Cevasco y Vicente Mira Pascual con la revisin de Diana Rabinovich. Ediciones Paids.
Barcelona-Buenos Aires. 1er. edicin en castellano. 1983. Pg. 213. Ttulo original: Les crits
techniques de Freud, 1953-54. Editions du Seuil. Paris. 1975.
65
Todo analista ser llamado a darle su lugar, sus diversas encarnaciones, en el campo de
la psicosis, como en la formacin del supery. Este acceso fenomenolgico, en relacin
de la voz al Otro, el pequeo "a" como cado del Otro, podemos agotar su funcin
estructural llevando la interrogacin sobre lo que es el Otro como sujeto, por la voz, este
objeto cado del rgano de la palabra, el Otro es el lugar donde ello habla. Ya no
podemos escapar a la pregunta: quin? ms all de aquel que habla en el lugar del Otro,
y que es el sujeto, quin hay ms all, del cual el sujeto cada vez que habla, toma la voz?
Est claro que si Freud pone el mito del padre en el centro de su doctrina es en razn de
la inevitabilidad de esta pregunta.
Veremos el pequeo "a" venir del Otro, nico testigo, de este lugar del otro que no es
solamente el lugar del espejismo, este pequeo "a" es la voz27.
Entonces, orientarnos en la estructura a partir de lo que los pacientes nos ensean, nos ha
llevado a considerar que el psictico sufre de la intervencin de la voz que le retorna
desde lo real exteriorizado. Sufre de las voces que manifiestamente dejan a la luz la
voracidad del Otro que lo mortifican, lo insultan, le imponen imperativos, le dicen
obscenidades, etc., como muestra las tablas construida a propsito del anlisis de las
voces.
En el trabajo con nuestra poblacin testigo hemos encontrado principalmente tres
modalidades de inicio en el tratamiento: la de aquellos pacientes que no toleran la voz del
analista, la de otros que no cesan de hablar, gritar, gemir, murmurar, musitar, que
parecieran estar sostenidos nicamente por el alarido significante y la de aquellos que
no pueden emitir su propia voz y solo les resta el mutismo. Ante todas estas modalidades
que no hacen otra cosa que poner en evidencia el exceso de goce, la maniobra que se ha
realizado ha estado orientada en el sentido de escandir el goce excedido.
Observacin respecto de la intervencin del silencio y la voz:
Estas intervenciones ceden en su exceso de goce y se regularizan a partir de la
construccin por parte del sujeto psictico del neologismo que lo nombra, a partir del
cual cesan las voces mortificantes, producindose el desarrollo del delirio. Si bien este
desarrollo es pobre como es caracterstico en la esquizofrenia, casi referido a una
descripcin de sus desrdenes, produce un reordenamiento simblico que apacigua el
hundimiento imaginario y acota el goce de la pulsin desenfrenada. Ver tablas de
relaciones entre voces alucinatoria, sus modalidades y construccin de neologismos.
En nuestra investigacin el anlisis cualitativo-cuantitativo de esta intervencin nos
posibilita la siguiente verificacin:
La intervencin resulta:
27
La intervencin est en funcin para los 15 pacientes en semana 4 y desde semana 8 a 16.
Poco significativa para 4 pacientes entre semana 1 a 4, y para 5 pacientes entre semana
13 a 16.
Lacan, Jacques. Seminario Los nombres del padre. Clase nica. Indito. 21-11-1963
66
Lacan, Jacques. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanlisis. 1964.
Texto establecido por J.A. Miller. Traduccin de Juan Luis Delmont-Mauri y Julieta Sucre.
Ediciones Paids. Buenos Aires Barcelona Mxico. 1ra Ed. en castellano. 1986. Pg 75-84.
Ttulo original: Les quatre principes fondamentaux de la psychanalyse, 1964.
67
hay que darle cuerpo por medio de un esquema, donde lo imaginario estara a
continuacin de lo real. El cuerpo forma parte de lo real. 29
Es importante destacar que en tanto el sujeto no est anclado por el significante del
Nombre-del-Padre, el objeto a en las psicosis aparece como irrumpiendo desde lo real,
trayendo como consecuencia sobre el sujeto una tendencia a la indeterminacin, la
infinitizacin e incluso la dispersin, por no estar encuadrado en el fantasma, por ello la
pulsin se encuentra desenfrenada. Por eso, ese i (a) sin moi "refugiado tras y soporte
de puede ser una dimensin de goce que da a lo imaginario una consistencia, digamos,
de crculo sin circunferencia de posible valor lgico esencial. Es interesante por dos
razones: 1) como referencia absoluta impide hacer del confn de ese imaginario
"esplendor del ser, claritas, glorias y aureolas ms o menos msticas, ms o menos
delirantes; 2) introduce la posibilidad de articular o conjugar el Goce del Otro a la
pulsin. 30 Esto es lo que conduce a Lacan a pensar algo ms que la regresin especular.
Observemos que Lacan piensa en la metonimia, desde el seminario sobre Las psicosis
como algo absoluta en la estructura, porque insiste en suponer esa dimensin tanto en
neurosis como en psicosis, inclinndose inicialmente ms bien a buscar diferencias en
torno a la metfora como operacin lgicamente segunda. Pero es obvio que el acento
est puesto en una sintaxis posicional ms que en el poco sentido. Un deseo metonmico
puro o infinito podra tal vez escribirse de estos dos modos: S1(S1(S1(S1...?))), y tambin
S1(S1(S1(S1.... a))). Escritura torpe por sus equvocos, hecha de la homloga de Lacan
sustituyendo S2 por a. Resultaron tiles en esto: deben leerse forzosamente en sentido
analtico y son dos para romper con la articulacin de a con menos fi y viceversa. La
primera define un enjambre de perplejidades enigmticas continuas. La segunda un
enjambre de significantes-goces-voces fnicas, siendo la prevalencia de la voz en este
nivel innegable. Juntas, las escrituras se refieren a la contigidad goce-sentido. El
trmino metonimia est ya un poco forzado por Lacan en la medida en que no alude slo
a un intervalo significante sino al objeto. De todos modos, si vela el carcter holofrsico
de los enjambres S1, es eliminable. Lo dejamos con comillas para que la holofrase no
vele, a su vez, sino la sintaxis, la localizacin de esos S1 con relacin al agujero real que
cavan y que siempre se desplaza aunque an no pueda tener ninguna funcin de lmite.
Para la primera frmula, por su articulacin del sentido, va bien el trmino deseo. Para la
segunda, por su articulacin de un goce, el de supery. La equivocidad nos parece
conveniente tanto para sostener un problema patente en la psicosis. Observemos que
cualquiera fuese el estatuto del sujeto de esos S1 que manan por el hueco con sus valores
de goce y sentido, se encuentra fatalmente con un tiempo de retardo respecto del hueco
que se desplaza, digamos, en su valor de silencio. Uso extremo de la metonimia que es de
todos modos un nexo con relacin al sujeto que bordea infinitamente el a como agujero
central sin poder alcanzarlo. Sin poder alcanzarlo salvo en un movimiento anticipatorio,
pegando un salto al vaco, en un pasaje al acto, cuya condicin forzosa es que por algn
lado se corte el nudo con consecuencias variadas. En sntesis, el objeto a queda
ubicado en el lugar del Goce del Otro como lugar de cierta acumulacin pudiendo hacer
surgir un lmite capaz de modificar el estatuto del significante. De ah la importancia de
la consideracin del valor lgico del punto de articulacin de un imaginario no yoico y lo
real, 31 pues introducen la posibilidad de una forma no especularizable en la estructura de
algunos de esos objetos. Lejos de sentirse en la relacin con los objetos como lo hara un
neurtico, se vive como el objeto de tormento de este saber gozoso del Otro.
Lacan a podido distinguir, teniendo en cuenta la gramtica pulsional, las voces:
29
68
En coalescencia con S1, objeto a como voz fnica, modo de referir a lo real del goce
propio de esa intrusin significante,
Como agujero real mudo e inviolable que se desplaza sin funcin de lmite segn el
estatuto de una oreja sin cierre, utilizable tanto en la dimensin del pasaje al acto como
en la acumulacin que all se produce del goce que se sustrae al forzamiento y que
justifica el empuje-a-La-mujer inscripto en ese momento.
La no-ubicacin del objeto a como plus de gozar, que encierra al psictico en una
trampa crucial pues este intenta, hasta con su cuerpo, cerrar el circuito de la pulsin.
El objeto a como causa del acto logrado, en el sentido de las distintas formas de
encarnarlo prestando su cuerpo hasta la automutilacin que puede ser llevada al extremo
en la emasculacin.
Nuestra investigacin permite verificar a travs de la poblacin testigo de 15 pacientes lo
siguiente: La intervencin de la mirada resulta:
A partir de semana 4 la intervencin toma funcin para la totalidad de los pacientes.
Muy significativa para 6 pacientes hasta semana 4, para 12 pacientes en semana 9, para 2
pacientes en semana 14 a 16.
Poco significativa para 3 paciente hasta semana 2, para 1 paciente en semana 4, para 3
pacientes entre semana 4 a 6, y para 5 pacientes entre semana 13 a 16.
69
70
T eres el que me seguir supone la asamblea imaginaria de quienes son soportes del
discurso, la presencia de testigos, incluso del tribunal ante el cual el sujeto recibe la
advertencia o el consejo al cual es conminado a responder. En verdad, a menos de
contestar yo te sigo, es decir de obedecer, no hay, a ese nivel, otra respuesta posible
para el sujeto, salvo guardar el mensaje en el estado mismo en que le es enviado,
modificando a lo sumo la persona, e inscribirlo como un elemento de su discurso interior,
al cual, quiralo o no, tiene que responder si no lo sigue. Dado el terreno en que esta
indicacin lo conmina a responder, a decir verdad, la nica forma sera precisamente que
el sujeto no lo siguiera de ningn modo en este terreno, es decir que se rehuse a escuchar.
A partir del momento en que escucha, est conducido33. El rechazo a escuchar es una
fuerza de la que ningn sujeto dispone realmente, salvo preparacin gimnstica especial.
En este registro se manifiesta efectivamente la fuerza propia del discurso.
Este fenmeno que para el psictico es la seal de la entrada en la psicosis, puede cobrar
para nosotros todo tipo de significaciones, pero slo puede ser colocado en el campo
imaginario. Se vincula con el cortocircuito en la relacin afectiva, que hace del otro un
ser de puro deseo, el cual slo puede ser, en consecuencia, en el registro del imaginario
humano, un ser de pura interdestruccin. Hay en esto una relacin puramente dual, que es
la fuente ms radical del registro mismo de la agresividad. A Freud, por cierto, no se le
escap, pero lo coment en el registro homosexual. Este texto nos proporciona mil
pruebas de lo Lacan afirma con la definicin de la fuente de la agresividad, y su
surgimiento cuando se cortocircuita la relacin triangular, edpica, cuando esta queda
reducida a su simplificacin dual.
B. Por otro lado, nos resulta interesante para tratar el tema de la funcin testigo, volver a
lo que ya hemos distinguido entre mensajes de cdigo y cdigos de mensaje que se
destacan en formas puras en el sujeto de la psicosis, el que se basta por ese Otro previo.
Observemos entre parntesis que ese Otro distinguido como lugar de la Palabra no se
impone menos como testigo de la Verdad. Sin la dimensin que constituye, el engao de
la Palabra no se distinguira del fingimiento que, en la lucha combativa o la ceremonia
sexual, es sin embargo bien diferente. Desligndose en la captura imaginaria, el
fingimiento se integra en el juego de acercamiento y de ruptura que constituye la danza
originaria, en que esas dos situaciones vitales encuentran su escansin, y los participantes
que ordenan segn ella lo que nos atreveremos a llamar su dancidad. El animal por lo
dems se muestra capaz de esto cuando est acosado; llega a despistar iniciando una
carrera que es de engao. Esto puede ir tan lejos como para sugerir en las presas la
nobleza de honrar lo que hay de ceremonia en la caza. Pero un animal no finge fingir. No
produce huellas cuyo engao consistira en hacerse pasar por falsas siendo las verdaderas,
es decir las que daran la buena pista. Como tampoco borra sus huellas, lo cual sera ya
para l hacerse sujeto del significante34.
La Palabra no comienza sino con el paso de la ficcin al orden del significante y que el
significante exige otro lugar el lugar del Otro, el Otro testigo, el testigo Otro que
cualquiera de los participantespara que la Palabra que soporta pueda mentir, es decir
plantearse como Verdad.
Pues el Otro en el que se sita el discurso, siempre latente en la triangulacin que
consagra esa distancia, no lo es tanto como para que no se manifieste hasta en la relacin
especular en su ms puro momento: en el gesto por el que el nio en el espejo,
volvindose hacia aquel que lo lleva, apela con la mirada al testigo que decanta, por
verificarlo, el reconocimiento de la imagen del jubiloso asumir donde ciertamente estaba
ya.
C. Por el lado de los estudios realizados sobre Schreber, sabemos que haba redactado el
documento en una poca en que su psicosis. estaba lo bastante avanzada como para que
33
71
pudiese formular su delirio. A raz de esto, admito ciertas reservas, legtimas, puesto que
se nos escapa algo que podemos suponer ms primitivo, anterior, originario: la vivencia,
la famosa vivencia, inefable e incomunicable de la psicosis en su perodo primario o
fecundo.
Por ello, el anlisis del delirio nos depara la relacin fundamental del sujeto con el
registro en que se organizan y despliegan todas las manifestaciones del inconsciente.
Quizs, incluso, nos dar cuenta, si no del mecanismo ltimo de la psicosis, al menos de
la relacin subjetiva con el orden simblico que entraa35. Quiz podremos palpar cmo,
en el curso de la evolucin de la psicosis, el sujeto se sita con relacin al conjunto del
orden simblico, orden original, medio distinto del medio real y de la dimensin
imaginaria, con el cual el hombre siempre tiene que vrselas, y que es constitutivo de la
realidad humana.
Al igual que todo discurso, un delirio ha de ser juzgado en primer lugar como un campo
de significacin que ha organizado cierto significante, de modo que la primera regla de
un buen interrogatorio, y de una buena investigacin de la psicosis, podra ser la de dejar
hablar el mayor tiempo posible. Luego, nos podemos hacer una idea de la nocin de
fenmeno elemental, las distinciones de las alucinaciones, los trastornos de la percepcin,
de la atencin, de los diversos niveles en el orden de las facultades, han contribuido sin
duda alguna a oscurecer nuestra relacin con los delirantes.
Lo notable es que Schreber es un discpulo de la Aufklrung, es incluso uno de sus
ltimos florones, pas su infancia en una familia donde la religin no contaba, nos da la
lista de sus lecturas: todo ello le sirve como prueba de la seriedad de lo que experimenta.
Despus de todo, no entra en discusiones para saber si se equivoc o no, dice: Es as. Es
un hecho del que he tenido las pruebas ms directas, slo puede ser Dios, si la palabra
tiene algn sentido. Hasta entonces nunca haba tomado en serio esa palabra, y a partir
del momento en que experiment estas cosas, hice la experiencia de Dios. La experiencia
no es la garanta de Dios, Dios es la garanta de mi experiencia. Yo les hablo de Dios,
tengo que haberlo sacado de algn lado, y como no lo saque del cmulo de mis prejuicios
de infancia, mi experiencia es verdadera. En este punto es muy fino. No slo es, en
suma, un buen testigo, sino que no comete abusos teolgicos. Est, adems, bien
informado.
D. Respecto de los objetos diremos que no es que los objetos sean invasores, por as
decir, en la psicosis, y que esto constituye su peligro para el Yo; la propia estructura de
esos objetos los torna impropios para la yoizacin. Digamos que fenomenolgicamente la
despersonalizacin comienza -terminemos nuestra frase con algo que parece caer de su
peso- con el no-reconocimiento de la imagen especular. Es sabida cun sensible resulta
esto en la clnica, con qu frecuencia es por no reencontrarse en el espejo o cualquier otra
cosa anloga, que el sujeto comienza a ser aprehendido por la vacilacin
despersonalizante. Pero articulemos con mayor precisin que la frmula que da el hecho
es insuficiente, o sea que si lo que se ve en el espejo no resulta susceptible de ser
propuesto al reconocimiento del Otro, es porque lo que se ve en el espejo es angustiante;
y que para referirnos a un momento que marcamos como caracterstico de la experiencia
del espejo, como paradigmtico de la constitucin del Yo ideal en el espacio del Otro,
diremos que se establece una relacin tal con la imagen especular que el nio no podra
volver la cabeza, segn ese movimiento que les describo como familiar, hacia ese otro,
ese testigo, ese adulto que est detrs de l, para comunicarle su sonrisa, las
manifestaciones de su jbilo por algo que le hace comunicarse con la imagen especular, y
que en cambio se establece otra relacin de la que se halla demasiado cautivo para que
ese movimiento sea posible; en X, la relacin dual pura desposee -sentimiento de relacin
de desposesin marcado por los clnicos para la psicosis- desposee al sujeto de la relacin
con el gran Otro.
E. En suma, podra decirse, el psictico es un mrtir del inconsciente, dando al trmino
mrtir su sentido: ser testigo. Se trata de un testimonio abierto. El neurtico tambin es
35
72
36
37
73
38
40
Lacan, Jacques. El Objeto Del Psicoanlisis. 1966. Versin indita. Captulo 11. Clase del 23/02/1966
74
Muy significativa, para 2 pacientes entre semana 1 a 4, para 14 pacientes entre semana 8
a 10, para 10 pacientes entre semana 13 a 16.
Significativa para 4 pacientes entre semana 4 a 5, para 1 paciente entre semana 8 a 10,
para 2 pacientes entre semana 13 a 16.
Poco significativa para 1 paciente hasta semana 1, para 4 pacientes entre semana 4 y 5,
para 1 paciente entre semanas 13 a 16.
75
Parece que la intencin ltima de este discurso es hacer seas a sus destinatarios, y probar
que quien lo firma es, si me permiten la expresin, no-nulo, capaz de escribir lo que todo
el mundo escribe. De hecho, descubrimos, y no simplemente a propsito de un caso tan
notable como el del presidente Schreber, sino a propsito de cualquiera de estos sujetos,
que si sabemos escuchar, el delirio de las psicosis alucinatorias crnicas manifiesta una
relacin muy especfica del sujeto respecto al conjunto del sistema del lenguaje en sus
diferentes ordenes. Slo el enfermo puede dar fe de ello, y lo hace con gran energa.42
En nuestra investigacin sobre una poblacin testigo de 15 pacientes hemos verificado
que el analista cumple con la funcin de secretario del alienado de acuerdo a la siguiente
casustica:
Muy significativa para 4 pacientes hasta semana 3, para 5 pacientes hasta semana 6, para
13 pacientes entre semanas 8 a 10, para 9 pacientes entre semana 14 a 16.
Poco significativa para 1 paciente hasta semana 2, para 2 pacientes entre semanas 4 a 6,
y para 3 pacientes entre semanas 12 a 16.
42
43
76
Ese es el punto de bscula, de viraje que precipita al sujeto en la psicosis, y dejo de lado
por el momento en qu y a qu momento, y por qu es a continuacin, es en el hueco, es
en el vaco constituido por esto, que justamente, lo que es llamado en un momento a nivel
del "tu eres", Nombre-del-Padre, y que ste, en tanto que es capaz de ratificar el mensaje,
es garante, que se produce lo que entonces ustedes pueden ver sobre ese esquema, a saber
que se produce como autnomo, y en razn de este hecho, que la ley como tal se presenta
como autnoma44.
Lacan aclara que, no es ms que un espejismo la hora del Otro - y es tambin eso que les
he explicado cuando cit la ltima respuesta, en ese significante del Otro barrado - pues
no hay - se los he dicho - Otro del Otro. No hay, en el significante mismo, garante de la
dimensin de la verdad, instaurada por el significante. Es porque ese significante
encuentra ah su lugar y, al mismo tiempo, no puede encontrarlo, porque ese significante
no puede articularse a nivel del Otro, que vienen, como en la psicosis a pulular en su
lugar todas las imgenes por las cuales aparecen los fenmenos alucinatorios y por las
cuales los fenmenos de primer orden, aquellos por los cuales se manifiesta, no tal o cual
locura particular, sino una de las locuras colectivas ms esenciales de la comunidad
humana como tal, es, a saber, lo que esta ah puesto en primer plano, en primer lugar, en
la tragedia de Hamlet, a saber, el ghost, el fantasma, esta imagen que puede sorprender el
alma de todos y cada uno45.
Pero la psicosis no es un simple hecho de lenguaje. El analista le ofrece su presencia para
que el psictico reconozca sus garantes.
Procedamos metdicamente. Avanzamos en el anlisis de este territorio, las psicosis, a
partir del conocimiento que tenemos de la importancia de la palabra en la estructuracin
de los sntomas psiconeurticos. No decimos que la psicosis tiene la misma etiologa que
la neurosis, tampoco decimos, ni mucho menos, que al igual que la neurosis es un puro y
simple hecho de lenguaje. Sealamos simplemente que es muy fecunda en cuanto a lo
que puede expresar en el discurso. Prueba de ello es la obra que nos leg el presidente
Schreber, y hacia la que atrajo nuestra mirada la atencin casi fascinada de Freud, quien,
sobre la base de esos testimonios, y por un anlisis interno, mostr cmo estaba
estructurado ese mundo. As procederemos, a partir del discurso del sujeto, y ello nos
permitir acercarnos a los mecanismos constitutivos de la psicosis.
El presidente Schreber relata con toda claridad las primeras fases de su psicosis. Y nos da
la atestacin de que entre el primer brote de lo psictico, fase llamada no sin fundamento
pre-psictica, y el apogeo de estabilizacin en que escribi su obra, tuvo un fantasma que
se expresa con estas palabras: sera algo hermoso ser una mujer sufriendo el
acoplamiento.
Para Aristteles las cosas son totalmente distintas. Que aseguraba, en la naturaleza, la
no-mentira del Otro en tanto que real? Las cosas en tanto vuelven siempre al mismo
lugar, a saber, las esferas celestes. La nocin de las esferas celestes como lo que es
incorruptible en el mundo, lo que tiene otra esencia, divina, habit largo tiempo el
pensamiento cristiano mismo, la tradicin cristiana medieval que era heredera de ese
pensamiento antiguo. No se trataba solo de una herencia escolstica, pues sta es una
nocin, puede decirse, natural del hombre, y somos nosotros quienes estamos en una
posicin excepcional al no preocuparnos ya por lo que ocurre en la esfera celeste. Hasta
una poca muy reciente, la presencia mental de lo que ocurre en el cielo como referencia
esencial est comprobada en todas las culturas, inclusive en aquellas cuya astronoma nos
asegura del estado muy avanzado de sus observaciones y sus reflexiones. Nuestra cultura
es una excepcin, desde el momento en que consinti, muy tardamente, en tomar al pie
de la letra a la tradicin judeocristiana. Hasta entonces era imposible despegar el
pensamiento tanto de los filsofos como de los telogos, por tanto de los fsicos de la
44
45
77
46
Lacan, Jacques. El Deseo Y Su Interpretacin. 1959. Versin indita. Clase del 27/05/1959
47
Lacan, Jacques. Las formaciones del inconsciente.1957. Versin indita. Clase del 6-11-57
Imbriano, A y Broca, R. El sujeto psictico en el discurso analtico. Pg 174. Ed. Leuka.
Buenos Aires, 1987
48
78
Muy significativa para 5 pacientes hasta semana 2, para 7 pacientes entre semana 4 y 5,
para 11 pacientes en semana 7, para 13 pacientes entre semanas 8 a 10, para 12 pacientes
en semana 12, para 9 pacientes entre semanas 14 a 16.
Poco significativa para 1 paciente hasta semana 2, para 4 pacientes en semana 4, para 2
pacientes en semana 6 a 8, y para 1 paciente entre semanas 13 a 16.
49
Soler, Colette. Estudios sobre las psicosis. Pg 9. Ed. Manantial. Buenos Aires. 1989.
Traduccin de Irene Agoff. Ttulo original: Quelle place pour lanalyste? En Actas de l 'cole de
la Cause Freudienne nmero XIII.
79
El S y la localizacin del goce: El corte entre lo imaginario del cuerpo y lo real del goce
introduce la posibilidad de una solucin en la que interviene el registro simblico.
Aqu las intervenciones apuntaron a afirmar la posibilidad de localizacin del goce (la
cual en todos los casos es una va producida contingentemente por el sujeto psictico y en
ningn caso por el analista). Estas fueron posibles en los momentos en los cuales, por el
mismo hecho de la localizacin del goce, el sentido no se presentaba como absoluto. En
50
80
estos momentos se despejaban en la estructura puntos que quedaban por fuera del sentido
gozado como goce del Otro.
La posicin del analista: No se pueden pensar estas intervenciones en su eficacia por
fuera de la demanda inicial del sujeto y sus consecuencias transferenciales.
Es la posicin del analista en la transferencia la que otorga poder a su palabra,
permitiendo la metabolizacin del goce. Lo que distingue este uso del poder de la palabra
de aqul que realiza el discurso del amo, es que en el tratamiento psicoanaltico del
psictico es el sujeto quien produce el S1, quedando ubicada la intervencin del analista
como operacin lgica o topolgica que interviene directamente sobre el goce del sujeto.
Si bien Lacan plantea en L'Etourdit que su discurso analtico se demuestra poder
sostenerse incluso en la psicosis, esa demostracin an est por hacerse. Este es mi aporte
al intento de pensar en qu la intervencin del analista con el psictico se especifica
como perteneciente al discurso analtico. Hasta aqu hemos seguido a la autora recortando
de su trabajo lo que nos ha parecido revelador del tema apuntalamiento del goce.
Compartimos con ella la cuestin planteada al respecto del intento de explicitar y
logicizar el punto en que le intervencin del analista en la clnica de la psicosis puede
sostenerse desde el discurso analtico. Ello ha causado la presente investigacin.
Consideramos que, sobre el tratamiento de la psicosis, se trata ms bien de una maniobra
de transferencia orientada a la temperancia del goce. El analista en esa posicin de objeto
a es donde desempear una funcin de condensador de goce, efectundose un giro al
inconsciente que el sujeto psictico retira de sus fondos del goce. En otros trminos, la
parte del goce que se presta a ello se simboliza. Hay aqu un desplazamiento de lo real del
goce en lo simblico.
En nuestra investigacin se ha verificado la funcin de apuntalamiento del lmite sobre la
poblacin testigo realizando una anlisis cualitativo-cuantitativo resultando:
Muy significativa para 9 pacientes hasta la semana 3, para 10 pacientes entre la semana
4-6 y 9-10, para 9 pacientes en semana 7, para 11 pacientes en semana 8, para 9 pacientes
en semana 12 y para 5 pacientes entre semanas 13 a 16
81
Entre semana 7 y 11, todos los pacientes han construido imaginarios de seguridad.
53
82
En muchos casos funciona una solucin consistente en tapar la cosa mediante una
ficcin colgada de un significante ideal, pero que no requiere la inventiva delirante
del sujeto. Son efectos de la regencia restaurada de una significacin ideal,
significacin que vuelve a dar al sujeto la posibilidad de deslizarse bajo el
significante que daba sostn a su mundo. En general no son el resultado de un
trabajo del sujeto sino que, ms frecuentemente, son el efecto de una tych, de un
encuentro que viene a corregir el de la prdida desencadenante. En estos casos el
sujeto no inventa sino que toma prestado del Otro casi siempre materno- un
significante que le permite, al menos por un tiempo, tapar, mediante un ser de pura
conformidad, el ser inmundo que l tiene la certeza de ser. Son de este tipo las
estabilizaciones que ofrece la religin.
Otras intervenciones estabilizantes tienen relacin con civilizar la cosa por lo
simblico, es la senda de ciertas sublimaciones creacionistas que proceden por la
construccin de un nuevo simblico que cumplen una funcin homognea al delirio.
Es el caso de los psicticos que hacen suplencia a travs de la ciencia, la produccin
de escritos literarios, filosficos, etc. Estas elaboraciones simblicas pertenecen a lo
que se ha llamado el bien-pensar, que logran compensar la carencia de la
significacin flica.
Existen otros tipos de soluciones que no recurren a lo simblico sino que proceden
de una operacin real sobre lo real del goce no apresado en las redes del lenguaje.
As sucede con la obra pictrica, o las esculturas, por ejemplo, que produce un
objeto nuevo en el que se deposita un goce que de este modo se transforma hasta
volverse esttico, mientras que el objeto producido se impone como real. Se puede
considerar que este tipo de tratamiento de lo real por lo real, tiene el lmite propio al
no tener otro futuro que su repeticin. Se trata de un bine-inventar que podemos
llamar artesanado.
En la misma lnea de tratamiento de lo real por lo real, si bien no podemos hacer
una apologa de ello, ni creemos sean recomendables, estn las estabilizaciones
producidas por los pasajes al acto, auto y htero-mutiladores. Por ejemplo, podemos
considerar a Van Gogh, quien, a punto de alumbrar una de sus obras maestras,
corta en carne viva su cuerpo, para convertirse en el hombre de la oreja cortada.
Esta oreja menos realiza en acto, a ttulo casi de suplencia, el efecto capital de lo
simblico54.
En nuestra investigacin:
La recomposicin simblica ha tenido como elemento principal la construccin,
por parte del sujeto psictico, del neologismo, a partir del cual los pacientes han
podido elaborar un sistema delirante organizado, si bien pobre, como es el caso
de los esquizofrnicos.
La recomposicin imaginaria ha tenido como elemento principal la relacin del
sujeto a un ideal, las ms de las veces nombrado por el neologismo, a partir de
lo cual se ha logrado la recomposicin del yo corporal.
La recomposicin de lo real ha tenido como elemento principal la relacin del
sujeto a lo pulsional, pasando por maniobras de acotamiento al goce del Otro, a
partir de lo cual se regula la gramtica pulsional perdiendo sus excesos.
Las intervenciones anteriormente mencionadas han resultado ser estabilizantes y ya
hemos ofrecido su anlisis. No obstante, no discriminando cada una de ellas (esta
tarea ya fue realizada) sino teniendo en cuenta la operatoria de su conjunto en sus
diversas modalidades, en nuestra poblacin testigo resulta:
54
83
Muy significativa para 5 pacientes hasta semana 3, para 7 pacientes entre semana 4 a
7, para 13 pacientes entre semana 8 a 12, para 10 pacientes entre semana 14 a 16.
84
El psicoanlisis se desenvuelve sobre el borde imposible de una superficie que por el lado
de la clnica refleja la cara oscura del pensamiento, y por el lado terico muestra la cara
ciega de las letras.
La regla fundamental analtica significa que no se puede dejar de decir lo que se ignora
y que ello es la exigencia primera de la transmisin de la clnica. Es mucho lo que
podramos sealar sobre ese paso que implica el camino desde la teora a la clnica y
viceversa y sobre sus implicancias y tabes para el practicante novel. Pero lo ms
importante a considerar es que el mismo no debe ser un salto al vaco.
Ese camino fue la senda inaugural del trabajo del Doctor Sigmund Freud, quien comenz su
prctica desde una formacin terica mdica, con grandes impregnaciones neurofisiolgicas,
psicolgicas y psiquitricas provenientes de experiencias tales como las realizadas en el
laboratorio del Dr. Brucke, los estudios de teoras psicolgicas en referencia a Von Brentano
y las prcticas con pacientes enfermos mentales con relacin a Charcot, por slo enumerar
algunos de sus maestros y de sus marcos referenciales. Queremos resaltar el valor que tuvieron
estos marcos tericos conceptuales, cientficos, de metodologa experimental rigurosa, en el
origen del Psicoanlisis, porque fueron ellos los que posibilitaron en Freud lecturas y
enseanzas a partir de las cuales surgi la pregunta por el sujeto. Es un lugar comn hacer
mencin a la ruptura epstemica del Psicoanlisis, y nos parece importante destacar que hablar
de ella tiene asidero si se reconoce el valor que tienen los marcos referenciales; ellos se
componen desde un orden lgico y son los que posibilitan una lectura. Puede suponerse que
esta tarea es de principiantes y ello consiste en un grave error. Ese paso de articulacin
terico-clnica, que constituy la praxis, es implcito a una tica: la Etica del Psicoanlisis.
Actualmente es posible pensar que esta relacin es funcin de una banda de Moebius.
En el discurso analtico el saber funciona como docta ignorancia habilitando un
espacio para la asociacin libre. Esta es, en primer lugar, la implicacin del analista en su
accin de escuchar y ella es la condicin de la palabra. Para el analizante se trata de
hablar libremente: angostura entre la falta de libertad de la palabra y aquello ms
temible an que es decir algo que podra ser verdad. Pero, de lo que se trata es de lo
indecible de lo que se ignora, y es esto lo que fundamenta la tica del psicoanlisis. El
psicoanlisis, en su praxis, detecta al sujeto en una estructura que da cuenta de su estado
de hendija, de Spaltung: sujeto en tanto castrado y con relacin al objeto en tanto
perdido, conceptos ya enunciados al inicio de la obra freudiana, en escritos tales como el
Proyecto de psicologa para neurlogos, en donde ya est enunciado el trieb como
concepto dato radical de la experiencia analtica, organizador de la metapsicologa
freudiana.
Freud nos advirti que si de pulsin se trata, lo que est en juego es la vuelta a lo
inorgnico: la muerte, dice sin reparos. Cuando el sujeto est tomado por lo pulsional
(sujeto de goce) se encuentra en un nivel muy alto de acomodacin con relacin a la
muerte, posiblemente bajo las distintas formas de las desgracias del ser. El costo es alto, y
l no sabe cunto. Frente a esta evidencia de agona del sujeto, para el analista, el nico
alcance de la funcin de la pulsin ser poner en tela de juicio ese asunto de la
satisfaccin. Entonces, si hay una clnica posible es en tanto que clnica de la pulsin.
En todo practicante insiste una pregunta: Cul es la intervencin, mediante la palabra,
que tenga efecto sobre lo pulsional?. A veces se puede creer que esta pregunta no tiene
respuesta: error. La respuesta est a la vista desde los orgenes del Psicoanlisis, se trata
de la posicin del analista, posicin a la cual adviene como efecto de su anlisis, de la
supervisin y de los marcos conceptuales referentes que le sirven como soporte para una
escucha-lectura de la subjetividad. La cura psicoanaltica tiene una direccin sostenida
por el analista que lleva adelante una tctica implicada en una estrategia y en una
85
55
86
Freud, Sigmund. Presentacin autobiogrfica. 1925. Cap. V. Pg. 56. Volumen 20. Obras
Completas.
87
61
62
88
63
Schreber".
89
90
IV- UN HALLAZGO
Adems de lograr los objetivos establecidos, se lleg a un hallazgo por fuera de los
mismos: La recomposicin simblica es producto de la elaboracin de una
sistematizacin delirante. La construccin del neologismo ocupa una funcin de
importancia relevante en dicha elaboracin. La elaboracin de la sistematizacin
delirante posibilita el cese de la mortificacin de las alucinaciones auditivas y en
algunos casos la desaparicin de las voces alucinatorias.67
Los datos obtenidos se disciplinaron en 16 tablas dedicadas a: anlisis de las
alucinaciones, recomposicin simblica con elaboracin de produccin delirante,
67
91
92
93
Colaboradores:
YELLATI, NESTOR
Especialista en Psiquiatra y Psicoanalista. Prof. Asociado del Depto. de Psicoanlisis y
de la Maestra en Psicoanlisis. Univ. Kennedy. Prof. Titular del Instituto Clnico de
Buenos Aires, auspiciado por Univ. Sorbonne. Miembro de la Asociacin Mundial de
Psicoanlisis
NUEZ, SILVIA
Psicloga y psicoanalista. Maestranda en Psicoanlisis. Jefe de Trabajos Prcticos del
Departamento de Psicoanlisis. Univ. Kennedy. Concurrente del Departamento de
Rehabilitacin Hospital Psicoasistencial J.T. Borda
Duracin: 1 ao
Disciplina/s involucrada/s:
Psicoanlisis - Principal
Psicopatologa- Vinculada
Psiquiatra - Vinculada
Lingstica - Vinculada
94
95
96
encuentra, en su trayecto de pasaje imprescindible por el lugar del Otro con una
respuesta: el fenmeno elemental. Entre estas respuestas se encuentran los mensajes de
cdigo y los cdigos de mensaje. Los mensajes de cdigo constituyen el neologismo que
constituyen una significacin que permanece irreductible a otra significacin, ya que la
significacin neolgica slo reenva a ella misma y hace posible en encuentro de un
nuevo cdigo en el lugar del Otro.
El avance de la investigacin precedente permiti realizar:
Un anlisis cualitativo-cuantitativo del tipo de alucinacin auditiva, con cuadros
estadsticos correspondientes
Un estudio de la recomposicin simblica con elaboracin de produccin delirante
sistematizada y su correspondiente estadstica
Una apreciacin de la construccin del neologismo entre semana 5 y 8 para el 80% de la
poblacin testigo y entre semana 9 y 12 para el 20% de la misma.
Un estudio de la variacin de las voces alucinatorias respecto de la construccin del
neologismo segn perodo del tratamiento
Una observacin del lapso entre construccin del neologismo, cese de la mortificacin de
las voces alucinatorias y cese de las voces alucinatorias.
Un anlisis de las consecuencias de la construccin del neologismo teniendo en cuenta 3
variables simples y evidentes: relacin entre la construccin del neologismo y posterior
cese de la mortificacin de las voces alucinatorias, voces alucinatorias que desaparecen
antes que la aparicin del neologismo, tiempo entre la aparicin del neologismo y el cese
de la alucinacin
Un cuadro correlacionando la alusin del significante rechazado y el neologismo, anlisis
cualitativo-cuantitativo
Un anlisis cualitativo-cuantitativo de las variaciones de la posicin del sujeto respecto
de lo simblico, lo imaginario y lo real pulsional.
Un anlisis cuantitativo-cualitativo de las articulaciones simblico-imaginarias y realsimblico y su recomposicin durante el tratamiento.
Todo lo cual nos permite correlacionar empricamente la construccin del neologismo
con la recomposicin simblica a travs de la sistematizacin delirante y a sta con el
apaciguamiento de la mortificacin de las voces alucinatorias. Por lo tanto, el
neologismo, considerado clsicamente como alteracin del lenguaje, puede funcionar
como elemento estabilizador.
La investigacin precedentemente realizada nos permite arribar en forma de estado actual
del conocimiento a la hiptesis y los objetivos precedentemente citados.
97
5.- METODOLOGA:
Relevamiento de informacin
Consulta a expertos.
Ordenamiento de datos.
neologismo,
98
Verificacin de hiptesis
Validacin de objetivos
Tanto el anlisis de los resultados y el material recopilado en la
investigacin anterior como el estudio detenido del neologismo y su
funcin en las psicosis son centralmente fenmenos lingsticos. En este
sentido requieren, adems de las tcnicas usuales de investigacin que
pueden ser aplicadas al caso, recurrir a enfoques que permitan una justa
apreciacin de los fenmenos especficos de los cuales se trata. La
aplicacin de modelos y mtodos de investigacin propios de las ciencias
del lenguaje a fenmenos de las, consideradas en su expresin ms general,
ciencias sociales es una caracterstica central de la reflexin del siglo
XX. Aqu tratamos de fenmenos lingsticos que se dan en el marco de
conductas psicopatolgicas, ello le da una especial complejidad a la
cuestin que tratamos.
Consideremos dos ejemplos de lo dicho. El primero se refiere al enfoque
General en investigacin en psicologa y el segundo a fenmenos
Especficamente patolgicos.
El primero se ubica en la formulacin reciente de un enfoque de
Investigacin denominado 'Psicologa discursiva" (Edwards - Potter
Discursive Psichology, Sage, London, 1990 y Potter- Wetherell Discourse and
Social Psichology, Sage, London, 1987). En este enfoque se consideran las
Cuestiones psicolgicas como procesos de discurso en la interaccin entre
Personas. Aqu el lenguaje tiene un papel central y se lo considera como
Accin y no como representacin. De este modo subraya lo que ocurre cuando
99
100
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Realizar este estudio teniendo en cuenta el perodo del tratamiento, la posicin del
101
EN
INVESTIGACION
DE
LA
2.
3.
4.
5.
1.
Discurso universitario
2.
Psicoanlisis y universidad
3.
4.
102
1993-95.- GAPYP
Argentina.)
103
CERRAR ABAJO
CAPITULO I
104
105
CERRAR ABAJO
EL NEOLOGISMO
DESDE
LA LINGSTICA
106
107
I
DEFINICIN Y MBITO LINGSTICO
108
Sin caer
totalmente en desuso, neologa, como hemos visto por las definiciones de nuestros
diccionarios, no ha tenido la misma fortuna, si bien los lingistas no dudan en emplearla
para designar el medio que conduce al neologismo.
La distincin que se establece entre neologa y neologismo est fundamentada, segn lo
que llevamos esbozado, en una oposicin pertinente entre el proceso y el producto. Se
puede concluir, pues, con J. Bastuji, que los neologismos son simplemente unidades
lxicas nuevas, mientras que la neologa postula un sistema, un conjunto de reglas y
condiciones que contemplen su creacin, marcacin y empleo.
