Enfermería en Desastres

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ENFERMERÍA EN DESASTRES - PLANIFICATIÓN, EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN (OTHERS - OTROS, 1985, 419 P.

(introduction...)
Colaboradores
Prólogo
Prefacio
1. Antecedentes y perspectiva histórica
2. Prioridades en la valoración rápida de las víctimas
3. Atención y selección en la escena del desastre
4. Toma de decisiones en una instalación en donde se atienden casos agudos
5. El paciente con traumatismos en el escenario del desastre
6. La mujer embarazada que sufrió traumatismos
7. Asistencia a las víctimas de radiación
8. Aspectos psicológicos de las situaciones de desastres
9. Establecimiento y manejo de un albergue*
10. Enfermería comunitaria durante un desastre
11. Diseño y desarrollo de programas de enseñanza para casos de desastre
12: Planificación de simulacros, de situaciones con saldo masivo de víctimas
13. Planificación contra desastres: Valoración y empleo de recursos comunitarios
14. Planificación para casos de desastres y otros aspectos administrativos en situaciones masivas
extremas
15. Implicaciones legales de la práctica asistencial en un desastre de grandes proporciones
Apéndice A: Manejo de materiales peligrosos en un desastre
Prólogo
Tanto los desastres naturales como los provocados por el hombre, constituyen una grave amenaza
para la salud y el bienestar de cualquier nación del mundo. Aquellos en peligro de sufrirlos están
adoptando medidas para mitigarlos y evitarlos. Sin embargo, las emergencias derivadas de la
catástrofe, cuyo volumen fácilmente excede la capacidad y los recursos de los sistemas de auxilio
médico, siguen representando un gran reto para los miembros de la profesión de enfermería. A
menos que las enfermeras participen en los preparativos y la planeación de medidas para casos de
desastre, este reto no puede enfrentarse. Las consecuencias de la falta de preparación son la
confusión y la improvisación inadecuada.
El suministro de servicios razonables de atención a las personas y comunidades afectadas por un
desastre es posible que requiera conocimientos y habilidades que generalmente no se enseñan en las
instituciones académicas. Este texto intenta cubrir tal deficiencia y proporcionar a las enfermeras
información práctica respecto a sus potenciales labores en una catástrofe. Podría ser un libro
excelente para los cursos de esta especialidad y una adquisición muy valiosa para la biblioteca
personal de una enfermera o para la del departamento de urgencias.
Con base en la perspectiva de los servicios de urgencia y asistenciales que se practican en los
Estados Unidos de América, los autores señalan problemas tan prácticos, como la valoración de las
víctimas, selección e identificación, el tratamiento de los heridos, y la atención social, psicológica y
mental de las personas afectadas. El material que se presenta en este texto puede ser de utilidad para
las enfermeras de diversos países, puesto que ella podrán adaptar sus sugerencias a las necesidades
del sistema asistencial en sus lugares de origen.
Otro punto que destacan los autores de este libro es la diferencia que priva entre los servicios
asistenciales que se practican en circunstancias normales, y los que se administran bajo la tensión de
una catástrofe, así como la importancia de la adaptación a la nueva situación y la flexibilidad en
condiciones difíciles. La obra incluye procedimientos prácticos descritos paso a paso para ayudar a
las enfermeras a prepararse para asistir en circunstancias de trabajo nuevas y algunas veces
amedrentadoras.
En razón de que cada calamidad es única, resulta poco práctico establecer re glas rígidas y
protocolos. A menos que las enfermeras estén realmente preparadas para cubrir las exigencias poco
comunes de la asistencia en desastres, se sentirían incómodas y no podrán dar lo mejor de sus
capacidades en una situación tal. Este trabajo ofrece guías prácticas para las enfermeras que quieren
prepararse para actuar de la mejor forma posible en momentos de emergencia.
Si los miembros del personal de enfermería son los que intervendrán de forma decisiva en la escena
de una calamidad, deberían recibir en las escuelas profesionales la enseñanza que las capacite para
afrontar este tipo de desastres, y practicar junto con los miembros de otras profesiones a fin de
aprender a realizar un esfuerzo en equipo verdaderamente eficaz en el momento de la tragedia. Este
texto facilita algunas ideas acerca de los aspectos prácticos de dichas necesidades, por lo que me
permito recomendarlo como una fuente muy valiosa de información.
Claude De Ville de Goyet
Director de Preparativos de Emergencias y Auxilio en Desastres
Organización Panamericana de la Salud

Prefacio
¡Desastre! La sola palabra despierta angustia en los corazones de muchas enfermeras. Algunas hasta
comentarán para si mismas "ojalá que ocurriera en cualquier otro sitio". Una razón de que exista este
temor radica en que la mayoría de las enfermeras, inclusive las especializadas en la atención de
emergencia, tienen poca confianza en su capacidad para actuar eficientemente en caso de tragedia.
Dicha falta de confianza se atribuye a que son pocas las que han recibido entrenamiento o educación
orientada a prepararlas para proporcionar una asistencia idónea en situaciones de desastre o en
calamidades que arrojen un saldo masivo de víctimas. El desastre agrega una dimensión
amedrentadora y abrumadora a la práctica asistencial, pero todavía la atención en estos casos no
constituye una especialidad clínica especifica sino que se la sigue considerando como una simple
extensión de la práctica cotidiana.
Los estudios hechos en grandes desastres han señalado que una mejor organización de la asistencia
de enfermería y médica habría evitado o aminorado el número de muertes y lesiones. Este texto
intenta ayudar a las enfermeras, en particular a las especializadas en situaciones de emergencia, a las
de salud pública y de otras ramas profesionales aptas para intervenir en la planificación y cuidados
necesarios en una situación de desastre, a mejorar sus conocimientos, su confianza y su experiencia,
en tanto se preparan para resolver las enormes dificultades que surgen en la escena de la tragedia.
A pesar de los progresos tecnológicos actuales operados en las áreas de la enfermería y la medicina,
las innumerables implicaciones de un desastre hacen que la tarea asistencial dependa principalmente
de los aspectos básicos. Un análisis de los problemas que suelen surgir en catástrofes o incidentes
que provocan saldos masivos de víctimas puede ayudar a la enfermera a prever las situaciones más
frecuentes en dichos casos. Ellas deben ampliar sus conocimientos en aspectos críticos, como la
valoración clínica rápida, la decisión de realizar una selección en la escena del desastre y en el
hospital, y el suministro de atención psicológica y de apoyo. Por medio de la enseñanza y la práctica
pueden mejorarse las habilidades especificas para ejercer liderazgo y capacidad de organizar, en caso
de catástrofe.
Espero que este libro permita a las enfermeras asumir una actitud positiva y tener confianza para
realizar la valoración y para brindar auxilio a las víctimas en muchas situaciones. El empleo de todas
las fases del proceso asistencial en relación con un desastre debe ser la meta definitiva de todo
miembro del personal de enfermería y de socorro.
Muchas personas, convencidas en mejorar la atención en caso de desastre han compartido con
nosotros sus ideas y entusiasmo y nos proporcionaron el apoyo y la convicción de que esto es
necesario. Por ejemplo, una evaluación de las necesidades nos sirvió para definir el contenido de esta
obra. Se solicitó a más de 250 enfermeras que nos sugieran el tipo de información que necesitaban
para actuar con mayor eficiencia en un desastre. Sus preocupaciones se enfocaron a 15 temas
importantes que incluimos como capítulos de este libro.
Steve, Michaela, y Alaina García han consultado este material en un proyecto de investigación del
programa de postgrado, desde sus inicios. Carmen Germaine Warner aportó los conocimientos y el
entusiasmo para lograr que esta idea cristalizara. La teniente coronel Judith L. Richtsmeier,
enfermera en jefe y el coronel Howard G. Wilcox, ex comandante del Hospital (General 328, Fuerte
Douglas, Utah, en colaboración con todas las enfermeras de la Reserva Militar, constituyeron una
fuente inagotable de nuevas ideas y tácticas.
También deseo expresar mi reconocimiento a La Delle Blust, por sus contribuciones respecto a las
consideraciones éticas en un desastre. John Papasodero y N. Jean Myers aportaron datos valiosos al
tema de accidentes producidos por materiales peligrosos. Dodie Rotherham colaboró en el capitulo
del manejo de albergues, la Sra. Jan Boller brindó utilísimas sugerencias acerca del contenido y la
Sra. Barbara Halliburton dedicó innumerables horas para proporcionarnos los comentarios y la
orientación editorial.
Extiendo mi aprecio más sincero a los autores participantes. Las frustraciones inevitables en este
proyecto se mitigaron en grado extraordinario gracias a su dedicación y contribuciones. La amistad
de cada uno de ellos significa mucho para mi. Mi agradecimiento a todos y cada uno de ellos.
Loretta Malm Carcia

1. Antecedentes y perspectiva histórica


Stephen B. Taggart, B.S., M.S., C.H.C.M.
Casi todos los días ocurren desastres en algún lugar de Estados Unidos de América y en cl resto del
mundo, los cuales amenazan innumerables vidas y causan daños en la propiedad. Nos enteramos de
ellos por los medios de comunicación: aviones que se estrellan, inundaciones, huracanes, tornados,
incendios, sismos, accidentes producidos por materiales peligrosos, sequías, hambrunas y guerras.
Del 1 de enero de 1971 al 3 de junio de 1980, distintos presidentes estadounidenses declararon como
desastres mayores a 326 sucesos de este tipo1. Además, acaecen innumerables calamidades
localizadas que no califican para una declaración presidencial, aunque algunas veces ocasionen el
mismo numero de víctimas o más, como el derrumbe de las escaleras exteriores de un hotel en
Kansas City, el 17 de julio de 1981, que no fue considerado de magnitud suficiente para que el
presidente de Estados Unidos lo estimara un desastre, no obstante que causó 113 muertos y 188
lesionados. El costo de tales desastres, en términos de vidas humanas, pocas veces es conocido en
toda su magnitud por quienes no los han sufrido personalmente (tabla 1-1).
Conforme ha aumentado la conciencia del público respecto a los desastres, también lo hicieron las
exigencias relativas a adoptar mejores prácticas de atención. La meta del auxilio médico en una
tragedia es evitar o minimizar la muerte, las lesiones, el sufrimiento y la destrucción. Muchas
personas y entidades intervienen en este esfuerzo: organizaciones de atención para situaciones de
desastre en los niveles local, estatal y federal; corporaciones privadas de auxilio; departamentos de
bomberos y de policía; personal médico y de enfermería; líderes políticos y también administradores,
abogados, ingenieros, meteorólogos, geólogos, sociólogos y voluntarios. Debido a que la atención en
un desastre constituye una labor interdisciplinaria, todas las personas que participan deben conocer
sus responsabilidades y papeles respectivos. El propósito del presente capitulo es proporcionar
algunas de las definiciones generales relacionadas con los desastres; tratar acerca de los distintos
tipos de catástrofes y los agentes que los causan; señalar las fases de una tragedia y mostrar la
manera en que se relacionan con el auxilio y la atención; examinar la intervención histórica cada vez
mayor de las enfermeras; y la forma como deben prepararse para casos de desastre; y, finalmente,
ventilar los problemas comunes que conlleva el suministro del auxilio médico en dichos sucesos.
Definiciones
Desastre
La Cruz Roja ha definido el término desastre como: "un incidente de la magnitud de un huracán, un
tornado, una tormenta, una inundación, una marea alta, una marejada, un sismo, una sequía, una
ventisca, una peste, una hambruna, un incendio, una explosión, el derrumbe de edificios, el
hundimiento de algún medio de transporte o cualquier otra situación que provoque sufrimiento
humano o genere necesidades que las víctimas no puedan cubrir sin auxilio"2. En este texto, la
palabra desastre se utiliza para denotar cualquier acaecimiento que ocasione destrucción y
sufrimiento e imponga demandas que vayan más alla de las capacidades de la comunidad para
satisfacerlas de la forma normal o acostumbrada.
TABLA 1 - 1 Desastres recientes
Localización Fecha Tipo Número de Número de
muertos heridos
San Diego, Calif. Septiembre 25 de Choque de 2 aviones en pleno 144 16
1978 vuelo
Monte Sta. Elena, Mayo 18 de 1980 Erupción volcánica 85 se desconoce
Wash.
Las Vegas, Nev. Noviembre 21 de Incendio del hotel MGM 84 700
1980
Cocoa Beach, Fla. Marzo 21 de 1981 Derrumbe de un condominio 11 22
Kansas City, Mo. Julio 17 de 1981 Derrumbe del hotel Hiat Regency 113 188
Washington, D. C. Enero 13 de 1982 Colisiones de aviones y de trenes 81 27
subterráneos
Estes Park, Colo. Julio 15 de 1982 Colapso de la presa del Lago 4 se desconoce
Lawn
Biloxi, Miss. Noviembre 8 de Incendio en la cárcel del Condado 29 59
1982 Harrison
Oklahoma City, Abril 6 de 1983 Explosión de gas natural 0 7
Okla.
Coalinga, Calif. Mayo 2 de 1983 Terremoto 0 47
Galveston, Tex. Agosto 18 de 1983 Huracán Alicia 17 3000 +
Buffalo, N. Y. Diciembre 27 de Explosión de gas propano 6 70±
1983
Cd. de México, Noviembre 19 de Explosión de gas natural 350 2000
Méx. 1984
Bhopal, India Diciembre 3 de Fuga de productos químicos 2 500 150000
1984 tóxicos

Fuente: Biblioteca del Centro de Capacitación para Emergencias en el Nivel Nacional, Emmitsburg,
Md.
Un suceso no necesita causar muertes o lesiones para ser clasificado como desastre. Por ejemplo, una
inundación puede amenazar innumerables vidas, causar una destrucción muy extensa de propiedades
y generar dificultades económicas y, sin embargo, no cobrar víctimas.
Incidente con Saldo Masivo de Víctimas
Alexander M. Butman define a los incidentes con saldo masivo de víctimas (ISMV) de la manera
siguiente: "desastres que surgen en un sitio, cuando en las comunidades o poblaciones vecinas no se
han sucedido hechos similares o relacionados con el mismo"3. En otras palabras, un ISMV ocurre si
el número de víctimas, es decir, lesionados o muertos en un sitio dado, excede las capacidades de los
servicios médicos de emergencia en la localidad.
Un desastre puede suceder sin que haya incidentes con saldo masivo de víctimas, sin embargo, por
definición, cuando se presenta un ISMV, éste se considera un desastre.
Desastre mayor
En Estados Unidos de América, el Acta de Auxilio en Casos de Desastre de 1974, Ley Pública 93-
288, define a un desastre mayor, así:
Cualquier huracán, tornado, tempestad, inundación, marea alta, marejada, tsunami, sismo,
erupción volcánica, deslizamiento de tierra o de lodo, tormenta de nieve, sequía, incendio,
explosión u otra catástrofe en cualquier parte de Estados Unidos, el cual, en la determinación
del presidente, cause daños de gravedad y magnitud suficientes como para justificar el auxilio
para casos de desastre, de los servicios de emergencia por parte del gobierno federal, para
complementar los esfuerzos y recursos disponibles de los estados, gobiernos locales y
organizaciones de auxilio privado, a efecto de aliviar los daños, las pérdidas, las dificultades
o el sufrimiento causados por la catástrofe.4
Emergencia
La Organización Federal Estadounidense de Atención Para Casos de Emergencias, define una
emergencia como "cualquiera de los varios tipos de catástrofes incluidas en la definición de 'desastre
mayor' que requieran de auxilio de emergencia de las autoridades federales para complementar los
esfuerzos en los niveles estatal y local por salvar vidas y proteger las propiedades, la salud pública y
la seguridad o prevenir o aminorar el peligro de un desastre".4
Tipos de desastres
Los desastres se dividen generalmente, de acuerdo a sus causas, en dos categorías: los naturales y los
provocados por el hombre.
Los desastres naturales incluyen los tipos siguientes:
 desastres meteorológicos: ciclones, tifones, huracanes, tornados, granizadas, tormentas de
nieve y sequías
 desastres topográficos: deslizamientos de tierra, avalanchas, deslizamientos de lodo e
inundaciones
 desastres que se originan en planos subterráneos: sismos, erupciones volcánicas y tsunamis
(olas nacidas de sismos oceánicos)
 desastres biológicos: epidemias de enfermedades contagiosas y plagas de insectos
(langostas)
Los desastres provocados por el hombre incluyen:
 guerras: guerras convencionales (bombardeo, bloqueo y sitio) y guerras no convencionales
(con armas nucleares, químicas y biológicas)
 desastres civiles: motines y manifestaciones públicas
 accidentes: en transportes (aviones, camiones, automóviles, trenes y barcos); colapso de
estructuras (edificios, puentes, presas, minas y otras); explosiones; incendios; químicos
(desechos tóxicos y contaminación); y biológicos (de salubridad)
La clasificación anterior no pretende ser totalmente completa, tiene sus limitaciones. La diferencia
entre los desastres naturales y los provocados por el hombre, no siempre queda clara (así, un sismo
puede hacer que se derrumben edificios y una inundación puede provenir de la falla de una presa);
además, este resumen no refleja la reacción en cadena ni los efectos acumulativos que a veces surgen
en un desastre mayor.
Skeet nos ha proporcionado un ejemplo de los efectos acumulativos de un desastre mayor ocurrido
en noviembre de 1970, cuando un ciclón, seguido de una enorme marejada, abatió la porción oriental
de Pakistán en la costa de la bahía de Bengala.5 El impacto de la marejada y la inundación
subsecuente produjeron una grave destrucción. Murieron unas 500 000 personas, la mayor parte del
ganado se ahogó, se destruyeron las cosechas, se deterioró el suelo, y las fuentes de suministro de
agua quedaron contaminadas.
Las exigencias impuestas a la sociedad pakistaní como resultado del desastre, surgieron en un
momento en que habla un extraordinario descontento en el país, debido a las influencias políticas,
económicas y administrativas que en ese territorio ejercía la porción occidental de Pakistán. Los
disturbios civiles que siguieron a la declaración del nuevo Estado de Bangladesh, en marzo de 1971,
obligaron a unos 10 millones de personas a emigrar hacia la India, principalmente alrededor de
Calcula, en donde recibieron alimentación y albergue en campamentos coordinados por diversas
organizaciones de voluntarios. La sobrepoblación y las pobres condiciones de salubridad ocasionaron
brotes de cólera, lo cual se sumó a los demás problemas.
Conforme empeoraron los disturbios civiles en Bangladesh, la administración se tornó ineficaz, la
economía casi se desplomó y las comunicaciones se dificultaron. Los factores anteriores y las pocas
lluvias de monzón hicieron que la hambruna se propagara por todo el país.
Las operaciones de auxilio para ayudar a las víctimas del ciclón se interrumpieron temporalmente en
diciembre de 1971, cuando el gobierno de la India envió su ejército a Bangladesh para apoyar a los
que luchaban por la libertad local. La guerra fue sangrienta e intensamente destructiva, produciendo
un número muy alto de heridos que requerían de cirugía, así como la destrucción de carreteras,
puentes y líneas férreas estratégicas. La guerra también dejó otro problema grave: unas 750 000
personas no bengalíes que habían estado a lado de la antigua administración de Pakistán Occidental,
necesitaban urgentemente alimentos, albergue y ropas.
Los efectos combinados del desastre y la guerra, de noviembre de 1970 a enero de 1972, han
afectado a toda la población de Bangladesh, unos 75 millones de personas. Más tarde, diversos
gobiernos, organismos de las Naciones Unidas, la Cruz Roja Internacional y otras organizaciones
montaron una de las operaciones de socorro más grandes desde la Segunda Guerra Mundial.
Dimensiones de los agentes de desastre
Los agentes de desastre poseen características diferentes. El conocimiento de tales diferencias es útil
para las maniobras de asistencia, porque sensibiliza a los participantes respecto de las posibles
variables que deben tenerse en consideración al desarrollar los programas de auxilio.
Dynes et al. explican que:6
En primer lugar, los agentes de desastre varían en su previsibilidad. Así, una explosión o un
terremoto son mucho menos previsibles que una inundación, la cual es desencadenada por
una serie de factores que pueden medirse con mayor precisión. De hecho, por algunos
fenómenos meteorológicos, en algunas localidades es posible conocer las probabilidades
aproximadas de que un agente específico afecte un área determinada. Por ejemplo, se han
calculado las probabilidades de vientos huracanados en algunas ciudades de Florida en un
año en particular. De manera que las probabilidades de que surjan dichos vientos son de 1 en
cada 50 para Jacksonville, 1 en cada 20 para Tampa-St. Petersburgo y 1 en cada 7 para
Miami.
Un agente de desastre también varia en terminos de su frecuencia. A pesar de que las calamidades
naturales son relativamente raras, existen algunos sitios que muestran una mayor predisposición a
ellas. Para ilustrarlo, algunas zonas del valle de Ohio son mas propensas a inundaciones, otras como
el Medio Oeste, a tornados, y la costa del Golfo de México menudo corre el peligro de enfrentarse a
huracanes. Por todo lo señalado, existen condiciones geográficas, climatológicas y de otra clase que
conllevan la posibilidad de algunos tipos de desastre en particular y representan una amenaza
constante. Nuevamente, pueden obtenerse algunas cifras aproximadas de la frecuencia con que
aparecen algunos agentes de desabres. De este modo, el Servicio Estadounidense de Climatología no
sólo ha calculado las incidencias de tornados mensuales (en mayo ocurren con mayor frecuencia);
por estados (Texas es el estado más propenso), y por milla cuadrada (Oklahoma tiene la cifra más
alta en este sentido) sino que también las calculó en términos de peligro, teniendo en cuenta la
elevada incidencia de tornados y la concentración de la población (Massachusetts con una cifra de
347, Connectitcut, 150, y Nueva Jersey con 136 son los tres estados en que ocurren con mayor
frecuencia tales desastres.
Un tercer factor por considerar es la medida en que se puede controlar un agente de desastre. En
algunas situaciones es posible la intervención y el control que aminoren el impacto potencial del
agente funesto. De esa suerte, con frecuencia pueden preveerse las inundaciones y evitarse, al menos
parcialmente, en tanto que otros desastres, como terremotos y tsunamis (llamados también
marejadas) no permiten tal ventaja. Por ejemplo, en los primeros meses de 1971, el Servicio
Meteorológico Estadounidense predijo graves inundaciones por deshielos en la porción superior del
Medio Oeste y en algunas otras áreas de los Estados Unidos; sin embargo, como consecuencia de las
medidas eficaces contra las inundaciones, adoptadas por el Cuerpo de Ingenieros y también por el
recalentamiento lento con poca o casi nula precipitación, tal fenómeno no produjo daños apreciables
en la porción alta del Medio Oeste, el Noroeste y Alaska.
Los tres factores siguientes guardan relación con el tiempo pero no deben confundirse. Los agentes
de desastres difieren en su rapidez de inicio de acción; por ejemplo, en los tornados y las
inundaciones súbitas el impacto es repetino, en el caso de otras inundaciones, suele ser gradual.
También, algunos agentes, como los terremotos, pueden golpear repetitivamente a una zona en
cuestión de horas. El intervalo de "espera'' es el periodo que media entre los primeros signos
premonitorios y el impacto real. Los tsunamis o marejadas generados por un terremoto oceánico,
ilustran la diferencia entre los dos factores cronológicos mencionados arriba. El intervalo de "espera"
del tsunami puede ser de varias horas, sin embargo, una vez iniciado, la velocidad real de su asalto es
muy grande. Los desastres también difieren en su duración de impacto. Así, un tornado afecta un
área solo por unos cuantos minutos, pero el impacto de una inundación puede persistir durante varios
días. La peor combinación que se puede dar en relación con el tiempo, desde el punto de vista de
daños potenciales, es el caso de un agente de comienzo rápido, que no da señales premonitorias y
que dura largo tiempo. El ejemplo que mejor se adapta a tal definición es el del terremoto con
potentes "ondas de choque" posteriores.
Las características finales de diferenciación de los agentes de desastres son magnitud e intensidad
del impacto. La magnitud de éste es esencialmente una dimensión de espacio geográfico y social. Un
desastre puede concentrarse en un área pequeña, afectar pocas personas o dispersarse en grandes
zonas y afectar a un número importante de ellas. La intensidad del impacto refleja la posibilidad de
que un desastre cause lesiones, muertes y daños a la propiedad. Los dos factores recién señalados
deben distinguirse claramente. Por ejemplo, una explosión, no obstante que es altamente destructiva,
puede afectar únicamente a un área geográfica limitada, en tanto que una inundación puede tener
menor intensidad, pero afectar una zona geográfica amplia y también a muchas personas. Por
supuesto, ello tiene importantes consecuencias en el grado en que perturba los asuntos comunitarios.
Un desastre muy destructivo empero localizado, a pesar de ser trágico, puede tener tan sólo mínimas
consecuencias para la comunidad en su totalidad. Por el contrario, una catástrofe difusa pero menos
devastadora, puede causar enormes perturbaciones en la vida diaria de una comunidad.
Es importante señalar que las dimensiones de espacio o tiempo constituyen todas estas características
del impacto de un desastre, y que tales dimensiones suelen ser de suma importancia en términos de la
magnitud real de los daños que causa la catástrofe. Por ejemplo, si existen grandes concentraciones
de personas en el área de impacto a cierta hora del día (es decir, la de mayor afluencia de tráfico),
ello tendría consecuencias importantes en la intensidad y magnitud del impacto. Si media un lapso
notable entre las señales de aviso y el impacto, ello permite que se pongan en marcha medidas
preventivas.
Debe destacarse también que con el empleo de las características mencionadas, el observador puede
diferenciar los agentes de desastre, de diversas formas. De manera que una explosión suele ser
impredecible, tiene un comienzo rápido y pocas señales de aviso, dura poco tiempo y su impacto es
destructivo, pero muy localizado. Por otro lado, una inundación es posible predecirla, posee un
impacto gradual con señales de aviso considerables y, por lo general, dura largo tiempo y su
magnitud es difusa.
Fases de los desastres
Los desastres pueden dividirse cronológicamente en cinco fases: 1) preparación previa al desastre; 2)
fase de predicción; 3) impacto; 4) emergencia; 5) recuperación (tabla 12). Esta organización
cronológica mencionada es útil porque permite contar con un esquema mediante el cual se pueden
crear planes para cuando ocurra el desastre, asignar tareas y responsabilidades, y establecer
prioridades de las actividades, en una secuencia lógica. Incluimos una amplificación de cada fase
para proporcionar ejemplos de los tipos de actividades que deben realizarse. Tratamos de que las
actividades enlistadas sean generales por naturaleza y no abarcan todos los aspectos de un desastre.
También, en muchos casos, dos o mas fases pueden juntarse (por ejemplo, los preparativos previos a
un desastre y la fase de advertencia); algunas veces no ocurre una de las fases (fase de advertencia).
Preparación previa al desastre
La fase anterior al acaecimiento de un desastre tiene gran importancia porque más que cualquier otra,
es la que determinará el impacto que aquel producirá en la comunidad. Durante dicha fase, la
comunidad emprende la tarea de evaluar su "potencialidad de desastre" al llevar a cabo riesgosas
investigaciones geológicas y arriesgadas valoraciones de tormentas graves, accidentes con materiales
peligrosos, accidentes de transportes, incendios y otros incidentes más. La comunidad puede
establecer reglamentos del uso de la tierra o de la demarcación de zonas, y adoptar códigos y otras
normasen un esfuerzo por evitar o mitigar los efectos de la catástrofe. De este modo, se crea un plan
eficaz contra desastres, se distribuye, se prueba en un simulacro, se revisa, se perfecciona y se
mantiene actualizado. Las diversas organizaciones que prestan auxilio en casos de desastres (por
ejemplo: bomberos, policía, servicios médicos de emergencia, servicios sociales e instalaciones
públicas) se reúnen sobre bases regulares bajo la dirección de las autoridades de defensa civil de la
localidad, para coordinar la planificación y preparación de actividades. Se facilita el equipo y los
materiales esenciales para satisfacer las necesidades de auxilio en los posibles desastres potenciales.
En ellos se incluyen materiales médicos de urgencia adicionales, equipo de comunicación y de
rescate, y generadores de corriente eléctrica para casos de emergencia. A todas las organizaciones de
socorro, se les da el adiestramiento necesario en casos de desastre para familiarizarlas con los planes
contra esas calamidades, así como sus obligaciones y responsabilidades, y las nuevas tareas o
necesidades generadas por el desastre. Una parte importante de los preparativos a realizar antes de un
desastre, es orientar al público para alentar una preparación individual.
Sin embargo, innumerables organizaciones y comunidades fracasan al no aprovechar en toda su
magnitud este periodo previo a la catástrofe. Con frecuencia, no es hasta después de que ocurre el
desastre, cuando todos los recursos de la comunidad se destinan al inicio de las actividades
preparatorias contra el siguiente desastre.
Fase de advertencia
La fase de advertencia es el periodo que media desde la primera señal de peligro hasta el momento
de acaecimiento del desastre. A pesar de que algunas calamidades, como explosiones, terremotos y
accidentes de transporte no dejan ver ninguna señal de advertencia, o si la dan es pequeña, otros
desastres ocurren con alguna señal previa de peligro. Con la ayuda de los satélites y las redes de
estaciones meteorológicas, es posible predecir innumerables desastres meteorológicos, por ejemplo,
huracanes, tornados, tormentas invernales graves, ondas de calor y sequías. Además, es posible
predecir situaciones que pueden generar avalanchas y deslizamientos de tierra. En estas situaciones
la advertencia puede ser el aspecto más importante para que la pérdida de vidas sea mínima y se
mitiguen los daños. Es importante que una comunidad esté perfectamente bien informada acerca de
la posibilidad de que ocurra un desastre, su intensidad, duración y magnitud.
TABLA 1 - 2 Cinco Fases de la Actividad en Casos de Desastres

Fases Actividades
Preparación previa Preparación de los recursos en el nivel gubernamental, ambiental, técnico y económico
al desastre para cubrir las necesidades de un desastre
Actividades de prevención y actividades de mitigación
Planificación y coordinación para casos de desastre entre los grupos de respuesta
Educación comunitaria
Entrenamiento y simulacros de desastres Obtención de equipo y material (suministros
médicos, equipo de comunicación, generadores de energía para situaciones de
emergencia, bolsas de arena, bombas, etc.)
Fase de advertencia Mayor adecuación, activación del programa para casos de desastre y establecimiento del
centro de operaciones de emergencia (COE)
Advertencia a la población
Advertencia a los hospitales
Evacuación/protección " local "
Preparativos previos al impacto
Fase del impacto Soportar el impacto
Emergencia Valoración de organizaciones que brindan asesoría relacionada con la respuesta en caso
de un desastre
Aislamiento Activación del plan para casos de desastre/establecimiento del COE, de no haberse
realizado ya.
Mitigación de los daños o las lesiones posteriores
Recabar ayuda adicional o mutua
Preparativos para las actividades de búsqueda y rescate de las víctimas
Operación de los planes de hospitales para casos de desastre
Rescate Establecimiento de puesto de mando
Evaluación
Búsqueda y rescate
Selección, establecimiento de puntos para reunir a los pacientes Establecimiento de rutas
de vehículos de emergencia/transporte de pacientes
Remedio Llegada de auxilio organizado
Relevo de socorristas por parte de grupos provenientes de las zonas no afectadas
Llegada de material y equipo de auxilio adicionales
Cuidado de los muertos
Provisión de alimentos de urgencia, albergues y ropas
Atención a las medidas sanitarias y otros aspectos de salud publica
Recuperación Restauración de servicios comunitarios esenciales
Restablecimiento del orden comunitario
Satisfacer las necesidades de bienestar de las víctimas
Reparación de los daños en la comunidad
Valoración continua de los daños y obtención de ayuda local, estatal y federal.
Inicio de las medidas preventivas

Fuente: Adaptado con autorización de Dynes, RR: Comportamiento organizado en casos de


desastre. Lexington, Mass., Libros Lexington Books, 1970, p. 56.
La advertencia incluye la detección y anticipación del acontecimiento de un desastre y la difusión de
esta información y los datos concernientes a las medidas de protección y mitigamiento adoptadas por
la comunidad. Es durante la fase de advertencia que se ponen en marcha los programas para
situación de desastre, se establecen centros de operación de emergencia, y se evacúa el área afectada
o se le brinda protección dentro de la misma. Obviamente, es esencial contar con un sistema de
comunicaciones eficaz. Los preparativos finales se hacen anticipándose a la fase de impacto.
Durante esta fase pueden surgir algunos problemas. En primer lugar, muchos desastres no permiten
la difusión de la información vital porque los sistemas de comunicaciones son inadecuados o porque
no se cuenta con tiempo suficiente. En segundo lugar, cuando es posible poner sobreaviso a la
comunidad, ésta debe reconocer la amenaza como legitima y grave. En tercer lugar, las frecuentes
falsas alarmas pueden deteriorar gravemente la respuesta futura a las señales de advertencia de
peligros reales.
Impacto
El impacto es la fase en que en realidad acaece el desastre y en la cual es poco lo que puede hacerse
para mitigar los daños o para incrementar el número de sobrevivientes. Es esencialmente un periodo
en que hay que soportar los efectos de la catástrofe y "mantenerse firme". La fase de impacto puede
durar desde unos cuantos segundos o minutos (terremotos, choques de aviones o explosiones) hasta
algunos días o semanas (inundaciones y ondas cálidas) e incluso meses (sequías y epidemias). Las
personas que se encuentran dentro de un área de desastre quizá no capten en su totalidad la magnitud
del hecho. De manera semejante, las comunidades vecinas con las que se cuenta para dar asistencia,
acaso tambien desconozcan su magnitud. Es esencial realizar una valoración preliminar de los daños
durante la fase de impacto (si es posible) o inmediatamente después, para determinar las prioridades,
necesidades y limitaciones de la respuesta de emergencia.
Emergencia
La fase de emergencia comienza al finalizar el impacto y persiste hasta que ha pasado el peligro
inmediato de destrucción adicional, en ese momento se organiza la comunidad para realizar las
labores de restablecimiento y rehabilitación. La fase de emergencia puede dividirse en tres partes: 1)
aislamiento, 2) rescate, 3) remedio.
El periodo de aislamiento es el intervalo en el que se requiere de acciones inmediatas de mitigación
para evitar más pérdidas de vidas. Tales maniobras que ocurren al mismo tiempo en que el primer
grupo de personal de socorro acude a la zona del desastre, incluyen una valoración preliminar de los
heridos; incendios, rotura de las líneas de gas, agua y energía eléctrica; bloqueo de vías férreas y
daño en los equipos y servicios esenciales. Se ponen en operación los programas para situación de
desastre y se establece el centro de operaciones de emergencia (si no se hizo durante la fase de
advertencia).
Es probable que las reacciones de las comunidades y organizaciones sin experiencia ni preparación
previa en desastres sean apresuradas, faltas de coordinación e improductivas. Se concentran en la
rapidez y no en la adecuación de su respuesta de socorro.
El periodo de rescate comienza cuando tos primeros sobrevivientes aplican, precisamente, los
primeros auxilios a las víctimas, en especial a los propios miembros de su familia. Continúa con la
llegada de la primera organización de socorro local, el establecimiento de un puesto de mando y la
convergencia de otras entidades de rescate tanto locales como de poblados vecinos.
El número de víctimas rescatadas vivas y el hecho de que se les haya seleccionado y atendido
adecuadamente, dependen de la preparación, organización y entrenamiento previos de las
comunidades.
El periodo de remedio de la fase de emergencia comienza con el establecimiento de las operaciones
de auxilio organizadas con personal profesional y con voluntarios. La confusión del periodo de
rescate disminuye conforme se pone en marcha el periodo de remedio. De este modo, se brindan
auxilios medicas, ropas, alimento y albergue, supervisados por profesionales. Hay movimiento de las
víctimas dirigido hacia los hospitales. Se establecen las instalaciones de la morgue y se inicia la
búsqueda coordinada y las actividades de reunión. Se llevan a cabo maniobras definitivas de
mitigación destinadas a evitar lesiones y daños posteriores y comienza a prestarse atención a las
medidas sanitarias y a otros aspectos de la salud pública.
Recuperación
La recuperación comienza durante la fase de emergencia y termina poco a poco, al reanudarse las
funciones y el orden normales de la comunidad. Para las personas que se encuentran en el área del
impacto, la recuperación es un proceso de reajuste que les lleva mucho tiempo (quizá les lleve toda la
vida) y posiblemente se necesite ayuda para satisfacer las demandas de bienestar. Se llevarán al cabo
las actividades de reparación y reconstrucción permanentes de las propiedades dañadas, la nueva
siembra de cultivos y la restauración de todos los servicios públicos.
Papel tradicional de las enfermeras en casos de desastre
Un punto importante por recordar en la atención de las situaciones de desastre es que la eficiencia de
las personas o los grupos que responden ante la catástrofe, no sólo depende de la manera en que
desempeñen sus responsabilidades, sino también de qué tanto les permitan a otros desempeñar las
suyas. La enfermería es especializada y por ello enfermeras de diferentes tipos y niveles aportan sus
habilidades en la escena del desastre. Este hecho, que a menudo no se reconoce desde fuera de la
profesión asistencial, debería comprenderse mejor. La mayoría de las personas suponen que toda
enfermera sabe hacer cualquier cosa que se refiere a su profesión; sin embargo, también es válido en
la enfermería el principio de utilizar a las personas en funciones que se encuentran más
estrechamente asociadas con su trabajo diario.7
Más aún, la intervención de una enfermera en un desastre puede depender del sitio en que ella se
encuentre en el momento del impacto; por ejemplo una enfermera de urgencias, obviamente,
desempeña tareas vitales en el hospital. Si ocurre que ella se encuentra cerca de la zona del impacto,
podrá contribuir en mayor grado al auxiliar en la evacuación, rescate y administración de los
primeros auxilios, hasta que se satisfagan las necesidades inmediatas de la situación. En ese
momento, la enfermera puede decidir si vuelve a sus labores en el departamento de urgencias del
hospital, en otras palabras, depende de cada enfermera decidir dentro del conjunto de circunstancias
que vive en particular, el sitio en donde puede servir mejor a la comunidad. Sin embargo, para fines
de planificación y preparación en caso de desastres, es más sencillo dividir a las enfermeras en
categorías basándose en el hecho de que trabajen dentro de un hospital o en un medio ajeno a él.
Enfermeras que no laboran en un hospital
Entre las enfermeras de esta categoría suelen incluirse a las de algunas instituciones educativas
privadas, educadoras de enfermería, enfermeras industriales y de salud ocupacional, investigadoras,
enfermeras consultoras, enfermeras en salud pública, administradoras y miembros de diversas
organizaciones de voluntarias.
Uno de los papeles más importantes de todas las enfermeras en salud pública y educadoras en
enfermería, es la de orientar al público en relación con los principios de preparación personal y la
atención de víctimas. La dirección de este programa debe ser responsabilidad de la enfermera en
salud pública y ella debe saber de algunas de las enfermeras inactivas en la comunidad y de esta
manera podrá llamarlas para que auxilien en este esfuerzo común (véase el capitulo 10 para una
información específica respecto de la intervención de enfermeras que no laboran en un hospital).
Enfermeras de hospital
Para las enfermeras de hospital existen generalmente dos áreas que las relacionan con el manejo de
una situación de desastre: 1) el desastre interno (como un incendio dentro de la misma institución u
otra calamidad) que afecta físicamente la capacidad del nosocomio para actuar; 2) el desastre externo
o de la comunidad (por ejemplo, el choque de un autobús) que impone grandes demandas a los
recursos del hospital. Este tipo de enfermera debe intervenir en la creación de los programas en caso
de desastres internos y externos.
Las enfermeras pueden ayudar en la prevención de desastres internos del hospital si están
perfectamente instruidas en lo relacionado con los planes de urgencia y los códigos de incendios y
seguridad, así como al cerciorarse de que se corrijan inmediatamente los riesgos existentes dentro del
nosocomio. En caso de que se presenten desastres externos, la tarea de mayor importancia de una
enfermera hospitalaria es asegurarse de que el nosocomio cuente con un plan adecuado para
situaciones de desastre, y conocer en detalle cual será su papel en él. La meta de brindar la mejor
asistencia posible a los pacientes puede lograrse sólo si se disminuyen al mínimo la confusión y los
retrasos (consúltese el capitulo 4 correspondiente a los detalles de la intervención de una enfermera
hospitalaria en la asistencia de una catástrofe).
Problemas comunes en incidentes con saldo masivo de víctimas
Butman ha expuesto los problemas comunes que al parecer surgen en repetidas ocasiones en
incidentes con saldo masivo de víctimas (ISMV).3 Sus observaciones se basan, en parte, en un
estudio detallado de este tipo de acontecimientos, publicado en diciembre de 1977 por el Centro de
Investigación en Desastres, del Departamento de Sociología de la Universidad Estatal de Ohio.
Dicho estudio incluyó un trabajo de campo realizado en 44 comunidades localizadas en 17 estados,
Washington D. C., y las Islas Vírgenes estadounidenses, y comprendió 29 desastres. En la
investigación participaron comunidades de diversos tamaños, las cuales contaban con un gran
desarrollo en sus servicios médicos de urgencia (SME), que iban desde posibilidades rudimentarias
hasta sistemas complejos y perfectamente establecidos.
Butman y colaboradores también reunieron y estudiaron la información correspondiente a 22
desastres no ambientales. Después compararon los problemas observados en los ISMV con las fallas
y los trastornos que se presentaron repetidamente en diversos simulacros; observaron que los
problemas que aparecían en las calamidades tanto como en los simulacros eran las siguientes:
 carencia de un sistema de alerta competente
 falta de estabilización "primaria" y pronta de todos los pacientes
 dificultad en desplazar, reunir u organizar a los pacientes rápidamente en un sitio
conveniente
 imposibilidad de llevar a cabo una selección apropiada
 implantación de métodos de atención demasiado lentos e inadecuados
 inicio prematuro de las maniobras de transporte
 empleo idóneo del personal en el campo
 ausencia de distribución apropiada de los pacientes, lo cual resulta en el mal empleo de las
instalaciones médicas
 falta de un mando reconocible en los servicios médicos de emergencia, del campo
 carencia de planificación previa y adecuada, y de capacitación del personal
 imposibilidad de compensar las deficiencias de funcionamiento y de remediar los
problemas
 falta de comunicación pertinente y oportuna
Perspectivas futuras
A pesar de todos los esfuerzos que se hacen para controlar el ambiente, sigue incrementándose el
número de desastres, tanto naturales como provocados por el hombre. El número promedio de
calamidades ha permanecido en un nivel relativamente constante y de cierta manera ha disminuido
en algo. Sin embargo, continúan aumentando de forma considerable la tasa de mortalidad y las
pérdidas económicas, debido al aumento de la población en algunas zonas y al crecimiento de una
sociedad tecnológicamente avanzada.
Conforme el hombre siga estableciéndose en tierras propensas a inundaciones, construyendo
edificios más altos, y produciendo mayores barcos y aviones más grandes, las pérdidas por
inundaciones, incendios y accidentes de transporte, parecen destinadas a aumentar.
Las enfermeras pueden desenvolverse en tres áreas para ayudar a mitigar las pérdidas humanas y
materiales en el desastre:
1. Preparación personal
 Asegúrese de que usted como enfermera es un recurso útil para la comunidad, y no
una carga.
 Conserve su propio equipo y material de urgencias (véase el capitulo 3).
 Cerciorarse de que su familia sepa qué hacer en una situación de emergencia.
 Utilice la prudencia para seleccionar el sitio en donde establecerá su hogar.
2. Participación de la comunidad.
 Conozca en detalle los programas locales para situación de desastre y los
procedimientos de emergencia.
 Participe en la vida política de su comunidad que se relacione con la asistencia en
caso de desastre.
 Apoye a los dirigentes que optan por soluciones definitivas y a largo plazo en los
programas de disminución de pérdidas y de preparativos de emergencia, en vez de los
que escogen una solución rápida y breve como un expediente político de solución.
 Colabore para modificar el uso de la tierra y las medidas de desarrollo, de modo que
reflejen los mejores conocimientos actuales acerca de los peligros geológicos e
hidrológicos.
 Apoye a las organizaciones de auxilio voluntario de la localidad.
 Copere en la orientación del público en cuestiones de preparación personal.
3. Preparación profesional
 Participe en la creación de los planes en caso de desastre en los niveles comunitario
o de hospital.
 Asista a clases de enseñanza continua y cursos de actualización para mantenerse al
día en los conocimientos y habilidades de asistencia en situación de desastre.
 Apoye los esfuerzos administrativos para mejorar la preparación en caso de
desastre.
Resumen
En un esfuerzo por establecer las bases de los capítulos subsecuentes, aquí se han presentado algunas
definiciones e información general relacionada con la asistencia en situaciones de desastre. La
práctica de la enfermería, en realidad, surgió y maduró como respuesta a las necesidades creadas por
los desastres, en particular las guerras. Las enfermeras que laboran en un hospital y las que lo hacen
en un establecimiento ajeno a estas instituciones, han jugado un papel muy importante en la
asistencia en desastres y en virtud de que seguirán interviniendo de la misma manera, están obligadas
a prepararse para enfrentar este reto. Las necesidades que desencadena un desastre son distintas a las
de la vida diaria; más aún, la experiencia y la capacitación que se adquiere en situaciones normales,
generalmente no preparan a la persona para que actúe adecuadamente en una catástrofe. Es esencial
que se aprenda de los errores del pasado, en cuanto al suministro de atención a las víctimas. En el
futuro se debe enfatizar más en lo referente a los aspectos de enseñanza y capacitación en la
asistencia durante casos de desastre.
Referencias
1. Logue JN, Melick ME, Hansen H: "Research issues and directions in the epidemiology of health
effects of disasters". Epidemiol Rev, 1981; 3:141
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1975.
3. Butman AM: Responding to the Mass Casualty Incident: A Guide for EMS Personnel. Wetport,
Conn, Educational Direction Inc. 1982, pp. 14, 33-36.
4. Disaster Assistance Programs, "DR & R-18, program guide". Federal Emergency Management
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5. Skeet M: Manual for Disaster Relief Work. Edinburgh, Scotland, Churchill Livingstone, 1977, pp.
2-3.
6. Dynes RR: Quarantelli EL, Kreps GA: A Perspective on Disaster Planning TR-77, Defense Civil
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7. Garb S, Eng E: Disaster Handbook, ed 2. New York, Springer Publishing Co. Inc. 1969, p. 1 12.
Bibliografía sugerida
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Conway HM: "How to chose secure sites and make practical escape plans". Disaster Survival
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Disaster Services Regulations and Procedures: Providing Red Cross Disaster Health Services, ARC
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Dynes RR: Organized Behavior in Disaster. Lexington, Mass, Lexington Books, 1970.
Hays WW (ed): Facing Geologic and Hydrologic Hazards: Earth Science Considerations,
Geological Survey professional paper. 1240-B. Government Printing Office, 1981.
Hurd C: The Compact History of the American Red Cross. New York, Hawthorn Books Inc. 1959.
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Rossi PH, Wright JD, Weber-Burdin E: Natural Hazards and Public Choice: The State and Local
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Taggart SD: Emergency Preparedness Manual. Salt Lake City, University of Utah, 1982.
Thygerson AL: Disasters Handbook. Provo, Utah, Brigham Young University Press, 1979
Turner BA: Man-Made Disasters New York, Crane Russak & Co Inc. 1978, pp. 40-48
Western KA: The Epideomiology of Natural and Man-Made Disasters, dissertation. University of
London, London, 1972.
Whittow J: Disasters: The Anatomy of Environmental Hazards. Athens, Ga, The University of
Georgia Press, 1979.

2. Prioridades en la valoración rápida de las víctimas


SUSAN SMART GARDNER, R.N., A.N.P., M. S.
En la mayoría de las situaciones de enfermería, parece muy obvia la expresión: "lo primero es lo
primero", pero durante un desastre, no siempre se sabe cuáles son los pacientes y lesiones que se
deben atender prioritariamente. Por ejemplo: ¿qué haría una enfermera en primer término si tiene que
atender a un sujeto inconsciente con una pierna que sugiere fractura y al mismo tiempo sangra
abundantemente de heridas en la cara y el abdomen? ¿Qué ocurriría si en vez de un paciente con
múltiples heridas tuviera docenas de ellos? ¿Por dónde empezaría, cuando las lesiones van desde
superficiales a mortales y en el entorno priva la confusión y la histeria?, la respuesta es: establecer
prioridades.
Este texto pretende auxiliar a la enfermera a valorar una situación de catástrofe, a establecer
prioridades y a planear intervenciones eficaces. En este capitulo, se brinda información concerniente
a los conocimientos y la experiencia necesarios para la evaluación rápida de heridos y enfermos.
Presentamos un formato lógico y sistemático para una valoración completa y rápida de cada persona.
Las decisiones de selección se exponen en el capitulo 3; en tanto que el cuidado de un paciente con
múltiples lesiones, aparece en el capitulo 5.
Se han creado diversos sistemas para auxiliar a la enfermera a resolver los problemas de valoración y
tratamiento, y decidir el orden en el que debe resolverlos. Sea cual sea el sistema, la estrategia
esencial al atender a una víctima incluye los siguientes puntos:1
 Valoración inicial rápida
 Tratamiento urgente de lesiones que puedan ser mortales, de acuerdo con la propia
secuencia de prioridades
 Valoración mas detallada
 Transferencia segura y rápida a la instalación apropiada.
El reto de la atención de enfermería en desastres
Las enfermeras especializadas en la atención durante casos de catástrofe, deben tener amplios
conocimientos y experiencia para valorar y decidir las prioridades en que la proporcionarán. Ya sea
que se enfrente a las responsabilidades inmediatas de un desastre de gran magnitud o a un sólo sujeto
gravemente lesionado, la enfermera no puede por ningún concepto hacer una valoración detenida, ya
que cada segundo es precioso. Ella debe evaluar con mucha rapidez a los pacientes y actuar al
instante para preservar la vida y las funciones de la víctima. Sin embargo, la revisión debe ser lo
suficientemente detallada para identificar lesiones ocultas.
Las circunstancias y el sitio en donde ocurre una desgracia rara vez son las ideales. Los sujetos
pueden estar completamente vestidos, colocados en posiciones incómodas, no colaborar, estar
inconscientes o no hablar español. El ambiente puede presentar peligros especiales para la víctima y
el socorrista. Pocas veces existen condiciones, tales como iluminación, equipo, temperatura o ropas
adecuadas para el clima. Más aun, la enfermera debe tener la capacidad de valorar a los pacientes
conforme éstos lleguen, a pesar de no tener conocimientos acerca de los antecedentes médicos de
cada persona o los mecanismos del traumatismo. Con mucho tacto debe indicar las razones del
tratamiento diferido a los pacientes con lesiones menos graves o que están en la sala de espera, y al
mismo tiempo, iniciar la atención necesaria para salvar las vidas de quienes estén enfermos o
lesionados gravemente.2,3
La clave del reto
La valoración es la clave para resolver con éxito el reto de la enfermería en desastres. La valoración
debe anteceder el inicio del tratamiento. Las intervenciones prioritarias se realizan con base en la
valoración sistemática. Ante una serie de condiciones que amenazan la vida, deben posponerse las
valoraciones continuas, a medida que se ponen en marcha las medidas adecuadas para contrarrestar
dichas condiciones. Una vez logrado esto, la valoración sistemática asegura que se han evaluado
cuidadosamente todos los órganos y sistemas.3
Las víctimas de un desastre constituyen un reto único, debido a que difieren de la mayoría de los
pacientes clínicos en varias formas:4
 Las lesiones requieren con frecuencia de intervención inmediata que les salve la vida.
 Los pacientes no han tenido oportunidad de prepararse para la situación que ahora
representa una crisis para su familia y para s; mismos.
 Los pacientes pueden sufrir múltiples lesiones.
 Las lesiones pueden ser a veces tan tenues que no se detectan inicialmente.
 Existe una gran posibilidad de que las víctimas presenten complicaciones posteriores
debido a la multiplicidad y gravedad de sus heridas.
 El periodo de rehabilitación es prolongado y exige una valoración constante y ajustes por
parte de todo el personal asistencial.
Valoración de las fases
La víctima de un desastre que se encuentre gravemente herida, requiere un médico muy capacitado
que realice muchas acciones a la vez. En el medio clínico, en donde se cuenta con una gran variedad
de especialistas y terapias disponibles de forma inmediata, la valoración y el tratamiento
administrados por un equipo de traumatología que se ha movilizado rápidamente, pueden comenzar
simultáneamente. En el sitio del desastre, en donde los recursos y la ayuda son escasos e inexpertos,
la directora de enfermería debe tomar decisiones respecto a la estabilización y transferencia. Sin
embargo, antes de tomarlas, deben reunirse los datos apropiados.
La atención de las personas que sufren algún traumatismo, incluye tres fases principales de
valoración 4,5
1. Reconocimiento inicial (evaluación y estabilización inmediata del paciente como primera
prioridad.)
2. Valoración secundaria (después de las medidas de reanimación y estabilización iniciales
debe completarse una exploración más detenida para identificar todas las lesiones existentes).
3. Valoración continua y sistemática (una evaluación continua de la asistencia prestada y de
la reacción de la víctima, tiene como objetivo identificar complicaciones inminentes o reales.)
Lleva más tiempo interpretar una valoración que realizarla. En situaciones de catástrofe, la enfermera
trabaja rápidamente, valorando varios sistemas y órganos del cuerpo simultáneamente, a partir del
momento en que llega la primera víctima. Ella lleva al cabo una valoración de pies a cabeza de todos
los sistemas y órganos del cuerpo en un lapso que no excede de 3 a 5 minutos, generalmente
mientras escucha algunos reportes del caso y recibe información. La valoración de pacientes con
problemas importantes en las vías respiratorias, respiración o circulación se practica en un término
de 60 a 90 segundos para concentrarse en estas prioridades.6
Las pautas que presentamos constituyen un esquema sistemático que tiene como fin obtener la
máxima información posible en el mínimo de tiempo. A pesar de que existen muchas formas de
organizar una valoración, el aspecto más importante es establecer y seguir una rutina. El sistema es
beneficioso por varias razones:
 Los datos se reúnen de una forma lógica y ordenada
 Se evalúan todos los aparatos y sistemas del cuerpo
 Se establecen prioridades de planificación
 Se toman datos como punto de referencia para una valoración futura
 Se obtiene as; un fundamento para formular los diagnósticos asistenciales
Valoración inmediata de la víctima
La revisión inicial está enfocada a identificar el potencial de las lesiones que pueden causar la
muerte. Entre las prioridades inmediatas de la atención, están las funciones necesarias para mantener
a las víctimas con vida, como son la respiración y la circulación eficaces. Si cualquiera de las dos
falta o es inadecuada, debe iniciarse inmediatamente el tratamiento apropiado, sin perder segundos
preciosos en la curación de lesiones menos urgentes. En esta fase puede elaborarse un esquema para
valorar principalmente las vías respiratorias, el ritmo de respiración, la circulación, las vértebras
cervicales y el grado de conciencia. Dicho esquema se identifica en inglés con las siglas ABCs, en
español podría recordarse como RRR CCC (vías Respiratorias, Ritmo de la Respiración, Circulación,
vértebras Cervicales y Conciencia).
Las vías respiratorias y la columna cervical
La prioridad máxima es la valoración rápida de las vías respiratorias del paciente. El paso inicial en
el suministro de oxigeno es el desplazamiento del aire de la atmósfera hacia los alveólos y esta
función requiere que las vías respiratorias estén despejadas y haya una ventilación apropiada. La
ventilación inadecuada ocasiona hipoxemia e hipoxia inmediatas y cuando el oxigeno deja de llegar
al cerebro, se provoca una lesión irreversible en un término de 5 minutos. Considere rápidamente la
posición de la víctima, la naturaleza de la obstrucción de las vías respiratorias y la forma de
despejarlas. Al realizar esta valoración tenga en mente que si el paciente presenta fracturas y
cortaduras en la cara y está inconsciente, quizá hubo suficiente fuerza en el impacto como para
fracturar alguna vértebra cervical. Una norma empírica es el suponer que existe fractura de dicha
zona, si se observa una lesión grave arriba de la clavícula. Maneje al paciente con el cuidado que
supone una lesión de este tipo, hasta que las radiografías de la columna prueben lo contrario.1,7,8
La causa más común de obstrucción de las vías respiratorias es la lengua de la víctima. Sin embargo,
cuando existe la posibilidad de una lesión de las vértebras cervicales no conviene ladear o inclinar la
cabeza del paciente ni levantarle la barbilla en un intento de despejar la obstrucción, ya que esto
provoca la hiperextensión del cuello. Un movimiento similar podría transformar una fractura de la
columna cervical sin daño medular, en otra con daño de la misma. La columna cervical debe
mantenerse en posición neutra con tracción perfectamente alineada, en la cual se comprende a la
lengua por el plano frontal.
El primer método al que puede recurrirse es el desplazamiento del maxilar inferior hacia arriba. El
operador coloca los dedos de una mano debajo de la barbilla y la levanta, al mismo tiempo oprime el
labio inferior con el pulgar, abriendo así la boca ligeramente. Si se necesita respiración de boca a
boca pueden obturarse los orificios de las fosas nasales del paciente con los dedos pulgar e índice de
la otra mano. La maniobra anterior es el método más conveniente para utilizarse en víctimas que
sufrieron algún traumatismo, ya que no requiere de la hiperextensión de la cabeza.
Otra técnica para despejar las vías respiratorias es levantar la mandíbula. El operador coloca el
pulgar alrededor de los incisivos inferiores y desplaza el maxilar inferior hacia adelante. Sus
desventajas incluyen la dificultad en conservar el agarre de la boca húmeda, y en el peligro de una
mordedura, si el paciente recupera repentinamente la conciencia.
La tercer maniobra es empujar el maxilar inferior hacia adentro. Sujete el ángulo del maxilar con
ambas manos, una a cada lado, y desplácelo hacia el frente. La desventaja de esta maniobra es que
requiere de ambas manos por parte del que opera y lo imposibilita para realizar otras maniobras de
socorro.8
La columna cervical debe inmovilizarse con la mayor rapidez posible. Cualquier transferencia o
movimiento del paciente debe hacerse sólo si la persona que lo atiende le conserva la cabeza y el
tronco alineados y desplaza el cuerpo girándolo sobre si mismo como un todo. Habrá que colocar a la
víctima sobre un tablón largo y firme. Si no se cuenta con un collar cervical se colocan a uno y otro
lado de la cabeza, bolsas de arena o toallas enrolladas, para evitar que gire el cuello hacia un lado y
otro. Se le coloca tela adhesiva de 5 cm de ancho sobre la frente y las toallas enrolladas se fijan al
tablón. Otro tramo de cinta adhesiva se coloca en el tórax, para estabilizar la columna cervical por
arriba y por debajo.9
Respiración
En segundo término, se debe valorar la respiración. La ventilación de los pulmones depende no sólo
de las vías respiratorias, sino también de los alveólos, de los huesos rígidos que forman el tórax, así
como de la integridad de los nervios y músculos que controlan los movimientos de las costillas y del
diafragma.10 La enfermera debe iniciar la exploración de la respiración al colocar su oído sobre nariz
y la boca de la persona para verificar que haya el intercambio de ventilación. Tomar el pulso en la
muñeca o el cuello del paciente, para valorar la circulación. Es importante que el tórax esté al
descubierto para as; observar los movimientos respiratorios. Si no se percibe ningún esfuerzo
espontáneo de respiración o éste es demasiado débil, habrá que iniciar y continuar la ventilación
asistida.8
Circulación
El siguiente paso en la exploración es la circulación. Sin embargo, medir la presión arterial en la
revisión primaria no constituye un estudio útil en ese momento. Simplemente con tomar el pulso se
pueden obtener datos importantes acerca del rendimiento cardiaco. El pulso puede ser valorado
rápidamente en cuanto a sus características, frecuencia y regularidad. Si se palpa en la arteria radial
cabe suponer, en términos generales, que la presión arterial es mayor de 80 mm Hg. Si es palpable el
pulso femoral, la presión sistólica es superior a 70 mm Hg; y mayor de 60 mm Hg. si se palpa el
pulso carotídeo. El tiempo que tardan en llenarse los capilares puede determinar rápidamente si el
volumen de sangre es el adecuado. Una prueba capilar de la parte blanca o matriz de la uña muestra
la normalización del color debajo de ella en un término de 2 o 3 seg, en un paciente normovolémico.
Si la sangre que sale en chorro denota hemorragia arterial, habrá que aplicar presión directa a la
herida, y si no se obtienen buenos resultados con esta maniobra, localice el punto más cercano de
presión entre la herida y el corazón y aplique presión con 3 dedos y no simplemente con el pulgar o
con un dedo.
La hemorragia interna es más difícil de valorar, pero puede detectarse por medio de los signos y
síntomas de una conmoción hipovolémica. Entre los sitios más probables en donde se puede
presentar la pérdida "oculta" de sangre están el tórax, el abdómen, pelvis, el plano retoperitoneal o
los muslos. Por ejemplo, cada hemitórax puede contener, incluso, más de dos litros de sangre,7,11
consulte el apéndice 2-A referente a los signos específicos de la pérdida "oculta" de liquido
hemático.
Nivel de Urgencia.
Mientras la enfermera realiza las valoraciones y tratamientos iniciales, también valora el nivel de
conciencia de la víctima, tal como lo indiquen el estado de alerta y la orientación de la reacción del
paciente.12 La orientación respecto al tiempo, el sitio y la persona denotan el funcionamiento
cerebral. El nivel de conciencia puede significar cosas diferentes para distintas personas, y para una
revisión inicial rápida, el método ABDS (en inglés AVPU) es sencillo, uniforme y fácil de recordar.8
A = Alerta
B = Respuesta a estímulos bucales
D = Respuesta a estímulos dolorosos
S = Sin respuesta
Durante la revisión inicial, ABCs o RRR CCC, (vías respiratorias, ritmo de la respiración y
circulación, vértebras cervicales y conciencia), trate de obtener una descripción de lo que ocurrió,
principalmente los mecanismos posibles de lesión, para ayudarse a determinar cúales fueron las áreas
u órganos que posiblemente sufrieron algún daño en particular. Por ejemplo, la revisión de la escena
del accidente y sus alrededores puede aportar pistas útiles para entender el mecanismo de la lesión y
del traumatismo resultante. En términos generales, entre mayor sea la velocidad con que se
desplazaba el vehículo (vehículo de motor o el objeto que golpeó al paciente), mayor será la lesión.
En el caso de accidentes automovilísticos, debe advertirse la posición del volante, la presencia de los
cinturones de seguridad para el abdómen, y el estado del parabrisas y de las manijas de las puertas o
de las ventanas. Las quemaduras señalan al socorrista los peligros de que haya ocurrido la inhalación
de humo y la intoxicación por monóxido de carbono, así como la presencia de quemaduras en las
fosas nasales, la boca y la faringe. Las heridas por arma de fuego por lo regular ocasionan
hemorragias internas, perforaciones y fracturas. Toda la información de esa índole obtenido del
personal de rescate es útil para determinar la posibilidad de lesiones específicas.8
Entre los signos que indican empeoramiento del estado de la víctima están los siguientes: 13
 piel fría y húmeda
 palidez cenicienta que denota una menor asperción de los tejidos, y reacciones de tensión
debido al aumento de la actividad del sistema nervioso simpático
 diaforesis, respuesta de origen simpático que surge en etapas finales
 cianosis, que denota lentitud de la corriente sanguínea, volumen proporcionalmente bajo de
hemoglobina, y con ello disminución del contenido de oxigeno de la sangre
 alteración del nivel de conciencia, la cual inicialmente asume la forma de angustia,
nerviosismo e irritabilidad, a medida que el sistema nervioso simpático intensifica la
secreción de epinefrina, y más tarde se manifiesta en forma de apatía, letargo, confusión e
inquietud, conforme el cerebro recibe sangre y glucosa en cantidades insuficientes
Esta valoración inicial puede completarse en un término de 60 a 90 segundos y así se asegura que las
condiciones que amenazan la vida pueden ser determinadas y tratadas adecuadamente. El Apéndice
2-A ilustra la secuencia de prioridades de la valoración inicial básica ABCs o RRR CCC2,4,7,10-12,14-17
También se señalan los problemas potenciales y las posibles causas de interferencias en el
funcionamiento, así como las medidas apropiadas de tratamiento urgente. En el capitulo 5 se expone
con mayor detalle la atención de la víctima que ha sufrido múltiples traumatismos.
Segunda valoración
Después de la revisión inicial, la enfermera completa otra más detallada. Una vez eliminadas las
lesiones que pueden causar la muerte, esta segunda revisión completa asegura que se identificaron
todas las heridas mayores, y así se facilita el proceso de establecimiento de prioridades. La revisión
dura de 3 a 5 minutos aproximadamente y debe adaptarse a la situación específica. En algunos casos
de desastre, puede haber tiempo para iniciar la segunda valoración en el lugar mismo de los hechos;
conforme se estabiliza el estado de las víctimas, se someten a selección y se espera que se les
transporte. Desde un punto de vista realista, el campo del suceso no es el más adecuado para la
segunda valoración, ya que en él puede carecerse de la ayuda suficiente y muchos pacientes quizá
necesiten tratamiento inmediato para sus problemas de vías respiratorias, ritmo de respiración o
circulación. En estos casos, la segunda revisión deberá realizarse en el sitio de transferencia,
conforme las víctimas sean llevadas para una valoración y un tratamiento más definitivos.
Ante la cantidad de datos por reunir y registrar, es absolutamente necesario seguir un plan cuidadoso,
pues sin el la enfermera pierde tiempo por repetir algunos procedimientos. Sin embargo, un plan
comprensible y conciso le permite moverse con mayor confianza y eficiencia, gracias a que éste
cubre la información que debe ocupar de forma rutinaria.
Organización de la Valoración
La enfermera puede llevar al cabo una valoración rápida comenzando por la cabeza y terminando en
los pies. Debe usar siempre un orden establecido, mientras revisa cada porción del cuerpo. Durante la
exploración es necesario establecer un ritmo cómodo. Entre las pautas generales por seguir están las
siguientes: 11,18,19
 Proceder de la cabeza a los pies. Comenzar por el cabello y seguir hasta la punta de los
pies. Esta secuencia permite la revisión progresiva y completa de todo el cuerpo, de manera
que no se pasa por alto ninguna zona.
 Progresar de lo general a lo específico. En primer lugar, hay que considerar a la víctima
como un organismo completo; y después poco a poco dirigir la atención a las áreas, los
órganos y los sitios con problemas y molestias.
 Ir de lo externo a lo interno. Es importante seguir el orden natural de las estructuras, que
pueden estar involucradas, cuando se explora un orificio o un órgano.
 Proceder de lo distante a lo próximo. Esta secuencia que refleja la dirección del flujo de
sangre de regreso al corazón' se aplica para explorar las extremidades
Técnicas de valoración
La enfermera utiliza sus sentidos (excepto el del gusto) en el proceso de valoración. Los
instrumentos son simplemente una continuación y amplificación de ellos. En el proceso de revisión y
estudio de enfermos se utilizan cuatro técnicas comunes: 1) inspección; 2) palpación; 3) percusión y
4) auscultación. A pesar de que la ejecución de estas técnicas exige capacidad y destreza motoras,
con la práctica pueden dominarse fácilmente y su uso mejora la capacidad de la enfermera para
efectuar una valoración eficaz y eficiente.
La inspección es la exploración visual de la víctimas para detectar características físicas importantes.
Se comparan las observaciones detalladas y concentradas con las normas o estándares establecidos.
Pese a que la inspección parece ser el método menos complejo que se utiliza en la valoración física,
requiere que el operador tenga conocimientos amplios y experiencia en la observación. Por medio de
la sola inspección se puede obtener hasta el 90% de los datos que proporciona una exploración física.
En raras ocasiones la palpación, la percusión o la auscultación detectan alguna anormalidad que no
haya generado señales previas de existencia en la inspección cuidadosa. Antes de tocar, observe.
La palpación utiliza el sentido del tacto para determinar las características de los tejidos u órganos.
Cuando se realiza de forma adecuada, la palpación tanto superficial como profunda constituye un
recurso importantísimo para detectar masas, cambios de temperatura o dolor. Hacer presión sobre
cualquer parte del cuerpo y observar las expresiones faciales mientras se palpa, da claves valiosas
para conocer el grado de dolor que experimenta el paciente. El conocimiento de las formas y texturas
comunes de las estructuras fundamentales antes de palpar un área, facilita la identificación de masas
fijas o movibles. La palpación se debe hacer con mucha suavidad sobre las estructuras que
probablemente estén inflamadas (como el bazo o el hígado potencialmente lesionados) vasos
flebíticos o la piel de un anciano; todos éstos son tejidos friables que pueden dañarse fácilmente.
Nunca se llevará a cabo la palpación sobre tejidos congelados o sobre posibles fracturas.
La percusión es el procedimiento en el que se golpea con suavidad, pero con vigor la superficie
corporal para producir sonidos que reflejen la densidad, el tamaño y la posición de las estructuras o
los tejidos fundamentales. Los sonidos producidos por la percusión variarán de acuerdo a la densidad
del tejido en los planos implícitos. La técnica mencionada es especialmente útil para determinar la
cantidad de aire o material sólido en el pulmón o el abdómen y para precisar los contornos de los
órganos o porciones del cuerpo cuya densidad es diferente. La percusión también puede utilizarse
para saber si ha cambiado la densidad normal; por ejemplo, la percusión revela pesadez sobre la
resonancia normal del pulmón. Se necesita una combinación de habilidades auditiva y manual para
ejecutar la percusión de forma precisa.
La auscultación es el proceso de escuchar los sonidos producidos por los diversos órganos del
cuerpo, a efecto de detectar sus variaciones sobre lo normal. Excepto en el estudio del abdómen en el
que después de la inspección se realiza la auscultación, por costumbre esta ultima constituye la fase
final del proceso de la revisión en 4 etapas.
La auscultación inmediata que se hace sin estetoscopio resulta de gran utilidad para evaluar sonidos
como sibilancias, estridor, ruidos intestinales o la imposibilidad de decir una frase completa en una
sola emisión de aire. La auscultación mediata que se realiza con el estetoscopio, identifica los
sonidos internos del corazón, los pulmones y el abdómen así como frotes y soplos.19,20,21
TABLA 2 - 1 Escala de coma de Glasgow

Órgano/Acción Respuesta Puntuación


Ojos Abiertos espontáneamente 4
Abiertos bajo órdenes verbales 3
Abiertos a causa de un dolor 2
No hay respuesta 1
Mejor respuesta motora
Bajo órdenes verbales Obedece 6
Bajo un estimulo doloroso* Localiza el dolor 5
Flexión- retracción 4
Flexión- anormal (rigidez de decorticación) 3
Extensión (rigidez de decerebración) 2
No hay respuesta 1
Mejor respuesta verbal** Orientada y con conversación 5
Desorientada y con conversación 4
Palabras inapropiadas 3
Sonidos incomprensibles 2
No hay respuesta 1
Total 3- 15

Notas: *"Aplicar" los nudillos al esternón; observar los brazos.


**Despertar al paciente por medio de estímulos dolorosos, en caso necesario.
Fuente. Adaptado con la autorización de Jennett B. Teasdale G: "Aspectos del coma después de una
lesión grave en la cabeza". Lancet 1977; 1:878.
A pesar de que el olfato es a menudo uno de los sentidos más olvidado, también este puede aportar
datos útiles. Los olores identifican a un paciente, desde la fetidez de la secreción de una herida, hasta
su presencia sobreperfumada. Los olores pueden clasificarse de fétidos, dulces, nauseabundos,
parecidos a la acetona, fecales, suaves, fuertes o débiles.
Revisión de la cabeza a los pies
Es importante para la enfermera tener en mente que la segunda revisión no implica una exploración
física completa, sino la revisión de todas las partes y órganos del cuerpo. Debido a que puede
desviarse fácilmente, por el primer hallazgo positivo, la enfermera debe preguntarse constantemente,
¿qué más puede estar fallando? El Apéndice 2-B presenta una revisión de la cabeza a los pies, muy
fácil de entender; así como los tiempos aproximados que dura cada fase. 1,2,5,7-9,11,21-26, La escala de
coma de Glasgow (tabla 2-1) se basa en la abertura de los ojos, las respuestas verbales y motoras, y
es una forma rápida y práctica de detectar cambios en el nivel de conciencia. La escala numérica
graduada varía de 3 a 15 puntos. Cuanto menor es la puntuación, más grave es el estado de la
víctima. El nivel de respuesta menor de siete puntos denota un estado de coma, en tanto que el nivel
por arriba de 9 puntos no señala un estado de coma. El cuadro incluye los puntos clave respecto a las
diferentes ténicas y sus hallazgos. Los tiempos sugeridos pueden parecer poco reales para el
operador novato; sin embargo, el desarrollo de un revisión organizada y sistemática, seguida de una
práctica diligente, hará que el proceso de valoración se vuelva algo común y corriente dentro de los
tiempos sugeridos.
Recolección y registro de datos
Aunque a veces parezca imposible, la enfermera debe ser breve y concisa, y aprender a describir los
hallazgos de forma objetiva, de acuerdo a sus sentidos: ¿Que vio? ¿Qué escuchó? ¿Qué sintió? Debe
evitar utilizar términos vagos como "normal" o "sin problemas". Tener en mente qué es lo normal, y
registrar todo lo que se ajusta a ello o no. También debe recordar que algunas normas para
parámetros como color de la piel, turgor, proporción corporal y distribución de las grasas, varían en
cuanto a la edad y origen étnico de la persona. En lugar de etiquetar los hallazgos es mejor
describirlos, de manera tal que un observador independiente pueda llegar a la misma conclusión. Una
forma de fuente de recolección de datos comprensibles, que sigue al proceso de la valoración,
facilitará la recolección y el registro de información vital. Una muestra de esta forma se presenta en
la tabla 2-1 que puede servir como el registro inicial de la valoración y el tratamiento, y también
como una hoja de evolución clínica.
Historial clínico
Recolectar un historial clínico adecuado es tan importante como realizar una buena exploración
física. En una situación de desastre, la enfermera no puede llevar a cabo la entrevista pausada que
sigue al formato clásico: principales molestias, historia de la enfermedad actual, historial médico
anterior, antecedentes familiares, historia psicosocial y revisión de órganos y sistemas. Ella debe
reunir de forma rápida y concisa la información necesaria.
El paciente debe ser abordado de una manera que le ayude a disipar temores y angustias. Se
recomienda conservar una actitud tranquila y decir al paciente algunas palabras amables. Durante el
transcurso de la exploración inicial pueden obtenerse los historiales clínicos inmediatos de mayor
importancia al recordar un término mnemotécnico conveniente como AMEUH, en inglés AMPLE:8,21
A = alergias. Especialmente a la penicilina, otros antibióticos o medicamentos que pueden
ser necesarios durante el tratamiento de los traumatismos.
M = medicamentos que recibe el paciente, que podrían afectar su condición. Debe preguntar
al paciente si se le ha administrado algún medicamento contra cardiopatías, anticoagulantes,
narcóticos o esteroides, en el pasado o en el presente. Trate de averiguar la fecha en que se le
aplicó la ultima vacuna antitetánica.
E = enfermedades o lesiones pasadas, que podrían aportar datos importantes concernientes a
la necesidad de tratamiento del paciente o la reacción al mismo.
V = último alimento o consumo por vía oral. La digestión puede retrasarse después de una
lesión, y por ello hay que considerar la posibilidad de retención gástrica, vómito y aspiración.
H = eventos que precedieron o siguieron al incidente. El grado en el que el paciente recuerde
los hechos mencionados permite una estimación aproximada del nivel de conciencia y la
gravedad de la lesión, y puede aportar en el cuerpo pistas del sitio y los mecanismos de ésta.
Información adicional
En circunstancias óptimas, el historial debe obtenerse del paciente, en caso de que esté en
condiciones de referir lo sucedido. Si el paciente parece no entender, habrá que considerar que puede
estar sordo, no hablar español, o padecer algún trastorno neurológico. Puede estar pasando por un
choque físico o emocional y ser incapaz de contestar preguntas.
RECUADRO 2 - 1 Hoja de evaluación de traumatismo múltiple y de evolución

1. VÍAS RESPIRATORIAS
Vías de respiración artificial_______
Tamaño_______Tiempo___________
O2terapia: Tipo__________________
Litros/min.______________________
Traqueotomía___________________

2. RESPIRACIÓN
Asistencia ventilatoria_____________
Esfuerzo respiratorio
espontáneo_____________________
Frecuencia y características_______
Cases en sangre arterial___________
(Véase hoja de resultados)

3. CIRCULACIÓN
Sitios de hemorragia externa_______
Apósitos de presión______________
Suturas ____________(por practicar)
Estudios de laboratorio ordenados:
Hematimetría completa____________
Contenido químico de la sangre_____
Circulación total por min. __________
Unidades ___AU ___PT/PTT_____
Estado cardiovascular____________
Frecuencia y características
del pulso________________________
Arritmias ______DVY________Edema
Pulsos periféricos_________________
Tiempo de llenado capilar___________

4. FLUIDOTERAPIA INTRAVENOSA
Angiocath calibre: 18 ____16_____14
Sitios__________________________
Soluciones: Lactada de Ringer______
Otras _________Hora_____________
Velocidad de flujo_____Bomba IV ___
Flujo cronometrado_______________
Sangre: Cantidad______Tiempo_____

5. SIGNOS VITALES
Medir cada 15 min.
Hora PA P R T
________________________________
________________________________
________________________________
________________________________

6. EXPLORACIÓN SECUNDARIA (BREVE)


Cabeza-cuello_____________________
Esfera neurológica_________________
Puntuación de coma________________
Tórax____________________________
Abdomen_________________________
Genitales_________________________
Extremidades______________________
Piel______________________________

A. Inmovilizar
B. Preparar para transporte y notificar a la instalación destinataria
C. Preparar para cirugía
D. Decadron 50 mg por vía intravenosa
Hora (se administra si hay depresión del sistema nervioso central)

7. EVIDENCIA DE HEMORRAGIA
MASIVA EN TÓRAX O ABDOMEN
Traje antichoque:
Tiempo aplicado___________________
Presiones _______________________
Hora en que se comenzó a
quitarse_________________________

8. EVIDENCIA DE TAPONAMIENTO
CARDIACO
Pericardiocentesis _______________
Drenaje del miocardio ____Hora_____
Notas___________________________

9. NEUMOTORÁXICA TENSIÓN
Diámetro de la sonda
en tórax__________________________
Aplicador por______________________
Drenaje___________________________
Método de drenaje: Cerrado__________
2 Frascos_________________________

10. EVIDENCIA DE INFARTO O CONTUSIÓN DEL MIOCARDIO


Control de la hemodinámica:
Dopamina_________________________
Solución_________% de Dopamina

11. INMOVILIZAR TODAS LAS FRACTURAS


Sitios_____________________________
Tipo de inmovilización________________

12. COLOCACIÓN DE LA SONDA DE FOLEY


Hora______ Tamaño______Tipo_______
Diuresis
Hora volumen color/consistencia
_________________________________
_________________________________
_________________________________
_________________________________

Presencia de eritrocitos______Ordenar
pielografía intravenosa y cistoscopía.

13. COLOCACIÓN DE SONDA NASOGÁSTRICA


Calibre_____Succión: Constante______
Intermitente_______________________
Diuresis: Tipo de irrigación___________
Hora Cantidad Color/consistencia
_________________________________
_________________________________
_________________________________
_________________________________

14 ORDEN PARA RADIOLOGÍA


Tórax_____Columna cervical_________
Extremidades_____________________
Continuar la inmovilización de cabeza y cuello

15. LAVADO PERITONEAL INDICADO


Sí______No________Hora_________
Tamaño del angio________________
Ejecutado por___________________
Volumen y descripción____________
_______________________________

16. COLOCAR APÓSITOS EN LAS HERIDAS


Áreas__________________________
Inmunización antitetánica: Tipo______
Cantidad________ Hora___________
Antibióticos: Tipo_________________
Candidad____Vía_____Hora_______
Otros: Tipo______Candidad________
Vía_____Hora___________________

Firmas__________________Dr
________________________Enf

Fuente: Adaptado con la debida autorización, de la Hoja de evolución de un paciente con múltiples
traumatismos y que requiere atención especial, Centro Médico de Cedar City, Utah.
Si la persona está inconsciente, no colabora o no habla español se podrán explorar otras vías para
obtener un historial adecuado. Es necesario preguntar al personal de policía o de socorristas respecto
a la hora, el tipo de accidente y el sitio en que ocurrió; la posición en que se encontró al paciente; los
datos de la valoración inicial, cualquier actividad convulsiva observada y las medidas de tratamiento
de apoyo terapéutico que se tomaron.
La víctima también puede estar separada de su familia o amigos y no llevar consigo ningún objeto de
identificación, como billetera o bolsa de mano. Sin embargo, si están presentes los familiares o
amigos cercanos, ellos pueden aportar la información concerniente a alergias, medicamentos,
prótesis (incluyendo aparatos de audición o lentes de contacto) y cambios de comportamiento antes
de la admisión. Además, la enfermera debe buscar algún brazalete o collar que contenga una
identificación de tipo médico, pues en ellos se incluye una lista de problemas no manifiestos, como
alergias, y proporcionan números de identificación y de teléfonos de emergencia que funcionan las
24 hrs. Es importante llamar a ese teléfono y proporcionar el número de identificación del paciente,
para así tener acceso a su historial clínico, captado en un archivo computadorizado. Pese a que es
poco probable que la información del brazalete o collar de alerta médica pueda obtenerse por
personas que laboran en la escena de los hechos, un señalamiento en la hoja clínica de la víctima,
indicando que se encontró dicho brazalete, alertará al personal de la instalación receptora, para que
solicite la información apropiada. Sea cual sea la fuente de información, habrá que mencionarla por
escrito en la historia clínica.11,24,27
Valoración continua
En este punto se han completado las primeras dos etapas de la valoración. La tercera, que es de
observación y evaluación continua, identifica rápidamente los cambios en el estado de la víctima.
Nuevos estudios de laboratorio y hemodinámicos pueden ayudar a determinar la gravedad del
traumatismo y la eficacia del tratamiento. Por su medio, puede administrarse el tratamiento definitivo
para los problemas no detectados en las revisiones inicial y secundaria. Mientras la enfermera tenga a
su cuidado al damnificado, deberá ejercer permanentemente las tareas de valoración, planificación,
suministro de atención, evaluación y comunicación ininterrumpida. La valoración continua y
sistemática permite a la enfermera estar alerta respecto a cambios en el estado clínico del paciente,
los cuales pueden requerir una intervención rápida y decisiva o su notificación instantánea al médico.
Para resumir brevemente, la secuencia apropiada en el tratamiento de un damnificado es la
siguiente:8,28
 Realice una revisión inicial rápida del estado de la víctima, focalizada hacia las funciones
vitales de respiración, circulación, nivel de conciencia y hacia la posibilidad de que exista una
lesión en la columna cervical.
 Evalúe y asegúrese de que no haya obstrucción de las vías respiratorias.
 Asegúrese de que el intercambio respiratorio sea eficaz.
 Mantenga o restaure una circulación eficaz.
 Efectúe una revisión secundaria rápida y completa; evite el movimiento excesivo del
paciente, en especial si se sospecha de una lesión en la columna.
 Registre todas las observaciones importantes, como el nivel de conciencia, el diámetro
pupilar, los signos vitales, las deformidades o anormalidades, para que sirvan de línea de
referencia.
 Obtenga una historia de la lesión y de los hechos anteriores y posteriores al accidente, y
pregunte acerca de las alergias, los medicamentos, las enfermedades pasadas y hora en que
ingirió el último alimento.
 Cubra las heridas abiertas haciendo la presión para controlar el sangrado, según sea
necesario.
 Inmovilice las fracturas obvias o sospechadas, y mantenga el cuello y la espalda inmóviles
en el caso de suponer que hay algún traumatismo en la columna.
 Auxilie en la transferencia de las víctimas hacia la instalación apropiada de tratamiento.
Errores y precauciones
Después de terminar la valoración y registrar todos los hallazgos, ¿qué debe hacerse? La primera
parte del proceso de evaluación comprende la recolección adecuada de datos; la segunda parte, de
igual importancia, consiste en el análisis y la interpretación de la información para formular
diagnósticos de enfermería e iniciar el tratamiento idóneo. Sobre todo hay que darle al análisis de los
datos la misma atención cuidadosa que se puso en su recolección. Evite formular conclusiones
exageradas y quizás inexactas. Por ejemplo, si la persona está inquieta, combativa, agresiva, y
presenta incontinencia vesicular o intestinal, con una higiene personal precaria y un aspecto
desaliñado, no se debe asumir automáticamente que se trate de un problema de alcoholismo,
drogadicción o un trastorno psiquiátrico, pues la persona puede padecer en realidad una lesión
cerebral o hipoxia. De forma semejante, el caso del individuo con contracciones prematuras
ventriculares multifocales no significa automáticamente que se trata de una cardiopatía grave, él
puede sufrir una arritmia cardiaca benigna surgida años atrás o una intoxicación por ingestión de un
medicamento llamado digital. Nunca suponga como posible que se pueden identificar
instantáneamente todos los problemas de un paciente.
La enfermera debe tener sus cinco sentidos alerta para detectar cambios repentinos en el estado
clínico del paciente.11 Unas cuantas indicaciones pueden ser útiles para evitar que cometa algunos
errores comunes.11,29
 Siempre corrobore lo que cree escuchar. Los pacientes pueden dar respuestas que a su juicio
son las que la enfermera desea oír. Utilice preguntas abiertas y deje a la persona describir su
problema con sus propias palabras.
 Recuerde que lo que usted ve rara vez es el cuadro completo. Muchas lesiones van más allá
de lo superficial como la punta de un iceberg.
 Efectúe una valoración detenida que se inicie con su inspección visual, y vaya seguida de la
palpación, la percusión y la auscultación.
 No circunscriba su valoración únicamente a la zona del cuerpo en cuestión o a los signos
más manifiestos del trastorno. Evite la visión limitada, que a veces culmina en conclusiones
erróneas y precipitadas.
 Busque las causas; puede haber una o muchas para los problemas detectados, como dolor
en el pecho, disnea o confusión, algunas de ellas benignas y otras mortales.
 No excluya la posibilidad de que exista un problema, sólo porque usted no detecte el
síntoma típico.
 Con gran cuidado adapte la valoración hecha, de modo que incluya todos los posibles
problemas subyacentes que puedan producir un síntoma en particular.
 Busque hechos importantes en el historial clínico personal anterior. Los enfermos a veces
no conceden la debida importancia a las enfermedades sufridas en el pasado y sus efectos
implícitos en la condición actual.
 Recuerde que todos los pacientes psiconeuróticos fallecen finalmente a causa de alguna
enfermedad orgánica. Incluso, el mismo paciente con síntomas múltiples e infundados puede
llegar a tener un problema grave.
Cuando los pacientes digan que tienen una urgencia y que necesitan ayuda, probarlo no es asunto de
ellos. No se arriesgue a una desgracia por ignorar o descartar el temor de un paciente. Toda persona
debe sentir que se le escucha y entiende y que la gravedad de su condición se ha evaluado de manera
justa.
El tratamiento efectivo en situaciones de desastre a través del empleo de la valoración rápida y
precisa es semejante a un caleidoscopio. El cuadro cambia ligeramente conforme cada persona es
evaluado y tratada. Así como la intensidad de la luz acrecenta los colores del caleidoscopio, la
agudeza del problema y el volumen de pacientes intensifican la necesidad de enfermeras capacitadas
en las labores de valoración y selección. La directora de enfemería debe estar consciente de que los
pacientes esperan que se les atienda y coordinar el flujo de los mismos de manera que todos se
sientan cuidados y no se deje de tratar ningún problema.29 Su habilidad para la valoración inmediata
mejora la eficacia de la atención en desastres y el índice de supervivencia de los pacientes.
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Apéndice 2-A: Revisión inicial: Exploración de funciones vitales en 90 segundos(vías
respiratorias ritmo respiratorio circulación)

Observación Critica Indicación Sospecha prioritaria


Vías Obstrucción Traumatismo Acumulación de Identificar la causa Cuerpo
respiratorias de vías maxilofacial Estridor sangre, moco vómito u extraño: combinar golpes en
respiratorias Asfixia otros materiales la espalda y maniobra de
Ausencia de movimiento Edema de tejidos Heimilch
de aire blandos Rastrear con el dedo algún
Piel roja o cianótica Reacción alérgica objeto extraño visible(nunca
Inconsciencia Obstrucción de la se hará el rastreo a ciegas)
lengua Edema: Colocación de una
cánula o sonda o
cricotireotomía de urgencia
Alergia: Tratamiento de
anafilaxia
Obstrucción de la lengua:
ejecutar maniobras de
inclinación de la cabeza con
elevación del mentón o
elevación de mentón y
maxilar inferior o
levantamiento del maxilar,
sin inclinación de la cabeza.
Respiración Ventilación Ausencia de respiración En caso de no haber
inadecuada espontánea o de ambos respiración espontánea
campos pulmonares después de abrir las vías
respiratorias, iniciar
ventilación artificial.
De ser posible colocar en
posición intermedia de
Fowler para facilitar la
respiración
Administrar oxígeno
suplementario siempre que la
ventilación sea inadecuada
Desplazamiento Aire Desviación de la En esta situación puede
subcutáneo Retracciones tráquea por fractura de necesitarse traqueotomía de
costales esta estructura Tensión urgencia, si es imposible la
neumotoráxica con ventilación
desplazamiento del
mediastino
Respiración paradójica Neumotórax por Introducir sonda en tórax
Ruidos respiratorios fractura de costillas y para drenaje de aire y liquido
inaudibles con punción de pulmón sanguinolento de las zonas
desplazamiento mínimo peripulmonares para permitir
de la pared del tórax la reinflación
Circulación Hemorragia Lesión arterial por
externa fracturas o desgarres
graves
Herida en el cuero Comprimir la arteria temporal
cabelludo o las sienes Aplicar presión a la arteria
Herida infraorbitaria de la facial que está en el borde del
cara maxilar inferior
Herida en el cuello Comprimir la herida; no
comprimir la arteria carótida
Herida del brazo u Comprimir la arteria
hombro subclavia contra la clavícula
Herida en el codo o la Comprimir la arteria humeral
parte baja del brazo contra el húmero
Herida del antebrazo Comprimir las arterias cubital
y radial en el hueco del codo
Herida de la mano Comprimir las arterias cubital
y radial en la muñeca
Herida del muslo Comprimir la arteria femoral
contra el fémur
Herida de la parte baja de Comprimir la arteria poplitea
la pierna en el hueco popliteo detrás de
la rodilla
Herida de los pies Aplicar presión a todas las
arterias en el tobillo
Hemorragia Insuficiencia respiratoria Hemorragia dentro del Elevar la cabecera de la cama
interna grave tórax para facilitar la respiración
Administrar oxigeno
Arritmias cardiacas Cuantificar los pulsos apical
y periférico
Vigilar y combatir las
arritmias Prepararse para la
colocación de una sonda en
tórax.
Distensión abdominal Hemorragia dentro del Lavar el estómago con hielo,
abdomen si el sangrado se relaciona
con una úlcera péptica
Abdomen rígido como si Prepararse para administrar
fuera una tabla cimetadina intravenosa
Dolor de rebote a la Prepararse para paracentesis
palpación
Vómito y parálisis del,
entumecimiento y dolor
en las piernas Hematoma
en el flanco
Distensión abdominal o Hemorragia dentro de Fractura de pelvis: prepararse
pélvica la pelvis para tracción o cirugía
Dolor espontáneo y a la Inmovilizar con cabestrillo
palpación en la parte pélvico
inferior del abdomen Colocar sonda de inserción
Dolor en la espalda baja del catéter de Foley en vejiga
Sangre en orina (Precaución: no introducirla
Disminución de emisión si se sospecha lesión de la
de orina uretra) Observar el volumen
y el color de la orina
Eritema del miembro Hemorragia dentro del Aplicar compresas heladas
afectado muslo Elevar el miembro inferior
Dolor y rigidez del muslo afectado
Localización del edema y Aplicar una férula neumática
cambio de tamaño de plástico

Apéndice 2-B: La valoración secundaria: Revisión de pies a cabeza en un lapso de 3


a 5 min

Tiempo Fase de valoración Puntos clave


aproximado
12 a 15 seg Valorar el aspecto
general y el nivel de
conciencia:
 Paciente
consciente
Medir el nivel de orientación.
 Corroborar y señalar por escrito las acciones que puede ejecutar el
paciente y las reacciones desencadenadas por aplicación de estímulos
estándar
 Revisar su estado de alerta y orientación al formularle preguntas de los
hechos.
 Observar si el sujeto está inquieto y combativo, si su diálogo es
incoherente o farfullante o si entiende y responde las preguntas de forma
apropiada.
 Paciente Valorar el nivel de conciencia
inconsciente  Usar la escala de coma de Glasgow y otra escala objetiva (véase la
Tabla 2-1)
 Observar si hay movimientos espontáneos de las extremidades, en
ambos lados e iguales
 Buscar evidencias de una postura de decerebración: aducción,
extensión e hiperpronación de los brazos; extensión y flexión plantar de
las extremidades inferiores (por lo general es el resultado de traumatismo
del tallo cerebral)
 Buscar evidencia de una postura de decorticación: flexión de los
brazos, las muñecas y dedos de las manos; aducción de las extremidades
superiores; extensión, rotación interna y flexión plantar de las
extremidades inferiores (por lo general es el resultado de traumatismo
cerebral grave)
 Medir la reacción ante estímulos verbales, táctiles y dolorosos;
clasificar la reacción como intencionada, inapropiada o no intencionada.
Si el paciente no está totalmente alerta y orientado puede sospechar:
 Déficit necrológico
 Lesión craneoencefálica
 Insuficiencia de oxigeno
 Desequilibrio hidroelectrolítico
 Infecciones (toxinas internas)
 Fármacos 0 alcohol (toxinas externas)
45-60 seg Valorar cara, cabeza
y cuello:
 Inspeccionar y Buscar desgarres, avulsiones de tejido deformidades y zonas blandas
palpar la cabeza y el (pueden indicar fractura con hundimiento del cráneo).
cuero cabelludo Revisar la simetría, ptosis, palidez, enrojecimiento de la piel congestión,
 Inspeccionar la cianosis peribucal, equimosis orbitaria y enrojecimiento conjuntival,
cara hemorragia abundante en la conjuntiva (signo de Pirchers) que denotan
traumatismo abdominal grave
Si el paciente tiene piel obscura hay que revisar la conjuntiva, las
membranas mucosas, las palmas de las manos y plantas de los pies.
Buscar cualquier laceración en la cara, pero es importante no distraerse
con un sangrado superficial
 Inspeccionar los Revisar las pupilas para apreciar su tamaño, movimiento y reacción
ojos y las reacciones directa y consensual a la luz
pupilares Revisar que haya un reflejo corneal intacto
Observar signos de traumatismo, cuerpo extraño, infección, hipovolemia,
lesión en el nervio simpático o la presencia de lentes de contacto
 Inspeccionar los Observar el color, el volumen y la consistencia de cualquier líquido de
oídos y nariz drenaje
Buscar signos de derrame de liquido cefalorraquídeo(el liquido no
coagula; muestra el signo del anillo y presencia de glucosa). En caso de
que el signo del anillo sea positivo, la sangre que gotee en una esponja o
un filtro no forma la mancha coman, y en vez de ello, los componentes
de la sangre forman uno o dos anillos en la periferia en tanto que el
centro permanece limpio
 Revisar la boca Revisar la mucosa bucal y debajo de la lengua; advertir inflamación,
cianosis, sangrado o dientes faltantes
Aspire el aliento del paciente (frutal, a acetona o alcohol) Revisar la
presencia de un reflejo adecuado.
 Inspeccionar y Preguntar si el paciente sufre dolor del cuello; palparen busca de
palpar el cuello espasmos musculares en tanto se conserva la inmovilización; palpar las
apófisis espinosas; advertir un dolor local, limitación de movimiento,
crepitación o deformidad de las apófisis espinosas
Inspeccionar y palpar las venas yugulares en busca de una distensión,
pulsaciones o colapso.
Palpar la tráquea y si está desviada valorar los ruidos pulmonares y
pensar en una posible atelectasia, tensión neumotoráxica o derrame
pleural
Palpar en busca de crepitación, enfisema subcutáneo; si los hay, piense
en la posibilidad de una fractura de la tráquea y el neumotórax
La lesión del cuello de un paciente inconsciente se sospecha por la
presencia de arreflexia fláccida, especialmente con flaccidez del esfínter
rectal; respiración diafragmática; capacidad de flexionar pero no de
extender los antebrazos; reacción dolorosa en la parte de las clavículas
pero no debajo de éstas; priapismo
50 a 60 seg Valorar el tórax Inspeccionar la simetría de la expansión toráxica, posición de
comodidad, retracción o empleo de músculos accesorios de la
respiración, equimosis, desgarres, heridas penetrantes, drenaje o
deformidades
Revisar la estabilidad del tórax y la jaula costal ejerciendo presión en el
esternón y empujando los lados de las costillas hacia el centro; el
enfisema subcutáneo se detecta por palpación
Percusión y auscultación bilaterales percibir los ruidos normales y
anormales de la respiración
Contar y anotar la frecuencia y el ritmo respiratorios
Anotar si los ruidos cardiacos son distantes o apagados
Contar el pulso apical
30 seg Valorar el abdómen Inspeccionar si se presenta distensión, masas manifiestas, cicatrices,
trastornos de la piel, desgarres, heridas penetrantes, contusiones,
equimosis o secreciones
Auscultar comenzando en el cuadrante superior derecho a un costado del
ombligo y desplazarse en el sentido de las manecillas del reloj, por los
cuatro cuadrantes; observar los ruidos intestinales (ruido de gorgoreo
intermitente de cinco a treinta veces por minuto); (sonidos parecidos a un
murmullo) o frotes (como dos piezas de cuero que se frotan).
Realizar la percusión para detectar el tamaño y la localización de órganos
y masas; advertir timpanismo; (estructuras huecas o llenas de aire) o
matidez (tejido denso).
Por último palpe para no perturbar los ruidos intestinales; efectúe una
palpación suave para relajar la musculatura y valorar de forma general y
una palpación profunda para detectar masas y visceromegalias
Anote dónde se localiza el dolor, el espasmo, la rigidez o el dolor de
rebote a la palpación
Palpar crestas ilíacas; aplicar presión a las espinas ilíacas antero
superiores y a la sínfis del pubis (el dolor a la presión sugiere fractura
pélvica 0 separación articular)
10 seg Valorar los genitales Buscar desgarres, hinchazones, secreciones, incontinencia, sangre en el
y el perineo meato (no se introducirá una sonda si se sospecha de lesión uretral)
60 seg Valorar las Inspeccionar deformidades obvias, heridas, fracturas, zonas equimóticas
extremidades y quemaduras; inmovilizar con férulas si se sospecha fractura
Valorar movimientos de las extremidades; si el paciente está
inconsciente detectar posturas de decerebración o descorticación y si está
consciente, detectar la igualdad y la adecuación de la potencia motora
Valorar los 5 puntos básicos en ambos lados:
 Dolor. Pedir al paciente que localice y describa el dolor; preguntarle si
aumenta o disminuye; palpar las extremidades y comenzar desde la zona
más alejada al dolor y palpar deformidades de la crepitación
 Pulso. Revisar todos los pulsos periféricos advirtiendo los que están en
un punto distante a cualquier lesión
 Palidez. Anote el color de las palmas de las manos y plantas de los
pies; mídase el tiempo de llenado capilar (normal de 3 a 5 segs); mídase
la temperatura de la piel
 Parestesias Pedir al paciente que describa lo que sienta (nada,
entumecimiento 0 sensación de "agujas"); pruebe el grado de
sensibilidad con la punta de una presilla (clip) para papel o el capuchón
de una pluma
 Parálisis Valorar la fuerza de agarre; pedir a la víctima que flexione,
extienda, efectúe la aducción y abducción de las extremidades dentro de
los limites que le permite el dolor (si no puede mover los brazos y las
piernas no aumente su angustia insistiéndole en que lo haga)
Piense en una posible lesión medular si el paciente tiene dolor en la
espalda espontáneo o a la palpación; si ha disminuido el nivel de
conciencia, si existe lesión en la cabeza o el cuello, si es evidente la
pérdida sensitiva motora o si lo sugiere el mismo mecanismo de la lesión
Cualquier persona que pueda flexionar con suficiente fuerza ambos
brazos a nivel del codo, que pueda abrir y cerrar fácilmente ambas manos
y que pueda girar con fuerza los tobillos y levantar cada pierna desde el
nivel de la camilla, posiblemente no tenga lesión de la columna. Los
patrones de debilidad pueden variar; sin embargo, la debilidad del brazo
y la mano suele denotar lesión cervical pero la debilidad de las piernas
con normalidad de la potencia en los brazos sugiere lesión de la columna
dorsal o lumbar
Medir la presión arterial en ambos lados
Detectar si hay edema en los pies o en el sacro
Si el tiempo y la situación del enfermo lo permiten, voltéelo para efectuar una valoración exhaustiva del
dorso. Nunca haga esto con un paciente del que sospecha lesión de la columna cervical o fractura de la pelvis
30 a 45 min Valorar cabeza, Continuar la inspección y palpar en basca de desgarres, deformidades y
cuero cabelludo y dolor a la palpación
cuello Detectar cualquier decoloración, abrasiones o deformidades
Valorar la cara Valore si hay dolor espontáneo y a la palpación y deformidades a lo
posterior del tórax largo de toda la columna
Revisar si existen equimosis, heridas abiertas, heridas penetrantes o
exteriores, segmentos fláccidos o sangre. Realice la palpación y
percusión para detectar dolor en el ángulo costovertebral
Percutir y auscultar ruidos pulmonares, para conocer la igualdad de los
mismos y la presencia de ruidos adventicios
Valorar los costados Identificar un sangrado retroperitoneal y algunas manchas equimóticas
y los glúteos en los flancos
Valorar el perineo Efectuar un examen del recto para determinar la presencia o ausencia del
tono esfinteriano y la presencia o ausencia de sangre manifiesta
Valorar las Inspeccionar y palpar las extremidades en busca de manchas
extremidades equimóticas, dolor a la palpación, deformidades y heridas
3. Atención y selección en la escena del desastre
Ralph L. Brown, E.M.T.-P., P.A.-C.
El sitio en que ha ocurrido un desastre constituye uno de los medios más difíciles en los que deben
actuar las enfermeras. Muchos son ruidosos, peligrosos y confusos. En ellos las enfermeras deben
trabajar muy de cerca con personal desconocido para ellas, utilizar equipo con el cual pueden no
haber tenido experiencia y seguir algunos procedimientos diferentes a los normales en la práctica
clínica diaria. Sin duda, la tensión emocional y física son factores extremos.
Este capítulo examina en detalle los problemas que deben afrontar las enfermeras en la escena de un
desastre, los pasos que deben seguir para superarlos y la forma en que pueden aplicar sus
conocimientos y experiencia para que la atención del paciente tenga un resultado positivo. La
organización del sitio del desastre y el proceso de selección que se lleva a cabo allí mismo son
aspectos que destacaremos. El capitulo concluye con sugerencias que pueden utilizar las enfermeras
en su preparación para auxiliar estas situaciones.
El reto en la escena del desastre
Los conocimientos de una enfermera para la atención de los pacientes son muy requeridos en una
situación de desastre; sin embargo, antes de que las enfermeras estén capacitadas para enfrentar tales
circunstancias, es necesario que comprendan los innumerables problemas y dificultades que pueden
distraer y desviar sus esfuerzos. Estos problemas pueden dividirse en tres tipos principales: 1)
entornos peligrosos; 2) sistemas sobrecargados y 3) atención inapropiada de las víctimas.
Peligros en la escena del desastre
El sitio de la catástrofe puede estar lleno de peligros para la vida o los miembros corporales de la
enfermera' los socorristas o las víctimas.
El simple hecho de caminar por escombros o subir por pendientes inclinadas puede lesionar a la
enfermera o incluso provocar daño posterior a la víctima del desastre. Entre los principales riesgos
que pueden existir en tal situación están los siguientes:
 incendio
 material explosivo
 humo u otros gases tóxicos
 cables de electricidad caídos
 restos que caen
 edificios que se derrumban
 inundaciones
 deslizamientos de tierra o avalanchas
 violencia de multitudes
La enfermera debe estar consciente de los peligros de la catástrofe y valorar el área en busca de los
mismos antes de entrar en el terreno de los hechos. Obviamente tales peligros pueden dificultar su
aproximación al paciente y la administración del tratamiento; también pueden entorpecer el
desplazamiento de los materiales médicos al área de desastre y la extracción de los pacientes de la
zona. Si la enfermera es lesionada o muere en un desastre significa una merma o pérdida en el
sistema de rescate de por si sobrecargado: una enfermera incapacitada significa que las víctimas no
se beneficiarán con sus conocimientos. Además una enfermera lesionada se vuelve una paciente más
que debe atender el personal de rescate. Por tal motivo, es absolutamente indispensable que las
enfermeras estén conscientes de los peligros de una cátastrofe y los eviten en todo momento.
Sistemas sobrecargados
Desde los sesenta, los servicios médicos de emergencia (SME) han evolucionado rápidamente. En
casi todas las comunidades se cuenta con técnicos médicos o paramédicos (TME) perfectamente
entrenados y bien equipados para tales situaciones. Estos técnicos médicos en urgencias y los
paramédicos están respaldados por los departamentos de bomberos, policía, grupos de rescate y otras
organizaciones que pueden ser solicitadas en una catástrofe. En muchas comunidades, las enfermeras
participan en el grupo de servicios médicos de urgencia como personal prehospitalario. También los
hospitales y su personal han evolucionado en su capacidad de atender a las víctimas de desastres
masivos. Sin embargo, sea cual sea tal progreso en la preparación contra desastres, cualquier hecho
clasificado como tal fácilmente sobrecarga los sistemas médicos de urgencia en la comunidad, y por
ello no funcionan como lo harían normalmente. Por ejemplo, la enfermera que está acostumbrada a
laborar en un medio controlado, puede sentirse desubicada cuando se enfrenta a la confusión de una
tragedia. Para contrarrestar la desorganización de un sistema de emergencias sobrecargado y que la
enfermera siga siendo una auxiliadora eficaz, en estas circunstancias debe entender los fracasos que
pueden surgir. Quizá la ley de Murphy que señala que "Todo lo que funciona mal seguirá
funcionando mal en el peor momento posible", sea válida cuando se prevean los fracasos de un
sistema de urgencias durante un desastre.
Comunicación
Uno de los problemas universales en casi todas las calamidades es la comunicación deficiente. Las
enfermeras no deben confiar en su capacidad para recibir o enviar información confiable,
especialmente en los primeros momentos de una catástrofe.1 Las frecuencias de radio pueden estar
saturadas de información equivocada, debido a que los técnicos médicos en emergencias (TMEs), los
paramédicos, los bomberos, la policía, los hospitales y los funcionarios gubernamentales
inicialmente es factible que tengan poco conocimiento acerca de la magnitud del desastre. En
muchas ocasiones no se notifica a las organizaciones y los hospitales de urgencia de la existencia de
un desastre y el personal más valioso acude a la escena de los hechos demasiado tarde. El equipo de
comunicación falla porque las líneas telefónicas están rotas, la electricidad falta o están agotadas las
baterías de los radios, lo que, además, imposibilita obtener asistencia y materiales médicos. Las
enfermeras atrapadas en esta situación muchas veces no saben como pueden ayudar, y por ello deben
preveer estos problemas de comunicación y adoptar medidas precautorias para que su actividad no se
vea afectada por ellos.
Equipo
Otro problema que puede presentarse es el de la falta de equipo médico y de rescate. El número
limitado de ambulancias y vehículos de rescate de una comunidad, resulta inadecuado para enfrentar
una situación de tragedia. Inmediatamente se utilizarán camillas, vendas, soluciones intravenosas,
férulas y otros materiales médicos, por ello existe la posibilidad de que muchos pacientes se vayan
sin éstos. Más aun, muchas veces los equipos para casos de desastre con que cuentan la mayoría de
las comunidades, son inadecuados y obsoletos. El equipo adicional quizá no pueda enviarse a la
escena de los hechos, o ser dirigido a un sitio equivocado, debido a la deficiencia en las
comunicaciones. Gran parte de los planes para situación de desastre comunitarios contemplan
acuerdos para el auxilio y el abastecimiento mutuo, por cuyo medio, las poblaciones vecinas se
ayudan entre si en caso de catástrofe, pero muchas veces transcurre mucho tiempo antes de que
llegue el equipo de socorro. Las enfermeras que afrontan un desastre deben tener claras las
limitaciones de equipo con que deberán trabajar.
Mando
En medio de la confusión y los peligros de un desastre, normalmente surge un tercer problema:
deficiencias en el mando.2 Las primeras unidades de socorro que llegan a la escena de la catástrofe,
por lo general no están muy seguras de quién es su superior, Conforme llega un número mayor de
pacientes pueden surgir innumerables "directores". Las órdenes son contradictorias y no se acatan las
de mayor importancia. Este problema disminuye en las etapas ulteriores al asumir el mando una
persona calificada.
La enfermera que acude tempranamente a un desastre debe preveer la posibilidad de enfrentarse a
conflictos en la coordinación del socorro. Es entonces cuando deben entender cuál es su papel en la
tragedia y, si es necesario, ser capaz de laborar con una supervisión mínima.
Personal
Una de las situaciones más difíciles que se presenta en una catástrofe es el empleo inadecuado del
personal. En estas circunstancias, una situación incómoda de por si se vuelve más desesperante. El
personal médico necesario para prestar su valiosa experiencia a los pacientes, a veces es designado
para realizar labores de rescate o se le confiere un cargo administrativo. Las enfermeras deben estar
conscientes de este problema y siempre que les sea posible, evitarán realizar tareas que las desvíen
de la atención directa de las víctimas.
Cumpliendo con el reto
La revisión de los problemas en un desastre puede hacer que se tenga una imagen sombría de lo que
pueda ocurrir. Sin embargo, las enfermeras que intervienen en él no deben sentir desaliento porque
tales obstáculos pueden ser superados si se establecen las siguientes tres metas en un intento por
prestar auxilio eficaz en una catastrofe:
1. Cerciorarse de que haya seguridad para el personal y los pacientes.
2. Organizar un sistema eficaz contra desastres.
3. Prestar la atención apropiada a las víctimas.
Cualquier enfermera que intervenga en la escena de los acontecimientos debe percatarse de que su
capacidad de atender a los damnificados se verá muy comprometida, salvo que en alguna forma
cumpla con las tres metas mencionadas. A pesar de ello, se necesita preocuparse en primer lugar por
las metas de seguridad y organización antes de concentrarse en la atención de una víctima (recuadro
3-1).
Formas de obtener seguridad
Todo el personal que interviene en caso de desastre, incluyendo las enfermeras, de be considerar
principalmente, el proteger: 1) a si mismos; 2) a sus compañeros y 3) a sus pacientes (en ese orden).3
Nada es más importante que tener la seguridad de que no ocurrirán más lesiones. Un socorrista
incapacitado constituye una gran carga para todos los otros participantes en las maniobras de auxilio.
En vez de la capacitación formal en seguridad, la enfermera debe confiar en su sentido coman para
tomar las precauciones necesarias en este sentido. Algunos de los aspectos por recordar son:
 Siempre evite los gases tóxicos situándose en dirección opuesta al viento.
 Protejase del tránsito colocando luces intermitentes o "destellos" a varios cientos de metros
del lugar donde atienda a las víctimas y un punto situado en la vía de la circulación vehicular.
RECUADRO 3 - 1 Valoración de la escena del desastre

La enfermera que entre al sitio de un desastre debe iniciar la evaluación de las tres fases utilizadas para el
control de la situación. Si alguna de las metas no es alcanzada, quizá necesite resolver el problema antes de
continuar con la atención de las víctimas.

