El Tiempo Eje en Karl Jaspers
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20 Karl Jaspers
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La Edad mltita con su inmovilidad y evidencia llegaba a
su fin. Buda, los filósofos griegos indos y chinos, en sus deci-
sivas intuiciones, y los profetas, con su idea de Dios, eran
a-míticos, Comenzaba el combate contra el mito desde el
lado de la racionalidad y de la experiencia iluminada por la
razón (el logo! contra el mito), el combate por la trascendencia
de un Dios único contra los demonios que no existen y el
combate contra las falsas figuras de los dioses por la rebelión
ética contra ellas. La divinidad fue elevada a más alto rango
al impregnarse. de ética la religión. Pero el mito quedó como
material de una lengua que con él expresaba cosa distinta de
10 que contenía originariamente, convirtiéndolo así en alegoría.
Los mitos fueron transformados, entendidos desde una nueva
profundidad en esta fase de transición, que también era, aun-
que de otra manera, creadora de mitos en el momento que el
mito en general quedaba destruido. El viejo mundo mítico
decayó lentamente, pero perduró en el trasfondo del conjunto
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Al nuevo mundo espiritual corresponde una situación so-
ciológica que en las tres zonas muestra analogías. Existe una
multitudde pequeños Estados y ciudades, una lucha de todos
contra todos, en la cual fue posible, sin embargo, inmediata-
mente una sorprendente prosperidad, un enorme despliegue
de fuerza y riqueza. En China, bajo el impotente reinado de
la dinastía Tschou, las ciudades y los pequeños Estados co-
bran vida soberana; el proceso político consistía en el engro-
samiento de los pequeños por la subyugación de otros más
pequeños. En la Hélade y en el Asia anterior los pequeños
vivían independientes, aun en la parte sometida a los persas.
En India había muchos Estados y muchas ciudades indepen-
dientes.
El trato mutuo ponía en circulación el movimiento espiritual
dentro de cada uno de los tres mundos. Los filósofos chinos
-Confucio, Mo-ti y otros- viajaban para trasladarse a lugares
famosos, favorables a la vida espiritual (donde establecían
escuelas que los sinólogos llaman academias), 10 mismo que
viajan los sofistas y filósofos en la Hélade y Buda p'c;:re~rinó
durante toda su vida. I.!l-~'o ,'tI o
Antes existía un estado espiritual relativament~J'~r@nente *' '.,
en que, a pesar de las catástrofes, todo se repet:,(~ un ~ado ~
de horizontes limitados, animados por un mov iento 'épi- J! ¡
ritual sosegado y muy lento, que no era conscien ~ por ~~-o'
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