Si, como se ha dicho, la neologa es el proceso por el cual el cambio lingstico hace
aparecer formas y sentidos nuevos (no todava reencontrados en la lengua o en un
conjunto de enunciados determinados), debe poder ser estudiada al nivel de sus
consecuencias, de sus resultados, es decir, de los neologismos. ()
En definitiva, la neologa es una de las manifestaciones principales de la vitalidad de
una lengua. Ha llegado a ser evidente para la mayora que en una lengua moderna de
cultura, necesariamente cientfica y tcnica, la neologa lxica no debe ser vista como
un mal evitable. (). Toda lengua viva crea palabras nuevas tanto para encontrar
sustitutos a los prstamos, como para designar realidades nuevas.
El estudio de la neologa, normalmente ubicado en el mbito del cambio lingstico,
debe tener presente todos los niveles de la lengua: el fontico-fonolgico, el morfosintctico y el lxico-semntico. El problema se plantea a la hora de decidir qu
unidades podemos considerar neologismos. ()
109
La definicin que proporciona A. Rey del neologismo como una unidad nueva, de
naturaleza lxica, en un cdigo lingstico definido, conlleva algunas preguntas para
las que l mismo se esfuerza en ofrecer respuesta:
1. Qu tipo de unidad lingstica puede ser llamada neologismo?
2. En qu es nueva tal unidad?
3. Cules son las relaciones entre la unidad neolgica y el sistema en el cual se
manifiesta?
Segn este investigador, un neologismo debe ser necesariamente una palabra, simple
(palabra o morfema) o compleja (grupo sintagmtico o sintagma lexicalizado)
J. Bastuji, por su parte, a puesto de manifiesto que la neologa es un hecho
especficamente lxico, y cuando el cambio afecta a otro dominio de la gramtica, no es
jams analizado en trminos de neologa. Es preciso, pues, abordar el estudio de la
neologa y de los neologismos como tal hecho lxico, sin ocuparnos de fonemas,
morfemas ligados y proposiciones o frases nuevas, y hablaremos, por tanto, slo de
neologa lxica, aunque dicha denominacin comporte, como dice Bastuji, una
redundancia, donde el epteto tiene un valor descriptivo y no restrictivo.
Ahora bien, la palabra-morfema (formada por una base y un sufijo, o un prefijo y una
base o dos bases), o el grupo sintagmtico nuevo que debe constituir una unidad
designativa y conceptual -, puede o no entrar en el lxico. Virtualmente son aceptables
todas las combinaciones posibles, pero el efectivo funcionamiento del neologismo en el
sistema depende no slo de factores puramente lingsticos, sino que tambin
intervienen factores de naturaleza psicolgica y sociocultural.
Un factor comn en todo los autores que se han ocupado de la neologa es la conviccin
de que la cualidad neolgica debe ser considerada en relacin con una definicin
precisa y emprica del sistema lingstico que es objeto de estudio, es decir, desde el
punto de vista cronolgico, espacial y sociolingstico.
() Ahora bien, cmo se sabe cundo una palabra es o ha dejado de ser neologismo?
L. Guilbert ha puesto de manifiesto algunos criterios que ayudan a determinarlo: si se
trata de una voz de origen extranjero, su total adaptacin fontica y grfica al sistema de
la lengua que la recibe constituye la mejor garanta de que ha perdido ya el carcter
neolgico. Esto mismo ocurre, desde el punto de vista morfo-sintctico, cuando el
neologismo se ha adaptado de tal forma a la lengua que sirve de base para la formacin
de derivados, y, desde el punto de vista semntico, cuando el neologismo desarrolla
nuevos sentidos y se vuelve polismico.
En definitiva, para dar cuenta del fenmeno neolgico, y precisamente por la rapidez
del cambio lxico, es preciso estudiar la estructura lxica y captar sus modificaciones
desde un punto de vista sincrnico. Es decir, se debe enmarcar el neologismo en una
sincrona oportunamente definida en relacin con el objeto de estudio. Sin embargo,
hay que tener en cuenta que la neologa cambia en el tiempo.
() Tambin hemos de tener en cuenta que la renovacin lxica nos e lleva a cabo de
una manera mecnica. Una palabra no es una unidad aislada en el sistema lxico de una
lengua. Es imposible, de hecho, considerar el neologismo en abstracto como un
elemento nuevo en un sistema, ya que hay que ponerlo en relacin con el
funcionamiento concreto del lenguaje.
() el neologismo ha de respetar un cierto nmero de criterios para que sea aceptable
en el plano lingstico
a) CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD LINGSTICA
110
II
TIPOS DE NEOLOGA Y RECURSOS O PROCEDIMIENTOS DE CREACIN NEOLGICA
Suelen distinguirse dos tipos de neologa, segn la creacin obedezca a una necesidad
prctica o a una necesidad expresiva con fines ldicos o estticos, es decir, neologa
denominativa y neologa estilstica.
La neologa denominativa no reside en el deseo de innovacin sobre el plano de la
lengua, sino en la necesidad e dar un nombre a un objeto, a un concepto nuevo.
Responde solamente a la necesidad e comunicar una experiencia nueva; se apoya, pues,
en razones de eficacia comunicativa y, por ello, busca la adecuacin ms perfecta
posible al objeto o al concepto nuevo, evitando ambigedades.
() La otra forma de creacin lxica, la que hemos llamado neologa estilstica, esta
fundada en la bsqueda de la expresividad de la palabra en s misma para traducir ideas
111
no originales de una manera nueva; para expresar de manera indita una cierta visin
personal del mundo. Esta forma de neologa est ligada a la facultad de creacin y a la
libertad de expresin del individuo, al margen de los modelos, o incluso frente a los
modelos establecidos.
consciente y voluntaria. El escritor debe atenerse a las reglas del sistema si no quiere
correr el riesgo de no ser comprendido. Pero entre la aplicacin mecnica de las reglas
y la libertad absoluta, existe una amplia zona en la que el escritor puede ejercer su
creatividad.
G. Mator, que define el neologismo como acepcin nueva introducida en el
vocabulario de una lengua en una poca determinada, seala que esa acepcin puede
manifestarse mediante los siguientes recursos:
1. Por una palabra nueva, que puede ser creada ex nihilo (gas); a partir de una
onomatopeya (tic-tac); o de un nombre de persona (zepeln) y, en la gran mayora
de los casos, sacada del fondo patrimonial mediante sufijacin, prefijacin, etc., o
prestada de una lengua viva o muerta.
2. por una palabra ya empleada, pero a la cual se atribuye un sentido nuevo.
3. por un cambio de categora gramatical
Teniendo en cuenta la concepcin de Mator, y partiendo del signo lingstico
saussureano como unin de un significante y de su significado, cabe distinguir dos
grandes tipos de neologa: la neologa formal o de forma y la neologa de sentido, de
contenido o neologa semntica.
La primera, la neologa formal, consiste bien en la creacin de significantes nuevos,
bien en la creacin conjunta de significantes y de significados nuevos. La segunda, la
semntica, consiste en la aparicin de nuevos significados para significantes ya
existentes en la lengua.
112
grupos que para las palabras nuevas propuso P. Guiraud: 1) tipo onomatopyico; 2)
tipo morfolgico; 3) tipo semntico; 4)tipo alognico. Son, segn l, las estructuras
lexicognicas las que permiten clasificar el conjunto de la neologa lxica.
primera es explicada por el nombre mismo:
onomatopyico;
La
la segunda, la
113
NEOLOGIA DE FORMA
CREACIN EX NIHILO
por el significado
3. La composicin
La composicin implica la conjuncin de dos elementos constituyentes identificables y
susceptibles de tener empleos autnomos, esto es, son palabras que se encuentran
aisladamente en la lengua.
Se pueden distinguir, siguiendo a Benveniste, dos tipos de formaciones compuestas: los
conglomerados o unidades lxicas simples, que unen dos o varios trminos ya
existentes constituyendo una nueva unidad de significacin;
y unidades lxicas
El sustantivo acta de
115
Estos y algn que otro tipo ms de mecanismos de composicin, han estado y siguen
estando a disposicin en nuestra lengua para recurrir a ellos en el momento de la
creacin neolgica.
B) NEOLOGA SEMNTICA
116
117
forma de interrelacin, exige por lo menos dos comunicantes, de modo que el idiolecto
resulta ser una ficcin un tanto malvola.
La significacin de un
118
Se trata de algo bastante vecino a esos mensajes que los lingistas llaman autnimos por
cuanto es el significante mismo (y no lo que significa) lo que constituye el objeto de la
comunicacin. ()
En su obra Arte verbal, signo verbal, tiempo verbal, Roman Jakobson dedica un
captulo junto a Grete Lbbe-Grothues que lleva por ttulo El lenguaje de la
esquizofrenia Discurso y poesa de Hlderlin. A continuacin transcribimos los
prrafos ms sustanciosos, aclaramos que los destacados en negrita son nuestros, del
mencionado captulo:
premonicin del poeta de que sera detenido por el total de una mitad de vida: pobre
de m, de dnde tomar, cuando// llegue el invierno, las flores.
Segn las
reminiscencias del prroco Max Eifert (publicadas en 1849), hasta hace unos aos el
infeliz poeta Hlderlin, el residente del cuartito en la torre del fabricante de gabinetes
en el viejo Zwinger, caminaba () de un lado a otro () su mente ida, involucrado en
un dilogo confuso y eterno consigo mismo.
Waiblinger, no tena permitido salir solo de la casa, sino que nicamente poda pasear
en el patio frente a la casa.
119
El miedo a la
Hlderlin permaneca as un hombre libre que no va a permitir que nadie se meta con
l. El intercambio desapareci del habla cotidiana del poeta esquizofrnico.
Tercamente se negaba a aceptar regalos de libros de ningn tipo, ni siquiera las
ediciones de sus propias obras, y en el diario de Waiblinger se seala una terrible
rareza en su comportamiento: apenas terminaba de comer, Hlderlin sencillamente
pona los platos tras la puerta cerrada.
El repudio de su propio nombre y el asumir un nombre prestado o una expresin
inventada, es en realidad, un intento de eliminar su yo de las conversaciones y
despus tambin de sus escritos. Ya le haba dicho a Waiblinger que ahora se llamaba
Killalusimeno. Segn Johann Georg Fischer, el paciente desautoriz el nombre
Hlderlin en la portada de sus poemas y afirm que su nombre era Scardanelli o
Scaliger Rosa.68
68
121
Poesa
Slo hay fragmentos, conservados por casualidad, de los poemas de sus ltimos aos;
sin embargo, su estudio proporciona informacin rica y sorprendente de la obra del
poeta durante las ltimas dcadas de su psicosis grave. Hay informes valiosos que se
refieren tanto a las ltimas etapas de su internacin de casi cuarenta aos como a los
poemas que el viejo Hlderlin transcribi extempore en presencia de algunos visitantes
que le pidieron que lo hiciera. Luego los entregaba a la persona que se lo haba
solicitado. En 1935 Ernst Zimmer le inform a un corresponsal desconocido: Le ped
que tambin escribiera algo para m, y slo abri la ventana, mir el paisaje y en doce
minutos ya estaba listo.
En el obituario de Hlderlin escrito por el poeta Gottlob Kemmler encontramos algunos
puntos significativos respecto a sus ltimos intentos de creacin: Al pararse junto a su
escritorio, trataba de juntar sus pensamientos para su rezo potico. Toda la ansiedad
desapareca de su frente abatida y se extenda sobre ella una alegra silenciosa; aunque
la gente que lo rodeaba hablara en voz muy alta o se asomara sobre su hombro, nada lo
distraa (). Escriba poesa cada vez que se le solicitaba, tal vez tambin para aislarse
un poco de la compaa de la gente que afectuosamente se le acercaba demasiado. El
dilogo frentico y artificial y sus participantes desaparecan ante su xtasis durante la
creacin de su monlogo potico. La idea de que a m nada me puede suceder,
frmula de exorcismo durante el dilogo de Hlderlin, se convierte entonces en una
experiencia bienvenida y dichosa.
Christoph Theodor Schwab, el editor de la edicin pstuma de las Obras Completas de
Hlderlin (1846), afirma que nunca vio un verso sin sentido escrito por el poeta
enfermo, aunque compona sus poemas justo despus de que ni una palabra sensata
haba sido pronunciada por l durante das y semanas, y que escriba estos poemas sin
releerlos despus y sin corregir absolutamente nada. Sin embargo, en su biografa,
Schwab se limita a slo citar ejemplos de los poemas de la poca de los humores
deprimidos de Hlderlin.
A pesar del entusiasmo que Waiblinger sent a principios de la dcada de 1920 por el
hombre intoxicado y divinamente inspirado, decidi exhibir los versos sin sentido, los
errores y las pruebas de un estilo terriblemente malo en los ltimos frutos de la
serviles, adoptado por Hlderlin durante su enfermedad, fcilmente le recordaban el
papel que actuaba Sganarelle, que con muchas variantes desarrolla un acopio parecido
122
pluma de Hlderlin, aunque la obra creativa del poeta demente era muy superior a la de
su juez.
Slo pocos contemporneos del sufrido artista fueron capaces de comprender y apreciar
su ltima poesa. ()
Tal vez el intento ms feroz de devaluar la poesa de Hlderlin de los aos de la ltima
etapa fue realizado por el doctor Wilhelm Lange de Tbingen en su Patografa.
Considera que las obras creativas del paciente son una forma catatnica de la
imbecilidad. El prejuicio clnico de este cientfico se profundiz aparentemente debido
a su sordera frente al arte. Los poemas del poeta trastornado se califican con los
siguientes comentarios:
Cualquier cosa
123
conectada con el dilogo dirigirse uno a otro, los intercambios con preguntas
y respuestas, el acto el hablante y la atencin del oyente, la dotacin de
significado a los enunciados propios y la capacidad de comprender los de otro , es decir, toda la tcnica de la conversacin poda imitarse slo con un gran
esfuerzo y, aun as, no del todo; era confusa y en gran parte se haba perdido.
Del impulso del loco de cancelar al compaero y mantener conversaciones
consigo mismo da y noche y en voz alta, surge una especie de conversacin
dirigida al compaero, a pesar del carcter intrasubjetivo de esos enunciados;
y en la actividad verbal de Hlderlin esta conversacin est marcada por la
misma degeneracin patolgica que su intercambio con cualquier otra persona.
Los monlogos puros y verdaderos son los poemas creados en la edad
avanzada del poeta. En un contraste sorprendente con los pobres restos del
acostumbrado parloteo vaco de Hlderlin, estos presentan una unidad
inviolable y una estructura verbal completa.
124
El
liberados
de
toda
funcin
dectica,
se
convierten
cadenas
Aparentemente,
En el
apartado I, llamado Los compuestos cultos, comenta que en la lengua francesa hay un
gran nmero de compuestos formados a partir de elementos grecolatinos, estos en su
mayora forman parte del vocabulario cientfico actual. El punto de vista tradicional ha
impedido reconocer la verdadera naturaleza de varios neologismos ya que no toma en
cuenta los parmetros de su composicin.
Para fundamentar la importancia del estudio de la composicin del neologismo, su
gnesis, toma varios ejemplos, entre ellos el trmino microbe (microbio).
Microbe fue creado en francs y luego se extendi a otras lenguas. Los diccionarios
explican la formacin de esta palabra ubicando su gnesis en una raz griega. En
principio Benveniste asegura que los diccionarios presentan un compuesto griego
126
Carece de antecedente
La creacin de
alguna vez, igual no hay ninguna relacin entre ese hecho anterior y el actual: no estoy
citando esa frase porque la recuerde, sino crendola de nuevo porque las circunstancias
me lo sugieren.
El mero hecho de que aparezca por primera vez una forma ad hoc no constituye de suyo
la creacin de un idiotismo nuevo. Se precisa tambin, como ingrediente adicional, que
haya algo ms o menos inslito en la estructura de a forma ad hoc que se acaba de
producir y o bien en las circunstancias concomitantes; algo, en fin, que haga a la
forma memorable. () Dada alguna de estas circunstancias expresin novedosa,
situacin parcialmente nueva o ambas cosas -, ella confiere significado especial a la
forma lingstica que se usa y esta cobra carcter de idiotismo.
Veamos a continuacin dos ejemplos.
pregunt qu es una tisi?. Esta emisin es inslita por su forma; los miembros de la
familia que acierten a orla es fcil que recuerden el hecho y se lo cuenten a otros; es
posible, incluso, que la nueva forma tisi comience a usarse en la jerga familiar. Qu
significar, exactamente, depender de las circunstancias en que el chico la us; puede
ser que no denote nada, pero seguramente tendr connotaciones. Aun si la forma no
est destinada a sobrevivir mucho tiempo ni a difundirse ampliamente, no por ello deja
de ser un idiotismo nuevo.
Por otra parte, el autor tambin destaca el valor del contexto total, lingstico y no
lingstico, en el que una forma ad hoc asume condicin de idiotismo. A este contexto
lo llama contexto definidor de dicho idiotismo.
En otro captulo de su Curso de Lingstica Moderna desarrolla la concepcin
lingstica, que Roman Jakobson critica, del idiolecto.
() La lingstica sincrnica comprende, adems de la lingstica descriptiva, otros
tipos de investigacin: entre ellos y especialmente la dialectologa sincrnica, que es el
estudio sistemtico de las diferencias de hbitos lingsticos entre individuos y entre
grupos de individuos. ()
El punto de partida ms firma para la dialectologa sincrnica es el idiolecto. En
general, la totalidad de los hbitos lingsticos de una misma persona en una poca dada
constituye un idiolecto.
() Por lo comn nos interesan los hbitos en general de un grupo de individuos. Pero
la nocin de idiolecto es importante porque, en ltimo anlisis, a una lengua slo se la
puede observar como un conjunto de idiolectos. El lenguaje es el instrumento bsico
que posibilita el comportamiento colectivo de los seres humanos, pero el habla no es en
129
estructura especial de la frase, resulta que en esa definicin del neologismo la Academia
se est refiriendo exclusivamente a las novedades que aparecen en el lxico y en la
sintaxis; por tanto de lo que pueda ocurrir en la fontica o en la morfologa no se ocupa
en lo absoluto. Lo corriente es reservar el trmino neologismo slo para las novedades
en el lxico.
131
Agencia EFE.
En su ponencia, Pascual, realiza una clasificacin del neologismo segn la tipologa
tradicionalmente reconocida por todos los gramticos, la misma se enumera a
continuacin:
1. Neologismos de forma (vocablo nuevo)
2. Neologismos de sentido (acepcin nueva)
3. Neologismos gramaticales o de construccin (giro nuevo)
Los dos primeros tipos son llamados tambin neologismos de lxico (o lexicogrficos),
mientras que el tercero constituye, en sus distintas modalidades, el grupo de los
neologismos sintctico estilstico.
moderno [ou]. Si pensamos que las semejanzas no son casuales, sino que se deben a la
tradicin de los hbitos lingsticos, debemos inferir que las diferencias entre las formas
parecidas son el producto de cambios en estos hbitos lingsticos.
El tercer tipo de cambio, que tambin corresponde a la pronunciacin de la palabra, se
conoce como cambio analgico, y se atribuye generalmente a la interferencia de una
palabra asociada.
Por ejemplo, si por analoga con palabras como fotografa, radiografa o
dactilografa dijramos atrofa en lugar de atrofia, estaramos sometiendo esta
palabra a un cambio analgico. Lo mismo ocurre con los nios cuando, guindose por
la formacin corriente del tiempo pretrito indefinido yo corr, com, sal, abr, etc.
dicen tra en lugar de traje, o hic en lugar de hice.
BIBLIOGRAFA
Guerrero Ramos, Gloria. Neologismos en el espaol actual. Cuadernos de la
lengua espaola. Editorial Arcos/Libros S. L. Madrid, 1997.
Jakobson, Roman. Ensayos de lingstica general. Ttulo original: Essais de
linguistique gnrale. Editorial Planeta Agostini. Espaa, 1985.
133
Ttulo original:
Ttulo original:
El neologismo necesario.
Fundacin EFE.
Coleccin Comunicacin y
134
EL NEOLOGISMO
DESDE
LA PSICOLOGA DISCURSIVA
135
137
3)
4)
5)
6)
7)
8)
9)
social parecen producir una situacin en la cual un mdico intenta diagnosticar los
sntomas de un paciente, estando a la vuelta de la esquina y no viendo al paciente.
El cientfico social usa sus instrumentos para medir la respuesta del paciente como
si fueran una especie de estetoscopio largo. El foco del investigador ha estado
desarrollando un mejor y mejor estetoscopio para ir a la vuelta de la esquina y
dentro de casas cuando la necesidad real del investigador es caminar hacia la vuelta
de la esquina, adentro de las casas y hablar con la gente que vive en ellas.
6) Los trminos e interpretaciones de los participantes son los datos ms centrales. Cita
de Waele y Harr (1979): Tomando en serio las interpretaciones de los participantes
ganamos la falsificacin de la realidad, lo que ocurre cuando reportes de uno mismo
estn limitados a las respuestas de los cuestionarios, etc. los cuales han sido ideados
por adelantado por el investigador. Los participantes, si es que se les permite
construir sus propias interpretaciones, a menudo presentan una serie de significados
y revelan teoras implcitas, a veces en desacuerdo con aquellas impuestas por los
investigadores. Este acercamiento est ejemplificado en el trabajo de Marsh (1978)
sobre las explicaciones de hinchas de ftbol de las reglas de conducta en el ftbol.
Marsh us un acercamiento desarrollado desde la perspectiva de Harr, explicada
anteriormente.
7) Alguna versin de anlisis inductivo es preferida por el acercamiento hipottico deductivo. En el primero, teoras, modelos e hiptesis surgen del proceso de
recoleccin de datos en vez de ser confirmadas por l. (irnicamente, esto se acerca
a la filosofa del mtodo emprico antiguo, natural y fsico sin preconcepciones).
Medawar (1963), sin embargo ha argido fuertemente en contra de la ingenua
suposicin de que uno puede acercarse a cualquier fenmeno, para estudiarlo
absolutamente sin preconcepciones como a sus modos de funcionamiento - por
supuesto que no en el mundo social de todos modos.
El anlisis inductivo tambin incluye el proceso de ir constantemente refinando
categoras y modelos emergentes, en la luz de datos entrantes.
El valor de este acercamiento se ve particularmente en su habilidad de permitir que
categoras, procesos, e incluso hiptesis surgen, los cuales no podran haber sido
concebidas como presentes antes de que las investigaciones comenzaran; mientras
que las investigaciones tradicionales estrictamente definen variables y dimensiones
antes de juntar los datos; tales datos puede que sean distorsionados para poder
encajar en el esquema preestablecido.
8) Es probable que las teoras que surjan sean locales en vez de generalizaciones
masivas acerca de la naturaleza del pensamiento o personalidad humanos.
9) Para las salidas ms radicales del paradigma tradicional hay un alto grado de
participacin de aquellos investigados en parte o en todo el desarrollo, transcurso y
anlisis del proyecto de investigacin. La versin extrema de este acercamiento
incluye el grupo que es el blanco, que acta como el investigador original, como una
suerte de consultor y organizado y analista de los datos. Cualquier descubrimiento o
interpretacin se discute y se modifica por el grupo en general en sus propios
trminos. La realidad se negocia.
10) La mayora de los mtodos bajo el nuevo paradigma/cualitativo, incluyen la
nocin de un ciclo de investigacin, en el cual un paso integral es consultar a
participantes con respecto a la accesibilidad y precisin de teoras que surgen de
modelos, categoras y teoras emergentes.
ACERCAMIENTOS CUALITATIVOS
139
140
INVESTIGACION COLABORADORA
Haciendo una aproximacin, juntando los ltimos dos acercamientos, obtenemos la base
para la investigacin colaboradora, en la cual los participantes se involucran tanto como
sea posible en la investigacin sobre la organizacin de su propio grupo. El
investigador puede que tenga que dirigir al principio pero a medida que los participantes
se dan cuenta de la naturaleza del juego se involucran centralmente en el progreso de la
141
143
Esto no quiere decir que las mujeres pensaran, razonaran y dirigiran sus
investigaciones de una manera completamente diferente, dada la oportunidad. Se
retrocedera a los viejos estereotipos si se sugiriera que las mujeres no tienden a usar
cuantificacin o sentirse felices probando hiptesis estticamente.
La lgica implcita en el ajedrez, en la programacin de computadoras y en las pruebas
de esttica en ste libro son neutrales en un sentido mayor. ()
144
realidad dentro de mi cabeza, sino que yo, redifinira y negociara mi punto de vista
cada vez que intentara explicarlo, dependiendo de los desafos que recibo, los puntos de
vista de mis oyentes, que otra persona puede orme, cuan formales somos y as
sucesivamente. Sobre todo, mi produccin es accin social.
Mientras que la psicologa tradicional vera a todos los factores que acabo de mencionar
y dira eso es la teora del rol o hay un montn de experimentos que estudian como
nosotros cambiamos de tono dependiendo de nuestro oyente, el nfasis del anlisis
discursivo es enteramente en el discurso involucrado en mi produccin y como lo
manejo mientras intento, como por ejemplo, mantener la credibilidad. En el modelo de
accin discursiva (MAD) (Edwards y Potter, 1992), recordar y hacer atribuciones se
redefine como accin en la forma de reportes (versiones, explicaciones) junto con
inferencias. El foco no est en stas actividades como el reflejo de condiciones
mentales internas. Cuando recordamos y atribuimos en la vida real, a diferencia del
experimento psicolgico, nuestras explicaciones se ocupan de la culpa la defensa, la
responsabilidad, la explicacin, etc. Lo que nosotros hacemos con frecuencia es
presentar recuerdos como hechos cuando son realmente construcciones. Las
construcciones utilizan recursos, resaltados por investigadores del anlisis discursivo,
los cuales sirven al propsito de socavar construcciones alternativas. Un recurso, por
ejemplo, es la formulacin de casos extremos todos le dan una paliza a sus hijos
de ves en cuando, o no? servira al propsito de justificar el pegarle a los chicos, un
recurso que Freud llam proyeccin. Cuando hablamos, con frecuencia justificamos,
mientras mantenemos objetiva la apariencia.
Los escritores de anlisis discursivo hablan de apuesta o inters, y que los hablantes
tienen el dilema de cmo tratar de ocuparse de sus intereses sin ser socavados como
interesados (Edwards y Potter, 1992). Es a menudo importante que se acepte la
explicacin de uno como un hecho, por esto las autoridades usan el lenguaje
impersonal, usan uno y la voz pasiva. Slo necesitamos pensar en la manera en que
los polticos o jefes expresan sus explicaciones en televisin para entender esto.
Uno de los puntos importantes del anlisis discursivo en contra de los acercamientos
experimentales sumamente controlados es que los materiales con frecuencia usados, se
llevan la esencia de lo que la gente normalmente hace cuando recuerda o juzga; nosotros
mantenemos un discurso con otros o incluso con nosotros mismos. No es que el anlisis
discursivo vea a todos como pequeos maquiavelos, conspirando y creando
explicaciones para sus intereses constantemente. Su nfasis esta en el estudiar la
145
memoria y otras reas de tpicos tradicionales como la manera en que se hacen las
cosas. Nosotros normalmente memorizamos o atribuimos con un propsito en un
contexto que tiene importancia para nosotros.
Es dudoso que un movimiento encabezado por el anlisis discursivo eventualmente
suplante o desafe seriamente la actual corriente principal en su territorio natal, por
ejemplo, los centros cognitivos de la percepcin, memoria, atencin, resolucin de
problemas, etc. El acercamiento, sin embargo, ha puesto nervioso al establecimiento y
ha producido trabajo innovador, con valiosas aplicaciones humanas, poco probable de
que aparezcan, sino por este acercamiento por ejemplo - el trabajo con Middleton,
Buchanan y Suurmond (1993).
Hay duras crticas al acercamiento del anlisis discursivo, muchas en una forma
filosfica demasiado compleja para presentar aqu; pero en los trminos de
investigacin prctica son importantes los siguientes: el uso de protocolos verbales es
un ejemplo de datos cualitativos ya usados en psicologa cognitiva. El nfasis del
anlisis discursivo est enteramente en el lenguaje. An as, la investigacin del
testimonio de un testigo ocular tiene mucho que ver con los recuerdos no verbales.
Muchas crticas se centran alrededor de la preocupacin normal de la confiabilidad y la
validez. Cmo se controla la lectura de un discurso de un investigado enfrentada a la
de otro?. Los partidarios del anlisis discursivo sostienen que esto se hace a travs del
argumento persuasivo, pero el sistema convencional tambin tiene un grupo acordado
de reglas que dan validez, las cuales parecen faltarle a este acercamiento. Baddeley
(1992) se pregunta si el anlisis discursivo puede que est produciendo sentido comn
disfrazado de jerga, y si todas las respuestas en el anlisis discursivo son tratadas como
igualmente verdaderas, ya que ninguna es perfectamente verdadera. Hyman (1992)
cuestiona un posible investigador y designa parcialidades y miedos de que los
acercamientos del discurso puedan terminar como slo ideas con ejemplos de un
investigador. Hitch (1992), sostiene que el anlisis discursivo es valioso pero debera
ser visto como complementario, no una alternativa derrocadora, contestando sus propias
respuestas acerca de la memoria, en formas que deberan ser reconocidas por otro
investigadores junto con las de ellos. Mi punto de vista aqu, como una analoga, es que
mientras el anlisis discursivo parece estar concentrndose en cmo el trfico se las
arregla para sobrevivir, y por qu va a dnde va, mucha (pero no toda) la investigacin
de la memoria tradicional ha sido orientada hacia el entendimiento del motor. Un
aspecto preocupante del anlisis discursivo versus el debate convencional es que los
146
escritores de anlisis discursivo lidian con crticas como ms discurso para ser analizado
en vez de respondido. Esto es similar a las teoras freudianas que lidian con la crtica en
una base ad hominem, analizndola en trminos de las defensas agresivas e
inconscientes hechas por sus oponentes, de este modo se crea una teora circular
irrefutable.
REFLEXIVIDAD
Una de las fuertes corrientes dentro del anlisis discursivo y de acercamientos similares,
la cual hasta cierto punto lo protege de la crtica de irrefutabilidad, es su fuerte relacin
y compromiso con el tema auto crtico de la reflexivilidad. Este es un trmino
desarrollado dentro de la sociologa moderna en el rea de los estudios del conocimiento
cientfico, pero algo de su efecto se siente en psicologa. La filosofa detrs del trmino
reflexivilidad, es reconocida por la mayora de los investigadores cualitativos o del
nuevo paradigma. La filosofa es del tipo que hemos estado discutiendo - oposicin al
positivismo o cientificismo y una vista relativista del conocimiento. Es decir,
socilogos que estudian el proceso de hacer ciencias naturales (produciendo teoras,
conferencias, revistas, etc.) concluyeron que la nocin de un individuo que estudia y
descubra hechos naturales y objetivos era una ilusin y que cualquiera con
conocimiento cientfico es el producto de procesos sociales, culturales, histricos y
polticos. Recientemente, como un alumno de la maestra en ciencia, sostuve que los
hechos a veces eran hechos (me estaba sintiendo un poco realista en ese momento) con
un profesor que explicaba el punto de vista realista. Yo dije, si hubiera una pileta con
petrleo y yo tuviera un fsforo encendido, nuestras acciones instantneamente
demostraran un completo acuerdo acerca de teora, prediccin y hecho. En realidad
esto era un poco injusto. Tal vez lo que el profesor debera haber hecho era seguir con:
pero si yo les preguntara por qu el petrleo explota (despus de todo estamos
discutiendo cmo la gente intenta ir ms all de la percepcin) que pasara?.
Personalmente, no tengo idea por qu el petrleo explota, pro puedo imaginarme un
grupo de gente, algunos con ms conocimientos cientficos que otros, discutiendo sobre
esto. No sirve decir porque es voltil - esto es una redescripcin de lo que sucede.
Puedo enumerar cosas que explotan y cundo explota, pero esto no es una explicacin.
Alguien, que haya estudiado qumica, podra contarnos acerca de la vibracin o
colisin molecular; pero despus nos dicen que la gente profana no entiende
147
debidamente lo que el cientfico realmente quiere decir con colisin. Usted puede
imaginarse la amplitud de explicaciones posibles y nfasis que podran surgir aqu, y
(esto es el corazn del argumento) fuerzas sociales que podran llevar a un punto de
vista a ser mejor aceptado que otro por el grupo. Cuanto ms si el grupo estuviera
debatiendo causas de agresiones. Piense qu evidencias la gente tiene generalmente
preparada para tales disputas. El punto de vista relativista (o construccionista) es que
mucho de ese proceso contina, pero muy manifiesto en el mundo de los cientficos
reales. Los cientficos, ellos sostienen, no descubren hechos puros, fros e indiscutibles
a distancia; mejor dicho, ellos construyen versiones de los hechos de acuerdo a un
esquema, presiones, valores socialmente aceptados, etc.
Habiendo analizado el discurso y pensado en cientficos naturales de sta manera, hay
una consecuencia inevitable. Como el animal en Yellow submarine (submarino
amarillo), el cual se succiona su propia cola y luego el mismo, el foco tambin cae en la
construccin de la ciencia social. Los escritores se vuelven sensibles a sus propias
construcciones del conocimiento ya que stos lo producen y lo escriben. Se cohiben
seriamente a cerca de los procesos de escritura y anlisis porque ellos pueden ver que
eran culpables de producir conocimiento objetivo compartimentado, con la
estampa de autoridad, mientras que su propio conocimiento debe ser tan relativo
como cualquier otro. Una tcnica para impedirle a los lectores aceptar como hecho lo
que ha estado siendo producido socialmente era concientizar a los lectores de esto
mientras lean. Los textos, entonces, se producan con marcadores para resaltar este
proceso y la filosofa total. Latour (1988) define a un texto reflexivo como uno que ...
toma en cuenta su propia produccin y el cual, haciendo esto, dice deshacer en el lector,
los efectos nocivos de que les crean muy poco o demasiado.
Un principio general, entonces es tomar precauciones metodolgicas que aseguren de
alguna manera que los lectores estn conscientes de tu propio rol en la construccin de
lo que estn leyendo, de tu propia apuesta posible, etc.. El nfasis de Reinharz en los
investigadores que revelan y etiquetan sus actitudes, refleja esta filosofa reflexiva como
un tema fuerte en la investigacin psicolgica feminista.
Los mtodos por el cual los textos se vuelven reflexivos son varios. Los textos tambin
incluyen comentarios de autores o de pares despus de cada seccin. Lo relevante para
la psicologa aqu es que algunas de estas investigaciones en sta veta, a menudo trabajo
de campo y prcticamente aplicado, son presentadas reflexivamente. Investigadores,
junto con sus datos o anlisis brutos, someten un diario de sus pensamientos, mientras
148
juntan datos, los analizan y construyen una teora. Comentan acerca de sus propias
actitudes y posibles parcialidades en alcanzar sta o aquella conclusin o en proceder de
sta o aquella manera en el proceso de investigacin. En vez de notas de pi de pgina,
o el admitirle dudas a colegas confiables en un bar, ste material se ve como equivalente
en importancia a los datos brutos resumidos y analizados.
Una de las dificultades en el desarrollo de ste acercamiento ha sido decidir cuando
suficiente reflexin, es suficiente. Ha habido una tendencia de reflejar sobre reflexin y
sobre stas reflexiones, etc. (meta reflexibilidad), creando la posibilidad obvia de una
regresin infinita. Una dificultad mayor es que, si un escritor te cuenta acerca de tal
construccionismo en los libros acadmicos, su propio texto esta incluido en el anlisis, y
su posicin se convierte en algo as como tratar de lidiar con el mentiroso cretense: si
todos los cretenses son mentirosos, y un cretense te dice esto, que debes tu creer?
149
Algunas consideraciones:
A partir de la lectura de este escrito, que pretende situar algunas coordenadas que
orientan a la Psicologa Discursiva, inferimos que no nos es til para nuestro trabajo
la concepcin que posee este nuevo paradigma, acerca del lenguaje. Si bien realiza
crticas respecto del positivismo, del mtodo hipottico deductivo, de las
investigaciones y del anlisis cuantitativo de las variables, y de las formas de control
del cientificismo, poniendo en duda el alcance certero de sus resultados, este mtodo
nuevo no abandona por completo la experiencia y las formas sensibles. No realiza
una consideracin estructural del lenguaje, en tanto estructura que preexiste al sujeto
y lo determina. Si bien toman lo que denominan tpicos psicolgicos como por
ejemplo, la memoria, se trata a esta ltima como una funcin cognitiva, una
memoria que slo est en relacin con el conocimiento, ubicada estrictamente en el
campo de la conciencia. El anlisis discursivo concibe al lenguaje como constructor
de verdades, mientras ocurre, es decir en el aqu y en el ahora, considera las
diferentes formas discursivas en que se relacionan las personas; a nuestro juicio
todas estas formas de concepcin descuidan, tanto como la teora de la
comunicacin, esa dimensin que se sita ms all de lo que se dice, ms all del
enunciado. Tampoco abordan particularidades del lenguaje, como por ejemplo, sus
trastornos.
150
BIBLIOGRAFA
151
EL NEOLOGISMO
DESDE
LA PSIQUIATRA Y PSICOPATOLOGA
152
153
Cap Nansen ell Pissa uruhl nell palle ixo piso panthe allus pessas esu tuil maxima
perrett ill panse arruse ill perrel Thatciduss usa ihru maltell pe uxa thyrra, pia apentia
rusha iss theto, cralluss Asia peni vendi arrull, mesa. Uss Adda pia mellu Exter a probo:
Mess Killian esu panem Dante, illo pisa thesu arrendt, mess pasi Ural pill palli mesa
essu Acus Cantone, ell Albydill, Anschill, Kulla, Apia Nestor, etc.
Analiza Kraepelin: En esta coleccin sin sentido de slabas hay esparcidos un nmero
de nombres propios corredctos o algo alterados (Asia, Pisa, Madrass, Peru,
Nansen, Adda, Exter, Killian, Dante, Ural, Apia, Nestor, Farrawell, Thatciduss,
Albydill), algunos (Pisa, Asia) se repiten, como tambin una serie de otras palabras
inventadas (arull, perell, ill, thesu, mesa, esu, pia).
similitudes de sonido (pellus pelli pill palli, mehluss allus cralluss, arull
uruhl arruse ruhsa, peru perell perett, pinta panthe apentia peni penem
pasi), aunque no en una secuencia ininterrumpida, sino como repeticiones esparcidas
irregularmente a lo largo de toda la serie. Si se hubiese reproducido por entero el
amplio fragmento de escritura, esto hubiese sido mucho ms notorio. Una conexin
interna se reconoce solamente en la medida en que los nombres introducidos se refieren
todos a ciudades, pases o personas; en Farewell (Farrewell) y Cap Nansen tal vez
tambin podra encontrarse una relacin an ms cercana. El paciente interrumpi su
galimatas con el comentario, Ahora otra vez al tema y entonces escribe acerca de sus
descubrimientos, entre los que se mencionan un gran nmero de pases; l concluy
con ms expresiones confusas, iguales que las anteriores. En la oracin del medio est
el siguiente juego de palabras: Puntos: Punte: Punto: Punti: Punta: Puntes: Puntal:
Puntales: Puntu: Punto: Puntel: Puntelus.
Kraepelin comenta que algunas veces se llega a la rima sin sentido y compara estas
conversaciones totalmente incomprensibles, hechas de neologismos, similitudes de
sonido, rimas y repeticiones, con el lenguaje de los sueos como as tambin con la
lectura que hara un alcohlico delirante de un pgina en blanco. Destaca tambin la
particularidad de las expresiones escritas poemas lricos, producidos por una paciente
compuestas en un lenguaje inventado.
pensamiento ajeno,
Este conjunto
155
Es de ndole
156
se tradujo el
equivalente en castellano tambin con una leve deformacin: trobados (trobador), suar
(sudar), sava (salva), amuro (amor/muro), suerce (suerte).
Tambin se encuentran palabras con una alteracin en la escritura pero que no entraan
una diferencia con el vocablo correcto, en efecto putin se pronuncia como putain y
couane como couenne, por lo cual fueron traducidas sin alteraciones dado que el
espaol no ofrece la posibilidad de escribir el mismo fonema de varios modos.
Estos neografismos podran ser confundidos con faltas de ortografa, donde el sentido
podra ser conservado.
Otro grupo est compuesto por verdaderos neologismos, podemos reconocer dos
grupos: aquellos en los que es posible encontrar una raz u origen en un vocablo del
lxico francs y aquellos que son invenciones sin paradigma alguno.
Del primer grupo pissaduire y pouilladuire tiene la misma terminacin, pissaduire
es derivado del verbo pisser (mear, pillar) y se tradujo, pilladera, no pillera porque
tiene otro sentido en espaol.
158
159
No es solamente la
reticencia (). Es el hecho de que su intensidad vara, que evolucionan por brotes y
que con esos fenmenos aparece un estado de stenia en forma expansiva, que por una
parte les da ciertamente su resonancia convincente para el sujeto, y por otra parte hace
imposible, incluso por motivos de defensa, su ocultacin.
La enferma ha presentado durante su estada en el servicio uno de sus brotes. Los
fenmenos de accin exterior se reducen a los ms sutiles, ha negado siempre haber
tenido jams voces, niega tambin toda captura, todo eco del pensamiento. A lo sumo
se trata de hiperendofasia episdica, de mentismo nocturno, de alucinaciones psquicas.
Cierta vez escuchaba nombres de flores y senta sus olores; otra, en una suerte de visin
interior, se vea y senta a la vez acoplada con el inspector R.. Con relacin al erotismo
genital, la enferma practica la masturbacin; en sueos la acompaan y algunos son
semionricos, es difcil distinguirlos de la alucinacin genital.