Meta 1: la seguridad del área

La enfermera debe preguntarse a si misma:

 ¿Puedo entrar en el sitio del desastre con seguridad?


 ¿Que riesgos deben evitarse?
 ¿Existen peligros ocultos que necesito identificar?

Meta 2: organización del sistema para casos de desastre

La enfermera debe preguntarse a si misma:

 ¿En donde está la zona de desastre?


 ¿En que sitio está la zona de tratamiento?
 ¿Donde está la zona de transportación?
 ¿Está la persona encargada, laborando en cada una de las zonas?

Meta 3: suministro de la atención más apropiada a los pacientes

La enfermera debe preguntarse a si misma:

 ¿Necesito efectuar la selección de las víctimas?


 ¿Cuántos niveles de prioridad debo establecer?
 ¿Qué personal debe ser asignado a cada nivel?
 ¿Qué tipo de pacientes se asignarán al primer nivel de prioridad?
 Procure que otra persona desvíe el tránsito lejos de donde está usted.
 Coloque los vehículos en posición adecuada para protejerla a usted cuando preste socorro en una carretera
de alta velocidad (figura 3-1)
 Evite por completo acercarse a los cables de alta tensión caídos.
 Nunca trate de desplazar a un paciente que pueda estar en contacto con una fuente de energía.
 Señale los peligros que no sean tan obvios para que los adviertan los demás.
 Siempre valore rápidamente los peligros presentes en el terreno de los hechos, antes de penetrar en él.
 Permanezca cuando menos a unos 100 metros de cualquier incendio.
 Nunca entre en una estructura ardiendo.
 Permanezca cuando menos a unos 300 metros de los explosivos.
 Nunca penetre en una zona que pueda contener gases tóxicos.

La enfermera debe recordar que el entorno de algunas calamidades es tan peligroso que quienes
penetran en la zona pueden sufrir lesiones o morir. De ocurrir lo anterior, ella no debe entrar nunca a
ese sitio, y tratar de persuadir a los demás de que no lo hagan. Esta acción puede significar que la
enfermera no atienda a algunas víctimas.
Formas de organizar el sistema: personal presente en el sitio de los hechos
La clave para manejar eficazmente una situación de desastre y atender a los pacientes sin dilación, es
organizar un sistema efectivo para caso de calamidades que se base en la utilización adecuada del
personal en los sitios más apropiados. El sistema que han desarrollado las organizaciones para
prestar auxilio cuando ocurre un desastre, en el nivel local, estatal y federal para controlar grandes
urgencias, con frecuencia no es muy conocido por el personal de enfermería. Debido a que las
obligaciones de las diversas categorías del personal y la línea legal de autoridad en una zona de
calamidad debe conocerse bien antes de que la enfermera se integre a la organización de auxilio, aquí
presentamos una explicación breve de los diferentes tipos de personal que participarán en las
maniobras de socorro y sus obligaciones, la cual puede ayudar a la enfermera a entender mejor la
foma en que se manejan estos casos.

FIGURA 3 - 1 Colocación, por cuestiones de seguridad de los vehículos en la zona del desastre
Nota: Proteja la zona de un accidente en una carretera colocando su vehículo a unos 17 m, en sentido
del tránsito, con las luces de emergencia brillando intermitentemente y estacionado con el frente en
dirección opuesta al lugar de los hechos. Coloque una fogata en dirección al tránsito vehicular a unos
50 a 100 m de distancia, para que los vehículos que circulen a gran velocidad tengan tiempo
suficiente para frenarse.
Departamento de policía
Los encargados de hacer cumplir la ley suelen ser los primeros en recibir aviso en caso de un
desastre, por lo que casi siempre llegan al lugar de los hechos antes que nadie. A menudo es un
oficial de la policía quien advierte la existencia de la calamidad y notifica a otras organizaciones
solicitando ayuda.
Varias organizaciones encargadas del cumplimiento de la ley pueden responder ante una catástrofe
(por ejemplo: patrullas de caminos, policía estatal, policías a nivel municipal o local). Estos
funcionarios pueden participar en las labores de rescate o en la atención de los heridos, su tarea más
importante es mantener la seguridad en el área de la tragedia. También resulta de enorme utilidad
para conservar el tránsito de vehículos, alejar a los curiosos, y dirigir al equipo de rescate al interior
del área. La seguridad global del personal que interviene en el acontecimiento también está
resguardada por los oficiales de policía.
Departamento de bomberos
Los bomberos también intervienen en forma activa en la mayoría de las calamidades. Además de
atender a las víctimas, ellos son los responsables de controlar los incendios y otros agentes peligrosos
y, por lo general, tienen la experiencia y el equipo para extraer a los damnificados de edificios en
ruinas o de vehículos chocados. La enfermera debe saber que generalmente el jefe de bomberos y sus
oficiales tienen la responsabilidad legal de dirigir innumerables maniobras en el lugar de los hechos.
Es de mencionar que en algunas comunidades el presidente municipal o el jefe de la policía son los
responsables de ello.2
Personal del SME (Servicio médico de emergencias)
En casi todas las comunidades, el personal de los servicios médicos de emergencias es el encargado
de atender a los pacientes antes de que estos lleguen al hospital. Es probable que la enfermera
colabore íntimamente con dicho personal en una catástrofe, y por esta razón se combinan los
esfuerzos y experiencia de ambos o con los del equipo paramédico, para de esa manera dar la mejor
atención a las víctimas. El personal de los SME en un desastre, comprende a los técnicos
propiamente dichos, quienes se pueden encargar de los procedimientos básicos necesarios para
conservar la vida de un paciente y proporcionar la atención fundamental de algunos traumatismos.
Los técnicos avanzados y los paramédicos también pueden encargarse de los mismos procedimientos
y del tratamiento traumatológico en niveles más elevados. Pese a que los técnicos y los paramédicos
no cuentan con el respaldo médico de una enfermera están perfectamente preparados para atender a
las víctimas en medios prehospitalarios.
Esta área del personal trabaja bajo la autoridad del sistema medico local o regional, que los comunica
por medio del radio con otro médico o enfermera o les señala los métodos ya establecidos para que
lleven al cabo la asistencia de las víctimas. En muchas comunidades el sistema de los servicios
médicos de emergencia envía a una enfermera al sitio de los hechos para supervisar al personal.
Independientemente de que los técnicos y los paramédicos continúen sus labores dentro de su
sistema clínico normal o que en una catástrofe estén bajo las órdenes de una enfermera, ella y el
personal mencionado deben trabajar en perfecta armonía, ya que ambos cuentan con la experiencia y
los conocimientos que pueden beneficiar a los pacientes.
El personal de los servicios médicos de emergencia posiblemente provenga de diversas instituciones.
Los departamentos de bomberos, policía y organizaciones de ambulancias, pueden enviar ya sea
técnicos o paramédicos. En las áreas rurales o las ciudades pequeñas es probable que un número
importante de ellos procedan de las asociaciones de voluntarios locales que prestan servicios de
ambulancias.
La enfermera, también, debe percatarse de que en muchos sistemas comunitarios para situación de
desastre se solicita la participación de un técnico o paramédico jefe, quien actúa como responsable de
la selección. Estas personas reciben capacitación adicional para ejecutar esa tarea y pueden tener
experiencia en este campo por haber participado en simulacros de desastres o por haber intervenido
en calamidades reales.
Personal médico
En algunos programas para caso de desastre, se solicita la intervención de grupos de médicos y
enfermeras para que acudan al sitio de los hechos. Su participación puede incluir la atención de las
víctimas, la selección de éstas o ambas tareas. En muchos casos la enfermera está por casualidad en
el sitio de los hechos. En cualquiera de las dos situaciones mencionadas, ella se encuentra en una
situación óptima para cubrir una de las grandes necesidades de una situación semejante: llevar a cabo
las medidas necesarias para conservar la vida de un paciente.4 A pesar de que la valoración de las
víctimas y la administración de tratamientos más complejos, son las tareas más importantes de una
enfermera, ella puede considerar necesario el encargarse de otras labores. Sin embargo, siempre que
sea posible, la asistencia de las víctimas tendrá la mayor prioridad.
Líderes del gobierno
Pocos son los líderes de los gobiernos local, estatal o federal que intentan dirigir las maniobras de
rescate en el sitio de los hechos; las personas más aptas para esta tarea son los oficiales de bomberos
o de la policía. Los funcionarios de gobierno desempeñan sus tareas importantes por medio del
centro de operaciones de emergencias (COE).2 Muchos municipios y todos los estados tienen una
estructura perfectamente protegida, de manera que pueden albergar a diversos funcionarios y
proveerles de mapas del área del desastre, listas de hospitales o de organizaciones de emergencia
idóneas, y de un sistema complejo de comunicaciones por radio. Dicho centro coordina la valoración
de las necesidades en la escena del desastre y el envío de unidades de apoyo que puedan utilizar los
directores en el sitio mismo. También puede dirigir el flujo de víctimas desde el lugar del desastre
hacia los hospitales que tengan más capacidad para atenderlas.
Organizando el sitio de los hechos
Una vez que la enfermera se familiariza con el personal que trabaja en la zona del desastre, sabrá en
dónde dicho personal debe concentrar sus conocimientos más provechosamente. Para la mejor
organización del personal, el lugar del siniestro debe dividirse en tres zonas: 1) de desastre; 2) de
tratamiento, y 3) de transportación (figura 32). A cada zona se le asigna diferente tipo de personal.
Zona de desastre
La zona de desastre es la localización real del incidente (colisión de un avión o área en que se
derrumbó un edificio). Las víctimas pueden estar dispersas en todo ese entorno peligroso. Debido a
que este sitio es, por su naturaleza el de mayor confusión y peligroso en toda el área de la tragedia,
constituye un punto difícil para suministrar atención adecuada a los damnificados. Si el personal
experto en desastres trata de atender a los pacientes en ese lugar, puede fracasar a causa de la
dificultad para trasladar los suministros médicos y por la disgregación del personal. Por tal motivo
las actividades por realizar en la zona del desastre, incluyen a las siguientes:
 brindar seguridad en el sitio de los hechos
 lograr el acceso a las víctimas
 estabilizar las condiciones que pueden ser mortales para los damnificados
 desplazar a los pacientes a una zona mejor para su tratamiento
La mayor parte del personal de socorro se envía inicialmente a esta zona para estabilizar y
transportar a los damnificados. A medida de que se evacue a un número cada vez mayor de personas
de la zona, se efectúa un cambio en el personal. En este momento hay que redistribuir a los técnicos,
a los paramédicos y a las enfermeras para que permanezcan con los damnificados en el área de
tratamiento; los bomberos y el resto del personal de rescate debe continuar con sus labores de extraer
a las víctimas y transportarlas lejos de la zona de desastre.

FIGURA 3 - 2 Organización por zonas del sitio de desastre


Los damnificados deben ser alejados de la zona de desastre lo más pronto posible, incluso, antes de
que se les realice una valoración clínica detenida. Para protegerlos en caso de sufrir lesiones ocultas,
se les transportará en tablones de madera y no en camillas. Los programas de rescate bien elaborados
deben contemplar una provisión abundante de tablones de madera los cuales se pueden hacer de
triplay, a un costo razonable y almacenarlos hasta que se necesiten.
En la zona del desastre puede hacerse la selección inicial de los heridos. Los primeros técnicos en
medicina de emergencia o enfermeras que lleguen tendrán que identificar a las personas que deben
ser transportadas en primer lugar a la zona de tratamiento, ya sea por tener las lesiones al parecer
más graves o porque están en el lugar donde los grupos de rescate entran y salen del área.
Zona de tratamiento
Es necesario establecer una segunda zona hacia la cual se debe llevar a los pacientes para que reciban
tratamiento. Generalmente se les sitúa a unos 150 metros de la zona de desastre, salvo que el entorno
sea tan peligroso que obligue a alejarlos aún más. La zona de tratamiento es un área mejor en la cual
se lleva a cabo la atención de los pacientes, porque en ella se puede concentrar el equipo y el
personal y que de alguna forma están ya un poco alejados de la confusión que priva en la zona de la
catástrofe. En una situación extrema las enfermeras deben pasar la mayor parte de su tiempo en esta
zona, y las actividades por realizar allí son las siguientes:
 selección de pacientes para asignarlos a las categorías de tratamiento
 valoración detenida de cada víctima
 tratamiento de lesiones
 preparativos para su transportación
Las víctimas deben disponerse en hileras, de acuerdo con la gravedad de sus lesiones, y las que
tengan la máxima prioridad se colocan en la fila que se transportará en primer término, los de la
segunda prioridad se colocan en la siguiente hilera, y así sucesivamente. Los extremos de cada hilera
deben estar muy cerca de la zona de transportación para que los socorristas desplacen a los
damnificados a las ambulancias sin tener que "brincar" sobre otras víctimas (Fig. 3-3)
Zona de transportación
Los directores o líderes en la zona de desastre deben establecer la de transportación, tan pronto se
hayan delimitado las de la catástrofe y la de tratamiento. La zona de transportación debe estar
localizada junto a la de tratamiento y lo suficientemente despejada como para que entren y salgan los
vehículos de urgencias. Estos últimos serán dirigidos por el centro de operaciones de emergencias
para penetrar en la zona de transportación y para descargar material o personal. Una vez hecho lo
anterior, las ambulancias u otros vehículos idóneos pueden recoger a los pacientes y transferirlos a
los hospitales. El personal que trabaja en este sitio está integrado principal mente por oficiales de la
policía o por bomberos. (Consúltese el capitulo 5, correspondiente a las tareas de la enfermera
durante la transportación de un herido.)
El responsable de las actividades en un desastre
La división del trabajo y la demarcación de las diferentes zonas, sin embargo, no constituirán por si
un sistema que funcione eficazmente en un desastre. Se necesita que una persona capaz asuma el
control del área de la catástrofe. La mayoría de los programas para situaciones de este tipo incluyen
tres posiciones de control importantes: 1) El encargado en desastres 2) el responsable de la selección;
3) el encargado de la transportación.
Encargado en desastres. La dirección general de la atención en un área de desastre en la mayoría de
las comunidades es responsabilidad del jefe de bomberos. Como el encargado en desastres el jefe o
alguno de sus subordinados es el encargado de establecer las tres zonas mencionadas y de asignar
personal a las mismas, la mayor parte de los esfuerzos del encargado en estos casos debe orientarse a
dirigir las actividades en la zona mencionada, y por ello el puesto de mando debe colocarse junto a
esta zona.
Responsable de la selección. El responsable de la selección puede ser un técnico médico, un
paramédico, una enfermera o un médico en la zona de tratamiento y debe cubrir dos funciones: 1)
valorar rápidamente el estado clínico de la víctima y asignarla a una categoría de prioridad en la zona
de tratamiento, y 2) asegurarse de que sea asignado el personal médico para atender a estos
damnificados en la zona.
Muchos expertos piensan que las enfermeras deben delegar la tarea de selección a otra persona con
menos conocimientos clínicos, ya que en ella se realiza sólo la valoración básica pero no la
administración del tratamiento.4 Pueden utilizarse mejor los conocimientos y experiencias de la
enfermera en la valoración detenida de las víctimas y en su tratamiento.5 Sea quien sea el encargado
de selección, las enfermeras deben comprender los principios de toma de decisiones en la selección
de las víctimas. Ellas continúan llevando a cabo la valoración de los pacientes y a veces pueden
necesitar aconsejar al responsable de la selección respecto a los cambies en el estado clínico de una
persona, los cuales obligan a cambiar a la misma a otra categoría de prioridad.
FIGURA 3 - 3 Disposición de los pacientes en la zona de tratamiento
El responsable de la selección debe de estar en la entrada de la zona de tratamiento, de manera que
todos los damnificados que penetren en ella, pasen ante el para que los asigne a una categoría.6 Debe
efectuar esta tarea en menos de 30 segundos para así asegurar el tránsito rápido de pacientes a través
de la zona. Si el flujo de heridos es demasiado grande para un solo encargado de selección, pueden
asignarse a algunos asistentes que colaboren en la valoración de las víctimas a medida que pasen por
esta zona.
Esta valoración de selección puede realizarse de forma competente con la práctica, y es semejante a
la revisión inicial expuesta en el capitulo 2. La enfermera a quien se le solicita que practique dicha
exploración conforme la víctima llega a la zona de tratamiento, puede basar dicha exploración en
cuatro aspectos:
1. Pulso y respiraciones de la víctima.
2. Nivel de conciencia.
3. Descripción del estado clínico de la víctima por parte de los socorristas que la
transportaron.
4. Revisión rápida de las principales áreas y órganos del cuerpo para detectar problemas
obvios.
La categoría que asigna el encargado de selección después de la exploración es sólo tentativa. El
personal de los servicios de emergencia o una enfermera independientemente iniciarán una
valoración más detenida, y pueden señalar al responsable de selección la necesidad de reasignar a la
víctima a otra hilera. Esta especie de trabajo en equipo entre el personal de la zona de tratamiento
permite la mejor atención de un gran número de víctimas en un corto tiempo.
Encargado de transportación. La persona responsable de dirigir los vehículos de emergencia, tanto
dentro de una zona de desastre, como fuera de ella, es el encargado de transportación. Probablemente
sea un oficial de policía y él estará en la zona de transportación, pero cerca de la de tratamiento y
debe colaborar con el personal médico para asegurarse que, en primer lugar, los pacientes colocados
en las hileras de prioridad más alta sean transportados a los hospitales.
Atención médica apropiada
Selección de los pacientes
La enfermera que supervisa o trata a las víctimas de un desastre se enfrenta a diversos tipos de
pacientes. Por tal motivo, para que un sistema de auxilio brinde ayuda eficaz, es esencial que se
administre el tratamiento preciso a cada tipo de damnificado y que se sepa que la asistencia
apropiada para un paciente en una situación ajena a la de desastre, quizá sea inapropiada en las
condiciones de una calamidad. Por ejemplo, las personas gravemente enfermas en situaciones
clínicas normales pueden tener un buen diagnostico debido a la excelente atención que reciben a
troves del sistema médico de urgencias. Los grupos completos del personal médico pueden
concentrar sus esfuerzos para salvar la vida de un solo paciente que ha sufrido un accidente
automovilístico trágico o que presenta una grave urgencia quirúrgica. Sin embargo, la persona
afectada de este tipo de problemas en una situación de desastre masivo, quizá no pueda ser salvada,
debido a que el poder humano y el equipo necesarios para atender a un solo paciente en estado
critico, deben utilizarse para un gran número de víctimas. Las prioridades normales cambian en una
catástrofe. El paciente en estado crítico que en circunstancias comunes recibiría la atención heroica
del personal para salvarle la vida, quizá deba colocarse en una categoría de baja prioridad para salvar
a las personas con un pronóstico superior en una situación de desastre. Para entender con más
precisión como tomar estas decisiones de selección, la enfermera debe revisar los siguientes tipos de
víctimas que se encuentran en un desastre y su posición en las categorías de prioridad.
Muerte probable. En esta categoría estarán las personas que han sufrido una lesión o enfermedad
que probablemente será mortal, dependiendo de la atención que reciban. Las personas con lesiones
craneoencefálicas masivas, paro cardiaco, y las que han sufrido un traumatismo extenso del tórax,
son ejemplos de víctimas muy graves con un pronóstico muy pobre en circunstancias normales. Por
lo general, se acostumbra asignar a este tipo de víctimas a las categorías de prioridad más bajas,
durante una calamidad.
Estado crítico. En una catástrofe muchas personas sufren lesiones gravísimas que pueden causar la
muerte, como son neumotórax a tensión o hemorragia intraabdominal, pero si son atendidas en un
hospital en un término de 30 a 60 minutos de haber acaecido el problema, su pronóstico puede ser
satisfactorio. Si son transportados y tratados rápidamente en un hospital, habrá que asignarlos a una
categoría de alta prioridad; si no pueden llegar pronto al hospital su pronóstico será tan
insatisfactorio que la enfermera puede incluirlos en un nivel de baja prioridad.
Estado grave. El paciente con el mejor pronóstico en una catástrofe es aquel que tiene un trastorno
grave, es decir, lesiones tales como múltiples fracturas, o neumotórax. No están en peligro de muerte
inminente y su tratamiento no requiere de la participación de todo el personal médico. Hay gran
probabilidad de que el enfermo con lesiones graves sea salvado dentro de un sistema sobrecargado, y
por tal motivo, se le asigna la más alta prioridad de tratamiento y transportación.
Estado estable. Las víctimas sin trastornos que amenazan la vida pero que necesitan de atención
médica en el hospital, son muy abundantes en la mayoría de las catástrofes. Las personas que sufren
una fractura cerrada de la pierna o una quemadura de segundo grado en una zona pequeña del
cuerpo, constituyen un ejemplo de esta categoría. Ellas pueden esperar algunas horas mientras se les
trata en un hospital y aún así tener una recuperación excelente. Cabe incluirlas en una categoría
media o inferior de prioridades.
Lesiones menores. Los damnificados que presentan abrasiones y contusiones y que pueden recibir
atención médica en el lugar del desastre y vuelven a su hogar, o pueden acudir por si mismos a sus
médicos particulares, constituyen un grupo de sujetos con lesiones menores, cuya prioridad en el
sistema de jerarquización es baja.
Muerte. Generalmente las muertes se relacionan con un desastre. La víctima que ha fallecido en el
lugar de los hechos debe colocarse en la categoría más baja de prioridades.7 En un desastre, rara vez
se ejecutan las maniobras de reanimación cardiopulmonar, pues es casi imposible "resucitar" a una
persona que ha sufrido un paro cardiaco, dadas las circunstancias de desastre. El tratamiento
requeriría del uso de personal y equipo con el cual se pueden obtener mejor resultados en pacientes
más viables.6 El cadáver debe tratarse con respeto y ser llevado a un área alejada de la zona de
tratamiento. En un sistema simple de selección, el fallecido se coloca en la misma hilera de los
pacientes con lesiones graves y mortales.
Sistemas de selección
Existen innumerables sistemas de selección y muchas comunidades han diseñado ya uno de ellos
dentro de sus programas en caso de desastre. En algunos sistemas se pide colocar a los pacientes en
una de las tres categorías de prioridad, en tanto que otros pueden tener hasta cinco o seis niveles. Una
mirada a los dos sistemas típicos de selección puede ayudar a las enfermeras a adoptar cualquiera de
ellos.
Sistema de tres categorías
El sistema más sencillo de selección cuenta tan sólo con tres niveles de prioridad para colocar a los
pacientes (Recuadro 3-2).8 Este tipo de sistema funciona adecuadamente para grupos pequeños de
víctimas o cuando la confusión en el terreno del desastre es extrema. El sistema mencionado también
es útil de establecer cuando la enfermera debe iniciar el programa de selección sin auxilio de otras
personas. Siempre es posible ampliarlo a un sistema de cuatro o cinco categorías, si así lo exigen las
circunstancias.
En un sistema de tres categorías, los pacientes viables, en caso de recibir tratamiento en los primeros
30 o 60 minutos, son asignados a la hilera de máxima prioridad en la zona de tratamiento. En la
segunda hilera se coloca a los pacientes estables; y a los que tienen la posibilidad de fallecer o ya
murieron, se les coloca en la tercera hilera junto con las personas con lesiones menores que pueden
esperar algunas horas para su atención. Estas personas deben estar separados de los cadáveres.
Sistema de cinco categorías
La enfermera puede utilizar un sistema más complejo de cinco niveles de prioridad (Recuadro 3-3),
el cual prefieren un gran número de comunidades y que está elaborado con base en los sistemas
militares.5 La diferencia principal entre este sistema y el de tres categorías es la adición de categorías
separadas para los pacientes con lesiones menores y los fallecidos.
RECUADRO 3 - 2 Sistema de selección de tres niveles de prioridad
Primera prioridad
 Problemas de cualquier tipo en las vías respiratorias
 Casi todos los tipos de lesiones en el tórax
 Deterioro de los signos vitales
 Sospecha de hemorragia interna
 Hemorragia externa severa no controlada
 Lesiones craneoencefálicas con disminución del nivel de conciencia
 Quemaduras de espesor parcial y total que abarquen de 20 a 60% de la superficie corporal
 Algunos tipos de urgencias médicas, como status epilépticus o choque insulínico sulínico
Segunda prioridad
 Fracturas abiertas
 Fracturas múltiples
 Lesiones de la columna
 Desgarres grandes
 Quemaduras de espesor parcial y total que abarquen de 10 a 20% de la superficie corporal
 Urgencias médicas como angina de pecho o coma diabético
Tercera prioridad
 Quemaduras menores
 Fracturas cerradas
 Luxaciones y esguinces
 Desgarres menores
 Abrasiones y contusiones
 Lesiones probablemente mortales como aplastamiento del cráneo o quemaduras de espesor
total que abarquen de 80% a 100% de la superficie corporal
 Paro cardiaco
 Persona evidentemente muerta
Casos Especiales
La mayor parte de los pacientes pertenecen a algunos de los niveles de prioridad ya señalados; sin
embargo, hay que tener presente unas cuantas situaciones inusuales. El personal lesionado con
frecuencia se coloca en la hilera de más alta prioridad para su tratamiento y transportación, a pesar de
no presentar heridas muy graves. Esta regla básica de rescate ayuda a levantar el ánimo de los demás
socorristas. De manera similar, si entre las víctimas de la catástrofe se encuentran los familiares de
algunas personas que intervienen en el rescate también se les coloca en la prioridad más alta, por la
misma razón. Deben darse consideraciones especiales a los pacientes demasiado agitados o
violentos, ya que pueden distraer al personal de sus tareas y hacer que disminuya el ánimo, razón por
la cual la enfermera debe decidir si los coloca en la hilera de mayor prioridad, a efecto de alejarlos de
la escena de los hechos tan pronto como sea posible.
RECUADRO 3 - 3 Sistema de selección de cinco niveles de prioridad
Primera prioridad
 Problemas de cualquier tipo en las vías respiratorias
 Casi todos los tipos de heridas en el tórax
 Deterioro de los signos vitales
 Sospecha de hemorragia interna
 Hemorragia externa profusa no controlada
 Lesiones craneoencefálicas con disminución del nivel de conciencia
 Quemaduras de espesor parcial y total que abarquen de 20 a 60% de la superficie corporal.
 Algunos tipos de urgencias médicas, como status epilépticus o choque insulínico sulínico
Segunda prioridad
 Fracturas abiertas
 Fracturas múltiples
 Lesiones de la columna
 Desgarres grandes
 Quemaduras de espesor parcial y total que abarquen de 10 a 20% de la superficie corporal
 Urgencias médicas, como asma o angina de pecho
Tercera prioridad
 Quemaduras menores
 Fracturas cerradas
 Luxaciones y esguinces
 Desgarres menores
 Abrasiones y contusiones
Cuarta prioridad
 Pérdida severa de sangre con choque profundo y prolongado
 Exposición aguda de todo el cuerpo a una radiación de 500 rads
 Lesiones por aplastamiento de la cabeza
 Quemaduras de espesor parcial y total que abarquen de 80 a 100°70 de la superficie
corporal
Quinta prioridad
 Paro cardiaco
 Personas indudablemente muertas
Colocación de marbetes
Casi todas las comunidades cuentan con un método para marcar a los pacientes con un marbete, para
que el personal asistencial conozca el estado general de cada víctima. Estos marbetes también
pueden contener información clínica importante, como los signos vitales y los medicamentos
administrados a la víctima.6
Los sistemas de marbetes son muy convenientes, pero poseen algunas limitaciones cuando las
comunidades utilizan procedimientos diferentes en la significación de los mismos. Algunos
procedimientos utilizan un marbete rojo para distinguir a un paciente de mayor prioridad, en tanto
que en otros sistemas dicho color indica la prioridad más baja. Muchas comunidades colocan dibujos
en el marbete (un conejo o la luz roja de un semáforo) para indicar la prioridad de la víctima.
En algunos casos los marbetes para casos de desastre, posiblemente lleguen después de que muchos
damnificados ya fueron desplazados de la zona de tratamiento. Cuando la enfermera no cuenta con
los marbetes, puede fijar con algun adhesivo un trozo de papel en el brazo o el tórax del paciente y
escribir en él los datos clínicos del mismo.
Las enfermeras que están frente al dilema de un sistema confuso de marbetes o ante la ausencia
definitiva de él, pueden resolverlo con frecuencia al colocar un trozo de cinta adhesiva en la frente
del paciente y escribir en él "primera prioridad" "segunda prioridad" y así sucesivamente. Estas
palabras escritas serán entendidas con toda claridad, pues el uso de algunos símbolos puede ser
interpretado de forma errónea. Estas etiquetas también pueden superponerse a los marbetes
existentes para asegurarse de que todos entienden la categoría de la selección de la víctima. Si al
valorar de nuevo a la víctima, mientras espera que se le transporte, se advierte que ha cambiado su
estado clínico puede modificarse la información del marbete o elaborar uno nuevo para indicar el
cambio.
Ejemplo de una catástrofe
Para ilustrar las maniobras de auxilio eficaces en un desastre, imagine los hechos que involucran a
dos participantes ficticios en una catástrofe (Recuadro 3-4). El escenario del accidente es un campo
de beisbol y la emergencia es el derrumbe de una sección de gradas. Uno de los participantes es un
joven que se lesionó al derrumbarse las gradas y cl otro es la enfermera que llega poco después de
ocurrir el suceso.
Preparándose para un desastre
Las enfermeras pueden mejorar en grado sumo su capacidad para auxiliar en desastres, al hacer
preparativos con anterioridad. Dedicar a dichos preparativos unas cuantas horas al mes en el
transcurso de un año o dos puede significar la diferencia entre actuar de forma ineficaz, o aplicar los
conocimientos y la práctica de enfermería, como todo un elemento
competente, para salvar la vida de los damnificados.
RECUADRO 3-4 Ejemplo de un caso

Las gradas se derrumbaron a eso de las 22.30 horas de una noche de verano, lesionando a 70 personas y
causando una falla en el suministro eléctrico que sumió a toda la zona del desastre en la oscuridad.

El despachador de emergencia con el numero 911 que había sido alertado por los vecinos envió a un oficial
de la policía para investigar. Él, después de valorar la situación, pidió una ambulancia y un camión de
bomberos. Cuando llegaron los técnicos médicos en emergencias (EMTs), treparon a la parte más alta del
graderío en compañía del oficial y allí descubrieron a un gran numero de personas lesionadas y atrapadas. Al
percatarse de que la magnitud del desastre era mayor de lo que un sistema de urgencias normal podía
manejar, pidieron la colaboración del despachador, quien activo el programa para casos de desastre de la
comunidad. Inmediatamente llegaron al sitio de los hechos más policías, técnicos médicos en emergencias y
bomberos, con sus equipos y material adecuados para estas situaciones. Se notificó al jefe de bomberos, al
centro de operaciones de emergencias y otras autoridades. El COE avisó a hospitales locales y regionales,
que a su vez tomaron algunas medidas para coordinar las labores de apoyo en la catástrofe.

Al pasar en su automóvil por el estadio de beisbol, una enfermera vio llegar a los camiones de bomberos que
se estacionaban para prestar ayuda. Observó la escena de caos: personas que corrían, gritos pidiendo auxilio y
metal aplastado. Insegura en un principio acerca de la forma en que podría ayudar, vio a los oficiales de la
policía tratando de alejar a los curiosos de los cables de la luz que se hablan caído y a los técnicos médicos y
bomberos tratando de rescatar a las víctimas de entre las ruinas. Se percató de que al realizar tales maniobras,
trataban de que la escena del accidente fuera un sitio seguro, con lo cual cumplían la primera meta de la
atención en casos de catástrofe.

En este momento la enfermera advirtió que la mejor forma como podía ayudar era organizando el área del
desastre, que es la segunda meta del programa para casos de tragedias. Una zona de pasto en el campo de
juego, muy cerca de la carretera, fue el sitio ideal para establecer la zona de tratamiento, y varios técnicos
médicos la auxiliaron para desplazar a los primeros tres damnificados al área. Antes de que los técnicos
regresaran a la zona del desastre se había llevado a cabo la valoración del estado de las tres víctimas y se
iniciaba el tratamiento de las mismas.

Durante ese tiempo, los funcionarios comenzaron a asignar personal al Centro de Operaciones de Emergencia
para recibir los reportes de la situación del desastre, solicitar la ayuda de las comunidades vecinas, reclutar
personal y equipo adicionales. Todos los hospitales locales pusieron en marcha sus propios programas para
situación de desastre y hablan notificado al COE respecto al número y tipo de pacientes que podían recibir.

Una de las víctimas, un joven que percibió las primeras señales del desastre, como el ruido de las gradas al
caer y el parpadeo de las luces, quedó atrapado debajo de una montaña de tablones de madera y vigas de
metal. Imposibilitado para moverse y auxiliar a otras víctimas, sólo pudo esperar hasta que un socorrista
llegara con una lamparilla de mano, le hiciera una señal y le pidiera que esperara.

Mientras tanto, la enfermera al advertir que los técnicos médicos no se sentían cómodos realizando las tareas
de selección, se ocupó ella misma del proceso en las víctimas que comenzaban a llegar en un número cada
vez mayor. Se colocó a la entrada de la zona de tratamiento y rápidamente examinó a cada persona que le
llevaban. Trabajó con rápidez, y determinó el nivel de conciencia y la frecuencia del pulso de cada víctima
También, revisó el cuerpo de cada uno de los damnificados para saber si había sufrido alguna lesión grave, y
recibió los reportes del personal de rescate, respecto de lo que hablan encontrado cuando rescataron a las
personas y las llevaron a la zona de tratamiento.

La enfermera comenzó a clasificar a las víctimas de acuerdo con sus necesidades, utilizando el sistema de
selección simple de tres niveles de prioridad. Los accidentados que necesitaban tratamiento y transportación
inmediatos fueron colocados en la primera hilera por los técnicos médicos y la enfermera dio instrucciones al
personal médico que estaba con ella, para que concentrara sus esfuerzos en atender a esos pacientes. También
colocó en la frente de cada lesionado un trozo de cinta adhesiva en que escribió el nivel de prioridad al que
pertenecían.

Al aumentar el numero de víctimas, se formaron dos hileras para lesionados de la segunda prioridad, y
después, tres hileras. Hubo de tomarse decisiones difíciles: colocar a un paciente con heridas profundas y
masivas que le ocasionarían una hemorragia mortal, al final de la tercera hilera, de modo que otros pacientes
mas viables pudieran recibir atención.

El joven que quedó debajo de los escombros, finalmente fue liberado, y llevado sobre un tablón a la zona de
tratamiento por el personal que le hizo una revisión inicial para saber si tenía alguna lesión mortal. Cuando
llegó a la zona de tratamiento, la enfermera le tomó el pulso, y revisó su cabeza, palpó su tórax y su
abdomen, y observó sus extremidades para saber si tenía alguna hemorragia oculta. El socorrista indicó a la
enfermera que el joven posiblemente tenía una fractura. Resultó ser la única lesión obvia, de manera que se
colocó al joven en la hilera de segunda prioridad. Por primera vez se le midió su presión arterial, lo cual se
repitió varias veces antes de llegar al hospital. Quince minutos después de su rescate, la enfermera y el
técnico médico de urgencias hablan inmovilizado su pierna colocando vendajes en sus abrasiones y raspones,
y lo habían cubierto con una manta.

Al llegar las unidades de apoyo de las comunidades vecinas (30 minutos después de iniciado el desastre), la
enfermera pidió a los paramédicos que continuaran con la selección para que ella pudiera dedicarse a las
víctimas que no hablan recibido tratamiento. Un grupo de enfermeras, paramédicos y técnicos medicas en
emergencias trabajaban en conjunto para aplicar sueros intravenosos, aspiración, trajes antichoques,
intubación nasotraqueal y otras técnicas terapéuticas. Los pacientes después de haber sido valorados y
tratados, estuvieron listos para su transportación, de acuerdo a las prioridades que se les hablan asignado.9
Los muertos fueron transportados al depósito de cadáveres de la ciudad, por los empleados de las funerarias
de la localidad.

90 minutos después de que se derrumbaron las gradas, la enfermera volvió al hospital en donde trabajaba.
Fue llevada en la misma ambulancia que transportaba al joven con la pierna fracturada, y ella auxiliaba al
técnico en la atención de los pacientes mientras se dirigían al hospital.

Preparación personal antes de un desastre


Muchas enfermeras se preparan personalmente para dominar las maniobras de auxilio en desastres, al
ampliar sus conocimientos y su práctica médica en situaciones de emergencia. Pueden iniciar su
entrenamiento efectuando venoclisis o pasando tiempo adicional en el departamento de urgencias, a
efecto de revisar los procedimientos especiales de tratamiento para problemas ortopédicos,
quemaduras y otras lesiones. Un departamento de urgencias con un gran volumen de trabajo también
es un sitio excelente para practicar la selección. La enfermera podría beneficiarse si asiste a clases de
primeros auxilios o incluso completa un curso de técnico médico en urgencias. Puede adquirir
experiencia al tratar personas fuera del hospital, de forma conjunta con los técnicos médicos en
urgencias o con los paramédicos, en la ambulancia de la localidad. Muchas comunidades ofrecen
pláticas o conferencias dentro del servicio acerca del manejo de un desastre. La revisión periódica de
este libro también puede ser útil para que la enfermera se prepare para afrontar situaciones similares.
La enfermera que tiene ante sí la posibilidad de trabajar fuera del hospital en situaciones de
catástrofe debe dedicar tiempo a conocer en detalle el programa de la localidad para tales
eventualidades. Los departamentos locales de bomberos y el centro de operación de emergencias
suelen estar bien dispuestos para explicar a quien lo solicite, cual es su participación en un desastre,
y describir lo que ellos esperarían del personal de enfermería, en tales contingencias.
Una de las formas de preparación más eficaces para afrontar desastres es participar en los simulacros
de la localidad. Estos incidentes simulados con saldos masivos de víctimas son de enorme utilidad
para poner en práctica los conocimientos expuestos en este libro. La enfermera puede adquirir una
notable experiencia al participar en ellos, la que mejorará su capacidad rápidamente para actuar en un
desastre real.
Suministros de auxilio en casos de desastre
Muchas comunidades solicitan la participación del personal de enfermería para preparar los
suministros que se utilizarán durante el desastre, de modo que se puedan almacenar en un sitio
seguro y sacarlos para su empleo en el momento idóneo. Generalmente es mejor tener dichos
depósitos de materiales en varios sitios estratégicos; uno de ellos puede estar en el servicio central
del hospital y otros en el departamento de bomberos o en el lugar de un posible desastre, como el
aeropuerto. Los suministros médicos más importantes que deben guardarse en dichos depósitos son
material de curación para traumatismos y soluciones endovenosas, todos en gran volumen. Otros
materiales necesarios incluyen tablones, férulas y mantas (Consúltese el Apéndice 3-A). Los
productos con fecha de caducidad deben ser renovados cada año, de la reserva activa del hospital.
Estuche personal contra desastres
Las enfermeras también deben considerar sus propias necesidades en los preparativos para caso de
desastre. Los artículos personales y familiares, son esenciales para brindar seguridad y comodidad a
cualquier persona involucrada en una situación extrema. La enfermera puede empezar a preparar el
material personal al integrar un "estuche" médico, como un botiquín completo de primeros auxilios
que pueda transportar en la cajuela de su automóvil (véase el Apéndice 3-B). El estuche incluye
material médico utilizable por la enfermera en el sitio del desastre en caso de que los vehículos de
urgencia no hayan llegado con sus suministros. También pueden emplearlo para tratar a los
miembros de su familia u otras personas en situaciones ajenas a una tragedia.
La enfermera que se prepara para situaciones de desastre debe también reunir una cantidad pequeña
de material y artículos para supervivencia (véase el Apéndice 3-C); de este modo, ella y sus
familiares pueden contar con ropa adicional, refugio, alimento y agua. Los artículos de supervivencia
pueden conservarse en casa y en la cajuela del automóvil. Tomar pequeñas precauciones, como las
anteriores, puede ser de enorme utilidad para que la enfermera sobreviva al desastre y conserve su
eficiencia en la atención de los pacientes.
Resumen
Un desastre es uno de los retos mas grandes que ponen a prueba la capacidad de una enfermera para
atender a los pacientes. La escena del desastre es un medio extraño, caracterizado por la confusión, la
urgencia y quizá el peligro. La enfermera que interviene en una situación semejante posiblemente
tenga que resolver los problemas de seguridad y organización en el sitio mismo de los hechos, en
tanto presta sus servicios médicos a innumerables víctimas. Para desempeñar satisfactoriamente su
tarea, ella debe saber quiénes serán las personas que intervengan en las maniobras de socorro; y
también debe saber cómo se organizará a dicho personal. Un aspecto básico para el concepto de la
asistencia adecuada de las víctimas durante una catástrofe es el cambio de los procedimientos
médicos normales por los que se utilizan para casos de desastre. El conocimiento que la enfermera
tenga de los conceptos de selección, le ayudará para proporcionar a las víctimas la mejor atención
dentro de un sistema médico sobrecargado. Los preparativos para situación de desastre permiten a la
enfermera desempeñar su labor en la mejor forma posible durante una catástrofe.
Referencias
1. Sellers T: "Mass casualty picture is EMS a its worst". Emergency Department News, April 1982,
1-11.
2. Bever DL: SAFETY: A Personal Focus. St. Louis, Times Mirror/Mosby, 1984, pp. 269, 271.
3. Caroline NL: Emergency Care in the Streets, ed 1. Boston, Little Brown & Co., Inc, 1979, p. 441.
4. Butman AM: Responding to the Mass Casualty Incident: A Guide for EMS Personnel. Westport,
Connecticut, Emergency Training, 1982, pp. 69, 135.
5. Emergency War Surgery. United States/NATO, Comville, Ariz.: Desert Publications, 1982, pp
156, 158.
6. Grant HD, Murray RH Jr, Bergeron DJ: Emergency Care, ed 3. Bowie, Md, Robert J. Brady
Company, 1982, pp. 341, 346.
7. Gazzaniga AB, Iseri LT, Baren M: EMERGENCY CARE: Principles & Practices for the EMT-
Paramedic, ed 2. Reston, Va.: Reston Publishing Co., Inc, 1982, p. 383.
8. Americen Academy of Orthopaedic Surgeons: Emergency Care and Transportation of the Sick
and Injured, ed 2. Chicago, George Banta, 1977, p. 34.
9. Hafen BQ, Karren KJ: Prehospital Care & Crisis Intervention, ed 2. Englewood, Colorado,
Morton Publishing Co., 1983, p. 543.
Apéndice 3-A: Suministro para una situación de desastre
Cajas de material para atender traumatismos.
Debe haber en cada depósito, diez cajas del material básico para atender traumatismos. Cada una
contiene lo siguiente:
Equipo para vías respiratorias.
10 cánulas bucofaríngeas de diversos tamaños
2 jeringas de irrigación de 50 ml con sondas de succión
2 "abre bocas"
Instrumentos
2 lamparillas de mano con baterías adicionales
2 tijeras para vendas
4 bisturíes desechables
4 pinzas hemostáticas desechables
Material para curación de traumatismos
200 apósitos esterilizados de 10 cm x 10 cm
50 compresas ABD
100 vendas elásticas no esterilizadas de 7 cm de ancho
50 vendajes triangulares
10 apósitos de gasa vaselinada
10 rollos de cinta de 2.5 cm
5 frascos de un litro de Betadina (yodopolivinilpirrolidona)
Caja con material endovenoso
En cada depósito debe haber tres cajas con material endovenoso para uso de las enfermeras o los
paramédicos. Cada caja debe contener lo siguiente:
20 frascos de un litro de solución lactada Ringer
20 equipos (catéteres) IV para adulto
5 equipos (catéteres) IV para niños
40 agujas Angiocath de diversos tamaños
10 agujas para vena de cuero cabelludo, de diversos tamaños
5 torniquetes hechos de dren de Penrose de 1 pulgada (2.5 cm)
50 torundas con alcohol
5 rollos de cinta adhesiva de 1 pulgada (2.5 cm)
Equipo suplementario
El siguiente equipo se almacena junto con las cajas, para usarse según lo requiera la situación:
50 tablones
50 camillas
100 mantas (cobijas)
50 férulas de cartón para piernas
50 férulas de cartón para brazos
10 férulas de tracción semicirculares
25 collares cervicales
Apéndice 3-B: Estuche personal para urgencias
El estuche debe llevarse en una caja para herramientas, ésta debe ser fuerte y guardarse dentro de la
cajuela del automóvil.
Sección de material para las vías respiratorias
5 cánulas o sondas bucofaríngeas de diversos tamaños
1 jeringa de irrigación de 50 ml con una sonda de succión
1 barra abrebocas
1 mascarilla de bolsillo o mascarilla con válvula y balón
1 equipo de cricotirotomía
Instrumentos
1 estetoscopio
1 esfigmomanómetro
1 par de tijeras para cortar vendas
1 par de pinzas hemostáticas
1 par de pinzas de disección
2 bisturíes desechables
1 termómetro
Material traumatológico
20 apósitos de gasa esterilizados de 10 cm x 10 cm
10 apósitos de gasa esterilizados de 12.5 cm x 22.5 cm
2 apósitos esterilizados de 25 cm x 75 cm
10 vendas elásticas no esterilizadas de 3 pulgadas (7.5 cm) de ancho
4 vendas elásticas no esterilizadas de 2 pulgadas (5 cm) de ancho
2 vendas elásticas no esterilizadas de 1 pulgada (2.5 cm)
2 vendas Kerle
4 vendas triangulares
1 rollo de cinta adhesiva de 1 pulgada
1 rollo de cinta adhesiva de 2 pulgadas
2 gasas vaselinadas
2 férulas de alambre
50 "caritas" (benditas) de 1 pulgada (2.5 cm)
2 compresas frías (químicas)
2 compresas calientes (químicas)
1 par de guantes esterilizados
1 collar cervical de espuma de caucho, delgado (tamaño mediano)
Equipo endovenoso
2 litros de solución lactada de Ringer (en bolsa)
2 equipos con catéteres para extensiones
2 equipos de tubos para venoclisis
4 agujas para vena de cuero cabelludo
6 agujas Angiocath
1 torniquete hecho de dren de Penrose
20 torundas con alcohol
Sección medica
jarabe de ipecacuana
glucosa
ácido acetilsalicílico
(aspirina)
acetaminofen
mezcla de hidróxido de aluminio y de magnesio y cimeticona
clorhidrato de seudoefredina
clorhidrato de tripolidina y de seudoefredina
pomada antibiótico
suero contra mordedura de serpientes
cinta para cordón umbilical
recetario y medicamentos inyectables (dependiendo de cada enfermera)
Artículos diversos
abatelenguas
aplicadores con punta de algodón
alfileres de seguridad
cuadernos de notas y pluma
moneda fraccionaria
cerillos
luces intermitentes y baterías adicionales
Apéndice 3-C: Equipo personal contra desastres
Esta lista sugiere el equipo adecuado para la supervivencia personal y también para situaciones de
desastre. Gran parte del material puede conservarse en una o dos cajas resistentes y almacenarse en
algún gabinete o en la cajuela del automóvil, para su fácil acceso en caso de una emergencia.
Ropa de trabajo: guantes de piel, botas fuertes, overoles, anteojos de seguridad, casco y mascarillas
con filtro
Ropas calientes: calcetines adicionales, ropa interior larga, suéter, capa, gorro de lana y guantes
Refugio y calor: mantas (cobijas) o bolsa de dormir, cojines de hule espuma, poncho o impermeable
iluminación: luces intermitentes, lamparillas de mano o de minero, baterías y focos adicionales, velas
y cerillos
Nutrición: cantimploras o botellones de plástico para agua, bocadillos y alimentos enlatados,
utensilios, estufa portátil y tabletas de combustibles, abrelatas
Herramientas: navaja de bolsillo; pala; sierra; hacha; cuerdas; cables pasa corriente; luces de alerta
para carretera; extinguidor de incendios; caja pequeña de herramientas con martillo, sierra para
metal, pinzas, llave inglesa y destornilladores
Comunicaciones: radio portátil AM-FM con baterías adicionales; cojincillos y lápices, libros de
referencia para supervivencia y de tipo médico, mapas de carreteras y brújula, radio de banda civil
Material médico: estuche personal para urgencias, collar cervical, férulas hechas de cartón y papel
periódico, recetario personal
Material de salubridad: papel sanitario, jabón, cepillo y pasta dentales, bolsas pequeñas de plástico
para basura

4. Toma de decisiones en una instalación en donde se atienden casos agudos


Mary P. Wieland, R.N., M.S.N.,
Deborah K. Hattan, R.N., B.S.N.
¡Desastre! La sola palabra desencadena una reacción de nerviosismo para cualquier enfermera que
labore en una institución en donde se atienden casos agudos.
Los desastres pueden surgir y de hecho surgen en instituciones dedicadas al cuidado de enfermos
agudos, como hospitales y grandes centros médicos civiles y militares. Instituciones de esta clase
también han recibido a menudo a las víctimas de un desastre ocurrido en las comunidades vecinas.
Estos desastres internos y externos son catástrofes imprevistas que merman la capacidad de atención
de las instituciones. El patrón común de actividades clínicas diarias de éstas se ve alterado a medida
de que se les obliga a proporcionar el personal y los recursos para satisfacer necesidades inesperadas.
Las decisiones que necesitan tomar las enfermeras en el momento que acaece el desastre, pueden ser
abrumadoras, en particular si ellas no han recibido la preparación adecuada para enfrentar tales
situaciones.
Nota: Los autores desean expresar su agradecimiento sincero a las siguientes instituciones que les
proporcionaron copias de sus programas para casos de desastre, a fin incorporarlos en este capitulo:
Bailar Hospital, Seattle, Wash; Charity Hospital, New Orleans, La; Desert Samaritan Hospital, Mesa,
Ariz; Harboorview Medical Center, Seattle, Wash; Illinois Masonic Medical Center, Chicago, Ill;
Kuakini Medical Center, Honolulu, Hawaii; Letterman Army Medical Center, San Francisco, Calif;
Long Island Jewish Medical Center, Long Island, NY; Madigan Army Medical Center, Tacoma,
Wash; Memorial Hospital, Colorado Springs, Colo; Mercy Hospital and Medical Center, Chicago Ill;
Merle West Medical Center, Klamath Falls, Ore; Portland Bureau of Fire, Portland, Oreg; Southwest
Washington Hospitals, Vancouver, Wash; St. Francis Hospital Honolulu, Hawaii; St. Vincent's
Medical Center, Portland, Oreg; University Hospital, Oregon Health Sciences University, Portland,
Oreg; Univesity Hospital, University of Illinois, Chicago, Ill; Valley View Medical Center, Cedar
City, Utah; Veteran's Administration Medical Center, Salt Lake City, Utah; Yale-New Haven
Medical Center, New Haven, Conn. Nuestro agradecimiento a las siguientes personas por compartir
sus experiencias con nosotros: Carolyn Garrison, R.N., Oregon Trail Chapter, American Red Cross,
Portland, Oreg; Phillip Picard, Newberg Fire Department, Newberg, Oreg.
Por todo lo expuesto, cada institución que atiende casos agudos debe estar preparada para hacer
frente a una situación de desastre, al contar con un programa simple, perfectamente organizado y
definido. Debe establecerse un comité para casos de desastre con representación de los servicios de
enfermería. Además, es esencial realizar simulacros planeados y frecuentes para instrumentar el
programa (consúltese el capitulo 14, correspondiente a los puntos específicos para diseñar y valorar
un programa para casos de desastre).
Este capitulo tiene como objetivos:
 presentar al lector el concepto del análisis de decisiones y el empleo correspondiente al
proceso asistencial en una situación de urgencia;
 exponer brevemente el factor de tensión y su efecto en las enfermeras que laboran en una
situación de calamidad;
 destacar los factores de comunicación, personal y recursos cuando la enfermera tome
decisiones durante una situación de tragedia interna o externa.
Análisis de decisiones y proceso asistencial
El análisis de decisiones es un enfoque sistemático de la toma de las mismas en las áreas de
incertidumbre. Este tema ha sido presentado en detalle en las publicaciones de los círculos de
negocios y administrativos. En el análisis de decisiones intervienen cinco pasos:
1. Identificación del problema que requiere de una decisión.
2. Estructuración del mismo y con el paso del tiempo generar otras soluciones.
3. Definición y asignación de prioridades a la información recabada.
4. Escoger el curso de acción que se prefiera.
5. Valorar los resultados de la acción emprendida.
En la enfermería se han usado pasos similares para el análisis de decisión en el proceso asistencial:
valorar y analizar, planear, llevar a la práctica y evaluar. El proceso asistencial puede utilizarse
durante una emergencia o un desastre. Las metas de la asistencia tienden a ser amplias y las fases se
practican con mucha mayor rapidez que en una situación de toma de decisiones normal (figura 4-1).
Los componentes básicos incluidos en la toma de decisiones son la propia decisión, el proceso de
decidir, y quién toma dicha decisión. Estos componentes son más complejos durante un desastre, por
la intervención de los siguientes factores:
 Las decisiones a menudo comprenden problemas inmediatos o que amenazan la vida.

FIGURA 4 - 1 Proceso de enfermería aplicado a emergencias.


Atención aguda de emergencia, secuencia de hechos y acciones:
Encuentro inicial con el herido
Recolección instantánea de datos (valoración) agregada a la información pertinente obtenido antes
del encuentro
Análisis instantáneo
Decisión ríe efectuar las acciones encaminadas a lograr los objetivos generales (señalados arriba)
Ejecución de la acción
Fuente: Reimpreso con la autorización de Nicholls ME and Wessells WG (eds) Nursing Standard
and Nursing Process, Rockville, Md, Aspen Systems Corporation, 1977, p. 98.
 El proceso de toma de decisiones incluye la toma de las mismas con base en datos
obtenidos rápidamente, en los que privan niveles muy altos de incertidumbre.
 La persona que toma la decisión, que es la enfermera, afronta esta situación en un clima de
inseguridad y tensión.
Conviene usar una lista de la toma de decisiones, en cada fase del proceso asistencial. En ella se
incluirían dos preguntas generales:
1. ¿Qué es lo que tratamos exactamente de decidir?
2. ¿En que etapa o fase de la solución del problema estamos?
Para cada fase o etapa se formularían preguntas adicionales:
 ¿Que personas deberían intervenir?
 ¿En qué forma? (directa, por consulta o información)
 ¿En qué momento deben intervenir dichas personas?
 ¿Es alguna persona encargada de que todo lo planeado se lleve al cabo?
La toma de decisiones durante una situación de emergencia y sus aspectos particulares, son
señalados I. Janis y L. Mann: "Las decisiones urgentes tomadas durante un desastre difieren en dos
aspectos de aquellas tomadas por los ejecutivos o los profesionales y también de las comunes en la
vida diaria. El primero, es que están en juego diversos factores de enorme importancia(como la
supervivencia de una víctima) y el segundo es que el tiempo con el que se cuenta para tomar una
decisión se pierde, ante la presencia de opciones inmediatas y cruciales."1
Estos dos aspectos sugieren, mas adelante, que la toma de decisiones en un desastre debe ser exacta y
rápida. La investigación en enfermería ha identificado a los siguientes factores como aspectos que
influyen en las enfermeras que afrontan la necesidad de tomar decisiones rápidas:2
 Conocimiento. Las enfermeras amplían continuamente sus conocimientos básicos por el
hecho de leer bibliografía medica actual; acudir a cursos de enseñanza continua y participar
en simulacros, como los de algunos desastres, y asistir a cursos básicos avanzados referidos al
salvamento de la vida de un paciente con problemas cardiovasculares.
 Experiencia. Este aspecto auxilia a la enfermera y a otros profesionales a establecer
prioridades, a anticipar necesidades y modificar programas de acción.
 Aprendizaje de modelos. Las enfermeras que han tenido la oportunidad de observar la toma
de decisiones de otras más expertas en los simulacros y en los desastres reales, pueden
aprovechar dicha experiencia como parte de sus propias resoluciones.
 Valores (naturaleza intuitiva). Las enfermeras deben percatarse que las decisiones tomadas
en un desastre pueden chocar con las que se toman durante las operaciones normales. Por
ejemplo, debido a la complejidad de la situación y el número de víctimas, las decisiones
deben orientarse a salvar al mayor número de personas y de recursos, y no a auxiliar en la
asistencia de unas cuantas.
 Flexibilidad. En el ordenamiento de las decisiones rápidas conviene cierta flexibilidad,
siempre que se tomen dentro de un limite de tiempo aplicable a la situación de la víctima.
 Tensión. La toma de decisiones constituye un factor estresante para las enfermeras. En las
etapas iniciales de una calamidad, la tensión pudiera explicarse por las decisiones rápidas y
precisas que debe tomar una enfermera y las intervenciones que debe realizar, pero este tipo
de criterio puede deteriorarse conforme aumente la tensión en el ambiente.
Desastre interno
El desastre interno es una situación de emergencia dentro de una institución. Los heridos y muertos
pueden sobrecargar el sistema e interrumpirse así los servicios a los pacientes. Puede existir un
peligro de daño físico para los enfermos, el personal medico y los visitantes. A veces se necesita
establecer una estación de selección y recepción de las víctimas cerca del sitio del desastre.
Las actividades del personal de enfermería deben orientarse al cumplimiento de las siguientes
finalidades:
 resguardar a los pacientes, los visitantes y el personal
 brindar atención de urgencia en el sitio de los hechos
 limitar el área del desastre y evacuar a los que están en peligro de sufrir lesión
 tranquilizar a los que no se han visto afectados inmediatamente en la situación de desastre
 limitar la alteración de los servicios, en la medida que sea posible
Valoración
Uno de los pasos fundamentales para alcanzar las finalidades mencionadas es la valoración
cuidadosa de la situación, y entre las áreas cruciales que hay que evaluar están los medios de
comunicación, el personal, la evacuación y el equipo.
La notificación de un desastre interno puede provenir de muy diversas fuentes. A menos que esta
notificación no provenga de los miembros de la administración del hospital, es importante corroborar
su veracidad. Si en una unidad de enfermería ocurre un desastre, habrá que establecer un protocolo
para notificar a la administración y al resto del hospital. Por ejemplo, el protocolo para trasmitir la
información concerniente a un incendio, en casi todos los hospitales requiere que la persona que lo
detecte, llame a la operadora a un número designado y haga sonar el sistema de alarma.
Cada unidad de enfermería debe contar con normas preestablecidas para usarse en desastres internos,
que incluyan consideraciones únicas para la unidad y el tipo de pacientes que se encuentran en ella.
Cuando se ha declarado un desastre interno, deben plantearse varias interrogantes fundamentales:
 ¿Cuál es la localización exacta del sitio del desastre en el hospital?
 ¿Puede restringirse el desastre a una sola área?
 ¿Existe peligro de que el personal médico, los pacientes o visitantes sufran algún daño?
 ¿Se necesita evacuar el área?
 ¿Se necesita evacuar el hospital?
 ¿Funcionan los sitios usuales de selección?
 ¿Han aparecido suficientes víctimas en el sitio del desastre, para que se requiera establecer
una estación de selección?
En caso de la notificación de un desastre, todo el personal regresa inmediatamente a sus áreas
asignadas evitando, por supuesto, el empleo de los elevadores. La enfermera a cargo debe reunir al
personal para que se ocupe de las siguientes tareas:
 contar el número de miembros del personal que se encuentran en la unidad
 elaborar una lista de pacientes internos dentro de la unidad
 determinar la movilidad de los enfermos (ambulatorias, en silla de ruedas o en camillas)
 valorar la necesidad de evacuar a los pacientes y el número adecuado de personal
 precisar la ubicación de la puerta de salida más cercana y sin obstrucción para evacuar a las
personas
En un desastre interno a veces se necesita también la evacuación de las personas. La administración
del hospital es responsable de esta decisión; sin embargo, se requiere la planificación previa de la
unidad para asegurarse de que la maniobra se realice de manera ordenada. Son esenciales la
valoración temprana de la prioridad de pacientes para su movilización, la forma en que se efectuará,
y la ruta exacta por seguir, la cual debe comenzar cuando se reciba la notificación del desastre
Durante un desastre interno, es importante que las enfermeras sepan en dónde se encuentran las sillas
de ruedas y las camillas que puedan utilizarse en caso de que la evacuación sea necesaria. También
hay que considerar otros medios de transporte como mantas para arrastrar a los pacientes sobre el
piso. Resulta de utilidad que el personal haya recibido entrenamiento para utilizar diversos tipos de
acarreo de pacientes, y también que conozca en detalle las rutas para la evacuación.
Intervención
Estos datos de valoración pueden utilizarse para llevar a la práctica el programa contra desastres
internos. La decisión de evacuar un área con frecuencia es tomada por la administración del hospital
o el personal del departamento de bomberos. Si existe peligro inmediato para los enfermos, el
personal o los visitantes, la decisión la tomará la primera persona que intervino en el incidente. La
persona que detecte un desastre debe hacer lo siguiente:
 hacer sonar la alarma contra incendio más cercana
 informar del accidente a otros miembros del personal
 designar a un miembro del personal para que notifique a la operadora del conmutador sobre
el sitio y naturaleza precisos del incidente
 evacuar a quienes corran peligro inmediato
 cerrar todas las puertas y ventanas
La evacuación puede requerirse cuando cualquier situación vuelve al hospital inseguro para su
ocupación, o impide que se suministre la atención necesaria a los pacientes. Es importante que el
personal cuente con normas predeterminadas para la evacuación, las cuales deben ser preparadas en
forma conjunta por un comité de enfermería y médico. En ellas deben incluirse prioridades para
determinar cuáles son los pacientes que deberán ser evacuados en primer término.
La evacuación es parcial (transferencia de los pacientes dentro del mismo hospital) o total (los
pacientes son transferidos del hospital a un área exterior).
Si el desastre esta contenido dentro de un área quizá sea necesario evacuar sólo a las personas
localizada en la sala más inmediata. Es necesario cerrar todas las puertas y ventanas para impedir que
se propague el fuego. La evacuación de las unidades debe efectuarse primero en sentido horizontal,
es decir, los evacuados deben desplazarse más allá de las salidas contra incendio; después en caso de
que se requiera podrá evacuarse a las personas, en forma vertical, es decir, escaleras abajo. La
evacuación vertical es más difícil ya que las escaleras deben estar muy congestionadas y hay que
transportar a las personas no ambulatorias.
Si el desastre ha ocurrido en una unidad, existe la posibilidad de que pueda propagarse al resto del
hospital, entonces deben hacerse algunos preparativos para evacuar a toda la institución. Si el tiempo
lo permite habrá que evacuar todo el edificio, empezando por el último piso ya que la evacuación de
los niveles más bajos puede acelerarse con mayor facilidad si surge dicha necesidad o el peligro
aumenta con rapidez. La evacuación debe ser en sentido horizontal en primer lugar, y se cerrarán
todas las puertas después de que salgan las personas. En caso de que se requiera la evacuación
vertical, habrá que utilizar las escaleras, no los elevadores. El grupo de evacuación debe estar
disponible para auxiliar al personal de la unidad de enfermería a sacar a los pacientes, de acuerdo con
el criterio preestablecido (Recuadro 4-1).
La enfermera encargada de la unidad tiene la responsabilidad de asignar a uno de los miembros del
personal para que controle el flujo de tránsito en la entrada principal de la unidad, y en cualquiera de
las puertas señaladas; proporcionando una lista de todos los pacientes y de los miembros del personal
presentes, de tal manera que pueda coordinarse la actividad de los mismos, asegurarse de que todas
las personas estén a salvo; y también para asignar grupos (incluyendo un encargado) para evacuar a
los enfermos. La persona encargada debe señalar un punto de salida, precisar el sitio al cual se lleve a
los pacientes, asegurarse de que a éstos se les asignarán prioridades para la evacuación y también
recordarle al personal que permanezca en el área de reubicación hasta que sea relevado.
Es importante verificar quién se encuentra en la unidad desde el comienzo de la alerta contra
desastre, y corroborar por partida doble esta lista cuando todos han sido evacuados a áreas más
seguras. Es necesario brindar la mayor información posible al personal respecto a los desastres y su
intervención en el combate de los mismos.
En caso de un desastre interno, es poco el equipo y los materiales que se sacan; sin embargo, es
importante extraer las historias clínicas de los internos para que se normalice la atención médica tan
pronto sea posible. Hay que prestar atención al hecho de que los enfermos transporten su propia
historia clínica desde el área de la tragedia. Cualquier objeto personal importante para las actividades
del paciente, también debe ser extraído y llevado con él cuando el tiempo lo permita (anteojos,
prótesis dentales y de otro tipo).
Debe hacerse un intento por desconectar a los pacientes de todo el equipo posible, incluso los que
permanecían en la unidad de cuidado intensivo. Para llevar al cabo dichas actividades se sugieren las
siguientes pautas:
 Para los pacientes con traqueotomías, es necesario llevar un obturador y un tubo de
repuesto, así como un jeringa de bulbo.
 Permitir que la sonda nasogástrica o de gastrotomía drene por gravedad.
 Engrapar las sondas torácicas y desconectar el sistema de recolección (sello hidráulico) si
resulta muy difícil de quitar.
 Desconectar al paciente de los monitores y las líneas pero no desperdiciar tiempo para
quitar las derivaciones del tórax.
 Engrapar los tubos de diálisis peritoneal y cubrir sus extremos después de ex traerlos del
botellón o las bolsas.
 Introducir heparina en las sondas intravenosas cuando sea posible.
 Utilizar tanques portátiles de oxigeno y conectares en "Y" con los tubos, para suministrar
dicho gas cuando se evacúen los neonatos, y se coloquen en la misma cuna.
RECUADRO 4-1 Obligaciones del personal de evacuación
Los grupos de evacuación tienen como tarea auxiliar al personal de la unidad en la extracción de los
pacientes, según los criterios sugeridos:

Pacientes cercanos al punto de peligro

 Alejarlos por todos los medios posibles a un área segura


 Si hay peligro de incendio, cerrar las puertas y ventanas para evitar la dispersión del humo y las llamas

Pacientes ambulatorios

 Incorporarlos como voluntarios según sea necesario, para ayudar en el desplamiento de otros pacientes, por
medio de camillas o sillas de ruedas.
 Designar a un miembro del personal para que dirija al grupo.
 Procurar que todos los pacientes y el personal se tomen de las manos mientras de salen.
 Procurar que algún miembro del personal controle el registro de salida, de todo el personal y los pacientes,
según vayan abandonando el sitio.
 Procurar que todos los visitantes se vayan con los enfermos y registrar sus nombres conforme salgan.
 En las unidades maternoinfantiles, evacuar a las madres de ser posible con sus hijos en brazos.

Pacientes en sillas de ruedas

 Asignar a un grupo de enfermeras para evacuar a estos pacientes, e incorporar a los enfermos ambulatorios
como voluntarios.
 De ser posible, utilizar a los visitantes voluntarios para desplazar a estos pacientes.
 Cotejar que los pacientes y el personal aparezcan en la lista conforme cada uno salga de la unidad.

Pacientes en camillas

 Asignar a algunos miembros del personal para desplazar a estos pacientes.


 Utilizar cualquier medio necesario para transportarlos, pues posiblemente no se cuenta con suficientes
camillas.
 Comprobar que los pacientes aparezcan en la lista conforme salgan de la unidad.
 Por último desplazar a los enfermos que necesitan la atención constante de una enfermera.

De ser posible el equipo de evacuación también debe sacar las historias clínicas (quizá cada paciente llevará
la suya) y para evitar la expansión del incendio, deben apagar las luces cerrar las principales válvulas de
oxigeno, y cerrar la puerta cuando la última persona haya salido de la unidad.

La seguridad de los pacientes y del personal son aspectos preocupantes en cualquier desastre interno.
Brindar las medidas de seguridad incluye un conocimiento de cómo evitar problemas, utilizar los
patrones de comunicación, combatir los incendios y los problemas relacionados con éstas.
La Comisión Conjunta Estadounidense de Acreditación de Hospitales (CCAH) solicita a los
miembros del personal que participan en programas internos regulares de seguridad contra incendios
y fallas electrices. Deben conocer la ubicación de todos los extinguidores de incendios y saber
determinar cuál de ellos es el más adecuado para utilizarse en un accidente semejante. Todos los
miembros del personal deben conocer el sitio en donde se encuentran las alarmas contra incendio, y
cuáles son los procedimientos a seguir cuando se detecta uno. Este programa debe incluir
información concerniente a los mecanismos para alertar a la operadora del hospital (por lo general en
una línea telefónica prioritaria) y al departamento de bomberos.
Cada vez que ocurra un incendio en un hospital debe alertarse inmediatamente al departamento de
bomberos, sin importar la magnitud del fuego. Ellos se asegurarán de contenerlo y de extingurlo por
completo.
La presencia de un incendio significa que existe la posibilidad de humo o vapores nocivos, calor
intenso y otros problemas (Tabla 4-1). Los puntos clave por recordar en una situación como la
señalada son:
 Permanecer tranquilo.
 Permanecer cerca del piso si se presenta humo o calor.
 NO ABRIR una puerta que esté caliente al tacto.
 Conocer los puntos de salida y otras posibilidades de evacuación.
Evaluación
Una vez que se ha evacuado a los pacientes en forma segura y que la tragedia ha terminado, es
necesario valorar los daños y determinar cuándo estará segura la unidad para volver a ocuparse. El
departamento de seguridad instrumental debe revisar el equipo electrice, para asegurarse de que
funcione adecuadamente. También debe realizarse una valoración de la contaminación del material y
los suministros, y las necesidades de substituirlo. Quizá se requiera reponer todas las formas de
papelería para operar una unidad y llevar al cabo una valoración del personal disponible para trabajar
y reparar cualquier daño estructural para que la unidad reanude sus operaciones. Cuando el equipo, la
unidad y el personal funcionen de manera apropiada o se cuente ya con substitutos, el área está lista
para volver a ocuparse. Es necesario hacer esfuerzos para no ocupar la unidad mientras no se tenga la
certeza de que la atención que se brinde sea segura.
Desastre externo
Un desastre externo es cualquier situación dentro de la comunidad que genera un número anormal de
víctimas que requieren atención de urgencia y recursos más allá de los disponibles. La situación
puede ser un fenómeno natural como un tornado o un sismo, o algún desastre producido por el
hombre, como una explosión.
TABLA 4 - 1 Problemas potenciales relacionados con incendios

Problema Medidas correctoras


¡Haga sonar la alarma
contra incendios!
Obscuridad por Mantenga encendidas las baterías y las luces de destello en cada unidad
interrupción del sistema Procurar que los pacientes ambulatorios se tomen de la mano al ser evacuados
eléctrico
Humo y vapores nocivos Cerrar todas las puertas y ventanas* Permanecer cerca del suelo
Colocar mantas húmedas en la base de la puerta por la que se filtra el humo
Calor Cerrar todas las puertas y ventanas Permanecer cerca del suelo
Llamas Cerrar todas las puertas y ventanas
Evacuar a las personas
No abrir las puertas que se sientan calientes al tacto
Agua (de hidratantes)** Cuidar el equilibrio en el piso resbaladizo Extraer a los bebés de las cunas abiertas
Desconectar el equipo eléctrico Desconectar la corriente eléctrica en el interruptor
principal, según las instrucciones del departamento de bomberos
Bloqueo de zonas de Saber el sitio donde se localizan otras salidas
salida Comunicarse con el exterior para que los bomberos sepan que se encuentra
atrapado

Notas: *Las puertas contra incendio detienen el fuego durante dos horas, y las de madera, 20
minutos.
**Los hidrantes expulsan 25 galones/minuto y cubren un área de 33.33 metros cuadrados.
Las actividades emprendidas por el personal de enfermería deben orientarse al cumplimiento de los
siguientes objetivos:
 preservar la vida o la capacidad funcional
 conservar las funciones fisiológicas
 satisfacer las necesidades de consuelo para las víctimas
 auxiliar al paciente a afrontar la reacción psicológica inmediata al desastre
Valoración
Cuando se hace una llamada al departamento de urgencias o al centro de comunicación del hospital
apropiado, el personal de dicho departamento o la persona que recibe la llamada debe preguntar y
registrar la siguiente información:
 nombre y datos generales del informante
 hora de la llamada
 naturaleza del desastre (sitio y magnitud)
 tipo y número aproximado de las víctimas
 hora de llegada aproximada de las primeras víctimas
 forma de transporte (helicóptero o ambulancia)
Después se transmite esta información a la oficina administrativa contra desastres. Algunas
instituciones utilizan una forma de notificación de catástrofes para recordar al personal las preguntas
que deben formular, las cuales aparecen en el recuadro 4-2.
Papel que desempeña el departamento de urgencias
Cuando se notifica al departamento de urgencias que se ha puesto en marcha un programa contra
desastres externos, en el se llevan a cabo diversas actividades. La información obtenido de la llamada
se trasmite a la enfermera a cargo; se avisa al personal de enfermería y médico del departamento la
llegada inminente de heridos, y se activa el programa del departamento de emergencias para solicitar
personal adicional (véase Cap. 14, correspondiente al "árbol" telefónico).
De uno a cinco minutos después de la notificación del desastre, se efectúa una valoración inicial. La
enfermera y el médico encargados del departamento de urgencias evalúan el estado de los enfermos
en el área y toman las decisiones apropiadas respecto a su cuidado y distribución. Entre las
decisiones a tomar, están las relacionadas con la admisión, la salida o la transferencia de pacientes, y
también las concernientes a la prioridad en la asistencia de los mismos. Las personas encargadas
deben designar también un área para sala de espera de los familiares, un tanto retirada del
departamento de urgencias, para que no haya conglomeraciones cuando lleguen las víctimas.
Además, determinarán el número de pacientes que puede recibir el departamento, con base en el
volumen de pacientes con el que ya cuentan. Después, la enfermera y el médico a cargo asignarán al
personal a aquellas áreas del departamento que se utilizarán durante el desastre (Figura 4-2).
RECUADRO 4 - 2 Forma de notificación de un desastre

Fecha:____________ Hora:______________Persona que recibió la notificación


____________
¿Quién llama?_________________________________________________________________
¿Qué ocurrió?_________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________
Localización del desastre:________________________________________________________
_____________________________________________________________________________
Número estimado de víctimas:_____________________________________________________
Gravedad estimada de las lesiones:_________________________________________________
______________________________________________________________________________

¿Hay alguien prestando ayuda en el sitio de los hechos?________________________________


¿Normalmente quién está a cargo?__________________________________________________
Hora estimada de la llegada de las primeras víctimas:___________________________________
Otra información:________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Se notificó A: Hora:
Director médico:__________
Supervisora de enfermería:__________
Enfermera a cargo:________________

¿Se puso en marcha el programa contra desastres? Si_______No________Hora en


que fue activado:________________________________________________________________
De no haber sido activado, explicar por que:__________________________________________
______________________________________________________________________________

Fuente: Por cortesía de Harborview Medical Center, Seattle, Washington.

Equipo y suministros
Una enfermera del departamento de urgencias es asignada a un área de tratamiento adecuada para
evaluar el equipo y los suministros, preparándose para la llegada de los heridos. Entre los aspectos
básicos a considerar cuando se realiza la valoración y el almacenamiento de materiales para casos de
desastre, están los siguientes:
 Todos los suministros que se utilizan durante un desastre deben guardarse en un solo sitio.
 Debe establecerse un plan de rotación de las existencias y los artículos (el plan dependerá
de la cantidad de suministros disponibles anteriormente en el departamento y el sistema
diseñado para surtirlos de nuevo durante la tragedia).
 El carrito móvil para selección debe contener suficiente material para tratar el máximo de
pacientes que pueda atender la institución. Un ejemplo del contenido del carrito mencionado
se muestra en el recuadro 4-3.
 El estuche de las ambulancias debe contener materiales básicos para surtir de nuevo las
áreas de tratamiento del campo, dependiendo de los aspectos del programa contra desastres
en la comunidad, y debe incluir apósitos, soluciones intravenosas y líquidos.
 El carrito contra desastres en un área mayor de tratamiento debe contener suficientes
suministros para una o dos horas ´(recuadro 4-4). El departamento de manejo de materiales
debe entrar en acción para revisar y surtir de nuevo el carrito cuando menos cada hora.
 El área de tratamiento mínimo requiere del material de primeros auxilios (recuadro 4-5). El
almacenamiento se efectúa al llenar la forma de requisición y entregarla al departamento de
suministros en el momento en que se declara el desastre. Entre los artículos adicionales que
conviene obtener para el área mencionada están mantas, analgésicos (morfina, clorhidrato de
meperidina (Demerol), clorhidrato de hidroxizina (Vistaril), y toxoide tetánico.
FIGURA 4 - 2 Esquema de flujo de las víctimas
Se asigna a las enfermeras del departamento de urgencias para laborar en las siguientes áreas de
tratamiento.
 selección (área correspondiente)
 tratamiento mayor (sala de reanimación)
 tratamiento mínimo (primeros auxilios)
 morgue
 tratamiento diferido
 descontaminación
RECUADRO 4 - 3 Lista de material del carrito para casos de desastre (departamento de selección)

Alfileres de seguridad____________ Pértigas para soluciones IV_____________


Libro de entradas y salidas_________ Férulas de cartón _________________________
Sujetapapeles a presión____________ Bacinetas en "riñón"______________________
Bandas para el brazo (personal de selección Torniquetes_______________________
II)_____
Marbetes contra desastres_____________________
Bolsas de Plumas___________________________________
plástico__________________________
Balones Lamparillas de mano/luces
Ambu___________________________ intermitentes___________________
Vendajes____________________________ Cinta
adhesiva_____________________________________
2x2 Cánulas bucales (para adultos y también para niños)
______________
4x4 Tijeras para múltiples usos_______________________
 Cojincillos Kling ABD Mantas______________________________
 Kerlix Estetoscópios___________________________
Tijeras para cortar Pañuelos desechables_________________________
vendas____________________
Torundas con alcohol________________________
Se obtienen con el carrito de material contra
desastres:
 sillas de rueda
 camillas
 paquetes de material de campo para
ambulancias
 tablones

La enfermera a cargo del departamento de urgencias asigna personal a las áreas de tratamiento
apropiadas. Si no se cuenta con suficientes enfermeras en este departamento para asignar a todas las
áreas, habrá que dar prioridad a las que se asignen a las zonas de selección y tratamiento mayor. Se
distribuyen tarjetas para recordar a los miembros de personal sus deberes en particular (recuadro 4-
6). La enfermera a cargo del departamento de urgencias transmite entonces la información
correspondiente a la distribución de personal y la disponibilidad de espacio, al centro de control en
desastres.
Área de selección
El personal que labora en el área de selección determina la gravedad de las víctimas y las asigna al
área de tratamiento correspondiente. También está encargado del flujo ininterrumpido de
información. El equipo de selección comunica al departamento de urgencias o al centro de control, el
número de heridos que han llegado y la necesidad de recursos adicionales. Este proceso se facilita
por el empleo de mensajeros o de radios portátiles.
RECUADRO 4 - 4 Lista de materiales para el carrito destinado al área de tratamiento mayor

Vasito para dentaduras Sujetapapeles a presión____________ Guantes no


postizas________ esterilizados________
Bolsas de plástico__________ Alfileres de seguridad______________ Bomba para
transfusión________
Plumas________________ Bolsas para los objetos personales de Pañuelos desechables________
las víctimas______________
Abatelenguas____________ Termómetros_____________ Bandas (ligas) de caucho______
Luces intermitentes_________ Esfigmomanómetros________ Mantas_____________
Lamparillas de mano________ Kerlix_______________ Estetoscópios__________
Vendajes (4 x 4)________ Material acojinado__________ Férulas___________
Vendas elásticas________ Cinta de papel___________ Kling__________
Cinta adhesiva________ Jeringas (diversos tamaños)______ Protectores para ojos_______
Agujas (todos los Suturas (seda y nylon)_______ Cinta hipoalergénica_______
tamaños)________
Lidocaína al 1%___________ Solución salina esterilizada(3000 Tubos para sangre (de color rojo
ml)____ y violeta)___________
Betadina (solución Sondas para tórax(diversas)_____ Agua esterilizada(3 000 ml)____
yodada)__________
Cabestrillo de muselina________ Tubos de extensión por succión______ Paquetes con preparación para
cirugía______
Botellones de succión_________ Sonda para drenaje de tórax___
Guantes Punta y mango del aspirador
esterilizados____________ (diversos tipos)________
Formas de solicitud para estudios Formas de solicitud para el
radiográficos_______ laboratorio_______
Bacineta en "riñón"___________
Soluciones para venoclisis Estuches con material para venoclisis
 Solución lactada de Ringer(1000 ml)_______  Torniquetes___________
 Solución salina normal(1000 ml)________  Torundas con alcohol__________
 Solución de glucosa al 5%(500 ml)________  esponjas (2 x 2)___________
 Equipo para venoclisis___________  Jeringas (35ml, 20ml y 2ml)________
 Tubos de extensión para venoclisis________  Llaves de heparina_________
 Catéteres IV (calibres 16 a 20)_____

RECUADRO 4 - 5 Lista de solicitud de abastos para el área de tratamiento mínimo

Vendas: Aplicadores________
 2 x 2__________ Estetoscopios___________
 4 x 4__________ Bacinetas "en riñón"_______
 Kling__________ Pañuelos desechables_______
 Kerlix__________ Torundas con alcohol______
 Abdominales______ Torniquetes________
Jeringa de 3 ml con aguja_____
Jeringa de 10 ml_______
Cabestrillo de muselina________ Agujas de calibre 18 y 25______
Banditas________ Lidocaína al 1%________
Bandas esterilizadas___________ Equipo para suturas (desechable)___
Vendas elásticas_______ Equipo para preparación aséptica (desechable)________
Abatelenguas___________ Betadina (solución yodada)_____
Material de sutura (nylon y seda)___

El personal de selección está formado por un número indeterminado de miembros del personal:
 médicos del departamento de urgencias
 una enfermera experta del departamento de urgencias que conozca en detalle el plan contra
desastres
 un empleado de admisiones del departamento de urgencias
 personal de seguridad para dirigir el flujo de heridos
 camilleros familiarizados con la distribución de la institución
El carrito con los materiales escogidos y las sillas de ruedas debe encontrarse en el departamento de
selección (véase el recuadro 4-3).
El personal médico y de enfermería valora la gravedad de cada herido, al obtener información
prehospitalaria del propio paciente o de los paramédicos. Se practica una valoración rápida de las
lesiones y las molestias, y la enfermera de selección recibe de la víctima o de los paramédicos los
antecedentes sobre alergia e inmunización antitetánica.
Papel que desempeña el personal de selección
Las responsabilidades de dicho personal incluyen:
 Asignar a las víctimas de la tragedia a el área de tratamiento que les corresponda de acuerdo
a la valoración que se ha hecho de sus necesidades inmediatas, y la disponibilidad de espacio
en el departamento correspondiente.
 Poner en práctica las medidas básicas para preservar la vida como reanimación
cardiopulmonar y hemostasia.
 Colocar un marbete de identificación del hospital a cada paciente.
 La enfermera de selección y el encargado de admisión: deben obtener información para
registro (nombre, sexo, edad, dirección), para el marbete personal (recuadro 47). Si es
imposible obtenerla, tendrán que describir las características físicas del herido, (color del
cabello, ojos, complexión corporal) en el marbete.
 Es importante que la ropa y los objetos personales de valor se queden con el herido; estos
artículos se guardan en bolsas de plástico y se prenden con alfileres o broches a la camilla del
paciente.
 Es necesario ayudar a los camilleros en el transporte de las víctimas, a colocar las en las
camillas o las sillas de ruedas y tener la certeza de que se tomaron en cuenta las medidas de
seguridad.
RECUADRO 4 - 6 Tarjeta de actividades en desastres

Enfermero titulada a cargo


1. Notifique al médico del departamento de urgencias y transmítale toda la información
disponible
2. Llame a la supervisora de enfermería en la extensión o página
a. Señale la extensión y el tipo desastre
b. Solicite respuesta inmediata al departamento de urgencias, para valorar las necesidades de
personal
3. Inspeccione el departamento para ubicar las áreas disponibles para tratamiento; ayude a
determinar cuáles son los pacientes que pueden volver a su hogar, quiénes serán hospitalizados
o transferidos a otra unidad
4. Asigne a la enfermera y al técnico en selección y entrégueles sus actividades de funciones
5. Asigne al grupo que atenderá los casos críticos; entrégueles sus tarjetas de actividades
6. Asigne personal al departamento de urgencia y áreas de tratamiento diferido; entrégueles sus
tarjetas de actividades
7. Usted será responsable de coordinar las actividades de enfermería durante el desastre hasta
que sea relevada por la supervisora o auxiliar del departamento de urgencias
8. Notificar a los pacientes de la sala de espera cúal es la situación
9. Asigne al personal que llega para que cumpla con las responsabilidades en la atención de
víctimas
A. Frente de B. Dorso de la tarjeta
la tarjeta
Fuente. Reimpreso bajo la autorización de Simoneu JK: Disaster Aspects in Emergency Nursing. In Budassi
SA, Barber JM (eds): Emergency nursing. St Louis, The CV Mosby Co. 1981, pp. 666.

RECUADRO 4 - 7 Marbete de desastres

Frente del marbete Dorso del marbete


Marbete de selección Información
adicional_____________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
__________________________
Indicar lesiones
Fr
ent
e
Do
rso
Destino del
paciente__________________________________________________
_________________________________________________________
______________________
Descripción de las
lesiones____________________
__________________________
__________________________
Nombre
_________________edad
Pulso _________Presión Personal de selección___________________________
arterial_______ Resp.
Sitio___________ No. 1__________________ No. 2__________________
Alergias_________________
Tratamiento
administrado________________
__________________________
__________________________
__________________________
_____________

Evaluación
El resultado del plan practicado en el área de selección es la clasificación de la urgencia de los
problemas de las víctimas (Tabla 4-2) y la transferencia apropiada de cada una de ellas para su
atención posterior. Después de que los heridos han pasado por la selección, el personal del
departamento de urgencias recibe sus asignaciones y suministra atención a los mismos.
En términos generales, debe colocarse a los casos más graves (críticos) lo más cerca posible de la
sala de reanimación del departamento, de urgencias, y a los de menor gravedad (no urgentes), en la
zona mas retirada a dicha sala de reanimación (esta será una estancia designada para primeros
auxilios y pacientes que puedan esperar). No se necesita la separación por sexos.
Los casos de la categoría 11 (graves) pueden ser tratados en un área del departamento de urgencias o
quizás en otra zona (sala de recuperación, sala de partos o sala de labor) que cuente con equipo
básico para salvar la vida. Los pacientes con choque emocional deben enviarse a una estancia fuera
del departamento de urgencias, designada para la atención especial de los mismos.
La documentación del destino de cada víctima en el hospital se inicia en el área de selección. Es
esencial la colocación de un marbete con sus datos para una identificación apropiada; para
proporcionar información a los familiares y los medios de comunicación, y como base para cualquier
reporte médico legal ulterior (Véase el recuadro 4-7). Esta información se registra en un libro de
entradas y salidas y se incluye también en otro correspondiente a la selección.
Los pacientes que acuden al departamento de urgencias en busca de tratamiento, pero que no
provienen de la zona de desastre, deben ser orientados para que lo soliciten en otro sitio. Si es
imposible transferirlos, se les asignará a un área de tratamiento y se les hará una nueva valoración.
El personal de selección necesita recibir información de la situación de las áreas de tratamiento y de
otras instalaciones que quizá pueden atender problemas de especialidades (como quemaduras).
También deben estar al tanto del establecimiento y la ubicación de áreas con exceso de pacientes.
Para evitar la confusión y la aglomeración en el área inmediata, los miembros del área de selección
orientarán a los visitantes, los familiares y las personas de los medios de comunicación a áreas
especiales designadas para ese fin.
Departamento de urgencias
Es necesario que exista comunicación constante entre los directores administrativos del
departamento de urgencias (director medico y directora de enfermería), y el área de selección, el
centro de control y el personal que labore en las áreas de tratamiento. Si las líneas telefónicas o las de
electricidad están sobrecargadas o no funcionan, el personal del departamento de urgencia puede
utilizar radios de ambulancia, banda civil, o radioemisores-receptores portátiles como medios de
comunicación.
TABLA 4 - 2 Modelo de selección o escala de clasificación en desastres

Primera prioridad Categoría Segunda prioridad Categoría II: Tercera prioridad Categoría III: No
I: Crítica Graves urgentes
Traumatismo múltiple Desgarres moderados (sin Lesiones graves
hemorragia grave)
Heridas penetrantes en tórax y Lesiones menores
abdomen
Amputaciones incompletas Lesiones menores de los ojos
Conmoción
Fracturas abiertas Fracturas cerradas de los huesos Esguinces, luxaciones y contusiones
grandes
Quemaduras de mas de 40% de Quemaduras de segundo grado, de Quemaduras de segundo grado con
la superficie corporal* 20 a 40% o más de superficie menos de 20% la superficie corporal*
corporal*
Inhalación de humos
Lesiones criticas del sistema Lesiones no criticas del sistema
nervioso central nervioso central
Lesiones de la cara con Dolor en el pecho Lesiones faciales sin obstrucción de las
obstrucción de las vías vías respiratorias
respiratorias
Inconsciencia Pacientes de obstetricia Reacciones de nerviosismo(histeria,
hiperventilación

Nota: *Puede haber zonas separadas de tratamiento para estas víctimas


Fuente: Reimpreso bajo la autorización de Wieland MP: General principies of emergency care. In
Dickson Ej, Armstrong ME, Howe J, et al (eds): McGraw-Hill Handbook of Clinical Nursing. New
York, McGraw-Hill Book Co, 1979, p 1289.
Los pacientes en estado critico son colocados en el área de reanimación- traumatología del
departamento; los enfermos en estado grave se ubican en otras áreas de tratamiento dentro del
departamento de urgencias. Deben hacerse todos los intentos para sacarlos de dicho departamento a
la mayor brevedad posible. Cada enfermera del departamento mencionado que labore en las áreas de
tratamiento tendrá la responsabilidad de revisar periódicamente los suministros e informar a la
directora de enfermería del departamento de emergencia de cualquier faltante o deficiencia.
La directora de enfermería del departamento de urgencias debe ser identificada fácilmente; por llevar
una banda en el brazo, un chaleco de color o un marbete con su nombre lo suficientemente grande
para ser legible y que la designe como tal. Ella es responsable de los siguientes aspectos:
 asignar al personal de enfermería que llega, de las organizaciones de enfermeras
profesionales o voluntarias a salas específicas
 orientar al personal auxiliar y a los voluntarios acerca del sitio a donde deben dirigirse las
tareas que deben realizar, y el sitio en donde pueden encontrar los materiales. (Las funciones
que puede desempeñar el personal auxiliar durante un desastre, deben ser planeadas con
anterioridad, por ejemplo: llevar agua a los pacientes, reforzar los apósitos, cuidar el goteo de
soluciones intravenosas.)
 otorgar períodos de descanso a la enfermera de selección o al personal de enfermería que
labora en las áreas de reanimación y de tratamiento menor
 comunicar al centro de control la necesidad de personal adicional. (Es necesario especificar
el tipo exacto de persona que se requiere, por ejemplo: una persona fuerte para levantar a
pacientes pesados o una enfermera capaz de atender a los pacientes estables.)
 asegurarse de que todo el personal que labora en el departamento lleve puesta la
identificación apropiada para casos de desastre (banda de color en el brazo o chaleco de color
especial)
 colocar en la pared un mapa del área para ayudar al resto del personal dándole instrucciones
El personal de enfermería del departamento de emergencias u otras personas asignadas en el
programa para casos de desastre, trabajan en intima relación con los equipos médico y de cirugía de
dicho departamento. Sus responsabilidades incluyen el señalamiento de labores específicas a las
enfermeras, asistentes y técnicos que laboran en la zona, a efecto de que auxilien al personal
asignado, para localizar los expedientes clínicos y los suministros; y para elaborar la documentación
de los procedimientos y la atención prestada, así como comunicar a la enfermera a cargo la necesidad
de materiales y personal adicional para desempeñar tareas específicas.
Áreas específicas de tratamiento para emergencias
A semejanza de las áreas de selección, las salas especificas para tratamiento de emergencia tienen
sus finalidades y en dichas áreas deben interesarse en la valoración y la intervención del personal de
enfermería.
Área de tratamiento mayor
Administrar la atención adecuada a un gran numero de damnificados teniendo en cuenta la necesidad
de un tratamiento de calidad, es el objetivo del área de tratamiento mayor.
Al llegar cada víctima al área apropiada, la enfermera de emergencias la valora nuevamente con todo
detenimiento, y prestando atención especial a sus vías aéreas, respiración y circulación (consúltese el
capitulo 2, correspondiente a la valoración de los pacientes). Estas intervenciones o valoraciones
deben realizarse simultáneamente con las medidas terapéuticas de urgencia para salvar la vida. De
ser posible, conviene efectuar una valoración completa que incluya lo siguiente:
 deducir la molestia principal que sufre la víctima
 llevar al cabo revisión objetiva de la cabeza a los pies
 medir los signos vitales y valorar el dolor
 obtener los antecedentes médicos (y quirúrgicos) del paciente relacionados con
cardiopatías, neumopatías, diabetes sacarina, alergias, medicamentos que reciba la persona, y
profilaxia antitetánica
Después de la revisión inicial es necesario establecer las prioridades de los heridos y disponer las
intervenciones asistenciales apropiadas. Éstas incluyen:
 administración de oxigeno
 colocación de agujas y cánulas para venoclisis
 extracción de muestras de sangre para estudios necesarios (la enfermera debe tener la
certeza de que las solicitudes para exámenes de laboratorio y estudios radiológicos lleven los
mismos números de etiqueta que el marbete para desastres de la víctima)
 refuerzo de vendas
 administración de los medicamentos prescritos
Es conveniente utilizar a todo el personal disponible para que intervenga en las siguientes actividades
de enfermería:
 obtener la participación de inhaloterapéutas para el tratamiento de trastornos en las vías
respiratorias y el suministro de oxigeno suplementario
 obtener la colaboración de especialistas en venoclisis y fluidoterapia, y técnicos de
laboratorio
 contar con la participación de personal adicional para que se ocupe de los apósitos a presión
 contar con enfermeras de reserva listas para administrar medicamentos
Notifique a la enfermera encargada del departamento de urgencias; lo relativo a espacio disponible,
la necesidad de material y personal adicionales, y el número de personas que requieren de cirugía o
de admisión en las unidades de cuidado intensivo o cuidado coronario. Registre todas las
valoraciones y las intervenciones de enfermería en el marbete de la víctima, bien en la hoja de
registro del departamento de emergencias, o bien y/o en la hoja de evolución clínica o en ambas.
Cuando se practique la valoración o intervención de enfermería es necesario tener en mente ocho
puntos prioritarios.
1. Conservar despejadas las vías respiratorias.
2. Conservar la ventilación adecuada.
3. Detener o controlar hemorragias.
4. Ordenar estudios de laboratorio (la identificación del tipo de sangre y elaboración de las
pruebas cruzadas tiene más importancia que los análisis de orina o el cultivo de heridas) y de
radiología (en términos generales, en primer lugar se tomarán las radiografías del tórax y
después las de los miembros), solamente si los resultados producen una diferencia inmediata
en el tratamiento de la víctima.
5. Utilizar con prudencia el equipo y los materiales disponibles ya que pueden estar muy
escasos.
 Utilizar los monitores de cardiología solo cuando realmente se necesiten.
 Utilizar el equipo disponible para inmovilizar la columna.
 Conviene utilizar heparina sólo para mantener canalizadas algunas venas.
 Mientras llega la sangre para realizar transfusión, la enfermera administrará
soluciones intravenosas y expansores volumétricos.
6. Utilizar al personal con la debida cordura.
 El personal auxiliar capacitado para administrar reanimación cardiopulmonar puede
ocuparse de comprimir el tórax, de forma concertada, mientras la enfermera del
departamento de emergencias inicia la venoclisis de soluciones, administra los
medicamentos y se prepara para otros procedimientos.
 El personal de enfermería que no está acostumbrado a laborar en el área puede
ocuparse de registrar las maniobras terapéuticas, en las hojas y formas apropiadas, as;
como de vigilar los signos vitales (consúltese el capítulo 14, correspondiente a las
formas usadas en un desastre).
 Los socorristas adicionales deben emplearse en las áreas en donde posean
experiencia (es posible enseñar a cualquier persona la manera de aplicar presión a una
herida).
7. Cerciórese de que el marbete de desastres siempre esté en el paciente y en sus objetos
personales.
8. Comuníquese con sus pacientes, miembros del personal y personas encarga das; no olvide
a los familiares, si están presentes.
Áreas de tratamiento mínimo (no urgente)
El objetivo de esta zona es suministrar los primeros auxilios o las intervenciones básicas de
enfermería.
Las enfermeras asignadas a dicha área deben valorar nuevamente a las víctimas de acuerdo a sus
malestares principales. Una vez hecho lo anterior, se disponen las tareas apropiadas para inmovilizar
fracturas, luxaciones o esguinces; administrar medicamentos y curar las heridas básicas. Además,
estas tareas deben tranquilizar y confortar al paciente y prepararlo para que sea dado de alta (como
hojas de información, necesidad de más radiografias o tratamiento complementario). En el marbete
de desastre deben anotarse las valoraciones e intervenciones asistenciales ! la forma y el momento
apropiado en que se da de alta al paciente. Se auxilia a los pacientes en este proceso en el que
abandonan la institución (por ejemplo, se les facilitan autobuses para su transportación y se llama a
sus familiares para que acudan a ayudarlos).
Área de descontaminación
Los objetivos del área de descontaminación son más extensos. El personal debe determinar el tipo y
la magnitud de las lesiones; definir el nivel de contaminación radiactiva o exposición a materiales
peligrosos, y emprender las medidas de seguridad para las víctimas y los miembros del personal.
Mientras tanto, es necesario que se mantengan en contacto con el especialista en radiación o con el
encargado del manejo de materiales peligrosos y con el centro de control. Es indispensable consultar
constantemente con el encargado de materiales radiactivos y el centro mencionado, respecto al
estado de la víctima y la necesidad de contar con materiales y asistencia adicionales.
La valoración o intervención del personal de enfermería en esta área incluye la revisión de los
pacientes en busca de cualquier problema obvio que pueda amenazar su vida; definición del grado de
radiación por el encargado de esta especialidad; la valoración de la disponibilidad y el número de
suministros existentes en el carrito con material para descontaminación.
Programas/Práctica
Es importante cumplir con el protocolo implantado por el hospital para la atención de víctimas de
accidentes por radiactividad, y de acuerdo con las instrucciones del encargado de esta especialidad
(véase el capitulo 7, relacionado con la atención de enfermería especifica en estos casos)
Area de tratamiento diferido
Si en el área de selección se decide enviar a las víctimas a la zona de tratamiento diferido hay que
tener en consideración varios factores: la magnitud del desastre (numero y tipo de lesiones); los
recursos disponibles con que cuenta el hospital (personal, materiales e instalaciones quirúrgicas) y el
estado del herido. El personal que labora en esta área debe valorar una vez mas la condición del
paciente y poner en marcha medidas para tranquilizarlo, como la administración de analgésicos por
vía intravenosa.
Morgue (depósito de cadáveres)
Lo ideal es que la morgue se localice lejos del departamento de emergencias. Allí los cadáveres
pueden ser tratados con dignidad, y se les permitirá a los familiares que pasen a verlos y desahoguen
su pena. Se asigna personal apropiado para asistir a los dolientes (enfermera de psiquiatría, capellán,
trabajadora social, administrador).
El material requerido en esta área puede incluir sábanas, toallas, pañuelos desechables y refrescos
para los familiares.
El personal asignado tiene las siguientes tareas:
 Valorar el área para conocer el espacio adecuado en donde puedan acomodarse al número
de cadáveres y a los familiares que llegan.
 Valorar la necesidad de intervención en casos de crisis o sedación para los familiares
afligidos.
 Procurar que las temperaturas en la morgue sean óptimas, es decir, lo suficientemente frías
para que la descomposición orgánica sea lenta (considérese el empleo de un camión
refrigerante).
 Recibir a los pacientes conforme lleguen, y cubrir los cuerpos con una sábana.
 Conservar los cadáveres cubiertos y colocados en el piso, pues se pueden necesitar las
camillas en las áreas de selección y tratamiento.
 Tener la certeza de que a la víctima se le colocó el marbete de desastres, así como a sus
objetos personales; llevar un registro de los cadáveres en el libro de ingresos y egresos y
enviar al centro de control información concerniente al estado de los difuntos.
 Pedir al personal adecuado que fotografíe a las víctimas no identificadas.
 Auxiliar a los familiares en la identificación de los cadáveres, cuando sea necesario.
 Brindar apoyo emocional a los familiares apesadumbrados.
 Registrar el destino final del cadáver, en el libro de ingresos y egresos (por ejemplo,
patología, funeraria, su hogar).
 Valorar la necesidad de mayor información para identificar los cadáveres.
 Evaluar la necesidad de mayor apoyo e intervención en casos de crisis para los miembros
de la familia.
Evaluación
Después de la selección inicial y el tratamiento de los heridos, puede haber un gran número de
pacientes que necesiten atención en el área de tratamiento mínimo. Las enfermeras que laboren en el
depósito de cadáveres serán asignadas a otra área. El libro de "entradas y salidas" finales debe
completarse y enviarse al centro de control, y deben hacerse los arreglos para la transportación de las
víctimas que regresarán a su hogar o serán llevadas a otro sitio. En todas las áreas del departamento
de urgencias es necesario realizar una nueva valoración del equipo y de las necesidades de material.
Todo el equipo prestado debe ser devuelto a la tripulación de ambulancias y a los pisos y pabellones
de enfermería. Es muy necesario limpiar, arreglar y volver a surtir urgentemente las áreas
mencionadas, para que así se reanuden sus operaciones normales.
Los miembros del personal del departamento de urgencias también deben ocuparse de sus propias
necesidades. Han tenido que afrontar un desastre (quizá sea necesario efectuar una prueba organizada
de tensión) y pueden necesitar de consuelo que les ayude a dominar sus sentimientos. Debe tenerse
consideración al consuelo forzoso del personal, dependiendo de la magnitud del desastre.
Más aún, el grupo de tratamiento del departamento de urgencias debe estar en contacto con las
organizaciones comunitarias para atender las secuelas y los posibles problemas de salud pública
ulteriores. Puede ser necesario personal adicional para programarlo en la aplicación de vacunas o la
contestación de las llamadas telefónicas que soliciten información tocante al desastre. Es esencial
participar en las criticas de la catástrofe para realizar los ajustes necesarios al programa
correspondiente.
Las enfermeras del departamento de urgencias deben percatarse de que pueden llegar pacientes
presentando un cuadro de tensión relacionado con la calamidad. Es necesario contar con guardias de
seguridad disponibles en el momento para ayudar a controlar a la multitud y buscar posibles armas.
Las intervenciones asistenciales posteriores al desastre requieren de conocimientos, información y
práctica adicionales; conocimiento de las fases de reacción ante desastres, recursos de la comunidad,
sitios de envío para atención especializada, y experiencia en la intervención en casos de crisis. El
capitulo 8 contiene información adicional relacionada con las intervenciones psiquiátricas que
pueden ser necesarias.
Unidades de Asistencia
Es importante contar con un mecanismo definido para alertar a las unidades de enfermería respecto
al surgimiento de un desastre externo. Puede asumir la forma de llamar a unidades clave y pedirles
que envíen camilleros a otras unidades, o que el departamento de urgencias los envíe directamente a
las unidades de enfermería. Puede funcionar una red telefónica en "cascada", sin embargo ésta debe
contar con un respaldo manual en caso de que el sistema telefónico haya sufrido desperfectos. Es
recomendable que la mayoría de las instituciones sean del tamaño que sean, cuente con un número
específico para que el personal llame y verifique si se ha declarado un desastre. Cada unidad debe
contar con un método de aviso al personal de la necesidad inaplazable de auxilio adicional. Este
programa, por lo general, asume la forma de una llamada que se distribuye por la red telefónica, que
se inicia por la enfermera encargada, en el momento en que se da por primera vez la alerta contra el
desastre(consúltese el capítulo 14). Además, se recomienda que la persona informante siga un texto
predeterminado para la notificación (Recuadro 4-8).
RECUADRO 4 - 8 Notificación de un desastre al personal
Forma para notificar por teléfono:
Buenos días (tardes o noches)__________________________.
El programa contra desastres en el hospital de la comunidad ha sido activado por (incendio, colisión
de aeroplanos, etcétera).
¿Puede usted solicitar que se inicien las actividades de inmediato?
¿Cuánto tiempo tardarán en llegar al sitio del desastre?
Si no funcionan los teléfonos el mansa je puede ser difundido por radio y televisión
Se solicita a todo el personal del hospital de la comunidad que se reporte a su sitio de trabajo
inmediatamente Por favor utilicen la entrada__________ número y pónganse a las órdenes de (la
unidad o al grupo de personal de reserva, incluyendo aquellas personas que se localicen en las salas
También debe establecerse un canal regular de comunicación entre el área de control de camas y las
unidades. El personal de reserva debe responder a toda petición adicional de personas o suministros
proveniente de cualquier área del hospital.
El personal de las unidades tiene la responsabilidad de informar de la situación de desastre que se ha
declarado a los pacientes y a los visitantes. Hay que pedir a los enfermos que dirijan únicamente sus
solicitudes urgentes al personal, y este último debe restringir las llamadas telefónicas al exterior, para
que no se congestionen las líneas. Se requiere instar al personal para que utilice las casetas
telefónicas públicas si necesita hacer alguna llamada a su hogar, para saber de la seguridad de sus
propias familias.
Distribución espacial
La distribución de camas desocupadas para las víctimas dentro del hospital, debe controlarse a través
de un departamento. El reporte consolidado debe entregársele a la enfermera en jefe del
departamento de urgencias y en esta información se incluirá la unidad, la hora, el número de camas
disponibles y los nombres de los pacientes que han sido dados de alta.
La valoración de los pacientes para alta o tranferencia debe ser iniciada inmediatamente después del
aviso del desastre. En circunstancias ideales, la valoración mencionada es llevada a cabo por una
enfermera titulada y un médico, por unidad de enfermería. Debe haber reglas generales para orientar
al equipo en su decisión de quién debe ser dado de alta o ser transferido a otra institución.
La valoración debe realizarse utilizando un sistema de clasificación de pacientes, si se cuenta con él.
Los enfermos se clasifican de acuerdo al nivel de atención que necesitan, y los recursos con que
cuentan en su hogar. Un sistema de esta índole es el siguiente:
 Nivel I-alta; no se necesita cuidado especial.
 Nivel II-alta; se necesita algún tipo de apoyo (cambio de apósitos, alimentos,
medicamentos).
 Nivel III-transferencia; se necesita atención hospitalaria de índole limitada.
 Nivel IV-transferencia; en la transferencia, el enfermo debe estar acompañado por algún
miembro del personal y recibir cuidados intensivos en el trayecto.
Entre los pacientes que pueden ser dados de alta del hospital están madres y bebés sin
complicaciones, enfermos ambulatorios o próximos a regresar a su hogar y otros ambulatorios que
necesitan el mínimo de cuidados. Los pacientes por transferir a otra institución incluyen los de los
niveles III y IV, así como los que en su hogar no cuentan con un ambiente apropiado (por ejemplo,
personas cuyo hogar ha sido destruido).
Las personas que son devueltas a su hogar deben salir por un sitio establecido para este proceso, en
esta área trabajarán un empleado administrativo de servicios sociales y una enfermera que funcione
como coordinadora de altas, quienes serán responsables de conservar un registro escrito de todas las
personas que abandonen el hospital, hacer arreglos para la transportación de las mismas, avisar a sus
familias, asegurarse de que se cuente con recursos adecuados en el núcleo familiar, y si es necesario,
notificar a los servicios de atención médica a domicilio, para el tratamiento complementario. Los
pacientes que son transferidos a otras instalaciones deben pasar por un sitio independiente; sin
embargo, es importante que cuenten con un marbete con su nombre fijado con toda firmeza, antes de
abandonar la unidad de enfermería. Junto con cada persona se enviarán sus pertenencias, dentaduras
postizas, prótesis, anteojos, historia clínica, planes de atención de enfermería y otros documentos.
El transporte puede ser un problema para los pacientes, ya sea que vuelvan a su hogar o se les
transfiera a otra instalación. Para algunos pacientes ambulatorios puede bastar el transporte público o
recibir la ayuda de familiares o amigos. Muchas de las ambulancias estarán ocupadas en el transporte
de heridos y por ello se necesita conseguir otros medios para transportar a los pacientes en camillas.
Pueden ser útiles las camionetas para reparto de mercancías, ya que cuentan con suficiente espacio y
los choferes, por lo general, conocen bien el área. También pueden utilizarse autobuses para
transportar a un gran número de pacientes al mismo tiempo.
Es necesario reunir a todo el personal para informarle la naturaleza del desastre, y sus asignaciones
individuales en las tareas de auxilio. En el momento en que se declara un desastre, deben
abandonarse todas las funciones no esenciales. Todo el personal debe reportarse a sus departamentos,
para recibir instrucciones y asignación si se encuentran en servicio durante la declaración del
desastre. Si la jefa de la unidad de enfermería considera que se necesita más ayuda (en cada
programa contra desastres se indicará el punto en donde las unidades reunirán a su personal) deben
seguirse algunas reglas para asegurarse de que el auxilio estará disponible aún cuando haya pasado la
crisis:
 Si el desastre ocurre en una hora cercana al cambio de turno, hay que retener al personal
que está por salir, permitirle que llame a su hogar para cerciorarse de que sus propias familias
están a salvo.
 Llamar solamente a los empleados que no están programados para trabajar durante las
próximas 24 horas.
 Cambiar los turnos a jornadas de 12 a 16 horas, si es posible.
Durante un desastre prolongado, debe considerarse la necesidad de relevos en la ayuda, alimentos y
dormitorios. Después de las primeras horas de intensa actividad es recomendable que parte del
personal descanse, para que pueda servir de relevo unas horas más tarde. También es importante
proporcionar períodos de reposo al personal en un área que se encuentre alejada de las familias y los
pacientes.
Conviene racionar el uso del material y el equipo. Se necesita reunir sillas de ruedas, camillas y
pértigas para soluciones intravenosas, adicionales y colocarlas en un área central cerca de los
elevadores o el cubo de las escaleras, para entregarlas y recogerlas en el departamento de urgencias.
La atención de enfermería debe incluir únicamente lo esencial. Las maniobras rutinarias como el
baño, cambio de ropas de cama y de apósitos, deben llevarse a cabo más tarde o restringirse por
completo, en la medida que sea posible (recuadro 4-9).
RECUADRO 4 - 9 Lista de actividades para la unidad de enfermería
Todas las solicitudes de información, personal o suministros están coordinadas por la enfermera a
cargo de las tareas de desastre. Todo el personal de enfermería debe realizar las siguientes
actividades:
 Permanecer tranquilo.
 Informar a los pacientes y familiares cuál es la situación del desastre y pedirles su
colaboración.
 Notificar al personal en turno, y según sea necesario solicitar al que no se encuentre de
guardia enviando personal adicional al grupo de personal de reserva.
 Obtener un recuento inicial de las camas disponibles.
 Valorar a los pacientes para determinar quién puede ser dado de alta o ser transferido a otro
sitio en caso que surja tal necesidad.
 Conocer la asistencia mínima necesaria y revisar la disponibilidad de camas conforme los
pacientes sean dados de alta.
 Distribuir nuevamente los recursos a las áreas de tratamiento (por ejemplo, sillas de ruedas,
camillas, pértigas para soluciones intravenosas).
 Conservar los materiales y los recursos en las unidades.
 Evitar el uso de teléfonos y elevadores, excepto para actividades propias del desastre.
 Asignar a una persona que elabore un inventario de los suministros, pértigas para
soluciones intravenosas, sillas de ruedas y camillas; presentar solicitudes y conservar un
recuento constante de los artículos.
 Pedir a los pacientes, al personal y a los visitantes que entran y salen de la unidad, que
firmen su entrada o salida para así llevar un recuento exacto de personas.
 Si surge la necesidad de evacuar a los pacientes, iniciar los preparativos para realizar dicha
maniobra, es decir (preparación de expedientes, transportación, vestir a pacientes, reunir
objetos esenciales para enviar con ellos) y asignar al personal para auxiliar durante la
evacuación.
Evaluación
Una vez terminado el desastre, deben ponerse en marcha algunas medidas para que la unidad de
enfermería vuelva a su ritmo normal de trabajo. Los materiales deben surtirse nuevamente; y
valorarse las necesidades futuras y disponibilidad de personal. Además, tan pronto como sea posible,
debe efectuarse una crítica de la respuesta al programa contra desastres, en la cual se incluirán
planteamientos como los siguientes.
 ¿La notificación de que había surgido un desastre fue adecuada?
 ¿Se contó con personal y material adecuados para cubrir las necesidades de atención de los
pacientes en la unidad?
 ¿Qué áreas trabajaron sin dificultad y en cuáles surgieron problemas?
 ¿Cuáles son las recomendaciones para mejorar la atención?
TABLA 4 - 3 Hoja de tareas del personal y actividades de enfermería

Tiempo Departamento de urgencia Unidades de enfermería


Notificación Obtenga un reporte inicial, verifique la Reciba la alerta contra desastres; notifique al
Inicial información y alerte a la administración del personal de la unidad y obtenga una lista
(primeros 5 hospital inicial de camas disponibles
minutos)
de 5 min a 2 Valore el impacto del desastre en el hospital; Asigne prioridades a los pacientes para su
hrs solicite personal adicional; establezca las posible alta o transferencia; solicite personal
zonas de selección y de tratamiento; valore la adicional si es necesario y envíelo a la central
necesidad de equipo o suministros extras de personal de reserva; conserve los
suministros y el inventario en sus niveles
normales; informe a los pacientes y al
personal el estado de las cosas y conserve un
pizarrón actualizado con datos concernientes
al desastre
de 2 a 12 hrs Valore el desastre respecto a su posible Determine la necesidad de dar de alta o
duración; vuelva a valorar las necesidades de transferir a algunos pacientes; asigne relevos
personal y materiales; proporcione períodos de al personal y cada hora actualice la lista de
reposo y bocadillos al mismo ocupación de las camas
más de 12 hrs Determine el momento en que terminará la Valore una vez más la necesidad de continuar
fase aguda del desastre; valore la necesidad de con las altas o las transferencias de los
proporcionar dormitorios, relevos y alimentos pacientes; de contar con un dormitorio y
al personal; y valore las necesidades del relevos para el personal; proporcionarle
mismo y de suministros alimentos así como la necesidad de personal
y de equipo
Evaluación Señale las necesidades de salud comunitaria Valore la disponibilidad del personal para
(véase el capitulo 12) reanudar sus labores normales; abastezca de
Identifique y administre tratamiento nuevo los materiales; reanude la asistencia
complementario según las necesidades de las regular de enfermería y prepárese para
víctimas admitir de nuevo a los pacientes transferidos
Valore la distribución y número del personal y a otros sitios Celebre una sesión de
haga que vuelva a las labores normales del "desahogo personal"; reconozca los efectos
departamento de urgencias; surta nuevamente del desastre en la conducta de las víctimas y
los carritos del departamento de urgencias y del personal
los utilizados en caso de desastres Valore los puntos positivos y las fallas de la
Ayude al personal a afrontar los efectos físicos respuesta al desastre y ponga en marcha
y psicológicos de la calamidad, por medio de actividades para corregir cualquier
una sesión de "desahogo"; reconozca los deficiencia en ella
efectos del desastre en la conducta de las
víctimas y del personal Valore los aspectos
positivos y negativos de la respuesta al
desastre, e inicie actividades para corregir
cualquier deficiencia en ella

Conclusión
Los desastres internos y externos que afectan a una institución en donde se prestó atención a casos
agudos, pueden manejarse de manera ordenada y sistemática, por las enfermeras que participan en un
proceso de asistencial normal. Sin embargo, en una situación semejante es importante que en la toma
de decisiones, intervengan las áreas primarias de comunicación, personal y recursos.
Un programa conciso y claro contra desastres permite que el personal cuente con pautas de la forma
en que se verán afectadas sus unidades y cuáles serán sus tareas durante la calamidad. Los
simulacros regulares hacen que el personal entienda lo que cabe esperar antes de que surja una
situación extrema. Las responsabilidades y tareas del personal de cada unidad deben estar
perfectamente definidas, escritas en orden de prioridad, y en forma sencilla. La tabla 4-3 presenta un
resumen de dichas responsabilidades y de las acciones de enfermería que hay que emprender en el
curso de una calamidad.
Referencias
1. Janis I, Mann L: Emergency decision making: A theoretical analysis of responses to disaster
warning. J Human Stress 1977;3:35-48.
2. Baumann A, Bourbannais F: Decision making in a crisis situation. Can Nurse 1983;79:23-25
3. Kennedy J: Evacuation of a neonatal unit. Can Nurse 1979;79:26-29.
Lecturas sugeridas
Bailey JJ, Hendricks D: Decisions, decisions. Nurs Life July/August 1982, pp 45-47
Baumann A, Bourbannais F: Nursing Decision-making in a critical care areas. J Adv Nurs
1982;7:435-446
Best R: Mississauga, Ontario, Canada evacuation. Unpublished report from the National Fire
Protection Association, 1980
Budassi S, Barber JM (eds): Emergency Nursing: Principles and Practice. St Louis: The CV Mosby
Co., 1981.
Campbell M, Pribyl C: The Hyatt diaster: Two nurse's perspectives. JEN 1982;8:12-16
Cross RE: The team approach to disaster care. JEN 1977;3:17-19.
Demi AS, Miles MS: Understanding psychological reactions to disaster JEN 1983;9:11-16.
Feldman S, Monicken D, Crowley MB; A systems approach to prioritizing. Nurs Admin Q
1983;7:57-62.
Henderson V: The nursing process-is the right? J Adv Nurs 1982;7:103-109.
Jones R: It can happen to you! JEN 1978;4:24-27.
Lancaster W, Lancaster J: The leader as decision maker. Nurs Leadership 1981;4:7-12.
Marriner A: The Nursing Process, ed 2. St Louis, The CV Mosby Co., 1979.
Prato SA: Ethical decisions in daily practice. Supervisor Nurse 1981;12:18-20 Readings in Disasters
Planning for Hospitals. Chicago, American Association, 1966.
Rund DA, Rausch JS: Triage St Louis, The CV Mosby Co., 1981.
Weinstein MC, Fineberg HV: Clinical Decision Analysis. Philadelphia, WB Saunders Co., 1980.
Zimmerman JM: Mass casualty management, in Ballinger WF, Rutherford RB, Zuidema JD (eds):
The Management of Trauma Philadelphia, WB Saunders Co., 1968, pp 769-793.

