El Turista

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2

El turista

El turista me parece una total paradoja. Me causa tanto rechazo como atracció n.
Parece una película má s de cartelera, de esas que van a pasar sin pena ni gloria –
de hecho, es una de ellas-, y sin embargo me ha dejado preguntá ndome cosas
todo el camino de regreso a casa, y aú n no me la saco de la mente, como una de
esas películas que vas a recordar todo el añ o.

La nueva cinta de Florian Henckel von Donnersmarck, el director de la auspiciosa


La vida de los otros, es un artefacto extrañ o. Una película que no se decide por
ningú n registro, y que en esa misma indefinició n se vuelve atractiva.

Al principio, El turista propone una trama de identidades equivocas, como en El


hombre que sabia demasiado, o, principalmente, Con el peligro en los talones,
clá sicos de Hitchcock. La femme fatale Elisa (Jolie) debe despistar a la Interpol,
haciendo creer que un turista americano (Depp) es un buscado criminal. Pero
como thriller hace agua por todos lados. No hay suspenso en sus secuencias.
Todas las vueltas de tuerca son sorprendentes por descabelladas. El tono, la
puesta en escena, la construcció n de personajes, todo juega a desmontar, a
sabotear los cá nones del genero.

Cuando enrumba hacia la comedia, no termina de causar gracia, só lo genera una


sonrisa suspendida. Los gags son simplones. Si va por el filó n romá ntico, los
gestos –y manías de Depp- se multiplican, la mú sica se vuelve pomposa, las
situaciones, de manual. No despega.

Por como esta armada, montada, recuerda a las películas de matinée familiar.
Contada con grandes planos descriptivos, con movimientos armoniosos, con
grú as que nos muestran una Venecia de postal, siempre en clave alta –las
sombras nunca crean un ambiente, una atmó sfera-. Se detiene en los momentos
de romance antes que en los de acció n –¿acaso hay dos o tres en toda la cinta?-;
momentos de acció n, de violencia, en los que se opera quirú rgicamente, sin
derramar una sola gota de sangre. El turista tiene el estilo de alguna comedia de
la Aniston, o de Robin Williams.

Elisa Clifton-Ward, la femme fatale que compone Angelina Jolie, va a contrapelo


de lo que se podría esperar. Lejos totalmente de una Dama de Shangai, por citar
un clá sico, Elise está cargada de escrú pulos, no puede dejar morir un inocente
por su causa. Sus posturas, y su vestuario la acercan antes a una princesita de
Disney que a un personaje de cine noir.

Acaso la escena donde mejor se delata el toque “Disney”, es el baile al principio


del tercio final. Ella baja de la barca con vestido impoluto y peinado de reina,
mientras camina el camino se abre delante de ella, todos los hombres voltean a
verla. ¿No pasa lo mismo en La Cenicienta?

Ya no hablemos del inepto y obsesivo inspector Acheson (Paul Bettany), o de los


rufianes rusos, todos parecen el sequito inú til de algú n villano de animació n. “El
turista” es un filme de suspenso filmado por la Disney. Esa unió n de géneros
inesperada, es lo que la vuelve atractiva.
Como Janus, el dios bicéfalo, que es una clave del filme. La cinta muestra sus dos
rostros, para dejarnos preguntá ndonos si quiso ser una comedia familiar, o un
thriller. Y ahí, es donde se vuelve má s opaca. Má s allá de su propia trama, de la
que nadie queda con dudas. Má s allá de sus créditos, al no poder leer con
claridad si el director quiso hacer una burla de los estudios y los estilos de
Hollywood. ¿No habrá sido él, el turista -de la producció n gringa-, a la que alude
el título de la cinta? “El turista” parece caminar al borde de la cornisa todo el
tiempo, como Jhonny Depp en una de sus má s bizarras escenas.

También podría gustarte