Por otra parte, experimenta sentimientos de influencia, son afinidades psquicas,
intuiciones, revelaciones del espritu, sentimientos de direccin. Ella dice que
esto es de gran sutileza de la inteligencia. En ciertos perodos, palabras y gestos en la
160
calle le son significativos, los detalles banales toman un valor expresivo que concierne a
su destino.
A continuacin se transcriben los escritos de la paciente que los autores consideran
reveladores:
I Pars, el 30 de Abril de 1931:
Mi querido pap, mas de cuatro meses que estoy encerrada en este asilo de Saint-Anne
sin que haya podido hacer el esfuerzo necesario para escribrtelo. No es que tenga lo que
fuera, algo neurlgico o tuberculoso, pero se me ha hecho cometer el ao ltimo tales pavadas
que ponen, como deshonesta, en provecho de tu perfecta ignorancia de mi real situacin (1) que
he soportado el yugo de la defensa (2) por el mutismo. He aprendido, sin embargo, que el
mdico de mi caso, a fuerza de lentitud te ha puesto en guardia contra la cosa grotesca y veo
que ha, sin mas sed de avatares (3), puesto las cosas en perfecto camino de mejor aclaracin
(4) y dems salud de Estado (5).
nomenclatura de Auvergne pues sin lavarse las manos en el agua de roca se hace pilladera
(pissaduire) en la cama seca (20) y Magdalena es sin tardar la putina de todos esos rasurados
de fresco (21) por ser el mejor de sus oreal (oraies) (22) en la voz es dulce y el tinte fresco.
Hubiera querido maldecir de la tuata (tougnate) (23) sin hacer el prejuicio de vida plenaria y
sin gasto se hace polica judiciaria (24). Pero hay que asombrar al mundo para ser el rufin
maldito de barbanella y de sin cama se hace de la tuata (25).
161
Las barbas sucias son los finos eruditos del reino y del emplastre judicio (26) pero hay
que callarse para eruditar (27) la oa (gnogna) (28) y hacerla deslizarse seca en si yo acuso
yo se lo que he hecho (29).
(31) A londear (londoyer) (30) sin costumbres uno hace la tonta (31) pero el rasgo de
orgullo es el ms alto Benoit que se pueda deslizar de ac largos hechos y sin modo. El peligro
de una nocin perversa es acumular todo sobre la espalda de alguien y hacer del emplastre el
ms magro arlequn mientras que es perjuicio al que se quiere, bondad a golpes redoblados a
quien no se quiere para s.
Pero yo le estoy de acuerdo en la palabra de la gloria del Senado. Curador (32) era de
su es mi mujer quien lo ha hecho (33) el ms erudito de todos pero el menos torpe.
Al rescatarle el peyejo (couane) hago de la pero el as (la mais las) es buena nos hace
falta saltarla (34) pero soy de ese felpudo que hace pupila a los cien que he hecho alcaucil con
ese fino bigornea. Pero hay que pasar caquita (brenat) te hace el ms pleno de comadres, de
compadre se hace el vientre para hacerlo sudar de ti.
A mi de haber rascado el peyejo te he hecho la ms sola pero si es un cangrejo es para
felicidad en otro lado y no en aquellos oreales, ellos son demasiado bajos.
Al agotarlos algo del alma est cansada (lame est lasse) de siempre servirlas (35) y
ver trepar los escalones a quien no puede soltarlos en tiempo y en hora. Es necesario por eso
ser gentil amiga del orculo del Deseo (36) y si usted es el fuego de los viernedeudas
(vendredettes) (37) le hago el sucio horno de ratas, de rata pasmada (38) y de trapo de
capricho.
La rosca (tourte) es el cuidado que se tiene por el adolescente cuando hace sus dientes
con el jarrete de otros (39). Su perjuicio es ese que no se apaga de un golpe de sombrilla (40).
Hay que seguir al ensayo cuando se lo tiene eruditor (41) y si usted quiere verlo pasmar vaya
sin ms tardar a la avenida Champs Elyses en tanto dorado escalofro (42) de la patrulla de
melones de coraje pero de naufragio pleno el jarrte (44).
A vuestros anhelos amo me pasma (45) a sus jarretes (46) y a mi desenvoltura a sus
oreales ms altos (47).
162
se hace artesano para sacarlo de moda, portacarga. Mi libertad, suplico a vuestra honesta
persona, valdr ms que el parmetro del duce ms empobrecido por paraguas de escuadra.
Yo le honores, Seor Vientre verde (50). A usted mis savores de petulancia y de primor
para honrarlo y placerle. A la Merced del Buen Dios para regarlo de vergenza o acecharlo
de xito slido y equilibrado. Pantano alto de pescados de aguas dulces. Bedulce.
163
164
La enferma afirma que lo que ella expresa le es impuesto, no de una manera irresistible
ni siquiera rigurosa, sino bajo un modo ya formulado. Se trata de una inspiracin.
Esta ltima se trastorna cuando escribe una carta en estilo normal en presencia del
mdico.
Al ser interrogada sobre el sentido de esos escritos, responde que ellos son muy
comprensibles.
165
Trastornos verbales
Alteracin de la forma de la palabra, reveladora de una alteracin del esquema motor
grfico o bien de la imagen auditiva o visual.
Al comienzo ellos son reducidos al mnimo. Sin embargo, se reencuentran elisiones
silbicas (61), referidas a menudo, punto remarcable, sobre la primer slaba (26), (32),
(51), muy frecuentemente el olvido de una partcula, preposicin la mayora de las
veces: por, de, o, del, a, etc. Se trata de esos cortos diques o inhibiciones
del curso del pensamiento que forma parte de los fenmenos sutiles negativos de la
esquizofrenia? El hecho es tanto ms difcil de afirmar cuanto que la enferma da de l
interpretaciones delirantes. Ha suprimido este y o ese de porque habra hecho
fracasar su propsito. En algunos escritos hace alusin a eso (62).
Ciertas frmulas verbales son por el contrario ciertamente dadas por los fenmenos
elementales impuestos positivos, pseudo alucinatorios (63); la enferma especula a
menudo sobre esos fenmenos.
El carcter impuesto de ciertos fenmenos aparece netamente en que su imagen es tan
puramente auditiva que la enferma le da varias transcripciones diferentes: el pero, el as
(la mais las) (34), el alma est cansada (lame est lasse) (35) que se escribe adems la
melasa (la mlasse) en un poema que no hemos citado. Lo mismo el mirlo de
gardua (le merle fouine) (55), la madre la husmea (la mre la fouine) (67). Las
denegaciones de la enferma, fundadas sobre la diferencia del sentido no pueden anular
el hecho, sino que al contrario vienen a reforzar su valor.
Se puede entonces preguntarse si no tienen un mismo origen ciertas estereotipias que
vuelven con insistencia en una misma carta o en varias: en la carta I, el de Estado (5);
en la carta II, el de ensayo (16), (19), (49), (65), que se engancha regularmente a
palabras terminadas en on, sobre el modelo de baln de ensayo (bolo dessai), en
varias cartas, el tan dorado escalofro (si dor frisson) (42), (60).
Uno puede
preguntarse an por toda una serie de estereotipias que aparecen en el texto con un
sesgo de absurdo particularmente pobre, que, digamos huelen la rumiacin mental y
el delirio.
Los neologismos, sin embargo, parecen en su mayor parte de un origen diferente.
Algunos solamente como londrar, londear (londrar, londoyer) (31) tienen la
apariencia de los tipos neolgicos que nos proveen la alucinacin. Son escasos. La
mayora debemos ubicarlos en los trastornos nominales.
166
Trastornos Nominales
Los trastornos del sentido de las palabras parecen vecinos de los procesos de alteracin
estudiados por los fillogos y los lingistas en la evolucin del lenguaje comn. Se
hacen, como estos, por contigidad de la idea expresada y tambin por contigidad
sonora o ms exactamente parentesco musical de las palabras: la falsa etimologa del
tipo popular resume esos mecanismos:
(mivre) en el sentido que tiene mezquino (mesquin). Ha hecho una familia con las
palabras intendencia (mairie) y casar (merier), de donde saca: marrido (marri) y el
neologismo intendentear (mairir).
El sentido es an transformado segn el mecanismo normal de la extensin y de la
abstraccin, tales los jarrete (jarret) (39), (44), (46), etc., frecuentemente evocados,
palabra a la cual la enferma da su sentido propio, y por extensin el de lucha, marcha,
fuerza activa.
Mecanismos de derivacin regulares producen neologismos eruditar (erudir) (27), (41),
enigmar, oreal (oraie) (22), (47), formada como rosedal (roseraie), y muy
frecuentemente empleado en el sentido de cosa que produce oro, viernedeudas
(vendredettes) (37), que designa lo que se relaciona a un curso que segua el viernes,
etc.
Otras palabras son de origen dialectal, local o familiar, ver (28), y tambin los Respans
por los Rameaux (54), la palabra neche para decir malvada (mchanete), y las
palabras tua (tougna), de donde derivan tuata (23), (25), tuasa (tougnasse), que
son injurias que designan siempre su principal enemiga, Mlle. G.
Finalmente notar el uso de palabras truculentas: los arropados (emmitoufls) (52), los
embribonados (encoquins), etc.
167
El
formados para uno mismo son, en parte, palabras del todo nuevas, etimolgicamente
incomprensibles;
2. Se presentan sin intencin, especialmente en las frases agudas, neologismos que son
utilizados secundariamente para designaciones y son luego tomados en los estados
crnicos. Una enferma de Pfersdorff emplea la expresin fusiles sensibles para
ciertos fenmenos alucinatorios. A la pregunta: Qu quiere decir propiamente
fusiles sensibles?
responde:
empleaba, como he dicho, para expresar un concepto muy distinto que aquel que
designaban propiamente haban recibido para m otro sentido muy diverso del
comn Si no encontraba la palabra adecuada para las ideas que se agolpaban
rpidamente, enseguida inventaba, como hacen a menudo los nios, y me cree
denominaciones propias segn mi gusto. (Forel)
3. A los enfermos les son dados los neologismos como contenidos alucinatorios. Los
enfermos en ste como en el caso anterior, se asombran a menudo ellos mismos
respecto de las palabras extraas, singulares. De este modo ha odo Schreber todo
el lenguaje bsico de los rayos adoptados por l. Recalca siempre que las
palabras, antes de orlas de esa manera, eran para l del todo desconocidas.
4. Son producidos sonidos articulados, a los que aparentemente los enfermos mismos
no atribuyen ningn sentido. No se trata en general ya de formaciones lingsticas,
pues la significacin del sonido ha desaparecido por entero.
As pueden ser
168
variables, pero luego las palabras fueron retenidas, y llam la atencin el considerable
esfuerzo de memoria. Una capacidad creadora no cuenta all para nada. La sintaxis
sigue siendo la del lenguaje alemn, slo el vocabulario fue reformado.
Citamos:
()
El
es decir, ante una inversin del orden normal de las palabras. He aqu algunos ejemplos
tomados de nuestra paciente Wi:
1. Mozart no y Haydn son geniales en el mpetu en vez de Mozart y Haydn no son
geniales en el mpetu
Prescindimos por completo del contenido de tales enunciados, as tambin del
neologismo que aqu aparece. Respecto a este ltimo enunciado del paciente, al pie de
pgina, se lee una Nota del Traductor que nos dice: El neologismo es genial im Zug
sein, lo que puede traducirse como ser genial en el mpetu, en la actividad; la lengua
alemana tiene el giro gut im zgue sein, que significa estar en plena actividad. El
neologismo aludira, pues, a un rasgo ms profundo, constitutivo del ser de alguien.
Y contina Binswanger, a propsito de este enunciado: Aqu nos importa, ante todo, el
hecho de que nos hallamos ante un orden de palabras puesto de travs, ante algo pura
y simplemente atravesado () () se trata de la esencia de lo atravesado en cuanto
tal, de lo torcido, del apartarse de la rectitud ( en cualquiera de los sentidos de la
palabra).
mutismo, semimutismo
situacin; prosigue en voz alta una ensoacin verbal, sin finalidad, sin contacto, sin
intervencin consciente. Las preguntas o las respuestas que se le hacen sirven como
mximo de pretexto; jams son verdaderos elementos de un intercambio.
Acerca de las alteraciones en la semntica, nos dice el autor, que el sentido (lo
significado) del material verbal (lo significante) est desviado de su acuerdo con el
lenguaje comn. El esquizofrnico tiende a cambiar el sentido de las palabras, bien sea
fabricando verdaderos neologismos, bien sea empleando en un sentido nuevo palabras
ya existentes.
nos ocurre a todos en la experiencia del sueo. Con la diferencia de que aqu el
lenguaje metafrico es del de un ser que no duerme o que tan slo est adormecido,
pero que se desva del mundo de la realidad para volverse hacia un mundo
imaginario(Rosolato, 1956).
Estos trastornos de
El
demencia precoz. Cree que los mismos tienen una significacin, que no son de
aparicin espontnea sino producto de una evolucin. Sera posible, segn los
neologismos, descubrir su origen psicolgico y la naturaleza profunda de la afeccin
del sujeto. Hay, en la demencia precoz, tres tipos de neologismos: hebefrnicos,
catatnicos y paranoides.
Se trata
palabras de uso comn pero que adquieren para el enfermo un valor simblico
estrictamente individual. Los de tipo catatnico son de origen verbo - motriz y no
simblico. El paciente no tiene la menor intencin de ser comprendido. Forma
palabras nuevas sin percibirlo: es la lengua la que trabaja y no el cerebro. El
encadenamiento de palabras se realiza por asociacin de sonidos. El tipo paranoide
de neologismos es el ms importante. Est ligado ntimamente a la personalidad
del enfermo y nace como reaccin del psiquismo a las excitaciones exteriores,
siempre reales pero difciles de identificar.
5. Neologismo y Delirio: Trenel distingue a los lenguajes neolgicos por su sintaxis
(lenguajes seudo incoherentes), lenguajes neolgicos por su vocabulario
(glosomanas de Cenac), lenguajes neolgicos por su sintaxis y su vocabulario
(glosolalias verdaderas).
Su origen es automtico, no
es evidente que no hay manera de averiguar lo que con ello pueden querer significar.
En tales casos los neologismos acostumbran a coincidir con una tal incoherencia verbal,
que resulta del todo imposible hacerse cargo del pensamiento del enfermo.
Mira y Lpez para esclarecer su desarrollo nos da dos ejemplos clnicos, que a
continuacin se transcriben:
Ejemplo primero:
Cmo est? Est partido en dos por la cabeza que habla del ruso maravedizo.
Qutate de ah viejo joven ven y ven; pastillas para la tos del rebuzno que suspira por el
mdico. Calla tonto. La construccionabilidad del pasaderizante es fea.
Cundo marchar a su casa? Marchar tan pronto como jamn de las porqueras
que salen por la escalera, pera. Rincn nunca fue. Los vestidos que llevo por la Luna
remendera de la pin de la pon que no me pongo ms. Desde la ventana veo y huelo los
rayos que me traspasan el corcho con lo sapo verdes melifluos, sinculo y del cupo
cogote escupo.
Ejemplo segundo:
Cmo se encuentra? Fala, fala, fala, raplera, tan choca, choque, choco, chucu
juum; te voy viendo que me Mara S Zapato verde negro pero mi secreto nadie lo
tendr.
Por qu est aqu? Porque me da la gana, toros Toreski, ki ki ri ki, el espejo vale
ms, nabo, nebadera. Quiero comer, sal torpe. Pepito no por el rbano de los cabellos.
Mi estmago me dista el apetito de la fala, supo el rucestra de los ricos racos que nunca
se ven.
En determinadas ocasiones el neologismo no es en realidad tal, pues no se trata de una
palabra nueva, sino ms bien del empleo de una palabra conocida, pero en una nueva
relacin
de significado.
As,
por
ejemplo,
un
esquizofrnico
habla de
apelotonamiento de sus sentimientos, otro nos dice que tiene ideas migratorias, un
tercero afirma que es objeto de una hipnosis transparente y que la enfermera tiene
una cara instrumental. Un hebefrnico ha descubierto el grado reventomtrico de
las personas, una esquizofrnica paranoide se siente engomada (quiere expresar con
ello sin duda una especial impresin cenestsica, de naturaleza predominantemente
muscular), otra nos dice que su padre la inyecta por las noches la imagen maderizada
de si misma En tales expresiones parece adivinarse precisamente el esfuerzo que el
sujeto hace para evitar un verdadero neologismo, esto es, la creacin de una palabra;
175
anlogo a los que se observan en los casos de afasia sensorial (Kraepelin). Hoche y
Kraepelin han hecho notar asimismo que no son raros los neologismos en los sueos de
las personas normales y comparan por ello el lenguaje neologista de los esquizofrnicos
al lenguaje onrico, en el que, como sabemos, intervienen para deformar la expresin
normal los primitivos mecanismos de la condensacin, el desplazamiento y las anttesis.
De todos modos, estas suposiciones solamente son vlidas para explicar cierto nmero
de neologismos: existen otros que sin duda se forman casualmente, constituyendo
verdaderos lapsus. Si se tiene en cuenta la intensidad de los procesos de disgregacin
asociativa en la esquizofrenia, no ha de extraarnos la produccin causal (por
interferencia de dos races verbales ms o menos sintonizadas) de una palabra nueva,
que es entonces repetida de un modo puramente automtico y queda como estereotipada
en el lenguaje. Es ste un fenmeno que no se observa nicamente en la demencia
precoz, sino en todas las psicosis graves y singularmente en las de naturaleza orgnica
(demencia paraltica, confusin mental aguda, psicosis epilpticas, etc.)
All dice:
177
de sus experiencias. Cuando se conoce bien a los enfermos en muchas ocasiones se les
puede comprender aproximadamente bien.
Toma un breve relato, a modo de ejemplo clnico, de un paciente esquizofrnico:
Parir con sangre esterilizacin del tribunal tutelar deber de disparar barba de
hombre deber de detencin de disparar suspensoria cambio de sustitutivo de
placenta.
Tambin describe que algunos esquizofrnicos se forman un lenguaje particular y
privado, que puede ser completamente ininteligible, esta particularidad se conoce con el
nombre de criptolalia. Este fenmeno del lenguaje producido en el plano de la escritura
personal se denomina criptografa. Ambos han de entenderse como prosecucin del
simbolismo privado.
178
en una sarta de trminos sin relacin aparente, a veces repetida varias veces
(verbigeracin, ensalada de palabras).
disociativos frecuentemente usan una palabra escogida para designar lo que les
amenaza ( el terescopio, el trapon, que mezclan las ideas, el verot que se
insina en todas partes) o al perseguidor (el hisop que envenena, el megatos
todopoderoso).
connivencia y veneno; otro deca que se irrigacionaba para tratar de reunir los trozos
esparcidos de su persona fsica y psquica a los que l comparaba con las piezas de un
rompecabezas. Las alteraciones sintcticas (agramatismo, paragramatismo) como la
multiplicacin de neologismos pueden, en las formas muy evolucionadas, terminar en
un paralenguaje absolutamente hermtico (esquizofasia).
En realidad, el
puntos de referencia objetivos hace que, muchas veces, hechos totalmente superponibles
se conozcan con denominaciones distintas segn el autor que los refiera, mientras que
una misma palabra puede servir para designar hechos completamente distintos.
En los enfermos mentales, los neologismos pueden estudiarse en el lenguaje hablado
(directamente o, mejor an, despus de registrado) y el escrito.
Desde el punto de vista formal, el neologismo puede ser una palabra del vocabulario
corriente (por lo general, una palabra de uso restringido, cuyo sentido exacto ignora el
enfermo) a la que se da una nueva significacin: un delirante, por ejemplo, se queja de
ser maltratado por cronmetros; cuando hay cierta relacin entre el sentido usual y el
nuevo, hablamos de paralogismos. Muchas veces, en una sola expresin neolgica se
asocian dos o ms palabras (como ocurra con aquella enferma que hablaba de su
uremia natural para designar sus menstruos). No obstante, el tipo de neologismo que
se produce con mayor frecuencia, es de nuevo cuo; su formacin obedece entonces a
las leyes de la fontica; muy a menudo se observa un mecanismo de substantivacin,
que recuerda la palabra frase del lenguaje infantil.
El inters psiquitrico de este cncer verbal (LACAN) que es el neologismo, estriba
especialmente en la naturaleza del trastorno, del cual es manifestacin. SGLAS lo sita
entre las dislogias, bajo cuyo nombre se engloban todos los trastornos del lenguaje
secundario a una alteracin intelectual. Su esencial originalidad radica en el carcter
individual y subjetivo, que lo hace estar en pugna con todo aquello que representa una
elaboracin lingstica normal, que es, por esencia, social y colectiva. En ocasiones, el
neologismo queda inscrito en el marco de una actividad ldica, como ocurre en ciertos
manacos, que pueden llegar a expresarse en un lenguaje totalmente caprichoso. No
obstante, la mayora de las veces es producto de un trastorno profundo de la
personalidad, generalmente duradero, por lo que se le considera como un ndice de
cronicidad (RGIS).
neologismos son estables y poco numerosos, sirven, por ejemplo, para designar a los
perseguidores o los procedimientos por ellos utilizados. En los estados de estructura
paranoide o esquizofrnica son ms cambiantes en cuanto a su forma, y mucho ms
numerosos, hasta el punto de llegar en algunas ocasiones a la elaboracin de un lenguaje
neoformado (Glosolalia, de CENAC).
181
monlogos, mutismo.
Acerca de los neologismos observa Los neologismos de los esquizofrnicos son
vocablos creados por el enfermo; se suponen provistos de un significado para l pero
son la mayora de las veces, totalmente absurdos e incomprensibles para nuestro lxico
normal. En algunas oportunidades los neologismos son comprensibles, percibindose a
travs de ellos lo que el enfermo desea expresar.
Aclaramos que el vocablo neologismo no solamente debe entenderse como palabra
neoformada, sino tambin, como ciertas formas especiales de expresin verbal, y
asimismo como extravagantes construcciones gramaticales y deformaciones de las
palabras por inadecuada acentuacin.
La causa de la deformacin de estos neologismos son mltiples y variadas. A menudo
es una forma de concretar el pensamiento mediante la conjuncin de dos o ms trminos
conocidos; otras veces el neologismo tiene por objeto la expresin de pensamientos
originados en las extraas percepciones captadas en el mundo creado por el enfermo,
en el que el lenguaje adquiere tambin una significacin diferente. ()
Interesa
BIBLIOGRAFA
Bleuler, E. Tratado de Psiquiatra. Traducido de la ltima edicin alemana por
Jos M. De Villaverde. Copyright by Calpe, Talleres Poligrficos. Madrid, 1924.
Kraepelin. La demencia precoz. Primera Parte. Presentacin de Juan Carlos
Stagno. Coleccin Clsica de Psiquiatra. Editorial Polemos. Buenos Aires, 1996.
Sglas, Jules.
Tomo II.
183
Migault, Pierre;
Ttulo original:
Lacan, Jacques.
Escrits Inspirs:
Escritos Inspirados:
Schizografie.
Editado por
Annales Mdico Psychologiques. 1931, T. II, p.p. 508 522. Traduccin: Silvia
Yabkowski y Claudio Godoy.
Jaspers, Karl. Psicopatologa General. Volumen I. Editorial Beta. Argentina,
1950.
Binswanger, Ludwing.
Traduccin
Psiquiatra Infantil.
Editorial Paids.
Psique.
Co-edicin.
Argentina, 1966.
Lemperiere, Th. Y Feline, A. Manual de Psiquiatra. Versin castellana del Dr.
Aurelio Lpez Zea. Ttulo original de la obra: Psychiatre de LAdulte. Primera
edicin 1979. Masson, S.A. Barcelona, 1979.
Porot, Antonie. Diccionario de Psiquiatra. Tomo 2. Editorial Labor S.A. Espaa,
1977.
Betta, Juan C. Manual de Psiquiatra. Octava Edicin. Centro Editor Argentino.
Buenos Aires, 1981.
184
185
EL NEOLOGISMO
DESDE
LA PERSPECTIVA DE
SIGMUND FREUD Y JACQUES LACAN
186
JACQUES LACAN
187
primera interpretacin, orientacin o dicotoma, nos dirigir hacia la sala. Daremos con
Alex, el hermano de Freud, por intermedio de otra transformacin, puramente fontica y
verbal.
Freud encuentra en su memoria una novela de Zola en la que figura un personaje
llamado Sandoz. Tal como Freud lo reconstruye, Zola hizo Sandoz a partir de Aloz,
anagrama de su nombre, reemplazando el Al, comienzo de Alejandro por la segunda
slaba sana. Pues bien, pudo hacerse Sandoz con Zola, Alex esta incluido en el Askel
que Freud so. Como la ultima parte de la palabra Autodidasker.
de modo tal que uno deviene la medida del valor del otro, borra de l lo que es
precisamente el orden de la necesidad, y por este hecho lo introduce en el orden del
valor, desde el punto de vista del sentido, por una especie de neologismo que presenta
tambin una ambigedad puede ser llamado el de - sentido (d-sens). Llammoslo hoy,
simplemente el poco de sentido (peu de sens), y as vern bien, una vez que tengan esta
clave, la significacin de la cadena metonmica de este poco de sentido.
Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. Clase 16. El
sujeto y el Otro: la alienacin. 27 de Mayo de 1964.
El error piagtico - para los que crean que es un neologismo aclaro que se trata del seor
Piaget reside en la nocin de lo que se ha llamado el discurso egocntrico del nio,
definido como el estadio donde supuestamente falta lo que esta psicologa alpina llama
la reciprocidad.
190
Seminario 19 bis. ... Ou pire. El saber del psicoanalista. (Charlas en Ste. Anne). Clase
6. 4 de Mayo de 1972.
enologa (5) (2). Con lo que articulo, cualquiera puede hacer una ontologa de
acuerdo a lo que supone, ms all justamente de estos dos horizontes que marqu por
estar definidos como horizontes del significante.
Seminario 21. Los incautos no yerran (Los nombres del padre). Clase 10. 19 de
Marzo de 1974.
Para explicarlo es preciso que d pleno sentido a lo que design con el trmino, tal
como lo escribo, de la ex - sistencia. Si algo ex - siste a algo, es muy precisamente por
no estar acoplado a l, por estarle tresado (trois), si se me permite el neologismo. La
forma del nudo, ya que adems el nudo no es ms que esa forma, es decir imaginable,
no ocurre aqu que lo imaginable se designa por no poder ser pensado? Pensado, es
decir, puesto en orden, enraizado no slo en lo imposible, sino en lo imposible en tanto
que, de mostrado como tal, nada es demostrado por ese nudo, sino solamente mostrado.
191
SIGMUND FREUD
192
A primera vista
193
onrico del miembro viril citaremos el globo dirigible, justificado tanto por su relacin
con el vuelo como por su forma alargada. Stekel cita en sus estudios acompandola de
ejemplos, toda una serie de todos los smbolos, en parte no contrastados an
suficientemente. Los trabajos de este autor, y en particular su libro. El lenguaje de los
sueos, contienen una riqusima coleccin de soluciones de smbolos, muchas de las
cuales han sido agudamente adivinadas y han demostrado luego ser exactas. As, las
contenidas en el captulo sobre el simbolismo de la muerte.
Pero la defectuosa crtica del autor y su tendencia a generalizar a toda costa hacen que
otras de sus interpretaciones sean dudosas o francamente inaprovechables, de suerte que
es necesario recomendar la mayor prudencia en la aceptacin de sus conclusiones.
Habr, pues, de limitarme a hacer resaltar aqu un escaso nmero de ejemplos.
Segn los datos que me han proporcionado los entendidos en estas materias, Geseres es
una palabra netamente hebrea, derivada del verbo goiser, y su ms aproximada
traduccin es fatalidad. El argot popular judo ha desnaturalizado esta significacin,
sustituyndola por la de lamentaciones y quejas.
Ungeseres es un neologismo
194
la poca de Pascua. Al llegar a esta parte del anlisis surgi en m una repentina
asociacin.
Record, en efecto, que hallndome paseando con mi amigo de Berln por las calles de
Breslau, ciudad a la que fuimos a pasar las ltimas vacaciones de Pascua y que
visitbamos por vez primera, se acerco a m una nia, preguntndome por una calle.
Como los sueos, son estas ensoaciones realizaciones de deseos: tienen en gran parte
como base las impresiones provocadas por sucesos infantiles y sus creaciones gozan de
cierta benevolencia de la censura. Examinando su construccin, comprobamos que el
motivo optativo que ha actuado en su produccin ha revuelto el material de que se
hallan formadas y ha constituido luego con l, ordenndolo en forma diferente, una
nueva totalidad. Con relacin a las reminiscencias infantiles a las que se refieren, son lo
que algunos palacios barrocos de Roma respecto de las ruinas antiguas cuyos materiales
se han utilizado en su construccin. En la elaboracin secundaria del contenido
onrico, que hemos atribuido al cuarto de los factores de la formacin de los sueos,
volvemos a hallar la misma actividad que en la creacin de los sueos diurnos puede
manifestarse libremente, no coartada por otras influencias.
Pudiramos afirmar sin ms dilacin que este nuestro cuarto factor intenta constituir con
el material dado algo como un sueo diurno. Pero en aquellos casos en los que aparece
ya constituido de antemano tal sueo diurno, relacionado con las ideas latentes del
nocturno, se apoderar de l y tender a hacerlo pasar al contenido manifiesto. Existen,
pues, sueos que no consisten sino en la repeticin de una fantasa diurna que ha
permanecido, quiz, inconsciente.
195
fragmentos que se distinguen del resto por la distinta impresin que producen. Parecen
ms fluidos, ms coherentes y, sin embargo, ms fugitivos que los dems elementos del
mismo sueo, y estos caracteres me indican que se trata de fantasas inconscientes
relacionadas con el sueo y acogidas por l, pero no me ha sido nunca posible
determinarlas.
XXVI - TRES ENSAYOS PARA UNA TEORA SEXUAL - 1905 / 2. LA SEXUALIDAD INFANTIL / (2)
MANIFESTACIONES DE LA SEXUALIDAD INFANTIL
196
197
Seoras y seores: A primera vista parece que todo el mundo se halla de acuerdo sobre
el sentido de lo sexual, asimilndolo a lo indecente: esto es, aquello de que no debe
hablarse entre personas correctas. Hasta mis odos ha llegado la curiosa ancdota
siguiente: Los alumnos de un clebre psiquatra, queriendo convencer a su maestro de
que los sntomas de los histricos posean, con extraordinaria frecuencia, un carcter
sexual, le condujeron ante el lecho de una histrica, cuyos accesos simulaban,
innegablemente, el parto. Mas el profesor exclam con aire despectivo: Est bien;
pero el parto no tiene nada de sexual. En efecto: un parto no es siempre un acto
incorrecto y poco decoroso. Extraaris, sin duda, que me permita bromear sobre cosas
tan serias. Pero he de advertiros que no se trata nicamente de una chanza ms o menos
ingeniosa, pues, en realidad, resulta muy difcil delimitar con exactitud el contenido del
concepto de lo sexual.
relacionado con las diferencias que separan los sexos; mas esta definicin resultara tan
imprecisa como excesivamente comprensiva. Tomando como punto central el acto
sexual en s mismo, podra calificarse de sexual todo lo referente a la intencin de
procurarse un goce por medio del cuerpo y, en particular, de los rganos genitales del
sexo opuesto, o sea todo aquello que tiende a conseguir la unin de los genitales y la
realizacin del acto sexual. Sin embargo, esta definicin tiene tambin el defecto de
aproximarnos a aquellos que identifican lo sexual con lo indecente y hacernos convenir
con ellos en que el parto no tiene nada de sexual.
En cambio, considerando la
neologismo de H.
198
EL NEOLOGISMO
DESDE
LA PERSPECTIVA DE
LA ESCUELA INGLESA DE
PSICOANLISIS
199
La
201
Esta
202
sentidos poseen para los sujetos normales, utilizando dichos objetos reales como si
fueran ideas.
Tambin habra un incremento de la identificacin proyectiva por defecto de la
capacidad de introyectar, que conducira a la aglomeracin y compresin de los objetos
debido a su imposibilidad de integrar.
Otro miembro de la Escuela Inglesa, Hanna Segal, tambin destaca al igual que Bion,
la dificultad para emplear o formar smbolos, siendo para esta autora dicha perturbacin
uno de los componentes esenciales en el pensamiento esquizofrnico.
Segal afirma que la pobreza de su pensamiento se debe al hecho de que no han logrado
formar smbolos, o que habiendo sido formados no son utilizados como tales, se
vuelven equivalentes al objeto, participan de toda ansiedad correspondiente al objeto
original y tienden a ser reprimidos o negados.
203
ideas diversas que, en el inconsciente, se encontraran bien diferenciadas, sino que por
el contrario, no se hallaran en el nivel inconsciente diferenciadas entre s.
204
BIBLIOGRAFIA
Bion, W. R.. Volviendo a pensar. Editorial Paids. Buenos Aires, 1967.
Bion, W. R. Desarrollo del pensamiento esquizofrnico. En: Revista Uruguaya
de psicoanlisis Tomo II N1-2. Montevideo 1957.
Bion, W. R. Notas sobre la teora de la esquizofrenia. En: Revista Uruguaya
de psicoanlisis Tomo II N1-2. Montevideo,1957.
Lacan, Jacques. El Seminario de Jacques Lacan Libro1 Los escritos tcnicos de
Freud (1953-1954) Editorial Paids. Segunda reimpresin. Espaa, 1984.
205
206
EL NEOLOGISMO
DESDE
LA PERSPECTIVA DE
LA ESCUELA FRANCESA DE
PSICOANLISIS
207
EL NEOLOGISMO
El
equivocante es el analista que busca, que acciona, que explora la equivocacin por la
equivocacin. La digo parafraseando a Lacan cuando manifiesta que la proeza del
psicoanlisis es explorar el malentendido por el malentendido.
Partimos de situar a los neologismo como un producto privilegiado del decir psictico.
De esta manera no estamos haciendo otra cosa que volver a ubicar en el contexto en el
que aparece la observacin de Lacan de que la aparicin de neologismo en un paciente
puede ser condicin suficiente para el diagnstico de psicosis, como lo afirman el
ejemplo de galopina. Nos parece necesario volver a situar el contexto en que Lacan
hace esta afirmacin pues, es obvio, la produccin de neologismo no es privativa de la
psicosis.
Decir psictico es el nombre que Lacan propone para lo que, fundamentalmente en la
psiquiatra, pero tambin en el psicoanlisis se designa como contenido delirante. Este
ltimo refleja una concepcin positiva del delirio, como una respuesta a un conflicto,
como una reaccin.
Es ms, el trmino contenido abre el camino a la clasificacin de los delirios: de
filiacin, de persecucin, pasionales, etc.
En el captulo III, del seminario Las Psicosis, que lleva por ttulo el otro y la psicosis,
el recorrido argumental recorrido por Lacan indica la imposibilidad de sostener la tesis
208
209
Para Lacan la aparicin de neologismo tiene que ver con los dos polos: el del
significante, tal como, recin lo comentbamos con el ejemplo de Nervenanhang; y el
de la significacin, por no remitir a otra significacin sino a la significacin (le pesan al
sujeto, tienen ese carcter inefable, etc.). Enseguida va a redefinir estos dos polos de los
que el sujeto es el lugar donde se producen: la intuicin y la frmula. Adscribe a la
intuicin que llama delirante lo que antes ubicaba como del orden significante. Hay
toda una traduccin psiquitrica que ubica en la intuicin delirante ese tipo de
producciones, de ecuaciones totalmente novedosas an llegando a lo bizarro en el
sentido de ecuaciones delirantes en donde lo intuitivo es la marca clara de lo que antes
nombrbamos: dictado, inspirado, etc. Esto es palabras claves que le aparecen al
sujeto, de las que debe dar testimonio, aunque no pueda remitirlas a ninguna otra
significacin, salvo las que le han sido dictadas.
El otro polo, el de la frmula, aparece ms despejado, en el sentido que si bien el sujeto
sigue siendo la sede del fenmeno, repitiendo de distintas maneras esas palabras pero si
que tengan el carcter de enigma que tienen en la intuicin delirante.
Algunas conclusiones sobre los neologismos se desprenden de todo lo anterior: una es
que, tratndose de la produccin de neologismos, no hay ninguna posibilidad de
situacin: siempre es necesario pronunciar esa palabra y ninguna otra puede venir en su
lugar. Esto mismo, junto con ese rasgo de detencin de reenvi a otra significacin, es
lo que en los delirios los hace aparecer como cristalizados.
Atendiendo a la produccin de neologismos en pacientes psicticos, nos encontramos
con un modo particular en el decir cuando de refranes se trataba en el curso de un
tratamiento de una paranoia erotmana, la aparicin de refranes se instala como algo
totalmente distinto a lo esperado.
Qu era lo esperado con relacin a los refranes? Precisamente lo esperado; podramos
decir que una primera aproximacin al uso de los refranes nos podra encontrar en la
posicin de creer que ellos hablan solo que se reproducen automticamente, o sea que
hablan por s solos. Es decir que podra ser eso lo esperado; esto nos ubicara pensando
que los refranes son una especie de saber cristalizado en la lengua que se transmiten
como tal de generacin en generacin. Si se nos permite la licencia, como si hubiese la
posibilidad de un decir sin un sujeto que diga.
210
Transcribimos algunos refranes, tal como fueron dichos en ese tratamiento: me parti,
por el hacha; en casa de madera, cuchillo que corta; cuando se abre una ventana,
se cierra la puerta; hay que juntar la leche desparramada; quien mal anda, mal
funciona; de arena somos y de tierra en polvo quedamos.
Estos dichos se produjeron durante largo tiempo sin la ms mnima idea de que al
pronunciarlos as los refranes decan otra cosa. Otra cosa tambin podra haber sido una
concepcin de los refranes, de los dichos como inalterables. No desamabas de lado el
concepto del que el sujeto no sabe lo que dice, o que siempre dice otra cosa mas all de
lo que dice.
Planteamos lo siguiente: este modo de decir los refranes se constituyo en un decir
neolgico. Nuestra paciente expresaba la creencia ms absoluta en que era eso que ella
pronunciaba lo que estaba dicho en los refranes, y no encontr durante un largo tiempo
ninguna necesidad de cambiar lo dicho ni de corregirlo. Ante nuestra pregunta de que
haba dicho, se reiteraba esa manera de decir que llamamos neolgica.
Es indudable que los refranes, junto con otros actos lingsticos como los proverbios,
los clichs, las mximas, las sentencias, constituyen un conjunto que ha dado lugar en la
lingstica y en la estilstica a distintas concepciones, a distintas formas de
considerarlos. Una de ellas la encontramos en un texto de M. Riffaterre.
Para Riffaterre lo propio de una estructura estilstica es imponerse a la atencin del
lector. Su pregunta es qu hace a los clichs eficaces. Para responder, no deja de lado
los modos que habitualmente se usan para definirlos:
cristalizado, etc., dado que esos modos apuntan a la existencia de una unidad
lingstica de una caracterstica tal que la sustitucin borra al clich. Este no admite
variantes, su facilidad de distribucin y de sustitucin es igual a la de una palabra.
Es decir que el autor parte de ubicar a los clichs positivamente, detenindose en qu los
caracteriza, y lo que los caracteriza es todo aquello que habitualmente los hizo
despreciables para la crtica literaria y estilstica: su trivialidad, lo gastado, etc. Estos
rasgos son los que permiten afirmar que hay en juego una oposicin entre sustitucin y
clich, siendo esto tambin lo que da lugar a la imposibilidad de variantes, de cambiar
un clich, y entonces tratarlos como una palabra, una palabra que no puede ser otra. La
eficacia d los clichs se funda en que en la historia de una lengua pueden llegar a
constituirse en una formula. El uso de los clichs, su origen y particularmente su
persistencia en una lengua determinada se debe a que han consolidado formas
arquetpicas de una cierta esttica que responde as (con la produccin de clichs) a los
211
temas a los que se ha visto esa lengua solicitada desde tiempo inmemorial por la
imaginacin humana. Esta consolidacin es solidaria con restricciones que van desde
que cualquier representacin verbal implica siempre una eleccin hasta la coincidencia
de las restricciones en el plano del significante con el plano del significado.
Por ltimo, mientras que el sentido y el valor de cualquier otro procedimiento estilstico
vienen enteramente determinado por el contexto, el clich es excepcional por cuanto su
estructura lo predestina a determinadas funciones, cualquiera sea el contexto en que
aparezca.
Una caracterizacin muy distinta de los refranes la encontramos en el texto de Fernando
Lzaro Carreter en el se esfuerza por sostener una lnea divisoria ntida entre literatura y
folklore, planteando que lo que distingue a la primera es por sobre todas las cosas su
deseo de originalidad, entendiendo por ello que lo que gua a la literatura es siempre una
produccin, pensada por fuera del momento histrico de una comunidad determinada,
abriendo lugar as al concepto de receptor del texto literario, cuya aparicin queda en
suspenso y el cual no es necesariamente contemporneo a la produccin literaria. En
cambio encuentra en los refranes que su caracterstica es el uso, dado que para pasar a
formar parte de una lengua deben entrar en el momento mismo de su produccin, a la
que destaca como un fenmeno tpicamente oral. Si no entran a formar parte de acervo
de una comunidad dada en el momento de su aparicin, estn destinados a desaparecer;
es decir lo opuesto a la creacin literaria, que no necesita del uso y de la aprobacin de
la comunidad en el momento de su produccin para su perdurabilidad (la funcin social
desempeada por los refranes sera lo que Carreter llama funcin represiva del
refranero).