5. El paciente con traumatismos en el escenario del desastre


Kris L. Brown, R.N., M.S.N. and
Ralph L. Brown, E.M.T.-P, P.A.-C
La enfermera que acuda al sitio del desastre encontrará en este confusión, desorganización y peligro.
Puede haber unas cuantas víctimas o un número abrumador de ellas, e igualmente sus lesiones
desplegarse de leves a muy graves. Hace algunos años, gran parte del personal que acudía a auxiliar
en el sitio de desastre contaba con una preparación mínima y sabía poco de la atención a las víctimas
gravemente lesionadas; el tratamiento apenas consistía en subir al paciente a una ambulancia, y
transportarlo al hospital. Lógicamente ello ocasionaba una tasa elevada de mortalidad durante este
tipo de situaciones. En la mayoría de las catástrofes rara vez se utilizaba a las enfermeras; si éstas
acudían a la llamada de alerta, su experiencia a menudo se utilizaba en las tareas de selección y
organización de auxilio en el sitio de los hechos y no precisamente en la atención directa de las
víctimas. La evolución de la enfermería en caso de desastres ha dado un nuevo giro a las labores que
desempeña una enfermera en el lugar mismo de la calamidad. La capacitación avanzada en la
valoración de traumatismos y su tratamiento, ha preparado a la enfermera para asumir una posición
importante en la atención de las víctimas de una catástrofe.
El tratamiento definitivo de las personas que presentan heridas múltiples, depende de la atención
critica y de las instalaciones quirúrgicas; sin embargo, el tratamiento inicial puede ser
responsabilidad de la enfermera, que es quien primeramente atiende al enfermo. La selección y
estabilización de los pacientes en el campo de los hechos han disminuido la mortalidad.1 Las
enfermeras, al administrar las medidas iniciales de conservación de la vida en la escena del desastre,
también pueden tener un gran impacto en el restablecimiento de los pacientes con traumatismos.
Este capitulo expone las tareas de la enfermera en la atención de los pacientes con lesiones en el
propio escenario de los hechos, enfatizando especialmente la valoración, la estabilización y el
transporte de los mismos.
El papel de la enfermera
Las enfermeras pueden enfrentarse con un gran número de actividades en conflicto durante un
desastre; se les puede solicitar que se encarguen de la selección, que sirvan como camilleros, que
coloquen vendajes en heridas pequeñas o administren medidas avanzadas para conservar la vida de
las víctimas con lesiones muy graves. Ellas pueden desempeñar adecuadamente todas estas tareas
pero muchas equivalen al uso inapropiado de sus valiosos conocimientos. Deben ser cuidadosas
respecto a las obligaciones que acepten. En muchos desastres hay un exceso de personal no clínico
que se ocupa de las tareas de rescate como la extracción de las víctimas de la zona de peligro, su
transportación y el control de diversas zonas (véase capitulo 3). Lo que más se necesita en estos
casos es el personal que pueda administrar un tratamiento médico sofisticado a las personas en una
zona de tratamiento establecida. Los conocimientos y la práctica clínica de la enfermera la hacen una
persona muy importante para todo herido que necesite atención médica. Seria un desperdicio de
talento asignarla a las tareas de rescate o a las labores de control mientras el personal no clínico lleva
al cabo la asistencia de los lesionados. El papel más importante que pueda asumir la enfermera es el
de cuidar a los pacientes en la zona de tratamiento.
La participación precisa de la enfermera en la atención de las víctimas puede variar según sus
conocimientos y las necesidades de los pacientes. Las víctimas con traumatismos muy graves y que
ocupan en las categorías de selección la de más urgentes (véase capitulo 3) requieren de atención
altamente especializada que no todas las enfermeras pueden brindar. Para que la enfermera trate
adecuadamente a dichos pacientes necesita estar perfectamente preparada en medicina de urgencia o
de cuidados intensivos. La falta de conocimientos en el tratamiento esencial de traumatismos; como
la capacidad para introducir sondas torácicas, efectuar una intubación endotraqueal, introducir
catéteres intravenosos y llevar al cabo una valoración detenida de las lesiones graves, puede ser un
impedimento para que la enfermera trate con éxito a este tipo de enfermos. Por tal motivo, ella puede
optar por un criterio de "ante todo no dañar" cuando evalúe su capacidad para tratar a este tipo de
pacientes. Aquellos que no cuenten con conocimientos y bases sólidas en el tratamiento de víctimas
con lesiones graves deben evitar ser asignadas para atender a la categoría de enfermos más urgentes,
siempre que sea posible. Existen muchas otras actividades clínicas que puede desempeñar la
enfermera, orientada hacia los pacientes que no padecen lesiones. Una de ellas podría ser atender a
las personas con problemas menos urgentes; u ocuparse de la atención psicosocial de la víctima o de
la familia durante un desastre. Todas estas intervenciones son esenciales para la buena atención de
los enfermos y cada una de ellas es importante durante una calamidad.
La enfermera que tiene un papel definido en el escenario del desastre debe considerar tres aspectos
clave para el tratamiento satisfactorio de las víctimas, dichos aspectos le permitirán adaptarse a
circunstancias extremas e insólitas que privan durante estas situaciones, y son: orientación,
improvisación y agresividad.
Orientación
En innumerables ocasiones se orienta a la enfermera al hospital y en él se cuenta con personal y
equipo fácilmente disponible. Sin embargo, hay que destacar que los protocolos normales de
tratamiento para los pacientes con traumatismos quizá no sean adecuados en una situación con saldo
masivo de víctimas, ya que se necesita tratar simultáneamente a un gran número de ellas.
La enfermera puede fácilmente quedar atrapada en el tratamiento de un paciente en estado critico, y
no atender a otros pacientes mas viables en el proceso. Muchas de las personas no viables son
eliminadas de la categoría de alta prioridad por medio de la selección, pero a veces un paciente
viable empeora hasta llegar a un estado mortal. No desperdicie equipo y tiempo útiles en quienes no
tienen esperanza de restablecimiento, dadas las limitaciones médicas que privan en un desastre. Por
ejemplo, quizá se cuente sólo con uno o dos trajes antichoques y existan una docena de víctimas que
pudieran beneficiarse con éstos; la enfermera debe colocar dicho traje a los sujetos más viables y no
necesariamente a los que tienen lesiones más graves. También es posible que en el sitio del desastre
no pueda practicarse fácilmente alguna intervención quirúrgica, y por ello habrá que enfocar la
atención a las víctimas que pueden sobrevivir y lo harán sin intervención quirúrgica inmediata.
Probablemente se tomen decisiones para dirigir el tiempo y la energía hacia las víctimas con mayores
posibilidades de restablecerse, basándose en los materiales y recursos disponibles.
Improvisación
El sitio en que ocurrió un desastre puede ser un campo sucio O una carretera muy congestionada. Las
víctimas pueden estar en el piso, sin camillas ni mantas debajo y tal vez resulte difícil en estos casos
establecer un campo esterilizado. La disponibilidad de equipo esterilizado quizá sea mínima. La
enfermera que se niega a introducir un catéter intravenoso a un paciente hipovolémico porque no hay
una torunda con alcohol, quizá no funcione adecuadamente en el escenario del desastre. En estos
casos habrá que improvisar y ser flexible. Puede ser necesario utilizar vendajes limpios y no
esterilizados. Más aún, hay que ser cauto en el empleo del equipo ya que los suministros pueden
agotarse rápidamente y tarden en llegar los nuevos. A veces se necesita improvisar equipo médico
con articulos que se tengan a la mano, como férulas hechas de papel periódico o camillas fabricadas
con los asientos de un avión o de otro vehículo. El conservar los artículos médicos y tomar las
decisiones apropiadas respecto a su empleo permite brindar una mejor atención a las víctimas.
Agresividad
Las personas que han sufrido traumatismos pueden morir fácilmente por sus lesiones, en un término
de minutos u horas. Muchos de los que pudieran ser salvados a veces sangran hasta morir o se
asfixian rápidamente a menos que el personal médico sea lo suficientemente agresivo para atender
sus problemas. Los heridos necesitan recibir medidas de auxilio inmediatas por parte de la
enfermera, para sobrevivir.
Cuando acuda a un desastre advierta que muchas personas con trastornos que amenazan su vida,
quizá presenten ligeros signos o nulos, que denoten la gravedad de sus lesiones. Para el momento en
que éstos se manifiestan plenamente el paciente ya no puede salvarse. Es indispensable contar con un
índice de suposición cuando atienda a un lesionado. Si usted no piensa en la posibilidad de una lesión
en particular, seguramente no la detectará.2 La enfermera con decisión debe sospechar lo peor y tratar
a los heridos antes de que estas lesiones ocasionen el deterioro de su estado clínico. Por ejemplo, la
clave del éxito para salvar a personas con heridas graves es adelantarse al surgimiento de una
conmoción o a que se presente un mal funcionamiento de los órganos esenciales. Antes que la
persona con estallamiento de bazo sufra una conmoción, la enfermera decidida habrá iniciado la
colocación de dos grandes catéteres intravenosos y la trasfusión de uno o dos litros de solución
lactada de Ringer. Ella también habrá colocado una sonda o caperuza para oxigeno, e iniciado la
búsqueda de un par de trajes antichoque antes de que disminuya la presión arterial del mismo. Este es
el tipo de agresividad y decisión que la enfermera debe manifestar para salvar la vida de un
lesionado. Por todo lo expuesto, en una catástrofe, ella debe estar preparada para atender a un
paciente tras otro, y tomar decisiones rápidas y bien fundadas en cuanto al tratamiento de las
víctimas.
TABLA 5-1 Enfoque de los sistemas de atención del paciente

Secuencia Problemas/Objetivos Acción


Fase 1: vías respiratorias respiración Utilizar la revisión primaria para detectar los
Prioridades del a circulación hemorragia fractura de problemas y corregirlos con las medidas básicas de
3 minutos columna conmoción apoyo. Esta fase puede aplicarse a varios pacientes en
un desastre antes de iniciar las siguiente fases.
Fase 2: relato de los hechos signos vitales Utilizar este paso para conocer mejor el problema de la
Valoración de 2 a exploración física víctima y formular un plan asistencial. Todo ello es
4 minutos esencial antes de poder administrar el tratamiento
adecuado
Fase 3: las lesiones más graves las lesiones En primer lugar deben tratarse los problemas más
Tratamiento de 3 no tan graves las lesiones graves. Repetir periodicamente la fase 2 para revalorar
a 5 minutos el estado del paciente.

Sistemas para programar la atención de los pacientes


El tratamiento de múltiples pacientes con problemas representa un reto. Si a ello se añade la
confusión que priva en el sitio de los hechos, el resultado es una combinación de factores que pueden
entorpecer la intervención, incluso de la enfermera más experta. Para superar el problema, hay que
utilizar un enfoque lógico y "paso a paso" en el tratamiento de cada víctima. Un método fácil de
aprender, y que constituye una forma rápida y precisa para manejar hasta a los pacientes con
trastornos más difíciles se conoce como el sistema para programar la atención (Tabla 5-1).
Este método hace que la enfermera siga tres fases para atender adecuadamente al paciente con
traumatismos: 1) establecimiento de prioridades; 2) valoración, y 3) tratamiento. Cada fase se
completa antes de pasar a la siguiente. Es necesario memorizar las tres fases y practicarlas antes de
que se necesiten en un desastre (consúltese el capitulo 2 para una explicación más detallada de las
técnicas de valoración rápida).
Fase 1: Prioridades
El tratamiento de un paciente con múltiples lesiones debe orientarse en primer lugar a salvarle la
vida.3 La mayoría de estas víctimas presentan seis problemas importantes que pueden causar la
muerte en un término de minutos: problemas de las vías respiratorias, respiración, circulación,
hemorragia, fracturas de columna y conmoción. (Puede utilizarse algún término mnemotécnico para
que la enfermera recuerde los seis problemas recién señalados). La fase uno obliga a detectar dichos
problemas y emprender las medidas de auxilio. Se necesita que la enfermera realice una breve
revisión primaria para establecer la prioridades en él, y cubrir cada una de ellas en un orden de
secuencia. No malgaste tiempo o emprenda tratamientos complicados en la primera etapa, que por lo
general tarda de uno a tres minutos en cada paciente, ya que la enfermera simplemente está buscando
los peligros inmediatos que amenazan la vida del mismo y los corrige con medidas básicas de apoyo
y en ocasiones utilizando técnicas avanzadas. Si puede darse el lujo de concentrarse en un solo
paciente durante un desastre, entonces puede completar en él las etapas dos y tres. Con mayor
frecuencia, existen otros pacientes que necesitan atención inmediata y de este modo tendrá que
enfrentar la necesidad de atender a un paciente tras otro, y practicar la primera fase en cada uno de
ellos. Una vez que se ha estabilizado la condición de las víctimas, puede retroceder y efectuar las
fases dos y tres en cada damnificado.
Vías respiratorias
La primera prioridad en el caso de un lesionado es valorar el estado de sus vías respiratorias
(recuadro 5-1). Es esencial la observación cuidadosa del mismo durante dicha valoración. La
enfermera debe tratar siempre a las personas que se encuentran inconscientes como si tuvieran
obstrucción de las vías respiratorias, y estar alerta de las señales de lesión o traumatismos en la cara
que puedan provocar la obstrucción de las vías. Cualquier respiración ruidosa es signo de
obstrucción parcial de las mismas. Si en la cara o el cuello se detectan desgarres o equimosis, piense
en la posibilidad de una lesión de las vértebras cervicales e inmovilice el cuello mientras despeja las
vías respiratorias (véase Capitulo 2, para una exposición mas detallada de este tipo de problemas).
RECUADRO 5 - 1 Asistencia y cuidado de las vías respiratorias
Indicadores de problemas en las vías respiratorias:
 respiración ruidosa
 traumatismo en la cara
 traumatismo en el cuello
 presencia de líquidos en las vías respiratorias
 pérdida de conciencia
Tratamiento del problema en las vías respiratorias:
 maniobra de inclinación de la cabeza/desplazamiento del mentón hacia adelante
 desplazamiento de la quijada hacia arriba
 colocación del paciente sobre su costado
 succión de las vías respiratorias
 colocación de una cánula bucofaríngea
 colocación de un obturador esofágico con una sonda (OEVR)
 sonda endotraqueal (SET)
 sonda nasotraqueal (NT)
 cricotirotomía
Las tres causas principales de obstrucción de las vías respiratorias son estructuras anatómicas,
objetos extraños y liquido. La causa más común es la propia lengua de la víctima.4 Si no ha habido
daño de la columna cervical pueden despejarse fácilmente las vías respiratorias al hiperextender la
cabeza; sin embargo, si se sospecha de una lesión en la columna cervical, la hiperextensión de la
cabeza puede seccionar la médula. Si existe la duda, no debe realizarse la hiperextensión. Mantenga
la cabeza en posición neutral con tracción manual y retire la lengua desde la parte posterior de la
faringe efectuando una maniobra de desplazamiento anterógrado o elevación de la quijada.
Piense en la posible presencia de cuerpos extraños en las vías respiratorias, si después de la
hiperextensión o desplazamiento anterógrado de la quijada no hay libre tránsito de aire por ellas. La
obstrucción parcial puede ocasionar un ruido "de graznido". Ha: que limpiar la boca y extraer los
cuerpos extraños como: dientes o huesos. La maniobra de Heimlich puede utilizarse en la persona
que presenta obstrucción por un cuerpo extraño. Si se detecta sangre o material gástrico en las vías
respiratorias coloque al individuo sobre su costado y permita que el liquido drene y salga. Conviene
utilizar equipo de succión si se cuenta con él.
Si la víctima necesita auxilio para conservar despejadas sus vías respiratorias, conviene considerar el
empleo de aditamentos mecánicos (cánula bucofaríngea, sonda con obturador esofágico, sonda
endotraqueal o cricotirotomía).
Respiración
Después de evaluar o tratar las vías respiratorias, realice una valoración rápida de la respiración, al
observar los movimientos del tórax y el abdomen de la víctima, y escuchar su respiración. Si no se
advierte ningún esfuerzo al respirar, ventile al paciente con una mascarilla con balón o con
respiración de boca a boca. Si reaparece la respiración, se prosigue la valoración. En este momento
hay que decidir a que prioridad pertenece un enfermo que permanece apneico. En casi todas las
calamidades se coloca a este tipo de pacientes en una categoría de selección con baja prioridad. Si se
cuenta con suficiente personal disponible y las instalaciones del hospital no han sido sobrecargadas
por el desastre, la enfermera puede intentar la reanimación del enfermo.
Se necesita valorar a toda persona que respira, para detectar si hay insuficiencia respiratoria; los
signos cardinales son disnea y cianosis.5 También observe si hay emisión de ruidos por la nariz,
retracción de músculos intercostales y el empleo del diafragma y los mascarlos del cuello, pues son
signos que denotan insuficiencia respiratoria. La eficacia de la respiración depende de la frecuencia y
el ritmo de la misma, y de la simetría en los movimientos del tórax.
Comience la estabilización de la persona con insuficiencia respiratoria, por medio de la
administración de oxigeno. Administre el 25% o 40% de dicho gas colocándole una cánula nasal y
ajustando el regulador a razón de 6 litros por minuto. Coloque una mascarilla a los pacientes que
necesitan concentraciones mayores y ajuste el regulador a 12 litros por minuto para así administrar
de un 40 a un 60% de oxigeno.
La víctima necesita mayor asistencia ventilatoria cuando muestra cualquiera de los siguientes signos:
 No mejora con la aplicación de oxigeno.
 Tiene más de treinta y cinco respiraciones por minuto.
 Tiene menos de ocho respiraciones por minuto.
 Traumatismo de la pared torácica (incluyendo heridas traumatopnéicas o algún golpe en el
tórax).
La mascarilla con balón es un instrumento útil para ayudar a una persona con problemas de
respiración. Una vez que se ha despejado la vía respiratoria, la mascarilla forma un sello hermético
sobre la cara. El balón se comprime en forma completa o parcial para estimular las respiraciones o
intercalar respiraciones asistidas, entre otras bradipneicas. La enfermera que manipula el balón debe
ser muy eficiente y conservar el sello hermético en la cara del paciente pues de lo contrario el
procedimiento será completamente ineficaz. I a máscara con balón que utiliza aire del medio
ambiente, aporta un 21 % de oxígeno; conectado a una fuente de oxígeno de flujo alto, hace llegar
más de un 40 a un 50% de dicho gas. Un tanque conectado al balón puede incrementar el nivel de
oxígeno hasta un 90%.
Sin embargo, a veces se necesita la intubación endotraqueal o nasotraqueal para las personas que no
responden al tratamiento mencionado arriba (véase el recuadro 5-1).
Circulación
La falta de circulación, (es decir, el paro cardiaco) puede evitarse en la mayoría de las víctimas, al
atender las demás prioridades. En casi todos los pacientes, la circulación adecuada puede lograrse si
las vías respiratorias están despejadas, la ventilación es la correcta, se controla la hemorragia, se
inmovilizan las fracturas de la columna y se atiende la conmoción.
El paro cardiaco se diagnostica por la falta de pulsos carotídeos o femorales. Cuando la enfermera
atiende a una persona en esta situación, debe percatarse que los intentos para reanimarla dentro del
sitio del desastre casi siempre son inútiles y que pueden acaparar recursos muy valiosos que podrían
utilizarse mejor para tratar a otros damnificados más viables. Si se cuenta con personal y medios
suficientes para atender el paro cardiaco, cabe iniciar la reanimación cardiopulmonar y las medidas
cardiovasculares avanzadas de apoyo. Si un paciente con algún traumatismo sufre el paro, la
reanimación no producirá buenos resultados, salvo que se reponga el volumen perdido de sangre con
soluciones de cristaloides y hemoglobina. En muchas catástrofes se coloca a las víctimas con paro
cardiaco en la última categoría de la selección.
Hemorragia
Una persona puede sangrar hasta morir en cuestión de minutos. Muchas voces las lesiones ocultas
producen desangrado en tanto el personal médico trata otras zonas del cuerpo. La enfermera que
atiende a un lesionado debe buscar sin tardanza cualquier hemorragia grave, y detenerla eficazmente
para mantener a la víctima con vida. Tenga cuidado de no prestar demasiada atención a heridas
menores ni perder el tiempo tan valioso en vendarlas. Una pequeña herida en el cuero cabelludo
puede producir un cuadro aparatoso, cubriendo con sangre la cara y la camisa del paciente, pero en
realidad, esta pérdida hemática es insignificante. Las heridas pequeñas como esa y el de sangrado
pueden ser ignoradas en un principio, se pueden cubrir con un apósito de gasa de 10 cm x 10 cm,
mientras la enfermera continúa efectuando la valoración primaria en busca de los problemas
realmente graves.
Hemorragia externa. La pérdida de sangre puede dividirse en externa o interna. La primera es la
más fácil de detectar, aunque a veces puede estar oculta debajo de ropas gruesas, o disimulada por la
oscuridad de la noche. No duden en cortar o desgarrar las ropas que pudieran impedir la búsqueda de
zonas sangrantes.
La hemorragia externa puede cohibirse de manera eficaz al aplicar presión directa para comprimir los
vasos abiertos.6 Cuando se descubre la salida de sangre en forma abundante o en un chorro debe
detenerse inmediatamente al presionar firmemente contra la herida el objeto más limpio de que se
disponga. Incluso la presión ejercida sobre la herida con la mano desnuda es preferible a perder
tiempo en la busqueda de un apósito esterilizado. Más aún, si es necesario debe ajustarse la
localización y aplicación de presión, de tal forma que se compriman todos los vasos sangrantes en la
herida. Incluso la pérdida extraordinaria de sangre en una extremidad amputada o destrozada puede
cohibirse si se le aplica presión directa de manera eficaz.
Después de la hemóstasia por medio de presión directa, puede aplicarse sobre la herida un vendaje a
presión, para liberar las manos de la enfermera y que ella continúe en sus tareas de valoración y
estabilización de la víctima. Coloque sobre la herida un apósito esterilizado o el material más limpio
de que se disponga, y envuélvala con una venda ajustada (la gasa es el mejor material de vendaje,
pero también son útiles trozos de sábanas o vendas triangulares dobladas). Aplique el vendaje a
presión de tal manera que sea lo suficientemente ancho y ajustado para cohibir la hemorragia, pero
no para interrumpir la corriente sanguínea de la extremidad. Si la sangre empapa el vendaje a
presión, quizá éste no se colocó con la tensión debida o no tiene la anchura suficiente. Para remediar
el problema, aplique un nuevo apósito con vendaje sobre la que se colocó originalmente.
En raras ocasiones se necesita colocar un torniquete a una extremidad que sangra. Éstos pueden
detener el sangrado en forma efectiva, pero su uso provoca diversos efectos adversos, incluyendo
necrosis de la extremidad y muerte al quitar el torniquete. La eliminación del torniquete en un medio
prehospitalario puede desencadenar taquicardia ventricular como consecuencia de los ácidos
liberados, por la acidosis metabólica del miembro afectado. Utilice un torniquete sólo cuando resulte
imposible cohibir la hemorragia por medio de presión directa sobre la herida, o cuando haya un gran
número de víctimas con hemorragia y no se cuente con personal suficiente para aplicar presión
directa. Si se necesita un torniquete conviene seguir las siguientes instrucciones para su aplicación:
 Aplique el torniquete cerca de la herida, pero próximo al corazón.
 Procure que el material del torniquete tenga de 7.5 a 10 cm de ancho.
 Arrolle el material con firmeza alrededor de la extremidad, y haga un nudo.
 Coloque una pequeña vara debajo del nudo y gire con fuerza el torniquete hasta que cese la
hemorragia.
 Asegure la varita de tal forma que no se desenrolle.
 Escriba las letras Tk sobre la frente del paciente y la hora en que se le aplicó.
 No quite el torniquete hasta que el herido esté dentro de un hospital.
 Transporte al paciente con el torniquete lo más rápido posible.
Hemorragia interna. La hemorragia interna con frecuencia es más difícil de diagnosticar que la
externa. Piense en la posibilidad de pérdida hemática en todas las formas de traumatismo del tórax.
Las zonas en donde ocurren con bastante frecuencia son en las cavidades abdominal y pélvica. La
fractura bilateral del fémur puede causar suficiente pérdida de sangre en los muslos para ocasionar
problemas críticos a muchos pacientes.7 Si hay distensión de abdomen o evidencia de traumatismo
del tórax, pulso acelerado o hipotensión creciente sin pérdida de grandes volúmenes de sangre en
forma externa, hay que sospechar definitivamente la presencia de hemorragia interna.
La persona con hemorragia interna constituye un reto para la enfermera en el escenario de un
desastre, ya que ésta es muy difícil de detener. Se requiere intervención quirúrgica en muchos
pacientes con hemorragia interna. Mientras tanto, el sangrado de muslos, pelvis o abdomen puede
interrumpirse o disminuirse con la aplicación de trajes antichoque.
Fracturas de la columna
Muchas enfermeras saben del peligro de mover a un paciente con fractura de la columna. La
manipulación más mínima puede ocasionar paro respiratorio irreversible, conmoción neurógena y
parálisis permanente. Los problemas para atender a un paciente con fractura de la columna,
provienen del no reconocer los signos de la lesión. La búsqueda de tales indicadores, en la forma de
prioridades se conoce por los siguientes signos:
 dolor en la región del cuello o de la espalda
 heridas en la cabeza, el cuello o la región supraclavicular
 inconsciencia
 lesiones múltiples
 síntomas neurológicos, como hormigueo, entumecimiento o parálisis
Cuando se detecta cualquiera de los signos o síntomas mencionados, inmediatamente trate al
paciente como si tuviera fractura grave de la columna, aun si se encuentra de pie y caminando. El
tratamiento de este tipo de fracturas como el de cualquiera otra, es la inmovilización completa. Esta
puede practicarse en diversas formas y se requiere de ingenio para hallar la mejor que impida el
movimiento de la espalda.
Las personas que posiblemente tengan fractura de la columna y que muestren insuficiencia
respiratoria deben ser sometidas a la maniobra de desplazamiento de la quijada hacia adelante, para
despejar vías respiratorias y no el método de ladear la cabeza. En caso de sospechar fracturas en las
personas que se encuentran conscientes, es necesario pedirles que se conserven totalmente inmóviles
y colocarles un dispositivo en el cuello para impedir el movimiento. Si no se dispone de collares
cervicales, pueden improvisarse con mantas o ropas.
El método más usado para inmovilizar una posible fractura de la columna, es por medio de un tablón
rígido. Las camillas de diversos tipos y las improvisadas, suelen ser demasiado flexibles como para
proteger la columna. Existen innumerables tipos de tablones comerciales. Si no se cuenta con uno de
ellos habrá que improvisarlo; para ese fin utilice una puerta a la que se han quitado las bisagras o la
portezuela posterior de una camioneta. Una comunidad bien preparada parar hacer frente a desastres
cuenta con muchos tablones sencillos de madera para tales situaciones. En algunas comunidades se
planea transportar a las víctimas sobre un tablón desde la zona de la calamidad a la de tratamiento
La enfermera debe asegurarse de que todas las personas en quienes se sospecha una fractura de la
columna, sean colocadas sobre uno lo más pronto posible. Muchos pacientes sufren lesiones
permanentes cuando son transferidos inadecuadamente y por ello debe tener mucho cuidado de no
mover la columna cuando ejecute esta maniobra desde el suelo, o de una camilla al tablón. Se
necesitan de tres a cinco personas expertas para voltear al lesionado sobre el tablón o levantarlo de
una sola pieza en forma correcta. Si se cuenta con la camilla ortopédica Robertson. dos personas
pueden transferir a un paciente con esta lesión. La enfermera en el sitio de un desastre quizá
dependerá de los técnicos médicos o paramédicos para movilizar a este tipo de víctimas, ya que
muchos de ellos tienen experiencia en estos menesteres.
La víctima que ha sido colocada sobre un tablón debe ser sujeta con correas, para evitar que su
cuerpo se deslice durante el transporte. La cabeza se estabiliza con bolsas de arena o correillas,
incluso si el paciente usa un collar cervical pues en realidad, este último brinda sólo protección
moderada a la columna.
Conmoción
La conmoción es la causa de muerte más común en los pacientes con traumatismos. Surge por la
falta de riego de los tejidos corporales, como consecuencia del menor rendimiento cardiaco por la
falta de volumen de sangre en circulación, la vasodilatación masiva o la insuficiencia cardiaca. En
una catástrofe, normalmente la causa de una conmoción es una hemorragia interna o externa. Sin
embargo, hay que recordar que a veces los signos y síntomas más obvios de este trastorno pueden no
aparecer en una persona hasta que ha sufrido una pérdida considerable de sangre. Un enfermo con
traumatismos puede perder 1200 ml de sangre y no mostrar signos de conmoción.
Ésta puede dividirse en dos categorías: temprana y tardía. La temprana aparece cuando la pérdida de
sangre va de 750 a 1500 ml. Los signos y síntomas más comunes que acompañan este cuadro
incluyen angustia leve o moderada, ligero incremento de la frecuencia cardiaca, y retraso en el
llenado de los lechos capilares. La enfermera debe hacer una prueba de llenado capilar en todas las
personas en quien sospeche la existencia de pérdida de sangre. Esta prueba consiste en comprimir y
después soltar la uña de un dedo de la mano y observar el retorno de sangre a los lechos capilares. Si
este proceso tarda más de dos segundos (lo que tarda uno en decir "riego capilar"), para que
reaparezca el color en el lecho ungueal, el paciente sufre disminución de riego sanguíneo por
conmoción. Otros signos en la conmoción temprana son normales, incluyendo la presión arterial y la
frecuencia respiratoria.
La conmoción tardía surge cuando la víctima pierde de 1 500 a 3 000 ml de sangre. Estos casos
muestran taquicardia con ritmos superiores a 120 latidos por minuto; taquipnea con más de 25
respiraciones por minuto, y disminución de la presión arterial con cifras sistólicas 80 mm Hg o
menores. No espere hasta que se corrobore la hipotensión arterial para sospechar que un damnificado
está por sufrir una conmoción, pues la hipotensión es un signo tardío. El signo característico de este
tipo de conmoción es la disminución del nivel de conciencia, y por tal motivo debe percatarse de que
el paciente muestre una evolución rápida hacia la muerte para el momento en que presenta letargía o
coma. Se requiere la intervención inmediata.
Su tratamiento debe ser intensivo e iniciado tempranamente; es necesario controlar todas las zonas de
sangrado, colocar al enfermo en posición de Trendelenburg o levantar sus pies de 30 a 40 cm.
Mantenga despejadas las vías respiratorias y administre oxigeno. trate de que el paciente se conserve
a una temperatura adecuada. La medida más importante para combatir la conmoción temprana es
colocar uno o dos catéteres intravenosos gruesos y realizar rápidamente la transfusión de uno a tres
litros de solución lactada de Ringer u otras soluciones cristaloides.
Si el enfermo presenta cualquiera de los signos de conmoción tardía, coloque e infle un traje
antichoque hasta que la presión sistólica vuelva de 100 a 110 mm Hg. El hecho de inflar este
dispositivo suele causar dilatación de las venas de las extremidades y el cuello facilitando as; la
introducción de un catéter intravenoso en las zonas periféricas. Este tipo de víctimas requieren
cuando menos dos catéteres intravenosos. También puede colocarse un tercero, en la vena subclavia
u otros vasos centrales. Para las personas con conmoción tardía conviene administrar de tres a seis
litros de solución lactada de Ringer y algunos necesitan más. Las transfusiones de sangre completa
son convenientes en personas con este padecimiento, pero por lo general no se cuenta con tan valioso
liquido hasta que el individuo llega a un hospital.
Fase 2: Valoración
La enfermera, después de establecer prioridades debe explorar al paciente con mayor detalle antes de
administrar el tratamiento. La fase 2 en este enfoque de los sistemas de atención es esencial para el
tratamiento preciso, y debe practicarse siempre. La valoración se efectúa al obtener un relato de la
persona, de cómo sucedieron los hechos cuando sea posible, registrar los signos vitales y practicar
una exploración física de cabeza a pies. Se requiere quitar o cortar las ropas para tener acceso a las
áreas por revisar. Esta valoración debe ser rápida pero lo suficientemente detallada para identificar
cualquier lesión oculta. Para completarla se necesitan por lo común de dos a cuatro minutos. La fase
2 permite a la enfermera detectar todas las lesiones de la víctima, organizar un acercamiento de su
condición y establecer prioridades para el tratamiento ulterior.
Historia de los hechos
La enfermera podrá cuidar mejor a un enfermo con traumatismos si obtiene un relato adecuado de los
hechos el cual debe ser breve pero abarcar diversos puntos importantes. Cuando le sea posible trate
de averiguar lo referente a la molestia principal, al mecanismo de la lesión, la enfermedad que
padece actualmente, los problemas médicos comunes, las alergias y los medicamentos que el
paciente está tomando. El malestar principal suele ser obvio; sin embargo, pregunte al paciente qué
le duele mas. Conocer al mecanismo de las lesiones es un aspecto importante porque así se obtiene
un mayor entendimiento de las fuerzas que aplicadas al cuerpo, pueden ayudar a comprender las
lesiones resultantes, por ejemplo, la enfermera que detecta el antecedente de un traumatismo
contundente en el abdomen, quizá sea mucho más sensible a la sintomatología temprana en esa zona.
El obtener una descripción de la enfermedad actual permite a la enfermera entender el síntoma o
problema principal y actúa mejor en un tiempo limitado utilizando el término nemotécnico
CILDEAR. Cada letra mayúscula señala un aspecto del problema o síntoma principal que es
necesario investigar:
 Característica.
 Inicio.
 Localización.
 Duración.
 Exacerbación.
 Alivio
 Radiación.
Es importante obtener información concerniente a cualquier problema médico pertinente como
diabetes, embarazo o cardiopatía, ya que pueden afectar el restablecimiento del paciente si no se
toman en cuenta. También debe reunirse información referente a las alergias y los medicamentos que
recibe la persona.
Si la víctima esta inconsciente o no puede comunicarse, habrá que solicitar a sus amigos o familiares
que proporcionen el relato de los hechos. Sin embargo, a veces no se cuenta con esta fuente de
información en un desastre, y ello obliga a la enfermera a utilizar su ingenio. En estos casos hay que
buscar marbetes de Alerta Médica o pedir al técnico de urgencias que indique el sitio en donde se
encontró a la víctima y cuáles son las posibles fuerzas que recibió. Cuando sea imposible obtener
este tipo de datos ponga especial cuidado en realizar la exploración física.
Signos vitales
Los técnicos en medicina de urgencia y los paramédicos, tienen poco tiempo para valorar los signos
vitales de un lesionado dentro de la confusión del desastre. Su tarea principal debería ser evitar la
muerte de las víctimas y desplazarlas lo más pronto posible a la zona de tratamiento, en donde
podrán practicarse una valoración y un tratamiento más detallado. Allí la enfermera toma los signos
vitales como parte de la fase 2 del enfoque de los sistemas de atención.
El signo vital más importante en la mayoría de los pacientes con traumatismos es el pulso. Un pulso
acelerado es uno de los primeros indicadores más tempranos de que la persona sufre de conmoción o
deterioro de su estado clínico. En el caso de los gravemente lesionados o inconscientes, palpe el
pulso en la arteria carótida o femoral y no en un vaso periférico, debido a la posibilidad de un
colapso vascular en la porción distal de las extremidades. Los pulsos menores de 60 latidos por
minuto o mayor a los 100 latidos, suelen ser una indicación del deterioro de la condición de la
víctima.
Las respiraciones pueden contarse al observar o palpar el ascenso o descenso del tórax y el abdomen.
La presión arterial se mide por medio del estetoscopio y esfigmomanómetro. En un desastre por lo
general no se cuenta con esfigmomanómetros de diferentes tamaño, de manera que el tamaño para
adultos debe de utilizarse en niños y pacientes obesos.
La enfermera rara vez toma la temperatura de una persona durante un desastre, salvo que sospeche
que es una insolación o hipotermia.
Los signos vitales y la hora en que se toman deben quedar registrados en cada marbete de selección o
en un trozo de cinta adherida a la víctima. La enfermera debe repetir la medición de los signos vitales
y registrarla cada diez, quince o veinte minutos, según la gravedad de la condición del damnificado.
Exploración física
La exploración física en una persona que sufrió algún traumatismo aporta a la enfermera la mayor
cantidad de datos referentes al estado físico del mismo. Ésta debe ser muy detallada, según se señala
en el Capitulo 2, para que se detecten todas las lesiones existentes. Muchos pacientes pueden tener
lesiones ligeras u ocultas, fácilmente opacadas por heridas obvias. Si se sigue el enfoque de los
sistemas de atención para realizar una exploración física metódica, la enfermera no pasará por alto
ninguna lesión. La exploración también permite formular un plan para el tratamiento.
La enfermera debe utilizar su capacidad de valoración física en áreas como observación, palpación,
percusión y auscultación en todas las personas que sufrieron traumatismos. El examen lo hará en una
forma rápida, organizada y seriada, en cada una de las áreas siguientes:
 cabeza y cuello
 hombros y extremidades superiores
 toráx
 abdomen y pelvis
 extremidades inferiores
 dorso
Después de practicar una exploración física de la cabeza a los pies, efectúe otra de tipo neurológico y
para ello utilice la escala Glasgow de coma (consúltese el apartado de lesión craneoencefálica)
Fase 3: Tratamiento
El tratamiento se inicia una vez superados los problemas que amenazan la vida y se ha efectuado una
valoración detallada de la víctima. A veces se requiere un tratamiento más definitivo para algunas
prioridades; en estos casos habrá que tratar otras lesiones mayores como las de tórax y abdomen.
Pueden atenderse en último lugar los problemas menores como heridas y fracturas de poca
importancia.
Traumatismo de tórax
El peligro en este tipo de lesiones es que se altera la integridad de la cavidad torácica. Muchas
lesiones en el tórax disminuyen la capacidad del corazón para bombear sangre o de los pulmones
para oxigenarla. La hipoxia resultante culmina rápidamente en la muerte. El manejo eficaz depende
del diagnóstico y el tratamiento rápidos.
Es importante no juzgar la gravedad del estado clínico de la víctima sólo por la apariencia de la
misma.8 Las personas que han sufrido lesiones graves del tórax pueden inicialmente no mostrar
síntomas. El relato cuidadoso de los hechos que incluya datos relacionados con el mecanismo de la
lesión puede ser de gran utilidad para valorar a un paciente con traumatismo de tórax. Por ejemplo,
quien describe un golpe en el pecho puede tener fractura de costillas o tórax golpeado. Observe,
palpe, lleve a cabo la percusión y ausculte la cavidad torácica; busque pistas que le proporcionen un
mejor conocimiento del tipo y magnitud de la lesión. Si se advierte la disminución de los ruidos
respiratorios o respiraciones asimétricas, es posible que se haya dañado la integridad de la cavidad
torácica. Cualquier persona con sospecha de lesión en el tórax debe ser valorada nuevamente y con
frecuencia para asegurarse de que su estado no empeora.
El traumatismo del tórax es considerado como uno de los más graves que puede sufrir un organismo
y puede culminar rápidamente en la muerte. Sin embargo, si se identifica y trata tempranamente, el
pronóstico puede ser excelente. Los objetivos principales de la enfermera al atender a un individuo
con este problema, deben ser el tratamiento y el transporte inmediato. Existen muchos otros tipos de
lesiones en el tórax, pero en este capitulo nos ocuparemos sólo de aquellos que pueden causar la
muerte; incluyendo neumotórax simple, abierto o a tensión; tórax golpeado y taponamiento cardiaco.
Neumotórax simple. Éste suele ser causado por un traumatismo contundente del tórax. La lesión de
la pared torácica o la pleura provoca que se fugue aire al espacio pleural, el cual limita la expansión
pulmonar y con ello ocasiona el colapso parcial del pulmón. Ello, a su vez, disminuye el intercambio
de óxigeno dentro del mismo pulmón. Los signos y síntomas del neumotórax son:
 disnea
 dolor
 cianosis (tardía)
 disminución o ausencia de ruidos respiratorios en el lado afectado
 hiperresonancia a la percusión
Trate al paciente con neumotórax administrándole oxigeno y colocándolo sobre su lado afectado.
Considere la posibilidad de introducir una sonda torácica en cualquier persona con insuficiencia
respiratoria que no se corrija con la administración de oxigeno.
Hemotórax. El hemotórax suele ser causado por un desgarre en el pulmón o el pecho. La
acumulación de sangre dentro de la cavidad pleural puede ocasionar el colapso parcial o total del
pulmón. Los síntomas de este trastorno suelen ser los mismos que los del neumotórax simple,
complicado por el surgimiento de hipovolemia originada por la pérdida de sangre. El tratamiento del
hemotórax es el mismo que se administra para el neumotórax. Además, el paciente puede necesitar
reposición volumétrica de líquidos y tratamiento del choque. Para que drene la sangre se necesita una
sonda torácica de calibre mayor en la atención de estos enfermos.
Neumotórax abierto (herida traumatopnéica). El neumotórax abierto es causado por la
penetración de un objeto en la pared del tórax, que crea un orificio al exterior. La presión dentro de
la cavidad pleural se iguala con la presión atmosférica, resultando en la pérdida del vacío en el
pulmón. Esta pérdida de la presión negativa impide que el pulmón se expanda, y culmina en el
colapso del mismo. Los signos y síntomas de neumotórax abierto son:
 dolor al respirar
 una herida visible con posible paso de aire
 enfisema subcutáneo
 disminución o ausencia de los ruidos respiratorios en el lado afectado
 cianosis
El neumotórax abierto se trata al cubrir inmediatamente la herida con una gasa vaselinada oclusiva y
esterililizada. Si no se cuenta con ella, cabe recurrir a una envoltura de plástico o a un guante de
caucho. La venda debe cubrir la herida y debe estar perfectamente cerrada en todos sus lados; sin
embargo, el cierre demasiado hermético de todos los lados puede provocar que se acumule aire en la
cavidad pleural, originando un neumotórax a tensión; lo cual puede evitarse si se levanta el borde de
la gasa durante unos cuantos segundos para permitir que salga el aire. Los pacientes con este
problema deben ser observados muy de cerca y transportarse a un centro terapéutico con la mayor
rápidez posible; ya que pueden necesitar una terapia con flujo alto de oxigeno, y colocación de una
sonda en el tórax.
Neumotórax a tensión. El neumotórax a tensión puede ser causado por traumatismos contundentes
o penetrantes. La lesión permite la penetración de aire en la cavidad pleural durante la aspiración, el
cual no puede salir durante la espiración y una vez acumulado en el espacio pleural, produce el
colapso del pulmón. El aire continúa acumulándose en este espacio, desplazando al corazón y al
pulmón del lado opuesto. Si esta presión no disminuye, la víctima puede fallecer por insuficiencia
cardiaca o respiratoria. Los signos y síntomas de neumotórax a tensión son:
 dolor al respirar
 disnea
 distensión venosa yugular
 desviación de la traquea
 disminución o ausencia de los ruidos respiratorios en el lado afectado
 apagamiento de los sonidos cardiacos
 cianosis
 timpanismo y percusión
 deterioro de los signos vitales
 disminución del nivel de conciencia
El tratamiento del neumotórax a tensión debe administrarse de inmediato. El método más común es
introducir una sonda en el tórax, sin embargo, en el sitio del desastre este procedimiento quizá no
pueda practicarse por la falta del equipo o capacitación apropiados. A pesar de ello, la enfermera
puede disminuir la presión al practicar una toracentesis con aguja.
Para ejecutar la toracentesis con aguja, localice el segundo espacio intercostal a nivel de la línea
media clavicular en el lado afectado. Limpie la zona con un antiséptico y aplique anestesia local si el
paciente se encuentra consciente. La enfermera utiliza un catéter de calibres 12 ó 14, sobre la aguja,
unido a una jeringa de 50 ml. La aguja debe pasar sobre las costillas al ser introducida en el espacio
intercostal. perfore la pleura parietal y aspire el aire; después fije firmemente la aguja a la pared del
tórax y ciérrela con una llave de tres vías. Es importante observar con cuidado a la víctima por si
reaparece la tensión, lo cual requerirá abrir brevemente la llave de tres vías. Transporte
inmediatamente al paciente con este problema.
Tórax inestable. El tórax inestable es causado por un traumatismo contundente que ocasiona
múltiples fracturas de las costillas. El segmento fracturado se mueve en forma paradójica hacia
adentro con la aspiración, y hacia afuera con la espiración. Este segmento no participa en el esfuerzo
respiratorio, impidiendo el desplazamiento normal de la caja torácica. Esta pérdida del movimiento
adecuado de los pulmones ocasiona en poco tiempo una hipoxia grave y la muerte del paciente. Las
costillas fracturadas también pueden perforar el pulmón y ocasionar un neumotórax. Los signos y
síntomas del tórax inestable son:
 dolor al respirar
 disnea
 dolor a la palpación
 movimientos paradójicos del tórax
 cianosis
 enfisema subcutáneo
 crepitación en el sitio de la fractura
 disminución o ausencia de ruidos respiratorios en el lado afectado
 disminución del nivel de conciencia
El tratamiento más indicado es la inmovilización interna con intubación endotraqueal y ventilación
positiva a presión. En el sitio de la catástrofe, este procedimiento quizá no sea posible de ejecutar por
la falta de capacitación y equipo. El tórax inestable puede ser aliviado con medidas como:
administración de oxigeno con flujo alto, e inmovilizar el tórax con almohadas o bolsas de arena, y
colocar al paciente sobre su lado afectado. Muchas complicaciones se han atribuido a la falta de
movimiento del tórax. Ahora existe una gran evidencia de que el deterioro de la respiración es
consecuencia de la contusión pulmonar oculta.9 Ésta puede agravarse por la hidratación excesiva con
soluciones de cristaloides. Debe cuidarse que el paciente no reciba demasiadas soluciones salvo que
existan signos de hipovolemia.
Taponamiento cardíaco. Una lesión penetrante o contundente del tórax puede provocar que se
acumule la sangre o liquido en el saco pericárdico, lo cual impide el llenado y el bombeo ventricular,
y ocasiona la disminución del rendimiento cardiaco. Este tipo de pacientes empeoran rápidamente al
sufrir una conmoción. Los signos y síntomas de taponamiento cardiaco incluyen:
 distensión venosa yugular
 cianosis
 apagamiento de los sonidos cardiacos
 pulso paradójico
 hipertensión seguida de hipotensión
El taponamiento cardiaco es una urgencia que debe ser atendida inmediatamente. El tratamiento más
común es la pericardiocentésis, que requiere un equipo de monitoreo complejo, el cual por lo general
no se encuentra en el sitio del desastre. En lugar de éste, la enfermera puede intentar la
administración de flujos altos de oxigeno, colocar a la víctima en posición alta de Fowler y efectuar
la reposición volumétrica intravenosa. Sin una transportación rápida el paciente puede alcanzar baja
prioridad en la selección. No confunda este síndrome con un neumotórax a tensión que es muy
similar. Si hay duda respecto a la lesión que pudiera tener el paciente, es preferible realizar una
toracentésis con aguja en el pulmón aparentemente dañado.
Lesión de los grandes vasos. El estrechamiento repentino del diámetro anteroposterior del tórax
seguido de la expansión rápida puede generar fuerza suficiente para desgarrar la aorta o cualquier
otro vaso grande. Los cuerpos extraños también pueden causar su perforación. Entre los signos y
síntomas de esta lesión están dolor retrosternal, hipovolemia y nivel cada vez menor de conciencia.
No existe un tratamiento especifico que pueda utilizarse en el terreno de los hechos. Sólo del 10 a
20°70 de las víctimas llegan vivas al hospital.10 Se necesitan medidas para combatir la conmoción y
para transportar inmediatamente a la persona a un centro de asistencia. Si la transportación es lenta,
quizá sea necesario colocar a estos pacientes en una categoría de baja prioridad en la selección.
Traumatismo abdominal
El abdomen es una zona del cuerpo muy compleja que contiene innumerables órganos y tejidos
delicados. Las fuerzas aplicadas directamente sobre esta área pueden causar fácilmente rupturas,
contusiones o desgarres. La hemorragia o el derramamiento del contenido intestinal resultantes
pueden ser catastróficos. Los signos de traumatismo en el abdomen pueden ser confusos o no
manifiestos, y por ello la enfermera debe mantener un alto índice de sospecha con cualquier persona
que haya sufrido este tipo de lesión. Los dos tipos de afección abdominal incluyen el traumatismo
contundente y las heridas abiertas.
Traumatismo contundente. Los signos y síntomas de lesión abdominal contundente suelen
depender de los órganos afectados. Los órganos sólidos rotos sangran abundantemente y ello puede
ocasionar hipovolemia temprana y peritonitis tardía. La ruptura de los órganos huecos puede
producir peritonitis temprana e hipovolemia tardía.
Normalmente es imposible diferenciar entre estos dos tipos de lesiones dentro del terreno del
desastre, y ambos pueden causar la muerte. Los signos y síntomas siguientes pueden surgir durante el
desarrollo temprano del traumatismo contundente:
 costillas inferiores fracturadas
 contusiones abdominales
 dolor abdominal expontáneo
 dolor abdominal a la palpación
 dolor con rebote a la palpación
 dolor referido al hombro (signo de Fehr)
 ausencia de ruidos intestinales
Otros signos y síntomas que pueden surgir posteriormente son.
 distensión abdominal
 rigidez del abdomen
 náuseas y vómitos
 evidencia de hipovolemia
Para la supervivencia de una persona con traumatismo abdominal, son de suma importancia las
medidas del tratamiento que se le administren. El factor principal para lograr su restablecimiento no
es el diagnóstico exacto de un tipo especifico de lesión, sino el saber que existe un cuadro agudo de
urgencia en el vientre para el que se requiere la transportación inmediata del paciente a una
institución quirúrgica. Es necesario estabilizar el estado clínico de estas personas por medio de la
aplicación del traje antichoque si muestran hipotensión. Este traje puede disminuir o cohibir la
hemorragia abdominal como resultado de la presión indirecta que ejerce en una lesión interna
sangrante; también origina la transfusión de sangre de las extremidades inferiores a los órganos
vitales en el tórax y la cabeza. Es necesario colocar catéteres intravenosos de grueso calibre a todas
las víctimas con traumatismo en el vientre, y estar preparado para realizar la transfusión de grandes
volúmenes de solución lactada de Ringer. Puede colocarse una sonda nasogástrica para
descomprimir el estómago y desalojar el contenido abdominal. Otras medidas de apoyo incluyen la
administración de oxigeno y la colocación del paciente en posición de Trendelenburg
Heridas abiertas en el abdomen. Este tipo de heridas incluye la penetración de objetos a la cavidad
abdominal, cuerpos extraños incrustados y desentrañamiento del contenido abdominal. Todas las
lesiones mencionadas pueden producir hemorragia o peritonitis. El desentrañamiento de los
intestinos también puede ocasionar necrosis. Estas situaciones son urgencias médicas que requieren
intervención quirúrgica. Sus signos y síntomas son similares a los del traumatismo contundente.
Además, la enfermera puede identificar heridas cerca del abdómen, cuerpos extraños encajados, o
protrusión del intestino.
Las heridas abiertas se tratan al cubrirlas con grandes apósitos esterilizados. Los objetos encajados se
deben extraer únicamente en el quirófano ya que su erradicación puede aumentar la hemorragia.
Conviene inmovilizar al mínimo el objeto incrustado rodeándolo con apósitos de apoyo. Nunca se
volverán a colocar los órganos desentrañados en el abdomen, cúbralos con apósitos esterilizados
húmedos. El tratamiento posterior es el mismo que se administra en casos de traumatismo
contundente.
Traumatismo craneoencefálico
La enfermera a menudo atiende personas con lesiones craneoencefálicas en una situación de desastre.
Los resultados más comunes de este tipo de traumatismo son contusión y desgarre cerebral, y pueden
ocasionar hipertensión intracraneal y daño masivo de los tejidos. Los hematomas intracraneales, que
también pueden surgir algunas veces, provocan el desplazamiento del tejido cerebral e incrementan
la presión intracraneal. Las fracturas de cráneo tienen menor importancia, salvo que se relacionen
con una lesión de los tejidos blandos, como en el caso de las que se hacen acompañar por el
hundimiento de la bóveda. Las fracturas abiertas también son graves ya que por lo general permiten
la comunicación con el liquido cefalorraquídeo o el tejido cerebral. Las personas con lesiones
craneoencefálicas graves suelen ser asignadas a la categoría de mas baja prioridad en la selección. El
paciente con simples contusiones y que recibe atención adecuada tiene un pronóstico excelente. Las
víctimas con hematomas epidural y subdural en quienes se practica una intervención quirúrgica a
tiempo, también tienen buenas posibilidades de supervivencia.
Puede ser difícil para la enfermera describir exactamente la lesión que ocurrió en el interior del
cráneo del paciente, y de mayor importancia resulta el hecho de que deba advertir cuando el paciente
presenta una lesión intracraneal. La valoración de las lesiones craneoencefálicas en una catástrofe
pueden basarse en los siguientes métodos:
 Escala de coma de Glasgow
 signos vitales
 patrones de respiración
 diámetro de las pupilas y reacción a la luz
La taquicardia y la hipotensión casi nunca surgen con los traumatismos craneoencefálicos, salvo que
la víctima sufra una conmoción a causa de otras lesiones. El reflejo de Cushing, con el cual la
persona presenta un rápido incremento de la presión arterial y bradicardia, es un signo de muy mal
pronostico. La depresión e irregularidad de las respiraciones suele acompañarse de un mal
funcionamiento cerebral conforme el cuadro evoluciona. La dilatación de las pupilas en los ojos de
un paciente inconsciente que presenta una lesión craneoencefálica puede denotar el desarrollo de la
misma en el hemisferio contralateral, o la compresión del tercer par craneal por el surgimiento de
una hernia en el hemisferio ipsilateral. Las personas con midriasis y pupilas fijas tienen un
pronóstico extraordinariamente pobre. Ante la elevada incidencia de lesiones relacionadas con la
columna vertebral, la enfermera no debe revisar la niña de los ojos del enfermo sin antes descartar la
posibilidad de fracturas en la misma por medio de radiografías. La rotación de la cabeza de un lado a
otro, al igual que la de los ojos, empeora el pronóstico de una lesión en la médula espinal.
El indicador más valioso de la evolución y el progreso de una lesión craneoencefálica lo constituye el
registro seriado del nivel de conciencia del enfermo. La escala Glasgow de coma se ha convertido
rápidamente en el método más aceptado para medir y señalar el estado psíquico de una persona
después de un traumatismo (véase Tabla 2-1 en el capitulo 2). Aunque el grado de coma sólo es una
guía aproximada, resulta fácil y rápida de utilizar. Para valorar el nivel de conciencia de un paciente,
se mide simplemente la reacción de tres áreas corporales a un estimulo verbal o doloroso. La
capacidad de abrir los ojos se califica de 1 a 4 puntos; la respuesta verbal, de 1 a 5 puntos; la
capacidad de mover las extremidades de 1 a 6 puntos. Se prueba cada área del cuerpo y se registra el
total de puntos, mismos que van de 3 puntos en una persona muerta o próxima a estarlo, a 15 puntos
en una víctima consciente. La persona que sufre un traumatismo craneoencefálico debe ser valorada
frecuentemente por medio de esta prueba. La puntuación registrada mide su mejoría o deterioro.
No es necesario que la enfermera diagnostique la naturaleza exacta de la lesión craneoencefálica para
administrar el tratamiento. Las fases iniciales en la asistencia de las lesiones de este tipo incluyen el
establecimiento y la estabilización de prioridades. La víctima inconsciente puede presentar
innumerables problemas de las vías respiratorias y la enfermera debe revisarlo a menudo para
corroborar que estas estén despejadas. La intubación de este tipo de pacientes resulta de gran auxilio
para corregir problemas semejantes. Los esfuerzos respiratorios a menudo necesitan de apoyo,
aunque la carencia de personal en un desastre quizá no lo permita. Quienes sufren una lesión
craneoencefálica, por lo general, requieren inmovilización o un tablón para protegerlos en caso de
posibles fracturas de la columna. Las víctimas con estos problemas deben tener colocado siempre un
catéter endovenoso de grueso calibre para lentamente recibir la transfusión de solución lactada de
Ringer. Si surgen signos de conmoción, la lesión craneoencefálica pasa a segunda prioridad y hay
que tratar el primero en forma decidida con transfusiones de soluciones cristaloides y la aplicación
de un traje antichoque. Hay que procurar que la reposición volumétrica de sangre sea de un 75% de
las necesidades calculadas en la víctima con conmoción y traumatismo craneoencefálico. La práctica
anterior evita que aumente la tensión intracraneal. La conmoción hipovolémica en el paciente con
lesión craneoencefálica a menudo disminuye la hipoxia cerebral.
Muchas personas con lesiones craneoencefálicas presentan hipoxia cerebral inmediatamente después
del accidente; la cual puede ocasionar con gran facilidad daño cerebral permanente, y es necesario
corregirla por medio de la administración de oxigeno en concentraciones elevadas. La enfermera
debe emprender medidas para disminuir la presión intracraneal levantando la cabeza del paciente a
unos 30° o 45° y ventilando en exceso a la víctima, utilizando un ritmo de 20 a 25 respiraciones por
minuto. La administración de medicamentos para combatir la hipertensión intracraneal tiene algunos
efectos adversos y por ello debe reservarse para las personas cuya condición empeora y que no
mejoran con otros métodos. Puede administrarse mannitol, que es un agente osmótico, a razón de
0.25 g/kg por vía intravenosa directa cada 1 a 4 horas según se necesite en el adulto. Si no se obtiene
mejoría con el mannitol, se puede recurrir a la furosemida (Lasix). La dosis para el adulto es de 40 a
80 mg por vía intravenosa directa. Se ha recomendado el empleo de corticosteroides para reducir el
edema cerebral, aunque es una forma terapéutica que no ha sido probada totalmente hasta la fecha.
La recomendación estándar incluye administrar de 4 a 10 mg de dexametasona por vía intravenosa
directa, cada seis horas aunque algunas instituciones recomiendan dosis mucho mayores.9
Es conveniente no extraer los objetos incrustados en la cabeza, sino colocar acojinamiento y fijarlos
para inmovilizarlos. Coloque compresas en caso de fracturas con hundimiento craneal, y protéjalas
para que no se les apliquen fuerzas que pudieran lesionar todavía más los tejidos blandos bajo el sitio
de la fractura. No debe ocluir los orificios o las heridas por las que mane liquido cefalorraquídeo,
pues esta práctica puede incrementar la presión intracraneal. Es mejor colocar varias capas de gasa
esterilizada sobre el punto en donde fluya el liquido cefalorraquídeo, para evitar la contaminación de
las meninges por bacterias externas.
Los pacientes con una puntuación alta en la escala de Glasgow o aquellos que recientemente
mostraron disminución en el nivel de inconsciencia, deben ser transportados lo más pronto posible
para efectuar el diagnóstico exacto de sus lesiones y se les practique una intervención quirúrgica o de
otro tipo.
Quemaduras
Las quemaduras constituyen uno de los peores traumatismos que puede sufrir una persona en un
desastre. Pueden causar la muerte en un plazo muy breve si no se les identifica y trata rápidamente.
Surgen cuando los tejidos del cuerpo estuvieron expuestos a llamas, objetos calientes y vapor.
Explosiones, corrientes eléctricas y sustancias cáusticas también causan quemaduras.
Dos indicadores importantes de la gravedad de un quemado son el espesor de las capas cutáneas
afectadas y el porcentaje de superficie lesionada del cuerpo. La profundidad de la quemadura se
divide en superficial, de espesor parcial y de espesor total.11 Las quemaduras superficiales son zonas
enrojecidas y dolorosas, pero causan pocas complicaciones sistémicas y sanan perfectamente sin
necesidad de tratamiento complejo. Las de espesor parcial se caracterizan por la aparición de
ámpulas con un aspecto "moteado húmedo", y también son dolorosas. Pueden causar la pérdida de
líquidos y otras complicaciones pero responden bien al tratamiento y en 2 ó 3 semanas la zona ya
sanó. Las de espesor total son secas y correosas de color oscuro, bronceado o blanco. La superficie
suele ser poco dolorosa. Las personas con este tipo de quemaduras tienen la mayor incidencia de
complicaciones graves y su restablecimiento requiere de tratamiento por largo tiempo.
Las enfermeras pueden utilizar la "regla de los nueves" para calcular el porcentaje de superficie
corporal quemada12 (Figura 5-1). Los pacientes con quemaduras de espesor parcial y total que cubran
menos del 20% de la superficie corporal tienen un excelente pronóstico para su restablecimiento. Las
mismas quemaduras que abarquen más del 60% del cuerpo pueden ser mortales en un desastre.
Las quemaduras que pueden ser mortales o de poca gravedad, por selección son asignadas a las
categorías de baja prioridad de atención. Los pacientes con quemaduras a quienes se presta mayor
atención en un desastre son los que tienen lesiones de espesor parcial o total de 20 a 60% de la
superficie corporal o quemaduras en la cara, el cuello y el tórax. Estas personas sufren pérdida
masiva de líquidos por el tejido afectado y fácilmente padecen conmoción hipovolémica. Quienes
presentan quemaduras cerca del tórax, el cuello y la cara, a menudo presentan complicaciones en los
pulmones que pueden causar hipoxia, edema y paro respiratorio.
FIGURA 5 - 1 "Regla de los Nueves" para los pacientes con quemaduras

Frente: 18% Dorso: 18% 18% 18% 9% 9% 9%

Nota: La regla de los nueves se utiliza para medir el porcentaje de la superficie corporal que sufrió
quemaduras. La suma del porcentaje de las quemaduras dará a la enfermera un cálculo de la
superficie del cuerpo que resultó afectada.
Fuente: Reimpreso con permiso de Cardine, NL: Emergency Care in the Streets. Boston, Little,
Brown & Co, 1983, p 359.
Todas las personas con quemaduras graves deben recibir dos catéteres intravenosos de gran calibre
con solución lactada de Ringer o salina normal. La rapidez de flujo debe ser de 3 ml/kg de
peso/porcentaje de la superficie quemada.13 En las primeras ocho horas es necesario administrar el
50% del volumen total de reposición. El paciente con conmoción debe ser colocado en posición de
Trendelenburg, recibir oxigeno y se le colocará el traje antichoque que se inflará si su presión
sistólica es menor de 80 mmHg. La administración de analgésicos al quemado es un tema
controversial, pues si se utilizan, es necesario administrarlos por vía intravenosa con incrementos
pequeños.
Las personas muestran cualquier signo de insuficiencia respiratoria como: disnea, taquipnea o
ronquera que pueden necesitar intubación endotraqueal o nasotraqueal. Quienes presentan
quemaduras en el cuello, la cara y el tórax pero sin insuficiencia respiratoria, deben recibir oxigeno.
El tratamiento de mayor importancia de un paciente con quemaduras es corregir la hipoxia y la
conmoción. El tejido afectado seria mas fácil de atender una vez que se han superado dichas
complicaciones que amenazan la vida. Descubra la piel de la víctima al quitar con cuidado las ropas;
las que se hayan adherido fuertemente a las capas cutáneas no deben quitarse; ya que puede dañar el
tejido viable. No aplique compresas de agua fría o agua a las personas con quemaduras que abarquen
más del 20% de la superficie corporal. El tratar de corregir la regulación de la temperatura en estas
personas, provoca que padezcan hipotermia si se les enfría y ello empeora su estado. Nunca aplique
preparados locales. La piel quemada debe cubrirse con apósitos secos y limpios, y se colocan
vendajes flojos en la zona. A veces se necesita la participación de la enfermera para tratar algunos
tipos de quemaduras por sustancias químicas o corrientes eléctricas. Las quemaduras del primer tipo
deben lavarse con agua abundante antes de cubrirlas con vendajes. El lavado debe durar 20 minutos
o más y durante este proceso se aconseja frotar suavemente con jabón la zona lesionada. La
neutralización de la sustancia química no se intenta en circunstancias normales y hay que estar alerta
de las reacciones tóxicas sistémicas causadas por la absorción del compuesto. Dichas reacciones
obligan a la estabilización posterior del estado del paciente o a un cambio en la categoría de
selección.
Las personas que han recibido un choque eléctrico pueden tener diversas lesiones, como fracturas,
paro respiratorio, disritmias cardiacas, y cambios neurológicos. Es necesario revisar con cuidado a
estos pacientes en busca de las heridas de entrada y de salida de la corriente. El problema principal
en estos casos es la destrucción del tejido profundo, que no se manifiesta inmediatamente después de
un incidente. El área quemada que se observa en la superficie suele representar únicamente una
fracción pequeña de la herida real. Siempre trate las quemaduras por electricidad como si fueran más
graves de lo que parecen.
Traumatismos ortopédicos
Muchas fracturas y luxaciones no ponen en peligro la vida. Sin embargo, las excepciones podrían ser
las fracturas de columna, pelvis y fémur ya que pueden ocasionar una conmoción neurógena por la
pérdida de sangre. Las complicaciones que resultan por un tratamiento inadecuado de estas fracturas
pueden dejar al paciente inválido permanentemente. Por tal motivo, es esencial que la enfermera sepa
identificar y tratar problemas ortopédicos en el sitio de los hechos. Los signos y síntomas de una
fractura o una luxación pueden incluir:
 dolor
 crepitación
 deformidad
 equimosis
 pérdida del movimiento
 asimetría en las extremidades
 heridas abiertas
 hinchazón
El objetivo principal del tratamiento es la inmovilización eficaz de los fragmentos óseos que
generalmente se realiza por medio de una férula. Entre las características de una férula adecuada
están:
 que se extienda más allá de las articulaciones proximales y dístales respecto al sitio de
fractura
 fortaleza y rigidez
 acojinamiento en la zona de las prominencias óseas
 ajuste suficiente pero sin acomodar el tejido vascular
Durante un desastre es imposible efectuar el diagnóstico exacto de una fractura o luxación. Si la
enfermera sospecha un problema ortopédico será necesario inmovilizar inmediatamente el área. La
elevación de la extremidad y la aplicación de compresas frías también pueden ser beneficiosas.
Algunas lesiones de índole ortopédico presentan problemas especiales.
Deformidades. Siempre que sea posible, la extremidad deforme debe colocarse nuevamente en su
posición anatómica. Este procedimiento se realiza mejor aplicando tracción suave en el eje
longitudinal de la extremidad y regresándola a su posición anatómica. Después se coloca una férula
en la zona lesionada.
Fracturas o luxaciones a nivel de articulaciones. Cuando existe una fractura a nivel de la
articulación o una posible luxación, la lesión se trata mejor en el sitio de los hechos colocando una
férula periarticular justo en la posición en que se encontró a la misma. Es importante no hacer
intentos para enderezar la extremidad.
Complicación neurológica y vascular. La persona que sufre entumecimiento, hormigueo, cianosis o
pérdida del pulso en la zona distal al sitio de la fractura puede tener compresión de nervios o vasos.
Si el paciente se encuentra a más de dos horas del hospital intente aliviar esta presión por medio de
tracción suave y manipulación de la luxación o fractura hasta que reaparezca la función neurológica
o vascular.
Fracturas abiertas. Las fracturas de este tipo exponen al paciente al gran peligro de contraer
osteomielitis como consecuencia de la contaminación de la herida. Toda fractura que se acompañe de
una herida debe lavarse con yodopolivinilpiolidona (yodóforo) y se le aplicará un apósito esterilizado
antes de colocar una férula.
Fractura del fémur. Las fracturas del fémur desencadenan espasmos de los músculos más potentes
en el muslo que ocasionan fatiga de los cabos rotos y mayor daño de los tejidos blandos. Por ello, es
importante colocar un dispositivo de tracción como el de Hare si se sospecha de fractura del fémur.
Esta férula de tracción ayuda a relajar los espasmos musculares e inmovilizar el hueso lastimado. Si
no se cuenta con una férula de tracción, debe improvisarse algún tipo de ellas o simplemente colocar
la pierna en una férula rígida. Las fracturas del fémur provocan que se pierda un gran volumen de
sangre dentro del muslo. Un paciente que sufrió este tipo de fractura requiere que se le introduzca un
catéter intravenoso de grueso calibre y por él administrarle solución lactada de Ringer. La enfermera
debe estar alerta de los signos y síntomas de hemorragia, como inflamación alrededor de la fractura.
El incremento de 1 cm en el diámetro del muslo representa una pérdida de unos dos litros de sangre
en dicha zona14.
Fractura de la pelvis. Las fracturas pélvicas a veces seccionan grandes vasos y por ello se pierden
volúmenes masivos de sangre dentro de la cavidad correspondiente. También puede haber lesión de
vejiga o uretra, provocando que su contenido se derrame dentro de la pelvis. Cualquiera de los
problemas mencionados puede ocasionar un cuadro mortal. Piense en la posibilidad de una fractura
de la pelvis si el paciente se queja de dolor en la parte baja de la espalda, la cadera o el pubis. Otros
signos de fractura incluyen la flexión de las extremidades inferiores o el dolor a la palpación
profunda de la cresta ilíaca. La fractura de este tipo se trata mejor con un dispositivo como la camilla
ortopédica de Robertson o un tablón. También puede utilizarse el traje antichoque para inmovilizarla,
pero se inflará únicamente cuando surjan signos de conmoción. En caso de sospechar fractura
pélvica, se necesita efectuar la reposición volumétrica a base de solución lactada de Ringer y
observar cuidadosamente si se presenta conmoción o peritonitis.
Tratamiento adicional
La enfermera puede considerar la necesidad de tratamiento adicional en cualquier paciente con
trauma si cuenta con equipo disponible y tiempo suficiente. En toda víctima que se sospeche de
haber sufrido traumatismo se introducirán catéteres intravenosos de grueso calibre, y por ellos se
administrará solución lactada de Ringer y se aplicará oxigeno. Es necesario colocar a este tipo de
lesionados sobre tablones rígidos para evitar causar daño a la médula espinal por la presencia de
fracturas ocultas. Si se cuenta con trajes antichoque habrá que usarlos en quienes se sospeche algún
traumatismo, pero se inflarán únicamente si la presión sistólica desciende a niveles menores de 80
mmHg.
El equipo especial y escaso, como el de penetración corporal avanzada, debe reservarse para las
víctimas viables asignadas a prioridades altas. En los adultos con sospecha de lesiones graves se
introducirán sondas nasogástrica del número 18 y de Foley del número 16 en la vejiga.
En la escena del desastre puede existir limitación en la disponibilidad de los medicamentos. Los
analgésicos deben utilizarse con moderación y sólo en los lesionados no propensos a sufrir depresión
respiratoria o cardiovascular por la administración de los mismos. En caso de traumatismos graves o
grandes heridas abiertas, el paciente puede beneficarse de la administración de antibióticos como la
cefazolina sódica a razón de 1 a 2 gr por vía intravenosa, tan pronto sea posible.
En el marbete de la víctima o la nota que se le adhirió habrá que señalar todo tratamiento que se le
haya administrado, especialmente las técnicas para colocar sondas y demás instrumentos y la
administración de medicamentos. En caso de haber catéteres o sondas colocadas habrá que observar
a los enfermos hasta que queden en manos del personal hospitalario.
Transporte
El tratamiento de las víctimas en la escena de la catástrofe siempre se ve limitado por diversos
factores como: la falta de personal y equipo especializado. Esta limitación hace que la transportación
de las víctimas con traumatismos a una institución especializada sea uno de los elementos esenciales
de la atención. La enfermera que atiende a los lesionados en el sitio de los hechos algunas veces debe
auxiliar en la transportación de los mismos hacia este tipo de instituciones, para asegurar la
supervivencia de los pacientes más graves. También prepara a los enfermos para que abandonen la
zona de tratamiento o los acompaña en su viaje al hospital. Por tal motivo, debe estar preparada para
tomar decisiones respecto a la transportación de las víctimas.
Uno de los primeros planteamientos que la enfermera debe hacerse es cuándo transferir a los
pacientes lejos de la escena del desastre. Pueden surgir varios problemas si no se elige el momento
adecuado para el desplazamiento. Muchos hospitales no pueden activar sus programas contra
desastres ni están preparados para recibir a un número masivo de víctimas en menos de una hora. La
enfermera que colabora en la transportación de 25 personas gravemente lesionadas, hasta el
departamento de urgencias de un hospital local, que cuenta sólo con 6 miembros del personal,
seguramente no aportara ningún beneficio a las mismas. Ella no debe permitir que un paciente con
neumotórax grave sea llevado a un hospital distante a menos que éste lleve colocada un sonda
torácica o una aguja, para evitar que muera de neumotórax a tensión.
La enfermera debe recurrir a varios principios generales para decidir el momento en que se
transportará a los pacientes:
 Programar el transporte de tal manera que los heridos lleguen a los hospitales que ya estén
preparados para recibirlos.
 Transportar en primer lugar a las personas cuyo estado se deteriora pero que aún tengan
posibilidades de salvarse cuando lleguen al hospital
 Cuando sea posible, habrá que transportar a las personas con lesiones graves, después de
que se le hayan colocado catéteres intravenosos y sondas, para que su condición se estabilice
mientras viajan.
 Comenzar la transportación de los pacientes sólo cuando hayan llegado los vehículos
adecuados para ello.
 Transportar a las víctimas sólo cuando se cuente con personal adecuado para acompañarlas.
En lo que se refiere al transporte, la enfermera debe tomar otras deciones importantes como el sitio al
cual se enviará a los pacientes y qué personas los acompañarán. En muchas comunidades el centro de
operaciones de emergencias será quien decida el destino de cada accidentado, durante el desastre. La
decisión se basa en la comunicación que se tenga con los hospitales dispuestos a prestar sus
servicios. La enfermera puede auxiliar a dicho centro recomendándole qué hacer en circunstancias
especiales, como en el caso de los quemados los cuales deben enviarse a un hospital que cuente con
una unidad de atención especializada para quemaduras, o las personas con lesión craneoencefálica
que podrían ser tratadas mejor en una instalación en donde labore un neurocirujano. Si el centro de
operaciones de emergencia no puede orientar al personal de socorro en las cuestiones de transporte,
la enfermera a voces tendrá que decidir a qué sitio deben ser llevados los pacientes. Las instrucciones
siguientes pueden utilizarse en el momento de determinar a dónde se llevará a los pacientes:
 Distribuir a los pacientes al mayor número de hospitales que sea posible.
 Enviar a los hospitales más distantes a aquellos que no necesitan atención inmediata.
 Enviar a las instalaciones mas apropiadas a quienes requieran de atención especializada.
 Considerar la posibilidad de enviar a las personas con lesiones menores a las clínicas
locales y no a los hospitales, en especial si están sobrecargados de trabajo.
 Intentar comunicarse con el hospital antes de decidir a dónde enviar a los pacientes.
 Notificar siempre al hospital con anticipación el número y el tipo de pacientes que se le
envió.
Cuando se cuente con personal adecuado para tratar a las víctimas en el área de tratamiento, las
enfermeras pueden acompañar a los heridos más graves y continuar con el tratamiento durante la
transportación.
Es importante que la enfermera se asegure de que se ha preparado en la mejor forma a los pacientes
antes de colocarlos en los vehículos y transportarlos. Entre más largo sea el viaje mayor importancia
adquiere la preparación adecuada. Siga las reglas generales para la preparación de un enfermo, para
su transportación:
Si sospecha que puede surgir un cuadro grave durante la movilización deberá tratarlo antes de
realizar el desplazamiento.
Puede resultar imposible introducir un catéter intravenoso o una sonda torácica a un paciente
hipovolémico, en la parte posterior de una ambulancia pequeña, llena y en movimiento. Asegúrese
de que se preparó con anterioridad al lesionado. Antes que una persona sea enviada a un hospital,
verifique que se han cumplido las siguientes condiciones:
 Asegúrese de que se colocaron apropiadamente todos los catéteres intravenosos y otras
sondas
 Cerciórese de que todas las sondas torácicas estén selladas.
 Verifique que todos los catéteres intravenosos funcionen.
 Considere la colocación de una sonda nasogástrica en los pacientes graves para evitar la
broncoaspiración.
 Fije con cinta adhesiva todas las sondas para evitar que se salgan accidentalmente durante
su manipulación.
 Corrobore que todas las férulas y vendajes estén asegurados.
 Sujete a todas las víctimas a los tablones o camillas para evitar que se desplacen durante el
viaje.
 Agregue un registro de signos vitales, datos de valoración física y el tratamiento de cada
paciente ya sea en un marbete contra desastres o en una pequeña nota.
 Informe al personal de transporte la atención especial que necesita recibir la víctima durante
el viaje.
Los heridos pueden ser transportados en varios tipos de vehículos durante un desastre. Sin embargo,
dado que en muchos casos se utilizará la ambulancia, la enfermera debe tener alguna idea de la
capacidad que tiene el vehículo. Muchas ambulancias están diseñadas para llevar cuatro personas en
la parte posterior. Un paciente se coloca en la camilla con ruedas dentro de la ambulancia, y otro en
el banco largo del lado derecho de la misma. La enfermera debe asegurarse que las dos camillas
estén perfectamente fijas al suelo de la ambulancia o atadas con correillas al banco. Dos pacientes
más pueden colocarse en camillas suspendidas del techo. Es posible que un quinto paciente con
lesiones pequeñas vaya sentado en el asiento delantero de la ambulancia. Esta disposición de los
pacientes prácticamente no deja espacio para atender a los pacientes durante el recorrido. Cuando sea
posible, habrá que limitar la capacidad de las ambulancias que transportan a heridos graves para que
haya espacio y el personal pueda administrar las medidas asistenciales durante el viaje.
Las ambulancias están equipadas por lo menos con dos fuentes de oxigeno. Por lo general una de
ellas es un equipo portátil, en tanto que la otra es un gran cilindro, el cual normalmente se localiza en
una especie de gabinete de la pared del vehículo. A este cilindro se le activa desde adentro del
gabinete y girando las llaves de salida cerca del frente del compartimiento de la víctima. Los frascos
con soluciones intravenosas pueden colgarse en pequeños ganchos del techo del vehículo. El aparato
de succión y demás equipo para conservar despejadas las vías respiratorias, generalmente se
encuentran en los anaqueles del compartimiento del paciente. Las camillas y tablones adicionales se
guardan en los compartimientos exteriores del vehículo o dentro de la puerta trasera. La enfermera
que viaja en la parte posterior de la ambulancia debe usar un cinturón de seguridad o estar
perfectamente protegida, ya que el vehículo conducido incluso por el chofer más cuidadoso,
fácilmente se sacude con las desigualdades del terreno. Las ambulancias llevan pacientes a los
hospitales y regresan para transportar más tan rápido como pueden; sin embargo, cuando existe un
gran numero de víctimas y no se cuenta con suficientes ambulancias, pueden utilizarse otros
vehículos como camionetas repartidoras, autobuses y camiones. Los automóviles privados pueden
transportar a pacientes con lesiones menores. Siempre que se utilicen vehículos diferentes a las
ambulancias para desplazar a las víctimas, deben aplicarse las normas siguientes:
 El paciente debe estar siempre acompañado por un miembro del personal médico dentro del
vehículo.
 Es importante no considerar al conductor del vehículo como la persona que atiende al
lesionado.
 Todos los pacientes deben estar sujetos por medio de correas o usar cinturones de
seguridad.
 El paciente debe ir acompañado de oxigeno u otro equipo, para usarse en caso necesario.
 Los conductores del vehículo deben recibir instrucciones claras de los hospitales a los que
dirigirán a las víctimas.
 El vehículo debe conducirse en una forma segura, sin exceder los limites de velocidad
incluso en casos de urgencia.
En algunas comunidades es posible contar con helicópteros para la transportación de las víctimas
durante el desastre. Puede solicitarse la colaboración de los helicópteros de los hospitales, de la
policía o del ejército para las labores de auxilio. Un vehículo de este tipo representa una gran ventaja,
aunque su uso tiene muchas limitaciones. Si el helicóptero no cuenta con equipo médico debe
prepararse de acuerdo a las mismas normas que se siguen en el caso de los vehículos particulares
señaladas en el párrafo anterior. Nunca debe basarse la transportación de los lesionados solamente en
los helicópteros, pues a menudo es difícil su operación por las inclemencias del tiempo, la
obscuridad, las características del terreno y los problemas mecánicos. Los grandes helicópteros
militares tienen la capacidad de transportar a un gran número de pacientes, pero la mayoría de las
aeronaves de los hospitales y de otro tipo pueden transportar sólo a uno o dos heridos
simultáneamente.
La enfermera que planea utilizar un helicóptero para transportar lesionados debe emprender los
preparativos del vehículo con anticipación. Los departamentos de bomberos y el departamento de la
policía pueden auxiliar a la enfermera en estas labores. Es necesario establecer un área adecuada en
tamaño y sin obstrucciones altas, cercana a la zona de tratamiento para que aterrice el helicóptero.
Los pilotos de estas aeronaves prefieren que la zona de aterrizaje posea las siguientes características:
 No debe tener cables de alta tensión, árboles altos u otras obstrucciones, en un radio de
varios cientos de metros.
 La zona de aterrizaje debe medir por lo menos 15 x 15 metros para helicópteros pequeños y
30 x 30 metros para los de mayor tamaño.
 Debe ser relativamente plana y nivelada, sin objetos que puedan chocar con las hélices del
vehículo.
 Es importante que no haya objetos cerca de la zona de aterrizaje que puedan ser derribados
con las corrientes generadas por los rotores del helicóptero y corran el peligro de enredarse
con ellos.
 Cuando sea posible, la zona de aterrizaje debe estar señalada con luces o conos para
controlar el tránsito.
 Por la noche, habrá que dirigir a la zona de aterrizaje todas las luces disponibles, pero nunca
al helicóptero cuando éste se acerca.
 Todo el personal debe estar lo más alejado posible de la zona de aterrizaje.
 Para ayudar al piloto a que conozca la dirección del viento es importante encender una
granada de humo o colocar un trozo de tela para que el piloto efectúe el acercamiento final.
 Si no se cuenta con otros indicadores de la dirección del viento, una persona debe estar de
espaldas al viento en el extremo mas aereado de la zona de aterrizaje, sosteniendo ambos
brazos al frente y señalando la zona en que puede aterrizar el vehículo.
Sin embargo, la preparación de la zona de aterrizaje es sólo uno de los aspectos importantes de la
transportación por helicóptero. El trabajo alrededor de estos vehículos puede ser muy peligroso. Para
evitar que ocurran otros accidentes en la zona del desastre, deben ponerse en práctica las siguientes
normas de seguridad:
 Hacer una cuerda o valla con todas las mantas y otros artículos sueltos cerca de la zona de
aterrizaje.
 Protegerse los ojos del polvo que levantan las corrientes del rotor mientras el helicóptero
aterriza o despega.
 No aproximarse nunca al helicóptero hasta que no lo señale así la tripulación.
 Acercarse siempre en dirección al piloto, ya sea de frente o por uno de los lados de la
cabina.
 Aléjese completamente de la parte trasera del helicóptero.
 No corra hacia el helicóptero, simplemente camine.
 Si los rotores están en movimiento agáchese cuando se aproxime al vehículo.
 No lleve en alto frascos con soluciones intravenosas u otro tipo de equipo cuando se
acerque al helicóptero.
 Permita que la tripulación de la nave abra y cierre las puertas y supervise la introducción de
los pacientes a la misma.
 Recuerde que el sitio más seguro en donde puede estar una persona mientras aterriza o
despega un helicóptero, es el más lejano posible.
La transportación es una continuación del tratamiento en el que la enfermera juega un papel muy
importante. Las enfermeras deben dirigir sus energías a ayudar al paciente en su desplazamiento
seguro y rápido rumbo a la instalación asistencial más apropiada.
Resumen
El tratamiento de las víctimas con traumatismos en la propia escena del desastre puede ser una tarea
difícil para la enfermera. Se podrán lograr mejores resultados si el tratamiento es decidido y rápido,
misma que debe realizarse siempre de manera organizada y sistemática. El empleo de los sistemas
para programar la atención de los pacientes asegura que se establezcan y traten adecuadamente las
prioridades de las vías aéreas, respiración, circulación, hemorragia, fracturas de la columna y
conmoción. La valoración y el tratamiento tempranos de la víctima en la escena misma del desastre
forman parte también de este sistema y permiten a la enfermera brindar la mejor atención posible a
los pacientes con traumatismos en el sitio de los hechos. El cumplimiento de las normas y reglas de
seguridad y transportación asegurará que lleguen al hospital con un pronóstico optimo.
Referencias
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prospective study". Ann Emerg Med 1982; 11:296-299.
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7. Trunkey, DD; "The first hour". Emerg Med, March 15, 1984, pp. 93-107.
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9. Meislin HW: Priorities in Multiple Trauma. Rockville, Md, Aspen Systems Corp. 1980, pp. 59,
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12. Caroline NL.: Emergency Care in the Streets. Boston, Little Brown & Co., 1979, p. 303.
13. Committee on Trauma, American College of Surgeons: Advanced Trauma Life Suport Course.
Omaha, The Lincoln Medical Education Foundation, Creighton University/University of Nebraska
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Febrary 28, 1983, pp. 178-190.