Examinando las diferencias entre los dos autores encontramos por un lado en Riffaterre,
alguien que, preocupado por sealar la eficacia del hecho lingstico, nos vuelve a
plantear que los refranes, los clichs, los proverbios se renuevan cada vez que son
dichos o escritos.
identificatorio de los refranes, ambos prueban una vez ms su actualidad: es decir que
no son hechos automticos de una lengua dada: son dichos que deben ser dichos.
Nos proponemos ahora hacer un pequeo acto con respecto a los refranes y los
neologismos. Entendemos que un recorrido por ciertos fenmenos pueden sernos til.
Estos han sido estudiados particularmente por la psiquiatra, y son todos aquellos que
van a concluir con una pregunta clave: Qu diferencia una palabra impuesta, sentida
212
213
pertenencia, haciendo sentir extraos, ajenos, extranjeros a los que no participan de ese
cdigo. Las jergas, otro lugar mas para pensar la creacin de nuevas palabras, dan
origen as a palabras que pueden tener por finalidad excluir a los enemigos: as obraba
el lunfardo con relacin a la polica, tanto es as que cuando el enemigo capturaba el
sentido de un vocablo, automticamente la comunidad dejaba de usarlo.
En esta franja de hechos parece posible situar ese tiempo en que el infans, aprende a
hablar, en que comienza a jugar con lo fonemtico, obteniendo un placer adicional al
emitir sonidos, all se ubica ese territorio que es posible nombrar cuando se dice media lengua, territorio supremo de his majesty, the baby quien hace las delicias
particularmente de la madre frente a todos los tropiezos que el encuentro con el lenguaje
le suscita.
Estos modos de decir teniendo presente todas esas caractersticas, no dejan de hacer lazo
social: carecen de esa cualidad de dictados, de inspirados que veamos en las
impulsiones verbales alucinatorias, que precisamente en ese sentido podramos decir
que no hacen lazo social, que no producen sustituciones ni metforas, es ms, casi todos
los fenmenos que Lagache agrupaba alrededor de las impulsiones verbales
alucinatorias estn caracterizados por tratarse de esas palabras, que ninguna otra puede
reemplazar.
Volviendo a los refranes, particularmente a su constitucin, si lo pensamos como si
fueran una sola palabra, tal como lo plantea Riffaterre, nos aproximamos a porque
plantebamos que la forma en que el paciente antes mencionada deca los refranes nos
pareca neolgica.
Atender a uno de ellos, quien mal anda, mal funciona, nos permite ceir mas de cerca
las cuestiones entre refranes y neologismos. En primer lugar, tenemos la emergencia de
un sentido que se oye raro, que no corresponde con el arquetipo o con el vaciado formal
que soporta el enunciado de quien mal anda y que no remite en ese discurso, al
preguntrsele por alguna ocurrencia a nada. Tambin habamos comentado que estos
dichos se producan sin detenerse, sin darse cuenta de que haba pronunciado un dicho
de modo extrao, es mas, habamos afirmado que estaba convencida de lo correcto del
refrn utilizado y que recin despus de un largo tiempo de tratamiento, y ante nuestra
interrogacin, poda a veces volver sobre lo dicho y preguntar cosas tales como: Qu
dije? Est bien lo que dije?
Es cierto que falta en estas descripciones el peso o el sentimiento de una palabra dictada
o de una palabra inspirada, pero es indudable que cada vez que deca un refrn con los
215
cambios antes comentados nos encontrbamos con la produccin de lago que nos parece
neolgico, entre otras cosas porque no nos parece ubicable como un lapsus, porque
produce algo nuevo independientemente de que alguien lo escuche.
Lo que afirmamos sobre este modo de decir es que sabiendo que no hay dichos sin
decirnos, que no hay decires sin tropiezos, este es un decir loco, psictico, como lo
nombra Lacan. Es ms, la puesta en juego de la subjetividad ni an teniendo presente
la literalidad que reina en las sustituciones que dimos como ejemplo, esta literalidad no
llega como en muchos refranes a tener la eficacia que los caracteriza), nos da cuenta de
un producto que habla solo, tan solo que habla as locamente. No es esto lo que ocurre
con los refranes, que, como deca Carreter, forman parte del acervo de la lengua de una
comunidad dada en un momento determinado.
Es decir que estamos bordeando un texto de refranes en el discurso de una paciente que
nos parece ndice de ese decir psictico. Hagamos la salvedad, el refranero es un
escrito, y debemos anotar entonces que la salvedad no es un detalle sin importancia. De
tenernos en las relaciones de los neologismos con lo escrito nos lleva a otras
consideraciones distintas de las que hasta ahora hemos considerado: verbigracia el
empleo de neologismos que hace Lacan en la transmisin del psicoanlisis, que tienen
una relacin a la letra innegable, podramos decir, sin creer que estamos extrapolando,
que Lacan los usa porque no remiten a otra significacin, producen una detencin, sin
intraducibles e insustituibles (no pueden ser otras palabras) recordemos algunos y
encontraremos los rasgos antes enunciados: parletre, LEtourdit, Lituraterre, etc.
Podemos acercarnos, a pensar que si transcribisemos el conjunto de los neologismos de
nuestra paciente tendramos un texto neolgico esto es un modo de decir que se recorta
de esa manera, desatendiendo los modos habituales de empleo de los refranes,
desatendiendo los modos habituales de produccin de sustituciones. Un modo de decir
autnomo, recortado, pero perfectamente ubicable en el discurso de nuestra paciente
(algo habla, solo as).
Con respecto a nuestra paciente, hace un tiempo, al entrar al consultorio, se le cae en la
puerta un boleto de colectivo, en esa ocasin me comunica que los colecciona por tener
la particularidad de encontrarse en el reverso refranes escritos (impresos).
En verdad, los refranes descansan junto a otros escritos que en el transcurso de varios
aos me fue dejando: declaraciones amorosas, lminas deformadas que son respuestas a
preguntas sobre el sexo y la pareja. Todos estos escritos fueron dejando lugar a ese
216
presente casi invariablemente semanal que son esos textos de refranes, escritos en el
reverso de los boletos.
Ha sido comentado en diversas oportunidades y por otros tantos autores, como Lacan
ejemplifica sus posturas tericas recurriendo al encuentro de la psicosis. Podemos citar
una clase del seminario An, donde el problema del uso del lenguaje en la perspectiva
novedosa del nudo borromeo y lalengua, se ilustra recurriendo al texto de las
Memorias de un Neurpata.
Recuerden lo que puebla alucinatoriamente la soledad de Schreber, dice refirindose
especficamente a las frases interrumpidas que poblaban su existencia, y seala a
continuacin una rectificacin que nos interesa destacar, en una conceptualizacin de la
subjetividad donde la psicosis dejara de ser una variante de la neurosis. Lacan, pasa a
decir lo siguiente: Estas frases interrumpidas, que llam mensajes de cdigo, dejan en
suspenso no s que sustancia. Se percibe ah la exigencia de una frase, sea cual fuere,
que sea tal que uno de sus eslabones, al faltar, libere a todos los dems, o sea, les retire
el uno. Recordemos que 20 aos antes, la soledad, la soledad, la alucinacin, el lazo
social y el delirio, tenan lugar en una articulacin discursiva con ese otro del sujeto.
En el segundo nmero de Estudios psicoanalticos, la publicacin de Madrid, Jorge
Alemn y Francisco Perea plantean el problema y presentan de forma aclaratoria
algunas consecuencias que se desprenden de estos ltimos aos de la enseanza de
Lacan. La formulacin de la clnica en trminos de suplencia, destaca, ha llevado a
reconsiderar el objetivo de operar sobre lo simblico, representando la soledad, y sin
dialectizarse en el campo del Otro, surge la pregunta por la funcin de ste.
Se trata de operar sobre el Uno del Goce, quedando por otro lado a partir de esta
concepcin el surgimiento del Otro como una eventualidad, una construccin, un
artificio.
En esta nueva condicin de pensar lo simblico ms all de la supremaca del
significante, Lacan pergea lalengua, que incluira la estructura y el uso de la marca,
el trazo, la letra, la insignia.
Plantearemos el estudio de estos cambios de perspectiva eligiendo como objetivo
acotado, y gua, el tratamiento de las palabras llamadas neolgicas, y los fenmenos
citados. Tomando como referencia, los dichos de algunos pacientes comentados en
algunos seminarios y a Schreber.
217
218
De la alteracin de la doble articulacin del lenguaje los autores dan como los trastornos
observables en la clnica. Y pasan a bautizar a los neologismos, en fonolgicos y
semnticos.
Seguan siguiendo a Hjelmslev, quin en la distincin entre significante y significado de
Saussure la llama respectivamente: forma de expresin, que resulta de la combinacin
de fonemas, y forma de contenido, ligado al campo semntico.
Los neologismos fonolgicos son creaciones verbales donde el significante fnico no
pertenece al lxico en uso, y su significado plantea problemas [galopinar, teopatologa].
En los segundos, el significante, s depende del lxico, pero su significado, rea
semntica, est totalmente distorsionado en relacin con la norma habitual Estoy
desenchufada, deca una paciente para significar la presencia del automatismo mental.
El planteo de Lanteri Laura y Del Pistoia, diferencia dos vertientes: por un lado el
delirio de interpretacin, y los delirios de reivindicacin, por el otro las parafrenias y el
grupo de las esquizofrenias donde estas alteraciones del lenguaje estn presentes.
A stos estudios, de todas maneras, podramos objetarles que no tienen en cuenta la
relacin entre tpica econmica y decir, que Freud y Lacan realizan con sus propias
frmulas.
Jacques Alain Miller en una intervencin luego publicada como Teora de
lalengua- dice que el lenguaje es una construccin de lalengua, y que su estructura es la
misma que la del discurso del amo.
As traduce la proposicin de Lacan: el lenguaje es una elucubracin de saber sobre la
lengua.
Esta afirmacin junto a otra con relacin a que lalengua no anida en el lugar del Otro
del lenguaje, sino que el Otro cabalga tambin tras lalengua. Nos permite pensar la
construccin del delirio.
Vale mencionar en ste sentido del anlisis de Elas Canetti del caso Schreber, que con
relacin a su delirio dice que es en realidad el modelo exacto del poder poltico, que se
nutre de la masa y se compone de ella.
Identificacin al amo, o segn Canetti la paranoia es, en el sentido literal de la palabra
una enfermedad del poder.
Retomando la clnica de la psicosis oponindole una clnica universal del delirio vemos
que el lazo social que alcanza el paranoico es consecuencia que para l: la palabra no
es suficientemente la muerte de la Cosa. Por esto, le es preciso algn modo de
219
Esta necesidad de los primeros aos, explica, fue sustituida por otra. Resultando esta
sustitucin en la reduccin de las voces interiores, y en una descripcin similar con
respecto a la voluptuosidad.
Schreber describe que transformar las palabras en formas de pensar sin pensamiento
de nada, mediante la simple repeticin.
Pasa entonces a repetir al pie de la letra lo que escucha en otro tempo, (sin) tomarme el
trabajo de buscar un completamiento de sentido.
No sera esta una forma de ilustrar, la sustitucin del signo en la psicosis? Sus
dificultades, y sus diferentes consecuencias?
Finalizando veamos los ejemplos que da Schreber sobre esto, y que segn nuestro punto
de vista lo alejaran del lazo social, acercndolo al agramatismo.
Un aber freilich (pero ciertamente) pronunciado a-a-a-a-b-e-e-e-r-fr-ei-ei-ei-li-i-i-ich, y un Warrum sch...Sie denn nicht
(Por qu no c(aga) usted?) W-a-a-r-r-u-u-n-sch-ei-ei-ei-ss-e-e-e-n-Sie-d-e-e-e-e-n-nn-i-i-i-i-cht?.
No est de ms agregar que Schreber dice, que este es el empleo de medios defensivos
adecuados... contra lo Real del goce.
En los cuadros psicticos, el aspecto motor de la expresin verbal est intacto: los
trastornos psicticos del lenguaje implicaran una perturbacin del propio esquema de
comunicacin.
Se estudio el caso de acuacin de nuevos trminos como tipo paradigmtico de tales
trastornos. Se intenta establecer por el recorrido de diversos autores la gnesis de su
aparicin as como la importancia clnica de su hallazgo.
El neologismo representa el caso marginal en que la libertad de combinar fonemas en
palabras tiene lugar. En el extremo opuesto: la psicosis, donde la quiebra de las reglas
usuales del lenguaje anula toda utilidad social del habla; esta ltima alcanza un grado
de desestructuracin tal que hace ininteligibles las manifestaciones del paciente, como si
no le importara que le entiendan.
222
223
Sigmund Freud. Lo que lo lleva a concluir que las distorsiones del lenguaje de la
esquizofrenia no deben diferenciarse de las que se producen en los sueos.
Una dcada antes haba sido publicada La interpretacin de los sueos, en esta
monumental obra Freud afirmaba: Las palabras son tratadas con frecuencia por el
sueo como si fueran cosas y sufren entonces iguales uniones, desplazamientos,
sustituciones y condensaciones que las representaciones de cosas. Resultado de estos
sueos es la creacin de formaciones verbales singularsimas y a veces muy cmicas.
En el captulo referido al simbolismo postula que cuando el sueo nos presenta
neologismos incomprensibles deberemos pensar tambin en una fusin de elementos de
significado sexual.
En su artculo Lo inconsciente de 1915, y a propsito de los trabajos de Bleuler, Jung
y sus discpulos, dice Freud: En la esquizofrenia quedan sometidas las palabras al
mismo proceso que forma las imgenes onricas partiendo de las ideas latentes del
sueo, o sea al proceso psquico primario y agrega en una nota de pie: En ocasiones
maneja la elaboracin favorable.
Es decir, las acciones estereotipadas como las expresiones indirectas o deformadas de la
expresin verbal, en la esquizofrenia, son un medio de defensa contra la no aceptacin y
el rechazo. Onrica las palabras como si fueran objetos, y crea entonces frases o
neologismos muy anlogos a los de la esquizofrenia.
El neologismo del sueo: un verdadero monstruo verbal, totalmente incomprensible en
un principio pero del que parte una larga concatenacin de ideas y asociaciones. Para
Freud entraa un sentido oculto que es posible descifrar a partir de tales asociaciones.
Puede plantearse la cuestin de igual modo para el neologismo psictico? Entraa
este ltimo un sentido a decretar?
G. de Clrambault postula para el grupo de las psicosis alucinatorias crnicas el
sndrome basal que denomina automatismo mental, se trata de fenmenos totalmente
automticos y cuya etiologa debe rastrearse en bases histolgicas. Entre los fenmenos
que se incluyen dentro de este sndrome subraya los que define como juegos verbales
parcelarios caracterizados por la emancipacin de frases, de palabras o slabas.
Dentro de los fenmenos ms parcelarios se incluyen las palabras explosivas, las
palabras deformadas y estrafalarias, junto a los juegos silbicos y las entonaciones
estrambticas.
224
En la serie de fenmenos del automatismo mental los juegos verbales parcelarios son
precoces. Clrambault encuentra en ello un argumento mas en favor de su concepcin
mecnica.
Frieda Fromm - Reichmann seguidora de las ideas de Freud y H. S. Sullivan, representa
una perspectiva diametralmente opuesta.
Considera el decir esquizofrnico como la expresin deformada de una relacin positiva
o negativa con su medio ambiente y su terapeuta. Por irrazonables que parezcan las
comunicaciones del paciente, tienen un significado, lo mismo que sus acciones.
Hay en el esquizofrnico un deseo de ser crptico y ambiguo con fines defensivos,
encubre sentimientos amistosos que requieren una respuesta.
GUILLERMO
manifiesta desde el eco del pensamiento del pequeo automatismo, hasta las
alucinaciones verbales, olfativas, cenestsica, las ideas de persecucin etc. Teniendo en
cuenta otros sntomas como las estereotipias motrices y las verbales, junto con lo que se
denomina ecolalia, se podran deber a la dificultad de evitar lo real, la imposibilidad de
una defensa que implique un tratamiento de lo real por lo simblico. Se puede describir
tambin la apata, los juegos ritualizados, la ausencia de inters por la exploracin de su
cuerpo y por los juegos que permiten la socializacin. La indiferencia ante su imagen
en el espejo, y en cuanto al lenguaje, se ve el mutismo absoluto de algunos, el habla
limitada y anormal en otros, siendo lo ms caracterstico la repeticin de lo que oyen en
forma de ecolalia; la inversin de pronombres y la presencia frecuente de melodas
rtmicas sin sentido
JACQUES ALAIN
MILLER Y OTROS.
PSICOANALITICA
225
Miller propone el caso de una paciente para tratar el estatuto que tiene el significante
letrista, en el discurso particular de la paciente. Letrista es su creacin. Es un
neologismo. La paciente refiere que su madre quera que estudiara matemticas, y que
la forz en este sentido. Por eso ella nunca se recibi. Miller le dice: de alguna
manera Ud. no era amante de las matemticas (Matheuse). Ella responde: No, yo era
LETRISTA. Significante que retoma muchas veces hacindolo suyo, sin que se pueda
interrogar sobre l.
El significante Matheuse, tiene como significado habitual:
matemticas o que ama las matemticas. No existe corolario para los apasionados
para las letras.
El significante letrista es SU CREACION. Aunque un neologismo solo no pruebe
forzosamente una estructura psictica, y aunque la ausencia de neologismo en un delirio
no signifique que el paciente
no sea psictico; este neologismo en el caso de esta mujer si prueba la estructura
psictica de la mujer.
Lacan dice lo siguiente a propsito del lenguaje psictico: Es el lenguaje en que
ciertas palabras cobran un nfasis especial, una densidad que se manifiesta a veces en la
forma misma del significante, dndole ese carcter neolgico, tan impactante en las
producciones de la paranoia.
LETRISTA
lingstico, pero que para esta sujeto tiene una significacin que le permite
significantizar su ser, definirse.
Lacan dice A nivel del significante, en su carcter material, el delirio se distingue
precisamente por esa forma especial de discordancia con el lenguaje comn, que se
llama NEOLOGISMO. La significacin de esas palabras no se agota en la remisin a
una significacin, el enfermo mismo subraya que la palabra en s misma pesa. Placer
que se perciba que experimentaba al repetir ese adjetivo, y al definir ah, su ser: SOY
LETRISTA.
Palabra clave, que es el neologismo, formula que se repite, se reitera, se machaca con
insistencia estereotipada, detiene la significacin, es una especie de plomada en la red
del discurso del sujeto; caracterstica estructural que, en el abordaje clnico, permite
reconocer la rbrica del delirio.
226
estilo, por la abundancia del uso y la mencin de estos recursos. Lacan define en el
ltimo prrafo de todo el Seminario, el recurso del neologismo: UNO SE APOYA EN UN
SIGNIFICANTE PARA PENSAR,
appense, para ese trnsito por el que uno piensa, piensa a travs de los significantes,
en lugar de hacerlo a partir de significados proposicionales.
El autor analiza la construccin del neologismo, con la intencin de demostrar la lgica
de la misma y por extensin la de otros neologismos creados con fines tericos.
En el caso de appense la doble pe de la ortografa original delata en su contexto una
condensacin entre appuie (apoyo) y pense (pensamiento).
El prefijo a- funciona aqu con un sentido aditivo (v. gr. A - percibir, a - grupar) tanto o
ms que como una marca de privacin (v. gr.
A - simtrico, a - normal).
Este
El autor define al neologismo como aquello que en primer lugar se escucha, como un
ms all del signo del ndice que ubicara sin ms un objeto psictico.
Toma como ejemplo una paciente diagnosticada como delirante crnica, internada en un
hospital.
227
conjugaciones. Se seala este uso, entonces, en tanto neolgico. Pero surge entonces la
pregunta, el neologismo admite las flexiones propias de un verbo, o se trata ms bien
de una pieza inalterable que surge reiteradamente en el discurso de manera idntica?
Se hace evidente adems, que ante la escucha de una formacin neolgica, surge la
necesidad de dar cuenta de su formacin, ya sea a partir de la etimologa, de la analoga,
obtener sus reglas de composicin. De alguna manera se trata de reducir aquello que se
impone como una monstruosidad de la lengua otorgndole un valor.
El autor se refiere por otra parte, a un clsico de la psiquiatra, Sglas, para caracterizar
al neologismo.
Este considera que si el neologismo es pasivo, resultado de un automatismo, es absurdo,
mientras que si es activo creado con intencin, resulta entonces de una idea previa.
En cualquier caso, el paciente, de cierta manera confrontado a su produccin neolgica
podra participar de la restauracin comprensible de su propio discurso.
En cuanto a los efectos del neologismo, el autor seala en principio el sinsentido que
parece caracterizarlo. Esto puede darse an en el caso en que el significante en cuestin
est presente en el diccionario. Si bien no es una invencin, su insistencia, cierta
coloracin que el psiquiatra experimentado puede captar, le otorga el carcter neolgico
que hace que pierda su significacin habitual. Adems el autor se pregunta si esa
palabra aislada ha sido elegida deliberadamente por virtudes que se nos escaparan se
ha impuesto por leyes extraas al locutor mismo.
El neologismo puede tambin adquirir para el sujeto una significacin absoluta. Es
decir el significante pierde aqu su caracterstica de producir una significacin que se
relaciona con otra significacin. Un caso extremo es el observado en los servicios
psiquitricos donde los pacientes son nombrados por el personal por el neologismo que
los caracteriza.
cdigo, tiene alguna funcin? Respuesta: se observa como los pacientes organizan,
pueblan su existencia alrededor de ese polo neolgico.
229
El
230
Donde debiera haber metfora hay metonimia de palabras a partir del uso de la
homofona.
La gramtica inventada por el paciente sirve como defensa contra lo real, utilizando la
homofona de las lenguas. La autora se pregunta si el inventar un Otro de la gramtica
sirve para que lo real de la lengua no le haga signo, no lo obligue pasar al acto
La utilizacin del lenguaje que hace el paciente es lo que llama traslacin, o sea
transferir sin deformacin.
En efecto, no se trata de traduccin, lo que convoca a los distintos significados, ni de
transliteracin, que sera una transcripcin letra por letra., haciendo corresponder a cada
signo de una lengua el correspondiente en otra lengua.
Se puede advertir en este caso un mecanismo particular de construccin del neologismo,
la utilizacin de la homofona entre dos lenguas, con el fin de construir una
neogramtica, en un ms all de la significacin, y como medio de defensa contra lo
real..
Conclusiones:
El trmino neologismo es utilizado por S. Freud desde sus primeros escritos. Pero es
evidente que est presente fundamentalmente en La interpretacin de los sueos. El
anlisis de los sueos le permite descubrir la particular manera en que son tratadas las
palabras en los mismos.
las generales de la ley, la asociacin libre, que partiendo del neologismo como un todo o
fragmentndolo en partes, permitir acceder al deseo formador del sueo.
Existe otra perspectiva en la obra de Freud para abordar la cuestin del neologismo. No
se trata ya de la creacin inconsciente sino de la invencin por parte del hombre de
ciencia de trminos inexistentes hasta el momento. Freud mismo considera a la palabra
inconsciente como un neologismo del que debe dar cuenta, fundamentar la necesidad
terica de su invencin, y lograr as se incorpore al uso habitual. Es llamativo, en
primer lugar, que Freud llame neologismo a un trmino preexistente, lo cual evidencia
que lo que lo caracteriza es una significacin diferente y en segundo lugar, el hecho de
que creado a los fines de construir su doctrina, de darle fundamentos cientficos,
finalmente haya quedado incorporado a la lengua coloquial, cotidiana, lo que implica la
prdida de su carcter neolgico inicial.
Si los as llamados psicoanalistas postfreudianos dieron una importancia insignificante
casi nula a la cuestin del neologismo, en contraste, J. Lacan hizo de este trmino uno
de los pivotes a partir del cual construy su teora de la psicosis.
Esto merece un comentario. Los postfreudianos soslayaron una cuestin, planteada por
Freud, aunque no dilucidada, y que es precisamente la que Lacan aborda desde el inicio
de su enseanza y que no es abandonada hasta su fin: por qu el psicoanlisis cura a
travs de la palabra?. Responder a la misma es no slo plantearse la funcin de la
misma sino definir el campo del lenguaje, y de all a sus trastornos, entre los que se
puede ubicar al neologismo. Es decir, que se puede advertir cual es la lgica que
subyace al abordaje de la cuestin que nos ocupa por parte de Lacan y la omisin por
quienes optaron por fundamentar la operacin psicoanaltica en trminos imaginarios.
Por otra parte, es interesante resaltar que si Freud invent el psicoanlisis a partir de sus
pacientes histricas y del anlisis de sus propios sueos, encontr al neologismo como
produccin del inconsciente, mientras que Lacan, psiquiatra, llega al psicoanlisis desde
el tratamiento de las psicosis, lo aborda desde esa perspectiva, recogiendo el lugar
preponderante que le fue dado por la psiquiatra clsica.
Es as como, desde la perspectiva de la significacin resalta, que no se le puede atribuir
el carcter propio de las palabras, que es el de que la significacin siempre remite a otra
significacin. Y seala que hay dos polos, dos tipos de fenmenos donde se dibuja el
neologismo: la intuicin y la frmula.
232
Cuando Lacan vuelve a Freud, lo hace retomando los neologismos que Freud mismo
menciona en la Interpretacin de los Sueos, pero para resaltar que la dimensin en
juego es la del significante, y que slo descubrir la lgica que lo rige permitir
determinar su funcin, y su diferencia, en tanto formacin del inconsciente como parte
de la construccin delirante.
Es as como plantea la necesidad de establecer la diferencia, entre neologismo, lapsus,
chiste.
famillionario, para sealar que familiar era una palabra inexistente en la poca de la
invencin del chiste, y por lo tanto un neologismo, lo que no impide la necesidad de
hacer la diferencia con el neologismo psictico.
Al igual que en el caso de S. Freud se plantea con J. Lacan la produccin de
neologismos como parte de la construccin de su teora.
233
234
CAPITULO II
RELEVAMIENTO DE INFORMACION EN LAS AREAS DE LA
PSICOPATOLOGIA Y EL PSICOANLISIS
235
I
Ver terminos en alemn
ALUCINACIN Y DELIRIO
EN LA ESQUIZOFRENIA
REFERENCIAS PSICOPATOLGICAS
ANLISIS Y ELABORACIN
236
fenmenos
delirantes
primarios,
delirios
autctonos,
espontneos
237
Para este autor, el delirio, est determinado por un proceso psquico, para otros, como
Gruhle(1932), est determinado por un proceso orgnico cerebral..
Para Kurt Schneider(1962), las dos nicas modalidades de vivencias pertenecientes al
verdadero delirio, son la percepcin delirante y la ocurrencia delirante.
Lpez Ibor(1953), distribuye los fenmenos delirantes en tres grupos: el humor
delirante, la percepcin delirante y la ocurrencia delirante, o inspiracin delirante.
Friedrich W. Hagen(1870), fue el primero que seal que el delirio, surge y crece al
calor de unos sentimientos y pasiones especiales.
Desde el punto de vista fenomenolgico y estructural, es el humor delirante, la
estructura bsica delirante, que precede siempre a las percepciones y ocurrencias
delirantes, podra hablarse de humor predelirante o predelirio. Este concepto, tiene
tambin una base gentico-comprensiva, ya que el humor delirante, representa la fuente
de las percepciones e inspiraciones delirantes.
As se obtiene una ordenacin jerrquica de la triloga bsica que integra el delirio: en la
base, la estructura fundamental: el humor delirante; sobre el que asientan dos
superestructuras, la percepcin, y la inspiracin delirantes.
Entre el predelirio, y el delirio, no existe un lmite neto, sino una gradual transicin. Los
primeros sntomas que se advierten, son: conciencia de vaga significacin, oscuras
sospechas y presentimientos.
En tanto el Sosein(ser as) del delirio en sus aspectos temticos es comprensible, e
incomprensible en su estructura; el Dasein(estar ah) del delirio, se mantiene plenamente
invulnerable a toda clase de especulaciones e interpretaciones comprensivas.
La vivencia delirante, aparece sobre todo en el marco de las psicosis esquizofrnicas,
Kolle, Conrad, Janzarik y Huber, afirman que no hay ningn esquizofrnico que se vea
libre del delirio durante los primeros meses de la enfermedad.
Mediante representaciones, se puede comprender, la forma y la estructura de la
vivencia, y la ordenacin funcional del psiquismo del enfermo. Lo estructural, formal y
funcional de la vivencia, pertenece a la fenomenologa descriptiva, en tanto que la
motivacin y la continuidad de sentido, pertenecen a la psicopatologa comprensiva o
gentica.
La comprensin afectiva, persigue sobre todo, la aprehensin de la motivacin actual y
pretrita de la vivencia, es la comprensin propiamente dicha, la captacin de las
relaciones de sentido. La comprensin racional, en cambio, opera a expensas de las
representaciones(Vorstellungen) del observador.
238
El Delirio Esquizofrnico:
Las vivencias delirantes son: el humor delirante, la percepcin delirante, y la inspiracin
delirante.
Lpez Ibor, en 1953, dice que la existencia de un estado de nimo como predecesor de
la percepcin delirante es evidente, y debemos sospechar que existe siempre... A este
perodo, vago, indefinido, solo revelado por un estado especial de nimo, es al que se
refiere Clerambault, cuando dice que en el momento en que aparece el delirio, la
psicosis es ya vieja.
Este especial estado de nimo, este Grundbefindlichkeit del esquizofrnico,
acompaado de presentimientos y oscuras sospechas, tambin precede siempre a la
aparicin de la inspiracin delirante.
El estado de nimo delirante, de acuerdo a los conceptos de L. Ibor ...se trata de algo
nuevo y desconocido para la experiencia anterior del enfermo. Incluso puede inducir a
error al observador y pensar que el estado de nimo es neutro porque el sujeto as lo
afirma. En realidad no sabe lo que pasa por l. El problema radica en la gradacin que
existe en la percepcin o vivencialidad de los estados de nimo. Si stos son claramente
perceptibles para el sujeto, tienen los caracteres netos de vivencia, y as se presentan
ante el propio sujeto. Por eso hablamos de estados de nimo: alegre, triste, exaltado, etc.
Sin embargo el humor delirante, no se presenta con esta plasticidad vivenciable para el
propio enfermo. El triste, se define como triste, pero el delirante, no define su estado
interior como delirante, a lo sumo expresa que algo le pasa que no sabe precisar.
En un momento dado, la vaguedad, se transforma en percepcin concreta: "me miran,
el mundo se puebla de significaciones; aqu se reconoce la percepcin delirante, debe su
caracterizacin, precisamente por armarse sobre una significacin anmala, porque
emana de una estructura fundamental, que es un determinado estado de nimo.
El humor delirante, siempre existe como estructura bsica del delirio, y puede ser
vivenciable o no para el enfermo; su vivencia corresponde a un estado de nimo vago e
indeterminado. Entre sta y la percepcin delirante, existe una gradacin espectral. Los
matices ms frecuentemente presentados son: angustia siniestra y amenazadora,
ansiedad y sobresalto, inquietud tensa (equiparable a la de un actor antes de salir a
239
atribua,
en
1870
la
difcil
aprehensibilidad
del
temple
La escasa atencin prestada por las dems personas a la afectividad del enfermo.
Lpez Ibor, agrega que la aprehensibilidad adems depende de la actitud del psiquiatra.
Los elementos fenomenolgicamente ms especficos de la situacin predelirante, no
corresponden al estado de nimo puro, por ser ste muy indeterminado. La
transformacin del estado de nimo indeterminado, en concreto y determinado, se
240
242
hay una transformacin de la personalidad, siendo sta la base primaria y originaria del
mismo.
De acuerdo a las investigaciones de Huber, Pauleikhoff y Schneider no hay un criterio
positivo y firme sobre la manera de aparecer y la estructura formal de la ocurrencia
delirante. Para Bovi, es una intuicin delirante, pero siguiendo a Bash, debido a ser
inaccesible al anlisis racional, se la puede distinguir con claridad de una intuicin
cognitiva normal. Por este motivo, L. Ibor, considera a la intuicin delirante como una
inspiracin delirante; la aparicin de la ocurrencia delirante, representa la culminacin
del predelirio.
Para dilucidar la significacin diagnstica y la valencia delirante primaria de algunos
delirios como el de celos o amor, es preciso analizar la anamnesis objetiva exacta
(Weitbrecht-1963-).
Los rasgos diferenciales entre la inspiracin delirante y las dems ocurrencias de la vida
normal y la psicoptica son: el carcter de vivencia impuesta, correspondiente a la
inversin de la flecha intencional operante. Este carcter es de todas formas, menos
reconocible que en la percepcin delirante, por estar la ocurrencia desvinculada de lo
perceptivo. Para K. Schneider, sta tiene, estructura unimembre y carece de la estructura
psictica especfica de la percepcin.
psictica especfica, y la ocurrencia delirante no, ya que falla casi siempre el criterio de
que su contenido es no derivado, no motivado y psicolgicamente incomprensible; las
ocurrencias delirantes proceden del mundo de los pensamientos, valores e instintos del
sujeto delirante.
Para Alonso-Fernndez-1979- los rasgos generales de la inspiracin (ocurrencia)
delirante, coinciden en lneas generales con los de la percepcin delirante, pero son ms
difcilmente reconocibles. Aquellos son: el carcter estructural de vivencia impuesta,
experimentada como una revelacin; la incomprensibilidad psicolgica con relacin a la
trama histrico vivencial; y la ruptura de la ordenacin funcional. Las ocurrencias
presentan carcter puramente interno, y las percepciones delirantes son de base externa.
La nica nota distintiva de carcter absoluto entre ambas es que el elemento delirante de
la percepcin est vinculado indisolublemente a una percepcin normal. De ello deriva
otra diferencia: la inspiracin delirante es un fenmeno psictico puro, la percepcin
delirante, un fenmeno mixto, donde estn intrnsecamente ligados, lo psictico y lo
normal.
243
Las inspiraciones delirantes pueden adoptar una forma concreta muy diversa: pueden
tener sangre imperial, ser una llamada de Dios, tener un poder sobrenatural, ser
perseguido, ser amado, etc.
Fiume-1960-, indica que los recuerdos delirantes o formas mnsicas delirantes, tanto en
forma de ocurrencias o percepciones, pueden constituir el sntoma inicial aislado de una
psicosis esquizofrnica. Pero debe excluirse la posibilidad de que la percepcin
delirante, en tanto ocurrencia vivida como actual y la ocurrencia delirante, en tanto
vivida como actual y no retrospectiva, puedan aparecer como manifestaciones aisladas o
exclusivas de una psicosis esquizofrnica.
Un ejemplo de ocurrencia delirante mnsica es la conviccin de haber posedo ya en la
infancia el rango de emperador; y el de percepcin delirante mnsica: un esquizofrnico
afirma que por un gesto que su padre hizo varios aos atrs, dedujo que l no es su hijo,
sino de otra persona.
Dentro de las esquizofrenias, la percepcin delirante prevalece en el comienzo, esto se
explica porque el delirio esquizofrnico inicial, es menos intrasubjetivo que el delirio
crnico, y porque existe cierta tensin entre el mundo real y el delirante, que hace
posible la produccin de vivencias integradas por elementos de ambos mundos. Ms
tarde en el estado residual, el delirio es ms intrasubjetivo y el sujeto alterna entre las
vivencias del mundo real y del psictico; por ello se hace ms difcil la aparicin de
percepciones delirantes nuevas.
Siguiendo a Schneider, debemos diferenciar la percepcin delirante de la interpretacin
anmala de una percepcin que se origina por la disforia generalmente de tipo
angustioso; la primera es un sntoma esquizofrnico procesal, la segunda, es una
reaccin paranoide que en este caso tendra una subestructura procesal. Se identifica
como reaccin paranoide de una psicosis.
La adjudicacin de significacin anmala o insensata, generalmente de contenido
autorreferencial a una percepcin, es el dato fundamental de percepcin delirante
(Wahnwahrnehmung).
Segn Schneider una percepcin delirante, tiene el rango de estructura psictica
especfica:
a- Es incomprensible psicolgicamente ( se aplica una significacin anormal a una
percepcin, sin que para ello exista un motivo comprensible racional ni
afectivo) .
244
247
248
250
251
Matussek demuestra que no hay relacin directa y universal entre una causa y la
aparicin de alucinaciones especficas; por ejemplo un tumor occipital puede o no dar
alucinaciones visuales.
En opinin de este autor, la nica causa que siempre es alucingena, es la estimulacin
elctrica experimental de los sectores sensitivos de la corteza cerebral: la corteza visual
en los bordes de la cisura calcaran (lbulo occipital), la corteza auditiva en la primera
circunvolucin temporal de Heschl, y la corteza tctil en la primera circunvolucin
ascendente.
La confirmacin de estos hallazgos permite, a la luz de nuevos descubrimientos y
tcnicas diagnsticas como la tomografa con emisin de positrones y la resonancia
nuclear magntica entre otros, verificar y conocer los factores orgnicos y sustancias
neuroqumicas que interactan en los fenmenos normales y patolgicos.
Durante el siglo pasado Morel, defina la alucinacin como fenmeno unitario: La
alucinacin es una percepcin sin objeto, concepto clsico y dejado de lado desde la
concepcin pluralista.
Esquirol en 1847 deca un hombre que tiene la conviccin de una sensacin
actualmente percibida, sin que ningn objeto hiera sus sentidos, se encuentra en un
estado de alucinacin, es un visionario -.
La primera formulacin de las diferencias entre alucinaciones e ilusin se debe a
Esquirol en el ao 1847. Ambas integran el gnero de las percepciones engaosas o
seudopercepciones.
El criterio pluralista clsico incluye tres especies de vivencias alucinatorias, pero esta
clasificacin tiene tambin puntos frgiles:
a- Las alucinaciones genuinas o verdaderas.
b- Las alucinosis.
c- Las seudoalucinaciones.
Para Ey (1973), esta clasificacin tiene carcter artificial por la imposibilidad de
encontrar lmites entre ellos y separarlos de otros fenmenos... porque la divisin
entre alucinaciones psicosensoriales y alucinaciones psquicas es artificial.
De acuerdo a estos conceptos, postula lo que l llama la clasificacin natural de las
alucinaciones, donde aparecen dos categoras:
a-: Las eidolias alucinticas sin delirio. Cuadro que coincide con las alucinaciones
compatibles con la razn o alucinosis.
252
b-:
conciente.
En esta clasificacin integra en una sola categora las alucinaciones psicosensoriales y
las seudoalucinaciones. Tambin es muy til en la clnica para el diagnstico
psicopatolgico y nosogrfico y la orientacin teraputica. Pero seala Ey, que este
criterio, tiene bases etiopatognicas muy discutibles.
Para Claude y Ey las alucinaciones verdaderas deban reunir tres condiciones:
1-Ser una proyeccin objetivante
2-No contener elementos del objeto real, y
3-Acompaarse de un juicio de realidad positivo.
Estas condiciones datan de 1932, actualmente, se sustituye proyeccin objetivante por
experiencia objetivante y juicio de realidad por experiencia de realidad. La experiencia
inmediata de realidad vivida es una cualidad de la vivencia alucinatoria. El juicio de
realidad es una reaccin ideativa del sujeto a la vivencia.
La primera existe o no existe; el segundo, puede ser ambivalente o ambiguo.
La experiencia de realidad positiva vara de grado desde una realidad igual a las otras
percepciones, hasta la de ser una realidad singular, en este caso, el enfermo duda de la
realidad objetiva pero no de la realidad de la alucinacin.
Las enfermedades orgnicas mesoenceflicas presentan cuadros de transicin y cuadros
intermedios entre la alucinosis peduncular y el sndrome onrico.
Ey contrapone las alucinosis en cuanto alucinaciones falsas y las alucinaciones
inconcientes de s mismas que presentan los esquizofrnicos. Para ser alucinado el
sujeto no debe decir que tiene una alucinacin. La objetivacin de lo subjetivo es la
esencia de la alucinacin.
Los fenmenos ocasionados por la desestructuracin de la conciencia, cuando en cierta
medida aflora el inconsciente, como en el sueo, son imgenes y no alucinaciones.
(Schroeder).
Hagen en 1868, es el primer autor que utiliza el trmino de seudoalucinaciones, para
describir las experiencias hipnaggicas, stas al igual que el pensamiento fantstico,
tienen ms cualidades de representaciones que de percepciones.
253
1- Son formas muy bien construidas y de gran pregnancia sensorial. En la esfera visual,
suele tratarse de figuras o escenas ms o menos complejas. En la esfera auditiva, de
melodas musicales o de palabras habladas.
2- Anomalas intrnsecas en las imgenes: tendencia a la repeticin sucesiva o
simultnea; contraste paradjico con el fondo del campo perceptivo, que se halla vaco
de elementos sensoriales, perspectivas temporoespaciales anormales, contenidos
deformados. Pueden estar en relacin con restos perceptivos, formando imgenes
consecutivas; con percepciones de otro campo sensorial, integrando una cenestesia; o
con residuos onricos diurnos o nocturnos.
3. - Estructura parcial: el contenido de la alucinosis es un acontecer automtico y
sensorial perifrico, que queda enquistado o entre parntesis sin situarse ni en el centro
de la situacin vivida ni en la trama de la personalidad; queda igualmente aislado del
juicio y de la actividad discursiva en la esfera intelectual, tambin queda aislado en la
esfera perceptiva, de ah la incongruencia, que siempre aparece entre las imgenes de la
alucinosis y los datos de los otros rganos de los sentidos. Representan un simple
agujero o ventana en la percepcin por donde se deslizan las imgenes del inconsciente,
las cuales son desterradas a la periferia por una actividad integrativa normal. (Sera una
especie de cuerpo extrao en el mundo interior del sujeto).(5).
4. - Reacciones crticas del sujeto: Existe conciencia a la vez de presencia e irrealidad.
El sujeto no integra la visin, la audicin, la sensacin olfativa o cenestsica en la
realidad objetiva en tanto trama histrica de la realidad. ...es en este sentido, que puede
decirse que la alucinosis no implica el delirio ( la alineacin), sino que es un contraste
frente al delirio, tanto en la experiencia del sujeto como a los ojos del observador.
Podra decirse que el sujeto es tentado por la alucinacin pero sin sucumbir a ella.
5. - Condicionamiento por una desintegracin de las funciones automticas realizadas
por los analizadores perceptivos. En tanto la actividad alucinatoria-delirante pertenece a
las psicosis, la alucinosis est ligada a la patologa de los aparatos sensoriales, de los
analizadores perceptivos perifricos: receptores, o centrales: centros corticales. A
diferencia de las alucinaciones, la alucinosis se presenta en enfermedades orgnicas
cerebrales.
Las voces internas de los esquizofrnicos pertenecen a esta modalidad de vivencia
seudoalucinatoria. La aparicin de estructuras funcionales nuevas en las psicosis
esquizofrnicas seran una contaminacin estructural proveniente del trastorno de la
254
actividad del yo. De esto tambin deriva el carcter de vivencias impuestas que tienen
las voces que estos pacientes perciben.
Las seudoalucinaciones son de gran valor diagnstico en las esquizofrenias. K.
Schneider incluye en los sntomas esquizofrnicos de primer orden estas tres variedades
de seudoalucinaciones auditivas:
a- Por su forma: el pensamiento sonoro (escuchar el propio pensamiento).
b- Por
su
contenido:
los
dilogos
basndose
en
argumentos
contraargumentos.
c- Por su contenido: las voces que contienen observaciones sobre los actos
del propio enfermo.
Las seudoalucinaciones restantes, son sntomas esquizofrnicos de segundo orden.
Muchas alucinaciones esquizofrnicas tienen caracteres de percepciones autnticas. Las
voces externas son tan frecuentes como las internas.
Los tres fenmenos alucinatorios se distribuyen irregularmente:
a- las verdaderas alucinaciones abundan entre las psicosis sintomticas y las exotxicas.
b-: las alucinaciones neurolgicas, en las enfermedades cerebrales.
c-:las seudoalucinaciones, en las esquizofrenias.
Las alucinaciones verdaderas se registran en el exterior, tienen existencia objetiva y son
una realidad evidente.
Las vivencias de la alucinosis aparecen en el exterior y tienen existencia objetiva, pero
carecen de evidencia de realidad.
Las seudoalucinaciones estn ubicadas en el interior o espacio subjetivo, tienen
existencia subjetiva y constituyen una realidad evidente.
Las verdaderas alucinaciones olfatorias y gustativas aparecen en los cuadros
esquizofrnicos agudos y en las crisis epilpticas uncinadas de Jackson. Los enfermos
esquizofrnicos perciben muchas veces malos olores inexistentes que interpretan como
gas venenoso para atentar contra su vida. Tambin son frecuentes en estos pacientes las
verdaderas alucinaciones corporales: motoras y sexuales. En cambio, las alucinaciones
visuales son escasas.
Las alucinaciones y el delirio se asocian muchas veces en el mismo cuadro clnico.
Con relacin a su respectiva procedencia pueden registrarse tres combinaciones:
a-: ambos proceden de una fuente comn (el trastorno esquizofrnico del yo, situacin
de pnico, drogas, aislamiento.)
255
PREDELIRIO
Vivencia de lo puesto
Presentimientos
Oscuras sospechas
Inspiracin delirante
DELIRIO
Percepcin delirante
JASPERS
GRUHLE
Cognicin delirante
Humor delirante
Percepcin delirante
Percepcin delirante
Representacin delirante Ocurrencia delirante
K. SCHNEIDER
LOPEZ - IBOR
Percepcin delirante
Ocurrencia delirante
Humor delirante
Percepcin delirante
Inspiracin delirante
256
DELIRIO DEPRESIVO
ESQUIZOFRENICO
DELIRIO
ASPECTOS TEMTICOS
Temtica
diversa
hasta
Temtica centrada en el yo
mundo
Enfoque retrospectivo
ASPECTOS SIGNIFICATIVOS
Desgarramiento de la continuidad de
sentido en grado absoluto
ASPECTOS FORMALES
Ocurrencias delirantes
delirantes
Inspiraciones
percepciones
Vivencias propias
ASPECTOS AXIOLGICOS
Exageracin deformada de los valores de
conversin,
salud, espiritualidad o economa
valores
Conservacin,
consolidacin,
257
258
PERCEPCION
REPRESENTACION
259
Referencia del
aislamiento
Polisensorial
Circunstancia
condicionante
bsica de las
alucinaciones
El hambre de
estmulos y el
aletargamiento de
la consciencia
Dficit de
comunicacin
Visual
La misma que en
el dficit sensorial
Localizacin
sensorial de las
alucinaciones
Monosensorial
Contenidos ms
tpicos de las
alucinaciones
Recuerdos
alucinatorios
Contenidos de
perjuicio
Realidad objetiva
extraalucinatoria
Normal
Alterada en
sentido paranoide
Aislamiento
natural
Humano (situacin
de soledad)
Aislamiento
mrbido
esquizofrnico
Vital (estado
autista)
Una necesidad
vital insatisfecha,
El trastorno del yo
el pnico, el dficit
de comunicacin
Auditiva y visual
Plurisensorial con
prevalencia
auditiva
Consejos de
satisfacer la
necesidad vital
frustrada o
elementos
terrorficos
Distintos
contenidos
vivenciados como
aspectos de la
realidad exterior
Normal
Profundamente
alterada
260
Bibliografa
-
Ey, H., Bernard, P., Brisset, Ch., Tratado de Psiquiatra. Toray Masson,
Barcelona, 1978.
Ey, H., Claude, H., Evolucin de las ideas sobre alucinacin. Posicin actual del
problema (1932). Alucinar y Delirar, tomo II. Polemos, Bs. As., 1998.
261
II
ALUCINACIN Y DELIRIO
EN LA
ESQUIZOFRENIA
REFERENCIAS PSICOANALTICAS
SIGMUND FREUD
262
ANLISIS Y ELABORACIN
ANLISIS Y ELABORACION DE LAS REFERENCIAS EN LA OBRA DE
SIGMUND FREUD
SOBRE LA ALUCINACIN
263
solamente por una buena investidura del yo y que constituyen una morigeracin de los
primeros. La condicin de los segundos es, como se ve, una valorizacin correcta de los
signos de realidad objetiva, slo posible con una inhibicin por el yo.
264
En la tercera parte del Proyecto, cuando Freud plantea un intento de representar los
procesos normales, sostiene que si un recuerdo muestra un carcter alucinatorio durante
un periodo tan largo reclama tambin una explicacin - sustantiva para la concepcin de
la alucinacin -. Es sugerente aqu suponer, que esa capacidad de alucinacin, como la
capacidad de afecto, son indicios de que la investidura yoica no ha cobrado todava
ningn influjo sobre el recuerdo, que en este prevalecen las direcciones de
escurrimiento primarias y el proceso total o primario.
El devenir-alucinado funciona al modo de una corriente retrocedente de Q hacia f y, por
tanto, hacia w; una neurona ligada no admitira esa corriente retrocedente. Cabe
preguntar, adems, si es la cantidad hipertrfica de investidura del recuerdo lo que
posibilita la corriente retrocedente. Slo que aqu es preciso recordar que una Q as,
grande, est presente slo la primera vez, a raz de la vivencia eficiente de dolor. En la
repeticin slo estamos frente a una investidura de recuerdos, de intensidad habitual,
que, no obstante, instaura alucinacin y displacer; no podemos sino suponer que ello
sucede en virtud de una facilitacin de intensidad desacostumbrada. De aqu se sigue
que la cantidad f comn basta para la corriente retrocedente y la excitacin de descarga,
y el efecto inhibidor de la ligazn yoica cobra significatividad.
En los Estudios sobre la histeria (1893-1895), que Freud realiza con el doctor J. Breuer,
en un principio expone una serie de casos clnicos en donde muestra a la alucinacin
como uno de los sntomas caractersticos de la histeria.
Sobre las algias histricas, tan importantes en la prctica, reflexiona: Sin duda que
muchas
veces
estn
condicionadas
directamente
por
representaciones;
son
266
contingencia exterior. Estn, por as decir, disponibles para la explicacin tantas veces
esta lo requiera. Pero la confirmacin de su papel como excitadoras del sueo es muy
difcil o aun inalcanzable, y, en este sentido resultan inferiores a los estmulos
sensoriales objetivos, que pueden someterse a observacin y experimento. La principal
prueba del poder de las excitaciones sensoriales subjetivas para excitar sueos la
proporcionan las alucinaciones llamadas hipnaggicas, que Johannes Mller (1826)
ha descrito como fenmenos visuales fantsticos. Son imgenes a menudo muy
vvidas y cambiantes, que en el perodo de adormecimiento suelen aparecrseles a
ciertas personas de manera enteramente regular, y pueden perdurar unos momentos aun
despus de abiertos los ojos. Maury, que era propenso a ellas en sumo grado, les
consagr un profundo anlisis y afirm su conexin y hasta su identidad con las
imgenes onricas (como ya lo haba hecho, por lo dems, Mller. Para que surjan, dice
Maury, se requiere una cierta pasividad anmica, una disminucin del esfuerzo de
atencin. Pero, si se tiene la disposicin, basta caer por un segundo en ese letargo para
ver una alucinacin hipnaggica, despus de la cual el sujeto quiz se despabilar; y
este juego puede repetirse muchas veces, hasta que el dormir le pone trmino. Y si el
despertar no sobreviene mucho tiempo despus es frecuente, segn Maury, que puedan
identificarse en el sueo las mismas imgenes que antes de dormirse haban aparecido
como alucinaciones hipnaggicas.
A semejanza de estas imgenes, tambin alucinaciones auditivas de palabras, nombres,
etc., pueden emerger hipnaggicamente y despus repetirse en el sueo como una
obertura - que anuncia los leit-motiv de la pera de la cual es el comienzo -,
Por los mismos senderos que Mller y Maury transita un observador ms reciente de las
alucinaciones hipnaggicas, G. Trumbull Ladd (1892).
Dejando de lado las discusiones acerca de la naturaleza de la alucinacin, bien
conocidas de todos los psiquiatras, podemos enunciar, siguiendo a todos los autores
expertos en la materia, que el sueo alucina, reemplaza pensamientos por alucinaciones.
En la Interpretacin de los sueos, en el apartado sobre el proceso primario y el proceso
secundario, Freud plantea la limitacin de la alucinacin para producir el cese de la
necesidad y del placer ligado con la satisfaccin.
Habamos profundizado en la ficcin de un aparato psquico primitivo, cuyo trabajo
era regulado por el afn de evitar la acumulacin de excitacin y de mantenerse en lo
posible carente de excitacin. Por eso lo construirnos siguiendo el esquema de un
aparato reflejo; la motilidad, al comienzo como camino a la alteracin interna del
268
La amentia es la reaccin frente a una prdida que la realidad asevera pero que debe ser
desmentida {Verleugnung} por el yo como algo insoportable. A raz de ello el yo rompe
el vnculo con la realidad, sustrae la investidura al sistema Cc de las percepciones (o
quiz le sustrae una investidura cuya particular naturaleza puede ser todava objeto de
indagacin). Con este extraamiento de la realidad queda eliminado el examen de
realidad, las fantasas de deseo - no reprimidas, por entero conscientes- pueden penetrar
en el sistema y ser admitidas desde ah como una realidad mejor. Una sustraccin as
puede ponerse en el mismo rango que los procesos de la represin; la amentia nos
ofrece el interesante espectculo de una desavenencia del yo con uno de sus rganos,
quizs el que le serva con mayor fidelidad y el que estaba ms ntimamente ligado a l.
Eso que en la amentia es efectuado por la represin {esfuerzo de suplantacin}, en el
sueo lo produce la renuncia voluntaria. El estado del dormir no quiere saber nada del
mundo exterior, no se interesa por la realidad o lo hace slo en la medida en que entra
en juego el abandono del estado del dormir, el despertar. Por tanto, quita tambin la
investidura al sistema Cc, as como a los otros sistemas, el Prcc y el Icc, en la medida en
que las posiciones presentes en ellos acaten el deseo de dormir. Con esta condicin de
no investidura {Unbesetzheit} que adquiere el sistema Cc se imposibilita el examen de
realidad, y las excitaciones que, independientemente del estado del dormir, han
emprendido el camino de la regresin lo encontrarn expedito hasta el sistema Cc, en el
interior del cual se las tendr por una realidad indiscutida.
Respecto de la psicosis alucinatoria de la dementia praecox, nuestras reflexiones nos
permiten deducir que no puede pertenecer a los sntomas iniciales de la afeccin. Slo
se vuelve posible cuando el yo del enfermo se ha fragmentado hasta el punto en que el
examen de realidad ya no impide la alucinacin.
En cuanto a la psicologa de los procesos onricos, alcanzamos el resultado de que todos
los caracteres esenciales del sueo son determinados {determiniert} por la condicin del
estado del dormir. El viejo Aristteles, con su modesto enunciado de que el sueo es la
actividad anmica del durmiente, acierta por entero. Podramos glosarlo: un resto de
actividad anmica posibilitado por el hecho de que el estado narcisista del dormir no
puede imponerse en toda la regla. Esto no es muy diferente de lo que psiclogos y
filsofos dijeron desde siempre, pero descansa en perspectivas completamente
divergentes acerca del edificio y el funcionamiento del aparato anmico. Y estas
perspectivas aventajan a las anteriores en que pudieron acercarnos tambin a la
comprensin de todas las particularidades del sueo.
273
Para concluir, Freud, realiza una revisin sobre la tpica del proceso de la represin. En
el sueo, la sustraccin de la investidura (libido, inters) recae sobre todos los sistemas
en igual medida; en las neurosis de trasferencia es retirada la investidura prcc; en la
esquizofrenia, la del Icc, y en la amentia, la de la Cc.
SOBRE DELIRIO
275
alucinaciones.
La idea delirante es o bien el calco o bien lo opuesto de la representacin que cay bajo
la defensa (delirio de grandeza). Paranoia y confusin alucinatoria son las dos psicosis
de desafo eso o de justamente es eso {Trotz- oder - Justamentspsychosen}. La
referencia a s propio de la paranoia es anloga a las alucinaciones de la confusin,
que justamente quieren aseverar lo contrario del hecho que cay bajo la defensa. As, la
referencia a s propio quiere demostrar siempre que la proyeccin es correcta.
Son pocas las veces que S. Freud se refiere al delirio con relacin a la esquizofrenia, en
general trabaja el tema relacionado a la histeria, la neurosis obsesiva y la paranoia.
Esclareceremos los conceptos pues nos servirn de orientacin inicial para luego pensar
el delirio en la esquizofrenia.
En el manuscrito "K", Freud plantea entre otras cosas, la diferencia en como se
establece el delirio en la neurosis obsesiva y la paranoia, y nos resulta de importancia
esclarecer sus mecanismos diferenciales.
En la neurosis obsesiva: La vivencia primaria estuvo dotada de placer; fue activa (en el
varoncito) o pasiva (en la nia), sin injerencia de dolor ni asco, lo cual en la nia
presupone una edad mayor (hacia los ocho aos). Esta vivencia, recordada despus, da
ocasin al desprendimiento de displacer; al comienzo se genera un reproche que es
conciente. Y aun parece que en ese momento el complejo psquico ntegro -recuerdo y
reproche- fuera conciente. Luego, ambos -sin que se agregue nada nuevo- son
reprimidos y a cambio se forma en la conciencia un sntoma contrario, algn matiz de
escrupulosidad de la conciencia moral. La represin puede sobrevenir por el hecho que
277
intermedias
de
compromiso,
que
fugazmente
devienen
compasin por los padres: enfermedad, muerte de ellos. Entonces es una exteriorizacin
del duelo hacerse reproches por su muerte (las llamadas melancolas), o castigarse
histricamente, mediante la idea de la retribucin, con los mismos estados [de
enfermedad] que ellos han tenido. La identificacin que as sobreviene no es otra cosa,
como se ve, que un modo del pensar, y no vuelve superflua la bsqueda del motivo.
En cuanto al tercer grupo de los sntomas hallados en la neurosis obsesiva, los sntomas
de la defensa secundaria, no se los halla presentes como tales en la paranoia; en efecto,
contra los sntomas que retornan y que hallan creencia, no se hace valer defensa alguna.
Como sustituto de ello, hallamos en la paranoia otra fuente para la formacin de
sntoma; las ideas delirantes que llegaron a la conciencia en virtud del compromiso
(sntomas del retorno de lo reprimido) proponen demandas al trabajo de pensamiento
del yo hasta que se las pueda aceptar exentas de contradiccin. Como ellas mismas no
son influibles, el yo se ve precisado a adecurseles. ; as es como a los sntomas de la
defensa secundaria en el caso de la neurosis obsesiva corresponde aqu la formacin
delirante combinatoria el delirio de interpretacin, que desemboca en la alteracin del
yo. Mi caso era incompleto en este aspecto; en aquel momento an no mostraba nada
de los ensayos interpretativos que slo despus advinieron. Pero no dudo de que se
comprobarn importantes resultados cuando se aplique el psicoanlisis a ese estadio de
la paranoia. Acaso se averige que tambin la llamada debilidad mnmica de los
paranoicos es tendenciosa, es decir, descansa en una represin y sirve a los propsitos
de sta. Con efecto retardado {nachtrglich}, es posible que se repriman y sustituyan
aquellos recuerdos no patgenos que se sitan en contradiccin con la alteracin del yo,
reclamada esta imperiosamente por los sntomas del retorno.
empero, el delirio de sentirse aludido y la ilusin se explican con harta facilidad: lo que
yo lea era el final de una observacin acerca de cierto tipo de estilo defectuoso en
trabajos cientficos, del cual no me senta exento.
espontnea o provocada) marca la direccin que seguir la vida sexual tras la madurez.
Este esclarecimiento, que correga por cierto el ms importante de mis errores iniciales,
no poda menos que alterar tambin la concepcin del mecanismo de los sntomas
histricos. Ya no aparecan ms como retoos directos de los recuerdos reprimidos de
vivencias sexuales infantiles, sino que entre los sntomas y las impresiones infantiles se
intercalaban las fantasas (invenciones de recuerdos) de los enfermos,. casi siempre
producidas en los aos de la pubertad. Estas se construan, por un lado, a partir de los
recuerdos infantiles, rebasndolos, y por el otro se trasponan directamente en los
sntomas. Slo al introducirse el elemento de las fantasas histricas se hicieron
trasparentes la ensambladura de la neurosis y su vnculo con la vida de los enfermos; y
286
El delirio slo nos pone sobre la pista de que esa conducta no se explica por su
disposicin {constitucional}, sino que ms bien encierra en s una pieza de necesidad
subjetiva fantstica.
Reprimidos estn pues, en Norbert Hanold, los sentimientos erticos, y puesto que su
erotismo no conoce o no ha conocido otro objeto que a Zoe Bertgang en su infancia, los
recuerdos sobre ella se encuentran olvidados. El bajorrelieve antiguo despierta en l el
erotismo adormecido y vuelve activos los recuerdos de la niez. A raz de una
resistencia al erotismo, existente en l, esos recuerdos slo pueden devenir eficientes en
calidad de inconcientes. El juego que luego se desarrolla en su interior es una lucha
entre el poder del erotismo y las fuerzas que lo reprimen; lo que de esta lucha se
exterioriza es un delirio.
Los sntomas del delirio -tanto fantasas como acciones- son resultado de un
compromiso entre las dos corrientes anmicas, y en un compromiso se toman en cuenta
las demandas de cada una de las partes; y por lo dems cada una de ellas ha debido
renunciar a un fragmento de lo que quera conseguir. Toda vez que se produjo un
compromiso, hubo ah una lucha; el conflicto supuesto es entre el erotismo sofocado y
los poderes que lo mantienen en la represin. Cuando se forma un delirio esta lucha
nunca toca a su fin. Ataque y resistencia se renuevan tras cada formacin de
compromiso, ninguna de las cuales resulta del todo satisfactoria.
Freud aconseja recordar todo cuanto se sabe acerca de la naturaleza y descendencia de
las fantasas pues son precursoras del delirio. Son sustitutos y retoos de unos recuerdos
reprimidos a los que cierta resistencia no permite llegar a la conciencia, no obstante lo
cual consiguen devenir concientes toda vez que arreglan cuentas con esa censura de la
resistencia mediante unas alteraciones y desfiguraciones. Luego de consumado este
compromiso, aquellos recuerdos se convierten en estas fantasas, sobre las cuales la
persona conciente incurre con facilidad en un malentendido, esto es, puede entenderlas
en el sentido de la corriente psquica dominante. Las imgenes onricas son creaciones
delirantes del ser humano, los resultados de compromiso de aquella lucha entre lo
reprimido y lo dominante que probablemente exista en todo hombre, aun en quienes
gozan de una plena salud mental diurna. Entonces se comprende que se deban
considerar las imgenes del sueo como algo desfigurado tras lo que es preciso buscar
algo diverso, no desfigurado, pero escandaloso en algn sentido, como los recuerdos
reprimidos de Hanold tras sus fantasas. Cabra expresar la oposicin as discernida
distinguiendo lo que el soante recuerda al despertar, como contenido manifiesto del
288
sueo, de lo que constitua la base del sueo antes de su desfiguracin por la censura,
los pensamientos onricos latentes. Interpretar un sueo equivaldr, pues, a traducir su
contenido manifiesto a los pensamientos onricos latentes, a deshacer la desfiguracin
que estos ltimos recibieron de la censura de la resistencia.
Freud descubre que en algunos casos clnicos muy a menudo una formacin delirante se
sigue de un sueo, y tras esclarecimientos sobre la esencia del sueo no necesitamos
descubrir ningn enigma nuevo en la situacin considerada. Sueo y delirio provienen
de la misma fuente: lo reprimido; el sueo es el delirio por as decir fisiolgico del
hombre normal. Lo reprimido, antes de adquirir suficiente fuerza para abrirse paso
como delirio en la vida despierta, puede que alcance con facilidad su primer xito, bajo
las circunstancias ms propicias del estado del dormir, en la forma de un sueo de
prolongada eficacia. Esa es ciertamente la verdadera va por la cual el delirio obtiene, en
general, la inconmovible aceptacin que es uno de sus caracteres clnicos. Si el enfermo
cree con tanta firmeza en su delirio, ello no se produce por un trastorno {Verkehrung}
de su capacidad de juzgar ni se debe a lo que hay de errneo en su delirio. Antes al
contrario, en todo delirio se esconde un granito de verdad; hay en l algo que realmente
merece creencia, y esa es la fuente de la conviccin del enfermo, que por tanto est
justificada en esa medida. Pero eso verdadero estuvo largo tiempo reprimido; cuando
por fin consigue abrirse paso hasta la conciencia, esta vez en forma desfigurada, el
sentimiento de convencimiento que a ello adhiere es hiperintenso, como a modo de un
resarcimiento, slo que recae sobre un sustituto desfigurado de lo verdadero reprimido,
protegindolo de cualquier impugnacin crtica. El convencimiento se desplaza, por as
decir, de lo verdadero inconciente a lo errneo conciente enlazado con ello, y
justamente a causa de ese desplazamiento permanece fijado all (Freud).
Freud plantea la modalidad de curacin del delirio por medio del tratamiento
psicoanaltico, y la homologa al procedimiento utilizado por Gradiva, en el cuento.
Sin embargo, la semejanza entre el proceder de Gradiva y el mtodo analtico de
psicoterapia no se limita a estos dos puntos, el hacer conciente lo reprimido y la
coincidencia de esclarecimiento y curacin. Tambin se extiende a lo que resalta como
lo esencial de toda la alteracin: el despertar de los sentimientos. Cualquier perturbacin
anloga al delirio de Hanold, que en la ciencia solemos designar psiconeurosis, tiene
por premisa la represin de un fragmento de la vida pulsional, digamos confiadamente
de la pulsn sexual; y todo ensayo de introducir en la conciencia la causa inconciente y
reprimida de la enfermedad llama de manera necesaria a los componentes pulsionales en
289
cuestin a trabar renovado combate con los poderes que los reprimen, para llegar a un
final ajuste de cuentas con estos, a menudo en medio de los ms violentos fenmenos
reactivos. El proceso de restablecimiento se consuma en una recidiva de amor, si
reunimos bajo el nombre de amor a todos los mltiples componentes de la pulsin
sexual, y esa recidiva es indispensable, pues los sntomas, a raz de los cuales se
emprendi el tratamiento, no son ms que unos precipitados de anteriores luchas por la
represin o por el retorno, y slo pueden ser solucionados y despejados mediante una
nueva marejada de esas mismas pasiones Todo tratamiento psicoanaltico es un intento
de poner en libertad un amor reprimido que haba hallado en un sntoma una lamentable
escapatoria de compromiso. Y la coincidencia con el proceso de curacin descrito por el
poeta en Gradiva llega al mximo si agregamos que tambin en la psicoterapia analtica
la pasin vuelta a despertar, trtese de amor o de odio, escoge siempre como objeto a
la persona del mdico.
291
padre aparece como el perturbador de la satisfaccin buscada por el nio, autoertica las
ms de las veces, que en la posterior fantasa a menudo se sustituye por otra menos
ingloriosa. En el desenlace del delirio de Schreber, la fantasa sexual infantil celebra un
triunfo grandioso; la voluptuosidad misma es dictada por el temor de Dios, y Dios
mismo (el padre) no deja de exigrsela al enfermo. La ms temida amenaza del padre, la
castracin, ha prestado su material a la fantasa de deseo de la mudanza en mujer,
combatida primero y aceptada despus.
Con relacin al mecanismo paranoico, Freud plantea: Tenemos que situar la
especificidad de la paranoia (o de la demencia paranoide) en algo diverso: en la
particular forma de manifestarse los sntomas; y nuestra expectativa no consistir en
imputarla a los complejos, sino al mecanismo de la formacin de sntoma o al de la
represin. Diramos que el carcter paranoico reside en que para defenderse de una
fantasa de deseo homosexual se reacciona, precisamente, con un delirio de persecucin
de esa clase.
anlisis muestra que en modo alguno han cancelado el vnculo ertico con personas y
cosas. An lo conservan en la fantasa; vale decir: han sustituido los objetos reales por
objetos imaginarios de su recuerdo o los han mezclado con estos, por un lado; y por el
otro, han renunciado a emprender las acciones motrices que les permitiran conseguir
sus fines en esos objetos. A este estado de la libido debera aplicarse con exclusividad la
expresin que Jung usa indiscriminadamente: introversin de la libido. Otro es el caso
de los parafrnicos. Parecen haber retirado realmente su libido de las personas y cosas
del mundo exterior, pero sin sustituirlas por otras en su fantasa. Y cuando esto ltimo
ocurre, parece ser algo secundario y corresponder a un intento de curacin que quiere
reconducir la libido al objeto.
Surge esta pregunta: Cul es el destino de la libido sustrada de los objetos en la
esquizofrenia? El delirio de grandeza propio de estos estados nos indica aqu el camino.
Sin duda, naci a expensas de la libido de objeto. La libido sustrada del mundo exterior
fue conducida al yo, y as surgi una conducta que podemos llamar narcisismo. Ahora
bien, el delirio de grandeza no es por su parte una creacin nueva, sino, como sabemos,
la amplificacin y el despliegue de un estado que ya antes haba existido. As, nos
vemos llevados a concebir el narcisismo que nace por replegamiento de las investiduras
de objeto como un narcisismo secundario que se edifica sobre la base de otro, primario,
oscurecido por mltiples influencias.
Teniendo en cuenta las observaciones y concepciones sobre la vida anmica de los nios
y de los pueblos primitivos, Freud destaca: En estos ltimos hallamos rasgos que, si se
presentasen aislados, podran Imputarse al delirio de grandeza: una sobrestimacin del
poder de sus deseos y de sus actos psquicos, la omnipotencia de los pensamientos,
una fe en la virtud ensalmadora de las palabras y una tcnica dirigida al mundo exterior,
la magia, que aparece como una aplicacin consecuente de las premisas del mundo
exterior en los nios de nuestro tiempo, cuyo desarrollo nos resulta mucho ms
impenetrable. Nos formamos as la imagen de una originaria investidura libidinal del
yo, cedida despus a los objetos; empero, considerada en su fondo, ella persiste, y es a
las investiduras de objeto como el cuerpo de una ameba a los seudpodos que emite.
Esta pieza de la colocacin libidinal no poda sino ocultarse al principio a nuestra
investigacin, cuyo punto de partida fueron los sntomas neurticos. Las emanaciones
de esta libido, las investiduras de objeto, que pueden ser emitidas y retiradas de nuevo,
fueron las nicas que nos saltaron a la vista. Vemos tambin a grandes rasgos una
oposicin entre la libido yoica y la libido de objeto. Cuanto ms gasta una, tanto ms
296
se empobrece la otra. El estado del enamoramiento se nos aparece como la fase superior
de desarrollo que alcanza la segunda; lo concebimos como una resignacin de la
personalidad propia en favor de la investidura de objeto y discernimos. su opuesto en la
fantasa (o percepcin de s mismo) de fin del mundo de los paranoicos. En definitiva
concluimos, respecto de la diferenciacin de las energas psquicas, que al comienzo
estn juntas en el estado del narcisismo y son indiscernibles para nuestro anlisis
grueso, y slo con la investidura de objeto se vuelve posible diferenciar una energa
sexual, la libido, de una energa de las pulsiones yoicas. Hemos discernido a nuestro
aparato anmico sobre todo como un medio que ha recibido el encargo de dominar
excitaciones que en caso contrario provocaran sensaciones penosas o efectos
patgenos. La elaboracin psquica presta un extraordinario servicio al desvo interno de
excitaciones no susceptibles de descarga directa al exterior, o bien cuya descarga directa
sera indeseable por el momento. Ahora bien, al principio es indiferente que ese
procesamiento interno acontezca en objetos reales o en objetos imaginados. La
diferencia se muestra despus, cuando la vuelta de la libido sobre los objetos irreales
(introversin) ha conducido a una estasis libidinal. En las parafrenias, el delirio de
grandeza permite esta clase de procesamiento de la libido devuelta al yo; quiz slo
despus de frustrado ese delirio de grandeza, la estasis libidinal en el interior del yo se
vuelve patgena y provoca el proceso de curacin que se nos aparece como enfermedad.
Intento aqu penetrar unos pocos pasos ms en el mecanismo de la parafrenia, y resumo
las concepciones que ya hoy me parecen dignas de consideracin. Sito la diferencia
entre estas afecciones y las neurosis de trasferencia en la siguiente circunstancia: en
aquellas, la libido liberada por frustracin no queda adscrita a los objetos en la fantasa,
sino que se retira sobre el yo; el delirio de grandeza procura entonces el dominio
psquico de este volumen de libido, vale decir, es la operacin psquica equivalente a la
introversin sobre las formaciones de la fantasa en las neurosis de trasferencia; de su
frustracin nace la hipocondra de la parafrenia, homloga a la angustia de las neurosis
de trasferencia. Sabemos que esta angustia puede relevarse mediante una ulterior
elaboracin psquica, a saber, mediante conversin, formacin reactiva, formacin
protectora (fobia). En lugar de esto, en las parafrenias tenemos el intento de restitucin,
al que debemos las manifestaciones patolgicas ms llamativas. Puesto que la parafrenia
a menudo (si no la mayora de las veces) trae consigo un desasimiento meramente
parcial de la libido respecto de los objetos, dentro de su cuadro pueden distinguirse tres
grupos de manifestaciones: 1 ) las de la normalidad conservada o la neurosis
297
En la Conferencia 26, sobre teora de la libido y el narcisismo, nos encontramos con los
aportes de Abraham. Desde temprano empezamos a extender las concepciones
psicoanalticas a estas otras afecciones. Ya en 1908, Karl Abraham, tras un intercambio
de ideas conmigo, formul la tesis de que el carcter principal de la dementia praecox
(incluida entre las psicosis) consiste en que en ella falta la investidura libidinal de los
objetos. Pero entonces se planteaba esta pregunta: Qu ocurri con la libido de los
dementes extraada de los objetos? Abraham no vacil en responder: es revertida al yo,
y esta reversin reflexiva es la fuente del delirio de grandeza de la dementa praecox.
Este ltimo es enteramente comparable a la sobrestimacin sexual del objeto, bien
298
conocida en la vida amorosa [normal]. De tal modo, pudimos comprender por primera
vez un rasgo de una afeccin psictica refirindolo a la vida amorosa normal.
La forma de enfermedad conocida como paranoia, la insana crnica sistemtica, ocupa
en los intentos clasificatorios de la psiquiatra actual una posicin fluctuante. Empero,
su estrecho parentesco con la dementia praecox no ofrece ninguna duda. En una ocasin
me permit hacer la propuesta de reunir paranoia y dementia praecox bajo la
designacin comn de parafrenia. Las formas de la paranoia son descritas segn su
contenido: delirio de grandeza, delirio de persecucin, delirio de amor (erotomana),
delirio de celos, etc. Ensayos explicativos, no los esperemos de la psiquiatra. Como
ejemplo de uno de estos (envejecido y no muy valioso por lo dems), les menciono el
intento de derivar un sntoma de otro por medio de una racionalizacin intelectual: el
enfermo que por una inclinacin primaria se cree perseguido, supuestamente inferira de
esa persecucin que l es una personalidad muy, pero muy importante, y as
desarrollara una mana de grandeza. Para nuestra concepcin analtica, el delirio de
grandeza es la consecuencia directa de un aumento del yo por recogimiento de las
investiduras libidinosas de objeto, un narcisismo secundario como retorno del
narcisismo originario de la primera infancia. Ahora bien, en los casos de delirio de
persecucin hemos observado algo que nos movi a seguir cierta pista. Lo primero que
nos llam la atencin fue que en la inmensa mayora de los casos el perseguidor era del
mismo sexo que el perseguido. Esto era todava susceptible de una explicacin inocente,
pero en algunos casos bien estudiados se evidenci con claridad que la persona del
mismo sexo ms amada en pocas normales se trasformaba en perseguidor despus de
contraerse la enfermedad. Ello posibilita un ulterior desarrollo, a saber, que la persona
amada es sustituida por otra, de acuerdo con afinidades notorias entre ambas; por
ejemplo, el padre lo es por el maestro, el jefe. De estas experiencias, que siguen
multiplicndose, extraemos la conclusin de que la paranoia persecutoria es la forma en
que el individuo se defiende de una mocin homosexual que se ha vuelto hiperintensa.
La mudanza de la ternura en odio, que, como es sabido, puede convertirse en una seria
amenaza para la vida del objeto amado y odiado, corresponde entonces a la trasposicin
de mociones libidinosas en angustia, que es un resultado regular del proceso de la
represin. Escuchen ustedes, por ejemplo, el relato de mi ltima observacin en este
sentido.
299
punto como el paranoico, corrige algn aspecto insoportable del mundo por una
formacin de deseo e introduce este delirio en lo objetivo {die Realitat}. Particular
significatividad reclama el caso en que un nmero mayor de seres humanos emprenden
en comn el intento de crearse un seguro de dicha y de proteccin contra el sufrimiento
por medio de una transformacin delirante de la realidad efectiva. No podemos menos
que caracterizar como unos tales delirios de masas a las religiones de la humanidad.
Quien comparte el delirio, naturalmente, nunca lo discierne como tal.
En la tercer parte del "Esquema del Psicoanlisis" de 1939, con relacin al aparato
psquico y el mundo exterior, Freud nos dice que: Si hasta aqu tuvimos que insistir
una y otra vez en que el yo debe su gnesis, as como los ms importantes de sus
caracteres adquiridos, al vnculo con el mundo exterior real, estamos ya preparados para
el supuesto de que los estados patolgicos del yo, en los que l vuelve a acercarse en
grado mximo al ello, se fundan en una cancelacin o en un aflojamiento de este
vnculo con el mundo exterior. Con esto armoniza muy bien lo que la experiencia
clnica nos ensea: la ocasin para el estallido de una psicosis es que la realidad objetiva
se haya vuelto insoportablemente dolorosa, o bien que las pulsiones hayan cobrado un
refuerzo extraordinario, lo cual, a raz de las demandas rivales del ello y el mundo
exterior, no puede menos que producir el mismo efecto en el yo. El problema de la
psicosis sera sencillo y trasparente si el desasimiento del yo respecto de la realidad
objetiva pudiera consumarse sin dejar rastros. Pero, al parecer, esto slo ocurre rara vez,
quiz nunca. Aun en el caso de estados que se han distanciado tanto de la realidad
efectiva del mundo exterior como ocurre en una confusin alucinatoria (amentia), uno
se entera, por la comunicacin de los enfermos tras su restablecimiento, de que en un
301
rincn de su alma, segn su propia expresin, se esconda en aquel tiempo una persona
normal, la cual, como un observador no participante, dejaba pasearse frente a s al
espectro de la enfermedad. No s s sera lcito suponer que es as en general, pero
puedo informar algo semejante sobre otras psicosis de trayectoria menos tormentosa.
Me viene a la memoria un caso de paranoia crnica en el que, tras cada ataque de celos,
un sueo anoticiaba al analista sobre su ocasin, figurndola de una manera correcta y
por entero exenta de delirio.
As resultaba una interesante oposicin: si de ordinario colegimos a partir de los
sueos del neurtico los celos ajenos a su vida de vigilia, aqu, en el psictico, el delirio
que lo gobernaba durante el da era rectificado mediante el sueo. Probablemente
tengamos derecho a conjeturar, con universal validez, que lo sobrevenido en tales casos
es una escisin psquica. Se forman dos posturas psquicas en vez de una postura nica:
la que toma en cuenta la realidad objetiva, la normal, y otra que bajo el influjo de lo
pulsional desaseal yo de la realidad. Las dos coexisten una junto a la otra. El desenlace
depende de la fuerza relativa de ambas. Si la segunda es o deviene la ms poderosa, est
dada la condicin de la psicosis. Si la proporcin se invierte, el resultado es una
curacin aparente de la enfermedad delirante. Pero en la realidad efectiva ella slo se ha
retirado a lo inconciente, as como de numerosas observaciones no se puede menos que
inferir que el delirio estaba formado y listo desde largo tiempo atrs, antes de advenir a
la irrupcin manifiesta.
303
BIBLIOGRAFIA
Freud, Sigmund.
Obras Completas. Editorial Amorrortu
Primera edicin en castellano. Traduccin: Etcheverry, con notas de James Strachey.
Buenos Aires, 1976
Se consideraron los siguientes textos:
Manuscritos: H, K y N (1894-96)
Estudios sobre la histeria (1893-95)
Neuropsicosis de defensa (1894)
Proyecto de psicologa para neurlogos (1895)
Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa (1896)
La interpretacin de los sueos (1900)
Psicopatologa de la vida cotidiana (1901)
A propsito de un caso de neurosis obsesiva (1909)
Puntualizaciones sobre un caso de paranoia descrito autobiogrficamente
Totem y tab (1912)
Introduccin al narcisismo (1914)
Conferencia 26 (1916)
Complemento metapsicolgico de la doctrina de los sueos (1917)
El malestar de la cultura (1920)
Psicologa de las masas y anlisis del yo (1921)
La prdida de realidad en la neurosis y psicosis (1924)
Construcciones en anlisis (1937)
Moiss y la religin monotesta (1939)
Esquema del psicoanlisis (1939)
304
III
ALUCINACIN Y DELIRIO
EN LA
ESQUIZOFRENIA
REFERENCIAS PSICOANALTICAS
JACQUES M. E. LACAN
ANLISIS Y ELABORACIN
305
306
307
308
309
310
311
312
Cuando aparentemente ocurren del lado del sujeto pueden ser gritos o risas, pero su
exterioridad no es distinta ya que su grito lo sorprende, no es l el que grita.
Cuando se trata del registro de la mirada son del orden del brillo, la luminosidad, la
llamarada, o son trayectorias del algn modo visibles, pero que no constituyen
exactamente imgenes visuales.
313
Con slo entrar en su audiencia, el sujeto cae bajo el efecto de una sugestin
inefable.
69
314
El hecho de que no puede orse sin dividirse no tiene nada de privilegiado en los
comportamientos de la conciencia.
La incertidumbre llega a su fin con la oposicin de otra palabra, invectiva por parte
del sujeto, para seguir isocrnicamente a la oscilacin.
Este es la operatoria por la que el discurso acaba por realizar su intencin de rechazo
hacia la alucinacin.
315
Merleau Ponty
C L A S E 5 : I N T R O D U C C I N Y R E S P U E S TA A U N A E X P O S I C I N D E J E A N H Y P P O L I T E S O B R E L A
VERNEINUNG DE FREUD. 10 DE FEBRERO DE 1954
72
Como ejemplo de este simplismo se puede dar el informe de R. de Saussure en el congreso de Psiquiatra de 1950 y
el uso que en l hace para todo fin de esa nocin verdaderamente nueva: la emocin alucinada
G. W., XII. , Pg. 103 121 [A. XVIII, pg. 67-81.
71
316
En una perspectiva que caracteriza al proceso primario como teniendo que ser
naturalmente satisfecho de un modo alucinatorio, se concluye que cuanto ms
satisfactoria es la realidad, menos constituye una prueba de la realidad.