6. La mujer embarazada que sufrió traumatismos


Laraine H. Guyette, R. N., M.S., C.N.M.
¡Ay de las que estén encinta y de las que críen en aquellos días!1
En 1981, la tasa calculada de nacimientos en los Estados Unidos fue de 16 por cada mil habitantes.
Con base en este cálculo, uno puede preveer que por cada mil víctimas de un desastre, de 18 a 20
serán mujeres que se encuentran en alguna etapa del embarazo.
Según Backer2 "las lesiones ocasionadas por accidentes durante el embarazo son comunes y
características,
no sólo porque intervienen dos vidas, sino también por las alteraciones que produce en la
naturaleza y la reacción a la lesión misma. En la actualidad, las mujeres están más expuestas
a los peligros y rigores de nuestra sociedad. Por las necesidades económicas y por decisión
propia, muchas de ellas trabajan fuera de su hogar; sus labores son más peligrosas y requieren
de un mayor recorrido en vehículos más rápidos, aunque pequeños, como motocicletas. Las
mujeres contemporáneas pueden estar más expuestas a lesiones por su mayor participación en
los deportes, tanto de acondicionamiento como competitivo. Más aún, no se incluyen cuando
están embarazadas."
Por todo lo anterior, no es raro que sea afectados por el desastre un número significativo de mujeres.
Los cambios fisiológicos del embarazo influyen en el tipo y la gravedad de las lesiones sufridas, en
la evaluación y el diagnóstico de los problemas, y en el tratamiento y la respuesta al mismo. Cuando
una mujer embarazada sufre algún traumatismo y es llevada para recibir tratamiento, es
responsabilidad de la persona que proporciona la atención, determinar el estado de la madre y del
feto, y poner en marcha un plan de atención adecuado. En muchas situaciones madre e hijo son
tratados como una sola persona, y por eso cabe suponer que lo que es bueno para ella también lo es
para él. Quien brinda la atención enfrenta la responsabilidad de tratar a dos pacientes en uno solo.
El comprender los cambios fisiológicos en el embarazo y la respuesta alterada a los traumatismos,
facilita la creación de un plan adecuado de asistencia. Por ejemplo, algunas manifestaciones de
dichos cambios podrían ser consideradas frecuentemente como patológicos en una mujer que no esté
embarazada, pero en una situación traumática, estos signos podrían confundirse con un cuadro
clínico. Cruikshank cita cuatro factores de complicaciones que debe tener en mente la persona que
brinda la atención cuando trate a una mujer embarazada víctima de traumatismo.3
Baker advierte más adelante que:
1. El hecho de que la paciente esté embarazada puede alterar el patrón de gravedad de
la lesión
2. El embarazo puede modificar los signos y síntomas del daño y también los
resultados de las pruebas de laboratorio utilizados en el diagnóstico
3. El manejo de una víctima con traumatismos debe ser modificada para organizar y
preservar los cambios fisiológicos inducidos por la gestación
4. La lesión puede desencadenarse o complicarse por las condiciones patológicas
características del embarazo, como el desprendimiento prematuro de la placenta
(abruptio placentae), embolia causada por derrame del liquido amniótico, o rotura del
útero, o por cualquier trastorno relacionado también con el embarazo y que pudiera
coincidir con el traumatismo, complicando así el diagnóstico y el tratamiento (por
ejemplo, eclampsia que agrave un posible traumatismo craneoencefálico).
la paciente embarazada que sufre un traumatismo grave debe ser observada de forma
minuciosa, y registrar cuidadosamente su historia clínica. Las personas con lesiones menores
por lo general requieren sólo de atención breve, en tanto que aquellas que presentan lesiones
más graves necesitan períodos mayores de observación en situaciones específicas como
sangrado vaginal, irritabilidad uterina, dolor en el abdomen espontáneo o a la palpación,
signos de hypovolemia, cambio en los latidos del corazón del feto o ausencia de los mismos,
o derrame del liquido amniótico. El tratamiento debe orientarse fundamentalmente a
garantizar la salud de la madre, y así asegurar la del feto.2
El personal del departamento de urgencias muchas veces desconoce los cambios anatómicos y
fisiológicos del embarazo, y teme al parto inminente, por ello para la mujer embarazada a menudo se
considera un traumatismo grave como una tragedia compleja.2 La presencia del embarazo no debe
modificar los planes de asistencia inmediata; y el choque, los desgarres y las fracturas deben
atenderse como si la paciente no estuviera en estado. Sin embargo, pueden cambiar los signos y los
síntomas clínicos, así como los índices de laboratorio en caso de lesión de una mujer encinta y
también alterarse el patrón del daño. "La lesión puede complicarse por las condiciones peculiares del
embarazo y algunas veces hay que modificar el tratamiento para que se acomode a los cambios
anatómicos y fisiológicos de la gestación."3 Por ejemplo, dado que la paciente embarazada
fácilmente puede sufrir un traumatismo abdominal, el cual pudiera complicarse por la pérdida oculta
de sangre, el feto puede mostrar anoxia antes de que su madre genere algún síntoma. La vacilación
para emprender medidas adecuadas de estabilización podría culminar en la muerte del feto y de la
madre.
Los cambios del embarazo que modifican individualmente la fluidoterapia, la valoración y el
tratamiento de la mujer encinta que ha sufrido algún traumatismo, se consideran en el comienzo de
este capitulo. Dicha información sentará las bases para la selección y el manejo de este tipo de
lesionados en una situación con saldo masivo de víctimas. También existen mujeres que no sufren
traumatismo en una catástrofe pero que comienzan su trabajo de parto o presentan alguna
complicación del embarazo, y por ello la enfermera debe ser la persona mejor preparada para asumir
la responsabilidad tanto de aquellas como de sus hijos. La atención de enfermería en el caso de la
embarazada que se encuentra traumatizada se trata en el resto de este capítulo. Dicha atención
incluye auxilio.
En el departamento de urgencias
Valoración de la mujer
Cuando la embarazada es llevada al departamento de urgencias, la valoración inmediata de sus
funciones respiratoria, circulatoria y necrológica no debe cambiar a causa de su embarazo. El aspecto
más importante de la atención es la estabilización de la condición de la madre y a continuación debe
prestarse consideración al estado clínico del feto. La principal causa del fallecimiento del feto
relacionado con un traumatismo es la muerte de la madre.
Reanimación
La conservación de una vía aérea despejada y la ventilación subsecuente son las mismas para la
embarazada que para la mujer adulta no embarazada. De modo semejante, el embarazo no altera las
técnicas de compresión del tórax. La colocación adecuada de las manos sobre el esternón permite la
eficiencia máxima y no lastima al útero agrandado.
Sin embargo, la maniobra de Heimlich debe modificarse en caso de una embarazada. El útero
agrandado inhibe la aplicación de la fuerza sobre el abdomen hacia adentro y hacia arriba; más aún
un fuerte golpe en el útero podría desprender la placenta. Para depejar las vías respiratorias de una
mujer en etapa avanzada de la gestación, se requiere entonces de la compresión del tórax. La
Asociación Norteamericana de Cardiología recomienda que el socorrista se coloque detrás de la
víctima, rodee el tórax de la mujer con los brazos por debajo de las axilas, sujete el puño de una
mano con la otra y coloque el lado del pulgar en las porciones inferior y media del esternón, para
después presionar directamente hacia atrás ejecutando cuatro compresiones rápidas.4
Valoración de pies a cabeza
La valoración rápida de pies a cabeza de las situaciones que amenazan la vida en el caso de una
embarazada, varia ligeramente de la que se efectúa en la mujer que no está gestando. La tabla 6-1
ilustra los datos que pueden ser alterados por el embarazo o que indican la presencia de problemas en
la gestante.
La mujer en el primer o segundo trimestre del embarazo puede reaccionar al choque con
vasodilatación periférica y, por tal motivo, quizá no muestre la frialdad y humedad normales de la
piel.5 Otro cambio por advertir es la pérdida de la rigidez acostumbrada de la pared abdominal en
caso de hemorragia oculta dentro del vientre.
Signos vitales
Las alteraciones comunes en los signos vitales que resultan de los cambios fisiológicos del embarazo
podrían ser consideradas como patológicas en la mujer no embarazada (Tabla 6-2).6-9
Se ha observado que la madre puede conservar su homeostasia a expensas del feto; también puede
mantener estables sus signos vitales, la circulación y el riego sanguíneo con una pérdida gradual de
30 a 35°70 del volumen hemático, o una pérdida aguda de 10 a 20°70 del mismo. Por tal razón,
deben tomarse frecuentemente la presión arterial y el pulso, para identificar cualquier cambio
temprano; una conmoción puede surgir rápidamente una vez que dichas cifras comienzan a
modificarse.
Historia clínica
Durante la estabilización de la paciente, la enfermera debe obtener información referente a la
posibilidad o el tiempo del embarazo mismo. Tan pronto se haya estabilizado el estado de la mujer es
necesario obtener una historia clínica prenatal básica (Consúltese el cuadro sinóptico 6-1).
Pruebas de diagnóstico
Durante la gestación varían los valores aceptados como normales en las pruebas de diagnóstico. A
continuación se muestran algunos ejemplos notables.
Análisis de orina. Algo normal en el embarazo es la presencia de una pequeña cantidad de
glucosuria por el incremento de la filtración glomerular y una reabsorción tubular de glucosa
atrofiada. La proteinuria es un signo anormal y puede denotar hipertensión inducida por el embarazo.
A voces los leucocitos están dentro de limites normales (5-10 por campo de gran amplificación),
pero la hematuria macroscópica o microscópica indica la existencia de alguna enfermedad renal o de
vías urinarias.3
TABLA 6-1 Valoración de pies a cabeza -Modificaciones en el embarazo

Zona del Alteraciones encontradas Problemas potenciales


cuerpo
Cabeza y Ataque sin lesión craneoncefálica obvia Eclampsia
cuello
Agrandamiento moderado de la tiroides Normal en el embarazo
Hiperemia de mucosas Aumento del sangrado de las fosas nasales y
lesiones en las encías
Tórax y pecho Ensanchamiento del ángulo subcostal Normal en el embarazo
Expansión lateral del tórax Elevación del
diafragmanto de máximo impulso: cuarto
espacio intercostal por fuera de la línea
medioclavicular
Abdomen Útero-órganos abdominales Normal en el embarazo
Contracciones Parto pretérmino
Dolor al tacto, irritabilidad, aumento de Separación placentaria
tamaño y disminución de los movimientos
fetales
Diastasis de los músculos rectos del abdomen
Desplazamiento de órganos abdomínales Normal en el embarazo
Mayor susceptibilidad de hígado y bazo a sufrir
lesiones
Rigidez de la pared del tórax Puede no aparecer en caso de hemorragia
Dorso Lordosis Normal en el embarazo
Pelvis Relajación de articulaciones pélvicas Separación de la sínfisis del pubis
Parte que se presenta, fija en la pelvis Fractura de pelvis, por lo general bilateral
Mayor vascularidad Hemorragia retroperitoneal
Genital y Edema de labios mayores Dato normal
rectal
Sangrado Diferenciar entre menstruación y aborto en los
comienzos del embarazo Separación de
placenta o placenta previa a finales del
embarazo Trabajo de parto
Fluido vaginal Rotura de la "bolsas de las aguas"
Extremidades Piel seca y tibia Choque
Relajación de ligamentos Luxación de articulaciones
Edema Piernas, hallazgo normal, manos y cara,
hipertensión gravídica
Hiperreflexia, hipertensión Hipertensión gravídica

Hematología. Durante el segundo trimestre del embarazo hay un aumento promedio en el volumen
hemático de aproximadamente 45% y también en la masa eritrocítica y de hemoglobina (valor
hematócrito), de casi 30%. Por el incremento mayor del volumen plasmático en relación con la masa
eritrocítica, el valor hematócrito disminuye, lo cual se conoce como anemia fisiológica del
embarazo.10 El valor hematócrito y los niveles de hemoglobina tienen poca utilidad para valorar la
hipovolemia. Se necesitan estudios seriados para demostrar la presencia de una hemorragia en
evolución o de pérdida hemática oculta. La tabla 6-3 incluye una lista detallada de cambios en estos
valores hematológicos.
Otros estudios hematológicos y bioquímicos de laboratorio incluyen:
 Velocidad de eritrosedimentación (tiene poca o nula utilidad en el diagnóstico de
una lesión o enfermedad durante el embarazo).3
 Recuento de leucocitos (el número de leucocitos puede llegar a 1.8 x 103 L en el
último trimestre del embarazo, y por ello el dato de leucocitosis tiene sólo utilidad
limitada, aunque puede ser la clave para detectar una irritación peritoneal).
 conjunto de pruebas bioquímicas (no hay cambio en los niveles de transaminasas
glutámica oxaloacética o glutámica pirúvica (SGOT-SGPT), deshidrogenasa láctica
(LDH), ni amilasa sérica al embarazo, y por tal motivo no resulta de utilidad este
conjunto de estudios).
Los estudios de coagulación de la sangre incluyen:
 función plaquetaria, (sin cambios)11
 niveles de fibrinógeno (incrementos hasta de 600 mg/100 ml)12
 tiempo de tromboplastina parcial activada (aPTT) y tiempo de protrombina (PT)
(sin cambios)11
 concentración de factores VII, VIII, IV y X (aumento)6
 niveles de factores V, XI y XII (sin cambios)6
 tiempos de coagulación y sangrado (sin cambios)11
TABLA 6-2 Signos vitales en el embarazo

Temperatura 37.°C
Frecuencia del pulso Incremento de 10 a 20 latidos/minuto (80 a 95 latidos/minuto)
Respiraciones 16 respiraciones por minuto
Presión arterial Disminución de ambas cifras tensionales 15 mm Hg en el segundo trimestre
Vuelta a la presión básica cerca del término
Presión venosa central 10 cm H2O
Sonidos cardiacos fetales 120 a 160 latidos/minuto

Electrocardiograma. El electrocardiograma no muestra los cambios característicos que se atribuyen


a la gestación. Son relativamente latidos comunes prematuros de origen atrial o ventricular.13
Estudios radiográficos. Las radiografías de abdomen y tórax, del esqueleto de la pelvis y del dorso,
cistogramas y pielogramas intravenosos limitados a menudo son esenciales para el diagnóstico de
perforación de la víscera hueca, fracturas graves o rompimiento de la vejiga.2 Los hallazgos
importantes incluyen:
 Dilatación notable de la pelvis renal y la urétra, desde las 10 semanas de la gestación
persiste inclusive hasta seis semanas después del parto. El lado derecho con frecuencia está
más dilatado que el izquierdo, con dilatación por debajo del borde de la pelvis.3
 En las radiografías de tórax se advierte la posición alterada del corazón y el aumento de
tamaño de su sombra.
 Las radiografías de abdómen y pelvis muestran el esqueleto fetal.
RECUADRO 6 - 1 Historial médico básico previo al nacimiento

UPM (ultimo periodo menstrual): Semanas de gestación:


PCP (fecha calculada de parto): Grávida: Para:
Problemas presentes en este embarazo: Tipo de sangre:
Rh:
Historia clínica de obstetricia:
Problemas en el embarazo, trabajo de parto o nacimiento.
Duración del trabajo de parto.
Tipo de nacimiento.
Resultado del embarazo.
Peso del infante.
Nombre del médico o de la enfermera partera:

TABLA 6 - 3 Cambios hematológicos durante el embarazo

Cifras normales en no Embarazada (tercer trimestres)


embarazada
Recuento total de leucocitos 4 500 a 10 000 5 000 a 14 000 células/1
células/l L
Plaquetas 175 a 250 000 células/mm3 200 000 a 350 000 células/mm3
Volumen plasmático 2 400 ml 3 700 ml
Masa eritrocítica 1 600 ml 1 900 ml
Volumen sanguíneo 4 000 ml 5 250 ml
Hemoglobina 12 a 16 g/dl 10 a 13 g/dl
Hematócrito 37°70 a 47°70 32 a 42%
Índices eritrocíticos normal normal
Leucocitos
polimorfonucleares 54°70 a 62°70 60 a 85%
Linfocitos 38°70 a 45°70 15 a 38%
Velocidad de sedimentación de los menos de 20 mm/hora 30 a 90 mm/hora
eritrocitos
Amilasa 60 a 180 unidades 60 a 180 unidades
Somogy/100 ml Somogy/100 ml
Fosfatasa alcalina 4 a 13 unidades 17 a 19 unidades
King-Amstrong/100 ml King-Armstrong/100 ml
Totales de proteínas 7g/100 ml 5.5 a 6.0 g/100 ml
Albúmina sérica 3.5 a 5.0 g/100 ml 3 a 5/100 ml
Alfa globulina 0.8 g/100 ml 0.9 a 1.4 g/100 ml
Beta globulina 0.71 a 1.20 g/100 ml 0.9 a 1.5 g/100 ml
Gamma globulina 0.8 a 1.4 g/100 ml 0.5 a 1.2 g/100 ml
Fibrinógeno (plasma) 300 mg/100 ml 450 mg/100 ml
Glucosa 90-110 mg/100 ml 90 a 110 mg/100 ml
Ácido úrico 2.0 a 6.4 mg/100 ml 2.0 a 5.5 mg/100 ml
Creatinina 0.6 a 1.2 mg/100 ml 0.4 a 0.9 mg/100 ml
Retención de sulfobromo
fetaleina a los 45 minutos 5% 10%
Floculación de cefalina negativo Positiva en 10 a 15% de las
pacientes
Enturbiamiento del timol negativo Positivo en 10 a 15°70 de las
pacientes
Total de bilirrubina 0.1 a 1.2 mg/100 ml 0.1 a 0.9 mg/100 ml
Transaminasa glutámica oxaloacética 10 a 40 U/100 ml 10 a 40 U/ml
Transaminasa glutámica pirúvica 15 a 35 U/100 ml 15 a 35 U/ml
Deshidrogenasa láctica 60-100 U/ml 60 a 100 U/ml
Lipasa sérica más de 1.5 /MI más de 1.5 U/ml
Hierro sérico 75 a 150 g/100 ml ml 65 a 120 g/100 ml
Capacidad total de combinación de 250-450 g/100 ml 300 a 500 g/100 ml
hierro
Nitrógeno de la úrea sanguínea 10 a 18 mg/100 ml 4 a 12 mg/100 ml
Lípidos plasmáticos
Colesterol total 175 mg/100 ml 245 mg/100 ml
Colesterol libre 216 mg/100 ml 231 mg/100 ml
Esteres de colesterol 74% 77%
Lípidos séricos (total) 700 mg/100 ml 1 000 mg/100 ml
Fosfolípidos 250 mg/100 ml 350 mg/100 ml
Ácidos grasos libres 700 mEq/L 1 200 mEq/L
Electrólitos
pH (arterial) 7.30 a 7.44 mol/L 7.41 a 7.46 mol/litro
Cloruro 98 a 109 mEq/L 90 a 105 mEq/L
Bicarbonato 24-30 mmol/L 19 a 25 mmol/L
Fósforo (inorgánico) 2.0 a 5.2 mg/100 ml 2.0 a 4.5 mg/100 ml
Magnesio 1.5 a 2.5 mEq/L 1.2 mEq/L
Sodio 135 a 145 mEq/L 132 a 140 mEq/L
Potasio 4.0 a 4.8 mEq/L 3.5 a 4.5 mEq/L
Calcio
Total 4.5 a 5.4 mEq/L 4.5 mEq/L
ionizado 2.0 a 2.6 meq/L 2.0 a 2.6 mEq/L
Exceso de base en plasma(bicarbonato) 0.7 mEq/L 3.5 mEq/L
Presión parcial de bióxido de carbono 38.5 mmHg 31.3 mmHgh
arterial
Bióxido de carbono 24 a 30 mmol/L 19 a 25 mmol/L
Osmolalidad plasmática 284 a 295 mosm/kg 275 a 285 mosm/Kg

Fuente: Adaptado con permiso de Barber HRK Graber E.A.: Surgical disease in pregnancy
Philadelphia, WB Saunders pp. 110-111
Se sabe que existen peligros para el feto por la radiación, pero también hay que tener en
consideración la vida de la embarazada en estos casos. Es adecuado ordenar los estudios radiológicos
necesarios, suprimiendo, sin embargo, las pruebas innecesarias y la duplicación de radiografías, y
debe protegerse al útero en el mayor grado posible, para evitar la radiación total al feto.
Valoración del feto
Pese a que la fluidoterapia y la estabilización de la madre con frecuencia se realiza en provecho del
feto, es importante conocer a la brevedad posible el estado de éste.
La valoración más rápida y sencilla del bienestar fetal incluye la medición de la frecuencia cardiaca
con un fetoscopio o un estetoscopio. Los ruidos cardiacos fetales que vayan de 120 a 160 latidos por
minutos se captan cuando la madre tiene más de 18 a 20 semanas de embarazo. Para evitar
confusión, hay que palpar simultáneamente el pulso materno al auscultar los ruidos cardiacos del
feto. Desde la décima segunda a la décima cuarta semana de gestación se pueden escuchar ruidos
cardiacos con un monitor de pulsos ultrasonoros (Doppler). Si se identifican los latidos, habrá que
vigilar de forma continua al feto de cualquier edad por medio de técnicas sonográficas hasta que
haya evidencia de que el feto ha tolerado el episodio traumático.
Si hay duda del estado fetal y si se cuenta con equipo, tiempo y experiencia cabe considerar las
siguientes pruebas:
 Prueba sin estrés.
 Prueba con estrés.2
 Ultrasonido de tiempo real.2
 Amniocentésis.2
 Tintura de Kleihauer-Betke (prueba de Singer's modificada).14
Al evaluar el estado del feto la enfermera debe recordar que todo trastorno que afecte a la madre
también lo afecta a él y de la misma manera el bebé necesita la misma revaloración o vigilancia
constante que su madre. Stuart sugiere que si el feto no muestra evidencias de sufrimiento en un
lapso de 24 horas, quizá no resultó muy afectado por el accidente.14
La atención de la mujer embarazada
La atención de la embarazada que ha sufrido un trastorno traumático difiere ligeramente de la que se
administra a la paciente no embarazada. Es necesario seguir los procedimientos normales de
estabilización, pero teniendo en consideración las modificaciones identificadas en la tabla 6-4.
Medicamentos
"Salvo raras excepciones cualquier medicamento que produzca un efecto sistémico en la madre
atravesará la placenta y llegará al embrión y al feto."7 Esta advertencia hecha por Pritchard y Mac
Donald debe constituir un recordatorio para cualquier persona que piense administrar algún
medicamento a la embarazada con trauma, y por ello se necesita comparar las necesidades de la
mujer con los efectos que tendrá a largo plazo en el feto. Es importante tomar en cuenta también la
edad gestacional del producto y la dosis del medicamento. La tabla 6-5 incluye una lista de algunas
medicinas cuyo uso puede ser considerado en una situación de urgencia, y señala sus efectos
adversos conocidos o posibles.
Choque
La hipervolemia funcional del embarazo es un mecanismo por cuyo medio el cuerpo experimenta
una mayor necesidad de riego sanguíneo del útero y los riñones. En el término de la gestación el
flujo sanguíneo por la arteria uterina es de aproximadamente 500 a 700 mL//min. "De este modo, al
final de la gestación todo el volumen circulante pasa por el útero en períodos de 8 a 11 minutos. La
mujer en choque quizá no presente el cuadro típico de piel fría y húmeda que caracteriza a este
síndrome, y lo que provoca que no se detecte su hipovolemia."15.
Al sufrir un traumatismo, el cuerpo de la embarazada libera catecolaminas, las cuales a su vez causan
vasoconstricción periférica y disminución notable de la corriente de sangre por el útero, los riñones y
los intestinos, lo cual tiene un efecto protector para la mujer al desviar el mayor volumen sanguíneo
al cerebro y el corazón. El menor riego a la placenta hace que disminuya la PO2 fetal y así surja la
bradicardia.16 La madre puede perder 10 a 20% de su volumen sanguíneo en caso de hemorragia
aguda o hasta a 35% en un sangrado más lento, antes de que se manifiesten signos de hipotensión y
taquicardia.rld33,5 Por lo tanto, la bradicardia fetal puede ser el primer signo de choque
hipovolémico.
La embarazada muestra la misma evolución en su reacción fisiológica al choque que la paciente no
embarazada: la reducción del rendimiento cardiaco y el riego capilar, la vasoconstricción en órganos
no vitales, la hipoxia, la acidosis metabólica y la muerte. La frecuencia cardiaca superior a 140
latidos por minutos o la presión sistólica menor de 80 mm Hg denota que la embarazada puede estar
próxima a sufrir un choque irreversible. La presión sistólica menor de 80 mm Hg ocasiona riego
inadecuado al feto.
Baker observó que "la madre puede sobrevivir al choque hipovolémico durante un lapso
considerablemente mayor que el feto."2 Crosby sugirió que "la muerte fetal postraumática por lo
demás inexplicable pudiera deberse al choque materno transitorio y no identificado".16 Baker
recomendó posteriormente no utilizar vasoconstrictor en los intentos para mantener la presión arterial
de la gestante; en vez de ello, la pérdida volumétrica de sangre debe corregirse rápidamente con
expansores y reposición sanguínea, mililitro por mililitro.2 Los vasoconstrictores empeoran la
hipoxia fetal y aumentan la posibilidad de orbito del producto.
La hipotensión en decúbito dorsal que mencionamos en párrafos anteriores es consecuencia de una
obstrucción de la vena cava inferior provocada por el feto en desarrollo, desde la vigésimo cuarta
semana del embarazo. La disminución en el volumen de sangre que regresa al lado derecho del
corazón y con ello la reducción del rendimiento cardiaco ocasiona la hipotensión en la madre, la cual
puede desencadenar una reacción vasoconstrictora y ello constituye otra razón para que la mujer no
esté acostada boca arriba, sino sobre su costado. Este cambio de posición quizá sea todo lo que se
necesite para evitar la hipoxia fetal.
Otro riesgo notable de hipotensión prolongado en la mujer encinta es la necrosis pituitaria que
culmina en síndrome de Sheehan. La prevención del choque o su tratamiento rápido podría conservar
todas o parte de las funciones de la glándula pituitaria anterior.3
TABLA 6 - 4

Acción Base lógica


1. Establezca y conserve una La hipoxia es una causa importante de pérdida fetal
adecuada circulación en las vías
respiratorias. No retrase la práctica de
una traquetomía o intubación
endotraqueal.
2. Controle el sangrado. Evite la La hemorragia de la embarazada ocasiona hipoxia del feto. El útero
posición supina. alargado, obstruye la circulación en las extremidades inferiores, de lo
cual resulta hipotensión y aumenta el san grado en lesiones de los
miembros inferiores.
Evite colocar pantalones antichoque Se agrava la hipotensión en el decúbito dorsal
después de la 20a. semana de
embarazo.
3. Mantenga el volumen de líquidos. La embarazada presenta un incremento de 50% en el volumen
hemático acompañado de la mayor vascularidad pélvica. Su organismo
conserva la hemeostasia por vasoconstricción de los órganos pélvicos.
Puede perder 30°70 a 35% del volumen de sangre circulante sin
cambios en su presión arterial o pulso. La cavidad pélvica puede
almacenar 500 ml de sangre de una hemorragia oculta.
Introduzca un catéter intravenoso de El calibre del catéter debe ser lo suficientemente ancho para efectuar la
calibre 14, en ambas extremidades fluidoterapia en gran des volúmenes. Las extremidades inferiores se
superior obstruyen a causa del útero agrandado.
Sustituya los líquidos de forma Este procedimiento evita la hipotensión y reduce la fuga de líquidos
abundante con solución lactada de del tercer espacio.
Ringer
Línea central o (CVP or Swan-Ganz) Este método es la mejor guía clínica para la re posición de líquidos.
Identificar el tipo de sangre y realizar La técnica en cuestión repone la masa eritrocítica para oxigenar el
pruebas cruzadas completas para feto.
efectuar la transfusión en volúmenes
iguales a la pérdida.
Se prefiere la autotransfusión de Los anticuerpos atípicos pueden ocasionar eritoblastosis.
sangre O-negativa que no se ha
sometido a pruebas cruzadas.
Expansores plasmáticos último El procedimiento restaura la presión arterial de la mujer, pero no
recurso oxigena al feto.
4. Estudios de laboratorio Cambios hematológicos y bioquímicos en el embarazo (tabla 6-3)
Sangre venosa
Estimación del grupo sanguíneo y
práctica de pruebas cruzadas, prueba
de Coombs indirecta
Hematimetría completa Los cambios seriados son de gran utilidad.
Electrólitos, glucosa, amilasa
Nitrógeno uréico en sangre,
creatinina
Tiempos de protrombina y de Las lesiones de placenta y artero pueden hacer que se liberen
tromboplastina parcial tromboplastina y activadores de plasminógeno, los cuales aumentan la
Fibrinógeno susceptibilidad a la aparición de coagulación intravascular diseminada.
Tomar los tiempos de coagulación
cada hora Medición de gases en
sangre arterial
Prueba de embarazo La fracción Beta de gonadotropina coriónica humana en suero es la
más exacta; la detección de gonadotropina en orina es más rápida.
5. Signos vitales
Registro de la frecuencia cardíaca Los cambios en la frecuencia cardiaca fetal suelen anteceder a los que
fetal por medio de ultrasonido presenta la mujer (presión arterial y pulso) antes de choque grave.
continuo El pulso mayor que 140 latidos por minuto y la presión sistólica menor
Pulso que 80 mm Hg denotan choque irreversible inminente.
Presión arterial
6. Control de la función renal
Sonda urinaria a permanencia Medir con exactitud la diurésis.
Análisis de orina La vejiga en el embarazo se convierte en un órgano abdominal con
Estudio microscópico para detectar profusión de vasos y por ello es más susceptible a sufrir traumatismo.
sangre Ingestión y eliminación de Este procedimiento indica el volumen de líquido perdido y del
líquidos necesario para su reposición.
Colocar a la mujer sobre su costado Esta posición desplaza el peso del útero lejos de las venas renales y así
izquierdo permite un mejor riego de los riñones.
7. Control de hemorragia
intraabdominal
Sonda nasogástrica El embarazo ocasiona prolongación del vaciamiento gástrico,
disminución de la motilidad intestinal, mayor relajación y
regurgitación gástrica.
Lavado peritoneal Este procedimiento puede ser valioso y seguro en el embarazo; es
importante utilizar una técnica "abierta" y paracentesis lateral.
Laparoscopía Esta técnica es segura y útil hasta las 14 semanas.
Culdocentesis El procedimiento mencionado puede utilizarse en lugar del lavado
peritoneal.
Paracentesis El procedimiento no es útil en el embarazo.
Ultrasonido para detectar rotura de La técnica en cuestión puede demostrar que existen partes fetales fuera
útero del útero.

TABLA 6 - 5 Medicamentos con posibles efectos adversos en el feto

Medicamento Acción
Analgésicos Depresión fetal
indometacina Arteriosis
salicilatos Cierre prematuro del conducto de botal; disminución de la actividad del factor
XII y disfunción plaquetaria.
Anticoagulantes: Cumarinas Teratogénesis
Antiinfecciosos
cloramfenicol Síndrome del niño gris
estreptomicina Sordera nerviosa
tetraciclina Manchas en los dientes
cloroquina Muerte, sordera
Diuréticos: tiacidas Acidósis fetal
Hormonas sexuales Cáncer cuando el feto femenino llega a la adolescencia
dietilestilbestrol
andrógenos, progestinas Masculinización del feto
Hipotensores Hipoxia fetal
Psicotrópicos Retraimiento e hiperactividad
litio Teratogénesis
Sedantes Depresión fetal
barbitúricos Retraimiento, apnea
talidomida Teratogénesis
Anticonvulsivos: Defectos congénitos
Difenilhidantoina
Vasoconstrictores Hipoxia fetal

Hemorragia
La embarazada es especialmente vulnerable a la hemorragia. Por el incremento de presión venosa en
sus piernas que es secundario al volumen cada vez mayor del útero, disminuye la circulación en las
extremidades inferiores y también puede haber una mayor pérdida de sangre en caso de heridas en
las piernas.3 El cambio de posición del cuerpo hacia un costado aminora la presión venosa periférica.
Al agrandarse el útero, el abdómen se convierte en un blanco obvio para los traumatismos. Al haber
mayor vascularización de la pelvis, la embarazada puede presentar hemorragias retroperitoneal,
retroplacentaria, e intraperitoneal. Se ha sugerido que un incremento en la frecuencia de rotura del
bazo entre las mujeres en estado grávido. En caso de fracturas de la pelvis, se ha dicho que también
se intensifica la hemorragia dentro y al rededor del útero. Con unos 500 a 700 ml de sangre
circulando por la arteria uterina cada minuto, el traumatismo pélvico o uterino puede ocasionar una
enorme pérdida de sangre en cuestión de minutos.16
El punto de origen más grave de una hemorragia en la embarazada con trauma es el sangrado
retroplacentario, que también se conoce como desprendimiento o separación prematuros de la
placenta. Esta condición debe sospecharse siempre que una mujer recibe un golpe en el abdomen, sea
cual sea su intensidad, o después de cualquier traumatismo notable en el resto del cuerpo. Igualmente
se ha sugerido que una crisis grave de hipotensión en la cual disminuye el riego al útero, puede ser la
causa de la separación de la placenta.16 El cuadro clínico suele incluir dolor continuo en el abdómen,
hemorragia vaginal, útero doloroso al tacto, tenso y duro; contracciones uterinas; incremento de la
altura del fondo abdominal, e hipotensión que no guarda proporción con la pérdida visible de sangre.
A menudo se advierte bradicardia fetal antes de que la madre presente cambios en sus signos vitales.
Si la zona de separación es lo suficientemente grande para influir en la oxigenación del feto, en
término de 48 horas se desencadenará el trabajo de parto o morirá el producto.16
La altura del fondo del útero debe señalarse en el momento de la hospitalización y observar si
todavía presenta un incremento mayor. Es importante vigilar con frecuencia los signos vitales de la
embarazada y también los ruidos cardiacos del feto deben monitorearse por medio de dispositivos
electrónicos, hasta que se haya superado el peligro del desprendimiento prematuro de placenta o de
la hemorragia intraabdominal.
Baker piensa que la hipervolemia del embarazo mejora el grado de tolerancia de la mujer a una
hemorragia. El incremento en fibrinógeno y en las concentraciones de los factores VII, VIII y IX,
junto con la disminución en los activadores de plasminógeno circulante representan un beneficio
potencial para la madre. Surge un problema cuando se han lesionado la placenta (con lo que se
produce una liberación de tromboplastina) o el útero con lo que se ponen los activadores de
plaminógeno en circulación).2 La liberación de estas sustancias después de un traumatismo puede
ocurrir en caso de desprendimiento prematuro de placenta o embolia provocada por el derrame de
liquido amniótico, y puede culminar en coagulopatía de consumo o coagulación intravascular
diseminada (CID).2
En el embarazo no cambian los tiempos de sangrado, coagulación y protrombina, y aumenta el
fibrinógeno sérico; por tal motivo, estas pruebas pueden detectar el surgimiento de un problema de
coagulación. Si existe hemorragia o se sospecha su presencia, hay que extraer una muestra de sangre
cada hora, para observar la formación de coagulos; si es insatisfactoria, deberá medirse el
fibrinógeno sérico en la sangre.16 D. Cruikshank propuso un plan como terapia de apoyo a base de
sangre completa recién obtenido, plasma fresco congelado o crioprecipitado, as; como la inducción
del parto a la mayor brevedad posible.3 El problema puede resolverse con el nacimiento del producto.
En este tipo de coagulación intravascular diseminada está contraindicado el empleo de heparina.
Crosby señaló que "las prioridades inmediatas para la embarazada con hemorragia son iguales a las
de la mujer no embarazada en las mismas circunstancias".16 La hemorragia puede cohibirse por
medio de una ligadura o compresión. La pérdida hemática de los tejidos circundantes también puede
reducirse al fijar e inmovilizar las fracturas de extremidades, vértebras y pelvis. Es indispensable la
reposición de sangre en caso de choque hipovolémico, y dado que el volumen hemático aumenta
normalmente en el embarazo, esta reposición debe ser abundante.
Quemaduras
Baker presentó las conclusiones generales que ha continuación se detallan respecto a lesiones
térmicas en embarazadas, dichas conclusiones se elaboraron con base en los estudios realizados en el
área de quemados del Centro Médico Militar Brooke.
1. El embarazo no altera el restablecimiento de la mujer después de haber sufrido lesiones
térmicas;
2. La supervivencia de la madre suele acompañarse de la supervivencia del feto;
3. Si la madre sufre una lesión mortal pero es atendida adecuadamente con medidas de apoyo,
por lo general el feto nace vivo antes de morir ella;
4. La intervención obstétrica no es necesaria, y podría perjudicar más a la mujer y su hijo;
5. La intervención obstétrica está indicada solamente: 1) en la mujer gravemente enferma en
quien las complicaciones (hipotensión, hipoxia, sepsis) podrían poner en peligro la vida de un
bebé que podría salvarse, y 2) para extraer anatómicamente la masa uterina y así operar en el
área retroperitotoneal;
6. La supervivencia del bebé depende de su madurez.2
También recomendó la aplicación de las siguientes medidas para la víctima:
Pacientes no hospitalizadas
Estabilización del árbol cardiovascular (quemaduras por electricidad)
Asegurarse de que las vías respiratorias estén despejadas y funcionen eficazmente,
oxigenoterapia;
Reposicón temprana de líquidos y electrólitos
Limpieza y lavado de la herida (quemadura por sustancias químicas)
Control del dolor
Transferencia de la quemada a un centro de tratamiento especializado
Pacientes hospitalizadas
Continuar con la estabilización de electrólitos y líquidos
Administrar la profilaxia antitetánica
Atender las quemaduras abiertas antes que las cerradas, escarotomia.
Administrar antibióticos locales y sistémicos.
Evitar hiponatremia, hipoxia, anemia, y sepsis para el bienestar del feto.2
Cesárea post mortem
Al fallecer una embarazada se considera la posibilidad de realizar una cesárea post mortem. H.J.
Buchsbaum recomienda la cesárea en todo embarazo que tenga más de 28 semanas (un estimado de
1000 gramos de peso fetal) y en el que se identifiquen los ruidos cardiacos del producto (sea cual sea
su ritmo).17 A las 28 semanas de gestación el fondo del útero por lo general está 28 cm arriba de la
sínfisis del pubis o en un punto medio entre el ombligo y el Apéndice xifoides. C.E. Weber concluyó
que existen posibilidades de supervivencia del feto si no transcurren mas de diez minutos entre el
momento en que fallece la madre y ocurre el nacimiento.18 Es más probable la salvación del feto
cuando se continúan las medidas de reanimación respiratorias y cardiovasculares de la mujer hasta el
momento del parto.
Apoyo psicológico
La embarazada que ha sufrido un traumatismo, y sus familiares, tienen tres preocupaciones:
1. ¿Quedará bien?
2. ¿Está bien mi hijo?
3. ¿Está bien mi familia?
A menudo es imposible dar una respuesta directa. La información que presentamos puede ser de
utilidad en los intentos por tranquilizar a la embarazada y su familia:
 Las complicaciones y la mortalidad de las embarazadas guardan relación fundamentalmente
con la gravedad de la lesión sufrida.2
 Al parecer no hay un aumento en la frecuencia de pérdida fetal por traumatismos no
catastróficos en el embarzo.19
 Durante el primer trimestre el foto esta protegido por la pelvis ósea; en el segundo
trimestre, por liquido amniótico, el músculo uterino y los intestinos llenos de gas; a finales
del tercer trimestre, la protección disminuye y hay mayor probabilidad de daño al producto.
 Son raras las lesiones directas del feto; sin embargo, puede haber fracturas del cráneo
después de que la cabeza ha descendido dentro de la pelvis cuando se aproxima el término de
la gestación.16
 La lesión y las complicaciones fetales de relacionan principalmente con el daño al útero, la
placenta y el cordón umbilical; y en segundo término, con la muerte y el choque de la
embarazada, y la sepsis.2
La enfermera que intenta tranquilizar a los progenitores debe utilizar el término bebé y no feto,
porque precisamente el feto es su bebé, no un objeto. Con base en el supuesto de que es más fácil
afrontar lo conocido que lo desconocido, la enfermera debe mantener a la madre informada respecto
al estado de su bebé (por ejemplo, "el latido de su corazón es lento, pero lo capto perfectamente" o
"no capto los latidos del bebé") e instar a la mujer para que comunique cualquier signo de actividad
fetal. De lo contrario, la mujer quizá perciba que si no se le dice nada, algo anda mal. La
preocupación por atender a la madre y a su familia puede ayudarles a superar la crisis.
Tratamiento complementario
El tratamiento complementario de la embarazada que ha sufrido un traumatismo debe incluir el
continuo monitoreo externo del feto, hasta que han desaparecido todos los signos de trabajo de parto
o sufrimiento fetal. En caso de traumatismo grave este lapso debe durar incluso de 24 a 48 horas.
Debe instruirse a la paciente para que lleve un registro de los movimientos fetales. Killien reportó
que: "no se ha establecido un estándar exacto respecto al numero de movimientos fetales que denotan
el bienestar del producto, pero suele aceptarse que la disminución neta de la actividad fetal puede ser
indicación del deterioro de su estado."10 Recomendaron que se enseñara a todas las mujeres a vigilar
la actividad fetal por medios muy sencillos. Si se advierte la disminución de los movimientos, ella
debería volver a la clínica para que se efectúe una valoración adicional del producto. La altura del
fondo del útero debe medirse cada semana, para asegurarse de que el feto crece apropiadamente.
Cualquier indicación del crecimiento inadecuado debe ser evaluado por ultrasonido de forma seriada,
a intervalos de un mes y con pruebas semanales sin estrés. Estas medidas pueden dar una mayor
seguridad a la madre del bienestar de su hijo, pero como todas las gestantes, ella no se sentirá
satisfecha hasta que vea y tenga a su bebé en las manos y le cuente los deditos de manos y pies.
La mujer con tipo de sangre RH-negativo que ha sufrido traumatismo abdominal debe ser sometida a
una detección de anticuerpos atípicos, y si la prueba es negativa se le administrará globulina
inmunitaria Rho, D con fines profilácticos, durante un lapso de 72 horas para evitar la sensibilización
por Rh y la eritoblastosis del neonato.
La mujer que se ha sometido a cirugía pélvica, puede estar segura de que no corre ningún riesgo al
iniciarse el parto por vía vaginal incluso unas cuantas horas después de la operación. Sin embargo,
hay que valorar individualmente a la paciente que sufrió fractura de la pelvis. Del 5 a 10% de las
mujeres que han sufrido fractura pélvica como consecuencia de una deformidad de la pelvis,
requieren someterse a una operación cesárea, y los riesgos de que la fractura curada pueda disminuir
el diámetro de la pelvis impidiendo que el feto pase a través y que los tejidos pélvicos blandos,
incluyendo la uretra y la vejiga, puedan lastimarse cuando queden comprimidos entre los huesos
sobresalientes y el cráneo del feto.
En un incidente con saldo masivo de víctimas
En todo desastre ya sea natural o producido por el hombre, hay mujeres embarazadas en trabajo de
parto, que aborten, que tengan alguna complicación de su embarazo, que presenten traumatismos y
busquen consuelo. Las mujeres que sufren un traumatismo deben ser sometidas a selección con base
en sus lesiones. A todas las demás se les asigna a la tercera categoría de prioridad, en la cual pueden
ser atendidas por un número reducido de enfermeras y auxiliares. Green sugirió establecer un área
separada de maternidad.20 Las mujeres que no estaban en trabajo de parto o que no necesitaban
atención inmediata podrían desempeñar algunas tareas para auxiliar a las que si lo necesitaban. "A la
enfermera profesional se le solicita que acuda para organizar, delegar responsabilidades, y supervisar
a las mujeres bajo su cuidado, y también deberá permitir que algunas auxilien a otras. La autoayuda
y la que se preste a las compañeras serán muy importantes para la embarazada en caso de un
desastre."20
White sugirió que durante una catástrofe, el parto y el nacimiento normales constituyen prioridades
de poca importancia, y que las mujeres pueden recibir mayor atención en su hogar con el apoyo de su
familia, y así no estar tan expuestas a los peligros de una infección.21
Apoyo y auxilio en el trabajo de parto
Las necesidades de una mujer en trabajo de parto son esencialmente de apoyo.22 El nacimiento es un
proceso fisiológico normal y las medidas asistenciales para facilitarlo pueden evitar muchos
problemas. Si la mujer ha recibido líquidos y calorías en cantidades adecuadas, ha orinado en forma
periódica, reposado y sus signos vitales son estables, la enfermera puede estar tranquila por el estado
de la paciente. Si el bebé se mueve periódicamente y su frecuencia cardiaca es de 120 a 160 latidos
por minuto también puede sugerir seguridad respecto de su estado. En estos casos, puede permitir
que el trabajo de parto continúe hasta el nacimiento sin ninguna preocupación. En algunas mujeres
este lapso puede ser de 24 horas o más.
En muchos casos el trabajo de parto puede ser atendido adecuadamente sin realizar la valoración
vaginal durante la evolución del mismo. Los signos físicos y de comportamiento en la transición del
trabajo de parto activo al inminente alumbramiento se describen en el Recuadro 6-2 denotan la
evolución del proceso.
RECUADRO 6 - 2 Signos de trancisión y nacimiento inminente.

Transición

Mayor agitación, irritabilidad e inquietud


Mayor aprensión
Resistencia al tacto
Hipo o vómito
Menor atención y concentración en las contracciones
Sensaciones alternas de frío y calor
Temblor en las piernas
Sudoración profusa con gotas sobre el labio superior o en el entreojo
Desaliento abrumador por la evolución-"ya no puedo más."
Dificultad para relajarse debido a las contracciones
Aumento de la hemorragia

Nacimiento

Detención involuntaria de las expiraciones o gemidos con las contracciones


Deseo de defecar
Deseo imperioso de "pujar"
"Afloramiento" del orificio anal
Abombamiento del perineo
Coronación de la cabeza del bebe
La mujer dice "mi hilo esta naciendo"

Un aumento de la temperatura de la madre superior a 37.0°C; el incremento de la presión arterial,


mayor de 30 mm Hg. para la sistólica o 15 mm Hg. para la diastólica; sangrado rojo brillante por la
vagina; o signos de choque indican el sufrimiento de la misma. El sufrimiento fetal puede conocerse
por la presencia del líquido amniótico verdoso, manchado de meconio. la ausencia de los latidos del
corazón o la inmovilidad del feto durante un lapso de 24 horas. En cualquiera de estas situaciones
deben hacerse intentos para trasladar a la madre a una institución que pueda atender estas
complicaciones. Si es imposible la transferencia, podrán brindársele medidas de apoyo, mientras se
espera que comience el trabajo de parto.
Alumbramiento de urgencia
Para el momento en que aparecen los signos del inminente alumbramiento (véase el recuadro 6-2) es
importante haber identificado a la persona que asistirá en tal situación, acumular el equipo necesario
(Recuadro 6-3) y limpiar y preparar un sitio privado para el nacimiento. La enfermera puede sentir
tranquilidad al saber que muchos bebés nacen con el mínimo de asistencia o sin ella. Si las
enfermeras carecen de experiencia obstétrica no conviene que confíen demasiado en sus capacidades.
Si existe alguna duda de lo que debe hacerse o si la enfermera no entiende lo que ocurre, la
recomendación de White es estar presente y no emprender medida alguna hasta que sea realmente
evidente y necesaria.21 Es necesario recordar que lo primero es no dañar. Los cinco principios
siguientes para partos de urgencia ofrecen a la enfermera orientación subsecuente:
1. Tranquilice a la mujer.
2. Procure que el medio en que se encuentre, sea seguro.
3. Controle la expulsión.
4. Reanime al bebé.
5. Controle el sangrado.
6. Emprenda medidas de restablecimiento para madre e hijo.
RECUADRO 6 - 3 Equipo para Darlo de urgencia

Material absorbente limpio y seco para limpiar a la madre y secar el cuerpo del bebé
Mantas para la madre y el bebé (calientes, si es posible)
Jabón y agua
Tijeras, navaja de rasurar u hoja de afeitar estériles (pueden hervirse o esterilizarse en una llama)
Toallas sanitarias o material absorbente
Pañales y ropa de bebé
Cajones de escritorio o cajas revestidos con mantas a manera de cuna
Identificación del bebe (cinta adhesiva con el nombre de la madre)
Dos piezas de material fibroso para anudar el cordón umbilical (cordón de zapatos, fragmentos de tela de
algodón)

Tranquilice a la mujer
Si la enfermera se ha encargado de la asistencia durante el trabajo de parto, tranquilizar a la mujer
debe constituir una continuación de la relación establecida; si la enfermera no es conocida de la
madre o a llegado recientemente a la escena de los hechos, es importante que procure sosegar a la
mujer, a efecto de que ésta sienta que la enfermera es capaz y puede prestarle auxilio cuando lo
necesite: "Me llamo Josefina y voy a ayudarla. ¿Cómo se llama usted?" El tono de su voz debe ser
tranquilo, casi hipnótico y los modales, calmados. Todo esto trasmite tranquilidad a la madre, a las
demás personas que intervienen y a la propia enfermera. No deje de hablarle a su paciente e
indíquele lo que ocurre paso por paso. El proceso anterior es útil también para que la enfermera
esclarezca lo que necesita hacerse.
Si la situación está fuera de control, la enfermera debe de establecer el orden. Valorar la situación y
asignar brevemente tareas a personas especificas (por ejemplo, conseguir equipo o sostener la cabeza
de la embarazada). Al combinar las palabras con las acciones, la enfermera debe generar una
atmósfera sosegada y ordenada. También es importante orientar la atención de la parturienta en el
sentido de que aplique las instrucciones que reciba. Mantener un contacto visual brinda apoyo a la
paciente y aumenta su colaboración durante el alumbramiento. Es conveniente darle a la madre
instrucciones sencillas, específicas y claras, llamarla por su nombre de pila con el propósito de captar
su atención.
Procure que el medio en el que se encuentre sea seguro
La enfermera debe acompañar a la madre a una zona privada y limpia para que de a luz. Si es
necesario utilizar el suelo, se colocarán previamente sábanas limpias o las propias ropas de la
parturienta. Habrá que quitarle su ropa interior y toda prenda ajustada. Se colocará a la mujer en
posición de semi-decúbito con la cabeza y los hombros de manera que la enfermera pueda conservar
un contacto visual mientras logra tener acceso al perineo. Recuerde, no deje de hablarle a la
parturienta. Designe a una persona específica para que reúna todo el material que pueda necesitar,
lávese las manos, pues una de las máximas prioridades es lograr la mayor limpieza posible. El
nacimiento no es un proceso estéril, se debe procurar por todos los medios no introducir bacterias en
el conducto del parto. Si el tiempo lo permite, lave el perineo de la parturienta con jabón y agua.
Control de la expulsión
Una vez que aparece la cabecita del bebé en la abertura vaginal, si la mujer no ha estado pujando con
sus contracciones, habrá que alentarla para que lo haga. Si ella controla la expulsión, se deberá
reforzar el patrón de empuje; si ella está fuera de control habrá que establecer un patrón de respuesta
a las órdenes de la enfermera, por ejemplo, "Puje 2, 3, 4, 5. Ahora respire y puje de nuevo". Una vez
que el perineo se adelgaza y distiende y la cabeza está coronando, el nacimiento comienza realmente.
Aliente a la mujer para que jadee o expulse aire en este último esfuerzo y deje que la fuerza de la
contracción uterina haga que nazca la cabeza. La enfermera también puede hacerla pujar después de
la contracción, si es necesario, para que nazca por completo la cabeza. Conforme esta última se haga
más visible con las maniobras de empuje, coloque la palma de la mano y sus dedos sobre la cabeza.
Con cada contracción e impulso habrá que oponer resistencia suave al progreso de la cabeza mientras
sale. Es importante no detener al bebé sino más bien permitir que su cabeza empuje lentamente las
manos conforme sale. Este procedimiento aminora la posibilidad de desgarres al coronar la cabeza y
después nace el bebé.
Mientras el niño gira la cabeza en dirrección a uno de los muslos de la mujer, habrá que palparla en
la base del cuello en busca del cordón umbilical, y una vez identificado éste, se debe tirar
suavemente de él para tener un mayor agarre. En este momento puede elevarse el cordón por sobre la
cabeza del producto o dejar que se deslice sobre los hombros del pequeño conforme nace. Si el
cordón está muy tenso puede ser necesario colocarle dos pinzas o anudarlo en dos sitios, cortarlo
entre las pinzas y después desenrollarlo antes de que salga el resto del cuerpo.
Este es el momento en que nacen los hombros. Hay que retirar o limpiar todo el liquido de la carita
del bebé con la mano o con un lienzo limpio. Coloque las manos a cada lado de la cabecita, sobre las
orejas. El siguiente paso es ejercer una tracción suave y descendente a la cabeza hasta que el hombro
anterior y la axila aparezcan en el orificio vaginal. Después, aplique tracción ascendente para
levantar el hombro posterior sobre el perineo.
El cuerpo nace al deslizar las manos la enfermera hasta el dorso y el tórax mientras sostiene los
brazos del pequeño cercanos al cuerpo. Si los brazos no se mantienen plegados pueden desgarrar al
perineo el cual de otro modo permanecerá intacto. A veces se necesita tirar del tronco para completar
el nacimiento, porque el cuerpo quizá no se deslice adecuadamente por el perineo intacto. Conforme
nace el cuerpo, deslice una mano para palpar los glúteos en tanto que con la otra se sostenga la
cabeza. Se necesita conservar esta última en plano bajo. Recuerde que el bebe está húmedo y
resbaloso. coloque al pequeño sobre el abdómen de su madre, o en uno de sus costados con la cabeza
hacia abajo, para facilitar la salida de moco de su boca y nariz. incite a la madre para que sostenga a
su hijo.23
Reanimación del bebé
Antes de que nazca el cuerpo, trate de eliminar el líquido de boca y nariz del pequeño Conforme
nace el bebe, mantenga su cabeza hacia abajo para facilitar el drenaje de las fosas nasales y la boca.
Él solo puede expulsar las secreciones de su vías respiratorias o utilícese una jeringa con perilla, si se
cuenta con ella. Seque al pequeño y colóquelo directamente sobre el vientre de su madre, y después
cúbralos a ambos con mantas calientes y secas. Puede evitarse el impacto del frío si se conserva seco
y cubierto al bebé. La cabeza al descubierto es la que más contribuye a la pérdida de calor. En un
parto y nacimiento normales y sin medicamentos, la tensión de llegar al mundo genera suficiente
estímulo para que la criatura comience a llorar. La estimulación suave, de secar el cuerpecito, dar
masaje a su dorso y tórax o golpear suavemente los pies, puede ser de utilidad. Evite aplicar
métodos, como el frotamiento vigoroso de su columna, sostenerlo por los pies y golpearle los glúteos
o sumergirlo alternativamente en agua fría y caliente, ya que pueden ser potencialmente dañinos y
hacer que el bebé entre en choque.
Si se necesitan técnicas más intensivas, por ejemplo, la respiración de boca a boca para un neonato
requiere que la enfermera cubra la boca y la nariz del bebé con su boca, en tanto emite bocanadas
suaves de aire. (Una bocanada es la cantidad de aire que uno puede contener en los carrillos). El
masaje cerrado del tórax y corazón se logra fácilmente al colocar una mano debajo del tórax, y
comprimir esta zona con los dedos índice y medio de la otra colocada sobre el esternón. El ritmo
respiratorio deseado es de 30 respiraciones por minuto y la frecuencia cardíaca de 120 latidos por
minuto, es decir, una proporción de función cardiaca y respiratoria, de 4:1.24
Controle la hemorragia
Una vez estabilizado el bebé incite a la madre para que lo acerque a su seno. El comportamiento
explorador del pequeño en busca del pezón basta para estimular la liberación de oxitocina, la cual
causa después contracciones uterinas y facilita el desprendimiento de la placenta. Los signos de esta
situación son la salida de un chorro de sangre por la vagina, el alargamiento del cordón, y ascenso
del fondo del útero en el interior del abdomen. Es importante no apresurar la extracción de la
placenta y a veces se necesitan de 5 a 30 minutos para que se separe. La placenta no desprendida no
sangra. La enfermera debe colocar una mano sobre la sínfisis del pubis para sostener el útero, y pedir
a la parturienta que puje. Tome con su mano el cordón cerca del orificio vaginal, y aplique en él
tracción descendente suave hasta que aparezca la placenta, para después elevar la placenta
extrayéndola de la vagina por medio del cordón. Es importante sujetar las membranas suavemente
para que salgan con facilidad. Si existe alguna resistencia, solicite a la mujer que tosa o puje,
mientras usted las extrae.
Una vez que ha nacido la placenta, habrá que dar masaje suave al fondo del útero hasta que esté
firme. No debe darse masaje al fondo firme ya que puede ocasionar fatiga y relajación muscular. El
útero controla la hemorragia del sitio de la placenta al ocluir los vasos abiertos, entre las fibras
musculares contraídas. Si el útero no se contrae, se da masaje al fondo, y después se le toma entre las
dos manos, una en el fondo y la otra por arriba de la sínfisis, para aplicar la compresión con ambas
manos. La hemorragia por desgarres de la vagina o el perineo puede cohibirse con un apósito a
presión hecho de varias servilletas, o papel sanitario. Pida a la mujer que cruce las piernas para
ejercer una presión constante.
Emprenda medidas de restablecimiento para madre e hijo
No es necesario cortar inmediatamente el cordón umbilical del bebé. Los vasos umbilicales se
cierran con el nacimiento, y la sangre estancada coagula pronto. El cordón puede ser prensado o
atado con material limpio, fuerte y fibroso como cordones de zapatos hervidos o tiras de tela de
algodón. Debe ser prensado o anudado en dos sitios, y después cortado entre las dos pinzas para
evitar la pérdida de sangre del bebé. Es esencial que las tijeras, la navaja o la hoja de afeitar estén
estériles, para evitar el tétanos del neonato, enfermedad que puede causarle la muerte. El instrumento
cortante puede hervirse o calentarse con flama directa. La placenta puede ser envuelta junto con el
bebé hasta que se consiga equipo estéril. Una bolsa de plástico para la placenta reduce las
dificultades.
Observe si la mujer presenta signos de hemorragia. Puede enseñársele la forma de revisar su útero y
darse masaje si éste continúa relajado. No es raro que en un principio empape una o varias toallas
sanitarias, por hora. Ella pronto sentirá hambre, sed y cansancio, debe pasar un momento con su hijo
y su familia; se le instará a orinar y también se le permitirá que repose.
Además de que el bebé debe estar caliente y seco, necesita tener una oportunidad para succionar
leche en los primero 30 minutos de vida. Después dormirá unas dos horas, y en este lapso no
reaccionará fácilmente a los estímulos. Los órganos y aparatos del neonato están en fase de
adaptación a la vida extrauterina, y por tal motivo hay que reducir al mínimo cualquier tensión
adicional (por ejemplo, el bebé no necesita un baño). En la muñeca o el tobillo del pequeño puede
fijarse un fragmento de cinta con el nombre de la madre o un trozo desgarrado de su ropa (de
preferencia alguna etiqueta característica) en caso de separar a uno del otro.
Medidas de auxilio posparto
La mujer que ha dado a luz pasa por un periodo de corrección rápido de los cambios anatómicos y
funcionales del embarazo (no hay que olvidar que el nacimiento de un niño es un proceso normal del
cuerpo). Habra que permitírsele dormir y evitar que se prive de ingerir calorías y líquidos. La mujer
que ha tenido un parto normal puede cuidar de sí misma y de su hijo con una supervisión mínima.
Tal vez necesite auxilio para caminar inmediatamente después del parto, pero pronto lo hará sin
ninguna dificultad.
La enfermera puede tranquilizarla al indicarle que la emisión frecuente de grandes volúmenes de
orina es normal. En las primeras 24 horas su flujo vaginal será abundante (una o dos toallas intimas
cada dos horas) pero poco a poco cederá hasta llegar a una cantidad menor en cuestión de dos o tres
días. Para el segundo o tercer día le bajará la leche, pero el bebé necesita sólo el calostro que ella ya
secreta. Para el tercer día la madre tendrá un movimiento intestinal normal.
Es importante observar si la paciente presenta signos de infección (fiebre) y hemorragia (pérdida
hematica taquicardia hipotensión). La posibilidad de infección disminuye si la enfermera se lava las
manos antes de administrar los cuidados asistenciales y realizar la limpieza perineal frecuente con
cambio de toallas o apósitos. La posibilidad de hemorragia disminuye si la mujer amamanta a su
hijo, frecuentemente no se da masaje al fondo uterino si está firme.
La vinculación es un proceso por medio del cual la madre y su familia se identifican con el bebé y lo
aceptan. Durante todo el proceso obstétrico se permitirá a los familiares que participen activamente
en la consolidación de dicho proceso, en la medida en que lo desee la parturienta. En caso de un
incidente con saldo masivo de víctimas, la separación de la familia es un hecho estresante. La
vinculación puede facilitarse si el bebé permanece con su madre, y se permite que ella y sus
familiares dispongan de tiempo para estar con él, sin perturbación alguna, señalando las conductas
normales y los rasgos hereditarios del pequeñín. Hay que felicitar a la mujer por su activa
participación en el parto.
Atención del neonato
El neonato necesita apoyo para adaptarse a la vida extrauterina. Tan pronto él comienza a sentir
hambre, habrá que darle el pecho y esta práctica continuará conforme él lo solicite (cada dos 0 cuatro
horas). El amamantamiento asegura que el pequeño cuente fácilmente con una cantidad de leche
estéril para su adecuada nutrición. Si el amamantamiento no constituye el método planeado de
alimentación, el bebé puede recibir un biberón tan pronto se haya superado la crisis.
La prevención de la hipotermia también es esencial. El bebé debe permanecer caliente, seco y a salvo
de corrientes de aire. El cuerpo materno es una fuente excelente de calor constante, por ello la madre
puede conservar consigo al pequeño hasta que se torne más activa. Después puede hacerse una cunita
con alguna caja o un cajón de escritorio.
Se necesita vigilar el consumo y las excreciones del pequeño. La ingestión de líquidos y alimentos
quizá sea la adecuada si duerme cuando menos dos horas entre una y otra comida, y orina seis veces
al día. El bebé amamantado a menudo defeca después que ha sido alimentado.
La embarazada que no está en trabajo de parto
La embarazada que no está en trabajo de parto a menudo acude a un sanatorio o a una unidad de
auxilio médico en busca de sosiego o para que le brinden ayuda. Es importante tranquilizarla
respecto al estado del producto y regresarla a su hogar con sus familiares, será oportuno ese
momento para recomendarle que evite multitudes, niños enfermos y peligros ambientales, como
sustancias tóxicas y radiación. También puede sugerírsele la práctica de algunas tareas que se
encuentren dentro de sus capacidades físicas, lo que implica la exclusión de levantar objetos pesados;
esfuerzo agotante o exponerse a contraer infecciones, o entrar en contacto con sustancias tóxicas o
radioactivas.
Embarazo con complicaciones
Al ocurrir un suceso que arroje un saldo masivo de víctimas, la enfermera encargada de la tercera
prioridad puede ser la responsable de atender a mujeres que sufren alguna complicación en el
embarazo. Estas mujeres deben ser enviadas a un lugar donde se les brinde atención especializada,
tan pronto como sea posible. A pesar de ello, no es raro que la enfermera dentro de un refugio o
albergue cuente con el mínimo de suministros y elementos de auxilio para las embarazadas
gravemente enfermas que tenga que atender. En estos casos debe conocer algunas de las
complicaciones obstétricas más comunes.
Hemorragia del primer trimestre
La hemorragia en el primer trimestre puede ser motivada por diversos factores. Muchas mujeres
pueden tener sangrado en la implantación, que suele ser mínimo y no produce síntomas adversos.
Este tipo de sangrado cede por sí solo y desaparece en término de uno o dos días. La causa más
común de salida de sangre de color rojo intenso por la vagina en los comienzos del embarazo se
presenta con la amenaza de aborto o en el aborto real del feto. Una vez iniciado el proceso es casi
imposible revertirlo. La enfermera tiene como tarea brindar apoyo emocional y físico en esta
particular situación.
El diagnóstico diferencial es difícil y quizá imposible en un refugio para situaciones de emergencias.
Toda mujer que presente hemorragia vaginal profusa se torna una paciente de primera prioridad, y
hay que llevarla tan pronto como sea posible a una institución idónea. Si lo anterior no es factible o
puede retrasarse el transporte, es importante conocer las siguientes medidas prácticas para tratar el
choque:
1. Coloque a la mujer en la posición más deseable funcionalmente.
 Eleve su cabeza con una almohada.
 Conserve horizontal el tronco.
 Eleve sus piernas unos 20 a 30° de tal forma que las rodillas estén rectas. (En el
segundo y tercer trimestre de embarazo hay que colocar a la mujer sobre su costado.)
 Evite colocar a la mujer en posición de Trendenlenburg, con la cabeza baja (después
del incremento inicial de la corriente sanguínea al cerebro un mecanismo
compensatorio reflejo ocasiona la vasoconstricción que disminuye el flujo hemático.
También los órganos abdominales en la posición con la cabeza baja tienden a
comprimir el diafragma, lo cual provoca disnea y ventilación inadecuada).
2. Conserve caliente a la persona.
3. Tranquilicela y muestre confianza para disipar sus temores.
Hemorragia vaginal a finales del embarazo
La línea divisoria entre el aborto y el trabajo de parto prematuro lo constituye la vigésima semana de
gestación. La hemorragia vaginal durante la segunda mitad del embarazo (después de la vigésina
semana) se observa aproximadamente en 3%, de los embarazas. El síntoma es anormal y va
acompañado de un mayor riesgo para la madre y al feto. El sangrado vaginal puede provenir de la
mujer o del feto, pero con mayor frecuencia depende de anormalidad placentaria o de una lesión en
el conducto de la reproducción. La tabla 6-6 compara los datos que surgen en los dos problemas
placentarios más comunes: 1) placenta previa 2) separación prematura de la placenta (abruptico
placenta).
TABLA 6 - 6 Comparación entre placenta previa y separación prematura de placenta

Placenta previa Separación prematura de placenta


sin dolor Dolor constante
sangrado rojo brillante Sangrado rojo obscuro
Hemorragia visible Hemorragia oculta
Tono normal del útero Útero tenso
Choque correspondiente a la pérdida hemática Choque no congruente con la pérdida visible de sangre

Generalmente, toda mujer con sangrado vaginal rojo vivo, sin dolor, en la segunda mitad del
embarazo, debe ser estudiada por la sospecha de placenta previa, hasta que se corrobore lo contrario.
No conviene practicar tacto vaginal en la embarazada que sangre por la vagina, pues existe siempre
el peligro de introducir los dedos en la placenta previa y causar hemorragia incontrolable. Debe
suponerse que al margen de la causa este sangrado en cuestión es un signo y requiere atención
médica inmediata. Es necesario llevar a estas mujeres a un área de primera prioridad tan pronto como
sea posible, en tanto se les administran medidas de apoyo y contra el choque. Una vez más es difícil
el diagnóstico diferencial en un albergue, pero la enfermera no debe descartar la posibilidad de que el
dolor abdominal intermitente que se acompaña de salida de sangre y moco por la vagina sugiera el
"tapón mucoso" del trabajo de parto.
Parto pretérmino
El parto prematuro puede definirse como las contracciónes uterinas regulares con dilatación cervical
progresiva después de la vigésima semana de gestación y antes de la trigesimoséptima. En un refugio
de urgencia los métodos para detener el parto serían puramente prácticos, porque no se cuenta con
los medicamentos adecuados. Cabe intentar cinco medidas prácticas para detener el parto
pretérmino:
1. La ingestión de 60 a 120 ml de un licor o cualquier tipo de bebida alcohólica fuerte puede
aminorar o detener las contracciones uterinas. También hay que instar a la persona a que
ingiera líquidos en abundancia, como agua o jugos.
2. Es esencial que la mujer suspenda toda actividad, no esté de pie, y repose.
3. El entorno debe ser lo más quieto y tranquilo y propio para el reposo, como sea posible.
4. La aplicación local de calor puede hacer más lentas las contracciones uterinas (un baño
caliente, un botellón de agua caliente o un cojincillo calórico).
5. Algunas veces la elevación de las caderas también hace más lentas las con tracciones
uterinas al alejar el peso del bebé del cuello uterino; este procedimiento quizá no tenga muy
buenos resultados, pero en una situación de urgencia es necesario explorar todas las
posibilidades.
Traer al mundo a un bebé pretérmino fuera de un hospital es peligroso. La principal preocupación es
proteger su frágil cabeza. Lo mejor que puede hacer la enfermera en una emergencia es intentar la
expulsión lenta y controlada de la cabeza para disminuir el riesgo de un traumatismo.
Si el neonato es viable, la principal consideración que debe tenerse en cuenta es la de conservar su
temperatura corporal. Los prematuros padecen fácilmente en hipotermia porque sus reservas de grasa
son insuficientes. Después de secar su cuerpecito colóquelo directamente sobre el vientre de la madre
y cúbralos a ambos. La placenta puede envolverse con ellos para brindar más calor. Es importante
cuidar que la cabecita del bebé esté cubierta siempre (se pierde calor más rápidamente por la cabeza,
ya que es la zona del cuerpo de mayor superficie en un infante pretérmino).
Después de lo anterior, haga una cunita, para ello puede utilizar dos cajas de cartón una detro de la
otra. Recubra la caja interior con mantas y coloque botellones de agua caliente entre una y otra cajas
para generar calor. También puede emplear un cajón de escritorio u otro receptáculo semejante en el
que quepa el bebé y entre más pequeña sea, mejor conservara éste el calor. Es importante manipular
al pequeñolo menos posible.
Los bebés pretérmino tienen dificultad para conservar sus niveles de glucemia. Con un gotero puede
administrársele agua azucarada, (una cucharada de azúcar por 2 litros de agua). En lugar de azúcar
sirven la melaza o la miel. Si el bebé está en capacidad de succionar el seno se le deberá instar a que
lo haga. Esta alimentación puede ser complementaria al agua azucarada.
Hipertensión inducida por el embarazo (preclampsia)
La hipertensión se define como presión arterial de 140/90 o un incremento de 30 puntos en la
sistólica y 15 puntos en la diastólica en relación con la presión básica o normal de la mujer. La
protenuiria y la fuga de líquidos del tercer espacio están relacionadas también con la hipertensión
durante el embarazo. En una urgencia puede brindarse atención adecuada, pues muchas de las
medidas son de orden práctico y no de carácter médico, y están diseñadas para evitar las
convulsiones. La primera medida por adoptar será controlar el ambiente. Es necesario evitar la
estimulación excesiva de la mujer. Se reducirá su actividad y en circunstancias ideales debe gozar de
largos períodos de reposo, de preferencia acostada sobre su lado izquierdo. También hay que instarla
a que ingiera líquidos, a fin de asegurar la función óptima de sus riñones.
En una emergencia quizá no resulte fácil mantener una nutrición adecuada, pero deben hacerse todos
los esfuerzos para que la embarazada hipertensa reciba una dieta calórica adecuada, especialmente en
proteínas. Las proteínas plasmáticas modifican el movimiento de líquidos intravasculares y
extravasculares, de tal forma que son útiles para que el organismo elimine el exceso de agua.
También debe mantenrse el consumo normal de cloruro de sodio, pues es un elemento esencial
importante en el equilibrio del agua y de los electrólitos. Sin embargo, el consumo excesivo de
cloruro de sodio contribuye a una mayor retención de agua, lo cual puede empeorar un problema de
hipertensión.
Las embarazadas hipertensas (con edema facial manifiesto) deben ser vigiladas de forma constante
por si presentan signos de preeclampsia grave. Los síntomas de peligro que pueden identificarse
fácilmente en un refugio de emergencia incluyen:25
 híperreflexia-especialmente con clono.
 cefaleas (frontal u occipital, -que generalmente no responden a las medidas que suelen ser
eficaces)
 alteraciones de la visión, -como: visión borrosa, escotomas, centelleo o manchas ante los
ojos.
 dolor epigástrico.
 oliguria-menos de 500 ml de orina en 24 horas.
Una vez más, la disminución de los estímulos ambientales es la mejor forma de tratar la hipertensión
hasta que la mujer pueda ser enviada a un área de segunda prioridad. Si ella comienza a tener
convulsiones habrá que hacer preparativos para auxiliar en un parto rápido, espontáneo o precipitado.
La hipertensión se acompaña de un mayor riesgo de separación placentaria repentina. Disminuye la
corriente sanguínea al útero, lo cual puede ocasionar la falta de oxígeno y de nutrientes al feto, y por
tal motivo, es esencial la valoración del bienestar fetal. En una emergencia, la valoración clínica
puede ser difícil, si nadie puede auscultar o observar al feto por medios electrónicos. Otro método
para evaluar el bienestar fetal es advertir la frecuencia de sus movimientos. Solicite a la madre que
lleve un registro del número de veces que su bebé se mueve durante el día. Un producto sano y bien
adaptado debe moverse cuando menos 12 veces al día.
Trabajo de parto y expulsión anormales
El parto disfuncional es todo aquel que no cumple con algunos de los criterios cronológicos en
cualquiera de sus fases. Para la enfermera que no está especializada en obstetricia, los criterios que
pueden utilizarse para valorar el bienestar de la madre y el feto durante el proceso de trabajo de parto
incluyen:
 La mujer no presenta signos de agotamiento.
 Los latidos cardiacos del feto siempre son de 120 a 160 latidos por minuto sin una baja
importante en el ritmo durante una contracción o después de ella.
 El movimiento fetal es aparente.
El trabajo de parto puede durar más de 24 horas. Si existen indicaciones del bienestar de la madre y
el feto, el plan de atención debe incluir reposo, líquidos, calorías y una actitud paciente. El parto
disfuncional se acompaña de una mayor incidencia de complicaciones y muerte del binomio
maternofetal. Si no hay evolución del proceso y la madre o el feto muestran signos de malestar, es
conveniente enviar a la madre a un área de segunda prioridad.
La presentación de nalgas se acampana de un riesgo tres a cuatro veces mayor para el bebé, que la
presentación de vértice o cefálica. El traumatismo del parto y la anoxia debido a la compresión
prolapso del cordón son dos factores que explican la mayor tasa de morbilidad y mortalidad
perinatal. Cuando se presente un parto de nalgas en una situación de urgencia, la enfermera no debe
tratar de manipular, tirar o aplicar otras maniobras al bebé y permitirá que las contracciones naturales
expulsen el cuerpecito sin recurrir a tracción o manipulación de ninguna índole. Básicamente no
debe tocar al pequeño hasta que éste no haya nacido por completo. La manipulación realizada por
alguna persona inexperta en técnicas de este tipo puede ocasionar más mal que bien.
El nacimiento de urgencia en un embarazo múltiple de cierta manera comprende las mismas
actividades y criterios que se siguen en un parto de nalgas. Los gemelos nacen de la misma forma
que un sólo bebé, es decir, uno a la vez, de tal suerte que se aplique la misma técnica obstétrica21. Sin
embargo, los gemelos suelen ser prematuros y uno de ellos a menudo nace en posición de nalgas. De
ser posible la parturienta debe ser remitida a un área de segunda prioridad.
La posibilidad de óbito fetal intrauterino es muy grande en desastres naturales y emergencias en las
que probablemente la madre haya sufrido lesiones. Una vez que se confirma razonablemente que el
feto ha muerto (por ejemplo, pérdida de los latidos cardiacos y cese de movimiento) la enfermera
tiene la responsabilidad de apoyar a la madre, en su estado físico y emocional. Debe ser honesta con
ella y siempre transmitirle sus sospechas respecto a la condición del bebé. Permita que exprese su
pena y desahogue sus emociones. Hay que brindarle todo el apoyo posible y también orientación
positiva en tanto afronta la tragedia. Si la enfermera no puede permanecer con ella, habrá que asignar
a una persona para que la acompañe en ese lapso.
En los casos en que el bebé nace muerto debe permitirse a los familiares que desahoguen su pena en
la forma que ellos prefieran. Ver al pequeño, sostenerlo, besarlo, tomarle fotografías y despedirse de
él, se han descrito como actitudes necesarias para que los padres expresen su aflicción.
Quizá los padres deseen bautizar al pequeño. El bautismo puede efectuarlo cualquier persona
siempre y cuando lo practique con propiedad. Se realiza al vaciar agua sobre la piel desnuda del
bebé(sobre la cabeza, si es posible) en tanto que se pronuncian las palabras rituales "Yo te bautizo en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Esta forma exacta debe ser la que se utilice, pues
es la aceptada por mucho de los grupos cristianos que creen en el bautismo.21 Hay que llevar un
registro del bautismo que incluya la fecha, el nombre de los testigos y de la persona que llevó al cabo
el ritual.
Los signos manifiestos de la muerte del feto son el cese de movimientos por más de 24 horas, y la
desaparición de los ruidos cardiacos. Sin datos radiológicos o ultrasonográficos es difícil
diagnosticar el óbito con certeza; sin embargo, es razonable depender de la falta de movimientos y de
los latidos, si no hay otros medios para determinar lo ocurrido. Algunas veces el parto comienza
normalmente y nace el feto muerto sin causar efectos adversos a la parturienta. Sin embargo, el parto
quizá no comience espontáneamente, durante semanas o días después del óbito fetal. La retención de
un cuerpecito muerto conlleva riesgos, uno de ellos es la aparición de coagulación intravascular
diseminada, cuyo peligro aumenta si la madre ha tenido en el útero al feto muerto de dos a seis
semanas. La sepsis y las coagulopatías en la madre también son problemas preocupantes conforme
aumenta el lapso entre la muerte fetal y el comienzo del parto.
Tarea de la enfermera
Qué debe hacerse en una emergencia, dondequiera que ésta ocurra, es parte importante del papel de
la enfermera. La experiencia obstétrica no se incluye en la instrucción básica de enfermería, pero una
regla no escrita es que en una situación de urgencia la enfermera debe saber qué hacer.26 Se supone
que la enfermera en una situación de emergencia y de desastre debe asumir papeles que van más alla
de sus actividades profesionales diarias, y a menudo más allá de la preparación que recibió en su
programa básico de enseñanza. En caso de no contar con la dirección del médico, se espera también
que asuma las responsabilidades de atender a diversas víctimas, así como el mando de la situación y
que dirija las actividades de los auxiliares menos preparados.
La enfermera que algun día tiene que afrontar un desastre debe estar preparada para salir avante en
tal eventualidad, es decir, hacer una revisión de los recursos personales con los que cuenta. Debe
prepararse para atender partos de urgencia, revisar periódicamente los mecanismos del trabajo de
parto, las fases del mismo, y los signos de comportamiento del nacimiento inminente. Algunos
autores han publicado textos muy útiles que muestran paso a paso las maniobras por seguir durante
un nacimiento, los cuales pueden obtenerse fácilmente en librerías, junto con una colección de obras
referentes a los cuidados de la salud, o pedirse prestadas en alguna biblioteca.24 Las enfermeras
también deben conocer en detalle los recursos con que cuenta la comunidad y su programa contra
desastres.
Por supuesto, siempre será responsable de las acciones que se esperan de una persona razonable y
prudente con sus conocimientos y experiencia. Es necesario hacer todos los esfuerzos para buscar la
consulta y la asistencia médica, tan pronto sea posible. Hay que llevar un registro de las
observaciones y actividades realizadas. La información mínima concerniente a un nacimiento debe
incluir fecha, hora, sexo, nombre de los padres, complicaciones y la persona que atendió el parto.
La enfermera ante un nacimiento de urgencia, debe recordar que el bebe por lo general nace sin
ayuda. Si existen dudas respecto a lo que debe hacerse es mejor no hacer nada. La frase "en primer
término no dañar" siempre será una guía adecuada. Las medidas orientadas a proporcionarle
comodidad y el auxilio corporal ayudan a la madre a superar la experiencia del parto, pero las
principales contribuciones son la tranquilidad y el apoyo moral que le brinde la enfermera.
Referencias
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2. Baker DP: Trauma in the pregnant patient. Surg Clin North Am 1982;62; 275-289.
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trauma, in Buchsbaum HJ (ed): Trauma in Pregnancy. Philadelphia, WB Saunders Co., 1979, pp. 21-
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Red Cross, 1980.
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pp. 1198-1202.
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11. Meyer JE: "Clinical chemistry", in Abrams RS, Waxler P (eds): Medical Care of the Pregnant
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14. Stuart GCE, Harding PGR, Davies EM: "Blunt abdominal trauma in pregnancy". Can Med Assoc
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23. Jennings B: "Emergency delivery: How to attend to one safely". MCN, May/June 1979, pp. 148-
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24. Varney H: Nurse-Midwifery. Boston, Blackwell Scientific Publications Inc., 1980, pp. 587-599.
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26. Butnarescu GF, Tillotson DM: Maternity Nursing: Theory to Practice. New York, John Wiley &
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Lecturas sugeridas
Anderson CL: "Emergency delivery", in Sonstegard L, Kowalski K, Jennings B, (eds): Women's
Health. New York, Grane & Stratton Inc., 1983. vol 2, pp 185-191.
Barber HRK, Graber EA: Surgical Disease in Pregnancy. Philadelphia, WB Saunders Co., 1974.
Buchsbaum HJ: "Accidental injury complicating pregnancy". Am J Obstet Gynecol 1968; 102:752-
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Buchsbaum HJ: "Traumatic injury in pregnancy, in Barber HRK, Graber EA: Surgical Disease in
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Dolezal A, Figar S: "The phenomenon of reactive vasodilation in pregnancy". Am J Obster Gynecol
1965;93: 1137-1143.
Hogan A; "Bomb born babies". Public Health Nurs 1951;43:383-385.
Stafford PL: "Protection of the pregnant woman in the emergency department". JEN 1981;7:97- 102.

7. Asistencia a las víctimas de radiación


Audrey S. Bomberger, R.N., Ph.D
¡Desastre radiactivo! El sólo término trae a la mente imágenes de una devastación irreal.
Extrañamente, se piensa en los desastres radiactivos como algo que provoca menos víctimas que las
catástrofes masivas. ¿Pero qué hay respecto de aquellas personas que resultan afectadas por
contaminación radiológica accidental, es decir, el tipo de accidentes que ocasionan algunas víctimas,
cuyas lesiones se complican por la presencia de un bajo nivel de radiación? ¿Qué clase de cuidados
requieren? y, ¿Qué preparación se necesita para proporcionar el tratamiento apropiado en este nivel
de emergencia radiológica?
Pocos hospitales han tenido que proporcionar servicios y tratamiento a las víctimas de un accidente
radiológico en ausencia de una guerra nuclear. Más aún, es poco probable que muchos de los
hospitales reciban a personas afectadas en accidentes de radiación lo suficientemente graves como
para poner en peligro su vida. Un hecho más frecuente es la posibilidad de que reciban a un paciente
con traumatismos comunes, cuyo estado se ha complicado por la presencia de un bajo nivel de
contaminación o exposición radioactivo a consecuencia de accidentes de transporte, industrial,
minero o provocado por un reactor atómico. Los diversos medios de transporte (ferroviario, vial,
aéro y marítimo) utilizados para desplazar radioisótopos y productos de desecho industrial convierten
a esta categoría de transportación en la más propensa a sufrir accidentes de este tipo.
La Comisión Mixta Estadounidense de Acreditación de Hospitales (cuya sigla en inglés es JCAH) ha
exigido a sus miembros que formulen programas para afrontar desastres atómicos y protocolos de
tratamiento a las víctimas subsecuentes.1 De igual forma recomienda que los departamentos de
urgencias de estas instituciones busquen personas con experiencia y conocimientos en terminología
de radiación, los procedimientos del manejo de isótopos; la detección y evaluación de radiación, para
auxiliar en la formulación del plan de emergencia médica para casos de incidentes radioactivas
(abreviado en inglés, MREP). Las personas con esta especialidad pueden encontrarse en hospitales
en donde siempre se utilicen fuentes de radiación de forma rutinaria (por ejemplo, radiología,
medicina nuclear, patología clínica o en los departamentos de terapia con radiación).
Este capítulo provee un marco teórico para desarrollar un plan de emergencia médica en caso de
incidente radioactivo (PEMR) para tratar a las numerosas víctimas con este problema. Presentamos
los siguientes puntos:
 tipos y fuentes de radiación
 el manejo de una emergencia radiológica
 un sistema de clasificación utilizando el sistema médico estándar e información referente a
la radiación para clasificar a las personas que estuvieron en contacto con ésta
 técnicas de descontaminación
 componentes del PEMR
 el curso clínico de la enfermedad aguda provocada por la radiación
Aspectos generales
Una alumna de primaria que vivía en 1979, cerca de la isla de las Tres Millas, (sitio en donde ocurrió
una fuga de radiación de una planta atómica en 1979) definió a la radiación como "algo en el aire que
podría matarme".2 Su definición pudiera ser correcta, sin embargo, es la definición de un niño, y
necesita ampliarse para el uso de los adultos y los encargados de la asistencia médica.
Radiación nuclear
El término radiación puede utilizarse de diversas formas. La radiación nuclear es la emisión y
desplazamiento de energía a través del espacio o de una distancia determinada. Ocurre cuando los
átomos inestables se separan o se fisionan y producen partículas más pequeñas e inestables llamadas
fragmentos de fisión. El proceso se conoce como desintegración radioactivo, y al producto del
cambio se le denomina radiación nuclear.
El átomo inestable que sufre la desintegración radioactivo emite cuatro tipos de partículas: alfa, beta,
rayos gema y el neutrón (tabla 7-1)
La partícula alfa es la más grande de las cuatro, aunque también es muy pequeña. Estas partículas
que viajan algunos centímetros en el aire, son detenidas por una hoja de papel o por el tejido cutáneo
sin lesionarlo, excepto cuando una sustancia que emite partículas alfa permanece por largo tiempo en
contacto directo con los tejidos al descubierto; en este caso la radiación puede causar un daño
considerable o incluso provocar una enfermedad funcional.
TABLA 7 - 1 Comparación de las partículas alfa, beta y los rayos gama

Radiación Distancias que viajan en el aire Velocidad


Partículas Alfa 3.7 cm 37 Km/segundo
Partículas beta 200-800 cm 25%-99% de la velocidad de la luz
Rayos gama cientos de metros Velocidad de la luz (350 000 km/seg)
Fuente: NATO Handbook on the Medical Aspects of Nuclear, Biological and Chemical Defensive
Operations, AMedP - 6 Bruseels, Military Agency for Standardization (MAS), August 1973, p. 2-16.
La partícula beta más ligera y mucho más pequeña que la alfa, viaja algunos cientos de centímetros
en el aire y es detenida por una lámina de madera de una pulgada o una hoja delgada de metal. Puede
penetrar 0.33 cm en el tejido corporal y a semejanza de la alfa ocasiona enfermedad funcional en
caso de que una emisión importante de ella penetra en el cuerpo y permanezca en él.
Los rayos gama, semejantes a los rayos X, son ondas muy penetrantes e invisibles de energía
similares a la luz y a las ondas de radio. Viajan cientos de metros en el aire y son detenidas por una
capa gruesa de plomo o de concreto. La exposición a los rayos gama puede ocasionar daños graves.
Los neutrones son partículas aproximadamente del tamaño de un protón. Son producidos
principalmente en reactores nucleares utilizados para la investigación o la producción de energía y
viajan cientos de metros en el aire. Su curso es detenido por una masa de agua de varios metros de
profundidad o un concreto especial. La exposición a los neutrones puede ocasionar radiación en todo
el cuerpo similar a la causada por los rayos gama, con la diferencia de que depositan la energía de
manera no uniforme.3
Fuentes de radiación
La raza humana ha vivido siempre expuesta a la radiación producida por fuentes naturales. El origen
de ésta proviene del sol, las estrellas y otros materiales radioactivos naturales distribuidos en el suelo
y las rocas. Cada uno de estos elementos principales, como hidrógeno, potasio, y carbono naturales
tienen una pequeña parte radioactivo. El nivel de radiación natural varia de acuerdo con la
localización geográfica. Por ejemplo, la dosis de rayos cósmicos se duplica cuando la persona va del
nivel del mar hacia las grandes alturas, como las montañas.
Con el creciente desarrollo de la tecnología, los humanos han encontrado una gran variedad de usos a
la radiación, los cuales se suman a nuestra exposición diaria. Las partículas emisoras de rayos alfa se
utilizan en algunos detectores de humo y en las carátulas de relojes de pulso, de pared y otros
instrumentos luminosos. Las partículas beta se emplean en medidores industriales para determinar el
espesor de los materiales producidos, como medida de control de calidad, para el tratamiento médico
de algunos tumores o lesiones de la piel, y en muchos estudios científicos. Los rayos gama también
se aplican en la industria para control de calidad, en los aeropuertos para inspecciones de seguridad y
en la profesión médica para estudios de diagnóstico y el tratamiento de diversos procesos de
enfermedades seleccionadas.4
TABLA 7 - 2 Variables que afectan la magnitud de la lesión por radiación

No genéticas Genéticas
Dosis y rapidez de la exposición a la radiación Edad de la persona
Tipo de radiación Porciones irradiadas del cuerpo
Tejido expuesto Extensión irradiada del cuerpo
Tipo de radioactividad Variaciones biológicas
Radiación interna/externa

Efectos de la lesión por radiación


Los efectos de la lesión por radiación no dependen únicamente de la dosis o la cantidad de radiación
recibida, sino también de variables genéticas y no genéticas (tabla 7-2).
Un factor no genético que incide en la lesión por radiación es el poder de penetración del material
radioactivo. Por ejemplo, los rayos gama y los neutrones producen más lesión, ya que son más
penetrantes que las partículas alfa o beta. Otro aspecto por considerar es la cantidad de tejido
expuesto a la radiación y si la exposición fue interna o externa. En el primer caso habrá que tener en
cuenta la naturaleza radioquímica y la trayectoria biológica.
Los factores biológicos que afectan la sensibilidad en las lesiónes por radiación incluyen la edad de
la persona expuesta. La sensibilidad es mayor si los órganos están en etapa de desarrollo, de manera
que la radiación daña más fácilmente las células en fases de diferenciación y a las que están
experimentando divisiones rápidas. Por esa razón un adulto es más resistente a los efectos de la
radiación que un niño de corta edad o un lactante.
Cuando se irradia la porción superior del abdomen los efectos tienden a ser más severos que si se
expone cualquier parte del cuerpo de tamaño similar a la misma dosis y durante el mismo periodo.
Esta diferencia se debe a la presencia de órganos vitales en la mitad superior del abdómen. La
radiación de una porción pequeña de la superficie corporal tiene un efecto general mucho menor que
si se aplica una dosis igual a todo el cuerpo. La porción no radiada puede contribuir al
restablecimiento de la afectada. Aunque es posible determinar la dosis promedio de radiación que
produce algunos efectos, resulta imposible anticipar las respuestas individuales respecto a dicho
promedio.4
La sensibilidad relativa de un órgano a la lesión por radiación directa depende de los tejidos
individuales que lo componen. La tabla 7-3 incluye una lista de varios órganos en orden decreciente
de radiosensibilidad, y con base en la exposición relativamente directa a la radiación.
TABLA 7 - 3 Radiosensibilidad relativa de diversos órganos

Radiosensibilidad relativa Órganos


Alta Órganos linfoides, médula ósea, testículos y ovarios, intestino delgado.
Moderadamente alta Piel; cornea y cristalino; órganos gastrointestinales: cavidad, esófago, estómago,
recto.
Mediana Cartílago en crecimiento, vasos finos, huesos en crecimiento.
Moderadamente baja Cartílago o hueso maduros, pulmones, riñones, hígado, páncreas, glándulas
suprarrenales, glándula pituitaria.
Baja Músculo, encéfalo, médula espinal
Nota: Basada en la exposición relativamente directa a la radiación
Fuente: NATO Handbook on the Medical Aspects of Nuclear, Biological and Chemical Defensive
Operations, AMedP-6. Brussels, Military Agency for Standardization (MAS), August 1973, p. 5-8.

Medición de la radiación
Para concordar con los términos que se utilizan en otros campos de la ciencia las definiciones de las
unidades de radiación están pasando por un cambio. El cambio en cuestión ha sido introducido poco
a poco en los Estados Unidos y en otros países. La tabla 7-4 define los términos empleados para
medir la radiación.
Dosis máxima permisible
El Consejo Estadounidense de Protección y Mediciones de la Radiación (la sigla en inglés es NCRF)
es uno de los organismos que establecen la dosis máxima permisible (DMP) de radiación. Conforme
se han obtenido más conocimientos respecto a los efectos de la radiación a través de los años se han
cambiado las dosis mencionadas.
Los genetistas han calculado que la dosis promedio anual de radiación para las personas que viven en
los Estados Unidos es de 200 millirems por año.4 Dicho promedio no implica de ninguna manera un
nivel de dosis peligroso. El CNPR hace recomendaciones especificas para el trabajador dedicado a
ocupaciones riesgosas; el socorrista, y al individuo que desempeña trabajos no peligrosos.5 Sin
embargo, es necesario realizar todos los esfuerzos para que el nivel de exposición se mantenga lo
más bajo que pueda lograrse (ALARA).
Comparación entre exposición y contaminación
Es importante comprender la diferencia entre los términos exposición y contaminación en su
aplicación a la víctima de un accidente radiológico. La exposición ocurre en el sitio del accidente y
no es transferible. No representa peligro potencial para los socorristas. Sin embargo, las víctimas
contaminadas son las que llevan consigo las fuentes de radiación en forma de partículas de polvo o
líquido derramado. La contaminación radioactivo puede transferirse a otras personas, objetos o al
ambiente. Si existe alguna duda respecto a si la víctima ha sido expuesta o contaminada por
radiación habrá que tratarla siempre como si estuviera contaminada.
TABLA 7 - 4 Medidas de radiación

Unidad Definición
milirem (mrem) Medida básica de radiación para dosis equivalentes.
Un rem es igual a 1000 mrem
rad-unidad IS = Gray Dosis de radiación absorbida. Medida de la energía impartida a la materia por
(Gy) partículas ionizantes, por unidad de masa del material radiado en el sitio de interés
rem-unidad IS = Sievert Roentgen-equivalentes-hombre. La unidad o dosis
(Sv)
de cualquier radiación ionizante que produce el mismo efecto biológico que una
unidad de la dosis absorbida de rayos X común y corrientes
roentgen (R) (no se utiliza unidad de exposición a los rayos gama o X
como unidad) IS
Fuente: Bomberger AS. Dannewfelser BA: Radiation and Health: Principies and Practice in Therapy and
Disaster Preparedness. Rockville, Md, Aspen Systems Corp, 1984; Saenger EL (course director; Radiation
Accident Preparedness, Washington, DC, Edison Electric Institute, 1981.

Tipos de exposición
Se observan cuatro tipos de víctimas en accidentes nucleares:
1. Las que han sufrido exposición externa del cuerpo a la radiación (completa o parcial).
2. Las que han recibido contaminación externa del cuerpo o de las ropas por liquido o
materiales radioactivas de desecho.
3. Las que han sufrido contaminación externa del cuerpo, complicada con una herida.
4. Las que han recibido contaminación interna del cuerpo por inhalación o ingestión de
sustancias radioactivas.
Las víctimas con exposición externa completa o parcial de su organismo recibieron la exposición en
grandes dosis de radiación, pero no representan ningún peligro para quienes las atienden, para otros
pacientes o para el ambiente. Este tipo de personas son menos peligrosas que aquellas que se han
sometido a radioterapia o a una radiografía con fines de diagnóstico.
Las víctimas de contaminación externa en la superficie corporal o en las ropas por el contacto con
líquidos o materiales de desecho presentan problemas semejantes a aquellas que se encuentran
infestadas de parásitos. Es necesario poner en práctica las técnicas de aislamiento y limpieza
quirúrgicas antes de que el paciente penetre en el área de radiación de la zona de selección de
emergencia. El peligro potencial debe limitarse y eliminarse lo más pronto posible.
Las personas que presentan contaminación externa complicada con una herida constituyen un peligro
ambiental. Hay que tener cuidado de que no se contaminen los miembros del personal, otros
pacientes o el medio. La herida y las superficies vecinas deben limpiarse por separado y ocluirse
después de la limpieza. Si la víctima presenta tejido sucio aplastado puede practicársele
desprendimiento húmedo preliminar después de lavar la herida.
Las personas con problemas de contaminación interna provocada por la inhalación o la ingestión de
una sustancia radioactivo tampoco representan riesgos. Después de limpiar la menor cantidad de
material contaminado depositado en la superficie corporal durante la exposición al aire en el que
viaja la sustancia, las personas son tratadas como si fueran víctimas de intoxicación por productos
químicos. Es necesario reunir los desechos corporales y guardarlos a efecto de medir las cantidades
de núclidos para ayudar a determinar el tratamiento apropiado.4
Síndrome de Enfermedad por Radiación aguda
El síndrome en cuestión es consecuencia de la aplicación repentina de una gran dosis de radiación
por neutrones, rayos gama o ambos en todo el cuerpo. La reacción fisiológica en los humanos
depende especialmente de la dosis. El síndrome de radiación aguda se subdivide en hematopoyético,
gastrointestinal y del sistema nervioso central. La tabla 7-5 señala los efectos clínicos agudos en los
adultos sanos por exposición a una sola dosis fuerte de radiación en todo el cuerpo.
El curso clínico del síndrome por radiación después de una exposición importante de radiación
penetrante de todo el cuerpo, se caracteriza por cuatro fases sucesivas:
1. pródromo transitorio
2. fase latente
3. fase principal
4 restablecimiento
La primera fase que es la de pródromo transitorio, surge en cuestión de horas después de la
exposición y dura más de 48 horas. En ella pueden detectarse los síntomas siguientes: anorexia,
fatiga, fiebre, náuseas, transpiración, insuficiencia respiratoria y vómitos.
Esta primera fase va seguida de la etapa latente que es relativamente asintomática y puede durar
hasta dos semanas.
La tercera, que es la fase principal, también es sintomática y en ella pueden aparecer los síntomas
siguientes: agitación, anorexia, aspermia (falta de emisión de semen), ataxia, convulsiones, coma,
diarrea, desorientación, depilación (pérdida del vello corporal) eritema, fiebre, hemorragia, íleo,
infección, laxitud, bronceado, choque, debilidad y pérdida de peso. Dicha fase puede durar de dos a
seis semanas.
La fase final, o de restablecimiento completo sin lesiones residuales por el síndrome de radiación,
depende de la intensidad de la respuesta corporal a la exposición y de la dosis recibida.
TABLA 7 - 5 Efectos clínicos agudos de una fuerte dosis de radiación en todo el cuerpo en adultos
sanos

Dósis (límites)
Fase de la 0--100 rads -100-800 rads (limites letales bajos Más de 800 rads (límites
respuesta (limites supraletales)
subclínicos)
100-200 rads -200-600 rads 600-800 rads 800-3000 rads Más de 3,000
rads
Respuesta inicial
Incidencias 0-5% 5-50% 50-100% 75-100% 100% 100%
de náuseas y
vómitos
Tiempo de - 3-6 hr - 2-4 hr - 1-2 hr < 1 hr < 1 hr
asalto
Duración < 24 hr < 24 hr < 48 hr < 48 hr - 48 hr
Eficacia para 100% < 80% puede ejecutar puede realizar incapacidad incapacidad
combatir las labores de sólo labores progresiva progresiva
rutina; durante 6- simples de después de una después de
20 horas no rutina; labores de fase temprana de una fase
puede llevar a simples de capacidad para temprana de
cabo combate rutina; ejecutar una capacidad
sostenido ni incapacidad reacción heroica para ejecutar
actividades notable en la intermitente una respuesta
similares porción superior heroica
de los limites; intermitente
dura más de 24
horas.
similare
Fase latente
Duración más de 2 7-15 días de ninguno a 7 ninguno a 2 días ninguno
semanas aproximadament días aproximadament
e aproximadament e
e
Respuesta secundaria
Signos y ninguno leucopenia leucopenia intensa; púrpura; diarrea; fiebre convulsiones;
síntomas moderada hemorragia; infección; depilación perturbaciones; temblor;
después de 300 rads y dósis en el balance de ataxia,
mayores electrólitos letargia
Momento del 2 semanas ó de varios días a 2 semanas 2 a 3 días
inicio más
después de la
exposición
Periodo ninguno 4 a 6 semanas 5 a 14 días 1-48 horas
critico
después de la
exposición
Órganos y ninguno sistema hematopoyético vías SNC
sistemas que gastrointestinales
la
desencadenan
Hospitalización
Porcentaje ninguno < 10% hasta 90% 100% 100% 100%
Duración 45-60 días 60-90 días 90-120 días 2 semanas 2 días
Incidencia de ninguna ninguna 0-80% 80-100% 90-100% 90-100%
muerte
Tiempo 3 semanas a 2 meses 1-2 semanas 2 días
promedio de
la muerte
Terapia ninguna revisión transfusión de sangre, antibióticos, conservación del tratamiento
hematológic reposo balance de de apoyo
a periódica electrólitos
Fuente: Reimpreso del NATO Handbook on the Medical Aspects of Nuclear, Biological and Chemical
Defensive Operations, AMedP-6. Brussels, Military Agency for Standardization (MAS), August 1973, p. 6-8.

No se conoce medicamento o tratamiento especifico alguno para curar el síndrome de radiación; y


por ello las víctimas afectadas que han estado expuestas de cuerpo entero a neutrones o rayos gama
reciben tratamiento paliativo para asegurarles una mayor comodidad. El padecimiento mencionado
no es contagioso ni requiere de precauciones y aislamiento, salvo que la persona tenga heridas
abiertas ya que en estos casos cabe utilizar aislamiento inverso para proteger al paciente.
Asistencia en una emergencia nuclear
Cualquier emergencia puede manejarse adecuadamente si las personas involucradas comparten la
responsabilidad. Ninguna organización o instalación médica puede, por si sola funcionar como
entidad separada, pues las actividades deben ser integradas en un todo. En caso de un accidente por
radiación, las técnicas iniciadas en la escena de los hechos deben continuarse en todos los sitios en
donde se reubique a las víctimas y a sus pertenencias. Dicha integración requiere del establecimiento
de técnicas estandarizadas y una red de comunicaciones eficiente. Ésta incluye todas las actividades
relacionadas con el tratamiento en el sitio de los acontecimientos, la selección médica y la
transportación de las víctimas y su hospitalización (recuadro 7-1).
El manejo de actividades en el campo
La secuencia de las actividades en el sitio del desastre depende por completo de la situación que
prive en el mismo. Los primeros pasos incluyen normalmente las medidas para valorar rápidamente
la situación y solicitar auxilio. La evaluación incluye el reconocimiento de que existe una situación
peligrosa, por medio de la identificación visual de las etiquetas adheridas a los recipientes.
En presencia de radiación hay que reducir al mínimo las labores, hasta que llegue el grupo de
detección radiológica, y clausure inmediatamente el sitio del accidente. Mas aún, es necesario retener
a todas las personas y sus pertenencias en el lugar de los hechos para realizar un control radiológico
y cualquier tratamiento necesario. En una situación en que exista peligro de muerte para las víctimas
habrá de transportarse inmediatamente a éstas mientras se toman precauciones para el manejo seguro
de las personas contaminadas. Elabórese un registro de los pacientes y sus pertenencias en el sitio del
accidente.
RECUADRO 7 - 1 Manejo del sitio en donde ocurrió un accidente radiológico

Primera persona que responde (por lo general paramédicos o personal de las ambulancias)

 valorar la situación
 notificar a las autoridades
 restringir el área

Autoridades (el hospital que recibe a la víctima)

 notificar al personal de vigilancia radiológica


 notificar a las organizaciones apropiadas
 coordinar el sistema médico de urgencia

Es necesario efectuar la selección médica (véase capítulos 3 y 4). A semejanza de las víctimas con
traumatismo, las expuestas a radiación deben ser clasificadas médicamente; sin embargo, los
sistemas de selección deben tener en cuenta la inclusión del estado radiológico de la persona (véase
tabla 7-6).
Las unidades de rescate y las instalaciones médicas utilizan diversos sistemas de selección. Se
concede la mayor prioridad a la atención médica de los pacientes con lesiones criticas y graves.
Contrariamente a esto, en la atención radiológica puede darse prioridad a las víctimas sin lesiones o a
las que no sufrieron daño grave. Sea cual sea el sistema, todos comprenden los siguientes aspectos:
 atención de las víctimas
 protección del socorrista
 protección del vehículo
 notificación de la instalación receptora
 documentación exacta
Más aún, durante todas las fases de selección y transportes hay que separar a las víctimas en dos
grupos: contaminados y no contaminados. De modo similar, conviene utilizar al personal, los
vehículos, el equipo y los suministros para uno u otro grupo.
El manejo en el hospital
Al llegar al hospital, las víctimas de radiación son recibidas en una entrada especifica del
departamento de urgencias y allí se detecta su nivel de radiación. Recuerde que si existe alguna duda
respecto a si la persona sufrió exposición o contaminación, habrá que tratarla siempre como si
estuviera contaminada.
El hospital debe estar preparado para recibir y tratar a víctimas irradiadas, al establecer áreas limpias
y contaminadas, sin embargo, cada paciente debe encontrarse estable en sus parámetros médicos
antes de que se inicie el procedimiento de descontaminación.
Los objetivos de la descontaminación son:
 evitar daño causado por la presencia de sustancias radioactivas en el cuerpo
 evitar la propagación de la contaminación
 proteger al personal de asistencia contra la contaminación de su cuerpo o en algunos casos
de que estén expuestos a una fuente de radiación
TABLA 7 - 6 Clasificación de las víctimas de radiación

Clasificación Gravedad de las lesiones Necesidades de atención


Critica Lesiones mayores con compromiso Se desconoce la magnitud de la radiación;
de funciones corporales transportación inmediata; tratamiento sin demora
Atención de primeros auxilios en elSe requiere tomar precauciones para el manejo de
sitio de los hechos la víctima si éstas no perturban la atención
médica
Transporte inmediato Se precisa el grado de radioactividad en la
víctima y se descontamina cuando su condición
clínica es estable
Grave Lesiones mayores y menores, Los mismos cuidados que para el enfermo en fase
compromiso mínimo de las funciones critica en caso de conocer el grado de radiación
corporales
Atención menor en el sitio de los Se toman las precauciones como aplicables en
hechos caso de conocer el grado de radiación
Transportación, generalmente La descontaminación se realiza en la escena de
inmediata los hechos por órdenes del médico
No grave Lesiones menores; escaso o nulo Rastreo de radiación y descontaminación,
daño de las funciones corporales normalmente efectuadas en el sitio del accidente
Atención menor en el lugar de los
hechos
la transportación puede o no ser
necesaria
Tratamiento No hay lesiones físicas Rastreo de radiación y descontaminación en el
complementario sitio del accidente.
Por lo general no se necesita atención Todas las víctimas radiadas deben volver para
en el lugar de los hechos recibir tratamiento complementario
Fuente: Reimpreso de Bomberger AS, Dannenfelser BA: Radiation and Health: Principies and Practice in
Therapy and Disaster Preparedness. Rockville, Md, Aspen Systems Corp, 1984, p 225.

Es posible alcanzar de 90 a 95% de descontaminación al quitar la ropa de las víctimas. Dicha ropa
debe ser colocada en bolsas marcadas y remitida a una sección alejada del área contaminada, para
que más tarde personal calificado disponga de ella. La descontaminación restante se realiza lavando
al paciente. Consúltese el recuadro 7-2 correspondiente al resumen de las actividades necesarias.
Cuando practique una revisión de monitoreo radiológico, en primer lugar, despeje a la víctima de sus
ropas y sistemáticamente efectúe el monitoreo con un contador Geiger. De haber una herida abierta,
debe limpiarse perfectamente el área y volver a monitorearla para determinar si hay presencia de
radiación en la herida. Cuando monitoreo a una persona sin lesiones, pídale que permanezca de pie
con las piernas separadas y los brazos extendidos. Comience desplazando el detector del contador
Geiger sobre la cabeza, la porción superior del tronco, los brazos, la porción inferior del tronco y las
piernas. Pida a la persona que se vuelva y repita el procedimiento por la espalda. Sin embargo, hay
que tener cuidado de que el extremo del detector no toque las superficies potencialmente
contaminadas. Pueden utilizarse técnicas especiales de monitoreo en las zonas pilosas y orificios
corporales. Después de tratar a la totalidad de los afectados, se repite el mismo procedimiento para
todo el personal asignado al área contaminada.
Planificación y educación en situaciones de desastres radioactivos
Un accidente o desastre radioactivo puede cobrar muchas víctimas o un número reducido de ellas. Si
el número de víctimas sobrepasa las capacidades de un área de emergencia, la situación se torna
rápidamente en desastre, incluso cuando exista una sola víctima. Sin embargo, esta clasificación
depende del empleo y la utilidad de un PEMR Los componentes de dicho plan están escritos en el
recuadro 7-3.
Una vez que se ha creado el plan mencionado, debe utilizarse para capacitar al personal, y también es
necesario corroborar su eficacia por medio de simulacros que incluyen supuestas "víctimas
contaminadas". Para que dicho plan rinda buenos resultados es indispensable capacitar al personal
del departamento de emergencias y de auxilio, así como a todas aquellas personas que intervienen en
la respuesta al desastre.
La atención comprensiva y adecuada de las personas radiadas, el manejo del departamento de
urgencias y los conocimientos de seguridad de quienes prestan los servicios, requieren de técnicas y
procedimientos perfectamente coordinados por todos los que intervienen en las actividades. Cuando
se elaboren los protocolos para atender a las víctimas de radiación, algunos de los aspectos que es
necesario considerar incluyen:
 atención medica y de enfermería
 atención radiológica de la persona
 protección del personal y del entorno
 limpieza del área
 documentación del hecho.
RECUADRO 7 - 2 Actividades de urgencia que debe relizar el personal del departamento de
emergencias del hospital en un caso de radiación.

1. Al recibir el aviso de la llegada inminente de la víctima de un accidente de radiación, notificar: al personal


responsable médico, a la enfermera, al personal médico auxiliar (físicos en salud y técnicos capacitados en
radiología y medicina nuclear) y al administrador de la institución

2. Obtengan las muestras que se requieren de los suministros necesarios para tratar a los pacientes de este
tipo

3. Prepárese para la descontaminación

 Asigne las áreas de tratamiento y señálelas con los nombres "contaminada" y "limpia".
 Cubra el piso del área designada como "contaminada" con material absorbente de tamaño suficiente para
colocar la camilla, el personal, los recipientes y el equipo médico.
 Aísle todos los aparatos y utilice las técnicas de aislamiento, según convengan para contener la
contaminación dentro de las áreas designadas.
 Asigne a miembros específicos del personal solamente a cada espacio designado.

4. Al llegar las ambulancias proporcione los primeros auxilios El miedo a la contaminación nunca debe
entorpecer la atención médica y de enfermería necesaria para salvar vidas y miembros.

5. Revise a las víctimas para determinar su grado de contaminación

 Separe a los pacientes contaminados, de los no contaminados.


 Revise si el equipo de transporte y al personal de ambulancias no presentan contaminación radioactivo.
 Emprenda medidas para proteger a la persona de autocontaminación, es decir, quite todas las ropas, cubra
las zonas no contaminadas o pequeñas áreas contaminadas con lienzos de plástico.
 Las heridas extensas y otras formas de contaminación interna pueden necesitar atención inmediata.

6. Identifique y guarde todos los efectos personales y desechos corporales para análisis.

7. Descontamine a las víctimas tan pronto su estado clínico sea estable:

 En primer lugar descontamine las zonas del cuerpo que presenten los mayores niveles de radiación
 Preste atención especial a cabello, orificios corporales y pliegues.
 Evite la contaminación.
 Utilice jabón y agua; evite los solventes orgánicos y abrasivos. Si la víctima está en condiciones medicas
puede bañarse en regadera.
 Descontamine cualquier herida lavándola con agua esterilizada o solución isotónical

8. Programe a todos los pacientes contaminados para que reciban tratamiento complementario a largo plazo.

9. Conserve a los pacientes en el área limpia hasta que se confirme que no tienen contaminación.

10. Examine a todo el personal en busca de contaminación antes de permitirle salir del área.

11. Descontamine al personal, si es necesario

12. Deseche el equipo y los suministros de acuerdo con los procedimientos recomendados, y descontamino
todas las áreas de tratamiento, después del desastre.
Fuente: Bomberger AS, Dannenfelser BA: Radiation and Health: Principies a Practice in Therapy and
Disaster Preparedness. Rockville, Md, Aspen Systems Corp 1984, pp. 219-230.

RECUADRO 7-3 Descripción del plan de emergencias radiológicas

1. Información general

A. Definición de los términos utilizados


B. Expectativas

II. Tipos de víctimas de radiación

A. Exposición externa total o parcial del cuerpo.


B. Contaminación interna por inhalación o ingestión
C. Contaminación externa de superficie corporal o ropas por líquidos o desecho radioactivo

III. Contaminación externa complicada con una muestra de las formas por utilizar

A. Forma de respuesta a un accidente de radiación.


B. Marbetes corporales de las víctimas del accidente de radiación
C. Hoja clínica de la víctima del accidente de radiación
D. Otras según se haya predeterminado.

IV. Procedimientos del hospital

A. Cadena de mando y responsabilidades.


B. Selección y procedimiento de admisión: Clasificación de las víctimas
C. Flujo del tránsito
D. Procedimiento de descontaminación
E. Precauciones que deben tomarse para manejar al paciente radiado
F. Recolección y manipulación de muestras para análisis radioactivo
G. Cuidado de las personas fallecidos

V. Disposición de los materiales y el equipo contaminados.

VI. Copia del procedimiento local de operación estándar, como parte de un pro grama de urgencia contra
radiaciones de la localidad.

El establecimiento de un área dentro del departamento de urgencias o junto a éste no tiene que ser
una tarea abrumadora ni costosa. Entre las áreas que pueden funcionar adecuadamente como zonas
de selección de víctimas por radiación están; el departamento de hidroterapia, el depósito de
cadáveres o cualquier combinación de cubículos o pasillos. Es esencial que exista acceso directo a
dicha zona desde el exterior, para así proteger el entorno del hospital. Tampoco se requiere que sus
paredes estén revestidas de plomo. Sin embargo, es conveniente escoger un área que tenga paredes
pintadas y piso de linóleum o de azulejo, para después facilitar su descontaminación, También debe
contarse, de preferencia, con un sistema de aire acondicionado que opere aislado de los demás; no
obstante, es posible colocar filtros normales para aire acondicionado o limpieza, en los orificios de
salida de la zona escogida para la selección.6
Se necesitan tres tipos de suministros en esta área:
1. un carrito estándar con material de urgencia y equipo especifico para tratar lesiones
traumáticas
2. suministros para manejar al paciente contaminado
3. suministros de materiales para muestreo de radiación
Estos suministros pueden estar depositados con anterioridad en dos tipos de carritos: 1) el carrito
estándar para urgencias, y 2) carrito con suministros para tratamiento en caso de radiación, los cuales
son relativamente baratos. (Tabla 7-7). Éste último debe colocarse en la zona de selección de
pacientes por radiación denominada sectores "sucia o contaminada". Para regular el tránsito es de
máxima importancia establecer sectores perfectamente definidos dentro de la zona designada para
selección de víctimas por radiación (véase la figura 7-1).
TABLA 7 - 7 Suministros para el carrito de tratamiento en caso de radiación

Uso Suministros*
Atención del Ropa blanca (desechable de ser posible): toallas, sábanas, paño para lavarse la cara o el
paciente cuepo, batas, repones, zapatillas, mantas etc. Equipo y material de limpieza: jabón o el
agente limpiador recomendado; mecanismo para la conexión con un suministro de agua (de
preferencia regadera), bacines, soluciones isotónicas, jeringas de irrigación, cepillos con
cerdas suaves
Material para colocación de apósitos y desbridamiento de heridas: equipos para sutura,
tijeras. pinzas, cojincillos de gasa, torundas, cubiertas de plástico
Diversos artículos para atención médica
Análisis de Material para la obtención de muestras: etiquetas, recipientes, requisiciones
muestras de Recipiente para cuerpos extraños altamente radioactivos (de plomo con paredes de una
radiación pulgada de espesor, 6 pulgadas de alto y 4 pulgadas de diámetro.)
Grandes depósitos de basura hechos de plástico con revestimiento de plástico (pueden
utilizarse para los materiales contaminados) Uso Copia de los procedimientos de muestreo
Material para limpiar la piel (una pieza de papel filtro ordinario de una pulgada de diámetro)
Diversos recipientes de plástico pequeños y grandes, papel o frascos de cristal para reunir
cabello, uñas, tejidos, pequeños cuerpos extraños (suciedad, basura y otras), exudados de
heridas, vómito, orina, muestras de heces, etc.
Aplicadores con punta de algodón (para obtener muestras de líquido de heridas, fosas
nasales y boca)
Protección Plástico o papel para cubrir el piso
ambiental Cinta selladora
Señales: radiación, precaución, área limpia, área sucia (contaminada)
Barreras para aislar zonas
Bolsas de papel y de plástico de diversos tamaños
Detección de Instrumentos de rastreo, contadores o dosímetros
radiación
Protección para Gorros Mascarillas de cirugía
el personal Batas
"Botas" o recubrimientos para calzado
Trajes para limpiar y fregar
Delantales de plástico
Guantes de plástico, caucho
Aspectos Artículos para escritura y papel
diversos Formas específicas para casos de radiación Lamparillas intermitentes (para revisión
neurológica)
Tablillas con sujetador de papel
Copia del procedimiento de descontaminación Etiquetas y señales
Nota:* Los artículos para la atención de la víctima deben separarse o eliminarse del carrito, a la zona limpia
antes de llegar los pacientes.

Esta área debe tener acceso directo desde el exterior para recibir a las víctimas de radiación y así
eliminar la posibilidad de contaminar a todo el medio del hospital. Las personas radiadas son
internadas directamente al área de tratamiento "sucio" o contaminados, en donde se les proporcionará
atención médica inmediata a aquellas que se encuentran en peligro de muerte. Una vez que su estado
médico es estable, se les efectúa un monitoreo en el área de descontaminación para que se les realice
una limpieza. Esta zona cuenta con las instalaciones de agua y regaderas portátiles necesarias en caso
de estar disponibles. Una tina portátil y ligera puede unirse a una camilla común y corriente, lo cual
representa un método conveniente, porque para limpiar a una víctima no ambulatoria, al mismo
tiempo permite recolectar el agua sucia que contiene material radioactivo. Conviene modificar
cuando menos una camilla para utilizarse de esta manera en el procedimiento de descontaminación.7

FIGURA 7 - 1 Area de tría de Radiación en el Hospital


Si se requiere tratamiento médico, la víctima pasa al área "limpia" de tratamiento después de que se
le practicaron el rastreo con el monitor y la descontaminación. Si no necesita atención, pasa al área
del hospital general después de efectuársele otro "rastreo" radiológico. Todo el personal que necesite
descontaminación debe recibir el mismo tratamiento antes de penetrar en el área hospitalaria o de
retornar a la comunidad.
Resumen
Vivimos en un medio saturado tanto de radiación natural como provocada por el hombre. Estas
fuentes radioactivas producen partículas alfa, beta y rayos gama. Los neutrones pueden observarse
sólo en un reactor comercial o de investigación, o en caso de una guerra nuclear.
La víctima de radiación que con mayor frecuencia atiende la enfermera es la que proviene de un
accidente de transporte. Se necesitan procedimientos especiales para su manejo, pero la atención
médica no debe demorarse por el temor injustificado de radiación. Dicho temor puede reducirse por
medio de un programa de orientación y enseñanza perfectamente planeado e implantado que
destaque los métodos de monitoreo, los procedimientos de descontaminación y el conocimiento de
los diversos tipos de radiación.
El manejo asistencial de la persona radiada requiere criterio sólido en la selección, sentido común en
las técnicas de descontaminación, un sistema de clasificación radiológica, y áreas especificas de
asignación del personal. Sobre todo, requiere de la programación previa y la existencia de un plan
médico de emergencia en caso de radiación perfectamente integrado y practicado en simulacros.
Referencias
1. Acreditation Manual for Hospital, ed 1983. Chicago, Joint Commission on Acreditation of
Hospital, 1982, pp. 1 - 11.
2. Lesher DC, Bomberger AS: Experience at Three Mile Island. Am J Nurs 1979;79: 1402- 1408.
3. NATO Handbook on the Medical Aspects of Nuclear, Biological and Chemical Defensive
Operations, AMedP-6. Brussels, Belgium, Military Agency for Standardization (MAS), August
1973, pp. 517-519.
4. Bomberger AS, Dannenfelser BA: Radiation and Healt: Príncipes and Practice in Therapy and
Disasters Preparedness. Rockville, MD, Aspen Systems Corp, 1984.
5. Management of Persons Accidentally Contaminated with Radionuclides, NRCP report No. 65.
Bathesda, Md, National Council on Radiation Protection and Measurements, April 1980, pp. 14-17.
6. Galvin MJ Jr: Hospital makes itself center for treatment of radiation victims. Hospitals, May 1,
1979, pp. 37-40.
7. Saenger EL (course director): Radiation Accident Preparedness. Washington, DC, Edison Electric
Institute, 1981; pp. 40-42.
Lecturas recomendadas
Bred DL: Nuclear tests hospital's disaster plans. Hospitals, May 1, 1979, pp. 33-36.
Cunningham AM: Is there a seismograph for stress? Psychology Today, October 1982, pp. 47-52.
Garman AAW, Lesher DC, Bomberger AS: Radiation accidents, in Lewis SM, Collier IC (eds):
Medical-Surgical Nursing: Assessment and Management of Clinical Problemas. New York,
McGraw-Hill Book Co., 1983, pp. 1667-1677.
Jankowski CB: Radiation emergency. Am J Nurs 1982;82:90-97.
Miller, KL, DeMuth WE Jr: Handing radiation emergencias: No need to fear. JEN, May/June 1983,
pp&. 141-144.
Operational Radiation Safety Program, NCRP report no. 59, Bethesda, Md, National Council on
Radiation Protection and Measurement, December 1978.
Richter LL, Berk HW, Teates CD, et al: A systems approach to the management of radiation
accidents. Ann Emerg Med 1980;9:303-309.
Upton AC: Radiation Injury: Effects, Principles and Perspectives. Chicago, University of Chicago
Press, 1969.
Vinsel DB: Hospitals must plan for nuclear accidents. Hospitals, August 16, 1980, pp. 113- 121.

8. Aspectos psicológicos de las situaciones de desastres


Judith L. Richtsmeier, R.N., B.S., B.S.N., y Jean R. Miller, R.N., Ph.D.
Los desastres generan consecuencias físicas, sociales y psicológicas que se manifiestan en diversos
grados en diferentes personas, familias, comunidades y culturas. Por fortuna, muchas de las víctimas
atraviesan por etapas predecibles durante el desastre y, por ello, los profesionales de la salud y las
familias pueden prepararse para afrontar los efectos de una calamidad.
Este capitulo intenta auxiliar al lector en los preparativos mencionados, al proveer la siguiente
información:
 factores que afectan las respuestas psicológicas de la víctima ante un desastre
 fases del desastre y las respuestas psicológicas correspondientes
 acercamientos terapéuticos generales
 niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas
 atención de los propios socorristas
Las catástrofes pueden ser de origen natural o provocadas por un error humano, una perturbación
civil, las guerras o un ataque atómico. Entre los ejemplos de los desastres naturales, están huracanes,
inundaciones, sequías, incendios, accidentes de transporte u otras situaciones que ocasionan el
sufrimiento humano al grado de que las víctimas no pueden afrontar eficazmente la situación sin
ayuda externa. Desastre puede definirse como "la situación que provoca el sufrimiento humano o
crea necesidades que las víctimas no pueden aliviar sin asistencia externa".1
Para los fines de este capitulo, el desastre se describe como cualquier acaecimiento que ocasiona una
demanda que supera las capacidades de un sistema para afrontarlo y superarlo de la forma normal o
acostumbrada. La crisis surge cuando ya no pueden satisfacerse las necesidades básicas debido a la
sobrecarga del sistema. El sistema puede ser tan pequeño, como un autosistema individual o tan
global que puede alcanzar niveles comunitarios, nacionales o internacionales. Este capitulo está
enfocado hacia una situación de tensión colectiva que surge cuando se combinan las reacciones de
alarma individuales con los cambios en el medio social.
Factores que modifican la respuesta individual
Los desastres mayores producen efectos en las respuestas tanto física como psicológica. Logue y
col.2 resumieron los resultados de 32 estudios de desastres de gran alcance que aparecen en la
bibliografía de 1943 a 1980. Se incluyeron desde el incendio del club Cocoanut Grove en Boston,
Massachussetts, en 1942, hasta la tormenta tropical Agnes (Inés) y las inundaciones resultantes en
Valle Wyoming, Pennsylvania, en 1972. En todos los estudios revisados se detectaron diversos
efectos en la salud:
 molestias gastrointestinales: gastritis, náuseas y vómitos, diarrea, estreñimiento
 mayor número de muertes, especialmente entre los ancianos y las personas con
enfermedades crónicas
 mayor número de complicaciones con predominio de enfermedades cardiopulmonares,
hipertensión y problemas artríticos
 deterioro de la salud general durante un lapso de uno a dos años después del desastre
 mayor número de abortos espontáneos y no provocados
 agotamiento físico y nervioso entre las personas que ocupan puestos de mando y que
experimentaron algún conflicto en las labores que desempeñaron
 problemas neuropsiquiátricos, como depresión, ansiedad, dificultad para concentrarse,
insomnios y alteraciones del sueño, perturbaciones emocionales entre los miembros de la
familia, mayor incidencia de abuso de drogas, neurosis y psicosis.
Pese a que existen patrones predecibles de conducta en torno a un desastre, se advierten variaciones
entre una persona y otra. Las diferencias en la respuesta psicológica pueden explicarse por la
naturaleza del desastre y la persona mediadora y las variables del sistema social y de tratamiento.
(Véase la figura 8-1.)
El desastre
El desastre puede describirse de acuerdo a la naturaleza del acaecimiento: incendio, inundación,
sismo, choque de trenes, tornado, explosión, ventisca, accidente nuclear, intoxicación masiva con
sustancias químicas, motines y otros más.
La duración del hecho también es un factor importante por considerar: una explosión termina
rápidamente en cuestión de minutos; en tanto que una inundación puede prolongarse por un periodo
de varios días; un accidente nuclear puede acaecer en un lapso de horas o días pero los efectos
pueden tener un gran alcance y ser muy duraderos debido a la contaminación por radiación.
Figura 8 - 1 Factores principales que modifican las respuestas psicológicas ante desastre

FENÓMENO VARIABLES MEDIADORAS CONSECUENCIA


Naturaleza del desastre Duración Apoyo social Reacciones
Intensidad del impacto Características demográficas (edad, sexo, psicológicas
Grado de alerta previa Magnitud de la raíces cultural, etc.)
destrucción Experiencia previa que requiere de capacidad
Si es posible responsabilizar a una para afrontar un hecho
persona u organización Estado de salud
Percepción de la situación Posibilidad de
intervención en la crisis

El grado de alerta es otro factor relevante que modifica la respuesta psicológica ante el desastre. Este
factor normalmente guarda relación directa con el tipo o la naturaleza de la calamidad. Por ejemplo,
es posible predecir la llegada de huracanes por medio del estado general del tiempo, la observación
directa, el rastreo de las tormentas por radar meteorológico y otros métodos pues gracias a estos
medios, las personas y comunidades pueden recibir la alerta con suficiente anticipación de horas o
días. En contraste los terremotos sacuden repentinamente y normalmente no presentan señales de
alerta, e incluso los terremotos residuales aunque pueden esperarse no pueden anticiparse con
exactitud.
Tanto la intensidad del impacto como la magnitud de la destrucción guardan correlación con el grado
de tensión sufrido y la respuesta psicológica a la calamidad. Un factor importante en relación con el
propio acaecimiento es el hecho de considerarlo como un acto de Dios (natural), o como el resultado
de un error o descuido humano (fáctico). En otras palabras, ¿alguna persona u organización puede
ser responsable del desastre?
Variables mediadores
Los factores personales y sociales influyen notablemente en la reacción de una persona ante
cualquier situación de estrés, algunos aspectos por considerar incluyen:
 características demográficas (por ejemplo, edad, sexo, raíces culturales, estado
socioeconómico)
 elementos de apoyo social (familia, iglesia, vecindario, grupos sociales o comunitarios)
 estado general de salud (enfermedad preexistente o mala salud)
 capacidad para afrontar un hecho (por lo general obtenida a troves de una experiencia
previa)
La "realidad" de las víctimas o percepción de la situación quizá sea el factor más importante que
media entre el tipo de respuesta psicológica ante el desastre.
Los desastres son importantes para cada individuo en la medida en que afectan sus vidas. Por
ejemplo, la persona que no percibe la gravedad de una situación tal, posiblemente tenga una reacción
psicológica menos intensa que aquella que capta la situación como catastrófica. Sin embargo, la
percepción suele cambiar a medida que la víctima comienza a sentir la realidad de los hechos. La
mente humana es capaz de recibir percepciones tan desastrosas como la muerte en si pueda
afrontarlas en un momento dado.
Los sistemas de emergencia comunitarios, estatales y federales también pueden tener trascendencia
en la respuesta individual al desastre. El grado en que se cuente o no con tales servicios, quizá sea el
que determine si el impacto es positivo o negativo. Para llevar al máximo una respuesta positiva,
estos servicios deben incluir la disponibilidad de intervención en caso de crisis, y orientación desde
el punto más temprano posible, hasta la fase de restablecimiento, que puede ser de un año o más
después de la catástrofe.
Demi y Miles3 dividieron los factores que influyen en las reacciones de una persona a una calamidad,
como situacionales y personales. Los situacionales se refieren al grado de alerta previa, la naturaleza
y la gravedad del desastre, la proximidad física y los sistemas de apoyo y auxilio. Las reacciones a
un desastre serían mayores en las siguientes circunstancias: cuando ha habido una mínima
advertencia o nula; si el desastre es provocado por el hombre y no es un acto divino; si la magnitud
de muertes, lesión y destrucción es grande; si la víctima se encuentra demasiado cerca de la zona del
desastre y los sistemas de auxilio y apoyo disponibles están muy limitados. Entre los ejemplos de
víctimas que podrían colocarse dentro de estos criterios están los supervivientes de Hiroshima.
Las variables personales incluyen proximidad psicológica, capacidad para afrontar un hecho,
pérdidas concurrentes, conflicto y sobrecarga de los papeles desempeñados por el personal y la
experiencia previa de la persona en desastres. El riesgo de que un superviviente sufra severas
consecuencias psicológicas es mayor si estuvo psicológicamente cerca de las personas afectadas; si
su capacidad para afrontar un hecho es limitada; si sufre perdidas concurrentes; si interviene en el
conflicto y la sobrecarga de los papeles desempeñados por el personal y si no ha tenido experiencias
con desastres o han sido mínimas. Los criterios anteriores comprenderían a los supervivientes de un
sismo devastador como el ocurrido en Nicaragua en 1972.
Etapas de un desastre
Las etapas del desastre señaladas en todo el libro están claramente definidas en el capitulo 1:
preparación previa a la calamidad, etapa de alerta, impacto, emergencia y recuperación. En la tabla
1-2 está descrita cada etapa de acuerdo a las actividades que surgen durante ésta. Conviene consultar
dicha tabla, pues los aspectos psicológicos de una de ellas se describen en los apartados siguientes de
este capitulo.
Recuerde que algunas veces las etapas se superponen, o en otras ocasiones puede no presentarse una
de ellas, como la de alerta previa. En los comentarios siguientes, referentes a las reacciones
psicológicas y posibles estrategias de intervención, algunas de las etapas se superponen según la
aplicación de los principios generales de enfermería psiquiátrica. Los principios tratan de ser más
generales que todos los incluidos, puesto que se orientan a técnicas de valoración e intervención
adecuadas para todas las enfermeras (sea cual sea su especialidad) que se encuentran en una
situación de desastre o acuden a ella.
Preparación previa al desastre y etapa de alarma
Es triste señalar que las dos etapas mencionadas frecuentemente no se presentan. En estos casos
surgen las reacciones psicológicas mas graves. En las situaciones de catástrofe mencionadas, la falta
de recursos, de planificación, de prevención, de capacitación, de suministros y de preparación
general y psicológica, despierta sentimientos devastadores de impotencia y desesperanza. Si se añade
a lo anterior la falta de un sistema de alerta, el impacto que esto causa en la persona, será
catastrófico.
La preparación previa al desastre es una actividad en la que deben intervenir diligentemente todas las
personas que intervienen en un sistema de salud, es decir, a nivel personal y profesional. Es una de
las formas más eficaces de atenuar los efectos que provoca una catástrofe en nosotros, nuestra
familia, y los socorristas que pueden acudir a brindar auxilio.
La capacitación y el adiestramiento por medio de simulacros constituyen una preparación excelente
para afrontar un desastre, si se efectúan en forma organizada, planeada y programada regularmente.
Estas prácticas constituyen medios estupendos para "sensibilizar" a personas y grupos frente a un
desastre, y revirtiendo así en gran medida el pánico que pudiera surgir. Cuando una situación está
bien ensayada, naturalmente se afronta con un sentido elevado de competencia y confianza. En forma
local, programas de este tipo pueden diseñarse con peligros reales, tomando en consideración a la
comunidad. Por ejemplo, una comunidad establecida alrededor de un gran aeropuerto puede realizar
sus simulacros representando un gran choque irreal de aviones en un área de la comunidad. Otra
comunidad cercana a una presa o río importante puede efectuarlos simulando una inundación, y así
sucesivamente (véanse los capítulos 12 y 14 para la planificación y práctica de estas actividades).
La finalidad principal de tales simulacros, desde el punto de vista psicológico incluye:
 aumentar la conciencia del peligro.
 facilitar la desensibilización psicológica
 incrementar la confianza en las capacidades de actuar y de afrontar la situación
 Disminuir la incidencia y la magnitud de reacciones psicológicas negativas, como rechazo,
pánico y choque
Las etapas previas al desastre y de alerta suelen constituir un momento en el que las personas sin
preparación sienten una ansiedad de cierta magnitud. En su forma leve, dicha ansiedad suele ser
dominada por diversos mecanismos subconscientes de defensa. Por lo general, las personas inclusive
niegan que exista la posibilidad de un desastre ("nunca me ocurrió a mi"); desarrollan una actitud
fatalista ("es inevitable y no puede hacerse nada al respecto") o utilizan racionalizaciones para
convencerse a si mismas de que el desastre no se presentará ("en este sitio no ha habido un terremoto
en los últimos cincuenta años, de tal forma que las posibilidades de que acaezca disminuyen con
cada día que pasa").
Las acciones y las reacciones en la etapa previa al desastre, comúnmente varían de la inactividad y la
apatía, a la ansiedad leve (y el "ideal" de planificación y preparación queda en un punto intermedio),
la hiperactividad y la ansiedad que aumenta los niveles de pánico son más características de la etapa
de alerta. Es importante recordar que muchos desastres como sismos, tornados y accidentes de
transporte, normalmente no tienen una etapa de alerta previa.
Cuando se da la señal de alerta, las personas y los grupos sin preparación a menudo sienten pánico, y
solicitan desesperadamente información de cómo sobrevivir al desastre que se avecina. El miedo
intenso durante este lapso suele acompañarse de pérdida del control y una conducta irracional de
escape. Irónicamente, la huida puede ser la mejor técnica para sobrevivir, en algunas situaciones. Sin
embargo, es importante que las personas escapen en la dirección apropiada y utilicen su criterio para
decidir si huyen o buscan refugio. Al tomar esta decisión hay que considerar el tiempo necesario para
ello y la naturaleza del desastre.
Más aún, durante la etapa de alerta la responsabilidad suele recaer en los líderes y las autoridades que
son consideradas como "figuras paternas". Dicha conducta puede canalizarse simplemente al dar
instrucciones muy autoritarias e información explícita referente a asuntos como evacuación,
desplazamiento hacia los refugios y demás.4
Las estrategias de intervención durante la preparación previa al desastre, la etapa de alerta deben
estar orientadas a la capacitación y actividades que se acerquen a la realidad. Se busca con todo ello,
disminuir el rechazo, de modo que los ciudadanos puedan movilizarse y protegerse por si mismos.
Proporcionar información concerniente al tipo, la fuente, y la magnitud del peligro, así como los
planes de evacuación, si así conviene. Los líderes competentes deben comprender los aspectos
relevantes del inminente peligro, y transmitir las medidas defensivas o evasivas apropiadas que
deben ponerse en práctica. Entre los factores significativos que modifican la intervención en este
momento están el grado de planificación y preparación previa, y la eficacia de la red de
comunicaciones.
Impacto y emergencia
Los instintos de supervivencia aparecen fundamentalmente en las etapas de impacto y de emergencia
en un desastre; el salvar nuestra propia vida y la de los seres queridos adquiere la máxima
importancia. La investigación realizada por el médico canadiense J. S. Tyhurst5 indica que 12 a 25%
de las víctimas se encuentran tensas y excitadas, aunque pueden actuar eficazmente, y a menudo
están demasiado ocupadas como para preocuparse. Por otro lado, 75% están pasmadas, asombradas y
abrumadas. La reacción anterior se conoce como "síndrome de desastre"6: falta de emociones,
inhibición de la actividad, docilidad, indecisión, falta de sensibilidad, conducta automática y
manifestaciones fisiológicas de temor. El porcentaje restante (0 a 12%) presenta un comportamiento
totalmente inapropiado, ansiedad, reacciones histéricas y psicósis. importante destacar que estas
últimas reacciones son raras, a pesar de que la creencia popular, y los medios de comunicación
indican lo contrario.
Las cifras muestran que gran parte de las reacciones inmediatas a un desastre están acompañadas de
algún signo de perturbación emocional. Casi todas estas respuestas son transitorias y las víctimas se
restablecen espontáneamente con las medidas de apoyo. La flexibilidad es la mejor regla empírica en
este lapso en que las reacciones son transitorias y cambiantes.
Inmediatamente después de la etapa de impacto y durante gran parte de la etapa de emergencia, las
tareas y la experiencia médicas están dirigidas apropiadamente a salvar vidas. Las necesidades
psicológicas suelen ocupar una prioridad más baja o se posponen para un momento ulterior. La
investigación sugiere que el simple tratamiento de apoyo en el momento más temprano posible
después del impacto, suele evitar o atenuar las perturbaciones psiquiátricas que pueden surgir durante
la fase de recuperación.2,4-6
En el sitio del desastre, en los albergues o en los primeros puntos de selección, tanto los trabajadores,
los profesionales como los voluntarios deben percatarse que el apoyo brindado a base de la sola
compasión humana y sentido común, constituye una de las mejores medidas preventivas para los
pacientes con problemas psicológicos. Algunas de estas medidas pueden llevarse a la práctica sin
necesidad de capacitación especial:
 Facilitar la unidad de las familias, en especial de los niños con sus padres.
 No dejar solas a las personas amedrentadas o lesionadas; asignar a otro superviviente para
que permanezca con ellas o colocar a la gente en grupos.
 Asignar tareas significativas o actividades con un propósito determinado para mantener a
las víctimas ocupadas y que mejoren su autoestima.
 Brindar calor, alimento, refugio y reposo.
 Conservar una red adecuada de comunicaciones para evitar rumores que despierten
conductas irracionales e impulsivas.
 Emprender acciones de liderazgo, es decir, señalar a alguna persona para que dé
instrucciones y tome las decisiones.
 Instar a las víctimas a desahogar verbalmente lo que experimentan, colocándo las en grupos
para que compartan sus sentimientos y se apoyen mutuamente.
 Aislar a cualquier persona que demuestre pánico o conducta histérica, pues sus emociones
pueden ser contagiosas; alguien debe permanecer con ella hasta que se cuente con personal
profesional que la valore e intervenga.
Cuando estas medidas de apoyo tan simples no son útiles o cuando la persona es víctima de algún
daño físico y psicológico que la coloca dentro de un sistema de tratamiento, habrá que hacer una
intervención rápida, por medio de una valoración de la situación, lo más exacta posible. Es
importante hacer un interrogatorio rápido para identificar a la persona, conocer los datos generales de
su familia y saber lo que ocurrió. El recuadro 8-1 aporta un formato sencillo para documentación y
valoración.
Al valorar las respuestas psicológicas a un desastre tenga en mente la singularidad de cada persona.
Los factores expuestos en los comienzos de este capitulo como: datos demográficos, experiencias
previas en la vida y raíces culturales, todos ellos determinaciones importantes en la respuesta
individual ante esta situación. No existe una forma adecuada o inadecuada de reaccionar ante un
desastre. El tipo de respuesta puede clasificarse de acuerdo a las categorías generales como las que se
muestran en la tabla 8-1; sin embargo, es importante no generalizar excesivamente, y considerar los
aspectos individuales de la respuesta durante la valoración y la planificación de las intervenciones
RECUADRO 8.1 Forma Abreviada para la Valoración de la Salud Mental

Fecha _________Hora___________
Localización (refugio, instalación, etc.)__________
Nombre__________________________________
Apellidos Nombre de Pila
Permanente
Dirección________________Temporal__________________
Calle Ciudad Barrio Municipio
Sexo__________Edad________Fecha de Nacimiento_______Nivel de Estudios_________
Estado Civil _____________Ocupación____________Pariente más Cercano____________
Dirección____________
Problema o situación motivo de la valoración: (Incluir las propias palabras de la víctima con las que describa
su percepción de la situación)
Descripción de las pérdidas (propiedades, familia u otras)
Pérdidas concomitantes (ocurridas en los últimos doce meses)
Salud general antes del desastre (incluya enfermedades o trastornos espécificos)
Medicamentos actuales (bajo prescripción médica o sin ella)
¿Consumo de alcohol?________¿Tabaco?_________¿Drogas?_________________
(Señale la cantidad y frecuencia)
Capacidad para afrontar un hecho ("¿Cómo superó las crisis en apocas pasadas?")
Valoración: Breve resumen de hallazgos/descripción del paciente
Destino
Nombre y Cargo

La enfermera debe evaluar a las víctimas con la mayor rapidez y exactitud posibles. De ser factible,
hay que ubicar a algunas personas para acompañar a la víctima, ya que pueden auxiliar brindándole
apoyo emocional. Es importante conocer las fuerzas de cada damnificado y canalizarlas hacia una
conducta constructiva que ayude a los demás y disminya la ansiedad. La confianza debe ser directa y
hay que evitar expresiones de lástima y simpatía Haga que las personas con problemas o lesiones
físicas estén lo más cómodamente posible aconstándolas, manteniéndolas calientes y
proporcionándoles alimentos (si no están contraindicados). Ínstelos a hablar y desahogar sus
sentimientos.
Los factores notables que ayudan a aliviar la angustia durante esta etapa son semejantes a los de las
etapas anteriores. La comunicación y mando adecuados son 8-1.) La experiencia pasada con crisis y
el haber afrontado con éxito un hecho previo son útiles para calmar las tensiones de este periodo. Las
creencias culturales y religiosas, junto con el apoyo básico de la familia, fortalecen a los pacientes.
Para muchas personas las reacciones surgidas en esta etapa suelen ser transitorias, y el
restablecimiento es espontáneo.
Fase de recuperación
En las etapas previas como las de impacto y emergencia se demostró que gran parte de la
intervención conveniente puede lograrse con el apoyo de los miembros de la familia, los voluntarios
o los profesionales en los cuidados de la salud sea cual sea su especialidad. Los trabajadores
especializados en salud mental, como psiquiatras, enfermeras psiquiátricas, psicólogos y trabajadoras
sociales, intervienen grandemente en sus papeles de consultores y supervisores se ven directamente
involucrados con las víctimas que muestran las reacciones más graves y requieren de atención
especializada.
TABLA 8 - 1 Tipos generales de reacciones ante desastres: Valoración e intervención

Tipo Valoración Intervención


Reacción normal o más Ansiedad leve (desconsuelo etc.) Administre las siguientes medidas de
común Síntomas gastrointestinales(náuseas, apoyo:
vómitos y diarrea)  actividad e identificación por grupos
Diaforesis  Comunicación abierta con un escucha
Micción frecuente empática
Temblores o tensión muscular  Información
Palpitaciones o taquicardia Hiperpnea  Liderazgo
 Alimentos calientes y reposo Participar
en actividades con alguna finalidad útil.
Reacción depresiva Inmovilidad Establecer una armonía
Mutismo Instar al desahogo de emociones
Sentimiento de vacío Escuchar de forma empática
Expresión verbal de un sentimiento de Aceptar como legítimos los sentimientos
"insensibilidad" hacia los hechos Participar en tareas sencillas y rutinarias
Proporcionar alimentos calientes, bebidas o
un cigarrillo Evitar la conmiseración
excesiva; administración de sedantes y
decir a la víctima "quítate de la cabeza tal
cosa"
Reacción psicosomática Reacción de transformación (parálisis Poner cómodas a las víctimas Percatarse de
(síntomas físicos parcial sin causa física, incapacidad sus propios sentimientos
provocados por una para utilizar alguna parte del cuerpo) Mostrar interés en la víctima como persona
reacción psicológica) Náuseas y vómitos extremos Tratar de hallar algún trabajo sencillo para
desviar la atención de la víctima de los
síntomas y de la situación
Evitar la ridiculización o la culpa; indicar a
las víctimas que no tienen nada malo y
prestar atención a sus síntomas
Reacción de ansiedad Conversación rápida y continua Instarlo a que se desahoge Asignar tareas
Presta poca atención que requieran actividad física
Uso inapropiado del sentido del humor Supervisar de cerca Proporcionar alimentos
Deseo de rebatir cuanto se le dice calientes, bebidas o un cigarrillo Evitar la
Hiperactividad física sedación, discutir con las víctimas o
señalarles que no deben sentir lo que
sienten
Reacción histérica (poco Intentos de huida a ciegas Llanto o Aislamiento; puede ser contagio so en un
común) gritos incontrolables Deterioro grave grupo
del juicio y el criterio Trate con amabilidad y empatía firmes
Intentos irracionales por abandonar el Consiga asistencia en caso necesario
área Carreras incontrolables y sin Ofrézcale comidas o bebidas calientes
sentido alrededor de la zona De ser posible evite el uso de sujeción
brutal o fuerza física. No intente hacer
reaccionar al paciente (arrojarle agua,
abofe tearlo u otras medidas). Evite el uso
de sedantes, excepto como último recurso.

Durante la etapa de recuperación, el sistema de la atención de la salud mental juega un papel muy
importante. Esta etapa continúa por meses después del desastre y para muchos, quizá se prolongue
por el resto de su vida. Afloran las tensiones sociales e individuales mientras se experimenta
totalmente la realidad de lo que significó el desastre en términos de pérdidas. Como McLeod señala,
"sin auxilio psicológico las alteraciones emocionales pueden continuar indefinidamente".7
En este momento los mecanismos de defensa del yo como rechazo y represión (que también
prevalecen en las fases previas) son sustituidos por pena, depresión, ira, culpa, neurósis
postraumáticas, enfermedades psicosomáticas y un incremento en el número de enfermedades
físicas. Las reacciones en este punto son similares a las definidas en la psiquiatría como: ansiedad y
estados depresivos.
En desastres es frecuente experimentar el fenómeno de "ascenso y caída de la utopía postdesastre".
La tendencia inicial después de una catástrofe es a dar generosamente y aceptar sin límites, pero
pronto surgen sentimientos de hostilidad, avaricia, independencia, sospecha, envidia y competencia.6
Los supervivientes se sienten agradecidos por estar vivos, pero a menudo sienten ira y pueden
expresarla de forma individual o colectiva. La ira puede estar dirigida a personas o grupos, por
ejemplo, grupos étnicos minoritarios, los que tienen éxito en los aspectos financieros, líderes cívicos,
personas que suministran atención o el gobierno. Este tipo de chivo expiatorio sirve para liberar
sentimientos reprimidos, pero también puede culminar en sentimientos de culpa.
La culpa es un sentimiento prevalente en la etapa de recuperación. Las víctimas pueden sentir "culpa
por haber sobrevivido" al percatarse de que todavía están vivas mientras que otros ya murieron, o
que sus lesiones fueron menores que las de los demás. Algunos se preguntan si hubieran podido
hacer más para rescatar a los que perecieron, y por ello, se sienten culpables de no haber
intensificado sus esfuerzos. Otros sienten como si hubieran sido castigados o incluso fueran
responsables del desastre. La culpa algunas veces motiva a las personas al heroísmo, en un intento
por liberarse de sus sentimientos de culpa.
La pena por los objetos y seres queridos que perdieron es un proceso largo. A escala masiva puede
comenzar con la incineración y el entierro de un gran número de víctimas. Este tipo de entierro
puede ser traumático para los supervivientes que no pueden guardar luto hasta que sepan por medio
de la identificación que su ser o seres queridos realmente están entre los muertos. No es raro que los
familiares se pasen días buscando los cadáveres de las víctimas entre los escombros.
Durante este periodo de reconstrucción y recuperación, debe surgir un nuevo equilibrio en las
relaciones familiares y sociales (recuadro 8-2). Las alteraciones en actitudes, valores y estado de
ánimo cambian la forma en que las personas establecen relación mutua. El estilo de vida también
cambia para muchos cuyo nivel económico es menor del que tenían antes del desastre.
CUADRO 8-2 Ejemplo de un caso

En enero de 1982, una tormenta insólita inundó la costa de California por la noche, con 50 cm de
precipitación pluvial. De las montañas descendió una corriente de lodo y agua que arrasó hogares y
establecimientos comerciales del condado de Santa Cruz. Los residentes despertaron para enterarse de que 22
personas habian muerto, que mas de 100 familias no tenían hogar, y que otras 3 000 casas se encontraban
seriamente dañadas. Después del choque inicial, de la negación y la euforia por conservar la vida, muchos
supervivientes descubrieron que el recuperar el equilibrio emocional era tan difícil, como limpiar el lodo y el
agua de sus hogares.

En el término de varios días de la inundación, se puso en marcha un programa modelo para dar atención a la
salud mental de las víctimas. Se estableció el proyecto COPE (Counseling Ordinary People in Emergencies)
para brindar asesoramiento inmediato a los damnificados.7

COPE coordinó los servicios de voluntarios de más de 100 profesionistas particulares en salud mental, con
los recursos de los gobiernos federal y local. Cientos de residentes recibieron los servicios de esta
organización de auxilio. Durante más de un año después de la calamidad, se proporcionó asesoramiento
individual y en grupo sin costo alguno a todo el que lo solicitara. El reporte final de la organización describió
reacciones clásicas en todos los tipos de desastre: aflicción, culpa, ira, depresión, ansiedad, vulnerabilidad y
problemas para relacionarse con los demás.

Los organizadores de COPE se percataron de que la mayor parte de las víctimas nunca habían buscado
atención para la salud mental. Dado que no había la posibilidad de que solicitaran auxilio, los orientadores
continuaron presentándose a prestar sus servicios en escuelas, refugios, iglesias, centros de atención diurna y
oficinas de auxilio gubernamentales. Los terapeutas desempeñaron sus tareas como profesionales en salud
mental e intervinieron en todos los aspectos de la operación de auxilio. Por ejemplo, al organizar seminarios
referentes a los preparativos para casos de desastres, con los cuales, además de brindar un valioso servicio de
enseñanza, las sesiones también constituyeron un foro natural para comentar y exponer las reacciones
psicológicas ocasionadas por el desastre de una forma no amenazante. La respuesta de la comunidad fue
excepcionalmente positiva y se ha citado a dicho programa como un modelo para que lo sigan otras
comunidades.

Reacciones de grupos especiales


Niños
Los principales factores que contribuyen a las reacciones de los niños ante una tragedia son su nivel
de desarrollo en el momento en que éste acaece, lo que perciben de las reacciones de sus familias, y
el grado de exposición directa a la calamidad.8 Las reacciones normales incluyen:
 ansiedad y temor generalizados
 ansiedad por separación de los padres
 inquietud
 irritabilidad
 alteraciones de las funciones corporales, como enuresis
 dificultad para concentrarse
 rechazo a asistir a la escuela
 culpa de que pudieron haber hecho algo para evitar el desastre y sus efectos
Las reacciones pueden ser más graves que las señaladas en la lista. Los niños menores de 12 años en
la inundación de Buffalo Creek presentaron reacciones de ansiedad traumática y crónica,
hiperactividad, inmadurez, desviaciones en el desarrollo de la esfera cognoscitiva, incapacidad para
bañarse sin llorar, enuresis, pesadillas aterradoras, temblor de las manos, tensión, temblor emotivo,
dificultades para concebir el sueño, sonambulismo y alucinaciones visuales. Los adolescentes en
dicha catástrofe especialmente vulnerables a la pérdida de la comunidad, y a los efectos psicológicos
del desastre. A menudo escogieron entre una conducta rebelde previa a la delincuencia o el
retraimiento social Sin embargo, algunos expresaron soluciones creativas para reconstruir el entorno.
Los niños mayores a menudo acudieron a los debates de juicios legales y entrevistas psiquiáticas con
gran interés. Entre sus temas escolares escribieron acerca de las normas de seguridad y la
construcción de presas. Comentaron la posibilidad de ser enfermeras y abogados en su vida adulta.
Los niños y los adolescentes que han sufrido el desastre en su familia y en sus comunidades están
afectados por las percepciones que tuvieron de las reacciones de sus padres y otros adultos, las cuales
también son influidas por los procesos sociales y legales propios de la tragedia. Según Newman "la
herencia común que un desastre deja a muchos niños es el sentido modificado de la realidad, mayor
vulnerabilidad a tensiones futuras, y una idea alterada de sus capacidades interiores, así como una
conciencia precoz de la fragmentación y la profundidad".8 Muchos tienen un sentido de la esperanza
y la creatividad, junto con limitaciones del desarrollo y algunas alteraciones psicológicas. Los niños
y adolescentes de esta categoría a menudo necesitan auxilio especial para reaccionar de manera
constructiva a los traumas que sufrieron.
Ancianos
Las calamidades tienen graves consecuencias para los ancianos, pero los resultados de una
investigación sugieren que ellos afrontan mejor la situación que las personas jóvenes.8,9 Los aspectos
difíciles de un desastre para los ancianos son su falta de recursos, menor capacidad física y tiempo
limitado para reponer pérdidas. Muchos padecen enfermedades crónicas y ello también puede
representar graves problemas. Por ejemplo, es particularmente importante el acceso a medicamentos
como insulina y analgésicos. Los cardiópatas pueden estar sometidos a una tensión extraordinaria y
es importante vigilarlos muy de cerca. Los síntomas de aquellas personas con antecedentes
psiquiátricos pueden ser exacerbados durante desastres. Algunos pacientes psicóticos se vuelven más
racionales, en tanto los que sufren paranoia pueden culparse por el desastre. Las personas que se
encuentran muy agitadas a veces se vuelven más excitados. Los pacientes con neurósis graves
pueden comportarse en forma racional, y quienes padecen depresiones profundas quizá no muestren
ningún cambio10. Sin embargo, este tipo de reacciones no son distintas en el anciano como en el
jóven. Las respuestas de los ancianos respecto de las pérdidas sufridas en un desastre no muestran
sentimientos excesivos de desorganización personal. En estudios efectuados después de un tornado9
en Nebraska en 1975 y del rompimiento del Teton Dam11 en 1976, los resultados han sugerido pocos
efectos emocionales adversos o sentimientos de pérdida, entre los ancianos como entre las víctimas
jóvenes. Después del tornado los damnificados jóvenes mostraron más cambios en las esferas
interpersonales de la familia, los amigos y los vecinos, así como niveles más altos de ansiedad y
tensión física que los ancianos, independientemente de los daños sufridos. Los resultados de los
estudios mencionados sugieren que el potencial de los ancianos para afrontar un hecho sobrepasó al
de sus equivalentes más jóvenes.
El hecho que el anciano afronte mejor en un nivel emocional la experiencia del desastre que las
personas jóvenes, no significa que los ancianos estén privados de necesidades. Huerta y Horton11
observaron lo que los profesionales pueden hacer por un anciano después de un desastre:
 Proporcionar asistencia en problemas físicos de limpieza y reparación
 Recomendar, en el lenguaje propio del anciano, las acciones financieras, lega les y de
impuestos que haya que efectuar
 Proporcionar asistencia económica y social por medio de organizaciones aceptadas por la
sociedad como las iglesias, y no por medio de organizaciones especializadas que muchas
veces discriminan a los ancianos
 Brindar oportunidades a los ancianos para que difundan información y opiniones en lugar
de ser receptores pasivos.
Si se requiere de psicoterapia, debe ser breve y orientada a un objetivo en especial. El principio
general de orientación que debe utilizarse en el caso de los ancianos es que conviene que exista una
mínima interferencia en sus patrones de vida establecidos. El terapeuta debe preocuparse del
problema, y después, ya no intervenir. Las fases básicas en la solución de problemas son: 1) definir
el problema; 2) recopilar los hechos; 3) conjuntar otras soluciones; 4) escoger las mejores soluciones,
y 5) actuar. El anciano necesita participar activamente en dicho proceso y centrarse en la situación
real y presente.
La atención de los socorristas
Desde el punto de vista histórico los profesionales de la salud, a semejanza del resto de la población,
también han sido víctimas de desastres. El caso de Hiroshima muestra lo real que puede ser para
estas personas su preocupación por sobrevivir. De una población total de 245000 personas hubo
75000 muertos y 100000 lesionados. De los 150 médicos que había en la ciudad, sólo 30
sobrevivieron y de las 1780 enfermeras sólo quedaron 126.12
Estos encargados de suministrar atención médica y los socorristas que sobreviven pueden ser
observadores objetivos sólo por un periodo breve, a menos que conserven una distancia psicológica y
a veces física de adaptación en relación con sus pacientes. Dicha objetividad se pierde rápidamente
cuando se convierten en una parte real de la secuencia social. Es difícil investigar las respuestas a un
desastre, debido al factor mencionado; los investigadores asignados para recolectar datos a menudo
han abandonado su trabajo para proporcionar asistencia como socorristas.13
Las reacciones psicológicas pueden fácilmente abrumar a los grupos de auxilio salvo que se les
preste atención cuidadosa al hecho de las necesidades biológicas básicas, en especial, reposo y
sueño. En situaciones de desastre, los socorristas fácilmente trabajan con mucho más afán de lo que
lo han hecho antes. Por tal motivo la carga de trabajo debe desempeñarse con ritmo y ellos tienen
que aceptar las limitaciones humanas que les impiden laborar noche y día durante un periodo
prolongado. Si no satisfacen sus necesidades biológicas básicas quienes proporcionan los cuidados
de la salud dejan de actuar como profesionales y solamente tienen energía para cuidar de sí mismos y
de su familia.13
Edwards estudió las fuentes del estrés que experimentan las enfermeras durante desastres civiles
breves en la Gran Bretaña.10 Sus investigaciones revelaron los siguientes estresores:
 preocupación por la seguridad personal
 preocupación por la seguridad de sus propias familias
 preocupación por deficiencias en la organización de la atención y los sistemas de
abastecimiento
 mayor responsabilidad
 demandas excesivas
 necesidad de evitar conflictos de papeles con sus colaboradores
 identificación de las enfermeras que son madres, con los pacientes pediátricos
 necesidad de hacer algo importante
 sentimientos de control y dominio hacia las víctimas
La selección también es un factor estresor para el personal médico y asistencial. Las decisiones entre
la vida y muerte deben tomarse rápidamente. Hay poca oportunidad o sitio para entablar relaciones
enfermera-paciente o médico-paciente. Los escasos recursos incluyendo el trabajo humano, deben
ser asignados y aprovechados en la forma más eficaz y juiciosa. Esta atmósfera resulta extraña para
muchas de las áreas de trabajo modernas.
Según Burkle, "la esencia de la situación traumática es un sentimiento de desamparo por parte del
"yo".13 Los profesionales en los cuidados de la salud no deben esperar que los demás se comporten o
sientan como ellos. Lo que una persona percibe como amenazador depende del grado de dolor
psíquico que puede tolerar. La aceptación de los derechos de los demás a tener sentimientos y
limitaciones personales aligeran la tensión.
Los profesionales en asistencia medica deben utilizar tres de los principales mecanismos de defensa
y adaptación de los humanos: supresión, aceptación y humor. La supresión es la exclusión
intencional de material, de los pensamientos conscientes. En este caso es la atmósfera que rodea la
amenaza emocional y física de la persona suprimida. La aceptación es el reconocimiento de que las
cosas ocurren más allá del control de cada quién. Evita perpetuarse con los "pudo haber sido y no
fue". sentido del humor es la capacidad de reírse de uno mismo y de las propias vulnerabilidades.
Las presiones de la toma de decisiones en un desastre difieren considerablemente de las que afrontan
los socorristas en la vida diaria. Por lo general es más lo que está en juego, y es menor el tiempo
antes de perder las opciones y oportunidades decisivas. El desastre puede describirse como una
prueba de tensión prolongada y organizada para el socorrista.
El estrés y la ansiedad para los trabajadores en todos los niveles puede atenuarse por medio de
elementos como los siguientes:
 un programa conciso y claro contra desastres simulacros regulares y perfectamente
planeados
 papeles del personal perfectamente definidos
 períodos regulares de relevo como descanso, bocadillos, comidas y horas de sueño
Después de que terminó la calamidad, o cuando menos hayan pasado los periodos de impacto y
emergencia, los socorristas necesitan algún tipo de apoyo al igual que las víctimas; el cual incluye,
tiempo para "desahogar" sus sentimientos respecto al hecho y su intervención en él. Tal proceso
puede hacerse eficazmente en grupos con compañeros, y quizá con algún trabajador mentalmente
sanos, que tenga facilidad para dirigir y guiar los comentarios y el proceso de ventilación del grupo.
La oportunidad para realizar criticas respecto del proceso de auxilio también es una necesidad
importante del personal después del desastre; también es parte vital de la evaluación y revisión de los
programas contra desastres, para estar preparados eficazmente contra futuros acaecimientos. Es
necesario que los prestadores de servicio cuenten con una terapia de grupo e individual disponible,
que los ayude a superar las perturbaciones psicosociales después de la calamidad. Hay que aceptar
que los socorristas tienen los mismos tipos de reacciones psicológicas que las víctimas
supervivientes, además de las intensas frustraciones relacionadas con su intervención en las medidas
de auxilio. Estos sentimientos y reacciones deben ser aceptados como algo legítimo, y tratados
abiertamente.
La última necesidad del personal, pero extraordinariamente importante después del desastre, es la
necesidad de recibir expresiones de cariño y reconocimiento de sus supervisores y líderes. En la
atmósfera de frustración, perdida y estrés continuo creada por el desastre, también sufren menoscabo
la fortaleza del yo y la autoestima. El reconocimiento de un superior tiene un gran valor terapéutico,
pues a pesar de la situación tan terrible, la persona como individuo que es, dio lo mejor de si y se le
reconoce y aprecia por tal acción.
Resumen
Las respuestas psicológicas a un desastre varían de acuerdo a la naturaleza de éste, la fortaleza
individual y los factores ambientales. Es importante realizar en forma rápida y precisa una valoración
de las respuestas individuales y familiares. La sensibilidad, flexibilidad y empatía a muy diversas
emociones y reacciones son algunos de los aspectos necesarios durante el proceso de intervención. El
mando debe ser tranquilo y con confianza, y las instrucciones directas. Cuando sea posible procure
que las víctimas se dediquen a alguna actividad con un propósito especifico. En momentos de gran
estrés es imprescindible que el socorrista obtenga el reposo y el sueño necesarios, así como apoyo
emocional. Las redes de comunicación eficientes ayudan a aliviar la presión y a acrecentar la
capacidad de toma de decisiones de todas las personas que intervienen en las actividades de auxilio.
La capacitación y preparación previa son esenciales en todos los niveles, para que cada uno
aproveche al máximo las posibilidades de supervivencia física y psicológica en un desastre. Desde el
punto de vista personal y profesional las enfermeras deben aceptar este reto.
Referencias
1. Disaster Relief Program, ARC 2235. Washington, DC, American National Red Corss, revisad
March 1975, p. 2.
2. Logue JN, Melick ME, Hansen H: Research issues and directions in the epidemiology of health
effects of disasters. Epidemiolog Rev 1981;3:140-162.
3. Demi AS, Miles MS: Understanding psychologic reactions to disaster. JEN 1983;9:11-16.
4. Allen J: Psychological aspects associated with major disaster. Presented befare Disaster Planning
Conference, University of Utah College of Nursing and the 328th General Hospital (US Army
Reserve), Salt Lake City, 1982.
5. Tyhurst JS: Individual reactions to community disaster. Am J Psychiatry 1951; 107:764-769.
6. Kinston W, Rosser R: Disaster: Effect on mental and physical state. Psychosom Res 1974;18:437-
455.
7. McLeod B: In the wake of disaster. Psychol Today, Octomber 1984, pp. 54-57.
8. Newman CJ: Children of disaster: Clinical observations at Buffalo Creek. Am J Psychiatry
1976;133:306-312.
9. Bell BD: Gerontelogist 1978;18:531-540. Disaster impact and response: Overcoming the thousand
natural shocks. Gerontologist 1978;18:531-540.
10. Edwars JG: Psychiatric aspects of civilian disasters Br Med J 1976; 1:944-947
11. Huerta F, Horton R: Coping behavior of elderly flood victims. Gerontologist 1978;18:541-546.
12. Lown B, Chivian E, Muller J, et al: Sounding board: The nuclear-arms race and the physician. N
Engl J Med 1981;304;726-729
13. Burkle F; Coping with stress under conditions of disaster and refugee care. Milit Med 1983;
148:800-803
Lecturas sugeridas
Glass AJ: Psychelogical aspects of disasters. JAMA 1959,171:222-225
Hoff LA; People in crisis: Understanding and Helping. Menlo Park, Calif, Addison-Wesley
Publishing Co., 1978
Koegler RR, Hicks SM: The destruction of a medical center by earthquake: Initial effects on patients
and staff. Calif Med, Feb 1972;116:63-67

9. Establecimiento y manejo de un albergue*


* Fuente: Adaptado con permiso de Disaster Services Regulations and Procedures: Disaster Health
Services, ARC 3050. Washington, DC, American National Red Cross, revised February 1976, p 33.
Richard D. Mickelson, B.S.
Un desastre importante puede desplazar a grandes segmentos de la población lejos de sus sitios de
residencia y de trabajo normales. En situación obliga a los gobiernos locales a brindar alojamiento,
comida, atención médica y otros servicios básicos durante un tiempo indefinido. Los recursos
combinados del gobierno y el sector privado son esenciales para realizar satisfactoriamente dicha
tarea.
En circunstancias óptimas, una vez establecidos los albergues, deberían ser coordinados por
directores expertos. Las autoridades gubernamentales o la Cruz Roja, en una comunidad dada, quizá
hayan asignado a un coordinador experto pero no existe seguridad de que pueda llegar a tal
instalación en una situación de urgencia. La experiencia ha demostrado que en muchos casos las
enfermeras tienen que asumir el liderazgo. Por tal razón, el objetivo de este capitulo es señalar
algunas medidas para auxiliar a la enfermera en las siguientes tareas:
 comprender la organización de albergues masivos y algunas definiciones comunes
 entender cómo se determina la necesidad de un albergue
 saber la forma en que se situan y seleccionan los albergues
 identificar las funciones o actividades dentro de un refugio
 identificar las responsabilidades de un coordinador o director de albergue
 entender y resolver los problemas y posibles conflictos de la vida dentro de uno de ellos
 comprender las obligaciones de la enfermera dentro del refugio.
Es importante señalar desde el principio que el contenido de este capitulo se basa esencialmente en
dos fuentes. La primera es la llamada Disaster Services Regulations and Procedures Series1 de la
Cruz Roja Norteamericana y la segunda es el texto de la Federal Emergency Management Agency's
How to Manage Congregate Lodging Facilities and Fallout Shelters.2 Todo lo relacionado con la
capacitación y la experiencia en la organización y operación de los albergues señalados en dichos
documentos fueron esenciales para preparar este capitulo.
Antecedentes
Muchos países y ciudades han adoptado y publicado programas de operaciones en casos de urgencia.
Estos programas por lo general definen la organización de los servicios de emergencia, en una
jurisdicción dada y asignan responsabilidades a diversos departamentos y organizaciones. Además,
muchas jurisdicciones han preparado planes específicos cuyo fin es volver expedita la respuesta local
a un desastre en particular, por ejemplo, un terremoto. Un programa de emergencia consiste
normalmente en un protocolo básico y varios anexos o secciones que señalan funciones especificas.
El proporcionar albergue a las víctimas de un desastre es un aspecto que se incluye en el anexo
correspondiente a la atención masiva de la mayoría de los programas de emergencia. La atención
masiva se define como "satisfacer las necesidades de las víctimas y trabajadores socorristas por
medio del suministro de diversos materiales y servicios".3 Un albergue de atención masiva es "una
instalación adecuada para brindar refugio temporal a grupos de víctimas de la catástrofe que no
pueden continuar viviendo en unidades familiares independientes".4 Uno también a leído o
escuchado hablar de otros términos como centro de evacuación, atención masiva o instalación para
atención congregada pero todos son sinónimos de refugio masivo.
En muchas situaciones los refugios los establece y coordina u opera alguna autoridad junto con la
Cruz Roja. Esta última, es una institución con normas aprobadas por diversos gobiernos para
proporcionar auxilio a víctimas de desastres y a través de los años se ha convertido en una de las
organizaciones de voluntarios más importantes cuando ocurre alguna calamidad. El programa contra
desastres de la Cruz Roja que opera bajo las leyes locales y estatales ha sido autorizado una y otra
vez por la legislación a través del tiempo. Estas mismas leyes y reglamentos, los decretos
presidenciales y arreglos formales e informales han permitido la colaboración entre los gobiernos
estatales y locales y departamentos apropiados de la Cruz Roja.
Los distritos escolares y la división local de la Cruz Roja frecuentemente celebran algunos acuerdos
respecto al empleo de instalaciones como refugios masivos. Se han efectuado arreglos similares con
iglesias para utilizar sus instalaciones, y con los gobiernos de la ciudad para emplear edificios como
centros comunitarios, parques y zonas de recreo. La gran aceptación de tales acuerdos es
comprensible, puesto que la Cruz Roja asume las responsabilidades económicas y de diverso tipo
siempre que dichas instalaciones se utilizan como refugios masivos bajo su control. El acuerdo con la
Cruz Roja correspondiente al sostenimiento de los refugios y centros de alimentación operados por
otras organizaciones de voluntarios va de acuerdo con los planes predeterminados o acuerdos para un
propósito especial. Por ejemplo una iglesia que tiene la instalación, el equipo y el personal adiestrado
para establecer un albergue puede carecer únicamente de recursos financieros. En este caso la Cruz
Roja podría aceptar las obligaciones económicas y establecer dicho refugio junto con la iglesia. Sin
embargo, una de las normas básicas de la Cruz Roja es "que la responsabilidad administrativa y el
control financiero son inseparables".3 Por tal razón, al asumir la responsabilidad del auxilio, la Cruz
Roja exige que se destinen todos los fondos para las medidas de socorro, y se gasten de acuerdo con
sus propias normas y reglamentos establecidos. Esa es la razón por la cual el sistema de registros y
reportes de la Cruz Roja es de uso común dentro del área de atención masiva. Más aún, los cursos de
capacitación de esta institución son muy populares, como: "Director de Albergue" y
"Proporcionando los servicios de salud de la Cruz Roja para casos de desastre".
Pese a que esta organización tiene atribuciones claras en las maniobras de auxilio en desastres
naturales y otras emergencias, la relación cambia en tiempos de guerra. "En situaciones provocadas
por guerras, la Cruz Roja utilizará sus instalaciones y personal para apoyar y asistir en las
operaciones de auxilio masivo y las actividades de emergencia, según lo establecido por la
Organización Federal de Auxilio en Emergencias, en la magnitud que considere posible en tanto que
realiza sus otras responsabilidades y tareas escenciales." 5 Sin embargo, en dicha situación, el control
administrativo financiero queda en manos del gobierno federal (de Estados Unidos en el caso
particular de esta publicación.)
Para determinar la necesidad de establecer un albergue masivo
La necesidad de albergues masivos varia de acuerdo a la naturaleza y la magnitud del desastre. En
situaciones normales los programas de emergencia solicitan su establecimiento y activación por parte
de los gobiernos locales junto con la división de la Cruz Roja en la localidad. Por ejemplo, la llamada
de alerta ante la inminencia de un huracán en la costa del Golfo de México daría como resultado la
designación previa de varios albergues masivos establecidos como medidas precautorias. Los
albergues de este tipo pueden establecerse mucho antes de que se manifiesten los peligros de un
incendio, una inundación, una nevada y otro tipo de tragedias. El albergue puede permanecer abierto
sólo unas cuantas horas si la amenaza disminuye o funcionar por un periodo prolongado si ha habido
daños cuantiosos en el área. Siempre que el gobierno local recomiende o lleve a cabo la evacuación
de un área en particular, se establecen albergues masivos. Si se les da la oportunidad la mayoría de
las personas se responsabilizan de si mismas al arreglar su estancia con amigos o familiares o en
instalaciones comerciales. Si al albergue designado llegan sólo dos o tres familias, puede
brindárseles refugio individual en un motel u hotel, lo cual permitirá que se cierre el albergue.
Recuerde que los albergues masivos constituyen medios de urgencia y temporales para atender a las
personas; pero su operación es muy costosa. Tan pronto como se abre el albergue, se hacen planes
para cerrarlo lo más rápido posible. Sin embargo, un refugio permanecerá abierto hasta que todas las
familias albergadas en él vuelvan a sus propios hogares o se cuente con otros programas para
ayudarlos.
Localización y selección del albergue
Pese a que los albergues masivos son instalaciones temporales para atender personas y sin duda no
son los medios más adecuados para vivir, con frecuencia son la única forma de atender a gran
número de persona de forma rápida y eficaz; por tal razón, conviene planearlos con anticipación. La
Cruz Roja recomienda formar un comité en la localidad que se encargue de los planes previos al
desastre y la operación de albergues durante una calamidad o la amenaza de ella. Con anterioridad se
prepara un programa de actividades por escrito que permite, cuando menos en parte, la selección de
albergues satisfactorios. La planificación previa al desastre es un proceso importante en muchas
comunidades y de trascendencia vital para aquellas que han sufrido grandes catástrofes.
En la mayoría de las comunidades la predesignación de los albergues masivos es una tarea que se
realiza con la colaboración del gobierno local y la Cruz Roja. Los refugios son seleccionados con
anterioridad para cada área de la comunidad, con destinaciones primarias y secundarias, de este
modo se puede ampliar el número de refugios si así lo exige la situación.
Cuando se escoja un sitio adecuado para un albergue, en primer lugar deben determinarse los
posibles peligros para la comunidad. Si hay la posibilidad de una inundación, no tendría sentido
escoger los sitios para los refugios dentro de áreas propensas a sufrir tal catástrofe. De la misma
forma, resulta conveniente que los albergues se localicen lo más cercanos posibles al área afectada.
El tamaño de la edificación también es un aspecto importante. Los encargados de los programas
contra desastres consideran que un albergue pequeño puede guarecer de 50 a 200 personas. En
muchas comunidades gran parte de los albergues entran en esta categoría. El albergue que pueda
acomodar de 200 a 500 personas se clasifica de tamaño medio; y por arriba de la última cifra, es un
albergue grande. Presentamos algunas consideraciones adicionales:
 Espacio para dormitorio (3 a 4.5 m² por persona)
 Servicios para alimentos (cocinas para el número de víctimas albergadas y 2 500 calorías al
día para cada persona).
 Agua (18 litros por persona al día para todos los usos).
 Instalaciones sanitarias (un baño para cada 40 personas).
 Áreas de almacenamiento que puedan asegurarse.
 Estancias separadas para grupos como: enfermos, ancianos y familias con niños de corta
edad, así como espacios para oficinas.
 Área de recreo.
 Zona de estacionamiento.
Una construcción no puede ser rechazada solo porque no posea alguna o más de las características
mencionadas. Muchas de las divisiones de la Cruz Roja conservan listas organizadas de
características (incluyendo los planos de la distribución por pisos) de edificios escogidos como
albergues. Una vez que se han localizado las estructuras idóneas, es un procedimiento normal
entablar negociaciones para su uso y establecer técnicas para habilitarlos cuando sean necesarios.
Funciones o actividades en el albergue
Las funciones o actividades varían de acuerdo al tiempo que el albergue esté en operación y las
funciones que la comunidad no puede continuar desempeñando "normalmente", debido a los daños
ocasionados por el desastre. Algunas funciones importantes son comunes en todos los albergues.
Funciones Importantes Comunes
Servicio de alimentos
El alimento representa la seguridad y la sensación de que alguien se ocupa de la persona. Comer
relaja la tensión y disipa la angustia. Si se cuenta con alimentos o puede arreglarse su distribución,
las víctimas que llegan, por lo general pueden recibir una comida sencilla o un refrigerio. Cuando el
albergue inicia sus operaciones, el servicio de alimentos quizá no esté en funcionamiento. También si
se abre un albergue como medida precautoria, tal vez no sea conveniente poner en operación una
cafetería (para proporcionar una sola comida). En estos casos normalmente se utilizan expendios de
"comida rápida". Poco después de que se inician las funciones del albergue, el alimento suele
prepararse allí mismo o se distribuye desde estaciones fijas. Se programa el horario de servicio y el
personal experto prepara los alimentos, los cuales son inspeccionados por las autoridades sanitarias
de la localidad. El objetivo es que el albergue cuente con un área para proporcionar alimentos o que
afuera de éste exista una para que puedan utilizarla los ocupantes. Además, hasta donde sea posible,
es importante satisfacer las necesidades especiales de alimentación de algunos grupos como
lactantes, ancianos y enfermos.
Sitio para dormitorios
Los albergues se caracterizan por su falta de privacía y en ocasiones es necesaria la vida comunitaria
por el número de personas que se encuentran en ellos. Para dormir se requiere más tiempo y espacio
que para realizar otras actividades y por tal razón todos los arreglos para los dormitorios influirán en
la organización física del espacio dentro de la instalación y la programación de otras actividades. A
menudo el espacio para dormitorios se establece en los gimnasios de las escuelas o algunas estancias
semejantes en edificios como centros de la comunidad. Si se cuenta con un solo espacio para
dormitorios, se asignan las posiciones de tal forma que en un extremo del área estén los varones y en
el otro las mujeres solas, y los grupos familiares en la zona intermedia. La posición recta es la que se
recomienda para dormir. La idea es aumentar las distancias y disminuir el riesgo de infección
aerógena. Si se cuenta con varias estancias, es posible separar a los grupos a la hora de dormir. Hay
que tener consideraciones especiales con niños, ancianos y enfermos, pues necesitan más horas de
sueño que el adulto promedio. Posiblemente, en un principio no se contará con un número suficiente
de camas o de catres para todos los ocupantes. Si existe un número limitado de ellos, serán asignados
a la estación de auxilio y a los ancianos. La mayoría de los ocupantes pueden estar más cómodos si
se utilizan las esterillas de gimnasios, mantas, tapetes o el material de caja de cartón. Muchas
víctimas, en especial las que han tenido ya experiencia en evacuaciones llevarán sus propias ropas de
cama o bolsas de dormir.
Servicios Médicos
Los servicios médicos tienen como tarea procurar que los enfermos y lesionados reciban atención
esencial; planificar las medidas de protección de la salud, y brindar apoyo emocional. Son esenciales
la supervisión médica y los programas de enfermería por 24 horas continuas para conservar los
estándares y asegurar la calidad de la atención. Los servicios médicos y asistenciales deben tener la
más alta prioridad en la distribución de recursos. Una vez más, las necesidades varían de acuerdo a la
naturaleza y magnitud del desastre.
Los ocupantes del albergue normalmente acuden a sus propios médicos o a otro personal clínico ya
de los hospitales u otras instalaciones de tratamiento dentro de la comunidad. Las enfermeras en los
refugios pueden hacer referencia a otras organizaciones y hospitales. Si las autoridades médicas de la
localidad deciden que el albergue debe atender a enfermos muy graves o lesionados habrá que
establecer enfermerías y puestos de socorro temporales. Se ha sabido de casos en que todo el
conglomerado de un asilo tuvo que ocupar un albergue. En estos casos, se da al personal de esa
institución un área separada junto a la zona de servicios medicas en donde pueden atender a sus
pacientes.
Servicios Familiares
A menudo las personas o las familias llegan al refugio porque necesitan algo más que un sitio
temporal para comer o dormir. La Cruz Roja tiene la responsabilidad de satisfacer algunas
necesidades de emergencia de cada familia o persona, individualmente después del desastre. El
auxilio se presta para satisfacer necesidades comprobadas: para que los miembros de una familia
vuelvan a vivir en unidad. Normalmente las personas que prestan ayuda no están presentes en el
momento en que se abre el albergue; no obstante, tan pronto como se determina la necesidad se
asignan trabajadores a cada caso y el trabajo comienza. Todo el auxilio de emergencia se suministra
como una dádiva y no como un préstamo. Cada centro local de la Cruz Roja puede suministrar
información relacionada con la capacitación necesaria para auxiliar en casos de emergencia.
Asesoramiento psicológico
Los servicios de orientación y consejo normalmente pueden ponerse a disposición de los ocupantes
del refugio según sus necesidades. A menudo trabajan como voluntarios profesionistas como:
psiquiatras, psicólogos, enfermeras, trabajadoras sociales, trabajadoras en salud mental, orientadores
vocacionales y clérigos. Las víctimas con posibles alteraciones psiquiátricas pueden ser enviadas a
otras instituciones para valoración u hospitalización si no se adaptan a la vida en el albergue. Este
servicio tiene como finalidad aminorar las reacciones de angustia mental de quienes sufren las
circunstancias y evitar que los problemas psicológicos de las personas alteradas afecten a otras e
impidan su ajuste satisfactorio a la vida en el refugio.
Recreo y actividad de Religiosas
Una de las tareas más difíciles en la coordinación de un refugio es mantener ocupada a la gente. Son
de enorme importancia las actividades planeadas dentro y fuera del refugio y deben iniciarse tan
pronto sea posible. Algunas actividades especiales como; cuidar a los niños de corta edad y a los
ancianos, ejercicios para estar físicamente en forma, enseñanza de técnicas de adiestramiento, artes y
oficios, películas rentadas y actividades sociales ayudan a que el tiempo transcurra más rápido y
mejoran el estado de ánimo, y reducen la ansiedad. Controlan la conducta indeseable y no productiva
como el juego de azar, las riñas y la vagancia. Las actividades religiosas pueden ser establecidas en
unos cuantos días. Si no se cuenta con servicios religiosos, cabe entablar pláticas con temas de gran
contenido espiritual, cantos y períodos de meditación silenciosa. Sin embargo, hay que recordar que
aunque se trata de que los ocupantes del albergue participen en estas actividades, no debe forzárseles
a hacerlo. La participación debe ser voluntaria. Algunas personas prefieren estar solas.
Administración
Los procedimientos de administración sistemática, registros y reportes son de vital importancia para
el funcionamiento adecuado de cualquier refugio, ayudan a llevar un control y un recuento de los
ocupantes de las funciones y actividades de apoyo. Deben instituirse desde que comience a funcionar
el albergue y continuar hasta que termine su operación.
Consideraciones de apoyo
Además de las principales funciones comunes de todos los albergues hay que mencionar algunos
servicios de apoyo que van desde el suministro de agua hasta la descontaminación.
Agua
El agua normalmente no constituye un problema, pero junto con la atmósfera y el aire adecuados es
el elemento requerido por los ocupantes. Por tal motivo, es importante determinar inmediatamente el
volumen de agua de que dispondrá el refugio. Se necesita una cantidad mínima para evitar la
deshidratación, y si es posible para combatir incendios, lavar la ropa, utilizar en las instalaciones
sanitarias y la cocción de alimentos. Las autoridades sanitarias de la localidad tienen la
responsabilidad de asegurar el suministro de agua potable.
Medidas sanitarias
Los refugios que se encuentran muy saturados requieren de medidas sanitarias estándares lo mas
elevadas posible para evitar la diseminación de enfermedades y mantener la moral de sus ocupantes.
Cuando se asignan tareas y responsabilidades hay que recordar que la población en general a menudo
tiene pocos conocimientos de lo que son las medidas sanitarias. Una vez más estas instalaciones son
responsabilidad de las autoridades locales.
Ventilación
La ventilación no representa un problema grave en muchos refugios, pero es de máxima importancia
contar con aire puro. Se necesita saber el tipo de problemas que pueden surgir cuando se cierran
puertas o ventanas durante el mal tiempo o cuando se cuenta con energía limitada para la circulación
de aire, acondicionamiento o calefacción
Energía y luz
Se necesita controlar el empleo de la energía eléctrica, pues a veces es poca la que llega o está
expuesta a sobrecargas o interrupciones intermitentes. Incluso cuando no existen estos problemas
debe hacerse el esfuerzo por conservarla. Hay que recordar también que la ventilación tiene mayor
prioridad que la iluminación y por ese motivo el primer uso que debe dársele a la energía eléctrica
será poner en operación el sistema de ventilación.
Comunicaciones
No puede insistirse demasiado en la importancia de las comunicaciones, pues tanto la externa como
la interna son vitales. La primera constituye un vinculo con el mundo exterior como una fuente de
orientación y un factor esencial para el desempeño de las funciones diarias del refugio. La
comunicación interna conserva a los ocupantes informados de todo lo último que ocurre en el
exterior, y los aspectos de orientación básica como sus deberes, responsabilidades y las normas que
rigen la vida dentro del albergue.
Seguridad
Es esencial conservar un comportamiento ordenado. La seguridad rutinaria y el mantenimiento del
orden en las funciones son tareas desempeñadas por el personal del albergue; los aspectos de mayor
urgencia son responsabilidad del personal local que vela por el cumplimiento de la ley.
Prevención de incendios
El congestionamiento humano y la posible carencia de agua convierten al fuego en una gran amenaza
contra la seguridad. Algunos refugios cuentan con capacidad para los servicios locales contra
incendios, pero aún así hay que establecer vigias cada veinticuatro horas dentro del albergue.
Descontaminación
En caso de un accidente atómico o industrial de otro tipo en el que sea necesaria la evacuación, habrá
que establecer unidades de descontaminación cerca del refugio o como parte de él. Las autoridades
gubernamentales son las encargadas de designar los sitios para el refugio y la descontaminación y
también de la capacitación y la asignación del personal de vigilancia. El proceso de planificación
previa al desastre suele ser un esfuerzo coordinado entre las partes que intervienen, el gobierno, las
autoridades médicas y la Cruz Roja. El personal del refugio por lo general no lleva a cabo el
procedimiento de descontaminación. En los albergas de la Cruz Roja, el personal de servicios
médicos complementa el sistema ya existente en la comunidad para proporcionar los cuidados de la
salud. Para este fin, la Cruz Roja ha establecido algunos cursos de capacitación adicional para
proporcionar atención en casos de contaminación radiológica. Consúltese el capítulo 7 en donde
encontrará la información correspondiente a estos cursos.
Responsabilidades del director de un albergue
El director de un albergue es el responsable de su organización y funcionamiento generales. Él tiene
como tarea coordinar todas las funciones para que se ejecuten de manera ordenada y oportuna. Un
buen director realiza simultáneamente el papel de administrador, supervisor y líder. Como
administrador debe obtener cualquier tipo de suministros o especialidad médica no disponibles
dentro del refugio. Obviamente una sola persona no puede encargarse de todo. Como supervisor debe
delegar rápidamente autoridad a sus asistentes para que desempeñen algunas funciones operativas.
Los ocupantes acuden a él en busca de su orientación y confianza, por tal motivo, los supervisores de
las funciones necesitan la asistencia y coordinación de sus esfuerzos y para ello el director hace uso
de sus cualidades de líder.
Las principales funciones como los servicios familiares, cuentan con un supervisor del más alto nivel
que se encuentra en las oficinas situadas afuera del albergue.
Los supervisores de las funciones se reportan ante su homónimo general para todos los asuntos
técnicos referentes a la forma más adecuada de llevar a la practica sus responsabilidades y de las
decisiones normativas de las cuestiones técnicas. El director del albergue, como supervisor de las
funciones, es un administrador que se ocupa de que los servicios sean suministrados de manera
apropiada y oportuna a los ocupantes del refugio y no de decidir las políticas para dichos servicios.
Sin embargo, este supervisor de las funciones está a las órdenes de el director, en lo concerniente a
los asuntos administrativos. Esta comunicación incluye aspectos como horas, estadísticas, progreso
de las tareas y problemas con otras funciones en el albergue que no se pueden resolver directamente
con otros supervisores.
Si se ha escogido y entrenado con anticipación al personal de coordinación del albergue,
normalmente un plan organizativo estará listo para comenzar a operar, por otra parte, si la enfermera
apenas lo está organizando cuando se abre el albergue, tendrá que concentrarse en las necesidades
más inmediatas. Después de iniciar labores es importante organizarlas.
Distribución de espacio
En circunstancias normales, el director del albergue colabora con los supervisores de las funciones
disponibles en la formulación de un plan de distribución del terreno. No existe un solo modelo para
la distribución del espacio El plan varia de acuerdo al tamaño y la forma del albergue, el número de
ocupantes y el tiempo que permanecerá funcionando. Otra consideración es si en el albergue se
concentrarán instalaciones como centro de alimentación fijo, una enfermería temporal o una unidad
de descontaminación.
La oficina del director y de administración debe estar ubicada en un sitio céntrico y es conveniente
que se les identifique con facilidad y a ella puedan llegar ocupantes, visitantes y personal de
servicios. Normalmente cerca de la entrada principal se sitúa el cubículo de registro y la oficina de
mensajería. Los servicios médicos deben ser accesibles para los ocupantes y ano así ofrecer privacía
y tener tamaño adecuado para guardar allí todos los materiales necesarios. Los servicios familiares
requieren de las mismas consideraciones. Si no se cuenta con estancias separadas para estas dos
funciones, habrá que utilizar mamparas o canceles para separarlas.
El área de servicios de alimentos estará determinada por las instalaciones de la cafetería y el sitio
donde se localicen. Cuando se utiliza un gimnasio u otra zona de gran tamaño para dormitorios habrá
que separar dicha sección de las áreas de actividad por medio de una barrera o de un espacio físico
intermedio. La disposición anterior tiene importancia especial si se utiliza los dormitorios por turno.
El espacio para actividades recreativas y religiosas debe asignarse con base en las actividades
planeadas para las instalaciones disponibles, como: un auditorio o salones de clase, o para deportes al
aire libre y áreas de juego. Las zonas de almacenamiento se escogerán de acuerdo a la disponibilidad
de estancias o gabinetes que pueden cerrarse con llave y candado.
Si se pretende utilizar el refugio para una actividad centralizada como una estación fija de
alimentación, puesto de socorros o enfermería temporal o una unidad de descontaminación, las
autoridades deben prestar consideración especial al flujo y transito de personas que circularan por el
albergue. Además, para conservar un "acceso controlado", habrá que separar algunas actividades de
otras funciones e identificarlas con toda claridad.
Programación del personal
El director del albergue es responsable de que exista el número necesario de personal para operar el
refugio y brindar los servicios según se vayan requiriendo. Dicha responsabilidad algunas veces es
sólo indirecta para ciertas funciones, por ejemplo, los servicios médicos, dado que la programación
de éstas se efectúa en consulta con el director.
Se necesitan en promedio unos 47 miembros del personal para que funcione un albergue día y noche
con 200 ocupantes. (tabla 9-1). Estos últimos que por lo general pueden desempeñar 85% de los
trabajos, son la fuente principal del personal. Un coordinador de voluntarios debe reclutar a personas
para asignarlas a tareas específicas. En caso de que se necesite contratar personal, esta contratación
debe ser coordinada por la oficina central, de la cual el director es responsable.
La oficina del director y la estación de enfermería deben trabajar las 24 horas. Se destinan horarios
específicos para otras funciones, que se limitan a las horas diurnas y a las primeras horas de la noche.
En algunos países funcionan organizaciones de voluntarios que participan en las labores de auxilio
en desastres; algunas de ellas están afiliadas a alguna religión, y su objetivo principal es brindar
servicios más eficientes a las víctimas. Con frecuencia la Cruz Roja de la localidad es quien coordina
los esfuerzos de tales organizaciones. También existen algunos clubes de radio aficionados que
prestan voluntariamente sus servicios y también equipo de comunicación privado para que se emplee
en los albergues.
Es importante considerar la posibilidad de establecer un consejo de orientación si se prevea que el
albergue funcionará por largo tiempo. El consejo es un grupo pequeño de estructura informal
integrado por ocupantes del refugio que constituyen una fuente de información y de opinión para el
director.
Mecanismos para obtener material y equipo
El director es el encargado de establecer un sistema para controlar la compra y la distribución de
materiales y equipo. El sistema puede ser centralizado o descentralizado y se basa en el tamaño del
refugio y el tiempo calculado de su operación. La responsabilidad económica es de máxima
importancia. En operaciones pequeñas pueden establecerse cuentas de crédito con los vendedores
locales. La Cruz Roja utiliza una "órden de compra" para adquirir todos los suministros y el equipo;
la cual también se emplea en los servicios familiares y médicos para cualquier auxilio individual que
se preste a los ocupantes del albergue. En operaciones mayores se establece la adquisición central de
los productos necesarios y e] director solicita la entrega de los artículos de esa fuente.
TABLA 9 - 1 Muestra del patrón de asignación personal en un Albergue para atención masiva

Función/Cargo Número
Administración
Director 1
Asistente del director 2
Empleados de oficina* 1
Seguridad* 3
Mensajeros y Encargados de comunicación* 3
Coordinador de voluntarios* 1
Coordinador de transporte* 1
Recepción/archivista* 3
Servicios de salud y médicos
Medico (de servicio) 1
Enfermera 3
Auxiliar (primeros auxilios)* 3
Personal de oficina* 1
Servicios familiares
Supervisor 1
Entrevistadores 3
Servicios de alimentación
Cocinero 1
Asistente de cocinero* 3
Auxiliar de cocina* 4
Mesero* 3
Dormitorios
Supervisor* 1
Recreación
Coordinador de actividades* 3
Mantenimiento del edificio
Supervisor 1
Conserje* 2
Suministros
Encargado de almacén* 1
Total 47
Notas: La muestra está diseñada para un alberque con 200 ocupantes, que funcione día y noche. Las cifras
son variables y no incluyen actividades como las rondas nocturnas o de prevención contra incendios. Muchas
de las funciones o actividades obligan a la formación de "equipos" que laboran medio tiempo. Tiempo
*Cubierto por lo ocupantes del albergue
Fuente: Adaptado con permiso de la Cruz, Roja Norteamericana,

Preparación de registros y comunicados


Los procedimientos administrativos sistemáticos son necesarios e importantes; pues permiten llevar
un control y un recuento de los ocupantes y de los servicios de apoyo. El director tiene la
responsabilidad directa en esta área. Los registros exactos son útiles para preparar los reportes
requeridos y por ello es importante que en todos los servicios y actividades se lleven libros de
entradas y salidas. La Cruz Roja utiliza formas estándar para registro y reportes. Sin embargo, si no
se cuenta con tales formas, la información se registrará en una libreta de notas o de alguna otra
forma.
Los registros (recuadros 9-1) deben contener información actualizada y precisa, como nombres y
apellidos de la familia, edad, sexo, estado civil de los integrantes, número telefónicos y dirección
previa al desastre, los miembros de la familia que no se encuentren dentro del albergue e información
médica. Al abandonar el refugio, habrá que obtener el domicilio y el número telefónico del sitio en
donde vivirá la (s) persona (s) después de desastre. La forma mencionada puede utilizarse para
señalar la ubicación de un ocupante dentro del albergue y si la persona voluntariamente ha
desempeñado tareas del personal.
Cada día el director debe enviar un reporte estadístico (recuadro 9-2) a las oficinas generales, de
quien el recibe órdenes directas. Dicho reporte contiene el número de personas albergadas, el número
de comidas servidas, el de personas que han recibido tratamiento médico y los problemas principales
que han surgido. También incluye el número de miembros del personal que operan el refugio. El
comunicado por lo general se transmite antes por teléfono y más tarde por correo o por medio de un
mensajero.
Otros registros incluyen a veces las tarjetas de entrada y salida del personal, listas de equipo prestado
o rentado y promesas de pago. Es posible que que las oficinas generales deseen recibir comunicados
de las promesas de pago, de una forma programada.
Lista de funciones del director
Después de recibir la notificación oficial para abrir un albergue el director acude inmediatamente al
edificio o instalación destinada para ese fin. El primer miembro del personal directivo que llegue al
sitio se hacer cargo del refugio hasta que sea relevado por alguien más calificado. A continuación
presentamos una lista de las funciones que debe desempeñar el director elaborada por la Cruz Roja:
 Establecer y mantener comunicación con las oficinas generales.
 Emprender medidas para la identificación del albergue y de su personal.
 Nombrar asistentes para delegar responsabilidades.
 Controlar la entrada y comenzar el registro.
 Distribuir el espacio y comenzar la organización.
 Establecer los servicios médicos de urgencia y la selección de los ocupantes que llegan.
 Establecer los procedimientos de seguridad, y normas contra incendios.
 Elaborar un inventario de los materiales disponibles y ordenar los necesarios, así como el
equipo, a las oficinas generales.
 Hacer los arreglos para el cuidado de mascotas en caso necesario.
 Emprender medidas para hacer cumplir la ley y brindar protección contra incendios.
 Establecer los horarios de operación diaria.
 Poner en marcha todos los grupos funcionales y coordinar sus actividades.
 Reclutar personal adicional según se necesite.
 Establecer relaciones apropiadas dentro de la comunidad inmediata.
 Establecer los libros de registro de entradas y salidas, y los procedimientos para llevar estos
registros.
Problemas y conflictos de la vida en un albergue
Problemas Generales
La vida en un albergue masivo se ha descrito como insatisfactoria en el mejor de los casos. Los
extraños con muy diferentes orígenes y estándares de vida se ven forzados a vivir unos con otros. La
conducta social varía con cada familia. Muchas víctimas se perturban por los efectos del desastre, la
alteración de sus patrones de vida y la incertidumbre del futuro. Otros se preocupan por la seguridad
de sus familiares que no están con ellos y con quienes no pueden ponerse en contacto. Otros más
pueden sufrir perturbaciones emocionales, psicológicas desde antes del desastre y pueden haberse
agravado sus problemas. Todo ello es complicado por la naturaleza poco familiar y restrictiva de la
vida en el albergue, la falta de privacidad y de sueño y los cambios en los hábitos de alimentación.
La mayoría de los ocupantes terminan por adaptarse adecuadamente a la vida en el albergue. Sin
embargo, otros generan problemas y son exigentes. Por esa razón es escencial establecer normas y
reglamentos básicos para la vida en común y procurar que se cumplan. El director debe tener control
inmediato de lo que ocurre en sus dominios para evitar todo tipo de problemas. Junto con las
medidas para imponer la ley, él debe controlar la conducta personal que genere alteración como:
consumo de alcohol y otras drogas, el comportamiento sexual, peleas, juegos de azar, tabaquismo y
el empleo inapropiado de los suministros y el equipo.
Entre las medidas que deben estar a la orden del día, tenemos los primeros auxilios psicológicos para
personas que sufren reacciones más duraderas y graves al estrés. No es posible que en el albergue se
siga un programa total de salud mental, no obstante el tratamiento eficaz (Información y dirección),
la simpatía, interacción amigable con los demás y el ocupar a las personas en algo útil puede servir
de mucho para estabilizar la situación.
Quizá el problema más común sea el de las mascotas que acompañan a sus propietarios al albergue.
Por consideraciones a la salud y la seguridad no debe permitirse que compartan el mismo espacio
que las personas (excepto los perros lazarillos para ciegos y sordos). El cuidado de las mascotas
puede arreglarse con alguna sociedad humanitaria, de rescate de animales y con veterinarios. Muchas
personas consideran a sus mascotas como parte de la familia y no aceptan estar lejos de ellas. Por tal
motivo, si el espacio lo permite, habrá que delimitar otras áreas o incluso construir un lugar para las
mascotas. Muchos ocupantes del albergue pueden conservarlas en los vehículos que utilizan para la
evacuación. Es una práctica común que un miembro de la familia permanezca en el vehículo por
motivos de seguridad, ya que suele contener las posesiones personales de la familia.
RECUADRO 9 - 1 Registro en un Albergue

American Red Cross


Apellido de la Familia Problemas médicos
Nombres Edad  Muerte Enviado a la
 Lesión enfermera
 Hospitalización
Varón
Mujer (incluya el nombre de soltera)
Hijos que se encuentran en el hogar
Miembros de la familia que no están en el alberque (se
desconoce su localización)

ARCHIVO MAESTRO DEL. ALBERGUE


Fuente: Reimpreso con permiso de la Cruz Roja Norteamericana.
REGISTRO EN EL ALBERGUE ESTABLECIDO EN CASOS DE DESASTRE

Ubicación del Alberque


Número telefónico Fecha de llegada
Dirección y teléfono antes del desastre

Yo Autorizo (no autorizo)_ la revelación de la información anterior correspondiente a mis datos


personales o estado general
Firma______________________________________________________________________
Fecha de salida del albergue______________________
Hora de salida del albergue_______________________

Dirección y número telefónico después del desastre

FORMA DE LA CRUZ ROJA


NORTAMERICANA 5972 (5-79)
RECUADRO 9 - 2 Comunicado de Actividades de Atención en el Albergue

Cruz Roja REPORTE DE ACTIVIDADES EN LA ATENCIÓN MASIVA DURANTE DESASTRE

Prepare dos copias conserve una y envíe el original al encargado de la atención masiva
________________________________________________________________________
Número de registro________Número de reporte__________Fecha del reporte_________
Localización________________________________ Número Telefónico______________
Tipo de instalación Albergue Centro de alimentación fijo Unidad móvil Otros
Número de los ocupantes (de ser pertinente)
Comienzo del día____ Final del día______Pérdidas netas_______Ganancias netas_____
Alimentación: Fija Móvil
Número de alimento: desayuno_______ Comida_______ Cena______Refrigerios_______
_________________________________________________________________________

Asistencia médica
Número de personas enviadas al hospital________________________________________
Número de personas que recibieron tratamiento medico____________________________
_________________________________________________________________________

Suministros:
Copias agregadas de Requisición de materiales (Forma 253-B), Memorándum para suministros Forma 2000-
B) Inventario de propiedades no disponibles (Forma 2349) y documentos de recepción.
__________________________________________________________________________

Personal asistencial:
Número de personal a sueldo________________ Número de voluntarios_________________
___________________________________________________________________________
Principales problemas, señalamientos o comentarios (si requiere un espacio adicional utilice el reverso de la
hoja)
Nombre y cargo de Firma de las la persona a cargo personas a cargo
FORMA DE LA CRUZ ROJA NORTEAMERICANA 5922-5-79

Fuente: Reimpreso con permiso de la Cruz Roja Norteamericana


Problemas de Normatividad
El director del albergue no es un legislador, sin embargo, no seria raro que surgieran algunos
problemas relacionados con las normas establecidas. Por ello, no puede destacarse lo suficiente la
importancia del adiestramiento formal. Incluso en tales situaciones, si existe alguna duda el director
debe siempre solicitar a las oficinas generales que envíe un supervisor (algún departamento oficial, la
Cruz Roja u otra organización de voluntarios). Las normas son variables. Por ejemplo, en un
albergue operado por el gobierno, se considera al director como "una extensión del gobierno local".2
Por otro lado la Cruz Roja "no acepta donativos económicos en un albergue".3 Las personas que
desean hacer una contribución deben enviarla por medio de un cheque a las oficinas locales de la
Cruz Roja. Es importante recordar siempre que usted como enfermera puede solicitar orientación,
dirección y control.
Conflictos potenciales
Ya sea de forma consciente o inconsciente, toda opinión que se da y decisión que se toma, se basa en
creencias, actitudes y valores. Existen lugares en donde se reúnen todo tipo de personas. ¿Por qué el
albergue debe ser diferente? Las creencias y prácticas religiosas y culturales son variables. Para un
mundo que ya se encuentra en total confusión la vida en un albergue agrega un toque de extrañeza y
congestión, además de un futuro incierto. Todo el personal administrativo debe adoptar una actitud
imparcial y acrítica. Los posibles conflictos pueden disiparse por medio del entendimiento básico de
los valores y su esclarecimiento y la actitud de escuchar con interés al interlocutor.
El papel de la enfermera en un albergue
La operación adecuada de un albergue incluye el mantener la buena salud de sus ocupantes y por tal
motivo, la enfermera se convierte en un miembro integral del personal administrativo y de trabajo.
Ella debe participar en el proceso de toma de decisiones desde que el refugio comience sus
operaciones. Todas las actividades de los servicios médicos y asistenciales deben coordinarse con los
de las autoridades sanitarias locales y la comunidad médica. Dichas actividades pueden dividirse en
fases de valoración, planificación, ejecución y evaluación final.
Valoración
La naturaleza y magnitud del desastre son los factores que determinan las actividades de los servicios
médicos y asistenciales, las cuales varían de acuerdo a los peligros reales o posibles para la salud, el
número de heridos y enfermos, la gravedad de las lesiones y enfermedades, el número de
damnificados sin hogar, la edad de los habitantes del refugio y los servicios médicos y asistenciales
disponibles. Por ejemplo, un desastre que ha destruido o neutralizado los recursos médicos y de salud
en la comunidad, puede generar necesidades muy diferentes de otro que no los haya afectado.
Teniendo en consideración lo anterior, la distribución de espacio se define dentro del albergue, los
suministros adecuados deben estar con la mayor rapidez posible. Sus cantidades deben bastar para la
operación inicial del albergue hasta que puedan obtenerse mas. El Apéndice 9-A incluye las listas de
los componentes de un estuche muestra para refugios. Es necesario recordar los objetivos de los
servicios asistenciales y médicos en el albergue:
 brindar apoyo emocional
 proteger la salud
 evitar enfermedades
 ofrecer un medio temporal de atención a las víctimas hasta que la familia reanude sus
patrones de vida normales
Planificación
Durante el proceso de planificación, los participantes deben de preveer algunos de los problemas más
comunes que surgen en los albergues.
 presencia de enfermos crónicos que dependen del uso continuo de medicamentos
especializados, y que llegan al albergue sin sus medicinas o con cantidades muy pequeñas
 incidencia normal de enfermedades, incluyendo algunas crónicas como: diabetes y
cardiopatías
 la diseminación de enfermedades contagiosas por personas que las llevan al albergue o que
surgen después de ponerlo en funcionamiento
 reacciones emocionales y físicas al estrés.
Son esenciales la supervisión médica y los planes para atención de enfermería permanente, es decir,
las 24 horas. Es necesario que esté presente cuando menos una enfermera titulada en cada periodo de
guardia, y que se le designe como enfermera a cargo. El número y tipo del resto del personal
asistencial dependerá del tamaño del refugio, el número y gravedad de enfermos y lesionados y las
condiciones especiales de salud entre los ocupantes. En situaciones con un número reducido de
personas sin problemas de salud, suelen hacerse arreglos para tener una cobertura telefónica.
También deben precisarse las técnicas para atender a los enfermos heridos o muy graves. ¿A qué
hospital o puesto de socorros debe recurrir? ¿Quién se encargará de la transportación? ¿Cuales son
las líneas de comunicación existentes?
RECUADRO 9 - 3 Registro de pacientes durante desastre
Deben hacerse arreglos para la requisición o compra de los suministros y en ellos hay que incluir
planes para permitir su almacenamiento de forma segura. A veces se necesita improvisar algún
equipo, prestarlo o rentarlo. Las cantidades de equipo material necesario se basan en la valoración
inicial de la situación.
Algunos reportes deben elaborarse diariamente, como el número total de enfermos y lesionados. Se
llevan registros individuales de todos los ocupantes que reciben atención (recuadro 9-3). Los
pacientes que son enviados o transferidos a otras instituciones médicas o de salud deben llevar
consigo su documentación.
Ejecución
Tan pronto comience a funcionar el albergue, se inicia la selección de los ocupantes que van
llegando. Es necesario alertar al personal médico respecto a problemas que requieren atención
inmediata, aislamiento o transportación a otras instituciones asistenciales.
La enfermera debe de hacer las visitas médicas regulares como parte del programa diario y establecer
un sistema para vigilar los problemas de salud y médicos de los ocupantes. También debe laborar en
forma muy directa con el director y otros supervisores para mantener los servicios medicas regulares
y cumplir con los más altos estándares sanitarios. Las responsabilidades de la enfermera a cargo al
parecer nunca terminan. El Apéndice 9-B incluye una lista de la Cruz Roja, como muestra.
Evaluación final
El proceso de evaluación es constante y se lleva a cabo durante toda la operación. Es necesario
revisar su evolución por medio de interacciones diarias, conferencias una a una y reuniones rutinarias
del personal. También se reunirá la valoración final de los reportes narrativos que por lo general se
les piden a todos los supervisores a partir de las primeras entrevistas, según convenga. La "lección
aprendida" constituye una base para mejorar la eficacia de las operaciones futuras.
Referencias
1. Disaster Services Regulations and Procedures Series, ARC 3000-3099. Washington DC,
American Red Cross, Revised May 1980.
2. How to Manage Congregate Lodging Facilities and Fallout Shelters. Federal Emergency
Management Agency, 1981-728-877, p. 81.
3. Disaster Services Regulations and Procedures: Administrative Regulations, ARC 30003.
Washington, DC, American Red Cross. Revised January 1984, pp. 4,10.
4. Disaster Services Regulations and Procedures: Shelter Management: A Guide for Trainers, ARC
3074. Washington, DC, American Red Cross, August 1976, p. 3.
5. Statement of Understanding Between the Federal Emergency Management Agency and the
American National Red Cross, ARC 2267. Washington, DC, American Red Cross. Revised August
1983, paragraph L.
6. National Voluntary Organizations Active in Disaster, Washington DC, American Red Cross.
Revised April 1982.
Lecturas sugeridas
A Handbook for Local Governments, CPGI-6. Federal Emergency Management Agency, 1981.
California Eartquake Response Plan (Draft). Sacramento, Calif, State of California Office of
Emergency Services, July 1983.
Church Response to U.S. Disaster. New Windson, Md, Church World Services Domestic Disaster
Office, July 1978.
Country of San Diego Emergency Plan. San Diego, Unified San Diego Country Emergency Service
Organization, August 1983.
Guide for the Development of a Mass Care/Shelter Annex/Support Plan. Sacramento, Calif. State of
California Office of Emergency Services, March 1979.
Nuclear Power Plant Emergency Response Plan. San Diego, Unified San Diego Country Emergency
Service Organization, December 1980.
Apéndice 9-A: Botiquín de primeros auxilios para albergues
Los siguientes materiales comprenden el botiquín de primeros auxilios para albergues. Estos
artículos deben reunirse y empacarse previamente en cajas de cartón o recipientes de fácil
distribución y uso, marcadas con toda claridad ÚSESE SÓLO EN UNA EMERGENCIA. Es
importante que cada año se elabore un inventario de verificación y se repongan los objetos
deteriorados.

Cantidad Equipo y materiales


2 delantal/"overol" (de papel)
5 bolsas de papel manila o iguales
5 bolsas grandes de plástico para basura
4 paquetes bolsas chicas de plástico con jareta
2 bacienetas "en riñón"
1 bacín de plástico para lavar manos
2 pilas para lamparilla de mano
1 lamparilla de mano
6 cojines absorbentes para cama, desechables
1 cómodos de plástico
2 mantas para niños
1 juego de biberones (desechables)
12 biberones (con mamilas y tapas)
1 cepillo para biberones
2 velas
1 abrelatas (con destapador)
25 vasos desechables (para bebidas calientes y frías)
3 paquetes pañales desechables (1) pequeños; (1) grandes; (1) medianos
1 agarraderas para cocina
1 botellón o bolsa para agua caliente
2 paquetes pañuelos desechables
2 paquetes de cerillos, recipiente o libro
25 periódicos doblados (opcional)
4 termómetros (universal con libreta de anotaciones)
1 jarra de agua
1 pala (opcional)
12 alfileres de seguridad grandes
1 lata polvo limpiador (ajax o igual)
12 toallas sanitarias (paquete individual)
1 par tijeras de punta roma
1 rollo cinta para cubrir (de 1 pulgada de ancho)
4 termómetros (universales con cubierta desechable)
2 rollos papel sanitario
1 rollo toallas desechables
1 pinzas
1 estetoscopio
1 esfigmomanómetro
Material del botiquín para primeros auxilios
2 vendas elásticas de 7.5 cm de ancho
2 vendas de 5 cm kling
1 vendas de 7.5 cm kling
2 vendas elásticas de reserva
2 vendas triangulares
100 "benditas" (curitas) o iguales
10 benditas tipo mariposa grandes y pequeñas
20 abatelenguas (envueltas individualmente) torundas de algodón
3 apósitos grandes protectores
100 apósitos estériles (10 cm x 10 cm)
100 torundas con alcohol
1 caja aplicadores con punto de algodón o iguales
1 rollo cinta de 5 cm de ancho no alergénico
1 rollo cinta de 2.5 cm antialergénico
50 toallas (tipo Wash-&-Dri o iguales)
50 toallas (humedecidas en jabón antiséptico)
4 bolsas de hielo desechables-compresas helados
20 cojincillos para los ojos
1 jabón líquido
4 compresas calientes
Medicamentos
1 frasco antiácido (Mylanta)
1 frasco colirio o solución salina normal
1 paquete tabletas antiácidas (Mylanta)
1 paquete bicarbonato de sodio
1 tubo pomada antibacteriana (Neosporin)
1 frasco alcohol al 70% 240 ml.
1 frasco aspirina con 100 tabletas de 25 mg.
1 caja almidón de maíz
2 frascos caolinpectina (Kaopectate)
8 cubos azúcar (u ocho paquetes)
1 frasco enjuaga bucal
1 frasco aceite de clavo
1 tubo vaselina
1 frasco pediculocida
4 botes Seven-up
1 frasco acetaminofen tabletas de 325 mg.
500 ml. solución salina normal (disolver una cucharadita cafetera de sal de mesa en 500 ml. de agua)
1 frasco de tilenol liquido (para niños)
1 frasco aspirinas para niños
1 caja sal de mesa
1 frasco vinagre de mesa
2 cepillos de dientes finos (escarmenador)
25 vasos desechables para medicamentos
Artículos para el área Administrativa
25 Libros de registro (entradas y salidas) para usar en desastres(NP- 1836)
25 Libros de registro de pacientes para enfermería (NPW 821)
25 Memorándumes para enfermería (forma 1475)
50 Hojas de registro para paciente (forma 2077)
25 Formas para información confidencial (forma 5854)
2 Protocolos médicos y de enfermería-Capítulo de los Condados Imperiales/San Diego
1 Normas y Procedimientos de Servicios de Salud (ARC 3050)
1 Anexo 5 (Médico asistencial del Plan de Emergencia del Condado de San Diego)
1 Estuche audiovisual ARC (S3-23)
1 Un paquete de formas con dorso de papel carbón integrado(320600)
1 tablillas con sujetador y acojinamiento milimétrico.
1 caja presillas para papel
1 caja bandas (ligas) de hule
1 engrapador con grapas
1 rollo cinta adhesiva transparente
12 carpetas con franja
6 plumas, bolígrafos y lápices
1 lista del contenido de los materiales y botiquín
1 recubierta interior adherible del estuche (teléfono)

1
Fuente San Diego/lmperial Counties Chapter, American National Red Cross.
N. del T.: El tipo, número e identidad de los materiales y suministros pueden modificarse, con arreglo
a los planes locales y las disposiciones de la comunidad.
Apéndice 9-B: Lista de responsabilidades de la enfermera encargada de los servicios
médicos en un albergue
- Procurar que todas las personas que solicitan auxilio, sean entendidas con amabilidad, comprensión
y actitud tranquilizadora; se les administren rápidamente los tratamientos, y las instrucciones se
entiendan perfectamente para continuar la terapéutica.
- Disponer con el médico las revisiones iniciales y diarias de los pacientes.
- Establecer prioridades en la asistencia de enfermería y planear la supervisión médica.
- Planear con el director del albergue la comunicación para casos de emergencia y transportación.
- Planear la transferencia apropiada de pacientes a instalaciones de asistencia regular según sea
necesario.
- Planear la separación de personas de familias en quienes se sospecha alguna enfermedad
contagiosa.
- Planear y obtener los suministros necesarios en colaboración con el director.
- Planear la delimitación de una zona de primeros auxilios y asignar personal a la misma.
- Valorar constantemente las posibles necesidades asistenciales y médicas y organizar horarios de
asistencia continua.
- Revisar los protocolos médicos y de enfermería de la Cruz Roja, de tratamientos especiales y
necesidades generales con el médico a cargo del albergue, los medicas visitadores y el personal
asistencial.
- Identificar las necesidades y procurar el almacenamiento e inventariado seguros de medicamentos,
equipos médicos (jeringas y agujas) y hojas de registro.
- Asignar a enfermeras y al personal de otros servicios médicos a tareas apropiadas y sobre la
marcha, efectuar la supervisión y adiestamiento.
- Supervisar la preparación y distribución de las fórmulas para bebés; consultar con el supervisor de
servicios de alimentos respecto a dietas modificadas por razones de salud o religiosas.
- Recomendar al director las medidas apropiadas para cuidar a embarazadas, lactantes y niños de
corta edad, ancianos, enfermos crónicos y personas en quienes se sospeche una enfermedad
contagiosa.
- Comentar los aspectos sociales, médicos y de enfermería de problemas familiares con el
departamento de servicios para familias, según conviene.
- Planear con el director la inspección inicial y periódica del albergue que incluya la inspección
sanitaria, de acuerdo a las normas de la salud pública de la localidad.
- Suministrar personal de enfermería y medios cuando el departamento de salud pública inicie la
vacunación de los ocupantes del albergue.
- Mantener informado al director y a la supervisora o directora de enfermería de las situaciones
médicas, asistenciales y de salud, actividades, necesidades y planes.
- Planear con el director la coordinación de la participación de organizaciones que atiendan a las
víctimas en el albergue (por ejemplo, salud pública y mental, recursos humanos y asociaciones
religiosas).
- Recomendar y apoyar el plan para contar con recursos apropiados que satisfagan las necesidades
inherentes de la practica adecuada de la salud mental
- Planear la identificación apropiada de la Cruz Roja, del personal de los servicios médicos y la
instalación.
- Reportarse al final de cada periodo de trabajo a la enfermera de relevo y hacerlo regularmente con
el encargado de los servicios de salud en el desastre o alguna persona designada por las oficinas
generales.
- Llevar un libro de entradas y salidas correspondiente a las actividades de los servicios medicas y
asistenciales durante el desastre.
Fuente: Adaptado bajo la autorización de Disaster Services Regulation and Procedures: Disaster
Healt Services, ARC 3050. Washington D.C., American national Red Cross, revised February 1976,
33.