La psicologa a fines del siglo XIX da la definicin de la percepcin como una
"alucinacin verdadera". Asimilando el fenmeno de la alucinacin al orden sensorial,
reproduce el alcance conferido por la tradicin filosfica a este fenmeno en la cuestin
escolstica acerca del error de los sentidos
La memoria es concebida como una serie de engramas, una suma de series de
facilitaciones, y esta concepcin revela ser insuficiente si no se introduce la nocin de
imagen.
Este fenmeno, el ms importante por la riqueza de sus datos concretos y por la
complejidad de su funcin, funcin de informacin, este fenmeno se presenta reducido
a su funcin de ilusin. A la imagen se la considera una sensacin debilitada en la
medida en que da un testimonio menos seguro de la realidad, como el eco y la sombra
de la sensacin, identificada con su huella, el engrama.
Si una serie de facilitaciones, una secuencia de experiencias hace surgir una imagen en
el aparato psquico concebido como una simple placa sensible, cuando la misma serie es
reactivada por una nueva excitacin, por una presin, por una necesidad, se reproducir
la misma imagen. Es decir, todo estmulo tiende a producir una alucinacin. La imagen
especular parece ser el umbral del mundo visible, si hemos de dar crdito a la
disposicin en espejo que presenta en la alucinacin y en el sueo la imago del cuerpo
propio, o en el papel del aparato del espejo en las apariciones del doble en que se
manifiestan heterogneas realidades psquicas.
El principio del funcionamiento del aparato es la alucinacin (proceso primario)
El sistema nervioso realiza, un progresivo filtrado organizado que supone facilitaciones,
la suma de esas facilitaciones, acontecimientos, incidentes sobrevenidos en el desarrollo
del individuo, constituyen un modelo que proporciona la medida de lo real.
El problema est en la relacin de la alucinacin con la realidad.
Freud debe restaurar el sistema de la conciencia y su autonoma energtica; si la
concatenacin de las experiencias produce efectos alucinatorios, es preciso un aparato
corrector, un test de realidad que supone una comparacin de la alucinacin con algo
recibido en la experiencia y conservado en la memoria del aparato psquico.
73
DE LA
FA LTA
DE
OBJETO 28
DE
NOVIEMBRE
DE
1956
317
Para que pueda haber comparacin, entre lo interior, donde la imagen alucinatoria por
naturaleza, slo posee dependencias memoriales; y lo exterior, es necesario que el yo,
acentuando la funcin de regulacin, inhiba al mximo los pasajes de energa en este
sistema. Lo que llega como incitacin, ya filtrado, debe serlo nuevamente para poder ser
comparado con las imgenes especiales que surgen en funcin de una necesidad.
La cuestin es: el nivel de presin de la necesidad, si se impondr contra toda evidencia,
o la cantidad de energa desplazada podr ser tamizado por el yo para se advierta que la
imagen no es realizada.
Freud se ve obligado a construir una conciencia-percepcin entificada en un sistema,
este sistema diferenciado distingue en el aparato psquico dos zonas: una zona de
imaginacin, memoria o, alucinacin memorial, en relacin con un sistema perceptual
especializado como tal.
La conciencia es reflejo de la realidad. El aparato de la conciencia tiene propiedades
especficas, y su sistema, el carcter forzoso de su deduccin, hacen que con el sistema
consciente se entre en la paradoja: es preciso que, a la vez, est ah y no est 74.
Es imperioso que a l pase cierta energa, pero no puede estar directamente enlazado al
aporte masivo del mundo exterior, tal como se lo supone en el primer sistema del reflejo
estmulo-respuesta elemental, es preciso que se halle separado de ste, y que slo reciba
dbiles investiduras de energa que le permitan entrar en funcionamiento
Por otro lado, tiene necesidad de informacin, que slo puede tomar en el mbito de la
descarga del sistema perceptivo. La prueba de realidad procede as a nivel del
psiquismo.
Con relacin a la alucinacin, Freud dice que la vivacidad, la intensidad de la
alucinacin,
318
misma pulsin vuelve a producirse, los circuitos asociados a las primeras experiencias
registradas se despiertan. Esta concepcin alucinatoria de la puesta en juego de las
necesidades, (proceso primario) implica una identificacin entre el fenmeno fsico que
tiene lugar en una neurona, y lo que el sujeto percibe; es del orden del paralelismo
psicofsica.
Si Freud llama a esto alucinacin, es porque la percepcin autntica est en otra parte.
La alucinacin es segn la definicin reinante entonces en la ciencia, una percepcin
falsa.
El retorno de una necesidad trae aparejada la alucinacin de su satisfaccin, es necesario
un mecanismo de ajuste, de adaptacin a lo real, que permita al organismo referir la
alucinacin, que surge espontneamente del funcionamiento primario del sistema, a lo
que sucede en el nivel de los aparatos perceptuales. Debe constituirse algo que
disminuya la carga cuantitativa hasta el punto sensible de la incidencia de la necesidad.
Freud sita ese algo en el aparato, y lo llama ego, que efecta el ajuste por el proceso de
derivacin.
La forma total del cuerpo, le es dada como Gestalt, en una exterioridad donde esa
forma es ms constituyente que constituida, esta Gestalt simboliza la permanencia
mental del yo [je]
319
CLASE 18. EL
D E SE O , L A V I D A Y L A M U E RT E .
19
DE
M AY O
DE
1955
320
El proceso primario significa la presencia del deseo, del deseo ah donde se presenta
como lo ms despedazado, y Freud lo explica con el elemento perceptivo del cual se
trata.
En los primeros esquemas que Freud presenta, cuando slo est en juego el proceso
primario, concluye en la alucinacin; algo que se produce por un proceso de regresin
que llama de regresin tpica.
Segn Freud, la realidad humana se construye sobre un fondo de alucinacin previo, el
universo del placer en su ilusoria esencia; y en la Traumdeutung, en el nivel donde
habla del proceso del aparato psquico, muestra esta sucesin de capas en las que se
vienen a inscribir que estn reglados en la sucesin de capas en las que se registran.
Con relacin al delirio, se podra buscar tambin la correspondencia de una especie de
deseo del sujeto, y se llega a algo que parece representar la satisfaccin del deseo.
Todas las posiciones, (mecanicistas o dinamistas) manifiestan que una alucinacin es un
perceptum sin objeto, se atienen a pedir razn al percipiens de ese perceptum, pero
saltan un tiempo, el de interrogarse sobre si el perceptum mismo deja un sentido
unvoco al percipiens conminado a explicarlo.
Henri Ey pone de relieve el resorte esencial de la creencia. Este fenmeno no se lo
puede eliminar del fenmeno de la alucinacin del delirio. La figura slo aparece ante
una justa acomodacin del pensamiento. Aqu Henri Ey va a incluir en el fenmeno el
juicio de valor, con ello excluye toda comprensin. Inmovilizado, el fenmeno se
vuelve objeto de enjuiciamiento, y muy pronto objeto a secas. Funda lo que l llama "el
error fundamental" del delirio, y se niega a hacer de la alucinacin como sensacin
anormal "un objeto ubicado en los pliegues del cerebro", sita sin titubear, el fenmeno
de la creencia delirante, considerado como fenmeno de dficit.
El fenmeno ms impactante, masivo e invasor de todos los fenmenos del delirio, es
algo tan decidido como la alucinacin verbal, en cuya estructuracin, lo que domina y lo
que debera servir como primer elemento de clasificacin, es su estructura en el
significante.
La alucinacin es un fenmeno estructurado en el nivel del significante, su organizacin
misma no puede pensarse sin ver que es un fenmeno de significante.
Abordar la caracterizacin del principio del placer; como satisfaccin irreal del deseo,
es considerar la caracterstica que ella se propone en el dominio del significante, e
implica un cierto lugar del Otro que no es un otro, sino un cierto lugar del otro necesario
por la posicin de esta instancia del significante.
321
Todo lo que se revela como nombrable est siempre a nivel de la elaboracin del sueo.
Esta elaboracin es una simbolizacin, con todas sus leyes, que son las de la
significacin. Siempre es del orden de la sobredeterminacin, e incluso del orden de la
motivacin significativa. 76
En lo inconsciente, todo no est tan slo reprimido, desconocido por el sujeto luego de
haber sido verbalizado, sino que hay que admitir, detrs del proceso de verbalizacin,
una Bejahung primordial, una admisin en el sentido de lo simblico, que puede a su
vez faltar.77
Freud admite un fenmeno de exclusin para el cual el trmino Verwerfung se distingue
de la Verneinung, la cual se produce en una etapa muy ulterior.
Puede ocurrir que un sujeto rehuse el acceso, a su mundo simblico, de algo que sin
embargo experiment, y que es la amenaza de castracin, el sujeto muestra que nada
quiere saber de ella. Lo que cae bajo la accin de la represin retorna.
En cambio, lo que cae bajo la accin de la Verwerfung tiene un destino totalmente
diferente, todo lo rehusado en el orden simblico, en el sentido de la Verwerfung,
reaparece en lo real.
Esta actividad de retorno por la que el aparato, que soporta los procesos segundos, opera
para contornear los desencadenamientos de las catstrofes el dejar llevarse por el
aparato del placer; si le deja demasiado pronto, ser el movimiento, desencadenado por
un voto inconsciente que acabar en un displacer; si interviene demasiado tarde, si el
aparato no da esa descarga que tendr el sentido de una prueba gracias a la cual podr
darse en la accin un comienzo de solucin adecuada; la descarga regresiva ser la
alucinacin misma, fuente de displacer.
Freud vuelve a hacer alusin a ello al fin de la "Interpretacin de los sueos". La
experiencia de satisfaccin, experiencia enteramente original, aunque real, tiene un
valor casi mtico, en tanto es vivida por el nio cuando es totalmente dependiente del
exterior, de la tensin creada por la necesidad exterior. Es una experiencia planteada a la
impotencia original del ser humano.
El organismo no es capaz de provocar la reaccin especfica que le permitira suprimir
la tensin; esta accin necesita del recurso a una ayuda exterior, (el aporte de comida de
una persona que el nio alerte con sus gritos) de donde el valor que Freud acuerda a ese
medio de comunicacin.
76
322
Ms all de ese resultado, la experiencia entraa las consecuencias que; por una parte la
imagen del objeto que ha procurado la satisfaccin est fuertemente investida, as como
el movimiento reflejo que ha permitido la descarga final, de suerte que cuando aparece
de nuevo el estado de tensin, las imgenes a la vez de ese movimiento y del objeto
deseado, son reactivadas y resulta de all, algo anlogo a una percepcin: una
alucinacin.
El fenmeno de la creencia delirante es el de desconocimiento, con lo que este trmino
tiene de antinomia esencial, porque desconocer supone un reconocimiento, como lo
manifiesta el desconocimiento sistemtico, en el que hay que admitir que lo que se
niega debe de ser de algn modo reconocido. La construccin hace del acceso a lo real
un proceso problemtico.
El sistema del mundo (freudiano) de nuestra experiencia, es que se trata de reencontrar
se objeto, Das Ding, en tanto otro absoluto del sujeto. No es a se a quien se halla, sino
sus coordenadas de placer; ese estado de desearlo y de esperarlo en el cual ser buscado
en el nombre del principio del placer, esta tensin ptima por debajo de la cual ya no
hay seguramente ni percepcin ni esfuerzo.
Y si no hay algo que lo alucine en tanto que sistema de referencia, ningn mundo de la
percepcin llegar a ordenarse, a constituirse de una manera humana, de una manera
vlida, dado ese mundo de la percepcin correlativo, dependiente, como referencial a
sa alucinacin fundamental sin la cual no habra ninguna atencin disponible
La relacin del principio de placer y del juego de los significantes reposa en que el
principio del placer se ejerce fundamentalmente en el orden de lo que se llama el
investimiento, Besetzung, en esas Bahnung, y es facilitado por lo que l llama las
Vorstellungen (antes del artculo sobre lo inconsciente, las Vorstellungsreprsentanz.)
Es, en tanto se trata de un estado de necesidad. Cada vez que un estado de necesidad se
suscita, el principio de placer tiende a provocar un reinvestimiento alucinatorio de lo
que anteriormente ha sido alucinacin satisfactoria.
Henri Ey insiste en lo evidente: la alucinacin es un error "amasado con la pasta de la
personalidad del sujeto y hecho con su propia actividad". Parece claro, que en los
sentimientos de influencia y de automatismo el sujeto no reconoce sus propias
producciones en su calidad de suyas.
77
CLASE 1 INTRODUCCIN
16
DE
NOVIEMBRE
DE
1955
323
Por la realidad que el sujeto confiere a tales fenmenos, es que todos, alucinaciones,
interpretaciones, intuiciones, aunque sean vividos con alguna extraeidad y extraeza,
son fenmenos que le incumben personalmente: lo desdoblan, le responden, le hacen
eco, leen en l, as como di los identifica, los interroga, los provoca y los descifra. la
locura es vivida ntegra en el registro del sentido. Lo imaginario, para alcanzar lo real,
debe encontrar el no man's land que, ignorando su frontera, le abre su acceso.
El fenmeno de la locura no es separable del problema de la significacin para el ser en
general, es decir, del lenguaje para el hombre.
Porque el significante por su naturaleza anticipa siempre el sentido desplegando ante el
mismo su dimensin, como se ve en la frase cuando se la interrumpe antes del trmino
significativo: Yo nunca. , En todo caso... Aunque tal vez... No por eso tiene menos,
sentido, y tanto mas oprimente cuanto que se basta para hacerse esperar.
Ningn lingista y ningn filsofo podra sostener, una teora del lenguaje como de un
sistema de signos que duplicara el de las realidades definidas por el comn acuerdo de
las mentes sanas en cuerpos sanos
En un fenmeno alucinatorio est en juego lo simblico, tiene su fuente en la historia
del sujeto en lo simblico.
La distincin esencial es que el origen de lo reprimido neurtico no se sita en el mismo
nivel de historia en lo simblico que lo reprimido en juego en la psicosis, an cuando
hay entre los contenidos una muy estrecha relacin; clave que permite una formulacin
ms sencilla.
En el sujeto normal hablarse con su yo nunca es plenamente explicitable, su relacin
con el yo es fundamentalmente ambigua, toda asuncin del yo es revocable.
78
Roman Jakobson toma este trmino de Jospersen para designar esas palabras del cdigo que solo toman sentido por
las coordenadas (atribucin, fechado, lugar de emisin) del mensaje. Referidas a la clasificacin de Pierce, son
smbolos-ndice. Los pronombres personales son su ejemplo eminente: sus dificultades de adquisicin como sus
dficit funcionales ilustran la problemtica engendrada por esos significantes en el sujeto (Roman Jakobson, Shifters,
verbal categories, and the rusian verb, Russian Languaje Project, Department of Slavic Languages and Literature.
Harvard university, l957. [Los conmutadores, las categoras verbales y el verbo ruso," en Ensayos de lingstica
general, Barcelona, Seix Barral. 1975. AS.)
79
Cf. el seminario del 8 de febrero de 1956 en el que desarrollamos el ejemplo de la vocalizacin "normal" de la paix
du soir [la paz de la noche
325
Se toca tambin ese efecto que tiene todo significante una vez percibido de suscitar en
el percipiens un asentimiento hecho del despertar de la duplicidad oculta del segundo
por la ambigedad manifiesta del primero.
Lo que impone definir este proceso por los determinantes ms radicales de la relacin
del hombre con el significante.
El carcter central en la paranoia de la alucinacin verbal determina que el problema
central de la paranoia sea dominado por la pregunta Quin habla?, pues el sujeto
articula lo que dice escuchar.
Sglas hizo notar que las alucinaciones verbales se producan en personas en las que
poda percibirse, que ellos mismos estaban articulando, las palabras que acusaban a las
voces de haber pronunciado.
Percatarse de que la alucinacin auditiva no tena su fuente en el exterior, fue una
pequea revolucin.
Una de las dimensiones esenciales del fenmeno de la palabra es que el otro el emisor
es siempre al mismo tiempo un receptor, que oye el sonido de sus propias palabras.
Esto domina todo el problema de la alucinacin psicomotriz llamada verbal,
Desde el psicoanlisis, el nico modo de abordaje conforme con el descubrimiento
freudiano es formular la pregunta en el registro mismo en que el fenmeno aparece, en
el de la palabra.
El registro de la palabra crea toda la riqueza de la fenomenologa de la psicosis, all
vemos todos sus aspectos, descomposiciones, refracciones. Lo fundamental en ella; la
alucinacin verbal, es uno de los fenmenos ms problemticos de la palabra.
Lacan dice al respecto: Hablamos de alucinaciones. Tenemos realmente derecho de
hacerlo? Las alucinaciones escuchadas en un relato no son presentadas como tales, son
algo que surge en el mundo externo, y que se impone como percepcin, un trastorno,
una ruptura en el texto de lo real, la alucinacin est situada en lo real.
Surge la cuestin del ego de modo primordial en las psicosis, ya que es l, en su funcin
de relacin con el mundo exterior, y cualquiera sea el papel que se le atribuya en la
economa psquica, un ego nunca esta solo, cuenta siempre con un extrao mellizo, el
yo ideal, y la fenomenologa de la psicosis indica que ese yo ideal habla.
Es una fantasa, pero es una fantasa que habla, o ms exactamente, es una fantasa
hablada.
Ese personaje, que le hace eco a los pensamientos del sujeto, interviene, etc., no se
explica de modo suficiente por la teora de lo imaginario y del yo especular.
326
327
80
328
329
comunicacin. Las voces que hablan esta lengua fundamental, estn enseando al sujeto
el cdigo por esta palabra misma, los mensajes que recibe en lengua fundamental, estn
hechos de palabras que consisten en ensear al sujeto lo que son en un nuevo cdigo,
ese que le repite literalmente un nuevo mundo, un universo significante.
Alucinaciones que son mensajes sobre un neocdigo, entre los que algo se presenta
cono viniendo del Otro (es todo lo que hay de terrible en lo alucinatorio), y bajo forma
de mensaje sobre el cdigo constituido como tal en este Otro.
Esos mensajes son soportados por seres en modos anlogos a las conexiones del
significante. Relacin del sistema con su propia constitucin de significante
En la misma medida en que para el sujeto esta tensin del significante llega a caer, (las
alucinaciones se reducen a estribillos, a monsergas, cuya vaciedad se imputa a seres sin
inteligencia ni personalidad, incluso francamente borrados del registro del ser) que en la
misma medida, las voces manifiestan la concepcin-de-las-almas (segn la lengua
fundamental), concepcin que manifiesta en un catlogo de pensamientos ligado en las
voces a una intencin pedante, lo cual no impide al sujeto aportar los comentarios ms
pertinentes.
En esos comentarios la fuente de los trminos es siempre distinguida; si el sujeto
emplea la palabra Instanz subraya en nota: esta palabra es ma. No se le escapa la
importancia primordial de los pensamientos-de-memoria en la economa psquica, e
indica la prueba de esto en el uso potico y musical del estribillo modulatorio.
Schreber califica esa "concepcin de las almas" como "la representacin un tanto
idealizada que las almas se han formado de la vida y del pensamiento humano; cree
haber logrado gracias a ella, visiones sobre la esencia del proceso del pensamiento y del
sentimiento en el hombre que muchos psiclogos podran envidiarle"
Estos conocimientos no se imagina haberlos recibido de la naturaleza de las cosas, y si
cree su deber sacar ventaja de ellos, es, a partir de un anlisis semntico.82
El efecto de significacin se adelanta en ellos al desarrollo de sta. Se trata de un efecto
del significante, por cuanto su grado de certidumbre (grado segundo: significacin de
significacin) toma un peso proporcional al vaco enigmtico que se presenta
primeramente en el lugar de la significacin misma.
81
Los parntesis que comprenden la letra S seguido de cifras (respectivamente rabe y romana) se emplearn en este
texto para remitir a la pgina y al captulo correspondiente de las Denkwrgigkeiten en la edicin original, foliacin
muy felizmente indicada en los mrgenes la traduccin inglesa.
82
Anotemos que nuestro homenaje aqu no hace sino prolongar el de Freud. Que no tiene escrpulos en reconocer en
el delirio mismo de Schreber una anticipacin de la teora de la Libido (G. W., VIII p. 315 [Sobre un caso de
paranoia..., A. XII, p. 72.)
330
Por otra parte, hay otra forma de fenmenos opuestos a los precedentes: los fenmenos
de mensaje. Se trata de los mensajes interrumpidos, en los que se sostiene una relacin
entre el sujeto y su interlocutor divino a la que dan la forma de una prueba de
resistencia, se presenta esencialmente como mensajes interrumpidos, pequeos
fragmentos de frases "El debe especialmente...", "Ahora yo quiero...", comienzos de
rdenes y en ciertos casos incluso verdaderos principios: "Terminar una cosa cuando se
la ha comenzado", y as a continuacin.
La voz del interlocutor limita lo que se trata a un comienzo de frase cuyo complemento
de sentido no presenta dificultad para el sujeto, salvo lo hostigante, ofensivo. El sujeto
no desmaya en su rplica, ni para desarmar las trampas a las que lo inducen, esto es
importante para el anlisis del fenmeno.
Del texto sobre lo que se puede llamar la provocacin (o la prtasis) alucinatoria en
Schreber: 1] Nun will ich mich (ahora me voy a...) 2] Sie sollen nmlich... (debe usted
por su parte...); 3] Das will ich mir... (Voy a...), a los cuales debe replicar con su
suplemento significativo: 1.a rendirme al hecho de que soy idiota; 2. por su parte, ser
expuesto (palabra de la lengua fundamental) como negador de Dios y dado a un
libertinaje voluptuoso, para no hablar de lo dems; 3. pensarlo bien.
La frase se interrumpe donde termina el grupo de las palabras trminos-ndices, aquellas
a los que su funcin en el significante designa como shifters, los trminos que, en el
cdigo, indican la posicin del sujeto a partir del mensaje mismo.
La parte lxica de la frase, la que comprende las palabras que el cdigo define por su
empleo, queda elidida.
Todo esto necesita representar las conexiones internas al significante en cuanto
estructuran al sujeto, pues hay una topologa enteramente distinta de la que se podra
imaginar la exigencia de un paralelismo inmediato de la forma de los fenmenos con
sus vas de conduccin en el neuroeje.
Topologa que est en la lnea inaugurada por Freud, cuando emprendi, la descripcin
de su dinmica. Slo despus del anlisis lingstico del fenmeno de lenguaje puede
establecerse la relacin que constituye en el sujeto. Es notable que sea la experiencia
freudiana la que haya inducido la direccin aqu presentada.
Estos mensajes que se presentan en tanto que puros mensajes, rdenes, u rdenes
interrumpidas, puras fuerzas de induccin en el sujeto, y perfectamente localizables por
los dos lados disociados, mensaje y cdigo, donde la intervencin del discurso del
padre se descompone cuando ese algo es abolido desde el origen, y no ha sido integrado
331
nunca a la vida del sujeto, es precisamente ese algo que hace la coherencia, la
autosancin del discurso del padre, a saber ese que habiendo terminado su discurso, este
vuelve sobre l, l sanciona como Ley83
El Universo de placer sobre el que se construye la realidad humana, ese proceso
reconocido y articulado en los trminos de la Traumdeutung, muestra una sucesin de
capas en las que se inscriben, reglados en la sucesin de capas en las que se registran: el
nio descubre que esos adultos reputados de conocer todos sus pensamientos, que podr
reproducir ms tarde la forma llamada (ele)mental de la alucinacin, aparece del fondo
ltimo del proceso de la enunciacin, paralela al enunciado corriente, de la existencia de
lo que se llama el eco de los actos, el eco de los pensamientos expresados.
Considerando la diferencia que hay entre la relacin de verse y la relacin de
escucharse, es lo propio de la fonacin el resonar inmediatamente en la oreja del sujeto
a medida que se va emitiendo, pero la palabra no suscita el ver, porque ella es
enceguecimiento.
Se puede ver sin ser visto, pero no se puede escuchar ser escuchado. El sujeto no se
escucha ah donde se escucha, aquellos que se escuchan ser escuchados son los
alucinados. Es la estructura de la alucinacin. Slo podran escucharse ser escuchados
en el lugar del otro. All donde se escucha al otro reenviar vuestro propio mensaje, bajo
su forma invertida.
En Freud la nocin de alucinacin como proceso de catexia regresiva sobre la
percepcin implica que el sujeto es subvertido por completo; no es ms que un encuadre
mtico, pero que le permita concebir a Freud la posible la subversin del sujeto muestra
hasta qu punto l identifica al sujeto con lo que el sistema significante subvierte
originariamente.
La funcin del deseo es residuo ltimo del efecto del significante en el sujeto, a partir de
ah se instituye lo esencial del proceso primario. El impulso se satisface esencialmente
con la alucinacin. Lo que llega por el sensorium debe irse por el motorium, y si el
motorium no funciona eso retrocede, si vuelve para atrs, puede tener una percepcin
por la imagen de algo, que de una corriente detenida hace fluir de nuevo la energa bajo
la forma de una lmpara que se enciende.
La dimensin del tercero es esencial en esta pretendida regresin. Puede concebirse
bajo la forma de la duplicidad del sujeto del enunciado y el sujeto de la enunciacin.
Slo la presencia del sujeto que desea, y que desea sexualmente, proporciona esta
83
332
negativa de la madre. Freud opone la relacin a la madre, como relacin a los sentidos,
a la relacin al padre como relacin al sentido. Sensorialidad, significacin. Como si la
etapa dialctica, la alucinacin negativa de la madre, fuese constitutiva de lo simblico,
en tanto se intercala entre los sentidos y el sentido, y constituye la matriz identificatoria
del sujeto.
Si se liga a esto la operacin de retorno, que preside a la formacin de la banda de
Moebius como estructura del sujeto; es lo mismo hablar de alucinacin negativa de la
madre y el efecto de esa doble vuelta, que corresponde al doble bucle.
Esta sutura, slo es posible si la pulsin de fin inhibido oper, si la corriente de
investidura, ms que ir a buscar su objeto fuera vuelve contra el sujeto, pero vuelta
contra s y vuelta en su contrario (de actividad en pasividad) El sujeto, desde ese
momento, se pasiviza.
Es en la unin de esas dos categoras pulsionales que se tendr la relacin del Otro al a,
el a como soporte de las pulsiones parciales, y el Otro como resultado de las pulsiones
de fin inhibido.
Freud en el inconsciente descubre la incidencia de un saber tal que aunque escape a la
conciencia, aunque est fuera del alcance de su control, no por eso se denota menos
articulado, estructurado como un lenguaje impensable de otro modo en los efectos por
los que se indica. Es ese saber llamado inconsciente del que parece que se cree es lo
imposible que lo arroja en lo real.
El inconsciente slo muestra jbilo del sin sentido, del "nonsense", no participa de la
naturaleza ms que para evitar su encuentro, lo verdadero de naturaleza se resume al
goce que permite lo verdadero de textura.
Para la articulacin del inconsciente es necesario un enlace del decir al ser. Lo que del
tiempo le hace tela o trama es a travs de un curso hecho de nudos que slo muestran
los agujeros que all se encuentran. Ese nivel no tiene "En-s".
En Schreber el problema de saber si es o no un Dios quien garantiza el campo de la
verdad, est totalmente desplazado, basta que pueda demostrarse que, en el campo del
Otro no hay posibilidad de entera consistencia del discurso, en funcin de la existencia
del sujeto.
Si en ninguna parte del Otro puede ser asegurada la consistencia de lo que se llama
verdad, ella est en lo que de ella responde esta funcin del objeto a.
Lacan ha escrito: " yo la verdad hablo Yo soy pura articulacin emitida para vuestro
embarazo. All est lo que puede decir la verdad; pero lo dice
padeciendo (en souffrance) para ser esta verdad, y debe saber que su grito no es ms que
grito mudo, grito en el vaco, porque a ese nivel ninguna otra cosa puede responderle en
el Otro, ms que eso que hace su consistencia y en lo que l es como yo (moi), eso que
se refiere al verdadero soporte, su fabricacin como objeto a.
Frente a l, no hay nada ms que aqul y no puede de ningn modo responder a ese
grito de la verdad, porque es su equivalente, el no goce, la miseria, la angustia y la
soledad.
Es la contrapartida de ese a, de ese plus de gozar que hace la coherencia del sujeto, en
tanto que yo (moi)
335
84
336
proporcionar una Ley que impedir una colisin y una explosin catastrfica,
como comprobamos en las psicosis.
El Nombre- del- Padre introducir la dimensin en ese l impersonal que
trasciende el eje del yo- tu de las relaciones puramente imaginarias.
Sin embargo, a partir de la metfora delirante (anclaje del sujeto a
una frase cualquiera que instale una certeza) se hace posible una cierta estabilidad.
En De una cuestin preliminar... dice Lacan: Es la falta del Nombredel- Padre (forcludo en el lugar del Otro) en el Otro que por el agujero que abre en el
significado inicia la cascada de los vaivenes de significantes de donde procede el
creciente desastre de lo imaginario, hasta que se alcanza el nivel en que significante y
significado se estabilizan en la metfora delirante.
$
.
I
S
N-P
deseo de la madre
A
N-P
Deseo de la madre
significado al
falo
sujeto
338
El trmino ... falta del Nombre- del- Padre es para precisar que en la
psicosis este significante est forcludo para siempre. Es algo estructural. El primer
trmino de la operacin de la formula de la metfora es solo un fracaso.
Esto nos permite afirmar que el deseo de la madre (Otro) permanece sin
barramiento alguno, y que la consecuencia directa en el segundo trmino es que ... el
significado al sujeto, significado desconocido, permanecer como tal, sometido al
imperativo absoluto del deseo de la madre (Otro), esto es, el agujero en el significado.
El resultado de la operacin es el fracaso del barramiento del Otro. De
ah surge el fracaso de la significacin flica, el cual inicia la cascada de los vaivenes
de los significantes que ac no forman cadena, no establecen un discurso, no remiten a
nada, desembocando en un creciente desastre de lo imaginario, incapaz de sostener
por si mismo, en tanto tenue hilo de la relacin con el mundo, las exigencias de los
llamados del nombre- del- Padre, a los que el sujeto de la psicosis se ve obligado en el
transcurso de su vida. Basta con el encuentro de Un- Padre, en lo real, y el sujeto solo
podr responder del modo que describa el presidente Schreber: Soy un cadver
leproso, que conduce otro cadver leproso, punto de partida para una larga y trabajosa
caminata alrededor de ese agujero donde el soporte de esa cadena de significantes falta
al sujeto; es donde se ha desarrollado la lucha en que el sujeto se reconstruye, pudiendo
llegar a un nivel en que sujeto y significante se estabilizan en la metfora delirante, base
que solo es un remedo de la metfora del Nombre- del- Padre.
Es decir, que ante la ausencia de la metfora del nombre- del- Padre, el
psictico construye la suya: la metfora delirante. Pero cmo se dara ese paso en la
esquizofrenia y en la paranoia? Lo que est en juego en la psicosis es la verwerfung y la
regresin al estado del espejo. Entonces, qu ha ocurrido en el estado del espejo para
que un sujeto camine hacia la paranoia o hacia la esquizofrenia? Habamos hablado de
la estabilizacin: habra posibilidad o intento en la paranoia y fracaso en la
esquizofrenia?
Es necesario afirmar que se trata de una estabilidad propia del registro de
lo imaginario. Pero que representa el intento de subjetivisar ese otro, de darle un
nombre, de circunscribirlo.
Estamos en plena dimensin especular, pero una sustentacin del
sujeto sera posible en la paranoia.
Sin embargo, es posible una fragmentacin un despedazamiento. La
precariedad de cierto equilibrio sustentado en un orden imaginario se puede quebrar en
339
86
Benedeti, Antonio y col. Verneinung: Clnica diferencial entre neurosis y Psicosis.. En Actas
del V Encuentro internacional del Campo Freudiano. Buenos Aires. 1988
340
El problema de la retinencia
No se puede dar cuenta del delirio y de su virulencia sin hacer mencin a las
estrechas relaciones que mantiene los afectos.
Nosotros no sabemos, dice Freud, renunciar a nada. La adhesin a una
ideologa, un sistema de creencias va a permitir entrever el paraso perdido, el acceso al
saber- todo. En el delirio el paranoico va hasta ser el ideal, hasta encarnarlo, viniendo la
341
Delirio y escritura
342
Veinte aos antes de examinar el funcionamiento de la suplencia del nombredel- padre en Joyce, Lacan ya haba articulado delirio y escritura en la lectura del caso
Schreber.
Para l, Schreber est comprometido en una tentativa de reconstruccin mnima
de un mundo (poblado de semejantes, no de hombres a la 6.4.2) a partir de la metfora
delirante. Frente a la profusin incontrolable del universo del signo, que se le impone
bajo formas de palabras en donde ningn corte puede delimitar ningn lugar vaco para
el sujeto, viene a responder una puesta en forma ajustada del libro. Estructurado
rigurosamente por un conjunto de artificios de escritura.
Su exposicin se pretende lgica. Pero de esa empresa l espera una prueba
absoluta, cientficamente irrefutable donde no existira lo indecible que toda lgica debe
cercar. Por lo tanto, en ese punto de falta en lo simblico, l viene a ofrecer su cuerpo
como la encarnacin misma de la prueba. Lectura directa de una certeza en su carne.
As, el libro, intentando encerrar las burbujas obscenas del significante
desencadenado no puede terminar sino al precio de ofrecer el cuerpo mismo del escritor
como garanta de su clausura en un lmite donde la letra convocada para hacer borde
est siempre lista para caer en lo real del goce disperso.
El escrito funciona como agrupamiento del sujeto alrededor de un punto fijo que
constituye al texto como objeto. La recada en el delirio se acompaar de la
destruccin progresiva de la capacidad de escribir(lo que l traza no recuerda sino de
una manera muy lejana a las letras).
Schreber por otra parte ha teorizado su relacin al escrito en las Memorias (pag.
331). Opone all el goce del otro marcado por el juego forzado del pensamiento, por las
voces ininterrumpidas a las cuales debe someterse bajo pena de que Dios lo deje
plantado, a un goce localizable, substrado de la obscenidad del Supery incluido en las
voces y que permite ah bloquearlas87.
La metfora delirante se puede pensar de manera ms precisa con la lgica del
empuje-a-La-mujer.
Si el narcisismo es la relacin imaginaria central para la relacin interhumana,
es tanto el sostn de una relacin de atraccin ertica como la base de la tensin
agresiva. Ante la falta de significante del Nombre-del-Padre, esa relacin narcisstica
especular queda condenada a una inestabilidad.
87
Roldan, Arturo y col. Actas del V Encuentro internacional del Campo Freudiano. Buenos
Aires. 1988.
343
Empuje-a-la-mujer
El fuera de discurso
El saber en la psicosis corresponde a un sujeto forcluido a ese exterior que es el
campo del Otro, desde el momento mismo en que se propone como objeto. Habr un
saber que es goce y hay un sujeto de ese saber. Lo que no habr a diferencia del
neurtico es el supuesto afectando al saber como al sujeto en la relacin transferencial.
El psictico, como el neurtico, est en el lenguaje, pero, al contrario del
neurtico, no est en el discurso. Esto quiere decir que el psictico funciona con la
operacin alienacin sin la operacin separacin. El sujeto no est representado, est
identificado, coagulado, tomado masivamente en el significante. Lacan habla al respecto
de la holofrase88, trmino que reenva particularmente a que el sujeto se hace ah
monoltico con el significante89.
88
344
Jacques Alain Miller90 refiere que el psictico no hace lapsus. Nos presenta la
imagen de la muerte del sujeto para poder captar que en la psicosis el sujeto no est
en el lugar de la verdad, no est en el lugar del efecto de verdad. La muerte del sujeto
es la extincin del efecto de significacin, a partir de lo cual aparece especialmente
meritorio el esfuerzo que constituye la construccin del delirio.
Hay un punto en la psicosis que es utpico en el sentido etimolgico, de una
caso que no tiene lugar, de un lugar que no es el lugar de la realidad. El psictico no
tiene lugar por el hecho de estar fuera-de-discurso, es punto el que no cambia y es eso
lo que hace que el discurso de la libertad en su utopa se encuentre con la psicosis y la
acompae: la locura lejos de ser para la libertad un insulto es la ms fiel compaera,
sigue su movimiento como una sombra. El ser del hombre no puede ser comprendido
sin la locura, si no, qu no sera el ser del hombre si no llevara consigo la locura como
lmite de la libertad.
Lacan, al respecto del vnculo, nos ofrece una posibilidad de definicin en el
Seminario sobre Las psicosis, apoyndose en la estructura del lenguaje, que entendemos
as: un vnculo es lo que instaura la coexistencia sincrnica de los trminos. La
proposicin en su contexto merece ser retomada para esclarecer la nocin de vnculo.
Lacan parte del vnculo posicional, en tanto que es lo que en una determinada lengua
instaura esta dimensin esencial que es la del orden de las palabras. Eso que aparece a
nivel gramatical como caracterstica del vnculo posicional, se encuentra a todos los
niveles, para instaurar la coexistencia sincrnica de los trminos.
A partir de ello, qu es lo que permite inferir una definicin general del vnculo?
Cul es la relacin entre el orden de las palabras en una frase y lo que vincula a dos
seres hablantes?
Se podra responder simplemente disiente que la palabra misma implica
posiciones que tienen que tener su correspondencia en la frase que articula. Por el
simple hecho de que alguien se dirige a otro para decirle algo el sistema de coherencia
posicinal del lenguaje organiza el vnculo a este otro.
Lo social que califica el vnculo y del cual se desborda la cuestin de la
integracin al socius imaginario y su referencia especular, plantea la cuestin de su
posibilidad. Esta posibilidad vinculante se establece en el orden de la sincrona y retira
este vnculo en la diacrona. Tal como la lgica temporal de la cadena significante lo
90
Miller, Jacques Alain. Du symptome au fantasme et retour. Curso indito, sesin del 27-41983.
345
que habla, que l puede cambiar a esta nueva posicin; si no, de ninguna manera un
saber puede ser presupuesto.
La identificacin primaria como inaugural introduce el nudo de un vnculo. Lo
que inaugura una identificacin primaria es la introduccin de lo ubicado en un discurso
a lo ligado de un vnculo. El fenmeno de la transferencia es el testimonio de la ltima
modalidad de este vnculo. La transferencia se formulo: all donde me dirijo, amo.
Pero en la psicosis el que aborda al psictico se encuentra metido en el mecanismo del
proceso de transferencia al revs que se enuncia as: es el Otro el que me ama. Por lo
que ser necesario operar un movimiento de bscula. Igual que se dirige a nosotros es
una inversin de la voz alucinatoria que se dirige a l, as la transferencia sabe estar en
correlacin a la inversin de esta erotomana en s misma.
Con relacin a esto nosotros pensamos que un psictico puede perfectamente
desplazarse en el mundo tal como es. Hay grandes locos que han hecho grandes cosas
en todos los dominios de la actividad humana: las artes, las ciencias y las tcnicas. Esto
mientras no haya Un-padre que venga en oposicin simblica al sujeto. Y es ah donde
el analista puede intentar ofertar algo al sujeto psictico pues en realidad al psictico le
es necesario un lugar al cual dirigirse. Pero entonces, cabe preguntar: Cmo introducir
el vnculo con alguien que queda fuera-de-discurso?.
Existe en efecto en la psicosis el padecimiento del goce del Otro. A partir de ah
slo una funcin nos interesa: el aparejo del sujeto al Goce. En principio, se constata
para el psictico que no hay aparejo puesto que eso queda fuera-de-discurso. Pero sin
embargo se va a poder construir un trmite de suplencia con el psictico en torno al
analista para hacerle tejido social. La idea radicalmente nueva es que ello puede hacer
funcin con simplemente el dispositivo analtico.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS:
L O S S E M IN A R IO S
DE
J ACQUES LACAN
S EM IN A R IO 1. L O S E S C R ITO S T C N IC O S D E F R EU D
La traduccin ntegra pertenece a Rithee Cevasco y Vicente Mira
Pascual y la revisin a Diana Rabinovich con el acuerdo de J acquesAlain Miller
Sobre las Fuentes del Seminario: Versin completa de PAIDOS.
Clase 5: Introduccin y respuesta a una exposicin de Jean Hyppolite
sobre la Verneinung de Freud. 10 de febrero de 1954
Clase 6. Anlisis del discurso y anlisis del yo. 17 de febrero de 1954
Clase 8 El lobo! El lobo! 10 de marzo de 1954
347
S EM IN A R IO 2. E L Y O EN LA TE O R A D E F R E U D
La traduccin ntegra pertenece a Irene Agoff con revisin de Diana
Rabinovich y el acuerdo de Jacques-Alain Miller
Sobre las Fuentes del Seminario: Versin completa de PAIDOS.
Clase 9 Juego de Escrituras. 2 de febrero de 1955
Clase 12 Los aprietos de la regresin, 2 de marzo de 1955
Clase 14. El sueo de la in yeccin de Irma (segunda parte) 16 de
marzo de 1955
Clase 17. Preguntas al que ensea. 12 de Mayo de 1955
Clase 18. El deseo, la vida y la muerte. 19 de Mayo de 1955
S EM IN A R IO 3. L A S P S IC O S IS
La traduccin ntegra pertenece a Juan-Luis Delmont-Mauri y Diana
Rabinovich.