10. Enfermería comunitaria durante un desastre


Kathleen H. Switzer, R.N., M.S.
Durante las actividades de respuesta a un desastre, muchas enfermeras deben actuar fuera de las
instalaciones de atención para casos agudos. Las enfermeras en una institución médica de la
comunidad pueden hacer visitas a los hogares, tiendas, chozas y albergues, en donde llevan a cabo el
examen de los pacientes, las actividades de prevención y los programas de educación para la
población de damnificados. También pueden integrarse a clínicas y participar en operaciones, como
el establecimiento de campamentos para refugiados y centros de atención infantil de emergencia.
El propósito de este capitulo es exponer los problemas que las enfermeras pueden enfrentar en caso
de una calamidad grave Presentaremos conceptos e ideas aplicables a diversas poblaciones y
situaciones de excepción.
El recurso de mayor importancia en una comunidad durante un desastre es la preparación que tenga
cada persona. Las enfermeras deben estar listas para asumir responsabilidades nuevas y mayores, y
delegar tareas que ellas desempeñarían normalmente, de manera que puedan enseñar y orientar a
otras personas, y por tal motivo, tienen que estar preparadas de forma personal y profesional.
Cabe esperar que las enfermeras en caso de desastre en una comunidad, sinteticen bajo la tensión de
la crisis, los principios asistenciales de la salud pública y de la propia comunidad. También deben
aplicar sus conocimientos y experiencia a situaciones de calamidad, únicas y que cambian
rápidamente. Necesitan planear, manejar y dirigir aptitudes, competencia clínica y esfuerzo
cooperativo con otros socorristas y trabajadores de la comunidad.
En los Estados Unidos, como en otros países desarrollados, la mayor parte de la población tiene
acceso a un nivel bastante complejo de atención medica y de enfermería. Los aspectos básicos de
salud pública, como alimentos, agua, salubridad y enfermedades relacionadas con éstos a menudo no
son enfocados a gran escala. Durante una catástrofe importante, la enfermera puede preveer que se
alteren los estándares de vida y algunos aspectos de salud pública adquieran mayor importancia para
la comunidad. Los países en vías de desarrollo representan para la enfermera una fuente disponible
de conocimientos útiles, así como algunos otros que dependen totalmente de la ayuda internacional
en casos de catástrofe o algunos desastres ocurridos en los Estados Unidos.
Presentaremos información actual con ejemplos de casos con experiencias semejantes. Las
enfermeras pueden aplicar estos datos a sus propias situaciones.
Este capitulo está escrito para enfermeras cuya intervención en la comunidad es muy activa. Muchas
de ellas tienen preparación y experiencia muy diversas, algunas quizá recibieron una educación
avanzada y capacitación especializada. Las enfermeras que son enviadas al área de desastre pueden
actuar como miembros de grupos de medicina preventiva o programas de auxilio. Allí pueden unirse
a las personas que ya se encuentran desempeñando algún cargo en la comunidad.
Para ampliar los programas de enfermería comunitaria, puede reclutarse a algunos voluntarios de la
población local de enfermeras no activas, las cuales tienen diversos tipos de experiencias pero a
menudo poseen conocimientos útiles de la comunidad y sus miembros. El conjunto de enfermeras
que pueden auxiliar en un desastre comunitario incluyen:
 enfermeras que laboran en industrias y centros ocupacionales
 enfermeras de instituciones escolares
 enfermeras de salud pública
 enfermeras visitadoras
 enfermeras de clínicas que trabajan independientemente
 enfermeras encargadas del desempeño de programas especiales
 enfermeras de otras organizaciones comunitarias
 enfermeras voluntarias de la localidad
 enfermeras de organizaciones estatales, federales, e internacionales
La diversidad de enfermeras en la comunidad impide definir un papel perfectamente delimitado o
establecer responsabilidades. Sin embargo dicha diversidad es una ventaja cuando se trata de
satisfacer las múltiples necesidades que surgen en un desastre. Las enfermeras deben actuar dentro
de su propio campo de preparación y cargos individuales y adoptar un enfoque flexible para llevar al
cabo sus tareas. Deben ajustar sus intervenciones a la situación y a la atmósfera organizativa dentro
de la cual están laborando.
Acciones de enfermería
La obtención del mejor nivel posible de atención para personas en una comunidad afectada por un
desastre requiere de diversas acciones de enfermería:
 identificación de víctimas y enfermos, y traslado de éstos
 atención directa
 valoración y evaluación
 solución de problemas
 organización y coordinación
 enseñanza y consulta
La enfermera algunas veces trabaja sola dentro de la comunidad y por ello, quizá no se cuente con
otra persona que ayude a administrar la atención durante una crisis. De este modo puede iniciar y
desempeñar independientemente acciones asistenciales; no obstante, éstas deben ser parte de un
"enfoque de grupo".
Las enfermeras deben colaborar entre si y formar una red de apoyo mutuo, con aquellas que cuentan
con las especialidades y conocimientos necesarios. Las que prestan sus servicios voluntariamente
deben integrarse a organizaciones en donde se les asignen responsabilidades. Los grupos en cuestión
se exponen con mayor detalle en el capitulo 13.
Los planes e intervenciones deben ser consistentes con el programa global contra desastres y las
actividades de otros miembros de grupos asistenciales y médicos. Las enfermeras necesitan a veces
buscar de manera activa la experiencia y la participación de otras personas para promover un
enfoque de equipo multidisciplinario.
Las actividades de enfermería en la comunidad deben reflejar las necesidades cambiantes en caso de
una calamidad y tener como metas la prevención primaria, secundaria o terciaria (Fig. 10-1) La
prevención primaria es la disminución de las probabilidades de enfermedad, muerte e incapacidad
como consecuencia de un desastre. La prevención secundaria es la identificación rápida de
problemas propios del desastre y la implementación de medidas para tratar y evitar su reaparición o
las complicaciones. La prevención terciaria comprende la rehabilitación para restaurar a la
comunidad y a su población al estado en el que se encontraba antes del desastre y mitigar las
incapacidades a largo plazo.
Los desastres naturales generan una serie predecible de problemas a través de sus diversas etapas,
aunque tales problemas son modificados por el tipo y la gravedad de la calamidad. Las figuras 10-2 y
10-3 ilustran la secuencia cambiante de necesidades después de terremotos, inundaciones o
marejadas. Cada aspecto de los problemas debe enfocarse por medio de actividades específicas y
medidas de prevención en equipo. Por ejemplo, la atención de los heridos constituye una necesidad
inmediata durante los primeros 2 ó 3 días después de un terremoto. A diferencia de ello, en una
inundación la evacuación de la población y su reubicación en refugios temporales asume la mayor
prioridad.
Prevención primaria
La prevención primaria comienza antes de que acaezca una calamidad, comprende todos los aspectos
de planificación del suministro de atención medica y de enfermería y la preparación de las
actividades básicas de la vida diaria en condiciones de desastre. Considera los posibles peligros de
seguridad e intenta aminorar las situaciones riesgosas del medio ambiente. Por ejemplo, habrá que
designar otras fuentes de alimentos y agua si las que se utilizan normalmente llegaran a contaminarse
o fueran inaccesibles.
FIGURA 10 - 1 Ciclo para acciones preventivas contra desastres
Los programas de fomento de la salud pueden estar diseñados para alentar las medidas de autoauxilio
como el almacenamiento de alimentos, y agua dentro del hogar y entrenamiento en primeros
auxilios. Las intervenciones especificas como la prevención de enfermedades infantiles y la
distribución de suplementos nutritivos a los pobres, deben ayudar a conservar los niveles altos de
salud en la comunidad y a evitar algunos posibles peligros contra éstos en un desastre.
Los programas sociales comunitarios son importantes porque las personas cuya salud emocional es
satisfactoria tienen mayor fortaleza para superar las crisis generadas por los desastres. Las
comunidades podrán adaptarse mejor a las nuevas exigencias y dificultades si han logrado una
estabilidad y sus miembros cuentan con apoyo físico y social adecuado.1
La prevención primaria también aminora la vulnerabilidad de las personas al mejorar su capacidad
para reaccionar ante una catástrofe. Las comunidades cuyos integrantes tienen una conciencia muy
clara de las posibilidades de que surja un desastre, pueden reaccionar con mayor rapidez y
productividad.
Prevención secundaria
Las medidas de prevención secundaria asumen importancia durante las etapas de impacto, rescate y
socorro en un desastre. Las instalaciones para casos agudos pueden estar totalmente saturadas con
heridos y por tal motivo, las enfermeras de la comunidad pueden organizar y supervisar la atención a
personas enfermas y lesionadas, ya sea en el hogar o en refugios. Ellas pueden asumir tareas de
enseñanza y consulta, en tanto que las voluntarias y miembros de la familia se dedican a actividades
de asistencia de la salud, en el hogar.
FIGURA 10 - 2 Terremotos: Necesidades cambiantes durante el desastre
Fuente: Reimpreso con permiso de Emergency Health Mangament After Natural Disaster, Pan
American Health Organization scientific publication No. 407. Washington, DC, World Health
Organization, 1981, p. 15.
Las enfermeras deben establecer una intercomunicación con instituciones que atiendan casos agudos,
para consultarse mutuamente y solucionar problemas. Tales arreglos pueden facilitar la
hospitalización de enfermos con problemas graves, y asegurarán que aquellas personas que han sido
dadas de alta del hospital desde fosé temparana, reciban atención asistencial ininterrumpida y
adecuada en la comunidad.
Los recursos locales pueden suplementarse por medio de la asistencia de organizaciones y diversas
agencias externas. Es importante efectuar la detección de casos de enfermedades y problemas
específicos a gran escala. Se necesita establecer programas de tratamiento complementarios para
evitar complicaciones y la recurrencia de problemas identificados, además de llevar a la práctica
medidas adicionales de prevención primaria. En muchos casos, habrá que ampliar inmediatamente
los programas existentes de supervisión y de enfermedades, y medidas sanitarias.
Prevención Terciaria
La prevención terciaria es importante durante la fase de recuperación en un desastre, pero las bases
deben haber estado sentadas desde mucho antes. La planificación y los esfuerzos de rescate en
situaciones de desastre deben efectuarse con la meta a largo plazo de restaurar el funcionamiento
existente antes de la calamidad. Por ejemplo, cuando se escojan los sitios para campamentos de
refugiados, los socorristas deben recordar que los evacuados a los albergues, lejos de sus hogares
destruidos, son los que menores posibilidades tienen de regresar una vez que haya terminado el
desastre. Por tal motivo, el establecimiento de campamentos lo más cerca posible de la comunidad
original, exhorta a la reconstrucción y ayuda a conservar los lazos comunitarios.
RECUADRO 10-1 Ejemplo de Caso

En 1975, los refugiados de guerra vietnamitas fueron reubicados en varios campamentos para su
establecimiento final en otros países. Esta labor de auxilio combinaba los recursos de todas las especialidades
de los servicios del ejército estadounidense y la intervención de organizaciones de voluntarios como la Cruz
Roja2,3,4

En Guam se dieron alimentos, albergue, recreo y atención médica en forma temporal a más de 86 000
refugiados como parte de la "operación vida nueva". Fueron albergados en un campamento que consistía en
un anexo de hospital de la segunda guerra mundial reparado aceleradamente y 3 275 tiendas de campaña. Se
les brindaron innumerables servicios de salud, en especial para convalescencia y medicina general,
examinación física y programas de salud pública. También se establecieron centros para llevar al cabo los
procedimientos de detección de enfermedades, programas de vacunación para niños de corta edad y
suministro de alimentos para bebés2,3,4.

Las enfermeras comunitarias militares trabajaron con la población vietnamita. Como una de sus
responsabilidades, identificaron signos de deshidratación en los lactantes, como consecuencia de calor,
cambios en los hábitos dietéticos, y posibles diarreas. Los bebés que necesitaban reposición de líquidos
fueron enviados a los hospitales. Mientras tanto las enfermeras instaron a las madres a brindar fórmulas
lácteas adecuadas, jugos y agua a sus bebés e impartieron enseñanza relacionada con la importancia de éstas
y de otras medidas.

Los programas que estuvieron reducidos temporalmente durante el periodo de crisis deben ser
renovados y reestructurados en la etapa de recuperación. Algunos servicios son de enorme utilidad
para auxiliar a las comunidades y a las personas durante el proceso de restauración:
 orientación nutricional
 atención medica infantil adecuada
 atención médica prenatal y postnatal
 cuidado de enfermedades crónicas
 prevención de enfermedades contagiosas
 examinación rutinaria de la salud de los enfermos
 asesoramiento respecto a la salud mental
Las enfermeras pueden detectar signos de que no está ocurriendo la rehabilitación. Este tipo de
detección de casos es importante y puede necesitarse un estudio epidemiológico para identificar las
necesidades ininterrumpidas de los miembros de la comunidad. Los efectos que un desastre tenga a
largo plazo en la salud varían de acuerdo a cada situación. Sin embargo, las enfermeras
indudablemente tendrán que enfrentar siempre las consecuencias de una calamidad y durante algún
tiempo después de ésta necesitarán evitar secuelas duraderas.
Las enfermeras que permanecen en la comunidad después de una calamidad tienen la satisfacción de
haber conducido a la población hacia la normalidad. Comenzarán a funcionar de nuevo escuelas,
industrias y clínicas. Ellas deben intervenir en actividades de prevención terciaria y restablecer sus
tareas en un medio que se normalice poco a poco. Las actividades de prevención primaria deben
asumir nueva importancia conforme las enfermeras colaboren en la revisión de planes contra un
posible desastre futuro y lleven a la práctica programas de enseñanza.
Valoración de las necesidades de salud
Las enfermeras pueden participar en la definición de las necesidades de salud durante todas las
etapas de un desastre. Además de valorar el estado de cada persona ellas deben participar en la
evaluación de la comunidad en general y también en encuestas o supervisiones especificas. Necesitan
información confiable para identificar necesidades, formular planes y asignar recursos.
Valoración inicial de la comunidad en general
Las valoraciones iniciales de la comunidad se utilizan para tener una idea panorámica de esta última
y situar a los problemas en un marco amplio. La información de las valoraciones mencionadas suele
provenir de múltiples disciplinas y es utilizada por una gran variedad de organizaciones y
profesionistas. Muchos grupos fuera del área de desastre, como instituciones gubernamentales o de
voluntarios, necesitan recibir reportes formales antes de suministrar auxilio. Las decisiones respecto
a servicios y programas asistenciales se basan a menudo en la valoración inicial de una comunidad,
la cual se utiliza durante varias etapas de un desastre e incluyen la preparación previa a la catástrofe,
la respuesta de emergencia y el proceso de recuperación.
Valoración previa al desastre
Esta valoración debe incluir un inventario de los recursos médicos y sociales existentes, un cálculo
de la vulnerabilidad de la comunidad al desastre y un estudio de las opciones para cubrir y satisfacer
las posibles necesidades médicas. Durante las fases de emergencia, dicha información anterior al
desastre suele sentar las bases para la respuesta inmediata. Más aún, dicha preparación puede tener
mucha importancia cuando el área afectada tiene sistemas inadecuados de comunicaciones o si estos
últimos sufrieron deterioro o interrupción. La valoración y el empleo de los recursos de la comunidad
en la planificación para un desastre se expone con detalle en el capitulo 13.
Valoraciones de Emergencia
Después de una tragedia muy grave, suele llevarse a cabo una valoración inicial rápida por medio de
una observación aérea. Los militares con frecuencia son los encargados de dicha tarea. Sus reportes
pueden ser utilizados por instituciones u organizaciones externas para la movilización de las
actividades de socorro.5
La valoración multidisciplinaria mas detallada que normalmente se efectúa después, incluye a grupos
de móviles de reconocimiento. La recolección de esta información es de suma importancia para una
respuesta eficaz ante la catástrofe. Para este fin se necesita designar a personal y medios de
transporte adecuados, como helicópteros para que laboren en equipos. A tales equipos se asignarán
los profesionistas médicos más calificados puesto que sus hallazgos serán los que sirvan de base para
los principales planes de auxilio. Las enfermeras que intervienen en los equipos de reconocimiento
pueden experimentar algunos conflictos entre sus responsabilidades en esta tarea y su deseo de
brindar atención clínica a los damnificados. Es importante darles instrucciones para que
permanezcan en sus asignaciones primarias salvo que su ayuda se torne absolutamente necesaria.5
La información resultante de estas valoraciones puede utilizarse para determinar las necesidades
médicas y asistenciales y establecer los requisitos de suministros, equipo y personal médicos. Los
programas y planes de salud para la distribución de recursos deben basarse en los datos que se
reúnan y reporten.
Las enfermeras quizá no tengan tiempo para realizar valoraciones completas durante las etapas de
emergencia de una calamidad. Sin embargo, pueden ser útiles los datos preexistentes de una
comunidad que ha sufrido ya un desastre. Las enfermeras que no pertenecen a la comunidad deben
revisar la información respecto a las características de esta última y los reportes iniciales de la
catástrofe. La información que posiblemente deseen obtener incluye los siguientes aspectos:
 extensión geográfica del área de desastre
 número de personas afectadas
 principales problemas preexistentes
 estado de los albergues y edificaciones para refugio
 localización y estado de las instalaciones medicas
 estado y magnitud de los suministros de agua
 extensión y distribución de los recursos alimentarios
 estado de ánimo de la comunidad y nivel de actividad
 proyectos de auxilio en marcha
Las enfermeras que atienden a refugiados o personas desplazadas deben obtener información del
sitio o cultura de la que provienen y también de sus estándares de vida. Serían de utilidad mapas,
estadísticas demográficas y los nombres y números telefónicos de personas clave que podrían servir
como consultores o puntos de contacto.
Valoraciones sobre la marcha
Las valoraciones intermedias pueden efectuarse poco a poco durante los esfuerzos de auxilio o el
proceso de recuperación. Los datos reunidos deben revelar los efectos del desastre en la salud, el
nivel socioeconómico y la condición cultural. Los hallazgos deben constituir un incentivo para el
trabajo en equipo y sugerir estrategias múltidisciplinarias para realizar modificaciones.
Las enfermeras pueden utilizar diversos métodos para reunir datos:
 entrevista
 observación
 exploración física
 detección de enfermedades y valoración de la salud
 encuestas (muestras y aspectos especiales de salud)
 registros (censos, datos escolares, estadísticas vitales y reportes de enfermedades).
Las enfermeras que intervienen en la planificación comunitaria durante la fase de recuperación
advertirán que se necesita una valoración completa para diseñar y enfocar de nuevo los servicios
asistenciales, en relación con las necesidades cambiantes de la comunidad. Un ejemplo de la
valoración mencionada se incluye en el Apéndice 10-A al final de este capitulo.
Supervisión y encuestas específicas
Después de una calamidad es importante conducir encuestas técnicas referentes a problemas
específicos que son de gran trascendencia durante las fases de la emergencia y pueden continuar
hasta que la fase de recuperación esté en marcha. El estudio de los problemas de salud por lo general
se lleva a cabo como supervisión epidemiológica y puede utilizarse para determinar los siguientes
aspectos:6
 número y proporción de heridos
 número y proporción de muertos
 incidencia de enfermedades contagiosas
 incidencia de alteraciones de la salud psíquica
 inventario de las instalaciones médicas restantes
 inventario de los materiales médicos
Es posible que surjan angustia pública y rumores, por ello se necesita selectividad en la supervisión.
Habrá que prestar prioridad a las poblaciones de gran densidad, los grupos reubicados y al deterioro
en la calidad de la vida. Es necesario incluir información relacionada con poblaciones urbanas cuyos
servicios se han visto muy afectados, poblaciones urbanas también reubicadas en áreas rurales con
pocos servicios existentes y grupos rurales concentrados en campamentos de refugiados o albergues.
Tienen menor prioridad en estos casos las poblaciones rurales que se encuentran muy diseminadas,
en las cuales la calidad de vida casi no ha sufrido deterioro.
RECUADRO 10-2 Ejemplo de caso

Durante las maniobras de auxilio en el terremoto que asoló Guatemala en 1976, los epidemiólogos de
organizaciones gubernamentales iniciaron un sistema de observación continua para recolectar, analizar y
difundir información médica. Las enfermeras voluntarias de la organización Six Peace Corps efectuaron
visitas diarias a hospitales, clínicas y centros de salud pública localizadas en la zona de mayor población y
destrucción. Recogieron información especifica de las formas de registro utilizadas de forma rutinaria en
tales instalaciones, las cuales incluían datos como edad, sexo, dirección y diagnostico. También, diariamente
obtuvieron información relacionada con el número disponible de camas para casos agudos y las nuevas
hospitalizaciones.

La distribución de enfermedades se comparó con la información disponible, correspondiente a años previos y


con las enfermedades notificadas en las zonas no afectadas. Se investigaron mas de 30 epidemias reportadas.
No se advirtió incremento alguno en la frecuencia de enfermedades, a pesar de los rumores persistentes. En la
segunda semana después del terremoto se observó un incremento en el número de mordedura de perros y se
implantó un programa exitoso que logró la vacunación de los animales y la eliminación de canes callejeros.7

El sismo y sus secuelas causaron mas de 23 000 muertes y 77 000 lesiones, más de 20% de la población
quedó sin hogar. La información de la supervisión epidemiológica registré la evolución de las necesidades
médicas. Dicha información se utilizó para orientar las decisiones en salud pública respecto a la forma de
emplear los recursos, incluyendo la distribución y planificación de las instalaciones móviles de tipo médico y
la repartición de vacunas y artículos médicos.

La decisión de iniciar una supervisión especifica puede basarse en la detección de casos individuales,
la recopilación de comunicados y el seguimiento selectivo de los rumores. Hay que hacer un esfuerzo
para reunir sistemáticamente los datos, incluso en circunstancias de desastre. Los reportes deben
enviarse todos los días durante las fases de emergencia y cada semana una vez que se ha estabilizado
la comunidad, hasta que se ha superado el posible peligro de un brote de enfermedades.
Las enfermeras pueden participar en la recolección de datos o la preparación de comunicados;
pueden colaborar en la organización del proceso de obtención de información en situaciones que de
otra manera serían caóticas y estresantes. Sus observaciones pueden ser trascendentes en la
interpretación de los datos. Ellas deben identificar situaciones que pueden alterar la exactitud de la
información o explicar los hallazgos, y también corroborar lo obtenido, cuando preparen sus
comunicados.
La detección de casos que las enfermeras practican de forma rutinaria en una comunidad puede ser
importante para identificar la existencia de casos específicos que más tarde se convierten en la base
de la supervisión. La percepción de hallazgos fortuitos puede dejar al descubierto necesidades
médicas importantes. El descubrimiento de un caso de alguna enfermedad específica puede denotar
la existencia de un problema extenso y en esta situación habrá que investigar más a fondo para
advertir la presencia de otros casos. La última edición de Control de Enfermedades Transmisibles en
el Hombre, mencionada en la lista de lecturas sugeridas en el final de este capitulo puede ser de gran
valor para las enfermeras durante la realización de estas tareas.
Principales aspectos de ea atención
Las calamidades generan problemas médicos y de salud al alterar los estándares de vida en un
entorno. Además de muertes y lesiones, crea situaciones que aumentan el peligro de enfermedades y
diversos trastornos:
 aglomeración excesiva de la población
 disminución de la higiene personal y de las prácticas sanitarias
 incremento de las lesiones personales y la desnutrición
 contaminación de alimentos y agua
 perturbación de los servicios de salud pública
Los niveles preexistentes de salud suelen ser los elementos que determinen la aparición de problemas
específicos. Sin embargo, el tipo, la gravedad y la duración del desastre también influyen en la
exacerbación de los problemas de salud. Por ejemplo, los terremotos muy probablemente causarán
muchas muertes y un número extraordinario de heridos graves que requieren atención pero rara vez
producen grandes desplazamientos de población o alteración en el suministro de alimento. Por el
contrario, en las inundaciones son frecuentes la escasez de alimentos y la evacuación de la población,
pero por otro lado son pocas las muertes y las lesiones.5
TABLA 10 - 1 Efectos provocados por los desastres naturales en la salud

Servicio Efectos más comunes en la salud ambiental Terremoto Huracán- Inundación Tsunamis
Tornado
Daño a estructuras de ingeniería civil
Rompimiento de la cañería maestra
Interrupción del suministro eléctrico
Abasto de agua Contaminación (biológica o química) Fallas
potable y de transportes Escasez de personal
eliminación de Sobresaturación del sistema (debido a los
aguas desplazamientos poblacionales) Escasez de
residuales equipo, refacciones y aprovisiona miento
Daño a estructuras de ingeniería civil
Manejo de Fallas de transportes Escasez de equipo
desechos Escasez de personal
sólidos Contaminación de agua, suelo y aire
Daño en las instalaciones para preparar
alimentos
Falla de transportes
Manejo de Interrupción del suministro eléctrico
alimentos Inundación de edificios
Contaminación/degradación de las
provisones de auxilio
Proliferación de criaderos de vectores
Incremento en los contactos hombre-vector
Control de Perturbación de los pro gramas de control de
vectores enfermedades ocasionadas por vectores
Sanidad e Destrucción o daño de estructuras
higiene en el Contaminación de agua y alimentos
hogar Interrupción de los servicios de energía,
combustible, servicio de desecho de aguas
negras y suministro de agua potable
Conglomeración excesiva
 Posible efecto grave
 Posible efecto menos grave
 Efecto mínimo o imposible
Fuente: Reimpreso con permiso de Environmental Health Management After Natural Disasters, scientific
publication no. 430. Washington, DC, Pan American Health Organization, 1982, p. 5.

Cuanto mayor sea el tiempo que una catástrofe altere una comunidad e impida su restablecimiento,
mayor será la probabilidad de que surjan efectos acumulativos y problemas médicos. En la tabla 10-1
se señalan los posibles efectos de salud creados por desastres naturales en la salud.
Los aspectos específicos de salud a los que debe prestarse atención durante las operaciones de
socorro son aquellos que más alteran los servicios comunitarios y los estándares de salud pública.
Tales servicios incluyen agua, alimentos, salubridad y atención de enfermos y heridos.
Las enfermeras pueden auxiliar a los miembros de la comunidad a prepararse para manejar una
situación de desastre en el hogar. Parte de los preparativos incluyen almacenamiento de alimentos,
agua y diversos materiales para subsistencia.
Agua
En lo que se refiere a preparativos en el hogar, el agua puede almacenarse en recipientes de vidrio o
plástico. Los de vidrio son resistentes a vapores permeables y al paso de sustancias químicas al agua,
pero son pesados y frágiles. Los de plástico son más fáciles de manejar pero hay que tener más
cuidado en su selección. Es importante no guardar agua en cualquier recipiente de plástico que haya
sido fabricado para otros fines (como para almacenar amoniaco o depositar basura). Pueden
adquirirse envases de plástico especialmente fabricados para ese fin y deben recibir la aprobación de
las autoridades sanitarias para estar en contacto con alimentos (en Estados Unidos Food and Drug
Administration).8
El agua almacenada debe tomarse del suministro normal de agua potable. Si se necesita almacenarla
por largo tiempo, en primer lugar habrá que desinfectarla por métodos químicos. Los recipientes de
agua deben almacenarse bajo las siguientes condiciones 8
 con una tapa perfectamente ajustada
 con una etiqueta que señale la fecha y el método utilizado para desinfectarla
 debe estar lejos de la luz solar
 lejos de sustancias tóxicas (gasolina, keroseno y pesticidas)
Durante un desastre el agua se utiliza para diversos fines además de mitigar los efectos de la tragedia.
Algunas de las mayores necesidades de agua corresponden a actividades como:
 operaciones industriales (empleo de equipo pesado y construcciones de urgencia)
 técnicas de seguridad (combatir incendios)
 operaciones de descontaminación (métodos químicos y radiológicos)
La población de la comunidad necesitará del suministro de agua para desempeñar sus actividades
diarias. Dichos usos incluyen agua para beber y para actividades domésticas como cocinar, preparar
fórmulas y biberones, bañarse, lavar ropa y limpieza.
El empleo más importante que se le da al agua es para beber y por esta razón la calidad del agua
potable se mide en términos de potabilidad y palatabilidad. El agua "agradable al paladar" es
aquella que como su nombre lo dice, tiene un sabor agradable, pero puede estar contaminada por
microorganismos patógenos, sustancias tóxicas, material radioactivo o grandes cantidades de materia
orgánica. El agua potable es segura para beber y no tiene contaminantes. Parte del agua no puede
utilizarse para beber o preparar alimentos por su sabor poco agradable o su baja potabilidad, pero aún
así sirve para el baño, el lavado de ropa u otros menesteres en los que sea necesaria
Fuentes de agua
La perturbación del abasto normal de agua obliga al empleo de todas las fuentes disponibles. Además
del agua almacenada, existen algunas fuentes acuíferas de urgencia para consumo en el hogar que
suelen considerarse como:
 tinas y recipientes llenos con anterioridad
 cubitos de hielo derretidos
 alimentos líquidos enlatados
 refrescos y cerveza
 calentadores de agua
 depósitos de los retretes del baño (no el agua contenida en la taza)
La inocuidad del agua de tinas y recipientes llenos con anterioridad, calentadores y retretes depende
de que se haya obtenido antes de que el suministro recibiera algún tipo de contaminación. Los grifos
de agua corriente o los retretes pueden introducir elementos contaminantes provenientes del abasto
principal. El sistema de distribución de agua que cuenta con unallave de paso en el sitio de entrada a
la casa, debe ser cerrado lo más rápidamente posible en el momento en que surge el desastre para
evitar la contaminación del agua que ya estaba dentro de la red casera.
Los lechos acuíferos no son una fuente aceptable de liquido, ya que el plástico y el agua por lo
general contienen pesticidas para evitar la proliferación de algas, hongos y bacterias.8
A veces se puede obtener agua de algunas fuentes importantes y potabilizarla después de realizarle
algunas pruebas y desinfectarla. Entre ellas se incluyen:
 agua de lluvia
 hielo y nieve derretidas
 pozos y manantiales
 lagos, ríos y corrientes
El agua de albercas puede utilizarse también si no ha sido tratada con demasiados químicos para
evitar la formación de algas. Algunas industrias como las fábricas de hielo, lácteos, cervecerías y
plantas procesadores de alimentos suelen contar con sus propios pozos y fuentes de agua, las cuales
pueden permanecer potables después de haber sufrido desperfectos el abasto principal de una
comunidad y representan una fuente de agua que a veces no se toma en consideración durante una
emergencia.
Necesidades de agua
Cuando escasee el agua, habrá que limitar su utilización en aspectos no esenciales, incluso como el
baño personal y el lavado de ropa (en un intento por mantener un volumen adecuado de agua
potable). No puede insistirse más en la importancia de que las personas se encuentren perfectamente
hidratadas, bajo las tensiones físicas y ambientales.
Los adultos pueden sobrevivir unos sesenta días sin alimento pero difícilmente viven más de 10 días
sin agua. El cuerpo del adulto contiene unos 40 litros de agua y la necesidad diaria absoluta para
sobrevivir es de un litro por persona.9
La deshidratación provoca graves efectos en el organismo. Por ejemplo, si se pierden 2 litros surgen
molestias e ineficiencias; la pérdida de 4 litros ocasiona incapacidad física y mental y la de unos 8
litros suele ser mortal.9
El volumen de agua que necesita una persona varia con la situación y diversos factores:
 temperatura corporal
 grado de transpiración
 talla corporal
 grado de actividad
 pérdida de líquidos por enfermedades
TABLA 10-2 Necesidades individuales de agua por día

Condiciones de uso Temperatura/clima Desiertos/clima Propósitos


frío tropical
Nivel de actividad 0.5-2 gal 2-7.5 L 2-3 gal 7.5-11 L Para beber y comer durante periodos
Mínimo a normal que no excedan de 3 días
2 gal 7.5 L 3-4 gal 11-15 L Cuando se utilizan raciones secas
Normal a agotador 3 gal 11 L 6 gal 23 L Para beber y una cantidad pequeña para
cocinar alimentos y para la higiene
personal
Forma de vida: Deseable para todos los propósitos
excepto baño
Campamento temporal 5 gal 19 L 5+ gal 19+ L
Campamento temporal 15 gal 57 L 15+ gal 57 L Incluye la que se necesita para un
con instalación de baño sistema de eliminación de desechos
sólidos por medio de agua
Fuente. Military Water Supply, Correspondence Course 160. Fort Sam Houston, Tex, Academy of Health
Sciences, US Army, April 1981, pp 1-3; Field Sanitation Team Training, TC 8-3. US Dept of the Army,
September 1978, pp 2-3.

Los climas extremos sean calientes o fríos generan mayores necesidades de agua. En climas
demasiado cálidos las pérdidas de líquidos por la transpiración requiere de la reposición de grandes
volúmenes de agua. En climas muy fríos, la persona puede no notar la pérdida hídrica debido a que
su sudor se evapora rápidamente en el aire frío o es absorbido por las ropas tan gruesas. Además, la
higiene personal en los climas extremosos requiere de mayores cantidades de agua.10
Habrá que hacer un esfuerzo especial para mantener a los lactantes y los enfermos perfectamente
hidratados. El cuerpo de un lactante contiene un porcentaje elevado de agua y gran parte de ella de
almacena en los espacios de los tejidos, fuera de las células, razón por la cual fácilmente presenta
deshidratación. El tratamiento de problemas como diarrea y quemaduras exige la reposición de los
líquidos, las proteínas y las calorías corporales.
Para una población sana que viva bajo condiciones de escasez debe permitirse un mínimo de 4 litros
de agua potable por persona al día y una cantidad igual para uso personal como medidas de
planificación. La tabla 10-2 incluye un cálculo más detallado de las necesidades de agua en diversas
situaciones ambientales.
Desinfección y esterilización de agua
El agua potable puede llevar microorganismos patógenos como los de tifoidea, cólera y disentería y
por tal motivo las enfermeras deben conocer los principios básicos para asegurarse de que la fuente
de suministro de agua es segura y estar alerta ante la posibilidad de que surjan enfermedades. Como
dato curioso, son pocas las notificaciones de brotes de enfermedades originadas por
microorganismos en el agua11 aunque hay que señalar algunas excepciones, como el incremento en la
frecuencia de giardiasis después de la inundación de Utah en 1983.
En una gran calamidad, es conveniente considerar como contaminadas todas las fuentes de agua
corriente hasta que los estudios hayan confirmado su potabilidad. No se conoce un método seguro
para descontaminar el agua que contenga sustancias químicas o radioactivas, pero la esterilización
por calor o la desinfección química pueden hacer que el agua potable no contenga muchos de los
microorganismos patógenos.
Esterilización por calor. El método de hervir el agua es el preferido para tratarla siempre que sea
posible, pues los microorganismos patógenos mueren a la temperatura de ebullición. Dicha técnica es
especialmente conveniente si el agua está turbia.
Para esterilizar el agua por calor deben proporcionarse las siguientes instrucciones a los
damnificados:8
 Deje hervir el agua en forma vigorosa durante 5 minutos.
 Utilice agua para beber después de enfriarla (No utilice hielo para tal fin).
 Para mejorar el sabor procure airear el agua fría y hervida
Desinfección Química. La desinfección de los suministros de agua constituye otra posibilidad si
resulta imposible hervirla y el agua es clara, aunque este procedimiento quizá no destruya todos los
microorganismos. Las partículas de materia en el agua turbia pueden liberar microorganismos con la
acción de las sustancias químicas; por tanto habrá que eliminar todo el sedimento y las porciones
turbias antes de utilizar este método. Para ello pueden emplearse filtros para café, varias capas de
lienzos limpios o un sifón capilar.8
En la figura 10-4 se indica la forma de fabricar y utilizar un filtro capilar.
El agua limpia puede desinfectarse químicamente para beber por medio de algún liquido
blanqueador, tabletas de yodo o halazone. Los productos mencionados deben ser frescos porque
tienden a perder potencia con el paso del tiempo. Si el liquido blanqueador tiene mas de un año,
habrá que agregar el doble de la cantidad recomendada; si tiene más de dos años, mejor será no
utilizarlo para desinfección.8 Las tabletas de yodo tienen un periodo de caducidad de 3 a 5 años y
cuando están frescas son de color gris. Las tabletas de halazone tienen un periodo de caducidad de
unos dos años, tiene una etiqueta que así lo señala y cuando se descomponen adquieren un color
amarillo.

FIGURA 10 - 4 Pasos para construir y utilizar un sifón capilar


Notas: Haga un rollo largo con una toalla pequeña y limpia, coloque un extremo de éste en un
recipiente con agua turbia y recárguelo sobre uno de los costados del recipiente a manera de mecha
para que cuelgue en forma libre (El extremo libre debe colgar por debajo del nivel del agua
contenida en el recipiente) Coloque un envase o trasto limpio dedujo del extremo del rollo y permita
que el agua gotee desde el extremo de la toalla hasta el envase de abajo Las partículas que
ocasionaron el enturbiamiento quedan en el recipiente superior y en la toalla. Después proceda a la
desinfección química
Fuente: Emergency Water: Home Storage and Emergency Disinfection. Salt Lake City, Utah State
Department of Health, Division of Environmental Health, May 1982.
El yodo y el halazone se utilizan a menudo para desinfección y pueden adquirirse fácilmente en
tiendas de deporte o farmacias. Vienen. empacadas con instrucciones para su uso. Los líquidos
blanqueadores como mezcla Clorox o Purex, pueden utilizarse para el tratamiento casero del agua.
Hay que orientar a las personas para que agreguen 16 gotas del blanqueador a 4 litros de agua o una
cucharadita cafetera por cada 19 litros (5 galones). El agua tratada debe mezclarse lo mejor posible y
reposar por unos 30 min., antes de utilizarse.8
No debe uno depender de los aparatos vendidos como purificadores de agua. Están fabricados para
trabajar con agua potable y no puede confiarse en ellos durante una emergencia.
Miembros del Personal
Los ingenieros ambientales y sanitarios se ocupan de los aspectos técnicos de la obtención de
muestras de agua y su tratamiento. Los microbiólogos tienen como tarea identificar los
microorganismos que se encuentran en el agua. Las enfermeras de la comunidad tienen como trabajo
orientar a grupos de personas respecto al consumo de agua y los métodos de desinfección durante un
desastre e identificar las necesidades individuales para evitar la deshidratación. Además de ello las
enfermeras deben estar en posición de efectuar la detección de casos individuales y notificar a las
autoridades médicas enfermedades que se sospechan son provocadas por agua contaminada.
Consideraciones culturales
En algunos países en vías de desarrollo, las fuentes comunes de agua pueden tener niveles de
contaminación por microorganismos que serían inaceptables en otros países desarrollados. Los
supervivientes en tales zonas, por lo general, se han ajustado a la menor notabilidad del agua y al
parecer han creado alguna resistencia a las enfermedades de origen hídrico más comunes. En dichas
situaciones, no es necesario aumentar el nivel de la calidad del agua a otros más altos. De hecho, la
adición de desinfectantes como el cloro puede ocasionar perturbaciones gastrointestinales en grupos
que no están acostumbrados a consumir agua tratada.
Si se necesita desinfectar o esterilizar el agua, la población local a veces se resiste a ello. En estas
situaciones es recomendable trabajar con los líderes de la localidad y delegarles la orientación real de
grandes grupos. Si se requiere eliminar alguna fuente de agua, habrá que considerar el uso de un
colorante para señalarla. Si no se tiene tal precaución, la gente podrá seguir consumiéndola,
especialmente en grupos donde prevalecen bajos niveles educativos o alguna barrera lingüística. Sin
embargo, los trabajadores comunitarios y que provengan de áreas ajenas a la localidad, deben contar
con agua de buena calidad porque posiblemente sean susceptibles a enfermedades con las que no
hablan estado en contacto
Aspectos de la alimentación
En un desastre pueden surgir problemas relacionados con los alimentos y entre ellos están escasez en
la distribución; adecuación nutricional; manejo, almacenamiento y procesamiento sanitarios y la
aceptación de los miembros de una cultura.
El almacenamiento de alimentos en el hogar puede ser un aspecto importante en los preparativos
contra desastres. Algunos de los alimentos que pueden almacenarse sin mayores problemas:
 alimentos listos para comer
 carnes enlatadas
 frutas enlatadas y secas
 verduras enlatadas y secas
 crema de cacahuate
 leche en polvo y enlatada
 jugos enlatados
 sopas y galletas saladas
Los alimentos que se necesitan especialmente como los propios para niños o las dietas especiales
también deben almacenarse. Conviene incluir platos y cubiertos desechables y también cuchillos
para múltiples usos y abrelatas. Los alimentos deben estar en recipientes irrompibles.
Al final de este capitulo se incluyen algunas referencias y recursos para las enfermeras que le serán
útiles para auxiliar a los miembros de la comunidad en la preparación de alimentos para
almacenamiento para casos de urgencia.
Escasez
La escasez de alimentos puede ser consecuencia de inundaciones y marejadas en que las granjas y las
tiendas se encuentran bajo el agua. Las carencias temporales originadas por problemas de
distribución pueden surgir en cualquier tipo de desastre. Los grupos que pueden resentir
fundamentalmente las carencias artificiales incluyen:
 víctimas aisladas en el desastre
 socorristas sin apoyo
 instituciones saturadas repentinamente
Las poblaciones que tienen con anterioridad niveles graves de hambre y enfermedades
nutricionales pueden verse especialmente afectadas por la destrucción de los campos
y las tiendas de alimentos as; como por la perturbación de los medios de transporte. Si
los esfuerzos de socorro no corrigen los daños, puede surgir la hambruna como
consecuencia a largo plazo.
Los efectos nutricionales de un desastre pueden mitigarse mediante el mantenimiento
de un sistema adecuado de distribución de alimentos. Las organizaciones encargadas
de esta tarea se incluyen en los Apéndices 13-A, B, y C. Para brindar raciones diarias
adecuadas de alimentos y preveer las necesidades futuras, dichas organizaciones
requieren de la información siguiente:
 un censo
 el porcentaje de enfermos, ancianos, mujeres y niños
 la posible duración del desastre
En los campamentos de refugiados o centros de evacuación, la zona para la preparación de alimentos
o cocinas de campo pueden establecerse para cocinar todo tipo de comidas con los alimentos que se
tengan disponibles, preparar raciones para personas que no pueden cocinar para si mismas y hacer
que las víctimas estén ocupadas en tareas útiles. En muchas situaciones, las familias desplazadas
pueden cocinar sus alimentos en fuentes locales o redes de distribución. En estos casos habrá que
establecer centros especiales para suministrar fórmulas lácteas y suplementos a embarazadas,
lactantes y personas con necesidades nutricionales especiales.
Necesidades nutricionales
Durante las primeras fases de un desastre las enfermeras no necesitan preocuparse demasiado por el
balance nutricional. En la inundación que asoló Utah en 1983 llegaron grandes cantidades de
alimentos donados a los albergues, para todas las personas evacuadas de sus hogares. Algunos de
ellos eran muy ricos en calorías como donas, bebidas carbonatadas y alimentos para consumo
inmediato. pese que no cumplian con las normas nutricionales ideales, eran fáciles de transportar, de
aceptación inmediata, y cubrieron gran parte de las necesidades de energía.
En las primeras semanas de una calamidad, el elemento nutricional más necesario son las calorías,
porque son de suma importancia para obtener energía y restaurar la composición de los tejidos del
cuerpo.12 Las enfermeras deben enseñar a los demás a identificar las fuentes disponibles de calorías
en grasas, carbohidratos y proteínas e instar a su consumo. Quizá requieran calcular los requisitos
individuales de calorías necesarias para sostener el peso corporal en adultos y estimular el
crecimiento en lactantes y niños.
Se cuenta con algunas fórmulas empíricas para calcular rápidamente el promedio de las necesidades
calóricos diarias. Los bebés desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad necesitan unas 115
calorías por kilogramo de peso; entre los 6 meses y el año de edad, 105 calorías por kilogramo de
peso. La leche materna y la fórmula perfectamente mezclada a menudo aporta las calorías y los
nutrientes necesarios para ellos. Los niños hasta los 19 años de edad necesitan unas 1 000 calorías,
más 100 calorías por cada año de vida.13 Como se muestra en el recuadro 10-3 es posible estimar las
necesidades calóricos de varones y mujeres adultos al calcular el peso ideal y compararlo con el peso
real.
Se requiere hacer ajustes con base en los niveles de actividad. El varón adulto sedentario necesitará
sólo 2000 a 2500 calorías al día, en tanto que el que desempeña un trabajo ligero puede necesitar
unas 500 calorías adicionales. Los varones que realizan el trabajo pesado en una situación de desastre
como limpiar los escombros a mano, pueden necesitar 4 000 calorías al día.9
Las raciones de urgencia almacenadas que se utilizan en algunas calamidades pueden generar
monotonía o poca aceptación por su sabor desagradable, por tal motivo se necesita instar a las
personas a consumirlas lo suficiente para satisfacer sus necesidades calóricas.14 Los miembros de la
familia u otras personas pueden vigilar el consumo de algunas víctimas para asegurarse de que
ingieran suficientes calorías.
Si el consumo calórico no alcanza el nivel de las raciones correspondientes a inanición, el organismo
utiliza sus proteínas almacenadas como una fuente de energía. Al agotarse los tejidos del cuerpo,
desaparecen las reservas de grasa y hay un desgaste visible de los músculos.9 La conservación de los
tejidos requiere de calorías, por tanto, 16°70 del consumo calórico debe provenir de alimentos ricos
en proteínas.
La típica dieta estadounidense o europea occidental incluye fuentes proteínicas que aportan más del
número adecuado de calorías. Por ejemplo, una rebanada de pan y una cucharadita de margarina
equivalen a 2 gramos de proteínas y aproximadamente 115 calorías. Los alimentos mencionados
aportan casi la mitad de la ración necesaria de proteína en una dieta de 1500 calorías.
Algunas personas necesitan más proteínas y calorías. Las enfermeras comunitarias deben considerar
a las siguientes poblaciones con necesidades especiales:
 enfermos y heridos no hospitalizados
 lactantes y niños en crecimiento
 embarazadas y mujeres amamantando a su hijo
RECUADRO 10 - 3 Calculo de las necesidades calóricos diarias de un adulto
En primer lugar, calcule el peso ideal con base en la talla real.
Talla mediana: Tome en cuenta los primeros 152 cm (60 pulg.) y agregue un kg adicional por cm
extra
Mujeres 45.5 kg (100 lbs) 2 kg (5
lbs)
Varones 48 kg (106 lbs) 3 kg (6
lbs)
Talla pequeña: reste 10%
Talla grande: agregue 10%
Después, calcule las necesidades calóricos:
calorias/unidad de peso
25-30 calorias/kg de peso (11-14 calorias/lb)
Por ejemplo:
Mujer de talla mediana con 152 cm de estatura = 120 lb como peso ideal (54.6 kg.)
120 x 11 = 1320 calorías como necesidad mínima diaria calculada
Fuente: Zeman FJ: Clinical Nutrition and Dietetics. Lexington, Mass; DC Health and Co., Collamore
Press, 1983, p 1; Halpern SL (ed): Quick Reference to Clinical Nutrition. Philadelphia, IB Lippincott
Co., 1979, p. 296.

Después de un desastre comúnmente se reportan perturbaciones gastrointestinales. Las enfermeras


deben considerar el mantener un consumo adecuado de proteínas y calorías como una medida de
prevención primaria contra la diarrea, ya que se sabe que esta última puede ser causada por el
consumo inadecuado de los dos nutrientes mencionados. 15 Más aún, el estrés de las lesiones, la
infección y la enfermedad15 pueden aumentar las necesidades y las pérdidas nutricionales. La diarrea
resultante puede ocasionar la pérdida adicional de elementos nutritivos y la deshidratación. En
párrafos siguientes señalamos los efectos de la desnutrición y las medidas sugeridas para combatir la
diarrea.
La alimentación de los lactantes constituye un problema especial en un desastre y quizá no convenga
alimentarlos con las reservas existentes de raciones para urgencias. El crecimiento y el desarrollo
físicos en niños de muy corta edad son susceptibles a cualquier influencia nutricional. de ser posible
hay que instar a las mujeres a que amamanten a sus hijos, pues la leche materna, además de sus
ventajas nutricionales, también protege en cierta forma contra infecciones y no necesitan medidas de
salubridad. Las embarazadas y las mujeres que amamantan deben recibir raciones adicionales de
alimentos ricos en proteínas y calorías.
Las vitaminas y los minerales no son elementos de importancia primaria durante las etapas de
emergencia. Si se cuenta con ellas, cabe utilizar las multivitaminas. Sin embargo, las personas
perfectamente nutridas antes de una calamidad, por lo general pueden conservar durante varios
meses su estado nutricional con relativamente pocos efectos, incluso si la dieta no contiene
cantidades adecuadas de vitaminas y minerales.12 Las poblaciones con diferencias vitamínicas
preexistentes necesitan dosis terapéuticas de nutrientes específicos. Estas necesidades especiales
pueden preveerse y calcularse si se ha analizado la dieta de la población durante la planificación
contra el desastre.
Valoración Nutricional
Una población mal nutrida es más susceptible de sufrir enfermedades y presentar los efectos a largo
plazo de un desastre importante, que otra bien nutrida. Cuanto más tiempo perturbe la calamidad el
abasto normal de alimentos, más agudos se volverán los problemas. La valoración nutricional
adquiere importancia en las medidas de auxilio, cuando la población muestra signos de enfermedad
nutricional, en especial si los intentos de socorro en la alimentación son inadecuados para conservar
la nutrición básica del cuerpo.
Algunas poblaciones de refugiados pueden sufrir inanición masiva o privación proteinocalórica. Los
problemas anteriores se vuelven más serios en personas con diarrea, parásitos intestinales u otras
demandas que se imponen a las reservas corporales. La desnutrición proteinocalórica severa puede
ocasionar enfermedades de deficiencia como el kwashiorkor y el marasmo que constituyen una de las
causas principales de morbilidad y mortalidad entre los lactantes y niños en muchos países en vías de
desarrollo.9,16,17
Higiene de los alimentos
Pese a que en un desastre es frecuente que surjan alteraciones gastrointestinales, se han corroborado
pocos casos de enfermedades de origen alimentario11 Sin embargo, las enfermeras deben estar
conscientes de esta posibilidad y preparadas para brindar orientación referente a la preparación de
alimentos sanos. Las personas deben recibir instrucciones para cocinar toda la carne fresca y hervir la
leche cruda. Como medidas preventivas de rutina en áreas con deficiencias sanitarias, hay que
remojar las frutas y verduras frescas en una solución ligera de blanqueador casero antes de
consumirlas.
Los expertos en salubridad o los veterinarios pueden valorar la seguridad de los alimentos afectados
por un desastre. Sin embargo, si no se cuenta inmediatamente con este personal, las enfermeras
pueden señalar a la población algunas de las medidas generales de higiene alimentaria. Por ejemplo,
deben recomendar desechar o destruir algunos productos si han estado en contacto con sustancias
contaminadas o agua estancada.18
 frutas y verduras frescas
 alimentos envasados en cajas de cartón o recipientes porosos
 alimentos en recipientes con corcho o tapas de rosca
 latas que muestren fugas
Los alimentos contenidos en latas intactas pueden desinfectarse o esterilizarse lavándolas lo mejor
posible con agua y jabón, y después hervir la lata durante 30 segundos o al limpiar la parte superior
de ésta con un blanqueador casero concentrado. Las fallas en la refrigeración doméstica pueden
ocasionar la descomposición de los alimentos. Es importante no consumir alimentos como pasteles
con crema, jamón, carnes frías y sobrantes si se descongelaron accidentalmente y los alimentos
descongelados no deben congelarse de nuevo. Si las temperaturas de congelación se han mantenido a
un nivel superior de 10°C, pueden consumirse otro tipo de alimentos congelados siempre y cuando
se cocinen lo mejor posible en el transcurso de unas cuantas horas.18
Las enfermedades de origen alimentario son consecuencia de los microorganismo o substancias
tóxicas contenidas en los alimentos que se ingieren o si por equivocación se consumen animales o
plantas venenosas. 19 El tipo más común de enfermedades alimentarias es la bacteriana. Los
microorganismos dentro de los alimentos y en presencia de humedad se multiplican en números
peligrosos y causan contaminación (recuadro 10-4). Casi todos los casos de contaminación
bacteriana se observan en carnes, pescados, mariscos, aves de corral, huevos y producto lácteos
porque permiten la proliferación rápida de microorganismos como estafilococos estreptococos y
Clostridios.
Miembros del personal
Las enfermeras en la comunidad pueden estar en contacto con personas que sufren deficiencias
nutricionales y enfermedades de origen alimentario, por tal motivo tienen tareas importantes como la
coordinación de servicios con los médicos y el sistema de tratamiento clínico, así en la conducción
de programas de prevención. También deben colaborar con una dietista o un nutriólogo en tanto
efectúan las valoraciones nutricionales y planean programas de enseñanza. Los especialistas
mencionados pueden aportar información especial de las necesidades nutricionales. Computan las
necesidades calóricos individuales en el ritmo de metabolismo basal y pueden aportar datos
referentes a dietas específicas como en el caso de los vegetarianos.
Los veterinarios o los expertos en salubridad pueden revisar a los animales y a los alimentos
perecederos, que se encuentren dentro de un sistema de distribución. Las fuentes y abastos de
alimentos enviados de países extranjeros al área del desastre deben ser certificados para asegurar su
consumo.
RECUADRO 10 - 4 Factores que contribuyen al surgimiento enfermedades de origen alimentario

Tiempo y Temperatura

1. Conservación o transportación de alimentos sin control de temperatura.

 Los alimentos calientes deben conservarse a más de 60°C


 Los alimentos fríos deben conservarse a menos de 4°C
 Los alimentos descongelados no deben congelarse de nuevo.

2. Tiempo excesivo entre la preparación y el consumo

 Todos los alimentos deben ser consumidos en un término de 24 horas


 Los alimentos de fácil descomposición deben ingerirse en un término de 3 horas.

Higiene y Salubridad

1. Personas infectadas o con manos contaminadas que manejan los alimentos

 Estas personas deben ser totalmente sanos


 Quienes manejan los alimentos deben observar una buena higiene personal como: lavarse las manos y no
fumar

2. Superficies, utensilios y equipo de trabajo sucios

 Conviene utilizar una técnica adecuada de lavado


 El agua para lavar y enjuagar debe estar caliente
 Los utensilios deben sacarse al aire y almacenarse adecuadamente

3 Contaminación por insectos y roedores

 Los insectos y animales deben mantenerse fuera del área de alimentos


 Los alimentos deben estar cubiertos, envueltos en papel o colocados en recipientes cerrados para su
almacenamiento.

Fuente: Food Service Sanitation, study guide 163. Fort Sam Houston, Tex, Academy of Health Sciences, US
Army, April 1978, p. 87.

Consideraciones culturales
Los alimentos donados, algunas veces se reciben deshidratados y es necesario reconstituirlos con
agua. Es importante agregar el volumen exacto de liquido a los alimentos en polvo como las
fórmulas para bebés o las que aportan electrólitos. La mezcla demasiado diluida no proporciona
suficientes nutrientes y la solución demasiado concentrada puede perturbar el equilibrio electrolítico
del organismo.
Los damnificados quizá no puedan agregar suficiente liquido a las bebidas en polvo si escasea el
agua potable. Las madres pueden incorporar demasiado polvo de la fórmula o de la solución si se
encuentran muy preocupadas por la nutrición de sus hijos o preparan alimentos con base en su sabor.
Las enfermeras necesitan demostrar la medición exacta y las técnicas adecuadas de mezclado, por
medio de recipientes improvisados con el tamaño aproximado. La observación de dicha actividad
puede ser un medio eficaz de enseñanza para grupos poblacionales con bajos niveles de educación o
para los que tienen dificultad para leer el idioma de las instrucciones en los envases.
Siempre que sea posible, las dietas deben basarse en alimentos que consume habitualmente la
población. Algunos de ellos contribuyen a la nutrición satisfactoria, aunque quizá parezcan raros al
paladar de los socorristas de otras regiones. Por ejemplo, las ralees de mandioca y taro son ricas en
calorías por su contenido de carbohidratos y algunos insectos pueden contener un alto numero de
proteínas.12
Durante las maniobras de auxilio vietnamitas en Guam en 1975, las instalaciones de alimentación del
ejército estadounidenses servían arroz que es uno de los alimentos básicos de esa población. Sin
embargo, no era bien recibido al principio, porque ellos lo preparan en forma distinta. Fue necesario
consultar con los representantes de los refugiados para modificar la técnica de cocción en una forma
que fuera aceptable para toda la población.
Las enfermeras deben recordar que los alimentos desconocidos son rechazados por las personas,
incluso cuando tienen hambre. Pueden desperdiciarse o utilizarse para intercambiarse por otros
artículos valorados por la población.
Los alimentos extraños para la cultura nativa pueden contribuir a trastornos gastrointestinales o
deficiencias alimentarias. Por ejemplo, los niños que por lo general toman sólo leche entera de vaca
pueden padecer diarrea si reciben una fórmula que provenga de las remesas de auxilio para la
situación de desastre. En India y Bangladesh, los niños que vivían en los campos de refugiados y
recibían leche descremada donada por otros países presentaron una elevada incidencia de ceguera
por xeroftalmía. La dieta de la población contenía muy poca cantidad de retinol y la leche
descremada había terminado por eliminarla en los alimentos de los niños.22
La introducción de los alimentos donados puede también tener un efecto perturbador en la economía
local, en especial si se basa en la agricultura. Los esfuerzos y medidas alimentarias pueden
beneficiarse por el empleo de fuentes locales de alimentos obtenidos en granjas o del sistema de
distribución existente. Este procedimiento puede tener un efecto positivo tanto en los programas de
alimentación y la economía local.
Salubridad
La salubridad es un aspecto que algunas veces no se toma mucho en cuenta como necesidad urgente
durante un desastre. En inundaciones y sismos a menudo se ven afectados los sistemas de
alcantarillado y la contaminación del suelo y los suministros de agua por las aguas negras generan un
peligro para la salud (recuadro 10-5).
RECUADRO 10-5 Ejemplo de caso

Los tifones que asolaron Manila en la década de 1970 inundaron las alcantarillas, fosas sépticas y pozos de
letrinas. El agua que se desbordó contaminó pozos y regó suciedad y desperdicios por las calles. La falta de
agua potable dificultó la higiene personal. Los grandes daños que sufrieron las casas ocasionaron goteras en
los techos y algunas incluso quedaron totalmente al descubierto. Las personas que se encontraban en
condiciones físicas trabajaban reparando las casas y acarreando alimentos y agua. Las autoridades agregaron
demasiado cloro al suministro de agua en tanto que la inundación seguía y se restablecía el sistema de
distribución.23

La salubridad también es un aspecto primordial en los campamentos de refugiados; en los que el


congestionamiento es común y la higiene personal puede ser muy precaria. Además, la basura, los
desechos animales y cuerpos muertos crean un clima perfecto para que proliferen insectos y
roedores.
Letrinas
Cuando el sistema de alcantarillado se rompe o se obstruye como ocurrió en el terremoto de 1971 en
San Fernando, California, se instruye a los residentes para que no utilicen sus retretes ni fregaderos.
La recolección de basura a veces se combina con la eliminación de excreciones si se logran
conservar y ampliar los servicios de salubridad urbana. Los residentes pueden emplear bolsas de
plástico para que una vez llenas, las anuden firmemente. Las cuadrillas sanitarias deben conceder
prioridad a la recolección de estos sacos.24
En el hogar puede improvisarse un retrete de urgencia con una cubeta de plástico y una tapa
perfectamente hermética. También puede utilizarse una paila para pañales recubierta de bolsas de
plástico. Conviene almacenar junto con los abastos caseros para situaciones de urgencia, bolsas de
plástico, cuerdas para anudar, papel sanitario, toallitas húmedas y desinfectante como: blanqueadores
domésticos.
Otras alternativas son de orden público o comunitario e incluyen:24
 unidades "preempacadas" de sanidad
 letrinas de zanjas, agujeros o tablones perforados
 letrinas móviles
 letrinas con sustancias químicas
 letrinas de cubeta
Las letrinas deben estar situadas de forma adecuada para evitar la contaminación de agua y
alimentos; deben estar cuando menos a unos 90 metros de cualquier área de servicio de alimentos o
fuentes de agua. Además, no deben estar unidas en el nivel hidrostático colocada en un sitio en
donde pueda haber drenaje y comunicación con la fuente del suministro de agua.25
Por cada 100 personas hay que contar con cinco o seis sitios para defecar. Las letrinas públicas para
casos de urgencia deben poseer las siguientes características:24
 instalaciones separadas para varones y mujeres
 capacidad para que las utilicen los niños
 privacía adecuada
 iluminación adecuada por la noche
 mantenimiento sanitario
 agua y jabón para higiene personal
En algunos desastres como los sismos, los habitantes de la ciudad pueden ser evacuados a áreas
rurales que no cuenten con instalaciones sanitarias; en estos casos hay que prestar consideración
prioritaria a la selección de una área privada, lejos de la cocina, estancias y fuentes de agua. Los
desechos humanos deben ser enterrados o aislados de tal forma que los insectos, las aves y los
roedores, no diseminen las excretas.24
Plagas
Un aspecto más de la sanidad en un desastre es el control de las plagas. Insectos y roedores pueden
servir como portadores para los humanos. Entre las plagas por controlar se incluyen sarna,
garrapatas, piojos, pulgas, chinches, ácaros, moscas, mosquitos, moscas de arena, ratas y ratones.
Conviene incluir también a las serpientes, pues aunque no son portadoras de enfermedades pueden
ser venenosas y sin duda ocasionan miedo y desconfianza.
Las enfermeras comunitarias pueden preveer que habrá un mayor contacto entre los damnificados y
las plagas durante las labores de auxilio. A veces el desastre obliga a todos estos animales a emigrar
a áreas pobladas por humanos o los damnificados pueden ser reubicados en zonas rurales no
habitadas que contengan todos los animales y los artrópodos mencionados.
Más aún, la destrucción del ambiente como consecuencia del desastre puede producir un
desequilibrio ecológico que favorezca la proliferación de insectos y roedores. La inundaciones y las
tormentas pueden crear sitios para que se multipliquen los insectos, debido a la alteración de los
sistemas de agua potable o de drenaje o por la acumulación de agua estancada en los escombros. Los
recipientes improvisados de agua pueden transformarse en criaderos si quedan al descubierto y no se
les cambia el líquido regularmente.24
Los roedores son muy abundantes en la población silvestre y fácilmente se adaptan a las nuevas
circunstancias del entorno. Durante un desastre la población de estos animales puede aumentar
dramáticamente hasta que se frene su proliferación por la acción de fuerzas naturales o un programa
de control de vectores. Ellos trasmiten enfermedades a los humanos a través de mordeduras, al
contaminar el agua o los alimentos o al transportar pequeños insectos infectados en su pelambre.24
El desequilibrio ambiental que ocasiona la proliferación de plagas puede ser duradero y durante todo
este lapso la población afronta un mayor riesgo de enfermedades trasmitidas por vectores. Entre ellas
están la peste, el tifus y la malaria.
El control de plagas patógenas puede ser difícil en un desastre por diversas razones:
 Los programas normales de control de plagas pueden quedar interrumpidos.
 Las aguas de la inundación pueden lavar los plaguicidas e insecticidas aplicados con
anterioridad.
 Los servicios de salubridad e higiene personal pueden sufrir deterioro.
Las enfermeras de la comunidad deben percatarse de los posibles peligros para la salud que
representan las plagas y conocer la forma de erradicarlas. Las medidas de control de plagas pueden
dividirse como individuales o de grupo. El control individual incluye la higiene personal adecuada, el
empleo de repelentes contra insectos y la dispersión de insecticidas en polvo. El control en grupo
incluye la disposición de áreas específicas para letrinas o defecación; la eliminación rápida de
animales muertos y cadáveres; la eliminación adecuada de escombros como basura y desperdicios
humanos; la supervisión de infestaciones por plagas; la práctica de programas de control a base de
insecticidas y venenos y el empleo de repelentes contra serpientes alrededor de las tiendas de
campaña.
Edificios y Hogares
Después de un desastre, puede necesitarse derruir edificios fijos, debido a que hayan sufrido daños
estructurales o contaminación. Si se requiere destruir una casa habrá que dar a los antiguos residentes
una fecha definitiva para la operación con el objeto de que no alberguen falsas esperanzas y de ser
posible cuenten con un tiempo preciso para acarrear sus posesiones. Las casas que han quedado
sumergidas en las aguas de la inundación deben ser totalmente lavadas con algún desinfectante si es
que vuelven a habitarse.
Entierro
La disposición de los cadáveres después de un desastre guarda íntima relación con diversos aspectos
de la sanidad. Los cadáveres no constituyen una fuente directa de enfermedades, pero favorecen la
proliferación rápida de roedores, moscas y otras plagas que pueden transmitir enfermedades a la
población. Los cuerpos descompuestos y no identificados también constituyen un problema grave de
salud mental para la comunidad.
Es fácil que la enfermera se tope con cadáveres durante las labores de auxilio simplemente porque
toda comunidad experimenta por lo general un cierto número de fallecimientos en un periodo
determinado. La tasa de, mortalidad no necesariamente aumenta durante un desastre, aunque las
víctimas de la calamidad pueden morir en mayor número como consecuencia de graves
enfermedades. Los fallecimientos durante un desastre pueden constituir un problema, debido a las
circunstancias especiales:
 concentración de muertes en un área geográfica pequeña
 una cifra alta de heridos que mueren repentinamente
 alteración de los servicios de entierro y funerales normales
 mal estado de los cuerpos
 incertidumbre en la identificación de los cadáveres
 costumbres de la población respecto a la muerte
Si ha habido un gran número de muertos, puede requerirse de equipo especial como ganchos,
cabestrillos, camillas, camiones y máquinas segadoras (bulldozers). Si se cuenta con camiones con
instalación de equipo para refrigeración pueden utilizarse para conservar los cuerpos hasta que sean
identificados. Los funcionarios de salud pública a menudo están encargados del depósito de
cadáveres y supervisan la colocación de los cuerpos en recipientes adecuados y su disposición.
Los directores de las funerarias y los clérigos pueden ser auxiliados por voluntarios y grupos
organizados de trabajadores en el sitio de desastre, quienes normalmente llevan puestas mascarillas
quirúrgicas con algún olor agradable, y guantes. Es fácil que sufran náuseas, vómitos, pérdida de
apetito e insomnio.26 Los trabajadores que vienen de otros sitios fuera de la comunidad pueden
tolerar ese tipo de asignación durante una semana, pero quienes pertenecen a la localidad deben ser
rotadas todas los días.
Los cadáveres pueden eliminarse con alguna facilidad durante un desastre mayor mediante el empleo
de grandes piras o tumbas masivas. A veces se necesita llevar al cabo esta práctica, no obstante, en
muchos países se ha topado con objeciones. Las tradiciones mortuorias obligan a la identificación
personal y al entierro de cada cadáver con rituales apropiados. Por todo lo expuesto, los
sobrevivientes suelen hacer esfuerzos para descubrir cuerpos enterrados bajo toneladas de escombro,
incluso con el peligro de que los trabajadores se lesionen, para así identificar los cadáveres y
volverlos a enterrar con una ceremonia tradicional en tumbas más profundas.26
La necesidad humana de personalizar la muerte por medio de ritos y rituales culmina en un entierro
que suele ser lento.26 Esta característica debe balancearse con la cercanía de las condiciones del
desastre y la necesidad de acelerar tal maniobra.
Los procedimientos obligan a la separación entre los vivos y los muertos, en áreas controladas para
depósitos temporales de cadáveres. Los cuerpos se colocan individualmente en el suelo y se manejan
con cuidado los efectos personales.26 Es importante que las posesiones personales permanezcan con
el cadáver para facilitar su identificación. En los Estados Unidos se utilizan métodos complejos de
identificación, como registros odontólogicos e historias médicas. Una vez identificada la persona, se
reúne información estadística: su nombre, edad, fecha y causa de la muerte. Después los familiares o
amigos pueden iniciar los arreglos para el funeral.
Miembros del personal
El establecimiento de programas de salubridad en un desastre requieren de la colaboración de los
líderes locales para proporcionar los servicios del personal y obtener espacio y materiales. La
disposición de los cadáveres comprende el trabajo de equipo entre los clérigos, los directores de
funerarias, funcionarios de salud y trabajadores comunitarios y algunas veces se requiere de
instalaciones y equipos particulares.
Los programas de sanidad necesitan de la participación de especialistas como expertos en salubridad,
veterinarios e ingenieros ambientales. Para las enfermeras en salud pública que laboran con las
organizaciones oficiales puede ser de utilidad contar con una licencia sanitaria, expedida por las
juntas de calificación estatales y así podrán auxiliar a la comunidad para satisfacer las necesidades
que van en aumento en este renglón al valorar de manera oficial los efectos del desastre en la salud
ambiental y al llevar a la práctica intervenciones de urgencia.
Las enfermeras suelen tener un papel muy importante en la conducción de las actividades educativas
referente a los aspectos sanitarios. También pueden brindar apoyo emocional las personas que hayan
perdido a sus seres queridos o a otras cuyos hogares han sido derruidos o dañados.
Consideraciones culturales
Los problemas de sanidad en un desastre afectan algunos aspectos personales y de sensibilidad:
 necesidad de privacía
 práctica de higiene personal
 ideas respecto a la limpieza
 sentimientos contra plagas objetables
 emociones relacionadas con la pérdida del hogar y las posesiones personales
 costumbres mortuorias y funerarias
Los problemas de salubridad suelen representar un difícil reto, dado que en esta área existen hábitos
culturales que es necesario modificar o cambiar para así alcanzar los estándares adecuados de salud.
La enfermera necesita algunas veces emprender programas de enseñanza respecto al lavado de
manos, eliminación de pañales sucios y el empleo de retretes y papel sanitario. Las personas de
algunas culturas pueden ahorrar papel higiénico, si no se les suministran pequeños receptáculos
desechables y se les dan instrucciones relacionadas con el empleo de éstos. Otros prefieren defecar
en cuclillas y negarse a utilizar los retretes comunes con que cuentan los centros de evacuación y los
campamentos.
Quienes están acostumbrados a defecar u orinar en espacios abiertos posiblemente no abandonen sus
hábitos. Como una solución aceptable, puede permitírseles utilizar un área designada, lejos de los
albergues, si no aceptan hacer uso de las letrinas establecidas mientras se encuentren en el
campamento. Los arreglos para conservar la privacía pueden ser de suma importancia aunque a veces
es difícil lograrlos en un desastre.
La enfermera debe evitar malas interpretaciones mientras dirige los aspectos de sanidad e intenta
entender las costumbres y actitudes locales. La traducción adecuada asume enorme importancia, pues
las palabras pueden tener varios significados totalmente diferentes en los dialectos o idiomas de las
víctimas.
Al morir una persona, se hará todo esfuerzo para personalizar la situación en el mayor grado posible.
Es importante para la moral y las relaciones públicas mantener una actitud de respeto. Conviene
dirigir algunas oraciones breves en todos los entierros incluso si son masivos. La importancia de la
salubridad debe ir compensa da con la aceptación cultural de las medidas mencionadas y con la
necesidad de promover el bienestar físico y emocional.
Enfermedad y lesión
Las enfermeras en la comunidad deben interesarse por los procedimientos para evitar enfermedades
y lesiones como consecuencia de un desastre y también en la promoción de la salud hacia la fase de
restablecimiento. Durante las etapas de emergencia de un desastre, las instalaciones para enfermos
graves pueden estar totalmente saturadas y entonces se necesitará que las personas
extraordinariamente enfermas sean atendidas en sus hogares. Si no se cuenta con materiales médicos,
los pacientes con enfermedades crónicas pueden permanecer sin medicamentos y mostrar algunos
síntomas de su trastorno. Al final de este capítulo se incluyen algunas referencias de los aspectos de
enfermería domiciliaria y el cuidado de enfermedades dentro de la comunidad.
Es posible que las enfermeras no puedan ocuparse de todas las necesidades de salud en un desastre,
pero pueden enseñar a otras personas a atender a enfermos y lesionados dentro del hogar, al
participar en programas de inmunización, examinar si las personas se encuentran en estado grave y al
promover los buenos hábitos para la vida diaria. La tabla 10-3 incluye enfermedades contagiosas que
pueden ser graves y surgir en un desastre y los métodos de salud pública para controlarlas. La
información correspondiente a las intervenciones y medidas de control que pueden ser necesarias en
un desastre ayudan a las enfermeras a cumplir con sus obligaciones.
Inmunizaciones
Las inmunizaciones por lo general no se necesitan en las labores de auxilio a corto plazo en un
desastre, aunque a veces se requiere la aplicación del suero antitetánico en personas gravemente
lesionadas. El hecho de iniciar programas de inmunización durante la etapa de restablecimiento
después de un desastre, depende en gran medida del éxito de las medidas sanitarias y de los
resultados de los programas de supervisión. Algunas veces los esfuerzos de auxilio pueden
aprovecharse para un programa de promoción sanitaria como las inmunizaciones de niños contra
poliomielitis, difteria, tétanos, tosferina, sarampión, paperas y rubeola.
La población a menudo muestra enorme preocupación por la posibilidad de una epidemia y los
rumores son muy comunes. La presión pública puede exigir una acción visible y la implementación
de un programa de inmunización incluso, cuando no está indicado.
Como dato sorprendente, se han reportado muy pocas epidemias durante las labores de auxilio en un
desastre (recuadro 10-6). Los niveles de mortalidad y morbilidad por lo general han permanecido
bastante constantes.12,23 Sin embargo, debido a la posibilidad de una enfermedad ampliamente
propagada y la angustia de la población, la supervisión debe asumir importancia, en particular
cuando comienzan a eliminarse por etapas los servicios propios de la crisis, porque para esa fecha
aumenta el riesgo de enfermedad. Años después que ha pasado el impacto de una catástrofe pueden
surgir brotes de padecimientos, especialmente si los programas de salud pública reorganizan y
reanudan con gran lentitud sus servicios. Algunos grupos de población, como los que viven en
campamentos para refugiados necesitan supervisión indefinidamente.
TABLA 10 - 3 Control de enfermedades trasmisibles que pueden ser graves en un desastre

Enfermedad Medida de Salud Pública


1. Enfermedades de origen hídrico o alimentario
Fiebre tifoidea y paratifoidea Eliminación adecuada de heces y orina
Intoxicación por alimentos Intoxicación por Agua pura para beber y lavarse
aguas negras Preparación sanitaria de alimentos
Cólera Control de moscas y plagas
Leptospirosis Supervisión de enfermedades
Aislamiento y tratamiento de casos tempranos(fiebres tifoidea y
paratifoidea, cólera)
Inmunización (fiebre tifoidea y cólera)
2. Trasmisión de persona a persona
Enfermedades por contacto Disminuir el congestionamiento de personas
Shigellosis Contar con instalaciones adecuadas para lavado
Diarreas no especificas Enseñanza de los aspectos de salud pública Supervisión de
Infecciones cutáneas por estreptococos enfermedades en clínicas Tratamiento de casos clínicos
Sarna Inmunización (hepatitis infecciosa)
Hepatitis infecciosa
contagio por la respiración Niveles adecuados de inmunización antes del desastre
Viruela Disminución del congestionamiento de personas
Sarampión Supervisión de enfermedades en clínicas y comunidades
Tosferina Aislamiento de los casos índices (especialmente viruela)
Difteria Inmunización de toda la población (viruela) o niños
Influenza (sarampión)
Tuberculosis Inmunización primaria continua de lactantes(difteria, tosferina,
tétanos)
3. Enfermedades transmitidas por vectores
Tifus trasmitida por piojos Peste (pulga de Desinfección (excepto malaria y encefalitis) Control de
ratas) Fiebre recurrente Malaria (mosquitos) vectores
Encefalitis viral Supervisión de enfermedades
Aislamiento y tratamiento (no se necesita el aislamiento en la
malaria)
4. Complicaciones de heridas
Tétanos Inmunización con toxoide tetánico
Antitoxina tetánica después de la exposición
Fuente: Reimpreso con permiso de Western KA: Epidemiologic Surveillance After Natural Disaster, Pan
American Health Organization, Scientific Publication No. 420. Washington, DC, World Health Organization,
1982, p. 10.

RECUADRO 10-6 Ejemplo de un caso

Cuando en noviembre de 1980 la región del sur de Italia fue abatida por un sismo, se controlaron las
hospitalizaciones y la aparición de enfermedades infecciosas. Entre los trastornos notificados entre un
pequeño numero de personas en dicha zona estaban la tifoidea y la tosferina. A pesar de que se señalaron
treinta y dos sospechas de epidemias, sólo dos se confirmaron después de una investigación y comparación
estadística con los niveles previos de estas enfermedades. Uno de ellos fue un brote de 39 casos de
gastroenteritis en un grupo de bomberos y el otro comprendió seis casos de hepatitis viral en una provincia
vecina a la zona del desastre. Cuando se analizaron las hospitalizaciones por neumopatías y se compararon
con las habidas en años anteriores se adviritió una tendencia invernal normal.

El programa de supervisión pudo lograr satisfactoriamente la distribución cuidadosa de los recursos en


algunos casos. Sin embargo, en otros, se llevaron al cabo inmunizaciones masivas a pesar de las indicaciones
que decían lo contrario. La presión del público obligó a disponer de los recursos para combatir problemas
que no existían. Hubo gran tensión en las relaciones con la prensa porque sus reporteros exageraron los
riesgos de epidemias y difundieron el temor entre la población.

La encuesta también reflejo con precisión la incidencia de traumatismos que requerían hospitalización
durante los primeros días después de la calamidad. Se registraron algunas hospitalizaciones por
congelamiento e hipotermia.

Todos los días se elaboraron reportes durante unos 3 meses y después cada semana conforme se comenzó a
normalizar la vida en la comunidad.27

Las decisiones para emprender programas de inmunización se toman con base en la interpretación de
datos técnicos, y corresponde a las organizaciones gubernamentales que tienen responsabilidad
oficial en esta tarea, llevarlos al cabo en forma masiva. Las enfermeras deben tranquilizar a personas
muy angustiadas y disuadir a grupos de voluntarios para que por su lado pongan en marcha
programas de inmunización.
Las enfermeras deben percatarse de que las vacunaciones crean una sensación artificial de seguridad
a algunas personas quienes de este modo ignoran medidas preventivas más eficaces como la higiene
personal. La fuerza humana y otros recursos también pueden estar muy retirados para participar en
aspectos importantes como la supervisión y la salubridad ambiental. Otros efectos indeseables de los
programas mal planeados de vacunación serían:
 Frenar los programas rutinarios de vacunación con beneficios conocidos.
 Distribución inadecuada de las vacunas y canalización a áreas que no las necesitan
realmente.
 Las vacunas pueden almacenarse en enormes cantidades y caducar.
 Las vacunas pueden ser almacenadas de manera inadecuada y perder su potencia.
Cuando se practican las vacunaciones pueden ocasionar reacciones locales y sistémicas que
entorpecen temporalmente las actividades de la vida diaria. Su eficacia puede disminuir por los
siguientes factores:
 A veces no son accesibles las poblaciones expuestas al mayor peligro y no se les vacuna.
 Para que una vacuna sea eficaz muchas veces se necesitan dos inyecciones y es difícil
encontrar a la misma persona dos veces en una situación de desastre.
 La respuesta inmunitaria quizá no alcance un nivel aceptable hasta que haya terminado el
desastre.
La terapia con medicamentos
El tratamiento preventivo a base de antibióticos rara vez resulta práctico en un desastre, por las
siguientes razones:11
 Los medicamentos son eficaces sólo contra enfermedades especificas.
 Tendría que tomarse indefinidamente el medicamento para que fuera efectivo.
 La administración de medicamentos produciría sólo beneficio temporal en las áreas en
donde algunas enfermedades son endémicas.
 No están garantizados los riesgos de efectos adversos.
En términos generales, los medicamentos se administran sólo para combatir enfermedades
individuales y es importante hacerlo de acuerdo con el protocolo médico establecido. Sólo prodrían
estar indicados en unas cuantas excepciones como: utilizar pomadas con antibióticos en quemaduras
menores y heridas de la piel, como medida de primeros auxilios.
Problemas Comunes
Las enfermedades que con mayor frecuencia son notificadas después de un desastre incluyen
infecciones de las vías respiratorias y diarrea; las cuales guardan alguna relación con los problemas
de agua, alimentos y las medidas sanitarias descritas en los comienzos de este capitulo.
El congestionamiento humano es la causa principal de enfermedades en las vías respiratorias. Si es
posible reubicar y reagrupar a las víctimas en áreas perfectamente delimitadas, la enfermedad sigue
su curso normal tratándola con alguna medida conservadora como la abundancia de líquidos, aspirina
o acetaminofen.
Hemos expuesto en otros párrafos las causas de la diarrea. Además dicho trastorno puede aparecer
después del uso de antibióticos, o de gastroenteritis. Para reponer la flora intestinal después del uso
de antibióticos las enfermeras pueden recomendar la ingestión de yogurt natural. Después de una
infección gastrointestinal las personas pueden presentar intolerancia transitoria a la lactosa, trastorno
que ocasiona cólicos intestinales, distensión del vientre y diarrea cuando se ingieren productos
lácteos. En estos casos cabe agregar a los alimentos lácteos cápsulas de lactasa para facilitar la
digestión.28
La deshidratación que puede surgir como consecuencia de la diarrea es un problema grave. Las
enfermeras deben señalar a otros trabajadores comunitarios, los siguientes signos de deshidratación:21
 orina escasa o nula
 orina amarilla oscura
 pérdida de peso repentina
 ojos hundidos y secos
 depresión de la fontanela en bebés
 pérdida de elasticidad de la piel
La deshidratación puede evitarse con el consumo de grandes cantidades de líquidos. Puede
necesitarse terapia oral cuando aparecen los signos iniciales de dicho cuadro o no pueda
hospitalizarse a la persona a causa de los efectos del desastre. La Organización Mundial de la Salud
(OMS) ha creado unos paquetes de medidas preventivas llamados de rehidratación oral (TOR) que
son útiles en operaciones de auxilio en grandes desastres. Los paquetes tienen las dosis
perfectamente preestablecidas, su fecha de caducidad es muy larga y se distribuyen fácilmente. La
solución de rehidratación (Figura 10-5) también puede ser preparada por las propias víctimas
empleando ingredientes caseros.
Por cada deposición diarréica el paciente debe recibir cuando menos un vaso de la solución
rehidratante. Una persona de gran talla debe consumir cuando menos dos litros al día; un niño de
corta edad necesita cuando menos un litro al día. En caso de vómitos, la enfermera debe incitar a la
persona a que beba sorbos pequeños cada cinco minutos todo el día hasta que comienza a orinar
normalmente.21
El potasio se agrega para lograr el equilibrio posterior de electrólitos, en alimentos como jugo de
naranja, agua de coco o plátanos (bananas). Los bebés deben continuar recibiendo leche materna
además de la solución rehidratante 21
Tan pronto la persona desee ingerir alimentos habrá que proporcionárselos incluso si temporalmente
hay un aumento ligero en la frecuencia de las deposiciones diarréicas y la náusea. Los alimentos
ricos en proteínas y calorías son especialmente importante para evitar el circulo vicioso entre la
diarrea y la privación proteinocalórica.21 Estos alimentos se señalan en la tabla 10-4.
Las enfermeras comunitarias que laboran en una clínica puede usar una técnica rápida y confiable
para determinar el grado de desnutrición cuando no se cuenta con estudios de laboratorio. Se
comparan el peso real y el ideal del paciente en esta forma 16,29

FIGURA 10-5 Solución Rehidratante para evitar y tratar la Deshidratación.


Si es posible agregue a la solución la mitad de una taza de jugo de naranja o agua de coco o un
plátano (banana) pequeño maduro y en puré
Fuente: Reimpreso con permiso de Werner D: Where There is No Doctor. Palo Alto, Calif, The
Hesperian Foundation, 1977, p. 152.
Observar que la persona tiene de 80 a 60 por ciento del peso ideal denota desnutrición moderada;
menos de 60% del peso ideal significa desnutrición grave. Si el peso disminuye a menos de la mitad
del ideal, suele haber pérdida irreversible y mortal de los tejidos.29,30
El aspecto de las personas con desnutrición proteinocalórica puede variar de acuerdo a la gravedad y
la duración de una dieta inadecuada y la respuesta a factores individuales. Muchos tienen aspectos de
semiinanición, pálido y demacrado. Son susceptibles a la deshidratación y a los efectos del calor y la
humedad.15,16 En áreas donde es común dicho trastorno la talla de las personas es menor que la usual.
La talla corporal menor suele ser consecuencia de una dieta inadecuada, pero esta característica
también protege a la persona contra el bajo suministro de alimentos al disminuir las necesidades de
ellos en el cuerpo.
Las formas más graves de desnutrición se observan con mayor frecuencia en niños y se conocen
como kwashiorkor (tipo edematoso) y el marasmo (tipo no edematoso). Otros signos sugestivos
incluyen: 16,31
 El cabello es seco e hipopigmentado, delgado y escaso, y se desprende fácilmente.
 Hay desgaste y debilidad musculares.
 La piel muestra manchas pardas "sucias" o hipopigmentación, poco turger, y grasa en el
tejido subcutáneo.
 Entre los signos vitales están: pulso lento, hipotensión arterial y baja temperatura.
Los adultos con desnutrición crónica proteinocalórica quizá no muestren los signos específicos del
kwashirkor o el marasmo. Sin embargo, esta condición ocasiona menor producción de energía con lo
cual deja de ser óptimo su desempeño laboral y sus actividades sociales se vuelven limitadas. Los
varones en países agrícolas en desarrollo pueden recibir muy pocas de las calorías necesarias para su
trabajo físico. Las mujeres casi no aumentan de peso durante el embarazo, sus bebés son muy
pequeños para la fecha de gestación y tienen muy poca leche materna. Estos problemas perpetúan la
falta de progreso social y pueden entorpecer la recuperación después de un desastre.29
TABLA 10-4 Alimentos indicados para una persona con diarrea

Cuando la víctima vomite o se Tan pronto la persona puede comer, además de ingerir las bebidas
sienta demasiado asqueada para señaladas en la columna de la izquierda debe recibir una selección
comer, debe ingerir: balanceada de los siguientes alimentos o semejantes:
 tes y agua de arroz Alimentos energéticos (ricos en Alimentos ricos en proteínas
carbohidratos)
 carne de pollo, res, huevos o  plátanos maduros (bananos)  leche (de no haber intolerancia a la
caldo de frijoles (aluvias, papaya lactosa)
porotos)
 Kool-Aid o bebidas endulzadas  galletas saladas, arroz, papas  Pollo (hervido o asado)
similares
 Solución rehidratante  avena u otro cereal  Huevos (hervidos)
(perfectamente cocido)
 Leche materna  maíz fresco (perfectamente  Carnes bien cocidas (sin grasa)
cocido y machacado)
 puré de manzana (cocido)  Frijoles (aluvias) lentejas guisantes
(bien cocidos y triturados)
 Carne de pescado (bien cocida)
No debe ingerir ni comer:
 alimentos grasosos  frijoles (aluvias) cocidos en grasa  bebidas alcohólicas
 Todas las frutas crudas  alimentos muy condimentados  cualquier laxante o purgante
Fuente: Adaptado con permiso de Werner D: Where There Is No Doctor. Palo Alto, Calif, The Hesperian
Foundation, 1977, p. 155.

Las víctimas de inanición suelen reaccionar de manera espontánea a la disponibilidad de alimentos y


tienen apetitos voraces. Los que sufren diarrea, anorexia o vómito pueden mejorar, con la solución
rehidratante y los alimentos incluidos en la figura 10-5 y la tabla 10-4. Un estudio cuando menos ha
mostrado que las personas desnutridas pueden tratarse con programas de alimentación intensiva del
campamento con la misma eficacia que con el tratamiento estándar en un hospital.32
Primeros auxilios
Las lesiones varían con el tipo, el sitio y la gravedad de la calamidad. Las tasas de mortalidad pueden
ser extraordinariamente altas en algunos tipos de catástrofes graves, pero las lesiones no suelen ser
tan delicadas ni tan frecuentes como a veces se espera. Los daños graves a menudo pueden culminar
en la muerte y por ello sobreviven los sanos y quienes sufrieron lesiones menores. Para cuando llega
el auxilio del exterior, la mayor parte de las víctimas con lesiones agudas han sido sometidas a
selección y se encuentran bajo atención médica.
Las enfermeras de la comunidad tienen que atender principalmente lesionados y accidentados, que
son el resultado de situaciones de la vida desorganizadas y temporales. Deben estar preparadas para
enseñar primeros auxilios para que los miembros de la comunidad estén capacitados para atenderse
por si mismos y ayudar a los demás. La Cruz Roja publica varios folletos excelentes, los cuales se
señalan al final de este capítulo. Entre los conocimientos que es necesario dominar están:
 reanimación cardiopulmonar
 maniobra de Heimlich
 colocación de apósitos y férulas
 control de sangrados: puntos de presión y torniquetes
 tratamiento de mordeduras de serpiente y otros animales
 tratamientos de lesiones calientes y frías
Como preparativos contra el desastre conviene contar con algunos materiales de primeros auxilios y
del hogar que sirvan para un periodo de 72 horas cuando menos; entre los que deben incluirse:
 bolsas para dormir (sleeping bags) y mantas
 lamparillas de mano, pilas y velas
 extinguidos de incendios
 radio de baterías
 pala y hacha
 madera, carbón y otras fuentes de calor
 bolsas para basura
El recuadro 10-7 incluye la lista de los materiales que podrían formar parte de un estuche o botiquín
casero de primeros auxilios.
Miembros del equipo
Las enfermeras en la comunidad deben ocuparse de evitar enfermedades y lesiones secundarias a un
desastre y de promover la salud en la etapa de restablecimiento. La preparación mencionada requiere
de la colaboración con otros profesionistas de la comunidad y de las personas que proporcionan
atención de la salud en un medio de problemas agudos. En comunidades desconocidas es importante
establecer contacto inmediato con las personas encargadas de la salud pública ya que pueden ellos
saber cuáles son los problemas frecuentes en su área y si ha habido una mayor incidencia de ellos.
En ocasiones los servicios de enfermería pueden depender de decisiones tomadas por las autoridades
locales y de este modo los programas pueden tener más características políticas que terapéuticas. Las
enfermeras deben ser flexibles y realistas en sus valoraciones e intervenciones, e intentar afrontar las
variables políticas y psicológicas de la situación.
CUADRO 10 - 7 Material sugerido para un botiquín o estuche de primeros auxilios en el hogar

Aspirina o acetaminofén
Pomada con antibiótico
Vaselina
Bicarbonato de sodio y sal de mesa
"Benditas" de diversos tamaños
Vendas elásticas
cojines sanitarios dobles (apósitos)
Cojines de gasa de diversos tamaños
Pañuelos y pequeñas toallas (doblarlos como vendas triangulares)
Pañales desechables (dobles como apósitos o acojinamiento)
Cinta y alfileres de seguridad
Termómetros
Tijeras y alicates
Jabón
Medicamentos y artículos personales

Ellas pueden desempeñar una función importante en la movilización de los miembros de la


comunidad para que colaboren con los grupos de auxilio. El contacto personal que establezcan con
diversos grupos y sus directivos puede facilitar en grado sumo la acción comunitaria. Incluso ellas
pueden actuar como líderes o consultoras expertas. En el Capitulo 13 se expone más detalladamente
la valoración y el empleo de organizaciones comunitarias.
Consideraciones Culturales
En algunas culturas los miembros de la familia se atienden entre s, durante etapas de enfermedad y
lesión; esta forma de autoayuda debe promoverse en todos los casos, salvo que alguna enfermedad
rara obligue al aislamiento del enfermo.
Muchas personas tienen confianza absoluta en remedios o medicina tradicionales y esta práctica debe
permitirse y alentarse por la tranquilidad psicológica que brinda aun cuando se sabe que no produce
beneficios. Hay que prohibir sólo las prácticas que de antemano se conocen como dañinas.
Las enfermeras en la comunidad pueden ser muy útiles para facilitar el flujo de la información entre
varias organizaciones, hospitales o instalaciones para enfermos agudos, y la población a la que están
atendiendo. La supervisión del estado de salud de la población puede mejorar por medio de la
detección de casos y los conocimientos que se tengan a la mano. Si se conocen las condiciones de
vida, las variables culturales y las preocupaciones especificas de un grupo humano esto puede ayudar
a poner en práctica las medidas de auxilio contra desastres.
Valoraciones y prioridades
Las enfermeras ante el caos que priva en un desastre y en sus etapas ulteriores pueden sentirse
abrumadas por el número de necesidades de salud que deben satisfacer. El papel general que
normalmente desempeñan muchas de las enfermeras comunitarias puede darles flexibilidad para
atender situaciones diversas. Ellas no deben reaccionar en una forma rígida y predeterminada, sino
que deben estar listas para ajustarse a circunstancias cambiantes conforme surjan y a problemas
importantes según se vayan identificando. Sin embargo, a veces se sienten "fragmentadas" ante las
múltiples exigencias que se les plantean. Durante la presión de la crisis, las enfermeras deben
advertir que resulta de gran utilidad un enfoque lógico para la solución de problemas como los que
ofrecen las cuatro etapas del proceso asistencial:
1. valoración inicial
2. diagnóstico
3. intervención
4. evaluación final
Incluso si no se cuenta con tiempo para la solución de un problema formal, el conocimiento del
proceso asistencial ayuda a mantener un sentido de la perspectiva global y aumenta los efectos
positivos de las tareas asistenciales.
Las etapas del proceso de enfermería pueden evitarse en forma concomitante, durante diversos
problemas simultáneos y pueden ayudar a identificar las necesidades cambiantes que surgen en un
desastre. También pueden ser de utilidad para que las enfermeras determinen la información y la
experiencia que requieren de otros profesionistas de la salud y médicos, para integrar dichos
conocimientos a sus tareas de asistencia.
El establecimiento de prioridades también permite enfocar los servicios de enfermería y asegurar que
los esfuerzos logren los resultados deseados. Quizá resulte útil revisar las suposiciones y las
características de los servicios de enfermería comunitaria y aplicarlas a una situación de desastre.
Los programas y servicios deben cumplir con los criterios siguientes:33
 Abstenerse de hacer lo que las personas pueden realizar por si mismas.
 Dirigirse hacia la independencia final.
 Complementar o suplementar, pero no duplicar otros recursos.
 Producir un efecto probado en la prevención, control, cura o rehabilitación de problemas.
 Dirigirse hacia poblaciones o personas ya establecidas como blanco, es decir, aquellas que
han recibido el mayor impacto positivo en la comunidad o que están expuestos a mayor
riesgo de presentar problemas de salud.
Es importante conceder prioridad a problemas generados o intensificados por el desastre y devolver a
las personas y a las comunidades al nivel que tenían antes de la calamidad.
Las enfermeras deben distinguir cuidadosamente entre los problemas crónicos o propios de la
comunidad y los causados por el desastre. Resulta tentador, especialmente si la persona trabaja en un
medio socioeconómico en el que sufren privaciones intervenir y buscar soluciones a problemas
preexistentes. La intervención comprende por lo general distribuir en forma inadecuada los recursos
para combatir el desastre ya que los programas de auxilio son muy costosos y están diseñados para
funcionar temporalmente.
Las intervenciones selectivas pueden ejecutarse para aliviar problemas que ya existían en la
comunidad en especial si las necesidades agudas de una calamidad se intensifican a causa de tales
problemas. Sin embargo, las enfermeras deben estar conscientes de que la intervención inapropiada
respecto a las condiciones preexistentes a menudo exacerban el resentimiento que las víctimas
comúnmente sienten hacia los trabajadores en las etapas ulteriores de las labores de restablecimiento.
Ellas deben considerar con gran cuidado el contexto cultural en que se sitúan sus actividades para
ayudar a conservar la integridad y la trama social de la comunidad afectada y facilitar su transición a
los papeles que desempeñarán en el desastre.
Resumen
Las enfermeras que trabajan en una comunidad en un desastre pueden provenir de una gran variedad
de medios y especialidades clínicas. Pueden ser parte de la comunidad o del país afectado o haber
sido asignadas a esa área para brindar ayuda. Se le solicitará para trabajar como parte de diversos
grupos multidisciplinarios, aplicando principios de enfermería comunitaria y salud pública a
situaciones nuevas y cambiantes.
Las enfermeras pueden contribuir a la preparación contra desastres al actualizar sus conocimientos
de los aspectos de interés básicos de la comunidad en la respuesta a una calamidad. Es importante
considerar dentro de un contexto de diferentes escenarios, poblaciones y tipos de desastres, las
medidas de prevención primarias, secundarias y terciarias.
Las actividades deben ser parte de un proceso que incluya valoraciones iniciales especificas y la
aplicación de conocimientos, ajustados conforme lo indica la valoración constante de las necesidades
para crear nuevas estrategias.
Referencias
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Lecturas sugeridas
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American Red Cross: Standard First Aid and Personal Safety. Garden City, NY, Doubleday & Co.,
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Apéndice 10-A: Valoración de la comunidad
Característica de la población
 Tamaño y densidad
 edad y sexo
 distribución
 carácter transitorio o estabilidad
 nivel educativo
Características culturales
 religión
 lenguaje o dialecto
 costumbres
Casas
 cantidad y calidad
 ubicación
 composición de una casa típica
Servicios públicos
 edificios de servicios
 escuelas
 transportación
 sistema de comunicación
 instalaciones para salud pública y médica
 organizaciones
Geografía
 localización
 características topográficas notables
 clima
Gobierno
 líderes
 tipo de sistema
 distribución de poder
 consideraciones políticas
Economía
 industrias
 grupos ocupacionales
 nivel de ingresos
Estadísticas de salud
 nacimientos y muertes
 incidencia y prevalencia de enfermedades
 distribución de enfermedades
 niveles de inmunización
Características del desastres
 tipo y magnitud
 programas existentes

11. Diseño y desarrollo de programas de enseñanza para casos de desastre


Loretta Malm García R.N., M.S.N. y Roseann P. Lindsay, R.N., B.S.N
La respuesta adecuada en caso de desastre depende de los preparativos a nivel individual y de
organizaciones de auxilio. Para la elaboración de programas para situaciones de desastres es esencial
la prepación obtenido a través de la enseñanza dentro de un programa perfectamente diseñado.
Las enfermeras se pueden anticipar solicitando y asistiendo a programas de enseñanza para casos de
desastre en diversos medios, como instalaciones para enfermos agudos, asilos, industrias, escuelas y
departamentos de salud pública. Los principios generales y aquí descritos son aplicables a muy
diversos programas. Los objetivos de este capítulo incluyen auxiliar a las enfermeras educadoras en
los siguientes aspectos:
 definir áreas críticas en que se requiere capacitación para situaciones de desastre
 valorar las necesidades de enseñanza del personal asistencial por medio del diseño de un
instrumento apropiado de evaluación
 incorporar conceptos de educación para adultos cuando se elabore y presente un plan de
estudios
 utilizar todas las variedades de métodos educativos y recursos para los instructores
 evaluar resultados, para así precisar la eficacia de los programas y las necesidades de
educación continua.
Áreas criticas en que se requiere de capacitación para situaciones de desastre
Las enfermeras necesitan conocimientos básicos para aplicarlos en una situación de desastre. En el
transcurso de los años han cambiado muy poco las áreas generales de preparación y aptitud. En 1963
la Liga Estadounidense de Enfermería publicó un estudio de tres años realizado por Mary V. Neal
titulado Preparación en Enfermería Contra Desastres con el fin de mejorar la preparación de las
enfermeras para las tareas que debían asumir durante una calamidad.1 El comunicado indicaba que
las enfermeras necesitan saber la forma de llevar al cabo las siguientes tareas:
 organizar una situación por demás caótica
 coordinar grandes salas con mínima o nula asistencia profesional
 utilizar el auxilio de voluntarios, entrenados y no entrenados
 adaptarse y crear técnicas asistenciales que satisfagan las necesidades en una situación
catastrófica
 adaptarse y desarrollar funciones de salud pública para cubrir las demandas de la situación
Las enfermeras no familiarizadas con la respuesta a un desastre a menudo conciben la enfermería en
estas situaciones como la selección incesante y las medidas dramáticas para salvar la vida en un
medio similar a un campo de batalla. Sin embargo, estas actividades incluyen algo más que la
experiencia necesaria para la selección y la medicina de urgencia. Las enfermeras pueden participar
en todas las etapas de la respuesta: como son planificación, alerta, impacto y recuperación. La
enfermería en estas situaciones no es una especialidad aislada, sino una extensión de la práctica
diaria. Los conocimientos y principios de esta profesión siguen siendo los mismos, pero se han
adaptado para satisfacer las necesidades físicas, sociales, emocionales y espirituales de los
damnificados y los aspectos especiales de tratamiento que genera un desastre.
El contacto con los preparativos y el manejo en un desastre debe ser parte de todos los programas de
estudio básicos de enfermería. Sin embargo, la investigación señala que son pocos los actos positivos
que pueden preveerse para lograr una preparación sólida, como parte de estos programas básicos.2 La
creación de dichos planes ha sido lenta e incierta por varias razones:
 los problemas del desastre parecen ser abrumadores
 son muy escasos los maestros preparados en esta especialidad
 no se ha identificado con claridad el organismo encargado de enseñar tales con tenidos
Se ha recomendado como organismos responsables de impartir orientación a los gobiernos estatales
y locales, universidades y organizaciones de enfermería a nivel nacional. La participación en una
respuesta local contra calamidades puede dar a los estudiantes la oportunidad de conocer esta
ampliación de sus tareas en un medio comunitario complejo y difícil.
Contenido de una unidad de enseñanza para casos de desastres
La información básica presentada en una unidad de enseñanza debe auxiliar a los participantes a
tener una idea global de la respuesta comunitaria a una calamidad, percibir el papel y las
contribuciones de una organización, relacionadas con la respuesta y el manejo global de la catástrofe,
y valorar el riesgo de la comunidad e identificar los recursos necesarios para brindar asistencia. La
exposición por temas de este libro puede ser una guía útil para un plan de enseñanza. Ellison
recomienda incluir el siguiente material en los programas antes mencionados.2
 definición de desastre y el criterio de atención en tal situación (en este apartado hay que
exponer todo lo referente a causas, efectos, etapas del desastre, supervivencia y autoayuda)
 atención masiva de las víctimas, problemas de comunicación, organización y coordinación;
(selección); efectos psicológicos del desastre; conducta humana y la vida en albergues
 participación de la enfermera y específicamente su función de líder en la valoración de las
necesidades médicas y de salud y el empleo de personal y los suministos para brindar auxilio
y asistencia
 evaluación de los cuidados y los servicios prestados
El instructor en servicio, a partir de la base anterior, puede desarrollar sus propios conocimientos e
incorporar información y habilidades exclusivas para las necesidades de la corporación.
Diseño de una unidad de enseñanza en desastre
El proceso de enfermería constituye una estructura ideal para diseñar una unidad de enseñanza para
casos de desastre. Los pasos incluyen evaluación inicial, diagnóstico, intervención y valoración final,
las cuales son guías en la creación de programas (recuadro 11-1).
Valoración de las necesidades de enseñanza del personal
Valoración Previa
Es de suma importancia para el instructor completar la valoración previa de sus educandos antes de
comenzar los cursos de enseñanza. La valoración previa define lo que Knowles llama "necesidad
educacional". Dicho investigador describe tal situación como una diferencia entre el nivel actual de
competencia (del educando) y un nivel mayor necesario para desempeñar activamente sus labores tal
como las definiría él mismo, la organización o la sociedad.3
RECUADRO 11-1 Proceso asistencial aplicado a la enseñanza de medidas contra desastres.

Valoración inicial
 utiliza instrumentos de valoración inicial
 precisa las necesidades de aprendizaje
 hace que participen las personas

Diagnóstico

 utiliza objetivos basados en la conducta


 se basa en las necesidades de valoración inicial
 proporciona resultados específicos de aprendizaje

Intervención

 se basa en objetivos basados en la conducta


 utiliza planes de enseñanza por lecciones
 desarrolla estrategias para alcanzar los objetivos
 proporciona métodos y actividades
 lleva a la práctica conceptos de enseñanza para adultos

Evaluación final

 completada por educandos e instructores


 mide el aprendizaje
 revalora las necesidades de aprendizaje
 con base en logro continuo

La valoración previa también permite a los educandos adultos participar en la determinación de sus
necesidades de enseñanza Esta oportunidad incrementa en grado notable la motivación para
aprender. De manera más especifica la valoración señala si los educandos cuentan con las
capacidades previas requeridas, si conocen ya parte del material o si necesitan algunas actividades
individualizadas de instrucción. En consecuencia, los resultados de esta valoración previa deben
aportar información respecto a si los estudiantes deben dominar conocimientos previos antes de
comenzar su instrucción o cualquiera de ellos puede omitir algunos de los objetivos de enseñanza y
señala las actividades de instrucción específicas para estudiantes individualizados.
Selección de un instrumento de valoración
Los instrumentos de valoración tienen varias finalidades. Algunas pruebas definen los niveles
actuales de competencia en comparación con los deseados. Al considerar el diseño de una
herramienta de prevaloración el instructor en servicio cuenta con muchas opciones disponibles. Aquí
le presentamos como alternativa dos modelos: 1) escala de Likert (recuadro 11-2); 2) prueba de
conocimientos (recuadro 11-3).
RECUADRO 11-2 Instrumento de auto evaluación (Escala de Likert)

Por favor, debe valore su grado de conocimiento en cada uno de los aspectos siguientes marcando el número
en el espacio apropiado (les la puntuación más baja y 5 es la más alta)
Grado de conocimientos que creo tener 1 2 3 4 5
1. Etapas del desastre
2. Efectos del desastre en la comunidad
3. Efectos de un desastre en el sistema de atención médica y asistencial
4. Efectos psicológicos de los desastres en víctimas y trabajadores
5. Efectos físicos del desastre en víctimas y trabajadores
6. Proceso asistencial
7. Técnicas de intervención en crisis
8. Primeros auxilio
9. Recursos de salud de la comunidad
10. Papel de las organizaciones oficiales en las labores de auxilio
11. Conceptos de auxilio es desastres de la Cruz Roja
12. Programas de los servicios locales para casos de desastre.
13. Normas administrativas para servicios médicos y asistenciales de la Cruz Roja
14. Papel suplementario de la Cruz Roja en los servicios de salud en desastres
15. Papel del personal de los servicios de salud en diversos medios del desastre a los que se le asigne
16. Registros y reportes de los servicios de salud en desastres
17. Asistencia de urgencia
18. Su experiencia en la preparación de los servicios de salud en desastres
Fuente: Reimpreso bajo la autorización de American National Red Cross, Form 1082, Application to Teach
Nursing and Health Services-12/81.

El instrumento de autovaloración de la Cruz Roja Norteamericana (recuadro 11-2) ejemplifica la


escala de Likert en la forma en que se aplica para la evaluación de necesidades específicas de
aprendizaje. Las escalas de Likert son algunas de las formas más usadas de medición de actitudes.
Este tipo de herramienta proporciona información específica para el instructor relacionada con los
niveles de preparación y habilidades de cada participante, inicialmente.
Los cuestionarios de enfermería en desastres siguen un formato tradicional. El ejemplo del recuadro
11-3 utiliza reactivos falso/verdadero y de selección múltiple. Las respuestas se califican con
facilidad y pueden identificar las necesidades de aprendizaje. Las preguntas pueden adaptarse a un
formato de prueba previa o posterior.
RECUADRO 11-3 Cuestionario de enfermería en desastres

1. En una situación de emergencia masiva ¿qué tipo de sangre utilizaría para transfusiones hasta que se
establezca el laboratorio para realizar las pruebas cruzadas y determinar el tipo de sangre de las víctimas?
a. A + c. AB +
b. O + d. O -
2. El personal de la Organización federal para el manejo de emergencias (OFME) puede brindar auxilio
individual a las víctimas al pedir al Servicio de Recaudación Interno que postponga los pagos de impuestos y
enmiende las normas de devolución de impuestos sobre la renta (verdadero o falso)
Instrucciones: Usted se encuentra asistado en, la selección de víctimas en el área de recepción de un hospital
cercano a un edificio que hizo explosión. Se están utilizan las categorías estándares de la Defensa Civil para
prioridad de tratamiento. Por favor señale la letra de la categoría apropiada con el número, en la hoja de
respuestas (selección multiple)
Planteamiento Categorías
3. Fracturas cerrada de femur a. Mínima
4. Amputaciones parciales b. Inmediato
5. Contución de riñón c. Tardía
6. Herida traumato en tórax d. Expectante
7. Fractura cerrada de radio y cúbico
8. Quemaduras de tercer grado de ambas piernas, manos y antebrazos
9. Herida penetrante en el abdomen
Fuente: Adaptada bajo la autorización de Neal MV: Disaster Nursing Preparation: Report of a Pilot Project.
New York, National League for Nursing, 1963.
El estudio Preparación en Enfermería Contra Desastres publicado por la LNE completado por M.V.
Neal incluye algunos ejemplos de programas de estudios para casos de desastre, los cuales usted
podría modificar para cubrir sus necesidades.
Incorporación de los conceptos de educación para adultos
La planificación de un programa educativo para adultos sin incorporar los conceptos propios para
ellos puede condenar al primero a un fracaso seguro. Independientemente de lo interesante o bien
planeado que sea éste, los adultos tienen diferentes necesidades y expectativas de sus experiencias de
aprendizaje. Conforme se planea el programa, tenga presente que los adultos requieren o poseen los
siguientes aspectos:3
 un clima de aprendizaje que sea cómodo tanto física como psicológicamente
 respeto y aceptación de los otros estudiantes e instructores
 percepción del instructor como guía o facilitador; alguien al que se puedan acercar
fácilmente
 gran experiencia como personas
 deseos de participar en la planificación y práctica del proceso de aprendizaje
 hábitos y patrones de vida, trabajo, aprendizaje y algunas veces oponen resistencia a los
cambios
Estructuración del los principios del aprendizaje
Al diseñar un programa educativo para adultos la persona que lo planea debe recordar los principios
del aprendizaje. Knowles ha identificado las condiciones superiores para tal fin:3
 Los educandos deben sentir necesidad de aprender (motivación).
 Los alumnos perciben las metas de la experiencia del aprendizaje como suyas.
 Los estudiantes aceptan compartir la responsabilidad para planificar y llevar a la práctica la
experiencia del aprendizaje y por ello, tienen una sensación de compromiso.
 Los educandos participan activamente en el proceso de enseñanza.
 El proceso de enseñanza guarda relación con la experiencia de los educandos y la
aprovecha. (Cuanto más útil es la información, más se le retiene. Las experiencias pasadas
son recursos provechosos).
 Los educandos tienen una sensación de marchar hacia sus metas.
 Los estudiantes sienten que cuanto más vean, escuchen y hagan, más aprenderán.
 El ambiente de aprendizaje se caracteriza por su comodidad física, confianza, respeto y
ayuda mutuos, libertad de expresión y aceptación de diferencias.
Teorías de aprendizaje
Existen dos teorías de aprendizaje: la enseñanza excesiva y la simulación, válidas para la situación en
la que el objetivo es una mayor retención del material. Ambas teorías son estrategias pedagógicas
especialmente adecuadas para usarse en la preparación contra desastres. En la respuesta contra una
catástrofe, las enfermeras deben actuar rápidamente sin reflexionar demasiado. Deben continuar sus
labores a un nivel adecuado a pesar de la fatiga y la tensión; y sus conductas deben ser muy
conocidas y casi instintivas.
La enseñanza excesiva es una técnica mediante la cual las personas reciben práctica continua más
allá del punto en que la tarea se ha desempeñado correctamente varias veces. El hecho de que una
respuesta se empareje continuamente con el estímulo refuerza el vinculo estímulo/respuesta y de este
modo se vuelve una actividad más refleja. La enseñanza excesiva también es útil porque hace que
una respuesta se vuelva automática. Como consecuencia, es más probable que las enfermeras
conserven la calidad de sus labores en momentos de urgencia y tensión adicional. Permite transferir
el material aprendido, al sitio de trabajo y a la tarea misma. Los hechos del mundo real se reducen a
escenarios menos dinámicos, seguros y eficientes como la practica de la selección y los simulacros
con gran número de víctimas.4 Esta teoría es importante para actividades que deben realizarse en
condiciones simuladas, ya que las situaciones reales son demasiado costosas o peligrosas. La práctica
y la repetición son aún más trascendentales en tareas para las cuales la persona no puede depender de
patrones permanentes, por ejemplo, procedimientos de emergencia como la selección y la psicología
de las multitudes en el escenario de una catástrofe. A menudo la enfermera en su práctica desconoce
tales situaciones. La enseñanza excesiva aplicada a un medio simulado resulta muy útil para dominar
estas habilidades.
Las tarjetas de la práctica de selección pueden ser especialmente valiosas para implementar esta
teoría. Se forman pequeños grupos de tres a cinco personas y cada miembro recibe varias tarjetas y
decide a qué categoría de selección debe asignar a cada cual. Entonces el pequeño grupo se vuelve a
reunir y llega a un concenso. Después de completar adecuadamente y con constancia estos
"simulacros de papel" los participantes practican la toma de decisión en la selección, en pacientes
caracterizados en un simulacro. En forma semejante pueden completarse situaciones de desempeño
de papeles.
La simulación es un método especialmente efectivo con estudiantes adultos. Crea una situación de la
vida real en la que trabaja activamente el educando, e intenta resolver. Desde el punto de vista del
instructor, con la simulación se obtiene una mayor compenetración de la forma en que los
participantes asimilan y desarrollan nuevos conocimientos y habilidades. Para el participante, crea
una atmósfera cómoda y segura en que puede experimentar la solución de problemas. El desempeño
de papeles, los juegos y estudios para participar en diversos casos son mecanismos para incorporar la
simulación al plan de estudios. En el futuro próximo, la mayor disponibilidad de computadoras en
los salones de clase constituirá un avance interesantísimo para lograr el aprendizaje a través de la
simulación.5
Diseño del programa
Una vez que se han identificado las necesidades de los educandos, se diseña un programa de estudios
para cubrir todas ellas. La planificación consiste en traducir las necesidades diagnosticadas, en
objetivos educativos específicos (o instrucciones de crecimiento), diseñar y conducir las experiencias
de aprendizaje para alcanzar tales objetivos y valorar el grado en que se han cubierto tales metas.3
En la actualidad la enseñanza se ha basado en las conductas y el desempeño de los educandos. El
advenimiento de la educación continua para la revalidación de la cédula profesional a vuelto todo lo
anterior particularmente válido. Es oportunidad de medir las necesidades educacionales.
Los objetivos basados en la conducta son elementos que proporcionan al instructor y al educando
resultados específicos, mensurables y con límites de tiempos. Según Monroe y Quinn, los objetivos
basados en la conducta son útiles para los educadores porque tienen las siguientes características:6
 indican las necesidades de aprendizaje de los estudiantes
 sirven como "blancos" de instrucción
 guían el proceso de evaluación
 reflejan el aprovechamiento del estudiante
 disminuyen la competividad del estudiante
En un diseño global del programa son esenciales los objetivos, ya que se convierten en los criterios
utilizados para seleccionar los materiales, definir su contenido, crear técnicas de enseñanza y
preparar pruebas y exámenes.6
Entre los textos recomendables para aprender a formular y utilizar los objetivos basados en la
conducta están New Approaches to Behavioral Objetives de Richard Burns' y Preparing
Instructional Objectives de Robert Mager's.
Los objetivos conductuales constituyen la base para planificar cada lección. La planificación formal
de cada clase es una estrategia excelente para conceptualizar la obtención global de tales objetivos.
El contenido, los métodos, los recursos, las actividades y la valoración se combinan en una evolución
programada y oportuna para tener un plan de trabajo visible.
Estrategias de enseñanza
La preparación de un programa educativo que sea informativo e interesante depende de la
integración de diversos métodos pedagógicos. Para mejorar la retención del material, Edgar Dale
insiste en la importancia de intercambiar las fuentes de estímulos y el valor de la participación en el
proceso de aprendizaje. La lectura y la exposición de conferencias proporcionan niveles de retención
de 10 a 20% en tanto que escuchar, señalar verbalmente, ver y realizar otro tipo de experiencias
aumentan la retención en 70 a 90%.7
Además de la clase de rutina, el instructor en servicio cuenta con innumerables métodos
pedagógicos:
 discusión en grupo
 períodos de demostración y práctica
 estudios de casos
 prácticas de selección
 programas audiovisuales
 comentarios de conferencistas invitados
 asignaciones fuera de clase
 asignaciones escritas
 ejercicio de simulación por computadoras
 debates
 participación en simulacros
 viajes al campo
 desempeño de papeles
Un plan de estudios perfectamente diseñado ofrece a los educandos diversos estímulos para el
aprendizaje. Los adultos se beneficien con la práctica de experiencias. También es esencial recordar
que toda persona tiene un método propio para estudiar y aprender información nueva. Algunos
disfrutan y aprovechan la lectura y las conferencias, en tanto en que otros pueden necesitar
audiovisuales y demostraciones. La compenetración puede ser especialmente útil cuando en la clase
hay personas de aprendizaje más lento. El instructor puede explorar necesidades individuales con
cada estudiante y determinar cuáles son las experiencias pedagógicas más valiosas.
Recursos para la instrucción
Estudios en el salón de clases
Instructores. Casi todas las comunidades cuentan con personas y organismos con experiencia en el
manejo de situaciones de desastre. El aprovechamiento de dichos recursos puede añadir diversidad y
enriquecer un programa.
Los conferencistas invitados constituyen recursos excelentes para las clases. Siempre es prudente
concertar la exposición con mucha anterioridad. Cuando solicite la participación de un conferencista,
pídale que desarrolle un tema específico y señale el tiempo que durará su exposición. Facilítele los
objetivos globales del curso y otros escritos para su presentación, pues dicho material les es útil para
no perder el hilo de la plática. El Apéndice 11-A proporciona algunos de los recursos sugeridos para
los conferencistas huéspedes.
Recursos Audiovisuales. Los audiovisuales constituyen un recurso utilísimo para auxiliar a los
participantes a visualizar y sentir el impacto del desastre y sus consecuencias. También pueden
utilizarse para establecer la atmósfera de una presentación, sentar las bases para discusiones y
permitir que los participantes observen las situaciones de desastre y las estrategias de intervención y
auxilio. Además los materiales audiovisuales constituyen una herramienta óptima para el desempeño
de clases y trabajos independientes. Muchos de los recursos incluidos en el Apéndice 11-A pueden
aportar también audiovisuales.
Conviene que la persona elabore sus propios audiovisuales, en particular transparencias, laminillas y
esquemas. Los materiales como éstos pueden adaptarse fácilmente a las características especificas
del curso y a sus puntos de énfasis. Quizá la organización donde trabaje la enfermera cuente ya con
algunos audiovisuales útiles.
Materiales de Fácil Obtención. Los folletos, cartelones, y otro material impreso son fuentes
concisas de información. Resulta de gran ayuda el obtener una muestra de ellos en las etapas de
planificación de los programas. También son material de referencia excelente para algunos cursos.
Una vez más el Apéndice 11-A puede ayudarle a obtener estos materiales. También el Apéndice D
del Capitulo 13 incluye direcciones de centros adicionales en donde conseguir recursos para casos de
desastre.
Actividades afines
Las enfermeras adultas que buscan de verdad aprender disfrutan de experiencias prácticas. Como
final del curso asigne una fuerza o perante para que organice un simulacro o ejercicio de selección
(véase el capítulo 12). El objetivo puede ser que los participantes demuestren los resultados de su
aprendizaje. Es importante realiza; sesiones de práctica de contenido y de conocimiento para destacar
los papeles y lo que espera de cada persona antes de la práctica. Como aspecto adicional es bueno
"comenza con poco" y pasar de prácticas sencillas a las más complejas. Es esencial dominar papeles
y actividades en una pequeña práctica, después valorarlas y por último repetir el simulacro con una
situación más compleja y difícil. Se insiste a las enfermeras a que participen en diversas tareas, por
ejemplo planificación, suministro de atención, víctima y evaluadora.
Las actividades adicionales pueden ser viajes al campo, a centros de organización de emergencias y
visitas a algún hospital militar de campo, en pleno día de trabajo. Otras de las experiencias
excelentes es la visita a punto de recolección de víctimas y estaciones de suministros. Las enfermeras
pueden prestarse voluntariamente para coordinar refugios de la Cruz Roja (después de completar la
preparación obligatoria) o acompañar al personal de dicha institución a visitas de campo. La
obtención de la certificación de TME amplia las habilidades de atención en urgencias y los niveles de
confianza en si mismas. Los cursos de técnico medico de emergencias (TME) incluyen excelentes
simulacros de desastres.
El proceso de evaluación final
Al diseñar un programa educativo la evaluación final del aprendizaje tiene tanta importancia como la
valoración inicial de necesidades. La evaluación final debe ser parte del diseño del programa. Se le
define al mismo tiempo que los objetivos, el contenido, los métodos y los recursos. Delimita e
identifica el punto de debilidad y fortaleza de los educandos y el propio programa, y mide la
necesidad de educación continua. Para los adultos la autoevaluación es más significativa que la
asignación arbitraria de clasificaciones o las críticas de un instructor. Ellos disfrutan participar en la
evaluación de sus propios logros. Este sentido de compañerismo como el instructor "quita la
solemne" a la relación tradicional entre instructor y estudiantes. Da al participante un sentido de
igualdad y respeto que es parte de las relaciones de aprendizaje de los adultos. Los participantes de
este modo pueden observar su progreso hacia los objetivos.
Knowles señala:
Me encuentro pensando cada vez menos en términos de evaluación final del aprendizaje y
cada vez más en términos de rediagnóstico de las necesidades en este renglón y advierto que
cuando mis estudiantes adultos perciben lo que han hecho al final de la experiencia
pedagógica como un "rediagnóstico" y no como una evaluación, inician sus actividades con
más entusiasmo y ven a este diagnóstico como algo más constructivo. Verdaderamente, como
muchos de ellos señalan: que esta situación los impulsa a un nuevo ciclo de aprendizaje y así
se refuerza la idea de que este último es un proceso ininterrumpido. 8
Los métodos de valoración adecuados para participantes deben incluir listas de recordatorio,
cuestionarios, observaciones planeadas, entrevistas, pruebas previas y posteriores, escalas de
cuantificación, inventarios y consultas "sobre la marcha". Los métodos anteriores pueden utilizarse
para determinar el progreso del participante en cuanto a conceptos de aprendizaje, hechos
memorizados, aplicación de conocimientos, solución de problemas, mejor rendimiento laboral,
creación de nuevos intereses y cambios de actitudes.9 También es posible valorar el rendimiento en
condiciones simuladas como en los simulacros con gran número de víctimas, ejercicios de
desempeño de papeles y otros más.
El instrumento de evaluación debe crearse al mismo tiempo que se valoran inicialmente las
necesidades. Dicha herramienta puede seguir un formato semejante a la valoración previa
(cuestionario abierto-cerrado, encuesta después de la prueba, crítica verval y otros aspectos más).
Entre los métodos de valoración mas eficaces están:
 valoración final por los propios participantes (valoración de su persona y de sus
compañeros)
 pruebas previas y posteriores
 evaluación final por una organización ajena
 empleo de entrenadores en video
 evaluación de objetivos conductuales
 consulta sobre la marcha
El empleo de varios estilos de evaluación da al instructor una visión más general del aprendizaje que
se ha logrado en el programa (o que no se ha logrado). La comparación de estos resultados permite
detectar áreas de debilidad y de fortaleza en el instructor y en el propio programa Así puede
determinarse la necesidad de continuar impartiendo la educación.
Resumen
El proceso de diseñar y presentar un programa educativo con base en las necesidades de aprendizaje
del personal puede ser una tarea difícil, divertida y provechosa. Un programa adaptado
individualmente a las necesidades de la organización debe incorporar los principios generales de
manejo del desastre y los conocimientos que se tengan de la respuesta global de la comunidad. El
instructor interno debe utilizar las teorías de educación para adultos cuando elabore el plan de
estudios. La enfermera debe recurrir a los recursos comunitarios e incorporar diversos métodos
pedagógicos para estimular el interés y la buena disposición hacia el programa. Son de enorme
utilidad las experiencias pasadas-de los participantes. De ser posible, los educandos deben contar con
oportunidades para participar en práctica de diversos escenarios. Las habilidades para manejar un
desastre pueden incrementarse escuchando, comentando; viendo y desempeñando algunas
actividades. A su vez, la retención puede mejorarse a 90% en promedio. Mejora el nivel de
confianza, la base de los conocimientos, la atención primaria y la capacidad para resolver problemas.
El desastre exacerva muchos problemas comunes: interrupción de comunicaciones, desorganización
y la falta o mal uso de los profesionistas preparados. Los problemas y restos de la asistencia en
desastres deben ser identificados por medio de la investigación histórica e incorporados en
programas educativos comprensibles. Sin duda, la respuesta a un desastre, en el futuro será el
resultado de la preparación educativa de hoy en día..
Referencias
1. Neal MV: Disaster Nursing Preparation Report of a Pilot Project. New York. National League
for Nursing, 1963.
2. Ellison D'Education for nursing cure in disaster. Nurs Clin North Am 1967;2:299-307.
3. Knowles, MS: The Modern Practice of Adult Education: From Pedagogy to Andragogy. Chicago,
Association Press/Follett Publishing Co., 1980, pp. 46-121.
4. Wexley KN, Lathan GP: Developing and Training Human Resources in Organizations. Glenview,
Ill, Scott Foresman & Co., 1981, p. 58.
5. Duke RD: Gaming: The Future's Language. New York, Sage Publications Inc, 1974, pp. 55-65.
6. Monroe B, Quinn JB; Planning for instruction with meaningful objetives, in Klevins C (ed):
Methods and Materials in Adult Education. New York, Klevens Publications Inc, 1972, pp. 38-51.
7. Dale E: "Cene of experience", in Wiman RV, Mierhenry WC (eds): Educational Media: Theory
Into Practice. Columbus, Ohio, Charles E. Merril Publishing Co., 1969, pp. 160-161.
8. Knowles, MS: The Modern Practice of Adult Education: Andragogy to Pedagogy, ed 2. Chicago,
Association Press/Follett Publishing Co., 1970, p. 43.
9. Popiel Es: "Assessing and determining training needs", in Nursing and the Process of Continuing
Education, ed 2. St Louis, The CV Mosby Co., 1977, p. 187.
Lecturas sugeridas
Burns RW: New Approaches to Behavioral Objectives. Dubuque, Iowa, William C Brown Co.
Publishers, 1977.
Butman AM: Responding to the Mass Casualty Incident: A Guide for EMS Personnel. West port,
Conn, Educational Direction Inc, 1982.
Mager RF: Preparing Instructional Objectives. Belmont, Calif, Fearon Pitman Publishers Inc. 1975.
Mahoney R: Emergency and Disaster Nursing, New York, MacMillan Inc, 1969.
Apéndice 11-A: Recursos para expositores invitados y materiales de información

Organización Áreas de Experiencia


Cruz Roja: Personal y voluntarios Intervención de enfermería en desastre
Manejo en albergues
Asistencia a personas y familias
Preparativos para casos de desastre, en los niveles
familiar y corporativo
Alimentación de masas y valoración de daños
Personal para el manejo comprensivo de emergencias Participación del estado en la mitigación y auxilio
(MCE)- Nivel Estatal en desastres
Relaciones con organizaciones locales y federales
Programas de asistencia económica y médica
Oficina Municipal de Servicios de Emergencia(OSE) en Intervención del gobierno local
algunas áreas recibe el nombre de Oficina encargada de Relación con organizaciones estatales y federales
los Preparativos para situaciones Desastre Servicios de beneficiencia en emergencias
Servicios de médicos forenses
Inspecciones de seguridad pública
Recolección de escrombros y restos
Servicios Médicos de Emergencia (SME) Coordinación de respuesta médica a incidentes con
saldo masivo de víctimas
Intervención de diversas agencias
Planificación y simulacros para casos de desastre
Organización Federal del Manejo de Participación del gobierno federal
Emergencias(OFME) Opciones para albergue temporal
Préstamos a bajo interés
Colocación laboral
Compensación por desempleo
Cupones para alimentos y otros servicios
Departamento de Bomberos Intervención del departamento local de bomberos
Servicios proporcionados: rescate, primeros
auxilios, extracción de víctimas de entre los
escombros o vehículos chocados
Coordinación con otras comunidades
Departamento de Policía y cumplimiento de la Ley Intervención de la policía
Prevención, evacuación, seguridad
Control de multitudes y tránsito
Transportación y comunicaciones
Red de comunicaciones locales para emergencias (por Intervención de organizaciones
ejemplo, las patrullas de aeronaútica civil) Mantenimiento de las comunicaciones
Trabajadores en Salud Mental Intervención en situaciones de crisis
Efectos del desastre en adultos, niños y ancianos
Síndrome de tensión por el desastre, en víctimas y
trabajadores
Militares: personal activo, de guardia y de reserva Intervención de cada etapa en tiempos de paz y de
guerra
Asistencia al sector público
Aprovisionamientos, personal y recursos para
transporte
Uso de hospitales temporales, móviles, o inflables
Descontaminación nuclear, biológica o química
Técnicos Médicos paramédicos en emergencias Sus servicios en atención de urgencia y selección
Comunicaciones
Estabilización para transporte
Tareas de rápida valoración
Planificación de simulacros de asistencia masiva
Intervención médica y de enfermería
Departamento de Salud Pública Prevención de enfermedades
Inmunizaciones
Inspecciones de seguridad publica
Sanidad de alimentos y agua
Organización Aspectos posibles
Organización de Protección Ambiental Desastres ambientales
Transportación de materiales peligrosos
Procedimientos de descontaminación
Oficina de Auxilio Asistencia estadounidense a otros países
Estadounidense a países extranjeros que han sufrido Coordinación de asistencia de
desastres voluntarios/gubernamental en desastre para países
extranjeros.
Comite de Seguridad Industrial Coordinación de respuesta médica a incidentes con
saldo masivo de víctimas
Intervención de varios organismos
Planificación para casos de desastre Simulacros de
desastres
Organización Mundial de la Salud/Organización Manejo de desastres por las autoridades de salud
Panamericana de Salud pública.
Coordinación de auxilio internacional
Salud internacional (gran parte del material de
enseñanza y orientación puede obtenerse, por
medio de una solicitud)

Instituto Estadounidense de Seguridad y Salud Ocupacional (INSSO), Cincinnati OH


Organización de Salud y Seguridad Ocupacionales (OSSO), Oficinas estatales y regionales
Centro de Recursos para Educación en Salud Ocupacional y Ambiental (Divisiones de INSSO por lo
general afiliadas a alguna universidad)
Centro de Salud Ocupacional, de diversas universidades
Biblioteca del Centro de Información en el manejo de situaciones de Emergencia (CIME)
Learning Resource Center, NETC Centro de recursos para programas de enseñanza.
16825 South Seton Avenue
Emmitsburg, MD 21727
(800) 638-1821, X6032.
*Conviene tratar de obtener material a través de la oficina estatal CEM.
Natural Hazards Research and Applications Information Center
Institute of Behavioral Science No.6
Campus Box 482
University of Colorado
Boulder, CO 80309
(309) 492-6818
Para obtener información referente al empleo de computadoras en la investigación y el manejo de
peligros; apoyo para la toma de decisiones en emergencias y la simulación de incendios, huracanes y
ciclones, acudir a:
The Society for Computer Simulation
P.O. Box 2228
La Jolla, CA 92038
(619) 459-3888
Apéndice 11-B: Bibliografía
(Puede obtenerse de la Organización Panamericana de Salud)
525 Twenty-third Street, N.W.
Washington, D.C. 20037 U.S.A.
Disaster Preparedness Update: "A Computerized Index of an Emergency Preparedness and
Disaster" Relief Bibliography, PHSP/83-121.
Disaster Preparedness Update: "A Computerized Index of an Emergency Preparedness and
Disaster" Relief Bibliography of Interest for Latín America and the Caribbean. PHSP/83-25.
Selected Scientific Articles on Disasters (Abstracts, analyses and critiques), Part I and Part II,
PAHO/WHO, Emergency Preparedness and Disaster Relief Coordination Program, 1984.
Medical Supply Management After Natural Disaster, Scientific Publication No. 438, 1983.
Health Services Organization in the Event of Disaster, Scientific Publication No. 443, 1983.
Emergency Vector Control after Natural Disaster, Scientific Publication No. 419, 1982.
Environmental Health Management after Natural Disasters, Scientific Publication No. 430, 1982.
Epidemiologic Surveillance after Natural Disaster, Scientific Publication No. 420, 1982.
Emergency Health Management after Natural Disaster, Scientific Publication No. 407, 1981.
Assar, M: Guide to Sanitation in Natural Disasters. Geneva, World Health Organization, 1971.
DeVille de Goyet C, Seaman J, Geijer U: The Management of Nutritional Emergencies in Large
Populations. Geneva. World Health Organization, 1978.
Se cuenta con varios comunicados sobre desastres, como The Effects of Hurricane David, 1979, on
the Population of Dominica. Estudio realizado por la Organización Panamericana de Salud 1979.

12: Planificación de simulacros, de situaciones con saldo masivo de víctimas


David B. Lehnhof
¿Cuál es la finalidad para los profesionales que deben atender dichas crisis diariamente de planear
simulacros de desastres que generan gran número de víctimas? Tradicionalmente, el propósito ha
sido identificar problemas, fallas y deficiencias del sistema.1 Sin embargo, la finalidad inicial pudiera
ser la propia eventualidad, es decir, detectar algunas de las fallas que se busquen. Insistir en
procedimientos negativos produce resultados negativos. Por el contrario, un ejercicio diseñado y
efectuado bajo circunstancias positivas, producirá resultados positivos. Para asegurar que el ejercicio
rinda buenos resultados, deben fijarse metas y objetivos específicos, en un marco positivo. Planteado
en términos positivos la meta fundamental para representar una catástrofe es la enseñanza, y sus
objetivos son:
 promover la confianza
 desarrollar las capacidades
 coordinar actividades
 coordinar participantes
Otro aspecto importante para que un simulacro tenga buenos resultados es seleccionar a un
coordinador o jefe de comité. Sin embargo, nunca tome esta decisión basándose en el título o
actividad de una persona. Las supervisoras de enfermería, los médicos o los administradores
asistentes aunque estén calificados para las posiciones que desempeñan, no necesariamente
constituyen los mejores coordinadores de los simulacros; en vez de ellos debe colocarse en la
posición de control a personas con experiencia o preparación en el manejo de ejercicios. Si no se
cuenta con ellas, habrá que escoger un grupo pequeño (2 a 4 personas) para que realice la
planificación. Es necesario seleccionar a personas lo suficientemente ambiciosas que tengan arrojo y
valor y que sean lo más diligentes posible para que trabajen todo lo necesario hacia la consecución
de una meta satisfactoria
Una vez seleccionados los coordinadores, no permita que surja la actitud del "hermano mayor o el
padre". La presión y la interferencia solamente servirán para frenar la creatividad y el desempeño de
la labor. Es importante permitir al grupo llegar a su conclusión, aunque este enfoque no significa no
prestar auxilio y orientación, las cuales se daran sólo si se les solicita. La programación de reuniones
regulares complementarias o de evolución es un buen método para asegurar que se lleva un ritmo
apropiado en el desarrollo de estas tareas sin interferencia alguna.
Etapas de los simulacros
Un simulacro de desastre o ejercicio, a semejanza de cualquier proceso planeado, tiene fases
características que incluyen: planificación y coordinación antes del hecho, práctica del simulacro y
valoración de metas y objetivos.
Planificación
Los simulacros de desastres, al igual que de cualquier programa organizativo, deben diseñarse para
complementar metas, finalidades, misiones, objetivos y estrategias de la organización.2 Al planificar
un ejercicio con grupos innumerables de personas, habrá qué seguir los cuatro pasos básicos de la
planificación:
1. Establecer la meta del ejercicio.
2. Determinar las necesidades actuales de la situación.
3. Precisar los factores que facilitan y los que entorpecen la consecución de la meta.
4. Crear un plan para alcanzar dicha meta.
La meta (aspecto básico cuya consecución es la razón del ejercicio o simulacro) en primer lugar debe
definirse claramente para después seguir con sus objetivos o para alcanzarla. Los factores que
facilitan o entorpecen la consecución de los objetivos deben comentarse y elegir las mejores
alternativas. En este punto es posible escoger un plan de acción (Figura 12-1).
El formato anterior puede generar un plan de acción funcional y educativo que culmine en los buenos
resultados del simulacro. Para alcanzar este fin es de suma importancia conocer la meta del
simulacro.
Mas aún, el establecimiento de metas requiere de la valoración de las necesidades organizativas. Por
ejemplo, si la organización se encargará de la selección de los pacientes en el campo de los hechos,
entonces la necesidad será familiarizar al personal con los marbetes de selección y la metodología de
esta situación o determinar la capacidad del personal o la institución respecto al número de pacientes
y víctimas que puede recibir. Sin embargo, la valoración no debe basarse únicamente en la
demostración de capacidades y habilidades. Suponga, por ejemplo, que se ha llevado al cabo la
capacitación de las técnicas de selección en el escenario del desastre, la meta del simulacro es
examinar la efectividad del adiestramiento y reforzar las lecciones aprendidas y no juzgar qué tan
bien desempeña el personal la selección. La meta anterior puede lograrse al diseñar una situación en
la cual muchos pacientes sean sometidos rápidamente a selección. A través de la situación se
procesan a las personas o pequeños grupos del personal. La evaluación final se basa en qué tan bien
aprendió el personal el programa de selección y no en cómo la realizaron los miembros del personal.

Figura 12-1 Formato para un Plan de Acción


Preparación de las Participantes
La producción de un ejercicio adecuado depende del adiestramiento y la capacidad de los
participantes. Sin la preparación eficaz tal ejercicio o simulacro está condenado al fracaso desde
antes de llevarse a la práctica.
Los simulacros de desastres deben ser parte funcional de cualquier programa de adiestramiento de las
organizaciones médicas de emergencia. Semanas antes del simulacro, hay que emprender las tareas
de adiestramiento, hacia las metas de la organización. El simulacro se utilizará para reforzar o
evaluar la eficacia del programa de capacitación. Si la meta de las organizaciones es que todos los
miembros del personal estén perfectamente familiarizados con los métodos de selección o con la
prioridad del tratamiento de las víctimas, el adiestramiento debe reflejar dicha meta Por todo ello, un
ejercicio o simulacro para valorar la eficacia de este adiestramiento constituye una fracción natural
del programa de capacitación.
Diseño del Escenario
Otro paso de la efectiva planificación es precisar el escenario que se requiere para el ejercicio. La
finalidad del diseño es destacar la meta. Si ésta incluye reforzar la atención definitiva de las víctimas,
no conviene que el escenario sea el de un choque de aeronaves en un área rural en la que se
realizarán esfuerzos prolongados durante las fases de rescate y transportación. Seria más adecuado
un espisodio de intoxicación por alimentos, en la iglesia local, en la que cabria esperar la llegada de
grandes números de pacientes por su propio pie. El aspecto fundamental es que el escenario dé toda
la impresión de realidad posible. Es mejor trabajar en un escenario de los desastres más comunes que
con el de un cataclismo devastador, seria muy raro que ocurriera.
En muchas áreas, no resulta extraño que los simulacros amplios incluyan el escenario de algún hecho
realmente cataclísmico, por ejemplo, un sismo masivo en el que se destruyó el 80% de toda la área.
La experiencia muestra que los planes eficaces para lo que ocurrirá en esta situación son inútiles:
nada sucede como se previo en el simulacro y éste se vuelve infructuoso. Más aún, dicho escenario
poco real constituye una experiencia frustrante para los profesionistas en asistencia médica. Muchos
de ellos afrontan regularmente desastres como choques de autobuses y de pequeños aeroplanos,
incendios en edificios de departamentos, accidentes en los que participan vehículos y fugas de gas en
edificios comerciales. Tiene mucho mas sentido practicar con escenarios en donde puedan surgir
estos desastres.
El mismo principio es válido para todas las tragedias, sea cual sea su magnitud. Si el personal está
perfectamente entrenado y puede manejar incidentes con 20 a 50 víctimas, será eficaz cuando surjan
sucesos a mayor escala. Utilicen incidentes de menos cuantía como los mencionados o los tipos que
diariamente señalan los medios de comunicación para diseñar los escenarios y así alcanzar sus
objetivos y metas.
Fuentes de "víctimas"
Se cuenta con innumerables fuentes de las "víctimas" de incidentes con salvo masivo y solo hay que
saber en dónde buscar. Los grupos de Boy Scout (niños exploradores) tienen buena voluntad para
participar en algún proyecto de servicio al público y el personal de primeros auxilios y técnicos
médicos de emergencias también suelen auxiliar, reuniendo así la suficiente experiencia en la
atención de víctimas. La guardia nacional local y otras unidades de reserva constituyen una fuente
más de participantes. Considere el organizador la intervención de algunos de los grupos de
enfermería o médicos de la localidad, su participación además de servir como una experiencia y
preparación doble para todos los colaboradores, constituye también una revelación para todos los
profesionistas.
Una sugerencia final, pero relevante seria utilizar personas jubiladas, ancianos o residentes de asilos.
Ellos a menudo tienen voluntad para participar y la experiencia puede ser una oportunidad para
escapar de su rutina, servirles como una forma de ejercicio y despertar un sentimiento de valía. En
correspondencia los ancianos suelen aportar innumerables cosas. En primer lugar, a mundo son
magníficos actores. Muchos han tenido enfermedades o accidentes, de tal forma que tienen la
experiencia en dar un toque de realidad a sus problemas. Más aún, disfrutan ayudando y sentir que
participan en proyectos comunitarios.
El principal aspecto de interés durante la planificación es proteger la salud y el bienestar de las
"víctimas". Algunos pueden tener problemas médicos y de alguna manera tienen fragilidad corporal.
Sin embargo, al explicarles todas las expectativas y después escuchar sus opiniones será más fácil
definir los limites de lo aceptable y lo posible. Muchas personas indican sin demora, lo que pueden
hacer y lo que no.
Consideraciones Ambientales
Otro aspecto del proceso de planificación es el que se refiere a las consideraciones ambientales. Es
poco creíble el escenario de un incendio si el ejercicio se realiza bajo una lluvia torrencial o una
tormenta de nieve. Simplemente no puede haber hielo en una carretera si la temperatura exterior es
de 38°C el clima es un factor por considerar al planear el escenario. También hay que prestar
consideración a los preparativos para luchar contra adversidades climatológicas. Hay que preparar a
los participantes para que trabajen en las condiciones prevalecientes o sean víctimas en ellas.
Tampoco deben planearse los ejercicios para días soleados y cálidos. Existe una gran probabilidad de
que los desastres ocurran por la noche o en clima adverso, y no en días agradables. Para los
simulacros en climas fríos o húmedos, habrá que dar protección a las víctimas.
Conviene recomendar a los voluntarios que lleven ropas gruesas cuando sea necesario, o utilicen
ropa vieja, flojas y desechables. Hay que modificar la "puesta en escena" del ejercicio para que se
adapte a las condiciones prevalentes (por ejemplo, quite el saco o americana hasta que el paciente
esté en un área protegida si comienza a llover). Si el clima es inestable, se planeará en un escenario,
en el que podría ocurrir un desastre en un clima adecuado o inadecuado como seria el choque un
autobús.
Coordinación
La coordinación del ejercicio o simulacro es esencial para que éste resulte exitoso. Después de
planear con cuidado y antes de desarrollarlo en la realidad, se debe llevar al cabo toda la
coordinación. El grupo de planificación tendrá como objetivo hacer los arreglos y hacerse cargo de la
responsabilidad global. Es necesario dividir las responsabilidades entre el director y las personas que
coordinan el evento, por igual. Algunas de estas responsabilidades incluyen arreglos respecto al sitio,
las responsabilidades legales, la caracterización, transportación y los efectos especiales.
Es necesario contar con un sitio idóneo para llevar a cabo el ejercicio particularmente si se maneja un
escenario en las mismas instalaciones. Se escogerá el sitio que corresponda al escenario y se
obtendrán los permisos para utilizarlo.
La responsabilidad legal también es un aspecto importante que debe considerarse en este momento.
¿Quién es responsable de los daños a la propiedad? Se requiere especificar quien es el responsable
legal en un documento de aceptación, firmado entre el propietario o el gerente del sitio y los
consejeros legales. La responsabilidad legal por la lesión de los participantes o las víctimas también
es otro aspecto por considerar. El administrador del hospital o el municipio normalmente se encargan
de los arreglos de este tipo de protección, a través de seguros. Es importante que todos los
participantes firmen, aunque esta medida no brinda protección legal si se lleva ante un tribunal.
También hay que hacer arreglos para contar con los artículos de caracterización. Se necesita
reunirlos y prepararlos cuando menos una semana antes del simulacro. Las personas que han
aceptado actuar como víctimas deben llegar preparadas para tal caracterización, usar ropas
apropiadas, algo que pueda desecharse después del simulacro y saber el tipo de efectos que se
utilizarán. Los niños exploradores a menudo se ponen nerviosos si no se les ha señalado con
anticipación lo que se espera de ellos y por qué es necesario.
También hay que hacer arreglos para el transporte de ida y de regreso, del sitio del incidente. Un
aspecto importante es el desplazamiento de las personas que intervienen en el ejercicio. Se pierde
mucha coherencia si 35 niños exploradores deben acudir en bicicleta y regresar del escenario a su
hogar con ropas desgarradas y con un maquillaje parecido al de noche de brujas.
El humo, el fuego y las explosiones pueden hacer que el simulacro sea excitante y real. Sin embargo,
estos efectos especiales deben ser controlados por personal calificado y experto, si no se tienen estos
cuidados los efectos inofensivos y bien intencionados pueden transformar el simulacro en una
pesadilla. El humo puede ser eficaz, pero hay que tener enorme cuidado de no utilizarlo en exceso y
procurar que no sea tóxico. También pueden simularse incendios y explosiones aunque pueden ser
peligrosos. Seria interesante establecer contacto con alguna asociación de actores encargados de
escenas peligrosas (dobles) para que colaboren en los efectos especiales. Si no existe una asociación
de este tipo en la localidad, debe establecerse contacto con el departamento de bomberos o policía.
La máxima prioridad es brindar seguridad a toda persona que intervenga y también a la comunidad
en su totalidad.
Una lista puede ayudar a las personas responsables del simulacro para coordinarlo con mayor
eficacia. Un ejemplo de ellas que puede adaptarse a las necesidades locales sería la hoja de trabajo
del coordinador en desastre, que se muestra en el recuadro 12-1.
Realización del Simulacro
Es necesario hacer planes para la realización del simulacro, los cuales son indispensables para lograr
buenos resultados. Una vez más, el elaborar una lista (consúltese el recuadro 12-1) puede ayudarlo
para llevar el ejercicio eficazmente a la práctica. Los ejemplos siguientes destacan la utilidad de esta
lista en la ejecución de los 5 aspectos del simulacro:
1. Sitio
 ¿Se ha seleccionado adecuadamente el sitio?
 ¿Se han cubierto todas las necesidades de equipo?
 ¿Se han cubierto todas las consideraciones de seguridad?
 ¿Se han considerado todos los factores de responsabilidad legal?
 ¿Se ha preparado el sitio apropiadamente para el simulacro?
2. Pacientes
 ¿Se han hecho los arreglos con los pacientes?
 ¿Se han preparado los enfermos?
 ¿Se ha dado orientación a los pacientes para el papel que deben desempeñar?
 ¿En el lugar de los hechos: se han marcado los sitios correspondientes a los
pacientes?
3. Escenario
 ¿Se ha preparado el escenario?
 ¿Todos los pacientes entienden sus obligaciones?
 ¿Los socorristas entienden su participación?
4. Plan Operacional (Libreto)
 ¿Se cuenta con un plan de lo que se desea que ocurra? (No necesita ser un
documento detalladísimo como el libreto de una obra teatral, pero si debe indicar lo
que se supone que debe hacerse en el momento oportuno. Este paso debe coincidir
con el programa de adiestramiento previo)
 ¿Todos los pacientes tienen lesiones apropiadas?
 ¿Qué lugar ocuparán en el sitio de los hechos?
 ¿Los efectos de caracterización corresponden con el escenario?
5. Efectos Especiales
 ¿Se necesitan efectos especiales para el escenario?
 ¿Se han hecho arreglos para la segura aplicación de tales efectos?
Control
Los simulacros y ejercicios de desastres, como cualquier actividad, deben tener un comienzo. Un
método popular es mandar una alerta fictisia través de un sistema de notificación estándar; no
obstante, esta nitificación debe arreglarse anticipación para evitar que quien dé el aviso lo interprerte
de manera equivocada. Las comunicaciones adecuadas son indispensables para controlar el
simulacro. Si se realiza dentro de una edificación, cabe utilizar el sistema de notificación propio. Sea
cual sea la forma en que comienza el ejercicio es importante que se haga de acuerdo al plan global.
Los puntos específicos dependen del escenario y el sistema, pero es conveniente planearlos lo mejor
posible para obtener buenos resultados. Una ilustración del efecto que tiene el comienzo de un
ejercicio en el control del mismo se describe en el ejemplo hipotético siguiente: se ha planeado un
simulacro para ejercitar la capacidad de selección del departamento de urgencias. En el escenario se
requiere de múltiples pacientes con diversas lesiones producidas en un pleito de pandillas callejeras.
El ejercicio podría comenzar con las víctimas, los oficiales de policía y los socorristas, que irrumpen
por las puertas del frente, sin previo aviso. Esta representación podría ser excitante, sin embargo,
quizá no produzca el efecto deseado para mejorar el programa de preparación.
Un procedimiento más práctico sería reunir a las víctimas, la policía y los socorrista como a una
cuadra del sitio de los hechos. Los tripulantes de la ambulancia comienzan el ejercicio cuando son
llamados por radio, con una descripción del número y equipo de lesionados que llevan al hospital. De
este modo, se pone en marcha la alerta para el personal de que ocurrió un accidente parecido a un
desastre y que es necesario emprender medidas para afrontarlo. En este momento el personal puede
proceder a la ejecución del programa contra desastres, correspondiente a la situación. Este comienzo
puede hacer que el ejercicio sea más fructífero que el antes mencionado.
Terminación
También es importante planear la terminación del ejercicio. No se debe permitir que se desmonte un
escenario hasta que el problema ya no exista. Hay que establecer un límite temporal general que
corresponda a las finalidades del ejercicio. El problema necesita un libreto más detallado y mayor
tiempo para completar la práctica.
Otro error frecuente es permitir a las personas que han desempeñado sus papeles en el ejercicio,
vaguen erráticamente. Estas personas interrumpen el progreso del simulacro desalientan a los otros
participantes que no han intervenido todavía. Es importante establecer un área especial a la cual
puedan dirigirse tales personas cuando su intervención haya terminado.
La prueba de todo el sistema, desde la alerta inicial solicitando ayuda, hasta la asignación de
pacientes de cirugía en el pabellón, por lo general culmina en fracaso. Se aprende más respecto a la
capacidad del sistema al ejercitar las diversas partes o grupos y no todo al mismo tiempo. En sistema
más complejos, este enfoque general no solamente genera un propio desastre, sino también
sentimientos y actitudes negativas hacia el concepto del simulacro. Por tal motivo, habrá que
establecer un limite para la prueba y señalar un punto discernible de terminación, ya sea que se haya
alcanzado o no el limite temporal.
Por ejemplo, si la finalidad del simulacro es ejercitar al departamento de urgencias en la selección,
habrá que buscar el momento en que el paciente haya sido sometido a selección y comience la fase
terapéutica. En este punto, el ejercicio debe terminar. La meta es valorar la preparación en selección
y no el propio tratamiento; no tiene utilidad alguna seguir con el ejercicio. Hay que valorar
únicamente lo que se ha fijado como meta u objetivo.
Cancelación
Nunca es tarde para cancelar el ejercicio. Disculparse por las circunstancias que obligaron a tal
situación siempre es preferible a continuar con un programa que fracasará y no alcanzará la
experiencia buscada. Hay que cancelar el ejercicio tan pronto como sea posible para evitar molestias
a las demás personas. Si los participantes piensan que perdieron el tiempo tratando de terminar un
simulacro no productivo, perderán el sentido de la colaboración positiva necesario para futuros
ejercicios. Todo mundo puede sentirse insatisfecho por los compromisos cronológicos hechos para
un simulacro cancelado; no obstante, la honestidad y la explicación de porqué no pueden alcanzarse
las metas le hará ganar respeto cuando el proyecto se complete adecuadamente en fecha posterior.
Efectos para caracterización
El tipo y la cantidad de efectos para caracterización, necesarios para el simulacro dependen del tipo,
la magnitud y las necesidades del escenario. Si el objetivo es probar la valoración rápida de las
lesiones de los pacientes, se necesitan efectos muy sencillos. El propio paciente puede simular dolor
y las heridas pueden pintarse con marcadores de acuarela. Esta técnica es sencilla y eficaz para la
capacitación de valoración rápida.
Conforme cambia el escenario, también la necesidad de efectos más complejos. Si la meta es el
tratamiento de urgencia de algunas lesiones, se requiere de efectos con heridas de aspecto real. Los
efectos constituyen un verdadero arte que puede ser dominado a través de la preparación y paciencia.
Las universidades locales y otras organizaciones por lo general imparten clases con vestuario y
maquillaje teatral y constituye una forma adecuada para adquirir conocimientos en este campo. Los
mismos principios básicos se aplican para que las personas se vean mejor, peores o lesionadas. En la
biblioteca local se cuenta con libros de maquillaje y diseño. Algunas tienen también material de
referencia para el maquillaje y los efectos para un desastre.
Gran parte del material en estuches comerciales, como los producidos por Simulaids Inc, incluyen
instrucciones para el uso y la realización de heridas "simuladas" y son agradables, aunque caros.
Dichos estuches suelen estar anunciados en algunas revistas de gran circulación para el personal de
técnicos médicos de urgencia. Después de adquirir pericia con el empleo de algunos de los estuches,
la persona pueden recurrir a cualquier distribuidora de material para teatro. El recuadro 12-2 incluye
una lista del material necesario para integrar un estuche adecuado de efectos con un costo
aproximado de 150 dólares.
Recuadro 12-1 Lista para la Coordinación del Simulacro

Coordinador Fecha Sitio Organización


Dave May 22 U de Utah HE 595
Metas y Objetivos Escenario
Selección y Desplazamientos de Pacientes según Explosión en el Laboratorio de Clínica
prioridades
Esce Sit Respons Pacie Sumin Transpo Efect Gui Comi Termi Cancel Equ Efectos Árbr Comuni
nario io abilidad ntes istros rtación os ón enzó nación ación ipo para itros cación
Legal espec nt Caracter
iales ización
Planific Tom To Bob Jill Bob Tom To Bob Bob Jill Jill Tom Jill
ación m m
Fecha Mar M Mar Mar Mar May Ma Mar Mar Mar Abr Abr Mar
comple 1 ar 5 5 5 1 r 5 5 5 5 5 5
tada 1 1
Coordi To Jill Bob Jill Bob Tom To Bob Bob Jill Jill Tom Jill
nación m m
Fecha 15 15 15 11 15
estable
cida
Ejecuci Tom To Jill Bob Jill Bob Tom To Bob Bob Dave Jill Jill Tom Jill
ón m m
Fecha May M May May May May May Ma May May May Ma May May May
escogid 22 ay 15 15 20 18 15 y 22 22 22 y 20 18 18
a 20 11 20
Valora Da Dave Dave
ción ve
Fecha May Ma May 22
comple y 22
tada 20
Comen
tarios:

RECUADRO 12 - 2 Lista de material para efectos y caracterización

2 tubos o latas de base blanca para maquillaje


2 tardos o latas de base azul para maquillaje
1 tubo o lata de base cate para maquillaje
1 tubo o lata de base negra para maquillaje
1 tubo o lata de base verde obscura para maquillaje
2 tubos o latas de base roja para maquillaje
4 latas de cera para embalsamar (o sustitutivo)
1 frasco de mascarilla de miel (150 ml contra quemaduras)
1 pomo pequeño de 15g de barniz rojo obscuro para labios
1 pomo pequeño de 15g de barniz rojo vivo para labios
2 docenas de abatelegunas de madera
1 docena de aplicadores de algodón
1 frasco de glicerina de 120 ml (para dar aspecto húmedo)
1 frasco de alcohol de 60 ml (para diluir)
2 cepillos de pintura con serda dura de 1/4 de ancho
10 bolsas para sangre con tubos y bombas pequeñas de mano
5 heridas de femur
5 heridas de tibia humero
4 Frascos de colorante de alimentos rojo obscuro de 90 ml (para preparar sangre)
2 litros de mielkaro o base de jarabe (para espesar la sangre)
4 garrafas de plástico de 1 galón (para mezclar sangre)

Arbitro
Los árbitros o jueces valoran la eficacia del ejercicio y la participación adecuada del personal en el
simulacro, es decir: sus actos, sus reacciones y el tratamiento que administran. En algunas ocasiones,
conviene contar con un árbitro, que obviamente no califique directamente el ejercicio. El puede
actuar como alguno de los pacientes, un rescatista o simplemente un mirón inocente. El propósito del
árbitro es contar con otra opinión y valorar la eficacia del hecho para alcanzar los objetivos de la
preparación previa y no espiar a los participantes. Para evitar que esta critica se convierta en
reproche, establezca protocolo para calificar el estándar de participación. Dicho estándar debe incluir
las metas deseadas y los objetivos del simulacro de acuerdo al escenario general. También él debe
señalar las características o habilidades que se esperan encontrar en los participantes.
Las aptitudes de quienes actúan como árbitros constituyen otro factor que requiere una consideración
cuidadosa. Las personas elegidos deben contar con sólidos conocimientos en el campo o el área de
capacitación que valorarán. Seleccionar
árbitros sin experiencia para calificar las actuaciones y el rendimiento en el ejercicio de campo no es
beneficioso. De este modo, no se obtendrá la valoración buscada. Más aún, la selección adecuada de
los jueces constituye un factor crucial para extender la experiencia del aprendizaje en el simulacro.
Una vez más, no se escogerá al mejor árbitro con base en sus títulos Los médicos y supervisores,
aunque estén calificados para valorar la experiencia clínica, normalmente no son muy buenos para
efectuar valoraciones de un ejercicio de campo. Para realizar tal evaluación conviene contar con
personas de la localidad con conocimientos específicos en el área de capacitación. Los árbitros con
estos conocimientos y con un estándar de ejecución apropiado, realizarán una valoración adecuada
del ejercicio y los participantes.
Valoración Final
Para analizar adecuadamente la eficacia del simulacro, hay que comenzar con la revisión de las
metas y los objetivos planeados2 éste será el patrón contra el cual se valorará la eficacia del ejercicio.
El único factor realmente importante es si se alcanzaron los objetivos y las metas, o no. No esperes
quedar satisfecho con todos los aspectos del ejercicio. Hay que recordar que los simulacros están
diseñados para formar parte de un programa de capacitación y entrenamiento total, por tanto
constituye un proceso de enseñanza para todos los que intervinieron en el.
Cuando se elabore el formato critico, hay que recordar de nuevo que el simulacro es sólo parte del
programa de capacitación y la critica debe ser considerada como una parte de dicho programa. Hay
que tratar de aislar los factores que impidieron cumplir los objetivos y eliminar la personalidad de la
revisión Evite actitudes recriminatorias. Se diseñará el formato de critica de tal manera que destaque
los problemas y los factores negativos como trastornos del ejercicio y no como fallas individuales.
Tales problemas son simplemente aspectos en los cuales se necesita reforzar o trabajar con mayor
ahínco en el programa de entrenamiento. Con igual entusiasno, hay que elaborar una lista y
demostrar los factores positivos que permitieron que se alcanzaran los objetivos.
Es necesario que el operador sea honesto en tal formato. Estará preparado para comentar todos los
factores que impidieron la consecución de los objetivos. Las fallas en la planificación o la ejecución
deben estar disponibles para someterse a critica, así como todos los aspectos, relacionados con el
desempeño de los participantes en el ejercicio. Un método para diseñar la critica es seguir el plan
general utilizado en el desarrollo del propio simulacro. Tal enfoque permite contar con una fórmula
paso a paso para el proceso de revisión y también con un método ordenado para obtener una
"retroalimentación" de los participantes.
Por último, durante la critica, la discusión debe hacer que surjan las soluciones probables para los
problemas identificados.3 Conforme se identifican estos, también se desarrollan sus soluciones
factibles. El procedimiento anterior evita que la critica se torne una sesión recriminatoria y conserve
su carácter de experiencia de aprendizaje.
Todo el trabajo de planificación debe manifestarse en el momento de establecer las comunicaciones
posteriormente al desastre fingido. Conviene reunir a los participantes, los arbitros y los
observadores y agradecerles su participación, pues el simulacro no hubiera podido llevarse a cabo sin
ellos. Hay que iniciar una discusión controlada de las metas y objetivos y también exponer
abiertamente los obstáculos que impidieron que se alcanzaran. Los comentarios recibidos de los
participantes y las soluciones concebidas previamente deben combinarse para establecer nuevas
metas y objetivos en el programa de capacitación, pero esta acción debe ser conjunta. Los
participantes no sólo se sentirán mejor respecto a las soluciones en las que han tenido participación;
sino que tendrán una mayor voluntad para Llevar a la práctica los cambios deseados cuando sean
parte del proceso. Una vez que se han analizado los problemas, es momento para destacar los
objetivos que se alcanzaron. Hay que considerar a tales factores como una forma de reforzar el
espíritu y los sentimientos de los participantes, relacionados con sus tareas en este simulacro y los
futuros.
La critica entonces debe estar rodeada por una revisión de los nuevos objetivos y metas para el
escenario escogido y los futuros simulacros. Un método para realizar lo anterior es dividir a los
participantes en grupos pequeños con sus respectivos árbitros y observadores. Hay que pedirles que
efectúen una revisión breve del simulacro con en fin de definir lo que ocurrió, la forma en que podría
mejorarse todo el ejercicio y cómo implementar los nuevos objetivos en futuras ocasiones. Los
participantes se sentirán más cómodos y francos en sus comunicaciones dentro de un grupo pequeño
perfectamente controlado y aportarán más sugerencias que un grupo grande. Después de un
momento, determinado con anterioridad, se integrará a todo el grupo para compartir nuevas ideas o
sugerencias obtenidas de las pequeñas discusiones.
Valoración y repetición de los simulacros
Después de unos días de reposo y recuperación, hay que reunir al grupo de planificación original
para una valoración detenida y profunda del ejercicio. El énfasis principal de estas valoraciones será
diseñar un plan de recapacitación e iniciar la planeación de simulacros posteriores. La evaluación
final debe incluir la revisión del programa de entrenamiento y adiestramiento, el simulacro, los
problemas identificados durante él y las soluciones derivadas de las criticas. Después se analizarán y
combinarán en un nuevo programa de adiestramiento' las descripciones detalladas de dichas
soluciones.
Cuando se sigue una metodología probada, los simulacros pueden ser productivos, educativos y
eficaces. Al llevar a la práctica los métodos de planificación, organización, dirección, control y
evaluación, los ejercicios pueden adaptarse a las necesidades de todos los tipos de programas de
capacitación. Las diferentes situaciones, escenarios y mejores efectos o más reales, no sólo se
ajustaban a muchos tipos de entrenamientos sino que también mejorarán con la práctica y
experiencia. Cuando se preparan adecuadamente los "ejercicios" con saldo masivo de víctimas
constituyen, mejoran y generan un programa adjunto de complemento deseable Una serie de
pequeños simulacros diseñados para valorar áreas especificas prepara el camino para un simulacro
grande que abarque todo el sistema y realmente funcione, del cual se obtengan los mismos beneficios
que de los ejercicios a pequeña escala.
En conclusión, hay que recordar que el propósito de cualquier simulacro o "ejercicio" es mejorar el
programa de capacitación o ser parte del entrenamiento de los sistemas médicos de urgencia. La
finalidad no es eliminar partes o personas o cumplir con requisitos de certificación: sino desarrollar
un sistema.
Referencias
1. Butman AM: Responding to the Mass Casualty Incident. A Guide for EMS Personnel. Westport,
Conn, Educational Direction Inc, 1982.
2. Smith WE: Impact: Planning is Problem Solving, syllabus. Ogden, Utah, Health Sciences
Administration and Education, School of Allied Health Sciences, Weber State College, 1983.
3. Schottke DE: "Organizing disaster drills". Presented at Disasters, Problems and Solutions in their
Management, a course sponsored by the Florida chapter of the American College of Emergency
Physicians, Kissimmee, Fla, January 25-27, 1982.

13. Planificación contra desastres: Valoración y empleo de recursos


comunitarios

Kathleen H. Switzer, R.N., M.S.

Las enfermeras pueden contribuir de manera significativa a mejorar la respuesta de una comunidad
en caso de un desastre al planificar, evaluar y utilizar los recursos de que se disponen; su
participación requiere el conocimiento de grupos, organizaciones e instituciones, al igual que estar
familiarizadas con los principios de la planificación e investigación para situaciones de calamidad. El
capítulo presente expone datos relativos a estos temas, y servicios y principios específicos aplicables
cuando se afronta una catástrofe.

Las enfermeras pueden ser útiles de diversas formas para generar un estimulo o una iniciativa dentro
de la comunidad para la planeación en caso de desastre:
 al crear e instruir mediante programas de educación masiva
 al redactar y llevar a la práctica planes contra desastres
 al establecer relaciones con oficinas y organizaciones
 al participar en la respuesta comunitaria ante el desastre

Los preparativos individuales constituyen la base de todo plan para situación de desastre. Las
enfermeras, para intervenir en la asistencia de víctimas, necesitan practicar y enseñar prevención y
preparativos, tanto a nivel personal como profesional. Cuantos más conocimientos acumulen acerca
de la planificación y las características de organización de la comunidad en caso de desastre, más se
facilitarán las operaciones de auxilio de forma global y podrán actuar con mayor eficacia de acuerdo
con el sistema establecido.

Participación de las enfermeras

En la respuesta ante un desastre real, las enfermeras participan en actividades tanto clínicas como
terapéuticas. A veces necesitan ampliar y adaptar sus tareas habituales a otras como:

 asignar y supervisar a trabajadores de distintos niveles en las tareas asistenciales


 participar en la selección y transporte de pacientes
 supervisar la distribución de abastos médicos
 organizar las actividades de rescate
 coordinar acciones con otras personas

Las enfermeras suelen responsabilizarse de manera adicional al coordinar tales actividades.


Asimismo, pueden pasar a formar parte integral de los grupos contra desastres, los cuales
comprenden muchas disciplinas y profesionales de la salud. En ocasiones, hay que adaptarse a tareas
de dirección o a la supervisión por parte de personal diferente del médico (policía, militares o
representantes de la defensa civil).

Actividades clínicas

En otros capítulos se analizan en mayor detalle este tipo de actividades. Los servicios directos a
damnificados necesitan ser cubiertos por medio de un enfoque multifacético e integrado (Recuadro
13-1). Las enfermeras deben conocer los patrones de respuesta comunitaria contra desastres, así
como las ventajas y desventajas de los recursos disponibles en tanto llevan al cabo sus
responsabilidades clínicas.

Responsabilidades administrativas

Las enfermeras tienen cada vez más oportunidades de participar en la planificación, ejecución y
estimación final de los servicios contra desastres (Recuadro 13-2). Ellas participan en juntas
multidisciplinarias de planificación, grupos de trabajo, o "contingentes de trabajo", por lo general
como representantes de organizaciones o instituciones profesionales.

La experiencia de las enfermeras puede aprovecharse en comunidades locales para funciones de


dirección y coordinación (Recuadro 13-3). Durante las maniobras de auxilio en un desastre, los
administradores de asistencia intervienen directamente en las labores como parte del plan de desastre
de alguna organización o institución. Al no contarse con dirección a nivel local, las enfermeras
pueden adquirir grados considerables de responsabilidad o autoridad.

Principios de planificación

Cada desastre es una situación singular en la que intervienen los siguientes factores:
 tipo y causa de la catástrofe
 magnitud y extensión de los daños
 duración y sitio geográfico del hecho

RECUADRO 13 - 1 Ejemplo de caso 1

Una enfermera visitadora proveniente de Nueva York participaba en la organización de un grupo de


18 miembros de médicos, enfermeras y estudiantes que servían bajo el auspicio de un Comité
Internacional de Rescate. Este personal se ocupaba de tareas en la sala de admisiones o de urgencias
de un hospital de campo de 1000 camas en un campamento de camboyanos refugiados, en Tailandia.
Los servicios médicos que brindaba este equipo formaban parte de un sistema de atención que
incluía unas 200 enfermeras y 80 médicos; el personal representaba a organizaciones de auxilio
provenientes de mas 12 países.

El grupo tuvo que atender a una población de más de 120,000 camboyanos refugiados en chozas.
Muchas familias se habían fragmentado por separación o muerte, y mas de 1000 niños vivían en los
orfanatorios del campamento. A pesar de las condiciones primitivas y cambiantes de vida, el grupo
contó con una organización comunitaria de extraordinarias características, con dirigentes locales, el
suministro de servicios básicos y continuidad de costumbres locales. Tal organización se atribuyó al
espíritu del pueblo camboyano y a los esfuerzos combinados de las organizaciones contra desastres,
incluyendo al gobierno tailandés, las Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja y
organizaciones de voluntarios.

El campamento se organizó para contar con instalaciones que permitieran la distribución de agua y
alimentos, al igual que clínicas extrahospitalarias, escuelas, estaciones de policía y orfanatorios. Los
trabajadores camboyanos acondicionaron chozas como salas de hospitales y letrinas. Otros
miembros participaron en programas de inmunización, creando técnicas de laboratorio y
desempeñándose como intérpretes.

El grupo médico se ocupó de tratar diversos problemas en especial infecciones de vías respiratorias y
gastrointestinales. Los miembros de la familia permanecían con los niños hospitalizados para
auxiliar en su atención y evitar as; la norma en las familias. Las enfermeras y los médicos se toparon
con inumerables problemas psicosociales, integraron sus servicios a las practicas camboyanas
tradicionales que utilizaban monjes y chamanes.

Entre las prácticas preventivas estuvieron supervisión medica de enfermedades, investigación de


problemas de salud y medidas de control como inmunización y administración de insecticidas. Uno
de los aspectos de mayor interés fue contar con alimentos sanos e inocuos para los niños desnutridos
y embarazadas o mujeres en periodo de lactancia, quienes recibieron nutrimientos suplementarios.
Incluso, un programa de planificación familiar fue bien recibido aunque unos cuantos camboyanos
lo consideraron como un intento de disminuir su población.

Se hicieron sesiones de instrucción en torno a sanidad e higiene personal. Muchos miembros del
personal participaron en sesiones de adiestramiento para los trabajadores de la salud camboyanos; su
preparación incluyó un programa de tres meses en enfermería y un curso acerca del control de
enfermedades transmisibles.

La alta calidad de los servicios, mucho mejores que los que imperaban en esa área, generó alguna
fricción con los huéspedes Tailandeses de los camboyanos, y como resultado, algunas clínicas y
programas de salud pública fueron ampliadas en comunidades tailandeses vecinas.

Estos esfuerzos combinados tuvieron al parecer éxito al cubrir las necesidades inmediatas de los
camboyanos y ampliar su cultura y conocimiento para alcanzar beneficios en el campo de la salud.1
RECUADRO 13 - 2 Ejemplo de caso 2

Anne G. Hargreaves, R.N., M.S., comisionada auxiliar y directora ejecutiva de los servicios de
enfermería y enseñanza del Departamento de Salubridad y Asistencia de Boston, fue una de las
personas que formó parte de un grupo "observador" que acudió a El Salvador en 1983. Otros
miembros de la delegación incluyeron cinco médicos y un educador en salud; el grupo se reunió con
profesionales médicos, funcionarios políticos y representantes de diversas instituciones de auxilio
local e internacional. Hospitales, prisiones, clínicas rurales y campamentos de refugiados fueron
evaluadas en cuanto a sus condiciones de vida y estándares de salud, resultando en la identificación
de graves problemas. Más tarde, Anne G Hargreaves presentó su testimonio ante el House
Committee on Foreign Affairs.2
RECUADRO 13 - 3 Ejemplo de caso 3

En marzo de 1979, el reactor nuclear ubicado en Three Mile Island, Pensilvania, presentó un
problema de funcionamiento y amenazó un área localizada dentro de un radio de 20 millas. Las
supervisoras y jetas de enfermería tenían las mayores responsabilidades de seguridad, atención, y
evacuación de pacientes dentro de dicha zona.

Una jefa de enfermería residente tenía el doble reto de cumplir con los programas para dar de alta o
evacuar a los pacientes internos mientras hacia rendir los recursos para atender a los ancianos,
miembros adicionales de la comunidad. Tomó decisiones muy difíciles respecto a los detalles de
transportación, los aspectos de la atención de enfermería, y las prioridades de asignación del
personal.

Una supervisora de la sala de emergencias puso en práctica el programa para casos de desastre del
hospital al hacer un nuevo llamado a su personal y disponiendo algunos arreglos para manejar a los
pacientes expuestos a contaminación radiológica. De manera simultánea, se preparó para la
evacuación de su propia familia.

La enfermera que ocupaba el cargo de Directora de Salud Pública en el área, trabajó con los
consejeros estatales y federales para poner en marcha el plan de respuesta de la comunidad. Los
principales puntos de interés eran las prioridades de evacuación, el establecimiento de refugios
temporales, así como la reubicación de hospitales e instalaciones de atención a la salud. Debido al
énfasis que se le dio a la transportación y a la comunicación, se hizo necesaria la realización de un
acercamiento multifacético con los muy diversos tipos y niveles de organizaciones.

La crisis probó las aptitudes administrativas de las enfermeras, así como sus valores profesionales y
personales.3
Sin embargo, es posible hacer algunas generalizaciones con respecto a los desastres que pueden
aplicarse a su planificación de manera sistemática.

En Estados Unidos la publicación de la Oficina de Preparativos de Defensa Civil, del Departamento


de Defensa, comprende los principios básicos de planificación contra calamidades, que son:4

 proceso continuo
 base de conocimientos
 concentración sobre principios
 orientación anticipatoria
 disminución de imponderables
 selección de acciones apropiadas
 superación de toda resistencia
Es natural que las personas se nieguen a creer que pueden verse afectadas por un desastre. Las
enfermeras desempeñan un papel importante al llevar a cabo actividades de institución y simulacros
contra desastre, así como en el cambio de mentalidad y en el desarrollo de competencia en cuanto a
funciones.

Los planes contra desastre que se exponen en mayor detalle en el capitulo 14 nunca deberán
considerarse como definitivos, pues se necesita llevarlos a la práctica y actualizarlos de manera
regular. El plan que no es revisado en intervalos periódicos puede generar un falso sentimiento de
seguridad, al punto de que puede resultar contraproducente en situaciones de urgencia reales.

La planificación puede hacerse con base en lo que tiene mayor probabilidad de ocurrir. Los planes
pueden poner en marcha una respuesta esperada contra algún tipo de desastre, pero en realidad no
evitan muchos de los problemas que surgen en una situación extrema. Se expondrán aquí las
situaciones que surgen con mayor frecuencia, proporcionando así la base conceptual a la que debe
recurrirse al elaborar un plan contra calamidades.

Muchas de las necesidades comunitarias son resultado de los efectos acumulativos de una calamidad
y sus secuelas. Tales acontecimientos, que a veces surgen con un efecto "seriado" a lo largo del
desastre, pueden hacer participes a cualesquiera instituciones y organizaciones dentro de una
comunidad y a veces originar peticiones de ayuda fuera del área afectada. Los países con recursos
marginales y bajos niveles socioeconómicos son especialmente susceptibles a los efectos
acumulativos de las calamidades. Dicha situación se ilustra por el desenvolvimiento de hechos y las
necesidades comunitarias que, durante los años, sucedieron al ciclón que asoló al Pakistan oriental
(ahora Bangladesh) en 1970.

Muchos desastres no llegan a tal extremo. Sin embargo, su planificación debe anticipar todo efecto
acumulativo posible de los recursos tanto locales como exteriores, que puede persistir hasta bien
entrada la fase de rehabilitación.

Características de organización

Las características de las organizaciones que funcionan en una comunidad han sido descritas en otras
publicaciones5 y se han jerarquizado con arreglo a su estructura y los tipos de actividades que
desempeñan en un desastre (Tabla 13-1).

TABLA 13 - 1 Organizaciones comunitarias contra desastres en los Estados Unidos

Tareas y desastres
Tipo de organización
Organizaciones establecidas Asignadas
fuerza de policía, hospitales,
departamentos de bomberos, servicios públicos,
departamentos de salud
Organizaciones de voluntarios Asignadas
Cruz Roja
fuerza civil que recluta el alguacil mayor
auxiliares e iglesias
oficinas de defensa civil
Grupos afiliados ya establecidos Asumidas
Niños Exploradores mensajeros
trabajadores eclesiásticos que trabajan en albergues
coordinadores en tránsito de sesiones de veteranos
Grupos de ciudadanos agrupados para auxiliar Asumidas
grupos con intereses especiales
grupos de búsqueda y rescate
consejos para coordinación de servicios en urgencias
comités ad hoc
Fuente: Quarentelli El, Dynes RR: Different types of organizations in disaster responses and their
operational problems. Columbus, Ohio, Disaster Research Center, The Ohio State University, 1977,
pp 2-12.
Las enfermeras pertenecen fundamentalmente a organizaciones establecidas y voluntarias aunque
pueden ser parte de otros grupos más informales, como serían los de afiliaciones establecidas y
voluntariados para emergencia.5 Este sistema de categorías quizá no existe en otras culturas y medios
sociales, pero las enfermeras seguramente se beneficiarán de este modelo para entender el proceso
organización de durante desastres.

Organizaciones establecidas

Las organizaciones establecidas tienen estructura formal y características definidas:5

 ámbitos de autoridad perfectamente definidos


 tareas y obligaciones específicas
 conductos definidos de comunicación
 papeles explícitos para la toma de decisiones

Muchos servicios comunitarios son suministrados por organizaciones establecidas; entre los que
asumen la responsabilidad de la atención medica y sanitaria durante el desastre están hospitales,
asilos y organizaciones gubernamentales como las instituciones de salud.

Las organizaciones mencionadas no suelen modificar sus funciones durante un desastre. La toma de
decisiones tiende a ocurrir en un nivel menor de la jerarquía durante el desastre y por ello hay que
hacer algunas ajustes internos de operación. No obstante, dichas organizaciones son muy estables y
funcionan con relativamente pocos problemas. Son las organizaciones establecidas las que en
realidad se resisten a cambiar. Aunque el volumen de trabajo ausente y se requiera ejecutar nuevas
tareas en caso de desastre, acostumbran volver a sus actividades rutinarias tan pronto como sea
posible. Se valen por lo general de su propio personal, quizá por la preparación técnica requerida. Si
los voluntarios llegan para auxiliar, pueden ser devueltos a su punto de origen o enviados a otros
tipos de organizaciones.5

La estabilidad operativa de estas instituciones puede originar problemas de imagen pública. Cuando
las organizaciones de servicios públicos no pueden satisfacer las necesidades en un desastre, se les
llega a considerar como pasivas ante las necesidades comunitarias. Sin embargo, esta característica
evita exigencias por el volumen abrumador que excede de su capacidad para brindar servicios.

Organizaciones de voluntarios

Las organizaciones de este tipo son las que tienen personal definido y se encargan de tareas
"rutinarias" durante épocas normales. También tienen capacidad potencial para urgencias, y durante
un desastre se encargan de nuevas tareas especializadas con una fuerza de trabajo en gran parte
compuesta por voluntarios. Un ejemplo serían los voluntarios de la Cruz Roja, quienes pueden
participar auxiliando a familias, conservando las listas de heridos y muertos y ocupándose de
depósitos de cadáveres y albergues.

Las organizaciones de voluntarios pasan por fases de gran cambio en estructura como personal y
funciones durante operaciones de auxilio. Sus miembros pueden tener muy diversos niveles de
preparación y a menudo no tienen experiencia en el trabajo de grupo. Dichas organizaciones en
forma típica se topan con grandes estreses y mayores problemas durante las operaciones en un
desastre.5

A diferencia de los organizaciones establecidas las de voluntarios tienen líneas de operación poco
precisas. Sus capacidades en una situación de urgencia suelen ser expresadas en términos generales
durante la planificación y por ello tienen gran laxitud para satisfacer necesidades comunitarias. Sin
embargo, los voluntarios suelen ampliar los limites de sus labores indefinidamente, y por ello
aumentan su vulnerabilidad al estrés de la fatiga y el trabajo excesivo.

Los limites indefinidos de operación también generan situaciones en que los voluntarios conceden
crédito al trabajo de otros grupos y en el cual personas que actúan en nombre de la organización son
perfectos desconocidos para el personal de base. En algunas situaciones de excepción algunas
organizaciones de voluntarios se han ocupado de las mismas funciones de manera independiente y
simultánea. El personal normal a menudo dedica mucha energía a superar los problemas que surgen
de estas situaciones.

Grupos establecidos

Los grupos establecidos son los tipos más numerosos de organizaciones durante un desastre. Sus
miembros pertenecen a organizaciones comunitarias, pero pueden llegar a formar un nuevo grupo
para encargarse de labores afines en desastres. Por ejemplo, los miembros de alguna iglesia pueden
auxiliar en los albergues bajo la supervisión de la Cruz Roja. Los clubes y órdenes fraternas con
metas importantes de servicio comunitario pueden integrar nuevos grupos para auxiliar a otras
organizaciones.

En ocasiones, resulta difícil indentificar los grupos establecidos a pesar de su gran popularidad, ya
que están entremezclados con organizaciones establecidas y voluntarias. No obstante, suelen tener
características singulares en su organización. Pueden brindar auxilio en un grado extraordinario y
tener un fuerte sentido humanitario. En algunos casos crean problemas de operación porque su
"lealtad" y obediencia esenciales las deben a su afiliación y grupo original, y no es fácil que se
sometan al control o supervisión de otras organizaciones con responsabilidades perfectamente
definidas en un desastre.5

Este "conflicto de lealtades" puede generar problemas y dificultar la coordinación de actividades;


empero, es necesario reconocer que este grupo representa un recurso útil en los desastres. Las
enfermeras deben conocer y señalar las posibilidades de utilizar este tipo de organizaciones de
manera eficaz y creativa.

Grupos ciudadanos de emergencia

Los grupos de esta índole incluyen individuos que se reúnen con una finalidad especifica, o bien,
para cubrir una necesidad especial. Las organizaciones de este tipo suelen participar en un desastre
cuando surgen las siguientes circunstancias:5

 las organizaciones más importantes no están coordinadas


 algunas actividades en el desastre carecen de control centralizado
 los miembros de la comunidad no reciben información.

Los grupos de ciudadanos reunidos bajo este rubro a menudo actúan en un desastre en forma de
comité, fuerza de trabajo o grupo especial. Muchas veces, representantes ajenos al área de desastre se
afilian a una organización establecida, lo que basta para poder participar en sus operaciones. En otras
ocasiones, se conforma una organización cuando se reúnen representantes para afrontar diversas
necesidades durante el desastre.

Por ejemplo, una enferma sanitaria suele vérselas con sus problemas especiales cuando intenta
prestar ayudar en pautas como las necesidades de salud y ajustes sociales de los refugiados; en
consecuencia, ella establece una relación laboral con los coordinadores hospitalarios de altas y las
trabajadoras sociales de ciertas organizaciones.

Puede tener reuniones informales para intercambiar información y coordinar planes especiales para
esta población. En algunos casos, las personas interesadas forman un grupo de ciudadanos para
situaciones de emergencia, el cual se ocupa de problemas comunitarios que, a su juicio, no se han
resuelto aun. Dichos grupos por lo común giran alrededor de algún problema especifico, como los
signos clínicos que podrían aparecer ante la posibilidad de contaminación de aire, agua o alimentos.

La pertenencia a los grupos de ciudadanos suele cambiar, y también se modifica conforme


evolucionan las situaciones, finalidades o funciones. Por lo común desaparecen con la situación de
desastre o emergencia, aunque algunos grupos quedan formalmente establecidos en forma de
voluntariados o de otro tipo. La Cruz Roja es un ejemplo de un grupo de ciudadanos que intentaban
auxiliar en situaciones de urgencia, dirigido por una enfermera, Clara Barton para cubrir las
necesidades no satisfechas de soldados, enfermos y lesionados durante la guerra de Crimea. La Cruz
Roja es, en la actualidad, una organización establecida tanto a nivel local, como nacional e
internacional.

La necesidad de los grupos de ciudadanos del tipo mencionado debe ser prevista e incluirse en la
planificación contra desastres. Por ejemplo, las comunidades pueden aprobar la formación de un
centro de emergencias como una contingencia contra grandes desastres. Entre los servicios
proporcionados por el personal que coordina y controla todas las funciones en catástrofes se incluye
también la información al público. En este caso, tal grupo de ciudadanos tiene tareas asignadas y
adapta las características de una institución establecida.

Las enfermeras deben considerar la posibilidad de formar parte de los grupos de ciudadanos del tipo
mencionado cuando laboren en situaciones de desastre que requieran control y coordinación de
actividades e información. Si cumple éste, para solucionar ciertos problemas propios de una
catástrofe, integrarse a grupos organizados.

Respuesta a la alerta de emergencia

Los cuatro tipos de organizaciones hasta ahora estudiadas que, al parecer, deben reaccionar y
emprender medidas en una situación de desastre cumplen sus funciones con arreglo a la jerarquía de
necesidades no satisfechas.5 Si una situación de urgencia puede ser atendida por organizaciones
establecidas, no se moviliza a las demás, y las operaciones comunitarias permanecerán intactas. Un
desastre de grandes proporciones pueden exceder las capacidades normales de las instituciones de
servicio público; es por ello que, en la escala de prioridades, se recurre en siguiente término a las
organizaciones de voluntarios para hacer uso de sus funciones potenciales. Cuando ambos tipos de
organizaciones no bastan para cumplir con las tareas comunitarias, se recurre por lo común a grupos
de personas afiliadas a otras organizaciones de la comunidad para así tratar de colaborar en la
resolución de problemas no resueltos aún. Un desastre de proporciones considerables se caracteriza
por la formación de grupos "emergentes" que se encargan de funciones especiales durante la
maniobras de auxilio.

Las enfermeras observarán que la organización a la que pertenecen presenta características


predecibles durante una calamidad. Lo mismo se cumple con la conducta de otros grupos. Tal
información, junto con la que se obtiene en torno a las responsabilidades de las organizaciones,
puede servir a la enfermera en su evaluación y aprovechamiento de los recursos comunitarios.

Principales organizaciones de auxilio

Las organizaciones de auxilio más importantes pueden estar integradas a nivel local, estatal, nacional
e internacional, e incluyen cientos de grupos establecidos y voluntarios que se ocupan de diversas
actividades necesarias en todas las fases de auxilio durante una calamidad:

 planificación e investigación anterior al desastre


 servicios de rescate y emergencia
 programas de rehabilitación y de recuperación

En un desastre las organizaciones en cuestión difieren enormemente en sus contribuciones y en su


enfoque, compromiso y finalidades. Tienen diversos grados de respaldo financiero, recursos y
destreza.

Las organizaciones de mayor magnitud y experiencia por lo común conocen mejor los problemas y
necesidades propios de una catástrofe. Suelen tener acuerdos laborales ya vigentes con
organizaciones claves, o bien, participar en proyectos de desarrollo local aun antes del desastre.6

Los esfuerzos improvisados y espontáneos de auxilio tienen pocas probabilidades de éxito, en


especial si provienen de fuera del área del desastre, ya que crean confusión y duplicación de trabajo.
Aquí, los servicios se basan en conceptos erróneos y no en necesidades documentadas. Los intentos
mal planeados, por mejor intencionados que sean, imponen presiones adicionales a las
organizaciones locales y desvían la atención y recursos de las maniobras de socorro durante la
calamidad. Los intentos de auxilio, pues, deben canalizarse por medio de organizaciones con
responsabilidades asignadas, a menos que se solicite asistencia adicional de manera especifica.

Asistencia internacional

Todos los países deben contar con planificación para cubrir independientemente sus necesidades en
casos de desastre; empero, existen situaciones en que se requiere auxilio internacional para resolver
ciertos problemas. Tal requerimiento suele surgir en áreas en que ocurren desastres naturales con
alguna frecuencia, como diversas zonas del continente americano o en áreas en que apenas existen
recursos para la vida normal y no bastan para cubrir las maniobras de auxilio, como sucede en los
países del tercer mundo.

Las organizaciones con experiencia en servicios internacionales comprenden las que pertenecen a las
Naciones Unidas, al igual que grandes organizaciones de voluntarios y gobiernos nacionales.
Algunos grupos internacionales tienen representaciones nacionales y locales en diversos países del
mundo. En los apéndices 13-A, 13-B, y 13-C se ilustran ejemplos de organizaciones que pueden
brindar auxilio a nivel internacional. En el apéndice 13-D se incluye información adicional en torno
al auxilio que puede obtenerse a partir de ciertas organizaciones en situaciones de desastre.

Las peticiones de asistencia internacional suelen guiarse por medio de conductos específicos, ya sea
de un gobierno a otro o por ministerios de salud, organizaciones de auxilio para desastres u oficinas
coordinadoras. Es inevitable cierta tardanza en la obtención de ayuda, ya que las grandes
organizaciones necesitan tiempo para revisar las peticiones y responder a ellas. La consecución de
ayuda puede depender de las líneas establecidas de comunicación y la orientación adecuada de la
solicitud a estas organizaciones para contar así con el servicio necesario.

Las instituciones gubernamentales suelen tener limites legales en sus actividades, por lo que se
necesita a veces una declaración formal de emergencia o una visita al sitio de los hechos por parte de
sus representantes oficiales para poder iniciar las tareas de auxilio. Debe explicarse la situación a un
consejo político al solicitar fondos para facilitar la respuesta a los desastres con una imagen pública
adecuada, como sucede en los proyectos humanitarios de gran "visibilidad".6

Servicios militares
Las milicias pueden brindar servicios de auxilio en un desastre a nivel internacional, nacional o
estatal. Entre sus actividades se cuentan:

 protección contra incendios


 cumplimiento de la ley
 comunicaciones
 transportes
 limpieza de escombros y restos
 servicios médicos y sanitarios

Por ejemplo, la fuerza aérea y el ejército estadounidenses ayudaron al gobierno nicaragüense en las
operaciones de auxilio mixtas a raíz del sismo de 1972. Un grupo de verificación y dos hospitales de
campo suministraron atención médica y se encargaron de las responsabilidades de coordinación y
normatividad médica.7

En los Estados Unidos, la Guardia Nacional, las reservas y los militares activos son a menudo
asignados para auxiliar en desastres. Por ejemplo durante la inundación de Utah en 1983,
intervinieron el cuerpo de ingenieros del ejército y la Guardia Nacional de Utah construyendo presas
y puentes. En otra situación, las enfermeras de salud comunitaria del ejército estadounidense y otro
personal médico fueron enviados para brindar servicios de salud en los campamentos de refugiados
cubanos que llegaron en 1975 a Estados Unidos.

Actividades de auxilio a nivel nacional

En Estados Unidos, la asistencia a nivel nacional está planificada para complementar servicios de
actividades de gobiernos estatales y locales y otros recursos comunitarios. Para obtener la ayuda, se
necesita a veces una declaración presidencial de calamidad o situación de urgencia mayor. Las
oficinas federales auxilian y colaboran con las autoridades locales en el área afectada, pero no
ejercen el control primario de actividades de auxilio.

En naciones desarrolladas que cuentan con recursos locales abundantes para las maniobras de
auxilio, se hacen operaciones descentralizadas similares a las estadounidenses. A diferencia de lo
anterior, los países con bajos estándares de vida tienen operativos contra desastre fuertemente
descentralizados y las oficinas nacionales tienen funciones importantes de control.

En los Estados Unidos, las organizaciones a nivel nacional tienen funciones de coordinación y apoyo
a programas locales y estatales. Se excluyen grupos de voluntarios y organizaciones establecidas.

Por ejemplo, los departamentos de salud a nivel estatal y local pueden solicitar auxilio de Centros de
Control de Enfermedades (CDC, siglas en inglés), que forman parte del servicio de Salud Pública y
brinda programas directos y servicios especializados como las siguientes para evitar la diseminación
o controlar enfermedades infecciosas en los desastres:8

 supervisión epidemiológica
 asistencia de laboratorio
 personal para programas de inmunización
 vacunas y productos químicos
 información técnica
 servicios de orientación y adiestramiento

La Oficina Federal de Coordinación de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), es un eslabón
de contacto a nivel nacional para la asistencia en muchas actividades contra desastres. Dicha
organización auxilia a los gobiernos a nivel tanto local como estatal en la planificación y respuesta
ante calamidades, además de que crea normas a nivel nacional. FEMA también ha participado en el
desarrollo de sistemas de contingencia a nivel estadounidense para maniobras de auxilio en
catástrofes.

En el pasado, los planes de servicios médicos contra desastres en Estados Unidos existían más bien a
nivel estatal y local y eran definidos individualmente para cada posible calamidad. Sin embargo, en
la actualidad se han creado programas para coordinar los planes contra desastres a nivel nacional y
brindar sistemas de contingencias para respuestas a gran escala para grandes calamidades.9,10 Pueden
ser alertadas cuando el desastre sobrepasa las posibilidades de auxilio de un sistema sanitario local, o
bien, cuando el sistema federal es excedido en sus posibilidades por heridos y muertos de guerra.

El establecimiento de planes para coordinar recursos médicos en desastres a nivel nacional puede
identificarse con el sistema de Hospitales de Contingencias Civiles-Militares (CMCHS, por sus
siglas en inglés), creado en los primeros años del decenio de 1980. Este sistema comprende el
reclutamiento voluntario de hospitales civiles para ampliar la nómina de hospitales militares y de la
Administración de Veteranos que atiende las bajas de guerra.

En un desastre natural, CMCHS sufre limitaciones porque se cuenta únicamente con camas para
casos agudos. No obstante, dicho sistema ha promovido el interés en los preparativos de emergencias
y la atención de víctimas, y ha servido como modelo para crear otra organización más importante,
denominada Sistema Médico Nacional Contra desastres (NDMS por sus siglas en inglés).

El NDMS fue creado en respuesta a un decreto presidencial en 1981 para mejorar los preparativos
contra desastres en Estados Unidos. Dicho sistema ha sido planeado para abarcar muy diversas
contingencias desastres naturales y fácticas según la naturaleza del desastre, el número y tipo de
víctimas y los niveles de recursos estatales y locales disponibles. De ser necesario, CMCHS puede
pasar a formar parte de este plan de mayores proporciones.

El NDMS consta de tres grandes elementos:9

1. respuesta médica: brindar auxilio médico en el sitio del desastre


2. evacuación: trasladar a las víctimas de la calamidad hasta la instalación médica
3. atención médica: brindar asistencia definitiva a los hospitalizados

En caso de un gran desastre, los llamados Grupos de Asistencia Médica en Desastres (DMAT por
sus siglas en inglés), de carácter multidisciplinario, se ocuparía de la respuesta médica, ya que están
integrados por voluntarios en oficinas de instituciones médicas y sanitarias que se ocupan de tales
tareas. El personal incluye voluntarios médicos, enfermeras, técnicos y otros profesionales, al igual
que personal complementario como camilleros y encargados de preparación de alimentos. Dos tipos
de grupos reciben adiestramiento para desempeñarse en:9

1. unidades de clasificación y transporte de víctimas


 mínimo de 103 personas como personal de base
 clasificación y transporte de víctimas
 preparación de las víctimas para transporte

2. unidades quirúrgicas móviles

 personal clave de 215 personas


 cirugía para lesiones de urgencia

Después de evacuación, que por lo común tiene lugar en aeroplanos militares, las víctimas pueden
ser distribuidas a hospitales por medio de un centro coordinador. Se ha calcuado que 71 centros
coordinadores quedarán establecidos en áreas metropolitanas a Estados Unidos. El sistema
hospitalario está proyectado para contener 100,000 camas a nivel nacional.9

La formación de NDMS ha exigido la consideración de muchos aspectos, entre los cuales se cuentan
las siguientes:10

 selección y expansión de área


 estrategias de coordinación de hospitales
 responsabilidades de grupos médicos y unidades móviles
 procedimientos médicos de evacuación
 reembolsos y responsabilidad legal
 instrucción y formación pública
 abastos y logística

Conforme continúa el desarrollo del NDMS, las enfermeras contarán con muchas oportunidades para
participar en la planificación, ejercicios de adiestramiento y respuestas a desastres reales. Las
organizaciones federales afiliadas al NDMS utilizan innumerables enfermeras; entre tales oficinas se
cuentan el Departamento de Servicios de Salud y Humanos (HHS), el Servicio de Salud Pública
(PHS), el Departamento de Defensa (DoD) y la Administración de Veteranos (VA). Las enfermeras
comunitarias que pertenecen a ciertas áreas del NDMS pueden prestar sus servicios de manera
voluntaria. A pesar de que el NDMS es extenso en sus enfoques multidisciplinarios y se representa
por medio de un conjunto de oficiales y organizaciones, las enfemeras deben advertir que sólo
complementa los planes y los recursos de su comunidad.

En Estados Unidos, varias asociaciones de enfermería profesional participan también en la creación


de sistemas contra contingencias de desastres:10

 asociación de colegios de enfermería


 asociación de enfermeras anestesistas
 asociación de enfermeras
 enfermeras de departamentos de urgencias
 liga nacional de enfermería
 sociedad de administradores de servicios de enfermería

Recursos comunitarios contra desastres

Tradicionalmente, las organizaciones locales y estatales han intervenido directamente en los


servicios contra desastres en Estados Unidos. La coordinación en este rubro ha estado bajo el control
de las autoridades locales hasta que el gobernador declara el estado de emergencia. Es entonces que
las oficinas estatales se encargan de las responsabilidades básicas.

Algunas organizaciones comunitarias, tanto establecidas como voluntarias, tienen vínculos


nacionales o internacionales; por tal motivo, a veces piden auxilio y apoyo de las organizaciones
mayores. Si el desastre excede los recursos de las organizaciones locales estatales, se puede pedir
una declaración formal de emergencia a nivel nacional. Muchos otros grupos comunitarios
constituyen recursos locales singulares, y suelen adaptar la forma de organizaciones establecidas o
grupos de ciudadanos de auxilio en situaciones de urgencia. En este capitulo se han señalado en
detalle las organizaciones mencionadas.

Los trabajadores comunitarios a menudo cuentan con experiencia en las labores multidisciplinarias.
Por ejemplo, los departamentos de policía y bomberos, el personal médico de urgencias y las salas de
urgencias de hospitales colaboran a diario para resolver casos aislados de este tipo. Las enfermeras
deben estimular este tipo de relaciones, ya que pueden convertirse en norma en caso de un desastre
de mayores proporciones.

Muchas comunidades estadounidenses cuentan con planes para un Centro de Operaciones de


Emergencias (EOC, por sus siglas en inglés)." Los dirigentes de la comunidad se comunican con un
sitio designado para poner en funcionamiento el centro en una situación de emergencia. Dicho centro
suele hallarse dentro de alguna instalación gubernamental o edificio público, y cuenta con servicios
de comunicación y planes de urgencia.

Como se muestra en la figura 13-1, los EOC coordinann y supervisan los principales servicios
comunitarios prestados durante el desastre. Auxilia, además, en la coordinación de actividades de
socorro, y representa una fuente de información para el público. Asimismo, se encarga de evaluar la
magnitud y la trascendencia del desastre y brinda dirección centralizada para operaciones
comunitarias de ayuda.

En las fases de emergencia de un desastre la enfermera puede participar en servicios médicos y


asistenciales como los siguientes, agrupadas en tres grandes categorías:12

1. Atención médica
 sistema de prioridades de tratamiento
 identificación y registro de los heridos
 transporte de enfermos y heridos
 identificación de cadáveres y depósito de cuerpos

2. Salud y sanidad

 abasto y purificación de agua


 control de vectores y eliminación de desechos
 alimento sano y sin contaminar
 medicamentos para enfermos crónicos
 control y confinamiento de animales
 control de enfermedades infecciosas

3. Atención y alimentación a nivel masivo

 albergues y cocinas en escuelas


 distribución de cupones para alimentos
 abasto de alimentos

Grupos y conductas comunitarios

La enfermera puede integrarse a diversos grupos que existen en la comunidad para auxiliar en
desastres. El conocimiento preciso de la conducta de grupos humanos resulta de utilidad para disipar
fantasías populares en planes para casos de desastre.
FIGURA 13-1 Esquema de organización de un centro de operación de emergencia (EOC)

Fuente: Disaster operations: A handbook for local governments. Washington, DC, Federal
Emergency Management

Víctimas

La conducta en grupo de las víctimas está sujeta en ocasiones a interpretaciones erróneas. Se supone
que la estructura social psicológica de la comunidad se desintegra al destruirse el entorno.3 Se piensa
falsamente que las reacciones invariables son de pánico, conducta irracional y antisocial de cada
persona y dependencia completa respecto de los recursos de organizaciones exteriores.

Aunque la ausencia de múltiples problemas se agrava con el tiempo que dura el desastre y sus
secuelas, las investigaciones sociológicas han demostrado que la conducta de muchas de las víctimas
es racional y motivada.30 Sólo en casos aislados y breves se ha señalado pánico y desorientación. La
conducta antisocial, como pillaje y conflictos puede predecirse mejor con base en un
comportamiento que existía en la comunidad antes del desastre.13 Durante la fase de rehabilitación
comunitaria pueden identificarse secuelas a largo plazo, si bien los problemas disminuyen durante
las fases de rescate.

En términos generales las víctimas reaccionan inicialmente con un alto sentido de auxilio tanto
mutuo como propio. Pueden penetrar en el área afectada en un esfuerzo para auxiliar a sus
semejantes y resistir los esfuerzos organizados para disuadirlos de lo contrario. A pesar de que las
víctimas pueden presentar efectos sicológicos por largo tiempo después de una calamidad, lo común
es que reaccionen activamente a las fases de emergencia del desastre con altruismo y optimismo.

Esta moral elevada puede ocasionar que más tarde surja otra etapa de conducta de grupo por parte de
las víctimas en que se excluya a los auxiliadores externos, haciendo a éstos objeto de frustración e
ira. Las víctimas comparten una experiencia o vínculos intensos; la adversidad no hace más que
estrechar su identidad comunitaria.14 Pueden resentir los esfuerzos de personas que no han
experimentado los efectos del desastre en la misma forma, a pesar de que necesiten, sin duda alguna,
la experiencia y habilidades de socorristas externos.

Las fases típicas de la reacción psicológica se describen en el capitulo 8. Las enfermeras deben estar
preparadas para sobrellevar y adaptarse a la conducta grupal de las víctimas y alentar esfuerzos de
autoauxilio. De este modo podrá utilizarse a las víctimas como un recurso comunitario para
aprovechar los esfuerzos asistenciales al máximo durante la recuperación.

Trabajadores

Los trabajadores o participantes en un desastre incluyen dirigentes comunitarios, voluntarios


individuales y empleados de organizaciones y oficinas. Algunos de ellos también pueden ser
víctimas, en tanto que otros pueden provenir de la propia área del desastre o de zonas exteriores. En
muchos de estos grupos pueden existir enfermeras.

Líderes comunitarios

Algunas enfemeras pueden actuar como dirigentes comunitarios durante una calamidad. En otros
casos, son ellas quienes deben identificar a los dirigentes. A veces no se cuenta con oficiales o
funcionarios en el desastre y por ello pueden surgir al final nuevos líderes. Los dirigentes
comunitarios pueden estar expuestos a trabajo demasiado intenso y agotamiento final.13 Incluso si
están presentes, estas personas a veces se vuelven ineficaces y toman decisiones inadecuadas por la
fatiga.

Otros problemas con que se topan los dirigentes mencionados pueden ser conflictos con las
autoridades de organización en cuanto a las nuevas tareas en la calamidad, así como la competencia
entre grupos organizados respecto a jurisdicción y poderes.15 Las enfermeras deben percatarse del
clima político en que se desenvuelven y las características del liderazgo de desastre. Los planes
contra la calamidad deben ser puestos en colaboración con los dirigentes, pues se necesita que exista
y funja alguna autoridad, y también que prevalezcan patrones de responsabilidad que conformen la
base de una respuesta comunitaria.

Observadores y voluntarios individuales

Entre los observadores se puede incluir a:

 miembros de la comunidad que regresan por sus pertenencias


 parientes angustiados que buscan a sus familiares
 curiosos
 miembros de los medios de comunicación

Después de una gran catástrofe, pueden reunirse miles de observadores o espectadores al cabo de una
hora. Los trabajadores comunitarios pueden sufrir frustración intensa al ser mirados por grandes
grupos de espectadores.

Se necesita paciencia en el trato con estas personas. Pueden establecerse sitios de observación a
cierta distancia para que los curiosos miren y se vayan. Un despacho de información puede brindar
servicios de información, como punto de contacto entre los trabajadores y como registro de ingresos
y salidas de personas.

Los voluntarios solicitados del grupo de observadores pueden llevar a cabo ciertas tareas. Algunos
de los trabajadores pueden ser profesionales y, en su mayor parte, miembros de la comunidad local.
Estos trabajadores muestran la conducta característica de las víctimas, y tienden a ser inicialmente
muy activos. Salvo que se les obligue a descansar, los voluntarios suelen terminar incapacitados para
trabajar eficazmente, por lo que pueden cometer errores graves. Los voluntarios locales también
pueden ser una fuente excelente de información respecto de la comunidad o sus costumbres; pueden
interpretar los usos del área y, de ser necesario, brindar servicios de interpretación y traducción a
dialectos regionales.

Voluntarios de oficinas y organizaciones

Los trabajadores de oficinas y organizaciones pueden formar parte de la comunidad afectada, o bien,
ser llamados para que, desde el exterior, auxilien en las operaciones de rescate y socorro. Las
enfermeras suelen ser miembros de estos grupos, los cuales incluyen profesionales, personal auxiliar
y voluntarios entrenados. Estas personas están mejor preparadas para adaptarse al ritmo establecido
de las actividades, y tienen menos posibilidad de agotarse fácilmente como ocurre con otros grupos.

Sin embargo, los trabajadores provenientes del exterior pueden mostrar resentimiento hacia la
población local, y pueden tener períodos repentinos de poco ánimo y moral baja. Aquí, puede ser
difícil advertir la finalidad o los resultados de sus tareas. En estos casos, es beneficiosa la
información y la retroalimentación de los esfuerzos de rescate; las asignaciones pueden ser
significativas y constituir verdaderos incentivos para el trabajo.

Conflictos de papeles

Se ha sugerido que los trabajadores locales pueden sufrir conflictos entre su familia, sus
responsabilidades personales y su trabajo, al grado de abandonar las tareas durante las maniobras de
rescate. La investigación de calamidades en Estados Unidos ha demostrado que, en este país, no es
común este tipo de conductas El comportamiento surgido de crisis en familias y organizaciones al
parecer lleva a un mínimo el conflicto de papeles, de tal manera que el encargado de brindar auxilio
puede abandonar los papeles menos importantes para dedicarse exclusivamente a colaborar en la
catástrofe.15

En términos generales las enfermeras pueden contar con que el personal ejecute sus tareas a pesar de
sus preocupaciones individuales en la medida en que sean capaces físicamente para ejecutarlas. Sin
embargo, algunos individuos o grupos pueden ser susceptibles al estrés por innumerables exigencias
antágonicas. Las enfermeras deben estar alerta respecto a signos de fatiga psicológica y conflicto con
sus colaboradores y personal.

Planificación y colaboración

La planificación local es importante debido a que la comunidad necesita depender por completo de
sus propios recursos durante las fases iniciales de una catástrofe. Los recursos exteriores que
necesitan tiempo para llegar son movilizados más bien después que se han agotado los recursos de la
localidad.

La propia comunidad puede evaluar la posibilidad de un desastre; por ejemplo, en algunas áreas
geográficas particulares surgen con mayor frecuencia terremotos, calamidades e inundaciones por tal
motivo, cabe prever los posibles efectos e identificar recursos de suma importancia. La Tabla 10-1
en el capitulo 10 señala los principales efectos ambientales que tienen los desastres naturales. Tales
consecuencias son modificadas por factores como densidad de población, tipo de construcciones y
grado de preparación de la comunidad. Las posibles necesidades resultantes de una calamidad deben
ser proporcionales a los recursos existentes.

Las pautas para establecer prioridades y disponer recursos pueden asentarse por escrito, para de allí
iniciar medidas de solicitud de auxilio al exterior. La responsabilidad de tareas especificas es
definida y asignada por los siguientes factores u organismos:

 legislación, regulaciones y normas


 acuerdos o resoluciones
 declaraciones de conocimiento
 practicas acostumbradas.

Acuerdos de coordinación

Los acuerdos se concertan para el intercambio y la asignación de servicios, personal, equipo y


abastos. Por lo común adoptan la forma de una respuesta de auxilio mutuo en que un gobierno local
auxilia a otro con base en un plan predeterminado y dentro de limites legalmente definidos.16

Las organizaciones de voluntarios a menudo establecen acuerdos mutuos de colaboración o


declaraciones de concertación. A pesar de tener naturaleza muy general establecen un vinculo con
otras organizaciones de igual índole. Los grupos de voluntarios también pueden celebrar acuerdos
para integrar sus servicios con los de instituciones gubernamentales.

Tal esfuerzo de colaboración comienza con la tase previa al desastre y continúa durante cl proceso de
recuperación. La coordinación es más compleja y más critica con la presión de la emergencia.

Problemas de Distribución

Los problemas de distribución son comunes en un desastre por el trastocamiento de la vida


comunitaria, la reubicación de instalaciones, como albergues, campamentos, servicios médicos y los
depósitos de cadáveres; para casos de urgencia puede adoptar proposiciones razonables. Así pues, es
de gran importancia la planificación y la coordinación para minimizar los problemas de distribución
de abastos, agua, alimentos, víctimas y personal. En el capitulo 10 se comentaron la escasez y
distribución de alimentos.

Distribución de los Heridos

Durante algunas situaciones de urgencia que no alcanzan las proporciones de desastre, los heridos
son normalmente distribuidos al departamento más cercano de urgencias, o bien transportando a la
persona con algún tipo de lesión especial a la institución que prodiga esta clase de atención. Por
ejemplo, puede ser necesario llevar a una persona con múltiples heridas masivas a un hospital que
cuente con una unidad de traumatología, aún cuando no sea esta la institución mas cercana.

En una situación de desastre con innumerables lesionados, dichos criterios no son suficientes y a
veces agravan las tasas de morbilidad y mortalidad. Los hospitales más cercanos se saturan pronto, y
en este caso se necesita llevar a los pacientes a sitios más distantes para que reciban atención
definitiva. En consecuencia es necesario en ocasiones llevar a quienes tienen lesiones complejas o
múltiples a instituciones muy lejanas, para lograr así la estabilización adecuada.

La distribución de las víctimas heridas o lastimadas se ha concebido a gran escala en varios


esfuerzos de auxilio en desastres como el de Nicaragua, en 1972,7 y en Guatemala en 1976.17 Allí, la
información en torno al número de camas de hospital disponibles fue hecha como parte de un
programa de supervisión de mayores proporciones. Se creo además un sistema de transporte de
pacientes a diferentes hospitales, al igual que de coordinación de los servicios médicos.

Butman18 ha sugerido un concepto de selección para distribuir a las víctimas, dicho concepto, en la
figura 13-2, se basa en una situación urbana que es frecuente en muchos países, en especial en
Estados Unidos, en el cual uno o dos hospitales suelen estar en un radio que una ambulancia puede
recorrer de 5 a 25 minutos. Se ha dado en llamarles "hospitales cercanos". Existe un grupo mayor de
hospitales, muy "lejanos", para los cuales el viaje dura 45 a 60 minutos. En este sistema, los
hospitales cercanos reciben a todos los lesionados para evaluación y estabilización. Las ambulancias
en el sitio del desastre transportan únicamente a los hospitales cercanos, e igualan el número de
pacientes de cada institución en la medida de lo posible.

Los hospitales cercanos no admiten por lo común a sus pacientes en sus pabellones como lo harían
en circunstancias normales. Lo que hacen es estabilizar, volver a evaluar y transportar selectivamente
a los heridos a hospitales lejanos, para que éstos reciban un tratamiento adecuado. Los hospitales
cercanos transmitirán información a los lejanos respecto al volumen y flujo de pacientes; por su
parte, las ambulancias que normalmente sirven a los hospitales lejanos transportan a los pacientes
desde las instituciones cercanas. Para ayudar en la distribución de abastos, se puede recurrir a las
mismas ambulancias para llevar material médico en el viaje de regreso.

Figura

El sistema anterior semeja las técnicas militares de tratamiento de un gran numero de víctimas y la
coordinación de niveles de atención médica, pues obliga a una nueva evaluación y estabilización en
un entorno adecuado lejos del desastre. Además distribuye la carga de trabajo y aminora la
responsabilidad de cada grupo a un nivel real, mejorando con ello la calidad de la asistencia.

Distribución de Abastos

En el sitio del desastre, la necesidad de material médico se corresponde con la distribución de


pacientes ya que el tipo y el número de víctimas son los que rigen la cantidad de fármacos, apósitos y
equipo necesario. También se necesitan repuestos de recetas pérdidas, fármacos de tipo "popular" de
autoadministración (que se distribuyen sin receta), material de primeros auxilios casero y vacunas
para posibles inmunizaciones.

Una revisión rápida dentro del área de desastre puede indicar que se necesitan a veces abastos que
son "imperecederes". Por ejemplo, se advirtió que en Managua Nicaragua había abastos por un
millón de dólares para uso inmediato, aunque supuestamente el sismo había destruido todos los
depósitos de bienes y materiales.19 Los programas de supervisión a menudo incluyen la evaluación
de los abastos médicos necesarios; es importante que su funcionamiento corra parejo con la revisión
de los bienes disponibles, para extender así la coordinación a nivel regional o nacional.

En ocasiones la distribución y coordinación de los abastos médicos adopta proporciones enormes. En


grandes desastres pueden llegar al sitio de la catástrofe toneladas de material no seleccionado ni
solicitado. Los donativos de este tipo merman las horas de trabajo del personal y el uso de equipo
necesario para las tareas propias de auxilio. Muchas veces se acumulan y quedan sin usar. Una de las
funciones de las que se encargo el gobierno estadounidense en las medidas de auxilio a Nicaragua
fue establecer un depósito de abasto y material medico para superar este problema. Tal punto de
concentración incluyó 23 grandes tiendas, que se utilizaron para identificar, seleccionar y preparar
material y equipo médico donado para su distribución.7

Las enfermeras a menudo se hallan en una situación que les permite reunir datos y brindar
información sobre el material médico necesario. Siempre que sea posible, deben aconsejar que no se
reciban donativos no solicitados. Los que lleguen, deben ser canalizados a un punto de
concentración. También hay que impedir que el personal se dedique a manejar el exceso de abastos
cuando su trabajo sea necesario para la atención de los pacientes.

Las enfermeras afiliadas a organizaciones que preparan material para donación deben seguir estas
pauta

 Señalar con anticipación los envíos


 Enviar únicamente el material solicitado
 Etiquetar todos los recipientes en forma sencilla con tinta indeleble y en un segundo lenguaje, si es
necesario, con datos claros de su destino y sin abreviaturas.
 Establecer un código de color para todos los recipientes: rojo para alimentos azul para ropas y
artículos caseros y verde para material y equipo médico
 No deben enviarse artículos perecederos o cáducos.

Difusión y comunicación

Cada fase del desastre, desde los preparativos previos, pasando por las fases de alerta, impacto,
emergencia y recuperación, posee sus propias necesidades de comunicación. Por tal motivo, uno de
lo aspectos de mayor trascendencia en la planificación de respuesta a una catástrofe lo constituye la
información proporcionada en forma eficaz y eficiente. Entre los aspectos de la comunicación se
cuentan:

 presentaciones en los medios noticiosos


 programas de instituciones públicas
 comunicados oficiales
 servicios de alerta y orientación
 posibilidades de comunicación especializada
 reportes y registros
 redes de información informal

La comunicación adecuada es esencial para las actividades de control y coordinación. En una


catástrofe, las oficinas gubernamentales oficialmente pueden desempeñar las tres funciones. El EOC,
reseñado en el comienzo de este capitulo, es un ejemplo de organización para auxilio en desastres
diseñado específicamente para asumir responsabilidades de control y funciones de coordinación y
comunicación. Aún más, los servicios de orientación del gobierno se encargan de funciones como
vigilancia, detección y predicción de desastres naturales. También orientan y alertan al público en
general. Las organizaciones, de difusión y los medios noticiosos asumen parte de las
responsabilidades de la información al público. En Estados Unidos la Oficina Federal de
Coordinación de Emergencias supervisa al llamado Sistema de Transmisiones de Emergencia.
Además, organizaciones internacionales diseminan e intercambien información sobre grandes
desastres en todo el mundo.

Preparativos antes del desastre

Los preparativos anteriores al desastre dependen fundamentalmente de métodos de información al


público:

 cartelones y folletos
 anuncios a través de servicios públicos
 artículos en periódicos y revistas
 programas de enseñanza escolar
 preparación de voluntarios
 simulacros

Los métodos anteriores son complementados por relatos de personas que han sufrido una catástrofe.
Tales relatos se transmiten de boca en boca y pueden a veces ser clasificados como folklore con
diversas dósis de ingredientes reales. Los miembros de la comunidad afrontan un desastre con grados
y tipos distintos de información proveniente de estas fuentes de comunicación.

Las enfermeras deben conocer en detalle los patrones y sistemas de comunicación que pueden
funcionar durante una catástrofe. Siempre que sea posible, deben utilizarse de manera sistemática y
frecuente técnicas de comunicación para emergencias, como sistemas de radio, líneas especiales de
teléfono y señales de alerta. Los sistemas anteriores pueden ser ya del conocimiento público y
parecerá natural su utilización dentro de un desastre.

Sistemas de Alerta

En diferentes momentos de un desastre se necesitan tipos distintos de sistemas de alerta, que pueden
ser de tipo público o llamadas organizadas. En caso de un desastre inminente, muchas comunidades
han adoptado una señal estándar de alerta para avisar al público (Fig. 13-3), la cual suele ser emitida
por sirenas, silbatos, o bocinas. Se pide a las personas que se dirijan a los refugios adecuados y en
enciendan sus aparatos receptores para recibir mensajes de emergencia con información e
instrucciones.

FIGURA 13 - 3 Señal estándar de alerta para un Desastre inminente

Fuente: In time of emergency by Office of Civil Defense, Department of Defense, March 1968, pp.
18-19.