Sobre la fuente del Seminario: Versin completa de PAIDOS
Clase 1 Introduccin a la cuestin de las psicosis. 16 de Noviembre de
1955
Clase 2 La significacin del delirio. 23 de Noviembre de 1955
Clase 3. El Otro y la psicosis. 30 de Noviembre de 1955
Clase 4 Vengo del fiambrero 7 de Diciembre de 1955
Clase 5 De un Dios que no engaa y de uno que engaa. 14 de
Diciembre de 1955
Clase 6. El fenmeno psictico y su mecanismo. 11 de Enero de 1956
Clase 8 La frase simblica. 25 de Enero de 1956
Clase 9 Del sin-sentido y de la estructura de Dios. 1 de Febrero de
1956
Clase 10 Del significante en lo real y del milagro del alarido. 8 de
Febrero de 1956.
Clase 11 Del rechazo de un significante primordial. 15 de Febrero de
1956
Clase 12 La pregunta histrica. 14 de Marzo de 1956
Clase 13 La pregunta histrica (II) Qu es una mujer?. 21 de Marzo
de 1956
Clase 15. Acerca de los significantes primordiales y de la falta de uno.
18 de Abril de 1956
Clase 16 Secretarios del alienado. 25 de Abril de 1956
Clase 17. Metfora y Metonimia (I) Su gavilla no era avara ni
odiosa 2 de Mayo de 1956
Clase 21 El punto de almohadillado. 6 de Junio de 1956
S EM IN A R IO 4. L A R E L A C I N D E O B J E TO
La traduccin ntegra pertenece a Eric Berenger
Sobre las fuentes del Seminario Versin Completa de PAIDS
Clase 2 Tres Formas de la Falta de Objeto 28 de Noviembre de 1956
S EM IN A R IO 5 L A S F O R MA C IO N ES D E L I N C O N S C IE N TE
Traducciones: Clases 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13: Ricardo E.
Rodrguez Ponte para circulacin interna de la E.F.B.A.
348
Clases 11, 14, 15, 16: Anglica Lasarte y Mara del Carmen Meroni
para circulacin interna de la E.F.B.A.
Clase 17: Patricia E. Arias y Ricardo Daz Romero
Clase 22: Gustavo Aranda, Noem Ruiz y Gabriel Bourdin. Buenos
Aires. Agosto de 1990
Clase 23: Noem Ruiz, Gabriel Bourdn y Gustavo Aranda. Buenos
Aires, Agosto de 1990
Clase 25: Alejandra Swarinsk y, Julio Lutzky y Juan Siri
Sobre las fuentes del Seminario: Versin completa de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Los grficos de este seminario fueron extrados de la versin
realizada por Ricardo Daz, Romero y Patricia Arias en Fichas de
Psicoanlisis 2. Grficos para leer. "Las formaciones del
inconsciente". Ao 1995. Publicacin del Comit de Edicin de la
Escuela de Psicoanlisis Sigmund Freud. Rosario.
Al respecto transcribimos fragmentos del texto de fundamentacin de
los autores: Este seminario V ha tenido, entre nosotros, una
"trascripcin" de J. B. Pontalis que fuera publicada en el "Bulletin de
la Ps ychologie" (... Ahora contamos con una nueva versin en
francs y otra en espaol, en nuestra biblioteca. Ambas idnticas.
Estas versiones tienen, a su vez, una caracterstica tambin mu y
particular: prcticamente no est registrado en ellas ningn
"esquema", siendo que Lacan todo el tiempo se est refiriendo al
"esquema" o "esquemita"...
Clase 11 Del 29 de Enero de 1959
Clase 12 Del 5 de Febrero de 1958
Clase 18 La Histrica frente a la Demanda 9 de Abril de 1958
Clase 28 Del 25 de J unio de 1958
S EM IN A R IO 6 E L D ES EO Y S U I N TE R P R E TA C I N
Traduccin: Clases 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9: Adriana Calzetta, Hugo
Levn, Jaime Reises y Diana Weindichasky, con la colaboracin de
Adelfa Jozami. Escuela Freudiana de Buenos Aires
Clases 10, 11, 12, 13 y 14: Adriana Calzetta, Hugo Levn, Jaime
Reises y Diana Weindichask y. Escuela Freudiana de Buenos Aires
Clases 15 y 16: Adriana Calzetta, Hugo Levn, Jaime Reises y Diana
Weindichask y, con la colaboracin de Adelfa Jozami. Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Clases 17, 18, 19 y 20: Adriana Calzetta, Hugo Levn, Jaime Reises y
Diana Weindichask y. Escuela Freudiana de Buenos Aires
Sobre las Fuentes del Seminario: . Versin completa de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Clase 3 Del 26 de Noviembre de 1958
Clase 4 Del 3 de Diciembre de 1958
Clase 2 Placer y Realidad 25 de Noviembre de 1959
Clase 3 Una relectura del ENTWURF 2 de Diciembre de 1959
Clase 4 Das Ding 9 de Diciembre de 1959
Clase 10 Breves Comentarios al Margen 3 de Febrero de 1960
349
S EM IN A R IO 8 L A T R A N S FE R EN C IA
Traduccin: Clases 16 y 23/11/1960: Tola Pizarro y Susana Mizrah
Clases 30/11 y 7/12 de 1960: Catherine Meyer y Mara del Carmen
Meroni
Clases 14, 21/12/1960 y 11, 18/1/1961: Mnica Micchiutti, Silvia
Amigo y Haydee Heinrinch
Clases 25/1/61 y 1/2/61: Catherine Meyer y Silvia Amigo
Clases 8/2/61, 1/3/1961: Catherine Meyer y Gabriel Lombardi
Clases 8/31961:Catherine Meyer y Alberto Fernndez
Clases 15, 22/3/1961: Catherine Meyer y Haydee Heinrich
Clases 15, 24/5/1961: Catherine Meyer y Silvia Amigo
Clases 31/5/1961 y 7/6/1961: Catherine Meyer y Haydee Heinrich
Otros traductores y colaboradores: Judith Jamschon, Armando
Poratti, Ana Mara Gmez, Sergio Rocchietti, Ilda Levin, Jos
Zuberman, Isidoro Vegh, Hctor Rpolo, Vctor Iunger y Pablo
Kvalovsk y
Sobre las fuentes del Seminario: Versin completa de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Clase 18 El Smbolo 19 de Abril de 1961
Clase 22 Le Decir De Pense 17 De Mayo De 1961
S EM IN A R IO 11 L O S C U ATR O C O N C E P TO S F U N D A M EN TA LE S D E L
P S IC O A N L IS IS
Sobre las fuentes del Seminario: Versin Escuela Freudiana de la
Argentina
Traduccin: Versin comparada de Jorge Tarella para la Escuela
Freudiana de la Argentina
Clase 4 De la Red de Significantes 5 de Febrero de 1964
Clase 12 La Sexualidad En Los Desfiladeros Del Significante 29 De
abril de 1964
Clase 13 Desmontaje de la Pulsin 6 de Mayo de 1964
Clase 10 De La Interpretacin A La Transferencia 17 De Junio De
1964
S EM IN A R IO 14. L A L G IC A D E L FA N TA S MA
Traduccin de Pablo G. Kaina
Sobre las fuentes del Seminario: Versin Escuela Freudiana de la
Argentina
Clase 14 Del 15 de Marzo de 1967
S EM IN A R IO 15 E L A C TO P S IC O A N A L T IC O
Traduccin: Para la traduccin de este seminario se utiliz la versin
traducida por M. Chollet y los nmeros de la revista Ornicar 2,3,4 y
5 transcriptas por Jacques-Alain Miller.
La versin corresponde a Ricardo E. Rodrguez Ponte realizada para
la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Sobre las Fuentes del Seminario: Versin completa de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Clase 4 Del 6 de Diciembre de 1967
350
S EM IN A R IO 16 D E U N O TR O A L O TR O
Traduccin: Versin completa traducida por Ana Mara Gmez y
Sergio Rocchietti para la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Sobre las Fuentes del Seminario: Versin completa de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Clase 1 Del 13 de Noviembre de 1968
Clase 12 Del 26 de Febrero de 1969
S EM IN A R IO 17 E L R E V ER S O D E L P S IC O A N LIS IS
Traduccin: Versin del Simposio del Campo Freudiano, no consigna
traductor.
Las Fuentes del Seminario: Versin completa de Simposio del Campo
Freudiano
Clase 11 (complemento) Radiofona 8 de Abril de 1970
S EM IN A R IO 23 E L S N TO MA
Traduccin: La traduccin y notas son de Ricardo E. Rodrguez
Ponte.
Las Fuentes del Seminario: Versin completa de la Escuela Freudiana
de Buenos Aires
Clase 5 Agradecimientos a Jean Aubert 20 de enero de 1976
L O S E S C R ITO S
DE
J A C Q U ES L A C A N
E S C R ITO S 1 Y 2
Traduccin de Toms Segovia revisada con la colaboracin del autor
y de Juan David Nasio;
nuevamente revisada por Armando Surez quien tradujo los ensayos
no incluidos anteriormente.
Primera edicin en francs, 1966, edition du seuil, pars
Ttulo original: crits
Primera edicin en espaol, 1975,
decimotercera edicin en espaol corregida y aumentada, 1985
decimocuarta edicin en espaol segunda reimpresin, Argentina
1988 siglo veintiuno editores, S.A.
D E N U E S TR O S A N TE C ED EN TE S
M S A L L D E L P R IN C IP IO D E R E A LID A D
Marienbad, Noirmoutier, Agosto Octubre de 1936
Crtica del asociacionismo
E L E S TA D IO
D E L E S P EJ O C O MO FO R M A D O R D E L Y O
R EV E LA EN LA E X P ER IEN C IA P S IC O A N A L TI C A
(JE)
TA L C O MO S E N O S
351
AL
C O ME N TA R IO
DE
J EA N H Y P P O LI TE
S O B R E LA
V E R N E IN U N G
S ITU A C I N D E L P S IC O A N L IS IS Y F O R M A C I N D E L P S IC O A N A LIS TA E N
1956
D E U N A C U E S TI N P R E LIM IN A R A T O D O T R ATA M IE N TO P O S IB LE D E L A
P S IC O S IS
1. Hacia Freud
Este artculo contiene lo ms importante de lo que dimos en nuestro
seminario durante los, dos, primeros trimestres del ao de enseanza
1955-1956: queda pues excluido el tercero. Aparecido en Le
Pch ycoanal yse, Vol. 4.
IV. Por el lado de Schreber
E N M E MO R IA
DE
E R N S T J O N ES :
S O B R E S U T EO R A D E L S IMB O LIS MO
352
353
IV
ALUCINACIN Y DELIRIO EN LA
ESQUIZOFRENIA
REFERENCIAS AUTORES
POST-LACANIANOS
354
NOTAS DE LECTURA
La bsqueda de la bibliografa esta orientada por una pregunta: Qu ejes han sido
tomados por los autores post-lacanianos para continuar con el trabajo de investigacin
en el campo de la esquizofrenia? Especficamente en lo referente a dos elementos que
se observan en la clnica: delirios y alucinacin. A sabiendas de que tenemos dos
vertientes para interrogar, este recorrido apunta a la vertiente significante y no apunta a
la vertiente del objeto.
LA ALUCINACIN VERBAL
Lo
355
alucinaciones verbales.
El alucinado no percibe a partir de un error de juicio sino que es determinado por la
alucinacin. Lo que indica centrar la interrogacin en torno a su estructura significante
por ejemplo en las relaciones (disociaciones) entre cdigo y mensaje, lugar propicio de
la alucinacin verbal.
DELIRIO
Consideracin de la cual surge que el Otro esta en el mismo origen del delirio. Cuando
el padre, en su funcin metafrica falta, el significante bascula hacia el signo delirante.
del rigor de la especificidad del delirio. Un a lgica del delirio que intenta poner en
evidencia una especificidad del delirio irreducible a cualquier otra formacin psquica.
Cierra su escrito diciendo ser necesario l desvi por el inconsciente estructurado
como un lenguaje para que la categora de lo real permita aislar mejor dicho resto. Resto
que solo puede situarse en el silencio del organismo.
de
la
en el registro de la metfora
significacin)suplencia
lograda.
Ejemplo
delirio
EZQUIZOFRENIA
Miller, J. A. en el texto esquizofrenia y paranoia ubica al llamado esquizofrnico en
relacin con que se mantiene la afirmacin hay lenguaje y hay sujeto como efecto del
lenguaje Esto permite correrse de tratar la esquizofrenia en trminos de dficit y
disociacin. Introducir la funcin del sujeto hace a la pertinencia de preguntarse qu
ocupa la posicin de armazn del sujeto si se habla en trminos de falta de significante?
El eje que orienta la respuesta es que la forclusin significa que se trata de un sujeto
efecto del significante, pero esencialmente del significante que falta. La referencia
desde el punto de vista lacaniano para considerar al llamado esquizofrnico es el
discurso y se considera que el esquizofrnico esta fuera de discurso Se encuentra la
357
el deseo del
358
sin velo de esa unidad que asegura el narcisismo. Es que Lacan dice en la esquizofrenia
lo simblico es real.
en la
359
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
ALUCINACIN VERBAL
DELIRIO
Maleval, J. Lgica del Delirio. Trad. de D. Alcoba, Ed. El Serbal, Barcelona. 1998.
Pg. 9-44.
Perea, F. Delirio y sntoma psictico en Metfora y Delirio, Ed. EOLIA 199. Pg.
45-49.
EZQUIZOFRENIA
360
361
EL OBJETO EN LA PSICOSIS
362
92
especular.
Observemos que Lacan piensa en la metonimia, desde el seminario sobre
Las psicosis como algo absoluta en la estructura, porque insiste en suponer esa
dimensin tanto en neurosis como en psicosis, inclinndose inicialmente ms bien
91
Imbriano, A y Broca, R. El sujeto psictico en el discurso analtico. Pg. 128. Ed. Leuka.
Buenos Aires. 1987
363
92
364
y lo real,
93
Del otro, los llamados de socorro, pura significacin vaca de una demanda de
amor que amenaza revelarse como lo que es, un amor-muerte, ante la ausencia de
respuesta, y donde el objeto cedido anuncia su retorno a la separacin absoluta.
Entre medio, los ruidos exteriores y los cantos como retazos de significacin
incoordinada.94
Concluiremos con un recorrido posible que tiende al mito, por suponer un
paso inicial y alguno terminal. Hecha esta aclaracin, y por responder con algo a
la cuestin del objeto en las psicosis, lo iniciamos por Un-padre dada la alusin
de Lacan en Atolondradicho. Introducir el objeto a nos permite diferentes
empleos en las psicosis:
En coalescencia con S1, objeto a como voz fnica, modo de referir a lo real
del goce propio de esa intrusin significante,
Como agujero real mudo e inviolable que se desplaza sin funcin de lmite
segn el estatuto de una oreja sin cierre, utilizable tanto en la dimensin del
pasaje al acto como en la acumulacin que all se produce del goce que se
sustrae al forzamiento y que justifica el empuje-a-La-mujer inscripto en ese
momento.
93
Indart, J. C. y col. Debates sobre el objeto a en las psicosis. Clnica diferencial de las
psicosis. Actas de los Relatos presentados al V Encuentro Internacional. Buenos Aires, Julio
1988
94
Lacan, Jacques. Libro 3. Las psicosis. Clase del 8-2-56.
365
95
Lacan, Jacques. Libro 1. Seminario Los escritos tcnicos de Freud. Traduccin de Rithee
Cevasco y Vicente Mira Pascual con la revisin de Diana Rabinovich. Ediciones Paids.
Barcelona-Buenos Aires. 1er. edicin en castellano. 1983. Pg. 213. Ttulo original: Les crits
techniques de Freud, 1953-54. Editions du Seuil. Paris. 1975.
366
Veremos el pequeo "a" venir del Otro, nico testigo, de este lugar del
otro que no es solamente el lugar del espejismo, este pequeo "a" es la voz96.
Entonces, orientarnos en la estructura a partir de lo que los pacientes nos
ensean, nos ha llevado a considerar que el psictico sufre de la intervencin de la
voz que le retorna desde lo real exteriorizado. Sufre de las voces que
manifiestamente dejan a la luz la voracidad del Otro que lo mortifican, lo insultan,
le imponen imperativos, le dicen obscenidades, etc., como muestra las tablas
construida a propsito del anlisis de las voces.
En el trabajo con nuestra poblacin testigo hemos encontrado
principalmente tres modalidades de inicio en el tratamiento: Pacientes que no
toleran la voz del analista, la de otros que no cesan de hablar, gritar, gemir,
murmurar, musitar, que parecieran estar sostenidos nicamente por el alarido
significante y la de aquellos que no pueden emitir su propia voz y solo les resta
el mutismo. Ante todas estas modalidades que no hacen otra cosa que poner en
evidencia el exceso de goce, la maniobra que se ha realizado ha estado orientada
en el sentido de escandir el goce excedido.
Lacan, Jacques. Seminario Los nombres del padre .Clase nica. Indito. 21-11-1963
367
Bibliografa
Lacan, Jacques. El revs del psicoanlisis. Clase del 3.6.70 y 10-6-70. Versin indita.
Traduccin Escuela freudiana de Buenos Aires.
Lacan, Jacques. Radiofona y televisin. 1970.Ed. Anagrama.
Missorici, Adriana. El semblante, algunas diferencias entre neurosis y psicosis. Editado
por el Simposio del Campo Freudiano. Bs.As.1988.
Es por la interdiccin del goce, operada por el Nombre del Padre, interdiccin
producida por significante, que se funda una estructura, donde la plusvala es la causa
del deseo, del cual una economa hace su principio. Este principio es el de la produccin
extensiva, por consiguiente insaciable, de la falta de gozar. (1) (2)
La funcin del significante introduce la dimensin de la prdida, del no-todoy de la
inexistencia del todo-goce.
Esta interdiccin abre la bsqueda del goce perdido, inaugura un camino que se seguir
infatigablemente. La mquina estructural de produccin de a est funcionando: hay
ciframiento de goce.
369
Fundamentacin
Deberemos comenzar por el tema de la escritura. Lacan dice que escritura es el intento
de un pueblo de simbolizar su propio lenguaje. Intento histricamente realizado, con
material de escritura tomado de otro pueblo. En un tiempo situable histricamente, hay
un momento donde algo est all para ser ledo con el lenguaje (3).
En el pasaje de una lengua a la otra el material que en la primera era ideogrfico, es
decir, algo cercano a la imagen se transforma luego en soporte de la fonematizacin en
la segunda lengua. Los significantes de la escritura, primero producido como marcas
distintivas, en la medida que pasan a ser soporte de la fonematizacin producen una
escritura que aprende a funcionar como tal (4). Marca distintiva que funciona como
Nombre propio, manera de designar las cosas fuera de toda descripcin. Schrder dice
al respecto: Tan pronto como un objeto se toma completamente en consideracin con
todas sus propiedades y relaciones, se presentar como nico en el mundo, y ya no
habr nada igual a l ... el objeto no podr pensarse como un objeto que se da repetidas
veces(5)(La frecuencia corresponde al nombre comn). El Nombre Propio no
conlleva sentido, sino algo del orden de una marca, aplicada de alguna manera sobre el
objeto. El acento queda puesto sobre el sonido en tanto distintivo, funcin distintiva del
material sonoro(6).
En el advenimiento de la escritura se trata de esto, algo que ya es trazo, que remite a un
objeto, es aislable como trazo significante, y adquiere el valor de letra, en la posibilidad
de sustitucin por el pasaje de lengua (7).
La escritura es, pues una huella donde se lee un efecto de lenguaje. (Encore, p.147) (8)
Este trazo pudiera ser sustituido a todos los elementos que constituyen lacadena
significante, soportar esta cadena por s sola, simplemente por ser siempre el mismo y
estar vaciado de sentido trazo de estructura desprovisto de todo contenido subjetivo y
de toda variacin, y que es lo que todo significante tiene en comn con otro significante,
esto es, ante todo, estar constituido como trazo. Es el uno, es el palote. (9)
Este trazo retiene l la unicidad del objeto del que surge.
Hay un punto no mtico sino perfectamente concreto de identificacin inaugural del
sujeto al significante radical... trazo nico como tal. (10)
370
Este nombra al ser del sujeto en tanto goce perdido, lo que tambin escribimos como
a, en tanto que falta y causa, y en tanto que plus de goce. All se pone en forma una
estructura ... de lo real no hay otra idea sensible, que la que da la escritura, el trazo de
escrito(11). Y all, el nudo borromeo como una escritura, una cadena de tres elementos
mnimos que hacen metfora. Metfora que Lacan llama cifra, diciendo que de las
maneras de trazar las cifras, la ms simple es el trazo unario. Nuevamente, el palote(12).
Letra, nombrar, cifra. Cifra, del rabe cfer, nombre propio del cero o vaco.
A esto se refiere Frege, y vamos a tomar algunos puntos de su sistema, para
fundamentar nuestra hiptesis. En primer lugar sealamos el concepto de verdad que
utiliza, tomado de Leibniz: Idnticas son las cosas que pueden reemplazarse una por
otra, sin que se pierda la verdad (13).
Describimos ahora su sistema, que consta de tres conceptos y dos relaciones entre ellos.
Conceptos de concepto, objeto y nmero y la relacin de subsuncin del concepto al
objeto, y de asignacin de un nmero a un concepto que subsume objetos (14) (15)
Lo especficamente lgico reside en que cada concepto slo se define por medio de la
relacin que mantiene como subsumidor con lo subsumido, el objeto. As, la existencia
de un objeto slo proviene de que ste cae bajo un concepto, sin ninguna otra
determinacin que concurra a su existencia lgica. Si bien toma su sentido de su
diferencia con la cosa, para aparecer como objeto es decir como la cosa en tanto una, la
cosa debe desaparecer.
Vemos as que el concepto operante del sistema es un concepto duplicado: es el
concepto de la identidad de un concepto, y al decirlo as estamos aplicando el concepto
de verdad de Leibnitz. Esta duplicacin origina la dimensin lgica, provocando la
emergencia del numerable, al efectuar la desaparicin de la cosa.
El uno de lo idntico de lo subsumido, ese uno es lo que tiene en comn todos los
nmeros, esto es: el estar constituidos, ante todo, como unidad.
Pero, la unidad solamente perdura en la medida en que el nmero funcione como su
Nombre.
El nombre, sutura, nombra la relacin entre el sujeto y la cadena del discurso. El sujeto
figura en la cadena bajo la forma de un representante, y como el elemento que falta.
Podemos pensarlo en los trminos del sistema de Frege: tomamos una cosa x del
mundo, tomamos el concepto emprico de tal x. El concepto que toma lugar en el
esquema no es el emprico, sino su duplicacin, idntico al concepto x. El objeto que
cae bajo el mismo concepto es ese mismo x, pero como unidad.
371
otra forma, el Nombre para el c concepto de contradiccin consigo mismo, para el cero.
Pero, el a queda anotado para el sujeto: S1, nombre del cero, cifra. El S1 es significante,
es el significante Letra, mientras que el a no es significante.
S1 la funcin radical del Nombre del Padre es dar un nombre a las cosas... en especial
hasta el goce. (21) Nombre del Padre, significante que slo se describe si se lo hace sin
ningn efecto de sentido. Resumiendo, es homlogo... del objeto a(22).
Pensamos la homologa con relacin al a como concepto cero, en tanto objeto
subsumido ausente y el S1 como su nombre, nombre del ser del sujeto, goce perdido.
Bibliografa
1) Lacan, J.: Seminario El revs del Psicoanlisis Clase 13, pag. 48. Junio, 1970.
2) Lacan, J.: Radiofona Pregunta 5, pag 58/59.
3) Lacan, J.: Seminario La identificacin. Versin estenogrfica no revisada,
traduccin castellana de la E.F.B.A.
4) Idem (3) Clase 20 . 12.61 pag. 12/13/14.
5) Frege Gottlob: Los fundamentos de la aritmtica. C III. Prrafo 50.
6) Idem : (3) Clase 20.12.61 Pag 8/9 Clase del 10/01/62 Pag. 1.
7) Idem (3) : Clase 20.12.61 Pg. 13 Clase del 10/01/62, Pag. 1/2/3.
8) Lacan, J.: Seminario Encore. Edit. Paids. Primera reimpresin 1985. Clase
22.10.73, Pag 147.
9) Idem (3): Clase 22.11.61 Pag. 11/12.
10)Idem (3): Clase 22.11.61 Pg. 12. Clase 10/01/62 Pag. 4.
373
374
97
98
99
375
Enfermos, y no podra ser de otra manera, por estar sujetos a una estructura de
lenguaje.
Esta relacin,perfilada en Freud, encuentra mayor ilustracin en Lacan, quien ubica al
sujeto y sus sntomas como efectos de la estructura significante. Esta no opera a
distancia de la experiencia, sino que obra en esta como la mquina original que pone
en escena al sujeto.100
Basta que el sujeto hable para que, en un medio decir, por imposicin de la lgica que
esta estructura conlleva, su Verdad se manifieste, representando el sntoma el retorno de
la verdad como tal, en la falla de un saber. Esta definicin que Lacan da en El sujeto
por fin cuestionado nos remite a que sntoma y verdad estn hechos de la misma
pasta, siendo el primero un defecto de simbolizacin.
Pero, cuandio sta se produce por qu el sntoma se muestra inercitico y permanece?
Acaso no es todo decifrable?
Todo desencadenamiento sintomtico supone un encuentro con lo real, se quiebra la
homeostasis, desaparece la egosintona.
Un acontecimiento cualquiera provoca una irrupcin de angustia, goce que el sntoma
no puede dominar. Su ineficacia implica para el sujeto gran sufrimiento, y, carente de
recursos se vuelve hacia el Otro en un pedido que le restituya el equilibrio perdido, ya
que el sntoma se comporta como un cuerpo extrao enfrentndolo a su propia divisin.
El carcter inercial del sntoma no permite pensarlo solo en relacin con la alienacin
significante, ponindolo en serie con las otras formaciones del inconsciente. En el
sntoma hay algo ms, verdad que aspira a lo real.
Sntoma, dice Lacan en La Tercera, algo que ante todo no cesa de escribirse de lo real,
y que si vamos a domesticarlo hasta el punto en que el lenguaje puede tornarlo
equvoco...Domesticado por el lenguaje, puede el sntoma resultar equvoco. Lo real no
es equvoco, castracin que est muy lejos de ser un mito, y que adquiere un valor
estructurante con el cual la teora del significante cobra una nueva dimensin.
All comienza a abrirse camino la normalizacin del goce, en un movimiento que hace
tope al deslizamiento significante.
Ms all de la revalorizacin de la palabra que hace Lacan, y de la metfora y
metonimia que daban cuenta totalmente de la formacin de sntomas, la propuesta
posterior es ubicar aquello que extraer, dijimos, al sntoma de la serie de las
formaciones del Inconsciente, a pesar de lo que tiene en comn, significante, con ellas.
376
Esto se torna posible con la reformulacin que hace Lacan de los trminos metfora y
metonimia a partir de 1970, con la introduccin del goce en su teora. Referidos la
primera a la sustitucin entre similares y la segunda a la seleccin entre contiguos,
movimientos efectuados siempre en la cadena significante, se pasa a una modificacin
de los mismos como equivalente as condensacin y giro en el inconsciente.
Ahora, giro, desplazamiento, lo es de lo real en lo simblico, desplazamiento de goce, y
condensacin la forma de hacer pesar smbolos en lo real, como conviene, agrega
Lacan, para seguir al inconsciente en su huella.101
No han dejado de ser mecanismos que hacen al dfinamismo inconsciente, pero son
pensados en su posibilidad operatoria respecto de lo real del goce. La barra de la que
este dinamismo depende, (barra que era lo primario y fundante en la estructura
significante, ya que en tanto resistente a la significacin daba lugar al deslizamiento
significante), ahora es definida como constituyendo borde real.
En la metfora no se trata de un significante ausente que puede volver a hacerse
presente, en un movimiento de hacer-deshacer, que pertenece al campo potico. La
introduccin de la funcin topolgica de borde, define la discontinuidad propia de lo
simblico, siendo el corte un punto de real: sujeto que es no solamente efecto de
significacin.
Desde esta nueva ptica, la condensacin se diferencia de la metfora, es de un efecto
diferente al no resolverse en el hacer-deshacer, ya que parte de la represin y regresa
de lo imposible, a concebir como el lmite donde se instaura, por lo simblico, la
categora de lo real.102
Podemos leer retrospectivamente el Seminario XI, donde Lacan habla de la causa de la
neurosis, el hueco, la fractura, el agujero, que la estructura significante contornea y
constituye, en el mismo momento de producirse, como inconsciente.
La metfora, al operar al servicio de la represin, produce ella la condensacin
advertida por Freud en el sueo.103 Ombligo.
Con este corrimiento de la barra, del lmite, ms all, marcando la frontera con lo real,
queda instaurado (1970) el efecto de sin sentido actual, por el sin-sentido de lo real, sin
que la destitucin de sentido en lo simblico, retroactiva por propio juego significante,
quede abolida. Simplemente diferenciada.
100
101
102
103
377
Referencias bibliogrficas
104
378
6 Idem. ant.
7 Idem ant.
379
CAPITULO III
SOBRE EL TRABAJO CON LA POBLACIN TESTIGO
A modo de epgrafe:
105
Lacan, Jacques. De una cuestin preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis. 1957.
Escritos. Siglo XXI editores. Bs.As. 1975
106
Lacan, Jacques. Libro XX. An. 1972-73. Ed. Paids. 1981. Pg.58.
380
381
CARACTERIZACION DE LA
TESTIGO
POBLACIN
I. PACIENTES NO MEDICADOS
8 pacientes no medicados. Protocolos de Registro Integral del Paciente (PRIP)
nmeros 1, 9, 10, 11, 12, 13, 14 y 15 identificados por el neologismo construido por el
paciente:
PRIP 1: GUSTACRISTO
PRIP 9: ELMEOMESIAMEO
PRIP 10: LOBOCHON
PRIP 11: TARZANCHITO
PRIP 12: DIOSANOPARLAMENTO
PRIP 13: AZANOLA
PRIP 14: FLAYEO
PRIP 15: ETEPE (ETP)
II. PACIENTES MEDICADOS
7 pacientes medicados bajo iguales cualidades y cantidades de drogas.
En cada caso se ha dejado constancia de la variacin psicofarmacolgica, en
ningn caso se debi aumentar, y en todos los casos la medicacin fue
suspendida luego de la octava semana de tratamiento.
Protocolos de Registro Integral del Paciente nmeros 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8
identificados por el neologismo construido por el paciente:
PRIP 2: AGUAMANTE
PRIP 3: BUSOMBRE (BUZOMBRE)
PRIP 4: IPU
PRIP 5: MALLIATO
PRIP 6: MILITRADO
PRIP 7: MEDICAL
PRIP 8: BOCADAPLATINA
La totalidad de la poblacin seleccionada tiene el mismo cuadro de inicio: perplejidad inicial,
desencadenamiento del significante, alucinaciones verbales, en sntesis: ESTADO PSICOTICO AGUDO
CON CRISIS ALUCINATORIA.
382
Sobre el neologismo
383
Jean Claude Maleval107 retoma de Sglas el concepto de neologismo activo que son el
atributo de los delirios sistematizadosconstituye una palabra que fija el pensamiento
del delirante, a partir de entonces, ste ya no tiene nada por explicar, nada que buscar, la
palabra lo dice todo. De esta manera, seala Maleval, el sujeto puede encontrarse
colmado por un significante. No cabe duda que el concepto de neologismo
esquizofrnico de Freud, cuya especificidad consiste en asumir la funcin de toda una
cadena de pensamientos, corresponde al neologismo activo de la escuela francesa. El
trmino extrao que opera como plomada de la red para frenar la deriva del significante,
y para esforzarse en retener el goce deslocalizado se revela caracterstico del delirio. No
se trata necesariamente de una palabra nueva, se conocen neologismos semnticos que
llaman la atencin por la inusual inflexin del trmino o por su utilizacin inapropiada.
Estos neologismos contienen un goce inefable, de manera que poseen una necesidad
que los vuelve insistentes. Esta particularidad permite no confundirlos con el
surgimiento de una palabra de espritu neolgico (por ej. :famillonario).
Lacan108 seala que La perplejidad angustiada constituye un signo clnico directamente
correlacionado con la forclusin del Nombre del PadreSe trata de concebir que a
orillas de la psicosis al sujeto se le plantea una pregunta que procede de all donde no
hay significante. Es el agujero que se hace sentir como tal, y Maleval considera que
en ese momento suele ocurrir que el psictico presente signos que prueben que siente
embotamiento, que experimenta una sensacin de vaco o una impresin de misterio. Si
tiene recursos creativos, tender a emplear un neologismo para describir ese
estado innombrable109. Realizando el anlisis de los neologismos, considera que la
palabra puede estar formada por la apcope de dos nombres propios y por el
acercamiento de las slabas restantes. En nuestra investigacin hemos encontrado
esta particularidad, as como tambin la formacin de otros tipos de apcopes.
(Luego describiremos).
107
384
y dado el valor de
mortificantes
imperativas,
insultantes,
acompaantes
no
mortificantes, voces que son entendidas por el sujeto y que no son entendidas,
presencia de ruidos, murmullo, sonidos, msica, risas, ecos, gritos, presencia de
agitacin y confusin provocadas por las voces.
Tablas 1 y 2.
Anlisis de la variacin de las voces alucinatorias durante el tratamiento,
realizando un cuadro comparativo entre aparicin del neologismo, cese de las
voces mortificantes y cese de las voces alucinatorias, estudio de las variables
temporales. En todos los pacientes se ha observado un reordenamiento
simblico. Se han estudiado las relaciones entre la aparicin del neologismo y
sus consecuencias.
Tablas 3 y 4
Se ha realizado un estudio de la relacin entre la alusin del significante
rechazado en el desencadenamiento, el neologismo y cese de las voces
alucinatorias. En todos los casos se comprob un reordenamiento simblico con
las siguientes consecuencias: apaciguamiento del desorden imaginaria y
acotamiento del goce en lo real del cuerpo.
Tablas 5 y 6
Anlisis de la posicin del sujeto al respecto de lo simblico. Presencia de voces
mortificantes, presencia de voces acompaantes, alucinaciones no entendidas
por el sujeto, voces entendidas por el sujeto, construccin de neologismos que
385
4. Se ha realizado un anlisis de las alteraciones en la articulacin simblicoimaginario y su recomposicin. que tiene en cuenta: fenmeno y/o sentimiento de
cuerpo cado, presencia de hipotonicidad o hipertonicidad, tristeza, euforia, ausencia
de futuro, angustia, sentimiento de insuficiencia, identificacin con un ideal,
recomposicin simblico-imaginario durante el tratamiento.
Tabla 12 y 13
386
TABLA 1
10
11
12
13
14
15
una voz
x1
X2
Varias voces
Masculinas
x3
Femeninas
Mortificantes
Imperativas
Insultantes
Acompaantes
se entienden
no entienden
Ruidos
Murmullos
Sonidos
Msica
Risas
Ecos
Provoca agitacin X
la X
Gritos
Cese
de
alucinacin
X = S
- = No
387
TABLA 2.1
Variable observada
Cantidad de pacientes
1
15
Voces masculinas
10
Voces femeninas
Mortificantes imperativas
15
Insultantes
Acompaantes no mortificantes
15
Voces entendibles
15
Voces no entendibles
Ruidos, murmullos
Sonidos, msica
Risas
Ecos
Gritos
15
15
1
2
15
388
TABLA 2.2
Fenmenos asemnticos
Se han encontrado fenmenos asemnticos en 9 pacientes de la poblacin testigo, dentro
de los cuales distinguimos:
FENMENO ASEMANTICO
Voces no entendibles
Ruidos y murmullos
Sonido y msica
Risas
Ecos
FENMENO
ASEMNTICO
Voces no entendibles
PRIP
1-2-3-6-7-9-10-12-15
1-5-6-10-11-15
1-6-15
8-10
3-4-7-8-10-12-13-14-15
NMERO DE CASOS
9
Ruidos, murmullos
Sonidos, msica
Risas
Ecos
Para agrupar la poblacin testigo se ha seleccionado todos los pacientes con alucinacin
verbal semntica, pero cabe distinguir: voces no entendibles, ruidos, murmullos,
sonidos, msica, risas y ecos. Estos son fenmenos que bordean lo asemntico.
Aparentemente ocurren del lado del sujeto, pero tambin son atribuidos al exterior.
Estos fenmenos se despliegan en un trans-espacio vinculado a la estructura del
significante y de la significacin, espacializacin previa a toda dualizacin posible del
fenmeno del lenguaje. Su funcin es, a veces, la nica de retener todava al sujeto en el
nivel del significante que amenaza faltarle por completo y desaparecer.
389
TABLA 2.3
LECTURA DE DATOS Y
CONSIDERACIONES SOBRE
TABLAS 1 Y 2
NEOLOGISMO
VA
ACOMPAADA
DEL
CESE
DE
LA
1 paciente
Entre semana 9 y 11
11 pacientes
Entre semana 12 y 13
3 pacientes
12 pacientes
Entre semana 9 y 12
3 pacientes
390
TABLA 3
VARIACION DE LAS VOCES
ALUCINATORIAS DURANTE EL
TRATAMIENTO EN RELACION A LA
CONSTRUCCION DEL NEOLOGISMO
PRIP
NEOLOGISMO EN
SEMANA
5
CESE DE VOCES
MORTIFICANTES EN
SEMANA
6
CESE DE LA
ALUCINACION EN
SEMANA
12
2
3
10
12
12
12
13
10
14
12
10
11
11
12
11
12
12
12
13
13
12
14
13
14
15
15
12
391
APENDICE DE TABLA 3
PRIP
2
3
4
5
6
7
1
8
9
10
11
12
13
14
15
LAPSO ENTRE
LAPSO ENTRE
CONSTRUCCION DEL
CONSTRUCCION DE
NEOLOGISMO Y CESE DE LA NEOLOGISMO Y CESE DE LA
MORTIFICACION DE LAS
ALUCINACION
VOCES
EN SEMANAS
1
7
2
4
en la misma semana
4
2
6
2
6
1
4
en la misma semana
6
en la misma semana
4
en la misma semana
1
en la misma semana
1
1
1
en la misma semana
1
1
5
en la misma semana
2
3
6
392
TABLA 4
ANALISIS DE LAS RELACIONES
ENTRE LA CONSTRUCCION DEL
NEOLOGISMO Y SUS
CONSECUENCIAS
8 pacientes
1 paciente
393
TABLA 5.1
PRIP
2
3
4
5
6
7
1
8
9
10
11
12
13
14
15
ALUSION DEL
SIGNIFICANTE RECHAZADO
Paternal
Sexual
Sexual
Paternal
a la muerte
Paternal
Paternal
Sexual
Paternal
Sexual
Paternal
Paternal
Paternal
Paternal + sexual
a la muerte
NEOLOGISMO
Aguamante
Busombre
Ipu
Maliato
Militrado
Medical
Gustacristo
Bocadaplatina
Elmeomesiameo
Lobochn
Tarzanchito
Diosanoparlamento
Azanola
Flayeo
Etepe
394
TABLA 5.2
ALUCINACIN
VERBAL
DESENCADENAMIENTO
ALUSION
DEL
SIGNIFICANTE
RECHAZADO
Paternal
NEOLOGISMO
MODO DE
EMPLEO DEL
NEOLOGISMO
Gustacristo
soy el
gustacristo
Paternal
Aguamante
ahora digo
aguamante y todo
va bien
Sexual
Busombre
me convierto en
busombre y no
hace falta que me
vaya en bus
Sexual
Ipu
las voces no me
joden, se va si yo
digo ipu
Paternal
Maliato
soy maliato
(Nombre del
psicoanalista:
ato)
395
kdt2233,mclvcna388
(rdenes)
acab, cagadores,
cagn, men, mesa
10
acab, dame el
horto
a la muerte
Militrado
trabajo como
militrado
Paternal
Medical
me puse un carte
con medical y no
me encuentran
Sexual
Bocadaplatina
si me hago
bacadaplatina soy
invisible
Paternal
Elmeomesiameo
digo
elmeomesiameo y
se salvan
porque Ud est
conmigo
(Analista: nombre
Jess)
Sexual
Lobochn
cuando me
convierto en
lobochn cuido a
las mujeres
396
11
Paternal
12
sanador
Paternal
13
Paternal
14
15
El da de su cumpleaos (20),
fecha de 1er. Aniversario de
fallecimiento del padre, lo
despiden del trabajo en un banco y
a su vez le llega una notificacin
de cobro de un seguro de vida del
padre. Se presenta en el despacho
de una autoridad bancaria (Dr.
Zanola) para prestar al banco ese
dinero.
El 31-12-99 pasa la fiesta solo con
su madre quien le dice: me quiero
morir, sos tan grande como un
hombre. Se tira por la ventana.
Muerte del perro que tena desde
nio, es interpretada como signo
del nuevo siglo. Una semana antes
intent quemarse el cuerpo en una
fogata para purificarse porque
los extraterrestres se lo ordenan.
Tarzanchito
si digo
tarzanchito no me
sacan la pija ni m
tocan el culo
Diosanoparlamen- soy diosanoparto
lamento porque
curo al parlamento
si digo
diosanoparlament
trago los malos, lo
vomito
Azanola
Se autodenomina
Profesor Azanola
Paternal +
sexual
Flayeo
si flaye el
anciano est
contento
a la muerte
Etepe
yo soy el primer
etepe
397
TABLA 6
Alusin
paternal
sexual
a la muerte
paternal + sexual
Pacientes
8
4
2
1
398
TABLA 7
ANALISIS DE LA POSICION DEL SUJETO
AL RESPECTO DE LO SIMBOLICO
POSICION DEL SUJETO AL RESPECTO DEL
LENGUAJE
ANALISIS DE LAS VOCES ALUCINATORIAS
PRIP
2
3
4
5
6
7
1
8
9
10
11
12
13
14
15
VOCES
MORTIFICANTES
HASTA
SEMANA
5
10
8
7
9
7
4
5
4
9
3
5
5
5
8
CONSTRUCCION DE
NEOLOGISMO EN
SEMANA
5
8
8
6
7
6
8
8
8
11
5
12
7
13
6
RECOMPOSICION
SIMBOLICA EN
SEMANA
12
12
12
12
13
10
14
12
9
12
6
13
12
13
12
VOCES
ACOMPAANTES
HASTA
SEMANA
11
15
12
12
13
10
13
10
9
12
6
11
12
15
10
CESE DE LAS
VOCES
ALUCINATORIAS EN
SEMANA
12
12
12
12
13
10
14
12
9
12
6
13
12
13
12
399
TABLA 8.1
2
3
4
5
6
7
1
8
9
10
11
12
13
14
15
Falta de Se ve otro
AtracRelacin
reconocim
en el
cin por el agresiva
iento en el
espejo
espejo
con otros
espejo
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
No
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
No
S
No
S
No
S
S
S
S
S
No
No
S
No
S
S
S
S
S
S
S
No
S
S
S
S
S
S
S
No
Crisis de
angustia
ReconoCimiento
en el
espejo
bajo
condic.
Delirante
Trastornos del yo
corporal
S
No
No
S
S
S
S
S
S
S
No
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
RecomPosicin
del yo
corporal
por
producCin
delirante
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
400
TABLA 8.2
POSICIN DEL SUJETO EN EL ORDEN
IMAGINARIO (Sauvagnat)
PRIP
Nro.
Positivo
Negativo
AtracRelacin
Falta de Se ve otro
reconocim
en el
cin por el agresiva
iento en el
espejo
espejo
con otros
espejo
15 p
-
14 p
1p
9p
6p
13p
2p
Crisis de
angustia
Recono
Cimiento
en el
espejo
bajo
condic.
Delirante
Trastornos del yo
corporal
12p
3p
15p
-
15p
-
RecomPosicin
del yo
corporal
por
producCin
delirante
15p
-
P = pacientes
401
TABLA 9
POSICIN DEL SUJETO AL RESPECTO DE
LO REAL PULSIONAL (Sauvagnat)
PRIP
Nro
Impul
Siones
Actos
Agresiv
os
2
3
4
5
6
7
1
8
9
10
11
12
13
14
15
S
S
S
S
S
S
S
No
S
S
No
No
S
S
S
No
S
S
S
S
S
No
S
S
S
S
No
S
S
No
402
TABLA 10
Positivo
Negativo
Impul
Siones
Actos
Agresiv
os
Positivo
Negativo
12p
3p
11p
4p
Prcti
cas
sexua
les pre
genita
les
11p
4p
5p
10p
12p
3p
11p
4p
Pater
nidad
15p
-
13p
2p
12p
3p
P = pacientes
403
15p
-
TABLA 11
ALTERACIONES EN LA ARTICULACIN
SIMBLICO-IMAGINARIO Y SU
RECOMPOSICIN (Sauvagnat)
PRIP
Nro.
Trastorn
os en yo
corpo
Ral
Hipo o
hiper
tonici
Dad
Tris
teza
Eufori
a
Ausen
cia de
futuro
Angus
Tia
2
3
4
5
6
7
1
8
9
10
11
12
13
14
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
Hiper
Hiper
Hiper
Hiper
Hiper
Hipo
Hipo
Hipo
Hiper
Hipo
Hipo
Hipo
Hiper
Hipo
No
No
No
S
S
S
S
S
S
No
S
S
S
S
S
No
No
No
S
No
S
No
S
No
No
No
S
No
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
No
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
15
Hiper
No
Senti
Identific
Recomposi
miento
acin a
cin simblica
de
un ideal imaginaria durante
insuficie
el tratamiento
ncia
No
S
Con el que maneja
S
S
Con el que se va
No
S
Con el vengador
S
S
Con el malo
No
S
Con el jefe
S
S
Con los mdicos
S
S
Con jesucristo
S
S
Con el detective
S
S
Con el salvador
S
S
Con el lobo
S
S
Con tarzn
S
S
Con dios
S
S
Con el poder
S
S
Con el que puede
morir
S
S
Con extraterrestres
404
TABLA 12
ALTERACIONES EN LA ARTICULACIN
SIMBLICO-IMAGINARIO Y SU
RECOMPOSICIN (Sauvagnat)
Positivo
Negativo
Trastorn
os en yo
corpo
Ral
Hipo o Hiper
tonicidad
Tris
Teza
Eufori
a
Ausen
cia de
futuro
Angus
tia
Positivo
15p
Hipo: 7p
Hiper: 8p
11p
5p
15p
14p
Negativo
4p
10p
1p
Senti
Identific
Recomposi
miento
acin a cin simblica
de
un ideal
imaginaria
insuficie
durante el
ncia
tratamiento
12p
15p
3p
405
TABLA 13
ALTERACIONES EN LA ARTICULACION REAL SIMBOLICO Y
SU RECOMPOSICION EN EL TRATAMIENTO (SAUVAGNAT)
PRIP Nro.
2
3
4
5
6
7
1
8
9
10
11
12
13
14
15
Necesi
Dad de
ubicarse
en el
mismo
lugar
No
No
S
No
S
No
No
No
S
No
No
S
No
No
No
Realiza
Excita
cin de la
Cin
misma
psicomotri
activi
z
dad
S
S
S
S
S
S
S
S
S
No
No
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
Automu
Tilacio
Nes
Altera
Ciones del
sueo
Conduc
tas
extrava
gantes
Produc
cin
delirante
Recom
Posicin
durante el
trata
Miento
No
No
No
S
No
S
No
No
No
No
No
No
No
S
S
No
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
S
406
TABLA 14
Positivo
Negativo
Positivo
Negativo
Necesi
Dad de
ubicarse
en el
mismo
lugar
4p
11p
Realiza
Excita
cin
cin de la
misma
psicomotri
activi
z
dad
13p
2p
15p
-
Automu
Tilacio
Nes
Altera
ciones del
sueo
Conduc
tas
extrava
gantes
Produc
cin
delirante
Recom
Posicin
durante el
trata
miento
4p
11p
14p
1p
15p
-
15p
-
15p
-
P = pacientes
407
ANLISIS
DE LOS
NEOLOGISMOS
EN LA
POBLACIN TESTIGO
408
CONSIDERACIONES:
SU MODO DE USO DISCURSIVO
RELACIONES CON:
1.
2.
3.
4.
409
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
Septiembre: cumple 23 aos, valen por 33 aos porque 23 ms
10 son 33 entonces son iguales (dicho del paciente) y se encierra
en la iglesia, mutismo, inicio de las voces alucinatorias, dios me
habla porque mis aos 33 son del nuevo cristo
3. EL DELIRIO
las voces de Dios dicen que soy el nuevo Jesucristo y yo lo soy.
410
NEOLOGISMO: AGUAMANTE
RELACIONES
3. EL DELIRIO
mis piernas se meten dentro del cuerpo y mi cuerpo dentro de la cabeza, mis brazos
se alargan, pongo una mano en agua y la otra en el radiograbador y manejo una
central hidroelctrica que da energa
411
NEOLOGISMO: BUSOMBRE
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
La esposa del padre le dice sos un lindo hombre, la golpe, se dio a la fuga
pensando que era puta y me siguieron las voces del padre.
3. EL DELIRIO
mi padre me puso una emisora en la cabeza, l me manda por la emisora, yo me
convert en una emisora cerebro. Si me voy lejos en el bus la onda no llega
412
NEOLOGISMO: IPU
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
Disputa con su novia cuando ella dice: debieras ser ms hombre y sos un vago, no
servs ni para cocinar, ya que no trabajs podras manejar la casa.
3. EL DELIRIO
mi padre me usa para vengarse, me usa las manos y las cuerdas
vocales. Perd el trabajo el peronista no quiere que trabaje
413
NEOLOGISMO: MALIATO
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
Al regresar de un baile en donde la mujeres lo acosaban, la
madre le dice el nico hombre de la casa y malo sos malo de
constitucin
3. EL DELIRIO
malo porque no tengo padre
414
NEOLOGISMO: MILITRADO
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
Estaba leyendo un libro sobre la segunda guerra mundial, todo
era por las malvinas, tome un rifle y sale a tirar a todos los
carteles que tengan escrito el nombre Islas malvinas
3. EL DELIRIO
estoy aqu porque me secuestraron, soy combatiente de la
segunda guerra mundial y toda mi informacin la tengo
codificada, soy militar del si-de (SIDE?)
415
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
Un polica le solicita los documentos, lee el apellido en voz alta y el paciente lo
agrede.
3. EL DELIRIO
los monjes de la secta me roban la gris, si me escondo entre los mdicos no
pueden
416
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
La novia lo insulta porque no puede tener relaciones sexuales y
el paciente entra en perplejidad, me qued bola, boca abierta
3. EL DELIRIO
las voces me dicen que me van a coser la boca porque soy
detective pero como me puedo hacer invisible con una pasta de
platino, me coso la boca con hilo de platino para que no se vea
417
NEOLOGISMO: ELMEOMESIAMEO
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
El 20 de diciembre lo despiden del trabajo, el 24 de diciembre
comienza a escuchar voces y las interpreta como dios que le
habla y lo hace nacer Mesas.
3. EL DELIRIO
Soy el Mesas y vengo a salvar el mundo porque las voces me dicen acab con los
corruptos. Con el meo los buenos se salvan y los malos se intoxican
418
NEOLOGISMO: LOBOCHN
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
En un primer intento de tener relaciones sexuales inicio de voces
alucinatorios masculinas que le dicen puto dame el horto,
escucha risas femeninas, murmullo y ve lobos.
3. EL DELIRIO
ellas son lobos, todos son lobos, pero si me convierto en lobo puedo cuidar a las
mujeres
419
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
Un profesor le dice: hermano ud. es el rey de los vagos. (el
pens: wacho ). Aparecen voces alucinatorias.
3. EL DELIRIO
Soy tarzn rey de la selva porque las voces de la diosa
naturaleza me dicen que tengo que vengarme de esta jungla. Las
diosas me toman la boca y me hacen gritar como un perro. Me
quieren sacar la pija
420
NEOLOGISMO: DIOSANOPARLAMENTO
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
El pastor de la iglesia le prohibi hacer imposicin de manos y
purificaciones, le dijo que l no era dios. Comenz a escuchar las
voces de dios y a interpretar que si dios le habla es porque l es
dios.
3. EL DELIRIO
la voz de dios entra y sale de mi cabeza, habla con las otras
voces, hablan de mi, para que yo hago lo que ellas quieren,
insisten en que debo aceptar que soy dios, soy el sanador del
parlamento. Soy diosanoparlamento que cura al parlamento
421
422
NEOLOGISMO: AZANOLA
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
El da de su cumpleaos (20), fecha de primer aniversario de muerte del padre, lo
despiden y a su vez le llega la notificacin de cobro de un seguro de vida del padre
de cuarenta mil dlares.
3. EL DELIRIO
el Dr. Zanola es amigo mo (Presidente de la asociacin
bancaria) y le voy a ofrecer dinero, tengo cuarenta mil dlares
para darle porque soy profesor de la UBA y voy a dirigir las
inversiones bancarias.
423
424
NEOLOGISMO: FLAYEO
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
El 31 de diciembre 99 el padre le deja elegir donde pasar la
fiesta(padres separados) y elige pasarlo con su madre, quin a las
12 de la noche dice: me quiero morir, sos tan grande como un
hombre. Le duele la cabeza y se toma un frasco de aspirinas, la
voz le dice tirate y se tir por la ventana (segundo piso).
3. EL DELIRIO
El anciano con tnica me rob el alma, me roba las partes, me quita los intestinos por
el ombligo, soy malo y los malos tienen marcas
425
426
RELACIONES
1. LOS FENEMENOS DESENCADENANTES
Muerte del perro que tena desde nio, es interpretada como signo
del nuevo siglo y de una nueva religin porque las voces se lo dicen.
3. EL DELIRIO
son las brujas extraterrestres, ellas me hablan y me dan
poderes especiales que me fueron entregados por escrito chino a
travs de sus libros, los extraterrestres van a hacer otra religin,
la muerte del perro fue un signo, soy el perro 2000
427
428
PRIP
NEOLOGISMO
RELACIONES
Gustacristo
soy gustacristo
Nombre: Gustavo.
Voces: salva a los pobre nuevo Cristo.
Delirio: las voces de Dios dicen que soy el nuevo
Jesucristo y yo lo soy.
Desencadenamiento: Septiembre: cumple 23 aos y se
encierra en la iglesia, mutismo.(Considera que 23 es
equivalente a 33 aos, la edad de Cristo).
Antecedente: Agosto: fallece el padre.
Aguamante
ahora digo
aguamante y todo va
bien
Busombre
me convierto en
busombre y no hace
falta que me vaya en
bus
Ipu
Las voces no me
joden, se van, si yo
digo ipu
429
Maliato
Soy maliato
Medical
Me puse un cartel
con medical y no me
encuentran
Elmeomesimeo
digo
elmeomesimeo y se
salvan porque ud.
est conmigo
430
Lobochn
cuando
me
convierto
en
lobochn cuido a las
mujeres
11
Tarzanchito
si digo tarzanchito
no me sacan la pija
ni me tocan el culo
12
Diosanoparlament
o
soy
diosanoparlamento
porque
curo
al
parlamento, si digo
diosanoparlamento
trago los malos del
parlamento,
los
vomito y no estn
ms.
13
Azanola
Se llama a s mismo
Profesor Azanola
(antes no saba su
nombre).
431
432
14
Flayeo
si flayeo el anciano
est contento
Flash
15
433
A modo de epgrafe:
Acaso no es verdad que el lenguaje nos impone el ser y nos obliga como tal a admitir
que del ser nunca tenemos nada?
Realizar un breve recorte clnico sobre un joven de 18 aos que ingresa al hospital por
guardia llevado por la polica con orden judicial. Estaba en la Plaza Constitucin, muy
excitado, cometiendo agresiones a terceros y a s mismo con cadenas.
El desencadenamiento: vena de un boliche en donde haba mujeres que queran el
sexo, cuando llega de regreso a su casa discute con su madre que le dice: sos el nico
hombre de la casa.. sos malo de constitucin. Hecho que lo impulsa a salir de su
casa corriendo con las cadenas del portn hasta llegar a Plaza Constitucin en donde
pasa varias horas inmerso en la situacin que causa su internacin.
La presencia testigo: Los primeros 12 das: el paciente pasa todo el da en la cama, se
niega a levantarse para el aseo o comer. Duerme mucho. Se saca mocos y se los come,
se mete los dedos en las orejas y luego se los chupa, esputa sobe su mano chupndola
despus. Se masturba compulsivamente y luego se chupa el semen diciendo: comidita
de wacho, instalando un circuito reiterativo. Cuando se acerca a l personal femenino
dice: estas chicas molestan que no me jodan, gritan. Un analista, el Dr. xxiato, lo
visita varias veces al da.
Las primeras respuestas: Luego de 2 semanas, comienza a responder a la presencia del
analista con una frase clis: eso no se puede saber. Entre sus musitaciones, a veces se
logra entender, una serie reiterativa: boquita, pajita, caquita, boquita. (da 14 )
Intervencin: Lo que entre por la boca sale por el culo y se pierde, no entra de nuevo
por la boca.
Efecto: El analista como destinatario. Comienza a levantarse para buscar al analista,
instalando un recorrido desde la cama al consultorio. El analista le ofrece 3 horarios por
da, y le indica pautas referidas a esperar afuera si est ocupado. Durante las
entrevistas refiere varias voces masculinas, que hacen eco, murmullo, y algunas voces
434
435
436
DELIRIO
las voces de Dios
dicen que soy el
nuevo jesucristo y yo
lo soy
perro, agua,
pongo una mano en
energa
agua y la otra en el
radiograbador y
manejo una central
hidroelctrica que da
energa
puto te vamos a
mi padre me puso
matar
una emisora en la
cabeza, l me manda
por la emisora, yo me
convert en una
emisora-cerebro. Si
me voy lejos en el bus
la onda no llega,
ahora me convierto
en busombre..."
boludo pegale
mi padre me usa
para vengarse, me
usa las manos y las
cuerdas vocales,
perd el trabajo el
peronista no quiere
que trabaje
te voy a matar, malo malo porque no
de constitucin,
tengo padre
puto
NEOLOGISMO
gustacrito
USO
soy gustacristo
aguamante
ahora digo
aguamante y toda va
bien
busombre
me convierto en
busombre y no hace
falta que me vaya en
bus
ipu
maliato
las voces no me
joden, se van, si yo
digo ipu
soy maliato
437
10
militrado
Medical
me puse un cartel
con medical y no me
encuentran
Bocadaplatina
Elmeomesiameo
Lobochn
si me hago la
bocadaplatina soy
invisible
digo elmeomesiameo
y se salvan porque
ud. est conmigo
cuando me
convierto en
lobochn cuido a las
mujeres
438
11
12
13
tarzn puto,
escucha piar de
pjaros y aullidos de
perros.
Tarzanchito
Diosanoparlamento
Azanola
si digo tarzanchito
no me sacan la pija ni
me tocan el culo
soy
diosanoparlamento
porque curo al
parlamento, si digo
diosanoparlamento
trago los malos, los
vomito y no estn
ms
Se nombra a s
mismo Profesor
Azanola(en el inicio
no saba su nombre)
439
14
15
el anciano con
tnica me rob el
alma, me roba las
partes, me quita los
intestinos por el
ombligo, soy malo y
los malos tienen
marcas
son las brujas
extraterrestres, ellas
me hablan y me dan
poderes especiales
que me fueron
entregados por un
escritos chino a
travs de sus libros,
los extraterrestres
van a hacer otra
religin, la muerte
del perro fue un
signo
Flaye
si flaye el anciano
est contento
Etepe
yo soy el primer
etepe (e.t.p.)
440
VIII. NEOLOGA
ESTUDIO DE LA
ESTRUCTURA LXICA
EN LA POBLACION
TESTIGO
441
NEOLOGA
ESTUDIO DE LA ESTRUCTURA
LXICA DE LA POBLACIN
TESTIGO
La distincin que se establece entre neologa y neologismo est fundamentada en una
oposicin entre el proceso y el producto. Por consiguiente, la neologa estudia un
sistema, un conjunto de reglas y condiciones que contemplan la creacin, marcacin y
empleo de los neologismos, mientras que los neologismos son simplementes unidades
lxicas nuevas.
La neologa estudia el hecho lxico como tal, teniendo en cuenta que el sistema no
depende solamente de factores puramente lingsticos, sino que tambin intervienen
factores de naturaleza psicolgica y sociocultural.
442
NEOLOGISMO
militrado
medical
lobochn
flaye
COMPOSICIN
militar-trado
mdico-al
lobo-chn
flash-y(e)
NEOLOGISMO
COMPOSICIN
13
15
azanola
etepe
a-Zanola
invencin de una sigla homofnica a ETP
extra-terrestre-perro/persona
NEOLOGISMO
gustacristo
aguamante
busombre
maliato
bocadaplatina
elmeomesiameo
tarzanchito
diosanoparlamento
COMPOSICIN
gusta-cristo
agua-amante
bus-hombre
malo-ato
boca-platino
el meo-mesas
tarzn-chito/chita
dios-sanar-parlamento
NEOLOGISMO
COMPOSICIN
ipu
443
ANLISIS CUALITATIVO
PRIP
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
NEOLOGISMO
Gustacristo
Aguamante
Busombre
Ipu
Maliato
Militrado
Medical
Bocadaplatina
Elmeomesiameo
Lobochn
Tarzanchito
Diosanoparlamento
Azanola
Flayeo
Etepe
COMPOSICION
Dos bases
Dos bases
Dos bases
Alteracin de la base
Dos bases
Una base y un subfijo
Una base y un subfijo
Dos bases
Dos bases
Una base y un subfijo
Dos bases
Tres bases
Un prefijo y una base
Una base y un subfijo
Un prefijo y dos bases
444
ANLISIS CUANTITATIVO
Grupo
1
2
3
4
Pacientes
4
2
3
1
445
ANLISIS CUALITATIVO
NOMBRE
bus
tarzn
NOMBRE
hombre
chita
NEOLOGISMO
busohombre
tarzanchito
NOMBRE
el meo
NOMBRE
mesas
VERBO
mear
NEOLOGISMO
elmeomesiameo
VERBO
gustar
NOMBRE
cristo
NEOLOGISMO
gustacristo
NOMBRE
agua
militar
mdico
lobo
ADJETIVO
amante
trado
medicinal
chn
NEOLOGISMO
aguamante
militrado
medical
lobochn
446
NOMBRE
dios
NOMBRE
parlamento
ADJETIVO
sano
NEOLOGISMO
diosanoparlamento*
* en la serie: nombre-adjetivo-nombre
ADJETIVO
malo
bocada
NOMBRE
ato
platino
NEOLOGISMO
maliato
bocadaplatina
ADJETIVO
extra
NOMBRE
terrestre
NOMBRE
perro
NEOLOGISMO
etepe
PREFIJO a
a
NOMBRE
Zanola
NEOLOGISMO
Azanola
NOMBRE
Cipu
ALTERACION
quitar c inicial
NEOLOGISMO
ipu
447
ANLISIS CUANTITATIVO
Pacientes
TIPO
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
2
1
1
4
1
2
1
1
1
1
448
PRIP
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
NEOLOGISMO
Gustacristo
Aguamante
Busombre
Ipu
Maliato
Militrado
Medical
Bocadaplatina
Elmeomesiameo
Lobochn
Tarzanchito
Diosanoparlamento
Azanola
Flayeo
Etepe
COMPOSICION
1 Verbo + 1 nombre
1 Nombre + 1 adjetivo
2 nombres
Alteracin de nombre
1 Adjetivo + 1 nombre
1 Nombre + 1 adjetivo
1 Nombre + 1 adjetivo
1 Adjetivo + 1 nombre
2 nombres + 1 verbo
1 Nombre + 1 adjetivo
2 nombres
2 nombres + 1 adjetivo
Prefijo a + nombre
1 Nombre + 1 verbo
1 Adjetivo + dos nombres
449
Cuantificacin
CONSTITUYENTES
1 Verbo + 1 nombre
2 nombres
1 nombre + 1 verbo
1 nombre + 1 adjetivo
1 adjetivo + 1 nombre
Prefijo a + nombre
Alteracin de nombre (quitar una letra)
2 nombres + 1 verbo
2 nombres + 1 adjetivo
1 adjetivo + 2 nombres
Pacientes
1
2
1
4
2
1
1
1
1
1
450
PRIP
NEOLOGISMO
1
2
5
8
9
11
12
13
Gustacristo
Aguamante
Maliato
Bocadaplatina
Elmeomesiameo
Tarzanchito
Diosanoparlamento
Azanola
ELEMENTO DE LA
VOZ ALUCINAT.
Cristo
Agua
Malo
Boca
Men, mesa
Tarzn
Sanador
Zanola
451
PRIP
1
2
4*
5
6
7
8
DELIRIO
Las voces de Dios dicen que soy el nuevo
Cristo
Pongo una mano en agua de lluvia y la otra
en el radiograbador y manejo una central
hidroelctrica que da energa
Mi padre me puso una emisora en la cabeza,
l me manda por la emisora, yo me convert
en una emisora cerebro, si me voy lejos en el
bus la onda no llega
Mi padre me usa para vengarse, me usa las
manos y las cuerdas vocales, perd el trabajo
el peronista no quiere que trabaje
Malo porque no tengo padre
Me secuestraron, soy combatiente de la 2da.
Guerra mundial y toda mi informacin la
tengo codificada, soy militar del SIDE.
Los monjes de la secta me roban la gris, si
me escondo entre los mdicos no pueden
Me van a coser la boca porque soy detective
pero como me puedo hacer invisible con una
pasta de platino, me coso la boca con hilo de
platino para que no se vea
NEOLOGISMO
Gustacristo
Aguamante
Busombre
Ipu
Maliato
Militrado
Medical
Bocadaplatina
452
10
11
12
13
14*
15
Elmeomesiameo
Lobochn
Tarzanchito
Diosanoparlamento
Azanola
Flaye
Etepe
453
PRIP
1
3
5
6
8
10
12
13
14
15
PRIP
2
4
9
11
7
454
455
BIBLIOGRAFA
456
457
CONCLUSIONES
Para Freud el sueo constitua una de las vas reales de acceso al inconsciente, de horma
que para aprehender el delirio estuvo en principio inclinado a subrayar sus similitudes.
No obstante en 1911, el estudio de las Memorias de Schreber introdujo una primera
ruptura en la analoga, revelando al delirio como una tentativa de curacin. La
distincin se torna ms importante en 1915, en el artculo sobre El inconsciente y en
1917 en el Complemento metapsicolgico de la teora del sueo. Respecto a la
esquizofrenia, destaca que son las propias palabras en las cuales estaba expresado el
pensamiento preconsciente las que se convierten en objeto de elaboracin por el proceso
primario; en el sueo, no son las palabras sino las representaciones de cosas, a las
cuales las palabras han sido reconducidas. El sueo conoce una regresin tpica, la
esquizofrenia no; en el sueo, el comercio entre las cargas de palabra (pcs) y las cargas
de cosa (ics) es libre; lo que permanece caracterstico de la esquizofrenia, es que
dicho comercio est vedado110. A partir de ello surge una consecuencia de gran
importancia: la interpretacin analtica, que saca partido de la multivocidad de las
palabras e indica los puentes verbales que vinculan campos de materiales diferentes, no
podra resultar operativa con el esquizofrnico. Para este ltimo, las palabras estn
sometidas al proceso primario. Estn condensadas y transfieren sus cargas unas a otras,
sin resto, por desplazamiento; el proceso puede llegar tan lejos que una sola palabra,
apta para ello a causa de sus mltiples relaciones, asume la vicara de toda una cadena
de pensamientos, esa palabra se convierte en un neologismo111. Segn Freud, en su
tentativa de curacin encaminada a recuperar los objetos perdidos, el
esquizofrnico es conducido a tener que contentarse con las palabras en lugar de las
cosas112.
La primordial importancia de las perturbaciones verbales en las psicosis, esa tendencia
de las palabras a copular entre ellas, constituye un rasgo clnico esencial, subrayado
tanto por Freud como por Clrambault, Lacan y muchos otros psiquiatras antes que
ellos (Tanzi, Sglas, Sante de Sanctis, Cnac).
Desde 1896 hasta 1938, Freud nunca dej de considerar que el campo onrico de las
psicosis debe ser claramente diferenciado del de las parafrenias. Para Clrambault, el
fenmeno verbal que constituye el eco del pensamiento, caracteriza al automatismo
mental, y en cambio no se encuentra en el sueo. En la esquizofrenia el proceso
primario se apodera de las representaciones de palabras preconscientes.
La convergencia entre Freud y Clrambault orientar a Jacques Lacan en los aos 1950
a considerar que para el esquizofrnico todo lo simblico es real113 y resulta de ello
que no se encuentra en condiciones de protegerse contra lo real, y el trabajo de la
psicosis consiste principalmente en lograr recubrirse de lo real. Los fenmenos
elementales constituyen ese trabajo. Desde esta perspectiva, es posible sustituir la
nocin de proceso psictico por la de proceso de significacin. El psictico intenta,
110
Freud. S. 1917. Adicin metapsicolgica a la teora de los sueos. Obras completas. Tomo
XIV, pg. 221. Ob. Cit. Lo subrayado es nuestro.
111
Freud, S. 1915. Lo inconsciente. Obras completas. Tomo XIX, apartados V, VI y VII, pg.
183-200. Ob. Cit.
112
Maleval, Jean Claude. 1996. La lgica del delirio. Ediciones Del Serbal. Barcelona. Espaa.
1998.
113
Lacan, J. 19 Respuesta al comentario de Jean Hyppolite. Escritos. Ob. Cit.
458
cuando puede, crear condiciones como sujeto que le permitan encontrar la forma
de vivir en el lenguaje, y el neologismo es una de esas formas, y dentro de ellas un
hallazgo muy exitoso: funcionar como barrera al goce aniquilante de la pulsin de
muerte desenfrenada.
EL NEOLOGISMO:
ESQUIZOFRNICA
ACONDICIONAMIENTO
DE
LA
POSICION
Freud, S. 1900. La interpretacin de los sueos. Obras Completas. Tomo V. Ob. Cit.
Lacan, J. 1966. Prsentation de la traduction des Mmoires dun nvropathe. Chaiers pour
lanalyse, nm. 5. Ed. Seuil.Pars. 1970
115
459
116
460
hasta conferir a una palabra, apropiada para ello a causa de sus mltiples
relaciones, la representacin de toda la serie de ideas119.
La escuela francesa de psiquiatra, desde finales del siglo XIX, diferencia los
neologismos activos, que son el atributo de los delirios sistematizados, y los
neologismos pasivos, observados en la mana, la demencia, el delirium tremens, etc.
Segn Sglas, el neologismo activo constituye una palabra que fija el pensamiento
del delirante, a partir de entonces, ste ya no tiene nada por explicar, nada que
buscar, la palabra lo dice todo.120
De esta manera, el sujeto puede estar colmado por un significante. No cabe duda
que el concepto de neologismo esquizofrnico de Freud, cuya especificidad consiste
en asumir la funcin de toda una cadena de pensamientos, corresponde al
neologismos activo de la escuela francesa.
El trmino extrao que opera como plomada de la red121 para frenar la deriva del
significante, y para esforzarse en retener el goce deslocalizado se revela caracterstico.
No se trata necesariamente de una palabra nueva, se conocen neologimos semnticos
que llaman la atencin por la inusual inflexin del trmino o por su utilizacin
inapropiada.
La palabra neolgica est formada por apcopes segn hemos analizado en el captulo
III del siguiente modo:
NOMBRE
bus
tarzn
NOMBRE
hombre
chita
NEOLOGISMO
busohombre
tarzanchito
NOMBRE
el meo
NOMBRE
mesas
VERBO
mear
NEOLOGISMO
elmeomesiameo
119
461
PRIP
1
VERBO
gustar
NOMBRE
cristo
NEOLOGISMO
gustacristo
NOMBRE
agua
militar
mdico
lobo
ADJETIVO
amante
trado
medicinal
chn
NEOLOGISMO
aguamante
militrado
medical
lobochn
NOMBRE
dios
NOMBRE
parlamento
ADJETIVO
sano
NEOLOGISMO
diosanoparlamento*
* en la serie: nombre-adjetivo-nombre
ADJETIVO
malo
bocada
NOMBRE
ato
platino
NEOLOGISMO
maliato
bocadaplatina
ADJETIVO
extra
NOMBRE
terrestre
NOMBRE
perro
NEOLOGISMO
etepe
PREFIJO a
a
NOMBRE
Zanola
NEOLOGISMO
Azanola
PRIP
4
NOMBRE
Cipu
ALTERACION
quitar c inicial
NEOLOGISMO
ipu
Estos neologismos activos contienen un goce inefable, de manera que poseen una
necesidad que los vuelve insistentes y su caracterstica que les da especificidad consiste
en estar anclados en el propio seno del marco morfolgico sintctico de la lengua
materna.
CONCLUSIN:
Destacamos la importancia hallada respecto de la funcin del neologismo para la
produccin de una recomposicin de la subjetividad (simblico-imaginario-real) y el
efecto de pacificacin consecuente. Si bien la psiquiatra clsica ha destacado al
neologismo como alteracin del lenguaje en las psicosis, realizando una evaluacin en
trminos de dficit, desde el criterio psicoanaltico la investigacin llevada a cabo
posibilit verificar la funcin del neologismo con relacin a la recomposicin simblica
y sus consecuencias estabilizantes como factor de acondicionamiento de la posicin
esquizofrnica.
En el mensaje no exigen ningn esfuerzo al sujeto puesto que constituyen una
significacin que permanece irreductible a otra significacin, ya que la significacin
neolgica slo reenva a ella misma.
463
BIBLIOGRAFA GENERAL
464
NOTA:
Los textos de Sigmund Freud consultados pertenecen a la coleccin: Sigmund Freud.
Obras Completas. Traduccin Etcheverry. 1ra. edicin. Editorial Amorrortu. Bs.As.
1976
Los escritos de Jacques Lacan consultados pertenecen a la compilacin denominada:
ESCRITOS 1 Y 2. Traduccin de Toms Segovia revisada con la colaboracin del autor y
de Juan David Nasio; nuevamente revisada por Armando Surez quien tradujo los
ensayos no incluidos anteriormente. Primera edicin en francs, 1966, edition du seuil,
pars. Ttulo original: crits. .Primera edicin 1966. Decimotercera edicin en espaol
corregida y aumentada, 1985. Decimocuarta edicin en espaol segunda reimpresin,
Argentina 1988 siglo veintiuno editores, S.A.
465
CAPITULO I
ALUCINACIN Y DELIRIO EN LA ESQUIZOFRENIA.
REFERENCIAS PSICOPATOLGICAS
-
Ey, H., Bernard, P., Brisset, Ch., Tratado de Psiquiatra. Toray Masson,
Barcelona, 1978.
Ey, H., Claude, H., Evolucin de las ideas sobre alucinacin. Posicin actual del
problema (1932). Alucinar y Delirar, tomo II. Polemos, Bs. As., 1998.
CAPITULO II
ALUCINACIN Y DELIRIO EN LA ESQUIZOFRENIA.
REFERENCIAS EN LA TEORA DE SIGMUND FREUD
466
Freud, Sigmund.
Obras Completas. Editorial Amorrortu
Primera edicin en castellano. Traduccin: Etcheverry, con notas de James
Strachey. Buenos Aires, 1976
Manuscritos: H, K y N (1894-96)
Conferencia 26 (1916)
CAPITULO III
467
L O S S E M IN A R IO S
DE
J ACQUES LACAN
S EM IN A R IO 1. L O S E S C R ITO S T C N IC O S D E F R EU D
La traduccin ntegra pertenece a Rithee Cevasco y Vicente Mira
Pascual y la revisin a Diana Rabinovich con el acuerdo de JacquesAlain Miller
Sobre las Fuentes del Seminario: Versin completa de PAIDOS.
Clase 5: Introduccin y respuesta a una exposicin de Jean Hyppolite
sobre la Verneinung de Freud. 10 de febrero de 1954
Clase 6. Anlisis del discurso y anlisis del yo. 17 de febrero de 1954
Clase 8 El lobo! El lobo! 10 de marzo de 1954
S EM IN A R IO 2. E L Y O EN LA TE O R A D E F R E U D
La traduccin ntegra pertenece a Irene Agoff con revisin de Diana
Rabinovich y el acuerdo de Jacques-Alain Miller
Sobre las Fuentes del Seminario: Versin completa de PAIDOS.
Clase 9 Juego de Escrituras. 2 de febrero de 1955
Clase 12 Los aprietos de la regresin, 2 de marzo de 1955
Clase 14. El sueo de la in yeccin de Irma (segunda parte) 16 de
marzo de 1955
Clase 17. Preguntas al que ensea. 12 de Mayo de 1955
Clase 18. El deseo, la vida y la muerte. 19 de Mayo de 1955
S EM IN A R IO 3. L A S P S IC O S IS
La traduccin ntegra pertenece a Juan-Luis Delmont-Mauri y Diana
Rabinovich.
Sobre la fuente del Seminario: Versin completa de PAIDOS
Clase 1 Introduccin a la cuestin de las psicosis. 16 de Noviembre de
1955
Clase 2 La significacin del delirio. 23 de Noviembre de 1955
Clase 3. El Otro y la psicosis. 30 de Noviembre de 1955
Clase 4 Vengo del fiambrero 7 de Diciembre de 1955
Clase 5 De un Dios que no engaa y de uno que engaa. 14 de
Diciembre de 1955
Clase 6. El fenmeno psictico y su mecanismo. 11 de Enero de 1956
Clase 8 La frase simblica. 25 de Enero de 1956
Clase 9 Del sin-sentido y de la estructura de Dios. 1 de Febrero de
1956
Clase 10 Del significante en lo real y del milagro del alarido. 8 de
Febrero de 1956.
468
469
S EM IN A R IO 6 E L D ES EO Y S U I N TE R P R E TA C I N
Traduccin: Clases 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9: Adriana Calzetta, Hugo
Levn, Jaime Reises y Diana Weindichasky, con la colaboracin de
Adelfa Jozami. Escuela Freudiana de Buenos Aires
Clases 10, 11, 12, 13 y 14: Adriana Calzetta, Hugo Levn, Jaime
Reises y Diana Weindichask y. Escuela Freudiana de Buenos Aires
Clases 15 y 16: Adriana Calzetta, Hugo Levn, Jaime Reises y Diana
Weindichask y, con la colaboracin de Adelfa Jozami. Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Clases 17, 18, 19 y 20: Adriana Calzetta, Hugo Levn, Jaime Reises y
Diana Weindichask y. Escuela Freudiana de Buenos Aires
Sobre las Fuentes del Seminario: . Versin completa de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Clase 3 Del 26 de Noviembre de 1958
Clase 4 Del 3 de Diciembre de 1958
Clase 2 Placer y Realidad 25 de Noviembre de 1959
Clase 3 Una relectura del ENTWURF 2 de Diciembre de 1959
Clase 4 Das Ding 9 de Diciembre de 1959
Clase 10 Breves Comentarios al Margen 3 de Febrero de 1960
S EM IN A R IO 8 L A T R A N S FE R EN C IA
Traduccin: Clases 16 y 23/11/1960: Tola Pizarro y Susana Mizrah
Clases 30/11 y 7/12 de 1960: Catherine Meyer y Mara del Carmen
Meroni
Clases 14, 21/12/1960 y 11, 18/1/1961: Mnica Micchiutti, Silvia
Amigo y Haydee Heinrinch
Clases 25/1/61 y 1/2/61: Catherine Meyer y Silvia Amigo
Clases 8/2/61, 1/3/1961: Catherine Meyer y Gabriel Lombardi
Clases 8/31961:Catherine Meyer y Alberto Fernndez
Clases 15, 22/3/1961: Catherine Meyer y Haydee Heinrich
Clases 15, 24/5/1961: Catherine Meyer y Silvia Amigo
Clases 31/5/1961 y 7/6/1961: Catherine Meyer y Haydee Heinrich
Otros traductores y colaboradores: Judith Jamschon, Armando
Poratti, Ana Mara Gmez, Sergio Rocchietti, Ilda Levin, Jos
Zuberman, Isidoro Vegh, Hctor Rpolo, Vctor Iunger y Pablo
Kvalovsk y
Sobre las fuentes del Seminario: Versin completa de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires
Clase 18 El Smbolo 19 de Abril de 1961
Clase 22 Le Decir De Pense 17 De Mayo De 1961
S EM IN A R IO 11 L O S C U ATR O C O N C EP TO S F U N D A ME N TA LE S D E L
P S IC O A N L IS IS
Sobre las fuentes del Seminario: Versin Escuela Freudiana de la
Argentina
Traduccin: Versin comparada de Jorge Tarella para la Escuela
Freudiana de la Argentina
Clase 4 De la Red de Significantes 5 de Febrero de 1964
470
DE
J A C Q U ES L A C A N
E S C R ITO S 1 Y 2
471
DE
J E A N H Y P P O LI TE
S O B R E LA
V ER N E IN U N G
S ITU A C I N D E L P S IC O A N LIS IS Y F O R M A C I N D E L P S IC O A N A L I S TA E N
1956
D E U N A C U ES T I N P R E LIM IN A R A T O D O T R ATA M IE N TO P O S IB LE D E L A
P S IC O S IS
1. Hacia Freud
Este artculo contiene lo ms importante de lo que dimos en nuestro
seminario durante los, dos, primeros trimestres del ao de enseanza
1955-1956: queda pues excluido el tercero. Aparecido en Le
Pch ycoanal yse, Vol. 4.
IV. Por el lado de Schreber
E N M E MO R IA
DE
E R N S T J O N ES :
S O B R E S U T EO R A D E L S IMB O LIS MO
472
CAPITULO IV
ALUCINACIN Y DELIRIO EN LA ESQUIZOFRENIA
REFERENCIAS BIBLIOGRAFIAS EN AUTORES POSTLACANIANOS
ALUCINACIN VERBAL
DELIRIO
EZQUIZOFRENIA
473
CAPITULO V
EL OBJETO EN LAS PSICOSIS
474
Lacan, Jacques. Libro 3. Las psicosis. Clase del 8-2-56. Ed. Paids. Bs.As.
Lacan, Jacques. El envs del psicoanlisis. Clase del 3.6.70 y 10-6-70. Versin
indita, traduccin Escuela freudiana de Buenos Aires.
Lacan, J.: Le Sinthome. Clase 19/04/76. Versin indita traducida por E.F.B.A.
475
476