El contenido de cualquier mensaje de alerta es importante. En ocasiones se ha interrumpido o


minimizado la información con la idea errónea de que la verdad produciría pánico en la gente. Sin
embargo, las investigaciones han demostrado que, durante un desastre las personas por lo común
están orientadas hacia metas, pueden auxiliarse a si mismas y canalizar sus esfuerzos a la acción.13
En esta situación, la comunicación debe ser claro para que los miembros de la comunidad utilicen la
información para entender con toda claridad el peligro y evitar o llevar al mínimo los daños.

Los mensajes deben tener algunas características estándar:21

 ser específicos
 ser urgentes
 señalar las consecuencias
 señalar la mediación del peligro
 ser difundidos continuamente

Las personas por lo común no conceden importancia a los mensajes vagos que permiten
racionalización o aplazamiento. También hay una menor posibilidad de respuesta a mensajes
incongruentes o que no correspondan a datos ambientales. Por ejemplo, las llamadas de alerta en
torno a una inundación quizá no se tomen en consideración en un día soleado y tranquilo, salvo que
el mensaje describa de manera específica su origen, como seria nieve derretida o el desbordamiento
de una presa.

Una parte esencial de cualquier respuesta a un desastre seria un plan adecuado para alertar o llamar
en forma organizada al personal. A menudo los planes son inespecíficos y la notificación se practica
en forma irregular y voluntaria18 de tal manera que el resultado es un aviso fragmentado y la pérdida
de la comunicación. El plan de llamamiento puede llevarse a la practica durante la fase de alerta, de
impacto o la de emergencia en un desastre. (Véase capitulo 10.)

Impacto y Redes de Emergencia

Durante un desastre, la comunicación fluye abundantemente en todos los tipos y niveles de


organizaciones, y de estas, al público en general; dicho flujo es suplementado por chismorreos
discretos conforme la gente intenta esclarecer, corroborar o interpretar los mensajes oficiales.21

Convergencia

Al área de la catástrofe convergen abastos, personal e informaciones. Las estaciones de radio pueden
quedar abrumadas por peticiones con respecto a mensajes de alerta u ofrecimientos de auxilio.21
Hospitales, policía y otras organizaciones reciben grandes volúmenes de llamadas.

Las líneas telefónicas y los conmutadores pueden saturarse al grado de que resulta imposible llevar a
la práctica los planes de llamados. Algunos hospitales han instalado líneas separadas para uso en
caso de emergencia. Cabe utilizar radios portátiles y vehículos a modo de emisoras para emergencias
durante los esfuerzos de rescate aunque operen con frecuencias diferentes. Tal diferencia no
representará un impedimento siempre y cuando se mantegan los vínculos con una estación central.
En verdad, puede resultar útil cierta independencia de la comunicación para evitar confusiones.18

En un gran desastre pueden quedar destruidos o dañados todos los sistemas de comunicación,
interrumpiendo así el flujo de información tanto interna como externa del área. Por ejemplo, cuando
el ciclón Tracy devastó Darwin, Australia, la Noche de Navidad de 1974, la ciudad y sus habitantes
quedaron aislados por muchas horas durante los inicios de dicha ciclón.21 Si la comunidad queda
segregada temporalmente, el proceso de convergencia tardará más tiempo en comenzar.

Comunicados y registros
En muchos desastres se cuenta con equipo adecuado y funcional, pero surgen problemas cuando las
personas no establecen comunicación de manera adecuada. Los mensajes pueden ser no verificables,
fragmentados o generalizados. El hospital puede simplemente anunciar "No manden mas
pacientes";18 sin embargo, seria mas útil un reporte del estado general de las cosas, el cual debe
contener los siguientes datos.

 número de pacientes
 número de camas disponibles
 personal necesario
 abastos necesarios
 capacidad de operación

Otros aspectos importantes son: conservar registros escritos de los damnificados, ya que los
lesionados pueden ser transportados varias veces a su paso por el sistema establecido de selección; y
un libro de entradas y salidas puede ayudar a los parientes a localizar a sus seres queridos, así como
aportar datos para un reporte de la situación. La conservación de registros es importante para los
servicios del depósito de cadáveres, en especial si se necesitan inhumaciones de urgencia. Las
enfermeras en la comunidad pueden brindar datos acerca de las necesidades médicas y de salud de la
población damnificada, al igual que evaluaciones en este renglón. (Véase cáp. 10.)

Prensa y otros medios noticiosos

La información que difunden los medios noticiosos puede ejercer un gran impacto en la conducta
durante el desastre. Los rumores o la información errática, apoyada por el peso de la difusión
pública, genera confusión y entorpece gravemente los esfuerzos de auxilio. La atención a las
siguientes pautas respecto de la diseminación e información pública21 puede ser útil para eliminar la
propagación de datos falsos:

 La información al público debe ser una parte organizada de toda operación contra desastres
 Es necesario asignar personal para que revise y verifique los reportes de los medios de
comunicación
 Es necesario autentificar y desechar rápidamente algunas historias
 Los funcionarios deben percatarse de la necesidad del publico de información y contribuir a ella
por medio de comunicados, resúmenes y entrevistas
 El personal de los medios noticiosos debe estar informado de la situación general en el desastre y
de las posibles consecuencias de sus reportes

Redes informales

La propia comunidad es una fuente y un conducto de comunicación. La información la generan sus


miembros y la transmiten por redes informales que, muy a su pesar, están estructuradas de acuerdo
con pautas predecibles. Las personas, en primer lugar, acuden a parientes o amigos íntimos, les
formulan preguntas y comparten datos conocidos. El circulo se ensancha al incluir vecinos y otros
amigos. Al final las víctimas inician un intercambio libre con personas totalmente extrañas que
comparten su experiencia de la calamidad, por medio de actividades como las de auxilio en el
desastre o la vida en el albergue.

La red informal de información funciona con mayor rapidez que algunos de los conductos formales.
Cuando las personas reciben datos oficiales y al mismo tiempo reciben los mismos datos por vía
oral, es signo de que el sistema de comunicación formal opera adecuadamente. Las enfermeras
pueden aprovechar una lista personal de contactos de la comunidad para tener acceso al sistema
informal.
Los conocimientos sobre el sistema informal que puede funcionar son esenciales para disipar
rumores y llevar a la práctica las acciones requeridas por una calamidad. La información incorrecta o
incompleta de los medios noticiosos puede dar pábulo a rumores que orienten hacia la necesidad de
información veraz y formas adecuadas de comunicación. El conocimiento de los rumores a veces es
útil para identificar su punto de partida y corregir la información.

Los rumores o la información errónea que se difunde por las redes informales cambian en sus
detalles conforme son difundidos. Los primeros por lo común no van más allá de un grupo
socioeconómico; a menudo circulan dentro de la unidad familiar o los miembros del mismo sexo de
una comunidad. Puede tener un punto de partida especifico pero el informante por lo común no tiene
gran preocupación por la importancia de la información.21

Las enfermeras, en especial las que se desempeñan en una comunidad pueden aprovechar el sistema
informal con personas que normalmente no son receptivas a la planificación y orientación en
desastres. Los grupos minoritarios pueden hablar o leer en un lengua diferente, o quizá no tengan
relación dentro del contexto cultural con la información que se les presenta. Otras personas pueden
estar fuera de la masa social o tener impedimentos mentales.

A veces cabe utilizar medios especiales y cursos de instrucción adaptados a la población, en otras
ocasiones las enfermeras pueden trabajar por medio de la dirigencia local para obtener aceptación de
determinadas operaciones y acciones. Al tratar este aspecto de la comunicación en calamidades, ellas
se ocupan de áreas de difícil influencia y persuasión en relación con actitudes y opiniones
cambiantes.

Proceso de Recuperación

Durante los esfuerzos de rehabilitación que ocurren después de las fases agudas de una calamidad la
comunicación debe plantearse las siguientes metas.

 circular información acerca de los servicios en el desastre


 señalar los progresos de la comunidad
 identificar necesidades para la restauración comunitaria

También se necesita reunir información sobre la magnitud de los daños habidos, dicha información
puede utilizarse para planificar los intentos de recuperación y determinar la necesidad de diversos
tipos de auxilio. Las enfermeras pueden encargarse de reunir datos sobre las necesidades
comunitarias y hacer recomendaciones para la asignación de recursos.

Algunos dirigentes tienden a minimizar los efectos de un desastre en la comunidad para brindar
tranquilidad y estimular el orgullo que la propia comunidad tiene para apoyarse. Esta minimización
puede generar una sensación falsa de seguridad y retrasar alguna acción necesaria. Otras personas
exageran la extensión del desastre por su emoción o para obtener ayuda económica y auxilio exterior
en las maniobras de rescate. Sin embargo es importante el registro y difusión precisos para
documentar la magnitud y el tipo de asistencia externa necesaria para restaurar a la comunidad a su
estado anterior.

Preparación individual

Demi y Miles han examinado la participación e importancia de las enfermeras en las respuestas a un
desastre.22 En 1981 cayeron a tierra las escaleras de emergencia de un hotel, matando a 114 personas
y lesionando a 188. Al analizar el desastre, estos autores advirtieron que las enfermeras que eran las
más eficaces en papeles de liderazgo fueron las que asumieron responsabilidades formales en el plan
contra de sastre; asimismo, eran ellas quienes habían tenido entrenamiento y experiencia en tales
situaciones

Los preparativos de orden individual constituyen el recursos más importante en una comunidad. Al
evaluar la capacidad y planificación de su intervención en el desastre las enfermeras pueden asegurar
que su experiencia se aprovecha eficazmente.

Las enfermeras se preparan en forma profesional para atender, en casos de desastre, en la


planificación contra tales eventualidades en su sitio de trabajo, al hacer contribuciones por medios de
sus organizaciones y al conservar sus asuntos personales en orden. Por ejemplo a nivel personal las
enfermeras que acuden a un sitio de desastre para auxiliar necesitan reunir algunos documentos u
objetos para llevar consigo

 una copia de su titulo o licencia profesional


 equipo personal como estetoscopio
 lamparilla de mano con baterías adicionales
 dinero en efectivo
 ropas calientes y una chaqueta gruesa
 materiales para registro de datos
 bolsas con cierre de cuerda y de plástico
 otros efectos personales

A veces puede desearse llevar libros de referencia de bolsillo (al final del capítulo 12 se incluyen
algunos de ellos). También un diccionario de la lengua hablada en la localidad puede ser útil, en
especial si incluye términos médicos relacionados con la salud y la asistencia.

Las enfermeras, antes de participar en la respuesta a un desastre, deben ampliar sus conocimientos
sobre estos asuntos. Las interesadas en adquirir más datos en torno a las calamidades pueden reunir a
organizaciones que se ocupen de asuntos específicos, o bien, solicitar que se agregue su nombre a las
listas, listas de suscripción para recibir información específica (algunas organizaciones que se
ocupan de investigaciones en calamidades y que distribuyen información en Estados Unidos acerca
de tales situaciones se presentan en el Apéndice 13-D). Con esta información, las enfermeras pueden
emprender programas de orientación e instrucción en torno a desastres y contribuir a la creación o
perfeccionamiento de los preparativos contra éstos.

Resumen

Las enfermeras participan en la planificación contra desastre por medio de actividades clínicas y
tareas de coordinación. Pueden ser útiles para mejorar la respuesta a la catástrofe al evaluar de
manera creativa y utilizar los recursos comunitarios.

Las crisis despiertan cierto sentido de pertenencia a una comunidad. Las enfermeras advertirán que
el hecho de conocer los patrones existentes y la percepción de la conducta tipica de un grupo facilita
la actuación en las maniobras de auxilio. De manera semejante el conocimiento de las características
y responsabilidades a nivel de organización, los principios generales de planificación de un desastre
o los aspectos de la respuesta común conforman una base fidedigna para desempeñar sus funciones
asistenciales. Las enfemeras como parte de un grupo de atención médica y sanitaria, pueden ser
útiles en la formulación de planes, práctica de servicios y evaluación de respuestas. Muchas de ellas
tienen la oportunidad de participar en la evaluación y utilización de recursos comunitarios contra
desastres gracias a su entorno laboral o a su organización profesional. La preparación por parte de
cada enfermera es de extrema importancia ya que ésta aporta su experiencia y conocimientos para
asumir funciones de liderazgo en una catástrofe.
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scientific publication No. 438. Washington, DC, World Health Organization, 1983.

21. Disaster Prevention and Mitigation: A Compendium of Current Knowledge. New York, Disaster
Relief Coordinator, Office of the United Nations, 1979, vol. 10.

22. Demi AS, Miles MS: An examination of nursing leadership following a disaster.Top Clin Nurs
1984;6:63-78.

Apéndice 13-A: Auxilio internacional en desastre: Organismos de la ONU

Oficina de las Naciones Unidas para ayuda en desastres (UNDRO)

 Aporta información en torno a necesidades de socorro


 Moviliza y coordina servicios de auxilio
 Conserva depósitos para utilizar en desastres, según las necesidades; intercambia información
 Hace arreglos previos para auxilios futuros por parte de donadores potenciales

Organización Panamericana para la Salud (PAHO)-(OPS)

 Actúa como organismo regional para el continente americano, bajo la Organización Mundial de la
Salud (OMS)
 Coordina acciones médicas y asistenciales en el continente americano
 Brinda cooperación técnica a las autoridades sanitarias y médicas.
 Evalúan necesidades ambientales, médicas y de salud.
 Desarrolla supervisión epidemiológica y control de enfermedades
 Elabora inventarios y envía materiales para auxilio de tipo médico y sanitario
 Formula estimaciones, de costos y proyectos de auxilio

Fondo de las Naciones Unidas para los Niños (UNICEF)

 Promueve la salud, la educación y, el bienestar de los niños y sus madres


 Distribuye fondos y abastos en situaciones de emergencia

Programa Mundial de alimentación (WFP)

 Adquiere envía y distribuye alimentos

Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO)

 Brinda colaboración técnica en la producción y distribución de alimentos a largo plazo


 Asesora las necesidades agrícolas y de alimentación
 Aporta abastos de alimentos en situaciones de urgencia
 Participa en la prevención de zoonósis

Para estudios de morbiletalidad, para aporrar materiales a zonas afectadas por grandes desastres o
para tener mayor información conviene dirigirse a
Emergency Management Information Center (EMIC) Librarian Learning Resource Center NETC
16825 South Seton Avenue
Emmitsburg, MD 21727
1-(800) 638-1821 ext. 6032

Para obtener información sobre el empleo de computadoras en la investigación y administración de


imponderables; apoyo para decisiones en situaciones de urgencia simulación de incendios, huracanes
y ciclones por computadora. conviene dirigirse a:

The Society for Computer Simulation


PO Box 2228
La Jolla, CA 92038
(619) 459-3888

Fuente: Emergency Health Management After Natural Disaster, Pan American Health Organization
scientific publication No. 407. Washington, DC, World Health Organization, 1981, pp. 63-64.

Apéndice 13-B: Auxilio internacional en desastre: Organizaciones de voluntarios

Liga de Sociedades de la Cruz Roja: Federación Mundial de 126 agrupaciones que abarcan Cruz
Rola Nacional, Media Luna Roja y Sociedades del León y el Sol Rojo.

 Coordina maniobras de auxilio a nivel internacional en desastres


 Obtiene donativos en efectivo y artículos para usar en emergencias
 Brinda asistencia por medio de sociedades nacionales
 alimento y albergue
 abastos médicos
 voluntarios
 hospitales de campo y personal médico

Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) Organización privada y neutral suiza cuya meta
fundamental es auxiliar a víctimas de guerra y conflictos civiles

 Servicios de nutrición
 Asistencia médica

CARE (Cooperative for American Relief Everywhere) (Cooperativa para ayuda estadounidense a
otros países) Organización neoyorquina que incluye a MEDICO, que es una oficina afiliada cuya
norma es colaborar con autoridades oficiales.

 Brinda alimentos, herramientas de mano y abastos en casos de urgencia


 Se ocupa de la rehabilitación y la reconstrucción.
 Se ocupa de abastos de agua e instalaciones sanitarias
 Casas e instalaciones de salud
 Atención médica y grupos de entrenamiento

CARITAS Internacional (International Confederation of Catholic Charities) (Confederación


Internacional de Sociedades Católicas Caritativas): Federación de 91 organizaciones nacionales que
se dedica a estimular, coordinar y apoyar medidas de auxilio entre sus miembros

Catholic Relief Services (CRS) organización estadounidense afiliada a CARITAS

 Suministra alimentos, ropas, material médico y albergues


 Emplea consultores y nutriólogos en salud pública

Lutheran World Relief (LWR): Organización estadounidense de varios credos luteranos

 Brinda auxilio en especie


 Proporciona préstamos para reconstrucción a largo plazo

Mennonite Central Committee (Comité Central Menonita) Organización que representa a las iglesias
menonitas estadounidenses. Brinda auxilio para proyectos comunitarios específicos; apoyo técnico y
financiero.

OXFAM: Organización con oficinas autónomas y afiliadas en cinco países:

 Brinda orientación en torno a edificación de casas y sanidad en situaciones de urgencia


 Coordina campamentos de refugiados
 Proporciona auxilio inmediato en desastres
 Brinda asistencia alimenticia

International Salvation Army: Ejército de Salvación Internacional: Proporciona asistencia en salud y


diversos materiales

Save the Children Fund/Federation (Fondo/Federación para niños): Auxilia en Nutrición comunitaria
y tratamiento de aguas.

Servicios Mundiales de Adventistas del Séptimo día (SAWS)

 Se ocupa de programas de salud y médicos

Fuente: Emergency Health Management After Natural Disaster, Pan AMerican HEalth Organization
scientific publication No. 407. Washington, DC, World Health Organization, 1981, pp. 65-66.

 hospitales y dispensarios
 alimentación de niños

 Utiliza profesionales de otros países: Médicos, dentistas y enfermeras

Consejo Mundial de Iglesias: Agrupación con más de 270 Credos protestantes y ortodóxos con
oficinas generales en Ginebra, Suiza; consta, entre otras, de:

 Servicios Mundiales Eclesiásticos (30 iglesias estadounidenses) que brindan apoyo amplio a
proyectos de salud
 Acción Cristiana para el Caribe (CADEC) que coordina medidas de ayuda en desastres en dicha
zona)

Apéndice 13-C: Auxilio internacional en desastres: Organizaciones


gubernamentales

Organización de Estados Americanos (OEA): utiliza a la Organización Panamericana para la Salud


(OPS-PAHO) como su filial médica y de salud y se ocupa de los aspectos sanitarios y medicas de las
naciones que la integran.

 Opera un fondo compuesto por contribuciones voluntarias


 Suministra alimentos, material médico y otros materiales de auxilio
Comunidad Económica Europea (CEE)

 Brinda materiales para situaciones de auxilio provenientes de los países miembros


 Abastos médicos y equipos para tratamiento de agua
 Tiendas, mantas y alimentos

 Restaura actividades sociales y económicas

 insecticidas y fertilizantes
 Combustibles, vehículos y partes de repuesto
 Proporciona alimentos en situaciones de emergencia

Fuente: Emergency Health Management After Natural Disaster, Pan American Health Organization
scientific publication No. 407, Washington, DC, World Health Organization, 1981, pp. 64-65.

Apéndice 13-D: Organizaciones de auxilio en desastres: Información en torno a


servicios

 The American Council of Voluntary Agencies for Foreign Service Technical Assistance
Information Clearing House (TAICH) 200 Park Avenue South New York, New York 10003

 Distribution and Sales


 Pan American Health Organization (PAHO) 525 Twenty-third Street North West Washington, DC
20037

 National Office Federal Emergency Management Agency (FEMA) Washington, DC 20472

14. Planificación para casos de desastres y otros aspectos administrativos en situaciones


masivas extremas

Lloyd A. Schlaeppi, M.H.A. y Michael J. Rogers, M.A.

La enfermera desempeña un papel significativo en los aspectos médicos en caso de desastre, así como en la
selección apropiada y el tratamiento de pacientes mediante técnicas de procesamiento en situaciones con
saldo masivo de víctimas (MASSCAL). Sin embargo, también ellas deben considerar la importancia de los
aspectos administrativos en la preparación y manejo de tales situaciones. La administración eficiente, lo
mismo que la asistencia, no se dan por si solas; por ello, es importante su análisis, su planificación y su
práctica. Por ejemplo, sea cual sea la pericia de la enfermera y otros miembros del personal de salud en la
selección y tratamiento de las víctimas de algún incidente con saldo masivo (MASSCAL), ello seria de poca
ayuda para estas últimas si ninguno de los auxiliadores se percata del hecho por el que se han desquiciado
las técnicas de notificación de alerta al personal.

Las necesidades administrativas para afrontar situaciones con saldo masivo de víctimas (MASSCAL) puede
incorporarse en las "cinco P" de asistencia en desastres (Recuadro 14-1):

1. Planificar las medidas para casos de desastres (P1)


2 Publicar el plan(P2)
3 Reposicional materiales y suministros (P3)
4 Practicar el plan(P4)
5 Proceder a la evaluación de la práctica(P5)
Muchos de los aspectos del procesamiento de las situaciones con saldo masivo de víctimas surgen de la
atención y tratamiento de innumerables heridos generados de forma simultánea (o en un lapso muy breve) en
un campo de batalla. Por tal motivo, muchas de las técnicas de procesamiento y sugerencias administrativas
señaladas en este capítulo han sido producto de acciones bélicas. De hecho; la necesidad de planificar (P1);
de conservar a todos informados (p2); de contar con equipo apropiado y de saber la forma de obtenerlo y
utilizarlo en una emergencia (P3; la necesidad de practicar en ensayos y simulacros (P4), y la necesidad, en
fin, de evaluar después de la práctica (P5), son principios militares que evolucionaron desde épocas
inmemoriales en el arte de la guerra. Las cinco P de la coordinación en desastres son consecuencia natural
de tales principios y aún tienen validez.

RECUADRO 14-1 Las cinco Ps del manejo de desastres

Planeación del programa para casos de desastre (P1).

 Comprender los requerimientos de las situaciones MASSCAL (sigla en inglés).


 Considerar algunas suposiciones.
 Determinar el concepto de las operaciones.
 Enfocar la planeación como un esfuerzo multidisciplinario o de órdenes dirigidas.
 Organizar un centro de operaciones de emergencia.
 Considerar los factores comunitarios, regionales y ambientales (véanse también los capítulos 1 y 13).

Publicación del programa para casos de desastre (P2).

 Procurar que dicho programa conserve su sencillez.


 Crear un plan que se adapte a la mayoría de los hospitales.
 Desarrollar procedimientos e instrucciones para alertar y notificar al personal.
 Desarrollar anexos funcionales de carácter individual para el programa establecido.
 Distribuir al personal de acuerdo al plan, tanto en áreas internas como externas.

Colocación previa de suministros y materiales para MASSCAL (P3).

 Identificar los requisitos de suministros y equipo.


 Determinar la ubicación y seguridad de los lugares de almacenamiento.
 Preparar estuches independientes y fáciles de transportar para MASSCAL.
 Distribuir los estuches MASSCAL y crear requerimientos de inspección. Práctica del plan (P4).
 Instruir al personal para que conozca las estrategias empleadas en el manejo de desastres.
 Probar el plan en todos los niveles, de manera independiente.
 Ensayar el plan como si fuera una unidad dentro de un proceso formado por dos etapas.
 Programar un simulacro en el que participen las instalaciones de la comunidad o regionales.
 Probar el sistema de alerta y notificación.

Evaluación del desempeño en el simulacro de desastres y el MASSCAL real (Pr) (véase también el capítulo
12).

 Identificar y preparar las "evaluaciones" internas y externas antes de realizar el simulacro.


 Solicitar al personal clave que efectúe un interrogatorio y una evaluación, una vez que haya concluido el
simulacro o el MASSCAL real.
 Requerir a los principales jefes de actividades que elaboren un reporte por escrito.
 Preparar un informe del simulacro y de las lecciones aprendidas de él, en el nivel de las instituciones en
general.
 Iniciar acciones correctivas
 Supervisar, reevaluar, actualizar y cambiar el plan para casos de desastre según se requiera.
Además, en Estados Unidos y otras naciones se ha llamado al ejército, las reservas militares y a la Guardia
Nacional para afrontar calamidades en el nivel nacional, al igual que otras con saldo masivo de víctimas,
como sismos, inundaciones, incendios, fallas humanas, etc. Sea cual sea la fuente del saldo de las víctimas,
una de las prioridades del personal que interviene en el auxilio médico en incidentes con saldo masivo de
víctimas es saber la respuesta de los siguientes planteamientos.

 ¿En qué forma puedo obtener de manera rápida auxilio competente con equipo y abastos para los
pacientes?
 ¿Cuál es el mejor método de selección de víctimas en el sitio de los hechos para así establecer "un orden
de tratamiento" adecuado?
 ¿En qué forma es posible estabilizar a los pacientes y protegerlos de riesgos?
 ¿En qué forma podemos transportar mejor a estos damnificados?
 ¿En qué forma podemos manejar a los mirones, a los medios noticiosos y los parientes?
 ¿Qué auxilio podemos obtener del personal local para cumplir con la ley, los medios noticiosos y otras
personas?
 ¿Cuál es la mejor forma de utilizar lo aprendido por la experiencia para aprovechar los aspectos positivos y
llevar al mínimo los negativos y las deficiencias?

El capítulo presente brinda orientación a enfermeras, médicos y personal administrativo en torno a la


planificación de desastres internos y otros aspectos administrativos de incidentes con saldo masivo de
víctimas. El objetivo principal es preparar a las enfermeras y al resto del personal médico para atender y
ocuparse de los aspectos administrativos del auxilio a víctimas, a sus seres queridos y parientes y al público
en el sitio de la catástrofe y en la institución destinada al tratamiento. El capitulo 13 se ocupó de la
planificación a nivel comunitario en las necesidades administrativas; también destinó páginas a los aspectos
regionales, recursos comunitarios y necesidades de planes coordinados e integrados contra desastre para toda
la comunidad en que se halla el hospital. No obstante, este capitulo se ocupa de todos estos aspectos a nivel
individual (como el plan básico contra desastres de una institución, los requerimientos del estuche para
incidentes con saldo masivo de víctimas y los métodos rápidos para la atención inmediata de los lesionados),
que intervienen en los preparativos para que la institución afronte la atención del MASSCAL. Sea cual fuera
el nivel, una consideración general precede a toda planificación contra desastre y para auxilio de gran
número de víctimas la necesidad de estar bien preparado. Los desastres y situaciones con saldo masivo de
damnificados ocurren rápidamente y muchas veces sin signos premonitorios. Las comunidades deben estar
preparadas para afrontar su acaecimiento a cualquier hora del día.

Planificación de las medidas contra desastres (P1)

En la obra de Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas hay un encuentro delicioso entre la
protagonista y el gato de Cheshire que destaca vívidamente la necesidad de entender los requerimientos y las
presuposiciones para la planificación. Alicia se pierde durante su viaje por el país mencionado hasta llegar
ante el gato de Cheshire, quien le pregunta "¿A dónde vas por aquí?", y el gato le contesta: "Eso depende
absolutamente de a dónde desees ir". Al confesar Alicia que no sabe a dónde quiere ir, el gato le contesta:
"entonces importa muy poco el camino que tú tomes".

Conocimiento de las necesidades

Sin el conocimiento de las necesidades y de la planificación adecuada de los desastres o de incidentes con
saldo masivo de víctimas, las enfermeras y las organizaciones de auxilio estarían tan desorientadas como
Alicia. De ser así, el personal reaccionaria constantemente a situaciones como la que afrontó Alicia y nunca
se hallarían en la postura proactiva que deben adoptar. Es importante que todas las instituciones que buscan
conocer las condiciones básicas para auxiliar en un incidente con saldo masivo de víctimas presten atención
a diversos factores, los cuales pueden resumirse en tres planteamientos.

1 ¿Qué tipo de desastres podría afrontar con mayor frecuencia una institución?
2. ¿Cuáles son las normas de la Comisión Mixta de Acreditación de Hospitales (JCAH) para planificación
en desastres, y cuáles son las de los organismos estatales o de otro tipo a las que debemos supeditarnos?
3. ¿Cuáles son las capacidades y responsabilidades de la institución a la que pertenezco?

Toda definición de las normas de auxilio que se base en los tipos de desastre más comunes que debe atender
una institución necesita, en primer lugar, tomar en consideración características metereológicas singulares
(inundaciones, tornados o huracanes) que pueden asolar ciertas áreas geográficas. Por ejemplo, durante el
huracán Frederic, los hospitales desde Mississippi hasta Florida en el Golfo de México, reunieron
tempranamente a su personal, dieron de alta y evacuaron a algunos pacientes, colocaron al resto en pasillos y
habitaciones protegidas y aumentaron sus depósitos y abastos en la medida de lo posible. A pesar de que el
huracán avanzo a 130 millas por hora, tales acciones protegieron de todo daño a los pacientes y al personal
médico.1 Hay que considerar también cualquier industria peligrosa potencialmente, que se encuentre en el
área de pacientes de la institución (plantas químicas, fábricas de municiones). El desastre en la planta
atómica de Isla de Three Miles Island en Pensylvania (al igualarse el huracán Frederic) destaco la necesidad
de planes de evacuación de hospitales y de los planes contra desastres. Un factor que hay que tomar en
consideración es la presencia cercana de grandes terminales de transporte, como aeropuertos y muelles, en
que los accidentes puedan generar gran número de heridos. Por último, hay que conocer el lugar destinado a
albergar pacientes, en que pueden reunirse grupos de personas. Por ejemplo en Estados Unidos, varios
estadios grandes con cúpula se han derrumbado como consecuencia de toneladas de peso acumulado. Por
fortuna ninguno tenía personas en su interior y ello no ocasionó accidentes con saldo masivo de heridos,
aunque tal posibilidad persiste. Las condiciones de la JCAH para planificación en desastres son globales.
Exige al hospital miembro que cuente con un plan estricto para la atención oportuna de las víctimas que se
produzcan por desastres externos e internos; el hospital, entretanto, debe mostrar que ha llevado a la práctica
tales planes en forma de "ensayos" y simulacros.2 De manera especifica, las condiciones de JCAH para
planes contra desastres externos siguen estas pautas:2

 El plan debe ser "ensayado" (en simulacros) cuando menos dos veces al año
 Debe haber evidencias de ello y un esfuerzo concertado por coordinar el plan con las actividades de los
servicios de emergencia locales (Véase el Capitulo 12).

Las condiciones para hacer un plan contra desastres internos son las siguientes:

 El plan debe cubrir todo lo referente a desastres internos, como incendios, explosiones, amenazas de
bombazos y disturbios civiles
 El plan debe ser distribuido a todo el personal hospitalario y publicado en tableros en las estaciones de
enfermería y en otras áreas
 El plan debe ser "ensayado" es decir llevado a la práctica a manera de simulacro cuando menos cada
cuatro meses para cada "turno" (no menos de 12 "simulacros")

La Comisión Mixta de Acreditación de Hospitales exige todavía más que los simulacros externos e internos
sean lo mas reales posibles; que participen médicos, enfermeras y personal administrativo; valiéndose de un
sistema eficaz para notificar y asignar personal; y que se haya concluido con un comunicado escrito que
señale la evaluación final de cada simulacro y las medidas correctivas recomendadas

Lo que importa, sin embargo, es que toda institución que intente conocer las necesidades que le imponga un
desastre debe analizar sus capacidades y responsabilidades. El plan se basará en la capacidad de la
institución, que puede variar desde primeros auxilios hasta el tratamiento más complejo de traumatismos por
choque. Sin embargo, si no cuenta con fondos suficientes un hospital no puede prepararse de manera segura
y real para afrontar cualquier tipo de desastres. Por esa causa, el proceso de planificación entraña algunas
carencias y compensaciones. La institución también tiene la responsabilidad de informar a la comunidad
(policía local, escuadrones de rescate y otras) de sus posibilidades y limitaciones en las medidas de auxilio
en calamidades.

Consideración de supuestos
Cuando una persona tiene amplio conocimiento de las necesidades para la planificación contra desastres
seria prudente formular supuestos que determinen la atención de incidentes con saldo masivo de víctimas. El
Recuadro 14-2 ilustra algunos supuestos básicos que suelen aplicarse en la situaciones mencionadas o en
otras catástrofes. Es importante que el operador las recuerde (al igual que supuestos válidos para el hospital
en que trabaja la enfermera) durante el proceso de planificación3)

Definición del concepto de Operaciones

Es importante considerar algunos de los aspectos principales de la forma en que la institución intervendrá en
situaciones de desastre. Entre los principales puntos por considerar están:

 ¿Cuál será la cadena de mando en la atención de desastres, esto es, quién dará las órdenes de poner en la
práctica el plan?
 ¿Cuál será el grado de expansión del hospital durante la situación catastrófica?
 ¿Existen zonas adicionales y camas que puedan ser aprovechadas rápidamente para acomodar a un número
adicional de heridos?
 ¿Qué técnicas de notificación y alerta se llevarán a la práctica para asegurar que el personal médico recibe
inmediatamente el aviso de que ha ocurrido un desastre?
 ¿En qué forma podrá lograrse conservar los recursos del personal. Muchas instituciones automáticamente
revierten las rondas de doce horas o retienen al personal del turno que está a punto de salir si el desastre se
produce cerca de la hora de salida (a fin de contar con personal de manera continua durante todo el tiempo
que dure la emergencia)?
 ¿Qué medidas de seguridad se emplearán y por parte de quién (para llevar al mínimo la presencia de
personas y vehículos no autorizados en los sitios del desastre y de tratamiento?
 ¿Qué medidas de seguridad se tomarán para disminuir el peligro de desastres internos (como seria empleos
de guardias de seguridad, insignias o gafetes para identificar a todos los empleados del personal, pases para
visitantes, control de paquetes)?
 ¿En qué forma se evacuará al hospital en caso de un desastre interno o externo como sería el derrame de
una sustancia química, un tornado o una inundación?
 ¿El concepto de operación para evacuación del hospital debe incluir seguridad de pacientes. transporte,
memorandos de conocimientos MOUS (con la institución receptora y la comunidad para contar con
personal, vehículos, alimentos y refugios adicionales?
 ¿En qué punto estará situado el Centro de Información Centralizado para el público y quién será el
representante del hospital encargado de proporcionar las noticias?
 ¿En qué forma el personal recibirá preparación para desempeñar sus tareas asignadas?
 ¿En qué forma estará informado el personal respecto al sitio de los abastos preubicados y materiales para
la atención del número masivo de víctimas.

RECUADRO 14 - 2 Suposiciones comunes respecto a MASSCAL o situaciones de desastre

1. Los desastres que originan MASSCALs ocurren con una mínima o mala advertencia.

2. El peligro de una calamidad con MASSCALs aumenta a medida que se concentra más la población.

3. Pueden presentarse algunos disturbios en las comunicaciones, las instalaciones o los medios de transporte.
Por tanto, resultan necesarios los medios alternativos planeados con anterioridad, ya sea para la notificación o
para el manejo de operaciones.

4. Las actividades normales de un hospital pueden verse afectadas tanto en una situación de desastre interna
como en una externa.

5. Puede requerirse de un control de tránsito externo e interno, de seguridad interna y de un centro de


información al público.
6. Los primeros heridos de un desastre externo que llegan a una institución hospitalaria, ingresan a ésta una
hora después de ocurrida una tragedia real.

7. La planeación y la realización de simulacros para situaciones MASSCAL preparan a 1a institución para


responder mejor a un incidente real

La planificación como un esfuerzo multidisciplinario con base normativa

Una institución pocas veces tiene un plan eficaz contra desastres, sin el apoyo de la coordinación o el alto
mando. A lo largo de este libro, se ha destacado el concepto del "personal médico" como criterio para
planificar acciones contra desastres. Cuanto más intervenga cada disciplina en la planificación dentro de una
organización mejor resultara el plan. Tal enfoque para la planificación obliga a contar con un plan central
que destaque el concepto principal de operaciones y cadena de mando, es decir un plan que defina la política
institucional para responder a situaciones MASSCAL. El plan debe ser un documento breve y de fácil
lectura que pueda orientar a todos los empleados nuevos. Los servicios, departamentos u otros niveles deben
crear planes secundarios para cubrir los aspectos operacionales en sus respectivas actividades contra
desastres. Estos planes secundarios deben ser más detallados que el central, pero sin perder la claridad. Los
mejores planes secundarios parecen estar escritos en un estilo directo y sencillo, casi como recetas de cocina.
Se utilizan allí listas de revisión y recordatorio, que se ocupan punto por punto (función) de lo que es
necesario a nivel departamental de servicio o de actividad para asegurar que la unidad actúa de manera
ordenada y eficaz en una catástrofe.

Organización de un Centro de Operaciones de Emergencia

El Centro de Operaciones de Emergencia (EOC, por sus siglas en inglés), del hospital debe establecerse y
ponerse en marcha junto con el Plan Contra Desastres.

Su función es actuar como elemento de mando y control.4 El personal del EOC es designado a discreción del
hospital pero puede incluir a la directora del servicio de enfermería, al director de los servicios médicos de
emergencia, al administrador hospitalario (asistente) y al director de información pública.

El EOC debe tener un mando médico unificado al que acceda constantemente información y que esté
actualizado por medios electrónicos y mensajeros personales. Las actividades características de tal centro
comprenden:

 conservar la información respecto de inventarios críticos de abastos


 conservar el censo de camas, o "contabilidad" de pacientes, y el número de camas disponibles
 conservar el libro de entradas y salidas del quirófano (en horas y tipo de operación)
 conservar información sobre la capacidad médica (pérdidas o ganancias de la capacidad de especialidades
por personal o equipo
 preparación de la información al público y noticias a los medios informativos
 forma de relacionarse y atender a periodistas y representantes de otros medios de comunicación

Publicación del plan contra desastres (P2)

Sencillez del Plan

Según una anécdota, Napoleón tenía como ayudante a un simplón (a veces llamado su idiota) cuya única
tarea era ser la primera persona que recibía todas las ordenes militares antes de ser enviadas por la cadena de
mando. Si él no entendía una orden, ésta no se propagaba; inclusive se le modificaba o redactaba en otra
forma hasta que el tonto pudiera entenderla.
Hay mucho por decir de la utilidad de que el plan contra desastres sea redactado de manera sencilla. Un plan
de mil páginas que se ocupe de todas las circunstancias concebibles seguramente no será leído y redundará
en perjuicio del hospital. Una de las condiciones de la buena planificación es asegurar que el plan sea
inteligible, general y práctico. Los encargados de las auditorías hospitalarias rápidamente detectan cuando
un plan es viable, o si es simplemente decorativo, es decir, que está hecho para despertar la mejor impresión
en el momento oportuno.

Creación del Plan del Hospital

La enfermera lectora ha llegado al punto, en el proceso de planificación, en que conoce sus necesidades,
tiene una idea adecuada de las suposiciones y entiende el concepto en que estarán las operaciones y el valor
de la sencillez. ¿Qué factor queda por considerar antes de plasmar por escrito el plan? Un aspecto que
merece consideración es acercarse a otros hospitales semejantes y pedir copias de sus planes contra
desastres. Muchos de ellos tienen la mejor disposición para compartirlos y de hecho se sienten orgullosos de
sus esfuerzos en este sentido. Sin duda los planes de hospitales de tamaño y sitio semejantes deben estimular
el análisis y la reflexión, despertar ideas nuevas y ampliar el horizonte para el proceso de planificación.
(Véase también el Capitulo 4.)

Formas de crear técnicas de notificación

Uno de los planes secundarios del plan central debe comprender las técnicas con que cuenta la institución
para alertar y avisar al personal. La razón para que este plan secundario esté inmediatamente después del
central, es la necesidad de revisar y actualizar constantemente en los directorios de alertamiento y
notificación. Números telefónicos, personal y direcciones cambian incluso en el entorno laboral más estable.
Es necesario cotejar a nivel departamental, de servicio o actividad cuando menos cada tres meses, los
directorios de alertamiento y notificación para asegurar que son exactos.

Las técnicas de alertamiento y aviso del personal durante horas laborales y después de este lapso, deben
definir los planes y responsabilidades del hospital. El plan como mínimo debe cubrir los siguientes aspectos:

 instrucciones de autentificación para el miembro del personal que recibe la alerta inicial de un desastre,
para luego transmitirla al hospital
 la importancia de registrar el nombre y el número telefónico del informante
 la importancia de investigar en mayor detalle los aspectos, el sitio, la forma y el momento en que ocurra el
desastre
 la importancia de recabar la mayor información posible en torno al número y naturaleza de las víctimas
 la importancia de verificar la información telefónica inicial por medio de llamadas de corroboración a la
fuente de información (La mayor parte de las falsas alarmas telefónicas suelen ser hechas a instituciones
poco expertas; es la que se refiere a las bombas.)
 la importancia de trasmitir rápidamente la información a la persona autorizada para activar los métodos de
alerta y el plan de desastre
 la importancia de avisar rápidamente al personal clave por medio de directorios

Es muy recomendable utilizar directorios telefónicos idóneos para alertar al personal clave, en especial
durante las horas laborales. Muchas instituciones utilizan tales directorios, y el formato más difundido es el
del directorio "en cascada" (Fig. 14-1). La ventaja del alertamiento en cascada es que, utilizándolo de
manera adecuada, permite la transmisión rápida de información a un gran numero de personas. En el
ejemplo, Jones inicia el proceso de alertamiento llamando a Slever y McKnight, quienes a su vez alertan a
dos personas más. Se ha llamado este proceso efecto en cascada porque cada persona nueva inicia otras
cadenas de información.
FIGURA 14-1 Muestra de un rol para llamadas de alerta (formato en cascada)

Para asegurar que un directorio funciona adecuadamente, deben seguirse tres normas básicas:

1. Es necesario no romper la cadena. Si es imposible comunicarse con una persona que debe recibir la
alerta, el informante debe establecer contacto con la siguiente persona en jerarquía. Él le señalará el nombre
de la persona a la que no pudo avisar para pasar esta información a toda la cadena y que, por último, vuelva
al punto de origen. Por ejemplo, Slever, que no pudo hacer contacto con Rover, llama a Armstrong y le
transmite el mensaje de alerta, y también se le avisa a Armstrong que transmita la información de que no se
pudo avisar a Rover (véase la Figura 14-1).
2. El punto de origen completa el proceso de alertamiento. Una vez terminado el proceso, la persona de
la cual partió el mensaje de alerta debe ser la última con quien las demás hagan contacto. Por ejemplo, Jones
inicia el proceso de aterramiento al entrar en contacto con Slever y McKnight. Al terminar el proceso Jones
debe recibir llamadas de Armstrong, Rodney, Duffel y Riley, quienes le indicarán que se ha llevado a buen
término el proceso. Jones también debe recibir información de la última persona en cada cadena con,
respecto a cualquiera de los miembros que no pudo ser avisado (véase Fig. 141)
3. La práctica frecuente conduce a la perfección. Los directorios de alertamiento deben estar al corriente
y cada miembro conservar una copia de él, en su hogar para asegurar una respuesta inmediata.

Planes secundarios funcionales e individuales

Una de las ventajas de un plan centralizado contra desastres, con planes secundarios individuales y
funcionales al nivel de cada departamento, servicio o actividad es la participación de toda la organización en
el proceso de planificación. En la misma forma que la coordinación al nivel de alto mando debe intervenir
en el plan central, también cada jefe de departamento, servicio y actividad debe involucrarse con sus anexos
respectivos del plan central. Estos planes secundarios deben cubrir aspectos de organización y
funcionamiento de la operación en cualquier tipo de desastre externo o interno.
El número de planes secundarios o (subplanes) varía de una institución a otra, y depende en parte de la
organización del hospital. Sin embargo, el mínimo común es separar en anexos los de áreas funcionales de
mando, administración, servicios profesionales, enfermería, radiología, patología, farmacia, abastos y
servicios, administración y servicio de alimentación del hospital. De manera similar los subplanes se
estructuran era diversos formatos pues no hay una sola forma estandarizada para estructurarlos.

A pesar de todo lo dicho una prueba adecuada para saber si el subplan de enfermería es satisfactorio, es
plantearse la pregunta siguiente: ¿el anexo detalla y contesta planteamientos como el quién, qué, cuándo,
dónde, por qué y cómo de las actividades de enfermería?

Dotación de Personal para el Plan Central y los Subplanes

El personal perteneciente a los subplanes individuales debe provenir de los departamentos, servicios o
niveles de actividad que intervengan en las maniobras de auxilio. Obviamente, existe ya gran
interdependencia entre dichos elementos en la vida diaria, pero esta situación se intensifica y ahonda en
grado sumo durante un desastre. En suma, los subplanes deben ampliar y mejorar el aspecto básico del plan
central.

Es importante también la coordinación del plan contra desastres con oficinas comunitarias externas como
otros hospitales dentro del grupo humano, autoridades encargadas de cumplir la ley, departamentos de
bomberos y autoridades de la defensa civil. Es necesario solicitar a todas estas organizaciones comentarios y
sugerencias. Tal intento de coordinación por lo común genera excelentes resultados, ya que la coordinación
externa del plan propicia el diálogo entre la institución médica y otras organizaciones e instituciones
comunitarias con las cuales habrá que colaborar en un desastre. Aún más, la revisión mutua de los planes
incrementa las posibilidad de detectar y corregir cualquier deficiencia. El resultado final será el
mejoramiento de los planes y subplanes.

Preubicar abastos y materiales (P3)

La naturaleza misma de un incidente con saldo masivo de víctimas o una catástrofe perturba las tareas
administrativas y logísticas diarias. El número de pacientes y la intensidad de su tratamiento obliga a
ampliar el apoyo logístico y, por tal razón, es necesario abreviar o condensar algunas técnicas
administrativas (como sería el procesamiento de registros y de historias clínicas al igual que la auditoría en
torno al número de miembros del personal o de propiedades). En estos casos se advierte que conviene
prestar consideración cuidadosa a la identificación del tipo y volúmenes de abastos, formas y equipo
necesarios, así como éstos y saber si pueden preubicarse y el sitio para tal maniobra. La institución debe
asegurar la disponibilidad inmediata de abastos y equipo básico y adecuado así como de materiales médicos
y apoyo esenciales.

Ubicación, Seguridad y Rotación de Abastos en los Depósitos

Es importante elaborar listas de identificación de los abastos y equipo necesario, las cantidades requeridas y
las ubicaciones en que están almacenados y conservados. El equipo y los abastos que pueden estar
empacados e incorporados en estuches o cajas deben quedar preubicados, por lo que es necesario brindar
servicios de mantenimiento en la medida de lo posible en el sitio previsto de trabajo. Los artículos y su
ubicación deben ser identificados en el plan o en los subplanes junto con las necesidades de mantenimiento e
inventario. Las listas de empacado deben integrarse y conservarse con los estuches o cajas en el área de
almacenamiento, y establecer procedimientos para asegurar que cada determinado tiempo se hagan
revisiones e inventarios periódicos y se deje constancia escrita. El estuche debe tener una etiqueta visible.
Procedimientos de Emergencia/únicamente MASSCAL. Los abastos y el equipo preubicados se utilizarán
sólo en apoyo de verdaderas técnicas de emergencia, y no como un método cómodo y temporal para
reabastecimiento rutinario. Sin embargo, el subplan debe definir la identidad del material que debe rotarse
para asegurar la integridad de los productos y sus fechas de caducidad.

Documentos y Registros
Además de la preubicación de los abastos y el equipo médico puede ahorrarse tiempo y mejorarse la
eficiencia si se emplean registros clínicos preensamblados y ubicados en formas afines y documentos para
efectos de contabilidad de pacientes y personal. Para acelerar y abreviar los registros y las técnicas de
documentación médicas, habrá que considerar la creación de un registro médico abreviado y preensamblado
para desastres. También hay que tomar en consideración el empleo de paquetes preensamblados y
preubicados de tipo MASSCAL que contengan las historias clínicas y otras formas administativas
almacenadas en un baúl o en un gabinete bajo.

La figura 14-2 indica los materiales recomendados y necesarios en los sitios de selección y tratamiento
mayores. Una copia del plan de desastre y el subplan correspondiente deben ser colocados en un protector de
documentos o cubierta marbetada en la tapa interior de la caja o baúl. Es importante contar con un número
suficiente de paquetes MASSCAL para cada paciente a fin de cubrir el número previsto máximo de víctimas
por recibir o tratar. Conviene colocar un numero seriado a cada paquete, el cual convertiría en número el de
registro y contabilidad de cada víctima Conviene registrar dicho número en el exterior del paquete y en cada
articulo que contenga. Es importante reservar y destinar para incidentes con saldo masivo de víctimas una
libreta con los números de registro. Una gran bolsa de papel servirá como receptáculo de cada paquete
prenumerado y como sitio para guardar los efectos y ropas personales de cada víctima.
FIGURA 14-2 Contenido de un estuche para MASSCAL
En el paquete también conviene incluir la pulsera de identificación del paciente; hay que marcar allí el
número de registro y destacarla con algún color vivo. La identificación por color facilita la diferenciación
entre pacientes ya admitidos y "contados", así como los que son hospitalizados durante el desastre. En
algunos casos, es imposible colocar la pulsera por limitaciones de tiempo, la naturaleza de la lesión, por el
hecho de no contar con ella o porque simplemente se perdió. En tales casos el operador escribirá el número
de registro con un marcador quirúrgico directamente en la frente o en una área o zona en que pueda
advertirse fácilmente (el marcador quirúrgico es el dispositivo más indicado, ya que todo lo que con él se
escribe puede leerse fácilmente sin importar el color de la piel). Sin embargo, la pulsera o una tarjeta
médica de emergencia nunca se colocará en la camilla, pues al ser quitado el paciente de ella se pierde su
vínculo de identificación. Aún más, si se usa otra vez la camilla teniendo colocada la pulsera o la tarjeta del
anterior paciente, puede identificarse de manera errónea a la siguiente víctima.

En el sobre de registro en desastres debe colocarse un fólder o cartapacio estándar de papel manila
prenumerado, o bien cualquier otro registro médico adecuado. El cartapacio de papel manila sencillo tiene la
ventaja adicional de que se puede imprimir directamente en su parte frontal la copia al carbón de la forma de
admisión; así se mejora la contabilidad y puede haber cotejo entre el paciente y su historia clínica en el caso
de haberse separado ambos.

La forma de admisión hospitalaria estándar a veces se usa en situaciones de desastre para impedir
duplicación de esfuerzos. Si se utiliza, habrá que registrar en ella el mínimo de información requerida de la
víctima para beneficio de encargados de la selección en las admisiones.

Conviene que el operador elabore tres copias de las formas de admisión. El original permanece en el paquete
de desastre y éste con el paciente. Las dos copias se distribuyen de tal forma que una quede en el área de
selección o tratamiento y la otra para un mensajero que la lleve a la oficina principal de admisión o al centro
operacional de emergencias

El resto del contenido del paquete de registro dependerá de la decisión del personal combinado del hospital;
sin embargo conviene que no haya profusión innecesaria de hojas y papeles. Las formas pueden preubicarse
en el área de tratamiento de selección. Los tipos de forma que conviene considerar para inclusión y uso son:

 una hoja abreviada para documentación de la asistencia (muchas de las instituciones federales emplean una
forma estandarizada que permite incluir órdenes de los médicos, notas de enfermeras y de evolución, la hoja
con rayado milimétrico para temperatura, presión, y frecuencia cardiaca y el resumen para "alta").
 formas para ordenes de medicamentos y prescriptos por el médico
 forma de laboratorio para química sanguínea, estudios hematológicos, orina, y otros
 formas para transfusión
 formas de consentimiento con conocimiento
 formas de solicitud de estudios radiográficos
 formas de inventario para documentar las pertenencias, dinero, y ropas del paciente

También hay que incluir en el paquete para uso en la zona de tratamiento un sobre de plástico con la hoja
clínica del paciente, sobre la cual debe ir impreso el número de registro correspondiente a la atención en el
desastre. Para facilitar estos procesos, también hay que incluir "paquetes" en el arcón de personas fallecidas,
o bien estuches que pueden preensamblarse y conservarse en el depósito de cadáveres. Otros materiales
recomendados incluyen los empleados para labores administrativas como formas adicionales en blanco,
plumas, lápices y marcadores quirúrgicos. Conviene preubicados dentro de los estuches o arcones
MASSCAL o a un lado de éstos.

El hecho de contar durante una emergencia con los estuches o cajas MASSCAL perfectamente construidos y
preubicados ahorra tiempo para los procesos administrativos y mejora la "contabilidad" en la atención a las
víctimas.

Practica del plan (P4)


Los preparativos contra desastres no necesariamente son "ramificaciones" de un plan perfectamente
diseñado y elaborado. El plan no es garantía de que la respuesta se haga de manera ordenada y eficaz ante
todos los aspectos del desastre. Es importante que personal competente y fiable del hospital conozca,
entienda y coordine dicho plan. Una vez ocurrido el desastre, no hay tiempo para aprender nuevos
procedimientos o llevar a la práctica series de maniobras no probadas con anterioridad.

La clave para la planificación eficaz contra desastres es considerar este proceso como un ciclo de hechos
dinámico y continuo3 es decir: análisis de discusión, a su vez seguido de "prueba", después análisis de
problemas, comentario de los métodos para mejorarlos, revisión del plan documentado, práctica y "prueba"
del plan revisado, y así sucesivamente (Fig. 14-3). El ciclo de hechos debe continuar de tal forma que
observe el mismo ritmo que los cambios de personal, necesidades de procedimientos, automatización y otros
progresos tecnológicos.

Simulacros del gran Plan versus Planes en Pequeña Escala

El plan global hospitalario contra desastres es una estructura multidisciplinaria y compleja de acciones y
esferas de influencia separadas, concurrentes en ciertos renglones. El plan central debe ser sancionado con
simulacros o desastres reales de tal magnitud, que convierta todos los procedimientos rutinarios ineficaces.
Dicho "ensayo" es necesario y útil según las necesidades de la Comisión Mixta de Acreditación de
Hospitales (aunque puede interrumpir la atención médica y la asistencia cotidiana.5 Los simulacros
prematuros que abarque todo el hospital también pueden insidir en el espíritu de servicio y en la confianza,
ocasionan conflictos innecesarios. Es posible que no se logre buen éxito con el plan global, por lo que
convendrá no probarlo hasta que se haya corroborado la eficacia de las partes interdependientes (subplanes).
El personal debe estar familiarizado con sus tareas e intervenciones individuales y con la de personas de las
que dependen o tienen interrelación con sus actividades. Para satisfacer mejor esta necesidad, pueden
efectuarse simulacros o ensayos de manera informal y después formal, realizados de manera interna en el
departamento. Los simulacros y ensayos deben programarse para todos los grupos de trabajo.

FIGURA 14-3 La planeación de un desastre vista como un ciclo dinámico

En la misma medida en que hay interrelación directa en las actividades de miembros individuales del
personal también la hay en las actividades de las secciones y departamentos del hospital. La siguientes fase
son los simulacros y ensayos interdepartamentales, para culminar así en un ensayo que abarque todo el
hospital. Tales simulacros de ensayos identifican redundancias y eficiencias en áreas de responsabilidad,
amplían las perspectivas del personal e infunden confianza en el seno de la instalación.
El objetivo de la planificación contra desastres es permitir al hospital que afronte una calamidad en gran
escala que genera víctimas sin alerta previa o con pocos avisos; empero, muchas instituciones conceden
demasiada importancia a los simulacros no anunciados a gran escala. Es importante "probar" la capacidad de
todo el hospital para alertamiento y respuesta rápida a un desastre; no obstante, tal requerimiento suele
satisfacerse mediante llamadas a menor escala y alertas telefónicas, para detectar así las deficiencias en las
cadenas de notificación, los esquemas de trabajo y el equipo de comunicaciones.

Los simulacros o ensayos programados o previstos suelen despertar gran interés, así como participación
vertical y horizontal del personal, al mismo tiempo que sirve de entrenamiento. Sin embargo, se necesita
informar al personal que una de las fases previstas es la revisión del plan, y que son ellos los encargados de
su práctica. La participación comunitaria también es deseable y conviene inculcarla en los ensayos y
simulacros a mayor escala.

Estimación final y crítica

El ciclo dinámico y continuo de hechos (véase la figura 14-3) exige identificar las áreas problemáticas, y el
análisis ulterior de las soluciones propuestas y revisiones al plan contra desastre; por tal motivo sea cual
fuere la escala o magnitud del simulacro de ensayo, éste debe abarcar formas de estimación y critica. La
creación de listas de verificación, cuestionarios y otras formas para análisis es indispensable para tales
tareas. En la medida de lo posible, también hay que incluir comparación con estándares establecidos y el
empleo de la evaluación externa. Entre las personas que pueden hacer una estimación externa de gran
calidad están bomberos, policía y personal de enfermería y administrativo de otros hospitales en la zona.

Todo ensayo o simulacro debe ir seguido de una sesión de critica formal que se ocupe de la adecuación del
plan, sus puntos fuertes y débiles, y las enseñanzas obtenidas. Nunca deberá permitirse que la sesión se torne
conflictiva a causa de recriminaciones, sino más bien concentrarse en hechos, acciones y formas de mejorar
el esquema de auxilio. Es importante valorar lo ocurrido, las razones y factores causales cuando ha
transcurrido poco tiempo desde el ensayo, y todo está fresco en la mente de los participantes y puede
recordarse con toda exactitud.

Prácticas para ahorrar recursos

La práctica del plan (P4) no debe malgastar innecesariamente el tiempo precioso y los recursos del personal
(Recuadro 14-3). Una forma adecuada de llevarla a cabo es utilizar videocintas magnéticas hechas
localmente. Éstas no deberán durar más de 15 minutos, y pueden basarse ya sea de manera secuencial o
departamental. La cinta puede correr continuamente en el restaurante o cafetería a lo largo del día o a las
horas de comidas. Asimismo, estas películas pueden servir para proporcionar educación interna, o bien,
pueden ser proyectadas en salas de espera y en sitios de trabajo especiales.

Evaluación de ejecución

En el capitulo 12 se proporciona una guía detallada para estimaciones de ejecución. Por lo general, las
evaluaciones deben ser realizadas antes de completar cualquier ejercicio. El cuestionario que suele exigirse
debe ser conducido por personal clave en la terminación del ejercicio o del MASSCAL real. Por lo demás,
los jefes de actividades designados deben entregar reportes escritos una vez concluido el ejercicio o el
desastre. Tales reportes escritos una vez concluido el ejercicio o el desastre deben servir como base para la
elaboración de un informe a nivel de institución. Los motivos principales para la creación de reportes son los
siguientes:

 Sirven para la formación de una base de documentación formal de los ejercicios de simulacro y los
acontecimientos reales de MASSCAL.
 Permiten la revisión, reevaluación y actualización, al igual que cambios en el plan y subplanes de desastre
según se les requiera.
 Sirven como los mejores medios posibles para identificar las acciones correctivas donde sea necesario.
 Permiten que se evalúen las dimensiones de toda la operación o acontecimiento.
RECUADRO 14-3 Prácticas para ahorrar recursos en los planes contra desastres

 Sesiones de exhibición en el comedor


 Sesiones de exhibición en el sitio detrabajo y área de espera escogidos
 Sesiones para enseñanza interna
 Posibilidad de disponer de la video cinta (cintas video magnética) de la biblioteca para ser vista en el hogar
o dentro de un departamento de trabajo

Sesiones obligatorias de actualización


Ejercicios prácticos en el hogar y pruebas programadas según el tiempo de cada persona
Cuestionario sobre preparativos contra desastres
Recordatorios trimestrales de preparativos contra desastres
Adiestramiento antes de contratación laboral

Resumen

Por lo general, se considera a la planeación como una de las partes más importantes de la administración. La
planeación para desastres, pues, por su misma definición, adopta una trascendencia aún mayor. Es un
imperativo que la enfermería moderna no puede dejar de considerar.

Un enfoque multidisciplinario, con amplia participación y una conducción adecuada, puede contribuir en
mucho a lograr una planeación eficiente contra desastres, debe ser dinámica, y nunca deberá considerarse al
plan escrito como definitivamente terminado. La consideración de un marco referencial para un desastre
simple, como las cinco p, contribuye a lograr concentrarse en el ciclo continuo de acontecimientos necesario
para asegurar la efectividad de los esfuerzos de preparación contra desastres. Una respuesta ordenada, bien
planeada y correctamente ensayada a cualquier situación de desastre constituye un logro al alcance de
cualquier comunidad, además de que casi no trastorna la actividad cotidiana de las instalaciones. No es
necesario siempre utilizar recursos valiosos. Lograr esa meta puede resultar profesionalmente alentador y
puede enriquecer en gran medida los servicios de las instalaciones para con la comunidad.

Referencias

1. Richards G. Focus on hospital preparedness When bad winds blow. Trastee, November 1979.

2. Accreditation Manual for Hospitals/85. Chicago, Joint Commission on Accreditation of Hospital, 1984.

3. Lansty GY. Disaster Planning for the worst. Healt Serv Manager, May 1982, pp. 1-3.

Katz IB, Pascarelli EF Planning and developing a community hospital disaster program. Emerg Med Serv,
September/October 1978, p. 70.

5. Williams DJ Major disasters Disaster planning in hospitals. Br J Hosp Med, October 1979, pp. 308-317.

Lecturas recomendadas

Cowley RA (ed) Mass Casualties A lessons Learned Approach Accidentes, Civil Unrest Natural Disaster,
Terrorism. Proceedings of the First International Assembly on Emergency Medical Services, Washington,
DC, US Dept of Transportation, 1982.

Keller El A realistic approach to disaster planning. Hosp Med Staff, May 1977, pp. 18-23. Schultz R,
Johnson AC Management of Hospitals. New York, McGraw-Hill Book Co., 1976. Seaver DJ Coping with
internal disaster is a hospital priority. Hospitals, July 16, 1977, pp. 167-172.
15. Implicaciones legales de la práctica asistencial en un desastre de grandes
proporciones
Marilyn M. Pesto, R.N., M.S.N., J.D.
A fin de que todos los recursos se concentren en los problemas médicos originados durante una
situación de desastre, las acciones de los encargados de proporcionar asistencia no deben verse
influidas por consideraciones legales negativas. No obstante, los aspectos legales que pueden
aplicarse a situaciones de desastre deben ser determinados y difundidos como parte de la planeación
y preparación contra calamidades. La ley hace especificaciones en cuanto a las circunstancias
especiales causadas por emergencias y desastres; empero, resulta difícil hacer generalizaciones. Por
lo demás, las leyes están sujetas a un proceso constante de modificación por nuevos estatutos y casos
específicos. La información presentada aquí debe servir como punto de partida para la determinación
de las limitaciones comunes y detalladas aplicables a una zona y circunstancia particulares. Deberá
recurrirse a una asesoría legal por parte de la autoridad local en todo lo referente a responsabilidad.
Definición de desastres
El primer problema que surge al exponer las implicaciones legales de la asistencia durante un
desastre es la precisión de las definiciones. Lo que en una terminología puede tener un sentido
médico o lego claro y preciso puede tener una connotación diferente en lo jurídico (o simplemente no
tenerla). De especial importancia es la diferencia entre la emergencia y el desastre. El diccionario
Webster define aquélla, como "una ocurrencia repentina y generalmente inesperada de circunstancias
que exigen acción inmediata", en tanto que un desastre es "cualquier acontecimiento que origina
daños considerables; infortunio inesperado o de proporciones serias".' Aunque todo desastre implica
un estado de emergencia, lo contrario no tiene que cumplirse por necesidad. Diveras organizaciones
médicas y de ayuda han definido el desastre en función de las causas y magnitud de éste. La Cruz
Roja Internacional lo entiende como "una situación catastrófica en la que las pautas cotidianas de la
vida sufren una merma inesperada y las personas, como consecuencia, se hallan en una situación de
desamparo y sufrimiento; de aquí se infiere la necesidad de protección, alimento, vestido, techo,
cuidados médicos y otros aspectos básicos del vivir".2 Rutherford propone una definición más
orientada a lo médico: "Un desastre menor es el que afecta al menos a 25 personas, o bien, al menos
10 pacientes que requieran internamiento en una institución hospitalaria; el desastre moderado es el
que comprende al menos a 100 personas o 50 pacientes hospitalizados; por último, el desastre mayor
es el que perjudica al menos a 1 000 personas". El sentido general que entrañan estas definiciones es
que el desastre se caracteriza por ser una situación de emergencia cuya magnitud excede los recursos
disponibles para controlar emergencias definidas como "normales".
En su sentido jurídico, tanto la emergencia como el desastre pueden tener significados muy
específicos, validos sólo en el contexto de un estatuto o jurisdicción específica. La Federal Disaster
Relief Act, al igual que la California Emergency Service Act, ilustran este aspecto. Aquella define el
desastre mayor como:
cualquier huracán, tornado, tormenta, inundación, desbordamiento, tifón, maremoto,
terremoto, erupción volcánica, deslizamiento terrestre y de fango, tormenta de nieve, sequía,
incendio, explosión o catástrofe en cualquier parte del país que, a juicio del ciudadano
Presidente, ocasione daños de tal severidad y magnitud, que resulte necesario proporcionar
asistencia especial..., para auxiliar con los esfuerzos y recursos disponibles del Estado,
gobiernos locales y organizaciones especializadas en mitigar los danos, pérdidas,
tribulaciones y sufrimientos ocasionados en consecuencia.4
Por su parte, la California Emergency Services Act concibe tres niveles de emergencias. La
emergencia local es una
existencia abiertamente declarada de condiciones desastrosas o de riesgo extremo para la
seguridad de las personas y de la propiedad dentro de los límites territoriales de un
municipio...o ciudad, ocasionada por fenómenos como contaminación del aire, fuego,
inundación, tormenta, epidemia, rebelión, sequía" privación severa y repentina de las fuentes
de energía, infestación en plantas o animales, enfermedad, terremoto u otras condiciones... las
cuales pueden hallarse fuera del control de los servicios, personal, equipo e instalaciones de
aquella subdivisión política, al punto que requiere los esfuerzos combinados de otras
subdivisiones políticas para imponer coto.5 El mismo estatuto define también el estado de
emergencia y el estado de emergencia bélica.
Como lo señala la Federal Disaster Relief Act, es importante observar que un desastre puede no ser
considerado como tal por la ley hasta ser proclamado oficialmente como desastre por las personas o
portavoz oficial adecuado. Tal proclamación puede tener implicaciones legales significativas. En
California, un médico, hospital y enfermera no pueden ser considerados como responsables (dentro
de ciertos limites) por actos ejecutados a petición de cualquier autoridad estatal o local durante una
emergencia formalmente declarada.6 Podrá observarse la falta de homogeneidad que priva entre los
estados en lo referente a las características de un desastre o la forma en que éste puede ser legalmente
reconocido. Esta información debe ser obtenido por las partes responsables de la creación del plan
contra desastres, revisada para destacar ciertos aspectos propios de la localidad, actualizada y
modificada de manera periódica.
Definición de las normas de la practica asistencial
No existe una ley que determine de manera especifica los alcances de la práctica asistencial en su
relación con las situaciones de desastre. Sin embargo, puede echarse mano de otras fuentes para
definir las directrices de las enfermeras que pueden formar parte de un grupo de auxilio en desastres,
o bien, que de manera inesperada sean requeridas para atender a las víctimas de una calamidad. Tales
pautas o directrices pueden derivarse de las siguientes fuentes:
 leyes que rigen la práctica asistencial
 opiniones de los procuradores generales
 acuerdos de asociaciones
 normas de organizaciones profesionales
 práctica y costumbres
 ley común
Leyes de la práctica asistencial en los estados
El código que se encuentra más a la mano para determinar tales pautas son las leyes estatales en
torno a la práctica asistencial. Sin embargo, el lenguaje empleado allí es tan general al punto de que
resulta vago, y no pocas veces ambiguo. Por ejemplo, la Missouri Nurse Practice Act7 establece que
la enfermería profesional es la ejecución, a cambio de una remuneración, que requiere
formación especializada sustancial, así como criterio y el dominio de procedimientos con
base en el conocimiento y la aplicación de principios derivados de las ciencias biológicas,
física, social y asistencial, incluyendo, pero no limitándose a:
(a) Responsabilidad por toda instrucción proporcionada en torno al cuidado de la salud, así
como por la prevención de enfermedades en la persona del paciente y la de los miembros de
su familia; o
(b) Evaluación, diagnóstico asistencial, cuidados y asesoría a personas enfermas, heridas o
con alteraciones en los procesos normales de la salud; o
(c) La administración de medicamentos y tratamientos tal y como son prescritos por una
persona licenciada para tal efecto; o
(d) La coordinación y asistencia en la ejecución de un plan de cuidados asistenciales en
colaboración con los miembros de un grupo asistencial y médico; o
(e) La instrucción y supervisión por parte de otras personas en la ejecución de cualquiera de
los anteriores.
Esta definición permite a las enfermeras realizar tareas no específicas (como evaluación,
coordinación e instrucción), si bien proscribe de su práctica toda diagnosis médica. No obstante, nos
sirve de muy poco para señalar lo que una enfermera puede hacer durante un desastre. Por ejemplo,
¿podría considerarse como diagnóstico la administración de una venoclisis IV en un paciente con
quemaduras de tercer grado? Las leyes no responden a tales interrogantes. Por lo demás, un vistazo a
las demás leyes que rigen la práctica asistencial revelan que ésta no se define sino en términos
demasiado generales, esto es, observación del paciente, registro de información y aplicación de las
órdenes de tratamiento emitidas por los médicos.8 Las legislaturas de algunos estados, como
Connecticut, han revisado esta clase de leyes y proporcionado a las enfermeras directrices más
claras. La Connecticut Nurse Practice Act otorga a la enfermera el derecho de diagnosticar, instruir,
referenciar y colaborar con otros profesionales al brindar servicios asistenciales.
Opiniones de los procuradores generales
Una segunda fuente de pautas la constituyen las opiniones de los procuradores general de los estados.
A menudo surgen interrogantes de tipo jurídico por las que los comités estatales de enfermeras no
pueden responder en sus facultades; es entonces que se recurre a la opinión del procurador general de
la entidad. Se ha dicho, a modo de critica a tales opiniones, que, en virtud de la naturaleza cambiante
del campo asistencial, la interpretación legal de las leyes de la práctica de la enfermería están muy a
la zaga de las realidades de la asistencia.
Acuerdos de asociaciones
La tercera fuente de directrices son los acuerdos de asociaciones. A diferencia de las opiniones del
procurador general, los acuerdos de asociaciones no son consideradas como opiniones jurídicas. No
obstante, estos acuerdos pueden servir como evidencia para las personas empeñadas en probar que
sus acciones se encuentran dentro de los alcances de su profesión. Dicho sea de otro modo, la
enfermera puede recurrir a los acuerdos realizados entre asociaciones profesionales de su
especialidad para demostrar que todo lo hecho estaba dentro de las normas aceptadas.
Normas de organizaciones profesionales
La cuarta fuente de pautas son las normas promulgadas por las organizaciones profesionales. Aunque
la American Nurses' Association no ha publicado ano los estándares de la asistencia durante
desastres, la División on Medical Surgical Nursing Practice, así como la Emergency Department
Nurses' Association han creado ciertas normas al respecto que señalan las áreas y destacan los
alcances de las actividades asistenciales.9 Debido a que los desastres suelen generar emergencias, y
las enfermeras de emergencias, a su vez, son llamadas a colaborar, convendrá familiarizarse con las
normas de asistencia para desastres.
Dichas normas señalan que "la extensión de la práctica de la enfermería de emergencias comprende
actividades que se dirigen a problemas de salud con diversos grados de complejidad. Los estados
fisiológicos o psicológicos rápidamente cambiantes pueden constituir una amenaza a la vida, por lo
que será necesario efectuar evaluaciones, intervenciones, verificaciones y cuidados de apoyo en estos
casos. El apoyo a la vida, la instrucción sanitaria y la referencia son unos cuantos entre los diversos
papeles y responsabilidades de la enfermera".9
La norma III de la American Nurses' Association para asistencia de emergencias9 conforma
algunas metas:
Las metas de los cuidados asistenciales de emergencias son la evaluación expedita del
problema que presenta la persona, así como la intervención definitiva apropiada, dentro de
los parámetros legales constituidos, dirigidos a la estabilización fisiológica y/o emocional. Si
tales metas son alcanzadas, la enfermera podrá observar los siguientes resultados:
(1) el estado fisiológico y/o emocional de la persona ha sido estabilizado
(2) la persona es remitida para un seguimiento apropiado
(3) la persona o parte responsable demuestra conocer la naturaleza y la importancia de dicho
seguimiento.
(4) la persona se halla libre de todo efecto colateral resultante de la intervención asistencial
proporcionada
Las siete normas destacadas por la American Nurses' Association para la asistencia durante
emergencias proporcionan tanto pautas como límites para la práctica asistencial en situaciones como
estas. Aunque se trata aquí de normas profesionales (no legales), sería difícil probar que la enfermera
que opera dentro de los límites de dichas normas no estaba ejerciendo con arreglo a límites legales.
Práctica y costumbres
La quinta fuente de pautas o directrices proviene de los usos y prácticas de enfermeras situadas en
situaciones similares. La enfermería profesional está sujeta a un proceso de cambio constante, por lo
que a nadie extrañará que las responsabilidades y deberes inherentes a esta práctica se incrementen.
Ciertas publicaciones especializadas mantienen a los miembros de la profesión al corriente de tales
cambios, papeles y responsabilidades. Por ejemplo, se han difundido los requerimientos y grados
académicos de la enfermera especializada en selección (recuadros 15-1 y 15-2). Las enfermeras que
se consideran capaces de ejecutar tareas de selección durante un desastre pueden reunir las
condiciones exigidas en las publicaciones.
RECUADRO 15-1 Requisitos de una enfermera de selección

La enfermera de selección debe:

 desempeñarse correctamente en situaciones de estrés;


 hacer evaluaciones precisas respecto de la atención de pacientes;
 tener un conocimiento dinámico de la operación interna del departamento de urgencia;
 conocer las normas intradepartamentales;
 tomar decisiones rápidas y firmes;
 tener convicciones firmes;
 tener capacidad adecuada de comunicación;
 ser capaz de brindar apoyo emocional a sus semejantes;
 tener capacidad de previsión;
 ser capaz de supervisar a otras personas;
 prestar enseñanza directa e inmediata;
 controlar el flujo de tránsito;
 tener capacidad para intervenir en crisis;
 tener conocimiento activo del sistema de unidades prehospitalarias;
 ser capaz de evitar conflictos y conservar la serenidad;
 representar al departamento de urgencias del hospital ante el público;
 auxiliar en planes de "alta";
 poder ejecutar la selección por teléfono;
 poder resolver problemas de comunicación con pacientes, como los que surgen con personas de afasia de
expresión, el sujeto intoxicado, los sordos y los que no hablan la misma lengua.

Fuente: Reproducido con autorización de Budassi S. Barber JM (eds): Emergency Nursing: Principles and
Practice. St. Louis. The CV Mosby Co.. 1981. p. 91.

RECUADRO 15-2 Características de la enfermera de selección

Para actuar como enfermera especializada en selección, se debe:

 contar con un título de enfermería valido, registrado a nivel estatal;


 tener certificado de enfermera especializada en atención intensiva en unidades móviles (en caso de existir
tal certificación);
 tener certificación en técnicas básicas cardiológicas para conservación de la vida y, de preferencia, en
técnicas avanzadas en este sentido;
 tener un mínimo de dos años de experiencia de enfermería en situaciones criticas, y unos seis meses cuando
menos de prestar servicios en el departamento de emergencias. Contar cuando menos con cuatro "turnos" de
entrenamiento del puesto de selección junto con una enfermera senior especializada en esta tarea;
 contar cuando menos tres valoraciones en el puesto y las tareas de selección.

Fuente: Reproducido con autorización de BUdassi s. Barber JM (eds.): Emergency Nursing: Principios and
Practices. St. Louis. The CV Mosby Co., 1981. p. 91.

Ley común
La sexta y última fuente de directrices es la ley común en su relación con desastres y emergencias en
general. En la compilación de un caso, Prosser (reconocido como autoridad en faltas leves) establece
lo siguiente: "Los tribunales han sido instados a reconocer que el actor que se ve confrontado con
una emergencia no está sujeto a las normas de conducta que normalmente se aplican a quien no se
halla en una situación tal".10(p169) Se indica, además, que es eminentemente claro que esta regla
especial para emergencias se basa en el hecho de que el actor no tiene tiempo para reflexionar, o que
razonablemente, está tan perturbado o asustado, que no puede sopesar otras posibilidades de acción y
debe hacer una decisión rápida basada en un impulso. Prosser indica que, en tales condiciones, el
actor no sigue el mismo estándar de conducta que seguiría si tuviera oportunidad para reflexionar.
Hay que destacar que ello no significa que en una emergencia se aplique un estándar distinto de
comportamiento. Prosser lo define sucintamente en el siguiente párrafo:10
La conducta exigida es la que tendría una persona razonable en tales circunstancias, o la que
parecería a alguien que brindara atención apropiada, y la emergencia es solamente una de las
circunstancias. Aún así, hay que aplicar un estándar objetivo, y el propio criterio o impulso
del actor no son los únicos. Puede aun culpársele de negligencia y, a pesar de la situación de
urgencia, resulta que sus actos no son razonables. La ´'doctrina de emergencia" se aplica sólo
cuando la situación que surge es repentina, inesperada y, como tal, priva al actor de la
oportunidad razonable de deliberar y tomar una decisión "reflexionada". Otro aspecto en este
sentido es que algunas emergencias deben preverse, y el actor debe estar preparado para
afrontarlas cuando se dedica a una actividad en la que tienen probabilidad de surgir.
En otras palabras, la enfermera que afronta una emergencia no está sujeta al mismo estándar de
conducta que normalmente valdría para aquella que no afronta tal situación. La razón general que
explica esta norma es que ella no tiene tiempo para reflexionar, no puede recurrir a otras
posibilidades de acción y debe tomar una decisión rápida. En esencia, la "regla de emergencias"
sostiene que la enfermera en una situación de emergencia no puede atenerse al mismo estándar de
conducta que aquella que tiene tiempo para reflexionar. La regla general mencionada tiene sus
limitaciones. En primer lugar, la doctrina de emergencia es válida solamente en casos de situaciones
repentinas e inesperadas. Por ejemplo, la enfermera que labora en un departamento de urgencias no
debe sorprenderse al estar frente a una emergencia; en estos casos, la regla no es aplicable. En
segundo lugar, la conducta exigida es la que cabria esperar de una persona razonaba en tales
circunstancias. Si la enfermera no actúa razonablemente, puede culpársele de negligencia
profesional.
Las normas muy generales de índole legal recién mencionadas brindan a la enfermera que atiende un
desastre una panorámica general de los reglamentos aplicables en este aspecto de la enfermería. La
ley comentada, a su vez, fija los límites externos de la práctica. El análisis detenido de los principios
de responsabilidad legal general pueden ser útiles para que el médico o enfermera en su práctica
defina los limites seguros y legales de ésta.
Responsabilidad legal general y ley común
Para que el estudio de las consecuencias de la aplicación estatutaria, como la ley del Buen
Samaritano, sea de utilidad, hay que precisar la responsabilidad legal no estatutaria, la cual se
esclarece por medio de la jurisprudencia o precedentes establecidos por los tribunales. Los elementos
tradicionales que generan el derecho de demanda contra una enfermera por negligencia pueden
resumirse en los siguientes términos.10
 un deber u obligación reconocidos por la ley, que exigen al actor que cumpla con un
estándar de atención ordinaria para proteger a otras personas de riesgos no considerados
como razonables
 el actor no cumple con la norma exigida
 una relación causal intima entre la conducta y la lesión resultante
 pérdidas o daños reales a un tercero
En otras palabras, para que una persona demande a una enfermera por negligencia profesional y gane
el pleito, debe probar que la conducta se alejó del estándar aceptado de atención, y que tal desviación
causó la lesión de la víctima. El examen de los cuatro elementos permitirá entender mejor su
aplicación a la enfermería en casos de desastre.
Deber
En el derecho consuetudinario se halla fuertemente arraigada la doctrina de que una persona no tiene
el deber de auxiliar a otra en apuros y, más específicamente, que en ausencia de alguna relación
especial, tampoco tiene el deber de auxiliar a esa persona de cuya lesión ella no es culpable11 Como
lo expresara una Corte; "La ley de la tierra no exige que un hombre rescate a un niño que se está
ahogando, sin importar el poco riesgo personal que ello implique"12 En otras palabras "la ley no se
ocupa de obligaciones puramente morales".13
Si no existe relación alguna entre las partes, tampoco hay deber; sin embargo, si una parte decide
auxiliar a la víctima, la ley sostiene que la prestación de tal auxilio crea un deber por parte del
auxiliador para que utilice un procedimiento razonable. 14 Si la auxiliadora resulta ser una enfermera,
se forma una relación enfermera-paciente, y se exige a ella que suministre el grado de atención que
otras enfermeras darían en circunstancias iguales o semejantes.14 El que prodiga auxilio también
tiene el deber de evitar cualquier acto afirmativo que empeore la situación.15 Por ejemplo, las
enfermeras que no están preparadas en técnicas de selección no deben intentar ocuparse de esa tarea
en desastres; deben limitarse tan sólo a procedimientos dentro de su competencia corriente.

FIGURA 15 - 1 Elementos tradicionales que proporcionan una base para una mala práctica de
enfermería
El deber también puede establecerse mediante un arreglo contractual. Por ejemplo, la enfermera
puede aceptar su participación en una organización de preparativos contra desastres. Si ella trasgrede
el acuerdo al no responder como cabria esperar, puede ser culpable de daños Sin embargo hay que
destacar que son pocas las demandas por incumplimiento de contrato en la atención de enfermería.
La causa predominante de las demandas en la acción judicial es por negligencia. Si la víctima puede
demostrar que la enfermera tenía un acuerdo para intervenir como tal en desastres, es probable que
gane una demanda al comprobar que hubo un deber y, en consecuencia, cumplió el primer elemento
probatorio de los agravios. Como señalamos, la existencia de un deber entraña cierto grado de
habilidad o pericia:16
Este deber es la posesión y el ejercicio del grado razonable de destreza que ordinariamente
tienen los demás miembros de la profesión que practican en circunstancias similares. Nunca
se ha asentado una prueba directa en un tribunal respecto de exigir una destreza o habilidad
en una urgencia, pero algunos casos justifican ciertas generalizaciones:
(1) Un especialista de hecho que se ostenta como tal, debe tener la destreza y habilidad de
otro especialista actualizado en su campo particular.
(2) Al médico general se le exigiría el estándar de un colega igual. Quizá un especialista que
no se acredita como tal, sino como una simple "enfermera" tendría que cumplir únicamente
con este estándar general al responder a un alerta de emergencia.
(3) Las estudiantes de enfermería deben cumplir con el estándar de acuerdo con su nivel de
experiencia y preparación.
(4) Personas con adiestramiento particular en primeros auxilios tendrán que considerar tal
situación cuando un juez o jurado analice su conducta.
Desviación de la norma del deber
Una vez establecido el deber, habrá que demostrar desviación en relación con la norma, que puede
ser negligencia por comisión o por omisión. Comisión es un acto afirmativo que no cumple con la
norma aceptable de atención médica.17 Un ejemplo de tal culpa seria la situación en que la enfermera
cambia de sitio a un paciente con lesión de la columna vertebral sin inmovilizarlo en primer término
con el procedimiento apropiado. La negligencia por omisión es el hecho de no actuar cuando los
estándares aceptables de la práctica obligan a emprender alguna acción apropiada.17 Ejemplo de falta
por omisión seria el hecho de no colocar un torniquete a una persona que sangra profusamente, o
cuando un miembro profesional frente a un desastre no reacciona ni acude a la llamada de alerta.
El abogado de la víctima suele mostrar desviaciones de la práctica al indicar al juez o al jurado lo
que una enfermera razonablemente prudente hubiera hecho en una situación similar o igual. Esta
acción podrá compararse con la conducta de la enfermera que supuestamente se apartó de la norma.
Existe una gran diferencia en el comportamiento de una enfermera razonablemente prudente y del
que tuvo la enfermera acusada de negligencia. El juez o jurado pueden dictaminar que su práctica
profesional fue negligente y que es culpable de ello.
Causación directa
El tercer elemento que la víctima debe probar es la relación causal entre la trasgresión del deber y las
lesiones. La conducta de la enfermera acusada es una causa del hecho si constituyó un elemento
material y un factor distancial en la causación. Hay que destacar que en casos en que la conclusión
de la causación no está dentro del conocimiento común de un lego, el testimonio de expertos puede
constituir una base suficiente para alcanzar una determinación.10 Este procedimiento suele ser el que
se aplica en los casos de negligencia médica. Un testigo experto, por lo común médico o enfermera,
debe testificar ante el juez o el jurado que la desviación causo el daño del que se queja la víctima.
Por ejemplo, el testigo experto puede testificar que si la enfermera hubiera inmovilizado en grado
suficiente el fémur fracturado, no se hubiera desgarrado la arteria y el paciente no hubiera muerto. A
diferencia de ello, no se necesitaría una enfermera experta para testimoniar ante un jurado que la
enfermera se apartó del estándar de atención al permitir que el paciente girara todo su cuerpo en
sentido vertical al cambiarse a una camilla y lesionarse. El jurado podría llegar a dicha conclusión
independientemente, sin el auxilio ni la interpretación de un testigo experto.
Lesiones
El cuarto elemento que debe probar la víctima-quejosa o víctima-demandante es el de daños. Es
necesario que ocurra pérdida o lesión real contraria a los intereses de la víctima.10 La conducta
negligente en si no interfiere con los intereses públicos en su totalidad, ya que la persona tiene todo
el derecho de quejarse o no quejarse, o de demandar o no demandar, excepto en el caso de algún
individuo cuyos intereses han sufrido daños.10 En otras palabras, un quejoso quizá no tenga causa de
demanda contra la enfermera si el acto negligente no produjo una lesión real en la persona afectada.
Responsabilidad legal y estatuto del buen samaritano
En el derecho consuetudinario anglosajón, como hemos señalado, cuando una persona intenta asistir
a otra y, según se dictamina más tarde, el auxilio se prestó en forma negligente, cabe imponer
culpabilidad. Los estatutos del Buen Samaritano pueden modificar estos resultados severos de la ley
consuetudinaria. La doctrina de que una persona no puede auxiliar a otra en desgracia ha estado
profundamente arraigada por siglos en la ley y en el individualismo extremo típico del pensamiento
jurídico anglosajón.11 En 1898, los tribunales estadounidenses, en el caso de Buch y Amory13,
confirieron expresiones de doctrina de la manera siguiente:
La negligencia imputable por ley es la negligencia en el cumplimiento de un deber legal. Los
acusados no son culpables salvo que hayan tenido con el quejoso una obligacíón legal que no
cumplieron. La ley no se ocupa de acciones puramente morales; por ejemplo, se supone que
el sacerdote y el levita que pasaron de largo en la Biblia, no eran culpables legalmente del
sufrimiento continuo del hombre que cayó bajo el acoso de los ladrones, y cuya agresión ellos
pudieron evitar o aliviar.
Para destacar este aspecto, el tribunal llevó el argumento hasta su extremo inapelable como una
prueba irrefutable. Supongamos que A, al pasar por un cruce de vías, ve a un bebé de dos años en
ella y a un automóvil que se acerca. Fácilmente rescata al pequeño sin correr peligro para sí mismo,
además que los instintos de humanidad le exigen tal tarea En caso que no lo haga, quizá se le tache
de salvaje y monstruo moral, pero no culpable de los daños que haya sufrido el niño, o sea,
procesable según las leyes por su muerte.13
Se han propuesto innumerables explicaciones para los principios y continuación del enfoque basado
en la ley consuetudinaria o común. Un autor lo atribuye en parte al hecho de que "los tribunales
estaban demasiado ocupados con las formas más flagrantes del mal comportamiento como para
interesarse en grado sumo en una persona que simplemente no habla hecho nada, a pesar de que otra
pudiera haber sufrido daño por omisión".10
Otra racionalización de la persistencia de los enfoques del derecho consuetudinario es la dificultad
para formular y aplicar una nueva norma. Si la ley no ha tenido mucha disposición para reconocer
que la negligencia por omisión es causa de culpabilidad en ausencia de alguna relación definida entre
las partes, ello basta para crear un deber. La ausencia de esta relación especial ha relegado la omisión
de tales casos a una estado de obligación moral, y la ley no acepta ninguna responsabilidad para
hacerla cumplir independientemente de los resultados anómalos y ofensivos.18
A pesar de las raíces profundas de la doctrina de la ley consuetudinaria desde 1908, ya hubo unos
peritos que propusieron la existencia de un deber en situaciones de rescate. El profesor Ames señaló
que la persona que no interfiere en salvarle la vida a otra de una muerte inminente o de grave daño
corporal, en una situación en que podría hacerlo con pocas o nulas molestias para él y la muerte o la
lesión corporal grave que acontece como consecuencia de la inacción, pueden ser castigados
legalmente y debería haber una compensación a la parte dañada, o a su viuda en caso de muerte.19
En fecha más reciente, algunas autoridades legales contemporáneas han expresado afinidad por las
ideas del profesor Ames. Purver11 ilustra dicha actitud en la siguiente declaración:
En casos flagrantes de no rescatar a una persona, podría afirmarse que surgió la lesión por
inacción del testigo. La diferenciación entre negligencia por comisión y por omisión en
situaciones de rescate se ha perpetuado al razonar quienes son los cojos, inválidos,
deslustrados y que la marea de la filosofía profundamente individualista de los primeros
tiempos de la ley consuetudinaria y la dependencia cada vez mayor de una unidad social en
otra, son argumentos de gran peso para el reconocimiento legal del deber para rescatar. Por
todo lo anterior, comenzamos a advertir que surgen razones para que cambie la ley
consuetudinaria original, que sostiene que no existía el deber de rescatar a un prójimo. Los
valores de la sociedad concedidos al individuo comienzan a modificarse para orientarse a
necesidades de grupos comunitarios y, por ello, también habría que modificar la ley. Se ha
vuelto una situación cada vez menos aceptable el hecho de no detenerse y auxiliar a un
necesitado. Poco a poco, el rescate o el auxilio se han venido reconociendo como una
actividad socialmente deseable que hay que buscar y alentar. La primera ley del Buen
Samaritano fue aprobada en el estado de California, en 1959. Desde esa fecha, todos los
estados de la Unión Americana y el Distrito de Columbia, han seguido demanda y se han
adoptado estatutos similares.
Las finalidades legislativas de las leyes del Buen Samaritano son dos: en primer lugar, se busca
estimular a las personas, incluidas enfermeras y médicos, a responder a emergencias médicas cuando
no tienen la obligación de hacerlo, y de este modo prestar sus servicios profesionales a víctimas de
urgencias que en otras circunstancias no lo recibirán; en segundo lugar, busca proteger al auxiliador
bien intencionado de una demanda o culpabilidad como forma de inmunidad.20
El tribunal que ventiló el litigio de Colby vs Schwartz21 describió la ley del Buen Samaritano de esta
forma:
El cumplimiento de la legislación del Buen Samaritano en la vida real representa la
resolución de intereses competitivos. Por una parte, existe el interés de indicación de los
derechos de la víctima de negligencia. Por otra parte, se necesita estimular a los médicos a
prestar sus servicios en casos de emergencia o en situaciones que podrian ocasionar una
actitud contraria. Cuando es aplicable la legislación, se decide por la última posibilidad y no
por la primera.
Los estatutos sobre la norma del Buen Samaritano comparten muchas semejanzas, pero varían tanto
de un estado a otro, que literalmente no hay igualdad en este sentido.22 Sin embargo, se han
identificado cinco elementos comunes:
1. identificación de la clase protegida
2. obligación de que el Buen Samaritano actúe de buena fe
3. exigencia de que la atención se brinde gratuitamente
4. identificación de la zona de protección
5. identificación de la norma de atención
Problemas de interpretación
Es justo señalar que si las enfermeras cumplen con las exigencias de una norma en el estado en que
laboran, son merecedoras de inmunidad. Sin embargo, las situaciones de disputa real y las
interpretaciones de lenguaje normativo pueden incitar al litigio para saber si de hecho se concedió
inmunidad. Entre las causas frecuentes de disputa, están los dos requisitos en la legislación del Buen
Samaritano: (1) La necesidad de que el auxilio se preste en la "escena" de una utilización de
urgencia, y (2) que no haya contraído previamente a tal situación una relación, es decir, un deber.14
Cabría fácilmente imaginarnos sitios generales en los cuales las enfermeras, en un caso de desastre,
gozarían de inmunidad, y también otros en los cuales no la tendrían. Por ejemplo la enfermera que se
encuentra inesperadamente frente a una situación de desastre, y que no ha tenido ninguna
preparación previa y trata de prestar ayuda y atención de enfermería, probablemente esté exenta de
culpabilidad, es decir, inmune. Por otra parte, la enfermera que fue designada como parte del
personal de respuesta y que fue llamada con tal base para acudir a un desastre, presta ayuda en un
refugio o en un hospital, quizá no esté protegida bajo el estatuto del Buen Samaritano. (Figura 15-2).
Los dos ejemplos señalados constituyen los extremos de un continuo con el cual es más fácil tratar
en forma de "absolutos". Sin embargo, existen muchas situaciones reales entre tales extremos. Las
enfermeras deben saber si las normas del Buen Samaritano las protegen en tales situaciones.
Algunos estados de la Unión Americana esclarecen algunas situaciones específicas que están
protegidas o cubiertas por el estatuto. Por ejemplo, tres estados han definido la escena de una
emergencia. Las definiciones de Washington y Minnesota excluyen los hospitales y los consultorios
de los médicos, pero la norma para médicos de California señala que la escena de una emergencia
incluye también las salas de urgencia de un hospital, pero sólo cuando se ha proclamado un "desastre
médico" por parte de autoridades locales o estatales y está vigente aún. Once estados (Florida,
Kentucky, Maine, Nevada, Kansas, New York, Ohio, Rhode Island, Washington, Lousiana y
Nevada) excluyen específicamente a hospitales, clínicas y consultorios médicos del rango de
inmunidad, en tanto que estados como Alaska y Texas, incluyen específicamente a los hospitales,
pero excluyen las clínicas y los consultorios médicos. Siete estados no han impuesto restricciones
respecto de los sitios en que es válida la inmunidad.22

FIGURA 15 - 2 Dispensa proporcionada por los Estatutos del buen samaritano


El lenguaje estatutario, al parecer, concede mayor importancia a la exclusión que a la inclusión, y por
ello puede deducirse que en otras jurisdicciones, como las de los estados de Alabama e Illinois,
también se excluye al hospital. Muchos estados definen simplemente el sitio como la escena de
emergencia, o combinan esta frase con otro término más especifico. Por ejemplo, el estatuto de
California define a la emergencia dentro de un hospital, como "una situación que ocurra o no en la
sala de urgencias, que necesita de servicios inmediatos para aliviar dolor intenso o diagnóstico y
tratamiento inaplazable de situaciones médicas desfavorables, las cuales, de no ser diagnosticadas y
tratadas de manera rápida, podrían ocasionar incapacidad grave o muerte.23 También define la escena
de emergencia como "la sala de emergencia, aunque no limitada a ella en caso de un desastre
médico".14,23
Se ha dicho que la legislatura del Estado de Michigan fue la que instituyo la norma del Buen
Samaritano más global e importante. En ella, se concede inmunidad civil gracias a dos estatutos
distintos aunque interrelacionados. Uno de ellos la brinda a enfermeras y médicos que responden
voluntariamente a emergencia en términos generales, en tanto que la otra se ocupa específicamente
de situaciones de emergencia en un hospital. Hay que señalar que ambos estatutos concenden
importancia primaria a la cuestión del deber preexistente.14,24
(1) En casos en que el deber hospitalario real de la persona no exige una respuesta a la
situación de emergencia: médico, dentista, pediatra, tanto internos como residentes,
enfermera titulada, enfermera práctica, con licencia, terapeuta registrado, técnico de
laboratorio clínico, inhaloterapéuta, enfermera anestesista titulada y certificada, técnico de
rayos-X de personal y paramédico que de buena fe respondan a una emergencia en una
situación que también pone en peligro la vida dentro de un hospital o otra instalación de
atención médica con la debida licencia, no serán culpables de daños civiles como resultado de
una acción u omisión en la prestación de la asistencia de emergencia, excepto un acto u
omisión que constituya negligencia innegable o conducta intencionada o acción perjudicial
proterva.
(2) La excepción de la culpabilidad de la subsección (1) no será válida para el médico que
sostenía ya una relación con su paciente antes de que surgiera la emergencia, ni para la
enfermera titulada en que también existió una relación con su enfermo antes de que acaeciera
tal situación extrema.
Interpretación por la jurisprudnecia
Los estatutos relativos al Buen Samaritano no son tan claros y concisos; por ello la enfermera debe
acudir a la jurisprudencia para que la interpretación de aquél defina la aplicabilidad. La
interpretación mencionada fue hecha por los tribunales californianos sobre la ley del Buen
Samaritano en el estado en dos casos separados: los litigios de Colby vs Schwartz21 y McKenna vs
Cedars of Lebanon Hospital.25 En el primer caso, se discutió si el estatuto del Buen Samaritano en
California podía aplicarse a una sala de urgencias de un hospital, en tanto que en el segundo se
consideró si podía definirse a los hospitales como "escena de la emergencia" con fines de inmunidad
civil.14
En el caso de Colby, dos médicos de la sala de urgencias, como parte de sus tareas normales en dicha
sala, operaron a un paciente que habla sido herido en un accidente automovilístico. Cuando más
tarde fueron demandados por negligencia, los médicos adujeron inmunidad, bajo el estatuto del Buen
Samaritano. El tribunal rechazó su argumento y sostuvo que, como miembros del personal médico de
emergencias, tenían el deber de atender a todos los posibles pacientes que solicitaran tal servicio. En
consecuencia, no era aplicable la sección 2144. El tribunal señaló que dicha sección "se dirigía a
médicos que por casualidad o en forma irregular acuden o son llamados a prestar atención de
emergencia"21.
El tribunal también mostró su preocupación porque, en situaciones en que existe previamente el
deber antes de las circunstancias de urgencia, el conceder inmunidad haría que las víctimas de
negligencia no dispusieran de medios legales, y de este modo disminuiría la calidad de la atención
médica.14
El tribunal de Colby creó una dicotomía de deberes: los que son cubiertos por "casualidad y en forma
irregular"; y los que son parte de la práctica normal de un médico. La ley del Buen Samaritano es
válida en el primer caso, no así en el segundo. 14
El litigio manifestado por Colby es válido en la situación que priva en un departamento de
emergencias, pero la dicotomía de deberes que señala el tribunal puede ser extrapolado fácilmente a
la situación de un desastre, por lo que cabría decir que la enfermera que presta auxilio en el curso
normal de sus labores y practica no goza de inmunidad bajo la ley del Buen Samaritano.
En el caso de Mckenna, que era un médico en el pabellón del hospital en que por lo común no
trabajaba, respondió a una alerta de emergencia, y acudió al cuarto de un paciente que sufría
convulsiones. El médico reaccionó y trató las convulsiones, pero el individuo sufrió paro cardiaco y
falleció once días después. Se inició un juicio por negligencia contra McKenna. En las sesiones, la
instrucción del jurado fue que "ningún médico no titulado que de buena fe presta atención de
emergencia en la escena misma de los hechos, es culpable de daños civiles como resultado de
cualquiera de sus actos u omisiones al desempeñar tal actividad".25 A semejanza del tribunal en el
caso de Colby, el que estableció jurisprudencia en el caso de McKenna se orientó a la relación
preexistente. El tribunal señaló que es una medida en que no se podía demostrar un debe previo; el
médico prestó auxilio que "en realidad era voluntario"25; la aplicación de la ley del Buen Samaritano
sería, pues, congruente con la finalidad legislativa.
El tribunal en el caso McKenna fue todavía más lejos, y afirmó que cuando notar auxilio a una
persona en situación de urgencia, señaló varias situaciones o relaciones que podían surgir dentro de
un centro médico y que podrían generar un deber. El tribunal indicó que una persona podría tener un
deber previo para prestar auxilio en emergencia si fuera miembro del personal hospitalario, cuyo
trabajo es precisamente auxiliar y responder a tales situaciones.25
El tribunal en caso McKenna fue todavía más lejos, y afirmó que cuando no existe previamente a la
emergencia una relación medico-paciente, la inmunidad brindada por la ley del Buen Samaritano
debe ser válida, independientemente del sitio en que ocurra la emergencia.25 El sitio del hecho es
importante porque, como mencionamos, es uno de los requisitos normativos de todos los estatutos
del Buen Samaritano. Es necesario definir lo que constituye la escena de una emergencia para
solicitar la inmunidad civil que señala la ley mencionada.
Con arreglo al requisito del "sitio en que ocurre la emergencia" las enfermeras en caso de desastre
necesitan saber si una catástrofe cumpliría con los criterios para gozar ellas de inmunidad. Una vez
más, pueden imaginarse situaciones que cumplirían con los criterios mencionados. Por ejemplo, un
volcán hace erupción; la enfermera acude inmediatamente a la escena de los hechos y comienza a
prestar ayuda. En este caso, estaría inmune a toda demanda. Sin embargo, en otra situación
ligeramente diferente, quizá no se aceptaría que tal sitio es el de una emergencia. Consideremos la
misma erupción volcánica; aquí, las víctimas son llevadas a un refugio en el cual la enfermera, cuyo
trabajo es brindar atención en desastre, presta ayuda como parte del personal de auxilio. En este caso,
quizá no disfrutaría de inmunidad porque existe un deber preexistente.
Las leyes del Buen Samaritano no impiden que las enfermeras especializadas en atención de
desastres sean demandadas; sin embargo, brinda inmunidad civil por tal acción en caso de que la
enfermera cumpla con los requisitos de los estatutos. Cada estado de la Unión Americana tiene su
propia ley de este tipo, y algunos de ellos tienen jurisprudencia que interpretan el lenguaje
estatutario; por ambas razones, conviene revisar con alguna frecuencia todas las publicaciones
legales de la localidad respecto a la aplicabilidad.
Conclusión
Pueden extraerse dos conclusiones, una aplicable a situaciones que planifican una respuesta
organizada al desastre, y otra a personas que intervienen en una respuesta a una calamidad en forma
totalmente circunstancial. En el primer caso, por la naturaleza misma de la actividad, existen
previsión y consideración cuidadosa de papeles y tareas institucionales individuales. Todo plan
verosímil asegura entrenamiento y tareas apropiadas para las funciones que se pretende ejecutar
durante un desastre real. Excepto unos cuantos estados norteamericanos, que conceden
específicamente algunos tipos de inmunidad durante calamidades declaradas, difícilmente los
estatutos del Buen Samaritano que protegen a miembros individuales de un grupo de respuesta a
desastres, y ello se debe a que la existencia del plan puede utilizarse para deducir la existencia previa
de un deber, y también para deducir que el desastre era algo previsto. Incluso si no se cumplen todas
las condiciones, los estatutos del Buen Samaritano son aplicables a individuos y no a instituciones.
Conviene observar que la responsabilidad o culpabilidad institucional es un aspecto separado que no
exponemos en este capitulo; ello implica que los individuos que responden en forma preplaneada y
organizada a una catástrofe, esten sujetos a las normas legales que son válidas durante situaciones
catastróficas. Como señalamos, la ley exige únicamente que los actos sean semejantes a los de
"personas responsables" en circunstancias similares, es decir, situaciones de desastre en este caso. Es
posible que se incorporen en los planes para casos de desastre (y conviene hacerlo) consideraciones
legales mas exactas, mediante la asesoría de directivos que se ocupan de problemas de riesgo
hospitalario, abogados, consejeros y abogados especializados en organizaciones de auxilio en
desastres, como los de Cruz Roja y Defensa Civil. La ley varia extraordinariamente de un estado a
otro y de un país a otro, y muestra modificaciones constantes.
En el caso de una enfermera particular que, obligada por las circunstancias, participa en el auxilio en
un desastre, es más clara la protección que le brinda en forma estatutaria la ley del Buen Samaritano.
Por definición, ella no constituiría, un miembro especialmente entrenado de algún grupo de respuesta
a calamidades como algo planeado con anterioridad, sino más bien es una voluntaria que participa en
una situación de emergencia o desastre por la necesidad. El momento más interesante de esta
situación es saber si el estatuto local del Buen Samaritano permite o no al hospital ser reconocido
como sitio de emergencia Comparativamente, son pocos los estados que reconocen a un hospital con
tales características. Una vez más, vale el reconocimiento por parte de la ley consuetudinaria hacia
circunstancias especiales en un caso de desastre.
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Apéndice A: Manejo de materiales peligrosos en un desastre

Nota: Incluimos esta sección por considerarla de interés general, aunque reconocemos que se trata de
instituciones estadounidenses. Conviene que el lector o el hospital interesado acuda a las organizaciones que
funcionan en la localidad y que se encargan de estas tareas, ante la posibilidad de que en cada país
latinoamericano existan oficinas con rubros y funciones de esta clase.

Instituciones ocupadas de calificar las características peligrosas de materiales de este tipo.

CHEMTREC-Telephone (800) 424-9300


Chemical Industry (shippers, manufacturer, etc.)
Rail transportation inductry
Bureau of Explosivos-Telephone (202) 243-4048
National Response Center-Telephone (800) 424-8802
Emergency action guides.

Guías de acciones comunes en emergencias:

1. Manejo de urgencia de material peligroso en transporte de superficie (terrestre)-Materiales peligrosos


guía de respuesta a emergencias.
Disponible de:
Bureau of Explosives
Association of American Railroads
1920"L" Street, NW
Washington, DC 20036

2. Guía de protección contra incendios de materiales peligrosos...

Disponible de:
Contents-Flashpoint Index of Trade Name Liquids
NFPA 325M-Fire Hazard Properties of Flammable Liquids, Gases and Solids.
NFPS 491M-Manual of Hazardous Chemical Reactions.
NFPA 704-Recommended System for the Identification of the Fire Hazard of Materials

Materiales 3. peligros-guía de respuesta en emergencias.

Disponible en:
Department of Transportation
Office of Hazardous Materials Operations
2100 Second street, SW
Washington, DC 20590

4. Datos en torno a sustancias químicas peligrosas (U.S. Coast Guard CHHRIS System)

Disponible en:
Superintendent of Documents
US Government Printing Office
Washington, DC 20402
Order Number: 050-012-00147-2

5. Stutz DR, Ricks RC, Olsen MF: Hazardous Materials Injuries, a Handbook for Preospital Care.
Greenblet, Md. Bradford communications Corp. 1982.
6. Oficinas regionales de desechos sólidos de la agencia de protección ambiental. Disponible de la oficina
regional EPA.

Región 1
Solid Waste Program
John F. Kennedy Building
Boston, MA 02203
617-22-5775

Región 2
Solid Waste Section
345 Courtland Street, NE
Atlanta, GA 30308
404-881-3016

Región 3
Solid Waste Section
26 Federal Plaza
Nueva York, NY 1007
212-264-0503/4/5

Región 3
Solid Waste Program
6th and Walnut Streets
Philadelphia, PA 19106
215-597-0980

Región 7
Waste Management
Section
324 East 1 1th Street
Kansas City, MO 64108
816-374-3307

Región 8
Solid Waste Section
1860 Lincoln Street
Denver, CO 80203
303-837-2221

Región 5
Solid Waste Program
230 South Dearborn Street

Chicago, IL 60604
312-353-2197

Región 6
Solid Waste Section
1201 Elm Street
First International Building
Dallas, TX 75270
214-767-2645
Región 9
Solid Waste Program
215 Fremont Street
San Francisco, CA 94105
415-556-4606

Región 10
Solid Waste Program
1200 6th Avenue
Seattle, WA 98101
206-442- 1260

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